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"I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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"I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
Como mencioné en "Never let me go" (voy en la mitad del cap., no desesperen), tengo wn de los cinco chicos.
Esta es la segunda que comencé a escribir (la primera fue de Harry y Zayn -un triángulo amoroso-, la tercera de Louis y la última la de Liam). Ésta está más adelantada, así que podré subir el primer cap. enseguida.
Espero la disfruten leyendo tanto como yo escribiendo, porque amo a Niall y se me hace muy tierno en esta wn.
Nombre: I love You
Autor: Derphantasie
Adaptación: No
Género: Drama y Romance
Advertencias: Yo las llamo mutilaciones, otras personas cutting, ustedes llamenle como quieran. Y no necesitaré personajes, la historia ya está hecha (en mi mente). Cambio de planes, para las que leen, saben a que me refiero: si adivinan el acertijo podrán elegir a su pareja. Y otra cosa más... espero que no le teman a los fantasmas...
Otras Páginas:
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Capítulo 1:
"El amor es fuego que quema sin ser visto"
Luis Vaz de Camões
Casey entró al salón y todas las miradas se posaron sobre ella, ella desvió su vista hasta la ventana e ignoró a todos. Caminó con paso decidido sin bajar la cabeza de lo avergonzada que estaba, esa es la imagen que tenían de ella y que debía mantener, la de una chica segura de sí misma. Tiró con sobrada agresividad su mochila sobre la mesa y se sentó en la silla con las piernas abiertas, como un chico. Algunos se quedaron viendola, pero en cuanto ella los miró hicieron como que había algo muy interesante en la pared que estaba a su lado.
Esa mañana estaba nerviosa. Siempre lo estaba, pero esa mañana más de lo normal.
Cuando despertó aún no salía el sol y ya hacía calor, y aún así se puso un suéter holgado. En la escuela hacía más calor que en su casa, allí no había aire acondicionado y en cualquier momento sentiría como el calor comenzaría a darle golpes en la nuca y en el rostro.
Sus compañeros guardaron silencio cuando el profesor entró al salón. Detrás de él venía ese chico que siempre llegaba atrasado. El chico corrió sigilosamente hasta su puesto, que quedaba frente al de Casey, y se sientó antes de que el profesor comenzara la clase.
El nerviosismo aumentó cuando Casey observó que las demás chicas iban con camisetas manga corta, dejando al descubierto sus brazos y su piel libre de marcas o rasguños.
"No pienses en eso, manten la calma. Sólo no pienses en eso" se dijo a sí misma.
Inconscientemente se llevó la mano a su antebrazo izquierdo, de allí descendió hasta su muñeca y bajó más la manga de su suéter.
No sabía cuanto duraría la clase, era matemáticas. A Casey le gustaban porque eran lógicas y exactas y siempre daban una respuesta correcta, a veces deseaba que la vida fuera como las matemáticas: si había un problema se podía solucionar con una fórmula. Pero no era así, todo era complicado como su clase de lengua donde debían interpretar textos y poemas que hablaban de mil cosas a la vez. Casey no los enendía.
El timbre sonó y el rechinar de las sillas despertó a Casey de su preocupación. Recogió sus cosas y a medida que daba un paso los demás se alejaban hasta salir al pasillo.
El chico atrasado estaba ordenando unos apuntes, llevaba una gorra como la que ocupaban sus amigos. Ella pensó que era curioso, ya que era verano y seguro que eso le provocaba un calor insoportable en la cabeza, a diferencia de ella que debía ocultarse bajo un suéter.
Ella no podía pasar, el chico estaba en la pasada y seguía ordenando sus apuntes.
—Me harías el honor de moverte, necesito llegar a mi otra clase —le espetó Casey. El chico se volteó y la miró, pero no como lo hacían los demás con cierto odio y temor, sino con un gran signo de interrogación en la cara.
—¿Disculpa?
—Que te muevas —le repitió. Nunca se había detenido a mirar al chico atrasado, en parte porque tenía otros asuntos en los que pensar y porque no le interesaba. Pero lo tenía a unos centímetros en ese momento y no pudo evitar fijarse en sus ojos y en su sonrisa. Era agradable y a la vez adorable.
—Se pide permiso, creo que si hubises tenido un poco de modales tal vez te hubiera escuchado la primera vez —le respondió él de repente. Casey se tragó las palabras, nadie le había contestado jamás en su vida, todos se apartaban temerosos y se sumían a sus órdenes.
—Eso es para perdedores.
—Es para humanos —por segunda vez el chico le contestó. Estaba impresionada.
Si cualquiera de sus compañeros hubises estado allí, habría golpeado al chico hasta que la nariz le sangrara, pero no había nadie, ni siquiera el profesor. Por el contrario, se quedó quieta debatiéndose mentalmente que hacer porque era obvio que este chico no se dejaría intimidar.
—Permiso...—soltó con una voz dulce que no ultilizaba desde niña.
El chico la miró y se hizo a un lado, con una sonrisa en los labios.
—¿No te parece que así es mejor? —inquirió él, pero Casey ya estaba con un pie en el pasillo dispuesta a olvidar su acto amable del día.
"Estúpida, eso es lo que eres"se regañaba mientras caminaba hasta su casillero. Los chicos a su alrededor se alejaban como si ella estuviera cubierta de basura. Si todos le respondieran como ese chico su reputación estaría arruinada. En cierto modo le dolía que la rechazaran, por eso ella rechazaba a los demás con intimidaciones. Al menos, pensaba Casey, no era como el grupo de Katy, que le hacían la vida imposible a los demás para demostrar su superioridad. Ella lo hacía para que los demás no la dañaran más de lo que podía ella misma.
El receso terminó con el sonido del timbre y Casey ni siquiera había llegado hasta su casillero. No le dio importancia y se escondió en los baños, su clase siguiente era artes y ella no tenía ni una pizca de artista en sus huesos.
Allí, encerrada en el cubiculo que apestaba a cigarrillo, se levantó la manga de su suéter.
Era horrible.
Asqueroso.
Estaba enferma.
Se preguntaba por qué lo había hecho, por qué había cedido a sus impulsos y se había herido con tanto dolor. Una cosa era estar rota por dentro, pero era distinto cuando se marcaba al cuerpo. Cualquiera podía ver esos cortes horizontales que rasgaban la piel de su antebrazo, aunque las más feas estaban en sus muñecas. Parecían rayones hechos con lapicera roja con mucha ira.
Se quedó sentada en el suelo del baño echándose aire con una cuaderno hasta que el timbre volvió a sonar. La temperatura subía a cada minuto.
Escuchó los pasos de los estudiantes y el taconeo de las chicas que entrabana al baño. Casey salío del cubículo y todas dejaron de moverse. La miraron asustadas y ninguna se interpuso en su camino. Ella regresó a su faceta de chica mala y salió del baño con un bufido de aburrimiento.
La clase que seguía era química, eso le gustaba.
Cuando sentía que nada valía la pena se ponía a imaginar una vida paralela, donde ella podía demostrar quien realmente era, donde tenía amigas con las cuales iba al centro comercial a comprar ropa y pasar los viernes viendo películas con su mejor amiga. Después despertaba a la realidad y se decía a sí misma que eso era una estupidez.
—¡Hey! —todo el mundo se giró a ver a la persona que había gritado, incluida Casey.
Era el chico atrasado y se dirigía hacía ella. Los murmullos no se hiceron esperar y los comentarios comenzaron a volar ¿Por qué él le hablaba? ¿Eran amigos? ¿Acaso ella podía tenerlos?
Cuando el chico estuvo lo suficientemente cerca de Casey como para hablar en un tono de voz normal, se hizo el silencio en el pasillo.
—¿Tienes química a esta hora, cierto? —él sonrió y Casey supo que no podría resistirse a tratarlo bien y dejarle que le respondiera.
—Sí, pero ese no es asunto tuyo —hubo una exclamación por parte de los presentes que los habían rodeado como si esperaran que en cualquier momento se desatara una pelea.
—Genial, ¿quieres sentarte conmigo? —esta vez nadie dijo nada.
Casey no supo que hacer ni que decir, quería decirle que sí, que por supuesto, que en todos sus años de esucela nunca nadie le había preguntado con una sonrisa si quería ser su compañera de puesto, pero su moral le rogaba que dijiera algo hiriente para no levantar rumores.
Entonces tuvo que decir la peor cosa que pudo haber imaginado, algo que hacía que su pecho se oprimiera porque sabía que después de pronunciara las palabras el chico la odiaría al igual que los demás.
—Ni muerta, dientes chuecos.
Algunos rieron, otros dejaron de prestarle atención a la situación al ver que Casey seguía igual y otros le dedicaron miradas de odio puro.
El chico dejó se sonreir y no abrió mucho la boca para decirle a Casey:
—Bueno, si cambias de opinión, mi puesto es el último al lado de la ventana.
Y se perdió entre los estudiantes.
Casey sintió la necesidad de arrancarse la piel de los brazos, lo que hizo había sido muy cruel, pero necesario.
Ahora no quería entrar al salón de química, se sentía intimidada por la tristeza en el rostro del chico.
Fue empujada por el profesor que no la había visto y entró obligada antes de poder escaparse y encerrarse en los baños otra vez.
—Disculpa, Casey. No te había visto —le dijo el profesor. Era joven y simpático y el único maestro que no juzgaba a Casey por su apariencia—. Por cierto, he terminado de revisar los exámenes de la semana pasada, sacase sobresaliente. Te felicito, a veces creo que eres la única estudiante que sabe diferenciar un electrón de un protón.
Ella sonrió, esa era una de las razones por la que le gustaba este maestro: nunca veía su lado negativo.
—Ya puedes ir a sentarte, Casey —le indicó.
Su mente se revolvió. En un extremo del salón estaba su puesto habitual, vacío y alejado del resto de la clase, al otro lado estaba el chico atrasado con la mirada perdida en la ventana sin esa sonrisa en el rostro.
La piel de los brazos comenzó a picarle y se sintió peor.
"Que se mueran todos" pensó armándose de valor. Se acomodó la mochila en el hombro y caminó hasta el final del salón.
Se detuvo frente a la mesa y esperó a que él se diera cuenta de su presencia. Cuando él se volteó y la miró, la amabilidad seguía en sus ojos.
—¿Puedo sentarme aquí? —le preguntó ella.
—Claro —el sonrió, pero esta vez sin mostrar sus dientes. Eso dolió mucho más que las heridas.
—Oye, lo sien... —Casey estaba por dilculparse con la más inmensa sinceridad que sentía, cuando el profesor la interrumpió para dirigirse a la clase.
—Chicos, revisé sus exámenes y están mejores que los de la última vez —todos celebraron gritando y aplaudiendo—. Aunque la mejor nota sigue siendo la de Casey —y todos se callaron. El profesor aún no entendía por qué hacían eso cada vez que decía su nombre—. Así que hoy haremos un trabajo para subir las notas y esperar a que sus padres no los maten cuando vean su informe —todos rieron y el profesor se dispuso a escribir en el pizarrón las intrucciones.
Casey tenía mucho calor, las manos le sudaban y tenía que secarlas constantemente en su suéter. El chico no le había dicho nada desde que se sentó junto a él y algunos curiosos de volteaban en sus puestos para ver la extraña escena en la que alguien había logrado simpatizar con Casey.
—Te va bien en química —escuchó de repente. Miró al chico y asintió con la cabeza—. También en matemáticas y todo lo que tenga que ver con ciencias ¿cierto? —ella volvió a asentir—. ¿Podrías ayudarme? Soy un asco con los números.
—No lo sé, ni siquiera sé cómo te llamas —era la excusa más pobre del mundo, pero fue lo único que pudo pronunciar.
Él rió, todavía sin abrir la boca. Eso estaba matando a Casey por dentro.
—Creo que llevamos un año con las mismas clases y aún no sabes mi nombre, que irónico porque yo sé hasta tu segundo apellido.
Se sorprendió mucho, nunca pensó que él...
—Soy Niall... Horan. Ahora sabes mi nombre, así que ¿me ayudas? De verdad quiero subir mis notas o me quedaré sin comida hasta que cumpla los cuarenta —Casey rió. Todos la miraron, incluído el profesor.
Otra vez comenzaron a murmurar. Sin embargo, ya estaba cansada de murmullos por ese día.
—Ok, yo te ayudo y así evitamos que sufras de desnutrición —ambos rieron a carcajadas, él tapándose la boca con las manos. Casey dejó de reir y le quitó las manos de su rostro—. De verdad lo siento, no quería ofenderte con ese comentario.
El se puso serio y asintió en silencio.
—Supuse que no lo decías en serio, aunque sea verdad —Casey hizo una mueca al oirlo, por alguna razón sus palabras sonaban como esa voz en su cabeza que la obligaba a cortarse.
—En serio, si vuelvo a decir otra tontería como esa, ignorame.
—Como quieras —ambos se miraron y sonrieron.
Por alguna razón, Casey comenzó a sentirse a gusto en la escuela y olvidó el horrible problema que tenía marcado en los brazos.
___________________________________________________________________________
Y eso es todo, pronto publicaré el cap. de Never let me go (me inspiré con esa)[url=derphantasie.tumblr.com]tumblah[/url]
Esta es la segunda que comencé a escribir (la primera fue de Harry y Zayn -un triángulo amoroso-, la tercera de Louis y la última la de Liam). Ésta está más adelantada, así que podré subir el primer cap. enseguida.
Espero la disfruten leyendo tanto como yo escribiendo, porque amo a Niall y se me hace muy tierno en esta wn.
Nombre: I love You
Autor: Derphantasie
Adaptación: No
Género: Drama y Romance
Advertencias: Yo las llamo mutilaciones, otras personas cutting, ustedes llamenle como quieran. Y no necesitaré personajes, la historia ya está hecha (en mi mente). Cambio de planes, para las que leen, saben a que me refiero: si adivinan el acertijo podrán elegir a su pareja. Y otra cosa más... espero que no le teman a los fantasmas...
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Capítulo 1:
"El amor es fuego que quema sin ser visto"
Luis Vaz de Camões
Casey entró al salón y todas las miradas se posaron sobre ella, ella desvió su vista hasta la ventana e ignoró a todos. Caminó con paso decidido sin bajar la cabeza de lo avergonzada que estaba, esa es la imagen que tenían de ella y que debía mantener, la de una chica segura de sí misma. Tiró con sobrada agresividad su mochila sobre la mesa y se sentó en la silla con las piernas abiertas, como un chico. Algunos se quedaron viendola, pero en cuanto ella los miró hicieron como que había algo muy interesante en la pared que estaba a su lado.
Esa mañana estaba nerviosa. Siempre lo estaba, pero esa mañana más de lo normal.
Cuando despertó aún no salía el sol y ya hacía calor, y aún así se puso un suéter holgado. En la escuela hacía más calor que en su casa, allí no había aire acondicionado y en cualquier momento sentiría como el calor comenzaría a darle golpes en la nuca y en el rostro.
Sus compañeros guardaron silencio cuando el profesor entró al salón. Detrás de él venía ese chico que siempre llegaba atrasado. El chico corrió sigilosamente hasta su puesto, que quedaba frente al de Casey, y se sientó antes de que el profesor comenzara la clase.
El nerviosismo aumentó cuando Casey observó que las demás chicas iban con camisetas manga corta, dejando al descubierto sus brazos y su piel libre de marcas o rasguños.
"No pienses en eso, manten la calma. Sólo no pienses en eso" se dijo a sí misma.
Inconscientemente se llevó la mano a su antebrazo izquierdo, de allí descendió hasta su muñeca y bajó más la manga de su suéter.
No sabía cuanto duraría la clase, era matemáticas. A Casey le gustaban porque eran lógicas y exactas y siempre daban una respuesta correcta, a veces deseaba que la vida fuera como las matemáticas: si había un problema se podía solucionar con una fórmula. Pero no era así, todo era complicado como su clase de lengua donde debían interpretar textos y poemas que hablaban de mil cosas a la vez. Casey no los enendía.
El timbre sonó y el rechinar de las sillas despertó a Casey de su preocupación. Recogió sus cosas y a medida que daba un paso los demás se alejaban hasta salir al pasillo.
El chico atrasado estaba ordenando unos apuntes, llevaba una gorra como la que ocupaban sus amigos. Ella pensó que era curioso, ya que era verano y seguro que eso le provocaba un calor insoportable en la cabeza, a diferencia de ella que debía ocultarse bajo un suéter.
Ella no podía pasar, el chico estaba en la pasada y seguía ordenando sus apuntes.
—Me harías el honor de moverte, necesito llegar a mi otra clase —le espetó Casey. El chico se volteó y la miró, pero no como lo hacían los demás con cierto odio y temor, sino con un gran signo de interrogación en la cara.
—¿Disculpa?
—Que te muevas —le repitió. Nunca se había detenido a mirar al chico atrasado, en parte porque tenía otros asuntos en los que pensar y porque no le interesaba. Pero lo tenía a unos centímetros en ese momento y no pudo evitar fijarse en sus ojos y en su sonrisa. Era agradable y a la vez adorable.
—Se pide permiso, creo que si hubises tenido un poco de modales tal vez te hubiera escuchado la primera vez —le respondió él de repente. Casey se tragó las palabras, nadie le había contestado jamás en su vida, todos se apartaban temerosos y se sumían a sus órdenes.
—Eso es para perdedores.
—Es para humanos —por segunda vez el chico le contestó. Estaba impresionada.
Si cualquiera de sus compañeros hubises estado allí, habría golpeado al chico hasta que la nariz le sangrara, pero no había nadie, ni siquiera el profesor. Por el contrario, se quedó quieta debatiéndose mentalmente que hacer porque era obvio que este chico no se dejaría intimidar.
—Permiso...—soltó con una voz dulce que no ultilizaba desde niña.
El chico la miró y se hizo a un lado, con una sonrisa en los labios.
—¿No te parece que así es mejor? —inquirió él, pero Casey ya estaba con un pie en el pasillo dispuesta a olvidar su acto amable del día.
"Estúpida, eso es lo que eres"se regañaba mientras caminaba hasta su casillero. Los chicos a su alrededor se alejaban como si ella estuviera cubierta de basura. Si todos le respondieran como ese chico su reputación estaría arruinada. En cierto modo le dolía que la rechazaran, por eso ella rechazaba a los demás con intimidaciones. Al menos, pensaba Casey, no era como el grupo de Katy, que le hacían la vida imposible a los demás para demostrar su superioridad. Ella lo hacía para que los demás no la dañaran más de lo que podía ella misma.
El receso terminó con el sonido del timbre y Casey ni siquiera había llegado hasta su casillero. No le dio importancia y se escondió en los baños, su clase siguiente era artes y ella no tenía ni una pizca de artista en sus huesos.
Allí, encerrada en el cubiculo que apestaba a cigarrillo, se levantó la manga de su suéter.
Era horrible.
Asqueroso.
Estaba enferma.
Se preguntaba por qué lo había hecho, por qué había cedido a sus impulsos y se había herido con tanto dolor. Una cosa era estar rota por dentro, pero era distinto cuando se marcaba al cuerpo. Cualquiera podía ver esos cortes horizontales que rasgaban la piel de su antebrazo, aunque las más feas estaban en sus muñecas. Parecían rayones hechos con lapicera roja con mucha ira.
Se quedó sentada en el suelo del baño echándose aire con una cuaderno hasta que el timbre volvió a sonar. La temperatura subía a cada minuto.
Escuchó los pasos de los estudiantes y el taconeo de las chicas que entrabana al baño. Casey salío del cubículo y todas dejaron de moverse. La miraron asustadas y ninguna se interpuso en su camino. Ella regresó a su faceta de chica mala y salió del baño con un bufido de aburrimiento.
La clase que seguía era química, eso le gustaba.
Cuando sentía que nada valía la pena se ponía a imaginar una vida paralela, donde ella podía demostrar quien realmente era, donde tenía amigas con las cuales iba al centro comercial a comprar ropa y pasar los viernes viendo películas con su mejor amiga. Después despertaba a la realidad y se decía a sí misma que eso era una estupidez.
—¡Hey! —todo el mundo se giró a ver a la persona que había gritado, incluida Casey.
Era el chico atrasado y se dirigía hacía ella. Los murmullos no se hiceron esperar y los comentarios comenzaron a volar ¿Por qué él le hablaba? ¿Eran amigos? ¿Acaso ella podía tenerlos?
Cuando el chico estuvo lo suficientemente cerca de Casey como para hablar en un tono de voz normal, se hizo el silencio en el pasillo.
—¿Tienes química a esta hora, cierto? —él sonrió y Casey supo que no podría resistirse a tratarlo bien y dejarle que le respondiera.
—Sí, pero ese no es asunto tuyo —hubo una exclamación por parte de los presentes que los habían rodeado como si esperaran que en cualquier momento se desatara una pelea.
—Genial, ¿quieres sentarte conmigo? —esta vez nadie dijo nada.
Casey no supo que hacer ni que decir, quería decirle que sí, que por supuesto, que en todos sus años de esucela nunca nadie le había preguntado con una sonrisa si quería ser su compañera de puesto, pero su moral le rogaba que dijiera algo hiriente para no levantar rumores.
Entonces tuvo que decir la peor cosa que pudo haber imaginado, algo que hacía que su pecho se oprimiera porque sabía que después de pronunciara las palabras el chico la odiaría al igual que los demás.
—Ni muerta, dientes chuecos.
Algunos rieron, otros dejaron de prestarle atención a la situación al ver que Casey seguía igual y otros le dedicaron miradas de odio puro.
El chico dejó se sonreir y no abrió mucho la boca para decirle a Casey:
—Bueno, si cambias de opinión, mi puesto es el último al lado de la ventana.
Y se perdió entre los estudiantes.
Casey sintió la necesidad de arrancarse la piel de los brazos, lo que hizo había sido muy cruel, pero necesario.
Ahora no quería entrar al salón de química, se sentía intimidada por la tristeza en el rostro del chico.
Fue empujada por el profesor que no la había visto y entró obligada antes de poder escaparse y encerrarse en los baños otra vez.
—Disculpa, Casey. No te había visto —le dijo el profesor. Era joven y simpático y el único maestro que no juzgaba a Casey por su apariencia—. Por cierto, he terminado de revisar los exámenes de la semana pasada, sacase sobresaliente. Te felicito, a veces creo que eres la única estudiante que sabe diferenciar un electrón de un protón.
Ella sonrió, esa era una de las razones por la que le gustaba este maestro: nunca veía su lado negativo.
—Ya puedes ir a sentarte, Casey —le indicó.
Su mente se revolvió. En un extremo del salón estaba su puesto habitual, vacío y alejado del resto de la clase, al otro lado estaba el chico atrasado con la mirada perdida en la ventana sin esa sonrisa en el rostro.
La piel de los brazos comenzó a picarle y se sintió peor.
"Que se mueran todos" pensó armándose de valor. Se acomodó la mochila en el hombro y caminó hasta el final del salón.
Se detuvo frente a la mesa y esperó a que él se diera cuenta de su presencia. Cuando él se volteó y la miró, la amabilidad seguía en sus ojos.
—¿Puedo sentarme aquí? —le preguntó ella.
—Claro —el sonrió, pero esta vez sin mostrar sus dientes. Eso dolió mucho más que las heridas.
—Oye, lo sien... —Casey estaba por dilculparse con la más inmensa sinceridad que sentía, cuando el profesor la interrumpió para dirigirse a la clase.
—Chicos, revisé sus exámenes y están mejores que los de la última vez —todos celebraron gritando y aplaudiendo—. Aunque la mejor nota sigue siendo la de Casey —y todos se callaron. El profesor aún no entendía por qué hacían eso cada vez que decía su nombre—. Así que hoy haremos un trabajo para subir las notas y esperar a que sus padres no los maten cuando vean su informe —todos rieron y el profesor se dispuso a escribir en el pizarrón las intrucciones.
Casey tenía mucho calor, las manos le sudaban y tenía que secarlas constantemente en su suéter. El chico no le había dicho nada desde que se sentó junto a él y algunos curiosos de volteaban en sus puestos para ver la extraña escena en la que alguien había logrado simpatizar con Casey.
—Te va bien en química —escuchó de repente. Miró al chico y asintió con la cabeza—. También en matemáticas y todo lo que tenga que ver con ciencias ¿cierto? —ella volvió a asentir—. ¿Podrías ayudarme? Soy un asco con los números.
—No lo sé, ni siquiera sé cómo te llamas —era la excusa más pobre del mundo, pero fue lo único que pudo pronunciar.
Él rió, todavía sin abrir la boca. Eso estaba matando a Casey por dentro.
—Creo que llevamos un año con las mismas clases y aún no sabes mi nombre, que irónico porque yo sé hasta tu segundo apellido.
Se sorprendió mucho, nunca pensó que él...
—Soy Niall... Horan. Ahora sabes mi nombre, así que ¿me ayudas? De verdad quiero subir mis notas o me quedaré sin comida hasta que cumpla los cuarenta —Casey rió. Todos la miraron, incluído el profesor.
Otra vez comenzaron a murmurar. Sin embargo, ya estaba cansada de murmullos por ese día.
—Ok, yo te ayudo y así evitamos que sufras de desnutrición —ambos rieron a carcajadas, él tapándose la boca con las manos. Casey dejó de reir y le quitó las manos de su rostro—. De verdad lo siento, no quería ofenderte con ese comentario.
El se puso serio y asintió en silencio.
—Supuse que no lo decías en serio, aunque sea verdad —Casey hizo una mueca al oirlo, por alguna razón sus palabras sonaban como esa voz en su cabeza que la obligaba a cortarse.
—En serio, si vuelvo a decir otra tontería como esa, ignorame.
—Como quieras —ambos se miraron y sonrieron.
Por alguna razón, Casey comenzó a sentirse a gusto en la escuela y olvidó el horrible problema que tenía marcado en los brazos.
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Y eso es todo, pronto publicaré el cap. de Never let me go (me inspiré con esa)[url=derphantasie.tumblr.com]tumblah[/url]
Última edición por Derphantasie el Lun 09 Jul 2012, 12:33 am, editado 8 veces
Derphantasie
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
# New Reader!
Hey Fati here! ajksdhkj me encantó, que lastima que no ocupes chicas, Yo venia a Por el Boo bear! XD.. Buenis no importa, seguila Pronto!
Peace & love
Hey Fati here! ajksdhkj me encantó, que lastima que no ocupes chicas, Yo venia a Por el Boo bear! XD.. Buenis no importa, seguila Pronto!
Peace & love
#Fátima Ailén
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
#NuevaLectora
Me encanto Ya quiero el segundo capitulo.............. Por favor voy a llorar si no lo escribes pronto..... No queras verme llorar o si? continua la por favor
Me encanto Ya quiero el segundo capitulo.............. Por favor voy a llorar si no lo escribes pronto..... No queras verme llorar o si? continua la por favor
Wareva*
Capítulo 2
Capítulo 2:
" A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y que viven en dos islas distintas"
Noel Clarasó
A la hora de almuerzo el sol brillaba sobre la ciudad despeglando los rayos más abrasadores de la mañana. Casey estaba en la fila para elegir la comida cuando sintió que alguien tocaba su hombro.
—¿Nos sentamos juntos? —ella aún no comprendía por qué Niall le hablaba con tanta confianza, como si ella no fuera mala. Todos los observaban disimuladamente, esperando la respuesta con la misma ansiedad que Niall. Casey le sonrió y asintió con la cabeza. Por alguna razón ya no estaba tan interesada en hacerles creer una mentira a los demás y si alguien se burlaba, le rompía los dientes.
Eligió una hamburguesa y un jugo de naranja y los dejó en su bandeja. Cuando se volteó para buscar la cebellera rubia de Niall tuvo una desagradable imagen a unos metros de distancia: Katty estaba sentada en las piernas de su novio besuqueándose como si el mundo se fuera a acabar. Se le quitó el apetito de sólo verlos.
Se acercó hasta la mesa de Katty con toda la intención de arrojarles el jugo encima para arruinarles el espectáculo, pero desistió de hacerlo al ver que Niall estaba tres mesas más allá, agitando su mano para llamar su atención.
Resopló y pasó de largo.
A Niall lo acompañaban dos chicos: uno de cabello rizado y otro moreno. Casey hizo una mueca, no se le había pasado por la cabeza que Niall tuviera amigos. Se detuvo antes de sentarse, no quería ver como esos chicos se oponían a su llegada.
—Chicos, ella es Casey. Ellos son Harry y Zayn —los presentó Niall. Definitivamente no se sentaría con ellos, sólo se produciría un silencio incómodo y terminarían por irse a otra mesa. Necesitaba decir algo antes de que ellos lo hicieran.
—¡Oh, tú eres la chica que golpeó a Dylan, el del equipo de fútbol! —exclamó de repente el rizado, Harry. El otro chico asintió con una sonrisa y aplaudió.
—Eres nuestra heroína —dijieron los dos.
Casey no sabía porque estaba tan soprendida. No sabía si era porque esos chicos la miraban con normalidad, porque no se asustaban o porque no tenían ni la más remota idea de quien era ella.
—¿De verdad consideran que golpear a otra persona es digno de una heroína? —les preguntó. Niall iba a responder, pero Harry se le adelantó.
—Por supuesto, Dylan es un estúpido. A principio de año escondió mi ropa mientras me duchaba, a Zayn le robó su tarea de matemáticas y a Louis lo echó del equipo.
Louis, ella conocía a ese chico. Así que Niall era amigo de Louis.
Soltó una carcajada al recordar cuando golpeó a Dylan en medio del campo de fútbol, cayó al suelo como una niña y se puso a gritar de dolor. Los otros miembros del equipo la rodearon con el deseo de vengarse hasta que uno de ellos gritó "¡Oh por Dios, es Justin Bieber!" y todos se giraron a ver donde se suponía que estaba. Louis le hizo señas para que escapara y Casey se fue corriendo hasta perderse lejos de la escuela.
—Yo conozco a Louis —les dijo. Ellos se miraron entre sí, preguntándose por qué su amigo no se los había dicho—. Y creo que también sé por qué lo echaron del equipo.
—Interesante. Así que Louis te conoce y ni siquiera se le ocurrió comentarlo —espetó Niall. Harry rió y lo golpeó en el hombro, Zayn hizo un gesto con la mano para que se sentaran.
Casey se quedó de pie. Algo no estaba bien en todo esto ¿Por qué de repente unos chicos se comportaban como si nada con ella? ¿Es qué no tenían oídos para escuchar las horribles cosas que se hablaban de ella?
—¿Te vas a sentar? —le preguntó Zayn. Ella se sentó distraída y por accidente dio vuelta su jugo de naranja sobre la mesa. Todos se levantaron para no mancharse, excepto Casey que ya tenía una gran mancha mojada en su suéter.
—Lo siento —les dijo ella. Había arruinado su primera conversación normal con chicos de su edad en años.
—No te preocupes —le dijo Niall—. Aunque deberías quitarte eso o te vas a manchar más.
Casey se puso tensa, apretó su badeja hasta que le dolieron las manos controlando los nervios que amenazaban con gritarle a Niall que no se entrometiera en su vida.
—Está bien así, es que soy muy torpe —se disculpó ella.
—Torpe nada, sólo derramaste jugo. Vamos, quítate eso, hace calor y quedarás pegajosa —le dijo Zayn.
Casey iba a explotar. Le agradaba esto de sociabilizar sin tener que intimidar a alguien, pero por naturaleza era antisocial y le costaba demasiado abrirse a la gente. Y estos chicos la trataban como si se conocieran de siempre. Ella sabía que estaban siendo amigables, mas eso era lo que la estaba enloqueciendo.
—No, en serio estoy bien. Creo que sólo lo limpiaré. Voy al baño —Dejó la bandeja sobre la mesa y se fue corriendo a través de la cafetería empujando a todo aquel que se le cruzara.
Niall resopló un poco decepcionado, Casey le había parecido una chica interesante y creía que siendo simpático lograría quitar esa pared que la alejaba del mundo. Porque si había oído todos los rumores sobre ella, también los comentarios de los maestros sobre su agresividad a pesar de sus buenas calificaciones y miles de cosas más que la tachaban como una chica mala. Sin embargo, él sabía que ningún rumor era cierto hasta que la misma persona lo confirmara, y Casey nunca decía nada, los insultos y el odio le resbalaban.
—Siempre supimos que eras raro, Niall. Pero nunca imaginamos que te harías amigo de Casey Whitmore —dijo Zayn. Niall lo miró confundido, sus amigos no eran prejuiciosos y que Zayn dijiera eso era extraño.
—Amigos no lo sé, ella es muy esquiva —le respondió el rubio.
—Bueno, chicos...—Harry se les unió y los abrazó a ambos pasando sus brazos por sus hombros—. ¿Quién dice que nosotros somos normales? Dale una oportunidad, Zayn. ¿O le haces caso a lo que dicen los demás? Da un poco de miedo, tengo que admitirlo...—Niall iba a interrumpirlo para que no dijiera una estupidez, pero Harry fue más rápido y agregó—: Aunque yo creo que no hay persona en el mundo que se pueda resistir a la ternura de Niall.
Los chicos rieron, Niall con las mejillas sonrojadas. Limpiaron la mesa y se sentaron a comer. Cuando acabaron, Niall guardó en una bolsa la hamburguesa de Casey para entregarsela después.
Detrás de la escuela, en un rincón al lado de los basureros que contenían los desperdicios del almuerzo, Casey estaba sentada en el suelo con la cabeza entre las rodillas. Quería llorar por la misma razón de siempre, la terrible inseguridad que sentía cada vez que hablaba con alguien que deseaba ser su amigo.
—Te odio, te llevaste todo lo bueno que tenía...—maldecía con los ojos fuertemente cerrados.
El rostro de "él" apareció en su mente y no pudo borrarlo por más esfuerzos que hizo. Su recuerdo estaba adherido a ella como su propia piel, cada vez que ella caía en la tristeza "él" aparecía y hacía girar sus pensamientos, retorcia toda idea coherente y la hacía ahogarse en un dolor tan intenso que Casey temía que fuera depresión.
—Te odio, te odio, te odio, te odio...—susurraba.
—¡Miren a quien tenemos aquí! —escuchó de pronto.
Levantó el rostro y vio a cinco chicos que la acorralaban. Pudo distinguir entre ellos a Dylan, el idiota al que golpeó hace dos semanas, y al novio de Katty, Brad. Los otros carecían de importancia para su existencia a menos que intentaran llevarle la contrario, eso los pondría en su lista negra de personas a las cuales odiar.
Se colocó de pie y disimuló las lágrimas que estuvo a punto de llorar, levantó una ceja y sonrió de medio lado.
—Un grupo de inútiles detrás de la escuela, espero que no estén haciendo cosas indecentes, como sacar su lado salvaje contra la pared —Casey rió con sarcasmo para enfadar más a esos chicos.
Dylan gruñó mientras sus manos se hacían puños, sus nudillos estaban blancos de tanta fuerza contenida.
—Y tú, que estás sola... me imagino que cosas harás aquí mientras nadie te ve, porque estoy seguro que a nadie le gustaría acompañarte en tu soledad... —los chicos sonrieron con suficiencia.
Casey se dio cuenta del doble sentido en la frase de Dylan, pero por un momento recordó a Niall que tan amablemente la había tratado esa mañana, aunque no en el sentido que señalaba Dylan.
—Oh, mira como me pillas. Al menos no tengo sexo con el novio de mi mejor amiga —contraatacó Casey.
Brad miró sorprendido a Dylan, quien nervioso agregó:
—Por supuesto que no, tú no tienes amigas y él único amigo que tuviste te abandonó —eso fue el colmo.
Casey podía soportar las miradas, los insultos y todo lo demás, pero jamás que hablaran de "él" en su presencia, jamás.
Se abalanzó contra Dylan y lo golpeó en el ojo, los otros chicos la agarraron de los brazos y ella gritó. La sostuvieron justo donde estaban los cortes.
Ella se removió tratando de escapar, pero ellos eran más fuertes. La lanzaron al suelo y Casey se golpeó la cabeza.
—Si tu madre te hubiese enseñado a ser una buena para nada como ella, tal vez no tendrías tantos problemas, Cass —Casey se tapó los oídos, sólo "él" la llamada de esa forma—. Pero como está más preocupada de acostarse con todos los hombres de Inglaterra, se olvidó de educar a su hija.
Escuchó como las risas de ellos se apagaban a lo lejos mientras el timbre de la escuela anunciaba más clases.
Se miró el suéter manchado de jugo y sucio por el polvo del suelo, hacía un calor que no se aguantaba y más encima estaba enojada, muy enojada.
—Me pregunto por qué odiaré cada día un poquito más al mundo —dijo con sarcasmo en voz alta. Se quitó el suéter y lo arrojó a la basura, quedó con sus jeans y su playera negra.
Niall se sentó al final de la fila, en el puesto que ocupaba Casey para su clase de lengua. Se sentía bien poder conversar con ella después de todo ese tiempo sin conocerse, estaban juntos en las mismas clases (absolutamente todas) desde hace más de un año y jamás se había atrevido a hablarle. Debía admitir que el comentario que hizo en el pasillo acerca de sus dientes le dolió, pero algo le decía que no fue su verdadera intención decirlo.
—Niall ¿quieres morir? —le preguntó una chica castaña de enormes ojos marrones. Estaba sentada en la fila de al lado y lo observaba alarmada—. Ahí se sienta Casey, si te ve serás hombre muerto.
—No seas exagerada, Mel. Esta mañana también me senté con Casey y mirame, vivo y en una pieza, no es nada del otro mundo —le dijo él. Mel abrió la boca al no creerle.
—¿En serio? ¿Y no te golpeó o te amenazó?
—Para nada, es muy amable y algo tímida —Niall tenía en cuenta que estaba contando un trozo de la verdad, pero quería dejar bien a Casey frente a Mel, ella era una chica agradable y tal vez, con un poco de suerte, podía hacer que Casey entablara amistad con ella.
—Allí viene, Niall... —exclamó Mel.
Casey iba entrando al salón y hubo la misma reacción que en la mañana, todos se apartaron y se quedaron en silencio mientras ella caminaba. Sin embargo, esta vez el silencio fue sepulcral. Todas las miradas se posaron en su brazo izquierdo, en especial una mirada tan azul como cielo.
—¿Qué haces en mi puesto, Niall? —le preguntó ella a Niall cuando llegó a su mesa. Mel no pudo pronunciar ni una palabra para ayudar al rubio y Niall estaba concentrado observando los cortes en su brazo.
—¿Cómo te hiciste eso? —inquirió él.
—Esa no es la respuesta que esperaba. Te pregunté qué haces en MI puesto.
Niall reaccionó y miró a Casey al rostro. Ella tenía los ojos llorosos y una mancha de sangre en la frente.
—¿Qué te sucedió? —insistió él.
Ella bufó y empujó la silla que estaba al lado de Niall para sentarse. La clase no podía dejar de observar la escena, Casey la chica fuerte que los intimidaba se cortaba y no temía admitirlo.
A pesar de la conmoción, nadie dijo nada. Ninguno se atrevía salvo Niall.
—¿Qué te sucedió? —repitió.
—Nada que te importe. Deja de preocuparte —le dijo ella con amargura—. Y para la próxima que estés en mi puesto sin mi consentimiento, te saco a patadas.
Niall se fijo que Casey aún tenía los ojos tristes cuando le dijo eso. Él espero a que el profesor llegara para que dejaran de mirarlos y así acercarse con la silla un poco más a ella. Casey se dio cuenta y lo miró con mala cara, pero él la ignoró y la tomó de la mano.
—¿Qué crees que estás haciendo? —le susurró ella para que el maestro no la escuchara.
—Te brindo apoyo.
Sintió que se echaría a llorar en cualquier segundo.
Niall era parecido a "él".
Sólo un día le basto para darse cuenta de que a pesar que "él" se marchó, aún existían personas perecidas. Niall era un claro ejemplo, la estaba apoyando en ese momento y el hecho de que hiciera eso provocaba un nudo en la garganta de Casey.
"Te odio, te odio, te odio..." comenzó a decir en su mente.
—No lo necesito —dijo en voz alta más para convencerse a sí misma que a Niall.
—No me importa —contestó él en un leve susurro.
Nadie volvió a mirar a Casey a pesar de la inmensa curiosidad que tenían.
Casey se distrajo toda la clase observando sus dedos entrelazados con los de Niall. No quería admitirlo, pero le agradaba este chico sin importar las pocas palabras que había intercambiado con él.
_________________________________________________________________________________________
Listo, segundo capítulo.
El próximo cap. a más tardar el domingo (para darme tiempo de escribir en Never let me go)
¿quién será "él"? chan chan chaaaaaaaaaaaan.
En fin, acabo de leer "Los juegos del hambre", así que si ando un poco violenta, no es mi culpa, sino de Suzanne Collins. Ahora leo "Gata blanca" de Holly Black, que es un libro de mafia y maleficios, así que seguiré violenta un rato más.
" A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y que viven en dos islas distintas"
Noel Clarasó
A la hora de almuerzo el sol brillaba sobre la ciudad despeglando los rayos más abrasadores de la mañana. Casey estaba en la fila para elegir la comida cuando sintió que alguien tocaba su hombro.
—¿Nos sentamos juntos? —ella aún no comprendía por qué Niall le hablaba con tanta confianza, como si ella no fuera mala. Todos los observaban disimuladamente, esperando la respuesta con la misma ansiedad que Niall. Casey le sonrió y asintió con la cabeza. Por alguna razón ya no estaba tan interesada en hacerles creer una mentira a los demás y si alguien se burlaba, le rompía los dientes.
Eligió una hamburguesa y un jugo de naranja y los dejó en su bandeja. Cuando se volteó para buscar la cebellera rubia de Niall tuvo una desagradable imagen a unos metros de distancia: Katty estaba sentada en las piernas de su novio besuqueándose como si el mundo se fuera a acabar. Se le quitó el apetito de sólo verlos.
Se acercó hasta la mesa de Katty con toda la intención de arrojarles el jugo encima para arruinarles el espectáculo, pero desistió de hacerlo al ver que Niall estaba tres mesas más allá, agitando su mano para llamar su atención.
Resopló y pasó de largo.
A Niall lo acompañaban dos chicos: uno de cabello rizado y otro moreno. Casey hizo una mueca, no se le había pasado por la cabeza que Niall tuviera amigos. Se detuvo antes de sentarse, no quería ver como esos chicos se oponían a su llegada.
—Chicos, ella es Casey. Ellos son Harry y Zayn —los presentó Niall. Definitivamente no se sentaría con ellos, sólo se produciría un silencio incómodo y terminarían por irse a otra mesa. Necesitaba decir algo antes de que ellos lo hicieran.
—¡Oh, tú eres la chica que golpeó a Dylan, el del equipo de fútbol! —exclamó de repente el rizado, Harry. El otro chico asintió con una sonrisa y aplaudió.
—Eres nuestra heroína —dijieron los dos.
Casey no sabía porque estaba tan soprendida. No sabía si era porque esos chicos la miraban con normalidad, porque no se asustaban o porque no tenían ni la más remota idea de quien era ella.
—¿De verdad consideran que golpear a otra persona es digno de una heroína? —les preguntó. Niall iba a responder, pero Harry se le adelantó.
—Por supuesto, Dylan es un estúpido. A principio de año escondió mi ropa mientras me duchaba, a Zayn le robó su tarea de matemáticas y a Louis lo echó del equipo.
Louis, ella conocía a ese chico. Así que Niall era amigo de Louis.
Soltó una carcajada al recordar cuando golpeó a Dylan en medio del campo de fútbol, cayó al suelo como una niña y se puso a gritar de dolor. Los otros miembros del equipo la rodearon con el deseo de vengarse hasta que uno de ellos gritó "¡Oh por Dios, es Justin Bieber!" y todos se giraron a ver donde se suponía que estaba. Louis le hizo señas para que escapara y Casey se fue corriendo hasta perderse lejos de la escuela.
—Yo conozco a Louis —les dijo. Ellos se miraron entre sí, preguntándose por qué su amigo no se los había dicho—. Y creo que también sé por qué lo echaron del equipo.
—Interesante. Así que Louis te conoce y ni siquiera se le ocurrió comentarlo —espetó Niall. Harry rió y lo golpeó en el hombro, Zayn hizo un gesto con la mano para que se sentaran.
Casey se quedó de pie. Algo no estaba bien en todo esto ¿Por qué de repente unos chicos se comportaban como si nada con ella? ¿Es qué no tenían oídos para escuchar las horribles cosas que se hablaban de ella?
—¿Te vas a sentar? —le preguntó Zayn. Ella se sentó distraída y por accidente dio vuelta su jugo de naranja sobre la mesa. Todos se levantaron para no mancharse, excepto Casey que ya tenía una gran mancha mojada en su suéter.
—Lo siento —les dijo ella. Había arruinado su primera conversación normal con chicos de su edad en años.
—No te preocupes —le dijo Niall—. Aunque deberías quitarte eso o te vas a manchar más.
Casey se puso tensa, apretó su badeja hasta que le dolieron las manos controlando los nervios que amenazaban con gritarle a Niall que no se entrometiera en su vida.
—Está bien así, es que soy muy torpe —se disculpó ella.
—Torpe nada, sólo derramaste jugo. Vamos, quítate eso, hace calor y quedarás pegajosa —le dijo Zayn.
Casey iba a explotar. Le agradaba esto de sociabilizar sin tener que intimidar a alguien, pero por naturaleza era antisocial y le costaba demasiado abrirse a la gente. Y estos chicos la trataban como si se conocieran de siempre. Ella sabía que estaban siendo amigables, mas eso era lo que la estaba enloqueciendo.
—No, en serio estoy bien. Creo que sólo lo limpiaré. Voy al baño —Dejó la bandeja sobre la mesa y se fue corriendo a través de la cafetería empujando a todo aquel que se le cruzara.
Niall resopló un poco decepcionado, Casey le había parecido una chica interesante y creía que siendo simpático lograría quitar esa pared que la alejaba del mundo. Porque si había oído todos los rumores sobre ella, también los comentarios de los maestros sobre su agresividad a pesar de sus buenas calificaciones y miles de cosas más que la tachaban como una chica mala. Sin embargo, él sabía que ningún rumor era cierto hasta que la misma persona lo confirmara, y Casey nunca decía nada, los insultos y el odio le resbalaban.
—Siempre supimos que eras raro, Niall. Pero nunca imaginamos que te harías amigo de Casey Whitmore —dijo Zayn. Niall lo miró confundido, sus amigos no eran prejuiciosos y que Zayn dijiera eso era extraño.
—Amigos no lo sé, ella es muy esquiva —le respondió el rubio.
—Bueno, chicos...—Harry se les unió y los abrazó a ambos pasando sus brazos por sus hombros—. ¿Quién dice que nosotros somos normales? Dale una oportunidad, Zayn. ¿O le haces caso a lo que dicen los demás? Da un poco de miedo, tengo que admitirlo...—Niall iba a interrumpirlo para que no dijiera una estupidez, pero Harry fue más rápido y agregó—: Aunque yo creo que no hay persona en el mundo que se pueda resistir a la ternura de Niall.
Los chicos rieron, Niall con las mejillas sonrojadas. Limpiaron la mesa y se sentaron a comer. Cuando acabaron, Niall guardó en una bolsa la hamburguesa de Casey para entregarsela después.
Detrás de la escuela, en un rincón al lado de los basureros que contenían los desperdicios del almuerzo, Casey estaba sentada en el suelo con la cabeza entre las rodillas. Quería llorar por la misma razón de siempre, la terrible inseguridad que sentía cada vez que hablaba con alguien que deseaba ser su amigo.
—Te odio, te llevaste todo lo bueno que tenía...—maldecía con los ojos fuertemente cerrados.
El rostro de "él" apareció en su mente y no pudo borrarlo por más esfuerzos que hizo. Su recuerdo estaba adherido a ella como su propia piel, cada vez que ella caía en la tristeza "él" aparecía y hacía girar sus pensamientos, retorcia toda idea coherente y la hacía ahogarse en un dolor tan intenso que Casey temía que fuera depresión.
—Te odio, te odio, te odio, te odio...—susurraba.
—¡Miren a quien tenemos aquí! —escuchó de pronto.
Levantó el rostro y vio a cinco chicos que la acorralaban. Pudo distinguir entre ellos a Dylan, el idiota al que golpeó hace dos semanas, y al novio de Katty, Brad. Los otros carecían de importancia para su existencia a menos que intentaran llevarle la contrario, eso los pondría en su lista negra de personas a las cuales odiar.
Se colocó de pie y disimuló las lágrimas que estuvo a punto de llorar, levantó una ceja y sonrió de medio lado.
—Un grupo de inútiles detrás de la escuela, espero que no estén haciendo cosas indecentes, como sacar su lado salvaje contra la pared —Casey rió con sarcasmo para enfadar más a esos chicos.
Dylan gruñó mientras sus manos se hacían puños, sus nudillos estaban blancos de tanta fuerza contenida.
—Y tú, que estás sola... me imagino que cosas harás aquí mientras nadie te ve, porque estoy seguro que a nadie le gustaría acompañarte en tu soledad... —los chicos sonrieron con suficiencia.
Casey se dio cuenta del doble sentido en la frase de Dylan, pero por un momento recordó a Niall que tan amablemente la había tratado esa mañana, aunque no en el sentido que señalaba Dylan.
—Oh, mira como me pillas. Al menos no tengo sexo con el novio de mi mejor amiga —contraatacó Casey.
Brad miró sorprendido a Dylan, quien nervioso agregó:
—Por supuesto que no, tú no tienes amigas y él único amigo que tuviste te abandonó —eso fue el colmo.
Casey podía soportar las miradas, los insultos y todo lo demás, pero jamás que hablaran de "él" en su presencia, jamás.
Se abalanzó contra Dylan y lo golpeó en el ojo, los otros chicos la agarraron de los brazos y ella gritó. La sostuvieron justo donde estaban los cortes.
Ella se removió tratando de escapar, pero ellos eran más fuertes. La lanzaron al suelo y Casey se golpeó la cabeza.
—Si tu madre te hubiese enseñado a ser una buena para nada como ella, tal vez no tendrías tantos problemas, Cass —Casey se tapó los oídos, sólo "él" la llamada de esa forma—. Pero como está más preocupada de acostarse con todos los hombres de Inglaterra, se olvidó de educar a su hija.
Escuchó como las risas de ellos se apagaban a lo lejos mientras el timbre de la escuela anunciaba más clases.
Se miró el suéter manchado de jugo y sucio por el polvo del suelo, hacía un calor que no se aguantaba y más encima estaba enojada, muy enojada.
—Me pregunto por qué odiaré cada día un poquito más al mundo —dijo con sarcasmo en voz alta. Se quitó el suéter y lo arrojó a la basura, quedó con sus jeans y su playera negra.
Niall se sentó al final de la fila, en el puesto que ocupaba Casey para su clase de lengua. Se sentía bien poder conversar con ella después de todo ese tiempo sin conocerse, estaban juntos en las mismas clases (absolutamente todas) desde hace más de un año y jamás se había atrevido a hablarle. Debía admitir que el comentario que hizo en el pasillo acerca de sus dientes le dolió, pero algo le decía que no fue su verdadera intención decirlo.
—Niall ¿quieres morir? —le preguntó una chica castaña de enormes ojos marrones. Estaba sentada en la fila de al lado y lo observaba alarmada—. Ahí se sienta Casey, si te ve serás hombre muerto.
—No seas exagerada, Mel. Esta mañana también me senté con Casey y mirame, vivo y en una pieza, no es nada del otro mundo —le dijo él. Mel abrió la boca al no creerle.
—¿En serio? ¿Y no te golpeó o te amenazó?
—Para nada, es muy amable y algo tímida —Niall tenía en cuenta que estaba contando un trozo de la verdad, pero quería dejar bien a Casey frente a Mel, ella era una chica agradable y tal vez, con un poco de suerte, podía hacer que Casey entablara amistad con ella.
—Allí viene, Niall... —exclamó Mel.
Casey iba entrando al salón y hubo la misma reacción que en la mañana, todos se apartaron y se quedaron en silencio mientras ella caminaba. Sin embargo, esta vez el silencio fue sepulcral. Todas las miradas se posaron en su brazo izquierdo, en especial una mirada tan azul como cielo.
—¿Qué haces en mi puesto, Niall? —le preguntó ella a Niall cuando llegó a su mesa. Mel no pudo pronunciar ni una palabra para ayudar al rubio y Niall estaba concentrado observando los cortes en su brazo.
—¿Cómo te hiciste eso? —inquirió él.
—Esa no es la respuesta que esperaba. Te pregunté qué haces en MI puesto.
Niall reaccionó y miró a Casey al rostro. Ella tenía los ojos llorosos y una mancha de sangre en la frente.
—¿Qué te sucedió? —insistió él.
Ella bufó y empujó la silla que estaba al lado de Niall para sentarse. La clase no podía dejar de observar la escena, Casey la chica fuerte que los intimidaba se cortaba y no temía admitirlo.
A pesar de la conmoción, nadie dijo nada. Ninguno se atrevía salvo Niall.
—¿Qué te sucedió? —repitió.
—Nada que te importe. Deja de preocuparte —le dijo ella con amargura—. Y para la próxima que estés en mi puesto sin mi consentimiento, te saco a patadas.
Niall se fijo que Casey aún tenía los ojos tristes cuando le dijo eso. Él espero a que el profesor llegara para que dejaran de mirarlos y así acercarse con la silla un poco más a ella. Casey se dio cuenta y lo miró con mala cara, pero él la ignoró y la tomó de la mano.
—¿Qué crees que estás haciendo? —le susurró ella para que el maestro no la escuchara.
—Te brindo apoyo.
Sintió que se echaría a llorar en cualquier segundo.
Niall era parecido a "él".
Sólo un día le basto para darse cuenta de que a pesar que "él" se marchó, aún existían personas perecidas. Niall era un claro ejemplo, la estaba apoyando en ese momento y el hecho de que hiciera eso provocaba un nudo en la garganta de Casey.
"Te odio, te odio, te odio..." comenzó a decir en su mente.
—No lo necesito —dijo en voz alta más para convencerse a sí misma que a Niall.
—No me importa —contestó él en un leve susurro.
Nadie volvió a mirar a Casey a pesar de la inmensa curiosidad que tenían.
Casey se distrajo toda la clase observando sus dedos entrelazados con los de Niall. No quería admitirlo, pero le agradaba este chico sin importar las pocas palabras que había intercambiado con él.
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Listo, segundo capítulo.
El próximo cap. a más tardar el domingo (para darme tiempo de escribir en Never let me go)
¿quién será "él"? chan chan chaaaaaaaaaaaan.
En fin, acabo de leer "Los juegos del hambre", así que si ando un poco violenta, no es mi culpa, sino de Suzanne Collins. Ahora leo "Gata blanca" de Holly Black, que es un libro de mafia y maleficios, así que seguiré violenta un rato más.
Derphantasie
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
ME ENCAAAAAAANTA *insertevozdecantoaqui* Tienes que continuarla... Nialler es un divino dandole apoyo a Casey Por favor continuala!!
Wareva*
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
OHDIOSMIO! SOY TU FAN OFICIAL!!!!! ASDFGHJKLKJHGFDSA! ESCRIBES MUY COOL!!!! AWWWWWWWWWWWWWW! AMO TU NOVELA! ADFGHJKJHGFD! No puedo explicar mi emoción xddd, los dos capítulos están demasiado BUENOS!!!!!!!!!1 AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! DIOSSS! , soy tu #NEWREADER! Y POR SIEMPRE!!!! xddd, sigue pronto!!!!!, me atrapó tu novela xdd Bye!
Lily Ann Marie.
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
LauraHoranLloyd escribió:OHDIOSMIO! SOY TU FAN OFICIAL!!!!! ASDFGHJKLKJHGFDSA! ESCRIBES MUY COOL!!!! AWWWWWWWWWWWWWW! AMO TU NOVELA! ADFGHJKJHGFD! No puedo explicar mi emoción xddd, los dos capítulos están demasiado BUENOS!!!!!!!!!1 AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! DIOSSS! , soy tu #NEWREADER! Y POR SIEMPRE!!!! xddd, sigue pronto!!!!!, me atrapó tu novela xdd Bye!
Me vas a hacer llorar *snif* ahhhhhhhhhhhh te gustó, sabía que a alguien le gustaría , creo que el proximo cap. lo subire el viernes, lo tengo listo hace tiempo, pero me doy tiempo para adelantar y asi no atrasarne y escribir apurada
Derphantasie
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
De mi Horan escribió:ME ENCAAAAAAANTA *insertevozdecantoaqui* Tienes que continuarla... Nialler es un divino dandole apoyo a Casey Por favor continuala!!
no tienes que pedirme por favor, solo dime siguela y la seguire :D
Derphantasie
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
# Ammmmmmmmmmmé
El caaaaaaaaaaaaaaap! jhdkshjkdfk loa mé, asi como muchoooooo(? Todas las noves de Niall, me haces amarlo cada día mas! ADJSGKD & la tuya no es la excepcion! Seguila Pronto Porfas!
Peace & love
El caaaaaaaaaaaaaaap! jhdkshjkdfk loa mé, asi como muchoooooo(? Todas las noves de Niall, me haces amarlo cada día mas! ADJSGKD & la tuya no es la excepcion! Seguila Pronto Porfas!
Peace & love
#Fátima Ailén
Capítulo 3
Hallo, si, soy una apurete, dije cap. el domingo, luego el viernes y termino publicando el jueves. Es que me desespera cuando tengo listo los cap. y tengo que esperar para subirlos, pero como estoy aburrida y mañana es mi último día de clases, la emoción y los nervios me ganan, así que... bueno, aquí estoy.
Se me había olvidado poner en las advertencias que habrá algunas escenas subidas de tono (pero no tan explícitas porque tan hot me desespera y me aburre). eso sí, en unos cuantos cap. más, así que nada de que preocuparse por el momento.
______________________________________________________________________________________________
Cpítulo 3:
"Cuidado con la tristeza. Es un vicio"
Gustave Flaubert
—¿Me dirás lo que te sucedió en el brazo? -le preguntó Niall a Casey.
Las clases ya habían acabado por ese día y no quedaba nadie más en el salón que ellos dos. Niall la había detenido antes de que ella huyera entre la masa de estudiantes para poder escuchar una explicación del por qué tenía esos cortes.
—No —le respondió ella evitando encontrarse con su mirada. Niall asintió con la cabeza comprendiendo que no tenía la confianza suficiente por parte de Casey como para contarle algo tan privado, incluso fue estúpido pensar que ella le diría algo, inclusive una pequeña pista.
—Está bien, tampoco es tu obligación contarmelo. Sólo pensé que si te desahogabas, tal vez eso te ayudaría...
—No seas ridículo —le interrumpió—. Tú querías enterarte de primera fuente por qué la odiosa Casey Whitmore se corta, para así divulgarlo por toda esta maldita escuela.
Niall se quedó callado. Casey era muy temperamental y en química ella le había dicho que la ignorara cuando dijiera tonterías. Y eso hizo.
—Adiós y que no te coman los monstruos bajo tu cama —dijo de repente Casey y se marchó del salón a paso apresurado. Niall reaccionó segundos después y corrió para alcanzarla.
Ella dobló por un pasillo y se perdió de su vista, Niall siguió corriendo hasta llegar a la salida y ver como ella se quedaba de pie fuera del colegio. A esa hora quedaban pocos alumnos y la mayoría se alejaba lo más que podía de Casey.
—¡Casey, espera! —todos se giraron a ver que sucedía. Casey ya estaba cansada de que siempre hicieran lo mismo cada vez que Niall le hablaba.
—¡¿Qué están mirando? Preocupense de sus vidas, inútiles! —les gritó ella a los demás. Niall se detuvo al ver como ella levantaba esa muralla que la apartaba del mundo, ahora sería más difícil conversar con ella.
Casey miró a donde estaba Niall y le hizo un gesto con la mano para que la siguiera. Comenzó a caminar para cruzar la calle y se volteó para verificar si el rubio la seguía.
—¡¿Vienes o no?! —le gritó. Él sonrió y caminó hasta llegar a su lado, comenzaron a caminar en cuanto no vieron ningún auto por la calle— ¿Dónde vives, Niall?
—¿Dísculpa? —eso lo desconsertó.
Casey se estaba impacientando, él parecía sorprenderse por todo y eso no era bueno.
"No es tan distinto a 'él'..." se decía. Se golpeó mentalmente y analizó el rostro de Niall. No se parecían, sólo eran alucionaciones suyas.
"Mejor así".
—¿Dónde vives?
—Y para qué quieres saber eso.
—Necesito pedirte un favor. Esto no es algo que haga todos los días, así que sientete halagado.
Niall miró al frente y apuntó con su dedo un semáforo.
—En ese semáforo, dobla a la derecha y sigue recto, mi casa es una con un gran árbol en el jardín delantero.
Casey se detuvo. Agarró del brazo a Niall y lo obligó a detenerse también, él quiso decir algo, pero ella lo calló.
—¿Es la #0248? —Niall asintió—. Y tu vecina de al lado es una mujer rubia mal vestida que siempre lleva las uñas de un intenso color rojo ¿cierto?
—¿Cómo sabes eso? —ahora Niall estaba impresionado ¿por qué ella sabía todas esas cosas si recién después de un año se hablaban?
—Lo siento, Niall. No puedo ir a tu casa, olvida el favor que te iba a pedir...
—Pero si ni siquiera me dijiste cuál era —esto se estaba tornando extraño.
Niall estaba confundido, ella sabía exactamente donde vivía y como eran sus vecinos sin haberla invitado antes a su casa. Tal vez conocía a los antiguos dueños y por eso sabía todo aquello, aunque era una posibilidad remota ya que su madre le había dicho que la familia que vivió antes en su hogar era muy apartada de las personas y que parecían aturdidos. Eso se debía a que el hijo menor de la familia había fallecido hace algunos años.
—No importa, de verdad que no puedo ir a tu casa —le dijo ella, casi rogándole.
—¿Conocías a la familia que vivía antes allí? ¿Es por eso? ¿Conociste al chico que murió? —Casey se tapó los oídos y cerró los ojos, Niall se asustó ante su reacción y por un momento comenzó a creer los rumores sobre ella, que estaba loca y que padecía una enfermedad mental que la hacía ser así.
Niall escuchó como ella susurraba "te odio" repetidas veces, sin respirar, sin recordar que estaba en medio de la calle. De pronto, ella volvió a la normalidad con los ojos llorosos y algo pálida como si nada hubiese pasado.
—Adiós, Niall —le dijo y se fue en la dirección contraria, dejando al chico con un torbellino de dudas en la cabeza.
Casey comenzó a correr sin darse cuenta, quería encerrarse en su cuarto y gritar contra la almohada, ahogar el dolor hasta dormirse y despertar para un nuevo y monótono día. Pero las cosas nunca sucedían como ella lo esperaba.
Sus pies la llevaron hasta la puerta de su casa, de madera con grietas de lo que fue pintura verde. Escuchó voces adentro y una risa aguda y escandalosa. Su madre había llegado y traía visita.
No quería entrar, de verdad que no quería. Siempre que su madre traía a alguien a la casa las cosas no terminaban bien, se peleaban por todo y al final la dejaban castigada y sin dinero para comprar "flores".
Sus padres estaban divorciados desde hace cuatro años, le habían otorgado la custodia a su madre y su padre se fue a vivir a Londres con uno de sus hermanos. Casey adoraba visitarlo porque su tío era divertido y tenía un departamento con una vista espléndida, además que tenía una mejor relación con su padre y él no la culpaba ni le recordaba la partida de "él".
Giró el pomo cerrando los ojos y rezandole a Dios que su madre la ignorara. La casa estaba a oscuras con las cortinas corridas y con unas velas aromáticas esparcidas por la alfombra del linving. Casey pudo imaginar lo que ocurría. Era otro pretendiente.
Cruzó la entrada lo más rápido que pudo y una vez que piso el primer escalón de la escalera, no se detuvo hasta cerrar silenciosamente la puerta de su habitación.
Respiró aliviada y soltó una bocanada de aire contra la puerta.
Lanzó su mochila al suelo y se tiró sobre su cama.
Tenía muchas cosas en las que pensar y de las cuales la mayoría no eran buenas para su salud mental. Lo único que se permitió fue recordar la mirada de Niall, sólo eso. Le agradaba la calidez de su pupila y la forma en que brillaba y cambiaba de color con la luz. Se preguntó por qué no se había fijado antes en él, si Niall era diferente al resto. Tal vez estaba tan apartada de su entorno que no se daba cuenta de nada.
Sin embargo, no podía cambiar las cosas. Ese era su modo de desconexión del dolor, de la realidad y del pasado. Quería olvidar, mas era imposible. Así que se perdía en su mundo y hacía como que nadie existía.
Pero hoy, Niall la había conectado otra vez. La sorprendió y le hizo sentir otro tipo de emociones -como la gratitud y la simpatía- que se habían perdido en su cabeza hace mucho tiempo. Y lo peor de todo era que no dejaba de compararlo con "él". No se parecían físicamente, pero en la forma en que se preocupaba a pesar de haberla conocido hace un par de horas le ablandaba el corazón.
Hundió la cabeza en la almohada, acomodándose en la suavidad de la tela. Su habitación era el único lugar seguro dentro de su casa, el otro era el cementerio.
En eso recordó que pasado mañana sería miércoles, y eso significaba tomar el autobús después de la escuela, bajarse en la parada que quedaba frente a una cabina telefónica, caminar dos cuadras, comprar flores en el local de la señora Smith -una anciana de edad incalculable- y caminar entre los lechos de los muertos para detenerse frente a la lápida de "él".
"Te odio tanto, pero a la vez te extraño demasiado..." pensaba mientras contenía las lágrimas. Había llorado muchas veces encerrada en su habitación, siendo ignorada por su madre que no sabía del dolor que su hija sufría cada noche al recordar el rostro de su mejor amigo.
Una música lenta comenzó a sonar en el piso de abajo, se levantó a buscar su celular y los audífonos para evitar escuchar como su madre se acostaba con quien fuera que estuviera.
Estuvo acostada con la música al máximo hasta que la luz que entraba por la ventana se apagó y las paredes quedaron en penumbra. La luz anaranjada del poste frente a su casa se colaba entre las cortinas e iluminaba el techo, dandole un aspecto macabro al cuarto.
Casey no tenía ganas de dormir porque sabía que al final se despertaría, ella sólo quería dormir para siempre. Pero entonces recordaba la mirada de Niall, una sonrisa azul que aclaraba sus pensamientos. Tal vez, sólo esta vez, podía dormir deseando que el día siguiente llegara pronto.
Por la mañana, los pasillos estaban abarrotados de estudiantes que no paraban de hablar de un mismo tema: la fiesta de bienvenida. Todos los años, un mes después de iniciadas las clases, una vez que el comité de alumnos estaba formado y organizado, se realizaba una fiesta en el gimnasio que practicamente era un baile de gala. Las chicas siempre espereban expectantes la invitación de algún chico, cualquiera. Ya que si no eras invitada o asistías sin pareja, serías la burla de la escuela por el resto del año. Aunque estaba la gran excepción de Casey, que nadie se atrevía a invitar ni a molestar. Ella ni siquiera estaba interesada en esa fiesta, no hallaba nada bueno en tener que compartir otro año de su vida con las mismas personas y en el mismo lugar otra vez.
Sin embargo, un rubio que sobresalía entre la multitud, acompañado de uno con muchos rizos, un castaño y un moreno, estaba exaltado pensando en las posibilidades que tenía de conseguir pareja antes de que acabara la semana.
Casey se acercó hasta el mural que había colgado en la pared del pasillo con el afiche de la fiesta, era en tres semanas más y sólo podían asistir los alumnos del colegio, nadie que fuera de otro establecimiento. Casey sonrió de medio lado recordando el año anterior, en el que derramó litros y litros de aceite en la pista de baile antes de que todo iniciara, fue un verdadero placer ver como todos resbalaban contra el piso.
Este año tenía pensado soltar unas cuantas ratas y unos zorrillos para que todos salieran corriendo, era una tradición arruinar esa noche tan especial para los demás. Pero una odiosa voz la sacó de sus cabilaciones.
—¿Acaso piensar ir, Cass? —Dylan le susurraba en el oído y había acariciado un mechón de su cabello. Algunos se dieron cuenta de ese gesto, mirando con disimulo la escena. Se armaría una grande si Dylan provocaba a Casey.
—Por supuesto, ¿de verdad crees que me perdería la noche más importante de mi vida? —Casey utilizó ese tono de niña pequeña para fastidiar y hacer notar el sarcasmo en su voz. Dylan sonrió más ampliamente.
—¿En serio? Entonces ¿me harías el honor de acompañarme?
—Por supuesto, cuando esté muerta diez metros bajo tierra —ella volvió a su personalidad explosiva y escupió las palabras muy cerca del rostro de Dylan.
Ahora todos los observaban, incluído Niall.
—Hum...puedo esperar unos días, no te preocupes —le susurró él, pegando sus labios a su oreja y besando su cabello en cuanto alejó su rostro de ella.
Casey escuchó como un fuerte "crack" rompía todo su interior. No le permitió a sus ojos aguarse, ni a su piel sonrojarse de la rabia. Siguió con su expresión inflexible, como si Dylan nunca hubise pronunciado nada.
—Perfeco, compra smokin entonces, pero que sea negro, así ahorras y vas al funeral también —le espetó ella. Lo apartó de su lado con un empujón y se encaminó a su clase de algebra de esa mañana.
Dylan carcajeó un rato con la aceptación de los demás, era agradable ver de vez en cuando como alguien ponía en su lugar a Casey. Pero el chico dejó de reir cuando un rubio se le acercó.
—¿Eres amigo de Casey? —le preguntó Niall. Había observado todo, cada detalle y no tenía un buen presentimiento de todo ese show.
—¿QUÉ? No, claro que no. Es una maldita loca transtornada por la muerte, no me sorprendería que un día de estos se suicidara —le dijo casi gritando.
Niall quedó petrificado, no se esperaba esa respuesta.
Recordó la reacción que tuvo Casey el día anterior y la tristeza de su mirada, era un azul apagado, como un océano cubierto de neblina. Si unía esas dos cosas con las palabras de Dylan, tenía algo de sentido y eso lo asustaba.
Después le vino a la mente que Casey había golpeado a Dylan, y podría ser por eso que él había dicho esas horribles cosas acerca de ella. Se dijo a sí mismo que era ridículo pensar, aunque fuera por uno segundo, que esos dos fueran amigos.
El timbre sonó y la masa de adolescentes se dispersó hasta sus salas. Niall se dirigó hasta el salón de algebra y desde la puerta divisó a Casey sentada en su rincón habitual. Tenía unos audífonos puestos, pero parecía no escuchar música, ya que no hacía ningún movimiento de disfrutar el sonido.
Sin embargo, algo extraño sucedió.
Cuando Niall entró, todas las miradas se posaron en él. Se sintió raro, como si la lente de una cámara lo persiguiera. Caminó hasta el puesto de Casey y los susurros se dispararon, eso lo molestó un poco.
—Hola —le dijo él. Ella se quitó un audífono y le sonrió.
—Hola.
—¿Me puedo sentar aquí? —Niall señaló la silla al lado de Casey, en la cual reposaba su mochila. Ella la sacó y la colocó encima de la mesa. Él le sonrió de vuelta y se sentó a su lado al mismo tiempo que sacaba su cuaderno y un lápiz.
Las voces de sus compañeros se hicieron más ruidosas.
—Se están dando un festín —dijo Casey. Niall no la comprendió de inmediato, pero fue cosa de mirar a su alrededor y darse cuenta de que hablaba: los rumores.
Casey llevaba un polerón negro con las mangas veinte centímetros más largas de lo necesario. Se aferraba a ellas como si su vida dependiera en ello, y practicamente así lo era. No dejaría que vieron sus cortes nunca más.
Ella ya era una profesional soportando la presión de los murmullos, pero a Niall le había pillado de sorpresa y era desesperante escuchar como todos hablaban de él, era como el zumbido de una mosca que no te dejaba en paz. Casey se dio cuenta, aunque no sabía como tranquilizar al rubio.
—Oye, recuerda que iba a ayudarte con algunas asignaturas —eso pareció distraerlo del entorno. Se giró hasta quedar frente a frente y él sonrió, de la misma manera en que llamó la atención de Casey ayer.
El profesor entró y todos quedaron en silencio. Comenzó a explicar la fórmula para resolver ecuaciones de segundo grado, mientras la mayoría ponía atención y tomaba apuntes. Pero Casey no podía apartar la mirada de la sonrisa de Niall, era reconfortante saber que quedaban personas que valían la pena en este mundo.
—¡Casey, ¿estás aquí?! —escuchó de repente. Era el profesor quien la llamaba, se había percatado de que ella era la única que no tenía su cuaderno sobre la mesa y que miraba embobada a su compañero de puesto—¿Podrías explicarle a la clase cual es la fórmula? Porque si aún no has sacado tu cuarderno, es porque te consideras muy lista.
Casey resopló fastidiada y se acomodó en la silla.
—Para calcular el valor de X debo elevar menos B al cuadrado mas/menos la raíz de B al cuadrado menos 4 por A por C, todo eso dividido por dos A —lo dijo tan aburrida como si leyera la información del comité de alumnos. El profesor no la volvió a molestar más y ella continúo mirando de soslayo a Niall sin que éste se percatara.
Se me había olvidado poner en las advertencias que habrá algunas escenas subidas de tono (pero no tan explícitas porque tan hot me desespera y me aburre). eso sí, en unos cuantos cap. más, así que nada de que preocuparse por el momento.
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Cpítulo 3:
"Cuidado con la tristeza. Es un vicio"
Gustave Flaubert
—¿Me dirás lo que te sucedió en el brazo? -le preguntó Niall a Casey.
Las clases ya habían acabado por ese día y no quedaba nadie más en el salón que ellos dos. Niall la había detenido antes de que ella huyera entre la masa de estudiantes para poder escuchar una explicación del por qué tenía esos cortes.
—No —le respondió ella evitando encontrarse con su mirada. Niall asintió con la cabeza comprendiendo que no tenía la confianza suficiente por parte de Casey como para contarle algo tan privado, incluso fue estúpido pensar que ella le diría algo, inclusive una pequeña pista.
—Está bien, tampoco es tu obligación contarmelo. Sólo pensé que si te desahogabas, tal vez eso te ayudaría...
—No seas ridículo —le interrumpió—. Tú querías enterarte de primera fuente por qué la odiosa Casey Whitmore se corta, para así divulgarlo por toda esta maldita escuela.
Niall se quedó callado. Casey era muy temperamental y en química ella le había dicho que la ignorara cuando dijiera tonterías. Y eso hizo.
—Adiós y que no te coman los monstruos bajo tu cama —dijo de repente Casey y se marchó del salón a paso apresurado. Niall reaccionó segundos después y corrió para alcanzarla.
Ella dobló por un pasillo y se perdió de su vista, Niall siguió corriendo hasta llegar a la salida y ver como ella se quedaba de pie fuera del colegio. A esa hora quedaban pocos alumnos y la mayoría se alejaba lo más que podía de Casey.
—¡Casey, espera! —todos se giraron a ver que sucedía. Casey ya estaba cansada de que siempre hicieran lo mismo cada vez que Niall le hablaba.
—¡¿Qué están mirando? Preocupense de sus vidas, inútiles! —les gritó ella a los demás. Niall se detuvo al ver como ella levantaba esa muralla que la apartaba del mundo, ahora sería más difícil conversar con ella.
Casey miró a donde estaba Niall y le hizo un gesto con la mano para que la siguiera. Comenzó a caminar para cruzar la calle y se volteó para verificar si el rubio la seguía.
—¡¿Vienes o no?! —le gritó. Él sonrió y caminó hasta llegar a su lado, comenzaron a caminar en cuanto no vieron ningún auto por la calle— ¿Dónde vives, Niall?
—¿Dísculpa? —eso lo desconsertó.
Casey se estaba impacientando, él parecía sorprenderse por todo y eso no era bueno.
"No es tan distinto a 'él'..." se decía. Se golpeó mentalmente y analizó el rostro de Niall. No se parecían, sólo eran alucionaciones suyas.
"Mejor así".
—¿Dónde vives?
—Y para qué quieres saber eso.
—Necesito pedirte un favor. Esto no es algo que haga todos los días, así que sientete halagado.
Niall miró al frente y apuntó con su dedo un semáforo.
—En ese semáforo, dobla a la derecha y sigue recto, mi casa es una con un gran árbol en el jardín delantero.
Casey se detuvo. Agarró del brazo a Niall y lo obligó a detenerse también, él quiso decir algo, pero ella lo calló.
—¿Es la #0248? —Niall asintió—. Y tu vecina de al lado es una mujer rubia mal vestida que siempre lleva las uñas de un intenso color rojo ¿cierto?
—¿Cómo sabes eso? —ahora Niall estaba impresionado ¿por qué ella sabía todas esas cosas si recién después de un año se hablaban?
—Lo siento, Niall. No puedo ir a tu casa, olvida el favor que te iba a pedir...
—Pero si ni siquiera me dijiste cuál era —esto se estaba tornando extraño.
Niall estaba confundido, ella sabía exactamente donde vivía y como eran sus vecinos sin haberla invitado antes a su casa. Tal vez conocía a los antiguos dueños y por eso sabía todo aquello, aunque era una posibilidad remota ya que su madre le había dicho que la familia que vivió antes en su hogar era muy apartada de las personas y que parecían aturdidos. Eso se debía a que el hijo menor de la familia había fallecido hace algunos años.
—No importa, de verdad que no puedo ir a tu casa —le dijo ella, casi rogándole.
—¿Conocías a la familia que vivía antes allí? ¿Es por eso? ¿Conociste al chico que murió? —Casey se tapó los oídos y cerró los ojos, Niall se asustó ante su reacción y por un momento comenzó a creer los rumores sobre ella, que estaba loca y que padecía una enfermedad mental que la hacía ser así.
Niall escuchó como ella susurraba "te odio" repetidas veces, sin respirar, sin recordar que estaba en medio de la calle. De pronto, ella volvió a la normalidad con los ojos llorosos y algo pálida como si nada hubiese pasado.
—Adiós, Niall —le dijo y se fue en la dirección contraria, dejando al chico con un torbellino de dudas en la cabeza.
Casey comenzó a correr sin darse cuenta, quería encerrarse en su cuarto y gritar contra la almohada, ahogar el dolor hasta dormirse y despertar para un nuevo y monótono día. Pero las cosas nunca sucedían como ella lo esperaba.
Sus pies la llevaron hasta la puerta de su casa, de madera con grietas de lo que fue pintura verde. Escuchó voces adentro y una risa aguda y escandalosa. Su madre había llegado y traía visita.
No quería entrar, de verdad que no quería. Siempre que su madre traía a alguien a la casa las cosas no terminaban bien, se peleaban por todo y al final la dejaban castigada y sin dinero para comprar "flores".
Sus padres estaban divorciados desde hace cuatro años, le habían otorgado la custodia a su madre y su padre se fue a vivir a Londres con uno de sus hermanos. Casey adoraba visitarlo porque su tío era divertido y tenía un departamento con una vista espléndida, además que tenía una mejor relación con su padre y él no la culpaba ni le recordaba la partida de "él".
Giró el pomo cerrando los ojos y rezandole a Dios que su madre la ignorara. La casa estaba a oscuras con las cortinas corridas y con unas velas aromáticas esparcidas por la alfombra del linving. Casey pudo imaginar lo que ocurría. Era otro pretendiente.
Cruzó la entrada lo más rápido que pudo y una vez que piso el primer escalón de la escalera, no se detuvo hasta cerrar silenciosamente la puerta de su habitación.
Respiró aliviada y soltó una bocanada de aire contra la puerta.
Lanzó su mochila al suelo y se tiró sobre su cama.
Tenía muchas cosas en las que pensar y de las cuales la mayoría no eran buenas para su salud mental. Lo único que se permitió fue recordar la mirada de Niall, sólo eso. Le agradaba la calidez de su pupila y la forma en que brillaba y cambiaba de color con la luz. Se preguntó por qué no se había fijado antes en él, si Niall era diferente al resto. Tal vez estaba tan apartada de su entorno que no se daba cuenta de nada.
Sin embargo, no podía cambiar las cosas. Ese era su modo de desconexión del dolor, de la realidad y del pasado. Quería olvidar, mas era imposible. Así que se perdía en su mundo y hacía como que nadie existía.
Pero hoy, Niall la había conectado otra vez. La sorprendió y le hizo sentir otro tipo de emociones -como la gratitud y la simpatía- que se habían perdido en su cabeza hace mucho tiempo. Y lo peor de todo era que no dejaba de compararlo con "él". No se parecían físicamente, pero en la forma en que se preocupaba a pesar de haberla conocido hace un par de horas le ablandaba el corazón.
Hundió la cabeza en la almohada, acomodándose en la suavidad de la tela. Su habitación era el único lugar seguro dentro de su casa, el otro era el cementerio.
En eso recordó que pasado mañana sería miércoles, y eso significaba tomar el autobús después de la escuela, bajarse en la parada que quedaba frente a una cabina telefónica, caminar dos cuadras, comprar flores en el local de la señora Smith -una anciana de edad incalculable- y caminar entre los lechos de los muertos para detenerse frente a la lápida de "él".
"Te odio tanto, pero a la vez te extraño demasiado..." pensaba mientras contenía las lágrimas. Había llorado muchas veces encerrada en su habitación, siendo ignorada por su madre que no sabía del dolor que su hija sufría cada noche al recordar el rostro de su mejor amigo.
Una música lenta comenzó a sonar en el piso de abajo, se levantó a buscar su celular y los audífonos para evitar escuchar como su madre se acostaba con quien fuera que estuviera.
Estuvo acostada con la música al máximo hasta que la luz que entraba por la ventana se apagó y las paredes quedaron en penumbra. La luz anaranjada del poste frente a su casa se colaba entre las cortinas e iluminaba el techo, dandole un aspecto macabro al cuarto.
Casey no tenía ganas de dormir porque sabía que al final se despertaría, ella sólo quería dormir para siempre. Pero entonces recordaba la mirada de Niall, una sonrisa azul que aclaraba sus pensamientos. Tal vez, sólo esta vez, podía dormir deseando que el día siguiente llegara pronto.
Por la mañana, los pasillos estaban abarrotados de estudiantes que no paraban de hablar de un mismo tema: la fiesta de bienvenida. Todos los años, un mes después de iniciadas las clases, una vez que el comité de alumnos estaba formado y organizado, se realizaba una fiesta en el gimnasio que practicamente era un baile de gala. Las chicas siempre espereban expectantes la invitación de algún chico, cualquiera. Ya que si no eras invitada o asistías sin pareja, serías la burla de la escuela por el resto del año. Aunque estaba la gran excepción de Casey, que nadie se atrevía a invitar ni a molestar. Ella ni siquiera estaba interesada en esa fiesta, no hallaba nada bueno en tener que compartir otro año de su vida con las mismas personas y en el mismo lugar otra vez.
Sin embargo, un rubio que sobresalía entre la multitud, acompañado de uno con muchos rizos, un castaño y un moreno, estaba exaltado pensando en las posibilidades que tenía de conseguir pareja antes de que acabara la semana.
Casey se acercó hasta el mural que había colgado en la pared del pasillo con el afiche de la fiesta, era en tres semanas más y sólo podían asistir los alumnos del colegio, nadie que fuera de otro establecimiento. Casey sonrió de medio lado recordando el año anterior, en el que derramó litros y litros de aceite en la pista de baile antes de que todo iniciara, fue un verdadero placer ver como todos resbalaban contra el piso.
Este año tenía pensado soltar unas cuantas ratas y unos zorrillos para que todos salieran corriendo, era una tradición arruinar esa noche tan especial para los demás. Pero una odiosa voz la sacó de sus cabilaciones.
—¿Acaso piensar ir, Cass? —Dylan le susurraba en el oído y había acariciado un mechón de su cabello. Algunos se dieron cuenta de ese gesto, mirando con disimulo la escena. Se armaría una grande si Dylan provocaba a Casey.
—Por supuesto, ¿de verdad crees que me perdería la noche más importante de mi vida? —Casey utilizó ese tono de niña pequeña para fastidiar y hacer notar el sarcasmo en su voz. Dylan sonrió más ampliamente.
—¿En serio? Entonces ¿me harías el honor de acompañarme?
—Por supuesto, cuando esté muerta diez metros bajo tierra —ella volvió a su personalidad explosiva y escupió las palabras muy cerca del rostro de Dylan.
Ahora todos los observaban, incluído Niall.
—Hum...puedo esperar unos días, no te preocupes —le susurró él, pegando sus labios a su oreja y besando su cabello en cuanto alejó su rostro de ella.
Casey escuchó como un fuerte "crack" rompía todo su interior. No le permitió a sus ojos aguarse, ni a su piel sonrojarse de la rabia. Siguió con su expresión inflexible, como si Dylan nunca hubise pronunciado nada.
—Perfeco, compra smokin entonces, pero que sea negro, así ahorras y vas al funeral también —le espetó ella. Lo apartó de su lado con un empujón y se encaminó a su clase de algebra de esa mañana.
Dylan carcajeó un rato con la aceptación de los demás, era agradable ver de vez en cuando como alguien ponía en su lugar a Casey. Pero el chico dejó de reir cuando un rubio se le acercó.
—¿Eres amigo de Casey? —le preguntó Niall. Había observado todo, cada detalle y no tenía un buen presentimiento de todo ese show.
—¿QUÉ? No, claro que no. Es una maldita loca transtornada por la muerte, no me sorprendería que un día de estos se suicidara —le dijo casi gritando.
Niall quedó petrificado, no se esperaba esa respuesta.
Recordó la reacción que tuvo Casey el día anterior y la tristeza de su mirada, era un azul apagado, como un océano cubierto de neblina. Si unía esas dos cosas con las palabras de Dylan, tenía algo de sentido y eso lo asustaba.
Después le vino a la mente que Casey había golpeado a Dylan, y podría ser por eso que él había dicho esas horribles cosas acerca de ella. Se dijo a sí mismo que era ridículo pensar, aunque fuera por uno segundo, que esos dos fueran amigos.
El timbre sonó y la masa de adolescentes se dispersó hasta sus salas. Niall se dirigó hasta el salón de algebra y desde la puerta divisó a Casey sentada en su rincón habitual. Tenía unos audífonos puestos, pero parecía no escuchar música, ya que no hacía ningún movimiento de disfrutar el sonido.
Sin embargo, algo extraño sucedió.
Cuando Niall entró, todas las miradas se posaron en él. Se sintió raro, como si la lente de una cámara lo persiguiera. Caminó hasta el puesto de Casey y los susurros se dispararon, eso lo molestó un poco.
—Hola —le dijo él. Ella se quitó un audífono y le sonrió.
—Hola.
—¿Me puedo sentar aquí? —Niall señaló la silla al lado de Casey, en la cual reposaba su mochila. Ella la sacó y la colocó encima de la mesa. Él le sonrió de vuelta y se sentó a su lado al mismo tiempo que sacaba su cuaderno y un lápiz.
Las voces de sus compañeros se hicieron más ruidosas.
—Se están dando un festín —dijo Casey. Niall no la comprendió de inmediato, pero fue cosa de mirar a su alrededor y darse cuenta de que hablaba: los rumores.
Casey llevaba un polerón negro con las mangas veinte centímetros más largas de lo necesario. Se aferraba a ellas como si su vida dependiera en ello, y practicamente así lo era. No dejaría que vieron sus cortes nunca más.
Ella ya era una profesional soportando la presión de los murmullos, pero a Niall le había pillado de sorpresa y era desesperante escuchar como todos hablaban de él, era como el zumbido de una mosca que no te dejaba en paz. Casey se dio cuenta, aunque no sabía como tranquilizar al rubio.
—Oye, recuerda que iba a ayudarte con algunas asignaturas —eso pareció distraerlo del entorno. Se giró hasta quedar frente a frente y él sonrió, de la misma manera en que llamó la atención de Casey ayer.
El profesor entró y todos quedaron en silencio. Comenzó a explicar la fórmula para resolver ecuaciones de segundo grado, mientras la mayoría ponía atención y tomaba apuntes. Pero Casey no podía apartar la mirada de la sonrisa de Niall, era reconfortante saber que quedaban personas que valían la pena en este mundo.
—¡Casey, ¿estás aquí?! —escuchó de repente. Era el profesor quien la llamaba, se había percatado de que ella era la única que no tenía su cuaderno sobre la mesa y que miraba embobada a su compañero de puesto—¿Podrías explicarle a la clase cual es la fórmula? Porque si aún no has sacado tu cuarderno, es porque te consideras muy lista.
Casey resopló fastidiada y se acomodó en la silla.
—Para calcular el valor de X debo elevar menos B al cuadrado mas/menos la raíz de B al cuadrado menos 4 por A por C, todo eso dividido por dos A —lo dijo tan aburrida como si leyera la información del comité de alumnos. El profesor no la volvió a molestar más y ella continúo mirando de soslayo a Niall sin que éste se percatara.
Derphantasie
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
AHHHHHHHHHHHHHHHHH AMÉ EL CAP! TODO EL CAP! ASDFGHJKLJHGFDS! Me dió un poco de pena la vida de Casey, es muy trágica, pero vino Niall a hacerla feliz AWWW!!!! ASDFGHJKLLKJHASDFGHJKL! ENSERIO, SOY TU FAN!, La novela está demasiado buena y no puedo vivir ya sin ella xddd, sigue pronto xdd Bye!
Lily Ann Marie.
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
Nueva Lectora*!
Es muy interesante, desde luego que llamó mi atención mucho.
Siguela pronto porque es genial.
Es muy interesante, desde luego que llamó mi atención mucho.
Siguela pronto porque es genial.
{@idrunkniall.}
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
# Ammmmmmmmmmmmmmmmme el caaaap!
Pobre Casey ahdkjshk me da pena, tiene una mala madre u. & pobre lo de "El" Amó esta novela, Lo sensible de Niall, & lo dura que es Ella! jhADJKHSKJG Seguila Pronto!
Peace & love
Pobre Casey ahdkjshk me da pena, tiene una mala madre u. & pobre lo de "El" Amó esta novela, Lo sensible de Niall, & lo dura que es Ella! jhADJKHSKJG Seguila Pronto!
Peace & love
#Fátima Ailén
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
Me Encanta!! Casye es toda sabia :D.... Ya quiero saber quien es "él" tienes que continuarla pronto quiero que Nialler la invite al baile ;D continuala!
Wareva*
Re: "I love You" (Niall Horan y Casey Whitmore) [Terminada]
ok, puede que esta tarde (o noche) suba cap. No prometo nada, pero es probable (ya que sali de la escuela hoy, estoy feliz y no tengo nada más que hacer.
Derphantasie
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
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