Los Ojos del Demonio (Harry Styles)

-¿Dónde se ha metido Harry? - preguntaba exasperada la castaña de ojos esmeralda. - ¿alguien le ha visto? - su preocupación aumentaba conforme iba entrando a la habitación del rizado.

-Verónica, debes tranquilizarte… - Le decía Liam entrando detrás de ella en el lugar.

-No puedo hasta no verle - algo había sentido la noche anterior, un fuerte poder había estado en Durham y la oleada de energía positiva había llegado hasta ella dejándole noqueada sobre su cama.

-Llámale a su celular, lo más seguro es que haya salido a dar un paseo… - la castaña suspiro tranquilizando sus nervios.

-¿Qué sucede? – pregunto Niall saliendo al pasillo.

-Es Harry, parece que ha desaparecido… - le respondió Liam. Niall hizo un gesto restándole importancia.

-Creí que era algo grave – musito.

-Lo es – dijo de inmediato Verónica. –Ustedes no entienden…

-Si no nos lo explicas, jamás entenderemos – se quejó Liam dándose por vencido recargando su espalda a la madera de la pared. Verónica suspiro cerrando los ojos sintiendo la debilidad y preocupación recorrer su cuerpo.

-Anoche… - miro a ambos lados como una pequeña queriendo no ser descubierta, como si alguien más le pudiera escuchar – mientras todos dormían, estaba vagando por mi habitación… tu sabes, pensando miles de cosas sobre… problemas personales – dijo rápidamente, queriendo omitir la parte en la que Harry quería asesinar a un inocente y eso le atormentaba – pero algo me distrajo, un fuerte poder se podía sentir en esta ciudad, no era cualquier poder, Liam… - Liam le miraba curioso – estoy segura que era energía positiva…

-Magia blanca… - ambos giraron la vista hasta Louis quien apretaba las sienes con sus dedos.

-Me dejo noqueada en cuanto sentí la energía… - Verónica decía.

-¿Cómo es que a ti te dejo noqueada? – Pregunto Louis con el ceño fruncido – Verónica, tú eres la única aquí que puede controlar ese tipo de magia…

-Pero esta vez no era solo magia blanca… había algo que no era precisamente magia de un demonio, jamás había presenciado este tipo de poder… - se encogió de hombros mirando a ambos.

-No puede haber un brujo de magia blanca en Durham – dijo seguro Liam mirando a ambos. – Lo hubiera sentido al igual que ustedes… ¿Qué diferencia hay entre nosotros? Todos somos hijos del mismo demonio, incluso somos brujos…

-Yo tampoco sentí nada -mascullo Zayn, quien se había mantenido en silencio desde que Verónica había comenzado a gritar desesperada. – Y Liam tiene razón, no hay ni una diferencia entre nosotros, somos mitad demonios mitad brujos o hechiceros… como quieran llamarle… - Niall les veía sin decir alguna palabra. – Y por todos los cielos, ¿cómo puede haber magia blanca en este lugar? Dense cuenta que somos los únicos inmortales, contando igual a Gemma.

-No olvides a Fabela y Gian – susurro Niall.

-El punto es que anoche pude sentirlo, inclusive me hizo perder el sentido, hasta esta mañana me di cuenta y algo me dice que Harry está en peligro…

Un torbellino helado cubrió el piso, la escarcha subía aumentando por las paredes de caoba, los cinco brujos se quedaron en silencio observando como un frente helado pasaba por el pasillo deteniéndose en la puerta de la habitación de Harry. La silueta blanca y escarchada se estaba dejando ver, segundos después una despreocupada Gemma estaba enfrente de ellos.

-¿Acaso siempre debes llegar de esa forma? Demasiada escarcha para tu presentación… - Louis rodo los ojos.

-Me encanta ver como se asustan al ver la escarcha aparecer – sonrió pero de inmediato su mirada se hizo tensa. – Pero no he venido a charlar sobre mis entradas, vengo a conversar con Harry, una plática de hermanos… - se dio media vuelta dándoles la espalda para entrar a la habitación pero Louis le detuvo.

-Harry no está… - Gemma se quedó en silencio después de escucharle.

-¿Ha salido muy temprano? – se preguntaba ella misma. - ¿Sabes a dónde fue? – se dirigía ahora a Louis.

-Nadie le ha visto… - dijo con preocupación Verónica.

-Han perdido de vista a mi hermanito – soltó una risita – de nuevo ha perdido el control… supongo… ese chico jamás dejara su instinto asesino y más siendo un hermoso y peligroso felino – dijo fascinada ante la idea de ver a su hermano matar de nuevo. A Verónica se le erizo la piel de solo pensarlo.

-¿Cómo puedes disfrutar que mate a inocentes? – pregunto indignada por las palabras de Gemma.

-Es nuestro instinto, nuestra forma de vida que adoptamos hace ya varios años, es para lo que estamos hechos y así será hasta que muramos… si es que eso se puede… pero no sientas lastima por él – sonrió paseando la mirada traviesamente sobre todos. – ambas sabemos que Harry jamás ha dejado de ser un asesino, lo lleva en las venas, ha sido siempre el mejor cazador, tanto como un brujo o como un animal…

El crujir de la puerta principal hizo que todos bajaran de inmediato a la planta baja.

Un Harry y una Dina cansados estaban entrando a la vieja casa, Verónica avanzo rápidamente hasta su amigo, se le veía agotado y sin fuerza alguna, esto se hacía notar más porque Dina le llevaba tomado del brazo, como si estuviera evitando que se desmoronara en cualquier momento.

Verónica sintió un gran alivio de verle, y ahora sabia donde había estado toda la noche, con Dina. Debió haberlo supuesto cuando no vio aparcado el coche a mitad de la noche fuera de la casa, pues en esta ocasión Harry había dejado su coche fuera esperando cualquier oportunidad para salir en busca de Dina.

-El maravilloso Harry esta en casa de nuevo… - la voz de Gemma hizo que Dina se pusiera alerta.

-No estoy para bromas… y Dina, deja de sostenerme como si me fuera a romper – Harry estaba teniendo su mismo mal genio de siempre. La mirada de Harry fue directo hasta Gemma, frunció el ceño - ¿Qué haces aquí? – Gemma rodo los ojos caminando hasta donde estaba su hermano.

-Solo quería pasar a saludar ¿es malo eso?

-¿Qué te ha pasado? – pregunto rápidamente Verónica. Harry soltó un gruñido mirando a Verónica.

-Anoche… - comenzó Dina pero Harry la silencio de inmediato interrumpiéndole.

-No me ha pasado nada…

-Parece que no dormiste bien –Niall le lanzo una mirada picara a Harry y a Dina junto con una sonrisa, a lo que la castaña no pudo evitar sonrojarse.

-Solo quiero un poco de paz… - dijo caminando hasta la puerta por la que minutos antes había entrado. – Te llevare más tarde a casa – le dijo a Dina, para así después salir de la casa.

-Creo que no tengo nada que hacer en este lugar – Gemma hizo un ademan a los otros en la sala y después miro a Dina – nos vemos – sonrió saliendo por la misma puerta por la que Harry había salido.

-Bien… ahora que nos hemos librado de los Styles ¿Qué haremos? – pregunto Niall mirando a todos. Verónica ignoro completamente al rubio saliendo de la casa igual que los dos Styles.

Louis resoplo rodando los ojos volviendo a subir por las escaleras con paso cansado. Liam le siguió entrecerrando los ojos por el sueño que tenía, puesto que aún era demasiado temprano, pero los gritos de Verónica le habían despertado.

-Supongo que nada – susurro observando a todos irse por su lado dejándole ahí, entro a la cocina sin más.


Liam aun se preguntaba si lo que había sentido Verónica había sido algo más que magia blanca, pero de ser así ¿Por qué él no pudo sentirlo? Él quien era de los más capacitados entre sus compañeros de hogar, él que tenía comprendía todo tipo de magia, hasta las más antiguos hechizos que se han conocido. Decidió apartar todo tipo de pensamiento, entro a su habitación olvidando lo sucedido solo por unos momentos.

Por otra parte Dina se había quedado con Zayn en la sala, él se había mantenido callado mirándole mientras ella se sentaba en el sofá. El moreno la contemplaba, no solo como miraba a otra chica, sino le miraba con admiración, una mortal que se mantenía al margen de lo que le estaba pasando. Podía sentir la angustia al verle el rostro, pero era algo que ocultaba muy bien a los demás, pero él podía verlo, podía incluso sentir el pánico que su delicado cuerpo enamaba. El cuerpo de Zayn se movió sin que él quisiera, y así fue como camino hasta Dina, se sentó a su lado a lo que ella le miro mal, puesto que aún estaba molesta por todo el incidente que había pasado y aún no habían hablado de ello.

-¿Qué es lo que te tiene tan pensativa? – pregunto el moreno mirándole.

-No es algo que deba importarte… - le respondió rápidamente la castaña.

-Todo me importa de lo que te pase, Dina – ella no respondió solo le miro con algo más que odio, no podía creerle las palabras que le decía, él, esa persona en la que había confiado que le cuidaría y protegería de cualquiera, él a quien ella había comenzado a sentir algo más que simple aprecio entre dos amigos. – ten la confianza de decírmelo…

-Confianza, Zayn… confianza es lo que me falta en estos momentos – murmuro sintiendo como la mano del moreno tomaba la suya. Un suave tacto, la tibia piel de Zayn estaba ahora en contacto con la suya. Dina alzo la mirada topándose con dos ojos color ámbar observándole atentamente.

-Confía en mi… quiero recuperar lo que teníamos antes, en verdad que quiero… - le miraba con ojos suplicantes, el corazón de Dina se encogía de la ternura al verle.

-Se perdió porque tu así lo quisiste… - Dina aparto la vista, ahora mirando sus manos que aun seguían entrelazadas.

-Yo no lo quise… - Zayn se movió en su lugar, paso su mano libre por su cabello mirando ahora un punto fijo frente a ellos. – Dina… - suspiro sosteniendo con firmeza la mano de ella – no quería dejarte aquella noche, en verdad que no quería hacerlo pero… entiende en que situación estaba, creí que… maldición, creí que si me alejaba un poco de ti podría mantenerte a salvo… - se giró rápidamente en su lugar para quedar de frente a ella, le tomo la otra mano, sus ojos penetraban el alma de Dina, le hacían sentirse temblorosa – no sé cómo llegaste a pensar que te dejaría sola en esto… - ella le miraba como trataba de decirle las cosas pero tan solo se quedaba en silencio – En verdad lo siento tanto, jamás debí hacerlo, creí que era un buen plan, que así nadie de ellos, esos estúpidos demonios se te acercarían al ver que no estabas cerca de nosotros… - pero esto era lo que no sabía Zayn, que Gian y Fabela buscaban a Dina porque era la clave de todo, era una pieza más en el juego. – Jamás creí que te acercarías a él… - Dina supo que se refería a Harry – era al que menos pensé, él te quiso proteger…

-Y por eso estoy bien con que me cuide, me siento más segura el saber que está a mi lado… - Zayn frunció el ceño negando con la cabeza.

-Déjame cuidarte, hacerlo de nuevo, no te fallare… - levanto una mano directo hacia la mejilla de Dina, la acaricio con sumo cuidado, como si fuera una de esas flores que él había hecho que renacieran en el bosque. – Déjame hacerlo… - se acercó más a su rostro, instintivamente Dina cerro los ojos esperando que los labios de Zayn chocaran con los suyos, y así paso, el tibio aliento del moreno golpeo levemente sus labios para después rozar sus labios con los de ella. La castaña no siguió con el beso al principio pero al momento movió sus labios al ritmo de los de Zayn.

Un pequeño sonido de la puerta y el cómo alguien se aclaró la garganta hizo que ambos se separaran rápidamente, por instinto Dina se llevó las manos hasta sus labios, Zayn se quedó inmóvil pero con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro al ver de quien se trataba, Harry y Verónica habían llegado a casa, y el rizado después de haber visto la escena sonrió pesadamente yendo directamente hacia las escaleras sin mirar atrás.

-Lo siento, no quisimos interrumpir – se disculpó Verónica siguiendo a Harry.

-Zayn, siento tanto esto, en verdad que no debimos… - dijo mientras se ponía de pie.

-Esto debía pasar, ¿no entiendes que estamos destinados a estar juntos? – le preguntaba el moreno mientras intentaba que no desapareciera de su vista.

-Zayn… - Dina suspiro alejándose de él yendo hasta la puerta decidida a salir de esa casa lo antes posible. Abrió la puerta rápidamente, dando una mirada de “lo siento” a Zayn para después desaparecer por la puerta.

Ella sabía que no debía pasar más tiempo al lado de ellos, su padre le había hecho prometerlo, y por más que se negaba a creer que Miguel fue el que causo aquel dolor en Harry la noche anterior, algo le decía que lo creyera, nadie más pudo querer hacerle daño, o al menos su padre no quiso hacerle daño solo apartarlo de ella. Pero ¿Cómo podría decirle a su padre que esos brujos no eran malos? Pero si encontrara la forma de decírselo ¿Cómo llamaría su atención de nuevo?

Iba sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuanto había caminado, sonrió al ver que se estaba acercando al pequeño establecimiento del señor Scott, su madre aun seguiría en ese lugar, puesto que el dueño aún no se encontraba sano. Al lado del negocio del señor Scott había un pequeño café, podría entrar y esperar a su madre hasta que terminara su turno y así poder ir las dos juntas a casa.

Entro en el establecimiento sentándose en la terraza, para así tener una mejor vista del negocio del señor Scott, sonrió al camarero después de pedir un muffin de chocolate. “debería llamar a Apple después” pensó mientras esperaba su orden. El lugar no estaba muy lleno, algunos cuantos en la parte de adentro y en la pequeña terraza solo ella y un par de enamorados. Pasaron unos segundos y un panquesito ya estaba frente a ella sobre la mesa, sonrió de nuevo después de un “gracias” al joven chico que le servía. Al poco tiempo sintió como alguien se paraba frente a ella, alzo la vista observando al chico rubio frente a ella, llevaba la barba no muy larga y tenía unos ojos color zafiro que le dejo sin hablar.

-¿Puedo sentarme? – le pidió, Dina sonrió asintiendo. – Bernard – dijo rápidamente el chico sonriéndole.

-Dina – dijo la castaña mirando su muffin. Bernard alzo la mano atrayendo la atención de un mesero, pidió un americano y un muffin más para él.

-Es buen ser bien tratado en mi llegada a Durham – dijo de repente.

-Supongo que si… - dijo ella - ¿de dónde vienes?

-América… - Dina abrió más los ojos más sorprendida – Tennessee, para ser exacto.

-Eso está al otro lado del mundo ¿Qué es lo que te trae por aquí? – arranco un pedazo a su muffin llevándoselo a la boca.

-Vine solo de visita, una vieja amiga se acaba de mudar y deseaba poder ayudarle a decorar su nueva casa… - soltó una risa mirando su cara asombrada – era broma, pero en realidad vine a visitar a una amiga.

-Preguntaría su nombre pero igual soy nueva aquí, no tengo más de dos meses así que no le conoceré… - el mesero llego con la orden de Bernard, se retiró después de un “gracias” de su parte.

-Estaba a punto de preguntarte si podrías darme un tour por el lugar, pero veo que ambos no sabemos mucho de aquí… - dio un sorbo a su café y miro por sobre las pestañas a la castaña – pero podríamos conocer juntos – Dina sonrió asintiendo y notando como un poco de sonrojo le producía aquella proposición de ese extraño.

Sabía que no le conocía, pero no se veía mala persona, incluso se notaba que era más que amable, y esto hacia que tal vez, solo tal vez se notara distraída de todo lo que ocupaba su mente ahora, todo lo relacionado con los demonios de la vieja casa al lado del bosque, y eso incluía estar alejada de ellos, sobre todo de Harry Styles, así como se lo había prometido a su padre.