Confía en mí (Harry)

DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!! TIENES QUE SEGUIR O MORIREEE ENSERIO LO DIGOOOO!!

Me bajé del avión con el corazón a millón, latiéndome fuertemente en el pecho, queriendo salir de la emoción… y del miedo. Tenía tanto miedo en ese instante, y saber que no tenía a Colin a mi lado en esta para sujetarme fuertemente a su mano me hacía temer más, y me hacía sentir débil y sin refuerzos. Pasé por migración y entregué los papeles debidos y recogí mi maleta. ¿Estarían ellos allí? ¿Habrán ido a recibirme?
Caminé al igual que las demás personas que habían bajado del avión, reencontrándose con familias y seres queridos. Y allí los vi.
Estaban todos.
Estaba Stace, de la mano con el lindo moreno de Zayn, estaba el hermoso rubio Niall tomando a Sue por la cintura; a la izquierda estaba el primo de Stacey, Liam, con el que había hablado varias veces y a veces iba con nosotros en nuestras salidas. Al lado de Liam estaba Louis, con una sonrisa juguetona bailando en sus labios. Pero frente a todos ellos, sosteniendo un gran cartel que decía “BIENVENIDA A CASA”, estaba él… Harry… mi hermoso Harry… del chico que me había enamorado rotundamente.
Dejé la maleta donde estaba y corrí hacia él tan rápido como pude. No supe en qué momento había soltado el cartel, pero me rodeaba con sus brazos fuertemente, elevándome en el aire, haciéndome sentir importante y querida de nuevo. Sentí sus sollozos en mi cuello y a continuación sus lágrimas mojar mi piel. Y yo no era de menos, porque ya me encontraba llorando.
—Te extrañé tanto, pensé en ti cada segundo de estos últimos cuatro meses. Dios mío, te amo tanto y lamento haberte abandonado—murmuré rápidamente y temí que no se entendiera por el temblor de mi voz.
—Dios, no me dejes de nuevo, Aurore, por favor. Juro que me volvería loco si te perdiera de nuevo. No lo hagas de nuevo, júramelo.
—Te lo juro, te lo juro por el amor que te tengo—me dejó en el suelo y lo miré a sus verdes y ahora aguados ojos.
—Te amo. Dios, te amo tanto—apretó su agarre alrededor de mi cintura y me besó tan dulcemente que casi mi corazón explota. Una mano cubrió mi mejilla tiernamente y me sentí volar entre los aires, tocando las esponjosas nubes con los dedos.
—Si nos disculpas, Harry, también la extrañamos—se escuchó un carraspeo detrás de Harry. Nos separamos y vimos a una Stace cruzada de brazos con la ceja levantada, sonriendo con sarcasmo.—Oh Dios, eres una idiota, ¿cómo nos dejas así como así? ¡Te extrañamos horrores!—me cubrió con sus delgados brazos y lloriqueó en mi hombro. Los demás se unieron al abrazo más luego y lloré. Lloré de felicidad. Me sentía querida e importante, amada y necesitada por los demás. Esto debía ser un sueño.

Y lo era. Abrí mis ojos cuando escuché el tedioso despertador. Quise pisarlo, destruirlo o tirarlo por la ventana por haberme despertado de aquel hermoso sueño. ¿Así sería cuando volviera?
Suspiré, tratando de no hacerme esperanzas y me levanté para alistarme para ir a la escuela. Recordaba la conversación con la abuela ayer cuando le dije que quería volver, y honestamente, creí que sería más difícil de lo que en realidad fue.
Aquella sonrisa cubrió su rostro tan pronto dije que quería volver.
—No es como si no lo supiera ya—sonrió nuevamente.
—¿Cómo qué…? ¿De qué estás hablando?—pregunté confundida.
—Solo te daba tu tiempo hasta que quisieras volver, pero sabía que tarde o temprano decidirías volver a Londres, cariño.
—Creo que he cometido un error al volver—hablé recordando la conversación con Fleur en el parque minutos atrás.
—Te dejaré volver, si eso es lo que quieres. Pero no te dejaré ir sola. Si Colin acepta ir y quedarse contigo en Londres, perfecto, te vas. Y tendrás que darme unos días para conseguir una transferencia, de nuevo…
—¡Pero eso será casi imposible! No me aceptarán casi entrando a exámenes finales—dije sintiéndome desesperanzada.
—Tengo mis contactos, y tu madre aportaba generosamente al colegio cada mes, deben dejarte entrar. Además, creo que puedo llegar a un acuerdo con Hills—dijo mencionando a la directora.
Las lágrimas de felicidad ya corrían por mis mejillas.
—¡Gracias abuela! En serio, gracias por todo lo que estás haciendo—dije abrazándola fuertemente.
—Ya, ya cariño, me dejas sin aire—rió ella.—Te quiero mucho—sonrió, secando mis lágrima.
—Yo también abuela, yo también.
Vi la foto del portarretratos encima de mi mesa de noche. El con su perfecta y angelical sonrisa, con sus hoyuelos marcándose en sus mejillas y con esos brillantes ojos verdes que tanto me hipnotizaban estaba perfecto en aquella fotografía que miraba siempre antes de dormir.
Terminaba de peinar mi cabello, el cual estaba bastante largo, cuando escuché un portazo abajo y unos rápidos pasos subir las escaleras segundos después.
—Hola, Lilly—dije tan pronto la puerta se abrió. No necesitaba ni siquiera girarme a comprobar si era ella, ya que estaba segurísima de que era la desquiciada de Lilly.
—Buenos días—dijo con su cantarina voz y la respiración algo agitada debido a la carrera—. Dios, te juro que Sprinkle me odia, me ladra y corre detrás de mí como el mismo demonio—dijo refiriéndose al pequeño, blanco y peludo perrito de mi abuela.
—Lilly, tengo algo que contarte—dije mirándola, apartándome del espejo mientras ella se sentaba en mi cama.
—¿Llamaste a Harry? ¿Hablaste con él? ¿O te ganaste un viaje a Bora Bora?
—Nada de eso. Bueno… tiene algo relacionado con lo primero…—la miré triste y ella entendió rápidamente.
—Te vas para Londres…—dijo desanimada y con ojos tristes y aguados.
—Yo, es que… simplemente no puedo soportarlo más. Creo…
—Descuida, estoy feliz por ti—sonrió abiertamente, secando una lágrima que rodó por su mejilla. Me abrazó fuertemente y luego sonrió tristemente.—Te voy a extrañar mucho. ¿Cuándo te vas?
—Aún no estoy muy segura, pero pronto.
—Tan pronto sepas me dices, creo que se me ocurre algo.
—¿Qué tramas en esa cabecita?—pregunté mirándola con el ceño fruncido.
—Me iré por unos días contigo, siempre he querido conocer Londres…
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Casi finalizando las clases? ¿No tienes notas que mantener?
—Por favor, cómo si mis calificaciones pudieran aumentar más. Además, mis padres siempre están tan ocupados como para notar mi presencia. Será divertido—ella sonrió, y yo la imité.

—Se te ve mucho mejor, Harry—apuntó Zayn mientras comían en la cafetería. Habían insistido en que Harry volviera a asistir a clases, así que harto de todas las palabrerías de sus amigos, allí estaba. El solo se encogió de hombros en respuesta, sin siquiera mirar a Zayn—. Hagan como que no dije nada—se retractó ante la actitud de Harry.
—Gruñón—murmuró Louis, parte en broma y parte ya harto de la actitud de su mejor amigo. Y como era de esperarse, Harry solo resopló, pero no articuló palabra, mientras masticaba desganadamente una papa frita de su plato.
—¿Beth te dio más detalles acerca de su llegada?—preguntó Sue, tomada de la mano de Niall, notando como de pronto su semblante cambiaba a uno más triste.
—Sí—respondió Stace, apoyando los hombros sobre la mesa—. Vuelve mañana. Me siento enojada con ella pero…—ella suspiró, cubriendo su rostro con sus manos—, no sabré que hacer cuando vuelva… me siento traicionada y dejada de lado…
—¿Podrían por favor dejar de hablar de ella?—Harry golpeó la mesa con las palmas de las manos—. Maldición, ya arruinaron mi apetito—se levantó de la mesa y bajo la mirada de algunos curiosos salió de la cafetería sin mirar atrás.
Estaba dolido, decepcionado, enojado, traicionado, y dentro, muy dentro, estaba feliz. Estaba feliz porque volvería a ver esa hermosa carita de la persona de quien se enamoró, a quien sigue amando y a quien no ha podido olvidar. La quería tanto que dolía.
Ya fuera de la cafetería caminó por los pasillos distraídamente. Se recostó en la pared más cercana y tanteó entre las cadenas que pendían de su cuello, apretó en su mano la que tenía la letra A colgando. La llevaba puesta desde que se había ido, odiando llevarla cerca de su corazón, pero incapaz de tirarla.
—Ay Aurore, ¿por qué?—lágrimas rodaron por sus mejillas.

Miré nuevamente el suelo, con el corazón latiéndome a millón. Había sido un poco complicado, pero Colin arregló todo para seguir parte del trabajo que mamá dejó en Londres, con su línea de ropa, de la cual me encargaría tan pronto me graduara. Isabelle consiguió trabajo como diseñadora de interiores y estaba más que emocionada con la mudanza. Los mellizos se quedarían en Lyon, y los extrañaría, pero estarían mejor con Coraline.
Lilly apretó mi brazo y me miró preocupada, y fue cuando me percaté de las lágrimas que salían de mis ojos.
—Tengan—Colin nos tendió dos vasos con algún contenido caliente. —Ey, linda, volveremos, no llores—dijo acuclillándose frente a mí. Cuánto amaba a Colin.
—No me van a perdonar tan fácil… los abandoné, y estuvo mal no haberles dicho… yo no podré soportar su rechazo—dije con voz temblorosa.
—Decidiste volver porque los extrañas y para enmendar los errores que cometiste, estás siendo valiente, pequeña. Ellos te quieren, te perdonarán, lo sé—dejó un beso en mi frente y se sentó en la silla a mi otro lado, tomando la mano de Isabelle.
—Todo estará bien. Estoy emocionadísima por conocer a ese guapetón de Harry—me codeó Lilly, sacándome una sonrisa.
Sentí mi corazón detenerse cuando escuché como anunciaban nuestro vuelo por el altavoz. Suspiré y me puse de pie, lista para poner cara a todo.

—¿No irás a recibirla? Su vuelo llega en más o menos cuarenta y cinco minutos…—le preguntó Louis.
—No quiero, Lou—él lloriqueaba acostado en su cama. Louis sabía perfectamente que él quería, pero se sentía tan traicionado que no sabía cómo dar cara a aquella que se fue.—¿Irás?
—Todos iremos, Harry. Sé que estás herido, pero… vamos, la amas. Tienes que entenderla. Ten por seguro que si vuelve es por ti más que nadie…
—Ya basta Lou… Mejor vete que se te hace tarde.
Louis suspiró y palmeó la espalda de su amigo, para luego salir de su habitación y montarse en el auto que lo esperaba afuera.
—No viene…—afirmó Stace, en el asiento del copiloto mirando a Louis por el retrovisor.
—No, no viene.

Estaba asustadísima. No me enojaría si nadie venía… no estaba esperando que lo hicieran. Ni siquiera sabía por qué le había enviado aquel mensaje a Stacey, como si estuvieran obligados a venir después de lo que hice.
Mi mano agarraba fuertemente el collar con la H colgando mientras caminábamos a recoger las maletas. Colin e Isabelle buscaron dos carritos y comenzaron a amontonar las maletas allí, mientras yo llevaba un bolso de mano.
Mi corazón latía a millón. Y sentí que se rompió cuando entre la gente no vi ninguna cara conocida.
—Vamos a buscar un taxi…—murmuró Colin al verme.
—¡Esperen!—dijo Lilly emocionada, apretando mi brazo—. ¿Esos no son tus amigos?
Mi corazón se detuvo cuando vi una mano sobresalir, agitándose tratando de llamar nuestra atención.
Allí estaban.
Separados a pocos metros, estaban allí. Había venido. Dejé el bolso en el suelo y corrí hacia ellos, que me envolvieron en un fuerte abrazo.
—Lo siento muchísimo, estos meses sin ustedes fueron horribles. No sé por qué están aquí, no les pediré que me perdonen, no lo merezco…—el llanto me hacía imposible el habla—. Dios mío, los amo tanto a todos, gracias… gracias por venir. Y perdón—dije cuando me separé. Niall me miró y secó mis lágrimas, él también tenía pequeña gotitas desbordándose de sus ojitos azules.—No sabía qué era tener amigos hasta que los conocí a ustedes. Y que estén aquí es prueba de lo aún peor persona que soy—me cubrí el rostro con las manos, teniendo vergüenza al verlos allí.
—Estás perdonada, aunque sigo muy enojada contigo—dijo Stacey retirando mis manos de mi cara. Ella lloraba, pero una sonrisa se asomó por sus labios y me estrujó en un apretado abrazo.
Me separé y los miré a todos con una sonrisa, desbordando más y más lágrimas. Pero alguien faltaba… alguien no había ido. Alguien no había querido verme, y más lágrimas salieron. Stacey pareció darse cuenta, ya que apretó mi mano y me miró con tristeza.
—Él no vino… lo siento—murmuró. Asentí triste.
—Está bien, lo entiendo—sonreí a medias, secándome las lágrimas, pero queriendo lanzarme al suelo y llorar fuertemente.
—Vamos, tienes muchas cosas que contarnos—dijo Niall.
Alguien carraspeó detrás de mí y me giré, recordando a Lilly. Ella miraba fijamente a alguien, sonriendo como tonta.
—Chicos, ella es Lilly, una amiga de Francia, Lilly, ellos son Niall, Sue, Stacey, Zayn, Liam y Louis…
—Un gusto—ella dijo sonriente, pero no pasé desapercibida la mirada que se dirigieron Louis y Lilly todo el camino hacia la salida del aeropuerto.
Todos nos dirigimos a la nueva casa, la cual sorprendentemente estaba amueblada. Colin e Isabelle fueron a acomodar todas sus cosas a su cuarto, mientras yo dejé mis maletas en el mío. Nos reunimos en la sala y ocupamos los muebles y algunos el suelo.
—Aún no se siente ese ambiente hogareño—comenté—. Mi antiguo cuarto estaba lleno de fotos con ustedes—sonreí melancólica.
—Para ayudar te hemos traído algo—dijo Zayn. Niall mostró una bolsita que no sé de dónde demonios había sacado y me la entregó. Sonreí y saqué la caja que había dentro. La destapé y quité el envoltorio. Era una foto enmarcada. De todos nosotros. Estaban todos, incluso Harry, que me abrazaba por la cintura y sonreía a la cámara felizmente.
—Gracias chicos—dije, comenzando a llorar nuevamente.—Los amo, muchísimo.
—Y nosotros a ti, Beth—dijo Niall, abrazándome de lado.

“Hola, Harry.
No puedo culparte por no haber ido al aeropuerto hoy, porque siendo honesta, no esperaba que nadie fuera a recibirme después de haberlos dejado sin explicación alguna. Pero el dolor que siento cada segundo que no te veo, me hace sufrir, y saber que te he hecho daño, después de todo lo que has hecho por mí, me hace sentir la peor escoria que hay en el planeta. Porque te debo mucho, te debo tanto que la vida no me va a alcanzar para agradecerte todo lo que me has devuelto. Me has devuelto a mi hermano, felicidad, amor… amor, Harry, me diste lo que no creí que nadie me daría… me hiciste sentir especial.
Mentiría si te digo que te quiero, porque lo que siento por ti no sé cómo explicarlo con palabras, y el haber estado lejos ha reforzado aún más el amor que te tengo.
Espero algún día me perdones, Hazza.
Te amo.

Tu Aurore.”

—¿Le enviaste el mensaje?—preguntó Lilly, que decidió quedarse a dormir en mi cuarto en vez de ir al de huéspedes. Tenía una pijama rosa de florecitas y una coleta alta, y me mirada sentada en la cama, preocupada.
—Sí, ya lo hice—suspiré, dejando el celular encima de la mesita.—¿Cómo iré a la escuela mañana sabiendo que él estará ahí?—sentí las lágrimas amontonarse en mis ojos, dispuestas a salir.
—Lo harás, y todo saldrá bien, tienes a tus amigos contigo, Bethany. Me tienes a mí, ¿ok?
—Te quiero mucho, Lilly.
—Yo también, tonta—ella rió, abrazándome.

¡Demasiado para mi! ¡Siguela!

OMG OMG OMG OMG OMG!! CUANDO EMPEZÓ EL PRIMER CAP, ESTABA MUY FELIZ.. LUEGO CUANDO VI QUE ERA UN SUEÑO DIJE NOOOOO PUEDE SERRR!! Y LUEGO CUANDO LLEGÓ AL AEROPUERTO PENSÉ QUE TAL VEZ ÉL IBA A LLEGAR EN ALGÚN MOMENTO... PERO NOO, REALMENTE ESTÁ LASTIMADO!!! DIOS OJALÁ LA PERDONE Y LA ENTIENDA!!! OJALÁ SE RECONCILIEN Y DEJEN DE HACERME LLORAR JAJAJAJAJAJA!!! AMOOOO TODOS LOS CAPS! OMG OMG OMG Y LOUIS Y LILLY!!! OMG OMG OMG!! QUE EMOCIÓN!

GRACIAS POR LA MARATÓN! ESTUVO INCREÍBLE!!!!! ESPERO QUE LA SIGAS PRONTOO!!!

UN BESOOOOOOOOOOOO