Tal como soy.{Louis Tomlinson&LaliEsposito}. Terminada.

-Levántense-Dijo enojado- No estamos invitados a este lugar, ya lo escucharon.
-No me voy a ir.
-Ya hiciste demasiado como para seguir-Acuso.
-Ella no lo hizo con esa intensión- Defendió su esposo.
-Esta noche fue un error traerlos, quizás por esto nunca quiero salir. Porque si mi familia no se mete en mi vida, se meten ustedes, o creen que soy gay en vez de preguntármelo en la cara, creen, suponen pero no lo dicen, solo me acusan de ser amargado. Quizás no se dan cuenta pero lo único que quiero es estar tranquilo, quiero ver a mis amigos charla de la vida, del trabajo, salir a pasear, no de mi vida íntima porque por algo lleva el nombre INTIMA. Quizás sea hora que empiecen por respetarme con lo que yo elijo, y una vez treinta y dos años que les presento a alguien la miran de forma acusadora, le dicen cosas irrelevante solo porque es más chica y hasta hace unas horas me seguía importando que ustedes no me vieran como un autentico abusador, alguien horrible por estar con ella aunque tenga más de diez años menos, pero ahora les digo que pueden salirse de mi vida y me importaría menos que nada. Y me voy porque me invitaron a una discoteca con amigos, pero me voy solo porque ya no los quiero en mi vida.

Apenas salió, marco el número de Mariana.

-¿Qué paso ahora Louis?
-Me invitaste a entrar.
-¿No estás enojado por todo lo que dije?
-Estoy enojado porque hay cosas de tu vida que no te molestaste en decirme, pero me gustaría conocer al tenista.
-¿Enserio?
-No, voy a verte a vos.
-Gracias por no enojarte, es tu amiga y lo entendería perfectamente, después de todo nosotros únicamente nos acostamos y con ella tenes algo más importante.
-Lali hace cuatro meses que nos acostamos, creo que no me vas a matar por decirte que te quiero. Sos una persona importante en mi vida y con la única que comparto más de tres oraciones. Aunque acabo de mandar por un tubo a mis amigos con unas mil oraciones.
-Se abran sorprendido de que hablas.
-Dalo por hecho-Rieron.
-Ahora le digo a mi amigo que te vaya a gustar, todavía no dejamos entrar así que vas a poder contemplar el mejor boliche de todo gran Buenos Aires al vacio.

Más tarde el amigo, era uno de seguridad. Más alto que él y con el doble de cuerpo, era la primera vez que se veía tan pequeño junto a alguien. Lo llevo hasta dentro y vio la gran fila esperando por entrar.

-¿Tan bueno es?
-Si-Dijo con su voz gruesa- Mucho más hoy que viene adkmjdakdjka a festejar después de la gran victoria y hay una fiesta de la espuma.
-¿Espuma?
-Sí, es una vez cada dos meses y aparte de las pantallas de alta definición, las tarimas, traen al mejor Dj de la zona.
-Por fin, gracias grandulón-Le dijo Mariana dándole un beso en el cachete.
-Siempre para servirle.
-Hoy a la hora que quieras, podes cambiar de puesto y venir a sacarte fotos con el campeón.
-Gracias-Sonrió, aquel hombre que sonriendo no se veía tan aterrador. Luego se fue.

-Ya está a punto de entrar la gente ¿Queres trabajar de barman un día?
-Me gustaría discutir el hecho que le pagaste a todo el lugar lo que consumió.
-No hay ningún problema, tengo la plata suficiente.
-¡Habían mas de cien personas!
-Sí, y trabajare extra por eso también. No pasa nada, no me molesta pagar algo por lo que hice sentir incomoda a mucha gente.
-Me preocupa, pague la cena con mis amigos o ex amigos. Mañana te voy a dar un cheque para pagar todo el lio, en definitiva es por mi culpa.
-No, no quiero tu plata. Tampoco quiero que te sientas culpable. Las cosas pasan porque así está escrito. Y si insistís juro que no nos volvemos a ver la cara.
-Mariana…
-No, enserio.
-Como quieras, pero no me agrada.
-¿Queres ser barman por un día?
-No sé nada de tragos.
-No importa, pero prométeme que vas a estar conmigo tras la barra y vamos a corromper algunas reglas.
-Las que quieras.

Más tarde, todo había empezado a llenarse. Aunque primero había podido conocer a fondo el vip, ver las pantallas y observar desde el tercer piso lo enorme que era todo.

-Ni siquiera probaste mi sexo ardiente-Recordó Mariana, mientras lo tenía acorralada con sus piernas.
- Oh sí que lo probé, le pase la lengua hasta el cansancio, mis dedos tuvieron un gran majar y incluso le provoque orgasmos.
-Recuerdo que usaste dientes y llegue. Pero justamente de ese sexo ardiente no hablaba, sino de mi trago. ¿Queres que te lo haga?
-Me encantaría que lo hagas, que lo chupes y que tragues sin censuras.
-¿Vas a darle doble sentido a todo?
-No, solo que ese nombre es tan perfecto para nosotros.
-¿Sexo ardiente? Sí.
-En las películas vi muchos lugares donde el sexo en los boliches es común, pero no sería capaz de dejar que te vean.
-Yo lo sé-Se bajo de la barra para atender, movía sus manos tan agiles y de inmediato, se escucharon más gritos que música. Aquel tenista había llegado-¿Te gusta kasjasjkajas?
-Me parece un excelente jugador, pero yo no vine para verlo.
-Podrías aprovechar.
-No, realmente no tengo ganas.
-Hay viene, pero primero voy a preparar tu trago.
-Hola mi preciosura-Le dijo y definitivamente Lali supo que el nunca se daba por vencido.
-Felicidades por la victoria-Le dijo dándole la espalda para buscar el vodka. Lo ignoro completamente hasta que por fin le dio el trago a Louis quien estaba mirándola, de alguna forma y aunque sabía que no tenía derecho quería una explicación.
-¿Vas a seguir mostrándome tus atributos?
-¿Qué le sirvo?-Pregunto tajante, iba ser el único cliente que no podía ni quería atender con educación.
-Quiero una ronda de todos los tragos, empezando por el más suave que tengas.
-¿Agua?
-Vamos, se que podes.
-En un momento te lo llevo.
-No, esta noche vine para terminar festejando en mi cama y con un trofeo más grande preciosura, vos.
-Ella no va con vos a ningún lado-Sentencio Lou, mientras la agarraba de la cintura.
-¿Por qué no te dedicas a prepararme el trago mientras hablo con ella mejor?-Se lo dijo sin siquiera dignarse a mirarlo.
-Porque yo no soy barman, y porque ella viene conmigo y se va conmigo.
-¿Y sos el papá, el hermano mayor?-Dijo, aunque ambos suponían que tenían la misma edad.
-No, es quien le hace tener unos cuantos pares de orgasmos cuando se levanta o se acuesta, intermedio también.

Mariana no podía estar más orgullosa de esa respuesta, Louis definitivamente se estaba contagiando esa forma vulgar que tenia ella de defenderse, pero le encantaba que él lo hiciera por ella.

-Hay mejores-Dijo aksjakjdkadsa.
-¿Vos por ejemplo?
-Sí, y esta preciosura va a saber lo que es un orgasmo hasta que yo se lo de.
-Ni volviendo a nacer jaksjakdjakjda, si tan solo no fueras tan estúpido de querer pagarme o enviarme catálogos de casas quizás lo hubiera pensado solo por placer o diversión, pero sos tan corto de pensamiento que me niego a rebajarme. Y decirte que Louis tiene una lengua que entre mis piernas me hace ver el maldito infierno de lo bueno que es, y ahora si nos disculpas. Te voy a pedir que te retires del establecimiento.
-¿Qué?
-Lo que escuchaste.
-No-Sentencio.
-Estoy harta esta noche. Y llegaste a mi límite, te vas de acá.
-Antes quiero ver al dueño.
-Enseguida.

Tomo a su celular y de inmediato estaba su hermano, aunque antes había leído un mensaje que decía que no quería que nadie sepa que también era parte dueña.

-Acá esta el dueño-Comunico-Darío, sé que esto no está bien para el local pero necesito que saques a este hombre.
-¿Es que va a consensuar esta estupidez señor?-Pregunto con arrogancia, el era la estrella. Una podrida y fugas estrella.
-¿Qué paso exactamente? ¿Y quién es él?
-Louis Tomlinson y esta noche vino conmigo, y me está ayudando con este señor. Que a pesar que no te lo quise decir antes, me veo en la obligación de pedirte que le prohíbas el acceso, ya que en los últimos años y aun siendo menos me estuvo ofreciendo doce mil dólares por acostarme con él, sin contar que ha mandado catálogos de casa para irme con él a Madrid y ser su querida por un periodo de aburrimiento y incluso….
-No quiero saber más, señor lo invito a retirarse junto a todos sus invitados.
-No puede hacer esto-Dijo alterado.
-Puedo y quiero, sino me veré en la obligación a romperle las útiles manos para jugar al tenis de por vida y es un juramento.
-¡Esta loco!
-Nadie es su sano juicio va a acosar a mi hermana de esa manera-Dijo sin poder olvidar su papel de jefe, aunque no lo era en realidad- ni la va a tratar como una prostituta.
-Quizás quiera escuchar lo que me conto que este señor hace con su lengua entre las piernas de su hermana-Y antes de que Louis pueda reaccionar a golpearlo, fue Darío quien golpeo al famoso tenista.

De repente todos se alboroto, y de inmediato Mariana llamo a seguridad. El famoso tenista tenía una futura portada e revista, siendo acusado de acoso y ser golpeado por el dueño del boliche más prestigioso del lugar.

-Me lo tendrías que haber dicho-Le dijo su hermano mientras le pidió a Louis que la esperara afuera de la oficina para hablar.
-Lo lamento ¿Si? Creí que no me importaba ser ofendida así, pero hoy no estaba de humor para aguantar más insultos.
-¿Más?
-Se armo un lio tremendo esta noche en el restauran, la cena esta noche corre por mi cuenta.
-¿Qué paso?
-Viste a Louis, es quien esta esperándome.
-¿Qué pasa con él?
-Es con quien salgo, no es nada formal como te digo siempre. Pero esta noche vino con algunos amigos, le conto quien era y la novia, esposa o lo que sea de uno de ellos lo estaba humillando porque estaba conmigo, alguien joven.
-¿Cuánto de joven?
-Trece años.
-¿No es un poco grande?-Pregunto, como detalle menor.
-No, es perfecto. No le quiero cambiar ni la edad, ni su pasado, solo quiero está bien con él. Divertirnos hasta que acabé.
-¿Y si no acaba?
-Siempre te dije que a la única persona que podría aguantar toda mi vida será a vos, y es la verdad.
-Te quiero pequeña -La abrazo-¿Pero qué paso, le pegaste?
-No, le dije muchas cosas que pensé al solo verla. Y me termino diciendo que era vanidosa.
-¿Vos? ¿Vanidosa?-Soltó una carcajada-Esa mujer está loca de la cabeza.
-Lo mismo pensé yo, así que le di todos mis argumentos para que nadie me lo diga otra vez, vi gente llorar ¿Podes creerlo? Bueno, la cosa es que me fui pero les dije que pagaba todo la casa. Y prometo trabajar más para que no afecte en nada.
-Hermanita, ni aunque quisieras quebrar este lugar vas a poder. Y déjame decirte que la última vez que pase por tu cuenta, deje un par de millones.
-¿La bolsa?
-Oh sí, la mejor idea que tuviste fue hacerme invertir con ese magnate.
-Entonces no tengo que hacer horas extra-Dijo sin creer que ella hubiera acertado.
-Dije millones, pares de hecho.
-Nos lo merecemos.
-Levantamos todo desde la nada, yo creo que estamos bendecidos por merecerlo.
-Te amo, pero espero que ahora no se te suba tantos millones a la cabeza.
-Mis pares de millones es tenerte hermanita, y ahora anda con tu… lo que sea que sean.
-Gracias por no juzgarlo, gracias por respetar mi intimidad.
-Gracias por aguantarme mientras era un miserable, triste y sin una pizca de sueños.
-Nunca fuiste eso.
-Quizás algún día podamos ir a cenar con tu lo sé sea.
-Quizás…

-Una noche rara-Dijo Mariana mientras veía la seriedad de Louis.
-Ajam.
-¿Queres hablar de algo?
-No, solo quería ver si tu H E R M A N O te dejaba viva.
-Con respecto a eso…
-¿Qué?
-Darío es, mira no te mentí Louis- ¡Si te mentí!- en ningún momento, quizás con decirte que era traductor, pero realmente maneja los idiomas como ningún otro-¡Y lo sigo asiendo!- La cosa es que yo trabajo con él, para él. No soy dueña de nada, aunque muchos creen que si porque soy su hermana. Me tratan como su jefa, pero no lo soy.
-¿Te costaba contarme eso?
-No, tampoco pensé que iba a importar mucho.
-¿Tampoco me ibas a contar que sufriste cuando eras chica? ¿Qué tenias una enfermedad?
-Para alguna gente no es importante la obesidad, lo mío fue importante porque era pequeña.
-¿Y qué me decís del acoso? ¡Los catálogos me dijiste que eran porque a futuro querías mandar a hacer tu casa y encima que me pedirías ayuda!
-¿Por qué te crees que no los tire? Quería sacar modelos y es más recorte lo que me gusto –En eso no estaba mintiendo, había recibido dos catálogos y uno lo había visto Louis sin querer, solo omitió quien se los envío- y quería contratarte para que me hagas un boceto y si todo sale bien, hacerla en cuanto tenga la plata.
-Es algo carísimo.
-Te dije que tenía la herencia de mis papás, puedo con ellos-Mentiras, mentiras y más mentiras.
-No quiero que me mientas, creí que éramos sinceros.
-Lo soy, o intento serlo a mi manera. Quizás no te cuento todo, porque sencillamente algún día vamos a terminar y es como decírselo a alguien que lo va a olvidar de inmediato.
-Quizás si abrieras la cabeza verías que podemos ser amigos después.
-Quizás sí, quizás no.
-¿Queres ir a descansar?
-No quiero, llevarte a un lugar.

Sin más lo hizo subir bajar al último piso, y entraron a la bodega.

-Esto es el paraíso de un alcohólico.
-En este momento es mi para paraíso-Le susurro mientras le sacaba la camisa.

Y él no quería esperar, había sido una noche llenos de conflicto y lo único que quería como recompensa era hacerle el amor de inmediato.

Se desabrocho los vaqueros y todo lo demás de inmediato; y tuvo el privilegio de sacarle el top a Mariana ya que ella se había sacado lo demás. De repente ella se agacho a dejar sus ropas arriba de unas cajas y le dio la mano.

-Seguime-Le dijo, y no hacía falta mucho más para seguirla mientras su pene chocaba contra su trasero.

-Esta es la bodega de restauran y ya están pisando las tres así que tenemos todo para nosotros porque ya cerro.

El no se había percatado de descocador que tenía en la mano, pero cuando tomo el mejor vino y lo abrió con manos expertas.

-Espero que te guste, vale dos mil dólares y esta noche después de tanto lo merecemos.
-¿Dos mil dólares?
-Quizás tengas razón, valemos más-Sonrió.
-Lali lo único que vale es que quiero entrar en vos, quiero que grites.
-Si hubieras venido con previa anticipación hubiera hecho todo mucho mejor.
-Lali quiero hacerte el amor.
-No tengo copas.
-Lali-Dijo, y ella rio. Estaba jugando con él.
-Esta bien, ganaste porque también estoy impaciente. Pero quiero que hagas algo por mí.
-Lo que sea.
-Quiero empezar, quiero que me penetres por atrás. Quiero hacer con lo que no pudimos jugar tras la barra, solo querías que estés detrás de mi toda la noche hasta llegar acá, pero no se pudo.
-Sabes cómo hacer excitar a un hombre maldita sea, después de esta confesión no te quejes si mi pene no baja aunque lo hayamos hecho más de tres veces-Le advirtió.
-Yo jamás me quejo.

Cuando el local cerro, ellos estaban completamente exhaustos después de una última repetición. Cuatro veces y aun no bastaban para cansarse. Y ninguno de los dos quería pensar en el momento que se cansen.

-Nunca me gusto tanto un lugar que no sea tu casa o la mía.
-Sera porque encontramos otro lugar muy divertido para una noche de sexo ardiente.
-Nunca probé el trago.
-Podríamos levantarnos, ir al bar preparo un par e irnos.
-No si estas cansada.
-Estoy hecha una reina, con aroma a vino.
-De dos millones.
-De dos millones, tengo que ser toda una reina entonces.
-Lo sos-Le dio un beso y ambos se levantaron para ponerse sus ropas.

Bajaron al restauran, donde todo estaba limpio como si nunca hubiese nadie.

-Este lugar es mucho más bello sin gente-Le comento-Me gustan mucho las fuentes de agua con sus esculturas pequeñas, las plantas, también me gustan las sillas talladas tan delicadas, le da su toque único.
-Si es grandioso, a mi madre le encantaban los nomos entonces hicimos fuentes con ellos y a mi papá, bueno el era un gran carpintero y mi hermano antes de tener todo esto también lo era, y sin saber que iba a tener este lugar empezó a hacer muchas sillas únicas.
-¿Qué tiene de vos este lugar?
-La idea, mi hermano siempre fue muy pesimista y siempre decía que yo era su guía para no ser un hombre malo porque tenía muchas razones para estar enojado con Dios, entonces le dije que tenía un sueño y era tener un lugar que no sea nuestra casa donde este papá y mamá en cada rincón. Y después de tanto pensarlo vendió la casa donde estaban todos los recueros para construir nuevos. Y mientras trabajaba y a medida que yo creía fue haciéndolo. No soñaba con tanto y ahora lo tiene todo. Y estoy feliz por él. Se merece vivir sin pensar que mañana necesita plata para comer, ahora ya la tiene y le sobra-Se sentía mal por contarle más de una mentira, pero estaba tan cerca… de algo que no quería. Lo había visto en sus ojos, podía leer a la gente fácil y Louis había sido el más difícil pero de apoco iba viendo algo que no quería.
-Es una historia increíble.
-Una historia que no me importaría volver a repetir siempre y cuando tenga este mismo desenlace-Le entrego su trago- Esta bueno, no es que lo haya hecho yo pero esta bueno-Dijo y el la beso. Y verifico desde su boca que era exquisito.
-Mejor que esa cosa verde que me hiciste probar.
-Fue un trago dulce de melón, es que vos no sabes apreciar un trago.
-Algún día vas a prepararme muchos, nos vamos a emborrachar de tantos tragos.
-Bien, una promesa eh!

El sonrió, y después de terminar de conversar y terminar los tragos se retiraron. Ambos protestaron porque ya estaba siendo de día.

-Cuando te vayas, dobla a la izquierda si seguís, porque si vas al derecho esta transito y con todo el aroma a alcohol que tenemos no te dan el auto hasta que mueras.
-¿No nos vamos juntos?
-No, mi hermano me paso su moto para ir mañana a ver a mi amiga.
-Lali deja que te lleve, jamás salimos juntos y hoy que de una forma extraña paso quiero terminar la noche dejándote en la puerta de tu departamento si es que no queres ir al mío.
-Tengo que ir a ver a mi amiga, te lo dije.
-Sí, y lo entiendo.
-Está bien, vamos juntos.

Cruzaron de la mano y le abrió la puerta para que entrara. Y en la puerta de su departamento la beso por un rato largo, varios besos sin decirse una sola palabra. Cuando se levanto, agradeció haberse bañado apenas había llegado ya que la casa estaba impregnada a vino por la ropa ya que con el sueño no había podido meterla a lavar.

Se coloco un vestido azul de hilo, sus zapatos egipcios, un maquillaje suave para aquel día tan caluroso, su cartera/mochila y camino tranquilamente hasta la universidad mientras comía su manzana de desayuno.

Tuvo que comprar el periódico apenas vio a kajsakdjajdka siendo echado de la discoteca por seguridad.

“Ni siendo un campeón, ni teniendo podes este famoso tenista logro quedarse en el boliche más famosos del Buenos Aires”

Corren muchos rumores, algunos que estaba drogado y armando disturbios. Que acoso a una joven. Que el dueño del luego cruzo palabras y terminaron a los golpes. Básicamente decía eso. Por lo menos ahora la gente y más los famosos sabían que en su lugar no mandaban más que los dueños.

La universidad, odiaba ir los sábados de suerte solo era una vez cada dos meses sino era un suicidio.

Una clase más aburrida no había para un sábado más que ingles, las cuatro horas más eternas y con más sueño de la historia. Estaba acostumbrada a trasnochar, pero no después de tener relaciones cuatro veces y seguir teniendo ganas de tener muchas más.

Mariana se coloco un pulóver de hilo largo, en color marrón y blanco. Botas cortas, con un delicado moño de cuero como decoración. Y su cartera cruzada.

Se plancho el cabello, el cual por la cantidad le llevo mucho rato y se maquillo para matar.

Era su turno en caer en el trabajo de Louis por fin había terminado el primer año de universidad y con notas que la complacían, y no quería hacer otra cosa más que ir a verlo, y aunque sabía que el trabajo de él merecía mucho más cuidado no quería tenerlo. Iba a ir a provocarlo un rato y tentarlo hasta que le diga que la iba a acompañar a Bariloche toda una semana.

Entro al enorme edificio, le sonrió a la secretaria y le pidió que le indicara cual era el piso correcto. El asesor estaba rodeado de hombres, le recordó a una película no sabía exactamente cuál. Su piso, el nuero nueve por fin llego.

-Buenas tardes ¿Estará el señor Louis Tomlinson?
-El está ocupado, ¿Tiene cita?
-No.
- Quizás después de las seis de la tarde se desocupe. ¿Quiere que la anote como cita urgente?
-No está bien, yo me comunico con él para que no se moleste con usted.
-No se moleste, yo me comunico con usted. Solo dígame su nombre.
-Mariana Esposito.

-¿Qué pasa Amelia?-Pregunto enfadado.
-Tiene vis…
-Dije que no puedo atender a nadie, ya lo hablamos.
-Sí, lose señor. Simplemente no creo que la señorita este para una cita por trabajo en…
-No puedo-Corto.

-Lo lamento, no puede.
-Es un autentico tarado, ¿Cómo le corta de esa manera?-Hablo enojada, y de inmediato se dirigió hacia la puerta.
-No señorita, es…
-¿Cómo le vas a cortar a tu secretaria de esa forma tan horrible?
-¿Mariana?-Dijo confundido.
-No la reina Isabel tarado, la señora tuvo la amabilidad de avisarte y vos la tratas de ese modo tan hosco, ojala tengas una mala tarde y te duela la cabeza hasta el cansancio-Le dijo, cerrando de un portazo y aquella mujer se quedo boquiabierta.
-Nadie le habla así.
-Oh te aseguro que yo sí. Es un energúmeno.
-No soy nada de eso, entra queres-Se defendió.
-No, a mi no me das ordenes.
-Mariana Esposito, entras y vamos a hablar del modo que me tratas delante de mi secretaria.
-Voy a entrar y vamos a hablar del modo que tratas a esta pobre mujer que solo hace su trabajo.
-Es mi empleada.
-Y una persona de carne y huesos que como todo ser humano trabaja bajo el calor más horrendo del año y vos lo único que haces es ponerla peor-El miro a aquella mujer que sentía que era el ultimo día de trabajo, de ahí en más.
-Lo lamento Amelia, yo simplemente tampoco puedo trabajar bajo este calor-Dijo sincero y la mirada de asombro le dijo que era un idiota porque seguramente siempre la trataba mal cuando su genio era horrendo-Y lamento todas esas veces que no me di cuenta, yo soy así. Grito, corto y quiero que mi trabajo salga como quiero.
-Está bien señor, usted es el jefe.
-No, el es un tarado-Acoto Lali- Pero cuando te pidió disculpas es adorable, y a partir de ahora te va a tratas mejor y si te trata mal vas a hablar con él y pedirás respeto. Y si no estás conforme, yo con gusto te doy un trabajo como secretaria de mi hermano mayor. Es encantador, y es soltero.
-Tengo novio.
-Una lástima, es una mujer bellísima -Y el rubor de su rostro, reflejo que nadie se lo decía.
-Le estas dando trabajo a mi secretaria-Dijo frunciendo el ceño.
-Si energúmeno, y ya sabes Amelia cualquier cosa, mi numero te lo dejo con él.
-No se lo pienso dar para que me abandone.
-Yo te lo doy entonces- saco un papel, una lapicera y se lo dio rápidamente- Y si no te interesa, quizás quieras simplemente ir a cenar conmigo cualquier día de estos, me encantaría saber si hay algún tipo de cosa oculta detrás de este individuo intolerante.
-Mariana-Dijo severo.
-¿Qué? Es la verdad, aunque sos adorable.
-Gracias-Dijo Amelia sonriente- es un encanto de persona.
-Intento serlo-Dijo como si aquello no importara- que tengas bonito día.
-No te vas a ir-La tomo del brazo y la entro a la fuerza, y graciosa lo único que pudo hacer es gritarle a Amelia, un “Yo sé que me quiere”.
-Tenes el día libre-De repente apareció en la puerta.
-¿Cómo señor?
-Tenes el día libre, disfrútalo.
-Muchas gracias-Sonrió.

-Se puede saber qué es eso de insultarme delante de mi secretaria…
-No te insulte, para mi decirte energúmeno es una cosa cariñosa que otro no lo crean es su asunto.
-¿Se puede saber a qué viniste?
-Si-Dijo mientras juntaba todos los papeles del escritorio y los acomodaba en el suelo. Se sentó con sus piernas cruzadas elegantemente y le palmeo el asiento para que se acerque. -Vine porque hoy me apeteció verte.
-Cuando estoy ocupado.
-Has pasado tu vida ocupado en trabajar, quizás si hoy disfrutaras de tu oficina de otra manera.
-¿Qué?
-Vine, con la única intensión de que veas tu escritorio de una forma menos practica.
- Queres hacerlo acá.
-Exactamente, por lo mismo le diste el día libre-El fue quien sonrió.
-Sí, porque quiero hacerlo en mi oficina.
-¿Queres que te cuente un secreto?-Le susurro, mientras desanudaba la corbata.
-El que quieras.
-No tengo más que este pulóver de hilo, así que es mejor que empieces a sacarte la ropa.
-Soy todo tuyo, mientras vos abrís tus piernas para ver lo hermosa que sos.
-Los dos sabemos qué pasa si hago eso y no te voy a dejar.
-¿No?
-Porque fuiste muy malo al no querer verme.
-No sabía que eras vos-Y era gracioso “discutir” cuando el estiraba los brazos para que ella pudiera sacar su camisa tranquilamente.
-Igual afectaste mi hermoso ego.
-Vos no sos una chica con ego.
-Quizás empezó en aquel instante.
-Si te digiera que estoy de mal humor porque desde el sábado a la madrugada no nos vimos y ya es miércoles. ¿Me perdonarías mis faltas?
-Quizás, tenga ganas de estirar las piernas.

Sonriendo complacido, vio como sus con delicadeza sacaba sus botas y caían al lado de su camisa. Pasó sus piernas brillantes y morenas una a cada lado de su asiento.

Louis pasó sus manos a sus piernas para levantarle su única prenda hasta la cintura.

-¿Te importaría?-Pregunto y aquella estaba demasiado lejos de ser contestada. La lengua de Lou recorrió centímetro a centímetro sus muslos, acaricio son sus yemas todo el resto.

-Te extrañe, mucho más de lo que quisiera.
-Yo también te extrañe, no puedo dormir.
-Me toque una y otra vez solo pensando en vos.
-Me levante durante cuatro días con una erección y me dormí con las misma.
-Tuve un orgasmo verdadero mientras soñaba que hacías exactamente lo que estas por hacer.
-Me coloque una de tus tangas en mi muñeca mientras me masturbaba y a al otro día hice exactamente lo mismo.
-Me perturbas.
-Somos dos.

Con sus dedos separo sus pliegues que ya estaban mojados de la excitación, y jugó con su lengua mientras recordaba exactamente todo y cada uno de los sonidos que extrañaba. Uso sus dientes mientras abría mucho más sus piernas y tocaba su clítoris a punto de ebullición. Se corrió acompañada de un grito que le halagaba y si no era un hombre con ego, en ese momento lo tenía y sobre las nubes. Bebió de cada gota, como si fuera aquel vino de hacia unas noches.

Con la respiración agitada, se agacho a darle un beso dulce.

-Gracias.
-Siempre es un regalo, tocarte cualquier parte del cuerpo-Y se paro- Pero necesito tenerte, por completo. ¿Estás lista para mí?
-¿Cuándo no estuve lista para vos?

Se saco su pantalón, junto a su bóxer, zapatos y medias. Y ella simplemente lo miro, cuando la vio, le levanto los brazos le saco esas digna prenda de ir unida a ella.

Sin esperar, su miembro entro en esos dichosos pliegues tan perfectos para él.

-¿No vas a moverte?
-Solo quiero saber algo, te extrañe y también extrañe hacerte el amor, pero quiero ir despacio que dure aunque no me molesta ir rápido ¿Qué queres vos?
-Quiero ir despacio.

Y lo hicieron tan despacio que dolía, incluso los besos en su boca o en sus pechos eran despacio. En pleno orgasmo la tomo por sorpresa mientras estaba besándolo, echo su cabeza para atrás para liberar una vez más cuatro días de pesar. Y luego le toco a él, sintiendo como el cuerpo de ella se contraía, como lo succionaba y gimió su nombre contra su cuello anteriormente marcado por él.

-Te quiero
-Yo también te quiero-Y el la miro sorprendido-¿Qué?
-Vos no me lo habías dicho antes, es sorpresivo.
-Louis yo te quiero, sos una persona que detesto dos segundos y a los otros ya lo adoro, no puedo no quererte. Aparte para ser alguien que no te quiere, no se pelearía con gente que ni conoce para que no te hagan mal.
-Eso es muy cierto. Te quiero, y realmente es una pena que no seamos de la misma edad quizás hay si hubiese habido algún futuro.
-Es una pena que no queramos lo mismo. ¿Estás excitándote otra vez?-Acuso.
-¿Me culpas?

E iban a empezar otra vez a moverse pero cuando la puerta se abrió, ninguno de las cuatro personas esperaba la situación.

-¿Hijo?