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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 57 de 58. • Comparte
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Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
*****
-Bien, bien –susurró una voz cerca de mi oreja-. Parece que la caballería ha llegado.
Alcé la mirada, medio consiente, de donde me había desplomado en mis ataduras. Arabella se cernió sobre mí y parpadeé.
Ella me abofeteo tan fuerte que luces danzaron frente a mis ojos.
-Vamos, despierta.
Perra. Gemí “púdrete”, alrededor del calcetín.
Puso sus manos sobre sus rodillas y plantó su rostro en el mío, mirándome con demasiado interés. Su fétido aliento abanico mi rostro.
-¿Estas simplemente llena de sorpresas, no es así? –Se acercó y golpeo la punta de mi nariz.
Alarmada por su actitud demasiado amistosa, miré alrededor buscando a Jason. Pero éramos solo yo y la novia desquiciada. Día de suerte.
Arabella cortó mis ataduras de la silla y me agarro por los brazos. Su agarre era tan apretado que pensé que me los iba a romper, y lágrimas de dolor me cayeron de los ojos. Mis fosas nasales se dilataron mientras contuve el aliento, asustada, luché contra su agarre, pero fue inútil. A pesar de mi terrorífico forcejeo, me arrastró a la ventana.
¿Iba a arrojarme por ahí?
Abrió la cortina y empujó mi rostro contra el vidrio.
-Echa un vistazo, mejillas dulces. Mira muy bien.
Era un poco difícil mirar con mi rostro aplastado en la ventana, pero rápidamente escaneé el césped invernal, buscando algo fuera de lo normal. Arboles desnudos. Grandes extensiones de césped húmedo, y…
Jadeé y casi me ahogo con el calcetín. Me tomó un momento recuperarme y mirar de nuevo para asegurarme de que no estaba loca.
Joe estaba allí abajo en su forma de gato, su largo cuerpo visible cerca de la línea de los árboles. Era hermoso, una larga y ondeante cola y brillante forma felina. No había nada que lo distinguiera de algún otro puma, pero sabía que era Joe. Había venido por mí.
Oh Dios, iba a hacer que lo mataran.
Más sombras, mas pumas, quienes estaban a unos metros detrás de Joe, indicando inequívocamente que él era su líder.
Joe comenzó a caminar hacia adelante y luego fue como el Arca de Noé levantándose en el césped. Animales de todo tipo y tamaño, depredadores de todo lo imaginable, comenzaron a aparecer en el jardín delantero de Jason. Un gigantesco tigre Siberiano merodeaba junto a Joe, y a su otro lado, un león. Un águila daba vueltas en el cielo, abalanzándose alrededor de ellos. Conté docenas, luego me di por vencida cuando ellos continuaron saliendo de los árboles. Incluso pude reconocer la pequeña forma lobuna de Sara.
Ellos estaban mostrando su lealtad a él. Apoyándolo en su intento de recuperarme.
Era hermoso.
Era muy, muy malo.
Arabella agarró la parte trasera de mi cabeza, su mano enmarañándose en mi desordenado y suelto cabello.
-Debes tener un coño mágico para que el traiga a la caballería de esta forma. –Agarró entre mis piernas en un doloroso agarre. Cerré mis muslos de golpe, tratando de alejarla. Se rio, pero había un borde desesperado en ello.
bueno chicassss
aqui hay 5 capitulos :D
bueno les voy informando que a la novela solo le quedan mm... 22 y 23 y bueno se acaba :C
pero vere si se las subo rapido ..para ver si subo otra nove o la segunda parte de esta saga,.... aun le falta dos caps o uno al capitulo de aqui ...y se acaba bueno cuidense :D
:bye:
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ahh malditos tipos desgraciados!!
Joe la va a salvar!
es tan hermoso!
espero que suba la segunda parte de esta saga!
siguela!!
Joe la va a salvar!
es tan hermoso!
espero que suba la segunda parte de esta saga!
siguela!!
aranzhitha
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
OH DIOS JOE SIEMPRE ES TAN LINDO
PERO TIENES QUE SEGUIRLA POR FAVOR!
PERO TIENES QUE SEGUIRLA POR FAVOR!
fernanda
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Oooooooohhhh!!!!!...... Joe llegoooo!!!!!..... Y vino con todos!!!!!...... Aaaaaaahhhhh sigue pooooorrrfiisss!!!!!... y si sube la segunda parte!!!
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
La empujé y me escape, pero me agarro del cabello y me tiró al piso, sacándome el aire.
-Perra estúpida.
Doble mis manos, jadeando para recuperar el aliento. La mesa de billar esta seductoramente cerca y me arrastre bajo ella, luego trabaje en quitar la cinta de mi boca.
Un par de zapatos nuevos aparecieron al otro lado de la mesa de billar.
-Arabella –dijo Jason a modo de advertencia-. ¿Has visto el jardín delantero?
-Lo he visto –contestó, sonando un poco a la defensiva. ¿Ella también le tenía miedo a Jason?
-¿No dije específicamente que tenía que venir solo si quería verla con vida de nuevo?
-Eso es lo que dije –dijo ella, elevando su voz-. Dado que no está escuchándote, debe quererla muerta. –Un duro y áspero borde entro en su voz-. Solo vamos a comérnosla ya.
Me quede inmóvil, sin atreverme a respirar.
-Todavía no. Él la quiere. Sé que lo hace –dijo Jason, furioso. Observé mientras sus pies aterrizaban a través del piso hacia la ventana-. Registró para una visa de compañera ayer. Está tratando de obtener un estatus permanente en la Alianza.
¿Una visa de compañera? ¿Joe quería casarse conmigo?
-¿Él qué? –Arabella sonaba furiosa-. No podría querer emparejarse con una humana; sería el hazme reír de la Alianza.
-¿Entonces por qué mi césped está lleno con un despliegue de fuerza? –Su voz se estaba endureciendo con la ira. Era escalofriante de escuchar-. Él necesita subir aquí, solo.
¿Solo? No, ellos lo matarían.
Jason miró bajo la mesa de billar y sonrió ante la vista de mí. Me le quede mirando, amortiguando mi rebeldía y esperando que no notara que me había perdido la cinta de mi boca. Escupí el calcetín y lo apreté en mi mano.
Me agarró por el tobillo y me arrastro a través de la alfombra como si yo fuera una muñeca de trapo. Acarició mi cabello y me miró como alguien lo haría con una posesión frágil.
-¿Arabella no te está haciendo daño, verdad?
Eché un vistazo a Arabella, que me estaba mirando con odio.
-Bien –dijo, tomando mi silencio por sumisión. Su mano continuó acariciando mi cabello en esa extraña y posesiva manera-. Si tiene la intención de tener un calvario, le daremos uno. –Jason sonrió con frialdad-. Pero me pregunto cuanto tiempo pasara hasta que el escuche tus gritos cuando te esté cogiendo. –Bajó la mirada hacia mí, casi con ternura-. ¿Piensas que eso le molestaría?
Sí, pensé mientras trate de empujarlo.
Golpeo mis manos alejándolas, como si no hubiesen sido nada, sonriendo.
-Me va a molestar a mí –gruñó Arabella y se metió entre nosotros. Me tiró con fuerza contra la pared más cerca y mi cabeza crujió contra la pintura-. ¡Dijiste que podía comérmela! No que te la tirarías.
Jason le dio una mirada divertida.
-Cariño, no tengo ningún interés en una humana. –Tomó su mano y comenzó a besar su muñeca, luego subió delicadamente a su brazo. Ella lo observó con una intensa y alocada mirada posesiva-. Pero pienso en lo mucho que le molestaría. Primero te robé a ti, luego descubre que me estoy tirando a su pequeña mascota humana.
bueno chicas aqui hay mas :D
bueno cuidense :D
chauiuuuuu :bye:
-Perra estúpida.
Doble mis manos, jadeando para recuperar el aliento. La mesa de billar esta seductoramente cerca y me arrastre bajo ella, luego trabaje en quitar la cinta de mi boca.
Un par de zapatos nuevos aparecieron al otro lado de la mesa de billar.
-Arabella –dijo Jason a modo de advertencia-. ¿Has visto el jardín delantero?
-Lo he visto –contestó, sonando un poco a la defensiva. ¿Ella también le tenía miedo a Jason?
-¿No dije específicamente que tenía que venir solo si quería verla con vida de nuevo?
-Eso es lo que dije –dijo ella, elevando su voz-. Dado que no está escuchándote, debe quererla muerta. –Un duro y áspero borde entro en su voz-. Solo vamos a comérnosla ya.
Me quede inmóvil, sin atreverme a respirar.
-Todavía no. Él la quiere. Sé que lo hace –dijo Jason, furioso. Observé mientras sus pies aterrizaban a través del piso hacia la ventana-. Registró para una visa de compañera ayer. Está tratando de obtener un estatus permanente en la Alianza.
¿Una visa de compañera? ¿Joe quería casarse conmigo?
-¿Él qué? –Arabella sonaba furiosa-. No podría querer emparejarse con una humana; sería el hazme reír de la Alianza.
-¿Entonces por qué mi césped está lleno con un despliegue de fuerza? –Su voz se estaba endureciendo con la ira. Era escalofriante de escuchar-. Él necesita subir aquí, solo.
¿Solo? No, ellos lo matarían.
Jason miró bajo la mesa de billar y sonrió ante la vista de mí. Me le quede mirando, amortiguando mi rebeldía y esperando que no notara que me había perdido la cinta de mi boca. Escupí el calcetín y lo apreté en mi mano.
Me agarró por el tobillo y me arrastro a través de la alfombra como si yo fuera una muñeca de trapo. Acarició mi cabello y me miró como alguien lo haría con una posesión frágil.
-¿Arabella no te está haciendo daño, verdad?
Eché un vistazo a Arabella, que me estaba mirando con odio.
-Bien –dijo, tomando mi silencio por sumisión. Su mano continuó acariciando mi cabello en esa extraña y posesiva manera-. Si tiene la intención de tener un calvario, le daremos uno. –Jason sonrió con frialdad-. Pero me pregunto cuanto tiempo pasara hasta que el escuche tus gritos cuando te esté cogiendo. –Bajó la mirada hacia mí, casi con ternura-. ¿Piensas que eso le molestaría?
Sí, pensé mientras trate de empujarlo.
Golpeo mis manos alejándolas, como si no hubiesen sido nada, sonriendo.
-Me va a molestar a mí –gruñó Arabella y se metió entre nosotros. Me tiró con fuerza contra la pared más cerca y mi cabeza crujió contra la pintura-. ¡Dijiste que podía comérmela! No que te la tirarías.
Jason le dio una mirada divertida.
-Cariño, no tengo ningún interés en una humana. –Tomó su mano y comenzó a besar su muñeca, luego subió delicadamente a su brazo. Ella lo observó con una intensa y alocada mirada posesiva-. Pero pienso en lo mucho que le molestaría. Primero te robé a ti, luego descubre que me estoy tirando a su pequeña mascota humana.
bueno chicas aqui hay mas :D
bueno cuidense :D
chauiuuuuu :bye:
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ahh Jason es un maldito!!
Esta loco de remate!!
Siguela!!
Esta loco de remate!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
:muere: malditos!!!!... Ya verán lo que les hará joe!!!!
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
1/10
-Pero no quiero que la toques –se quejó.
Jason se quedó mirando a Arabella, su boca reduciéndose como si encontrara su lado necesitado muy molesto. Después de un momento, suspiró.
-Está bien, mascota. No la tocare. Ella es toda tuya…
La sonrisa de Arabella era brillante.
Tragué saliva.
-… tan pronto como matemos a Joe –terminó Jason.
-Pero… -comenzó Arabella.
-Tengo que ir al baño –solté.
Ambos se giraron para mirarme con molestia.
-Lo siento –dije en voz baja, tratando de no sonar patética-. No puedo aguantar mucho más.
Era la táctica más vieja del mundo. Por favor haz que caigan en ella.
Para mi gran sorpresa, Jason accedió.
-Llévala al baño, y terminaremos donde lo dejamos.
Oh, hombre.
Arabella me dio una mirada impaciente y agarró mi brazo.
-Vamos.
Me arrastró hacia el baño. El baño de Giselle. La bilis subió a mi garganta y apreté una mano en mi muñeca.
-Ese no –dije entre mis dedos presionados-. Por favor.
Ella me miró con disgusto y vaciló por un momento. Sabía lo que estaba pensando. ¿Acceder a mi estúpida petición, o empujarme a la sangrienta carnicería y arriesgarse a la ira de Jason si perdía los estribos?
-Vamos –dijo con brusquedad y me arrastró a través del pasillo y por las escaleras, al primer piso.
Gracias a Dios por ese pequeño milagro. Le permití arrastrarme a través de la casa sin protestar y cuando me tiró dentro del baño, no pronuncie ni un chillido cuando me estrelle contra la pared.
-Cinco minutos, o romperé tu pierna –gruñó-. Todavía podría comerte con una pierna rota.
Tenía cinco minutos para pensar en algo, rápido.
Descarte la ventana de inmediato. En lugar de los vidrios normales, había pequeños bloques de gruesas burbujas de vidrio muy pequeños para pasar a través de ellos.
Piensa, ________________, piensa.
Yo tenía dos cambiaformas ampliamente poderosos en esta casa conmigo. Joe y su pequeño ejército esperaban en el césped. Ninguno de los dos iba a hacer un movimiento hasta que el otro lo hiciera. Joe no entraría a menos que supiera que no le costaría nuestras vidas. Arabella y Jason no renunciarían porque ahora ellos mismos tenían la ventaja.
Tenía que sacar a Arabella y Jason de la casa de algún modo.
Un pequeño grupo de velas decorativas en la pared trasera atrajo mi atención. ¡Un incendio! Las velas necesitaban cerillas.
Silenciosamente abrí uno de los cajones bajo el lavado y hurgué en él. No hubo suerte.
Había un esmalte de uñas, fijador para cabello, cosas para el cabello, un rizador y un secador de cabello. Cosas de Arabella. Mi mano pasó sobre el esmalte de uñas de nuevo, y luego al rizador y me detuve.
El rizador podría calentarse lo suficiente como para empezar un incendio.
Emocionada, mire alrededor buscado una toma de corriente. Allí, en el extremo más alejado de la pared. Bien. Conecté el rizador, lo puse en alto, y busqué un lugar para esconderlo.
Un cesto de basura medio lleno estaba al otro lado del retrete. Incluso mejor. Empujé el rizador al fondo, y llené el resto del cesto de basura con papel higiénico suelto, luego escurrí el esmalte de uñas sobre ello. Por último, puse el aerosol junto al rizador. Eso explotaría, ¿verdad? Yo esperaba que sí. Si tenía suerte, habría un incendio.
-Apresúrate –gritó Arabella, y me apresuré a tirar de la cadena. Eche un vistazo a la tela de la cortina de la ducha, luego empujé el cesto de la basura lejos hasta que el cordón del rizador se estiró y la cortina del baño escondió parte de ello. Perfecto. A menos de que miraras de cerca, el cordón beige del rizador era invisible contra la pared, y la arrugada cortina de la ducha escondía el cesto.
El ligero olor de metal caliente ya estaba comenzando a llenar la habitación, mezclado con el aroma del esmalte de uñas, y entré en pánico. Necesitaba ocultar el olor. Agarre la botella de perfume más cercana y la rocié en el piso.
Arabella abrió la puerta de golpe.
-¿Qué estás haciendo, perra estúpida?
Tan pronto como ella abrió la puerta disparada junto a ella hacia la cocina.
Agarró mi codo y lo rompió hacia atrás con tanta fuerza que mi brazo palpitaba y quemaba y me desplomé a sus pies. Arabella envolvió sus manos en mi ropa destrozada y me arrastro de vuelta por el pasillo.
-Estas acabada.
Exhausta y adolorida, acuné mi brazo y me dejé arrastrar de vuelta a la habitación de billar, rezando por un milagro.
-Pero no quiero que la toques –se quejó.
Jason se quedó mirando a Arabella, su boca reduciéndose como si encontrara su lado necesitado muy molesto. Después de un momento, suspiró.
-Está bien, mascota. No la tocare. Ella es toda tuya…
La sonrisa de Arabella era brillante.
Tragué saliva.
-… tan pronto como matemos a Joe –terminó Jason.
-Pero… -comenzó Arabella.
-Tengo que ir al baño –solté.
Ambos se giraron para mirarme con molestia.
-Lo siento –dije en voz baja, tratando de no sonar patética-. No puedo aguantar mucho más.
Era la táctica más vieja del mundo. Por favor haz que caigan en ella.
Para mi gran sorpresa, Jason accedió.
-Llévala al baño, y terminaremos donde lo dejamos.
Oh, hombre.
Arabella me dio una mirada impaciente y agarró mi brazo.
-Vamos.
Me arrastró hacia el baño. El baño de Giselle. La bilis subió a mi garganta y apreté una mano en mi muñeca.
-Ese no –dije entre mis dedos presionados-. Por favor.
Ella me miró con disgusto y vaciló por un momento. Sabía lo que estaba pensando. ¿Acceder a mi estúpida petición, o empujarme a la sangrienta carnicería y arriesgarse a la ira de Jason si perdía los estribos?
-Vamos –dijo con brusquedad y me arrastró a través del pasillo y por las escaleras, al primer piso.
Gracias a Dios por ese pequeño milagro. Le permití arrastrarme a través de la casa sin protestar y cuando me tiró dentro del baño, no pronuncie ni un chillido cuando me estrelle contra la pared.
-Cinco minutos, o romperé tu pierna –gruñó-. Todavía podría comerte con una pierna rota.
Tenía cinco minutos para pensar en algo, rápido.
Descarte la ventana de inmediato. En lugar de los vidrios normales, había pequeños bloques de gruesas burbujas de vidrio muy pequeños para pasar a través de ellos.
Piensa, ________________, piensa.
Yo tenía dos cambiaformas ampliamente poderosos en esta casa conmigo. Joe y su pequeño ejército esperaban en el césped. Ninguno de los dos iba a hacer un movimiento hasta que el otro lo hiciera. Joe no entraría a menos que supiera que no le costaría nuestras vidas. Arabella y Jason no renunciarían porque ahora ellos mismos tenían la ventaja.
Tenía que sacar a Arabella y Jason de la casa de algún modo.
Un pequeño grupo de velas decorativas en la pared trasera atrajo mi atención. ¡Un incendio! Las velas necesitaban cerillas.
Silenciosamente abrí uno de los cajones bajo el lavado y hurgué en él. No hubo suerte.
Había un esmalte de uñas, fijador para cabello, cosas para el cabello, un rizador y un secador de cabello. Cosas de Arabella. Mi mano pasó sobre el esmalte de uñas de nuevo, y luego al rizador y me detuve.
El rizador podría calentarse lo suficiente como para empezar un incendio.
Emocionada, mire alrededor buscado una toma de corriente. Allí, en el extremo más alejado de la pared. Bien. Conecté el rizador, lo puse en alto, y busqué un lugar para esconderlo.
Un cesto de basura medio lleno estaba al otro lado del retrete. Incluso mejor. Empujé el rizador al fondo, y llené el resto del cesto de basura con papel higiénico suelto, luego escurrí el esmalte de uñas sobre ello. Por último, puse el aerosol junto al rizador. Eso explotaría, ¿verdad? Yo esperaba que sí. Si tenía suerte, habría un incendio.
-Apresúrate –gritó Arabella, y me apresuré a tirar de la cadena. Eche un vistazo a la tela de la cortina de la ducha, luego empujé el cesto de la basura lejos hasta que el cordón del rizador se estiró y la cortina del baño escondió parte de ello. Perfecto. A menos de que miraras de cerca, el cordón beige del rizador era invisible contra la pared, y la arrugada cortina de la ducha escondía el cesto.
El ligero olor de metal caliente ya estaba comenzando a llenar la habitación, mezclado con el aroma del esmalte de uñas, y entré en pánico. Necesitaba ocultar el olor. Agarre la botella de perfume más cercana y la rocié en el piso.
Arabella abrió la puerta de golpe.
-¿Qué estás haciendo, perra estúpida?
Tan pronto como ella abrió la puerta disparada junto a ella hacia la cocina.
Agarró mi codo y lo rompió hacia atrás con tanta fuerza que mi brazo palpitaba y quemaba y me desplomé a sus pies. Arabella envolvió sus manos en mi ropa destrozada y me arrastro de vuelta por el pasillo.
-Estas acabada.
Exhausta y adolorida, acuné mi brazo y me dejé arrastrar de vuelta a la habitación de billar, rezando por un milagro.
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
2/10
El día transcurrió lentamente insoportable. Mis nervios estaban tan tensos que pensé que mi cuerpo entero se rompería. Nada estaba ocurriendo. Era un punto muerto de proporciones extrañas. La multitud de cambiadores de la Alianza todavía estaba en el jardín, rodeando la casa en forma animal, al acecho.
Las pequeñas noticias que recibía eran las pocas palabras cortas y concisas intercambiadas por Arabella y Jason. Me habían atado una vez más, y se alternaban entre mirarme a mí y con inquietud de vuelta al césped.
El apoyo de Joe había sido un bache en sus planes.
-Necesitamos encontrar una manera de atraerle –dijo Jason después de un tiempo-. Esta demasiado seguro ahí fuera, rodeado de los demás. Aquí podemos acabar con él, robarle su poder. Una vez derribado, los demás caerán como naipes.
Me estremecí. Vamos, fuego. Es la hora.
Arabella se encogió de hombros ligeramente.
-¿Por qué no la herimos? Llévala afuera, al balcón y rómpele unos cuantos dedos para conseguir que se mueva. –Sus ojos brillaban de emoción.
Como si estuviera considerando este horrible plan, Jason me estudio.
-Quítate la ropa.
¿Qué?
-No. –Miré a Arabella, cuya boca se había reducido a una línea de desaprobación.
-Quítate la ropa –repitió Jason, mirándome con intensidad-. Tenemos que hacer que piense lo peor.
No, no, no. Me moví intranquila en la silla.
Jason se acercó, una luz de locura en sus ojos. Su mano se entendió hacia mí, y mientras miraba, onduló y burbujeó, transformándose en algo horrible. La carne distorsionada formaba una pata, y luego siguió cambiando. Los músculos se hincharon y se desgarraron, y las garras se hicieron aún más grandes.
Me deslizo hacia atrás de nuevo, otro centímetro. Los ojos de Arabella comenzaron a brillar y a cambiar, como si estuviera entusiasmada por la idea de la violencia.
¡Oh, Dios!
La repulsiva pata me tocó el hombro, y un estremecimiento me atravesó. Intenté alejarme.
-¡No! ¡No me toques!
Sus labios se curvaron hacia atrás como si lo encontrara divertido. Las garras se deslizaron a través de mí, ya hecha trizas la camiseta y se clavaron en mi sujetador, dejando dolorosas ronchas rojas. Luego, hizo trizas mi sujetador. Jason metódicamente rasgó mi ropa hasta que quedó colgando de mí en jirones, dejando al descubierto mi cuerpo tembloroso y dejando largas rayas rojas a través de mi piel pálida.
Después de que mi ropa fuera desecha, Jason dio un paso hacia atrás, doblando su pata distorsionada.
-¿Por qué no la estropeas un poco, querida?
Arabella se adelantó y me abofeteó.
Rojo y negro aparecieron en mi visión, y sentí el sabor de la sangre. La sangre caliente deslizándose por mi nariz y mi cabeza se tensó de dolor.
-Lo suficiente para hacerla verse apaleada –advirtió Jason-. Queremos que ella se mueva lo necesario para que sepa que está viva. Hazla gritar.
Sabía que la audición ultrasensible de cambiador de Joe escucharía mis gritos. Bueno, no les daría la satisfacción. Me mordí el labio y cerré los ojos, preparándome. El siguiente puño de Arabella impactó en mi estómago. Me golpeó unas cuantas veces más, pero me quedé en silencio, sofocando los sollozos de dolor.
Jason empujó a Arabella a un lado. Con un golpe rápido, pasó sus garras por mi hombro y mi pecho, desgarrando mi piel. La sangre corrió por las heridas superficiales y mi pecho se sentía como si estuviera en llamas.
CAPITULO 22
El día transcurrió lentamente insoportable. Mis nervios estaban tan tensos que pensé que mi cuerpo entero se rompería. Nada estaba ocurriendo. Era un punto muerto de proporciones extrañas. La multitud de cambiadores de la Alianza todavía estaba en el jardín, rodeando la casa en forma animal, al acecho.
Las pequeñas noticias que recibía eran las pocas palabras cortas y concisas intercambiadas por Arabella y Jason. Me habían atado una vez más, y se alternaban entre mirarme a mí y con inquietud de vuelta al césped.
El apoyo de Joe había sido un bache en sus planes.
-Necesitamos encontrar una manera de atraerle –dijo Jason después de un tiempo-. Esta demasiado seguro ahí fuera, rodeado de los demás. Aquí podemos acabar con él, robarle su poder. Una vez derribado, los demás caerán como naipes.
Me estremecí. Vamos, fuego. Es la hora.
Arabella se encogió de hombros ligeramente.
-¿Por qué no la herimos? Llévala afuera, al balcón y rómpele unos cuantos dedos para conseguir que se mueva. –Sus ojos brillaban de emoción.
Como si estuviera considerando este horrible plan, Jason me estudio.
-Quítate la ropa.
¿Qué?
-No. –Miré a Arabella, cuya boca se había reducido a una línea de desaprobación.
-Quítate la ropa –repitió Jason, mirándome con intensidad-. Tenemos que hacer que piense lo peor.
No, no, no. Me moví intranquila en la silla.
Jason se acercó, una luz de locura en sus ojos. Su mano se entendió hacia mí, y mientras miraba, onduló y burbujeó, transformándose en algo horrible. La carne distorsionada formaba una pata, y luego siguió cambiando. Los músculos se hincharon y se desgarraron, y las garras se hicieron aún más grandes.
Me deslizo hacia atrás de nuevo, otro centímetro. Los ojos de Arabella comenzaron a brillar y a cambiar, como si estuviera entusiasmada por la idea de la violencia.
¡Oh, Dios!
La repulsiva pata me tocó el hombro, y un estremecimiento me atravesó. Intenté alejarme.
-¡No! ¡No me toques!
Sus labios se curvaron hacia atrás como si lo encontrara divertido. Las garras se deslizaron a través de mí, ya hecha trizas la camiseta y se clavaron en mi sujetador, dejando dolorosas ronchas rojas. Luego, hizo trizas mi sujetador. Jason metódicamente rasgó mi ropa hasta que quedó colgando de mí en jirones, dejando al descubierto mi cuerpo tembloroso y dejando largas rayas rojas a través de mi piel pálida.
Después de que mi ropa fuera desecha, Jason dio un paso hacia atrás, doblando su pata distorsionada.
-¿Por qué no la estropeas un poco, querida?
Arabella se adelantó y me abofeteó.
Rojo y negro aparecieron en mi visión, y sentí el sabor de la sangre. La sangre caliente deslizándose por mi nariz y mi cabeza se tensó de dolor.
-Lo suficiente para hacerla verse apaleada –advirtió Jason-. Queremos que ella se mueva lo necesario para que sepa que está viva. Hazla gritar.
Sabía que la audición ultrasensible de cambiador de Joe escucharía mis gritos. Bueno, no les daría la satisfacción. Me mordí el labio y cerré los ojos, preparándome. El siguiente puño de Arabella impactó en mi estómago. Me golpeó unas cuantas veces más, pero me quedé en silencio, sofocando los sollozos de dolor.
Jason empujó a Arabella a un lado. Con un golpe rápido, pasó sus garras por mi hombro y mi pecho, desgarrando mi piel. La sangre corrió por las heridas superficiales y mi pecho se sentía como si estuviera en llamas.
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
3/10
Di un fuerte grito de dolor, incapaz de evitarlo.
-Eso está mejor –dijo, y se frotó la entrepierna como si el dolor le excitara. Entonces me agarró por la muñeca, me arrastró contra su cuerpo. Sus garras cortando mis ataduras y mis muñecas quedaron libres.
Inmediatamente comencé a forcejear, tratando de liberarme de su agarre.
-Me gusta cuando peleas –dijo, sus ojos brillaban, una sonrisa salvaje mostrándose en su rostro-. Vamos a ir a ver a tu novio, ¿de acuerdo?
Uno de los grandes ventanales conducía a un balcón. Jason me sacó delante de él como un escudo, desencadenando olas de dolor, y miró a Arabella.
-Mantente fuera de la vista.
Ella gruño, sonando más como Wendigo de lo que me hubiera gustado escuchar.
-¿Por qué?
-Porque piensan que estoy aquí con ella a solas. El elemento sorpresa funciona a nuestro favor. –Le dirigió una mirada cortante-. Y porque yo lo digo.
Con ese tono, no estaba jugando. Arabella se calló y se mantuvo lejos de la puerta.
Jason la empujó para abrirla y salió, mi espalda presionada contra su estómago. Me esforcé débilmente, luego me dejé caer. Todavía recuperándome de los golpes de Arabella, me resultaba difícil concentrarme. Un lado de mi cara estaba pegajoso por la sangre, pero lo que es peor, parecía que no podía concentrarme. El dolor era demasiado molesto.
-Joseph –gritó Jason-. Muéstrate.
El puma líder se adelantó y comenzó a cambiar. Hice una mueca, anticipando un cambio desagradable como el de Jason. Para mi sorpresa, la transformación de Joe fue fluida, casi sin fisuras. Su piel onduló y ligeramente cambio, alargando sus huesos con gracia. En unos momentos se encontraba en su forma humana, completamente desnudo. La expresión de su rostro era letal y sus ojos me escaneaban con posesividad.
-Estoy aquí –dijo, orgulloso, fuerte.
La mano de Jason se apretó alrededor de mi cuello y me levantó del suelo, demostrando la forma en que podía maltratarme.
Mis manos fueron a las suyas, tratando de hacer palanca en sus dedos para quitarlos de mi garganta antes de que me dejara son oxígeno. Oí reír a Arabella en el interior del cuarto oscuro, y un plan se transformó en mi mente.
Dejé que mis manos cayeran hacia mis costados y las apreté en forma de puños, dejando dos dedos como una señal de que había dos de ellos… si alguien miraba un momento mis manos.
-he estado divirtiéndome jugando con tu humana –dijo Jason, entonces me agarró entre las piernas en un agarre sorpréndete y doloroso. Giré y lancé un sollozo jadeante de dolor, retorciéndome-. Es una pena que se rompan tan fácilmente.
La mandíbula de Joe se tensó en una línea dura, y casi pude ver el musculo marcándose en su mandíbula.
-Sin embargo, no le entusiasman mis jueguecitos –continúo Jason en una voz burlona-. No creo que vaya a durar mucho más tiempo si este asedio continua.
-¿Qué quieres? –La voz de Joe estaba mortalmente teñida de ira.
-Reúnete conmigo dentro de esta casa. Solo.
Meneé los dedos y busqué desesperadamente en el mar de caras de animales. ¿Habían visto mi gesto?
-Nos reunimos, solos tú y yo, y acabamos con nuestra rivalidad de una vez por todas. –La mentira de Jason resonó a través del patio oscurecido.
Joe nunca aceptaría un tan estúpido trato.
-¿Y no le harás daño? –No hubo ninguna vacilación en su voz.
Escuché una rosa satisfecha desde el interior de la habitación.
¡Ellos lo matarían!
Di un fuerte grito de dolor, incapaz de evitarlo.
-Eso está mejor –dijo, y se frotó la entrepierna como si el dolor le excitara. Entonces me agarró por la muñeca, me arrastró contra su cuerpo. Sus garras cortando mis ataduras y mis muñecas quedaron libres.
Inmediatamente comencé a forcejear, tratando de liberarme de su agarre.
-Me gusta cuando peleas –dijo, sus ojos brillaban, una sonrisa salvaje mostrándose en su rostro-. Vamos a ir a ver a tu novio, ¿de acuerdo?
Uno de los grandes ventanales conducía a un balcón. Jason me sacó delante de él como un escudo, desencadenando olas de dolor, y miró a Arabella.
-Mantente fuera de la vista.
Ella gruño, sonando más como Wendigo de lo que me hubiera gustado escuchar.
-¿Por qué?
-Porque piensan que estoy aquí con ella a solas. El elemento sorpresa funciona a nuestro favor. –Le dirigió una mirada cortante-. Y porque yo lo digo.
Con ese tono, no estaba jugando. Arabella se calló y se mantuvo lejos de la puerta.
Jason la empujó para abrirla y salió, mi espalda presionada contra su estómago. Me esforcé débilmente, luego me dejé caer. Todavía recuperándome de los golpes de Arabella, me resultaba difícil concentrarme. Un lado de mi cara estaba pegajoso por la sangre, pero lo que es peor, parecía que no podía concentrarme. El dolor era demasiado molesto.
-Joseph –gritó Jason-. Muéstrate.
El puma líder se adelantó y comenzó a cambiar. Hice una mueca, anticipando un cambio desagradable como el de Jason. Para mi sorpresa, la transformación de Joe fue fluida, casi sin fisuras. Su piel onduló y ligeramente cambio, alargando sus huesos con gracia. En unos momentos se encontraba en su forma humana, completamente desnudo. La expresión de su rostro era letal y sus ojos me escaneaban con posesividad.
-Estoy aquí –dijo, orgulloso, fuerte.
La mano de Jason se apretó alrededor de mi cuello y me levantó del suelo, demostrando la forma en que podía maltratarme.
Mis manos fueron a las suyas, tratando de hacer palanca en sus dedos para quitarlos de mi garganta antes de que me dejara son oxígeno. Oí reír a Arabella en el interior del cuarto oscuro, y un plan se transformó en mi mente.
Dejé que mis manos cayeran hacia mis costados y las apreté en forma de puños, dejando dos dedos como una señal de que había dos de ellos… si alguien miraba un momento mis manos.
-he estado divirtiéndome jugando con tu humana –dijo Jason, entonces me agarró entre las piernas en un agarre sorpréndete y doloroso. Giré y lancé un sollozo jadeante de dolor, retorciéndome-. Es una pena que se rompan tan fácilmente.
La mandíbula de Joe se tensó en una línea dura, y casi pude ver el musculo marcándose en su mandíbula.
-Sin embargo, no le entusiasman mis jueguecitos –continúo Jason en una voz burlona-. No creo que vaya a durar mucho más tiempo si este asedio continua.
-¿Qué quieres? –La voz de Joe estaba mortalmente teñida de ira.
-Reúnete conmigo dentro de esta casa. Solo.
Meneé los dedos y busqué desesperadamente en el mar de caras de animales. ¿Habían visto mi gesto?
-Nos reunimos, solos tú y yo, y acabamos con nuestra rivalidad de una vez por todas. –La mentira de Jason resonó a través del patio oscurecido.
Joe nunca aceptaría un tan estúpido trato.
-¿Y no le harás daño? –No hubo ninguna vacilación en su voz.
Escuché una rosa satisfecha desde el interior de la habitación.
¡Ellos lo matarían!
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
4/10
La mano de Jason se deslizó por mi pecho y lo apretó, y el rostro de Joe se ensombreció como si quisiera matarlo.
-Son dos –grité-. Dos…
El puño de Jason impacto en mi cara, y estuve cerca de morderme la lengua. La oscuridad flotó por encima de mi visión y apenas escuche el rugido de ira de Joe y las maldiciones de Jason mientras me arrastraba hacia el interior. La puerta del balcón se cerró de golpe, y me arrojó al suelo.
Me deslicé por las baldosas con la fuerza de su golpe y me estrellé contra la pared.
-La zorra estúpida está tratando de arruinarnos esto –espetó Jason, y Arabella le acaricio el brazo en un gesto tranquilizador. Ambos me miraban con odio desde el otro lado de la habitación.
-Vamos a matarla –acordó Arabella, con los ojos brillando de un color verde dorado-. Ella ya no importa. Déjame beber de su garganta. –Sus manos empezaron a crispar y a mostrarse el pelaje.
-No puedes matarla hasta que los demás se hayan ido –gruñó-. Necesitas tus poderes para vencerles.
-Pero, ¿Qué pasa si no tengo otra oportunidad? –se quejó Arabella.
Una ventana se rompió en la planta baja, y se miraron el uno al otro con triunfo.
-Está viniendo –dijo Arabella.
Entonces algo detonó en la planta baja. El suelo tembló bajo mis pies, y el fuerte estruendo fue ensordecedor. Los cuadros de las paredes se estrellaron contra el suelo, mientras las alarmas contra incendios se disparaban como locas, llenando la casa de un coro ensordecedor de pitidos de advertencia.
-¿Qué carajo están haciendo? –Jason se precipitó hacia el pasillo-. Quédate con la perra –gritó mientras salía.
Arabella sólo esperó un momento y luego le siguió.
Me levante del suelo, mi primer instinto fue ocultarme. Luché contra la idea, si la casa estaba en llamas, sería sumamente estúpido quedarse aquí.
Así que necesitaba un arma. Frenéticamente miré a mí alrededor y vi el estante de tacos de billar. Podría usar uno de ellos.
Alcancé uno. No era muy pesado, pero era mejor que nada.
Una voz salvaje gruñó, y Jason resonó por el pasillo.
-¡Voy a matar a esa perra por hacer estallar en llamas mi casa!
Sonreí sombríamente. ¿Cómo si no me fuera a matar de todos modos? Agarré el taco de billar firmemente en mis manos y lo levanté, dejándolo a la vista, al otro lado de la mesa de billar. Jason se precipitó por el pasillo y me vio, y su boca se curvó en una sonrisa cruel.
-¡________________!
Los dos Wendigos se congelaron en el pasillo ante el sonido de la débil llamada de Joe. El humo flotaba a la deriva de las escaleras arriba y podía oír el crepitar del fuego ahora, debía haber cubierto toda la planta baja.
Jason centró de nuevo sus ojos negros hacia mí y vi que la parte delantera de su pantalón parecía tener una tienda de campaña. Di un paso involuntario hacia atrás. El fuego y la violencia parecían emocionarle. Malas noticias para mí.
-Tenemos que salir de aquí –dijo Arabella, tosiendo por el humo. Ella tiró de su brazo, alejándolo de mí.
Jason la empujó lejos y ella se estrelló contra la pared, derribándola y rompiendo el soporte de tacos de billar.
-Tu, zorra estúpida. Nos masacraran si tratamos de salir. –Sus ojos se volvieron hacia mí, relucientes-. Nos atrapaste, ¿verdad? –Se movió hacia mí, acechando a su presa, y deslizó hacia abajo su mano, por la parte delantera de sus pantalones-. Nos dejaste atrapados por el fuego.
La mano de Jason se deslizó por mi pecho y lo apretó, y el rostro de Joe se ensombreció como si quisiera matarlo.
-Son dos –grité-. Dos…
El puño de Jason impacto en mi cara, y estuve cerca de morderme la lengua. La oscuridad flotó por encima de mi visión y apenas escuche el rugido de ira de Joe y las maldiciones de Jason mientras me arrastraba hacia el interior. La puerta del balcón se cerró de golpe, y me arrojó al suelo.
Me deslicé por las baldosas con la fuerza de su golpe y me estrellé contra la pared.
-La zorra estúpida está tratando de arruinarnos esto –espetó Jason, y Arabella le acaricio el brazo en un gesto tranquilizador. Ambos me miraban con odio desde el otro lado de la habitación.
-Vamos a matarla –acordó Arabella, con los ojos brillando de un color verde dorado-. Ella ya no importa. Déjame beber de su garganta. –Sus manos empezaron a crispar y a mostrarse el pelaje.
-No puedes matarla hasta que los demás se hayan ido –gruñó-. Necesitas tus poderes para vencerles.
-Pero, ¿Qué pasa si no tengo otra oportunidad? –se quejó Arabella.
Una ventana se rompió en la planta baja, y se miraron el uno al otro con triunfo.
-Está viniendo –dijo Arabella.
Entonces algo detonó en la planta baja. El suelo tembló bajo mis pies, y el fuerte estruendo fue ensordecedor. Los cuadros de las paredes se estrellaron contra el suelo, mientras las alarmas contra incendios se disparaban como locas, llenando la casa de un coro ensordecedor de pitidos de advertencia.
-¿Qué carajo están haciendo? –Jason se precipitó hacia el pasillo-. Quédate con la perra –gritó mientras salía.
Arabella sólo esperó un momento y luego le siguió.
Me levante del suelo, mi primer instinto fue ocultarme. Luché contra la idea, si la casa estaba en llamas, sería sumamente estúpido quedarse aquí.
Así que necesitaba un arma. Frenéticamente miré a mí alrededor y vi el estante de tacos de billar. Podría usar uno de ellos.
Alcancé uno. No era muy pesado, pero era mejor que nada.
Una voz salvaje gruñó, y Jason resonó por el pasillo.
-¡Voy a matar a esa perra por hacer estallar en llamas mi casa!
Sonreí sombríamente. ¿Cómo si no me fuera a matar de todos modos? Agarré el taco de billar firmemente en mis manos y lo levanté, dejándolo a la vista, al otro lado de la mesa de billar. Jason se precipitó por el pasillo y me vio, y su boca se curvó en una sonrisa cruel.
-¡________________!
Los dos Wendigos se congelaron en el pasillo ante el sonido de la débil llamada de Joe. El humo flotaba a la deriva de las escaleras arriba y podía oír el crepitar del fuego ahora, debía haber cubierto toda la planta baja.
Jason centró de nuevo sus ojos negros hacia mí y vi que la parte delantera de su pantalón parecía tener una tienda de campaña. Di un paso involuntario hacia atrás. El fuego y la violencia parecían emocionarle. Malas noticias para mí.
-Tenemos que salir de aquí –dijo Arabella, tosiendo por el humo. Ella tiró de su brazo, alejándolo de mí.
Jason la empujó lejos y ella se estrelló contra la pared, derribándola y rompiendo el soporte de tacos de billar.
-Tu, zorra estúpida. Nos masacraran si tratamos de salir. –Sus ojos se volvieron hacia mí, relucientes-. Nos atrapaste, ¿verdad? –Se movió hacia mí, acechando a su presa, y deslizó hacia abajo su mano, por la parte delantera de sus pantalones-. Nos dejaste atrapados por el fuego.
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
5/10
Mis dedos se cerraron firmemente alrededor del taco y di otro paso hacia atrás.
-Me gustaría hacerlo de nuevo, también. –Sonaba más valiente de lo que me sentía. Si se acercaba más, iba a escuchar mis rodillas temblando.
Gruñó. En un movimiento completamente inhumano, saltó por encima de la mesa de billar y se lanzó.
Apenas tuve tiempo de girar el taco de billar hacia su cabeza antes de que estuviera sobre mí. El palo le astilló, como si hubiera sido un palillo de dientes y me empujó contra la pared, presionándome contra él y forzando su erección contra mi estómago. Una horrible sonrisa estiró su boca y cogió un puñado de mi pelo y lo olio.
Me retorcí, tratando de alejarme, mi mano empujando su rostro.
Solo se reía.
-¡Olvídate de ella! –Arabella se precipitó hacia Jason, tirando de su brazo mientras me dirigía una mirada llena de odio-. Tenemos que irnos ahora. Encontraremos a otra inmune más tarde. –Cuando no se movió, su voz se volvió persuasiva-. Esas criaturas patéticas no son rivales para nosotros. Los aplastaremos como insectos bajo nuestros pies y obtendremos más poder de sus muertes.
-Poder –repitió Jason, sus ojos negros atentos a mi rostro. Se inclinó tan cerca que su nariz presionaba contra mi piel, empujó sus caderas hacia mí. Me atraganté-. Necesito más poder –murmuró.
-Sí –gritó Arabella, tirando de su brazo de nuevo.
Para mi sorpresa, se giró para mirarla. La sonrisa macabra todavía estaba en su rostro.
-Poder –dijo, y pasó sus dedos, acariciando su mandíbula. Ella se deleitó de placer momentáneo, dejando expuesta su garganta y mirándolo con ojos devotos y fanáticas.
Se inclinó hacia ella, y le desgarró la garganta. La sangre brotaba por todas partes.
Grité mientras sus manos le rodeaban, agarrándole como si fuera a abrazar su cuerpo durante toda la eternidad. Su cabeza cayó laxa, y los horribles sonidos continuaron mientras Jason se encorvaba sobre ella. Sonó un gruñido y el crepitar de los huesos y el sonido de la carne siendo desgarrada. Estaba comiéndosela. Robando su poder.
Me atraganté y me presioné contra la pared. ¡Huye! Me dirigí vacilante hacia la puerta.
―¡ ________________! ―gritaba la voz de Joe diciendo mi nombre otra vez, aunque se estaba haciendo más difícil de oír por encima del crepitar del fuego y el pitido estridente de las alarmas de incendio.
La pierna de Jason se contorsionó y arremetió, golpeándome las costillas. Me desplomé, colapsando en el suelo. Mis pulmones se sentían como si estuvieran en llamas por el humo, y no podía respirar. Jadeando en busca de aire, sufriendo un dolor punzante, me agarré mi costado y me empujé a mí misma hacia la puerta apoyándome en una mano y mis rodillas.
Sólo quería salir de aquí. Sólo quería estar con Joe. En sus brazos. Sólo nosotros en la cabaña de nuevo. Felices. Me deslicé hacia la puerta, sintiéndome abrumada por la distancia que había y por el dolor en mi cuerpo. Incluso aunque llegará a las escaleras antes de que Jason me atrapara ¿cómo saldría? Mis hombros se derrumbaron, y me acurruqué en el suelo.
Sólo necesitaba un poco de aire, después seguiría moviéndome.
Oí un alarido feroz, luego alguien nuevo irrumpió en la habitación, cerniéndose sobre mí. Agobiada por el dolor y el humo, levanté la mirada hacia mi salvador.
Joe.
―Oh, Dios mío ―dijo, cayendo de rodillas y atrayéndome hacia él. Su mano rozando mi cuerpo―. Oh, Dios, no te mueras. Por favor, no te mueras.
¿Parecía estar muerta? Traté de poner mis dedos sobre sus labios para que se callara, pero todo iba muy lento para responder. Me esforcé por señalar a la esquina de la habitación en la que Jason seguía dándose un festín de Arabella, su cuerpo retorciéndose como si no pudiera controlar el poder de corría a través de él.
Mis dedos se cerraron firmemente alrededor del taco y di otro paso hacia atrás.
-Me gustaría hacerlo de nuevo, también. –Sonaba más valiente de lo que me sentía. Si se acercaba más, iba a escuchar mis rodillas temblando.
Gruñó. En un movimiento completamente inhumano, saltó por encima de la mesa de billar y se lanzó.
Apenas tuve tiempo de girar el taco de billar hacia su cabeza antes de que estuviera sobre mí. El palo le astilló, como si hubiera sido un palillo de dientes y me empujó contra la pared, presionándome contra él y forzando su erección contra mi estómago. Una horrible sonrisa estiró su boca y cogió un puñado de mi pelo y lo olio.
Me retorcí, tratando de alejarme, mi mano empujando su rostro.
Solo se reía.
-¡Olvídate de ella! –Arabella se precipitó hacia Jason, tirando de su brazo mientras me dirigía una mirada llena de odio-. Tenemos que irnos ahora. Encontraremos a otra inmune más tarde. –Cuando no se movió, su voz se volvió persuasiva-. Esas criaturas patéticas no son rivales para nosotros. Los aplastaremos como insectos bajo nuestros pies y obtendremos más poder de sus muertes.
-Poder –repitió Jason, sus ojos negros atentos a mi rostro. Se inclinó tan cerca que su nariz presionaba contra mi piel, empujó sus caderas hacia mí. Me atraganté-. Necesito más poder –murmuró.
-Sí –gritó Arabella, tirando de su brazo de nuevo.
Para mi sorpresa, se giró para mirarla. La sonrisa macabra todavía estaba en su rostro.
-Poder –dijo, y pasó sus dedos, acariciando su mandíbula. Ella se deleitó de placer momentáneo, dejando expuesta su garganta y mirándolo con ojos devotos y fanáticas.
Se inclinó hacia ella, y le desgarró la garganta. La sangre brotaba por todas partes.
Grité mientras sus manos le rodeaban, agarrándole como si fuera a abrazar su cuerpo durante toda la eternidad. Su cabeza cayó laxa, y los horribles sonidos continuaron mientras Jason se encorvaba sobre ella. Sonó un gruñido y el crepitar de los huesos y el sonido de la carne siendo desgarrada. Estaba comiéndosela. Robando su poder.
Me atraganté y me presioné contra la pared. ¡Huye! Me dirigí vacilante hacia la puerta.
―¡ ________________! ―gritaba la voz de Joe diciendo mi nombre otra vez, aunque se estaba haciendo más difícil de oír por encima del crepitar del fuego y el pitido estridente de las alarmas de incendio.
La pierna de Jason se contorsionó y arremetió, golpeándome las costillas. Me desplomé, colapsando en el suelo. Mis pulmones se sentían como si estuvieran en llamas por el humo, y no podía respirar. Jadeando en busca de aire, sufriendo un dolor punzante, me agarré mi costado y me empujé a mí misma hacia la puerta apoyándome en una mano y mis rodillas.
Sólo quería salir de aquí. Sólo quería estar con Joe. En sus brazos. Sólo nosotros en la cabaña de nuevo. Felices. Me deslicé hacia la puerta, sintiéndome abrumada por la distancia que había y por el dolor en mi cuerpo. Incluso aunque llegará a las escaleras antes de que Jason me atrapara ¿cómo saldría? Mis hombros se derrumbaron, y me acurruqué en el suelo.
Sólo necesitaba un poco de aire, después seguiría moviéndome.
Oí un alarido feroz, luego alguien nuevo irrumpió en la habitación, cerniéndose sobre mí. Agobiada por el dolor y el humo, levanté la mirada hacia mi salvador.
Joe.
―Oh, Dios mío ―dijo, cayendo de rodillas y atrayéndome hacia él. Su mano rozando mi cuerpo―. Oh, Dios, no te mueras. Por favor, no te mueras.
¿Parecía estar muerta? Traté de poner mis dedos sobre sus labios para que se callara, pero todo iba muy lento para responder. Me esforcé por señalar a la esquina de la habitación en la que Jason seguía dándose un festín de Arabella, su cuerpo retorciéndose como si no pudiera controlar el poder de corría a través de él.
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
6/10
Joe presionó un beso en mi frente, sus ojos estaban inyectados en sangre por el calor y el humo.
―Eres una cosita inteligente y dulce ―dijo, levantándome contra él.
Sospechaba que él había adivinado mi plan del fuego.
Teníamos que salir de la casa, y me sentía aliviada cuando se puso de pie conmigo en sus brazos.
―Joe ―logré decir―. Jason…
Una fuerza desgarradora me arrancó de sus brazos, y fui lanzada contra la pared del fondo. Estrellas hicieron círculos en frente de mis ojos.
Jason había terminado con Arabella.
Joe gruñó, un grito de rabia felina, y mis ojos parpadearon, abriéndose para ver a los dos moviéndose en círculo, transformándose. Joe era todas curvas doradas elegantes mientras se transformaba en su puma.
― ¡Corre, ________________! ¡Corre! ―gritó.
Jason era un monstruo―hinchándose, ondeándose de forma poco natural bajo la piel. Era repugnante a la vista, todas garras y colmillos. Y él era el doble del tamaño de Joe.
El techo empezó a ennegrecerse, con naranja fuego en los bordes, sin embargo, se precipitaron él uno hacia el otro, las garras volando en una lucha a muerte.
¡No teníamos tiempo para esto! El techo en llamas se iba a derrumbar y matarnos.
Los gatos enredados en una maraña de pelaje volando, rodando y arañándose, los dientes destellando. La forma gris de Jason empequeñecía a un elegante y dorado Joe; Joe no tenía ninguna posibilidad.
Miré frenéticamente a mí alrededor, a la sala de billar destruida, en busca de algo que utilizar para distraerlos.
Un paquete de tacos de billar rotos yacía en el suelo y agarré una para usarlo como un palo. Era sólo un pie y medio de largo, y uno de los lados en punta y horriblemente dentado me dio una idea nueva. Me tambaleé sobre mis pies, agarrándolo contra mí.
Sabía que un mal golpe de uno de ellos podía matarme y distraer a Joe en un momento crítico. Pero no podía no hacer nada. Nos había forzado a esta situación terrible porque no había confiado en él, pero confiaba en él ahora. E iba a salvarle.
Todo era gruñidos y garras destellando, los gatos volaban por la habitación con gruñidos llenos de dolor y de rabia. La boca de Joe sujetaba el hombro de Jason y le arrancó un enorme gemido. Cuando rodaron de nuevo hacia mí, todo lo que veía era la espalda de Jason y oí el rugido de indignación de Joe cuando quedó atrapado.
Cargué contra ellos, sosteniendo el extremo roto del palo de billar con ambas manos, y luego lo lancé hacia la espalda de Jason.
Se hundió en él como si estuviera hecho de mantequilla.
Jason se arqueó hacia atrás, su garra tratando de llegar a su espalda, pero sin poder hacerlo en su forma de gato. Comenzó a cambiar, desesperado por alcanzarla, pero se la había clavado en la parte baja de su espalda, debajo de las costillas. Se volvió hacia mí con ojos de asesino, a continuación, Joe le atacó y le desgarró la garganta.
Mi estómago se revolvió, y me desplomé en el suelo. El dolor y el humo finalmente pudieron conmigo, y todo se volvió negro.
―________________. ―Joe me acarició suavemente la mejilla, y me desperté en sus brazos. La sangre cubría su rostro―su rostro humano―pero aún estaba entero. ― ________________, dime dónde está Giselle.
Todavía estábamos en la casa en llamas. Sólo había estado inconsciente unos segundos.
―Ella está muerta. Joe, tenemos que salir de aquí. ―Mi voz áspera ni siquiera sonaba como yo.
Él se movió hacia la puerta del balcón.
―Dos pasos por delante de ti ―dijo, y dio una patada para abrirla.
Se acercó a la baranda y miró por ella.
Los animales esperaban abajo. Estaba demasiado alto. Me aferré a su cuello, de repente asustada.
Él me besó en la frente.
―Nick te atrapará. ¿Confías en mí?
No había confiado en él un poco antes, hoy mismo, y casi había conseguido que nos mataran a ambos. Con un pequeño sollozo, presioné mi boca contra la suya en un último beso.
―Confío en ti.
―Bien. ―Me dejó caer del balcón.
Recordé vagamente estar atrapada en las pesadas patas de un oso pardo antes de perder el conocimiento de nuevo, esta vez quedándome atrapada.
Joe presionó un beso en mi frente, sus ojos estaban inyectados en sangre por el calor y el humo.
―Eres una cosita inteligente y dulce ―dijo, levantándome contra él.
Sospechaba que él había adivinado mi plan del fuego.
Teníamos que salir de la casa, y me sentía aliviada cuando se puso de pie conmigo en sus brazos.
―Joe ―logré decir―. Jason…
Una fuerza desgarradora me arrancó de sus brazos, y fui lanzada contra la pared del fondo. Estrellas hicieron círculos en frente de mis ojos.
Jason había terminado con Arabella.
Joe gruñó, un grito de rabia felina, y mis ojos parpadearon, abriéndose para ver a los dos moviéndose en círculo, transformándose. Joe era todas curvas doradas elegantes mientras se transformaba en su puma.
― ¡Corre, ________________! ¡Corre! ―gritó.
Jason era un monstruo―hinchándose, ondeándose de forma poco natural bajo la piel. Era repugnante a la vista, todas garras y colmillos. Y él era el doble del tamaño de Joe.
El techo empezó a ennegrecerse, con naranja fuego en los bordes, sin embargo, se precipitaron él uno hacia el otro, las garras volando en una lucha a muerte.
¡No teníamos tiempo para esto! El techo en llamas se iba a derrumbar y matarnos.
Los gatos enredados en una maraña de pelaje volando, rodando y arañándose, los dientes destellando. La forma gris de Jason empequeñecía a un elegante y dorado Joe; Joe no tenía ninguna posibilidad.
Miré frenéticamente a mí alrededor, a la sala de billar destruida, en busca de algo que utilizar para distraerlos.
Un paquete de tacos de billar rotos yacía en el suelo y agarré una para usarlo como un palo. Era sólo un pie y medio de largo, y uno de los lados en punta y horriblemente dentado me dio una idea nueva. Me tambaleé sobre mis pies, agarrándolo contra mí.
Sabía que un mal golpe de uno de ellos podía matarme y distraer a Joe en un momento crítico. Pero no podía no hacer nada. Nos había forzado a esta situación terrible porque no había confiado en él, pero confiaba en él ahora. E iba a salvarle.
Todo era gruñidos y garras destellando, los gatos volaban por la habitación con gruñidos llenos de dolor y de rabia. La boca de Joe sujetaba el hombro de Jason y le arrancó un enorme gemido. Cuando rodaron de nuevo hacia mí, todo lo que veía era la espalda de Jason y oí el rugido de indignación de Joe cuando quedó atrapado.
Cargué contra ellos, sosteniendo el extremo roto del palo de billar con ambas manos, y luego lo lancé hacia la espalda de Jason.
Se hundió en él como si estuviera hecho de mantequilla.
Jason se arqueó hacia atrás, su garra tratando de llegar a su espalda, pero sin poder hacerlo en su forma de gato. Comenzó a cambiar, desesperado por alcanzarla, pero se la había clavado en la parte baja de su espalda, debajo de las costillas. Se volvió hacia mí con ojos de asesino, a continuación, Joe le atacó y le desgarró la garganta.
Mi estómago se revolvió, y me desplomé en el suelo. El dolor y el humo finalmente pudieron conmigo, y todo se volvió negro.
―________________. ―Joe me acarició suavemente la mejilla, y me desperté en sus brazos. La sangre cubría su rostro―su rostro humano―pero aún estaba entero. ― ________________, dime dónde está Giselle.
Todavía estábamos en la casa en llamas. Sólo había estado inconsciente unos segundos.
―Ella está muerta. Joe, tenemos que salir de aquí. ―Mi voz áspera ni siquiera sonaba como yo.
Él se movió hacia la puerta del balcón.
―Dos pasos por delante de ti ―dijo, y dio una patada para abrirla.
Se acercó a la baranda y miró por ella.
Los animales esperaban abajo. Estaba demasiado alto. Me aferré a su cuello, de repente asustada.
Él me besó en la frente.
―Nick te atrapará. ¿Confías en mí?
No había confiado en él un poco antes, hoy mismo, y casi había conseguido que nos mataran a ambos. Con un pequeño sollozo, presioné mi boca contra la suya en un último beso.
―Confío en ti.
―Bien. ―Me dejó caer del balcón.
Recordé vagamente estar atrapada en las pesadas patas de un oso pardo antes de perder el conocimiento de nuevo, esta vez quedándome atrapada.
jamileth
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