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A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
Bueno mis niñas guapas, espero que esten felices por el capitulo tan grande que les he dejado después de Mil Años luz. Este comentario era solo para preguntarles si os gustaría pasar por mi nueva novela:
https://onlywn.activoforo.com/t14216-alina-gray-la-nina-que-vivio-saga-hp
Es como un Harry Potter pero tu eres Harry Potter... no me he explicado nada de nada pero yo se los dejo a ver que vosotras mismas ya juzgueís.
Fdo: Alicia Malicia que os quiere a rabiar.
Aquí os dejo el capítulo:
Cuando la puerta volvió a cerrarse, Cho Chang respiró aliviada. Aguantar a Bellatrix y a McGregor era algo que le ponía la piel de gallina y no era para menos después de haber crecido escuchando a su padre hablar de lo que esos dos individuos eran capaces de hacer. Se retorció las manos de forma nerviosa y luego respiró profundamente, obligándose a calmarse.
No les había mentido, ella no sabía qué diablos podría haber estado haciendo Snape vigilando el orfanato ¿por qué diablos debería saberlo? Ella apenas trataba con nadie que no fuera Harry. Ninguno de los demás tenía lo necesario para que ella se dignara a hablar con ellos… salvo Malfoy. Había algo en Draco Malfoy que siempre la había atraído y de no ser porque su misión estaba clara desde el principio, hubiera estado encantada de pasar unos ratos agradables en la cama de Malfoy.
Pero el saber que no les había mentido no hacía que se sintiera más tranquila. Era plenamente consciente de que ni siquiera por ser la hija de quien era, podría librarse de morir si Voldemort lo decidía. ¿En qué diablos estaba pensando cuándo accedió a formar parte de aquel plan?
En la fama, en la fortuna, en el dinero… en la gloria. Nunca le había importado demasiado lo que su padre hiciera o dejara de hacer siempre que se le cumpliera el menor de sus caprichos. Era a eso a lo que estaba acostumbrada. Acostumbrarse al lujo era fácil… lo difícil era desacostumbrarse a él. Siempre había vivido en el lujo, del lujo y para el lujo. Pensar en vivir de cualquier otra forma era algo inconcebible e impensable en su cabeza. Siempre lo había tenido todo, absolutamente todo; dinero, yates, joyas, mansiones, coches, hombres… sólo tenía que pedirlo y todo lo que deseaba aparecía ante sus ojos.
Y Harry Potter era guapo. Era muy guapo. Tenía aquella pose de niño rebelde y descuidado, aquel cabello algo largo y salvaje y aquellos increíbles ojos verdes que parecían haber sido tallados directamente del jade. Lo tenía todo. Y ella lo quería todo.
Pero algo se había complicado.
Alguien había conseguido infiltrarse en la organización de Voldemort y habían pasado informes a Harry acerca de quién era ella.
Se movió nerviosa por el salón mientras se dirigía al mueble bar y tomaba un vaso que llenó de vodka sin nada para suavizarlo.
Regulus Black había sido detenido y había corrido el rumor entre los hombres de Voldemort que antes de ser enviado a la prisión de máxima seguridad le había contado a Sirius Black, su hermano mayor, ciertos detalles sobre la nueva droga experimental.
Cho apuró el contenido de su vaso mientras se servía otra vez. Para estas alturas, estaba segura de que Harry ya habría atado cabos. Era muy bueno en su trabajo y mucho más eficiente si trataba algo que tuviese que ver con Voldemort. Los dolores de cabeza, el cansancio y los recuerdos borrosos cada vez que despertaba después de haber pasado la noche con ella… la droga que le había estado suministrando para sonsacarle información era efectiva pero seguramente Harry ya habría descubierto que había estado siendo drogado y si él no lo descubría, alguno de los de la Orden lo haría. No estaban allí sólo por haberse licenciados en los primeros puestos de su clase, no eran estúpidos. Ella lo sabía bastante bien. Y además, siempre estaban pendientes de Harry. Incluso Snape con su humor ácido y sus comentarios sarcásticos siempre estaba pendiente de Harry… lo había visto mirarle cuando se movía por la habitación, cronometrando el tiempo cuando el hombre moreno salía y suspirando aliviado cuando regresa sin un rasguño. Igual que Sirius y Remus. Parecían los guardaespaldas de Harry; si había algo que ellos pudieran evitar que Harry hiciera, lo evitaban… Harry era tratado por ellos como el hijo que ninguno había llegado a tener, cosa bastante normal teniendo en cuenta que Harry era el hijo de quien una vez fueron sus mejores amigos.
Pero lejos de los adultos de la Orden, también los que eran de su edad o más jóvenes estaban pendientes de él. Ronald y Ginebra Weasley, Nott, Blaise… incluso Draco Malfoy, siempre tan independiente y calculador, confiaban en Harry y hacían lo posible para que no le ocurriera nada. Nunca.
Sonrió mientras bebía de nuevo del vaso. A veces envidiaba no tener a nadie que se preocupara por ella como lo hacían por Harry. Y para una vez que había tenido a alguien, le había utilizado y mentido… Pero no le preocupaba eso. Le preocupaba lo otro.
Harry era muy bueno en su trabajo y no dejaría de remover hasta la última piedra para atraparla. Y cuando lo hiciera, nada podría librarla de prisión, ni siquiera su padre. Por una vez, por primera vez en su vida para ser más concisos, Cho Chang se encontró preguntándose si era cierto que la codicia era mala… o incluso peligrosa.
Miró a su alrededor. Polvo, escombros y lo que parecía haber sido alguna vez una escalera de lo que ahora ya sólo quedaba la base y parte de la barandilla tirada por algún lugar. Extrañamente a lo que cualquiera pudiera pensar, Harry aún tenía retazos de una parte de su infancia en aquella casa. Recordaba las paredes de un color azulado y los muebles en color cerezo, el calor de la chimenea del salón y la música suave en su cuarto cuando su madre iba a arroparle… Recordaba la encimera de la cocina, blanca y negra, donde James lo sentaba por las mañanas mientras buscaba su biberón en la nevera… y recordaba el olor a jazmín que provenía de la puerta trasera. Colores vivos y llamativos, risas y miradas felices… eran pequeñas pinceladas de los dos años que había vivido allí.
-¿Estás bien? –Remus apareció por lo que quedaba de la puerta-. Lo siento Harry, no recordaba que estuviera en tan mal estado…
-No importa Remus –le sonrió-, gracias por venir conmigo –carraspeó mientras miraba la libreta donde iba apuntando todo lo que tenía que hacer-. ¿Has visto el patio de atrás?
-Necesita reparación en la valla y arrancar los hierbajos, el césped debería ser podado pero por lo demás… -sonrió-… aún hay vida.
Harry le miró extrañado y el hombre le hizo una seña para que le siguiera. Harry suspiró y obedeció pisando con cuidado sobre el suelo, intentando no destruir más de lo que ya estaba la casa. Salió al patrio trasero y se acercó a Remus que se había acuclillado en un rincón del jardín y parecía estar observando algo con suma atención. Sonrió cuando vio una pequeña flor creciendo entre los arbustos.
-¿Cómo…
-Es un pensamiento –informó Remus-. A tu madre le gustaban. Recuerdo que tenía todo el borde del jardín, junto a la valla, plantado con estas pequeñas flores… Amarillas, violetas, blancas, rosas, azules… -sonrió-. Cuando eras pequeño y estabas aprendiendo a andar, solía dejarte aquí y tú te dedicabas a mirar la flores en lugar de caminar ignorando a tu padre –Harry sonrió.
-Recuerdo los colores… -le dijo-. ¿Cómo puede seguir viva después de tantos años?
Remus se encogió de hombros.
-Supongo que se ha acostumbrado al clima… -se levantó con un suspiro y miro al chico con una media sonrisa-… es una luchadora, como tú –Harry no contestó, pero la mirada que le dedicó al hombre fue más que elocuente-; sé que ahora parece imposible, pero conseguiremos levantar esta casa Harry. Te lo prometo.
-Se lo debo a ellos Remus –contestó Harry-. Leíste la carta… ellos… ellos tenían una vida para mí en esta casa… y nunca se pudo cumplir –sonrió a medias-. Tengo la sensación de que si lo hago, mi vida se enderezará.
-¿Hablas de Cho? –Harry asintió-. No me gusta decirlo, pero ya te advertimos que no era de fiar.
-Lo sé –frunció el ceño, odiaba que le dijeran "te lo dije" y aunque Remus no lo hubiera hecho del todo, prácticamente lo había dado a entender-. Pero yo… Déjalo… no importa.
-¿Qué? –preguntó Remus a quien no le gustaba dejar conversaciones a medias.
-Nada… sólo… sólo creí que casándome con ella, mi vida podría ser un poco más… normal…
-¿Normal? Harry… -rió suavemente-… mira a las personas con las que trabajas, ¿crees que llevan vidas normales? Yo mismo… he tardado ¿cuánto? –preguntó retóricamente- ¿cinco, diez, quince, veinte años? En decirle a Tonks que la quiero –Harry rió acompañándole en su risa-… ¿crees que eso es normal? La vida no se trata de ser normal o no… Se trata de vivirla… Si todo fuera siempre normal, sería demasiado aburrido y entonces, sólo sería un episodio de reposición de una de esas series televisivas a las que Sirius se enganchó hace un par de años.
-¿También tenías que soltarle estos discursos a mi padre? –preguntó sin perder la sonrisa el hombre joven.
-Sólo cuando se ponía en plan caótico de "Lily no me quiere y no me va a querer nunca" –le contestó burlón el mayor. Harry sonrió con algo de melancolía y resignación y Remus frunció el ceño-. Harry, ¿estás bien?
-Sí –contestó inmediatamente el hombre joven mientras se subía las gafas por el puente. Remus le miró.
-Es evidente que no lo estás, podemos pasarnos media hora entre tira y afloja y al final me lo dirás o podemos pasar directamente a la parte en que me lo cuentas –Harry sonrió-. Vamos, suéltalo Potter –bromeó.
-Sólo estoy un poco cansado… de verdad Remus, estoy bien –aseguró.
-¿Tú cansado? Harry te he visto hacer guardias de cuatro días seguidos, salir a una misión, regresar una semana después y aún tener energías para detener a unos mafiosos –le sonrió.
-Es otro tipo de cansancio… -comentó el chico mirando al horizonte.
-Harry… tu padre estuvo enamorado de tu madre durante mucho tiempo antes de que ella siquiera le diera la hora, le costó mucho trabajo conseguir que Lily aceptara que la quería de verdad y más aún convencerla de que si se casaban serían la pareja perfecta –le sonrió afectuosamente-. Antes de Lily existieron otras mujeres pero James nunca llegaba a nada serio con ellas porque según él, "siento que no es la indicada". Cho sólo ha sido una de esas no indicadas en tu vida.
-¿Y cómo sé cuál es la indicada? –preguntó él.
-¿Esta no es una conversación que tendrías que tener con tu padrino? –bromeó Remus.
-No creo que Sirius esté ahora para estas tonterías –contestó Harry.
-Sabes que para Sirius y para mí todo lo que te provoque desánimos no son tonterías –aseguró el hombre.
El teléfono de Harry sonó y el chico contestó de forma inmediata mientras cerraba la boca ante la contestación que iba a darle al hombre.
-¿Sí? –contestó al teléfono. Miró a Remus-. Vamos para allá. Lo sé, lo sé… y por lo que más quieras McGonagall, que Sirius no se entere.
Cuando colgó el teléfono, miró a Remus con ojos culpable y el hombre asintió. Habían pasado muchos momentos juntos y prácticamente sabían hablar sin decirse nada.
-¿Regulus?
-Le han atacado esta noche en Azkaban –dijo Harry.
-¿Gravedad? –Harry chasqueó la lengua-. ¿Harry?
-Está en coma… -contestó-. Sé que es un cabrón pero es el hermano de Sirius y…
-No necesitas convencerme Harry –le sonrió dándole una ligera palmada en el hombro-. Vamos. Yo conduzco. Y por cierto Harry, nunca sabes que es la adecuada hasta que llega.
-Siéntate derecha –dijo su madre al ver como la castaña estaba medio tumbada en el sofá leyendo un libro-. Te saldrá joroba.
_________ miró a su hermana que se limitó a encogerse de hombros y resopló.
-Mamá, tengo la espalda perfectamente recta –protestó aunque se sentó derecha en el sofá dedicándole a su madre una mirada irritada-¿feliz? –preguntó sarcástica.
Pero su madre ya había empezado su monólogo y no estaba dispuesta a dejarlo tan fácilmente.
-Y si te sale joroba, ¿cómo vas a atrapar a algún hombre?
Ginny miró a la madre de ________ y Blaise contuvo la risa.
-No quiero atrapar a ningún hombre –le replicó _______-, y si me sale joroba es mi problema, no el tuyo –añadió volviéndose a tumbar en el sofá tal y como estaba al principio.
-¡________ ________ _________! –dijo la mujer entonces-. ¿Qué diría tu padre si te viera así?
________ rodó los ojos hastiada.
-Seguramente me diría que si así estoy cómoda que está bien por él –le contestó la castaña refunfuñando.
Su madre la fulminó con la mirada, pero _______, demasiado acostumbrada a eso, la ignoró completamente y en su lugar, le preguntó algo que hizo que Sirius sonriera. Definitivamente tenía el mismo carácter que Anthony.
-¿Cuándo dices que os vais de nuevo a España? –preguntó la médico.
Rebecca rodó los ojos. No comprendía a su hermana. Si ella fuera __________, una mujer con una carrera, aprovecharía los mejores años de su vida y el cuerpo que tenía su hermana, para buscar marido y fundar una familia. Una familia como la que ella iba a crear con su casi marido. No entendía por qué ________ disfrutaba peleando con su madre, llevándole la contraria… no entendía por qué a su hermana le gustaba más leer un buen libro que ir de compras con ella ni comprendía por qué no le atraía la idea de trabajar en un magnífico hospital donde seguramente conseguiría que un médico se fijara en ella. ¡Un médico! Ella se había conformado con un abogado… Pero _________… ella podía hacerlo. Suspiró mientras veía como su madre y la castaña volvían a tener otra absurda pelea. ¿Tanto le costaba a _________ cambiar un poco? Sólo se trataba de ponerse vestidos, de coquetear y de encontrar un hombre ¡un solo hombre! No era tan difícil, ¿no? Arrugó la frente mientras las miraba. Nunca comprendería a su hermana mayor por mucho que lo intentara.
-¡Y no pienso alisarme y ponerme extensiones en el cabello para la boda! –dijo en aquel momento ________ que se había alterado bastante cuando su madre había empezado a decir que estaría "más mona" si se vistiera como una mujer en lugar de cómo un intento de hombre.
-Pero tienes que hacerlo –contestó su madre recalcando el verbo-. Todas las damas de honor llevarán el pelo liso –insistió.
________ la miró desafiante.
-Entonces quizá no sea dama de honor.
Rebecca la miró y ________ rodó los ojos.
-Estoy deseando ser tu dama de honor y de verdad Becca, que quiero que seas feliz, muy feliz –recalcó-, pero no a costa de cambiarme y convertirme en una muñeca de tarta a la que no reconoceré en cuanto me mire al espejo –Rebecca no contestó.
Ginny miró a Blaise.
-¿Cómo han pasado de hablar de cómo debe sentarse a la boda de Rebecca? –preguntó curiosa.
Blaise le sonrió indulgente.
-¿De verdad quieres saberlo? –le preguntó.
-No, déjalo –contestó la pelirroja-. ¿Se sabe algo de Snape? –preguntó tomando un bocadillo del plato que tenía Sirius delante y que parecía dispuesto a comerse sin compartir nada con nadie.
-¡Eh, es mío! –protestó el moreno.
-Sirius deja de portarte como un niño, ¿quieres? –le dijo Blaise-. Ha salido del peligro –dijo esta vez mirando a Ginny-. Se repondrá en un par de semanas aunque si fuera por él mañana mismo saldría del hospital.
-¿La bala ha tocado algún órgano importante? –preguntó esta vez Ron bajando las escaleras -. No hay cucarachas ahí arriba –añadió mirando a la madre de _______.
La castaña miró a Ron perpleja y luego a su madre con la boca abierta.
-¿Le has hecho mirar si había cucarachas, mamá? –preguntó incrédula.
-Ninguno –contestó Sirius-… por desgracia está perfectamente.
-De verdad que yo creo que hay cucarachas –se defendió la madre de ________.
-¡Mamá! –le reprendió ________.
-¡Sirius! –reprobó Ginny.
Blaise movió la cabeza de forma divertida y negativa.
-Se acabó. Os vais pasado mañana –declaró _________ con voz autoritaria-. Me da igual que me critiques, me juzgues, me mires como si yo no valiera nada… todo eso me da igual mamá, pero no voy a dejar que pisotees a nadie con tus aires de gran señora a la que sólo le importan las apariencias, ¿entiendes? Si no te parece bien la habitación que Ron os ha cedido, estupendo, buscaros un hotel, pero no le mangonees como lo hiciste conmigo durante tanto tiempo –añadió enfadada y con la voz extrañamente calmada. Luego miró a la pelirroja-. Gin, ¿hay algún problema si vamos a casa? –preguntó.
La pelirroja miró a Sirius que asintió despacio.
-No, claro, vamos. –se levantó-. Hasta luego chicos.
_________ salió de la sala y de la casa de Ron con un fuerte portazo.
-Tiene carácter –dijo Sirius como si hiciera falta decirlo para que se dieran cuenta de ello.
-Estupendo, Sirius, tus dotes detectivescas cada día son mejores… -resopló Ron divertido dándole una palmada en el hombro y riendo divertido.
Blaise se limitó a rodar los ojos. A veces Sirius podría llegar a desesperar incluso al más paciente de los santos.
Sonrió cuando vio salir a una malhumorada enfermera rubia de la habitación de Severus. Parecía que iba farfullando sobre alo acerca de policías y agentes desagradecidos e idiotas que no sabían dar ni siquiera las gracias. Golpeó la puerta un par de veces y entró cuando desde dentro escuchó un no suave "pase".
-Potter –le saludó con la cabeza cuando entró.
-Hola Snape, ¿cómo te encuentras?
-¿Por qué no firmas mi alta? Como mi superior inmediato puedes sacarme de este infierno –añadió refunfuñando.
Harry sonrió ampliamente y se sentó junto a la cama en una de las sillas que había.
-Veo que estás bien, al menos tu humor sigue siendo el de siempre –añadió. Snape le miró pero no dijo nada.
Severus Snape era todo un misterio, no sólo para los que no le conocían, sino también para aquellos que llevaban años trabajando junto a él. Sirius le odiaba por algún motivo que nunca ninguno de los adultos había querido decirle, y Remus parecía aceptar sus comentarios sarcásticos con deportividad. En cuanto a él… Snape era un profesional; no titubeaba a la hora de cumplir órdenes o delegar, era fuerte, ágil y siempre estaba dispuesto a arriesgarse para conseguir salvar de alguna manera u otra a cualquiera que tuviera algún problema en alguna misión. Lejos de todo eso, y de la admiración que sentía hacia el hombre, no había nada de amistad entre ellos, debido, seguramente, a la diferencia de sus caracteres.
-Estoy bien, no sé a qué viene tanto escándalo. En nuestro trabajo cientos de veces puedes recibir una bala, me ha tocado a mí, punto final y fin de la discusión –dijo malhumorado.
-Tranquilo. El médico dice que en mañana ya podrás irte pero tendrás que estar una semana de reposo por esa herida. ¿Se puede saber qué diablos hacías allí?
-Pasear –contestó Severus serio. Harry enarcó una ceja.
-¿Pasear?
-Ajá –confirmó el hombre.
-¿A esas horas de la noche?
-¿Tienes algún problema sobre cuándo paseo, Potter? –preguntó el mayor.
-Ninguno siempre que no tenga nada que ver con asuntos ilegales o… extraños… -añadió mirándole con advertencia.
Snape ni siquiera se inmutó. Harry Potter era, posiblemente junto a Remus, el único que sabía que Narcisa Black y él habían sido amigos hacía mucho tiempo y que de vez en cuando, ella le daba chivatazos sobre acciones, trabajos o entregas que se daban. Por supuesto que Potter nunca le había dicho abiertamente que sabía que todos esos chivatazos provenían de Narcisa Black, pero había cosas que no era necesario decir para saberlas y esta era una de ellas.
-No sé a qué te refieres.
-Ya, claro… así que paseando… -Snape enarcó una ceja pero no contestó-. Y supongo que el que estuviera el orfanato donde Malfoy se crió no tiene nada que ver ¿cierto?
-¿Era ese orfanato? No lo reconocí… como todos son iguales… -dijo con indiferencia.
Harry sonrió internamente. Ese hombre era impasible y frío como el mismo hielo. Se alegraba de tenerlo de su bando.
-Vengo de la cuarta planta –informó Harry. Severus frunció el ceño.
-¿Esa no es la planta de…
-Sí –dijo Harry-. Han atacado a Regulus esta noche –Severus le miró pero no dijo nada al respecto-. Está en coma y no saben si despertará para vivir o para morir –añadió ante la muda pregunta del hombre.
-Black no es santo de mi devoción, pero espero que no se haya enterado…
-Aún no le he dicho nada, pero tendré que hacerlo… -contestó Harry.
-Entiendo… -suspiró-… ¿quieres que se lo diga yo?
Harry le miró dejando de jugar con las manos.
-¿Lo harías?
-Black ya me odia, no creo que vaya a odiarme más por decirle que su hermano está más muerto que vivo y que sería mejor que diera el consentimiento para que lo desenchufen de donde quiera que lo tengan para mantenerlo con vida –se encogió de hombros.
-Gracias Snape, pero tengo que hacerlo yo –resopló y se levantó de la silla-. Me voy, Remus está en doble fila frente a la entrada del hospital –informó-. Enviaré a Nott y Blaise a recogerte mañana, sólo avísame cuando te den el alta.
Snape cabeceó en señal de conformidad y cuando Harry estaba llegando a la puerta, le habló.
-Todos nos equivocamos a veces Potter… confiamos en quien no deberíamos confiar y no lo hacemos en quien nos puede salvar el trasero –le dijo llanamente-. Pero que eso no te quite el sueño, nadie te hace responsable de ello.
Harry asintió y le sonrió levemente. Definitivamente ese hombre merecía su respeto. Todo su respeto.
Se abrió paso entre los grandes hombres del bar que estaban a aquellas horas de madrugada allí sentados, borrachos, con las manos pegadas a grandes vasos de whiskey y a botellines de cervezas, en las penumbras; allí uno miraba por encima del periódico, en el otro rincón una pareja de hombres jugaban a dados y varias monedas brillaban escasamente sobre la mesa. El lugar era oscuro y sombrío, sacado de las mejores novelas del barroco. Cualquier otra mujer ni siquiera se hubiera atrevido a entrar en un lugar así, ni tan siquiera se hubiera atrevido a mirar aquella taberna de uno de los peores barrios de Londres.
Pero Narcisa entró en el lugar; alzó la cabeza, sacó pecho y caminó con paso firme y seguro, enfundada en aquellos pantalones negros y aquella camiseta ajustada de color verde y plata; con el cabello recogido con seguridad en una alta coleta que caía sobre su hombro derecho, dándole el único toque de color, a parte de sus ojos claros, a su figura oscura. Ignoró deliberadamente los comentarios obscenos a los que estaba ya más que acostumbrada y se dirigió a la mesa del fondo donde la figura envuelta en un abrigo largo negro no le había quitado la vista de encima desde que había entrado; mirada acerada, ojos grises y gélidos. Lucius Malfoy.
Siempre le había atraído el halo de misterio que lo rodeaba. Como en las novelas de vampiros, siempre vestido con elegancia y sin ningún otro color que no fuera el negro salvo el plata ocasionalmente, destacando el color acerado de sus ojos que brillaban con aquel punto que sólo los locos consiguen tener. Siempre con el cabello impecablemente perfecto cortado sobre sus hombros, lacio, de un rubio tan intenso que podría pasar por blanco; de piel pálida y mirada penetrante, ademanes majestuosos y gestos estudiados y armoniosos.
Siempre le había atraído Lucius Malfoy. Era innegable el porte aristocrático y la belleza externa que lo rodeaba. Más que atracción, casi podía decir que se había enamorado de él… Resultaba curioso… Se había enamorado de la única persona de quien sabía que nunca debería haberse enamorado… Resultaba curioso y doloroso, todo al mismo tiempo.
Como el caballero que siempre había demostrado ser, se levantó de su silla y movió otra para que ella pudiera sentarse. Narcisa se lo agradeció con un gesto de cabeza, pero ni una sola palabra. Lucius sonrió y se sentó mientras le servía un whiskey bien cargado que ella no rechazó.
-Estás tan espectacular como siempre, Narcisa –aseguró el hombre.
-Y tú sigues tan imponente como siempre –le contestó ella con más de sinceridad que por cortesía.
-Bueno, siempre hay que estar en forma… nunca sabes cuándo vas a tener que huir de la policía –añadió con cierto tono de deje y despreocupación-. Y ahora que hemos cubierto suficiente las apariencias con estos halagos… dime, ¿qué puedo hacer por ti?
-Voldemort te quiere con él –dijo ella llanamente.
Alguien en la mesa de al lado se giró para mirarles y se removió incómodo. Narcisa enarcó una ceja en dirección de aquel hombre y le miró burlona.
-¿Acaso quieres sentarte con nosotros? –le preguntó.
El hombre tardó poco más de dos segundos en levantarse y salir del local después de haber pagado su sucio trago de ron. Narcisa se giró para encarar de nuevo a Lucius y se encogió de hombros.
Lucius sonrió. Nadie en su sano juicio querría estar al lado de ellos si hablaban de Voldemort. Todos lo conocían, bien en persona, bien porque habían tenido tratos con él, bien porque habían escuchado hablar de él. Nadie en su sano juicio querría tener tratos con Voldemort, pero claro, él no estaba en su sano juicio… ¿No era eso lo que decían los informes del psiquiátrico?
-¿Y bien? –preguntó mirando al rubio-. ¿Estás dentro?
-¿Qué puede ofrecerme que no tenga ya? –preguntó interesado.
-Respaldo ante la policía –contestó ella-. Ni uno solo de los que estamos a su servicio hemos tenido nunca problemas con la ley.
-Querrás decir de los que estáis en la escala más alta a su servicio –corrigió Lucius bebiendo de su vaso.
-Eso mismo –concedió la mujer con una sonrisa-. ¿Y bien?
-¿Tú entras en el trato? –preguntó con una media sonrisa lasciva estirando su mano sobre la mesa y colocándola sobre la de ella con una mezcla de posesión y seguridad-. La última vez que nos vimos la cosa no salió muy bien… quizá esta vez pudiéramos intentar tener aquel hijo que siempre quisiste…
Y entonces algo la sacudió de forma atroz. Aquella frase. Aquella simple frase… Un hijo… su hijo… su pequeño… aquello que más había amado y que había tenido que abandonar. Jamás. Jamás volvería a tener ningún otro hijo con nadie, mucho menos con Lucius Malfoy.
-No vuelvas a tocarme –dijo retirando su mano con brusquedad-. Nunca.
Él se limitó a sonreír.
-Estoy dentro.
Narcisa le entregó una tarjeta con una dirección.
-Mañana a las doce, no te retrases o serás el primero que esté fuera antes de entrar –aseguró.
Y aún sintiendo que le temblaban las piernas, aún sintiendo que podría haber caído rendida a los pies de Lucius otra vez, se levantó con dignidad y caminó hacia la puerta del local, notando la mirada gris sobre su cuerpo. Suspiró cuando salió de la taberna. Iba a ser muy difícil.
No se había movido de su lado. Había visto como reprendía a las enfermeras, como discutía con los médicos y como protestaba y gritaba por todo y aunque pareciese estúpido, verle así le había hecho sentirse mejor; si Severus Snape actuaba como siempre era porque estaba tan bien como siempre.
Y era algo estupendo porque necesitaba hablar con alguien de forma urgente.
-La besé –dijo Draco de repente.
Snape no contestó de forma inmediata. Sólo le miró. Le miró con una ceja enarcada, los ojos negros entrecerrados y los brazos cruzados a la altura del pecho.
-¿La besaste? –preguntó Snape lentamente para asegurarse que era eso lo que su ahijado había dicho-. Bien por ti, ahora dime, ¿a quién besaste?
Draco rodó los ojos y se apartó de la cama donde había estado sentado, sabiendo por experiencia que las reacciones de Severus Snape siempre solían ser impredecibles.
-A _______ (ap)–contestó cuando se hubo apartado, a su juicio, lo suficiente.
-¿Cómo? –preguntó Severus incorporándose en la cama y quejándose cuando la herida recién cosida le dio un tirón-. ¡Maldita sea! –protestó.
-¿Estás bien? –preguntó preocupado el rubio.
El mayor hizo un gesto con la mano para quitarle importancia y Draco se relajo visiblemente aunque no dejó de mirarle para cerciorarse de que estaba bien.
-Explícame eso de que la besaste. ¿Besaste a ______(ap)? –preguntó -¿Besaste a alguien a quien tienes que proteger? –preguntó de nuevo.
-Un poco –contestó Draco incómodo. Snape alzó una ceja.
-¿Cómo puedes besar a nadie un poco? –preguntó irónico-. Puedes empujar a alguien un poco, puedes ofender a alguien un poco e incluso podríamos aceptar que se puede golpear a alguien un poco, pero ¿cómo puedes besar a alguien un poco? Es como si me dijeras que alguien puede estar un poco muerto; es imposible: o está muerto o no lo está –se encogió de hombros.
Draco le miró enojado por el sarcasmo latente en cada una de las palabras de su padrino y suspiró.
-La besé. Punto –repitió Draco invitándole a que se mantuviera callado-. E iba a aclararlo todo cuando Blaise apareció diciéndome que te habían herido –añadió con cierto resentimiento.
-¡Oh, no! –protestó el aludido-. No vas a echarme la culpa ahora a mí de no haberle dicho a ________(ap) lo que quiera que fueras a decirle. Has tenido dos semanas para hacerlo Draco, yo no he tenido nada que ver.
Ahora todo tenía sentido en la cabeza de Severus. No sabía si alegrarse por su ahijado o si levantarse de la cama y darle una paliza. ¡________(ap)! Había cientos de mujeres en la tierra, altas, bajas, morenas, castañas, pelirrojas, exuberantes… amas de casa, dentistas, profesoras, policías… con sentido del humor, con mal genio, con sentido de la honra… Pero no, su ahijado, como siempre y para no variar había ido a lo más complicado. Había besado a ________(ap), la persona a quien debían proteger. Y conocía lo bastante a Draco para saber que no la hubiera besado si no sintiera por ella algo más que atracción, lo cual implicaba que iba a volver a besarla…
-¿Cómo reaccionó ________(ap)?
Draco le miró y una sonrisa se escapó de sus labios casi sin que él quisiera. Snape rodó los ojos. Arrogancia Malfoy. La odiaba.
-De acuerdo y ahora ¿qué piensas hacer?
-Hablar con ella y decirle que fue un error –dijo Draco firmemente intentando creerse que lo que estaba diciendo era cierto. Snape le miró-. No voy a volver a besarla, es mi protegida, no voy a tener una relación con _______(ap). Además, esa mujer me vuelve loco –añadió como si eso fuera toda la explicación que necesitara.
-¿Cómo? –preguntó Snape intentando no reír demasiado fuerte, después de todo, era prácticamente imposible ver a su ahijado alterado.
-Tan pronto parece desvalida como un huracán furioso; puede estar leyendo y de repente saltando sobre el sofá, y tan pronto nos reprende por tomar pizzas y hamburguesas recalcando que no sabemos ni freír un huevo como ella misma está junto al teléfono pidiendo más de cinco pizzas alegando que no tiene ganas de cocinar –enumeró Draco-, y además luego está el tema de…
-Vale, vale, lo he entendido –le cortó Snape-. Creo que ninguna mujer te había hecho nunca despotricar tanto ¿verdad?
-¿Y qué estás insinuando con eso, Severus? –preguntó Draco con la frialdad que lo caracterizaba y con la que se le conocía dentro de la oficina.
Severus le sonrió conciliador, un gesto que pocas veces nadie veía aunque por supuesto, esa norma no iba con Draco.
-Insinúo lo que te he dicho muchas veces Draco, que no puedes seguir viviendo de los recuerdos del pasad…
-¿Viste qué pasó? –interrumpió Draco. Severus le miró pero el rubio no estaba dispuesto a dejarse intimidar por su padrino-. Te han disparado y aún no me has contado qué pasó.
Snape suspiró. Draco no quería hablar de aquello y no iba a conseguir nada a menos que él quisiera decir algo. Testarudo… ¿por qué diablos había tenido que adoptar precisamente esa característica de él?
-No vi nada… -aseguró-, sólo dos figuras que se movían con agilidad cerca del orfanato; me pareció raro que hubiera alguien a aquellas horas así que di el alto –explicó a su ahijado-, todo iba bien hasta que me identifiqué como policía, entonces empezaron a llover balas de todas partes –recordó esforzándose-, saqué mi arma y disparé un par de veces antes de que me alcanzaran –se encogió de hombros-. Supongo que pensaron que habían hecho mucho ruido y desaparecieron –Draco chasqueó la lengua-, por cierto, para mi cumpleaños puedes regalarme otro cuchillo –Draco le miró-, se lo tiré a ellos y creo que herí a uno si eso te sirve de algo.
-Le diré a Lupin que investigue un poco a ver qué puede descubrir –dijo Draco más para sí mismo-. ¿Qué crees que buscaban?
-¿Extraoficialmente? –Draco asintió-. Rapto de niños, aunque no descarto que la zona sur de Londres esté quedándose limpia de prostitutas por arte de magia –añadió con su característico mal humor y cinismo.
Draco sonrió.
-Sí, eso mismo es lo que yo también me temía… -suspiró-. ¿Crees que me estoy equivocando?
-¿Con decírselo a Lupin o con _______(ap)?
Draco murmuró algo por lo bajo. Odiaba cuando Snape se portaba como un auténtico cínico sarcástico con él.
-Iré a hablar con Lupin –informó dirigiéndose a la puerta.
-Draco –lo paró Severus. Él le miró-. Sí, te estás equivocando, pero eso no es algo que yo tenga que decirte, ¿verdad?
Ahogando una maldición Draco salió del cuarto de Severus. El herido de bala suspiró cansadamente. Aquel chico se iba a meter en un lío y seguramente le iba a arrastrar con él… Aunque sinceramente, eso no sería nada nuevo…
Se miró el rostro lentamente sin reconocer la imagen que el espejo le devolvía. La piel no parecía tan fina como antes y había perdido su blancor para pasar a tener algunas manchas cerca de la zona de la sien derecha y bajo el pómulo izquierdo que, ahora sin maquillaje, se apreciaban perfectamente. Las ojeras enmarcaban un rostro cansado y agotado y los ojos parecían estar cada vez más hundidos.
Se quitó el nudo de la bata y la dejó caer hasta el suelo, a sus pies, mirando entonces el reflejo de su cuerpo desnudo. Lo que antes era perfección ahora estaba lleno de cortes, magulladuras, sarpullidos y quemaduras, todo producto de la droga para la que se había ofrecido voluntaria cuando aún estaba en sus orígenes.
Sólo era la sombra de lo que una vez había sido… sólo eso… Respiró profundamente mientras notaba el agradable calor que empezaba a llenar el baño después de que hubiese estado cinco minutos el agua caliente saliendo de la ducha. Agua caliente. Le reblandecía las llagas y con aquella crema para las quemaduras que había comprado hacía un par de semanas, el dolor disminuía considerablemente, al menos todo lo considerablemente que podía hacerlo, que era lo justo para poder dormir un rato sin tener que preocuparse del dolor de la espalda.
La puerta del baño se abrió y Bella ni siquiera se molestó en cubrirse. Conocía los pasos de su hermana perfectamente. La figura de Narcisa la miró a través del espejo sin atreverse a avanzar más al ver la espalda de su hermana, su hermosa hermana… No se suponía que debiera terminar con la espalda de ese modo.
-Bella… -musitó Narcisa.
-No –la cortó la morena-. No quiero palabras de lástima, compasión o cualquier otra cosa que se le parezca, Cisa –le dijo firmemente mirándola a través del espejo-. Yo me ofrecí voluntaria y esto es lo que recibo a cambio –se miró en el espejo de nuevo sin decir nada más.
Narcisa respiró profundamente y cerró los ojos un par de veces para impedir que las lágrimas se derramaran.
-Me he enterado de vuestra última incursión –dijo cambiando de tema-. ¿Qué pasó?
-Un agente de la Orden estaba cerca del orfanato… creo que era Snape –añadió. Narcisa intentó que el miedo no se reflejara en sus ojos ni el terror en su voz.
-¿Le matasteis?
-No, pero estará un par de semanas herido –añadió la mujer mientras se ponía una crema sobre el pecho donde tenía antiguas cicatrices-. ¿Has hablado con Malfoy?
Narcisa asintió y los ojos azules oscuros, casi negro de Bella se encontraron con los suyos a través del reflejo del cristal.
-Está dentro –contestó confirmando la pregunta que Bella no le había lanzado.
-Bien –se giró hacia su hermana pequeña y le sonrió con suavidad.
-¿Me ayudas a bañarme?
-Claro… tú lo hacías por mí cuando éramos pequeñas… -contestó Narcisa simplemente.
Pocas veces Bellatrix sonreía de verdad y sólo cuando su hermana estaba de por medio. Era una sonrisa brillante, iluminadora, radiante que hacía que la luz de la habitación pareciese aún más incandescente. Narcisa le sonrió de igual modo mientras Bella se metía dentro de la ducha y ella tomaba la esponja con aquel jabón especial para llagas y quemaduras.
Pensó mientras la bañaba con suavidad que Bella siempre la había protegido o que al menos lo había intentado… y que en aquel momento, viéndola desnuda, con la cabeza rapada y el cuerpo lleno de llagas por aquella droga, era Bella quien, seguramente por primera vez en su vida, la necesitaba a ella.
No pudo dejar de pensar, ni un solo segundo mientras le limpiaba la espalda llega de quemaduras y roces, que Bellatrix siempre había tenido una piel suave y sedosa… y que quizá la seguiría teniendo si Voldemort no hubiera aparecido en sus vidas… Aunque eso era algo que ya nunca iba a poder saber.
Respiró profundamente. Podía trabajar durante días enteros sin cansarse, ver heridas, sangre, agujas, atender a personas que pesaban el doble que ella y examinar a los niños con una sonrisa intentando tranquilizarles aunque la noticia que tuviera que dar fuera pésima… pero era incapaz de estar en la misma habitación que su madre durante más de dos horas y no acabar discutiendo.
Lo había intentado. De verdad que lo había intentado pero a veces… era sencillamente imposible… Sonrió a medias. ¿Qué cara pondría su madre si supiera que su marido había sido agente de la Orden en lugar del perfecto dentista como ella creía? Suspiró. Sólo lo lamentaba por Rebecca… después de todo, quizá tenía un punto de salvación… pero sólo una pequeña esperanza… muy pequeñita…
-¡_______! –la llamó Rebecca cerrando la puerta.
-¡¿Qué?! –preguntó enfadada la castaña. En cuanto vio que se trataba de su hermana suavizó el gesto-. Perdona Beca –le dijo sinceramente.
-Sólo quería despedirme de ti –contestó Rebecca sin atreverse a decir demasiado conociendo perfectamente el humor de su hermana mayor cuando se enfadaba.
-Tú no tienes que irte… -le aseguró _______-… puedes quedarte… es sólo que mamá consigue sacarme de mis casillas.
-¿Tanto te costaría ________? –preguntó con voz lastimera la pequeña de los ________(ap). _______ la miró-. ¿Tanto te costaría ser un poco más como mamá quiere que seas? –le preguntó de nuevo-. ¿Qué tiene de malo trabajar en un buen hospital, vestir más femenina, ser más dulce, no mostrar tu mal genio, encontrar un marido médico y hacer feliz a tu madre mientras te quedas en casa cuidando de tus hijos?
_________ la miró. ¿Realmente su hermana pensaba así? Negó suavemente con la cabeza. No lo entendía. Rebecca nunca iba a entenderla.
-Rebecca… no lo entiendes… nunca lo has entendido… -dijo _______ con un suave suspiro -… ¿Para qué quiero casarme con un médico si yo soy médico?
-Pero __________…
-Algún día lo entenderás, Rebecca. Cuando dejes de jugar a ser la princesa de los cuentos y te des cuenta de que hay todo un mundo y que a veces, los príncipes son sapos –añadió medio divertida.
-¿Te refieres a Mark?
-Nadie va a hacerme daño Rebecca –contestó por toda respuesta-. Nadie. Puedo cuidar de mí misma, soy médico, tengo mi vida y puedo seguir teniéndola sin que nadie se inmiscuya en ella…Te quiero, cariño –le dijo sinceramente-. Nunca, pase lo que pase, nunca lo dudes… pero mamá a veces… -suspiró-… Intenta hablar con ella y que me entienda, ¿de acuerdo?
-No te prometo nada –contestó Rebecca sin comprometerse demasiado.
-¿Estás mejor? –preguntó la pelirroja de forma tentativa.
_________ asintió.
-Siento mucho lo que ha pasado –se disculpó la médico-. A veces puede llegar a ser realmente…
-No te preocupes, no pasa nada… la familia no se elige… -_________ resopló pero sonrió divertida por aquella comparación.
-No, supongo que no.
-¿Quién es Mark? –preguntó la pelirroja doblando a la izquierda y mirando por el retrovisor un par de veces.
-¿Dónde has oído ese nombre?
-Escuché a tu hermana preguntar por…
-Una historia muy larga con un final amargo –se limitó a decir la médico-. No tengo ganas de hablar de eso ahora…
-¿Una mala experiencia? –preguntó la pelirroja.
-Algo así –comentó ________ sin dar demasiadas explicaciones.
Ginny comprendía cuando tenía que cambiar de tema y la parquedad de _________ a la hora de hablar era el indicativo para que lo hiciera.
-¿Me vas a contar qué pasó entre Malfoy y tú?
_________ giró la cabeza para mirar a la pelirroja tan rápido, que creyó que se iba a romper el cuello de lo fuerte que le crujieron las vértebras.
-No sé a qué te refieres.
-Ya, claro… por eso hace dos semanas que no os habláis.
-Bueno –se defendió ella-, tal vez no te hayas dado cuenta pero Malfoy no es precisamente la mejor persona para mantener una conversación civilizada.
-Ya, y tal vez tú no te hayas dado cuenta pero… -frunció el ceño-… no conozco esta zona… Ron y su maldita manía de cambiar de piso cada dos por tres por seguridad, te juro que a veces creo que está loco… -añadió.
-Yo sí, trabajé durante algunos meses en el centro de urgencias de aquella esquina –señaló-. ¿lo ves? –la pelirroja asintió-. Gira a la derecha y, si no me equivoco, luego llegaremos a una rotonda, la segunda salida y todo recto y estaremos cerca de la agencia –dijo mientras jugaba con el colgante en forma de fénix.
-Vale, ya la veo –contestó Ginny girando y viendo a lo lejos la rotonda que le había indicado ________-. Como iba diciendo… tal vez no te hayas dado cuenta pero soy bastante observadora así que ya puedes contarme qué ha pasado si no quieres que aplique contigo mis técnicas de interrogatorio.
_________ la miró con el ceño fruncido.
-Tú sólo colaboras con ellos, no eres agente.
-Técnicamente sí lo soy –le contestó Ginny con una sonrisa bastante peligrosa-. ¿Quieres comprobarlo? –_________ la miró enarcando una ceja el reconocer el tono burlón-. Oh, vamos _________… Si no es porque soy agente, cuéntamelo sólo porque se te ve que necesitas desahogarte –le pidió casi como si fuera una niña pequeña.
-Si le dices a alguien que esta conversación ha tenido lugar, lo negaré incluso aunque eso suponga cometer perjurio, ¿me entiendes? –Ginny apartó la mano del volante para levantarla haciendo una promesa muda con una sonrisa divertida en los ojos.
-¿Sabes que desde que estás con nosotros se te da muy bien eso de amenazar de forma sutil?
-Me besó –dijo simplemente ella ignorando la última pregunta de la pelirroja quien la miró esperando más información-. Draco me besó.
__________ estaba segura de que si la pelirroja hubiera ido un poco más rápida habrían terminado teniendo un accidente por el volantazo que dio cuando se giró a mirarla con los ojos desorbitados.
-¡Los ojos en la carretera! –le gritó la médico.
Ginny obedeció y respiró.
-Explícame eso –pidió.
-Draco me besó –repitió __________ y no pudo evitar que una sonrisa se escapara de sus labios-… y yo le correspondí.
-No puedo creerlo…
-Sólo fue un beso –se apresuró a decir _________-. Y no creo que fuera importante porque ha estado dos semanas sin decirme absolutament…
-Es así como actúa Draco cuando algo le importa de verdad –la interrumpió la pelirroja-. Se aleja de lo que le importa para protegerlo… Es una actitud estúpida pero… -se encogió de hombros indicándole que no había nada que hacer a ese respecto.
-Seguramente sólo quería probar algo –comentó ___________ sin darle demasiada importancia pese a saber que tenía importancia.
-Draco nunca besa a sus protegidas. Jamás –dijo Ginny firmemente-. Si lo ha hecho es porque…
-Déjalo Gin –le pidió _________ antes de que la pelirroja dijera algo-. Estoy bien. Soy una mujer segura de sí misma y no es la primera vez que me besan –añadió.
-Pero sí la primera que te afecta tanto ¿me equivoco? –preguntó la pelirroja.
No. No se equivocaba en absoluto. Le había gustado que la besara y le había gustado besarle… Se sentía protegida cerca de él… quizá tuviera algo que ver con el hecho de la primera vez que lo vio… pero el caso es que se sentía segura junto a él… quizá el beso hubiese resultado tan espectacular y tan apasionado por ese motivo… Pero no estaba preparada para admitir que le había gustado; no estaba preparada para admitir que le gustaba nadie y no estaba preparada, definitivamente, para admitir que podría llegar a enamorarse de ese hombre… No, definitivamente, ___________ decidió que no quería seguir esa conversación y se cruzó de brazos esperando que ella entendiera la indirecta.
La chica sonrió a medias.
-Bien, como quieras, pero terminarás contándomelo… no sé por qué tengo la sensación de que el hecho de que no quieras saber nada de todo eso tiene algo que ver con ese tal Mark… -contestó Ginny ligeramente distraída mirando por el retrovisor.
-Ya que estamos por aquí, ¿puedes parar en el hospital? Podría recoger los análisis que le hice a Harry –dijo con aquella chispa en los ojos.
Ginny sonrió.
-Te resulta imposible mantenerte alejada del hospital ¿no?
_________ le sonrió y se encogió de hombros.
La risa de Ginny aún sonaba cuando giró el volante siguiendo las instrucciones de Hermione.
Harry entró en el bar y se dirigió al camarero con una aparente tranquilidad que no sentía. Meterse allí era como si una oveja fuera a meterse al matadero y él lo sabía; aquel bar sólo era frecuentado por lo peor de Londres y entre esos "lo peor" él mismo les había metido en la cárcel un par de veces. Se sentó en un taburete y le hizo una señal al camarero que rodó los ojos.
-Potter –dijo con una ligera inclinación de cabeza.
-Conners, veo que te acuerdas de mí.
Era un hombre robusto, de espaldas anchas y ojos fijos y vivarachos; espeso bigote bajo una nariz roja e hinchada y una boca firme sobre una mandíbula prominente. El cabello siempre recogido en una coleta baja, atada en la nuca y cayendo hasta media espalda y la piel curtida por el sol y las peleas del bar. Llevaba sobre la camiseta negra y los pantalones vaqueros un delantal blanco y sobre el hombro un paño que seguramente utilizaba para limpiar los vasos y que explicaría por qué los vasos nunca estaban limpios.
-Estoy limpio –dijo el hombre.
Harry sonrió de medio lado.
-Por supuesto –contestó-, no he venido por ti.
El hombre miró a su alrededor, algunos habían dejado de beber y otros habían dejado de jugar para prestar atención a la joven figura del agente al que todos, en mayor o menor medida, conocían.
-¿Alguno de estos ha hecho algo? –preguntó señalando el bar en general.
-No que yo sepa –contestó de nuevo Harry.
-Entonces, ¿qué buscas en mi bar?
Harry sonrió y deslizó un billete sobre la mesa al alcance de Conners que lo tomó y miró al agente.
-Información –dijo simplemente.
-Veo que me entiendes –contestó Harry-, así que dime que has oído de Cho Chang últimamente –volvió a repetir Harry.
-Jefe, si te lo digo, soy hombre muerto.
-Y si no lo haces también –le sonrió de forma siniestra Harry-. ¿Qué sabes de ella?
-Poco –contestó de forma escueta. Harry le miró insistentemente y el hombre resopló-. Se habla que está a buen recaudo en una casa del este a nombre de Avery –dijo.
Harry frunció el ceño.
-¿Aleixandre Avery? –preguntó. El camarero asintió-. ¿Qué más?
-Nada –Harry le miró amenazante-. Ya te dije que era poco lo que sabía –se defendió el hombre.
-Tú no empiezas a hablar si no tienes nada que decir, así que venga, cuéntame lo que sepas o te cerraré este lugar antes de que puedas decir "la magia no existe"
Conners resopló. Sabía que Potter hablaba en serio.
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Es como un Harry Potter pero tu eres Harry Potter... no me he explicado nada de nada pero yo se los dejo a ver que vosotras mismas ya juzgueís.
Fdo: Alicia Malicia que os quiere a rabiar.
Aquí os dejo el capítulo:
Capítulo 9. Una noche muy larga I
Cuando la puerta volvió a cerrarse, Cho Chang respiró aliviada. Aguantar a Bellatrix y a McGregor era algo que le ponía la piel de gallina y no era para menos después de haber crecido escuchando a su padre hablar de lo que esos dos individuos eran capaces de hacer. Se retorció las manos de forma nerviosa y luego respiró profundamente, obligándose a calmarse.
No les había mentido, ella no sabía qué diablos podría haber estado haciendo Snape vigilando el orfanato ¿por qué diablos debería saberlo? Ella apenas trataba con nadie que no fuera Harry. Ninguno de los demás tenía lo necesario para que ella se dignara a hablar con ellos… salvo Malfoy. Había algo en Draco Malfoy que siempre la había atraído y de no ser porque su misión estaba clara desde el principio, hubiera estado encantada de pasar unos ratos agradables en la cama de Malfoy.
Pero el saber que no les había mentido no hacía que se sintiera más tranquila. Era plenamente consciente de que ni siquiera por ser la hija de quien era, podría librarse de morir si Voldemort lo decidía. ¿En qué diablos estaba pensando cuándo accedió a formar parte de aquel plan?
En la fama, en la fortuna, en el dinero… en la gloria. Nunca le había importado demasiado lo que su padre hiciera o dejara de hacer siempre que se le cumpliera el menor de sus caprichos. Era a eso a lo que estaba acostumbrada. Acostumbrarse al lujo era fácil… lo difícil era desacostumbrarse a él. Siempre había vivido en el lujo, del lujo y para el lujo. Pensar en vivir de cualquier otra forma era algo inconcebible e impensable en su cabeza. Siempre lo había tenido todo, absolutamente todo; dinero, yates, joyas, mansiones, coches, hombres… sólo tenía que pedirlo y todo lo que deseaba aparecía ante sus ojos.
Y Harry Potter era guapo. Era muy guapo. Tenía aquella pose de niño rebelde y descuidado, aquel cabello algo largo y salvaje y aquellos increíbles ojos verdes que parecían haber sido tallados directamente del jade. Lo tenía todo. Y ella lo quería todo.
Pero algo se había complicado.
Alguien había conseguido infiltrarse en la organización de Voldemort y habían pasado informes a Harry acerca de quién era ella.
Se movió nerviosa por el salón mientras se dirigía al mueble bar y tomaba un vaso que llenó de vodka sin nada para suavizarlo.
Regulus Black había sido detenido y había corrido el rumor entre los hombres de Voldemort que antes de ser enviado a la prisión de máxima seguridad le había contado a Sirius Black, su hermano mayor, ciertos detalles sobre la nueva droga experimental.
Cho apuró el contenido de su vaso mientras se servía otra vez. Para estas alturas, estaba segura de que Harry ya habría atado cabos. Era muy bueno en su trabajo y mucho más eficiente si trataba algo que tuviese que ver con Voldemort. Los dolores de cabeza, el cansancio y los recuerdos borrosos cada vez que despertaba después de haber pasado la noche con ella… la droga que le había estado suministrando para sonsacarle información era efectiva pero seguramente Harry ya habría descubierto que había estado siendo drogado y si él no lo descubría, alguno de los de la Orden lo haría. No estaban allí sólo por haberse licenciados en los primeros puestos de su clase, no eran estúpidos. Ella lo sabía bastante bien. Y además, siempre estaban pendientes de Harry. Incluso Snape con su humor ácido y sus comentarios sarcásticos siempre estaba pendiente de Harry… lo había visto mirarle cuando se movía por la habitación, cronometrando el tiempo cuando el hombre moreno salía y suspirando aliviado cuando regresa sin un rasguño. Igual que Sirius y Remus. Parecían los guardaespaldas de Harry; si había algo que ellos pudieran evitar que Harry hiciera, lo evitaban… Harry era tratado por ellos como el hijo que ninguno había llegado a tener, cosa bastante normal teniendo en cuenta que Harry era el hijo de quien una vez fueron sus mejores amigos.
Pero lejos de los adultos de la Orden, también los que eran de su edad o más jóvenes estaban pendientes de él. Ronald y Ginebra Weasley, Nott, Blaise… incluso Draco Malfoy, siempre tan independiente y calculador, confiaban en Harry y hacían lo posible para que no le ocurriera nada. Nunca.
Sonrió mientras bebía de nuevo del vaso. A veces envidiaba no tener a nadie que se preocupara por ella como lo hacían por Harry. Y para una vez que había tenido a alguien, le había utilizado y mentido… Pero no le preocupaba eso. Le preocupaba lo otro.
Harry era muy bueno en su trabajo y no dejaría de remover hasta la última piedra para atraparla. Y cuando lo hiciera, nada podría librarla de prisión, ni siquiera su padre. Por una vez, por primera vez en su vida para ser más concisos, Cho Chang se encontró preguntándose si era cierto que la codicia era mala… o incluso peligrosa.
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Miró a su alrededor. Polvo, escombros y lo que parecía haber sido alguna vez una escalera de lo que ahora ya sólo quedaba la base y parte de la barandilla tirada por algún lugar. Extrañamente a lo que cualquiera pudiera pensar, Harry aún tenía retazos de una parte de su infancia en aquella casa. Recordaba las paredes de un color azulado y los muebles en color cerezo, el calor de la chimenea del salón y la música suave en su cuarto cuando su madre iba a arroparle… Recordaba la encimera de la cocina, blanca y negra, donde James lo sentaba por las mañanas mientras buscaba su biberón en la nevera… y recordaba el olor a jazmín que provenía de la puerta trasera. Colores vivos y llamativos, risas y miradas felices… eran pequeñas pinceladas de los dos años que había vivido allí.
-¿Estás bien? –Remus apareció por lo que quedaba de la puerta-. Lo siento Harry, no recordaba que estuviera en tan mal estado…
-No importa Remus –le sonrió-, gracias por venir conmigo –carraspeó mientras miraba la libreta donde iba apuntando todo lo que tenía que hacer-. ¿Has visto el patio de atrás?
-Necesita reparación en la valla y arrancar los hierbajos, el césped debería ser podado pero por lo demás… -sonrió-… aún hay vida.
Harry le miró extrañado y el hombre le hizo una seña para que le siguiera. Harry suspiró y obedeció pisando con cuidado sobre el suelo, intentando no destruir más de lo que ya estaba la casa. Salió al patrio trasero y se acercó a Remus que se había acuclillado en un rincón del jardín y parecía estar observando algo con suma atención. Sonrió cuando vio una pequeña flor creciendo entre los arbustos.
-¿Cómo…
-Es un pensamiento –informó Remus-. A tu madre le gustaban. Recuerdo que tenía todo el borde del jardín, junto a la valla, plantado con estas pequeñas flores… Amarillas, violetas, blancas, rosas, azules… -sonrió-. Cuando eras pequeño y estabas aprendiendo a andar, solía dejarte aquí y tú te dedicabas a mirar la flores en lugar de caminar ignorando a tu padre –Harry sonrió.
-Recuerdo los colores… -le dijo-. ¿Cómo puede seguir viva después de tantos años?
Remus se encogió de hombros.
-Supongo que se ha acostumbrado al clima… -se levantó con un suspiro y miro al chico con una media sonrisa-… es una luchadora, como tú –Harry no contestó, pero la mirada que le dedicó al hombre fue más que elocuente-; sé que ahora parece imposible, pero conseguiremos levantar esta casa Harry. Te lo prometo.
-Se lo debo a ellos Remus –contestó Harry-. Leíste la carta… ellos… ellos tenían una vida para mí en esta casa… y nunca se pudo cumplir –sonrió a medias-. Tengo la sensación de que si lo hago, mi vida se enderezará.
-¿Hablas de Cho? –Harry asintió-. No me gusta decirlo, pero ya te advertimos que no era de fiar.
-Lo sé –frunció el ceño, odiaba que le dijeran "te lo dije" y aunque Remus no lo hubiera hecho del todo, prácticamente lo había dado a entender-. Pero yo… Déjalo… no importa.
-¿Qué? –preguntó Remus a quien no le gustaba dejar conversaciones a medias.
-Nada… sólo… sólo creí que casándome con ella, mi vida podría ser un poco más… normal…
-¿Normal? Harry… -rió suavemente-… mira a las personas con las que trabajas, ¿crees que llevan vidas normales? Yo mismo… he tardado ¿cuánto? –preguntó retóricamente- ¿cinco, diez, quince, veinte años? En decirle a Tonks que la quiero –Harry rió acompañándole en su risa-… ¿crees que eso es normal? La vida no se trata de ser normal o no… Se trata de vivirla… Si todo fuera siempre normal, sería demasiado aburrido y entonces, sólo sería un episodio de reposición de una de esas series televisivas a las que Sirius se enganchó hace un par de años.
-¿También tenías que soltarle estos discursos a mi padre? –preguntó sin perder la sonrisa el hombre joven.
-Sólo cuando se ponía en plan caótico de "Lily no me quiere y no me va a querer nunca" –le contestó burlón el mayor. Harry sonrió con algo de melancolía y resignación y Remus frunció el ceño-. Harry, ¿estás bien?
-Sí –contestó inmediatamente el hombre joven mientras se subía las gafas por el puente. Remus le miró.
-Es evidente que no lo estás, podemos pasarnos media hora entre tira y afloja y al final me lo dirás o podemos pasar directamente a la parte en que me lo cuentas –Harry sonrió-. Vamos, suéltalo Potter –bromeó.
-Sólo estoy un poco cansado… de verdad Remus, estoy bien –aseguró.
-¿Tú cansado? Harry te he visto hacer guardias de cuatro días seguidos, salir a una misión, regresar una semana después y aún tener energías para detener a unos mafiosos –le sonrió.
-Es otro tipo de cansancio… -comentó el chico mirando al horizonte.
-Harry… tu padre estuvo enamorado de tu madre durante mucho tiempo antes de que ella siquiera le diera la hora, le costó mucho trabajo conseguir que Lily aceptara que la quería de verdad y más aún convencerla de que si se casaban serían la pareja perfecta –le sonrió afectuosamente-. Antes de Lily existieron otras mujeres pero James nunca llegaba a nada serio con ellas porque según él, "siento que no es la indicada". Cho sólo ha sido una de esas no indicadas en tu vida.
-¿Y cómo sé cuál es la indicada? –preguntó él.
-¿Esta no es una conversación que tendrías que tener con tu padrino? –bromeó Remus.
-No creo que Sirius esté ahora para estas tonterías –contestó Harry.
-Sabes que para Sirius y para mí todo lo que te provoque desánimos no son tonterías –aseguró el hombre.
El teléfono de Harry sonó y el chico contestó de forma inmediata mientras cerraba la boca ante la contestación que iba a darle al hombre.
-¿Sí? –contestó al teléfono. Miró a Remus-. Vamos para allá. Lo sé, lo sé… y por lo que más quieras McGonagall, que Sirius no se entere.
Cuando colgó el teléfono, miró a Remus con ojos culpable y el hombre asintió. Habían pasado muchos momentos juntos y prácticamente sabían hablar sin decirse nada.
-¿Regulus?
-Le han atacado esta noche en Azkaban –dijo Harry.
-¿Gravedad? –Harry chasqueó la lengua-. ¿Harry?
-Está en coma… -contestó-. Sé que es un cabrón pero es el hermano de Sirius y…
-No necesitas convencerme Harry –le sonrió dándole una ligera palmada en el hombro-. Vamos. Yo conduzco. Y por cierto Harry, nunca sabes que es la adecuada hasta que llega.
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-Siéntate derecha –dijo su madre al ver como la castaña estaba medio tumbada en el sofá leyendo un libro-. Te saldrá joroba.
_________ miró a su hermana que se limitó a encogerse de hombros y resopló.
-Mamá, tengo la espalda perfectamente recta –protestó aunque se sentó derecha en el sofá dedicándole a su madre una mirada irritada-¿feliz? –preguntó sarcástica.
Pero su madre ya había empezado su monólogo y no estaba dispuesta a dejarlo tan fácilmente.
-Y si te sale joroba, ¿cómo vas a atrapar a algún hombre?
Ginny miró a la madre de ________ y Blaise contuvo la risa.
-No quiero atrapar a ningún hombre –le replicó _______-, y si me sale joroba es mi problema, no el tuyo –añadió volviéndose a tumbar en el sofá tal y como estaba al principio.
-¡________ ________ _________! –dijo la mujer entonces-. ¿Qué diría tu padre si te viera así?
________ rodó los ojos hastiada.
-Seguramente me diría que si así estoy cómoda que está bien por él –le contestó la castaña refunfuñando.
Su madre la fulminó con la mirada, pero _______, demasiado acostumbrada a eso, la ignoró completamente y en su lugar, le preguntó algo que hizo que Sirius sonriera. Definitivamente tenía el mismo carácter que Anthony.
-¿Cuándo dices que os vais de nuevo a España? –preguntó la médico.
Rebecca rodó los ojos. No comprendía a su hermana. Si ella fuera __________, una mujer con una carrera, aprovecharía los mejores años de su vida y el cuerpo que tenía su hermana, para buscar marido y fundar una familia. Una familia como la que ella iba a crear con su casi marido. No entendía por qué ________ disfrutaba peleando con su madre, llevándole la contraria… no entendía por qué a su hermana le gustaba más leer un buen libro que ir de compras con ella ni comprendía por qué no le atraía la idea de trabajar en un magnífico hospital donde seguramente conseguiría que un médico se fijara en ella. ¡Un médico! Ella se había conformado con un abogado… Pero _________… ella podía hacerlo. Suspiró mientras veía como su madre y la castaña volvían a tener otra absurda pelea. ¿Tanto le costaba a _________ cambiar un poco? Sólo se trataba de ponerse vestidos, de coquetear y de encontrar un hombre ¡un solo hombre! No era tan difícil, ¿no? Arrugó la frente mientras las miraba. Nunca comprendería a su hermana mayor por mucho que lo intentara.
-¡Y no pienso alisarme y ponerme extensiones en el cabello para la boda! –dijo en aquel momento ________ que se había alterado bastante cuando su madre había empezado a decir que estaría "más mona" si se vistiera como una mujer en lugar de cómo un intento de hombre.
-Pero tienes que hacerlo –contestó su madre recalcando el verbo-. Todas las damas de honor llevarán el pelo liso –insistió.
________ la miró desafiante.
-Entonces quizá no sea dama de honor.
Rebecca la miró y ________ rodó los ojos.
-Estoy deseando ser tu dama de honor y de verdad Becca, que quiero que seas feliz, muy feliz –recalcó-, pero no a costa de cambiarme y convertirme en una muñeca de tarta a la que no reconoceré en cuanto me mire al espejo –Rebecca no contestó.
Ginny miró a Blaise.
-¿Cómo han pasado de hablar de cómo debe sentarse a la boda de Rebecca? –preguntó curiosa.
Blaise le sonrió indulgente.
-¿De verdad quieres saberlo? –le preguntó.
-No, déjalo –contestó la pelirroja-. ¿Se sabe algo de Snape? –preguntó tomando un bocadillo del plato que tenía Sirius delante y que parecía dispuesto a comerse sin compartir nada con nadie.
-¡Eh, es mío! –protestó el moreno.
-Sirius deja de portarte como un niño, ¿quieres? –le dijo Blaise-. Ha salido del peligro –dijo esta vez mirando a Ginny-. Se repondrá en un par de semanas aunque si fuera por él mañana mismo saldría del hospital.
-¿La bala ha tocado algún órgano importante? –preguntó esta vez Ron bajando las escaleras -. No hay cucarachas ahí arriba –añadió mirando a la madre de _______.
La castaña miró a Ron perpleja y luego a su madre con la boca abierta.
-¿Le has hecho mirar si había cucarachas, mamá? –preguntó incrédula.
-Ninguno –contestó Sirius-… por desgracia está perfectamente.
-De verdad que yo creo que hay cucarachas –se defendió la madre de ________.
-¡Mamá! –le reprendió ________.
-¡Sirius! –reprobó Ginny.
Blaise movió la cabeza de forma divertida y negativa.
-Se acabó. Os vais pasado mañana –declaró _________ con voz autoritaria-. Me da igual que me critiques, me juzgues, me mires como si yo no valiera nada… todo eso me da igual mamá, pero no voy a dejar que pisotees a nadie con tus aires de gran señora a la que sólo le importan las apariencias, ¿entiendes? Si no te parece bien la habitación que Ron os ha cedido, estupendo, buscaros un hotel, pero no le mangonees como lo hiciste conmigo durante tanto tiempo –añadió enfadada y con la voz extrañamente calmada. Luego miró a la pelirroja-. Gin, ¿hay algún problema si vamos a casa? –preguntó.
La pelirroja miró a Sirius que asintió despacio.
-No, claro, vamos. –se levantó-. Hasta luego chicos.
_________ salió de la sala y de la casa de Ron con un fuerte portazo.
-Tiene carácter –dijo Sirius como si hiciera falta decirlo para que se dieran cuenta de ello.
-Estupendo, Sirius, tus dotes detectivescas cada día son mejores… -resopló Ron divertido dándole una palmada en el hombro y riendo divertido.
Blaise se limitó a rodar los ojos. A veces Sirius podría llegar a desesperar incluso al más paciente de los santos.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Sonrió cuando vio salir a una malhumorada enfermera rubia de la habitación de Severus. Parecía que iba farfullando sobre alo acerca de policías y agentes desagradecidos e idiotas que no sabían dar ni siquiera las gracias. Golpeó la puerta un par de veces y entró cuando desde dentro escuchó un no suave "pase".
-Potter –le saludó con la cabeza cuando entró.
-Hola Snape, ¿cómo te encuentras?
-¿Por qué no firmas mi alta? Como mi superior inmediato puedes sacarme de este infierno –añadió refunfuñando.
Harry sonrió ampliamente y se sentó junto a la cama en una de las sillas que había.
-Veo que estás bien, al menos tu humor sigue siendo el de siempre –añadió. Snape le miró pero no dijo nada.
Severus Snape era todo un misterio, no sólo para los que no le conocían, sino también para aquellos que llevaban años trabajando junto a él. Sirius le odiaba por algún motivo que nunca ninguno de los adultos había querido decirle, y Remus parecía aceptar sus comentarios sarcásticos con deportividad. En cuanto a él… Snape era un profesional; no titubeaba a la hora de cumplir órdenes o delegar, era fuerte, ágil y siempre estaba dispuesto a arriesgarse para conseguir salvar de alguna manera u otra a cualquiera que tuviera algún problema en alguna misión. Lejos de todo eso, y de la admiración que sentía hacia el hombre, no había nada de amistad entre ellos, debido, seguramente, a la diferencia de sus caracteres.
-Estoy bien, no sé a qué viene tanto escándalo. En nuestro trabajo cientos de veces puedes recibir una bala, me ha tocado a mí, punto final y fin de la discusión –dijo malhumorado.
-Tranquilo. El médico dice que en mañana ya podrás irte pero tendrás que estar una semana de reposo por esa herida. ¿Se puede saber qué diablos hacías allí?
-Pasear –contestó Severus serio. Harry enarcó una ceja.
-¿Pasear?
-Ajá –confirmó el hombre.
-¿A esas horas de la noche?
-¿Tienes algún problema sobre cuándo paseo, Potter? –preguntó el mayor.
-Ninguno siempre que no tenga nada que ver con asuntos ilegales o… extraños… -añadió mirándole con advertencia.
Snape ni siquiera se inmutó. Harry Potter era, posiblemente junto a Remus, el único que sabía que Narcisa Black y él habían sido amigos hacía mucho tiempo y que de vez en cuando, ella le daba chivatazos sobre acciones, trabajos o entregas que se daban. Por supuesto que Potter nunca le había dicho abiertamente que sabía que todos esos chivatazos provenían de Narcisa Black, pero había cosas que no era necesario decir para saberlas y esta era una de ellas.
-No sé a qué te refieres.
-Ya, claro… así que paseando… -Snape enarcó una ceja pero no contestó-. Y supongo que el que estuviera el orfanato donde Malfoy se crió no tiene nada que ver ¿cierto?
-¿Era ese orfanato? No lo reconocí… como todos son iguales… -dijo con indiferencia.
Harry sonrió internamente. Ese hombre era impasible y frío como el mismo hielo. Se alegraba de tenerlo de su bando.
-Vengo de la cuarta planta –informó Harry. Severus frunció el ceño.
-¿Esa no es la planta de…
-Sí –dijo Harry-. Han atacado a Regulus esta noche –Severus le miró pero no dijo nada al respecto-. Está en coma y no saben si despertará para vivir o para morir –añadió ante la muda pregunta del hombre.
-Black no es santo de mi devoción, pero espero que no se haya enterado…
-Aún no le he dicho nada, pero tendré que hacerlo… -contestó Harry.
-Entiendo… -suspiró-… ¿quieres que se lo diga yo?
Harry le miró dejando de jugar con las manos.
-¿Lo harías?
-Black ya me odia, no creo que vaya a odiarme más por decirle que su hermano está más muerto que vivo y que sería mejor que diera el consentimiento para que lo desenchufen de donde quiera que lo tengan para mantenerlo con vida –se encogió de hombros.
-Gracias Snape, pero tengo que hacerlo yo –resopló y se levantó de la silla-. Me voy, Remus está en doble fila frente a la entrada del hospital –informó-. Enviaré a Nott y Blaise a recogerte mañana, sólo avísame cuando te den el alta.
Snape cabeceó en señal de conformidad y cuando Harry estaba llegando a la puerta, le habló.
-Todos nos equivocamos a veces Potter… confiamos en quien no deberíamos confiar y no lo hacemos en quien nos puede salvar el trasero –le dijo llanamente-. Pero que eso no te quite el sueño, nadie te hace responsable de ello.
Harry asintió y le sonrió levemente. Definitivamente ese hombre merecía su respeto. Todo su respeto.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Se abrió paso entre los grandes hombres del bar que estaban a aquellas horas de madrugada allí sentados, borrachos, con las manos pegadas a grandes vasos de whiskey y a botellines de cervezas, en las penumbras; allí uno miraba por encima del periódico, en el otro rincón una pareja de hombres jugaban a dados y varias monedas brillaban escasamente sobre la mesa. El lugar era oscuro y sombrío, sacado de las mejores novelas del barroco. Cualquier otra mujer ni siquiera se hubiera atrevido a entrar en un lugar así, ni tan siquiera se hubiera atrevido a mirar aquella taberna de uno de los peores barrios de Londres.
Pero Narcisa entró en el lugar; alzó la cabeza, sacó pecho y caminó con paso firme y seguro, enfundada en aquellos pantalones negros y aquella camiseta ajustada de color verde y plata; con el cabello recogido con seguridad en una alta coleta que caía sobre su hombro derecho, dándole el único toque de color, a parte de sus ojos claros, a su figura oscura. Ignoró deliberadamente los comentarios obscenos a los que estaba ya más que acostumbrada y se dirigió a la mesa del fondo donde la figura envuelta en un abrigo largo negro no le había quitado la vista de encima desde que había entrado; mirada acerada, ojos grises y gélidos. Lucius Malfoy.
Siempre le había atraído el halo de misterio que lo rodeaba. Como en las novelas de vampiros, siempre vestido con elegancia y sin ningún otro color que no fuera el negro salvo el plata ocasionalmente, destacando el color acerado de sus ojos que brillaban con aquel punto que sólo los locos consiguen tener. Siempre con el cabello impecablemente perfecto cortado sobre sus hombros, lacio, de un rubio tan intenso que podría pasar por blanco; de piel pálida y mirada penetrante, ademanes majestuosos y gestos estudiados y armoniosos.
Siempre le había atraído Lucius Malfoy. Era innegable el porte aristocrático y la belleza externa que lo rodeaba. Más que atracción, casi podía decir que se había enamorado de él… Resultaba curioso… Se había enamorado de la única persona de quien sabía que nunca debería haberse enamorado… Resultaba curioso y doloroso, todo al mismo tiempo.
Como el caballero que siempre había demostrado ser, se levantó de su silla y movió otra para que ella pudiera sentarse. Narcisa se lo agradeció con un gesto de cabeza, pero ni una sola palabra. Lucius sonrió y se sentó mientras le servía un whiskey bien cargado que ella no rechazó.
-Estás tan espectacular como siempre, Narcisa –aseguró el hombre.
-Y tú sigues tan imponente como siempre –le contestó ella con más de sinceridad que por cortesía.
-Bueno, siempre hay que estar en forma… nunca sabes cuándo vas a tener que huir de la policía –añadió con cierto tono de deje y despreocupación-. Y ahora que hemos cubierto suficiente las apariencias con estos halagos… dime, ¿qué puedo hacer por ti?
-Voldemort te quiere con él –dijo ella llanamente.
Alguien en la mesa de al lado se giró para mirarles y se removió incómodo. Narcisa enarcó una ceja en dirección de aquel hombre y le miró burlona.
-¿Acaso quieres sentarte con nosotros? –le preguntó.
El hombre tardó poco más de dos segundos en levantarse y salir del local después de haber pagado su sucio trago de ron. Narcisa se giró para encarar de nuevo a Lucius y se encogió de hombros.
Lucius sonrió. Nadie en su sano juicio querría estar al lado de ellos si hablaban de Voldemort. Todos lo conocían, bien en persona, bien porque habían tenido tratos con él, bien porque habían escuchado hablar de él. Nadie en su sano juicio querría tener tratos con Voldemort, pero claro, él no estaba en su sano juicio… ¿No era eso lo que decían los informes del psiquiátrico?
-¿Y bien? –preguntó mirando al rubio-. ¿Estás dentro?
-¿Qué puede ofrecerme que no tenga ya? –preguntó interesado.
-Respaldo ante la policía –contestó ella-. Ni uno solo de los que estamos a su servicio hemos tenido nunca problemas con la ley.
-Querrás decir de los que estáis en la escala más alta a su servicio –corrigió Lucius bebiendo de su vaso.
-Eso mismo –concedió la mujer con una sonrisa-. ¿Y bien?
-¿Tú entras en el trato? –preguntó con una media sonrisa lasciva estirando su mano sobre la mesa y colocándola sobre la de ella con una mezcla de posesión y seguridad-. La última vez que nos vimos la cosa no salió muy bien… quizá esta vez pudiéramos intentar tener aquel hijo que siempre quisiste…
Y entonces algo la sacudió de forma atroz. Aquella frase. Aquella simple frase… Un hijo… su hijo… su pequeño… aquello que más había amado y que había tenido que abandonar. Jamás. Jamás volvería a tener ningún otro hijo con nadie, mucho menos con Lucius Malfoy.
-No vuelvas a tocarme –dijo retirando su mano con brusquedad-. Nunca.
Él se limitó a sonreír.
-Estoy dentro.
Narcisa le entregó una tarjeta con una dirección.
-Mañana a las doce, no te retrases o serás el primero que esté fuera antes de entrar –aseguró.
Y aún sintiendo que le temblaban las piernas, aún sintiendo que podría haber caído rendida a los pies de Lucius otra vez, se levantó con dignidad y caminó hacia la puerta del local, notando la mirada gris sobre su cuerpo. Suspiró cuando salió de la taberna. Iba a ser muy difícil.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
No se había movido de su lado. Había visto como reprendía a las enfermeras, como discutía con los médicos y como protestaba y gritaba por todo y aunque pareciese estúpido, verle así le había hecho sentirse mejor; si Severus Snape actuaba como siempre era porque estaba tan bien como siempre.
Y era algo estupendo porque necesitaba hablar con alguien de forma urgente.
-La besé –dijo Draco de repente.
Snape no contestó de forma inmediata. Sólo le miró. Le miró con una ceja enarcada, los ojos negros entrecerrados y los brazos cruzados a la altura del pecho.
-¿La besaste? –preguntó Snape lentamente para asegurarse que era eso lo que su ahijado había dicho-. Bien por ti, ahora dime, ¿a quién besaste?
Draco rodó los ojos y se apartó de la cama donde había estado sentado, sabiendo por experiencia que las reacciones de Severus Snape siempre solían ser impredecibles.
-A _______ (ap)–contestó cuando se hubo apartado, a su juicio, lo suficiente.
-¿Cómo? –preguntó Severus incorporándose en la cama y quejándose cuando la herida recién cosida le dio un tirón-. ¡Maldita sea! –protestó.
-¿Estás bien? –preguntó preocupado el rubio.
El mayor hizo un gesto con la mano para quitarle importancia y Draco se relajo visiblemente aunque no dejó de mirarle para cerciorarse de que estaba bien.
-Explícame eso de que la besaste. ¿Besaste a ______(ap)? –preguntó -¿Besaste a alguien a quien tienes que proteger? –preguntó de nuevo.
-Un poco –contestó Draco incómodo. Snape alzó una ceja.
-¿Cómo puedes besar a nadie un poco? –preguntó irónico-. Puedes empujar a alguien un poco, puedes ofender a alguien un poco e incluso podríamos aceptar que se puede golpear a alguien un poco, pero ¿cómo puedes besar a alguien un poco? Es como si me dijeras que alguien puede estar un poco muerto; es imposible: o está muerto o no lo está –se encogió de hombros.
Draco le miró enojado por el sarcasmo latente en cada una de las palabras de su padrino y suspiró.
-La besé. Punto –repitió Draco invitándole a que se mantuviera callado-. E iba a aclararlo todo cuando Blaise apareció diciéndome que te habían herido –añadió con cierto resentimiento.
-¡Oh, no! –protestó el aludido-. No vas a echarme la culpa ahora a mí de no haberle dicho a ________(ap) lo que quiera que fueras a decirle. Has tenido dos semanas para hacerlo Draco, yo no he tenido nada que ver.
Ahora todo tenía sentido en la cabeza de Severus. No sabía si alegrarse por su ahijado o si levantarse de la cama y darle una paliza. ¡________(ap)! Había cientos de mujeres en la tierra, altas, bajas, morenas, castañas, pelirrojas, exuberantes… amas de casa, dentistas, profesoras, policías… con sentido del humor, con mal genio, con sentido de la honra… Pero no, su ahijado, como siempre y para no variar había ido a lo más complicado. Había besado a ________(ap), la persona a quien debían proteger. Y conocía lo bastante a Draco para saber que no la hubiera besado si no sintiera por ella algo más que atracción, lo cual implicaba que iba a volver a besarla…
-¿Cómo reaccionó ________(ap)?
Draco le miró y una sonrisa se escapó de sus labios casi sin que él quisiera. Snape rodó los ojos. Arrogancia Malfoy. La odiaba.
-De acuerdo y ahora ¿qué piensas hacer?
-Hablar con ella y decirle que fue un error –dijo Draco firmemente intentando creerse que lo que estaba diciendo era cierto. Snape le miró-. No voy a volver a besarla, es mi protegida, no voy a tener una relación con _______(ap). Además, esa mujer me vuelve loco –añadió como si eso fuera toda la explicación que necesitara.
-¿Cómo? –preguntó Snape intentando no reír demasiado fuerte, después de todo, era prácticamente imposible ver a su ahijado alterado.
-Tan pronto parece desvalida como un huracán furioso; puede estar leyendo y de repente saltando sobre el sofá, y tan pronto nos reprende por tomar pizzas y hamburguesas recalcando que no sabemos ni freír un huevo como ella misma está junto al teléfono pidiendo más de cinco pizzas alegando que no tiene ganas de cocinar –enumeró Draco-, y además luego está el tema de…
-Vale, vale, lo he entendido –le cortó Snape-. Creo que ninguna mujer te había hecho nunca despotricar tanto ¿verdad?
-¿Y qué estás insinuando con eso, Severus? –preguntó Draco con la frialdad que lo caracterizaba y con la que se le conocía dentro de la oficina.
Severus le sonrió conciliador, un gesto que pocas veces nadie veía aunque por supuesto, esa norma no iba con Draco.
-Insinúo lo que te he dicho muchas veces Draco, que no puedes seguir viviendo de los recuerdos del pasad…
-¿Viste qué pasó? –interrumpió Draco. Severus le miró pero el rubio no estaba dispuesto a dejarse intimidar por su padrino-. Te han disparado y aún no me has contado qué pasó.
Snape suspiró. Draco no quería hablar de aquello y no iba a conseguir nada a menos que él quisiera decir algo. Testarudo… ¿por qué diablos había tenido que adoptar precisamente esa característica de él?
-No vi nada… -aseguró-, sólo dos figuras que se movían con agilidad cerca del orfanato; me pareció raro que hubiera alguien a aquellas horas así que di el alto –explicó a su ahijado-, todo iba bien hasta que me identifiqué como policía, entonces empezaron a llover balas de todas partes –recordó esforzándose-, saqué mi arma y disparé un par de veces antes de que me alcanzaran –se encogió de hombros-. Supongo que pensaron que habían hecho mucho ruido y desaparecieron –Draco chasqueó la lengua-, por cierto, para mi cumpleaños puedes regalarme otro cuchillo –Draco le miró-, se lo tiré a ellos y creo que herí a uno si eso te sirve de algo.
-Le diré a Lupin que investigue un poco a ver qué puede descubrir –dijo Draco más para sí mismo-. ¿Qué crees que buscaban?
-¿Extraoficialmente? –Draco asintió-. Rapto de niños, aunque no descarto que la zona sur de Londres esté quedándose limpia de prostitutas por arte de magia –añadió con su característico mal humor y cinismo.
Draco sonrió.
-Sí, eso mismo es lo que yo también me temía… -suspiró-. ¿Crees que me estoy equivocando?
-¿Con decírselo a Lupin o con _______(ap)?
Draco murmuró algo por lo bajo. Odiaba cuando Snape se portaba como un auténtico cínico sarcástico con él.
-Iré a hablar con Lupin –informó dirigiéndose a la puerta.
-Draco –lo paró Severus. Él le miró-. Sí, te estás equivocando, pero eso no es algo que yo tenga que decirte, ¿verdad?
Ahogando una maldición Draco salió del cuarto de Severus. El herido de bala suspiró cansadamente. Aquel chico se iba a meter en un lío y seguramente le iba a arrastrar con él… Aunque sinceramente, eso no sería nada nuevo…
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Se miró el rostro lentamente sin reconocer la imagen que el espejo le devolvía. La piel no parecía tan fina como antes y había perdido su blancor para pasar a tener algunas manchas cerca de la zona de la sien derecha y bajo el pómulo izquierdo que, ahora sin maquillaje, se apreciaban perfectamente. Las ojeras enmarcaban un rostro cansado y agotado y los ojos parecían estar cada vez más hundidos.
Se quitó el nudo de la bata y la dejó caer hasta el suelo, a sus pies, mirando entonces el reflejo de su cuerpo desnudo. Lo que antes era perfección ahora estaba lleno de cortes, magulladuras, sarpullidos y quemaduras, todo producto de la droga para la que se había ofrecido voluntaria cuando aún estaba en sus orígenes.
Sólo era la sombra de lo que una vez había sido… sólo eso… Respiró profundamente mientras notaba el agradable calor que empezaba a llenar el baño después de que hubiese estado cinco minutos el agua caliente saliendo de la ducha. Agua caliente. Le reblandecía las llagas y con aquella crema para las quemaduras que había comprado hacía un par de semanas, el dolor disminuía considerablemente, al menos todo lo considerablemente que podía hacerlo, que era lo justo para poder dormir un rato sin tener que preocuparse del dolor de la espalda.
La puerta del baño se abrió y Bella ni siquiera se molestó en cubrirse. Conocía los pasos de su hermana perfectamente. La figura de Narcisa la miró a través del espejo sin atreverse a avanzar más al ver la espalda de su hermana, su hermosa hermana… No se suponía que debiera terminar con la espalda de ese modo.
-Bella… -musitó Narcisa.
-No –la cortó la morena-. No quiero palabras de lástima, compasión o cualquier otra cosa que se le parezca, Cisa –le dijo firmemente mirándola a través del espejo-. Yo me ofrecí voluntaria y esto es lo que recibo a cambio –se miró en el espejo de nuevo sin decir nada más.
Narcisa respiró profundamente y cerró los ojos un par de veces para impedir que las lágrimas se derramaran.
-Me he enterado de vuestra última incursión –dijo cambiando de tema-. ¿Qué pasó?
-Un agente de la Orden estaba cerca del orfanato… creo que era Snape –añadió. Narcisa intentó que el miedo no se reflejara en sus ojos ni el terror en su voz.
-¿Le matasteis?
-No, pero estará un par de semanas herido –añadió la mujer mientras se ponía una crema sobre el pecho donde tenía antiguas cicatrices-. ¿Has hablado con Malfoy?
Narcisa asintió y los ojos azules oscuros, casi negro de Bella se encontraron con los suyos a través del reflejo del cristal.
-Está dentro –contestó confirmando la pregunta que Bella no le había lanzado.
-Bien –se giró hacia su hermana pequeña y le sonrió con suavidad.
-¿Me ayudas a bañarme?
-Claro… tú lo hacías por mí cuando éramos pequeñas… -contestó Narcisa simplemente.
Pocas veces Bellatrix sonreía de verdad y sólo cuando su hermana estaba de por medio. Era una sonrisa brillante, iluminadora, radiante que hacía que la luz de la habitación pareciese aún más incandescente. Narcisa le sonrió de igual modo mientras Bella se metía dentro de la ducha y ella tomaba la esponja con aquel jabón especial para llagas y quemaduras.
Pensó mientras la bañaba con suavidad que Bella siempre la había protegido o que al menos lo había intentado… y que en aquel momento, viéndola desnuda, con la cabeza rapada y el cuerpo lleno de llagas por aquella droga, era Bella quien, seguramente por primera vez en su vida, la necesitaba a ella.
No pudo dejar de pensar, ni un solo segundo mientras le limpiaba la espalda llega de quemaduras y roces, que Bellatrix siempre había tenido una piel suave y sedosa… y que quizá la seguiría teniendo si Voldemort no hubiera aparecido en sus vidas… Aunque eso era algo que ya nunca iba a poder saber.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Respiró profundamente. Podía trabajar durante días enteros sin cansarse, ver heridas, sangre, agujas, atender a personas que pesaban el doble que ella y examinar a los niños con una sonrisa intentando tranquilizarles aunque la noticia que tuviera que dar fuera pésima… pero era incapaz de estar en la misma habitación que su madre durante más de dos horas y no acabar discutiendo.
Lo había intentado. De verdad que lo había intentado pero a veces… era sencillamente imposible… Sonrió a medias. ¿Qué cara pondría su madre si supiera que su marido había sido agente de la Orden en lugar del perfecto dentista como ella creía? Suspiró. Sólo lo lamentaba por Rebecca… después de todo, quizá tenía un punto de salvación… pero sólo una pequeña esperanza… muy pequeñita…
Flashback
-¡_______! –la llamó Rebecca cerrando la puerta.
-¡¿Qué?! –preguntó enfadada la castaña. En cuanto vio que se trataba de su hermana suavizó el gesto-. Perdona Beca –le dijo sinceramente.
-Sólo quería despedirme de ti –contestó Rebecca sin atreverse a decir demasiado conociendo perfectamente el humor de su hermana mayor cuando se enfadaba.
-Tú no tienes que irte… -le aseguró _______-… puedes quedarte… es sólo que mamá consigue sacarme de mis casillas.
-¿Tanto te costaría ________? –preguntó con voz lastimera la pequeña de los ________(ap). _______ la miró-. ¿Tanto te costaría ser un poco más como mamá quiere que seas? –le preguntó de nuevo-. ¿Qué tiene de malo trabajar en un buen hospital, vestir más femenina, ser más dulce, no mostrar tu mal genio, encontrar un marido médico y hacer feliz a tu madre mientras te quedas en casa cuidando de tus hijos?
_________ la miró. ¿Realmente su hermana pensaba así? Negó suavemente con la cabeza. No lo entendía. Rebecca nunca iba a entenderla.
-Rebecca… no lo entiendes… nunca lo has entendido… -dijo _______ con un suave suspiro -… ¿Para qué quiero casarme con un médico si yo soy médico?
-Pero __________…
-Algún día lo entenderás, Rebecca. Cuando dejes de jugar a ser la princesa de los cuentos y te des cuenta de que hay todo un mundo y que a veces, los príncipes son sapos –añadió medio divertida.
-¿Te refieres a Mark?
-Nadie va a hacerme daño Rebecca –contestó por toda respuesta-. Nadie. Puedo cuidar de mí misma, soy médico, tengo mi vida y puedo seguir teniéndola sin que nadie se inmiscuya en ella…Te quiero, cariño –le dijo sinceramente-. Nunca, pase lo que pase, nunca lo dudes… pero mamá a veces… -suspiró-… Intenta hablar con ella y que me entienda, ¿de acuerdo?
-No te prometo nada –contestó Rebecca sin comprometerse demasiado.
Fin Flashback
-¿Estás mejor? –preguntó la pelirroja de forma tentativa.
_________ asintió.
-Siento mucho lo que ha pasado –se disculpó la médico-. A veces puede llegar a ser realmente…
-No te preocupes, no pasa nada… la familia no se elige… -_________ resopló pero sonrió divertida por aquella comparación.
-No, supongo que no.
-¿Quién es Mark? –preguntó la pelirroja doblando a la izquierda y mirando por el retrovisor un par de veces.
-¿Dónde has oído ese nombre?
-Escuché a tu hermana preguntar por…
-Una historia muy larga con un final amargo –se limitó a decir la médico-. No tengo ganas de hablar de eso ahora…
-¿Una mala experiencia? –preguntó la pelirroja.
-Algo así –comentó ________ sin dar demasiadas explicaciones.
Ginny comprendía cuando tenía que cambiar de tema y la parquedad de _________ a la hora de hablar era el indicativo para que lo hiciera.
-¿Me vas a contar qué pasó entre Malfoy y tú?
_________ giró la cabeza para mirar a la pelirroja tan rápido, que creyó que se iba a romper el cuello de lo fuerte que le crujieron las vértebras.
-No sé a qué te refieres.
-Ya, claro… por eso hace dos semanas que no os habláis.
-Bueno –se defendió ella-, tal vez no te hayas dado cuenta pero Malfoy no es precisamente la mejor persona para mantener una conversación civilizada.
-Ya, y tal vez tú no te hayas dado cuenta pero… -frunció el ceño-… no conozco esta zona… Ron y su maldita manía de cambiar de piso cada dos por tres por seguridad, te juro que a veces creo que está loco… -añadió.
-Yo sí, trabajé durante algunos meses en el centro de urgencias de aquella esquina –señaló-. ¿lo ves? –la pelirroja asintió-. Gira a la derecha y, si no me equivoco, luego llegaremos a una rotonda, la segunda salida y todo recto y estaremos cerca de la agencia –dijo mientras jugaba con el colgante en forma de fénix.
-Vale, ya la veo –contestó Ginny girando y viendo a lo lejos la rotonda que le había indicado ________-. Como iba diciendo… tal vez no te hayas dado cuenta pero soy bastante observadora así que ya puedes contarme qué ha pasado si no quieres que aplique contigo mis técnicas de interrogatorio.
_________ la miró con el ceño fruncido.
-Tú sólo colaboras con ellos, no eres agente.
-Técnicamente sí lo soy –le contestó Ginny con una sonrisa bastante peligrosa-. ¿Quieres comprobarlo? –_________ la miró enarcando una ceja el reconocer el tono burlón-. Oh, vamos _________… Si no es porque soy agente, cuéntamelo sólo porque se te ve que necesitas desahogarte –le pidió casi como si fuera una niña pequeña.
-Si le dices a alguien que esta conversación ha tenido lugar, lo negaré incluso aunque eso suponga cometer perjurio, ¿me entiendes? –Ginny apartó la mano del volante para levantarla haciendo una promesa muda con una sonrisa divertida en los ojos.
-¿Sabes que desde que estás con nosotros se te da muy bien eso de amenazar de forma sutil?
-Me besó –dijo simplemente ella ignorando la última pregunta de la pelirroja quien la miró esperando más información-. Draco me besó.
__________ estaba segura de que si la pelirroja hubiera ido un poco más rápida habrían terminado teniendo un accidente por el volantazo que dio cuando se giró a mirarla con los ojos desorbitados.
-¡Los ojos en la carretera! –le gritó la médico.
Ginny obedeció y respiró.
-Explícame eso –pidió.
-Draco me besó –repitió __________ y no pudo evitar que una sonrisa se escapara de sus labios-… y yo le correspondí.
-No puedo creerlo…
-Sólo fue un beso –se apresuró a decir _________-. Y no creo que fuera importante porque ha estado dos semanas sin decirme absolutament…
-Es así como actúa Draco cuando algo le importa de verdad –la interrumpió la pelirroja-. Se aleja de lo que le importa para protegerlo… Es una actitud estúpida pero… -se encogió de hombros indicándole que no había nada que hacer a ese respecto.
-Seguramente sólo quería probar algo –comentó ___________ sin darle demasiada importancia pese a saber que tenía importancia.
-Draco nunca besa a sus protegidas. Jamás –dijo Ginny firmemente-. Si lo ha hecho es porque…
-Déjalo Gin –le pidió _________ antes de que la pelirroja dijera algo-. Estoy bien. Soy una mujer segura de sí misma y no es la primera vez que me besan –añadió.
-Pero sí la primera que te afecta tanto ¿me equivoco? –preguntó la pelirroja.
No. No se equivocaba en absoluto. Le había gustado que la besara y le había gustado besarle… Se sentía protegida cerca de él… quizá tuviera algo que ver con el hecho de la primera vez que lo vio… pero el caso es que se sentía segura junto a él… quizá el beso hubiese resultado tan espectacular y tan apasionado por ese motivo… Pero no estaba preparada para admitir que le había gustado; no estaba preparada para admitir que le gustaba nadie y no estaba preparada, definitivamente, para admitir que podría llegar a enamorarse de ese hombre… No, definitivamente, ___________ decidió que no quería seguir esa conversación y se cruzó de brazos esperando que ella entendiera la indirecta.
La chica sonrió a medias.
-Bien, como quieras, pero terminarás contándomelo… no sé por qué tengo la sensación de que el hecho de que no quieras saber nada de todo eso tiene algo que ver con ese tal Mark… -contestó Ginny ligeramente distraída mirando por el retrovisor.
-Ya que estamos por aquí, ¿puedes parar en el hospital? Podría recoger los análisis que le hice a Harry –dijo con aquella chispa en los ojos.
Ginny sonrió.
-Te resulta imposible mantenerte alejada del hospital ¿no?
_________ le sonrió y se encogió de hombros.
La risa de Ginny aún sonaba cuando giró el volante siguiendo las instrucciones de Hermione.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Harry entró en el bar y se dirigió al camarero con una aparente tranquilidad que no sentía. Meterse allí era como si una oveja fuera a meterse al matadero y él lo sabía; aquel bar sólo era frecuentado por lo peor de Londres y entre esos "lo peor" él mismo les había metido en la cárcel un par de veces. Se sentó en un taburete y le hizo una señal al camarero que rodó los ojos.
-Potter –dijo con una ligera inclinación de cabeza.
-Conners, veo que te acuerdas de mí.
Era un hombre robusto, de espaldas anchas y ojos fijos y vivarachos; espeso bigote bajo una nariz roja e hinchada y una boca firme sobre una mandíbula prominente. El cabello siempre recogido en una coleta baja, atada en la nuca y cayendo hasta media espalda y la piel curtida por el sol y las peleas del bar. Llevaba sobre la camiseta negra y los pantalones vaqueros un delantal blanco y sobre el hombro un paño que seguramente utilizaba para limpiar los vasos y que explicaría por qué los vasos nunca estaban limpios.
-Estoy limpio –dijo el hombre.
Harry sonrió de medio lado.
-Por supuesto –contestó-, no he venido por ti.
El hombre miró a su alrededor, algunos habían dejado de beber y otros habían dejado de jugar para prestar atención a la joven figura del agente al que todos, en mayor o menor medida, conocían.
-¿Alguno de estos ha hecho algo? –preguntó señalando el bar en general.
-No que yo sepa –contestó de nuevo Harry.
-Entonces, ¿qué buscas en mi bar?
Harry sonrió y deslizó un billete sobre la mesa al alcance de Conners que lo tomó y miró al agente.
-Información –dijo simplemente.
-Veo que me entiendes –contestó Harry-, así que dime que has oído de Cho Chang últimamente –volvió a repetir Harry.
-Jefe, si te lo digo, soy hombre muerto.
-Y si no lo haces también –le sonrió de forma siniestra Harry-. ¿Qué sabes de ella?
-Poco –contestó de forma escueta. Harry le miró insistentemente y el hombre resopló-. Se habla que está a buen recaudo en una casa del este a nombre de Avery –dijo.
Harry frunció el ceño.
-¿Aleixandre Avery? –preguntó. El camarero asintió-. ¿Qué más?
-Nada –Harry le miró amenazante-. Ya te dije que era poco lo que sabía –se defendió el hombre.
-Tú no empiezas a hablar si no tienes nada que decir, así que venga, cuéntame lo que sepas o te cerraré este lugar antes de que puedas decir "la magia no existe"
Conners resopló. Sabía que Potter hablaba en serio.
Última edición por Srita. Aly Greengrass el Mar 10 Jul 2012, 2:34 am, editado 1 vez
Call me Aly.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
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Última edición por Srita. Aly Greengrass el Mar 10 Jul 2012, 2:34 am, editado 1 vez
Call me Aly.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
¡WOW! ¡Amé el caaaaaaaaaaaaaap! (like always)
Estuvo genial, y ahora mismo voy a comentar TODO como me veo obligada a hacer, ya que, escribes tan maravilloso que tengo la necesidad de demostrarte lo mucho que me gusta tú novela:
Maldita Chang consentida ¬¬ Deja ya tranquilo a nuestro querido y precioso Harry ¬¬ Ni te acerques zorra a él ¬¬ Y como me entere de que volviste a tocarlo y/o a drogarlo... :twisted:... No vivirás demasiado tiempo para contarlo :twisted:
Ow, amé la parte de la casa de los Potter (a pesar de ser triste) Y lo de las flores del Jardín, blancas, azules, violetas, rosas, amarillas... Seguramente era un jardín hermoso en el que naturalmente, era perfectamente lógico y comprensible que Harry se perdiera en sus flores en vez de caminar (eso me dio mucha ternura) Y la flor superviviente... ¡Que bonito! Superviviente como Harry *-*
¡Regulus Black está en coma! :o Y seguramente morirá... Esa no me la esperé, pero lo que es más misterioso es... ¿Quien le atacó? ¿Fue alguien de su "organización" por haberse ido de la lengua? ¡Eso y mucho más, en el próximo capítulo de "Dangerous Love"! (Jajaja, voz de teletienda XD)
¡ARGH! La madre de Rayis es relamente MUY irritante ¬¬ Y cuando Ron bajó diciendo que no habia cucarachas... ¬¬ ¡Vaya una! Y lo de la boda de su hermana Becca... Normal, yo tampoco querría ser una "muñequita de tarta" y la verda, empiezo a dudar de si es más testaruda la madre o la hija mayor, ajjajajajaj, Becca es tan complaciente con su madre... Y querida, ¡si le cuesta ser como quiere su madre!
Jajjaja, Snape y su negro humor *-* ¡Y pobre médicos, enfermeros/as y todo el pobre personale del hospital que tiene la desgracia de atender a Snape! Jjaja, ¡aun así te queremos Severus! Y sí, nuestro querido Severus, merece todo el respeto del mundo, mucha razón Harry, mucha razón....
Cuando Narcisa fue a ver a Malfoy... ¡El corazón casi se me para! ¿Lucius es un loco desquiciado? Esa no me la esperaba... Que valiente es la rubia, ¿no? Meterse, literalmente (bueno no, pero prácticamente...), en la boca del lobo.... Al menos sirivió de algo... Malfoy se les unió (¡DANGER! ¡Todas las alertas al máximo! ¡Un loco se les unió!) ¿No sabe que tienen un hijo al que Narcisa tuvo que abandonar? Algo me dice que no se lo tomará demasiado bien... Y por cierto, ¡Pervertido! ¬¬
El gran Draco Malfoy, ¿Confundido? ¿Indeciso? ¿Necesitado de consejos? ¡QUE SE PARE EL MUNDO! Y Snape, para tu información, su amor, no es ningún error ¬¬ (maldito mentiroso entrometido, "¡Te seguimos queriendo Sev!") Y yo sí quiero que vuelva besarla *-* Hacen una pareja demasiado bonita como para que se pierda *-*
La verdad es que Bella me da un poco de pena... ¡Maldito Voldemort! (creo que a este todos le odiamos ¬¬... Maldito pervertido/pederasta) Y Narcisa así toda linda ayudándola a bañarse... De verdad que me dan un poco de lástima las dos.. Sobretodo Cisa... Creo que le dolió mucho tener que dejar a su pequeño Draco...
Esta Becca... ¡Cuando entenderás! ¡Ay!, ¡que familia la de Rayis! Aunque, admito que Becca a mi me cae bien y todo, me suena dulce y así como calladita... Jjajaja, que insistente es Ginny (Y bastante adivina... "¿comos e puede ser [i]bastante adivina? ¡Ni yo misma me entiendo! Jajjaja XD") ¡Incluso me imaginé la cara que se le quedó de la pelirroja al saber que Malfoy besó a su amiga... Y yo también creo que... ¡Draco se enamoró! (aunque no lo admita... ¡Yo soy adivina del corazón! Jajjajajajaj, "eso sonó a vieja viendo *Salvame Delux* o algo como *Corazón Corazón*" Jjajaja) ¡QUIERO QUE ESOS DOS TÓRTOLOS SE RECONCILIEN YA CON UN BUEN BESO! ¡¿Quién esta conmigo?! (jajaj, ¡Loca Forever and Ever! o así dicho más guai: ¡Loca 4ever & Ever! JAJAJJA)
¡Así me gusta Harry! Tú haces caso a ese viejo dicho chino: "Si la información no va a Harry Potter, Harry Potter va a la información" (ajjajaj, ya te comenté que estoy loca, ¿verdad? jajaj) Y más te vale desmbucahar TODO Connor... ¡O te quedarás sin bar y sin magia!
Bueno, que ME ENCANTÓ el cap y que.... ¡Eres una magífica escritora! (Y nunca me cansare de repetirte que amo tu novela y que eres une genial escritora, ¡tenlo por seguro! Antes te cansarás tú de oírlo :))
Bss y :hug:
PD: ahora mismo me paso por tu nueva nove, seguro que será mARAVILLOSA :)
PD2: gracias por subir la nove y por haber subido un cap TAAAN largo, fue genial :) Disfruté mucho leyendo :)
Estuvo genial, y ahora mismo voy a comentar TODO como me veo obligada a hacer, ya que, escribes tan maravilloso que tengo la necesidad de demostrarte lo mucho que me gusta tú novela:
Maldita Chang consentida ¬¬ Deja ya tranquilo a nuestro querido y precioso Harry ¬¬ Ni te acerques zorra a él ¬¬ Y como me entere de que volviste a tocarlo y/o a drogarlo... :twisted:... No vivirás demasiado tiempo para contarlo :twisted:
Ow, amé la parte de la casa de los Potter (a pesar de ser triste) Y lo de las flores del Jardín, blancas, azules, violetas, rosas, amarillas... Seguramente era un jardín hermoso en el que naturalmente, era perfectamente lógico y comprensible que Harry se perdiera en sus flores en vez de caminar (eso me dio mucha ternura) Y la flor superviviente... ¡Que bonito! Superviviente como Harry *-*
¡Regulus Black está en coma! :o Y seguramente morirá... Esa no me la esperé, pero lo que es más misterioso es... ¿Quien le atacó? ¿Fue alguien de su "organización" por haberse ido de la lengua? ¡Eso y mucho más, en el próximo capítulo de "Dangerous Love"! (Jajaja, voz de teletienda XD)
¡ARGH! La madre de Rayis es relamente MUY irritante ¬¬ Y cuando Ron bajó diciendo que no habia cucarachas... ¬¬ ¡Vaya una! Y lo de la boda de su hermana Becca... Normal, yo tampoco querría ser una "muñequita de tarta" y la verda, empiezo a dudar de si es más testaruda la madre o la hija mayor, ajjajajajaj, Becca es tan complaciente con su madre... Y querida, ¡si le cuesta ser como quiere su madre!
Jajjaja, Snape y su negro humor *-* ¡Y pobre médicos, enfermeros/as y todo el pobre personale del hospital que tiene la desgracia de atender a Snape! Jjaja, ¡aun así te queremos Severus! Y sí, nuestro querido Severus, merece todo el respeto del mundo, mucha razón Harry, mucha razón....
Cuando Narcisa fue a ver a Malfoy... ¡El corazón casi se me para! ¿Lucius es un loco desquiciado? Esa no me la esperaba... Que valiente es la rubia, ¿no? Meterse, literalmente (bueno no, pero prácticamente...), en la boca del lobo.... Al menos sirivió de algo... Malfoy se les unió (¡DANGER! ¡Todas las alertas al máximo! ¡Un loco se les unió!) ¿No sabe que tienen un hijo al que Narcisa tuvo que abandonar? Algo me dice que no se lo tomará demasiado bien... Y por cierto, ¡Pervertido! ¬¬
El gran Draco Malfoy, ¿Confundido? ¿Indeciso? ¿Necesitado de consejos? ¡QUE SE PARE EL MUNDO! Y Snape, para tu información, su amor, no es ningún error ¬¬ (maldito mentiroso entrometido, "¡Te seguimos queriendo Sev!") Y yo sí quiero que vuelva besarla *-* Hacen una pareja demasiado bonita como para que se pierda *-*
La verdad es que Bella me da un poco de pena... ¡Maldito Voldemort! (creo que a este todos le odiamos ¬¬... Maldito pervertido/pederasta) Y Narcisa así toda linda ayudándola a bañarse... De verdad que me dan un poco de lástima las dos.. Sobretodo Cisa... Creo que le dolió mucho tener que dejar a su pequeño Draco...
Esta Becca... ¡Cuando entenderás! ¡Ay!, ¡que familia la de Rayis! Aunque, admito que Becca a mi me cae bien y todo, me suena dulce y así como calladita... Jjajaja, que insistente es Ginny (Y bastante adivina... "¿comos e puede ser [i]bastante adivina? ¡Ni yo misma me entiendo! Jajjaja XD") ¡Incluso me imaginé la cara que se le quedó de la pelirroja al saber que Malfoy besó a su amiga... Y yo también creo que... ¡Draco se enamoró! (aunque no lo admita... ¡Yo soy adivina del corazón! Jajjajajajaj, "eso sonó a vieja viendo *Salvame Delux* o algo como *Corazón Corazón*" Jjajaja) ¡QUIERO QUE ESOS DOS TÓRTOLOS SE RECONCILIEN YA CON UN BUEN BESO! ¡¿Quién esta conmigo?! (jajaj, ¡Loca Forever and Ever! o así dicho más guai: ¡Loca 4ever & Ever! JAJAJJA)
¡Así me gusta Harry! Tú haces caso a ese viejo dicho chino: "Si la información no va a Harry Potter, Harry Potter va a la información" (ajjajaj, ya te comenté que estoy loca, ¿verdad? jajaj) Y más te vale desmbucahar TODO Connor... ¡O te quedarás sin bar y sin magia!
Bueno, que ME ENCANTÓ el cap y que.... ¡Eres una magífica escritora! (Y nunca me cansare de repetirte que amo tu novela y que eres une genial escritora, ¡tenlo por seguro! Antes te cansarás tú de oírlo :))
Bss y :hug:
PD: ahora mismo me paso por tu nueva nove, seguro que será mARAVILLOSA :)
PD2: gracias por subir la nove y por haber subido un cap TAAAN largo, fue genial :) Disfruté mucho leyendo :)
Thalassa Deméter.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
¡Me encanto! De verdad sigue escribiendo así porque me encanta como escribes;
· Rayi aún no habló con Draco... Esto desespera. :roll:
· La mamá de Rayi me pone de los nervios ¿qué le cuesta querer a su hija tal y como es? Aggg. :x
· Rebecca es tan afweasaw me encanta lo princesita que es xDD *___* aunque no sé porque pero me da a mí que su marido se trae algo chungo. Sí, esa es la palabra:twisted:
· Ame la escena en que Remus ayuda a Harry con la casa, demasiado monos y demasido amor junto en la misma habitación. No sé como describirla pero tú sí y lo hiciste genial.:lol:
· Cho, me cayó mal, me cae mal y me caerá mal siempre. Haga lo que haga y diga lo que diga¬¬ :evil:
· Mi Snape, 8) ese tío con carácter. Lo adoro. Me casaría con él xDD
· Mmmm... No sé que más comentar... Así, me gustaría hacerte una pequeña petición.
· Zii:roll: . A ver, te explico. Me voy de campamento este viernes y me encantaría, más bien te amaría por toda la eternidad, que subieras el capitulo antes de que me fuera para así poder leer el Hot o algo relacionado con él. Y es ahí cuando piensas: "Hahhahahaha que graciosa es la muchacha...
Ehh no, graciosa no pero gilipollas sí."· Y es ahí donde yo entro en acción y te pido de rodillas que si puedes y quieres, que lo subas antes de este viernes porque necesito saber lo que pasa. Aparte estaré incomunicada de internet y móvil y si lo subes en las dos semanas próximas no podré leerlo T_T Y yo estaré algo así.
· Rayi aún no habló con Draco... Esto desespera. :roll:
· La mamá de Rayi me pone de los nervios ¿qué le cuesta querer a su hija tal y como es? Aggg. :x
· Rebecca es tan afweasaw me encanta lo princesita que es xDD *___* aunque no sé porque pero me da a mí que su marido se trae algo chungo. Sí, esa es la palabra:twisted:
· Ame la escena en que Remus ayuda a Harry con la casa, demasiado monos y demasido amor junto en la misma habitación. No sé como describirla pero tú sí y lo hiciste genial.:lol:
· Cho, me cayó mal, me cae mal y me caerá mal siempre. Haga lo que haga y diga lo que diga¬¬ :evil:
· Mi Snape, 8) ese tío con carácter. Lo adoro. Me casaría con él xDD
· Mmmm... No sé que más comentar... Así, me gustaría hacerte una pequeña petición.
· Zii:roll: . A ver, te explico. Me voy de campamento este viernes y me encantaría, más bien te amaría por toda la eternidad, que subieras el capitulo antes de que me fuera para así poder leer el Hot o algo relacionado con él. Y es ahí cuando piensas: "Hahhahahaha que graciosa es la muchacha...
Ehh no, graciosa no pero gilipollas sí."
Just Stay Strong†
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
Buuh._.
que mal me cae Choo... v.v matala :B
jaja okno(?)
me encanto el capitulo *___*
qiero saber qe pasa ya
sigela :') :love:
que mal me cae Choo... v.v matala :B
jaja okno(?)
me encanto el capitulo *___*
qiero saber qe pasa ya
sigela :') :love:
Bradley.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
la odio , odio a cho!!! sabia q estaba drogando a harry pero como?..hehe disculpa por no haber pasado antes estaba ocupada con las tareas y trabajos ya te digo no se q diablos les pasa a los profesores...AME el cpai estubo gfenial enserio me encanta tu nove aly eres muy buena escribiendo....y q pasara con draco y rayis ya quiero saber si se vienen cosas hot entre ellos ? y no digo mas sobre eso para q no pienses q soy una pervertidad hahaha
siguela pronto aly!!!!!
atte kathia
siguela pronto aly!!!!!
atte kathia
kathia_conde
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
¡Hola! Bueno, me paso por aqui, porque leo esta novela (como bien sabrás) y bueno, no quisiera que pareciera en ningún momento que deje de leerla. Veras, mañana, sábado 21 de Julio, me iré de viaje hasta el 28/29 de Julio (no estoy segura de cual de los dos es) y bueno, por ese motivo, dudo que pueda comentar, aunque lo intentare :)
Pero igualmente, aunque no comente, al regresar me pondré al día y comwentaré TODOS Y CADA UNO de los caps subidos :)
Muchas gracias por tu atención :)
Bss lindaa y nos vemos el 28/29 :)
Pero igualmente, aunque no comente, al regresar me pondré al día y comwentaré TODOS Y CADA UNO de los caps subidos :)
Muchas gracias por tu atención :)
Bss lindaa y nos vemos el 28/29 :)
Thalassa Deméter.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
¡Noooooooooo! Ain justo cuando vuelvo, TE VAS.
JOPETAAA xDDDD Ok, ya.
JOPETAAA xDDDD Ok, ya.
Call me Aly.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
Capítulo 10.Una orden: mátale
-¡Se ha comido mis fresas! –protestó el rubio.
Blaise sonrió mientras lamía la cuchara con los restos de la leche condensada. En serio, le encantaba aquello… tendría que ir a comprar otro bote para que su pelirroja no se diera cuenta de que se había comido él solo más de medio bote de leche condensada… ¿existiría algún sitio de "adictos a la leche condensada anónimos" o algo así?
-Sólo son fresas –le contestó Blaise con naturalidad.
-¡Eran mis fresas! –repitió Draco enfadado sentándose de golpe en la silla frente a Blaise- ¿Qué? –preguntó al notar como su amigo lo miraba.
-¿Todo este jaleo por unas fresas? –meneó la cabeza-. No lo creo.
-¿Dónde está Nott? –preguntó el rubio decidiendo cambiar de tema después de fulminar con la mirada, sin demasiado éxito por cierto dado que él ya estaba acostumbrado a recibirlas, a Blaise.
-Está con Severus –se encogió de hombros-. No tengo ni idea –añadió al ver que el rubio abría la boca para decir algo más.
Peligroso. Definitivamente cuando Draco estaba enfadado podía resultar muy peligroso. De echo, Draco daba bastante más miedo que él, quien, siendo de piel negra, solía causar aún bastantes sustos a según qué personas a ciertas horas de la noche y de la madrugada si se lo encontraban por la calle. Pero Draco daba más miedo. Rubio, piel pálida, casi siempre vestido de negro y aquellos ojos grises de un color tan extraño y tan poco común que la gente lo miraba dos veces para asegurarse de que sus ojos eran de ese color.
Había visto a más de un hombre ponerse nervioso sólo por la presencia de Draco en un interrogatorio y sabía perfectamente que dentro de los muros de Azkaban conocían a Malfoy como el diablo de ojos grises por el mal genio que tenía cuando se enfadaba.
-Genial… -se pasó la mano por el cabello-. Maldito Severus… -masculló a continuación.
¿Maldiciendo a Severus? Aquello sí que debía ser grave. Apartó su atención de la leche condensada y miró a su amigo con cierta preocupación.
-¿Te ocurre algo?
-Severus ha tenido la estúpida idea de hablarme acerca de algo y ahora no puedo sacarme la conversación de la cabeza ni tampoco el motivo de la conversación –añadió con tono quejumbroso.
Blaise supo que no debía reírse si apreciaba su vida en algún sentido.
-¿Y ese motivo tiene nombre? –preguntó suspicaz Blaise.
-Tranquilo, no es pelirroja ni tiene un hermano que te matará en cuanto se entere de que te estás acostando con ella –el agua que Blaise estaba bebiendo en aquel momento salió de su boca mojando toda la mesa y haciendo sonreír a Draco. Adoraba cuando lograba sorprender a alguien-. ¿Qué? –preguntó- ¿En serio creías que no me había dado cuenta? Dame un poco de crédito, Zabinni –le dijo-. Puedo llegar a ser bastante observador…
-Ya… ¿cuándo dices que nos has visto?
-Hace un par de meses… deberías cerrar la puerta de tu despacho cuando estéis besándoos –le indicó-. A no ser que queráis que se entere toda la oficina, claro –añadió con condescendencia.
-Muy gracioso… ¿tú también besas a ese motivo que no es pelirroja? –le preguntó burlón.
-Ese es el motivo –le contestó Draco gruñendo. Blaise le miró y Draco resopló-. Besé a ________(ap), ella me devolvió el beso y no me he sentido así en toda mi maldita vida, pero es mi protegida y tengo que decirle que todo fue un error. Fin de la conversación.
Blaise no tuvo tiempo de contestar porque la puerta del apartamento se abrió y las dos mujeres entraron entre ocasionales carcajadas e hipidos divertidos. Blaise miró a Ginny que parecía estar cubierta de algo muy similar a ¿batido de chocolate?
Draco enarcó una ceja.
-¿Qué os ha pasado? –preguntó Blaise riendo suavemente.
-Nada –contestó Ginny sin perder la sonrisa-. Ponme el bolso en el perchero por favor _________.
-Claro –aceptó la castaña tomando el bolso de ella y el suyo propio sin dejar de reír-. ¿Y has visto la cara de…
-No, lo mejor ha sido cuando Peterson se ha caído con el batido y…
-Te prometo que no me había reído tanto desde hacía años...
Blaise y Draco se miraron. ¿Peterson? Fue Blaise quien hizo la pregunta en voz alta.
-¿Quién diablos es Peterson? –le preguntó a Ginny-. ¿Y por qué parece que te hayas revolcado en batido de chocolate?
-Porque es lo que parece cuando te has revolcado en batido de chocolate –dijeron las dos mujeres como si fuera más que evidente y obvio aquello.
-¿Cómo?
-Entramos en una cafetería a tomar un refresco, Ginny resbaló y cayó –dijo ________ con una sonrisa mientras se acercaba a la cocina y tomaba un vaso que llenó de agua bien fría del grifo.
-Con tan mala suerte que caí sobre alguien que entraba detrás de nosotras.
-Dos chicos –concretó ________ disfrutando de la cara de Blaise al escuchar aquello.
-¿Y eso qué tiene que ver con que estés cubierta de chocolate? –preguntó Blaise con el ceño fruncido que no acababa de entender nada.
-Pues que alcé la mano para sujetar lo primero que pude y resultó ser una bandeja de una de las mesas que se cayó sobre los dos, sobre Jhon y sobre mí.
-Deja que adivine, había un batido de chocolate en la bandeja –dijo Draco que parecía encontrar la situación ligeramente más divertida que lo que la encontraba su amigo.
-Premio –contestó la pelirroja-. Así que terminamos los dos cubiertos de batido.
-Lo divertido de verdad fue cuando Robert quiso ayudarte –convino _________ con una sonrisa que, a ojos de Draco, la hacía ver realmente apetecible y besable-. Casi termina él también achocolatado.
-Pero tú le salvaste – contestó la pelirroja con cierto tono burlón.
Los ojos de Draco pasaron de estar ligeramente divertidos a parecer fríos mientras miraba a _______. La mujer enarcó una ceja preguntándole en silencio desde cuándo ella tenía que darle explicaciones de nada.
-Y en agradecimiento te dio su número.
-No pienso llamarle –apuntó ________ que se sintió turbada por la mirada de Draco.
-¿Por qué no? –la pelirroja frunció la nariz de forma graciosa.
-Sí, ¿por qué no? –preguntó Draco demasiado inocente para ser verdad- ¿Y por qué habéis ido allí? Se supone que teníais que venir de regreso aquí inmediatamente después de salir de casa de Ronald ¿no?
Blaise sabía cuando su amigo estaba a punto de estallar y sabía que cuando pasara eso sería mejor permanecer alejado de él. Decidió llevarse a la pelirroja también de la línea de fuego.
-Vamos, necesitas una ducha –le dijo tomándola del brazo de forma suave y gentil-. Odio el chocolate… -le susurró cuando la tuvo lo suficientemente cerca.
-Draco, estábamos en el hospital recogiendo los análisis de Harry –contestó Gin-. Iba a llamarte pero vi los dos sabuesos que nos escoltaban fielmente –frunció el ceño-. Por cierto, son demasiado evidentes. Y respecto a ti –miró a Blaise con una sonrisa-, seguro que puedo hacer algo para hacerte cambiar de opinión respecto al chocolate –añadió con un guiño pícaro que sólo ________ alcanzó a ver.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Apenas se había sentado cuando escuchó la puerta abrirse de nuevo. Remus y Sirius venían en silencio, el primero preocupado, el segundo apesadumbrado y eso era algo bastante difícil de ver en Sirius.
-¿Estás bien, padrino?
-Sí, solo… cansado… -articuló de forma cansada-… voy a dormir un poco.
-¿Sir… -iba a volver a llamarle, pero Remus le indicó que lo dejara tranquilo. Frunció el ceño pero asintió-. Que descanses –consiguió decir.
Sirius le hizo un gesto con la mano de despedida. Harry se giró hacia Remus y le pidió una explicación en silencio.
-Le acaban de dar la noticia –Harry le miró-. Lo he encontrado en su despacho mirando la fotografía de cuando era pequeño y estaba con Regulus.
-Joder… -masculló Harry-. Iba a decírselo mañana… no quería que se enterase por otro… ¿quién se lo ha dicho? –preguntó señalando con la cabeza las escaleras por las que Sirius había desaparecido simulando estar bien pero sin engañar a ninguno de los dos.
-Rokett –informó Remus-. ¿Sabes algo?
-Coma indefinido. Si no despierta para morir, lo hará para pasar una cadena perpetua en Azkaban –contestó Harry-. ¿También sabe eso? –Remus asintió-. ¿Y no se ha emborrachado? –preguntó.
Remus sonrió y se sentó al lado de Harry.
-Me prometió que no lo haría hasta el fin de semana –contestó. Miró el reloj-… Y aún faltan… quince minutos –Harry rió.
-Voy a matar a Rokett –informó el más joven-. Se la tiene jurada a Sirius desde hace más de ocho años y aprovecha cualquier oportunidad para putearle –Remus asintió; Harry tenía razón-. Seguro que no ha perdido tiempo en ir a decírselo…
-No te exaltes demasiado… cuando termine de hablar con él se le habrán quitado las ganas de ir contando las noticias de los informes confidenciales –Harry asintió a medias y se llevó una mano a la cabeza. Remus le miró preocupado al ver que Harry cerraba los ojos y se quitaba las gafas con un suspiro de alivio-. ¿Estás bien?
-Sí, sólo… me duele la cabeza… -contestó él-… supongo que son los efectos secundarios de la maldita droga… -se resignó.
-¿Y tú de donde vienes? –preguntó entonces Remus viendo que el joven agente aún llevaba los zapatos y no se había quitado la chaqueta de cuero, regalo de Sirius por su último cumpleaños.
-Conners –se limitó a decir Harry. Remus le miró-. Y ahórrate el sermón, ¿de acuerdo? No tendría que haber ido solo, tendría que haber llamado a alguien, al menos a ti, es un sitio peligroso, podría no haber salido de allí, etcétera, etcétera, etcétera… -dijo con un movimiento de la mano.
-Vaya, no sabía que fuera tan bueno con los sermones –se felicitó irónicamente Remus haciéndole reír-. ¿Qué querías de Conners? –preguntó ahorrándose el decirle que aquel era un bar peligroso si no sabía con quién y cómo debía tratar.
-Información –abrió los ojos y por unos instantes Remus creyó estar delante de los ojos de Lily, tan brillantes como puros y decididos-. ¿Es de fiar?
-Es una de mis fuentes principales –reconoció Remus- ¿Está en algún lío?
-No que yo sepa –contestó Harry-. ¿Qué interés tienes tú en eso?
-Me ha sacado de algún que otro lío en alguna ocasión –se encogió de hombros-. Puedes fiarte de lo que te ha dicho.
Harry se puso las gafas.
-¿Conoces a Aleixandre Avery?
Remus enarcó una ceja. Harry sonrió. Aquello significa que sí le conocía.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
-Te dije que hablaríamos de esto más tarde –le recordó él con una sonrisa invitándola a que se sentara. ________ negó con la cabeza-. ¿Tienes miedo de sentarte a mi lado? No muerdo, ¿sabes?
-Prefiero no arriesgarme, además, hay muchos animales que no necesitan morder para matar a sus presas –le dijo ella sarcástica-. Me lo has demostrado durante estas dos semanas.
Draco sonrió a medias sabiendo que tenía razón y él también se levantó para mirarla, satisfecho de que ________ retrocediera un par de pasos al encontrarse frente a su imponente estatura.
-No sabes lo difícil que es par mí, _______(ap), así que no te atrevas a juzgarm…
-¡Y para mí también lo es, maldita sea! –le gritó ella entonces. Draco enarcó una ceja pero no dijo nada para acallar su grito de protesta-¡No es nada fácil tener que reconocer que me gustó ese maldito beso! –continuó gritando-. ¡No puedo sentir nada por nadie, no quiero sentir nada por nadie y todo me iba bien! –añadió mirándolo como si fuera el culpable de todo, incluyendo el calentamiento global-. ¡Hasta que tú me besaste, Malfoy!
Estalló. Draco la miró. ________ _________ había estallado. Y era algo normal, completamente normal. No había estallado cuando habían matado a Amanda, tampoco cuando habían intentado matarla, tampoco cuando él la había besado y tratado de aquella forma tan indiferente… Había mantenido la calma en todo momento, la cabeza fría aunque seguramente por dentro había estado tan caliente como un volcán en erupción. Hasta aquel momento. Ahora era cuando había estallado de verdad.
-Yo tampoco puedo permitirme el sentir nada por nadie –le contestó él frío mirándola con las manos en los bolsillos. -Fue un error –dijo simplemente él-. Un error que no volverá a ocurrir.
________ le miró confundida y parpadeó un par de veces. ¿Es que ese hombre no la había escuchado gritar? O quizá era sólo que disfrutaba descolocándola de aquella forma… sí, seguramente era eso… Estaba loco. Frunció el ceño, quizá debería hablar con algún psicólogo, hablaría con Neville, seguro que él conocía a alguno que pudiera curar a Malfoy de lo que fuera que tuviera en ese arrogante cabeza.
-¿No estás de acuerdo? –insistió él. _______ le miró-. Ese beso fue un error.
Un error. Eso era ella para él. Solamente un error. Nada más que aquello. Sonrió de forma amarga. Por supuesto que aquel beso sólo había sido un error. No podía haber sido nada más. ¿En qué maldito momento había pensado que el calor que la había inundado cuando él la había besado, podría significar algo? No. Ella era el error, no aquel beso… como tampoco había sido un error su relación con Mark, el error en la relación había sido ella… Sacudió la cabeza para apartar de la cabeza aquellos pensamientos que juró no volver a tener y miró a Draco Malfoy de forma diferente.
Él lo notó. Vacía. Era como si de repente, ella estuviera vacía.
-Claro… un error… -dijo ella al ver que Malfoy la miraba como si estuviera esperando una respuesta-. ¿Qué más podría ser? Por un momento pensé que…
-¿Pensaste qué, _________(ap)?
-Nada, olvídalo Malfoy. No pensé nada… -le contestó ella fría-. Ese es mi problema, que siempre cometo errores y siempre termino pagando por ellos…
Había algo en su voz, en su tono, en sus ojos que hicieron que Malfoy le prestara atención. Algo debía de haberle hecho mucho daño para que hablara con tanto cinismo. Resultaba curioso. Él también hablaba de aquel modo.
-_______(ap)… -empezó a decir él.
Pero _________ levantó una mano.
-No, tienes razón Malfoy, un error… mi vida está llena de errores y nunca aprendo… -le sonrió con suavidad y tristeza y lo que él pudo apreciar como amargura-. Y ahora si me disculpas, tengo que vestirme para salir a cenar.
-¿Vas a llamar a ese tipo del batido de chocolate?
Ni siquiera fue consciente de lo que había dicho hasta que lo dijo. ________ le miró. Draco la miró y ella negó suavemente.
-¿Qué más te da a ti? Acabas de decir que ese beso fue un error… Y aunque no te interese lo más mínimo, esta noche salgo con Ron, así que no te preocupes, estaré protegida –dijo con ironía remarcando la última palabra enmarcándola con falsas comillas hechas con sus propios dedos-. No quiero ser la culpable de tus errores Malfoy. Estoy cansada de serlo siempre. Buenas noches.
Draco frunció el ceño. ¿Cómo diablos lo hacía _________ para dejarle siempre con la palabra en la boca y hacerle sentir al mismo tiempo que era un idiota? Aún refunfuñando, tomó su chaqueta colocándosela para ocultar su arma y salió del apartamento. Necesitaba hablar con alguien o terminaría volviéndose loco.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Dejó en la sala de estar a Harry y Remus que estaban vestidos completamente para hacer una pequeña excursión nocturna. Levantó una ceja en dirección al joven agente y a su pareja y éste sólo la besó suavemente en la mejilla indicándole que Sirius estaba arriba.
-¿Se puede saber dónde vais?
-De paseo –dijo Harry sarcástico mientras se aseguraba que su arma estuviese con el seguro antes de meterla en el pantalón y la sujetara allí ocultándola con la camisa.
-¿De paseo? –preguntó Tonks
Remus aseguró su propia arma además de otra más que guardó en el tobillo sujeta con una cinta elástica.
-De paseo –corroboró el hombre.
-Entiendo… ¿necesitáis que vaya con vosotros?
-Hemos avisado a Blaise y Nott –dijo Remus entonces.
-Además –añadió Harry al ver que ella abría la boca para, seguramente protestar-, Sirius te necesita más –contestó Harry-. Que no se entere que nos hemos marchado si no es del todo necesario, ¿de acuerdo? –ella asintió.
-¿Puedo al menos saber dónde vais de paseo? –preguntó mordaz.
-A buscar a alguien –contestó Harry. Se inclinó hacia ella y la besó en la mejilla-. Cuida de Sirius y no dejes que beba demasiado.
Mientras Harry desaparecía por la puerta, Remus la besó en los labios de forma dulce y suave y ella le acarició la mejilla cuando se separaron, la puerta aún abierta, pero sin Harry que había decidido darles algo de privacidad.
-Ten cuidado –le pidió Tonks.
-Lo tendré. Te quiero –la besó fugazmente y salió por la puerta, alcanzando a escuchar un suave "yo también" por parte de ella.
Subió las escaleras y se detuvo frente a la puerta a la que llamó, esperando pacientemente a que Sirius dijera un leve "pasa" con voz rasposa.
No podía decir que se hubiese sorprendido al ver entrar a su sobrina Nynphadora a la habitación y pese a la sombra de humor negro que le cubría, consiguió sonreír, levemente, pero una sonrisa después de todo cuando ella se tropezó con el perchero tirando parte de la ropa que había allí.
-Sigo sin entender cómo eres tan buena camuflándote cuando es más que evidente que sigues siendo tan torpe como cuando eras pequeña –se burló él dejándose caer en la cama y cubriéndose los ojos con el brazo mientras suspiraba pesadamente sin perder la sonrisa.
-¿Aún te acuerdas de eso?
-Claro que lo recuerdo –se hizo a un lado de la cama cuando notó el crujir del colchón cuando ella se hubo sentado-. Eran buenos tiempos ¿verdad?
La pequeña mano de ella se deslizó hasta el pecho de Sirius, descubierto por la camisa desabrochada, y se mantuvo allí quieta, abrazándole.
Podían estar de aquel modo durante horas enteras, en silencio, sin decir nada, sin moverse, sin hablar, sin comer… sólo estando el uno junto al otro. Cualquiera podría juzgar que eran una pareja que mantenían una relación sentimental… y cualquiera que afirmara eso estaría completamente equivocado. Lejos de ser familia, Sirius y Tonks nunca podrían estar juntos porque eran tan iguales y parecidos que les resultaba imposible pensar en eso.
Pero eran amigos. Eran muy buenos amigos, los mejores que existían. Se cuidaban mutuamente desde que tenían uso de razón; Sirius siempre había representado el papel de hermano mayor, protector y celoso que no dejaba que nadie hiciera daño a Tonks y ella… bueno… ella solía ser la parte sensata de Sirius, aunque a veces no lo pareciera.
-¿Te ha llamado Remus?
-Ya le conoces, temía que le hicieras ir de bar en bar buscando consuelo en el fondo de una botella sin que alguien intentase primero razonar contigo –contestó ella divertida.
El silencio se apoderó de la amplia habitación. Decorada en tonos sobrios, con muebles en tonos oscuros y colores elegantes y discretos, aquella habitación representaba lo que Sirius era… un hombre que había aprendido a madurar a base de no tener más remedio que hacerlo, pero la fotografía de aquella gran moto colgada tras la puerta, indicaba que incluso el hombre más maduro, tenía derecho a querer sentirse niño otra vez de vez en cuando.
-No tienes la culpa, Sirius –le dijo ella entonces.
-¿No la tengo? –preguntó él-. Entonces, ¿por qué siento como si la tuviera? Es mi hermano pequeño, se supone que debería de haber podido hacer alo por él antes de que se convirtiera en lo que se convirtió…
-Sirius… nunca pudiste hacer nada por él. ¿No lo ves? Regulus y tú siempre fuisteis diferentes, muy diferentes, era como si pertenecierais a dos mundos completamente distintos. Él eligió su camino y tú el tuyo… -sonrió-. Y ambos siempre fuisteis igual de tercos y cabezotas –añadió.
-No sé si rezar para que despierte o para que muera –confesó Sirius-. Quiero que muera para poder estar en paz… pero quiero que viva para que pague por todo lo que ha hecho…
-Entonces sólo reza –le sugirió ella con una media sonrisa-. Yo lo haré por ti –añadió.
El brazo de Sirius la rodeó por los hombros y la mujer, se descalzó y subió los pies del todo a la cama, acomodándose junto a su tío, junto a su amigo.
-Gracias… -susurró Sirius.
-No tienes que darlas…
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
No se esperaba que fuera ella cuando cogió el teléfono de la habitación. Hacía veinte minutos que Nott le había dejado solo después de recibir una llamada de Potter y no le había dicho qué iban a hacer. Theo se había limitado a encogerse de hombros y a mirarle con cierta diversión mientras lo hacía, así que Severus únicamente había podido rodar los ojos y decirle un simple "cuidado con lo que hacéis que luego tengo que cuadrar los números en los informes.
Luego había sonado el teléfono de la habitación y esperando que fuera Draco para decirle que se estaba portando como un idiota y que él tenía razón y que no iba a cometer un error simplemente por no dejar de pensar en lo que había ocurrido en el pasado, lo había tomado. Pero definitivamente no se esperaba que fuera ella.
-¿Estás bien?
Una pregunta. Una única pregunta. Sencilla y fácil de contestar. Pero no cuando quién te la hacía era tu enemigo.
-Sí, la bala no me ha rozado ningún órgano interno, saldré mañana si a estos estúpidos matasanos quieren –gruñó.
Escuchó la risita de Narcissa Black al otro lado del hilo telefónico.
-Sí, ya veo que estás bien –dijo simplemente.
Severus suspiró.
-¿Por qué has llamado Narcissa?
-Estaba preocupada –contestó ella rápidamente.
Severus sonrió. No era agente de la unidad especial por su atractivo ni su don de gentes, precisamente.
-De acuerdo, estabas preocupada. Ahora, ¿por qué has llamado realmente?
Casi podía jurar que veía a Narcissa jugueteando con el cable del teléfono enredándolo en sus dedos mientras buscaba una respuesta que no tardó en llegar.
-Era Bella –dijo Narcissa ignorando la pregunta de él. Al otro lado del teléfono se hizo el silencio ligeramente-. ¿Severus?
-Sigo aquí, ¿tu hermana está bien?
-No sabía que te preocupara Bella –contestó Narcisa sonriendo ligeramente.
-Y no me preocupa. Bellatrix y yo nunca fuimos agradables el uno con el otro, pero tú la quieres, es tu hermana, es normal que la quieras –añadió rápidamente antes de que ella abriera la boca para contestar-. Me preocupo por ti.
-Está bien. Tu cuchillo hirió al otro –dijo absteniéndose de dar nombres-. Ella está bien… dentro de lo que cabe…
-Cisa… -suspiró cansado-… ¿en qué diablos estáis metidos ahora?
-Regulus ya os lo debe haber contado –contestó ella.
-Regulus está ahora mismo tres plantas por encima de la mía, en coma, y no saben si sobrevivirá –le respondió él sereno.
Narcisa no contestó. No sabía qué contestar. Después de todo, Regulus era su primo.
-¿Vas a decirme por qué has llamado? –preguntó él pacientemente.
Narcisa sonrió a su pesar. Era una de las pocas personas con las que Severus Snape nunca perdía la paciencia, algo bastante fácil de lograr, por cierto.
-Lucius está dentro –le dijo casi en un susurro.
Severus notó la preocupación en la voz de quien una vez fue su amiga y la mujer a la que había amado en silencio siempre.
-¿Estás bien? –ella asintió y rápidamente se dio cuenta de que no podía verla por teléfono, él interpretó el silencio como una negativa-. Cisa, puedes salir de ahí… yo podría…
-No puedo dejar a mi hermana sola –contestó Narcisa.
-Pero tú no eres como ellos –insistió Severus.
-No puedo abandonar a Bella… no ahora… -repitió la mujer al otro lado del teléfono. "no ahora que puede morir en cualquier momento" añadió en su mente para sí misma.
La desesperación estaba en el sonido de la mujer y Severus se instó a sí mismo a calmarse antes de ponerse a maldecir a diestro y siniestro y a lanzar juramentos que hubieran logrado sonrojar al borracho más sincero.
-Cisa… Podría hacer que Bella…
-No –su risa sonó apagada-. No podrías hacerlo. Ella le ama… -dijo simplemente-. No le abandonará porque su hermana pequeña se lo pida… -apoyó su frente en la pared y suspiró cansada-. Y yo no puedo abandonarla a ella.
-Lamento no haber insistido más cuando debí hacerlo… -se disculpó él a medias.
Desde el otro lado, Narcisa rió suavemente, de forma cristalina. Ella también lo lamentaba.
-¿Cómo está…
-Bien. Es orgulloso, inteligente, astuto y posee tu atractivo con el sexo opuesto –añadió sarcásticamente la última parte –la escuchó reír-. Está bien.
-Nunca podré agradecértelo lo suficiente Severus –aseguró ella.
-Cisa… por favor…
Nunca rogaba. Jamás. Pero por ella sería capaz de ir al mismo infierno, congelarlo y volver, si con eso lograba hacerla feliz.
-Tengo que colgar, viene alguien –dijo ella rápidamente interrumpiéndole-. Deberíais dar una vuelta el próximo viernes por la antigua fábrica de planchas de metal, a las afueras de Londres –dijo simplemente-. Cuídate Severus y cuídale.
-Tú tam…. –no le dio tiempo a terminar la frase cuando escuchó como la comunicación se cortaba-… tú también… -repitió esta vez completamente y con un suspiro mientras colgaba el teléfono.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Sonrió cuando llegó al cementerio y lo encontró cerrado. ¿Quién en su sano juicio iría al cementerio a esas horas? Se encogió de hombros. Él no estaba muy cuerdo últimamente, así que, ¿qué más daba?
Movió la verja negra una vez más escuchando como tintineaba. Apoyó el pie en la parte de abajo y se impulsó hacia arriba hasta que pasó una pierna por encima de la verja vigilando con no rozarse; los pantalones que llevaba eran Armani y un Malfoy, ante todo, vigilaba siempre su apariencia.
Se paseó a sus anchas por el camino asfaltado del lugar respirando el aroma de los cipreses, alargados, fríos, inertes… como su humor. Las sombras que proyectaban sobre tumbas y lápidas era fantasmagórica pero al agente de policía parecía no importarle demasiado. Caminaba despreocupadamente, con pasos seguros mientras sus ojos grises miraban en todas direcciones, no por miedo, sino por la costumbre de estar constantemente vigilando todo lo que ocurría a su alrededor.
Hacía tiempo que no iba por allí, pero aún recordaba el camino hasta la lápida de ella. Iba a veces, cuando necesitaba hablar con alguien y no quería que nadie le contestara. Sonrió mientras giraba a la izquierda dejando atrás una pequeña fuente negra. Seguro que si ella siguiera viva no dejaría de contestarle… Sonrió esta vez más resignado. La echaba de menos. Terriblemente.
Tres pasillos a la izquierda y contando el cuarto pasillo a la derecha llegó hasta la lápida en el suelo. Fría, como frío estaría el cuerpo de ella. Se acuclilló en la hierba, esta vez, sin importarle demasiado el traje, se ajustó la chaqueta que llevaba para colocar bien el arma que llevaba en la cintura del pantalón y junto sus manos mientras sonreía con cierta condescendencia.
-Hola… hacía mucho que no venía a verte… lo siento. Sé que no es excusa, pero he estado algo liado… ya sabes, persiguiendo a mafiosos, rescatando a niños… lo de siempre. Lo siento. Nunca te gustaron las excusas. Nunca te pedí perdón… -sonrió-… no sé por qué necesito hacerlo ahora… supongo que porque creo que… -evitaba decir la verdad incluso frente a una tumba-… es ______(ap). Me está volviendo loco… yo no sé… no sé que… -suspiró-. Lo lamento… -sonrió mientras hacía acopio de toda su fuerza de voluntad para que lo ojos que en aquel momento le ardían, no dejaran caer ni una sola lágrima-… lo lamento mucho… No pude salvarte… No pude hacer nada para salvarte… Es curioso que precisamente el que te quisiera tanto fuera lo que hizo que murieses…
Lo recordaba. Lo recordaba todo como si hubiera pasado el día anterior. Pansy Parkinson, amiga del orfanato, había aparecido un día en el programa de protección de testigos; había sido testigo de un asesinato por parte de un alto capo de la mafia rusa y en aquellos momentos iban a por ella. La reconoció en el mismo momento en que la vio entrar por la puerta. Había cambiado. Estaba más adulta, más mujer, pero seguía conservando aquella inocencia en sus ojos y aquella sonrisa que hacía que su rostro se viera iluminado.
Lo que había empezado con él protegiéndola terminó como una de aquellas películas que a Pansy tanto le gustaba ver… se enamoraron, iban a casarse; tenían planes de futuro, planes que incluían boda, niños, perros, y un viaje de luna de miel a Grecia… Pero algo salió mal. Una filtración.
Aquella noche de verano ella no regresó del trabajo y en su lugar, una llamada telefónica. Estaba asustada cuando le dijo que la estaban reteniendo. No avisó a nadie. No llamó siquiera a Severus. Salió disparado con el coche y sólo Dios puede saber aún ahora, como es que no se mató a aquella velocidad por las carreteras de la ciudad.
Cerró los ojos como si de aquel modo pudiera revivir aquella noche con mayor exactitud… o quizá como si de aquella forma pudiera intentar borrarla de su cabeza.
Flashback
-Baja el arma o ella morirá.
-¡Suéltala! –el arma tembló entre sus manos. Por primera vez en su vida, tembló ante la idea de perder a alguien, de perderla a ella-¡Esto es entre tú y yo, suéltala!
-¿Crees que soy estúpido? Baja el arma o ella morirá –ajustó la pistola a la altura de la sien de ella y Draco percibió en los ojos negros de ella la desesperación.
-Draco…
-Tranquila Pansy… todo estará bien… -intentó calmarla Draco pese a que estaba más seguro de que se intentaba tranquilizar a sí mismo más que a ella-. No seas idiota… si la matas, todo terminará…
-¡Baja el arma, joder!
Primera regla de todo agente: no bajar nunca el arma hasta que el sospechoso lo haga. Primera regla de todo hombre enamorado: no arriesgar nunca la vida de quien amas.
-De acuerdo… tranquilo… -dijo suavemente mientras le mostraba el arma-… la dejaré en el suelo… pero suéltala…
-¡Suelta la maldita pistola!
Draco obedeció. Fue todo demasiado rápido. El sospechoso le sonrió. Le sonrió con arrogancia. En el momento en que le vio sonreír, supo que jamás podría borrar esa sonrisa, tan fría, tan muerta, tan superficial… como aquel que se sabe ganador incluso ante de que se acabe una partida de póquer.
El disparo resonó por la pista de aterrizaje del aeropuerto. Pansy ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Sólo gimió en medio de aquella calurosa noche de verano.
-¡NOOO!
Demasiado tarde. El cuerpo de Pansy cayó inerte sobre el duro cemento de la pista de aterrizaje. Sus brazos quedaron sin vida y sus largas piernas enfundadas en unos vaqueros perdieron las fuerzas. Su rostro se volvió inexpresivo y sus ojos se agrandaron mientras lo que parecía ser una sonrisa que sólo se quedó en una mueca grotesca aparecía en su rostro mirándole.
No lo pensó. Descargó el cargador de la pistola sobre el hombre que había empezado a correr. No le importó dispararle por la espalda. No le importó no darle el alto. No le importó nada. Sólo cuando se dio cuenta de que aún apretando el gatillo no se oía ningún otro disparo, dejó caer el arma y corrió junto al cadáver de ella. Ni siquiera fue consciente de que se arañó con algo de metal que traspasó la tela de lo pantalones rasgándole la piel.
Acogió el cuerpo inerte de ella durante mucho tiempo, rodeándola con los brazos y acurrucándola en su regazo como si de aquella forma, mientras le decía palabras suaves y dulces, ella pudiera volver a la vida pese a que sabía la verdad… Pansy Parkinson había muerto y había sido por su culpa.
Fin Flashback
Ella había muerto porque él no pudo protegerla. Porque él no pudo salvarla… Estaba tan enamorado de ella que cuando le pidieron que bajara el arma lo hizo en un intento de ingenuidad de pensar que ella se salvaría.
Pansy había muerto por su culpa y él jamás pudo perdonarse ese maldito error. Desde entonces era frío e implacable. Había alzado una muralla de hielo a su alrededor para que nada lo pudiese herir de nuevo… había sufrido dos veces, la primera cuando su padrino le dijo quienes eran sus padres, la segunda cuando Pansy había muerto. No podía permitirse el sentir nada por nadie por miedo no a sufrir de nuevo, sino por miedo a perder otra vez.
Pero _______… Sonrió sin darse cuenta. _______ ________… ni siquiera sabía cómo lo había hecho ni tan solo si había sido la intención de la mujer o no, pero el caso era que el muro de hielo estaba deshaciéndose.
El sencillo tono del teléfono lo hizo cogerlo al segundo toque.
-Malfoy –contestó-. Entiendo, voy para allá –miró la lápida una vez más con una sonrisa-. Vendré a verte de nuevo Pansy, te lo prometo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
La noche era su mejor aliada. Era algo que había aprendido de los que le habían enseñado y era algo que jamás había olvidado. Le gustaba la noche. Le gustaba moverse por los sitios sin estar pendiente de quién podía verle y quien no; le gustaba poder caminar en silencio y ver cosas que los demás no veían; por la noche todo parecía diferente, todo cambiaba, todo se veía de forma distinta y nadie era consciente de ello. Le gustaba.
Incluso si era para entrar en una casa sin permiso sabiendo que se exponía no solo a terminar en Azkaban y que le considerasen un vulgar ladrón, sino sabiendo también que pondría en peligro a toda la unidad. Sonrió. Pero eran los mejores. Lo sabía. Y estaba orgulloso de ello además de confiado.
Miró a su derecha y Remus le devolvió la mirada con aire crítico mientras evaluaba el perímetro de la casa de Aleixandre Avery, conocido en el mundo de las drogas y que estaba en aquellos momentos y si Harry no se equivocaba, detenido nuevamente, un favor que más tarde tendría que agradecer a alguien.
-¿Estás seguro de esto, Harry? –preguntó Remus.
-Sé que está ahí dentro –evadió la respuesta el moreno.
-Harry… deberíamos…-empezó a decir Blaise.
-Oíste a _________ –le dijo a Blaise-, y leíste los resultados de los análisis… Quiero saber qué hace exactamente esa droga y no creo que Regulus vaya a decirnos nada más –miró hacia la casa de nuevo-. Quiero a Cho entre rejas.
Un crujido de hojas hizo que los tres hombres se giraran hacia allí apuntando con sus armas listas para disparar. El pelirrojo apareció enfundado en pantalones y camiseta negra además de una gorra para no dejar que el color rojizo de su cabello destacara ante algún posible foco de luz. Harry, Remus, Blaise y Nott bajaron sus armas.
-¿Qué me he perdido?-preguntó el pelirrojo.
-¿Tú no tendrías que estar en una cena con ________? –preguntó Harry enarcando una ceja.
-¿Y dejarte aquí solo? –preguntó del mismo modo Ron-. ¿Qué clase de amigo sería si hiciera eso? Le dije a Malfoy que pasara a por ella.
-¿Quieres que se maten o algo así? –indagó Nott con una sonrisa.
-¿Habéis dejado a Ginny sola? –preguntó Blaise frunciendo el ceño.
-Estará bien, tengo a un par de agentes cerca del apartamento –aseguró Remus-. ¿Creías que iba a dejarla en peligro mientras nosotros estamos aquí?
-Snape va a odiar perderse esto –señaló Ron entonces.
-Cierto, me dijo que no destrocemos nada demasiado grande –se encogió de hombros Nott.
-Bien, lo intentaremos –sonrió Harry a medias-. ¿Listos?
-Listo.
-Preparado.
-Dispuesto.
-Vamos allá.
-Cuando quieras.
-Pues venga.
Harry suspiró profundamente.
-No lo olvidéis, tened cuidado, no sabemos quién hay dentro y no quiero ninguna baja ¿entendido? Por hoy ya he ido bastante al hospital… -todo asintieron.
-¿Dónde está Sirius?
-Le hemos dejado con Tonks, por supuesto creo que sobra decir que no debe saber que hemos hecho esto sin él, ¿verdad? –preguntó Harry mirando a todos y cada uno de los presentes.
-¿No hemos hecho qué? –fingió Blaise. Nott sonrió a medias-. Bien, ¿media hora?
Remus asintió.
-En media hora aquí –corroboró Harry mientras veía como Ron ajustaba su reloj y revisaba su arma-. Toma –le ofreció la suya propia-. Yo tengo otra y tú no puedes entrar ahí con tu arma reglamentaria –añadió al ver que el pelirrojo abría la boca.
-Lo siento, pero tenía pensado ir a cenar, no a asaltar la casa de Avery.
-Bien, allá vamos. Dispersaos.
Y con esa simple orden, los presente desaparecieron entre las sombras de la noche. Harry miró a Remus y asintió
-Ten cuidado –le aconsejó Remus-. Si además de decirle a Sirius que no le hemos dicho nada tengo que decirle que te ha pasado algo, creo que no viviré suficiente para casarme con Tonks.
Harry le sonrió.
-Tú también –le dijo simplemente-. Nos vemos en media hora.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Por alguna razón, hizo una mueca cuando entró en el pequeño restaurante italiano y vio a ________ sentada en una de las mesas. Preciosa. Estaba preciosa. ¿Por qué diablos tenía que estar preciosa? Era increíble como esa mujer podía estar preciosa en bata de estar por casa, con la bata de médico y con aquel vestido negro que llevaba en aquellos momentos. ¿Por qué diablos tenía que haberle dicho a Weasley que él se encargaba? Era un error. Y estaba seguro de que se iba a arrepentir.
Suspiró y se pasó la mano por el cabello rubio para asegurarse de que todo estaba en perfecto estado, haciéndole un gesto de negación al camarero que se acercó para preguntarle si podía ayudarle en algo. Caminó entre las mesas consciente de las miradas que provocaba en las mujeres del lugar y cuando llegó a la mesa de la joven médico, ella, por fin, alzó la cabeza. Su gesto se contrajo y frunció su ceño.
-Bonito restaurante –la miró unos segundos.
-¿Malfoy? –preguntó ella-. ¿Qué estás…
-¿Puedo sentarme? –y antes de que respondiera nada, se sentó frente a la mujer que le miró como si estuviera decidiendo si era buena idea tirarle el vaso de agua por la cabeza o simplemente levantarse y dejarle allí plantado.
-No, no puedes sentarte –le contestó-. Estoy cenando con Ron.
Malfoy enarcó una ceja.
-¿Y dónde está Weasley?
-Ron ha ido un segundo a…
-No va a volver –dijo tomando la carta-. Le ha surgido una misión de última hora. Potter le necesitaba, así que he venido yo. Te sugiero que pruebes el pato asado con salsa de limón, está delicioso –añadió mientras miraba los platos-. Vaya, aún mantienen el cerdo con salsa de ostras… la última vez me produjo indigestión –confesó más para sí mismo mientras fruncía el ceño.
-¿Qué diablos estás haciendo tú aquí, Malfoy? –le preguntó entre indignada y gratamente sorprendida.
El agente enarcó una ceja rubia y la miró con sus ojos grises, burlones y frío al mismo tiempo.
-Cenar –contestó escuetamente-. Y ahora… ¿qué vas a pedir?
-No pienso pedir nada –contestó ella soltando la carta y cruzándose de brazos.
-No me digas que vuelves a estar a dieta –le dijo él consiguiendo que las mejillas de ella se sonrojaran completamente-. Porque la última vez que lo estuviste, según los informes que tenemos sobre eso tú no….
-¡Cállate! –le espetó ella haciendo que varias cabezas se giraran para mirarla. Se ruborizó y bajó el tono de voz -. Lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo, Malfoy –le dijo con los dientes apretados.
-Veamos, estoy contigo, tengo un arma y se supone que tengo que encargarme de que no te pase nada así que yo diría que lo que hagas sí es asunto mío, _______(ap) –contestó él enfatizando el apellido de ella.
-No, no lo es… dejaste muy claro que solo fue un error –le contestó ella clavando su mirada en el plato vacío mientras tomaba una de aquella pequeñas y finitas barritas de pan que ponían en las mesas del restaurante como aperitivo.
Draco la miró mientras desmigajaba el pan sobre el plato, jugando con él, para no tener que mirarle. No era necesario que lo hiciera. Había notado el dolor en la voz de ella, no había culpa ni resentimiento, sólo dolor…
-_______(ap)… -empezó a decir él.
-Se me ha quitado el apetito y esta cena era con Ron, así que no veo el sentido a seguir aquí –se levantó de la silla-, tomaré un taxi –anunció.
Cuando ________ estaba recogiendo su abrigo del guardarropa del restaurante y buscaba una moneda para darle de propina a la jovencita de quince años que trabajaba allí, un billete se extendió por su lado. Draco la miró mientras le daba el billete a la joven muchacha al tiempo que tomaba el abrigo de ella. Hermione frunció el ceño y le quitó el abrigo de las manos. El agente rodó los ojos.
-Esto es ridículo ________(ap). Tienes que cenar de todas formas, ¿qué más da que cenes aquí conmigo o en cualquier otro lugar?
Pero _________ había dejado de escucharle en el momento en que la puerta del restaurante se había abierto y la figura de aquel hombre había aparecido acompañado de una mujer. Alto, moreno y con la sonrisa perfecta, como recordaba. De unos cuarenta y tres años si no recordaba mal, vestía con traje de pantalón y chaqueta, gris, camisa negra y corbata azul clara. El cabello parecía haber obtenido un ligero tono grisáceo en algunos lugares pero eso lejos de hacerle parecer más envejecido, le daba un aire de atracción que él siempre había tenido. Inmediatamente se dio la vuelta, dándole la espalda, aún no estaba preparada para enfrentarse a él y dudaba que algún día lo estuviera. Suspiró mientras agarraba su diminuto bolso y respiraba entrecortadamente.
-________(ap) ¿estás escuchándome?
Draco vio como ella había mirado al hombre antes de darle la espalda y frunció el ceño. ¿Por qué de repente parecía querer esconderse? No le gustó aquella actitud.
-¿________(ap)? –preguntó él de nuevo.
La médico pareció responder a su llamada porque parpadeó ligeramente antes de mirarle.
-Llévame a casa por favor… -le pidió.
Y hubo algo en su voz, urgencia, dolor y lágrimas contenidas. Como si de alguna forma intentara esconderse de algo o de alguien repentinamente. Estuvo tentado a insistir un poco más pero no pudo hacerlo. Los grandes ojos de ella estaban… cansados… derrotados… La misma mirada que había tenido él durante muchos meses después de la muerte de Pansy. Había algo que la urgía a salir de allí. Asintió y le colocó el fino abrigo sobre los hombros.
-Vamos.
La guió hasta la entrada del restaurante donde extendió un billete al camarero que les había atendido y después de pedirle disculpas y asegurar que les había surgido algo urgente, colocó su mano en la espalda de ella, sólo rozándola, suficiente para que notara como ella estremecía.
El deportivo negro estaba aparcado frente al restaurante, rodeó el coche, le abrió la puerta y una vez hubo entrado de forma femenina y elegante, dándole las gracias débilmente en un susurro, él cerró la puerta sin contestar y mientras rodeaba el coche, ella se colocaba el cinturón. Se situó tras el volante, se abrochó el cinturón y metió la llave en el contacto, el motor rugió, las luces del coche se encendieron y en silencio, Draco condujo por las poco transitadas calles.
________ iba sumida en sus pensamientos. Podría estar en cualquier otro lugar o ser raptada en aquel momento que no se hubiera enterado de nada; únicamente el olor a menta de Malfoy hacía que ella estuviera consciente de que él estaba a su lado. Notaba la mirada insistente del rubio sobre ella de vez en cuando, así que se limitó a mirar por la ventanilla; no tenía ganas de hablar, no quería hablar.
Draco detuvo el coche frente al apartamento de Ginny. _________, aún con el ceño fruncido, estiró la mano para abrir la manilla, pero Draco fue más rápido y se inclinó hacia delante, colocando su mano sobre la de ella, impidiéndole así que saliera del coche.
-¿Y ahora qué quieres? –le preguntó ella con tono cansado.
-¿Quién era ese tipo? –preguntó enfadado.
-¿Qué…
-El del restaurante –le contestó él-, del que te has escondido metiendo la cabeza en el bolso para que no te reconociera –le refrescó la memoria Draco con un tono entre la diversión y el enfado.
-Nadie –contestó ella. Draco enarcó una ceja-. Nadie que te interese, ahora ¿puedo irme ya? Estoy cansada.
-No –contestó él tajante-. ¿Quién era?
-Otro de los errores que cometí –contestó ella fría y dolida por el tono del hombre-. Y ahora si me disculpas, estoy cansada. Buenas noches.
Antes de que Draco pudiese darse cuenta, ella había conseguido salir del coche de forma elegante y caminaba hacia la puerta mientras aferraba su bolso como si fuera una especie de salvavidas o algo por el estilo.
Estaba llegando a la puerta cuando una mano firme la sujetó del brazo haciendo que girara. Ojos grises. Los mismos ojos grises que había visto en el callejón antes de caer desmayada… los mismos ojos grises que hacían que temblase de deseo y de miedo por lo que podía llegar a sentir.
-No eres un error –le dijo él en un susurro ronco y grave.
-¿Qué…
-No eres un error –le repitió Draco acariciándole con el pulgar el labio inferior-. Nunca podrías serlo _________(ap).
-Tú dijiste…
-Mentí –dijo él ásperamente-. Voy a besarte –le indicó.
-No… no puedes…
-Oh, sí, sí puedo. Voy a besarte porque es lo que ambos queremos. Me da igual si tengo que protegerte o si tengo que dejar mi trabajo después de esto, pero sé que si no te beso ahora… -se humedeció los labios al ver como ella lo hacía de forma completamente inconsciente-… voy a volverme loco.
-Malfoy… esto es…
-Shhhh –la acalló él-. No es un error… -cogió la mano de ella y la colocó sobre su pecho, dejando que los largos dedos de ella acariciaran la suave camisa de seda negra y colocando su mano sobre la de ella, acariciando con sutileza sus dedos, sus uñas largas e impecables esmaltadas únicamente con brillo transparente-… nada de lo que tenga que ver contigo puede ser un error nunca.
Cuando él inclinó la cabeza para besarla, ella, alzó la suya casi de forma inconsciente, yendo al encuentro de la boca de él que cubrió la de ella con una pasión urgente, dejando que la boca y la lengua de él la llevasen en un ciclón de emociones encontradas a un rincón de su alma que creía haber cerrado para siempre.
Draco sintió como las manos de ella se entrelazaban tras su nuca y pudo notar el cierre del pequeño bolso clavándose en su espalda, pero decidió ignorar el pequeño malestar y centrarse en el sabor a fresas de la boca de ella y al olor a jazmín que los cabellos ondulados de la médico desprendía con una fragancia exquisita, volviéndole completamente loco.
Para _________ todo dejó de existir. Todo empezó a dar vueltas sin sentido y por primera vez en su vida, no quería que nada tuviera sentido. Se sentía bien allí, en los brazos de él, se sentía protegida, extraña pero protegida, con la seguridad de que allí no podría pasarle nada. Ronroneó dentro del beso cuando las manos de él la aferraron gentil pero fuertemente por la cintura y las caderas y casi juraría que él había sonreído al escucharla. No le importaba demasiado.
Únicamente cuando fue consciente de que necesitaban oxígeno para respirar, Draco se separó de ella besándola por última vez, llevándose el labio inferior de _________ con los dientes con suavidad. Respiró agitadamente mientras escuchaba como ella hacía lo mismo y en un intento por retener el calor que parecía unirlos en aquella noche, la abrazó por la delgada cintura, mientras notaba como ella colocaba sus manos en la solapa de su camisa y apoyaba la frente en el pecho de él mientras temblaba incapaz de responder a sus propios pensamientos, del mismo modo que le ocurría a él.
Draco respiró profundamente calmando el deseo de volver a besarla o quizá mucho más, e hizo acopio de todo su autocontrol para que su respiración volviese a ser regular. Y cuando notó como el temblor de ella empezara a desaparecer y su respiración se volvía más pausada y tranquila, más regular, la besó en la frente con suavidad notando la calidez que emanaba del cuerpo de la mujer y se separó para sonreír al verla con las mejillas ligeramente sonrojadas y los labios rojizos y entreabiertos.
-Sube ya… -le dijo él entonces señalándole con la cabeza el apartamento.
Aún confundida por el beso, ella asintió y fue consciente de que él la dejaba marcharse. De repente, ________ tuvo la sensación de que iba a perder algo que realmente le importaba y por mucho miedo que tuviera, no estaba dispuesta a perderlo, al menos no sin saber si lo tenía primero.
-¡Malfoy! –lo llamó ella entonces.
Draco se giró y contempló el rostro de ella. Necesitaba que le dijera algo, que la tranquilizara o que le dijera que aquello no se repetiría. Ni siquiera sabía qué quería que le dijera ni tampoco lo que deseaba escuchar… No hizo falta que dijera nada. Malfoy le sonrió. No le dijo nada. No abrió siquiera la boca. Sólo le sonrió con suavidad, con tranquilidad, con una expresión que hizo que los ojos de ella se iluminaran y acabara por sonreír también.
Ninguno de los dos estaba seguro de lo que aquella sonrisa significaba. Pero los dos sabían que querían descubrirlo. Aunque aquello fuera un simple error. O tal vez no.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Arrastró el cuerpo del hombre que acababa de matar detrás de una columna con una expresión de asco en el rostro. No le gustaba matar si no era necesario y esa muerte podría haber ahorrado si no fuera porque el tipo le había apuntado a la cabeza con una nueve milímetros; no lo había dudado; o se convertía en víctima o disparaba él primero. Una fracción de segundo después cuando el silenciador de su arma hizo que el disparo fuera casi inaudible, el cuerpo del hombre caía inerte a sus pies después de contarle cuál era la habitación donde estaba Chang.
-¿Harry?
-Ha habido una baja –informó cuando Ron le preguntó-. ¿Todo bien?
-Todo tranquilo. Esta casa parece estar abandonada –contestó el pelirrojo-. Voy por la parte de atrás.
-Bien –apretó el comunicador una vez más para que todos le escucharan-. Manteneos en esta frecuencia, no quiero sobresaltos, ¿entendido?
Un ruido ensordecedor hizo que el policía se quitase el comunicador del oído con un gesto brusco. Había sonado a un derrumbamiento. Colocándolo en su lugar de nuevo, llamó a sus hombres.
-¿Qué ha sido eso? –exigió el moreno pulsando el intercomunicador de su oreja-. ¿Ron?
-Estoy bien –se escuchó la voz del pelirrojo.
-Bien –intervino Nott con su característica frialdad.
-Perfecto –se escuchó la voz divertida de Blaise-. Todo tranquilo.
Harry esperó frunciendo el ceño pero Remus no dijo nada. Volvió a pulsar su intercomunicador mientras maldecía internamente.
-¿Remus? –llamó-. Maldita sea… -bramó en silencio cuando no obtuvo contestación-. ¿Alguien sabe algo de Remus?
Nadie contestó. Harry se mordió el labio mientras se pasaba una mano por el cabello ya revuelto. Estaba empezando a pensar en cómo tendría que decirle a Tonks y Srius qu Remus había caído por su estúpida y maldita culpa, cuando el ruido de alguien tosiendo llegó a su intercomunicador.
-Lo siento, ha habido un pequeño derrumbe en las escaleras… -dijo la voz carrasposa de Remus.
-¿Estás bien? –preguntó Harry inmediatamente.
-Joder, Lupin, otro susto así y acabas con nosotros –bromeó la voz de Nott.
-Estoy bien, tranquilo. Voy al sótano –indicó.
-Bien –corroboró Ron-. Te cubro.
Harry atravesó el pasillo oscuro. Todo estaba en silencio, en demasiado silencio quizá. No le gustaba. Era como la calma que siempre precede a la tormenta y no le hacía ninguna gracia. Se acuclilló frente a la puerta y la examinó frunciendo el ceño. Estaba abierta. Demasiado fácil. Entró en la habitación y mirando a su alrededor Harry lanzó una maldición. La habitación estaba vacía. ¿Dónde diablos estaba Cho?
El intercomunicador de Harry le dio un aviso y apenas había tenido tiempo para pulsarlo cuando escuchó la voz de Remus.
-¡Harry sal inmediatamente de ahí, hay una bomba en el sótano de la casa!
-¿Qué diablos…
-¡Sal de ahí ahora! –rugió Remus de nuevo.
Harry no hizo preguntas. Conocía a Remus y si él decía que había algo extraño, no sería él quién le cuestionara. Atando la cuerda a la columna que había visto antes y asegurándola a la cintura saltó por la ventana apoyándose en la cornisa y empezando a bajar dando saltos por la pared lo más rápido posible.
¡¡¡BOOOOOMMMMMM!!!
El ruido fue atronador. Harry sintió que algo ardía cerca de él y luego algo le golpeó en el hombro cuando intentó cubrirse la cabeza. Calor. Mucho calor.
-¡HARRYYYY! –resonó el grito de Remus en la oscuridad de la noche mientras el humo y el fuego subía hacia el cielo estrellado.
Desde el otro lado de la colina, Voldemort sonrió mientras Cho Chang permanecía a su lado inalterable, impasible. Quizá esa había sido la última misión de Potter y con un poco de suerte, de toda la Orden.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Este capítulo lo quiero dedicar especialmente a todas mis lectoras que han sido pacientes y han seguido aquí y siguen aunque no subo muy a menudo. No he podido subir antes, me era imposible, espero que lo entendaís. Un besazo, y va por vosotras.
PD:Dentro de 2 capítulos, o sea, no el siguiente sino el otro habrá Hot
Alicia
Este capítulo lo quiero dedicar especialmente a todas mis lectoras que han sido pacientes y han seguido aquí y siguen aunque no subo muy a menudo. No he podido subir antes, me era imposible, espero que lo entendaís. Un besazo, y va por vosotras.
PD:Dentro de 2 capítulos, o sea, no el siguiente sino el otro habrá Hot
Alicia
Call me Aly.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
kathia_conde escribió:la odio , odio a cho!!! sabia q estaba drogando a harry pero como?..hehe disculpa por no haber pasado antes estaba ocupada con las tareas y trabajos ya te digo no se q diablos les pasa a los profesores...AME el cpai estubo gfenial enserio me encanta tu nove aly eres muy buena escribiendo....y q pasara con draco y rayis ya quiero saber si se vienen cosas hot entre ellos ? y no digo mas sobre eso para q no pienses q soy una pervertidad hahaha
siguela pronto aly!!!!!
atte kathia
Gracias Kathia mía. Jajaja, Si la parte HOT is coming y aquí la única perturbada soy yo, ya ven lo que escribo estoy demente. Besazos.
Call me Aly.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
oh my good
el sexy de malfoy volvio a besar a rayis jsajksajksjk *---*
ke sensual :$$
no lo puedo creer... necesito saber ke va pasarr asjkjsk me encanta como escribes *w*
siguela <3
el sexy de malfoy volvio a besar a rayis jsajksajksjk *---*
ke sensual :$$
no lo puedo creer... necesito saber ke va pasarr asjkjsk me encanta como escribes *w*
siguela <3
Bradley.
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
luego edito, me a encantado siguela, debo irme pero sere fiel
BlackSicret
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
hola!!! tu muy bien jejejeje
dios casi me infarto con los capitulos .... bueno
algo parecido...
lamento no haberme pasado antes pero estaba da vacaciones...
bueno esperare a que subas mas capitulos paciente mente!
bss
dios casi me infarto con los capitulos .... bueno
algo parecido...
lamento no haberme pasado antes pero estaba da vacaciones...
bueno esperare a que subas mas capitulos paciente mente!
bss
alejandrabh
Re: A Dangerous Love (Draco Malfoy y tú)
HOOOOOOOOOOOOOLA. ¡Me encanta!. Así como mucho (:
¿Por qué no comente?, no tenía intenert. Pero ya estoy al día con tu novela.
Seeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeguila(:
¿Por qué no comente?, no tenía intenert. Pero ya estoy al día con tu novela.
Seeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeguila(:
#CrucioBitch
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