Re: Simplemente no quiero extrañarte esta noche [ Joe Jonas y Tú ] ♥ 2da TEMPORADA .

por **ilsee** Vie 13 Jul 2012, 7:37 pm

Soy nueva lectora , me encanta sigue ti? :(L):

por **@ntonella** Vie 13 Jul 2012, 9:25 pm

ahhhhhhhhhhhhhhhh..... por dios ya siguelaaaaaaaaaaaaa

por **DannyD'Jonas** Dom 15 Jul 2012, 12:03 pm

CAPITULO TREINTA Y OCHO.

-¿Eh? Ah…-tartamudeé.
-Vamos, ______, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen-insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.
-Pues, amm… sí y no-farfullé.
-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?
-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero…
-¿Pero qué?
-Pero, no puedo decir que sea ese “alguien especial”-hice las comillas con mis dedos.
-¿Por qué no?
-No creo en el amor a primera vista, lo sabes-sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.
-Sí; ¿pero sabes? Con Joe fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo-. ¿Tú dónde conociste al chico?-preguntó de repente.
-Emm… en…-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal-en el avión.
-¿Se sentó junto a ti?-la curiosidad de Sharon parecía nunca terminar.
-Mmm…-recordé entonces cuando Joseph se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí-algo así.
-¿Quieres contarme?
-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Sharon. Era sólo un chico atractivo, cuántos más no hay aquí.
Y era cierto, porque para empezar, Joseph sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Sharon que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia.
Pero eso en mí no era normal.
-Estoy realmente cansada, Sharon. Dime ¿dónde está mi cama?
-Habitación-corrigió ella y luego sonrió-. Justo allá-señaló hacía la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.
-Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansada.
-Que duermas bien, ______. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí-lo último pareció que se lo dijo a ella misma-. ¡Te quiero!
-Y yo a ti. Buenas noches.
Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en el. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.
Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, un rostro bronceado de oro, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿porqué había pensado en él? En la idea de que Sharon y Joseph no se conocían lo suficiente como para decirse ‘Te amo’; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Dennis sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Sharon había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Qué patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Sharon no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.
O eso creía yo.

CAPITULO TREINTA Y NUEVE.

De pronto vi a Joseph en su rostro.
-¿Tengo algo?-preguntó, cohibido ante mi análisis visual.
-¿Ah? No-sacudí disimuladamente la cabeza y reí torpe.
-¿Cómo has estado?-quiso saber.
Me quedé en silencio, tenía una respuesta sin embargo decirla no era buena idea. El recuerdo de los primeros tres años me atormentó en el momento, me causó una impresión más aguda que antes, como si de pronto algún escudo que hubiese estado allí, haya desparecido.
-Bien, ¿y tu?-contesté con el típico guión.
-Extrañé algunas cosas cuando me fui a California… ya sabes, familia, amigos, a ti…-su rostro avergonzado se agachó.
Me reí sin saber qué decir y mejor decidí cambiar de tema.
-¿Cómo te fue en California?
-Tú sabes que soy un cero a la izquierda en el estudio-frunció el ceño.
-¿No te graduaste?-me sorprendí.
-No y mamá se enojó bastante-rió-¿Y tu?
-Esta semana es… la última. Pero son sólo tres días.
-Siempre poniéndome la muestra, ¿no?-las comisuras de sus labios se elevaron de nuevo, formando dos líneas curvadas a cada lado mientras el sonreía.-¿Y harán algún baile o algo por el estilo?-preguntó curioso.
-Yo supongo que sí-encogí los hombros mostrándome indiferente. La idea de usar vestidos largos y elegantes no era precisamente algo que yo anhelara.
-¿Irás?-cuestionó con cierto anhelo en la voz.
Torcí el gesto y negué con la cabeza.
-No lo creo.
-¿Porqué no?
-Porque…
-¿Tu novio no te quiere acompañar?-me interrumpió.
-No, no tengo… novio-dije y me sentí extraña, como si hablara por primera vez acerca de eso.
-¿No?-me miró de nuevo, ya que su vista sólo jugaba lejos de mi rostro.
Negué con la cabeza.

CAPITULO CUARENTA.

-Yo pensé que…
-Tenía uno-dije y pude sentir aquella punzada de dolor un gramo más pesada que la última vez al recordarlo.
-Perdón-no sé qué vio en mi rostro que hizo que articulara la disculpa.
Me quedé en silencio, ¿qué iba a decir? ¿“No, no importa”? ¡Pero claro que importa! Me gritó una voz en mi cabeza. El siguió mi silencio, sin saber qué decir.
-Silencio incómodo-murmuré divertida después de unos segundos.
-¿Por qué? A mí me gustan-musitó.
Lo miré, su cabello negro bailoteaba al ritmo de la brisa y en su piel morena se trazaban líneas a un lado de su boca al intentar elevar las comisuras de forma tenue. Tenía una pequeña peca por arriba de su labio, a lado derecho, que contrastaba perfectamente con el tono de su piel y el grueso de sus labios. De pronto se me vinieron a la mente imágenes continuas de las veces que miré, besé y acaricié cada lunar en el cuello de Joseph, una tras otra… gemí al sentir una nueva punzada de dolor cerca del pecho.
-¿A ti no te gustan?-preguntó sin notar siquiera el gemido que se había quedado atorado en mi garganta.
Apenas iba a responder, mi móvil sonó escandalosamente anunciándome que alguien me llamaba.
Joseph. Su nombre se dibujó en mi mente anhelante de que fuese él quien llamara. Tomé el celular.
-Debo atender, ¿me disculpas?-dije.
-Claro.
Me giré sobre la banca, dándole un poco la espalda a Dan y contesté. Yo pensé que Nick ya no me volvería a hablar.
-¿Hola?-musité.
-_____, ¿dónde estás?-su voz a través de la bocina tenía un matiz de molestia que quería disimular pero que claramente no podía.
-Eemm…-vacilé un poco.
-¿Estás con el?-su despectivo tono de voz al pronunciar el pronombre me hizo estremecer.
-Sí-admití-¿Cómo sabes que…?
-Alex me dijo que te habías ido, lo demás lo supuse yo. Quiero que vengas a tu casa ahora mismo-me ordenó con alguna voz de alfa que no sé de dónde sacó.

CAPITULO CUARENTA Y UNO.

-Pero…
-_____, ya-su voz era firme.
-Está bien… llego en quince minutos-murmuré, rendida.
Colgó él primero, sin duda Nick estaba furioso y eso me daba temor, jamás lo había visto así de enojado, no desde… hace tres años. Me giré lentamente hacía Dan.
-¿Tus padres?-preguntó.
-Algo así-torcí el gesto-.Mi mejor amigo.
-Ah, tu amigo el de los rulos, ¿cómo se llama? ¿Bartolomeo?
Quise reírme pero lo único que pude identificar en mi interior fue un diminutivo cólera.
-Nicholas, Nick-especifiqué.
-Parece tu papá-se quejó.
-Sólo se preocupa-hice además de levantarme de la banca.
-No le agrado, ¿verdad?
-¿Eh?-su pregunta me tomó con la guardia baja.
-No le agrado-afirmó.
-Eemm…
-Ni tampoco a tu amiga, Lola-recordó.
La verdad era que estaba en lo cierto, ni a Nick ni a Lola, quienes fueron los que lo conocieron desde el principio, les gustaba su persona. Me encogí de hombros porque no quería contestar a una pregunta tan obvia. Pero ni siquiera era una pregunta, era una afirmación.
-Tengo que irme-anuncié.
-Te acompaño a tu casa-se levantó junto conmigo.
-¡No!-la palabra salió de mi boca como si alguien más las hubiese pronunciado con una férvida seguridad, pero era reconocí el temor en el fondo de mi negación y ese era sólo mío.
Me miró extrañado, un poco ofendido.
-Te lo agradezco de todos modos… me dio gusto verte de nuevo-musité, sintiendo como la última parte de la oración me parecía bastante hueca.
-¿Vives donde mismo?-preguntó.
-Sí. Adiós-me despedí y salí con paso acelerado hacía donde me esperaba un buen regaño.
-Adiós-alcancé a oír su voz a través de la distancia que mis pies ya habían recorrido.
Salí disparada hacía mi casa, caminaba con paso veloz y me fijaba por donde pisaba para no caer. Hasta yo sabía que estaba haciendo algo indebido, pero no podía evitarlo, algo dentro de mí quería verlo, alguna parte de mí… alguna parte donde me fallara un tornillo.
Sin embargo, no estaba feliz.

por **DannyD'Jonas** Dom 15 Jul 2012, 12:04 pm

Gracias a todas las mis fieles lectores el maratón es para ustedes

por **DannyD'Jonas** Dom 15 Jul 2012, 12:05 pm

ilsestyles escribió:Soy nueva lectora , me encanta sigue ti? :(L):

Bienvenida ilsestyles c:
Como te llamas ? , gracias por leer la nove

por **Yhosdaly** Dom 15 Jul 2012, 3:12 pm

SIGUELAAAAAA AUNQ LA RAYIS NO QUIERA ACEPTARLO SIGUE ENAMORADA DE JOE!
SIGUELAA Y NAWUAA ESE MARATON MAS CORTO ¬¬
SIGUELAA PIEDAD

MUERO X SABER QUE SIGUE
SIGUELAA
ATT: TU MEGA FIEL LECTORA!

por **DannyD'Jonas** Dom 15 Jul 2012, 6:58 pm

CAPITULO CUARENTA Y DOS.

Lo había visto, sí. ¿Y dónde habían quedado todos esos latidos de corazón? ¿El temblor de mis piernas ó la ansiedad de mis labios? ¿Dónde se había escondido la luz de mis ojos que ahora sentía opacos? ¡Joseph! Me gritó la voz en mi cabeza e inmediatamente le ordené que se callara. Él no me quiere. Le dije y le regalé una mueca.
Llegué a casa y divisé a Nick, los brazos cruzados sobre su pecho mientras esperaba recargado en el porche. Su expresión seria me hizo sentir cierta culpabilidad.
-Hola-dije tímidamente al acercarme.
El me miró profundamente por un segundo, como si me examinara o quisiera encontrar algo en lo hondo de mis ojos. Me cohibí.
-¿Qué tal tu mañana?-exigió saber, con cierta ironía en su voz.
-Bien-error, no debí de haber contestado aquello.
El rostro de Nick se endureció y de parecer el de un niño pequeño pasó a parecer el de un león furioso.
-¡¿Es que de verdad estás demente?!-estalló y de pronto, un rojo carmesí pintó su cara.
-¡Nicholas! ¡No voy a permitir que me ofendas!-dije, a la defensiva. Será muy mi mejor amigo pero no me iba a faltar al respeto.
-Discúlpame, ¡¿pero es que no ves?! _____, de verdad, ¿no ves?-su voz sonó desesperada.
-¿Ver qué?
-Yo no sé cuáles son las intenciones del tipo, pero estoy casi seguro que te hará daño si no te alejas. La historia volverá a repetirse-gesticuló en señal de desespero.
-Nada sucede dos veces del mismo modo-dije.
-No te entiendo, ______-musitó.
-¿Qué quieres entender?
-Cómo puedes aferrarte a algo que te dañará y dejas que el verdadero amor se te escape de las manos-movió su cabeza en señal de reproche.
-No soy tonta, Nick-mascullé, ofendida.
-No, ya rebasaste ese nivel-pasó a mi lado decidido a marcharse.
-¡No voy a regresar con Joseph!-me giré y le grité-¡Él ya no me quiere!
Él también giró para verme, antes de subirse a su Mustang.
-Yo no estoy diciendo que regreses con Joe, ¡sólo te pido que te alejes de Dan!-abrió la puerta de su auto de un jalón y subió enfadado dejándome a mí allí casi de la misma manera.
Me di la media vuelta y me introduje enfurecida a casa, Alex no se encontraba y seguro estaba con Raquel; así que me tiré en el sofá y abracé con fuerza un cojín mientras las perlas cristalinas se desbordaban por mis ojos.
Es que Nick no entendía? Joseph ya no me quería en lo absoluto, ¿qué se supone que yo haría? Dan mostraba interés en mí y me placía saber eso. ¡No seas tan estúpida! La voz de mi cabeza gritaba enfurecida. ¡No seas ridícula! ¿Por voluntad propia te arrojas a los brazos de ése patán? Mejor lánzate de un precipicio, sería más adecuado. Me reprochó.

CAPITULO CUARENTA Y TRES.

El incandescente sol que lograba infiltrarse por la ventana en donde mi cortina estaba mal cerrada me cegó los ojos al abrirlos. Desvié mi rostro, encandilada por la luz solar y posé perezosamente la vista en reloj sobre mi buró. Los abrí precipitadamente al comprender la hora que éste marcaba… las seis con cuarenta y un minutos. Aventé las cobijas apartándolas de mi cuerpo y me metí a la ducha, el agua fría me erizó la piel.
Me asomé por la ventana, acto reflejo. Allí no había nadie, ningún auto, ninguna persona… nadie. Miré hacía enfrente, el auto negro de Joseph ya no estaba allí. Suspiré contra el cristal de la ventana, empañándolo. Tenía que acostumbrarme a esto, además, ¿qué mas daba? Ya sólo quedaban tres días. Me apresuré y tomé mi morral, bajé atropelladamente por las escaleras y casi caigo encima de Alex. Era otra cosa a la que tenía que acostumbrarme y a la que aun no lo hacía.
-Adiós, prima-musitó.
Salí despavorida por la puerta, esperanzada de que el autobús no me hiciera esperar tanto. Mientras que mis piernas corrían a la mayor velocidad posible para mi mala condición física, mis manos evitaban que el morral resbalara por mi brazo. Uno que otro cabello se salió de su lugar.
Llegué hasta donde el pequeño bulto de gente esperaba el autobús y aproveché para tomar un respiro, la respiración la tenía agitada y un leve sudor quiso salir por mis poros. Lo cierto era que nunca había sido lo suficientemente buena para los deportes, era una broma verme intentar encestar el balón a la canasta ó tratar de guiarlo después de haberle pegado; y digamos también que el equipo de atletismo ni siquiera se molestaría en pensar en meterme, a menos de que sea para lavar los uniformes.
A los pocos minutos, el autobús hizo la parada y por primera vez en mi vida, lo necesité para ir al instituto. Subí desganada y un poco cansada aún, pagué y me senté en uno de los últimos asientos.
El autobús me dejó a una cuadra del instituto; genial, como si después de todo aun pudiera caminar una cuadra. Eran las siete de la mañana con dieciocho minutos cuando pude visualizar el edificio antiguo que era mi escuela, corrí a través del suelo de graba para adentrarme en el sin ser vista. Subí cautelosamente las pequeñas escaleras de la entrada y abrí la puerta sigilosamente; el pasillo estaba desierto, todos estaban en sus respectivas aulas, excepto yo.
-Parece que alguien pasará la tarde en detención-musitó la molesta voz de mi directora detrás de mí, materializada de la nada.
Me giré, descubierta.
-¿Detención?-alegué-Debe de ser una broma, vamos señora Wilson, en un par de días me graduaré.
-No, no es una broma, señorita Evans. Y no le vendría mal aprender a llegar temprano; en el trabajo que se consiga no le darán unas horas en detención, sino le descontarán el sueldo. Agradezca la lección de vida y no refunfuñe-me entregó el papel amarillo que me exigía cumplir el castigo.
-Pero…
-Va a cerrar con broche de oro, señorita Evans; y me alegra que el señor Miller no la acompañe esta vez-se dio la vuelta y desapareció por otro pasillo.
Fruncí el ceño y torcí el gesto, supuse que ella había creído que Nick había seguido su consejo aquel que una vez le dio. Una de las tantas veces que habíamos llegado tarde. Sentí nostalgia, ¿a quién quería engañar? Extrañaba a mi mejor amigo, incluso en detención.

por **Yhosdaly** Dom 15 Jul 2012, 7:25 pm

Siguelaaaaa!!!!!! Quiiero que la rayis se de cuenta que extraña joe! Siguelaa

Siguelaaaa
Ainss Dan que desaparezca de su vida!
Siguela porfiss!
Siguela amo como escribes
A tu fiel lectora!

por **Aerin** Mar 17 Jul 2012, 5:12 pm

UUUUUU sieuugelaaaaa porfaaa esta muy bueeena esta emocionante me gusta, me gusta (y)

por **@ntonella** Mar 17 Jul 2012, 6:37 pm

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..... prontoooo...
ash... me da tanta colera que la Rayis sea tan ingenua :evil: ... pobre de Joe :(

por **JB&1D2** Miér 18 Jul 2012, 12:13 pm

Oh por dios COMO ES POSIBLE QUE LA RAYIS QUIERA PENSAR TENER ALGO CON DAN :caliente:
Pobre Joe
siguelaaa please

por **DannyD'Jonas** Miér 18 Jul 2012, 2:39 pm

CAPITULO CUARENTA Y CUATRO.

Bañada de vergüenza, abrí la puerta de mi aula, atrayendo la atención de todos los presentes allí. Visualicé mi pupitre del otro extremo, genial.
-Mejor tarde que nunca, señorita Evans-me dijo el profesor de Biología cuyo nombre se me olvido repentinamente-.Tome asiento-gesticuló con la mano derecha invitándome a pasar hasta mi asiento.
Lo hice, llegué lo más rápido que pude hasta donde Lola estaba. Ella me miró curiosa. El señor Gibson retomó la clase sin tener un tema especificado, sino que pude captar que era sólo un repaso de todo lo que habíamos visto ese semestre.
Lola me pasó discretamente un papelito blanco doblado por mitad. Lo tomé y abrí.

¿Estás bien?
¿Por qué no habría de estarlo?

Se lo pasé con menos discreción que la que ella usó. Y luego de garabatear de nuevo, me lo devolvió.

No lo sé, tú dime. ¿Por qué llegaste tarde? ¿Joe no pasó por ti?

Al leer, entonces comprendí que Nick no había dicho nada y que Lola no sabía lo de Joseph, ni siquiera lo de Dan. Aquello me hizo sentir gratitud por Nick, puesto que era mi deber decírselo yo a mi mejor amiga. Suspiré y garabateé:

No creo que Joseph vuelva a traerme… ¿no te lo había dicho? Terminamos.

La mano se me congeló al escribir la última palabra. Le deslicé el papel a Lola. Cuando lo leyó inmediatamente sus verdes ojos se abrieron desmesurados y me miraron. La miré por el rabillo del ojo y me encogí de hombros. Garabateó rápidamente sobre el papel y me lo pasó de nuevo.

¡¿Qué?! ¿Pero, porqué? ¿Discutieron? ¿Se pelearon? ¿Qué pasó? ¿De verdad te encuentras bien?
Estoy bien, Lola. Gracias por preocuparte, simplemente… nada es para siempre.

No tenía humor para contarle explícitamente todo a Lola por medio de una hoja de papel, además, comenzaba a sentir las palabras de Joseph como pinchazos de dolor en mi cabeza y en realidad no deseaba recordarlas.
Me preguntaba de dónde había salido ese dolor que ahora al recordar la situación, me embargaba; aunque tenue, pero antes no estaba allí. Lola comprendió fácilmente el significado de mis palabras, aunque su rostro dibujaba en cada facción un poco de estupefacción y sorpresa.
Las clases terminaron y tuve que ir a cumplir mi castigo; pero antes de que pudiera poner un pie en dirección al aula de detención, Lola interceptó mi camino.

-Tenía una cosa que hacer-intenté esquivarla de nuevo.

-Nena-musitó detrás de mí-, tú no estás para nada bien-afirmó.
Me detuve y me giré para verla.
-¿Porqué dices eso?

-Por favor, _____. Te conozco, eres mi mejor amiga y una pésima mentirosa. Además, Nick también lo ha notado y quién mejor que el para interpretar tus acciones.
-Hablaste con Nick-musité, imaginando que Nick ya le habría contado la otra parte del asunto.
-Sí. Y me dijo que…

-¿También vienes a decirme lo idio’ta que soy?-la interrumpí-¿Qué debo de regresar con Joseph y que soy una estúpida por creerle a Dan?-exploté, cansada de los insultos de Nick que ahora esperaba de Lola.
-¿Dan?-me miró sorprendida, como una madre que acaba de descubrir la travesura de su hijo-_____, dime por favor que no tuviste nada que ver con ése adefesio-masculló.

por **Yhosdaly** Miér 18 Jul 2012, 3:01 pm

que demonio le pasa a la rayis? osea q tiene dan??? -.- joe es JOSEPH OSEA PERFECTO!!
SIGUELAAA MUERO X SABER QUE SIGUE
AINS QUIERO Q LA RAYIS SE DE CUENTA DE UNA VS POR TODAS Q DAN YA NOV IMPORTA Y QUE ESTA HACI DE TRISTE PORQUE EXTRAÑA A JONAS! *_*
SIGUELAAAAAA
ATT: TU FIEL LECTORA

por **JB&1D2** Miér 18 Jul 2012, 3:17 pm

Ohohohohoho...no la dejes ahí
siguelaaa

por **@ntonella** Miér 18 Jul 2012, 5:32 pm

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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