Mi amigo imaginario (Nick Jonas)

SIGUEEE

olaa!!..nueva lectora!!...me encanta tu nove!!
siguela pronto!!...

SIGUEEE

tenia mucho sin pasarme x aqui
me ha encantado
ahora sam hara de protagonista en la obra
y junto a Nick :D
uhiiiiiiiiii los proximos capis estaran my interesantes
espero que siigas pronto ;p
besos y hasta la prox

:polli:

SIGUEEE

Carol, síguela.. ¡Por favor! Está tan genial *-*

Hola a todas!!! lo primero, mis disculpar por tardar tanto en subir cap pero he tenido una semana ajetrada y con este calor que hace todas las ganas de hacer algo mas que pasar el tiempo en el agua, se esfuman! es frustrante hahaha
Bienvenidas a las nuevas lectoras y a las que han vuelto!! :D
MUchisisisisisimas gracias por cada uno de vuestros comentarios y por vuestros super SIGUELA haahaha, sensacionales! como veis, yo obedezco y la sigo
espero que disfruteis de este capitulo, aun que es un poco triste... pero igualmente, como se suele decir, tras la tormenta viene la calma o tras la tormenta sale el arco iris o tras la tempestad.. como sea!!!
enjoy :)

Capitulo 19

Nada mas salir del East High, Taylor se abalanzó sobre ella y la apretó en un enorme abrazo de oso. De broche final le dio a Samantha un gran beso apasionado que ella no pudo responder. Estaba demasiado sorprendida. Llevaba varios días sin hablar con él, y si se veían por los pasillos, tan solo se saludaban con la cabeza y en escasas veces con monosílabos. Así que cuando Taylor la recibió de tal manera, se quedó atónita. Y aun más al saber que Nick estaba mirando.
Trató de alejarse de él, pero la tenía fuertemente sujeta por la cintura, casi provocándole dolor. Y su boca era demasiado insistente como para poder hacer otra cosa, por ejemplo, respirar.
- Te echaba de menos, bebé -dijo Taylor tras separar su boca.
Ella todavía no era capaz de articular palabra. Miró hacia la dirección donde se encontraba Nick y un enorme agujero se abrió en su interior.
Estaba cabizbajo, con la cabeza girada hacia el lado contrario donde Taylor y ella estaban y una mano en el bolsillo delantero de la chaqueta de cuero. Oh no. Ella lo conocía desde pequeña y sabía qué significaba ese gesto.
Dolor…
Y ella era la culpable.
Puso las manos sobre el pecho de Taylor y fingió la sonrisa más grande del mundo. Él pareció creerla y se la devolvió con sus perfectos dientes de “chico perfecto”.
- Mm…¿Taylor?. Qué sorpresa.
Taylor asintió enérgicamente con la cabeza y jugó con un largo mechón de su cabello. Samantha no sabía por qué, pero estar tan cerca de él la hacía sentir incomoda. En sus brazos ya no se sentía segura. Pensó en otros fuertes brazos, unos brazos que la habían protegido desde pequeña, siempre que lo necesitó…
- He tenido una semana ajetreada. ¿Nos vemos a la tarde?. Estoy deseando recuperar tiempo contigo.
¡Yuhu!, pensó Sam sarcásticamente. ¿Y ahora qué hacía?.
No puedo, Taylor. Tengo planes con el chico más sexy y perfecto que puedo conocer. Eso sería soltar una bomba en su relación. Pero, ¿quería hacerlo?. Estaba tan confundida últimamente que no sabía qué pensamientos eran los suyos y cuales eran los de la Sam desconocida.
Y además delirando… ¡Solo hay una Sam!.
Samantha sacudió la cabeza y se pegó en la frente con la palma de la mano, tratando de sacar de su cabeza aquella infernal voz. Cuando reaccionó, Taylor la miraba con una mueca bastante graciosa, que denotaba lo poco que entendía su actitud.
- Lo siento, hoy no puedo. Tengo muchos deberes que hacer y Mm… son importantes.
Genial, te apuntas al club de teatro sin ni siquiera saber mentir.
- Qué pena -susurró Taylor. Se rascó la coronilla, ideando algún plan secundario para quedar juntos. Conociéndolo, nada lógico-. ¡Ya sé!. Podemos fingir que voy a tu casa a ayudarte pero en realidad nos enrollamos.
Samantha le miró con las cejas enarcadas y se alejó de él-. Ni lo sueñes. Estoy ocupada, Tay. Ya hablaremos.
Se alejó de él despidiéndose levemente con su mano y fue directa a su coche. Se repetía una y otra vez que no mirara al coche de Nick, pero la tentación fue tan grande que sucumbió a ella. Giró la cabeza descaradamente, sin importarle quién pudiera verla buscar a otro chico. La decepción se asentó en sus hombros al ver el aparcamiento vacío. Se había ido.

Nick cerró la puerta del conductor con un gran portazo y anduvo a zancadas hasta la puerta de entrada. Tenía un cúmulo de sensaciones en su pecho tan pesado, que le costó varios intentos meter la llave en la cerradura.
No paraba de repetirse lo e*tupido que había sido por haber tardado tanto en encontrarla. Se reprochaba que si hubiera sido más rápido, habrían sido sus brazos los que la rodearan, y sus labios los que la saborearan.
Apoyó la cabeza en la puerta de su cuarto tras cerrarla, y se deslizó hasta el suelo. Pero la calma no llegaba. Al contrario, todos los recuerdos de Samantha y ese musculitos volvían a su cabeza, atormentándolo hasta rabiar.
Cuando había escuchado los planes que su novio le había propuesto, se enfermó hasta tal grado que fue incapaz de seguir escuchando. No quería saber su respuesta, pero con solo imaginarla, su cuerpo ardía de furia.
¿Por qué Taylor si y él no?. Lo veía tan injusto e irracional. Pero él no podía mandar en su corazón.
Aun que ella sí lo hacía en el suyo.
Apretó los ojos, se agarró los rulos de la cabeza y presionó su frente contra las rodillas, deseando aislar el dolor y expulsarlo lejos de ahí. Algo tan bonito como lo era el amor, no debería doler tanto.

Samantha estaba tumbada en el sofá enorme que se encontraba en el salón principal, vacío las veinticuatro horas del día durante los siete días de la semana salvo cuando había fiestas interiores. Una vez al día, Tess, una de las limpiadoras, se pasaba a limpiar el polvo de los cuadros y aspiraba la moqueta, incluso cuando todo estaba impecable. Pero su madre era una maniática de la limpieza, mientras no fuera ella quien tuviera que hacerlo.
Suspiró mientras recordaba todo lo sucedido tras finalizar las clases.
Había ido derecha a su casa, sin nadie y sin planes de estar con alguien que no fuera Dolores y sus deliciosas galletas de chocolate. Taylor la había llamado en varias ocasiones, pero ella mantuvo el teléfono en silencio.
Mientras estuvo haciendo la tarea de matemáticas, había estado más pendiente de la ventana que de los números y letras de su cuaderno. Pero nada, no vio nada. El coche de Nick estaba en la puerta, pero no había rastro de rulos oscuros. Desde donde se encontraba su ventana, podía ver parte de la puerta, sobre todo si se abría. Pero no hubo movimiento en toda la tarde.
Samantha apoyó la cabeza y recordó su última llamada.
Ilusionada por hablar con su padre tras un mes esperando recibir noticias de él, tomó la iniciativa y le marcó. Respondió al sexto tono.
- ¿Si?
- Hola, Papá.
- Hola, Cariño. ¿Cómo estás?
- Estoy bien. Las clases son un poco aburridas, sobre todos las matemáticas y…
- ¿Por qué no vienes a Miami conmigo y Beth?. Te ayudará mucho a relajarte, cariño.
- Papá, tengo clases, no puedo dejarlas sin más -Samantha frunció el ceño-. ¿Quién es Beth?
- Mi novia -dijo Tom con total naturalidad.
- Pensaba que tu novia se llamaba Sandy.
- ¿Sandy?. Lo dejamos hace dos semanas. ¿No lo sabías?.
No si hacía un mes que no hablaban, pensó Samantha.
- Oye, cariño. Tengo una llamada en la otra línea. Te llamo en diez minutos.
- Te quie… -no puedo terminar, ya que la conexión se cortó.
Samantha miró de nuevo el reloj. Habían pasado dos horas desde ella llamada. Sintió un nudo en su garganta y un sollozo emergió de ella. Se tapó la boca y cerró los ojos durante unos segundos. Cuando se recompuso un poco, se levantó débilmente del sofá y caminó hasta su dormitorio. Otra vez, se había olvidado de ella.

Tristeza para Sam y Nick. :'(
Me afecto imaginarlo asi y Sam y su papa
SIGUELA.
Bye a Tay.