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"La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 6 de 10. • Comparte
Página 6 de 10. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Amo esta novela!Espero que la sigas pronto!Besos y perdon por no pasarme antes!
Sunny
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Siguelaaaaaaaaa! Nueva lectora:* Me llamo alejandra & soy de mexico.
Apenas la lei & me encanto ya quiero ver que pasa en esa cita SIGUELAAAAAAAAAAAA!
Apenas la lei & me encanto ya quiero ver que pasa en esa cita SIGUELAAAAAAAAAAAA!
Little Butterfly
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
aww Lectora nueva =) sigue sigue sigue jeje
MoneRoNY
MoneRoNY
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Me eh perdido, perdonenme por no seguirla rapido, tratare de subir hoy un capitulo. LAS ABANDONE PERDONENME D:
Estoy de vuelta :D
Estoy de vuelta :D
~M.DevoneJonas~
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Me alegra que hayas regresado :D
Espero poder leer un capitulo pronto
SIGUELAAAA
Espero poder leer un capitulo pronto
SIGUELAAAA
Dayi_JonasLove!*
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Holaaaaaaaaa chicas guapas :) Ya vine con noticias buenas y capítulo recien adaptado. Buens noticias: tenemos lectoras nuevas de la novela, quiero darles la BIENVENIDA, espero y disfruten de la novela, de todas sus alegrias y tristezas. Por si no lo sabian mi nombre es Magdalena Devonne, diganme Dev o Magda pero prefiero Dev ok ya me sali del tema :D Les dejare leer a gusto, DISFRUTENLO y comenten lo que les guste, o no de la novee :)
Porque el problema había sido que la había pillado desprevenida, se dijo a sí misma. Al igual que al enviarle aquella rosa roja a la tienda aquella mañana. Si la rosa continuaba en el mostrador, la gente empezaría a hablar. En una localidad tan pequeña como aquella, acontecimientos como el envió de una rosa roja corrían rápidamente de la juguetería al pub, donde se hacía público el rumor, y desde allí llegaba a convertirse en tema de todas las sesiones de cotilleo. _______necesitaba encontrar una forma de detenerlo. En ese momento, no se le ocurría nada mejor que ignorar la rosa. E ignorar también a Nick, añadió. Y cuánto le gustaría poder hacerlo.
Centrándose en el problema que tenía más cercano, ______ pasó un brazo alrededor de los hombros de cada uno de los alborotadores Freedmont.
--Ya basta. Si no dejáis de llamaros cosas como “ganso” y, ¿cuál era la otra cosa?
--Burro orejudo –dijo el más alto de los niños.
--sí, burro orejudo –no pudo resistirse a intentar recordarlo-. Es un buen insulto. Bueno, pues si seguís discutiendo, le diré a vuestra madre que no os deje venir en dos semanas.
--No, ______*
--Y eso significa que todo el mundo podrá ver las cosas tan terroríficas que he encargado para Halloween antes que vosotros –dejó que la amenaza cundiera efecto y apretó cariñosamente la nuca a los pequeños-. Así que voy a haceros una sugerencia. Tirad una moneda al aire y que ella decida si tenéis que comprar el balón de futbol o el equipo de magia. Y lo que no podáis comprar ahora lo podéis pedir para Navidad. ¿Os parece una buena idea?
Los niños se miraron haciendo una mueca, sin apartarse ninguno de ______.
--Bastante buena.
--No, tenéis que decir que es muy buena; si no, os daré un coscorrón.
Los dejó discutiendo sobre que moneda utilizarían para el fatal desenlace.
--Has confundido tu vocación –comentó Annie cuando los hermanos salieron de la juguetería con el balón de fútbol.
--¿Y a qué viene eso?
--Deberías estar trabajando en la ONU –señaló hacia el escaparate. Los niños se pasaban la pelota mientras se alejaban-. Hay pocos niños tan difíciles de tratar como los hermanos Freedmont.
--Primero he conseguido que me teman, y después les he ofrecido una salida digna.
--¿Lo ves? Definitivamente, habrías sido perfecta para trabajar en la ONU.
______ sacudió la cabeza riendo.
--Me temo que hay otros problemas que no son tan fáciles de resolver –cediendo en contra de su voluntad, miró nuevamente hacia la rosa. Si pudiera pedir un deseo en aquel momento, sería que apareciera alguien capaz de resolver ese problema en concreto.
Una hora más tarde, sintió que alguien le tiraba de la falda.
--Hola.
--Hola, Nessie.
Intentó arreglar la coleta que la niña llevaba atada con el mismo lazo que ______ le había regalado el día de su primera visita a la tienda.
--Qué guapa estás hoy.
Nessie sonrió radiante y le preguntó, de mujer a mujer:
--¿Te gusta mi pantalón?
______ miró con atención el peto vaquero, evidentemente nuevo.
--Sí, me gusta mucho. Yo tengo uno igual.
--¿De verdad? –nada, desde que Nessie había decidido convertir a ______ en su particular heroína, podría haberle complacido más-. Me lo ha comprado mi padre.
--Qué bien- a pesar de lo que su sentido común le recomendaba, escudriño la tienda, buscándolo-. ¿Él… bueno, te ha traído él?
--No, me ha traído Vera. Ha dicho que podía mirar todo lo que quisiera.
--Claro. Me alegro de hayas venido –y era cierto, advirtió ______. Tan cierto como que estaba estúpidamente desilusionada porque no la había llevado su padre.
--Se supone que no tengo que tocar nada, ¿sabes? –Nessie metió sus anhelantes manos en los bolsillos-. Vera ha dicho que tenía que verlo todo con los ojos, no con las manos.
--Es un buen consejo –un consejo que a ______ no le habría importado transmitir a algunos pequeños de dedos rápidos-. Pero hay cosas que sí se pueden tocar, sólo tienes que pedírmelo.
--De acuerdo. Me voy a meter en el grupo de las exploradoras, y tendré uniforme y todo.
--Eso es maravilloso. Cuando lo tengas, ¿vendrás a enseñármelo?
Una radiante sonrisa dividió en dos el rostro de Nessie.
--De acuerdo, tiene gorra y todo, y voy a aprender a hacer cojines, y palomitas y muchas otras cosas. Haré algo para ti.
--Me encantaría.
--Mi padre me ha dicho que esta noche vas a ir a cenar con él a un restaurante.
--Bueno, yo…
--A mí no me gustan mucho los restaurantes. Sólo me gusta la pizza, así que me quedaré en casa y Vera nos hará tortitas a JoBeth y a mí. Las vamos a comer en la cocina.
--Qué plan tan divertido.
--Si no te gustan los restaurantes, puedes venir tú también a cenar con nosotras. Vera siempre hace muchas tortitas.
Con un suspiro de impotencia, ______ se agachó para atarle un cordón del zapato.
--Gracias.
--Tu pelo siempre huele bien.
Adorando ya a la pequeña, ______ se inclinó hacia ella.
--El tuyo también.
Nessie acarició fascinada los oscuros rizos de ______.
--Me gustaría que mi pelo fuera como el tuyo. El mío es liso como una pared –añadió, recordando el comentario que siempre le hacía su tía Nina.
______ acarició los frágiles mechones de Nessie y sonrió.
--Cuando yo era pequeña, todos los años poníamos un ángel encima del árbol de Navidad. Era muy bonito, y tenía el pelo como el tuyo.
Nessie se ruborizo de placer.
--Ah, aquí estas –Vera se abrió paso entre los niños. Llevaba un carrito de la compra en una mano y una bolsa en la otra-. Vamos, vamos, tenemos que volver a casa, no vaya a ser que tu padre piense que nos hemos perdido –le tendió la mano a Nessie y saludó con un gesto a ______-. Buenas tardes, señorita.
--Buenas tardes -______ arqueó la ceja con curiosidad. Volvía a sentirse escrutada por los ojos oscuros de aquella mujer, que, además, parecía estar esperando algo-. Espero que Nessie vuelva pronto por aquí.
--Seguro que sí. Para una niña, es tan fácil resistirse a los encantos de una juguetería como para un hombre resistirse a una mujer hermosa.
Vera dejó que Nessie se adelantara por el pasillo y caminó tras ella. Ni siquiera se volvió cuando la niña dio media vuelta para despedirse.
--Y bien –musitó Annie-. ¿A qué ha venido eso?
Con una sonrisa carente por completo de humor, ______ se colocó una horquilla en el pelo.
--Yo diría que esa mujer cree que tengo planes para su jefe.
Annie soltó un bufido impropio de una dama.
--Y yo diría que es su jefe el que tiene planes para ti. Ojala yo tuviera tanta suerte –suspiró, un poco envidiosa-. Ahora que ya sabemos que nuestro vecino no está casado, ya no se le puede sacar ningún defecto. ¿Por qué no me has contado que ibas a salir con él?
--Porque no pienso hacerlo.
--Pero he oído que Nessie te decía…
--Me incitó a salir –le aclaro _______-, pero le dije que no.
--Ya entiendo –tras una breve pausa, Annie inclinó la cabeza-. ¿Cuándo tuviste el accidente?
--¿Qué accidente?
--Ese que te ha dañado el cerebro.
El semblante de _______ se aclaró, soltó una carcajada y camino hacia el escaparate.
..Estoy hablando en serio –dijo Annie en cuanto tuvieron cinco minutos libres-. El profesor Jonas es maravilloso, está soltero y… -se inclinó sobre el mostrador para oler la rosa-. Deliciosa. ¿Por qué no sales un poco antes de la juguetería y te pones a pensar en cosas serias, como, por ejemplo, qué te vas a poner esta noche?
--Ya sé lo que me voy a poner esta noche: la bata.
Annie no pudo evitar una sonrisa.
--¿No crees que te estás precipitando un poco? Yo pienso que la bata debería esperar hasta la tercera cita -______ le dirigió una sonrisa al pequeño cliente que se acercaba a la caja registradora.
Annie tardó otros cuarenta minutos en disponer de tiempo para continuar la conversación.
--¿De qué tienes miedo?
--De Hacienda
--______*, estoy hablando en serio.
--Yo también –se le cayeron los pasadores otra vez, y se los quitó irritada-. Todos los americanos tienen miedo de Hacienda.
--Estamos hablando de Nick Jonas.
--No – la corrigió ______-, eres tú la que estás hablando de Nick Jonas.
--Pensaba que éramos amigas-
Sorprendida por su tono, ______ dejó de ordenar los coches de carreras que sus pequeños clientes habían desordenado.
--Y lo somos, lo sabes.
--Las amigas hablan entre ellas, ______*, confían la una en la otra –suspiró y hundió las manos en los bolsillos de sus anchos vaqueros-. Mira, sé que te ocurrió algo antes de venir aquí, algo que todavía no has conseguido superar, pero de lo que nunca hablas. Hasta ahora, he pensado que, como buena amiga tuya, lo mejor que podía hacer era no preguntarte por ello.
¿Había sido tan obvia?, se preguntó ______. Durante todo ese tiempo, había estado convencida de que había enterrado profundamente el pasado y todo lo que tenía que ver con ÉL. Sintiéndose un poco impotente, alargó el brazo para tomar le mano de su amiga.
--Gracias.
Annie se encogió de hombros y se volvió para cerrar a puerta principal. La tienda estaba vacía y el bullicio de la tarde ya sólo era un eco.
--¿Recuerdas cuando Don Newman me dejó y me permitiste llorar en tu hombro?
______ apretó los labios con fuerza.
--Ese hombre no se merecía tus lágrimas.
--Pero disfrute llorando por él –respondió Annie con una rápida y divertida sonrisa-. Necesitaba llorar, y gritar, y gemir, incluso emborracharme un poco. Y tú estuviste a mi lado, diciendo todas esas cosas tan desagradables sobre él.
--Ésa fue la parte más fácil –recordó ______-. Era un burro orejudo –le encantó utilizar el insulto de los hermanos Freedmont.
-Sí, pero un burro terriblemente atractivo –se permitió recordar Annie-. En cualquier caso, me ayudaste a pasar ese momento duro, hasta que llegué a la conclusión de que estaba mejor sin él. Pero tú nunca has necesitado mi hombro, porque nunca has permitido que ningún hombre atravesara esto –alzó la mano y presionó un muro imaginario.
Divertida, _______ se inclinó sobre el mostrador.
--¿Y eso qué es?
--El Gran Campo de Fuerza Stanislaski –le dijo Annie-. Garantizado para repeler a hombres de veinticinco a cincuenta años.
______ arqueó una ceja, sin estar muy segura de si debería continuar mostrándose divertida.
--No sé si estás intentando halagarme o insultarme.
--Ninguna de las dos cosas. Simplemente, escúchame un momento, ¿quieres? –Annie tomó aire, intentando no precipitarse al decir algo que debería dejar caer poco a poco-. ______*, te he visto deshacerte de hombres con la misma facilidad con la que te deshaces de un mosquito. Y sin pensarlo dos veces –añadió al ver que ______ permanecía en silencio -. Nunca te he visto pensar dos veces en un hombre tras haberle cerrado la puerta en las narices educadamente. Incluso te he admirado por ello, por estar tan segura de ti misma, tan satisfecha, que ni siquiera necesitabas tener una cita los sábados para que el ego no se te cayera por los suelos.
--No estoy segura de mí misma –musitó ______-. Simplemente apática en cuento a las relaciones.
--De acuerdo –asintió Annie lentamente-, eso lo admito. Pero creo que esta vez es diferente.
--¿Ah sí? -______ rodeó el mostrador y comenzó a cuadrar las cuentas del día.
--¿Lo ves? Sabes que voy a mencionarlo y ya te pones nerviosa.
--No estoy nerviosa –mintió ______.
--claro que sí. Has estado nerviosa, malhumorada y distraída desde que Jonas entró en la tienda hace un par de semanas. Desde hace tres años, no te he visto dedicarle a ningún hombre más de cinco minutos de tus pensamientos. Hasta ahora.
--Eso es sólo porque es mucho más irritante que la mayoría –ante la mirada astuta de Annie, ______ renunció a seguir negándolo-. De acuerdo… hay algo –admitió-. Pero no me interesa.
--Tienes miedo de que te interese.
A ______ no le gustó cómo sonaba aquella frase, pero se obligó a encogerse de hombros.
--Es lo mismo.
--No, no lo es –Annie posó la mano sobre la de su amiga y se la estrechó-. Mira, no pretendo empujarte a los brazos de ese tipo. Por lo poco que sé sobre él, bien podría haber asesinado a su esposa y tenerla enterrada en el jardín. Lo único que quiero decirte es que no estarás bien contigo misma hasta que no dejes de tener miedo.
Porque el problema había sido que la había pillado desprevenida, se dijo a sí misma. Al igual que al enviarle aquella rosa roja a la tienda aquella mañana. Si la rosa continuaba en el mostrador, la gente empezaría a hablar. En una localidad tan pequeña como aquella, acontecimientos como el envió de una rosa roja corrían rápidamente de la juguetería al pub, donde se hacía público el rumor, y desde allí llegaba a convertirse en tema de todas las sesiones de cotilleo. _______necesitaba encontrar una forma de detenerlo. En ese momento, no se le ocurría nada mejor que ignorar la rosa. E ignorar también a Nick, añadió. Y cuánto le gustaría poder hacerlo.
Centrándose en el problema que tenía más cercano, ______ pasó un brazo alrededor de los hombros de cada uno de los alborotadores Freedmont.
--Ya basta. Si no dejáis de llamaros cosas como “ganso” y, ¿cuál era la otra cosa?
--Burro orejudo –dijo el más alto de los niños.
--sí, burro orejudo –no pudo resistirse a intentar recordarlo-. Es un buen insulto. Bueno, pues si seguís discutiendo, le diré a vuestra madre que no os deje venir en dos semanas.
--No, ______*
--Y eso significa que todo el mundo podrá ver las cosas tan terroríficas que he encargado para Halloween antes que vosotros –dejó que la amenaza cundiera efecto y apretó cariñosamente la nuca a los pequeños-. Así que voy a haceros una sugerencia. Tirad una moneda al aire y que ella decida si tenéis que comprar el balón de futbol o el equipo de magia. Y lo que no podáis comprar ahora lo podéis pedir para Navidad. ¿Os parece una buena idea?
Los niños se miraron haciendo una mueca, sin apartarse ninguno de ______.
--Bastante buena.
--No, tenéis que decir que es muy buena; si no, os daré un coscorrón.
Los dejó discutiendo sobre que moneda utilizarían para el fatal desenlace.
--Has confundido tu vocación –comentó Annie cuando los hermanos salieron de la juguetería con el balón de fútbol.
--¿Y a qué viene eso?
--Deberías estar trabajando en la ONU –señaló hacia el escaparate. Los niños se pasaban la pelota mientras se alejaban-. Hay pocos niños tan difíciles de tratar como los hermanos Freedmont.
--Primero he conseguido que me teman, y después les he ofrecido una salida digna.
--¿Lo ves? Definitivamente, habrías sido perfecta para trabajar en la ONU.
______ sacudió la cabeza riendo.
--Me temo que hay otros problemas que no son tan fáciles de resolver –cediendo en contra de su voluntad, miró nuevamente hacia la rosa. Si pudiera pedir un deseo en aquel momento, sería que apareciera alguien capaz de resolver ese problema en concreto.
Una hora más tarde, sintió que alguien le tiraba de la falda.
--Hola.
--Hola, Nessie.
Intentó arreglar la coleta que la niña llevaba atada con el mismo lazo que ______ le había regalado el día de su primera visita a la tienda.
--Qué guapa estás hoy.
Nessie sonrió radiante y le preguntó, de mujer a mujer:
--¿Te gusta mi pantalón?
______ miró con atención el peto vaquero, evidentemente nuevo.
--Sí, me gusta mucho. Yo tengo uno igual.
--¿De verdad? –nada, desde que Nessie había decidido convertir a ______ en su particular heroína, podría haberle complacido más-. Me lo ha comprado mi padre.
--Qué bien- a pesar de lo que su sentido común le recomendaba, escudriño la tienda, buscándolo-. ¿Él… bueno, te ha traído él?
--No, me ha traído Vera. Ha dicho que podía mirar todo lo que quisiera.
--Claro. Me alegro de hayas venido –y era cierto, advirtió ______. Tan cierto como que estaba estúpidamente desilusionada porque no la había llevado su padre.
--Se supone que no tengo que tocar nada, ¿sabes? –Nessie metió sus anhelantes manos en los bolsillos-. Vera ha dicho que tenía que verlo todo con los ojos, no con las manos.
--Es un buen consejo –un consejo que a ______ no le habría importado transmitir a algunos pequeños de dedos rápidos-. Pero hay cosas que sí se pueden tocar, sólo tienes que pedírmelo.
--De acuerdo. Me voy a meter en el grupo de las exploradoras, y tendré uniforme y todo.
--Eso es maravilloso. Cuando lo tengas, ¿vendrás a enseñármelo?
Una radiante sonrisa dividió en dos el rostro de Nessie.
--De acuerdo, tiene gorra y todo, y voy a aprender a hacer cojines, y palomitas y muchas otras cosas. Haré algo para ti.
--Me encantaría.
--Mi padre me ha dicho que esta noche vas a ir a cenar con él a un restaurante.
--Bueno, yo…
--A mí no me gustan mucho los restaurantes. Sólo me gusta la pizza, así que me quedaré en casa y Vera nos hará tortitas a JoBeth y a mí. Las vamos a comer en la cocina.
--Qué plan tan divertido.
--Si no te gustan los restaurantes, puedes venir tú también a cenar con nosotras. Vera siempre hace muchas tortitas.
Con un suspiro de impotencia, ______ se agachó para atarle un cordón del zapato.
--Gracias.
--Tu pelo siempre huele bien.
Adorando ya a la pequeña, ______ se inclinó hacia ella.
--El tuyo también.
Nessie acarició fascinada los oscuros rizos de ______.
--Me gustaría que mi pelo fuera como el tuyo. El mío es liso como una pared –añadió, recordando el comentario que siempre le hacía su tía Nina.
______ acarició los frágiles mechones de Nessie y sonrió.
--Cuando yo era pequeña, todos los años poníamos un ángel encima del árbol de Navidad. Era muy bonito, y tenía el pelo como el tuyo.
Nessie se ruborizo de placer.
--Ah, aquí estas –Vera se abrió paso entre los niños. Llevaba un carrito de la compra en una mano y una bolsa en la otra-. Vamos, vamos, tenemos que volver a casa, no vaya a ser que tu padre piense que nos hemos perdido –le tendió la mano a Nessie y saludó con un gesto a ______-. Buenas tardes, señorita.
--Buenas tardes -______ arqueó la ceja con curiosidad. Volvía a sentirse escrutada por los ojos oscuros de aquella mujer, que, además, parecía estar esperando algo-. Espero que Nessie vuelva pronto por aquí.
--Seguro que sí. Para una niña, es tan fácil resistirse a los encantos de una juguetería como para un hombre resistirse a una mujer hermosa.
Vera dejó que Nessie se adelantara por el pasillo y caminó tras ella. Ni siquiera se volvió cuando la niña dio media vuelta para despedirse.
--Y bien –musitó Annie-. ¿A qué ha venido eso?
Con una sonrisa carente por completo de humor, ______ se colocó una horquilla en el pelo.
--Yo diría que esa mujer cree que tengo planes para su jefe.
Annie soltó un bufido impropio de una dama.
--Y yo diría que es su jefe el que tiene planes para ti. Ojala yo tuviera tanta suerte –suspiró, un poco envidiosa-. Ahora que ya sabemos que nuestro vecino no está casado, ya no se le puede sacar ningún defecto. ¿Por qué no me has contado que ibas a salir con él?
--Porque no pienso hacerlo.
--Pero he oído que Nessie te decía…
--Me incitó a salir –le aclaro _______-, pero le dije que no.
--Ya entiendo –tras una breve pausa, Annie inclinó la cabeza-. ¿Cuándo tuviste el accidente?
--¿Qué accidente?
--Ese que te ha dañado el cerebro.
El semblante de _______ se aclaró, soltó una carcajada y camino hacia el escaparate.
..Estoy hablando en serio –dijo Annie en cuanto tuvieron cinco minutos libres-. El profesor Jonas es maravilloso, está soltero y… -se inclinó sobre el mostrador para oler la rosa-. Deliciosa. ¿Por qué no sales un poco antes de la juguetería y te pones a pensar en cosas serias, como, por ejemplo, qué te vas a poner esta noche?
--Ya sé lo que me voy a poner esta noche: la bata.
Annie no pudo evitar una sonrisa.
--¿No crees que te estás precipitando un poco? Yo pienso que la bata debería esperar hasta la tercera cita -______ le dirigió una sonrisa al pequeño cliente que se acercaba a la caja registradora.
Annie tardó otros cuarenta minutos en disponer de tiempo para continuar la conversación.
--¿De qué tienes miedo?
--De Hacienda
--______*, estoy hablando en serio.
--Yo también –se le cayeron los pasadores otra vez, y se los quitó irritada-. Todos los americanos tienen miedo de Hacienda.
--Estamos hablando de Nick Jonas.
--No – la corrigió ______-, eres tú la que estás hablando de Nick Jonas.
--Pensaba que éramos amigas-
Sorprendida por su tono, ______ dejó de ordenar los coches de carreras que sus pequeños clientes habían desordenado.
--Y lo somos, lo sabes.
--Las amigas hablan entre ellas, ______*, confían la una en la otra –suspiró y hundió las manos en los bolsillos de sus anchos vaqueros-. Mira, sé que te ocurrió algo antes de venir aquí, algo que todavía no has conseguido superar, pero de lo que nunca hablas. Hasta ahora, he pensado que, como buena amiga tuya, lo mejor que podía hacer era no preguntarte por ello.
¿Había sido tan obvia?, se preguntó ______. Durante todo ese tiempo, había estado convencida de que había enterrado profundamente el pasado y todo lo que tenía que ver con ÉL. Sintiéndose un poco impotente, alargó el brazo para tomar le mano de su amiga.
--Gracias.
Annie se encogió de hombros y se volvió para cerrar a puerta principal. La tienda estaba vacía y el bullicio de la tarde ya sólo era un eco.
--¿Recuerdas cuando Don Newman me dejó y me permitiste llorar en tu hombro?
______ apretó los labios con fuerza.
--Ese hombre no se merecía tus lágrimas.
--Pero disfrute llorando por él –respondió Annie con una rápida y divertida sonrisa-. Necesitaba llorar, y gritar, y gemir, incluso emborracharme un poco. Y tú estuviste a mi lado, diciendo todas esas cosas tan desagradables sobre él.
--Ésa fue la parte más fácil –recordó ______-. Era un burro orejudo –le encantó utilizar el insulto de los hermanos Freedmont.
-Sí, pero un burro terriblemente atractivo –se permitió recordar Annie-. En cualquier caso, me ayudaste a pasar ese momento duro, hasta que llegué a la conclusión de que estaba mejor sin él. Pero tú nunca has necesitado mi hombro, porque nunca has permitido que ningún hombre atravesara esto –alzó la mano y presionó un muro imaginario.
Divertida, _______ se inclinó sobre el mostrador.
--¿Y eso qué es?
--El Gran Campo de Fuerza Stanislaski –le dijo Annie-. Garantizado para repeler a hombres de veinticinco a cincuenta años.
______ arqueó una ceja, sin estar muy segura de si debería continuar mostrándose divertida.
--No sé si estás intentando halagarme o insultarme.
--Ninguna de las dos cosas. Simplemente, escúchame un momento, ¿quieres? –Annie tomó aire, intentando no precipitarse al decir algo que debería dejar caer poco a poco-. ______*, te he visto deshacerte de hombres con la misma facilidad con la que te deshaces de un mosquito. Y sin pensarlo dos veces –añadió al ver que ______ permanecía en silencio -. Nunca te he visto pensar dos veces en un hombre tras haberle cerrado la puerta en las narices educadamente. Incluso te he admirado por ello, por estar tan segura de ti misma, tan satisfecha, que ni siquiera necesitabas tener una cita los sábados para que el ego no se te cayera por los suelos.
--No estoy segura de mí misma –musitó ______-. Simplemente apática en cuento a las relaciones.
--De acuerdo –asintió Annie lentamente-, eso lo admito. Pero creo que esta vez es diferente.
--¿Ah sí? -______ rodeó el mostrador y comenzó a cuadrar las cuentas del día.
--¿Lo ves? Sabes que voy a mencionarlo y ya te pones nerviosa.
--No estoy nerviosa –mintió ______.
--claro que sí. Has estado nerviosa, malhumorada y distraída desde que Jonas entró en la tienda hace un par de semanas. Desde hace tres años, no te he visto dedicarle a ningún hombre más de cinco minutos de tus pensamientos. Hasta ahora.
--Eso es sólo porque es mucho más irritante que la mayoría –ante la mirada astuta de Annie, ______ renunció a seguir negándolo-. De acuerdo… hay algo –admitió-. Pero no me interesa.
--Tienes miedo de que te interese.
A ______ no le gustó cómo sonaba aquella frase, pero se obligó a encogerse de hombros.
--Es lo mismo.
--No, no lo es –Annie posó la mano sobre la de su amiga y se la estrechó-. Mira, no pretendo empujarte a los brazos de ese tipo. Por lo poco que sé sobre él, bien podría haber asesinado a su esposa y tenerla enterrada en el jardín. Lo único que quiero decirte es que no estarás bien contigo misma hasta que no dejes de tener miedo.
~M.DevoneJonas~
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
¡Que llegue Nick! ¡Que llegue Nick! ¡Que llegue Nick! :D
Nessie es demasiado bella. Y muero por saber que le pasó a ______ :(
Me encanta la nove, SIGUELAAAAAA
Nessie es demasiado bella. Y muero por saber que le pasó a ______ :(
Me encanta la nove, SIGUELAAAAAA
Dayi_JonasLove!*
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Oh siguela me encanta *-* ya quiero la cita.
Moriré si no la sigues...Exijo un maratón *-*
Moriré si no la sigues...Exijo un maratón *-*
Little Butterfly
Little Butterfly
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Me exigen maratón Ö...
Pues que creen...
¡LO HARÉ!
Pero me tendran que esperar para terminar de editar un gran pedazo :)
Empezare ahora
Pues que creen...
¡LO HARÉ!
Pero me tendran que esperar para terminar de editar un gran pedazo :)
Empezare ahora
~M.DevoneJonas~
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Que paso con el maraton :o?
Little Butterfly
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Siguelaa!!!!!!!!! Ya quiero ese maraton.
Little Butterfly
Re: "La música del amor".Nicholas Jonas y ______(Tu) Stanislaski. ADAPTACIÓN
Siguela...Porque no la haz seguido:C?
Little Butterfly
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