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"El diablo en Invierno " (nick & tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
chicas creo que un millón de "lo siento" no sera suficiente lo se
pero es que estuve con un resfriado terrible se que también eso no es escusa
pero les voy a poner la maratón ahora espero que la disfruten y lo siento :lol: :lol:
pero es que estuve con un resfriado terrible se que también eso no es escusa
pero les voy a poner la maratón ahora espero que la disfruten y lo siento :lol: :lol:
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
1/10
cont. capitulo 17
Temblando debido al frío y el shock, Nick logró pronunciar unas palabras desesperadas entre inspiraciones entrecortadas.
—Kevin... Lo que hice... Lo siento. Perdona... Perdona... —La vista se le nublaba y se esforzó por no perder el conocimiento—. ______... Protégela, por favor. Por favor...
Vio bailar un montón de lucecitas brillantes, hasta que éstas se apagaron y todo se volvió negro.
—Nick —susurró ______ a la vez que se acercaba la mano flácida de su marido a la mejilla para besarla con los ojos llenos de lágrimas.
—No pasa nada —la tranquilizó Kevin—. Sólo se ha desmayado. Volverá en sí en un momento.
______ sollozó antes de recobrar el control.
—Se puso adrede entre Bullard y yo —comentó entonces—. Recibió el disparo por mí.
—Eso parece. —Kevin la observaba mientras pensaba, entre otras cosas, que se habían producido algunos cambios interesantes tanto en Nick como en su insólita esposa desde que se habían fugado juntos.
Al enterarse de que St. Jonas se había casado con ______ Jenner, Lissie se había puesto furiosa, presa de angustia por su amiga.
—¡Ese monstruo! —había exclamado cuando volvieron a Londres desde Italia—. Abusar precisamente de ______. ¡Oh, no te imaginas lo frágil que es! Habrá sido cruel con ella. Es una muchacha indefensa y muy inocente... ¡Dios mío, mataré a ese bastardo!
—Tu hermana dijo que no parecía una mujer precisamente maltratada —señaló Kevin con sensatez, aunque a él también le preocupaba que una mujer tan indefensa como ______ Jenner estuviera a merced de St. Jonas.
—Es probable que estuviera demasiado asustada para admitirlo —replicó Lissie, que se paseaba con la mirada inquieta—. Es probable que la haya violado y amenazado. Quizás incluso golpeado...
—No, no —intentó calmarla Kevin a la vez que la rodeaba con los brazos—. Según Daisy y Annabelle, tuvo muchas oportunidades de decirles si había sufrido algún abuso. Pero no lo hizo. Mira, si eso te tranquiliza, iré al club y le ofreceré refugio. Puede quedarse con nosotros en Hampshire si lo desea.
—¿Cuánto tiempo? —farfulló Lissie, acurrucada entre sus brazos.
—Indefinidamente, por supuesto.
—Oh, Kevin... —exclamó ella con los ojos humedecidos—. ¿Harías eso por mí? —Cualquier cosa, mi vida. Cualquier cosa que te haga feliz.
De modo que Kevin había ido al Jenner's esa noche para averiguar si ______ estaba cautiva contra su voluntad. Contrariamente a lo que esperaba, se había encontrado con una mujer que parecía ansiosa por quedarse y que manifestaba un cariño evidente por St. Jonas. En cuanto a éste, siempre tan distante e indiferente... Resultaba difícil creer que el hombre que trataba a las mujeres con tanto desdén pudiera ser el mismo que acababa de arriesgar la vida por su esposa. Que un hombre que jamás se había mostrado arrepentido de nada le pidiera perdón y que, acto seguido, prácticamente le suplicara que protegiera a su esposa, le hacía llegar a una conclusión ineludible: St. Jonas, contra todo pronóstico, había llegado a querer más a otra persona que a sí mismo.
Una situación ciertamente extraordinaria. Era difícil entender cómo alguien como ______ Jenner podía haber provocado semejante cambio en St. Jonas, un hombre con tanto mundo. Sin embargo, Kevin había aprendido que los misterios de la atracción no siempre podían explicarse mediante la lógica. A veces, las fisuras de dos almas separadas pueden ser lo que las une.
—Milady... —dijo en voz baja. —______ —pidió ésta, que seguía con la mano inerte de su marido apoyada en la cara. —______, tengo que preguntarte algo. ¿Por qué St. Jonas?
—Necesitaba escapar de mi familia, de forma legal y para siempre —explicó ella con una sonrisa triste mientras dejaba con suavidad la mano de St. Jonas—. Casarme era la única forma de lograrlo. Y, como sabrás, no es que tuviera una cola de pretendientes en Hampshire. Cuando me enteré de lo que St. Jonas había hecho a Lissie, me horroricé. Pero también se me ocurrió que era la única persona que parecía tan desesperada como yo. Lo bastante como para aceptar cualquier cosa.
—¿ Formaba parte de tu plan que dirigiera el club de tu padre?
—No, eso lo decidió él, para mi sorpresa. De hecho, me ha sorprendido en todo momento desde que nos casamos.
—¿ Y eso?
—Ha hecho todo lo posible por cuidarme, al tiempo que proclama su indiferencia. —Contempló la cara de su marido—. Tiene corazón, a pesar de lo mucho que intenta convencer de lo contrario.
—Ya. Lo tiene, aunque hasta esta noche albergaba mis dudas.
cont. capitulo 17
Temblando debido al frío y el shock, Nick logró pronunciar unas palabras desesperadas entre inspiraciones entrecortadas.
—Kevin... Lo que hice... Lo siento. Perdona... Perdona... —La vista se le nublaba y se esforzó por no perder el conocimiento—. ______... Protégela, por favor. Por favor...
Vio bailar un montón de lucecitas brillantes, hasta que éstas se apagaron y todo se volvió negro.
—Nick —susurró ______ a la vez que se acercaba la mano flácida de su marido a la mejilla para besarla con los ojos llenos de lágrimas.
—No pasa nada —la tranquilizó Kevin—. Sólo se ha desmayado. Volverá en sí en un momento.
______ sollozó antes de recobrar el control.
—Se puso adrede entre Bullard y yo —comentó entonces—. Recibió el disparo por mí.
—Eso parece. —Kevin la observaba mientras pensaba, entre otras cosas, que se habían producido algunos cambios interesantes tanto en Nick como en su insólita esposa desde que se habían fugado juntos.
Al enterarse de que St. Jonas se había casado con ______ Jenner, Lissie se había puesto furiosa, presa de angustia por su amiga.
—¡Ese monstruo! —había exclamado cuando volvieron a Londres desde Italia—. Abusar precisamente de ______. ¡Oh, no te imaginas lo frágil que es! Habrá sido cruel con ella. Es una muchacha indefensa y muy inocente... ¡Dios mío, mataré a ese bastardo!
—Tu hermana dijo que no parecía una mujer precisamente maltratada —señaló Kevin con sensatez, aunque a él también le preocupaba que una mujer tan indefensa como ______ Jenner estuviera a merced de St. Jonas.
—Es probable que estuviera demasiado asustada para admitirlo —replicó Lissie, que se paseaba con la mirada inquieta—. Es probable que la haya violado y amenazado. Quizás incluso golpeado...
—No, no —intentó calmarla Kevin a la vez que la rodeaba con los brazos—. Según Daisy y Annabelle, tuvo muchas oportunidades de decirles si había sufrido algún abuso. Pero no lo hizo. Mira, si eso te tranquiliza, iré al club y le ofreceré refugio. Puede quedarse con nosotros en Hampshire si lo desea.
—¿Cuánto tiempo? —farfulló Lissie, acurrucada entre sus brazos.
—Indefinidamente, por supuesto.
—Oh, Kevin... —exclamó ella con los ojos humedecidos—. ¿Harías eso por mí? —Cualquier cosa, mi vida. Cualquier cosa que te haga feliz.
De modo que Kevin había ido al Jenner's esa noche para averiguar si ______ estaba cautiva contra su voluntad. Contrariamente a lo que esperaba, se había encontrado con una mujer que parecía ansiosa por quedarse y que manifestaba un cariño evidente por St. Jonas. En cuanto a éste, siempre tan distante e indiferente... Resultaba difícil creer que el hombre que trataba a las mujeres con tanto desdén pudiera ser el mismo que acababa de arriesgar la vida por su esposa. Que un hombre que jamás se había mostrado arrepentido de nada le pidiera perdón y que, acto seguido, prácticamente le suplicara que protegiera a su esposa, le hacía llegar a una conclusión ineludible: St. Jonas, contra todo pronóstico, había llegado a querer más a otra persona que a sí mismo.
Una situación ciertamente extraordinaria. Era difícil entender cómo alguien como ______ Jenner podía haber provocado semejante cambio en St. Jonas, un hombre con tanto mundo. Sin embargo, Kevin había aprendido que los misterios de la atracción no siempre podían explicarse mediante la lógica. A veces, las fisuras de dos almas separadas pueden ser lo que las une.
—Milady... —dijo en voz baja. —______ —pidió ésta, que seguía con la mano inerte de su marido apoyada en la cara. —______, tengo que preguntarte algo. ¿Por qué St. Jonas?
—Necesitaba escapar de mi familia, de forma legal y para siempre —explicó ella con una sonrisa triste mientras dejaba con suavidad la mano de St. Jonas—. Casarme era la única forma de lograrlo. Y, como sabrás, no es que tuviera una cola de pretendientes en Hampshire. Cuando me enteré de lo que St. Jonas había hecho a Lissie, me horroricé. Pero también se me ocurrió que era la única persona que parecía tan desesperada como yo. Lo bastante como para aceptar cualquier cosa.
—¿ Formaba parte de tu plan que dirigiera el club de tu padre?
—No, eso lo decidió él, para mi sorpresa. De hecho, me ha sorprendido en todo momento desde que nos casamos.
—¿ Y eso?
—Ha hecho todo lo posible por cuidarme, al tiempo que proclama su indiferencia. —Contempló la cara de su marido—. Tiene corazón, a pesar de lo mucho que intenta convencer de lo contrario.
—Ya. Lo tiene, aunque hasta esta noche albergaba mis dudas.
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
2/10
capitulo 18
Aunque Joe y Kevin tuvieron mucho cuidado al llevarlo arriba, el traslado debilitó a Nick. ______ los acompañó todo el rato. Le angustiaba ver la palidez de su marido. Joe estaba igual de consternado, aunque contenía sus emociones para centrarse en lo que la situación requería.
—No sé cómo entró Bullard —masculló el muchacho mientras cargaban el cuerpo desvalido por un tramo largo de escaleras—. Conozco todas las formas de entrar y salir de este sitio. Creía que no...
—No es culpa tuya, Joe —lo interrumpió ______ en voz baja.
—Alguien le ha franqueado la entrada, pese a que advertí a los empleados.
—No es culpa tuya —repitió ______, y el joven se calló, malhumorado.
Kevin guardó silencio, salvo cuando murmuró unas indicaciones al girar en un rincón. Cargaba a Nick por las axilas, mientras Joe lo sujetaba por las piernas. Aunque Nick era corpulento, ambos eran fuertes y lo llevaban sin problemas. ______ los condujo hasta la habitación principal, que acababan de renovar y tenía las paredes pintadas de crema. Habían sustituido la vieja cama por otra grande y bonita, procedente de la casa de Nick en la ciudad. Quién se habría imaginado que iba a convertirse en la habitación de un enfermo tan poco tiempo después de la muerte de Ivo Jenner.
Un par de criadas, que seguían las instrucciones de ______, trajeron toallas y agua, y rasgaron unas sábanas para obtener tiras anchas de tela. Kevin y Joe dejaron el cuerpo flácido en la cama, y ______ le quitó las botas mientras ellos lo desvestían. Le dejaron los calzones por una cuestión de pudor.
______ mojó una tira limpia en el agua caliente y lavó las manchas de sangre del cuerpo de su marido. Se veía portentoso e indefenso a la vez, con su elegante cuerpo más delgado debido a la actividad física constante y a varias refriegas de callejón que le habían fortalecido los músculos.
Kevin tomó una tira de tela y secó con cuidado la herida de bala para examinarla mejor.
—Por el tamaño del orificio, diría que Bullard usó una pistola del calibre cincuenta.
—Tengo el arma —dijo Joe bruscamente—. Bullard la abandonó en la galería del primer piso tras haber disparado.
—Déjeme verla —pidió Kevin. El muchacho se la entregó por la culata. Kevin la examinó con la mirada experta de un tirador avezado. —Una pistola de duelo —observó—. Cañón octogonal de nueve pulgadas con mira, seguro de platino y recámara grabada. Un arma costosa, y seguramente parte de un juego. La inscripción reza: «Fabricada por Manson e Hijo de Dover Street.» —La examinó más detenidamente—. Aquí hay un escudete de plata que lleva grabado el nombre del propietario, creo. Aunque está demasiado deslustrado para distinguir las letras —indicó, y se metió la pistola en un bolsillo mientras decía a Joe con una ceja arqueada—: si no le importa, me la quedaré.
—Por supuesto, milord —respondió secamente Joe, sabiendo que en realidad su permiso no era necesario.
La llegada del doctor Hammond, un hombre bondadoso y de excelente reputación que había atendido a Ivo Jenner en el pasado, impidió que siguieran hablando. Joe y Kevin salieron de la habitación mientras el médico examinaba al paciente, le limpiaba la herida y la cubría con un vendaje ligero.
—Aunque no ha lesionado ningún órgano importante, la herida es grave —explicó a ______ con expresión seria—. La recuperación dependerá de su resistencia, de los cuidados que reciba y, como siempre, de la gracia divina. Es casi seguro que tendrá fiebre, que habrá de seguir su curso. En estos casos, considero necesario sangrar al paciente para extraerle toda la sangre enferma posible. Lo visitaré cada día para decidir cuándo deberíamos proceder a ello. Mientras tanto, manténgalo limpio y descansado, déle agua y caldo de carne, y adminístrele este medicamento para aliviarle el malestar.
capitulo 18
Aunque Joe y Kevin tuvieron mucho cuidado al llevarlo arriba, el traslado debilitó a Nick. ______ los acompañó todo el rato. Le angustiaba ver la palidez de su marido. Joe estaba igual de consternado, aunque contenía sus emociones para centrarse en lo que la situación requería.
—No sé cómo entró Bullard —masculló el muchacho mientras cargaban el cuerpo desvalido por un tramo largo de escaleras—. Conozco todas las formas de entrar y salir de este sitio. Creía que no...
—No es culpa tuya, Joe —lo interrumpió ______ en voz baja.
—Alguien le ha franqueado la entrada, pese a que advertí a los empleados.
—No es culpa tuya —repitió ______, y el joven se calló, malhumorado.
Kevin guardó silencio, salvo cuando murmuró unas indicaciones al girar en un rincón. Cargaba a Nick por las axilas, mientras Joe lo sujetaba por las piernas. Aunque Nick era corpulento, ambos eran fuertes y lo llevaban sin problemas. ______ los condujo hasta la habitación principal, que acababan de renovar y tenía las paredes pintadas de crema. Habían sustituido la vieja cama por otra grande y bonita, procedente de la casa de Nick en la ciudad. Quién se habría imaginado que iba a convertirse en la habitación de un enfermo tan poco tiempo después de la muerte de Ivo Jenner.
Un par de criadas, que seguían las instrucciones de ______, trajeron toallas y agua, y rasgaron unas sábanas para obtener tiras anchas de tela. Kevin y Joe dejaron el cuerpo flácido en la cama, y ______ le quitó las botas mientras ellos lo desvestían. Le dejaron los calzones por una cuestión de pudor.
______ mojó una tira limpia en el agua caliente y lavó las manchas de sangre del cuerpo de su marido. Se veía portentoso e indefenso a la vez, con su elegante cuerpo más delgado debido a la actividad física constante y a varias refriegas de callejón que le habían fortalecido los músculos.
Kevin tomó una tira de tela y secó con cuidado la herida de bala para examinarla mejor.
—Por el tamaño del orificio, diría que Bullard usó una pistola del calibre cincuenta.
—Tengo el arma —dijo Joe bruscamente—. Bullard la abandonó en la galería del primer piso tras haber disparado.
—Déjeme verla —pidió Kevin. El muchacho se la entregó por la culata. Kevin la examinó con la mirada experta de un tirador avezado. —Una pistola de duelo —observó—. Cañón octogonal de nueve pulgadas con mira, seguro de platino y recámara grabada. Un arma costosa, y seguramente parte de un juego. La inscripción reza: «Fabricada por Manson e Hijo de Dover Street.» —La examinó más detenidamente—. Aquí hay un escudete de plata que lleva grabado el nombre del propietario, creo. Aunque está demasiado deslustrado para distinguir las letras —indicó, y se metió la pistola en un bolsillo mientras decía a Joe con una ceja arqueada—: si no le importa, me la quedaré.
—Por supuesto, milord —respondió secamente Joe, sabiendo que en realidad su permiso no era necesario.
La llegada del doctor Hammond, un hombre bondadoso y de excelente reputación que había atendido a Ivo Jenner en el pasado, impidió que siguieran hablando. Joe y Kevin salieron de la habitación mientras el médico examinaba al paciente, le limpiaba la herida y la cubría con un vendaje ligero.
—Aunque no ha lesionado ningún órgano importante, la herida es grave —explicó a ______ con expresión seria—. La recuperación dependerá de su resistencia, de los cuidados que reciba y, como siempre, de la gracia divina. Es casi seguro que tendrá fiebre, que habrá de seguir su curso. En estos casos, considero necesario sangrar al paciente para extraerle toda la sangre enferma posible. Lo visitaré cada día para decidir cuándo deberíamos proceder a ello. Mientras tanto, manténgalo limpio y descansado, déle agua y caldo de carne, y adminístrele este medicamento para aliviarle el malestar.
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
3/10
cont. cap 18
______ murmuró un «gracias» cuando le entregó un frasco de jarabe opiáceo. Después de que el médico se fuera, tapó a Nick con un edredón, ya que los efectos del shock y la pérdida de sangre le provocaban temblores.
Él abrió los ojos y los enfocó en ella con dificultad.
—Si necesito la gracia divina, lo tengo mal —susurró—. Salvo que podamos sobornar a algún ángel corrupto.
—No blasfemes —le advirtió ______ con una risita sobresaltada. Abrió el jarabe, sirvió una cucharada y pasó un brazo por detrás del cuello de su marido—. Tómate esto.
Nick lo hizo con una mueca. Sin quitarle el brazo del cuello, ______ alargó la mano libre hacia una copa de agua y se la puso en los labios.
—Bebe —murmuró.
—Bullard... —dijo Nick tras haber obedecido, ya recostado de nuevo en la almohada.
—Joe no logró atraparlo —respondió ______ a la vez que tomaba un bote de bálsamo y le untaba un poco en los labios resecos—. Joe y lord Kevin están abajo, hablando con el policía que han enviado a investigar.
—¿Resultó herido alguien más? —quiso saber Nick, que intentaba incorporarse. Una punzada de dolor le hizo palidecer y se dejó caer con un grito ahogado.
—No te muevas o volverás a sangrar —dijo ______ con brusquedad. Le puso una mano en el pecho y resiguió con los dedos la delgada cadena que le recorría el tórax hasta llegar a la alianza, antes de responder a su pregunta—: Nadie más resultó herido. Y en cuanto se informó a los miembros del club de que el agresor había huido, volvieron en tropel, al parecer bastante divertidos con lo ocurrido.
Los labios de Nick esbozaron un amago de sonrisa.
—Más diversión de la que había previsto ofrecer —comentó.
—Joe dice que no afectará al negocio.
—Medidas de seguridad —susurró Nick, exhausto por el esfuerzo de hablar—. Dile a Joe...
—Sí, va a contratar a más hombres. No pienses en nada de esto ahora. Preocúpate sólo de recuperarte.
—______... —Buscó a tientas la mano de su esposa y la sujetó débilmente sobre su tórax desnudo. Notó la alianza contra los latidos irregulares de su corazón—. Ve con Kevin —murmuró, y cerró los ojos—. Después.
¿Después de qué? ______ se lo quedó mirando y comprendió que se estaba refiriendo a su propia muerte. Al sentir que apartaba la mano de la suya, se la retuvo con fuerza. Ya no era suave ni cuidada, sino más dura, encallecida, con las uñas cortadas inexorablemente cortas.
—No —le contradijo—. No va a haber ningún después. Estaré contigo en todo momento. Te quedarás conmigo. No te dejaré ir. —De repente, le costó respirar y sintió la presión del pánico en su pecho. Aún inclinada hacia él, volvió la mano para que sus palmas se tocaran y sus pulsos estuvieran en contacto, Uno débil y el otro fuerte—. No te dejaré ir, amor mío —susurró, y entrelazó sus dedos con los de Nick.
Nick despertó aturdido de dolor, no sólo en la herida, sino también en la cabeza, los huesos y las articulaciones. El cuerpo le abrasaba, como si tuviera fuego bajo la piel, y se retorció en un intento inútil de eludir el calor. De repente, unas manos delicadas descendieron hacia él y le pasaron un paño mojado por la cara.
Siseó de alivio y alargó la mano hacia el origen del frescor.
—No, Nick, no. Estate quieto. Deja que te ayude.
Era la voz de ______ que le llegaba a través de un dolor insufrible. Jadeante, la soltó y se dejó caer de nuevo en el colchón. El paño frío le recorrió el cuerpo con movimientos amplios y alivió su tormento temporalmente. Con cada pasada, le iba calmando hasta que pudo yacer tranquilo bajo sus cuidados.
—______ —dijo con voz ronca.
—Sí, cariño. —Ella se detuvo antes de ponerle unos trocitos de hielo en los labios agrietados—. Estoy aquí.
Nick abrió los ojos. Perplejo por su expresión de cariño, observó cómo se inclinaba hacia él. El hielo se le deshizo enseguida en la boca. Antes de que pudiera pedirle más, ya se lo había dado. Con un paño fresco, le lavó el pecho y los costados, y también las axilas. La habitación estaba a oscuras salvo por la luz que entraba por una ventana medio cubierta, y una brisa fría se colaba por la abertura.
cont. cap 18
______ murmuró un «gracias» cuando le entregó un frasco de jarabe opiáceo. Después de que el médico se fuera, tapó a Nick con un edredón, ya que los efectos del shock y la pérdida de sangre le provocaban temblores.
Él abrió los ojos y los enfocó en ella con dificultad.
—Si necesito la gracia divina, lo tengo mal —susurró—. Salvo que podamos sobornar a algún ángel corrupto.
—No blasfemes —le advirtió ______ con una risita sobresaltada. Abrió el jarabe, sirvió una cucharada y pasó un brazo por detrás del cuello de su marido—. Tómate esto.
Nick lo hizo con una mueca. Sin quitarle el brazo del cuello, ______ alargó la mano libre hacia una copa de agua y se la puso en los labios.
—Bebe —murmuró.
—Bullard... —dijo Nick tras haber obedecido, ya recostado de nuevo en la almohada.
—Joe no logró atraparlo —respondió ______ a la vez que tomaba un bote de bálsamo y le untaba un poco en los labios resecos—. Joe y lord Kevin están abajo, hablando con el policía que han enviado a investigar.
—¿Resultó herido alguien más? —quiso saber Nick, que intentaba incorporarse. Una punzada de dolor le hizo palidecer y se dejó caer con un grito ahogado.
—No te muevas o volverás a sangrar —dijo ______ con brusquedad. Le puso una mano en el pecho y resiguió con los dedos la delgada cadena que le recorría el tórax hasta llegar a la alianza, antes de responder a su pregunta—: Nadie más resultó herido. Y en cuanto se informó a los miembros del club de que el agresor había huido, volvieron en tropel, al parecer bastante divertidos con lo ocurrido.
Los labios de Nick esbozaron un amago de sonrisa.
—Más diversión de la que había previsto ofrecer —comentó.
—Joe dice que no afectará al negocio.
—Medidas de seguridad —susurró Nick, exhausto por el esfuerzo de hablar—. Dile a Joe...
—Sí, va a contratar a más hombres. No pienses en nada de esto ahora. Preocúpate sólo de recuperarte.
—______... —Buscó a tientas la mano de su esposa y la sujetó débilmente sobre su tórax desnudo. Notó la alianza contra los latidos irregulares de su corazón—. Ve con Kevin —murmuró, y cerró los ojos—. Después.
¿Después de qué? ______ se lo quedó mirando y comprendió que se estaba refiriendo a su propia muerte. Al sentir que apartaba la mano de la suya, se la retuvo con fuerza. Ya no era suave ni cuidada, sino más dura, encallecida, con las uñas cortadas inexorablemente cortas.
—No —le contradijo—. No va a haber ningún después. Estaré contigo en todo momento. Te quedarás conmigo. No te dejaré ir. —De repente, le costó respirar y sintió la presión del pánico en su pecho. Aún inclinada hacia él, volvió la mano para que sus palmas se tocaran y sus pulsos estuvieran en contacto, Uno débil y el otro fuerte—. No te dejaré ir, amor mío —susurró, y entrelazó sus dedos con los de Nick.
Nick despertó aturdido de dolor, no sólo en la herida, sino también en la cabeza, los huesos y las articulaciones. El cuerpo le abrasaba, como si tuviera fuego bajo la piel, y se retorció en un intento inútil de eludir el calor. De repente, unas manos delicadas descendieron hacia él y le pasaron un paño mojado por la cara.
Siseó de alivio y alargó la mano hacia el origen del frescor.
—No, Nick, no. Estate quieto. Deja que te ayude.
Era la voz de ______ que le llegaba a través de un dolor insufrible. Jadeante, la soltó y se dejó caer de nuevo en el colchón. El paño frío le recorrió el cuerpo con movimientos amplios y alivió su tormento temporalmente. Con cada pasada, le iba calmando hasta que pudo yacer tranquilo bajo sus cuidados.
—______ —dijo con voz ronca.
—Sí, cariño. —Ella se detuvo antes de ponerle unos trocitos de hielo en los labios agrietados—. Estoy aquí.
Nick abrió los ojos. Perplejo por su expresión de cariño, observó cómo se inclinaba hacia él. El hielo se le deshizo enseguida en la boca. Antes de que pudiera pedirle más, ya se lo había dado. Con un paño fresco, le lavó el pecho y los costados, y también las axilas. La habitación estaba a oscuras salvo por la luz que entraba por una ventana medio cubierta, y una brisa fría se colaba por la abertura.
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
4/10
cont. de la cont. del cap 18 :P
—El médico ordenó tener la ventana cerrada —comentó ______ al ver su mirada—. Pero pareces descansar mejor cuando está abierta.
Nick sintió una enorme gratitud cuando ella siguió refrescándolo con el paño mojado. Su vestido blanco y su piel pálida le conferían el aspecto de un espíritu inmaculado y benévolo.
—¿Cuánto tiempo? —susurró.
—Hoy es el tercer día, cariño. Si pudieras volverte un poco hacia el lado sano... Espera, que te pondré una almohada. Así.
Con parte de la espalda así al descubierto, ______ le refrescó los hombros doloridos y la columna vertebral. Nick gimió en voz baja y recordó vagamente las demás veces que le había hecho eso, sus manos suaves, su rostro sereno a la luz de la lámpara. En medio de la confusión y el dolor, había sido consciente de que ella lo cuidaba y estaba pendiente de sus necesidades con una intuición asombrosa. Cuando tiritaba debido a la fiebre, lo tapaba con mantas y estrechaba su cuerpo tembloroso entre sus brazos. Siempre estaba ahí antes de que él tuviera que llamarla. Lo comprendía todo, como si pudiera leerle el pensamiento. El peor temor de Nick había sido siempre depender así de alguien. Y a cada hora que pasaba estaba más débil, tenía la herida más inflamada y la fiebre más alta. Presentía que la muerte le rondaba como un espectro impaciente, preparada para llevárselo cuando sus defensas flaquearan. Pero cuando ______ estaba con él, remitía; la muerte seguía al acecho, mas desde lejos.
Hasta entonces no había comprendido la fortaleza de su mujer. Ni siquiera al verla cuidar con cariño a su padre había sospechado cómo sería depender de ella, necesitarla. Pero nada le repugnaba, nada era demasiado para ella. Era su apoyo, su protección, y al mismo tiempo lo debilitaba con un cariño y una ternura que había empezado a ansiar a pesar de que lo ablandaban. Los brazos largos y esbeltos de ______ lo ayudaron a recostarse en la almohada.
—Unos sorbitos de agua —le dijo mientras le levantaba la cabeza. Nick negó levemente con la cabeza porque, aunque sentía la boca seca, una sola gota de agua le bastaría para tener náuseas—. Hazlo por mí —insistió ella, y le llevó la copa a los labios.
Nick le dirigió una mirada torva pero obedeció. Y le molestó que sus siguientes palabras de elogio le produjeran una sensación de placer.
—Eres un ángel —murmuró ______ con una sonrisa—. Muy bien. Ahora descansa y te refrescaré un poco más.
Al notar cómo le pasaba el paño húmedo por el cuello y la cara, suspiró aliviado y cerró los ojos, pero los sueños no le permitieron descansar. Después de lo que podían haber sido minutos, horas o días, despertó aquejado de un dolor terrible. Trató de tocarse el costado, que le ardía y dolía como si le hubieran clavado una lanza envenenada.
—Nick, por favor. —La voz de ______ calmó su desasosiego—. Recuéstate. El doctor Hammond ha venido a examinarte.
Nick descubrió que estaba demasiado débil para moverse. Era como si le hubieran atado plomo a los brazos y las piernas.
—Ayúdame —susurró con voz áspera, ya que no deseaba seguir totalmente horizontal.
______ se apresuró a levantarle la cabeza y ponerle una almohada debajo.
—Buenas tardes, milord —dijo una voz de barítono. El corpulento médico apareció ante él, con una sonrisa que le separaba la barba gris y le iluminaba el rostro rubicundo—. Esperaba encontrar alguna mejoría —observó a ______—. ¿Le ha bajado la fiebre?
Ella sacudió la cabeza.
—¿Algún indicio de hambre o sed?
—A veces toma unos sorbos de agua —murmuró ______, y deslizó los dedos alrededor de los de Nick—. Pero no puede retener nada de caldo.
—Echaré un vistazo a la herida.
Nick notó que le bajaban las sábanas hasta las caderas y le quitaban el vendaje. Cuando intentó protestar contra la humillación de que lo dejaran al descubierto de una forma tan displicente, ______ le puso una mano en el pecho.
—Tranquilo —le susurró—. Es por tu bien.
Demasiado débil para levantar la cabeza, se concentró en la cara de su esposa mientras ella y el médico observaban la herida. La expresión de ______ no cambió, pero por el pestañeo rápido de sus ojos, supo que las cosas no habían mejorado.
—Como temía —dijo Hammond en voz baja—, se está enconando. ¿Ve esas rayas rojas que se dirigen hacia el corazón? Tendré que extraerle un poco de sangre enferma. Espero que eso reduzca la inflamación.
—Pero ya ha perdido demasiada sangre... —dijo ______, insegura.
—No llegará a dos litros —replicó Hammond de modo tranquilizador—. No voy a lastimarlo, milady, sino más bien a permitirle liberar la constricción de los vasos sanguíneos debida a la acumulación de veneno.
cont. de la cont. del cap 18 :P
—El médico ordenó tener la ventana cerrada —comentó ______ al ver su mirada—. Pero pareces descansar mejor cuando está abierta.
Nick sintió una enorme gratitud cuando ella siguió refrescándolo con el paño mojado. Su vestido blanco y su piel pálida le conferían el aspecto de un espíritu inmaculado y benévolo.
—¿Cuánto tiempo? —susurró.
—Hoy es el tercer día, cariño. Si pudieras volverte un poco hacia el lado sano... Espera, que te pondré una almohada. Así.
Con parte de la espalda así al descubierto, ______ le refrescó los hombros doloridos y la columna vertebral. Nick gimió en voz baja y recordó vagamente las demás veces que le había hecho eso, sus manos suaves, su rostro sereno a la luz de la lámpara. En medio de la confusión y el dolor, había sido consciente de que ella lo cuidaba y estaba pendiente de sus necesidades con una intuición asombrosa. Cuando tiritaba debido a la fiebre, lo tapaba con mantas y estrechaba su cuerpo tembloroso entre sus brazos. Siempre estaba ahí antes de que él tuviera que llamarla. Lo comprendía todo, como si pudiera leerle el pensamiento. El peor temor de Nick había sido siempre depender así de alguien. Y a cada hora que pasaba estaba más débil, tenía la herida más inflamada y la fiebre más alta. Presentía que la muerte le rondaba como un espectro impaciente, preparada para llevárselo cuando sus defensas flaquearan. Pero cuando ______ estaba con él, remitía; la muerte seguía al acecho, mas desde lejos.
Hasta entonces no había comprendido la fortaleza de su mujer. Ni siquiera al verla cuidar con cariño a su padre había sospechado cómo sería depender de ella, necesitarla. Pero nada le repugnaba, nada era demasiado para ella. Era su apoyo, su protección, y al mismo tiempo lo debilitaba con un cariño y una ternura que había empezado a ansiar a pesar de que lo ablandaban. Los brazos largos y esbeltos de ______ lo ayudaron a recostarse en la almohada.
—Unos sorbitos de agua —le dijo mientras le levantaba la cabeza. Nick negó levemente con la cabeza porque, aunque sentía la boca seca, una sola gota de agua le bastaría para tener náuseas—. Hazlo por mí —insistió ella, y le llevó la copa a los labios.
Nick le dirigió una mirada torva pero obedeció. Y le molestó que sus siguientes palabras de elogio le produjeran una sensación de placer.
—Eres un ángel —murmuró ______ con una sonrisa—. Muy bien. Ahora descansa y te refrescaré un poco más.
Al notar cómo le pasaba el paño húmedo por el cuello y la cara, suspiró aliviado y cerró los ojos, pero los sueños no le permitieron descansar. Después de lo que podían haber sido minutos, horas o días, despertó aquejado de un dolor terrible. Trató de tocarse el costado, que le ardía y dolía como si le hubieran clavado una lanza envenenada.
—Nick, por favor. —La voz de ______ calmó su desasosiego—. Recuéstate. El doctor Hammond ha venido a examinarte.
Nick descubrió que estaba demasiado débil para moverse. Era como si le hubieran atado plomo a los brazos y las piernas.
—Ayúdame —susurró con voz áspera, ya que no deseaba seguir totalmente horizontal.
______ se apresuró a levantarle la cabeza y ponerle una almohada debajo.
—Buenas tardes, milord —dijo una voz de barítono. El corpulento médico apareció ante él, con una sonrisa que le separaba la barba gris y le iluminaba el rostro rubicundo—. Esperaba encontrar alguna mejoría —observó a ______—. ¿Le ha bajado la fiebre?
Ella sacudió la cabeza.
—¿Algún indicio de hambre o sed?
—A veces toma unos sorbos de agua —murmuró ______, y deslizó los dedos alrededor de los de Nick—. Pero no puede retener nada de caldo.
—Echaré un vistazo a la herida.
Nick notó que le bajaban las sábanas hasta las caderas y le quitaban el vendaje. Cuando intentó protestar contra la humillación de que lo dejaran al descubierto de una forma tan displicente, ______ le puso una mano en el pecho.
—Tranquilo —le susurró—. Es por tu bien.
Demasiado débil para levantar la cabeza, se concentró en la cara de su esposa mientras ella y el médico observaban la herida. La expresión de ______ no cambió, pero por el pestañeo rápido de sus ojos, supo que las cosas no habían mejorado.
—Como temía —dijo Hammond en voz baja—, se está enconando. ¿Ve esas rayas rojas que se dirigen hacia el corazón? Tendré que extraerle un poco de sangre enferma. Espero que eso reduzca la inflamación.
—Pero ya ha perdido demasiada sangre... —dijo ______, insegura.
—No llegará a dos litros —replicó Hammond de modo tranquilizador—. No voy a lastimarlo, milady, sino más bien a permitirle liberar la constricción de los vasos sanguíneos debida a la acumulación de veneno.
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
5/10
cont. cap 18
Nick siempre había tenido dudas sobre el proceso de la sangría, pero nunca tanto como ahora que se la iban a practicar. El pulso se le aceleró hasta convertirse en golpecitos débiles pero frenéticos en las sienes.
—No —susurró con la respiración agitada.
Sintió un mareo y se esforzó por ver a través de las lucecitas que le bailaban ante los ojos. No fue consciente de haberse desmayado, pero cuando volvió a abrir los ojos tenía el brazo izquierdo atado al respaldo de una silla junto a la cama con un cuenco en el asiento. Todavía no había sangre en el cuenco, pero Hammond se acercaba con un utensilio parecido a una cajita.
—¿Qué es eso? —preguntó ______. Nick reunió todas sus fuerzas para volver la cabeza en dirección a su mujer.
—Se llama escarificador —contestó Hammond—. Es el método más eficiente de sangrar, frente a la anticuada lanceta.
—______ —susurró Nick.
Ella no pareció oírlo, ya que su mirada cansada no se desvió del médico, que seguía explicándose.
—La caja contiene doce hojas unidas a un dispositivo giratorio impulsado por un resorte. Si se pulsa el mecanismo disparador, las hojas infligen una serie de cortes superficiales que provocan la salida de la sangre.
—______. Ella lo miró e intentó tranquilizarlo.
—Esto te ayudará, cariño.
—No.
Lo mataría. Ya era bastante difícil combatir la fiebre y el dolor. Si una larga sangría lo debilitaba aún más, no podría aguantarlo. Desesperadamente, tiró del brazo que tenía extendido pero estaba bien atado y la silla ni siquiera se movió. Con una maldición silenciosa, alzó los ojos hacia su esposa mientras luchaba contra un mareo.
—No —repitió con aspereza—. No le dejes...
—Cariño —susurró ______ y se agachó para besarle los labios temblorosos. De repente le brillaban los ojos de lágrimas— Puede que sea tu oportunidad, tu única oportunidad...
—Me moriré, ______... —Un miedo creciente le nubló la vista, pero se obligó a mantener los ojos abiertos. La cara de su esposa se volvió borrosa—. Me moriré.. —susurró de nuevo.
—Lady St. Jonas —dijo la voz amable y firme del doctor—, la ansiedad de su marido es bastante comprensible. Sin embargo, su juicio se ve afectado por su enfermedad. En este momento, es usted quien está más capacitada para tomar decisiones por él. No le recomendaría este procedimiento si no creyera en su eficacia. Debe permitirme proceder. Dudo que lord St. Jonas llegue a recordar alguna vez esta conversación.
Nick cerró los ojos y soltó un gemido de desesperación. Ojalá Hammond fuera el típico loco con una risa maníaca, alguien de quien ______ desconfiaría instintivamente. Pero Hammond era un hombre respetable, con toda la convicción de quien cree estar haciendo lo correcto. Al parecer, un verdugo podía adoptar muchas formas. ______ era su única esperanza, su única defensora.
Nick jamás se habría imaginado que ocurriría esto, que su vida dependería de la decisión de una joven ingenua que se dejaría convencer por la autoridad de Hammond. No había nadie más a quien recurrir. Sintió los dedos cariñosos de su esposa en su mejilla calenturienta y alzó los ojos hacia ella con desesperación, incapaz de pronunciar una palabra.
«Dios mío, ______, no dejes que lo haga.»
—De acuerdo —dijo ésta mirándolo.
A Nick se le paró el corazón ya que creyó que se lo decía al médico. Pero ______ se dirigió a la silla, le desató la muñeca y empezó a masajearle la piel enrojecida.
—Doctor Ha... Hammond—dijo entonces—. Lord St. Jonas no quiere someterse a este procedimiento. Debo respetar sus deseos.
Para su eterna humillación, Nick soltó un sollozo de alivio.
—Milady, le ruego que recapacite —repuso el galeno, ansioso—. Respetar los deseos de un hombre que no sabe lo que dice debido a la fiebre puede resultar mortal para él. Permítame ayudarlo. Confíe en mi juicio, soy médico.
______ se sentó en la cama mientras acariciaba la mano de Nick en su regazo.
—Respeto su ju... ju... —Se detuvo y sacudió la cabeza—. Mi marido tiene derecho a tomar él mismo esta decisión.
Nick cerró los dedos alrededor de los pliegues de su vestido. El tartamudeo era un signo evidente de su ansiedad interior, pero no cedería. Podía ser tan obstinada como una mula; él lo sabía mejor que nadie. Suspiró vacilante y se relajó, con la sensación de que su mancillada alma estaba bien cuidada.
Hammond sacudió la cabeza y empezó a guardar sus instrumentos.
—Si no me permite utilizar mis técnicas y se niega a seguir mi opinión profesional —anunció con dignidad—, me temo que no podré hacer nada por el enfermo. Si no se proporciona el tratamiento adecuado, esta situación tendrá un final desafortunado. Que Dios les ayude.
El médico salió de la habitación dejando tras él una estela de profunda desaprobación. Inmensamente aliviado, Nick extendió los dedos sobre el muslo de ______.
—Que se vaya con viento fresco —logró mascullar cuando la puerta se cerró.
Era evidente que ______ se debatía entre reír o llorar.
—Mira que eres cabezota —le dijo mirándolo con los ojos húmedos de lágrimas—. Acabamos de echar a uno de los médicos más reputados de Londres. Cualquier otro que venga querrá también sangrarte. ¿A quién llamaremos ahora? ¿A un brujo? ¿A un adivino?
Con las pocas fuerzas que le quedaban, Nick logró acercarse la mano de ______ a los labios.
—A ti —susurró—. Sólo te necesito a ti.
me gusto la ultima parte es muy linda :arre:
cont. cap 18
Nick siempre había tenido dudas sobre el proceso de la sangría, pero nunca tanto como ahora que se la iban a practicar. El pulso se le aceleró hasta convertirse en golpecitos débiles pero frenéticos en las sienes.
—No —susurró con la respiración agitada.
Sintió un mareo y se esforzó por ver a través de las lucecitas que le bailaban ante los ojos. No fue consciente de haberse desmayado, pero cuando volvió a abrir los ojos tenía el brazo izquierdo atado al respaldo de una silla junto a la cama con un cuenco en el asiento. Todavía no había sangre en el cuenco, pero Hammond se acercaba con un utensilio parecido a una cajita.
—¿Qué es eso? —preguntó ______. Nick reunió todas sus fuerzas para volver la cabeza en dirección a su mujer.
—Se llama escarificador —contestó Hammond—. Es el método más eficiente de sangrar, frente a la anticuada lanceta.
—______ —susurró Nick.
Ella no pareció oírlo, ya que su mirada cansada no se desvió del médico, que seguía explicándose.
—La caja contiene doce hojas unidas a un dispositivo giratorio impulsado por un resorte. Si se pulsa el mecanismo disparador, las hojas infligen una serie de cortes superficiales que provocan la salida de la sangre.
—______. Ella lo miró e intentó tranquilizarlo.
—Esto te ayudará, cariño.
—No.
Lo mataría. Ya era bastante difícil combatir la fiebre y el dolor. Si una larga sangría lo debilitaba aún más, no podría aguantarlo. Desesperadamente, tiró del brazo que tenía extendido pero estaba bien atado y la silla ni siquiera se movió. Con una maldición silenciosa, alzó los ojos hacia su esposa mientras luchaba contra un mareo.
—No —repitió con aspereza—. No le dejes...
—Cariño —susurró ______ y se agachó para besarle los labios temblorosos. De repente le brillaban los ojos de lágrimas— Puede que sea tu oportunidad, tu única oportunidad...
—Me moriré, ______... —Un miedo creciente le nubló la vista, pero se obligó a mantener los ojos abiertos. La cara de su esposa se volvió borrosa—. Me moriré.. —susurró de nuevo.
—Lady St. Jonas —dijo la voz amable y firme del doctor—, la ansiedad de su marido es bastante comprensible. Sin embargo, su juicio se ve afectado por su enfermedad. En este momento, es usted quien está más capacitada para tomar decisiones por él. No le recomendaría este procedimiento si no creyera en su eficacia. Debe permitirme proceder. Dudo que lord St. Jonas llegue a recordar alguna vez esta conversación.
Nick cerró los ojos y soltó un gemido de desesperación. Ojalá Hammond fuera el típico loco con una risa maníaca, alguien de quien ______ desconfiaría instintivamente. Pero Hammond era un hombre respetable, con toda la convicción de quien cree estar haciendo lo correcto. Al parecer, un verdugo podía adoptar muchas formas. ______ era su única esperanza, su única defensora.
Nick jamás se habría imaginado que ocurriría esto, que su vida dependería de la decisión de una joven ingenua que se dejaría convencer por la autoridad de Hammond. No había nadie más a quien recurrir. Sintió los dedos cariñosos de su esposa en su mejilla calenturienta y alzó los ojos hacia ella con desesperación, incapaz de pronunciar una palabra.
«Dios mío, ______, no dejes que lo haga.»
—De acuerdo —dijo ésta mirándolo.
A Nick se le paró el corazón ya que creyó que se lo decía al médico. Pero ______ se dirigió a la silla, le desató la muñeca y empezó a masajearle la piel enrojecida.
—Doctor Ha... Hammond—dijo entonces—. Lord St. Jonas no quiere someterse a este procedimiento. Debo respetar sus deseos.
Para su eterna humillación, Nick soltó un sollozo de alivio.
—Milady, le ruego que recapacite —repuso el galeno, ansioso—. Respetar los deseos de un hombre que no sabe lo que dice debido a la fiebre puede resultar mortal para él. Permítame ayudarlo. Confíe en mi juicio, soy médico.
______ se sentó en la cama mientras acariciaba la mano de Nick en su regazo.
—Respeto su ju... ju... —Se detuvo y sacudió la cabeza—. Mi marido tiene derecho a tomar él mismo esta decisión.
Nick cerró los dedos alrededor de los pliegues de su vestido. El tartamudeo era un signo evidente de su ansiedad interior, pero no cedería. Podía ser tan obstinada como una mula; él lo sabía mejor que nadie. Suspiró vacilante y se relajó, con la sensación de que su mancillada alma estaba bien cuidada.
Hammond sacudió la cabeza y empezó a guardar sus instrumentos.
—Si no me permite utilizar mis técnicas y se niega a seguir mi opinión profesional —anunció con dignidad—, me temo que no podré hacer nada por el enfermo. Si no se proporciona el tratamiento adecuado, esta situación tendrá un final desafortunado. Que Dios les ayude.
El médico salió de la habitación dejando tras él una estela de profunda desaprobación. Inmensamente aliviado, Nick extendió los dedos sobre el muslo de ______.
—Que se vaya con viento fresco —logró mascullar cuando la puerta se cerró.
Era evidente que ______ se debatía entre reír o llorar.
—Mira que eres cabezota —le dijo mirándolo con los ojos húmedos de lágrimas—. Acabamos de echar a uno de los médicos más reputados de Londres. Cualquier otro que venga querrá también sangrarte. ¿A quién llamaremos ahora? ¿A un brujo? ¿A un adivino?
Con las pocas fuerzas que le quedaban, Nick logró acercarse la mano de ______ a los labios.
—A ti —susurró—. Sólo te necesito a ti.
me gusto la ultima parte es muy linda :arre:
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
chicas en la tarde les pongo los que faltan
pau D jonas parthenopaeus
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
sigueeeeeeeeeeeeeeeeee!!!
quieroo saberr qe pasaaa!!!
aww mi amorr! qee lindoo nickk!!!!!
solo me necesitaa a mi!! qw
ajjaja!
siigueeeeeeeeeee!!
quieroo saberr qe pasaaa!!!
aww mi amorr! qee lindoo nickk!!!!!
solo me necesitaa a mi!! qw
ajjaja!
siigueeeeeeeeeee!!
annis9
Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
sigueee porfavoorr!!!
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Invitado
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Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
olga escribió:sigueee porfavoorr!!!
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Invitado
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Re: "El diablo en Invierno " (nick & tu)
Aaaaaaaaa! publica rapido xfa!!! Nick se va a morir? :crybaby: Ay! quiero leer!!!!
Selene
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