Re: Brother? I don´t know You (Harry Styles y ___)

por **Nadya Horan Styles** Vie 08 Feb 2013, 9:45 pm

Subiras pronto?

Nadya

por **Milena Orange** Dom 17 Feb 2013, 6:37 pm

Hola chicas, les aviso rápido, que en poco tiempo ya voy a subir el ultimo capitulo, el epilogo y algunos dias despues la Historia de Harry. Les mando un beso enorme, cuidense y buena salud :D

por **ANNAKAREN1D** Miér 20 Feb 2013, 7:24 pm

OMG :jajajaj: !!!!!!!!!!!!!!!!!!! , Sabes que eres una suepr escritora vdd , ya subelos ya no aguanto mas porfas , me matas cada vez que no subes :bye:

por **Nadya Horan Styles** Sáb 23 Feb 2013, 7:04 pm

SAFjv vgfbadmjzsoxibc vgrxdszaxacvybjukuvdygte

No sabes ni te imaginas lo anciosa que he estado desde que prometiste que subirias en este mes lo ultimo de tu novela!!!

No puedo creer que ya lo vayas a subir!
Sube lo mas pronto que puedas!!

Aunque sea por nosotras dos lectoras que estamos para ti

Perdon si no te respondi antes el mensaje! pero esta semana tuve pruevas en el colegio y pues... se me metio en la cabeza no entrar ni a facebook

Sube lo mas pronto que puedas linda

Nadya

por **Sol Evans (lerman)** Dom 24 Feb 2013, 12:30 pm

estoy esperando el final y el epilogo con muchas ansias !!!! :corre:
seguila pronto please !!!!
AMO TU NOVE !!

por **Nadya Horan Styles** Sáb 09 Mar 2013, 3:46 pm

Milena!!!!!
Cuando subiras??

Las ancias me comen!

Nadya'

por **Sol Evans (lerman)** Lun 11 Mar 2013, 7:01 pm

porque no la seguis ?!!! :lloro:

por **Nadya Horan Styles** Dom 17 Mar 2013, 10:05 pm

SIGUELA POR FAVOR

Me comen las ancias:'(

Nadya

por **Nadya Horan Styles** Mar 26 Mar 2013, 12:34 pm

MILENA!

Sube por favor!

Nadya

por **Sissiana_02** Lun 08 Abr 2013, 6:10 pm

Siguelaaaaaa !!

por **Milena Orange** Jue 11 Abr 2013, 9:22 pm

Capitulo 52:

Dolor de cabeza. Eso era lo que tenía la mañana siguiente a la boda de Niall.
No era la única, desafortunadamente. Con pocas ganas salí de la cama, esperando encontrar algún rastro de vida en la casa. Silencio, eso fue lo único que encontré.
En cuanto pasé frente a un espejo que había a mitad del pasillo del segundo piso, me encontré con mi reflejo. No me veía nada bien, pues tenía el pelo enmarañado y el vestido que tenía la noche anterior mal puesto. Debido al cansancio con el que llegamos la noche anterior, no reparé en lo que llevaba puesto y simplemente me metí así como estaba en la cama. Sucia… Estaba sucia…
Llegué al baño con sigilo (aunque por más ruido que hiciera era imposible despertar a los demás dormilones) y me miré al espejo de manera más puntual. Tenía el maquillaje corrido y ojeras debajo de los ojos, además de una fina hebra de baba seca que se asomaba por mi boca. Me bañé y sentí un gran alivio, pero seguía sintiéndome sucia.
Mientras secaba mi cuerpo con una toalla y colocaba otra enroscada en mi cabeza, sentí un dolor por debajo de los hombros. Era el dolor que se sentía por un golpe, cuando tenemos un gran moretón. Y eso mismo tenía. En cuanto lo inspeccioné me encontré con una gran mancha color violeta, casi tirando oscuro, que se extendía por debajo de mi hombro hasta llegar a mi clavícula derecha. Recordé la noche anterior… me asqueé a mí misma. Maldiciendo el nombre por lo bajo de aquel muchacho con el que me había encontrado, bajé hasta la cocina. Ni un alma.
Pero claro, ¿Quién se tomaría el atrevimiento de despertarse a las doce del mediodía luego de haberse dormido hacia apenas unas horas? Aunque dormí menos que el resto, mi energía estaba al tope.
Tenía dudas sobre si tenía que hacer el desayuno o el almuerzo. Nadie había desayunado a excepción de un poco de baba que habían tragado mientras dormían. Así que me decidí por hacer un almuerzo para las pocas personas que aún quedaban en la casa. Niall y Andy habían dejado la casa hacia unas horas para disfrutar de su primer día de casados. Los imaginé subiendo a un barco para recorrer los océanos en sus anchas, ambos tomados de las manos entregándose lo más puro que podían: Amor. Pero luego recordé que Niall le teme al agua desde que tropezó y se hundió varios metros en un lago congelado mientras patinábamos a los siete años un invierno de vacaciones. Me tomé el papel de heroína y lo saqué del agua intacto y helado. Parecía inverosímil pensar que aquel niño de ojos azules y, en ese momento, dedos violetas tiritando estuviera ya casado con una bonita casa y pensando en un futuro. Sonreí de lado al percatarme de la felicidad que Niall estaba sintiendo en ese momento.
Tostadas, huevos, vegetales, algo de carne, jugo de naranja y arroz. Ya estaba todo listo y hasta la mesa puesta, solo faltaba ir a despertar a los dormilones que aún seguían remolinando en sus tibias camas.
Uno a uno fue saliendo con pereza de sus camas y bajaron al comedor a almorzar. No quiero negar que mi cara minutos luego de levantarme de la cama no luciera mal, pero en ese sentido, Liam, Dani tenían un aspecto mucho más infame que el mío: Daniela tenía el maquillaje corrido y el pelo enroscado en un rodete que se había armado mientras bailaba salvajemente ya que tenía calor; Liam tenía ojeras notables; en ambos se notaba que tenían resaca.
Serví algo de café para que los recién levantados se sintieran más enérgicos. Mi error. Lucas al cabo de unos minutos corría como un loco desenfrenado por todo el comedor.
-¡Lucas, ven para acá, despertarás a tía Petunia!
¿Cómo se me pudo ocurrir darle café a un niño de seis años? Al menos su flojera había pasado.
Liam bostezó sin preocuparse por tragar lo que tenía en la boca. Luego dijo con desazón:- ¿A qué hora se supone que tenemos que estar en el aeropuerto?
-A las siete. Afortunadamente el viaje no es muy largo-tomé un largo trago de jugo y agregué:-.Tendremos que armar las valijas lo antes posible.
- Petunia esta todavía arriba durmiendo.- comentó Daniela.
- Estaba porque el alboroto ya la despertó- dijo una tras nuestras espaldas. Giramos la cabeza y nos encontramos con ella: Tenía un aspecto deplorable y parecía más vieja de lo que era. En sus ojos había cansancio.- ¿Por qué Lucas esta tan bullicioso?
-Le di café- admití sintiendo un leve punzón de culpa en el estómago. ¿Qué habías pensado ___?
-___, ¿Cómo…?- se agarró el puente de la nariz con los dedos.- Olvídalo, no estoy tan descansada como para regañar. Bueno, al menos no está todavía dormido en su cama, así que bien hecho.
Miré de soslayo al muchacho. Se había comido con gran rapidez las tostadas y en ese momento jugaba con dos barcos saltando de aquí para allá por toda la habitación. Nadie dijo nada, estábamos muy ocupados como para objetar algo.
Luego de comer y lavar los platos y demás utensilios (Dani y Liam se encargaron de esto; Liam lavaba mejor que Daniela.) cada uno se fue directo a su habitación. Teníamos que llegar a Dublín, donde tomaríamos el avión que nos llevaría directo a casa, en menos de unas cinco horas.
Nadie tenía ni la más mínima prenda guardada en la valija, cosa que era de esperar. Decidí armar primero la de Lucas. Como quería que el niño empezara a sembrar algo de responsabilidad (para un futuro no distante y para facilitarme las cosas ya que desde entonces sería para el niño como una especie de madre), le dejé que el mismo me trajera sus cosas. Lo tomó como un juego y, gracias por su competitivo espíritu, terminó haciéndolo de maravilla (a excepción de que se olvidó de traerme su cepillo de dientes y su dentífrico sabor a frutilla). Le enseñé a doblar la ropa y lo dejé que me observara acomodarlas dentro de su maleta. Entendió a la perfección y salió corriendo y canturreando.
Me tocaba armar el equipaje a mí. Tomé la valija y la tiré sobre la cama. La enfrenté como si estuviera a punto de batirme a duelo con ella y saqué toda la ropa que tenía dentro del armario. Minutos más tarde, contemplé la enorme farda que se había materializado sobre mi cama. Doblé a más no poder, organicé por color y tamaño, y poco a poco fui llenando la valija. Cuando ya había llenado menos de la mitad de la maleta (conste que ésta era bastante honda) me encontré entonces con el vestido negro que tanto afecto le tenía. Lo acogí contra mi pecho mientras producía uno que otro sollozo. Infaliblemente, el perfume de Harry era tan anhelado y querido por mis fosas nasales que en cuanto lo olí me pareció que él estaba allí, conmigo.
Un estrépito de algo que se rompía en mil pedazos interrumpió mi ensimismamiento. Tiré el vestido sin tener en cuenta en donde. Bajé apurada y vi la escena: Lucas había roto un vaso que por fortuna resultó ser nuestro. Petunia apareció exaltada y con el ceño fruncido.
-Ve, yo puedo controlarlo.
Asintió firmemente y se marchó escalera arriba.
-Ten más cuidado cuando andes, Lucas. Por suerte este vaso era nuestro y era de plástico viejo.
-Lo lamento- dijo el niño con rubor en las mejillas.
-Está bien. Ve a jugar y con cuidado- advertí estrictamente. El asintió enérgicamente y salió corriendo.
Regresé a la acción y minutos más tardes el equipaje ya estaba listo. Sentí un alivio en el pecho y para pasar el rato, decidí tirarme a ver la televisión entre los placenteros almohadones de los sillones del living.

La despedida de la casa fue algo penosa. En cuanto preparamos todas las maletas para salir, quise hacer un saludo a la casa con estilo de película: Todos caminando hacia la puerta y diciendo a cada cosa que veían “Adiós” y recordaban los buenos momentos que pasaron que no volverían nunca; pero no pudo ser.
Mi valija y la de Lucas salieron sin problema alguno, pero la de Petunia, Liam y Dani fueron las más laboriosas en ese momento. Petunia tuvo que sacar la suya por la ventana de la cocina, algo que ella no pudo hacer y terminé por hacerlo yo con ayuda de Lucas. La de Liam sufrió nuevamente la destrucción de una de sus rueditas; intentamos pegarla de nuevo con cinta y clavarla o por lo menos fijarla lo suficiente como para que aguantara el poco tiempo de viaje. Finalmente lo logramos. La maleta de Dani estaba tan pesada y grande (se había expandido ya que llevaba más cosas de las que había traído) que tuvimos que sacarla por el balcón de la habitación de Niall. Dani y yo la tiramos desde arriba y Liam metros abajo intentaba agarrarla; imagínense la cara de Liam cuando sintió todo el peso de esa valija sobre su pie. Épico.
Posteriormente partimos. Viajamos hasta el aeropuerto de Dublín en un bus con comodidades muy limitadas. Finalmente llegamos. Lo admiré con los ojos como platos al igual que el resto de la familia. Un increíble edificio del que no me había percatado su inmenso tamaño anteriormente (seguro fue por el cansancio del viaje y el ensimismamiento) se alzaba ante nosotros.
La gente caminaba, corría, hablaban, gritaban, discutían, todo lo que hacían allí dentro pasaba tan rápido que parecía como si una película se estuviera reproduciendo a una velocidad más alta de la normal. Apenas me percaté de hacia dónde nos dirigíamos, ya estábamos en un avión, camino de vuelta a casa.
Mientras me acomodaba en el asiento del avión no pude evitar pensar en la madrugada del mismo día. Mientras todos estaban en sus camas durmiendo soñando con quien sabe que mientras el sol salía por el horizonte y yo me escabullía para poder olvidar un poco las cosas.

Flash Back:

No podía dormir. Habíamos llegado de la fiesta hacia apenas media hora y ya todos estaban dormidos. Observaba la tarjeta que Patrick me había entregado el día anterior como si esta fuera a solucionarme algo. (“Si Harry se alejó…”)…
Y un flash atravesó mi cabeza. Una idea llegó a mi cabeza y no sé porque, en ese momento me pareció algo brillante. Lo llamé. Una voz dormida se escuchó al otro lado del teléfono.
-¿Hola?
-Patrick, soy yo. ___.
-¿Qué necesitas a esta hora?
-Necesito hablar.
-¿No puedes esperar hasta mañana?
-No. ¿Cuál es tu dirección?
Acto seguido, me pasó la dirección de su departamento.
-___, ¿Qué demo…?- pero yo ya había cortado la llamada.
Me levanté de la cama y prendí la lámpara de noche. Me iluminó lo suficiente como para agarrar lo primero que se me puso enfrente y salir corriendo de la casa. Todavía no había soltado la tarjeta de Patrick; esta seguía aferrada a mi mano como si de ello dependiera mi vida.
Sin pensarlo tomé un taxi. Indiqué la dirección y avanzamos. Apenas se veía el cielo un poco anaranjado. Había poca gente en la calle. Muchas luces, poca gente. El auto paró frente a un edificio de no más de cinco pisos de alto con un angosto camino adoquinado destinado al orificio de entrada de éste. Le pagué al taxista y salí corriendo. Fue ahí donde me di cuenta de que lo que traía puesto no era menos que el vestido negro.
Seguí el recorrido y llegué a la puerta de Patrick. Toqué el timbre de manera insistente. Finalmente la puerta se abrió y el apareció del otro lado. Sin pensarlo me tiré contra él y lo besé. Fue un beso desesperado, sin pasión ni amor, solo en busca de desahogo y lleno de gula. Él no opuso esfuerzo alguno en detenerme, por el contrario; lo que hizo fue tomarme de la cintura y llevarme hasta un sillón donde nos tiramos y nuestros cuerpos se chocaron y frotaron con más fuerza. Luego las cosas empezaron a tornarse más agresivas. Me empezó a arrancar la ropa y a tocarme y frotarme los muslos y los pechos. Luego hice lo mismo con él y cuando me di cuenta del GRAN error que había cometido el ya estaba… haciendo lo que los esposos le hacen a sus esposas…
Intenté zafarme pero él seguía. La manera en la que me sentía no me la es posible explicar. En cuanto junté algo de fuerza lo empujé hacia atrás. Por poco casi cae del sofá. Pero regresó. Era el mismo pervertido de unos años atrás…
No recuerdo bien el cómo logré salir de esa casa sin más contusión que algunos moretones por la zona del tórax. Solo recuerdo mis pies pisando la acera de la calle caminando de vuelta a casa.
Llegué rendida y con algo menos además de los zapatos.

Fin flashback.

El avión aterrizó. Ya sentía el calor y aroma del hogar. Recogimos el equipaje con cierta pesadumbre. Hicimos fila para esperar un par de taxis. Liam y Daniela viajaron juntos, a lo que nos tocó una despedida llena de abrazos y besos por parte de los nombrados. Petunia viajó en otro con Lucas y yo en el tercero. Mi hermanito se quedaría con Petunia por unos días…
Dio la casualidad de que a mitad del camino –el momento en el que mis memorias cesaban y la dura realidad me golpeaba en la cara como una pelota en clase de gimnasia- comenzó a llover.
Bajé del taxi y el amable hombre con él quien había compartido más que tristes miradas me ayudó a llevar el bolso hasta la casa. Le pagué y le dejé una propina generosa.
Había luz y calor, ruidos de una pava que hervía…
Abrí la puerta y unos ojos me acogieron. El calor entibió mi cuerpo. El silbido de la pava llenó mis oídos abarrotados por la lluvia. El color regresó a mi cara.
Era él, Harry allí en persona. Como lo recordaba. Como lo esperaba. Como lo amaba.
Era él…

por **Milena Orange** Jue 11 Abr 2013, 9:27 pm

Epilogo:

Luego de arrojar la última almohada que me quedaba en la cama a la cabeza del hombre con rizos, reprochando a regañadientes me levante finalmente de la cama. El motivo de mi desgano no era el despertarme, ya que solía ser yo la madrugadora de la casa y la encargada en hacer que todo se movilizara con orden y control. Sabía lo que esperaba después de salir de la cama, y los nervios por encontrarme con ello me ponía tan nerviosa hasta el punto de rehusarme a dar siquiera un paso. Miré la hora y quedé indignada. Entonces, prestando extrema atención a cualquier ruido en la habitación, escucho como el receptor de mis almohadas dice mi nombre. A pesar de que han pasado quince años desde que nos conocimos, el escalofrío que se escurría por toda mi espalda (temporalmente, debido al piyama, desnuda), seguía estando presente al momento de escuchar mi nombre pronunciado por sus labios.
-¿Piensas en quedarte todo el día en la cama cuando hay decenas de gente esperándote?
-Harry, amor.- lo miré a los ojos y con tono suave dije:- ahora me levanto.
Harry, quien ya tenía la pinta de un hombre dentro de todo maduro, se sentó en la cama y me encerró entre sus brazos fornidos y luego se acercó a mi cara y acarició mi mejilla. Escalofrío.
Al cabo de un momento, estábamos los dos vestidos de manera impecable. El llevaba puesto un traje de sastre. Yo llevaba puesto algo que una humilde mujer de negocios usaría en una reunión en la que tiene confianza con sus colegas. Sentía que los nervios me comían desde adentro, el estómago me daba saltos y el cerebro en cierta manera me vibraba.
Llegamos afuera del edificio en el que vivíamos (que era ligeramente lujoso) y en cuanto visualizamos el auto negro enviado a buscarnos a mí y a Harry para llevarnos a destino, nos subimos en este. Abrí las ventanas hasta el tope en el camino, mientras me refrescaba y deshacía del agobio. Definitivamente la brisa había ayudado a reconfortarme. A medida que avanzábamos mi cerebro comenzó a formular imágenes desagradables. Intente distraerme viendo como la gente pasaba, realizando su monótona rutina de un lunes a la mañana. Un hombre se prendía un cigarrillo mientras leía las noticias en el matutino. Una anciana daba de comer a las palomas algo que sospechaba no eran migas de pan. Había quienes parecían haberse escapado de la escuela, ya que traían con ellos sus mochilas y una que otra botella de cerveza. Una mujer empaquetaba una docena de bizcochos y se los entregaba a una mujer con aspecto soberbio y nariz ganchuda. Y también había quien caminaba, corría, golpeaba, lloriqueaba, gritaba y más.
En cuanto un hombre leyendo mi libro había aparecido en mi radio de visión, el corazón se me cayó (¿Hay algo mas bajo que los pies?).
-Tranquila- recitó una voz a mi lado. Sentí que me tomó de la mano con la yema del pulgar-, todo va a salir bien.
Tragué saliva. Sus palabras, de cierto modo, lograron convencerme en la mínima parte de mi organismo que todo saldría de manera espectacular. Entonces besó mi mano. Sentí como que recuperaba mi corazón desde el piso del choque y este se estremecía. Amaba las reacciones que este hombre provocaba en mí.
Durante el resto del viaje intenté persuadir a mis nervios para que estos no me causaran ninguna mala jugada. Aparenté estar tranquila y serena, ensimismada en mis pensamientos.
En cuanto nos fuimos adentrando por las calles más cercanas a nuestro destino, pude visualizar que la cantidad de gente andante por las calles aumentaba. Estábamos llegando al centro.
-Cat y Louis nos esperan con las niñas. Y Liam esta con Dani todavía en la casa, ya sabes cuanto tarda con la panza y la dificultad de sus movimientos.
-Excelente.- dije en tono amargo y forzando una sonrisa frívola. Me rasqué la oreja incómodamente.
Unas cuadras más y llegaríamos… Y lo hicimos.
Escuché a lo lejos, los vítores que la gente emitía constreñida en la acera. No eran gritos de auxilio ni de disgusto. Al contrario. Parecían vociferar todos a distintos tiempos, pero juntos formaban una gran batahola. Los aullidos aumentaron a medida de que nos allegábamos a destino. Mis piernas temblaban. La calle estaba rodeada de vallas blancas y había policías intentando controlar a las personas que rodeaban el edificio al que tendríamos que entrar. En cuanto nos encontramos a solo metros de las vayas, una pareja de policías se acercaron a nuestro vehículo, supuse que para verificar que éramos nosotros; nos abrieron paso entre las vayas al igual que entre las personas cuyos vítores aún persistían.
El coche se detuvo.
-Llegamos- indicó el chofer que se dio vuelta sobre su espalda para poder observarnos. Nos mostró una amplia sonrisa.-. La están esperando, señorita Nachille.
Intenté hacer que por lo menos el hombre de cabello blanco y ojos con bolsas creyera en mi tranquilidad y felicidad esbozando una sonrisa de lado.
-Estoy nerviosa. Más que nerviosa Harry, estoy muerta de miedo.
-Tranquila. Todo va a salir bien - dijo Harry con voz calmada en un intento de tranquilizarme. Tomó mi cara con las yemas de sus dedos y hundió nuestros labios en un tierno beso. Luego, cuando nos separamos, tomó con ambas manos mi rostro (nuestros ojos estaban cerrados y nuestras narices juntas) y me susurró:- Te amo.
- Yo también te amo.
Y salimos.
El bullicio era grande y la luz me cegó por un instante. Pero momento siguiente, me encontraba caminando por un pasillo adornado con una hermosa alfombra color azul, bastante larga, formado por vayas y hombrezotes de seguridad; que contenían a lo que me pareció una multitud de personas que me recibían con un entusiasmo e interés equivalente al volumen de los gritos que bramaban. Había muchas manos extendidas que intentaban adentrarse sobre la alfombra de color azul. Algunas de ellas tenían en su mano unos gordos libros y unas lapiceras que se sacudían y zarandeaban debido al movimiento de sus manos. Otras tenían solo papeles o cuadernos con páginas en blanco y lapiceras. Todo resultó muy impactante.
Llegamos hasta la entrada del lugar en el que se realizaría la conferencia para hablar sobre el nuevo libro: una sala de forma ovalada, similar a un anfiteatro, en el que delante de todos los asientos se encontraba una amplia tarima de madera que pude reconocer como un escenario. Sobre esta pude reconocer una mesa, no muy larga, y una silla. Detrás de estas había una pared de yeso con un perlado color blanco. A los costados del escenario había dos cortinas de un terciopelo rojo que aparentaban esconder a la próxima persona que entraría a presentarse ante el público. El salón era muy luminoso.
-___- me llamó una apresurada voz mientras revisaba el lugar encantada-, la prensa empezará a entrar. Solo faltan unos minutos. Luego si es que queda lugar entrarán los fanáticos. ¿Reservaste los lugares para tus familiares ya?
-Desde el lunes pasado lo están. Bien, supongo que aquí nos despedimos Harry- el hombre que hablaba apresurado se había marchado de la misma manera.- Deséame suerte.
-Es lo que mas te deseo amor.
Me dio un casto beso en los labios y salí corriendo, como pude debido a la altura de los zapatos estilo pump.
Era tiempo de salir. Esperaba tras las cortinas del terciopelo rojo a recibir alguna señal. De vez en cuanto la curiosidad se me asomó y me obligó a espiar apenas sacando la cabeza a la ovalada sala, que de a poco se iba llenando de gente. Mis piernas temblaban.
Como desahogo, busqué entre el público una cara conocida. A falta de una a mi lado, me encontré con doce caras sonrientes que me saludaron de manera agraciada: Cat levantó la mano en forma de saludo y moviendo los labios sin producir sonido alguno pude comprender que lo que decía era un grito de apoyo; Louis llevaba en el brazo izquierdo una pequeña bebe, y al lado suyo se encontraba una niña de unos seis años de igual a el; Daniella estaba con Liam tomados de la mano y saludando con la que tenían libre; Zayn y Camila aplaudían con sonrisas de oreja a oreja; Niall y Andy estaban sentados (Niall tenía el bolso de Andrea sobre sus rodillas) temblando por lo que pude entender de la emoción; Lucas, quien ya era todo un hombre, charlaba por teléfono con su pareja; Petunia me hizo un ademán de confianza con la cabeza.
Recibí la señal. Avancé y llegué a la mesa ubicada en el centro del escenario. Me recibieron con un fuerte aplauso. Enseñé una sonrisa bastante forzada. De repente los nervios sentidos hacia unos minutos se desvanecieron. Sentí la capacidad de responder a cualquier pregunta. Y así fue como empezó.

Vivimos, y lo admito, con Harry infinidad de ocasiones, de todo tipo fueron estas. Peleas, encuentros románticos, cómicos, terroríficos e incluso casi sexuales. Todas estas fueron recordadas y escritas en un libro, al que decidí declarar con el nombre de “Un hermano al que no conozco y amo”. Las verdades y sentimientos fueron llevados hacia los lectores que fui ganando a medida que el tiempo pasaba. Seguí el consejo que una vez una antigua profesora me dio y con muchísimo trabajo logré convertirme en escritora. En cuanto terminó la entrevista, mis amigos (ya transformados en familia) me recibieron con bramidos y aplausos, besos y felicitaciones. Todos ellos habían aparecido en “Un hermano al que no conozco y amo”, claro, en el papel que tuvieron en la historia que resultó ser la vida de Harry y mía. Tuve la osadía de, para no generar problemas mediáticos, cambiarle el nombre a estos personajes (algunos, claro).
Y así con el tiempo, la historia que tuvimos con Harry fue publicada en varios países. Sigo a teniendo a mi Charly conmigo y tenemos una relación que juramos proteger hasta nuestro fallecimiento.
Aunque nunca afirmé a la prensa ni a los lectores que la historia que leían y releían una y otra vez escrita sobre un perlado papel, fue nada más y nada menos que la historia que viví con Harry. Nuestra historia.

FIN.

por **Milena Orange** Jue 11 Abr 2013, 9:32 pm

QUERIDISIMAS LECTORAS:

He aqui el final de la historia que tanto me gustó iniciar. Pasé por distintos periodos (tristeza, felicidad, irritabilidad, perversión) (?' asdgasg y ustedes me bancaron. Les pide un gigante GRACIAS Y LAS AMO, POR TOMARSE EL TIEMPO Y EL ATREVIMIENTO DE LEER LA PRIMERA NOVELA QUE ESCRIBO Y ME ANIMO A PUBLICAR. Enserio significan mucho, MUCHISIMO PARA MI. Perdonen por las tardanzas, los malos tratos y los malos capítulos. Siempre van a estar en un lugar de mi memoria con sus graciosos y pervertidos comentarios, meandonos de risa y discutiendo respondiendo y preguntando cosas.
LES DIGO: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS MIL VECES, LAS AMO, AMÉ ESCRIBIR ESTA NOVELA Y SE QUE USTEDES TAMBIÉN AMARON LEERLA. AMO SUS COMENTARIOS Y LAS AMO A USTEDES. GRACIAS POR LOS MOMENTO EN LOS QUE ME PUDIERON SUBIR EL ÁNIMO. NO SE QUE HABRÍA HECHO SIN EL APOYO DE USTEDES (Ya que sin ustedes no hay novela e.e)
SIGNIFICAN MUCHO PARA MI.
LE MANDO UN BESO GIGANTE, CUIDENSE, LAS AMA MUCHO:
Milena

por **Milena Orange** Jue 11 Abr 2013, 9:35 pm

P D: VOY A CONTESTAR A TOOOOOOOOOOOOOODAS SUS PREGUNTAS SOBRE LA NOVELA, LAS SIGUIENTES QUE VOY A ESCRIBIR Y CUALQUIERA DE SUS DUDAS EXISTENCIALES (?' SOLO NECESITO TIEMPO.

GIVE PEACE A CHANCEEEEEEEEEEEEE! :aah: (?' okno xd

Les juro, voy a llorar, no puedo creer que se haya terminado :lloro: :wut: :gasp: :jajajaj: :imdead: Brother? I don´t know You (Harry Styles y ___) - Página 56 1926951358

Brother? I don´t know You (Harry Styles y ___) - Página 56 1926951358

BUANO ESO, LAS AMO :aSDGSGSDGS

por **Gummy Bear** Vie 12 Abr 2013, 9:30 am

ahahahahahahahahahaha la terminaste, te felicito... esta fue una de las mejores novelas que he leido, eres una gran escritora... espero que escribas otra ;) :ñomñom:

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