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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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1, 2
Re: Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
por Jockie. Lun 14 Oct 2013, 12:12 pm
Bienvenida, ¿cuál es tu nombre?AnnyStylesHoranJonas escribió:helllo!!! aui tienes a una fiel lectora
cuando lei el prologo quede
plop!!! :wut:
me encantoooooooo
Me alegro de que te encantará._.
Jockie.
Re: Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
por Jockie. Jue 17 Oct 2013, 3:29 pm
PrólogoI'm listening to your footsteps✖
[spoiler="EWM″]
Acá tienen mi capítulo. Es un poco mierda, lo se. Espero muchos comentarios.
Besos[/font][/color]
Evan Morgann
—Apaga la música —farfulló la pequeña Charlotte, mirando a su hermana con sus enormes ojos azules, mientras hinchaba las mejillas enojadamente.
—Y si te digo que no, ¿qué vas a hacerme, enana? —le gruñó la mayor, sonriendo con superioridad.
—Me chivaré a la niñera —amenazó la pequeña, entrecerrando los ojos azulados y fulminando con la vista a la mayor.
Ella soltó una carcajada, ante la absurda advertencia de su hermana pequeña, y a modo de respuesta subió más el volumen de la música que explotaba en sonido el silencio sepulcral del salón. Charlotte, lanzó un chillido agudo, que amortiguó el Rape Me de Nirvana, y después giró sobre su eje, provocando que la faldita azulada se moviera al compás de sus piernas diminutas, y andará en dirección a la cocina, con la intención de chivarse. La adolescente, se quedó contemplando triunfadoramente la salida de su hermana pequeña, y suspiró agotada, mientras bajaba el volumen de la música rápidamente y cogía uno de los libros esparcidos por la mesita de centro de cristal, fingiendo estar interesada en el tema de Las Conquistas Griegas.
Recostó su cabeza contra los suaves cojines, y contempló ausentemente el dibujo de un soldado griego, con su brillante armadura dorada y las pelos de caballo que decoraban su casco.
—Y no para de hacer ruido —demandó Charlotte, entrando en el salón con la niñera de veintitantos años llamada Haelie.
Evan levantó la mirada del dibujo del soldado, fingiendo sorprendida sorpresa ante la entrada de una Charlotte con la cara enrojecida por la furia y el cabello castaño claro desordenado caóticamente.
—¿Ocurre algo? —inquirió, haciéndose la inocente y paseando sus ojos azules por el rostro de Healy.
—Lottie dice que no paras de montar jaleo —contestó la joven, colocándose en jarras y mirando extrañada a la rubia.
Su hermana arrugó el ceño, aparentando estar confusa.
—He estado estudiando aquí todo el rato —mintió, levantando el libro de historia con sus dos manos—. ¿Ves? La conquista de los griegos. Sería estúpido que hiciera ruido si estoy concentrada en estudiar para el examen de mañana.
Healy asintió, dándole la razón en silencio y se giró hacía Charlotte, la cual estaba más roja que antes y fulminaba con la mirada a su hermana mayor.
—Lottie, mentir está muy mal —la regañó la niñera, con los labios apretados y el típico tono de voz materno que empleaba para regañarla.
—No he mentido, Haely —gritó, agudizando fuertemente—. Ella ha estado chichándome con su música satánica y... y... y... ahora te miente y tú la crees.
—Charlotte, a la cama —le gruñó la niñera, visiblemente irritada ante la voz de la pequeña.
La pequeña gritó, sobresaltando a su hermana mayor la cual apretó los labios para no estallar en carcajadas y empeorar el temperamente de la niña. Charlotte se marchó, farfullando cosas sin sentido, y subió las escaleras. A continuación se escuchó el eco del portazo.
—Que carácter —susurró Evan, examinándose las uñas de las manos, con aire superior.
Healy contempló a la adolescete, la cual parecía despreocupada y luego clavó su intensa mirada verdosa en el reloj de la pared, donde las manecillas negras marcaban las diez y media. La niñera arrugó el ceño, acercándose a la mesita de centro y recogiendo las tazas de café vacias.
—Yo creo que deberías irte también a la cama —comentó, ganándose una mirada con el ceño arrugado de parte de la rubia.
—¿En serio? —parecía perpleja.
—Sí, mañana tienes clases.
—Tengo diecisiete años —gruñó la muchacha.
—Mañana tienes examen.
Evan entrecerró los ojos, dándole el feroz aspecto de un mapache enfurecido, y apretó los dientes, para luego ponerse en pie, sintiendo el frío suelo bajo las plantas de sus pies y subiendo escaleras, con aire malhumorado. El pasillo era estrecho, enmoquetado por una gruesa alfombra de color roja granate, y de las paredes colgaban millones de tratos. La chica se paso la mano por el pelo, y entró en la habitación.
—My sole intention is keeping my head in the clouds They say that I can't last a day in the real world I say you wouldn't survive one night in mine —tarareaba Evan en la oscuridad, a la vez que dibujaba en su cuaderno de dibujo, tan sólo iluminada por la debilidad de una vela azul que desprendía el dulce hedor a jazmín.
Estaba rompiendo la regla de oro que su madre, Fionna le había dictado: Nada de prender fuego en las habitacioned, pero, no podía permitirse el lujo de encender las luces y ser descubierta a altas horas de la madrugada. Algo inquietaba ultimamente sus sueños, y ahora temía cerrar los ojos, y dormir de noche. La canción había acabado, y la adolescente sentía su corazón agitado, de una manera inexplicable e ilógica. Evan se echó hacía atrás, mirando el techo y preparando la siguiente canción cuando, unos pasos provenientes del piso inferior la sobresaltaron, obligando a que su corazón se agitará en su pecho y los pelos de la nuca se le erizaran. La joven buscó a tiendas la vela, donde la llama estaba casi extinguida, y se puso en pie, al sentir la presencia de unos pasos quedarse en el pie de las escaleras que subian hacía su piso.
—¿Hay alguien ahí? —logró susurrar, incorporándose y dejando los abriculares a un lado.
El silencio la respondió, poniéndola enferma. Seguramente es Charlotte, la cuál ha ido a beber agua se intentó convencer, regresando al dibujo que tanto espero la había costado. Cuando empezó a sombrear los laterales del dibujo, se quedó pretrificada, al escuchar los pasos de algo subiendo y se quedó completamente muda al ser testigo de cómo la puerta de su habitación se abría poco a poco, acompañado de un chirrido fantasmagorico que le daba ganas de llorar. Una brisa helada acarició sus pómulos, obligándola a tiritar y ponerse en pie, para cerrar la puerta cuando, vió algo. Era una sombra, la figura encorbada de alguien subiendo a toda velocidad, a pesar de que no había un cuerpo sólido que la proyectará. Evan perdió más color, cuando divisó frente a sus ojos unas manos blancas que la tapaban los ojos. Éstas al contacto eran frías.
—Duerme, Evan —murmuró una voz masculina, suave y dulce.
—Y si te digo que no, ¿qué vas a hacerme, enana? —le gruñó la mayor, sonriendo con superioridad.
—Me chivaré a la niñera —amenazó la pequeña, entrecerrando los ojos azulados y fulminando con la vista a la mayor.
Ella soltó una carcajada, ante la absurda advertencia de su hermana pequeña, y a modo de respuesta subió más el volumen de la música que explotaba en sonido el silencio sepulcral del salón. Charlotte, lanzó un chillido agudo, que amortiguó el Rape Me de Nirvana, y después giró sobre su eje, provocando que la faldita azulada se moviera al compás de sus piernas diminutas, y andará en dirección a la cocina, con la intención de chivarse. La adolescente, se quedó contemplando triunfadoramente la salida de su hermana pequeña, y suspiró agotada, mientras bajaba el volumen de la música rápidamente y cogía uno de los libros esparcidos por la mesita de centro de cristal, fingiendo estar interesada en el tema de Las Conquistas Griegas.
Recostó su cabeza contra los suaves cojines, y contempló ausentemente el dibujo de un soldado griego, con su brillante armadura dorada y las pelos de caballo que decoraban su casco.
—Y no para de hacer ruido —demandó Charlotte, entrando en el salón con la niñera de veintitantos años llamada Haelie.
Evan levantó la mirada del dibujo del soldado, fingiendo sorprendida sorpresa ante la entrada de una Charlotte con la cara enrojecida por la furia y el cabello castaño claro desordenado caóticamente.
—¿Ocurre algo? —inquirió, haciéndose la inocente y paseando sus ojos azules por el rostro de Healy.
—Lottie dice que no paras de montar jaleo —contestó la joven, colocándose en jarras y mirando extrañada a la rubia.
Su hermana arrugó el ceño, aparentando estar confusa.
—He estado estudiando aquí todo el rato —mintió, levantando el libro de historia con sus dos manos—. ¿Ves? La conquista de los griegos. Sería estúpido que hiciera ruido si estoy concentrada en estudiar para el examen de mañana.
Healy asintió, dándole la razón en silencio y se giró hacía Charlotte, la cual estaba más roja que antes y fulminaba con la mirada a su hermana mayor.
—Lottie, mentir está muy mal —la regañó la niñera, con los labios apretados y el típico tono de voz materno que empleaba para regañarla.
—No he mentido, Haely —gritó, agudizando fuertemente—. Ella ha estado chichándome con su música satánica y... y... y... ahora te miente y tú la crees.
—Charlotte, a la cama —le gruñó la niñera, visiblemente irritada ante la voz de la pequeña.
La pequeña gritó, sobresaltando a su hermana mayor la cual apretó los labios para no estallar en carcajadas y empeorar el temperamente de la niña. Charlotte se marchó, farfullando cosas sin sentido, y subió las escaleras. A continuación se escuchó el eco del portazo.
—Que carácter —susurró Evan, examinándose las uñas de las manos, con aire superior.
Healy contempló a la adolescete, la cual parecía despreocupada y luego clavó su intensa mirada verdosa en el reloj de la pared, donde las manecillas negras marcaban las diez y media. La niñera arrugó el ceño, acercándose a la mesita de centro y recogiendo las tazas de café vacias.
—Yo creo que deberías irte también a la cama —comentó, ganándose una mirada con el ceño arrugado de parte de la rubia.
—¿En serio? —parecía perpleja.
—Sí, mañana tienes clases.
—Tengo diecisiete años —gruñó la muchacha.
—Mañana tienes examen.
Evan entrecerró los ojos, dándole el feroz aspecto de un mapache enfurecido, y apretó los dientes, para luego ponerse en pie, sintiendo el frío suelo bajo las plantas de sus pies y subiendo escaleras, con aire malhumorado. El pasillo era estrecho, enmoquetado por una gruesa alfombra de color roja granate, y de las paredes colgaban millones de tratos. La chica se paso la mano por el pelo, y entró en la habitación.
∗∗∗
—My sole intention is keeping my head in the clouds They say that I can't last a day in the real world I say you wouldn't survive one night in mine —tarareaba Evan en la oscuridad, a la vez que dibujaba en su cuaderno de dibujo, tan sólo iluminada por la debilidad de una vela azul que desprendía el dulce hedor a jazmín.
Estaba rompiendo la regla de oro que su madre, Fionna le había dictado: Nada de prender fuego en las habitacioned, pero, no podía permitirse el lujo de encender las luces y ser descubierta a altas horas de la madrugada. Algo inquietaba ultimamente sus sueños, y ahora temía cerrar los ojos, y dormir de noche. La canción había acabado, y la adolescente sentía su corazón agitado, de una manera inexplicable e ilógica. Evan se echó hacía atrás, mirando el techo y preparando la siguiente canción cuando, unos pasos provenientes del piso inferior la sobresaltaron, obligando a que su corazón se agitará en su pecho y los pelos de la nuca se le erizaran. La joven buscó a tiendas la vela, donde la llama estaba casi extinguida, y se puso en pie, al sentir la presencia de unos pasos quedarse en el pie de las escaleras que subian hacía su piso.
—¿Hay alguien ahí? —logró susurrar, incorporándose y dejando los abriculares a un lado.
El silencio la respondió, poniéndola enferma. Seguramente es Charlotte, la cuál ha ido a beber agua se intentó convencer, regresando al dibujo que tanto espero la había costado. Cuando empezó a sombrear los laterales del dibujo, se quedó pretrificada, al escuchar los pasos de algo subiendo y se quedó completamente muda al ser testigo de cómo la puerta de su habitación se abría poco a poco, acompañado de un chirrido fantasmagorico que le daba ganas de llorar. Una brisa helada acarició sus pómulos, obligándola a tiritar y ponerse en pie, para cerrar la puerta cuando, vió algo. Era una sombra, la figura encorbada de alguien subiendo a toda velocidad, a pesar de que no había un cuerpo sólido que la proyectará. Evan perdió más color, cuando divisó frente a sus ojos unas manos blancas que la tapaban los ojos. Éstas al contacto eran frías.
—Duerme, Evan —murmuró una voz masculina, suave y dulce.
[spoiler="EWM″]
Acá tienen mi capítulo. Es un poco mierda, lo se. Espero muchos comentarios.
Besos[/font][/color]
Jockie.
Re: Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
por Invitado Vie 18 Oct 2013, 9:55 am
Agshgasfadgfdashgafdsdsdasgfahghdasghhgfa :deos: :deos: :deos: :deos: :deos:
Adoro la manera en la que escribes. Explicas todo con absoluto detalle, y eso te hace integrarte más en la lectura. Juro que se me han puesto los pelos de punta.
Síguela pronto, por favor. :3
Kisses.
Adoro la manera en la que escribes. Explicas todo con absoluto detalle, y eso te hace integrarte más en la lectura. Juro que se me han puesto los pelos de punta.
Síguela pronto, por favor. :3
Kisses.
Invitado
Invitado
Re: Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
por oxybeiap52 Vie 18 Oct 2013, 5:15 pm
ohhhh
ME ENCANTOO!!!
y me dio miedito
=C
siguela cuando puedas
!! nuevay fiel lectora!
aki!
CC=
ME ENCANTOO!!!
y me dio miedito
=C
siguela cuando puedas
!! nuevay fiel lectora!
aki!
CC=
oxybeiap52
Re: Nightmares || Louis Tomlinson || Niall Horan
por Gummy Bear Dom 08 Dic 2013, 5:00 pm
madre mia, aquí yo pasándome por otra de tus novelas... y aun no puedo creer que nos dejes así y que desaparescas... te voy a dar una paliza virtual si no sigues ambas novelas en este instante Joe, enserio. No es una advertencia es una amenaza.
Gummy Bear
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