A perfectly good heart {Zayn Malik}

Prólogo

Sidney, Australia, hace 2 meses.

Una tarde fría de viernes. El viento soplaba increíblemente fuerte; la lluvia no cesaba y las lágrimas, tanto las suyas como las del resto de su familia, se escabullían entre las gotas que se expandían por todo el lugar. Ese no había sido un gran día.
El día anterior, cuando les entregaron la noticia, nadie dejaba de llorar y gritar. Él no creía que aquello de veras estuviera pasando. Realmente no quería creerlo.
No podía pensar en que jamás lo volvería a ver. Se rehusó a pensar que próximamente su papá sería nada más ni nada menos que un recuerdo. Nada más ni nada menos que polvo. Su padre, el hombre más honrado de toda Australia, se había ido para siempre, dejando un hueco en su corazón lo bastante grande como para seguir llorando. Ya no podía; se recordó que era hombre y debía aprender a seguir adelante. Cuando la gente comentaba que no era bueno encariñarse con la gente, jamás imaginó que los padres estaban incluidos.
La caja color marrón, que contenía a su papá  fallecido, comenzó a descender ante las palabras compungidas del padre: “Descansa en paz John”.
El llanto de su madre se hizo más agudo y prolongado, y sus silenciosos sollozos se convirtieron en gritos desgarradores de dolor y angustia. No aguantó más, debía alejarse.
Comenzó a caminar sin dirección alguna, aunque si tenía que orientarse en el camino hubiese dicho que estaba  lejos de los llantos de su madre y cerca de las puertas de entrada delanteras del recinto. Sintió pasos a la siga suya y por el rabillo del ojo observó a Liam, su mejor amigo, suspirando.
―Debes ser fuerte Zayn― comentó, como si hubiese adivinado las ganas de morir que ocupaban los pensamientos del moreno.
―Lo sé, debo serlo por ellas: Por Waliyha y Safaa, ellas son las que me necesitan en este momento- murmuró mirando al cielo, buscando algún rastro de su padre allá arriba―. Me necesitan más de lo que yo mismo puedo necesitarme.
Liam lo miró un momento, como debatiéndose entre hacer algo y no hacerlo; luego de unos minutos terminó por abrazarlo, lo que provocó que el chico expulsara todo el aire que no pretendía estar reteniendo.
―Debes volver allá, todos te esperan y ya nos vamos. Recuerda que los vehículos quedaron en la entrada trasera―se dio media vuelta y se marchó.
Él también giró, dando pasos largos y al cabo de un rato soltando suspiros, pronto se acercó lo suficiente a Liam como para pisarle los talones en el acto si hubiese querido, pero se dignó a colocarse a su lado.
Y entonces, mientras alzaba la mirada hacia el cielo, hacia todas aquellas nubes grises y turbias, y terminaba por fijar su vista en la tenue luz perteneciente a un rayo de sol tratando de escapar, se decidió: Ya no volvería a ser el mismo Zayn, ya no volvería a encariñarse con alguien, ni asumir responsabilidades por alguien que no fuera él.
Por más que le costara debía sacar aquél lado oscuro y colocarlo como su perfil, su carné de identidad, su personalidad permanente y su identificación. Ya no era “Zayn el chico bueno y bondadoso”, aquel día se coronó a sí mismo como “Malik, el chico misterioso y rebelde”.
Quizá funcionaría, quizá no
Luego de llegar a la entrada trasera, sus pasos fueron encaminados hasta el vehículo grisáceo que los esperaba para la vuelta a casa. Una vuelta a casa cargada de recuerdos, lágrimas, penas y cambios.
Waliyha estaba inconsolable, al igual que Safaa y su madre. Doniya no se encontraba en Australia ese día, sino que dos días antes ella se había ido a los Estados Unidos a ver un concierto de su grupo favorito. Aún no sabía la sorpresa que le esperaba.
El vehículo anduvo unos cuantos kilómetros antes de llegar a su destino final: La casa de los Malik, en donde se detuvo por completo y los pasajeros descendieron. Esperando que algún día todo el dolor se fuera de sus corazones.
Ese día, apenas llegaron a casa, Zayn se preocupó personalmente de remodelar su ambiente personal: su habitación; ya no habían posters de estrellas de pop. Todos habían sido reemplazados por bandas de rock. Su armario ya no era multicolor; ahora se destacaba por la gran cantidad de negro dentro de él.
Desde ese día, todo era diferente. Porque aquel chico que decía llamarse Zayn Malik estaría guardado en el fondo de sus recuerdos. Él ya no existía. Había sido reencarnado por un chico sin escrúpulos ni reglas. Él ya formaba parte del pasado... Como su padre.