In love with a criminal [Larry Stylinson] Smut

Recostado sobre su cama con sus ojos cerrados y su respiración agitada, se encontraba Harry. Él estaba débil, ni siquiera podía mantenerse de pie por si mismo. Eso me mataba, no podía verlo así. Hacía aproximadamente una hora desde que habíamos llegado a su departamento y luego de limpiar sus heridas y ayudarlo a que se de una ducha, prácticamente tuve que obligarlo a que descanse un poco para recuperar las fuerzas perdidas.






Ya habían pasado exactamente siete días desde que estaba instalado en el departamento de Harry y su amigo, Zayn. Sexo en las mañanas y en las noches con Harry era una rutina constante, y a veces, cuando él se encontraba caliente y con ganas de jugar, también teníamos sexo. En su despacho, en la cocina, en la sala, en el garage, en su auto, en el ascensor, en cualquier lugar, todo para pasar la calentura del momento.



¿Recuerdan las reglas que Harry me había impuesto? Bueno, él cumplía la mayoría de ellas; como los azotes cuando yo desobedecía. Y si que esos eran azotes, con fustas, látigos y raras veces con sus propias manos. A Harry le gustaba que yo probara de sus sucios, placenteros y pervertidos juguetes sexuales. Mierda, se sentían tan bien. Pero algo que él a veces no seguía era el que duermamos juntos en su cama, pero solo cuando yo me sentía muy cansado.



Él satisfacía todas y cada una de mis necesidades, tanto sexuales -aunque a veces me hacía sentir bastante frustrado-, como vitales o secundarias. Él me había impuesto una rutina de ejercicios estricta y obligatoria, por las mañanas de 08:00 a 10:30 am, ya que él decía que era fundamental que me mantuviera en forma para no estar débil durante nuestras horas de sexo, que por cierto, eran bastantes.



Algo que había estado notando, era que despúes de nuestra sesión nocturna de sexo -como a las 4:00 am-, cuando Harry creía que ya había caído rendido en la cama de la habitación que me había asignado, él con su amigo, Zayn, se visten todos de negro y una gorrita recta, toman una mochila negra cada uno y escuchaba que llegaban nuevamente al departamento cuando el sol comenzaba a azomarse por el horizonte de la ciudad de Nueva York, como a las 7:00 am.



Y... ¿les digo algo curioso? Él había estado recibiendo llamadas y mensajes que hacían que su humor cambiara radicalmente a uno furioso y malhumorado. Puede que lo había escuchado hablando con un tal Aiden, ¿pudo haber sido el mismo que había llamado aquella vez cuando estabamos en mi departamento? La verdad no tenía idea. También lo había escuchado hablar con Zayn sobre una tal Solange. Traté de hablar varias veces sobre todo esto con Harry, pero todos mis intentos eran en vano; él se empeñaba en no tocar ese tema... y no había foma de hacerlo cambiar de idea.



El sonido inicial de la canción 'Wake me up' de Avicii me sacó de mis pensamientos. Mi celular estaba sonando por primera vez desde que llegué a la casa de Harry. Me acomodé en el sillón y saqué el aparato del bolsillo delantero de mis pantalones.




Al fin mi mejor amigo se acordaba de mí. Con una sonrisa le dí al botón responder.


— ¿Hola? —pregunté

— ¿Louis?

— Ey, mariposita ¿qué tal?

— ¡¿Qué tal?! ¡Tu puta madre, madito imbécil! ¡¿Estás bien?! Fui a tu maldita casa unas veinte veces en la última semana y nadie atendió; llamé a tu celular unas trescientas veces; te dejé cientos de mensajes y ¡nada! ¡¿Se puede saber dónde mierda andas metido?!

— Ya, cálmate un poco, Liam. Estoy bien, y eso es raro, porque no recibí ni una sola llamada en una semana —contesté frunciendo el seño

— ¡Al menos hubieses mandado un puto mensaje diciendo que estabas bien! ¿No crees?

— Lo siento, eh estado algo ocupado últimamente —y me sonrojé, ¿eso era normal?

— Oh... pero ahora dime, ¡¿Dónde mierda andas metido?!

— Yo... me estoy quedando en la casa de un, eh... amigo.

— Mm, eso es sospechoso. Te estás quedando en la casa de "un, eh amigo" y últimamente te encuentras ocupado. Ahora contéstame; ¿Es bueno cogiendo? —preguntó y estalló en carcajadas

— ¡Cállate, imbécil! O juro que voy a colgar.

— Lo siento, lo siento. Bueno, ahora que se que estás bien, puedo estar más tranquilo.

— Ey, ¿crees que podamos juntarnos hoy, babe? —pregunté

— ¿A tu novio no le molestará?

— No es mi novio. Y ¡al diablo con Harry! él no se molestará porque no pienso decirle; si él quiere jugar, le mostraré que yo juego mejor.

— Creo que está bien, pero aún así tienes mucho que contarme —me reprochó

— Si, lo sé.

— Bueno, ¿tienes algo en mente para ésta noche?

— Elige tú.

— ¿Lucky Strike? —una sonrisa involuntaria se formó en mis labios, recordando aquella noche. De no haber sido por Stanley, mi ex novio, que me llevó a aquel lugar para conocer, no lo hubiese encontrado de nuevo a él. ¿Saben el lío que me hizo cuando le dije que me iba a llevar un amigo a casa? ¡Se puso como loco!

— Claro, me parece bien. ¿Como a las 10:00 pm?

— Seguro.

— Chau, mariposita —no pude reprimir una sonrisilla

— Hasta luego, sumisa —y colgó



Sonreí. Saber que Liam se había preocupado por mí me hacía sentir un tanto mejor después de lo que pasó con Jay, la mujer que antes se hacía llamar mi madre. Tiré mi celular en una esquina del sillón y me concentré nuevamente en la televisión; lo que no duró mucho, ya que pocos segundos de haberme acomodado, unas calientes manos se posan sobre mi pecho y un ronco susurro que logra estremecerme me habló lentamente y con veneno al oído.



— ¿Así que planeabas ocultarme cosas para salir con alguien y que te den por el culo, Louis?