Werewolves, that's what we are {One Direction} [#CANCELADA TEMPORALMENTE#].

Abrí los ojos de repente, encontrándome debajo de las fauces de un enorme lobo negro. Quise gritar pero mi voz se quedó atrapada dentro de mí garganta. Me quedé quieta y sentí algo caliente deslizarse detrás de mi oreja. El lobo me miró. Sus grandes ojos amarillos eran totalmente llamativos y decían mucho sobre él.
Se alejó de mí.
En un abrir y cerrar de ojos yo ya estaba sentada y tenía mi mano derecha apoyada sobre lo que suponía era una enorme mordida, provocada por el imponente animal que tenía en frente. Estudié su hocico, y me di cuenta de que no había sido él. De otro modo tendría sangre alrededor de la nariz. Cerré los ojos y me permití sentir mejor la herida. Un golpe. Luego me desmayé y bueno… aquí estoy. Intenté saber qué había pasado antes del golpe, ni siquiera pude recordar dónde estaba. ¿Con mi padre? ¿Con mis amigos? Ninguna de las respuestas posibles me resultaba valida. Quizá había salido a caminar… pero tampoco se me hizo posible. Ya que no estaba tan loca como para meterme en un bosque por la noche. Miré el cielo, el Sol recién comenzaba a salir.
¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
Giré la cabeza, el lobo negro ya no estaba. En su lugar un muchacho de rulos castaños se encontraba recostado en la poca hierba que quedaba… la nieve cubría casi todo el lugar, con la cabeza sobre una piedra.
—¿Quién eres? —pregunté imperativamente, estaba asustada.
—Mi nombre es Harold, _______. —Su respuesta me asustó más. —Dime Harry.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Sé más de ti que tú misma —me lanzó una sonrisa de autosuficiencia y miró hacia el alba.
—¿Dónde está el lobo? —me erguí.
—Yo soy el lobo —dijo, e instantáneamente me puse de pie.
—No estoy para mentiras —le dije. —Dime la verdad.
—No digo mentiras, nena —susurró. —No soy de ése tipo de muchachos.
Sentí una punzada detrás de mi oreja, me doblé instintivamente y caí al suelo.
—¿Qué tienes? —se acercó a mí ágilmente y se quedó a mi lado.
—Me duele —fue lo único que atiné a decir.
Pasó uno de sus brazos por detrás de mi espalda y otro por debajo de mis rodillas. —No dejes que te venza, _______. No te desmayes —me dijo y echó a correr.

Al despertar me encontré recostada en la cama de alguien. Miré a mí alrededor, las paredes estaban pintadas de verde claro. Me puse de pie y salí de la habitación. Luego vi un pasillo y unas escaleras. Bajé apresuradamente las escaleras, esperando poder escaparme de ese lugar.
Cerré los ojos en muestra de abatimiento al escuchar la voz del muchacho de rulos.
—_______, no es conveniente que salgas en ese estado. —Me giré para enfrentarlo, sostenía una taza humeante en la mano izquierda… la cual se encontraba extendida en mi dirección. —Ten —susurró—, es chocolate caliente… supuse que… ¿es de tu agrado? —su tono cambió radicalmente, ahora era algo… ¿amigable?
—Gracias —decidí dedicarle una sonrisa cuando tomé la taza entre mis manos. El calor que aquel objeto irradiaba me envolvió. Estaba helada, y probablemente pálida también.
—Debes tener frío —me paso una cazadora negra. Asentí y me abrigué.
—¿Puedo preguntarte algo? —lo miré.
—Sí, claro —se sentó en el sofá. —Siéntate.
Luego de sentarme frente a él y darle un sorbo al chocolate lo miré. —En el bosque… dijiste que tú sabes más de mí que yo misma —susurré. —¿A qué te referías?
—Bien… creí que comenzarías con… “¿Por qué eres un lobo?” pero vale. Responderé tu pregunta.
—Oye, oye, también quiero saber eso —farfullé.
—Vale —rió el castaño. —Escucha con atención, nena… no me gusta repetir las cosas dos veces —sentenció. —Como te dije antes, mi nombre es Harry, Harry Styles. Soy un hombre lobo, la “maldición” cayó sobre mi cuando tenía dieciséis años. No me preguntes cómo, no quiero recordar esa parte de la historia. Tan solo sé que durante la primer luna llena de mis dieciocho años me convertí en lo que viste durante el amanecer; ahora puedo convertirme en lobo cada vez que quiero…
—Eso es totalmente raro a mi entender —lo miré.
Él rió. —Respecto a ti… no será fácil explicarte todo esto… pero haré lo imposible. ¿Qué edad tienes, _______?
—Diecisiete… en dos semanas cumpliré dieciocho.
—Luego de que cumplas dieciocho, cuando tu primer luna llena llegue… sufrirás la transformación —me miró a los ojos. —Conozco a tu padre, Jeremy —dijo—, él sabe que la maldición cayó sobre ti… —me erguí— ¡y te lo ha dicho, no te alteres! —exclamó antes de que yo pudiera espetar cualquier cosa. —Solo que tu no le has prestado la atención que debías.
—¿Cómo? —pregunté, atónita.
—Escucha, _______, tu madre era una especie de bruja. Una bruja blanca. Una bruja buena en todos los sentidos. En tu caso no es una maldición, ¿me entiendes? —dijo. —Tu madre hizo lo que hizo solamente para protegerte. Tú naciste con ese peso sobre tus hombros, _______ —se pasó una manos por sus cabellos. —Lo único que tienes que hacer ahora es aceptar que éste es el destino que te toca —tomó la taza que dejé sobre la mesita. —Intenta no pensar mucho, solamente es cuestión de saberlo, asimilarlo y aceptarlo —rió y se puso de pie, para luego caminar hasta la cocina.
—¿Dolerá? —dije antes de que pasara la puerta.
—En absoluto —masculló. —Quizá te sientas mal… pero es soportable —me sonrió.
Me recargué sobre el respaldo del sofá, quedándome en silencio. Harry tenía razón. Ahora sólo quedaba aceptarlo… porque escapar no era una opción.

Niall Horan POV

Corrí, y corrí, llevaba casi media hora corriendo de esa manera. Con frenesí. Estaba asustado.
Hace un rato estaba en mi casa, en el patio de atrás, riendo y jugando con mi pequeña hermana. Me llegó un mensaje de Lindsay que decía: “Lamento que tenga que ser así, Niall… pero quiero conocer otra gente. No creo que volvamos a vernos.” Angustiado y enojado me interné en el bosque… para dejar escapar la ira, o al menos intentarlo comencé a golpear cosas. La furia que sentía era palpable.
Caí al suelo desmayado, y allí mismo desperté. Pero había algo diferente. No supe qué era lo que estaba mal conmigo hasta que llegué a un pequeño lago, miré mi reflejo en el agua y en vez de ver mi cabello rubio vi un par de orejas lobunas. Bajé un poco más la mirada y sí, me había convertido en un lobo gris y crema.
No tenía ni idea de qué había pasado. Lo único que sentí necesario fue volver a mi forma, volver a ser Niall.
Quise gritar por ayuda y lo único que logré fue soltar un aullido.
Al darme cuenta de lo que había hecho me asusté más. Quizá montones de lobos acudirían a ver de quién se trataba.
Tenía las patas totalmente hundidas en la nieve, pero no tenía frío y eso era un alivio.
Abatido me dejé caer, ya recostado cubrí mis ojos con mis manos y me quedé allí, rogando porque todo sea un mal sueño.

Harry Styles POV

Miré a _______ una vez más. Hacía casi una hora que no decía nada… eso era un poco inquietante. Parecía estar en shock, pero no lo estaba.
—Oye, nena —susurré y me paré detrás de ella. La castaña movió la cabeza dándome a entender que estaba escuchándome. —Saldré a comprar algo de comer, ¿quieres alguna cosa en especial? —negó con la cabeza, nuevamente. —Vale, no hagas ninguna locura mientras vuelvo, y no te muevas de aquí, no es seguro… y el frío cala hasta los huesos —en aquel momento deseé que ______ no me hiciera las cosas tan difíciles… intentaba lograr que se sintiese cómoda conmigo.
Salí de la casa e instantáneamente tomé lugar dentro de mi forma lobuna. Corrí sin destino fijo, buscaba terminar en la ciudad pero correr no me haría nada mal.
Escuché un llanto cercano, sonaba como un perro… pero nada es seguro aquí asique decidí a acercarme sigilosamente.
«¿Quién eres?» le gruñí al lobo que yacía recostado en la nieve frente a mí, su pelaje estaba totalmente escarchado.
«Soy Niall» dijo. «No sé qué fue lo que ocurrió, normalmente soy un humano.»
«Oh, por Dios» intenté no reír. «Lamento el susto, mi nombre es Harry y normalmente soy un humano, también. Aunque supongo que yo sí sé cómo controlarme.»
«Me desmayé y desperté así…»
«Ven conmigo, estoy de camino a la ciudad. Compraré algo para comer y volveré a mi casa… te ayudaré a salir de aquí.» Se puso de pie y corrió un poco para alcanzarme. «¿Tuviste un ataque de ira o algo parecido?» le pregunté.
«Mi novia terminó conmigo por teléfono…»
«Vale, eso lo dice todo.»
«Golpeé un par de árboles y me desmayé… no sé qué sucedió después.»
«¿Qué edad tienes, Niall?» giré la cabeza para mirarlo.
«Dieciocho, hace semana y media» me mostró los dientes, supuse que en un vano intento por sonreír.
«Ayer hubo luna llena» me dije. «Pero… ¿por qué?»
«¿A qué te refieres?»
«La mayoría de las transformaciones se dan la misma noche de la luna llena, ¿por qué la tuya no?»
«No lo sé… anoche estaba totalmente dormido a las ocho…»
«¿Borracho?» lo miré de nuevo.
«Sí…» agachó la cabeza.

Louis Tomlinson POV

Cerré los ojos y dejé que las lágrimas cayeran, para luego recargar la cabeza en el regazo de mi hermana.
—¿Por qué? —susurré. —¿Por qué tú, Lottie? —no podía dejar de sollozar.
—Louis… hijo… —mamá caminó hasta mí. —Muchacho debes descansar —me dijo. —Yo voy a quedarme aquí… además tu padre vendrá.
—¿Se quedará contigo? —alcé la cabeza para mirarla.
—Sí, hijo —susurró. —Ve a casa. Duerme. Mañana podrás venir si así lo quieres.
Me giré para ver a Lottie. —Te amo, hermanita —murmuré y besé su cabeza. —Hasta luego, mamá —dije y me acerqué para abrazarla. —Te amo.
Salí de la habitación. Aún sin poder detener las lágrimas. Caminé ligero, necesitaba salir de allí y respirar. Cuando salí comencé a correr sobre mis dos piernas, terminando en mis cuatro patas. Nada me importaba en ese momento solamente quería escapar de mi vida… dejar la culpa por un instante, al menos. Deseaba con todo mí ser que Lottie no estuviera en el estado que estaba. Que mis padres no se hubieran separado. Que esa maldita bruja no hubiera usado su varita sobre mí.
Llegué al patio de atrás de mi casa. Sacudí la cabeza y volví a ser el Louis Tomlinson que todos conocen. Entré y me arrojé sobre el sofá.
—No puedo seguir viviendo de esta manera.
Necesitaba encontrar más gente como yo, más lobos.
Subí a mi habitación y allí me encerré. Necesitaba estar tranquilo, aunque sabiendo sobre el estado de Lottie tranquilidad era lo último que podría obtener.

Nina Grandinetti POV

Esa noche había decido salir a caminar por el bosque. Estaba aburrida, y había discutido con mi hermano. Tomé mi cazadora negra, un gorrito, una bufanda y me interné en la arboleda.
Del bolsillo de mi cazadora saqué la linterna que mi primo Sam me había regalado. La encendí e iluminé mí alrededor, en busca de algún peligro. La luna creciente iluminaba el cielo nocturno…
Sentí el sonido de una ramita al quebrarse y me giré rápidamente. Intentando saber qué era lo que merodeaba por allí. Lo primero que vi fue un par de piernas, envueltas en un pantalón gris ajustado, alcé la linterna un poco más… encontrándome con una cazadora color borgoña. Apunté a su rostro, un par de irises verdes me miraban.
—Intenta no apuntar a mi rostro con eso, niña —dijo aquel muchacho, su voz grave me traspasó.
Dirigí la linterna hacia la izquierda y vi un lobo de ojos celestes. Era hermoso.
—¿Quién eres?, ¿qué haces en el bosque a estas horas? —pregunté.
—¿Qué haces tú en el bosque a estas horas? Son más de las once de la noche, ¿eres consciente de eso?
—Yo también te he hecho una pregunta. Sólo, con un lobo… ¿no te parece sospechoso? —lo miré.
—¡Tú, joder! —exclamó exasperado. —¡Nina, deja de decir idioteces!
—¿Harry? —alcé la linterna una vez más, apuntando hacia su rostro. —¡Idiota!
—La loca eres tú, Nina. Sabes muy bien los peligros que rondan en este bosque —habló con fuerza, imponiéndose. —No tienes por qué estar aquí por las noches y eso lo sabes perfectamente.
—¡Puedo defenderme sola!
—¡Lo sé! —gritó de vuelta. —Pero sigue sin ser seguro.
A su izquierda, el lobo aún me miraba.
—¿Quién es él?
—Su nombre es Niall… y es su primera noche como lobo —dijo. —¿Tu madre sabe que estás afuera? —cambió de tema.
—No. No lo sabe.
—Entonces iré a comentarle… —sentenció.
—Joder, no seas cabrón Styles.
—Es por tu bien.
—¿Por mi bien? ¡Sácame de aquí! —exclamé. —Llévame a esa choza que tienes internada en el bosque donde vives. Allí estaré bien. Con los míos. Mi familia no me entiende.
—No —dijo y se giró.
—Harry —me quejé.
—No, Nina —dijo nuevamente. —No… al menos no aún.
—¡Eres un cabrón, Harold! —le arrojé una bola de nieve. —¡Vete!
—Sí, eso haré… pero no porque tú me lo pides, sino porque yo quiero.
Un lobo negro se hizo presente a mis ojos, y luego se perdió en la noche junto al lobo de ojos azules.