Flight of the Dragon {One Direction}. TERMINADA.

—¿Hija? —el susurró de mi madre llegó a mis oídos. —¿Estás despierta?
Me senté en la cama y refregué mis ojos. —Sí, mamá, pasa —le dije.
—Buenos días —sonrió. Acarició mi cabello y me miró con nostalgia. —Cuánto has crecido —dijo al tiempo que sus ojos se cristalizaban.
—Mamá —me quejé. —¿Qué hablamos de las lágrimas? —alcé las cejas.
—Lo siento, lo siento —farfulló limpiando sus ojos con las manos—, es que… cada vez estás más grande.
—Es parte de la vida, mamá —dije riendo. —En algún momento voy a irme… vendré a visitarte, claro. Pero no vas a verme todos los días.
—Sí, sí… pero falta para eso —dijo más para ella que para mí.
—Dos años —sonreí con anhelo.
Por lo visto decidió cambiar de tema y dejarme con las ganas. —¿Dónde estuviste ayer?
—Salí con unos amigos… —me sinceré, pero hasta ahí… no iba a hablarle de mi nuevo amigo dragón. —Hice nuevos amigos —le dije.
—¿En verdad? ¿Y cómo son ellos? —dijo entusiasmada, hacia muchísimo tiempo que no manteníamos charlas amenas.
—¿Quieres que los describa? —pregunté.
—Sí, por favor —sonrió.
—Bueno, primero está Niall… un rubio irlandés que le encanta estar en la playa y jugar con su mascota. Sabe cosas que comparte con sus amigos y puede mantener una charla amigable sin propasarse —reí. —Luego esta Hazza, que si bien es un poco irresponsable, es un buen chico. Chistoso y compañero. Aunque a veces sea un poco exasperante —dije. —Después… Liam. Él es atento, noble y tiene una mirada inocente que te convence de cualquier cosa. Un gran amigo, claro está. Sabe cómo lograr que tus lágrimas cesen sin muchas vueltas. Bueno, Loui es como Harry, quizá es por eso que se llevan tan bien. Vive haciendo travesuras, dice boberías y le encanta correr, gritar y reírse, y Zayn… bien él… es exuberante, quizá un poco ególatra al principio pero luego cuando comienzas a hablar con él y entra en confianza contigo es una gran persona… un chico normal que aunque parezca maduro no lo es. Se deja llevar por las locuras de Lou y Hazza, y ama a Shyvana… su mascota —sonreí. —Luego están las chicas. Sofí es súper hiperactiva, no se mantiene quieta ni un minuto. Le gusta reír y hacer chistes. Linda es fácil de sorprender y buena para muchas cosas. Va con Lake, su mascota, a todos lados. Luego Angie, o Aang como todos le decimos… en especial Liam, es una muchacha que no sabe contener su ira y es capaz de arrasar con todo lo que esté en su camino si se lo propone, y bueno… por último Julie. Es divertida, insegura y quizá un poco fastidiosa, pero no… ella es buena amiga y hace que eso se note cuando está contigo —miré a mamá dando por finalizado mi discurso.
—Wou… nueve muchachos en un día. ¿Dónde estaban?
—En el bosque —sonreí. —En verdad son geniales mamá, algún día los conocerás. Pero ahora debes salir porque quiero bañarme y vestirme para poder irme.
Los ojos de mi madre se desviaron desde mi cara hasta mi cuello. —¿Qué es esto? —preguntó tomando mi collar entre sus dedos. Oh, mierda. El timbre sonó insistentemente… ¡gracias a Dios! —Salvada por la campana, pero no creas que voy a olvidarlo, iré a ver quién es —se levantó de la cama y salió de la habitación.
Suspiré aliviada.
Pero de todos modos, a pesar de haber nombrado a sus dragones como ‘mascotas’ en algún momento tendrá que saber lo que en realidad son esas ‘mascotas’… y más aún si una guerra se aproxima.
Llevé mi mano hasta mi espalda y pasé mis dedos por ella intentando evitar la picazón… en aquel momento recordé la frase en ese lugar. ¿Qué le diría a mamá si llegaba a verla? Iba a creer que mis nuevos amigos me impulsaron a esto y no me dejaría volver a verlos… tengo que inventar algunas excusas.
—¡_______, hija, te buscan! Un muchacho llamado Zayn.
¿Qué carajos hacía él aquí? —¡Dile que suba! —me asomé a la ventana en búsqueda de Shy pero no la vi, cosa que hizo que me relajara.
—Buenos días, _______ —sonrió.
—Hola, Zayn —dije. —¿Qué te trae por aquí?
—Quería verte —soltó simplemente. —¿Qué tal todo?
Oh, vale. —Bien, supongo. Le hablé a mamá sobre ustedes.
Se sentó en mi cama. —¿Qué le has dicho?
—Tranquilo, no le mencioné sobre eso —hice énfasis. —Le dije que tenían unas mascotas, y sí nombre a Shyvana pero ella cree que es un perro… por lo que… no hay problemas.
—Debes decirle.
—Ahora no. Sé que es probable que terminemos en guerra y sí voy a decirle, pero… luego… no creo que sea conveniente por el momento, al menos.
—Vale, no voy a presionarte —me sonrió tiernamente.
—Claro —dije. —¿Me das un minuto? Debo darme una ducha.
—Sí —dijo. —¿Me quedo aquí o…?
—No, quédate ahí. No sea cosa que mi mamá juegue a interrogarte —reí. —No te muevas.
Caminé hasta mi armario y tome algo de ropa, para luego meterme al baño y darme una larga y relajante ducha. Quince minutos después recordé que Zayn estaba en mi habitación sólo. Cerré la llave del agua y me sonreí a mi misma frente al espejo. Me puse mi ropa interior y luego lo demás.
—Oye, ______ —dijo el moreno desde la habitación—, ¿estás bien? —golpeó la puerta.
Me reí y sonreí, abrí la puerta y el cayó al suelo. —Es de mala educación espiar a la gente —le dije.
—No estaba espiándote —se defendió.
—¿A no? —lo miré. —¿Y entonces que hacías?
—Es que tardaste demasiado y…
—No voy a ahogarme en la ducha, Malik —reí. —Levántate, das pena.
El moreno se puso de pie. —¿Vas a salir?
—Sí, iré al bosque. Quiero pasar la tarde con Dray.
—Vale, voy contigo.
—¿Te invité? —bromeé, intentando sonar seria.
—Uuh… yo…
—Idiota, claro, el bosque no es mío —le dije y abrí la puerta de mi habitación para salir.
Bajé las escaleras seguida por Zayn. Le avisé a mi madre y salí de la casa.
—Dray, buenos días —pensé mientras caminaba. —Venga, flojo, camina —miré al moreno.
—Buenos días, preciosa —me respondió mi dragón. —Todos están aquí.
—¿Cómo…? Zayn, todos están en el bosque ¿y no me has dicho nada?
—Se me olvido —se pasó una mano por el pelo y sonrió.
—Qué imbécil eres, Malik —reí. Corrí hasta adentrarme entre los árboles y encontré a Draco. —Hola —lo abracé.
Él me envolvió con sus alas pero no dijo nada.

Luego de saludar a Dray y darle algunos besos. Me acerqué a los demás y saludé. Riendo me senté en sobre un árbol caído, y observé a mi grupo de amigos desde allí.
—¡Ey! —llamé su atención. —¿Las espadas? ¿Para qué?
—Para entrenar, deberás aprender a usarlas —dijo Liam.
Miré mi ropa, el buzo y los jeans… y luego me imaginé con una espada en mano… la ropa y la espada. Moderno y medieval. No podía creer que eso fuera a suceder.
—Vale y… ¿dónde vamos entrenar? —los miré nuevamente.
—En un bosque —dijo Zayn. —Se donde hay uno, alejado y aislado de toda la gente.
—Bueno, vayamos allá.
Nos subimos a nuestros dragones, dispuestos a desaparecer de allí.
Me abracé al cuello de Draco, disfrutaba de estar así… era placenteramente relajante. Recordé lo que había pensado hacía tan sólo unos minutos. Mi buzo que asemejaba humo de colores en una galaxia y mis jeans grises, mis supra… eso no era para nada antiguo. E imaginarme con una espada se me hacía completamente imposible, me refiero a que… bueno nunca sostuve una espada, nunca vi nada de eso. Leí historias, sí, pero… no eran tan así.
—¿Qué piensas tanto? —la voz de Zayn llegó a mis oídos.
Debo de haberme mostrado ida y pensativa, tanto como para que pregunte. —Nada… algunas cosas.
—Entonces, no digas “nada”.
—¿Cómo es que puedes escuchar mis pensamientos? —le pregunté, a sabiendas de que Dray escuchaba todo.
—No lo sé…
—Sí sabe —dijo mi dragón. —No le mientas, niño —le mostró los dientes.
Reí y me sostuve con más fuerza contra el cuerpo de mi amigo. —Eso, no me mientas.
—Vale… Shyvana puede otorgarme ese poder…
—Así me gusta —dijo Draco. —Nada de mentiras.
Cerré los ojos, concentrándome en el aire que batía mi cabello pensando en cómo hubiera sido mi vida sin todo esto… ahora creo que no podría vivir sin Dray… pero… podía vivir sin él antes.
—______, preciosa —la voz de Dray llegó a mis oídos. —Hemos llegado.
Por lo visto me había quedado… dormida.
Me senté en el lomo de él, me refregué los ojos y me bajé. —Lo siento —reí.
—¿Estás lista? —dijo Liam.
—Sí… puede ser… —dije nerviosa.
—Ten —Louis apareció de la nada y me arrojó una espada, dentro de su vaina. Torpemente la tomé entre mis manos antes de que cayera en la tierra.
—¡Por la mierda, Tomlinson! —me quejé, recuperando la compostura de pronto. —¡Estás loco!
—¿Quiénes son ustedes? —una muchacha salió de detrás de un árbol. —¿Qué hacen aquí?
Por lo visto sólo nos había visto a nosotros tres, menos mal que habíamos decidido alejarnos un poco de los demás.
—Calma —le dije alzando las manos, soltando la espada, al notar que tenía un arco y una flecha. —No haremos nada malo.
De un momento a otro la muchacha me sostenía, manteniendo mis manos detrás de mi espalda. —No están solos —dijo mirando a mis dos amigos. —Llévenme con los demás.
—Oye… —susurré. —No te he hecho nada —estaba entre asustada y enojada. Creo que la primera… la primera ganaba el duelo.
—¡______! —la voz del moreno llegó a mis oídos.
Negué con la cabeza repetidas veces, cuando noté que juntaba las manos intentando usar el fuego contra la chica. —No… —pensé— …vas a herirme si lo haces.
Zayn bajó las manos y se quedó quieto, donde estaba.
—¿Quién eres? —dijo Aang.
—Mi nombre es Camille… —dijo. —Pero los invasores son ustedes, junto con esas bestias —señaló a Benyaan—, ¿quiénes son, y qué quieren?
—Venimos en paz —habló Harry.
¡Idiota, la chica no es un alíen!
—¡No me importa! —en un rápido movimiento tomó una de las tantas flechas presentes en su carcaj y la llevó hasta mi cuello.
—Mierda, no, ¡no! —me moví inquieta y noté cómo Zayn se tensaba. —Te diré, te diré qué hacemos aquí… Dios baja eso… ¡por favor! ¡Por favor! —realmente estaba asustada.
—Vale, cuando termines con tu relato bajaré la flecha, hasta entonces… —dejó la frase allí, yo sabía cómo continuaba.
—Somos jinetes de dragón, todos nosotros. Vinimos aquí porque una guerra se aproxima y necesitamos entrenar —sus manos sostenían las mías de momento—, tenemos que estar preparados… decidimos venir para estar alejados de la ciudad. No planeamos destruir nada, no queremos hacer daño… solo… mierda, solo necesitamos entrenar —un sollozó se escapó de mi garganta, miedo e impotencia.
Los ojos de Draco echaban chispas, no sé cómo hizo para contenerse y no acercarse a nosotras. Miré a Khea, claro… ella lo retenía allí.
—¡Nómbralos! A cada uno de ellos —señaló a nuestro alrededor con la flecha, y luego la llevó nuevamente contra mi cuello.
—Ayúdame —pensé mirando a Zayn. —Preséntense, no puedo hablar… —lo miré con ojos suplicantes.
—Yo lo haré, ¡suéltala! —exclamó. —¡Sólo déjala en paz! —Con excesiva fuerza me empujó contra el moreno, instintivamente lo abracé. Necesitaba calmarme. Me rodeó con sus brazos y comenzó a hablar. —Ella es _______, Niall, Louis, Liam, Harry, Sofía, Linda, Julieta y Angie —señaló a cada uno. —Soy Zayn —dijo. —Estamos aquí por una causa noble, queremos salvarlos y salvarnos nosotros.
Sollocé… no podía contenerme. La situación me había llevado al límite.
Malik me abrazó con fuerza.
Camille miró a Zayn con desconfianza. Era obvio que no iba a creernos. —Elijó creerles, pero no me fio de los jinetes de dragón… pienso quedarme a observarlos —avisó y se sentó con la espalda apoyada en un árbol. Tenía aspecto de guerrera.
—Cálmate —susurró el moreno cerca de mi oído. —Ya pasó, ya está —dijo.
Las pisadas se Dray acercándose se hicieron notar. Nos envolvió con sus alas, a ambos. Cosa que me sorprendió, mi dragón no se llevaba… lo que se dice: “bien” con Zayn.
—Lamento no haberte ayudado —me dijo. —Pero Khea me inmovilizó.
Frotó su cabeza contra mi brazo antes de alejarse.
—Gracias de todas maneras.

Me había quedado sola, con la espalda en un árbol. Estaba totalmente perdida… en mis pensamientos, no estaba prestando atención a lo que sucedía a mí alrededor. Ida. Miraba el pasto como si fuera lo más importante del mundo. No quería hablar con nadie… solamente necesitaba paz para recuperarme de lo que había sucedido hacia tan solo unos minutos.
—¿Estás bien? —la voz de Julie llegó a mis oídos. Se sentó a mi lado.
—Sí… mejor… aunque no confío en esa chica.
—No… —dijo— …y menos después de lo que te hizo pasar.
Levanté la vista, encontrándome con la de Camille.
—Oye, _______ —dijo la rubia.
—¿Uuuhm? —la miré.
—Creo que Aang y Liam necesitan… necesitan… —sin poder terminar la frase señaló a los susodichos.
La casi-pelirroja y el castaño estaban besándose… aunque no parecía, tiernamente.
—Necesitan un lugar privado —reí. Por no decir otra cosa se me había ocurrido. —¿No lo crees?
—Sí, en verdad lo necesitan.
Comenzamos a reírnos, dando enormes carcajadas. Zayn se acercó a nosotras, Julieta lo miró, me miró, y se puso de pie para luego alejarse.
—Estás bien, ¿verdad? ¿Ya todo está mejor?
—No… yo diría que no todo. —Él me miró, y se sentó en la hierba. —Aún no sé cómo decirle todo esto a mi mamá.
—No te preocupes, nena…
—No me digas ‘nena’ —lo fulminé con la mirada—, no puedes hacerme nada peor que eso.
—Vale, lo siento —dijo arrepentido. —Te decía… que no te preocupes, _______, sabrás qué decirle cuándo el momento llegué.
—No lo creo… —hundí mi rostro entre mis manos. —Nunca fui buena expresándome, y con mamá soy mucho peor. Cuando intento desarrollar una idea me trabo y no puedo seguir hablando… y…
Acarició mi espalda, y se acercó un poco más. —Ey —me interrumpió—, no te preocupes. Te ayudaré, si quieres, puedo acompañarte —sonrió, y yo sentí unas ganas enormes de besarlo… pero no. No debía.
Giré la cabeza, dejando de mirarlo.
—Como quieras —mascullé.
—¿Qué pasa? —preguntó. —De momento… de momento te comportas diferente.
—Nada —dije. —No pasa nada.
—He aprendido que no debo creerle a una chica cuando dice eso.
—No te interesa —simplifique. —Vamos a entrenar.
Me puse de pie, alejándome de él. Busqué a Niall, lo encontré apoyado en el lomo de Zaescer como era costumbre.
—Nialler —sonreí. —¿Entrenamos?
—Vale, comencemos.
Me pasó una de las espadas.
—Debes sostenerla así —me dijo mostrándome la manera correcta.
—Bien —dije imitándolo.
—Es probable que tengas un talento oculto con esto, como con la flama azul… pero… de todas maneras… ¡sorpréndeme, _______!
Di un paso hacia delante, agitando la espada hacia él. Increíblemente no sentí el peso de aquella cosa cuando me moví… quizá Niall tenía razón. Tomé confianza y me moví un poco más rápido, aquí, allá.
—¡Venga, _______! ¿Eso es todo lo que tienes?
Él sabía que haciéndome enojar iba a sacar lo mejor de mí. Otro paso, y logré chocar mi espada con la suya. De nuevo, y otra vez. Me acerqué más y rápidamente pude hacer que soltase su espada.
—¡Sí! —exclamé, solté la espada y di un salto.
No noté cuando el rubio volvió a tomar su espada, y me tomó tal como lo había hecho Camille. Sosteniendo aquel trozo de metal a centímetros de mi cuello.
—Mierda, Horan… —dije asustada.
—No debes dejar de prestarle atención al enemigo, y menos que menos darle la espalda. No puedes hacer eso, _______, pueden matarte si lo hacen —su tono era frío, determinado. Sentí un escalofrío recorrer mi columna.
—Ya entendí, Ni, puedes soltarme ya.
Dejó caer la espada y me abrazó. —Lo siento —rió. —Me tomó este tipo de cosas muy en serio… lo lamento.
—No hay nada que perdonar —correspondí a su abrazo. —Es bueno que tomes con seriedad éstas cosas —sonreí.
Tenía una manera diferente de abrazar, o sea… él… algunas caricias circulares en mi espalda, un apretón alrededor de mis caderas y luego una de sus manos en la parte alta de mi espalda y la otra, como dije antes, en mis caderas.
Antes de soltarme besó mi mejilla. —Te quiero, ________ —dijo tiernamente. Su voz sonó como la de un niño pequeño, inspirándome ternura… y sin poder contenerme volví a abrazarlo.
—También te quiero, Nialler —le dije. Lo solté y ambos nos encaminamos hasta donde estaban todos los demás.

Wiiii ah
MÁS, MÁS, MÁS, MÁS, MÁS... ah, lo estoy empezando a leer hoy, y pues, me encanta, la trama, personajes, ¡Todo! es perfecto, para mi. ¡muy interesante! ¡Siguela ya, por favor! :D

Nueva lectora, se podría decir...
¡besos!