O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.

Unirse al foro, es rápido y fácil

O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» micky ojos verdes
Tag 38 en O W N EmptyLun 22 Abr 2024, 7:49 am por MickyEche

» Almost inhuman hearts.
Tag 38 en O W N EmptyMiér 17 Abr 2024, 3:37 pm por winchester.

» Devil's advocate
Tag 38 en O W N EmptyMar 16 Abr 2024, 3:31 pm por lovesick

» becauseiloveyou
Tag 38 en O W N EmptyJue 11 Abr 2024, 6:12 pm por lovesick

» Our colors are grey and blue
Tag 38 en O W N EmptyJue 11 Abr 2024, 12:07 pm por Jaeger.

» life is a box of chocolates
Tag 38 en O W N EmptyLun 08 Abr 2024, 4:12 pm por 14th moon

» B's space.
Tag 38 en O W N EmptySáb 06 Abr 2024, 2:48 pm por lovesick

» Un guardián entre el centeno
Tag 38 en O W N EmptyDom 31 Mar 2024, 4:58 pm por ego.

» Hola! Recuperar cuenta
Tag 38 en O W N EmptyMiér 20 Mar 2024, 2:45 pm por Only Web Novels

novedades

00 . 01 Anuncios del mes febrero.
00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares.
00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017.
00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
administradora
Rumplestiltskin. ϟ Jenn.
miembros del staff
Beta readers
ϟ hypatia.
aka Kate.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ dépayser
aka Lea.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae
aka .
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Stark.
aka Cande.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Baneo
ϟ Ariel.
aka Dani.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ ceonella.
aka Cami.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Ayuda
ϟ Ritza.
aka Ems.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Charlie.
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Limpieza
ϟ Legendary.
aka Steph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ chihiro
aka Zoe.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu
aka Teph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Calore
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Eventos
ϟ ego.
aka Kalgh/Charlie.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Asclepio.
aka Gina.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw
aka Alec.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Tutoriales
ϟ Kida.
aka Ally.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Spencer.
aka Angy.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Diseño
ϟ bxmbshell.
aka Mile.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ yoongi.
aka Valu.
MP ϟ Ver perfil.
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.

Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.

Fecha y hora actual: Vie 26 Abr 2024, 11:38 am

Se encontro 1 resultado para 38

Memorias de una vida miserable |Terminada|

¡PERDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON! Este capítulo estuvo listo desde hace como dos meses. Lo subí en Wattpad y asumí que lo había subido acá también porque suelo publicar aquí primero, resulta que no y me acabo de dar cuenta  Tag 38 en O W N 1054092304


Capítulo #38.

Richard estaba siguiendo a Jason y a Joseph. Richard seguía a los JJ. Sí, Clay estaba tras los Conrad.
 
Esta debería ser otra ocurrencia añadida a su lista de: “¿Cómo te pasó siquiera por la cabeza que eso sería una buena idea?”. Ya he perdido la cuenta de qué tan larga es, uno de estos días tendré que escribirlas para enumerarlas, sé que será más extensa de lo que debería ser para el bienestar de cualquiera que estuviese de cierto modo enfrentado con sí mismo y unos asesinos seriales.
 
Pasó que esos dos nos dejaron quietos por demasiado tiempo como para ser verdad. Apenas y nos los encontrábamos por ahí durante los recesos, era que ni de cerca nos topábamos. ¡Era lo máximo! Era la tranquilidad —la que se podía tener estando entre otros cientos de criminales, claro— que tanto habíamos anhelado; llevaban semanas sin dirigirnos la palabra, lo que era igual a cero insultos o amenazas o burlas por días. ¡Estaba demasiado emocionado por eso! Mi lado paranoico estaba apagado por tanta calma, porque ahora mismo, con la cabeza más despejada, no entiendo cómo fue que no me imaginé algo para arruinarme la fiesta.
 
Se sentía como si se hubiesen olvidado de nosotros, como si hubiesen tirado la toalla y ya no tuviesen intención alguna de matarnos. ¿Qué más se podía pedir? Estaba muy contento, no quería que nada cambiara. No era mucho desear que las cosas se mantuvieran así hasta mi liberación en dos meses, ¿verdad?
 
Pero, como siempre, algo tiene que salirse del carril.
 
—¿No te parece sospechoso? —Richard inició.
 
—¿Sospechoso qué? Todo está bien.
 
—No, algo no anda bien. ¿Por qué llevan semanas sin acosarnos? —bajó la voz por si acaso.
 
—¿Te parece que eso está mal? —No sabía si reír o qué—. ¡Es lo mejor que ha pasado desde que entré aquí! Después de ocho meses estando alerta, creo que es buena hora de descansar, ¿no estás de acuerdo?
 
—Sí, pero mis ideas son reales, no sueños como los tuyos.
 
—¿Debo tomar eso como un insulto? —Su manera tan casual de decirlo me desconcertó.
 
—Un consejo, diría yo. En tu caso, si de verdad te odian por ser el hijo del fiscal que logró encerrarlos aquí, dudo que vayan a desistir y mucho menos cuando están a pocos meses de su tiempo límite para matarte. A mí me pueden dejar en segunda plana porque aún tendrán otros cuatro meses cuando te vayas tú, a ti no porque el tiempo ya está bastante corto.
 
—¿Así que tu teoría es que ahora se fijarán sólo en mí?
 
—Sí, y eso es lo que quiero comprobar.
 
—No es muy alentador, muchísimas gracias. —Entrecerré los ojos, aunque no duré mucho así al percatarme de un detalle—. ¡¿Cómo que lo quieres comprobar?!
 
—Quiero experimentar, estoy aburrido —admitió reclinándose más en el banco y con las manos detrás de la cabeza.
 
—¿Acaso los JJ son algo con lo que se pueda experimentar así porque sí? ¡El precio de ese experimento podría ser alguna o las dos de nuestras vidas!
 
—Todo experimento tiene sus riesgos, y como todo elemento riesgoso, también tiene sus precauciones. —Se acomodó aun más en su lugar.
 
—Ay, no. Vas totalmente en serio. —A esas alturas, mi única opción era escuchar su locura para ir armando la estrategia de demolición antes de que fuera muy tarde.
 
—Claro que voy en serio —reafirmó—. Esos dos se traen una grande, está prohibido bajar la guardia. Eso es lo que quieren, que nos distraigamos para atacar en el momento más inesperado; por supuesto, nosotros impediremos que eso suceda. Es algo que sólo lograremos si vigilamos sus acciones.
 
—¿Vigilar? ¿Qué tipo de vigilancia? —Muchas ideas corrían en mis pensamientos.
 
—La literal. Jamás perderlos, mas nunca ser notados. Seremos mejores que los espías de la CIA —comparó con cierta emoción.
 
—¿Tantas ganas tienes de llenar tu sangre de adrenalina?
 
—Un poco de acción no le hace daño a nadie —argumentó muy tranquilo.
 
—Hace daño cuando la acción involucra a dos asesinos —refuté. A veces pienso que Richard no conocía el miedo.
 
—Eso es lo que le da emoción —insistió.
 
—Deberías considerar especializarte en algún deporte extremo cuando salgas de aquí, creo que te iría de maravilla con tus nervios de acero —recomendé en broma, a ver si lograba desviarlo del tema.
 
—Bueno, siempre me ha llamado la atención el aladeltismo y el rapel.
 
¡¿Es en serio?! ¡De verdad respondió!
 
—No sé qué estaba esperando. —Di una palmada con ambas manos a la vez a la mesa, echándome para atrás en el banco.
 
—¿Que me quedara callado? —Intentó adivinar.
 
—Eso o que dijeras uno más común como el BMX, qué sé yo.
 
—No me gustan mucho las bicicletas. Entonces, ¿ponemos en marcha el espionaje?
 
—Veo que no tengo alternativa. —Me rendí. Cuando tenía una idea clavada en la cabeza, era imposible llevarle la contraria por completo.
 
—Qué bueno que lo reconociste temprano. —Sonrió satisfecho y se enderezó—. Como te noto tenso, yo seré el de la primera ronda para que aprendas cuál va a ser el procedimiento.
 
Y así fue como comenzó una semana de locura voluntaria.
 
Sólo durante los recesos para cenar había descanso, pues era en el que apenas daba tiempo de comer. Varias veces traté de hacerlo entrar en razón, mas no había modo de que se percatara del inmenso riesgo en el que se estaba metiendo, no de la manera grave que era necesaria para detenerse. ¡Este hombre de verdad está en el equipo extremo!
 
Yo me mantenía apartado, no deseaba verme envuelto en tal insensatez. Claro, siendo mi suerte como siempre lo ha sido, era imposible cumplir con eso por mucho. Pronto se alargaron mis sesiones como la cabeza del dúo y los descuidos se asomaron. Poco a poco, los vigilados se estaban dando cuenta de su condición como tales. No es de asombrarse decir que en una de esas decidieron tomar las riendas, ¿cierto?
 
Ni siquiera estábamos en la labor de ir tras ellos, estábamos entreteniéndonos en el gimnasio. A Richard le dio sed y como no había vasos al lado del dispensador de agua, salió a buscar una botella olvidada en alguna parte. Yo me quedé adentro inventando con unas pesas, quería probar si ya estaba lo suficientemente entrenado para levantar algo más pesado. Tenía días con la idea, pero no la realizaba por la regla de no esforzarme así si el cardioma había atacado hacía poco, pues no le haría bien a mi corazón; sin embargo, ya contaba unas tres semanas sin síntomas, así que la oportunidad me parecía perfecta.
 
Podría admitir que me distraje demasiado, sí. Mis ganas de evaluar mi fuerza me cegaron de la amenaza que era estar solo en el gimnasio.
 
Confiado en que Richard no demoraría en regresar, al abrirse la puerta si acaso un minuto más tarde ni siquiera me molesté en voltear a comprobar quién era. Asumir que era él el que había ingresado fue el borrador de todas mis opciones de escape, porque cuando escuché bien que eran dos pares de pies los que oía pisar, la puerta ya había cerrado y los caminos estaban bloqueados.
 
—¿Qué tal se ve esto, Joseph? —Jason preguntó con un tono burlesco, de una vez cruzando los brazos y sonriendo como todo un sádico.
 
—Como una hormiga intentando cargar un camión —comparó con la misma voz e imagen.
 
—Las hormigas pueden levantar muchas veces su peso, ¿saben? —solté el dato para arruinar el chiste. Si en algo les podía ganar sin muchos inconvenientes, era en lo verbal.
 
—No vengas de inteligente, Molander —Jason resaltó mi apellido a propósito, sabía muy bien cuánto me desagradaba ser llamado por él en ese lugar.
 
—Entonces cuenten una mejor broma, ¿les parece? —condicioné bastante casual. Aprendí que un buen método de atrasar sus acciones era aparentando tranquilidad, pues tendían a agredir al percibir pánico.
 
Sin responder, el par tomó asiento sobre la tabla de la mesa sin descruzar los brazos. Después de ponerse cómodos, intercambiaron miradas cómplices antes de dirigirlas a mí con cierto brillo que no me gustó mucho.
 
—Hey, ¿recuerdas esa vez que ni pudiste con unas mancuernas? —mofó Joseph.
 
—¿Cómo olvidar una experiencia cercana a la muerte? —contesté con sorna, aún sin inmutarme.
 
—¿No te parece esta una ocasión paralela? —continuó el otro.
 
—Yo no diría “paralela”, pero sí, podría decirse. Ahora soy yo el que voluntariamente quiere levantar unas pesas, ni siquiera unas simples mancuernas —indiqué las diferencias. El prolongamiento iba de maravilla.
 
—¿Qué esperas? Demuéstranos que no has malgastado tu tiempo aquí. —La expresión de Joseph al retarme me provocó un respingo interno.
 
¡No! No puedo permitirme perder la calma o arremeterán en mi contra. Debo conservar la inactividad hasta que vuelva Richard. Con él aquí sí podría pelear. Mientras esté solo, lo recomendable es conversar. No te asustes, aprovecha que la balanza está a tu favor ahora mismo.
 
—No sé, pero estar aquí de por sí ya es una pérdida de tiempo —opiné. No me atrevería a tantear por primera vez con ellos ahí. No tenía idea si iba a tener éxito, estaba casi cien por ciento seguro de que fallar significaría una catástrofe.
 
—Estoy de acuerdo —participó Jason—. No sabes cuánto me encantaría estar gastando mi tiempo afuera, con una cantidad y variedad de posibles víctimas deleitable.
 
¡No! ¡No, no, no! ¡Eso definitivamente lo dijo adrede! ¡No te lo tomes a pecho! ¡Quiere aterrorizarte! ¡Está hallando el modo de voltear las cartas! ¡No le hagas caso! ¡Vamos, crea un buen contraataque!
 
—Pero es magnífico que muchos estén perdiendo su tiempo aquí —completé el enunciado anterior con una sonrisa que no separaba los labios.
 
—Vaya, te has vuelto muy bueno en esto. —Por la manera en la que arqueó las cejas de inmediato, no fue ninguna mentira para darme la sensación de enaltecimiento; fue una confesión honesta.
 
—No has perdido tanto tu tiempo, después de todo —prosiguió el tema—. Al menos has aprendido a templarte.
 
—Y eso es algo muy admirable viniendo de un impredecible.
 
—Vaya, recibir alabanzas de ustedes dos debe ser todo un orgullo. —No sabía cómo sentirme respecto a eso. Si bien era una novedad satisfactoria, debo admitir, era sospechosa también. Para no causarme líos, simulaba normalidad.
 
—Tú lo has dicho —concordaron.
 
—Deberíamos presionar más a ver qué tanto soporta su fortaleza ahora —sugirió el mayor tronando sus dedos.
 
Ay, no. Sigan hablando, está perfecto así.
 
¿Qué tanto tardaba Richard? ¡No había tantas mesas como para desaparecer por tantos minutos registrándolas!
 
—¿No les parece más interesante un examen a la paciencia? —Aceleré mis pensamientos. Si no trabajaba rápido, la situación se descarrilaría.
 
—¿Cómo funciona eso?
 
¡Bien, no entendieron! Unos segundos extra explicando, esto debería regalarme el chance que requiero.
 
—Ustedes siempre me ponen a prueba a mí. Hoy quiero ser yo quien los ponga a prueba a ustedes, así sería correcto usar la palabra “paralela” para describir este día a comparación del otro —aclaré todo detalle que se me ocurrió. La clave estaba en retrasar el movimiento.
 
—¿Y cómo planeas poner a prueba nuestra paciencia?
 
Lento, me senté sobre el tubo de las pesas. Yo también debía estar cómodo.
 
—Es lo que estoy haciendo. —Entrelacé mis dedos.
 
—¿De veras?
 
—¿Estamos siendo sometidos a prueba sin saberlo? —interrogaron casi simultáneos.
 
—Así es. —Mantener bajo control una situación que suele humillarte es lo máximo, lo recomiendo para la autoestima.
 
—¿Nos estás domando?
 
—Tampoco diría “domar”…
 
—¿Dices que nuestro vocabulario es incorrecto? —interrumpió—. Digo, ya es la segunda vez que aplicas esa.
 
—No es que sea incorrecto…
 
—¡Tercera! —reclamaron al unísono.
 
—Esa ni siquiera fue una corrección —clarifiqué.
 
—¡Cuarta!
 
Bien, ¿qué clase de juego idearon ahora?
 
—De acuerdo —detuve el rumbo, no iba a funcionar—. Pueden considerar esto como un experimento doble. Ustedes evalúan mi templanza; yo, su paciencia.
 
—Así que de eso se trata.
 
—Yo quiero considerarlo una competencia —Jason informó—. El primero en romper el trato pierde.
 
—¿Y cuál sería el premio o castigo?
 
—Y yo he decidido perder. —Me ignoró por completo.
 
Ni siquiera tuve tiempo de captar lo que sucedía. Un segundo se había puesto de pie, al otro segundo yo rodé hacia atrás y caí, un dolor expandiéndose en mi frente.
 
—¿Qué…?
 
—¿Crees que sólo hemos aguardado estos minutos de charla? —El otro también se irguió, ambos me rodearon. La vista desde abajo era intimidante.
 
—Por si no se percataron, porque esto incluye al otro tipejo, hace semanas los hemos dejado ser en paz. —Jason se agachó un poco.
 
—¿No te parece más que suficiente tiempo siendo pacientes?
 
—¡Hemos exagerado, más bien! ¿Cuándo, estando en todas las facultades, hemos permanecido dormidos por tanto?
 
—La carga sobrepasó su límite soportado, es hora de vaciarla.
 
—La hormiga sostuvo al camión por demasiado tiempo, en algún momento debía ser aplastada por él. —En eso, como si el guion hubiese sido practicado, Joseph pisó mi pecho para inmovilizarme justo cuando estaba por despertar de la confusión. Su hermano se levantó y observó unos pasos más alejado.
 
—Hacen falta algunas modificaciones. —Su mano bajo la barbilla para hacerse el interesante. Se acercó de nuevo, ahora hacia mis piernas que estaban al aire. Las pesas las apartaban del suelo. Él posicionó las pesas para que atraparan mis piernas ya contra el piso—. Y para estar seguros… —Sacó otras y las colocó al sentido opuesto de las primeras, formando una equis que limitaba mi desplazamiento—. Así me gusta, inutilizado.
 
¿Cómo cambiaron el curso tan de repente? ¿Cómo se aventajaron? ¿Qué hice mal? Apenas procesaba la información, me blanqueé cuando de la nada estaba en aprietos. ¡¿Dónde se metían Richard y los vigilantes cuando los necesitaba?!
 
—Es una pena que te haya abandonado, habría sido mucho más fácil para ti.
 
—Ahora estás indefenso. En tu posición, las palabras ya no bastan. ¿Ves cómo apenas respiras? —Señaló el pie presionando mi pecho—. Pronto no tendrás que preocuparte más por eso, será innecesario.
 
La única idea que no gritaba “¡Fracaso!” era la de empujar esa pierna a otro lado. Mis brazos estaban libres, de alguna manera los usaría. Sin embargo, apenas notó la flexión en mis codos, la punción en mi esternón fue insoportable.
 
—Cero manos. Te aplastaré en serio si te atreves a utilizarlas —amenazó sonriente.
 
Eso no era bueno. Por fuera de que estuviera rodeado, tanta presión tan cerca de mi corazón no era nada favorecedor. Qué importaba la probable paliza, ¡mi mortificación era entrar en paro! Si llegaba a desmayarme con ellos ahí, simplemente me ignorarían y saldrían del gimnasio porque la diversión habría acabado. ¡Sí, habría acabado, pero porque me habría muerto sin que se dieran cuenta! Nadie pasaría para pedir ayuda, con suerte Richard aparecería, sólo que él no tenía idea de lo urgentes que eran esos casos como para apurarse lo suficiente o dar las indicaciones correctas.
 
Mi angustia se multiplicaba al punto de que iba a hiperventilar si no la dividía. Con lo sencillo que se me estaba haciendo respirar, hiperventilar sería pan comido, sobre todo. Era increíble, no hacían nada más, sólo eso hacía falta para ponerme mal.
 
Patético.
 
—Perdón por la tardanza. No conseguí ninguna botella, así que se me ocurrió improvisar un vaso con los platos desechables que… —La voz calmada de Clay calló por unos segundos—. ¡¿Qué es esto?! —explotó en total desconcierto.
 
—¡Excelente hora! —felicité con todo mi sarcasmo.
 
—Con que en eso estabas. —Jason se desvió hacia él—. ¿Sirve? —Apuntó al cono de cartón, o al menos era similar a uno.
 
—Si te soy sincero, creo que desperdicié mi esfuerzo en esta basura —reconoció sin perder ni una pizca de su actitud relajada. Vi cómo manipulaba su invento para agudizar la punta, caminando a un paso lento—. Debería botarla para que esté donde pertenece —agregó cuando se daban la espalda, lo cual aprovechó para dar una estocada directa a su zona media con el intento de cono.
 
—¡¿Qué mier…?! —La exclamación no fue completada al serle propinado otro golpe, ahora en la espalda, derribándolo.
 
—¡Tienes ganas de luchar, ¿ah?! —Joseph se quitó de encima —gracias a todo lo que se le agradezca—, determinado a enfrentar a Richard.
 
—Ni alcanzarás a calentarte cuando ya estés besando el polvo del suelo. —Y sin más preámbulos, pateó a la misma zona y estampó su gancho derecho en su rostro—. ¿Y bien? ¿Qué te parece? —Frotó sus manos.
 
—¡La próxima vez recuerda que es pecado capital plantar a uno en el gimnasio! —regañé cuando al fin escapé de la trampa.
 
—Lo siento, me distraje por completo. Sirvió, a final de cuentas. Te veo sano.
 
—Por pura suerte, aunque estoy mareado —gruñí, mareo y dolor son una pésima mezcla—. Iré a la enfermería.
 
Agarrándome la cabeza, a duras penas anduve por los pasillos hasta allá. Nada grave me pasó, a diferencia de lo que temí. Incluso había mandado a llamar a Marc para que estuviera preparado para ir al hospital. Igual, con el aviso de que fue una falsa alarma, me visitó. Era imposible frenarlo si tenía el más mínimo motivo para dudar de mi bienestar, ver para creer era su lema.
 
—¿No te cansas de estar en una camilla todo el tiempo? —Fue como me recibió esa vez, bromista para aligerar el ambiente.
 
—Es fastidioso. —No había modo de negar eso—. Lo que me tiene cansado es que siempre intenten matarme. Me salvé porque llegó Richard antes de que lograran hacerme algo más —resumí, no me sentía aún con muchas ganas de hablar.
 
—Al menos no han logrado su objetivo.
 
—Sí, eso es lo bueno. —Tampoco había modo de no aprobar eso.
 
—¿Cuántas veces te han atacado ya?
 
—Ni lo preguntes, perdí la cuenta el año pasado. —Reímos.
 
—Ya sólo faltan dos meses —recordó con un aire contento.
 
—Dos meses. —Suspiré. En dos meses me reencontraría con la libertad. Dos meses para recuperar mi vida. Dos meses para conocer un nuevo estilo de cotidianidad.
 
Dos meses más de encierro para marcar el punto final de la miseria.
por Spencer
el Jue 14 Ene 2016, 12:30 pm
 
Buscar en: Novelas Terminadas
Argumento: Memorias de una vida miserable |Terminada|
Respuestas: 78
Vistos: 8300

Volver arriba

Cambiar a: