Se encontraron 135 resultados para 1

[size=13]Decir que Aleksi Eide tenía sentimientos encontrados era ponerlo fácil. Después de la reunión con su MinHo, parecía que se había recargado de una nueva energía, la cual le había sido privada después del desenlace de aquella fatídica noche. Pero ahí estaba de nuevo.[/size]

Aleksi Eide había prometido a los dioses que haría todo en su poder para enmendar las cosas con el. No era minimizar el dolor que le había infringido, estaba seguro que eso se quedaría con Min por algún tiempo más —como el moretón que había lucido después de esa noche—.

[size=13]La Promesa del Ballet es mi nueva pareja y bueno, por ser tu culpa es tu deber escoltarme durante toda la noche y evitar que me emborrache.[/size]

[size=13]—Primero, auch. Segundo, no puedo creer que te librarás de estas galas, en lo mínimo. Si tanto daño he causado, madame, entonces es mi deber enmendarlo. Tienes mi palabra de que no te dejaré sola si prometes aprenderte todos estos rostros y nombres.[/size]

[size=13]—¿No lo escuchaste? Te colgara de las bolas si no cumples con…[/size]

[size=13]—¡Lo haré! Siempre lo hago, en realidad. Care, ¿realmente crees que nos harán un examen de conocimientos? Lo único que quieren de nosotros es que demos la imagen perfecta.[/size]

Dorian y Aurora entraron tomados de la mano, y las esposas de sus colegas no habían tardado en acercarse, sobre todo a su prometida, quien lucía una sonrisa incomparable cuando le pedían ver el anillo. El pelirrojo vio como el diamante brillaba aún más bajo aquella luz y no pudo evitar sonreír con orgullo. No por los quilates o por el dinero que le había costado, mas bien porque había sido él quien lo había puesto en el dedo anular de su amada Rory

[size=13]Pero opto por respirar profundamente, sería una noche larga y de una forma u otra tenía que lucir su mejor cara y cumplir con su papel de la noche. Príncipe encantador, la cara de Joffrey.[/size]

[size=13]Pero ese momento de tranquilidad no le había durado mucho, pues tan solo se había girado y Johan ya lo había tomado del brazo y se dirigian hacia donde estaba Caroline.[/size]

[size=13]El desastre parecía inevitable. Ambas partes parecían destinadas a encontrarse, de nuevo. Tanto Alek como Dorian fueron dirigidos al centro del recinto, cada uno con sus citas tomadas de sus brazos. Dorian lucia un traje negro, completamente negro, desde el moño que adornaba su cuello hasta la camisa que se ajustaba perfectamente a su cuerpo. Por el contrario Alek, lucía un conjunto blanco, pulcro, que desentonaba con su despeinado cabello, algunos mechones cayendo sobre sus ojos que los controlaba pasando sus dedos.[/size]

[size=13]Fue lo primero que ambos notaron cuando los presentaron. ¿Quién lo diría, que estaban destinados a volver a verse?[/size]

[size=13]—Fouetté —Interrumpio Alek y se dio un golpe mental cuando los tres pares de ojos cayeron en el, sobre todo porque los ojos verdes de Dorian lo miraron molesto, más molesto, si eso era posible—, lo siento, dije lo que estaba pensando —Aurora y Caroline rieron, pero el pelirrojo se mantuvo impasible—. Solo decía que, señor Newton, la increíble hazaña de mi compañera, son Fouettés. 30, para ser exactos.[/size]

[size=13]—Oh, no es para tanto.[/size]

[size=13]—Son más que los de Carrie Imler.[/size]

[size=13]—Aleksi —Lo interrumpió irritada y eso provocó que la tensión por fin flotara sobre ellos.[/size]

[size=13]Desbloqueo el celular y urgentemente se deslizó por los contactos hasta llegar a la M y después busco el nombre de su antigua pareja.[/size]

[size=13]—Por favor, responde. Por favor, Milah.[/size]

[size=13]Pasaron un par de segundos antes de que la llamada se cortara de repente, pero no iba a desistir. Su drama era mucho más importante en este momento que Nicholas. [/size]

[size=13]—¡Milah! Por Dios, estoy muriendo y ¿Tu me ignoras por el idiota de rizos?[/size]

[size=13]—¿Estuviste tomando?[/size]

[size=13]—Si, pero no importa ahora. Te necesito —Hubo un silencio del otro lado que lo tomo como una invitación para contar su historia—, él está aquí.[/size]

[size=13]—¿Quién?[/size]

[size=13]—¡El, Milah, EL![/size]

[size=13]—Aleksi, te juro que si no me dices a quien te refieres, iré a Chicago a patearte el trasero y después volveré a golpearte por hacerme perder el tiempo.[/size]

[size=13]—Dorian —De nuevo la línea se quedó en silencio y Alek se llevó una mano a la boca, mordisqueando su pulgar nerviosamente.[/size]

[size=13]Tal vez la rubia no sabía exactamente todo lo que había pasado hace 5 años, pero habían compartido innumerables días y noches juntos como para que ambos se volvieran cercanos. Demasiado. [/size]

[size=13]—Oh no. ¿Estás bien?[/size]

[size=13]La pregunta del millón, pero la respuesta era simple. No, no lo estaba. Se había preparado semanas para el reencuentro con su antiguo estudiante, pero nada lo había preparado para el pronto encuentro con la persona a la que le había jurado amor eterno. Era una muy mala jugada por parte del universo y por fin su karma le había regresado.[/size]

[size=13]—Claro, solo me tomo desprevenido.[/size]

[size=13]—Si, claro. Ahora dime la verdad, Eide.[/size]

Dorian no podía evitar pensar en él. Cada pocos segundos sus ojos lo traicionaban y se encontraba recorriendo el lugar para ver si atisbaba su figura alta y sus brazos fornidos. Muchas veces había escuchado aquel dicho de “Cuidado con lo que deseas” y no lo había entendido hasta que por fin lo encontró.

[size=13]—Pauillac, dos, por favor. [/size]

[size=13]—Yo quiero Escoces. —El bartender asintió y desapareció para servir los tragos.[/size]

[size=13]Alek se giró, ya tenía un vaso vacío en su mano de lo que suponía era Bourbon, pero Dorian no dijo nada. Ya no le incumbia. [/size]

[size=13]—Señor Newton —Saludó[/size]

[size=13]—Aleksi Eide —Respondió y se apoyó en la barra junto a él, cuidando que hubiera una gran separación entre ambos— Pense que estabas en Nueva York.[/size]

[size=13]El teléfono en el bolsillo de Alek vibró, y se obligó a separar sus ojos de los de Dorian para revisarlo. El pelirrojo, por su parte, siempre había pecado de curioso y eso es lo que lo había llevado a descubrirlo aquella vez. Y parecía que ambos estaban condenados a tener el mismo destino durante sus futuros encuentros. [/size]

[size=13]Alek no desbloqueo el teléfono, simplemente miró la pantalla de notificaciones y vio el mensaje de Min—Ho. Lo había olvidado completamente, de nuevo. Dorian sólo alcanzó a mirar el remitente y con eso bastó para que soltara una risa seca. Después de todo este tiempo, ¿Qué esperaba de Aleksi Eide? [/size]

[size=13]—Disfrute de la noche, señor Eide. —Y con eso desapareció entre la multitud, con ambas copas de vino en sus manos.[/size]