"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

Mi corazón se aceleró hasta llegar a una velocidad de mil latidos por segundo. Mi garganta quería gritar... pero me contuve. Estaba sacrificando toda su carrera por mí. No podía permitir que tire todos sus esfuerzos a la basura de tal manera. Él debía viajar a Londres con o sin mí. Esa era la única solución.
-Ya esta totalmente decidido?.- pregunté. Me miró algo confundido.
-Porqué preguntás? No estas feliz? Me quedo!.- Su sonrisa irradiaba cierta felicidad que hasta resultaba contagiosa, pero me limité a fruncir los labios.
-Zayn, creo que tendrías que pensarlo dos veces.- Dije. Pude notar su confundida mirada sobre mi rostro. -Es una gran oportunidad, no podes descartarla así cómo así!.-
Su rostro suprimió cualquier sonrisa que pudo haber existido momento atrás. Giró la cabeza hacia un costado, y volvió a mirarme.
-Me estas diciendo que debería irme?.- preguntó con cierto tono confuso. Asentí.
-Es una oportunidad que solo se presenta una vez. Creo que tendrías que aceptarla.- Me miró sin expresión alguna en su rostro.
-Después de todo lo vivido, querés que me vaya así como si nada?.- Bufó. Lo miré sin saber qué responder. - Es una broma, no?.- su voz demostraba una tonalidad sarcástica, totalmente ajena a su personalidad. Bajé la mirada y negué lentamente con la cabeza. Se acercó a mí, y tomó mi cara entre sus suaves manos. Estaba acostumbrada a su tacto, pero un escalofrío recorrió mi cuerpo de todos modos. Abalanzó su boca contra la mía. Pude sentir otra vez su fresco aliento. Sus besos eran electrizantes. Todo mi cuerpo estaba entumecido ante aquella acción. Pensaba en qué iba a pasar cuando ya no tenga sus besos, sus abrazos, caricias... cuando ya no me haga reír, no me aliente a seguir adelante... Pero si en verdad lo amaba y quería lo mejor para él, debía dejarlo ir cueste lo que cueste. Las lágrimas comenzaban a caer lentamente por mis mejillas, y ante tanta presión, no pude seguir. Aparte mi boca de la suya, y rompí en llantos.
-no te sientas culpable, en serio quiero quedarme.- Dijo mientras secaba mis lágrimas. Debía convencerlo de que viaje.
-Yo no quiero que te quedes.- Dije sin pensarlo. Me miró extrañado. -Quiero que te vayas lejos. Es lo mejor para los dos.-
-No es lo mejor para nadie.- Dijo poniéndose de pie. Sabía que me estaba observando, pero me era imposible mirarlo a los ojos. -No podría vivir sin vos. Ayer pensé toda la noche sobre esta beca... Me va a ser imposible estudiar allá, si mi corazón se queda acá con vos.- En ese momento, resignada, subí la mirada hasta chocarme con sus tristes ojos.
-Tendrías que poder. Todo se puede. Vas a poder estudiar sin problemas cómo lo hiciste hasta ahora.- Pasé mis manos por mis mejillas empapadas, y suspiré. Zayn me miró triste.
-Te amo.- Dijo. Se mordió el labio inferior.- No puedo irme sin vos.- Lo miré, y sentí una apuñalada en el corazón.
-Yo no te amo.- Dije sacando coraje de donde no tenía. Esas palabras me dolieron más que a él. Vi cómo sus ojos se llenaban de lágrimas poco a poco. Verlo así me destrozaba el alma.
-Eso es todo lo que tenés para decir?.- preguntó enojado. Asentí a la fuerza. -Felicitaciones! Lo conseguiste. Mañana mismo viajo. Espero que seas feliz.- Se dió media vuelta, y fuerte de un portazo, cerró la puerta. Temblaba de pies a cabeza, y no podía ni pensar. Lo único que fui capaz de hacer, fue estallar en sollozos.

El viernes no pudo haber amanecido peor. El viento golpeaba fuertemente la ventana. La lluvia no paraba de caer, y era la causante de todo el barro. Miraba caer las gotas en mi ventana, y no pude evitar volver a llorar. Me había portado de lo peor con Zayn, pero era la única manera de convencerlo de que se vaya. Largué un suspiro. Por más que la situación haya terminado de lo peor l día anterior, no podía dejarlo irse sin despedirse. Tomé mi pilotín para protegerme de la lluvia, y me crucé a la casa de enfrente. Toqué la puerta algo ansiosa. No porque me estuviese mojando, sino por el simple hecho de que necesitaba hablarle. Necesitaba desearle suerte, y que lo iba a estar esperando feliz para cuando volviera. Había sido un error mentirle de semejante manera... todavía no entendía cómo se lo había creído... si me conocía lo suficiente, hubiese sabido que mentía. Volví a tocar la puerta hasta que una sorprendida Anna me abriera.
-Aldi! Qué estas haciendo acá?.- Preguntándome, mientras me daba paso para que entre. La lluvia ya me traía empapada de pies a cabeza.
-Necesito hablar con Zayn... Lo podes llamar?.- Dije de forma suplicante. Su madre me miró con ojos tristes.
-Zayn partió de acá hace tres horas.- Quedé atónita. Sentí las lágrimas aproximarse nuevamente. -Lo podes llamar.- me propuso.
-Gracias, pero no tengo tiempo!.- Dije a la vez que corría hacia afuera. A paso veloz, entré en casa, y subí de a zancadas los escalones. Me encerré en mi piesa a llorar. Que iba a hacer ahora? tenía que remediar este grave error. Él ya debía de estar en el aeropuerto, pero por suerte tenía aproximadamente unas cuatro horas antes del embarque. Desesperada, daba vueltas en círculos alrededor de mi habitación. La cabeza me explotaba, ya no sabía que hacer. Un impulso desconocido me llevó a explayar mis sentimientos en hoja y papel. En una cursiva algo desprolija, pedí perdón por lo sucedido, y al poner mi nombre al pie de ésta, la sellé. Caminé hacia la habitación de mis padres que se encontraba vacía, y la dejé sobre una de las almohadas. Tomé mi pasaporte, mis ahorros, armé un improvisado bolso con ropa y todo lo necesario, y salí corriendo a la calle. La lluvia caía incesantemente sobre mi agotado cuerpo. Los taxis pasaban a mi lado todos ocupados, haciendo de esta tarea la más difícil y estresante de todas. Grité cuando vi uno libre, y casi me tiro sobre éste. Algo asustado, el señor frenó, y sin dudarlo subí.
-Al aeropuerto.- Dije firmemente.

La lluvia no cesaba, y complicaba todo. El tráfico era insoportable. Cientos de autos barados en la entrada de Buenos Aires debido al clima, me desesperaban. Lentamente, se fueron dispersando poco a poco los autos, y el taxi pudo por fin continuar.
Llegados al aeropuerto, pagué al taxista, y bajé. La desesperación me mataba lentamente por dentro. La voz de una joven mujer anunciaba por el micrófono el atrazo de numerosos vuelos. Cerré los ojos y rogué para que el vuelo a Londres todavía no haya despegado. Miré la tabla con los horarios, pero no figuraba el avión de Zayn. Suplicante, busqué a la primera asistente de aerolíneas que encontré, la cual se extrañó al verme mojada de pies a cabeza.
-Disculpe, podría decirme si ya despegó el vuelo con destino a Londres?.-
-Lo lamentó mucho... Partió hace casi una hora.- Todo mi mundo se derrumbó.
-No sabe cual es el próximo con destino a Inglaterra?.- La rubia asistente checkeó unas planillas que tenía a mano.
-El próximo sale en dos horas. Para comprar los tickets debes dirigirte a la cabina de la derecha.-
Ni siquiera le agradecí, y decidida, compré los tickets. Sujeté mi bolso fuertemente, y caminé hacia el área de emigraciones. Pasé por la aduana, y quedé varada en una sala vidriada en espera de mi vuelo. Escuché el llamado al embarqué. Con la piel erizada, y lista a dar un gran paso, me puso de pie y caminé hacia la fila decidía a enfrentar lo que viniera. No tenía asegurado el perdón de Zayn, pero no perdía nada con intentarlo. Suspiré. La lluvia aún caía fuertemente, pero parecía no ser problema para semejante máquina voladora. El avión que se podía ver desde adentro era enorme. Me dejé llevar por pensamientos mientras miraba hipnotizada la fría lluvia.
-Aldi, que haces acá?.- Escuché decir a alguien a mis espaldas. Mi cuerpo se paralizó en un instante. Giré sobre mis talones, y me crucé con sus inconfundibles ojos miel que me miraban un tanto confundidos.
-Yo... creí que ya te habías ido..- Me era imposible articular otras palabras.
-Mi vuelo se retrasó. El que salió a las 6 p.m. era el vuelo anterior que tenía retraso. Me toca subir ahora a este... vas a algún lado?.- preguntó. Lo miré.
-Qué no es obvio? Vine corriendo detrás tuyo! Cuando me enteré que ya te habías ido...- Las lágrimas iban floreciendo nuevamente. Me sonrió con cierta dulzura, y las limpió con su dedo pulgar. Suspiré y confesé. - Te mentí cuando dije que no te amaba. Te amo Zayn, te amo más que a nadie. Por favor, no te vayas sin mí.- Diije suplicante. Me tomó por la cintura y se acercó más, hasta quedar a unos pocos centímetros.
-De todos modos no quería estudiar en Cambridge.- Dijo con cierta simpatía que me recordó a la primera vez que lo ví. Me tomó el mentón, y me miró directo a los ojos.
-Yo también te amo.- Se acercó hasta extinguir el espacio que quedaba entre nosotros. Su cálido beso en mi empapado cuerpo generó un choque eléctrico. Cada poro de mi piel se erizó. Pasé mis brazos al rededor de su cuello, y el acariciaba suavemente mi cintura. Necesitaba desesperadamente un beso suyo.
-Ahora que hacemos?.- pregunté al apartarme apenas de su boca. Dudó unos segundos de la respuesta, pero una sonrisa floreció en su rostro. Una idea se le había ocurrido.
-Tenemos los pasajes pagos... que te parece unas vacaciones por la ciudad de Londres?.- Lo miré sonriente, y asentí con la cabeza. Tomó mi mano, y juntos entramos por el ala izquierda del avión.
Este, solo es el comienzo de nuestra romántica historia.