"Friends, Lovers Or Nothing" (Zayn Malik) TERMINADA

Sus besos pasaron de mi desesperada boca a mi vulnerable cuello. Cada beso me hacía desfallecer. El cosquilleo de su juego sobre la zona baja de mi mejilla me volvía loca. Cerré los ojos unos segundos, y me dejé llevar por el momento.
Sentí su boca bajar por mi cuello hasta toparse con la camisa. Tomó entre sus temblorosas manos el primer botón, y lo desabrochó. Levantó la vista en mi dirección. Me choqué con sus hermosos ojos miel, que me miraban como pidiendo permiso. Sin hacer ninguna mueca, asentí lentamente con la cabeza, y sentí cómo sus manos pasaban al segundo botón, desabrochándolo, y haciendo lo mismo con el resto. Mi prenda quedó rápidamente a un costado en el suelo, pero eso no me importaba en lo absoluto. Lo tomé por el cuello con fuerza, y desesperadamente fui en busca de su tan deseada boca.
Me tomó en brazos, y se puso de pie. Algo atontada por aquel movimiento, me aferré a su torso desnudo, sintiendo su piel quemando sobre la mía. Tras unos pocos pasos, llegamos a la habitación que parecía ser de Hazza. Zayn me bajó, y cerró la puerta. Lo miré a los ojos, y él me correspondió la mirada.
Como si lo hubiese invadido un ataque de adrenalina, me tomó por la cintura y acorraló contra la pared. Me besaba apasionadamente, aún más que siempre. Un cosquilleo interno me hacía sentir mariposas en el estómago; tenía un nudo atravesado en la garganta y mil cosas dando vueltas en mi cabeza. Ya no podía parar. No lo iba a hacer. Tomé su cuello con fuerza, y diriguí mi boca hacia allí. Daba pequeños y húmedos besos sobre su suave piel, y él me tocaba delicadamente el cabello. Sentí sus manos bajar más por mi espalda, hasta llegar a la parte superior de mis muslos, en los cuales daba pequeños movimientos circulares con la mano en forma de caricias. Su boca, en contacto nuevamente con mis labios. Su respiración, al compás de la mía. Todo estaba más que perfecto.
Una de sus manos comenzó a juguetear con uno de los breteles de mi corpiño, subiéndolo y bajándolo. Me tomó por la cintura, y giró hasta quedar detrás mío. Tomó el broche de mi sostén, e instantáneamente lo desabrochó. Quedé en estado de shock. Poco a poco me iba exponiendo más a Zayn. Sus abrazo por detrás con las manos alrededor de mi cintura, y sus delicados besos sobre mi hombro me hicieron volver a la realidad. Me giré, y quedé frente a frente con Zayn. Se acercó lentamente a mí, tomó con sus manos mi cara, y me besó. Dejándonos llevar por la emoción y excitación del momento, lentamente caímos sobre el prolijo acolchado verde que decoraba la antes ordenada habitación de Harry. Entre besos y caricias, Tomé el elástico de su pantalón, y sin vergüenza alguna que me impidiera, lo deslicé hacia abajo, dejando la prenda en el suelo, y a Zayn en boxers; los boxers negros con corazones de colores que tanto me gustaban. Lo tomé por el cuello, y continué besándolo desaforadamente.
A medida que iban pasando los segundos, mi calor corporal iba aumentando al igual que el suyo. Los labios me ardían de tanto besarlo. Rozando con sus manos la parte baja de mi cadera, tomó el borde de mi ropa interior, y con un delicado movimiento, fue bajándola de a poco, haciéndola desaparecer en cuestión de segundos. Acto seguido tomé sus boxers, y de un tirón, los deje desparramados en el suelo. Nos miramos unos segundos, para luego fundirnos en otro de nuestros apasionados e inigualables besos.
Inconsientemente, rodié mis piernas alrededor de su cuerpo, y mi mundo pareció cambiar. Ya nada era como antes. Nuestras palpitaciones iban al mismo ritmo. El calor me invadía por dentro y por fuera. Los brazos de Zayn envueltos alrededor de mi cintura, siguiendo cada uno de mis movimientos. Una paz interna me llenaba, pero a la vez necesitaba gritar. Necesitaba gritar y descargarme, pero me contuve. Un cosquilleo me recorría el estómago, y el corazón se me aceleraba más y más. Fruncí el ceño, pero me relajé. Rodié con mis cansados brazos su bien formado cuello, y el apoyó su cabeza contra mi pecho. Nuestros cuerpos estaban húmedos debido a la transpiración causada por nuestros movimientos. Estaba disfrutando de cada beso, de cada caricia, cada sensación. Se separó unos segundos de mí para mirarme a los ojos, y besarme lentamente. Sobraban las palabras, pues todo se entendía. Era felíz, y nada podría cambiar eso. Sin separarse de mí, se acercó a mi oído.
-Te amo.- Dijo.
-Yo te amo más.- Respondí.
Agotada, me dejé caer en sus brazos, y nos envolvimos en las blancas sábanas. Ese había sido sin dudas, el momento de nuestras vidas.