Forever Yours (Harry Styles) [Terminada]

por **Amelia** Dom 10 Jun 2012, 3:01 pm

Nombre: One Direction/ Forever Yours.
Autor: Amelia.
Adaptación: No.
Género: Romance, comedia.
Advertencias: No actualizo todos los días.
Otras páginas: Potterfics.

***

Antes que todo, la novela consta de dos partes (temporadas), la primera: One Direction, la segunda: Forever Yours. Las dos están publicadas aquí en el mismo tema, así que no hay otro link a otra temporada ni nada. La novela lleva el nombre de la segunda temporada porque lo cambié cuando comencé a publicar la misma. Gracias por leer ^^.

***

One Direction

Amor, decepción, discusiones, alegrías, amistades, envidias, enemigos... Todas aquellas emociones y momentos que se puede vivir cuando joven.
La vida de Alexandria se ve involucrada en todas las anteriores, con unos padres divorciados, su enemiga de toda la vida, con sus mejores amigos, su hermanastra y el amor de su vida.
Pero dicen que el amor todo lo puede, ¿no?
Porque después de todo, we have a lot of ways, but just one direction.

por **Amelia** Dom 10 Jun 2012, 3:17 pm

Capítulo 1. Alexandria
Toqué la puerta del departamento unas dos veces, antes de que un chico de estatura normal, tez clara, ojos espectaculares de color verde, abundante cabello rizado y una ancha sonrisa abriera la puerta. Me incliné y le di un casto beso en los labios.
—Hola, Harry—se hizo a un lado, dejándome pasar a al lujoso apartamento, donde vivían los cinco chicos.
—Hola Niall, Liam, Louis y… ¿dónde está Zayn?—dije buscándolo con la mirada.
—No lo sé—dijo Louis encogiéndose de hombros.
—Alex, ¿cómo va eso de la fiesta?—preguntó Liam.
—Bien—dije con notorio sarcasmo—. Sea como sea, será la mejor fiesta de dieciocho que haya—dije hablando en forma dramática, provocando risas por parte de los chicos.— Ahora no quiero hablar de eso, vine aquí a botar un poco de estrés, y hablar de mi fiesta no me ayuda.
—¿Dónde está Melanie?—preguntó Liam distraídamente.
—Tres, dos…—comencé la cuenta.
—¡Hola!—dijo Mel, que cruzaba por la puerta que seguía abierta.

Melanie Richards, era mi hermanastra. Mis padres se divorciaron hace tres años, porque según ellos habían perdido esa “chispa” que tenían cuando jóvenes. En fin, no soportan estar en la misma habitación. Melanie, hija de la nueva esposa de mi padre, era, a parte de mi hermanastra, mi mejor amiga. Iba rumbo a sus diecisiete. Poseía un cabello hasta los hombros de color caramelo y ojos verdes, era baja y delgada.
Yo, Alexandria O’Connor, con cabello rubio con reflejos naturales más oscuros, ojos azules, tan claros como los de Niall, de estatura media era la hija de nada más y nada menos que Kate Waldorf, una famosa actriz que casi no tenía tiempo para su única y “querida” hija.
Había conocido a mis amigos en una fiesta de promoción de no sé qué cosa en la que se presentaban, y a la cual mi madre me llevó. No conocía a nadie allí, así que socialicé con ellos, pues aparte de mí, éramos los únicos que parecían tener edades parecidas.
Luego de eso, había pasado un año.

—Sonrían a la cámara—decía Niall con su cámara de video, paseándose por la estancia—. Pónganse hermosos que esto va para Internet.
—Yo siempre salgo hermoso—dijo Louis engreídamente.
—Sí, como no—Harry lo empujó y éste cayó al suelo, siendo grabado por Niall.
—Miren a esta hermosa parejita—dijo cursimente mientras nos grababa a mí y a Harry que estábamos sentados uno al lado del otro, y él con un brazo en mis hombros. Los dos sonreíamos. Harry bajó la cabeza, mientras sonreía y un tenue rubor cruzaba sus mejillas. Me reí por su actitud.
Louis se sentó a mi otro lado e hicimos muecas y cantamos como locos. Sí, yo estaba loca, y no me importaba. Harry se unió al coro, mientras desafinábamos y Niall reía.
—Saluda Melanie—ella estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas mientras movía su fina mano. Liam sonrió y volvió la vista a su celular.
—Bien… esto fue todo—dijo Niall apuntando la cámara hacia él mientras guiñaba un ojo.
—En verdad no tienes vergüenza—dijo Louis codeándome.
—Mira quién habla—me reí.
—¡Tengo una idea! Conozco una famosa banda que podría animar la fiesta de mi queridísima hermana Alex.
—Que idiota—me reprendí, dándome golpecitos en la cabeza, mientras m enderezaba. —¿Harían eso por mí chicos?
—A mí me parece bien—dijeron, a lo que hice un bailecito de alegría mientras los demás reían.
—No puedo esperar para verte ahí, parado en el escenario, cantando para mí—le susurré a Harry al oído. Dejé un beso en su mandíbula, la cual tensó al instante mientras cerraba los ojos. Luego los abrió, sonriendo.
—Tengo hambre—dijo Niall.
—¿Cuándo no?—me abracé a Harry, apoyando mi cabeza entre el cuello de mi chico de cabellos rizados. –Ahora que lo recuerdo… pásame eso Harry, please—Harry me pasó mi bolso, del cual saqué cinco barras de chocolate. Les tiré una a Niall que se puso contento, una a Louis, dos a Liam, para que le guardara la suya a Zayn y la última a Harry.
—I’ve tried playing it cool, but when I’m looking at you I can’t ever be brave, ‘cause you make my heart race—cantó Liam.
—Shot out of the sky…—sentía mi corazón latir con fuerza mientras escuchaba a Harry cantar. Así que sonriendo, canté con él.—You’re my kryptonite, you keep making me weak yeah, frozen and can’t breathe.
Harry me regaló una de esas hermosas sonrisas, en la cual se marcaban sus hoyuelos. Cantamos un par de canciones más y luego me paré.
—¿Ya te vas?—dijo Harry. Removió sus cabellos con su mano, haciéndolos a un lado. Ya era una costumbre en él.
—Sí, voy con Mel a ver si consigo el vestido perfecto—dije sonriendo. Él hizo un puchero.
—Está bien, pero pásate mañana ¿sí?—se paró, mientras caminábamos hacia la puerta.—Quiero verte antes de ir a la reunión con nuestro representante, tal vez me pase la tarde entera metido en esa oficina—tomó mis manos.
—Ok, lo prometo—le sonreí.—Adiós chicos—les mandé un beso con la mano a todos y luego besé a Harry en los labios. Pude sentir como sus dientes apretaban suavemente mi labio inferior al terminar el beso. Le sonreí y colgué mi bolso en mi hombro. Melanie entrelazó su brazo con el mío y salimos, mientras Harry cerraba la puerta detrás de nosotras.

—Este es—dijo Melanie deteniéndose frente al ventanal con un maniquí, posando un vestido de color azul marino de un solo hombro. No era llamativo, simplemente se pareció tanto a mí. La tienda estaba a punto de cerrar, así que prácticamente me arrastró hacia el interior. Hizo que me probara — aparte del vestido azul— un montón de vestidos más.
Al fin elegimos dos vestidos, uno para la primera mitad de la fiesta y otro para la segunda mitad.
Terminamos exhaustas luego de haber comprado los demás accesorios y zapatos. Compramos unas malteadas y luego nos dirigimos al estacionamiento cargando las bolsas. Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo trasero. Arrojamos las bolsas en el asiento trasero y le arrojé las llaves a Melanie para que condujera ella.
“¿Te imaginas en quién pienso? En ti, dos meses y me tienes loco—Harry “.
Me dieron ganas de gritar y brincar de la emoción. Me metí al asiento del copiloto y me apuré en responderle:
“Quisiera tanto estar contigo. Hace pocas horas estuvimos juntos y ya quiero volver a verte—Alex”.
—Demonios—dijo Mel cuando vio el tráfico que había. Reí entre dientes, mientras cambiaba de emisora a una música más animada.
“Si quieres puedes venir. Sólo estamos Louis y yo, y se vuelve más loco cada minuto ¡ayuda!—Harry”.
“Dame 10 minutos”.
—Mel, déjame en casa de los chicos, puedes quedarte con el carro.
—Pero… ¿y si quieres volver…?—preguntó sin apartar la vista del frente.
—Descuida, le diré a alguno de los chicos que me lleve.
—Styles te tiene bien loquita, te tiene más hiperactiva y feliz, si es que puedes serlo más de lo que eres— ella me conocía muy bien. Yo era muy extrovertida y sociable, por lo cual conocía a muchas personas, pero ninguna me conocía como ella a mí.
—No tienes ni idea. Aquella noche, la primera vez que lo vi en persona, él estaba cantando One Thing, y él me estaba mirando. Te juro que casi suelto la copa de vino en ese momento. Casi muero. Y los siguientes tres meses nos la pasamos entre miradas y sonrisas tontas, hasta que al fin me lo pidió. Fue muy divertido, él estaba todo hecho nervios, y yo me reía de él porque nunca lo había visto así
—Y luego, el tan esperado beso—dijo ella soñadoramente. Las dos reímos.
En pocos minutos llegamos al departamento de los chicos.
—Buenas noches Harold—saludé al portero, que me sonrió e hizo un movimiento con la cabeza, sin hablar. Subí el ascensor mirándome en el espejo mientras acomodaba mi cabello. Pronto llegué a la puerta, la cual estaba abierta. La cerré detrás de mí y dejé mi bolso en un sillón de la sala.
Fui hacia la habitación que compartían Louis y Harry. La puerta estaba abierta. La computadora de Harry estaba en la cama, encendida, pero nadie estaba allí. Me acerqué a la computadora y sentí la presencia de alguien detrás de mí, pasé saliva y me giré. Grité tan fuerte como pude cuando me encontré con un tipo con una máscara espeluznante y a Harry tirado en el suelo, inconsciente. Me calmé cuando reconocí aquella máscara.
—¿Te has vuelto loco Louis o qué? Creí que te había deshecho de esa máscara el año pasado. No te rías—mi mejor amigo Louis se reía mientras se quitaba la máscara y removía su cabello. Arrojó la máscara por ahí, mientras Harry se paraba.
—Divertido, ¿no?—dijo Louis a la pantalla. Demonios…
—Por favor dime que no están haciendo un Twitcam, y esto lo están viendo… ¡más de diez mil personas!—le di un golpe en la nuca a Louis mientras me sentaba a su lado. Harry se sentó a mi otro lado.
Harry traía un gorro de tela fina, dejando ver solo una pequeña parte de sus suaves rizos.
—Aquí está la mejor chica y amiga que puedan ver en la vida—dijo Louis de manera dramática— ¡Alex!—Harry hizo como si una multitud aclamara mientras aplaudía, yo sólo rodé los ojos, mientras pensaba en lo afortunada que era por tener a esos dos chicos locos de remate. –Y la que trae a nuestro querido Styles rendido a sus pies.
—Ya deja de molestarme en público, Tomlinson—Harry extendió su brazo por detrás de mí y golpeó a Louis. Los dos comenzaron a pelear, y yo en medio.
Seguí leyendo los tweets que sus fanáticas dejaban.
—Harry, estas demasiado lindo—leí en voz alta.—Harry, te están alagando y tú estás peleándote.
—Gracias—dijo Harry y dio un guiño a la pantalla. Eso sin duda mataría a las admiradoras, me mataba cuando iban dirigidos a mí.
Sin previo aviso, Harry besó mi mejilla, haciendo que Louis pusiera cara de asco. Sonreí cuando vi que él sonreía hermosamente, cómo amaba esa sonrisa.

por **Amelia** Dom 10 Jun 2012, 3:59 pm

Capítulo 2. Berrinche
— ¿Cómo así que ya han reservado el salón?— dije exasperada una vez más.
— Sí, ya lo han apartado para esa noche.
— Disculpe, pero yo la reservé mucho antes— dije enarcando las cejas mientras me echaba el flequillo hacia atrás con la mano.
— Danos un momento cariño— dijo mi madre detrás de mí.
Mamá me había acompañado, no por mero gusto, si no porque la prensa estaría, y eso le convenía. No había mujer que le gustara más las cámaras que a Kate Waldorf.
Unos minutos después, mamá volvió con la joven mujer, la cual asentía.
— Tenemos tu salón, fue sólo una equivocación, ¿cierto?— dijo mamá meneando su cabellera rubia.
— Sí, disculpe. Así que estará disponible el 24 de febrero, a las ocho de la noche, ¿me equivoco?
— No, para nada— dije confundida, preguntándome que tipo de juego y soborno había detrás de esto.
— Yo me tengo que ir, George me espera— dijo ella sonriendo y yéndose, así sin más.
George era la nueva pareja de mamá, y en verdad, era agradable.
Salí del local y miré el reloj de mi muñeca. Eran las tres y media de la tarde. Suspiré forzadamente. Entré a mi auto y golpeé mi cabeza suavemente contra mis manos. Había faltado a mi promesa. Los chicos estaban nerviosos por una junta que tendrían con su representante y otras personas importantes que podrían hacer una diferencia notoria en su carrera, y no había ido a acompañarlo cuando me necesitaba.
“Lo siento, Harry”.
Esperé unos quince minutos su respuesta, y supe que estaba enfadado. Suspiré y conduje a casa.
Las promesas, para Harry, eran muy valiosas, romper una palabra, por más pequeña que fuera, le parecía traición, y yo le había faltado.
— ¿Conseguiste el salón?— preguntó Mel cuando me vio aparecer en su cuarto. Ella estaba boca abajo, acostada en su cama y leyendo una revista.
— Sí…— me acosté a su lado, boca abajo también.
— Por cierto… ¿cómo te fue con Harry? ¿Estaban muy nerviosos?
— Nos retrasamos y no pude ir. Debe estar molesto ahora mismo y supongo que llegarán tarde.
— Habla con él, sabemos bien que no puede estar enojado contigo por mucho tiempo.
— No lo sé Mel, pero estoy frustrada. Quiero verlo.
— Mira que foto tan linda— me acercó la revista. Vi una foto de página completa en la que estábamos Harry y yo saliendo de un Starbucks tomados de la mano y sonriéndonos. Su sonrisa era ancha y hermosa, mostrando sus perfectos dientes. — Tómala— ella arrancó aquella página y me la dio. La miré sonriendo.
— Eres lo mejor, ¿lo sabes?
— Sí, ya lo sé— sonrió abiertamente.
— Eh… iré a dormir un rato, a ver si dejo de pensar un momento, cada vez me siento peor.
— ¿Dolor de cabeza?
— Va de mal en peor— asentí mientras doblaba la foto y la metía en mi bolso. Me dirigí a mi cuarto y quitándome las botas de tacón, me tiré a la cama dejando el bolso en una silla.

— No vino, Louis, ella me lo prometió— dijo Harry, se veía triste y había tenido la mirada ausente durante toda la junta.
— Tranquilo, hablarán cuando salgamos de aquí, se retrasó, eso es todo— palmeé su hombro para tranquilizarlo.
— Lo dices tan fácil, a ti no te prometen algo y luego de ilusionarte te fallan— dijo aquello entre dientes y sin mirarme a los ojos.
— Vamos, tenemos que volver— Zayn se asomó por la puerta de la oficina y nos encaminamos de nuevo. Harry fue con las manos en los bolsillos y su cabeza gacha.

— Despierta, ¡Alexa!— un grito hizo que me sobresaltara.
— ¿Qué te sucede?— dije restregándome los ojos.
— Niall me envió un mensaje, llegaron a la casa hace media hora.
— Oh, gracias— me paré velozmente.
— ¿Dónde está papá?— pregunté mientras me desvestía de camino al baño cuya puerta estaba en la pared del fondo de la habitación.
— Salió a cenar con mamá.
— Entendido. ¿Podrías elegirme algo?
— Claro— sólo podía escuchar los pasos e ella en la habitación mientras buscaba todo.
Salí envuelta en una toalla, con la ropa interior ya puesta. Me vestí rápidamente y tan sólo delineé mis ojos y me puse labial rosa pálido.
— ¿Cómo estoy?
— Harry no podrá estar más tiempo enojado, créeme.
— ¿No te importa estar sola?
— No, de todas maneras voy a dormirme. Por cierto… si vas a dormir fuera de la casa, házmelo saber temprano— me sonrió pícaramente.
— Como digas— tomé mi bolso y salí.
“No coman nada, llevo pizzas— Alex”.
Louis me respondió al instante solo afirmando. Estaba nerviosa, no podría ver la carita triste de Harry, me mataba ver aquellos ojitos verdes tristes, aquel hermoso rostro sin sonrisa.
Me colgué mi bolso en el hombro y agarré las dos cajas de pizzas. Saludé al portero el cual me permitió la entrada y subí en el ascensor. Toqué la puerta tres veces y Louis me abrió, sonriendo.
— ¿Cómo está Harry?— le pregunté entregándole las pizzas mientras entraba.
— No quiere ni comer chocolate— Harry adoraba el chocolate, y adoraba comerlo en todo momento.
— ¡Pizzas!— gritó Niall mientras se acercaba a mí y besaba mi mejilla, le arrebató una de las cajas a Louis y se sentó en el mueble con Zayn. Sonreí a medias.
— Hola chicos— les sonreí a todos— . Zayn, espero que te hayan dado tu chocolate.
— ¿Qué chocolate?
— Liam…te lo di a ti pensando en que no te lo comerías…— me crucé de brazos.
— Yo no me lo comí. Lo escondí de esa bestia— señaló a Niall mientras le daba un mordisco a su pedazo de pizza.
— Y esta bestia lo encontró— sonrió Niall para sí mismo.
— ¿Está en su habitación?— le pregunté a Louis.
— Sí. Ve, me encargaré de que nadie los interrumpa— dijo irguiéndose y poniendo una mano sobre su pecho, pareciendo un superhéroe.
Entré a la habitación que compartía con Louis. El estaba costado dándole la espalda a la puerta. Me acerqué y dejé mi bolso en una silla que estaba al lado de su cama. Tenía una playera negra, que se ajustaba perfectamente a su torso. Me senté en el espacio libre que había a su lado. A pesar de que tenía puesto sus audífonos, sabía que él sabía que yo estaba ahí.
— Harry, lo siento, yo…— puse una mano en su brazo, él seguía dándome la espalda— . Sé lo importante que es para ti una promesa, y no fue mi intención romperla. Odio recordar que me necesitabas y yo no estuve. Lo siento.
— Creí que al menos llamarías— dijo en voz baja.
Tomé su hombro y lo halé, haciendo que quedara acostado boca arriba, él evadía mi mirada.
— Harry, mírame— lo hizo luego de unos segundos— , no pretendo volver a romper una promesa. Pero no puedo soportar que estés enojado y menos que ese rostro esté sin esa sonrisa que tanto me encanta— acaricié los lados de su boca, haciéndolo sonreír de lado. Se quitó los audífonos y los dejó, junto a su Iphone en la mesa de noche de al lado. — Pase lo que pase, no dejes de sonreír— dije acariciando su mejilla.
— Por cierto, estás hermosa esta noche— se levantó, quedando sentado en la cama.
— Gracias— sin previo aviso se puso de rodillas en la cama y me besó. Sus manos estaban a cada lado de mi cabeza y me besaba con todo el amor que era capaz. En algún momento lo empujé hacia atrás suavemente y terminé sobre él, con mis piernas a cada costado. Una de sus manos estaba en mi muslo, mientras la otra recorría mi espalda. No me había dado cuenta de que la chaqueta que tenía puesta ya no estaba. Su boca se dirigía a mi cuello, el cual mordía suavemente, haciéndome sisear. Con las respiraciones agitadas, nos miramos y por un momento me perdí en su verde mirada. Le sonreí y besé sus labios nuevamente, enredando mis dedos en sus rizos castaños.
— Te amo Styles— le dije con nuestros labios rozándose.
— Te amo más, no te imaginas cuánto— sus manos fueron a mi cadera, pegándome más a él, si eso era posible.
— No Harry— me separé de él, poniendo una mano en su pecho. Me miró confundido— . Hay cuatro chicos allá afuera que nos harán la vida imposible si notan algo.
— Demonios— murmuró para dejar un último beso en mi cuello.
Me paré y encontré mi chaqueta en el suelo, me la puse y peiné mi cabello con mis dedos. Me retoqué el labial, que se había quitado con la acción de hace rato y esperé por Harry.
— Espera— le detuve y quité con mi pulgar los restos de labias rosa pálido que había en las comisuras de sus labios. Le di un corto beso y salimos de la habitación.
— Al fin está contento, mírenlo— se burló Louis.
— No seas idiota Louis— lo despeiné. — ¿Qué? ¿Ya no hay pizza?— todos señalaron a Niall, que solo se encogió de hombros y subió los pies a la mesa, acariciando su hinchado estómago.
Harry se acostó en uno de los muebles, con su cabeza en mi regazo, mientras veíamos una película. Yo jugaba distraídamente con los rizos de Harry, enredándolo entre mis dedos, mientras con la otra mano, revisaba algo en mi celular.
— Se me olvidaba decirte, mañana tenemos una entrevista, irás, ¿cierto?
— Eh… Dios…— dije suspirando— mañana tengo que ir a confirmar la decoración de la fiesta. Lo siento— dije la primera excusa que se me vino a la cabeza.
— Oh…— se sentó, dejando a mi mano, la que jugaba con sus rizos, sola en mi regazo— , ¿sabes? Comienzo a pensar que le das más importancia a la fiesta que a mí— se paró del sillón y todos nos quedamos en silencio. Evité su mirada. Sentí como si un aguijón se me clavara en el pecho.
Harry tomó una lata de Coca— Cola que había en la mesa y se fue a su habitación, de nuevo.
— Oh Dios— dije suspirando, echando hacia atrás la cabeza.
— Descuida, mañana olvidará el berrinche que está haciendo ahora…— Louis se había sentado a mi lado y me abrazaba juguetonamente.
— No me gusta verlo así.
— Pero no puedes arruinar la sorpresa, nos prometiste no decirle nada…
— Creo que no volveré a hacer más promesas— dije riendo.
— Hablando de la entrevista, ese tipo me pone incómodo— comentó Zayn, riendo.
La entrevista era en el programa “Up at 10”, mañana a las diez de la noche. El presentador del programa, Michel Gate, era muy reconocido, aparte de ser bromista, ponía a los artistas invitados un poco incómodos.
— Ni que me lo digas… de sólo verlo en televisión me pone nerviosa— reí— . Iré a buscar mi bolso, deséenme suerte.
Entré por segunda vez al dormitorio de Harry. En estaba sentado en la cama, con la botella de Coca— Cola en una mano, y en l otra su Iphone. Me arrodillé frente a él y levanté un poco su rostro, besé sus labios durante unos dos segundos, aunque no me devolvió el beso. Le sonreí de todas formas.
— Te amo Harry Styles, eso no va a cambiar— murmuré. Me paré y cogí mi bolso. Salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mí.
Me despedí de los chicos con un abrazo y un beso en la mejilla. Me fui a casa pensando en Harry, en lo graciosa que me parecía su cara cuando hacía berrinches.

— Buenas noches y bienvenidos sean todos a Up at 10. Como sabrán, hoy es el décimo aniversario de este programa nocturno, y tenemos varias sorpresas— dijo con su voz afeminada. Sí, porque Michael era homosexual, y eso no le quitaba lo famoso. Yo estaba en otro camerino, ya vestida, mientras me retocaban el maquillaje. Veía el programa a través de la televisión del camerino. Por suerte, Harry ni tenía pista de que yo estaba ahí.
— Con ustedes… ¡One Direction!— dijo mientras el público gritaba y aplaudía.
Los cinco chicos saludaron con la mano y sonrieron. Sonreí al ver a mi chico de rizos sonreír, aunque sabía que era una sonrisa falsa. Louis, Niall, Zayn y Liam ocuparon un sofá de cuatro plazas rápidamente, dejando a Harry sentarse solo en el mueble de dos plazas. Ahogué una risa.
— Esta es su segunda vez en el programa, así que bienvenidos nuevamente.
— Es un placer estar aquí de nuevo— comentó Liam.
— Bien, ¿a dónde irán en su próximo tour?— comenzó con las preguntas típicas.
Así pasaron unos cinco minutos, cuando entró en un tema al que tanto yo como el público prestó atención.
— Los temas que les interesa a sus fanáticas— las chicas gritaron— es del amor Veamos algunas fotos— señaló la pantalla que estaba más atrás.
Mostraba una foto de Liam con una chica, estaban tomados de la mano y estaban sonriendo. Liam sonreí.
— Es Danielle…— dijo como si ya no fuera muy obvio.
— Se ven muy enamorados, ¿no lo creen?— dijo el presentador haciendo una cara “tierna” al público.
— Sí, lo estamos— se notaba de lejos que estaba incómodo.
— Aquí tenemos a Zayn, wow, ¿qué pasó ahí Zayn?— Zayn solamente rió, al igual que todos. Se veía a un Zayn más joven, algunos dos años atrás, besando a una chica.
— Ella fue mi novia, a pesar de que no duró mucho— siguió riendo, mientras el presentador le dirigía una mirada un tanto incómoda.
— Aquí está Louis— me reí bastante, y no pude impedirlo. Aquella foto era muy vieja, mostraba a un Louis de unos cuatro o cinco años, dándose un besito con una niñita.
— Y así decían que coqueteaba mucho— mencionó Harry, riendo.
— Ella fue mi primera novia, era muy linda. Incluso hicimos planes de boda— dijo sin importarle nada, Louis no se detenía en ello.— Luego se fue la chispa, y ahí quedo nuestro amor— dijo dramáticamente.
— Ahora Niall— Niall se cubrió los ojos, esperando lo peor. Una imagen apareció en la pantalla. Recordaba esa foto, la había visto en una revista el año pasado. Las cosas se malinterpretaron, porque ellos sólo eran amigos.
— Ella me rompió el corazón— dijo fingiendo tristeza— , no, mentira— rió— , sólo fuimos buenos amigos, luego se mudó, y perdimos el contacto.
— Eso es lo que dicen todos…— dijo Michael, las personas rieron.
— Por último, y no por eso menos importante, ¡Harry! Veamos— apuntó de nuevo a la pantalla. En la pantalla se veía una foto de nosotros saliendo de Starbucks tomados de la mano, aquella que había visto en la revista de Melanie.
Me levanté, y una de las asistentas acomodó mi micrófono que estaba enganchado en mi vestido. Casi tenía que salir. Aún así, se escuchaba lo que decía el presentador.
— Si no nos equivocamos, tienes dos meses saliendo con Alexandria O’Connor, la hija de la actriz Kate Waldorf.
— Así es…
— Y con nosotros,— Michael interrumpió a Harry a mitad de la frase— ¡Alexa O’Connor!
Saludé al público que aplaudía. Saludé amistosamente a los presentes en el estudio, dejando a Harry de último. Le di un pequeño beso en la mejilla, y éste me sonrió, negando con la cabeza.
— ¿Eso fue un saludo? ¿En serio? ¿Qué es lo que el público quiere?— dijo él sacándome una sonrisa, sabiendo muy bien a lo que se refería.
— ¡Beso! ¡Beso!— exclamaba el público.
Harry sonreía con la cabeza gacha, la levantó y me dio un pequeño beso en los labios, nos reímos y las fanáticas enloquecieron.
Sin duda alguna, con Harry a mi lado y captando toda mi atención, sería una larga entrevista…

por Invitado Dom 10 Jun 2012, 4:03 pm

Primera lectora, siguela me ah encantado

por **Amelia** Dom 10 Jun 2012, 5:25 pm

Capítulo 3. No hay fiesta
—Sabemos que aún sigues trabajando en tu propia música—dijo Michael luego de haber bromeado en serio.
—Sí, compongo mis propias canciones—dije sonriendo.
—¿Desde cuándo?
—Bueno…—entrecerré los ojos, recordando.
—Desde los seis. Recuerdo que escribía sobre todo lo que hacía, una vez le hice una canción a mi primera gata, a Molly—se escucharon risas.
—No hace mucho tiempo escribió una canción acerca de lo hermosos que son los rizos de Harry—comentó Louis, que ponía su mano contra su mejilla, como si estuviese cuchicheando, a pesar de que todos lo escucharon.
—Eso no es cierto Louis—dije riendo.
—¿Estás diciendo que mis rizos no son hermosos?—Harry me miró como si estuviera herido. Yo sólo reí y puse los ojos en blanco.
—Descuida, yo sí pienso que lo son—dijo Louis tirándole un beso con la mano. Reímos cuando puso cara de asco.
—¡Prueba de baile!—se escuchó una gruesa voz desde los parlantes. Nos miramos entre sí y junto al presentador, nos paramos.
—Alex, como todos saben, estuviste de vacaciones con tu madre en Latinoamérica, ¿cierto?
—Así es…
—Aquí tenemos una foto de ti en un club, bailando salsa, ¿quisieras darnos una prueba en vivo y en directo?
—Claro, ¿por qué no? Pero antes, necesito una pareja—Louis levantaba su mano una y otra vez.—Ven aquí Liam.
—¡Demonios!—dijo Louis, cruzándose de brazos.
Liam, por algún motivo, sabía bailar este género. La música comenzó y comenzamos a bailar, mientras reíamos y éramos aplaudidos. Unos segundos después, nos inclinamos dramáticamente dando las gracias a nuestro público. El siguiente en bailar fue Louis, después Zayn, luego mi chico de cabellos rizados y después Niall. Fue un momento bastante divertido.
Nos sentamos nuevamente, mientras Harry tomaba disimuladamente mi mano, haciéndome sonreír.
—Como les había dicho al principio, el programa de hoy está lleno de sorpresas. Así que miremos estas fotos—señaló la pantalla de antes.
Se escucharon risas.
—Yo…—Zayn sonrió cuando vio la foto—Era la integrante de una de las bandas de X Factor. Éramos muy amigos.
—Vaya, qué amistad—dijo sarcásticamente Michael.
La foto era de Zayn, y una de las integrantes participante de X Factor.
—Miren esta graciosa foto. Aquí tenemos a Niall—todos reímos cuando vimos una foto de nuestro rubio amigo con unos lentes gigantes y un gorrito que decía “New York City”. Tendría por lo menos unos cinco años como mucho.—Aquí tenemos a Louis.
Todos reímos. Louis era más pequeño en esa foto que la de Niall. Tenía una camisa a cuadros y unos pantaloncitos de jean, y en su cabeza castaña, una gorrita del mismo material.
Louis hizo una mueca.
—Por cierto, ¿qué pasaba con tus pantalones?—dijo Michael, pues Louis se halaba los pantalones con la manos.
—No recordaba esa foto—sólo comentó.
—Yo creo que quería ir al baño—dijo Zayn, haciendo que las chicas del público rieran.
—Este es Liam—continuó Michael—. A qué era un lindo vaquerito.
—Tenía por lo menos doce años—reía Liam. Tenía un disfraz de vaquero, y estaba detrás de una pila de paja, apuntando a algún lugar con un revólver de juguete.
—Aquí estás tú Harry, usando un brasier, de tu mamá por cierto—todos estallaron de la risa. Harry sólo sonrió, estaba incómodo, así que apreté su mano suavemente.—Así empecé yo luego fueron los tacones y por último el juego de aretes de perla.
Todos estallaron de la risa.
—Por último, aquí te tenemos Alex, siendo la cama de alguien, ¿no?
—Oh Dios—reí ante esa foto. Todos lo hicimos. Yo tendría por lo menos tres o cuatro años. Estaba tendida en el suelo, con la cara roja por el llanto y con Sparkie sobre mí, un gran dálmata.—Mi mamá me contó que quería subirme sobre Sparkie, y lo logré. Pero me caí y se acostó sobre mí. Mamá tuvo que halarlo del collar para quitarlo.
—Bien, ahora tenemos a One Direction, cantando en vivo, con Alex O’Connor.
Harry me miró sonriendo. Según él, amaba los momentos en que yo cantaba con ellos. Solo había cantado con ellos en unas pocas ocasiones en presentaciones locales.
Niall y yo tocábamos los primeros acordes cuando Liam comenzó a cantar One Thing.
—Shot me out of the sky—comenzó a cantar Harry—, you’re mi kryptonite—canté con él— you keep making me weak, yeah frozen and can’t breathe.
Cantar con ellos fue, como siempre, un hermoso momento. Y Harry, que no dejaba de mirarme, haciéndome sentir que la canción era para mí.
Me fui a sentar de nuevo al sillón. Luego, Harry habló:
—Esta canción es para ti, Alex—sólo me quedó sonreír y aferrarme al sillón para no correr hasta él y caerle a besos. Cantaron What makes you beautiful.
Sentí mis ojos picar, hice lo posible por no llorar de la emoción.
—That’s what makes you beautiful—Harry finalizó la canción, mientras me miraba. El removió sus cabellos con sus manos, haciéndolos a un lado, como ya le era costumbre.
Sin poderlo resistir más, me paré y caminé hasta él. El agarró cada lado de mi cara con sus manos y me besó. No fue un beso muy largo, puesto que seguíamos en vivo. Todo el público aplaudía y gritaba. Nos separamos y él me sonrió, con esa hermosa sonrisa suya.
—Esto sí es amor—Michael se limpió una lágrima invisible y luego despidió el programa:—Esto fue todo por esta noche. Vuelvan a vernos el próximo sábado a la misma hora.

—Harry, tengo que ir a casa—dije jadeando cuando sentí sus labios en mi cuello.
—¿Por qué?—dijo él abrazándome.
—Uno: estoy cansada. Dos: quiero dormir. Tres: quiero dormir—sonreí al ver el hermoso puchero que tenía.
—No seas aguafiestas—ascendió de mi cuello a mi boca. Estábamos en un camerino, el camerino en el que había estado esperando para salir.
—Harry—lo separé un poco, poniendo una mano en su pecho, los dos primeros botones de su camisa estaban desabrochados.—Gracias por la canción. Fue verdaderamente genial.
—Tú, gracias por cruzarte en mi camino—lo abracé fuertemente, enredando mis dedos en su cabello rizado. –Vamos, te acompaño a la salida—tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos. Una corriente eléctrica atravesó mi columna vertebral cuando sus labios se posaron en el dorso de mi mano.
Caminamos en silencio, casa cual metido en sus propios pensamientos. Llegamos rápidamente hasta mi auto, pero no entré
—Harry, te amo—le dije acariciando su mejilla.
—Yo también Alex, yo también—dijo mientras se despedía con un apasionado beso.
—Adiós—me metí en el auto y luego de admirarlo dos segundos más, me fui rumbo a mi casa, con la más tonta de las sonrisas.

—Que adorable se veía Harry usando un sostén—se burló Mel la mañana siguiente cuando llegó a mi habitación.
—Sí—me reí con ella.
—Por cierto, fue demasiado bello. El te miraba constantemente mientras cantaba, y tu no podías estar más roja, y además, ¡estabas a punto de llorar!—se tiró boca arriba a mi lado.
—Me estaba controlando para no llorar ahí mismo, en serio. Fue hermoso.
—Pensé que después de eso no vendrías a dormir a la casa…
—¿Qué estás queriendo decir con eso Mel? ¿Sabes qué? Ni me digas.
—¿Qué? No me digas que no se han…
—¿Por qué te interesa tanto?—dije tratando de evadir ese tema.
—Porque eres mi hermana, y porque… quiero saber—se justificó.— ¡Por favor! Dime ¡Por favor!
—Está bien—dijo dando un fuerte suspiro—. Sí, ya lo hemos hecho, si es a lo que te refieres—dije mirándole mientras negaba con la cabeza.
—¡Ya sabía!—saltó de la cama e hizo su típico bailecito de alegría.—Como sea, me voy a preparar el desayuno.
—Está bien.
Fui a mi armario y me puse unos shorts de jean, una blusa de tirantes y una sudadera azul marino que rezaba un gran “LOVE” con letras blancas en el frente. Dejé mis cabellos rubios sueltos y me puse la cadena con dije de flor que me había dado Harry cuando cumplimos un mes. Me puse mis pantuflas blancas y tomé mi celular. Bajé las escaleras y me topé con un olor a tostadas. Ella había hecho tostadas como para un ejército. Agarré dos tostadas y jugo de naranja en una taza y me dirigía al sofá, encendiendo la televisión.
—¿Quién será? ¿Estás esperando a alguien?—me preguntó Mel caminando hacia la puerta luego de que tocaran más de dos veces. Solo me encogí de hombros y regresé mi vista a la pantalla.
—¿Vas Happenin chicas?—gritó Zayn.
—¿Qué hacen aquí?—pregunté girando medio cuerpo para ver a los cinco chicos entrar por la puerta.
—Hola hermosa—Harry, que estaba detrás del sofá, besó mi mejilla y fue hacia donde estaban los demás chicos, en la cocina.
—Ouch—exclamó Niall.
—Deja que los demás coman, Niall—dijo Melanie autoritaria. La situación era bastante graciosa, puesto que ella era dos años menor que él.
—¿Qué estamos viendo?—preguntó Louis sentándose a mi lado mientras comía una tostada.
—No hay nada que ver…—Louis me arrebató el control del televisor y comenzó a pasar canales.
—Wow, que dulce eres—dije sarcásticamente mientras veía como Harry se sentaba en el suelo, entre mis piernas.
—Déjalo ahí—gritó Melanie desde algún punto de la sala, a lo que Louis paró automáticamente.
Estaban dando uno de los conciertos de los chicos cuando fueron a América.
—Atentos, Harry está a punto de revolver su cabello—dijo Louis apoyando sus codos en sus piernas.
—Claro que no—negó Harry terminando la tostada que estaba comiendo.
—Tres… Dos… Uno… ¡Ahí tienen!—justamente, Harry revolvía su cabello, haciendo a las fanáticas gritar. Todos en la sala reímos, menos él, que miraba a Louis mientras negaba con la cabeza.
—A mi me parece un hermoso gesto—dije en su oído, solo para que él lo escuchara. El echó la cabeza hacia atrás y solo tuve que inclinarme un poco para darle un corto beso.
—Oh Dios, creo que ese es el concierto en el que me caí—dijo Niall, tapando sus ojos con sus manos.
—¿En serio? ¿Qué pasó?—preguntó Melanie.
—Se supone que tenía que dar un giro a mitad de la canción, salió mal…—no explicó más, ya que en ese momento se vio perfectamente todo. Pronto se levantó y siguió cantando. Todos reventamos de la risa, incluso Niall.
Entre risas, terminamos de ver el concierto. Pasaron las noticias de farándula y Louis estuvo a punto de cambiarle al canal, cuando vi algo que de verdad me interesó.
—No lo quites—dije enderezándome.
—La ex modelo Emily Mansen ha vuelto a Londres luego de haber estado rodando unas escenas de la película Always with me en Centroamérica…
—Qué demonios…—dije al ver una foto de aquella chica con cabellos negros y ojos verdes.
—¿Quién…?—iba a decir Harry, cuando tapé su boca con mi mano, queriendo terminar de escuchar la noticia.
—La chica, de dieciocho años fue recientemente entrevistada, en la cual se le preguntaba acerca de la banda británica One Direction. Ella afirma que su favorito es Harry Styles… ¿habrá querido decir algo más aparte de eso? ¿Será Styles su amor platónico? ¿Cómo le quedará el ojo a Alexa O’Connor ante esta declaración? Más noticias en nuestra próxima emisión…
—Perra—susurré, aunque ya lo habían escuchado.
—¿Ahora nos dirás quién es ella? Claro… ¿Qué tiene que ver ella contigo?—cuestionó Liam.
—Sí, porque ya compartí a Harry contigo, y no pienso compartirlo con nadie más—dijo Louis cruzándose de brazos, pareciendo indignado.
—Estuvimos en la misma escuela. Para resumir todo el cuento, ella me hacía la vida imposible, era la típica arrastrada y la “reina” de la escuela. Fue un alivio terminar la escuela para no volver a verle la cara. Creí que se iría por más tiempo por su carrera de modelo y eso. Ella siempre quería lo que tenía. Y ahora no es excepción.
—Es linda—dijo Zayn. Le lancé una mirada asesina.—Lo siento, sólo decía.
—¿Bueno?—Harry contestó su teléfono, que había estado vibrando sin parar. Se paró de donde estaba y fue a otro lado más callado. Seguí con mi mirada sus pasos. Miré su espalda, sus brazos fuertes, los rizos que poblaban su cabeza.
No me había dado cuenta de que él había terminado de hablar y me había cachado mirándole. Le sonreí, para desviar la vista.
—Chicos, no tengo tan buenas noticias—dijo Harry guardando su teléfono en su bolsillo.
—¿Qué sucede?—preguntó Louis.
—La presentación se adelantó. Tenemos que irnos a España mañana.
Por lo general, sus giras eran de dos o tres semanas. No estarían para mi cumpleaños. No dije nada, sólo miré hacia abajo. Esas semanas lejos de Harry, ¿qué iba a hacer? Tres semanas sin ver esa hermosa sonrisa.
—Pero… ¿y la fiesta de Alex?—dijo Liam.
—Lo sé—Harry pasó las manos por sus rizos. En vez de volver a sentarse en el suelo, se sentó a mi lado, rodeándome con su brazo y haciendo que me recostara en él.
—No importa. Puedo mover la fiesta—sonreí a medias.
—Pero…—Harry iba a negarse, pero lo interrumpí.
—No Harry. Si no están ustedes, no hay fiesta—dije totalmente segura, aunque por parte sintiéndome mal porque de verdad estaba esperando con ansias esa fiesta. La fiesta se iba a hacer entre cuatro días, ahora tendría que posponerla hasta que vinieran.
—Lo sentimos mucho—dijo Zayn, dándome una media sonrisa.
—No se preocupen, en serio—dije sonriéndoles. Rodeé a Harry con mi brazo y me acerqué lo más que pude a él. Sus dedos jugaban con el dobladillo de mi sudadera, rozando la piel de mi cintura de paso. Suspiré, sintiéndome feliz y triste a la misma vez.

Tres días habían pasado luego de aquel día que Harry había recibido la noticia de su representante. Tres días sin verlo y me sentía vacía, que algo me faltaba. Me faltaban sus besos, sus hermosos ojos verdes mirándome, sus brazos rodeándome, me hacía falta acariciar sus rizos con mis dedos, sentir la suavidad de los mismos.
El me mandaba un mensaje antes de dormirme, a pesar de estar ocupado con los ensayos del concierto.
Y justamente, esta noche sería su gran presentación. Lamentaba mucho no poder estar ahí. Estaba haciendo los preparativos para ingresar en Britannia Academy. Había terminado la escuela el mes pasado, y entrar a esta academia ha sido mi sueño desde que tengo uso de razón. Ahí se impartían clases de dibujo, baile, canto, actuación entre otras artes. Sólo admitían a las personas verdaderamente talentosas.
A parte, me había quedado porque tenía que suspender todos los servicios para la fiesta, posponiendo todo para cuando volvieran. Estuve más de dos horas al teléfono haciendo los trámites.
Tenía mi pijama puesta, unos pantalones largos, y una blusa de tirantes. Mis medias eran de un bonito color celeste.
Era bastantes tarde, y yo no me dormiría hasta que no recibiera noticias de cómo les había ido a los chicos. Miré la hora por décima vez. Dos y treinta de la madrugada. En la televisión no había nada al respecto, así que recurrí a la fuente en la que se dispersaban las noticias más velozmente: Internet.
Mi corazón paró cuando vi un vídeo, subido hace no más de una hora. Era del concierto de esa misma noche. Cantaban What makes you beautiful, y era la hora del solo de Harry. No lo había hecho bien, no había tomado bien el aire, por lo que se había escuchado entrecortado. Aún así siguió cantando, y sonriendo, pero a mí no me engañaba esa sonrisa.
Era una persona que se esforzaba por dar lo mejor de sí mismo siempre, cosa que lo llevaba a auto presionarse.
Mi celular comenzó a vibrar. Era Louis.
—Acabo de verlo. ¿Cómo está?
—Mal—me dolió bastante escuchar eso—. No quiere hablar con nadie, trato de reconfortarlo, pero nada funciona.
—Demonios—dije cerrando la computadora—. Iré para allá, ¿ok? Trataré de conseguir un vuelo para mañana.
—Iremos a una entrevista mañana en la tarde. Espero que no hagan preguntas acerca de lo sucedido. Estoy desesperado.
—Eres un gran amigo Louis—dije. La amistad entre Harry y Louis eran enorme, a veces parecían hermanos.— Decidido. Iré.
—Gracias, Alex.
Colgué la llamada, para comenzar a mover mis contactos y conseguir ese vuelo tan pronto como sea posible.

por **Amelia** Lun 11 Jun 2012, 11:05 am

Capítulo 4. Entrevista
—Harry, por favor, sal de ahí—golpeé la puerta de su habitación con los nudillos tres veces más. Desde que habíamos llegado al hotel luego del concierto, se había trancado en aquella habitación, sin querer hablar con nadie.
Siente que nos ha decepcionado, pero aún así, aunque tratemos de calmarlo, no tiene oídos para nadie.
—¿Sabes qué? Está bien, quédate ahí y no salgas. Ya ni me importa—me frustré. Yo quería mucho a Harry, pues era como mi hermano. Pero me había sacado de mis casillas. Me fui hacia la habitación contigua, donde estaban Zayn y Liam.
—¿Tuviste suerte?—preguntó Liam.
—¿Acaso lo ves aquí?—dije con sarcasmo. Me tumbé en la cama boca arriba y cerré los ojos con fuerza.
—Olvídalo Louis, déjalo a solas un momento. Cuando esté listo saldrá.
—Esta tarde hay una entrevista—dije de mal humor. Realmente, nunca estaba de mal humor, no importara lo que pasara. Pero saber que Harry estaba así y no se dejaba ayudar, mientras estamos aquí preocupados, me frustra totalmente.
—¿Dónde está Niall?—preguntó Zayn luego de un momento.
—Apuesto a que está en algún lugar comiendo algo—aseguró Liam si levantar la vista de su teléfono.

Había hablado con mis padres y con Melanie, contándoles lo que había sucedido. Ellos comprendieron, y más luego de verlo en televisión, cosa que facilitó más mi explicación. Saldría en la tarde al aeropuerto.
Estaba terminando de poner algunas prendas en mi maleta cuando, en la televisión de mi habitación se comenzaba a escuchar las letras de What makes you beautiful, me giré inmediatamente y presté atención, sentándome en la cama.
—Luego de los incesantes ensayos para la presentación en Madrid, llega el momento del solo de Harry—se escuchó la voz de una mujer mientras pasaban pequeñas tomas de los ensayos del grupo de chicos, siempre bromeando. A continuación presentaron el momento del solo de Harry, donde se escucha notoriamente la falla que tuvo debido al haber tomado mal el aire. Mi corazón se encogió.
—Harry—susurré, sin saber bien por qué.
—Harry siguió cantando, pero no fue el mismo luego de haber hecho su solo—se vio a Niall comentando.
—Me sentí bastante frustrado, trataba de calmarlo, pues como amigo quería hacerle sentir mejor, pero nada funcionaba—esta vez fue Louis quien ocupó la pantalla.—Harry tiene una gran voz, sabe cómo controlarla, es muy talentoso.
—Harry es una persona que no le gusta leer lo que dicen de él, pero aún así lo hace—el rubio volvió a aparecer—. Anoche fue hacia Twitter, o a donde sea que leyó aquello, y su ánimo fue de mal en peor. Hubo una gran cantidad de comentarios horribles, de los que nadie quisiera ser protagonistas.
—Esa noche fue a Twitter, y vi una gran cantidad de comentarios¬—Harry apareció, se veía triste—, todos hablando sobre lo que pasó en mi solo. Fui al buscador en internet y busqué—su voz se cortó, y miró hacia otro lado, poniendo una sonrisa amarga en ese bello rostro— escribí, la “porquería de Harry”, ahí vi una lista de comentarios…—su voz se volvió a cortar. Pasó uno de sus dedos por debajo de sus ojos y luego inspiró. Estaba llorando.—Veía tres comentarios diciendo que soy fantástico, pero lo dicen porque son fans, pero si veo un comentario que dicen que me odian, ¿por qué lo hacen? ¿Qué hice?—lo último que dijo me entristeció bastante.
Bajó su rostro y pasó una mano por su mejilla rápidamente. Luego levantó la vista y miró hacia algún punto a su izquierda.
—Siempre he querido ser de esas personas que no le importa lo que digan de ella—su voz salió entrecortada—, pero no creo que lo sea…
Ahí cortaron. Hicieron una pausa para comerciales. Terminé de organizar todo y me fui con Melanie rumbo al aeropuerto.

—¿Dónde estás?—se escuchó al otro lado del teléfono.
—Louis, ya voy entrando al hotel, pero hay demasiadas fans en la puerta, y el guardia me mira raro—dije totalmente exhausta y algo frustrada. Un montón de fans se apelotonaban en la puerta, gritando, mientras que dos guardias enormes, parecidos a los que hay en las discotecas, estaban parados, impidiendo la entrada de las locas chicas.
—Ok, ya bajo—colgó la llamada. Creo que no había pasado un segundo cuando Louis salió del hotel y saludó con la mano a las fans, y luego tomó mi maleta y agarró mi brazo.
—¿Cómo estás?—le pregunté, pues había sido algo brusco al tomarme del brazo.
—Frustrado—acaricié mi brazo un poco—, lo siento si te lastimé—suspiró frustrado, cubrió sus ojos con sus manos.
—Louis—le dije, apartando un mechón que caía por su frente—, eres un gran amigo. Cualquiera quisiera tener un amigo como tú—tomé su rostro con mis manos y le sonreí—. Vamos, tenemos que hablar con él.
—No—él quitó mis manos de su rostro—, él no quiere hablar conmigo. He intentado todo, pero…
—Sólo es Harry en uno de sus berrinches. Vamos, tienes más tiempo conociéndolo que yo.
—Pero…
—Shh—lo silencié, abrazándolo para que se calmara.
—No sé como lo haces, pero me calmas, te quiero pequeña tonta, ¿lo sabes?—dijo devolviéndome el abrazo.
—Yo también, gran tonto—le sonreí—. Vamos a decirle que a mí me pasó también, bueno… de algún modo.
—Está bien—sonrió a medias.
Pronto estuvimos frente a la puerta de la habitación donde se encontraba Harry.
—Abre la puerta, Harry—dijo Louis con voz firme. No hubo respuesta del otro lado.
No hubo respuesta del otro lado.
—Harry, por favor, abre la puerta—dije yo, casi al borde del llanto, Louis apretó mi mano, y cruzamos mirada.
Al fin se abrió la puerta. Harry tenía unos pantalones de pijama puestos con una playera gris y un gorro de tela de color gris también. Tenía sus medias azules puestas.
Sus ojos estaban enrojecidos y sus mejillas también, había estado llorando. Louis dejó mi maleta en alguna parte de la habitación. Harry permaneció callado. Mi chico de cabellos rizados se sentó en la cama, y Louis y yo imitamos su gesto.
—¿Por qué haces esto Harry?—preguntó él primero.
Harry todavía me miraba, como si yo fuera un espejismo.
—Yo arruiné todo, los decepcioné…—bajó la cabeza.
—No Harry, esa es solo una prueba de que eres humanos y tienes a equivocarte, ¿acaso eso es malo?—dijo Louis muy serio. Era raro verlo así.
—Yo…—pasó el dorso de su mano por sus ojos. Tomé esa mano y la apreté con la mía, mientras acariciaba el dorso de la misma con los dedos de mi otra mano.
—Tú eres especial, no importa lo que lo demás piensen. Ustedes son simplemente geniales, siendo famosos o no. Debe importarte realmente lo que piensen estos chicos y lo que pienses tú mismo de ti.—Mira… digamos que a mí me pasó lo mismo que te está pasando ahora…
—¿Qué…?—se mostró confundido.—Pero tú no…—entendí a donde quería llegar sin siquiera terminar la frase,
—¿Qué no soy tan famosa como ustedes?
—Quiero decir… yo…
—Descuida, es cierto—apreté su mano—. Todos me conocen por ser tu novia, Harry, y ahí fue que comenzó todo. ¿Recuerdas una semana después de que te declararas, en la que no quería salir, ni verlos, ni nada?—el asintió.—Pues, algunas de tus loas fanáticas estaban enfurecidas. Decían una gran cantidad de cosas horribles sobre mí, inventaban cosas que no habían sucedido, y me sentí muy mal.
—Yo no sabía…—el me miró atento.—¿Tú lo sabías?—miró hacia Louis, se veía enfadado.
—Sí, él lo sabía—con mi mano giré su rostro para que me mirara.—Le hice prometerme que no te diría, ni a nadie. Ustedes nunca lo supieron, pero me dieron mi espacio, él no—señalé a Louis, el cual solo se encogió de hombros.—Entró a mi habitación a la fuerza y vio que estaba llorando, y así lo descubrió.
—Harry, sé que piensas que nos has fallado, pero no es cierto. Lo único que de verdad nos molesta es que tú no te quieres dejar ayudar por nadie—comentó Louis.
—Déjate ayudar, Harry—le miré profundamente.
—Yo los dejaré a solas—Louis se paró de la cama poniendo una mano en mi hombro.
Había comenzado a caminar para marcharse cuando Harry se levantó de la cama y le llamó.
—Gracias hermano—se dieron un abrazo, mientras se daban palmadas en la espalda. No pude evitar sonreír.
—Siempre—sonrió Louis, para luego salir de la habitación. Harry volvió a sentarse frente a mí. Tomé sus manos y sonreí.
—Me tenías muy preocupada—dije pasando el dorso de mi mano por mi mejilla, una lágrima que había escapado de mi ojo.
—Lo siento—sonrió a medias. Me acerqué más a él y lo abracé.
—No vuelvas a hacer esto nunca Harry, ellos son tus amigos, no, amigos no, son tus hermanos. Te quieren y se preocupan por ti.
—Te amo Alex—me besó suavemente. Sonrió, pero no fue esa sonrisa ancha que siempre tenía.
—Yo también Hazza—besé su mejilla cuando nos separamos.
—Espera aquí—buscó algo en una gaveta. Se sentó nuevamente y tenía una cajita roja en su mano. Supe que era. Me sorprendí.—Tranquila, no te estoy proponiendo matrimonio—me reí nerviosamente. Me puso el hermoso anillo con un diamante de color azul en el centro— Feliz Cumpleaños, nena.
—Gracias Harry, creo que hasta a mí se me había olvidado—le sonreí, mirando el anillo—. Es hermoso.
—Sí, lo es—dijo, pero mirándome a mí, reí, bajando la mirada.—Vamos, ya me harté de estar enojado—esta vez sí sonrió anchamente.
Tomó una cámara de video, que supuse era de Niall.
Me tomó de la mano, y salió solo con sus medias puestas, halándome fuera de la habitación.
Tocó la puerta contigua sin parar, ya había comenzado a grabar. Unos segundos después, Louis abrió, mirándonos confundido, me encogí de hombros.
—¿Vas Happenin Tommo?—gritó Harry. Me reí a carcajadas.
—¿Qué demonios…?—inquirió Zayn.
—Estamos aquí, en Madrid—Harry giró, para captarlos a todos en la cámara.—Hay muchas chicas afuera—se dirigió a la ventana, la cual daba la cara hacia la entrada del hotel, aún se veían chicas gritando y tratando de entrar.
Me reí bastante mientras pasábamos el rato.
Volvía a ser el mismo Harry de siempre.

Dormía con Harry cuando mi teléfono comenzó a sonar. Yo sufría de tener el sueño liviano, por lo que me desperté rápidamente. Hacía muchísimo frío dentro de la habitación. Eso me pasaba por dejar que Harry tuviera el control del aire acondicionado. Quité la mano que Harry tenía en mi cintura y tomé el teléfono frotándome los ojos.
—Oh mi Dios—tapé mi boca. Un grito de emoción se escapó de mi boca.
—¿Qué sucede?—dijo Harry refunfuñando, mientras se apoyaba en su codo.
—Mira—le mostré el mensaje que me había enviado Melanie. En la tarde habían dejado la correspondencia, entre la cual se encontraba la carta de aceptación de la Academia.
—Sabía que lo harías—me sonrió—. Más tarde lo hablaremos—apagó mi teléfono y lo puso en la mesa de al lado de la cama—, ven aquí—se acostó y palmeó su lado. Me acosté, dándole la espalda, mientras el pasaba su brazo por mi cintura. Me pegué a su pecho lo más que pude, y él nos arropó bien con las colchas. Sentí su nariz rozando mi cuello, y parte de mi hombro. Suspiré, mientras caía en otro sueño.

Me levanté, bostezando mientras buscaba a Harry con la mirada. Me había despertado sola en la cama. Me levanté, aún descalza, y corrí un poco las cortinas, dejando que la luz del sol penetrara en la habitación. Me abracé a mí misma, aún hacía frío.
—Ya estás despierta—la puerta del baño se abrió. Era Harry.
—¡Dios! ¡Harry! ¡Vístete!—le arrojé un pantalón que vi en el suelo. No sabía el por qué de su afición de estar desnudo. Y lo mejor era que ni le importaba.
Se puso la toalla alrededor de la cintura mientras caminaba hacia mí. Depositó un beso en mi mejilla y buscó en su maleta la ropa que se pondría para la entrevista.
—¿A qué hora es la entrevista?
—Creo que en una hora.
—Oh, está bien—me recosté del marco de la puerta del baño. Los chicos comenzarían su gira, todas aquellas presentaciones, entrevistas, shows, entre otras actividades que los dejaban totalmente ocupados. Durante estas semanas no tendríamos tiempo para nosotros. Yo volvería a Londres mañana.
—Hey—se acercó a mí, ya con el pantalón puesto—, no estés así. Sabes que…
—Lo sé—le di media sonrisa—, se qué esto pasaría. Es parte de tu trabajo.
—Lamento que no podamos celebrar tu cumpleaños como se debe—acarició mi mejilla.
—Yo también, pero, tengo que acostumbrarme a la idea, ¿no?—dije bajando mi mirada hacia mi anillo, el cual no me había quitado anoche.
—Lo siento.
—Descuida Harry. Pronto nos veremos, ¿sí? Disfruta mucho esta gira, pásala súper bien con los chicos y con tus locas fans. No quiero besos—le amenacé apuntándole con un dedo, haciendo que se riera—. Y recuerda, no tengas miedo a lo que digan—acaricié su cuello, enredando sus risos entre mis dedos de paso—, porque ellos siempre van a hablar, probablemente no dirán cosas que quieras escuchar, por eso tienes que mantenerte fuerte.
—Gracias Alex—me abrazó.
—Te amo Harry, buena suerte.
—Gracias preciosa—besó mi frente y se fue, poniéndose una chaqueta de camino. Suspiré.
No me quedaría sola haciendo nada, además, estaba en Madrid, así que tendía que disfrutar de este día antes de irme.

por **Amelia** Miér 13 Jun 2012, 12:14 pm

Capítulo 5. Britannia Academy
Me pasé la tarde entre las tiendas de Madrid, topándome con una que otra fan de la banda británica que me acosaba haciéndome preguntas acerca de Harry, como era de costumbre, no argumenté nada, despidiéndome amablemente. Simplemente, estaba tratando de distraerme y pensar en Harry lo menos posible.
Al volver al hotel, cargada de bolsas, me encontré con un tumulto de chicas gritando desesperadas, pero no sólo eso, sino también un grupo de paparazzis, tratando de captar algunas imágenes entre las chicas.
Me subí las gafas de sol que traía puesta y enfoqué bien mi vista. Una limusina se acababa de aparcar en frente del hotel, y las chicas comenzaron a gritar verdaderamente fuerte. Los chicos llegaban de su entrevista. La puerta se abrió, y los guardias pusieron manos a la obra. Yo no podría entrar con todo ese gentío en la puerta.
Harry, de algún modo me vio y apartando con cuidado a las chicas, que gritaban mientras él pasaba y lo jaloneaban, se acercó a mí.
—Esto es una locura, no podremos pasa por ahí—dijo apuntando en tumulto que se arremolinaba entorno a los otro cuatro chicos.
—Vamos—me quitó las bolsas de la mano y me mantenía a su lado tomándome por un brazo. Las fans me empujaban, tratando de llegar a Harry. Un hombre, que no podría pasar de los cuarenta años vino en nuestra ayuda, escoltándonos junto con otro hombre, hacia el interior del hotel.
—Eso es una locura—dijo Louis luego de encontrarnos en el lobby.
—Juro que alguien me agarró el trasero—Harry comentó.
—No fui yo—dijo Louis levantando sus manos y silbando, inocentemente.
—Yo menos, yo estaba delante de ti—dije riéndome ante su expresión.
—A mí también me pasó, creí que me romperían el pantalón—dijo Liam sonriendo de lado.
—Deberían estar acostumbrados—me burlé—. Por cierto, ¿volverán a salir?—le pregunté a Harry, haciendo un puchero. Se inclinó y besó mis labios por un segundo, sonriendo.
—Sí—me sonrisa se esfumó—. Vamos a celebrar tus dieciocho en el mejor club de por aquí, ¿Qué te parece?—me abrazó y pude oler su perfume.
—Me parece bien—dije besando su mejilla.
—Nos contaron que te aceptaron en la Academia—mencionó Niall.
—Sí—salté mientras chillaba, ganándome miradas de algunas personas en el lobby.
—¿Cuándo entras?—preguntó Liam.
—Si mal no recuerdo en cinco días—dije sonriendo abiertamente.
—Bueno, yo me voy a dormir—Zayn estaba estirándose.
—Yo igual, vamos—Liam lo siguió.
Subimos a la habitación que compartía con Harry y me senté en la cama, mientras me quitaba los zapatos.
—Tengo una duda, ¿te quedarás viviendo allá?
—No, prefiero seguir durmiendo en mi casa, además, no podría verte tan seguido—le dije. Había pensado en hacer los trámites para conseguir una habitación en el complejo de departamentos para los estudiantes, pero casi no vería a los chicos, ni a Harry,
—Eso es lo que más odio de estar de gira, no poder estar con quienes quiero—me miró triste. Estaba parado delante de mí, con las manos en los bolsillos.
—No importa, sabes que siempre voy a estar aquí—me mordí el labio inferior. Harry se inclinó y apoyó las manos a mis costados, en la cama. Yo me apoyé en mis codos.
—Prometo que cuando regrese a Inglaterra, estaremos más tiempo juntos, ¿ok?
Asentí levemente, mientras sonreía. Una sonrisa falsa. A veces las giras se alargaban unas semanas más, nunca se sabía. Y eso era lo que más me molestaba, pasar semanas sin verlo.
Me besó tiernamente. Nos giró de manera que yo quedara sobre él. Le quité su chaqueta entre beso y beso y la arrojé al suelo. Tenía una camiseta blanca que se ajustaba a su torso. Su mano tocaba mi muslo desnudo, pues estaba usando unos shorts. Su otra mano estaba en mi cintura.
—Chicos…wow—nos separamos, sabíamos perfectamente quién era la persona que nos había interrumpido. Giré sobre Harry, quedando sentada a su lado, crucé las piernas. Harry se apoyó sobre sus codos, mirando con una ceja enarcada a Louis que nos sonreía pícaramente.
—Debiste poner el seguro—miré a Harry levantando las cejas.
—¿Qué quieres Louis?—dijo Harry mientras me abrazaba.
—Te necesitamos, vamos a hacer…—hizo una pausa dramática—¡Nuestro video diario número seis!—dijo gritando mientras hacía un bailecito.
Harry me miró.
—Vayan, yo me quedaré aquí—dije acostándome en la cama.
—Volvemos ahora—se paró y se inclinó hacia mí, dejando un beso en mi mejilla.
Me sentía muy bien de tenerlo en mi vida, era lo mejor que me había pasado, a pesar de todo lo que conllevaba estar con él, fans, paparazzis por doquier, falsos rumores, y un sinnúmero de cosas más.
Con un último suspiro, caí dormida mientras escuchaba las risotadas de Louis en la habitación contigua.

Cinco días habían pasado justamente, había vuelto a casa y en aquel mismo instante me dirigía a la Academia, y sinceramente, no estaba nerviosa. Es más, me sentía emocionada, pues luego de graduarme aquí, seguramente tendría un hueco en la industria de las artes.
Aparqué y me bajé. Rodeé el auto para abrir la puerta trasera, tomé mi bolso con un cambio de ropa, libro, teléfono, y otras cosas y la funda de color turquesa con mi guitara dentro, la cual me colgué al hombro al instante.
Tenía unos jeans ajustados, una blusa azul marino y unas botas por los tobillos de color crema, un gorrito de tela de color blanco y unos aretes de plumas azules. En mi mano izquierda tenía un unos anillos que había comprado junto con unas pulseras, pero en mi mano derecha, tenía el anillo de aquel diamante azul que me había regalado Harry.
Comprobé la hora en mi teléfono. Todavía tenía quince minutos antes de que comenzara la primera clase. Baile.
Todos los datos correspondientes, horarios, mapas de la escuela, habían llegado junto con la carta de aceptación.
Encontré mi casillero—los cuales serán grandes, debido a que los estudiantes guardaban instrumentos allí— y dejé mi guitarra. Luego, con mi bolso, fui al vestuario de chicas, donde, cuando entré, algunas de ellas me miraban con curiosidad y algunas cuchicheaban, y yo sí sabía por qué lo hacían.
Me puse unos shorts deportivos y una camiseta con un hombro caído, me coloqué los zapatos deportivos y guardé la ropa de antes en mi bolso. Me dirigí a mi salón de baile y dejé el bolso en una esquina del salón, donde estaban otros.
—Alexandria, ¿cierto?—había comenzado a estirarme en el suelo, cuando una chica, de estatura baja, con un cuerpo delgado, pero aún así con curvas, cabello castaño completamente lacio hasta un poco menos de la mitas de la espalda. Sus ojos eran de un color miel, nariz fina y labios finos. Me sonreía abiertamente.
—Alexa, o Alex—le sonreí de vuelta, apartándome el flequillo del rostro.
—Es el primer día de clases y ya eres popular, ¿sabes?—se sentó a mi lado, estirándose.
—Algo así—me encogí de hombros.
—Pero descuida, les caerás bien a todos, sólo trata de evitar a Mia.
—¿Mia?
—Es insoportable. No soporta no ser el centro de atención. Te darás cuenta si la ves, viste de una manera que, ¡uhg!—hizo un gesto que me sacó una risa.—Por cierto, soy Katherine, Kat.
—Mira—pude escuchar a alguien decir desde la puerta. Kat y yo giramos la cabeza, y pudimos ver un grupo de chicas que me miraban mientras cuchicheaban y reían.—Dios mío, es cierto, la novia de Harry sí entraría a la academia.
Me giré nuevamente y rodé los ojos.
—Tendrás que acostumbrarte a esto—dijo Kat parándose y extendiendo sus manos, las cual tomé para ponerme de pie.
—¿Y tú? ¿No me preguntarás acerca de Harry? ¿O Louis? ¿O…?—comencé a decir.
—Eh… en un principio sí, pero pensé que te sentirías incómoda. Además… si yo fuera tú, no me gustaría que lo primero que me preguntaran al verme sea algo así como: ¡Dios! ¿Cómo es Harry en persona?—dijo imitando dramáticamente a alguna fan loca.
Reí y ella también lo hizo.
—Pero sí te gusta la banda, ¿cierto?—dije pinchándole un brazo.
—Claro, ¿a quién no?—sonrió.
—Cierto—asentí.
—Hablando del rey de Roma…—apuntó al suelo, donde se había quedado mi Iphone, una foto de Harry estaba en la pantalla.
Tomé el teléfono y contesté.
—¿Qué sucede?—pregunté con una sonrisa.
—¿Quieres que me vaya?—preguntó bajito Kat.
—Descuida—le resté importancia con un gesto de mi mano. Algo me decía que esa chica y yo seríamos cercanas.
—Wow, ahora sucede que no puedo llamar a mi novia para saber cómo le está yendo en su primer día sin que algo esté sucediendo—dijo dramáticamente.
—No empieces Harry—dije riendo.
—Mira, está hablando con Harry Styles—dijo una de las chicas, a lo que las demás comenzaron a chillar.
—¡Cállense!—gritó Kat, pero sin algún resultado. Fui hacia una de las esquinas del salón y apoyé mi espalda en la pared.
—¿Qué sucede allá dentro?
—Tu club de fans—dije burlona—. ¿Qué hacen ahora mismo?—pregunté.
—Estamos en el hotel, preparándonos para una entrevista, pero Louis anda correteando y en pijama, negándose a vestirse. ¿Conociste a alguien?
—Sí, se llama Kat. ¿Quieres conocerla?
—Skype, ahora—colgó el teléfono.
Busqué en mi bolso mi Ipad.
—Su profesor llegará un poco retrasado, no quiero desorden o los mando a limpiar mesas en la cafetería—dijo una de las secretarias, para luego marcharse rápidamente.
Me senté en el suelo, con la espalda pegada a la pared. Unos segundos después, estaba en una vídeollamada con los chicos.
—¡Kat!—la llamé. Ella llegó hasta mí y se sentó a mi lado.—Chicos, ella es Kat.
—Hola—Kat saludó con la mano. No era de aquellas que se volverían totalmente locas y comenzarían a gritar, sólo saludó con la mano, aunque se notaba en su cara la emoción.
—Hey—saludó Harry con su hermosa sonrisa.
—¿Con quién hablas?—preguntó Liam ahora viéndose en la pantalla junto a Harry.
—Es Kat, Liam, saluda¬—dije burlonamente.
—Hola—agitó su mano.
—¡Dios mío! Está hablando con One Direction—murmuraban las chicas del salón.
—Chicos, saluden a sus fans—volteé el aparato que estaba sosteniendo y los chicos saludaron, haciendo que las chicas gritaran.—Llámame luego, ¿sí?—le dije con cara triste.
—Claro—me sonrió—adiós, ¬te amo—lo último lo dijo articulando con los labios.
Apagué el Ipad y lo guardé nuevamente, junto con el teléfono.
—Son muy simpáticos—dijo Kat sonriendo.
—Bastante.
—¿Quién era que estaba gritando como si quisieran matarlo?
—Ese era Louis, según me dijo no quería vestirse para ir a una entrevista.
—Oh—sólo dijo, para luego reír.
Seguimos hablando más sobre cosas realmente sin importancia. Hablamos de nuestros gustos, viejos amigos, escuelas anteriores, viajes, y en un momento, hablábamos también con un chico muy simpático que se había unido a la conversación. Christian. Era alto, musculoso, de cabello castaño claro y con ojos verdes.
—…Sí, Francia es…—comenzaba a hablar, cuando de repente, el silencio reinó en el salón. Miramos hacia la puerta, y un profesor, cabe decir que bastante joven, de cabello negro y recortado de manera que su cabello quedaba peinado en puntas, ojos grises y expresión demandante hizo callar a todo el salón con su sola presencia.
La clase fue bastante dura, nos había dejado completamente exhaustos. Practicamos coreografías con distintos géneros muy movidos y algunos en pareja. Por coincidencia, mi pareja había sido Chris, era un gran bailarín.
—Buen baile—me dijo Chris cuando se cruzó conmigo al salir del salón. Siguió hacia los vestidores de los chicos, mientras Kat y yo hacíamos lo mismo, en dirección opuesta.
Luego de ducharme, me vestí con la ropa que traía antes y en pocos minutos estuvimos listas.
—¿Cuánto tenemos antes de que comience la próxima clase?—le pregunté mientras nos sentábamos en la cafetería a beber algo.
—Em… tenemos Teoría Musical en media hora, ¡yey!—gritó sarcásticamente.
—Estoy fuera de forma, una hora de baile y ya estoy muerta—dije apoyando mi cabeza en mi mano.
—Somos dos—aseguró ella.
—Chris es un chico muy simpático, me agradada—mencioné dándole un sorbo a mi malteada de fresa.
—Sí lo es. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Es un gran chico—sonrió ella.
Kat sacó su Ipad y comenzó a ver noticias suponía que de farándula.
—Espera—dije cuando vi una foto que me interesó. Era una noticia de los chicos. Había salido hace unos pocos minutos.
—Esta mañana se vieron a los integrantes de la banda británica One Direction caminando por las calles de Madrid, donde hacen su gira actualmente—susurré mientras leía la noticia—. Algunas fotos enviadas por fuentes anónimas revelaron a Harry junto a una chica, sonriendo muy contento y dándole un abrazo dentro de una cafetería…—rodé los ojos.
—Deberías mantener “lo que te pertenece” bien observado, ¿no?—me giré al instante. Pude notar como dibujaba comillas con sus manos.
—¿Qué quieres Mia?—dijo Kat mordazmente.
—Sólo digo…
—Yo no veo por qué estar preocupada…—dije, dejándola confusa.
—Bueno, no deberías, si te gusta compartir. Creo que deberías ir aceptando el hecho de que fue una relación momentánea, y que suelen aburrirse…
—No tengo por qué preocuparme—dije cortándola, noté cómo las personas nos miraban, los que estaban en la cafetería claro está— porque ella es Anabelle, su prima—dije enarcando las cejas—. No creo que sientan algo más allá de un amor de hermanos, digo, porque son familia—me encogí de hombros, dejándola sin nada que decir.—Un consejo, sin malas intenciones, investiga, para que momentos embarazosos como estos no vuelvan a pasar—le palmeé el hombro mientras cogía mi bolso.—Vamos Kat.
Noté algunas risillas de las personas que habían presenciado aquel encuentro.
—¿Sabes que le has declarado la guerra a Mia D’Frelle?—preguntó con gesto preocupado mi nueva amiga.
—Sí, algo así me imaginé. No pienso tener más encuentros con ella. Pero tampoco me dejo pisotear por nadie, así que si algo más sucede, será por ella, no por mí—aseguré, mientras nos separábamos para ir a nuestros casilleros. Cogí mi guitarra y los libros de la próxima asignatura y dejé mi bolso allí, no sin antes sacar mi celular y guardarlo en el bolsillo de mi pantalón.
Fui al salón de clase, el cual estaba vacío. Todo estaba en perfecto orden, las sillas, la pizarra estaba limpia, con un marcador colocado a un lado de esta, en una pequeña caja pegada a la pared, todo parecía estar calculado. En una esquina del salón había un piano, un hermoso piano de cola. Sonreí sin saber bien por qué.
Me senté en una de las sillas de la esquina y saqué mi guitarra de la funda color turquesa, un color que resaltaba mucho, por cierto. Comencé a tocar unos acordes que llegaron a mi mente de la nada. Pero luego me encontré tocando More than this, de mi banda británica favorita.
—‘Cuz I can love you more than this—cantó una dulce voz desde la entrada.—Tocas hermoso.
—Gracias—sonreí.
—Así fue como Kyle se ganó mi corazón—dijo una Kat con voz soñadora.
—¿Tu novio?—pregunté alzando las cejas.
—Sí—sonrió ella.

por **Amelia** Miér 13 Jun 2012, 12:17 pm

Capítulo 6. Me preocupo porque te amo
Habían pasado algunas tres semanas. Todo marchaba bien con los chicos en su gira, en la academia. Había recibido buenas noticias, los chicos volverían pronto, no me quisieron decir exactamente qué día, pero que estarían aquí cuando menos lo esperara.
Kat, Chris y yo hacíamos todo juntos, nos habíamos convertido en muy buenos amigos en tan poco tiempo, y me habían ayudado a adaptarme completamente, a pesar de que extrañaba a Harry y a mis cuatro chicos con locura.
—Estoy verdaderamente cansada—dije mientras cargaba mi bolso. Nos habíamos cambiado luego de la clase de baile intensiva y caminábamos hacia el parqueo de estudiantes despacio, admirando toda la academia de paso. Traía unos shorts color azul marino, una blusa de manga corta rosa fucsia, un cárdigan color crema, al igual que mis zapatos y mi bolso. Llevaba unas gafas de sol y un sombrero crema. Y en mi dedo, el anillo que me había dado Harry.
—¿Qué sucede ahí?—dijo Chris apuntando a un grupo de chicas amontonadas chillando y brincando de emoción.
—No sé, pero será mejor no caminar muy cerca, no quiero quedar aplastada—dijo Kat, la cual se había ofrecido a llevar mi guitarra.
—Buena idea—dije mientras caminábamos tratando de evitar la multitud de chicas—. Misión cumplida—dije cómicamente mientras seguíamos caminando.
—¡Allá!—reconocí esa voz de inmediato.—¡Allá está Alex!
—No puede ser verdad…—nos giramos al mismo tiempo. Cinco chicos venían corriendo hacia donde estábamos. Me cubrí los ojos con las manos y esperé lo peor de esas cinco bestias. En un momento no supe a dónde habían ido mi bolso y mi gorro. Parecían ser miles de brazos los que me rodeaban.—Chicos, no puedo… respirar—dije entrecortadamente. Ahora sí destapé mis ojos y me arreglé el cabello, sonriendo.
—Hola princesa—ahora me abrazó Harry, más suavemente, unos segundos después, me soltó.
—¡Ya! ¡Dispérsense! ¡Espacio personal!—gritaba Kat, ahuyentando a las fanáticas.
—¿No has considerado volverte guardaespaldas?—dijo Chris enarcando las cejas.
—Chicos, ellos son Katherine, y Christian.
Hicieron rápidas presentaciones y luego Chris se marchó, despidiéndose se mi con un beso en la mejilla antes. Pude notar la mirada de Harry sobre él, yo hice como si no hubiese notado nada.
—Toma—dijo Kat sonriendo, mientras me tendía mi gorro y mi bolso.
—Gracias…
—Iremos a comer a Nando’s, ¿se apuntan?—dijo Louis, con su típica voz divertida.
Kat me miró, dudosa.
—Puedes venir, si quieres—reiteró Louis, mirándola.
—Me encantaría entonces—dijo ella sonriente.
—Vamos, entonces—Harry me tendió su mano. Me giré hacia Kat, tomando mi guitarra, y tomé la mano de Harry, que estaba tibia.
—Te puedes ir con los chicos Kat—le sonreí.
Le pasé las llaves de mi auto a Harry, el cual se fue directamente al asiento de conductor. Guardé mi guitarra y libros en el asiento de atrás y luego me subí al asiento del copiloto.
Vi el auto negro, manejado por Louis, salir del estacionamiento, Harry aún no ponía en marcha el carro.
Se giró hacia mí, y puso su mano en mi nuca, atrayéndome hacia él. Me besó apasionadamente durante unos segundos, los cuales fueron los más hermosos. Antes de separarnos, sus dientes presionaron suavemente mi labio inferior. Mi respiración estaba entrecortada.
—Harry…—susurré.
—No sabes cuánto te extrañé—me dijo con una dulce voz.
—Yo también, fueron las semanas más largas de todas—acaricié su mejilla.—Por cierto, estuviste genial, en la presentación de ayer.
—¿La viste?—dijo sonriendo abiertamente, aún con la vista al frente.
—Claro, te estado acosando últimamente—reí. Estuvimos hablando de cosas sin sentido realmente hasta que llegamos al restaurante favorito de Niall.

—¿Dónde está Harry?—preguntó Louis.
—Ni idea—respondió Niall. Había llegado el sábado y estábamos en una estación de radio donde los chicos serían entrevistados y cantarían alguna canción. Harry me había pedido que los acompañase, pero ahora había desaparecido de la faz de la tierra.
—Estoy aquí—dijo entrando con una botella de agua en la mano. Estaba nervioso, lo veía en su rostro.
—Salimos al aire en cinco minutos—dijo un hombre saliendo de la cabina de radio, para luego volver a entrar.
—Oh Dios—dijo Harry tapando su boca con su mano. Lo miré preocupada, parándome del sillón en done estaba sentada hace un momento. Dejó la botella en una mesa a su lado y salió corriendo hacia un pasillo a la izquierda. Le seguí, caminando rápidamente. Se había metido al baño y había cerrado la puerta con seguro justo en mi cara. SI hubiese estado un paso más adelante, seguro la puerta se estrellaba en mi rostro.
—¿De nuevo?—dijo Louis detrás de mí, mientras pasaba sus manos por su cabello.
—¿Otra vez qué? ¿Me estoy perdiendo de algo?—me crucé de brazos, mirándole. Estábamos solos en el pasillo.
—Él no quería que supieras, no quería preocuparte.
—Ahora sí me estoy preocupando, ¿qué pasa Louis?
—Hace una semana, en Madrid, antes de subir al escenario, él vomitó. Eran los nervios, de nuevo. No ha estado comiendo bien desde hace unas semanas y aunque lo niegue, lo noto más cansado y débil.
—Dios mío—me preocupé.
—Yo creí que había pasado esa etapa—yo sabía que Harry, hace tiempo, antes de subir al escenario, los nervios lo atacaban y vomitaba. Pero no pensaba que volvería a pasar.
La puerta se abrió y la conversación entre Louis y yo se quedó en blanco al ver a Harry salir sin siquiera mirarnos.
—Harry—le llamé, tomándole por el brazo. El giró hacia mí, pero sin decirme nada, evadiendo mi mirada, no comprendía su reacción.—¿Qué sucede contigo?—pregunté preocupada, aún sin soltar su brazo. El se encargó de alejar su brazo de mi mano.
—No tienes por qué preocuparte—dijo murmurando.
—¿Qué no tengo que qué?—dije como si estuviera diciendo una locura.—No sé qué te está pasando últimamente Harry, en serio. Además, ¿cómo no quieres que me preocupe? Harry, estoy aquí porque te amo, no, estoy contigo porque te amo, porque se supone que nos apoyamos mutuamente, y nos preocupamos por el otro. Y sí tengo que preocuparme por ti, si no lo hiciera, no te amara Harry. Pero si eso es lo que quieres…—no terminé la frase, mis ojos se pusieron cristalinos, una sola lágrima sentí deslizarse por mi mejilla.
Caminé para salir de allí, pasando por su lado, sin tocarle. Volví hacia donde estaban los chicos, que me miraron preguntándose qué había pasado. Me limpié el rastro que había dejado la lágrima y tomé mi bolso del sillón, que estaba al lado de Liam.
—Nos vemos luego—sólo dije y me fui, buscando de paso las llaves de mi auto.
Llegué a mi casa en poco tiempo, no me quité la ropa que tenía y me tiré en la cama. Agradecí que nadie estuviera en casa.
Aún así, tenía que escucharle cantar. Encendí la radio que había en mi habitación y ya habían comenzado a cantar. Estaban terminando What makes you beautiful.
—La canción siguiente es…—reconocí la voz de Liam, que se cortó antes de terminar la oración.
—Si me permiten, quiero dedicarle esta canción a Alexandria, siento mucho lo de hace rato—mi corazón se paró en ese instante—, esto es One Thing.
Harry me volvía débil. Antes siquiera de que me pidiera perdón, yo ya lo había perdonado. No podía estar enojada con él, simplemente se me hacía difícil.
Luego cerraron el programa con More than this. Apagué la radio y me quedé dormida.

Algo acariciaba mis mejillas, mis hombros, mi cuello, haciéndome sentir cosquillas. Abrí mis ojos, para encontrarme con el rostro de Harry. Le sonreí de lado.
—Yo…—comenzó a decir.
—Shhh, no digas nada—le callé acariciando su mejilla. Me acerqué más a él y escondí mi rostro entre su cuello, mientras acariciaba su abdomen por encima de camiseta. El me rodeó con su brazo y entrelazamos nuestras piernas, así nos quedamos por unos momentos, pero él volvió a hablar.
—Estuviste llorando—mi lápiz de ojos debía estar corrido en ese momento.
—Ya no importa Harry—dije sentándome en la cama.
—Yo… lo siento—él también se sentó y agachó la cabeza.
—Hey—levanté su rostro, mientras le sonreía—, está bien. Sólo no quiero que me ocultes nada más. Me preocupo por ti cariño, es que…—me mordí el labio—imagínate que te desmayaras ahí en medio del programa por mala alimentación—él no dijo nada.—Tu trabajo es duro de por sí, no te estreses más de lo que deberías, te hará mal. Promete que me contarás todo Harry—le dije agarrando su mano.
—Lo prometo—por fin habló. Me acerqué a él y le di un corto beso en los labios.
—Eres fantástica—dijo sonriendo de lado. Luego hizo ese gesto que él sabía muy bien que me enloquecía; remover sus rizos.
—Lo haces a propósito—dije riéndome.
—¿Qué cosa?—volvió a remover sus rizos de esa forma que sólo él podía. Reí cuando él me agarro de la cintura jugueteando, giramos unas cuantas veces y terminamos en el suelo, yo encima de él con las rodillas a sus costados.
—No sé si te lo había dicho, pero la fiesta es este sábado, están libres para entonces, ¿cierto?
—Sí—sonrió abiertamente.
—Vamos con los chicos, ¿sí? Déjame cambiarme.
Me puse un pantalón color coral ajustado, un suéter blanco con rayas negras y unas botas azul marino, lo acompañé con unas pulseras a juego y unos aretes sencillos. Tomé mi bolso y junto con Harry, salí del departamento. Nos fuimos en su auto, en el cual había venido.

—Llegó la parejita feliz—gritó Louis al abrirnos la puerta.—Me encanta tu ropa—dijo Louis con la boca abierta. Ya en la sala, pude ver bien por qué lo decía. El traía un pantalón más claro que el mío, y un suéter blanco con rayas negras. El adoraba las camisetas con rayas.—Esto se merece una foto—le arrojó su teléfono a Harry y éste nos tomó una foto. Louis hizo una mueca de sorpresa mientras no pude hacer más que reírme, la foto salió linda, a pesar de todo. Louis no tardó en subirla a su Twitter.
—¿Dónde están los demás?—le pregunté a Louis.
—I’ll be here by your side no more fears no more cryin’ but if you walk away I know I’ll fade ‘cuz there is nobody else¬—Zayn estaba cantando cuando entramos a la habitación en la que dormía Liam y Niall.
Me senté en el suelo, junto a Nial, que tocaba la guitarra. Con el mentón me señaló la guitarra de Liam, que descansaba apoyada en la pared. La tomé y comencé a tocar, acompañándole.
—It’s gotta be you—cantó Harry, con una voz potente, alcanzando una perfecta nota alta.
Los chicos me miraron como si fueran cómplices.
—Only you¬—acompañé a Harry, alcanzando una nota alta de acuerdo con la canción.
En todo momento nos mirábamos. El estaba más alejado de mí, sentado en la cama al lado de Liam. Al final de la canción me sonrió.
—Tienes una hermosa voz, ¿sabes?—me dijo Niall.
—Gracias—me sonrojé.
Niall comenzó a tocar One Thing, y Liam me miró, indicándome que comenzara yo la canción. Toqué junto con Niall mientras comenzaba a cantar.
—I’ve tried playin’ it cool, but when I’m looking at you I can’t ever be brave, ‘cuz you make my heart race—Liam me sonreía.
—Shot me aot of the sky, you’re my kryptonite you keep making me weak, yeah frozen and can’t breathe—Harry cantó con una hermosa voz.
—Something is gotta give now, ‘cuz I’m dying just to make you see that I need you here with me now, ‘cuz you’ve got that one thing—continuó Zayn.
Terminamos de cantar algunas canciones más. Estos momentos, en los que sólo nos la pasábamos cantando o hablando, eran inigualables para mí. Aunque la gente vea raro que una chica esté con cinco chicos, a mí no me importaba en lo absoluto. Esos cinco chicos eran mis mejores amigos, sabían todo de mí.
Liam veía una revista en la cual había un póster de ellos.
—Mira la cara de Zayn, es como si dijera: mírame, soy sexy—se burló Louis. Zayn le arrojó una almohada, riendo.
—Mira—dijo Liam apuntando a su foto—, mi marca de nacimiento, desapareció—puso un dedo en la foto, en su cuello, donde se supone que debería estar su marca.
—Descuida, tu marca es sexy—dijo Zayn con cara pícara.
—Gracias—dijo Liam mirándolo con intensidad. Al final explotamos de la risa.
Estuvimos hablando durante mucho tiempo. En un momento, Harry se había sentado a mi lado, y recostó la espalda en la pared, como yo.
Liam y Zayn se habían quedado dormidos en la cama de éste primero, Niall se había quedado tendido en el suelo. Solo habíamos quedado hablando Louis, Harry y yo, hasta que sentí su cabeza recostarse en mi hombro y su respiración tranquila chocar con mi cuello. Supe que se había dormido.
Con mi brazo libre acaricié su rostro y sus rizos, pude escucharlo suspirar.
—¿Qué hora es?
—Son las tres y media de la madrugada—dijo Louis— ¿te meterás en problemas?
—No, Melanie está en un viaje por la escuela y papá y Kristie no están mucho por casa—le dije subiendo y bajando las cejas varias veces.
Louis sonrió. Quería tanto a ese chico, era como el hermano que nunca había tenido.
Bostecé.
—Quédate a dormir, estos chicos no se moverán hasta mañana por la mañana.
—Está bien.—Estaba a punto de pararme con cuidado, cuando Harry se removió y pasó un brazo por mi estómago.—Ayuda—le susurré a Louis. Esté movió a Harry con cuidado, y lo acomodó en el suelo, colocándole una almohada debajo de la cabeza. Era lindo ver cómo lo trataba, con sumo cuidado, algunas personas se encontraban el hecho de que se comportaran así el uno con el otro, pero ellos no entendían lo que era ser verdaderos mejores amigos.
Estiré mis brazos y Louis negando, me cargó fácilmente y me llevó hasta el cuarto que compartía con Harry, me dejó en la cama de este último.
Me saqué los zapatos a patadas y Louis se acercó.
—Buenas noches—me dio un beso en la cabeza y apagó la luz cuando salió, dejando la puerta entre junta, haciendo que la luz de la lámpara de afuera se colara por entre la rendija.
Me dormí, oliendo la esencia de Harry en la cama.

por **Amelia** Jue 14 Jun 2012, 4:21 pm

Capítulo 7. Fiesta
Las letras de Moments inundaban el ambiente, haciéndome despertar. Un fuerte dolor de cabeza me azotó en ese momento, dejándome aturdida. Había dormido pésimo anoche, me había despertado por un malestar que sentía, no tenía ni idea de qué me estaba pasando. Cuando me paré de la cama sentí como si las fuerzas abandonaran mi cuerpo, haciéndome trastrabillar y volver a caer en la cama.
Despacio, caminé hacia el baño que compartían Louis y Harry, me vi en el espejo, tenía ojeras y mi delineador se había corrido levemente. Lavé mi cara, quitando el resto de maquillaje. Arregló mi cabello un poco y salí de ahí. Tomé mis zapatos y estornudé. Ya sabía que me pasaba, un resfriado, o algo así. Ni sabía de dónde me había contagiado.
Salí de la habitación y fui hacia la sala, me senté en el mueble y me puse los zapatos demasiado despacio.
Yo era de las personas que no se enfermaban con regularidad, casi ni me enfermaba, pero cuando pasaba, me enfermaba y me ponía bastante mal. No sabía la razón.
Recosté la cabeza y estornudé de nuevo, el dolor de cabeza aumentó. Presioné mis sienes con mis manos, rogando porque el martilleo en mi cabello parara.
—¿Te despertamos?—sorbí mi nariz, sintiéndome peor cada segundo.
—No, descuida—le di media sonrisa.
Harry se acercó para darme un beso, así que corrí el rostro, y sus labios terminaron en mi mejilla. Me miró confundido, frunciendo el ceño. Acaricié esa zona entre sus cejas, haciendo que su rostro se relajara. Estornudé.
—Creo que estoy enferma—estornudé de nuevo.
—¿En serio?—dijo con sarcasmo. Lo asesiné con la mirada, para luego recostar la cabeza de nuevo y cerrar los ojos con fuerza.
—¡¿Vas Happenin?!—gritó Zayn a modo de saludo. Apreté aún más los ojos, deseando que todo estuviera en silencio.
—Está enferma—sentí el mueble hundirse a mi lado, para luego sentir una mano en mi cuello y en mi frente.—Te está subiendo la temperatura—dijo con voz preocupada.
—Descuida, ya me ha pasado—abrí los ojos. No comprendía, ¿de quién me había contagiado?
Recordé que Kat había estado tosiendo muy seguido, a lo que algo hizo clic en mi cabeza.
—¿Qué puedo hace por ti?—dijo Harry, sintiéndose impotente.
—Llévame a casa, por favor—dije poniendo una mano en mi frente, sintiendo que mi cabeza estaba a punto de estallar.
—Vamos—me agarró de la cintura por mi falta de fuerzas, tomé mi bolso, y salimos con cuidado del edificio.
Estuvimos en mi casa en poco tiempo. Harry hizo que me metiera a bañar y por poco y se mete conmigo para asegurarse de que no me cayera. Me puse unos pantalones de pijama, los cuales tenían múltiples caritas felices de color rosado. Me puse una blusa de tirantes de color blanco y encima una sudadera que había encontrado en mi armario, sonreí al ver que era de Harry. Este se encontraba viendo por la ventana con sus manos en los bolsillos. Me escuchó entrar de nuevo a la habitación y me sonrió.
—Por eso es que no encontraba esa sudadera—dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa, pero con menos ganas.
—No me la vas a quitar—dije tirándome en la cama y abrazándome a mí misma. Tosí nuevamente.—Vete Harry—le dije sin mirarlo. El se sentó frente a mí.
—¿Qué?
—Si mal no recuerdo, hoy en la tarde tienen una firma de autógrafos, una conferencia, qué se yo, y no voy a permitir que te contagies.
—Pero…
—Pero nada. No me hagas levantarme de esta cama y echarte por las malas Styles—le miré, apuntándole con mi dedo índice.
—Llámame si pasa cualquier cosa, ¿sí? Por más mínima que sea.
—Si Harry, te llamaré más tarde, ahora voy a dormir, o a tratar—dije sorbiendo la nariz.
—Te amo Alexa—besó mi cabeza—. Mejórate—dijo entre mis labios.
Acaricié su mano y él miró mi anillo, sonriendo, no me lo quitaba por nada. Se quedó en esa misma posición, como si aún estuviera divagando entre irse o no.
Segundos después, se paró y se marchó, cerrando la puerta detrás de él. Suspiré. Estaba locamente enamorada de ese chico.

—Cariño, nena, ¿estás bien?—dijo una voz cariñosa removiéndome un poco.
—Kristie—sonreí de lado, sintiendo el fuerte dolor de cabeza golpearme.
—¿Cómo te sientes? Estabas tiritando hace rato y te cubrí como con dos mantas más. Tenías fiebre.
—Em… te mentiría si te dijera que me siento bien—me acomodé más en la cama.—¿Cómo les fue en su viaje?—dije levantando las cejas dos veces.
—Fue muy especial, tu padre…
—¿Sabes qué? No quiero detalles—nos reímos, aunque una tos me interrumpió.
—Toma, bébete esto—me pasó una taza con un líquido humeante.—Iré a terminar de desempacar, llámame si necesitas algo, ¿de acuerdo?
—Está bien—ella besó mi cabeza y se fue, cerrando la puerta detrás de ella.
Estiré mi brazo hasta la mesita de noche que estaba al lado de mi cama y agarré el control remoto. Encendí el televisor. Pasaba canales buscando algo que ver cuando recordé que los chicos tenían una entrevista esta noche. Los últimos días habían estado repletos de entrevistas.
—¿Alguna travesura que se hayan hecho?—preguntaba el hombre que no podía tener más de cuarenta años.
—Eh, sí. Hace unos días Louis y yo encerramos a Harry en el armario. Lo dejamos ahí como unos quince minutos¬—Liam no había terminado de hablar y se podían escuchar las risitas de Harry y de Louis—. Y cuando fuimos a abrirle, estaba desnudo.
El público y los chicos reían. Yo estallé, pues había recordado ese día. Yo estaba sentada viendo America’s Got Talent con Zayn y de repente las risas se escucharon desde alguna parte del apartamento.
—Wow, creo que tenemos un problema aquí—dijo el hombre mirando a la cámara. —Bien… aquí tenemos algunas preguntas de sus fans en Twitter—le pasó unas hojas a Liam, que era el que más cerca estaba y repartió las demás a los chicos.
—Yo voy primero¬—Louis levantaba la mano como un niño de tres años. El hombre le apuntó y Louis leyó su hoja.—Esta pregunta es de “Love1D909” y dice: Si te dieran un deseo, ¿qué desearías?—sonrió mientras pensaba—una bolsa sin fondo de zanahorias—sonrió mostrando sus dientes. Ese chico estaba loco.
—Harry—dijo el hombre.
—“Hayleyloves1D” dice: ¿Cómo sería tu chica ideal?—sonreí al escuchar su hermosa voz—Sería divertida, buena persona y con una linda sonrisa—sonrió hermosamente.
—Sería no, es—le corrigió Louis, entrometiéndose—¿Viste eso Alex?—dijo mirando a la pantalla—se puso más rojo que mi pantalón—se burló.
—Esta pregunta es de “IloveZMalik”—Zayn sonrió al leer el usuario— y ella quiere saber: Si fueras una chica, ¿con quién saldrías de la banda? Alguien que no sea tú mismo—todos rieron sabiendo que Zayn respondería que saldría con él mismo—. Con…
—Vamos Zayn, responde—le presionó Louis, inclinándose en su silla hacia adelante.
—Con… Harry¬—todos sonrieron, a lo que Harry removía sus rizos.
—Esta pregunta es de “Directiioner4eva”—pronunció con aquel acento inglés Liam—, ella quiere saber: Si tuvieras un súper poder, ¿cuál sería?—pensó un segundo— Creo que sería invisible.
—La última pregunta es de “ILoveLarryStylinson” y ella pregunta: ¿Comerías dulces de desayuno?—dijo Niall, sonriendo—¡Claro! Comería lo que fuera de desayuno.
El resto de la entrevista fue bastante divertida, me reí mucho, provocando que me doliera la cabeza. Quince minutos después, el programa continuó y los chicos salieron del estudio.
Apagué la televisión, sintiéndome cansada. Me senté en la cama y me puse mis pantuflas, me paré y me dirigí hacia la ventana. Comenzaba a sentir un poco de calor, y supe que la fiebre comenzaba a bajar.
No sé cuánto tiempo estuve ahí afuera, apoyada del barandal.
Me quité la sudadera de Harry y sentí una mano en mi cintura en ese instante. Me sobresalté.
—¿Qué haces aquí Harry?—le pregunté sonriendo—Tienes varios días que no duermes bien y en vez de descansar vienes hasta aquí—él apoyó sus codos en el barandal a mi lado.
—No te hace bien estar aquí afuera—me dijo.
—Quería salir de mi cuarto un momento, me siento como una prisionera.
—Vamos—me tomó por los hombros y me condujo hacia la habitación de nuevo. Me senté en la cama y él se quedó mirando algo en el balcón. Noté que se había cambiado la ropa. Traía unos pantalones color crema y un suéter color azul marino remangado hasta los codos. Sus pantalones, como de costumbre, estaban algo caídos, mostrando parte de sus bóxers de rayas azules. Sonreí inconscientemente.
—¿Qué es lo que ves?—le pregunté dejando la sudadera encima de la almohada. Me acosté boca arriba, mirando el techo pintado de blanco.
—Hay fans, afuera, ¿te importa si me quedo un poco más?—dijo ahora corriendo las cortinas y caminando hacia mí.
—¿Y esa pregunta? Claro que no—le sonreí. Se acostó a mi lado, boca arriba también, con una de sus manos debajo de su cabeza.
Nos pasamos mucho tiempo hablando de cosas triviales, reí bastante, hasta que me dolió el estómago.
—¿La fiesta se hará mañana? Estás muy enferma—dijo ahora apoyado en su codo.
Había faltado a la academia hoy, por obvias razones. Kat había mandado mi excusa.
—Claro que sí. Ya mandé las invitaciones y es muy tarde para cancelar. Ya verás, estaré mejor por la mañana. Así que prepara tu garganta porque mañana cantan sí o sí—le miré sonriente.
—Eres muy terca, ¿lo sabías?—dijo acercándose peligrosamente a mí.
—Me lo han dicho—acaricié sus rizos. Me iba a besar, cuando puse mi mano sobre su boca y lo alejé.
—Odio que estés enferma—dijo volviéndose a acostar sobre su espalda—, sigues enferma por más tiempo y terminaré besando a Louis—dijo sin pensar, lo miré con los ojos abiertos—. Ok, olvida que dije eso.
—Wow—sólo dije.

Ya no tosía, ni estornudaba, pero aún así el dolor de cabeza no se había ido. Me estaba maquillando para la fiesta, no muy cargado, pero tan poco muy simple. Kat estaba por algún lado del armario vistiéndose. Melanie había vuelto esa mañana de su excursión, y estaba ayudando a Kat con su vestido, pues ella ya estaba cambiada y me esperaba para maquillarla.
—Ok, está todo bien por aquí—dijo Kat saliendo del armario, dando saltitos en un solo pie mientras se ponía el otro tacón.
—Están hermosas—le dije.
—Hermosas van a estar ustedes.
—No sé ni para qué invitaste a Mia—dijo mi amiga sentándose en la cama.
—Creí que era una manera de hacer las paces—dije terminando de ponerme el rímel.
—No puede ser—dijo Kat sorprendida. Vi a través del espejo que ella estaba viendo algo en su celular.
—¿Qué pasa?—pregunté.
—Mia acaba de subir una foto de su atuendo a su Twitter.
—¿La sigues?—me giré hacia ella.
—No, una de las chicas ha dado un Retweet.
—A ver, ¿qué pasa?—dijo Mel inclinándose para ver mejor.
—Ella usará el mismo vestido color coral que tú Alex.
—¿Qué?—chillé casi regando rímel por mi mejilla.
—Sí. Tienes que buscar otro.
—¿Y tardaste tanto para decirlo?—habló Melanie, que había permanecido callada.
—Dios mío—me paré rápidamente y me dirigí hacia mi armario.
—Cuando fuimos a comprar tus vestidos, creo que compramos algunos otros, son muy bonitos también.
—Vamos a ver, rápido, tenemos treinta minutos para salir—dije casi corriendo hacia el armario con las chicas.
Buscamos una y otra vez, cansinamente, y no encontramos nada adecuado, o lo que yo considerara adecuado.
—Ya sé—Mel salió de la habitación mientras yo comenzaba a entrar en pánico.—Aquí está.
Tenía dos vestidos en la mano, me quede con la boca abierta.
—¿De dónde sacaste esto?
—Mamá quiso renovarte el guardarropa por tu cumpleaños, pero con prendas únicas, llegaron esta mañana. Ni siquiera han salido al mercado.
—Muero—dije abanicándome dramáticamente.
Eran vestidos hermosos. Decidí que me pondría el color crema primero. Me cambié, poniéndome unos zapatos altos de un color violeta muy oscuro. Me puse un anillo de diamantes plateados que me había regalado mi padre hace dos años y un collar. Mi cabello estaba recogido en un moño algo despeinado, dejando leves mechones ondulados sueltos. Mi flequillo estaba bien acomodado a un lado y luego maquillé a Melanie.
Quince minutos después estuvimos listas y el carro que había mandado papá nos llevaba hacia la fiesta.
Las chicas entraron antes que yo. Yo estaba frente a las puertas cerradas, las que dirigían hacia un lateral del salón.
Podía escuchar a los chicos cantando aún, cantaban I want.
—…Alexandria O’Connor—estaba distraída que no había escuchado palabra antes de mi nombre, proviniendo de una voz femenina. Distinguí que era de mi madre. Abrí las puertas y todos miraban atentos a cada paso que daba, como si estuvieran esperando que me cayera, que tropezara, cualquier cosa.
Luego aplaudieron. Saludé a mi padre y a Kristie con un beso en la mejilla y un coro abrazo, luego a aquella mujer rubia de ojos verdes que me esperaba a un lado del escenario. Ella no era muy sentimental, ni mucho menos cariñosa, a veces, hasta pensaba que ni sabía que existía, pero sus ojos estaban llorosos. La abracé mientras saludaba con la mano a algunos de mis amigos de la academia. No me había dado cuenta de que había más personas de las que esperaba.
Me subí al escenario, donde estaban los chicos. Abracé rápidamente a cada uno. Por último, a Harry. Me tendió el micrófono y se quedó a mi lado, rodeando mi cintura, mientras yo tenía mi mano en su espalda.
—Gracias a todos por venir esta noche—las luces estaban encendidas, bañando el lugar de un color blanco. Guirnaldas de brillos colgaban, formando cortinas en cada pared, haciendo que con la oscuridad y el juego de luces, brillaran. Las mesas estaban más al fondo. Los flashes y las luces estaban sobre la pista de baile. El pastel estaba a un lado del buffet.—La presciencia de cada uno es importante esta noche. Así que, ¡que comience la fiesta!—todos gritaron mientras el DJ comenzaba a mezclar una música pegajosa.
—Estás hermosa—dijo Harry en mi oído cuando bajamos de la tarima.
—Tú estás muy guapo—dije mirándolo mejor. Tenía unos pantalones azul marino de vestir, una camisa de color blanca, con los dos primeros botones abiertos y una chaqueta del mismo color que su pantalón, pero ésta con un toque más casual y con las mangas remangadas, como el siempre solía utilizarlas. Sus rizos estaban como siempre, perfectos y muy, muy rizados.
De un momento a otro me giró, abrazándome de lado, poniendo esa sonrisa traviesa que sólo él sabía hacer. Miré hacia el frente y me di cuenta de que era un fotógrafo. Yo no pude evitar reírme levemente, seguro que esa foto debió salir graciosa.
—Bailemos—me susurró para arrastrarme prácticamente hacia la pista de baile.
Las grandes farolas del techo estaban apagadas, y los flashes y luces de discoteca iluminaban de manera animada el lugar. A un costado había unas cortinas de color azul marino, cubriendo las puertas corredizas de un gigantesco balcón, donde supuse estarían mis padres, algunos de mis familiares y los adultos.
Harry bailaba pegado a mí, bastante pegado a mí, tenía sus manos en mi cintura y podía sentir su respiración agitada en mi cuello. Divisé a Kat a lo lejos con Kyle, disfrutando de la fiesta. No vi ni a los demás chicos ni a Melanie.
Poco tiempo después subí al escenario de nuevo.
—Aquí tenemos a One Direction—hablé a través del micrófono— cantando Up All Night—los demás aplaudieron y yo bajé por las escaleras.
El lugar se inundó de pronto por las voces de los chicos y los gritos del público presente. La fiesta iba bien, todos disfrutaban y yo también, con mi mirada perdida en aquel chico que se movía por el escenario tan fácilmente, cantando aquella canción.

por **Amelia** Vie 15 Jun 2012, 12:34 pm

Capítulo 8. Encuentro incómodo
La siguiente canción que cantaron fue Another World. Me divertía bastante. Me había bajado del escenario y estaba bailando, junto con un grupo de chicas con las que me juntaba en la academia, incluida Kat. Eran tres. No nos juntábamos muy seguido, pese a los distintos horarios, pero habíamos salido juntas un par de veces. Eran Emma, Anabeth y Alyssa.
—You know I’ll take you to another world¬—cantamos coreando a los chicos, mientras seguíamos bailando.
Los chicos habían terminado de cantar y los vi en las escaleras de la tarima bebiendo agua. Salí del salón un momento a cambiarme el vestido por uno menos elegante, pero no por eso menos bonito. Era de color azul marino. Me puse los otros tacos, me dejé el cabello suelto, el cual se había ondulado de una manera bonita debido al moño que tenía antes y me puse el anillo que Harry me había dado.
—Pueden pasar al buffet en este momento, la comida está servida—la voz de mi mamá se volvió a escuchar a través del micrófono cuando volví a entrar al salón.
Las luces volvían a encenderse, iluminando totalmente la estancia, las personas se dispersaban y se sentaban en las mesas de al fondo para comer. Algunas personas bebían de unas copas en las esquinas, hablando riendo en pequeños grupos. Muchos de los chicos ya no llevaban sus chaquetas puestas y sus camisas estaban remangadas.
—Hey, gran fiesta—me giré y me encontré con mi amigo Chris.
—Chris, hola—le abracé con cuidado para no verter el líquido que traía en su copa.— ¿Te diviertes?—dije haciendo un bailecito para enfatizar. El rió.
—Sí, bastante—me sonrió de lado—. Por cierto, estás hermosa—me agarró de la mano y me hizo dar una vuelta, le sonreí.
—Hola, Chris, ¿cierto?—sentí aquella voz que me derretía detrás de mí. Ladeé la cabeza para ver a Harry, sonreía, pero era aquella sonrisa falsa que ponía cuando algo no le agradaba. Reprimí una risa ante la situación. Chris se mostró incómodo en un momento.
—Sí. Iré con Kat, un gusto volver a verte—le sonrió a Harry y se marchó por donde había venido.
—Harry—me giré hacia él, él me miró con las cejas levantadas. Halé sus mejillas suavemente. —Styles se ha puesto celoso—me burlé un poco de él—. Que tierno. Descuida, él es sólo un amigo—me reí entre dientes y le di un beso cerca de la comisura de los labios. Me abrazó tiernamente, mientras lo rodeaba su cuello.—No es cierto…—pude ver, sobre el hombro de Harry, a Mia coqueteando con Zayn. Me separé de Harry, el cual me miró confundido.
Mia se reía exageradamente de lo que Zayn decía mientras golpeaba suavemente su pecho. Mia tenía el cabello de un color rojizo oscuro, casi rojo vino, obviamente teñido, y unos ojos color verde oscuro, su tez era pálida. Era de mi altura, con un cuerpo delgado, bastante, diría yo. Suponía que por eso usaba ropa ajustada, para marcar sus “curvas” inexistentes.
—¿Qué pasa?—preguntó Harry girándose.
—Zayn está hablando con ella—dije mientras seguía mirándolos.
—Sí, y…—dijo haciendo unas señas con sus manos para que prosiguiera.
—Ella solo coquetea con él porque lo quiere entre sus sábanas—Harry me miró con las cejas alzadas. Negué con la cabeza.—Olvídalo, los chicos no entienden…—le di un beso en la mejilla y me fui a saludar a algunos otros invitados.
—¡Cariño!—me abrazó una chica un poco más alta que yo.
—Eleanor, creí que no llegarías—dije fingiendo limpiarme una lágrima
—Lo siento muchísimo, el vuelo se retrasó. Felicidades—me abrazó de nuevo. Nos pusimos al día rápidamente. Eleanor era una chica de unos diecinueve años, casi al cumplir los veinte. Tenía el cabello castaño claro, y ondulado hasta la un poco más debajo de los hombros. Tez clara y ojos verdes claros. La novia de Louis.
—¿Dónde está el tonto de mi novio?—dijo ella buscándolo con la mirada.
—Justamente te está mirando—dije señalando hacia el frente.
Caminé con ella hasta la mesa en donde estaban Louis, Liam y Niall. Louis se paró y abrazó a su chica, mientras yo ocupaba su silla.
—¿Se divierten?—pregunté sonriendo, mientras abrazaba juguetonamente a Niall.—Es cierto lo que dicen tus fans en Twitter, eres tan abrazable—dije sin soltarlo, mientras reíamos.
—¿Perdón? ¿Y qué hay de mí?—dijo Harry con cara de indignación sentándose a mi lado.—Niall, vete a buscar tu propia chica—solté a Niall entre risas. Harry pasó un brazo por mis hombros.
—Es que tú eres más bien besable—dije eso en su oído, a lo que él sonrió.— Danielle ya no viene, ¿verdad?—le pregunté a Liam mientras agarraba la muñeca de Harry para ver la hora en su reloj. Casi medianoche.
—No lo creo. Discutimos hace unos días, y no me contesta.
Liam había estado discutiendo últimamente con su novia. Por cosas que ella hacía y luego negaba. Nunca me había caído tan bien, pero al ser la novia de uno de mis mejores amigos, tenía que aceptarla.
—Siento escuchar eso—apreté su mano sobre la mesa. El sólo puso media sonrisa.
—Don’t worry, be happy—comenzaron cantar Harry y Niall a coro, haciéndonos reír.
—Ven, ahora te vas a divertir y a olvidarte de los problemas por un momento—me paré y lo tomé de la mano, siendo seguida por Niall, Harry, Eleanor y Louis. Le hice una señal al DJ para que comenzara la música. Las luces se apagaron y los farolitos de colores comenzaron a encenderse aleatoriamente de nuevo.
Hicimos una ronda en el centro y bailamos como locos, sólo disfrutando del momento, la gente se metía al centro del círculo a divertirse y a hacer reír a los demás.
Bailé con Liam, tratando de hacerle sonreír, y lo logré.
Estaba acalorada. Me separé un poco de la multitud, abanicándome con la mano por haber bailado tanto.
Alguien chocó contra mi hombro bastante fuerte, me quejé.
—¿Qué te pasa?
—¿Crees que por haber llegado a la academia, ser novia de un famoso, conocer a una banda famosa, y hacer una “buena fiesta” vas a volverte popular? ¿Quitarme mi lugar?—entre la oscuridad la reconocí. Mia.
—Nunca pensé en quitarte “tu lugar” si es que estás en uno—dije dibujando las comillas con mis dedos.
—No te pases de lista, tengo los suficientes contactos como para hundirte, O’Connor—dijo acercándose a mí amenazadoramente.
—Dudo que quieras hacer una escenita aquí, enfrente de tanta gente, delante de fotógrafos—dije sin dejar de sonreír amablemente—. Lo sabía—retrocedí dos pasos.—Y no me amenaces, y estaremos en paz.
—Já, como digas—removió su teñido cabello y me miró con un aire de superioridad.
—Por cierto, no te acerques a Zayn, ni a ninguno de los chicos en un radio de tres metros, ¿entendido?—dije sin dejar de sonreír.
—¿Qué harás?—levantó sus cejas.
—¿Por esos chicos? Lo que sea—dándole una última sonrisa, me giré y me fui, alejándome de allí.

—Gracias por venir, adiós. Gracias por venir, adiós—llevaba repitiendo aquello por alrededor de media hora. Eran las tres y media de la madrugada y estaba agotada. Las últimas personas se iban. Mel se había ido con mi padre y con Kristie una hora atrás. Los chicos y Eleanor se habían quedado. Ni rastro de Kat ni de Chris.
Me dirigí a la mesa de los regalos y comencé a meterlos en unas bolsas que había detrás de la misma. Eleanor me ayudó.
—Pueden llevarse pastel del que sobró—les dije.
—Oh, gracias—dijo Niall brincando de emoción. Todo lo relacionado con comida le encantaba.
—Pronto habíamos metido todo en el auto de Harry. Nos despedíamos en el estacionamiento, donde estaban los autos de Harry y Zyan y Eleanor.
—Te voy a acompañar a tu casa Eleanor—decía por décima vez Louis.
—Que no Louis, estaré bien—dijo sonriéndole.
—Pero…
—Pero nada, adiós cariño—le dio un corto eso en los labios y se dirigió hacia su auto.—Adiós chicos—nos saludó con la mano.
Louis, Niall y Zayn entraron en el auto de este último. Liam me abrazó, sorprendiéndome.
—Gracias Alex, eres la mejor—dijo aún abrazándome. Se separó y se giró hacia Harry.
—Cuídala Harry, no sabes lo valiosa que es—me sonrojé ante aquello. Harry sólo giró los ojos, sonriendo.
—Adiós—nos despedimos y subimos al auto de Harry.
Harry tenía mi mano agarrada todo el tiempo, aunque andábamos sumidos en un cómodo silencio.
—Gracias por acompañarme—le dije mirándole mientras acariciaba su mejilla.
—No tienes que agradecerme—sonrió mientras se bajaba. Me abrió la puerta y me ayudó a sacar las bolsas con los regalos. Dejamos todo en mi cuarto, que estaba a oscuras y luego me giré hacia él. Lo rodeé por el cuello y lo besé. Nos separamos cuando nos hizo falta el aire.
—Me voy ahora—dijo alejándose.
—Duerme bien—le tiré un beso. El cerró la puerta detrás de sí. Suspiré, sintiéndome suertuda.
Me metí a la ducha aún con todo el sueño que tenía encima, me puse una pijama que me había comprado hace tiempo, era una blusa roja con un pastelillo en el centro y el pantalón era corto de color blanco y lleno de pastelillos. Me puse mis pantuflas y apagué la luz, al momento de tocar mi cama, caí dormida.

Un rayo de luz me golpeó de repente, haciéndome abrir los ojos. Alguien saltaba en mi cama. Ya sabía quiénes eran antes de abrir los ojos siquiera. Alargué el brazo y tomé una almohada, tapándome la cara.
—Les doy tres segundos para abandonar la estancia…—dije despacio, quitándome la almohada de la cara y levantándome, quedando sentada en la cama.
—¿Por qué tan gruñona?—reconocí la voz de Niall.
Niall estaba sentado al lado de Zayn, en el mueble que estaba pegado a la pared, al lado del librero. La televisión estaba encendida. Harry estaba encima de mi cama y había sido el que había estado saltando. Liam miraba por las ventanas, había descorrido las cortinas.
—Tres…—comencé la cuenta.
—Vamos… ¿quién se queda un domingo sólo durmiendo?—habló el rubio.
—Dos…
Liam y Zayn salieron al instante.
—No me hagas llegar a uno Niall—dije mirándolo mientras levantaba las cejas.
—Vámonos duende—Zayn entró en la habitación. Y como si nada, se echó al chico rubio al hombro, como un saco. No pude evitar reírme.
—¿Cuánto tiempo tienen antes de la otra gira?—pregunté algo triste, ya que no podría acompañarlos a las demás giras como lo hacía regularmente.
—Dos semanas—sonrió de lado—. Quizá tres. Tenemos algunas presentaciones aquí. Luego nos vamos a Australia.
—Ya veo. ¿A dónde vamos hoy?—pregunté, tratando de evitar el tema.
—No lo sé. A caminar, a disfrutar del hermoso día—dijo pestañando exageradamente.
—Dame diez minutos—le sonreí.
Harry asintió y salió de la habitación.
Me había puesto unos shorts con una correa fina de color blanco, una blusa sin mangas con la bandera de Reino Unido en el centro. Unas converse grises y un collar con varios dijes. Por último, un gorro de tela azul marino. Agarré mi iPhone y salí de mi habitación.
Me fijé en la hora, era casi mediodía.
—Voto porque vayamos a Nando’s, tengo hambre—dijo el chic rubio.
—Cariño—dije pasando un brazo por sus hombros—, te urge una novia—palmeé su hombro y abrí la puerta.
—No me dejen, ya voy—gritó Melanie bajando rápidamente las escaleras.
Ella traía unos shorts de jean, una blusa desahogada color coral, unos zapatos con tacón corrido y tiras negras, y algunos complementos a juego.
Como vi que sólo venían en el auto de Zayn le lancé las llaves a Harry.
Harry, Louis y yo nos fuimos en mi auto y Liam, Melanie, Niall y Zayn se fueron el de este último.
—¿Dónde está Eleanor?—le pregunté a Louis, que iba extrañamente callado. Louis no me respondía. Me giré en mi asiento, y lo vi mirando algo en su teléfono—¿qué tanto ves?
—Son las fotos de anoche.
—Déjame ver—tomé su celular y me puse a ver las fotos que habían subido a una revista juvenil online.
Fotos de los chicos bailando, una cuando estaban cantando. También estaba la foto donde Harry salía con su sonrisa traviesa mientras yo reía. Una en la que salía con Louis. Hasta una donde Harry y yo nos besábamos. Le pasé el celular de nuevo.
—¿Han sabido algo de Danielle?—dije mirando hacia el frente.
—No, nada. Lo que sí nos enteramos fue que estaba en Francia—dijo Harry.
—Pobre Liam—dije mordiéndome el labio inconscientemente.
—Llegamos—Harry aparcó el carro y nos bajamos, siendo rodeadas por las fans.
—Wow—dije bajándome. Estábamos rodeados.
Les hacían preguntas, les pedían fotos, autógrafos, hasta sus teléfonos. Me hacían preguntas acerca de ellos, y Mel, sólo se escabulló y entró al restaurante.
No a todas las fans de Harry les caía “bien”, por el hecho de ser su novia. Una de ellas estaba ahí, pues pude escuchar que me gritaba “perra”.
—Vamos—Harry me tomó por la cintura y me condujo por entre la multitud y entramos al restaurante rápidamente. No llamamos mucho la atención, aunque sí nos miraron.—No hagas caso a lo que te dijo—dijo Harry cuando nos sentamos en la mesa que había guardado Mel.
—¿Qué pasó?—preguntó preocupada.
—No es nada…—dije restándole importancia.
Zayn, ignorándome por completo le dijo.
—Que…—iba a decir una grosería, pero Niall, que estaba a su lado, le tapó la boca.
—He dicho que no me importa—les sonreí.—Creo que es la cosa menos… grosera… que me han dicho las que no aprueban la relación. Olvídenlo, estamos aquí para divertirnos, ¿no?
—¡Sí!—gritó Louis levantando los brazos como un niño pequeño.
—Y mi ánimo vuelve a bajar—dije cuando vi a alguien entrar por la puerta—, que no venga hacia acá, por favor…—dije escondiendo mi rostro entre el cuello de Harry.
—¿Quién?
—¿Alex?—preguntó con su fingida voz de inocencia.
—¡Emily! ¿Qué haces aquí?—dije tratando de parecer amable.
—Vine hace unas semanas. Tanto tiempo sin verte—sonrió falsamente.—Veo que estás muy bien acompañada—le dirigió una mirada insinuante a Harry.
—Chicos, ella es Emily, Emily, Zayn, Niall, Louis, Liam y Harry—los presenté con una falsa sonrisa.
—Un placer—dijo ella removiéndose el cabello tratando de parecer sensual. Llevaba una falda demasiado corta, ajustada, una blusa de tirantes de color rosa y unos tacones aguja. Iba con el cabello suelto. No la recordaba yendo a otro lugar en otros zapatos que no tuvieran ni plataforma ni tacones aguja. Creo que ni siquiera conocía los converse.—¿Puedo sentarme?—dijo sonriendo.
—No…—iba a decir otra cosa, cuando Zayn me interrumpió.
—Sí—fulminé con la mirada al chico de pelo negro, que sólo se encogió de hombros.
—Aquí vamos—dije murmurando. Emily tomó una silla de otra mesa y la puso al lado de Harry. Harry estaba recostado en el espaldar de su silla, su brazo estaba sobre mis hombros y mi mano estaba entrelazada con la suya.
Emily cruzó las piernas y puso sus codos sobre la mesa, sonriendo.
—Alexa y yo fuimos juntas a la escuela, no sé si lo sabían—dijo ella pasando su mirada por cada uno de los chicos.
—Sí, ya lo sabíamos—dijo Liam, sonriendo amablemente.
—Recuerdo aquella vez…—rodé los ojos—que estábamos animando el juego de fútbol de la escuela—sí, fuimos porristas—. Ella era voladora. Pues en la parte final de la coreografía, ella estaba en la punta de la pirámide. Estaba tan distraída mirando a Matt que se cayó—rió. Los chicos rieron, creo que más por educación que por otra cosa.
—Me rompí una pierna—la miré levantando las cejas.
—¿Quién es Matt?—preguntó Harry.
—Tranquilo cheeky devil, fue un tonto cabeza hueca que creí era mi príncipe azul. Fue una total pérdida de tiempo—le resté importancia.
—Más te vale—me señaló con su índice amenazadoramente, pero luego rió, y me dio un beso en la sien.
Si ella había querido fastidiarnos, no lo había logrado.
Alex 1; Emily 0.

por **Onewloverx** Vie 15 Jun 2012, 12:54 pm

Oh por Dios!!!! Bueno me presento. Hola soy alejandra pero me puedes llamar ale, suena mas lindo :D Y soy nueva lectora!! WIIIII hehe me encanto enserio *-*
P.d Adoro como escribes (:

por Invitado Vie 15 Jun 2012, 5:14 pm

OMG quede con la boca abierta jajaja
me encanto,escribes muy lindo hay que maleducada que soy
me precento VAS HAPPENIN!!!
Me llamo malena pero dime male...
Soy nueva y fiel lectora hasta que termines toda la novela jaja
la adora quiero que la suigas pero cuando puedas ..

PD:si el Irlandes-boy esta disponible me pondrias con el??

por **Amelia** Vie 15 Jun 2012, 7:16 pm

Capítulo 9. Una decepción
—¿Por qué no te vas de una buena vez y nos haces un favor a todos?—murmuré, sólo Harry me había escuchado, las comisuras de sus labios se habían curvado.
Ella seguía relatando mis momentos más vergonzosos, pero había algo que ella no sabía, a mí no me importaba. Y parecía que estaba fastidiando sus planes, pues ella quería dejarme en ridículo, y yo sólo me reía de mis propios hechos.
—Una vez nos colamos al colegio de noche. Estábamos en último grado. Hicimos una fiesta sorpresa en la piscina. Fue realmente divertido.
—Nunca hice algo así cuando yo estuve en el colegio—dijo Liam.
—Creo que nunca has hecho algo ni así de cerca toda tu vida—se burló el irlandés.
—No me provoques rubio—dijo Liam señalándolo con un dedo.
—¿Los descubrieron?—preguntó Zayn.
—Sí, alguien, de nuestro mismo grupo nos delató—evité lanzarle una mirada a la recién llegada—. Me echó la culpa. Ni siquiera estaba enterada hasta el momento en que se hizo la fiesta. Aún así, tuvimos suerte de no ser expulsados. Es un recuerdo divertido, realmente—dije recordando aquellos días.
—Una vez le bajé los pantalones a un chico en medio del salón—dijo Niall con cara pensativa.
—¿Venganza?—le pregunté.
—Sí. Me llamó rubio hueco—sonrió.
—No me digas, bad boy—dijo Liam.
Luego llegó la comida, y Emily no se iba, charlaba con Liam y con Zayn de cosas superficiales.
Niall tragó como si no hubiera más comida en el mundo. No sabía realmente como cabía tanta comida en aquel cuerpo que ni atisbo de engordar. Emily pidió una ensalada, para cuidar de su figura. Estaba más flaca de lo que era en el instituto, me fijé. A ese paso se pondría más plana de una tabla.
Harry, Liam, Zayn y yo pedimos helados, mientras Niall y Louis compartían una tarta de manzana. Como era de esperarse, Emily no pidió nada.
Le di una cucharada de mí helado a Harry, dejando un poco de helado en la comisura de sus labios. Me acerqué y le besé ahí, quitando el resto de helado. Me miró y sonrió. El puso una cuchara con helado de vainilla frente a mí. Abrí la boca y comí el helado. Estábamos absortos en nuestro mundo.
—Ya se pusieron melosos—dijo Zayn refiriéndose a nosotros.
—¿Celoso Zayn?—dijo Harry mirándole divertido.
—Eso quisieras.
Emily se nos había quedado mirando. Llamó a mesero y pagó su parte de la comida, luego se levantó de la mesa.
—Fue una comida divertida, adiós chicos—se despidió con la mano.—Adiós Harry—pero se despidió de él con un beso en la mejilla, tomándolo por sorpresa.
Ignoré totalmente la escena. Apoyé los codos en la mesa, y apoyé mi mentón en mi mano.
—¿Qué sucede Melanie? Has estado callada toda la comida. Hasta se me olvidó que estabas aquí—dije llamando su atención.
—¿Yo? No… nada—dijo negando rápidamente.
—Está pensando en ese chico de la fiesta—dijo Harry. Le miré confundida.
—¿Qué chico?—pegunté sonriendo.
—Styles…—Melanie miró amenazadoramente a Harry.
—No lo sé… tiene pelo negro, corto, ojos azules, es alto… qué se yo—se encogió de hombros—. ¿Cómo se llamaba Mel?—dijo él sonriéndole, a la vez burlándose.
—Lucas—dije comprendiendo. Coincidíamos en algunas clases. El era un año menor que yo, pero era agradable.
—Ya, cállense—dijo ella avergonzada, tapándose la cara con las manos.
Paseamos durante el resto de la tarde. Fuimos al parque, donde fuimos perseguidos por fans de los chicos.
En la tarde nos fuimos a mi casa a ver películas y a bromear, a pasar el rato entre nosotros. Niall, que siempre andaba con su guitarra, y yo, que había buscado la mía, comenzamos a tocar, compartiendo varias melodías.
—¿Cómo va la canción?—preguntó Niall.
—Más o menos, trabajo en ella. Pero tengo el coro listo.
—Cántala—dijo.
—Nobody can understand what’s happening on my mind, I just can smile and feel like I am dreaming all the time, ‘cause you are the reason why I’m so happy every night—hice una muy breve pausa antes de proseguir con la otra parte—, so please don’t leave, I won’t let you go, so stay here, ‘cause is where you belong—terminé. Levanter la mirada. Harry me miraba sonriendo de lado.
—Está genial—dijo Niall.
—Gracias—sonreí.
Los chicos se quedaron dormidos viendo una película. La escena era muy graciosa. Zayn, que estaba en el suelo, tenía la cabeza apoyada en las piernas de Niall que estaba a su lado. De alguna manera, el rubio lo abrazaba y prácticamente dormía sobre él. Louis Estaba acomodado de manera extraña en el mueble individual. Melanie seguía viendo la película sentada en el suelo, mientras comía las palomitas que habían dejado los chicos.
En el mueble de tres plazas estábamos Liam, Harry y yo. Liam tenía la cabeza hacia atrás, era la posición más normal. Harry tenía la cabeza en mis piernas y los pies sobre las piernas de Liam, el más acomodado de todos, a pesar de que no estaba durmiendo.
Yo retorcía sus rizos entre mis dedos mientras miraba distraídamente la pantalla del televisor.
—No hagas planes para la noche del martes, ¿entendido?—dijo. Bajé un poco mi vista para encontrarme con su verde mirada.
—Perfecto—dije sonriendo, se había acordado.

Los días pasaban demasiado lento para mi gusto. Pero por fin había llegado el dichoso martes.
Me encontraba en la academia. Las clases habían sido agotadoras. Kat y yo salíamos de nuestra clase de improvisación. Nos dirigíamos a los ensayos para el Festival de Arte que hacía la academia cada año a principios del semestre. Haríamos coreografías por salones, algunas presentaciones individuales, entre otras cosas.
Pero todo eso lo preparábamos nosotros mismos, sin ayuda de algún supervisor.
—Bien… desde el principio—dije parándome frente a todos los demás. Entre todos me habían pedido que montara la coreografía, a pesar de recibir ayuda por parte de algunos. En pocas palabras, estaba genial.
Yo cantaría representando a mi grupo y me sentía nerviosa.
Estuvimos bailando unas dos horas más y los mandé a descansar.
—Está perfecta chicos. Son geniales todos—les dije—. El último ensayo será el viernes, aquí en el teatro, y… eso es todo. No falten.
Me senté y alargué el brazo para tomar mi bolso. Me froté el tobillo con la mano, adolorida.
Nuestra rutina constaba con cargadas, saltos y algunas piruetas. Aterricé sobre mis pies de mala manera, y me lastimé el tobillo. Pero yo seguiría bailando, no podría decepcionar a mi grupo. Pero dolía demasiado.
Salí de allí con mi bolso enganchado en mi hombro y fui a las duchas. Ya cambiada, fui hacia mi casillero y tomé la funda de mi guitarra y algunos libros. Caminé con cuidado hacia el estacionamiento y me fui en mi auto hacia mi casa.
Como me esperaba, no había nadie. Papá estaba en el hospital, Kristie en la compañía donde trabajaba como diseñadora de interiores, y Melanie en el instituto.
Harry me llevaría a cenar, pues hoy cumplíamos tres meses de relación. El dijo que nos encontráramos en la fuente del parque. No me dijo nada más, sólo que estuviera allí a las siete. Así que me fui a dormir.

—Alexa, despierta—Melanie me removió. Abrí los ojos.
—¿Qué hora es?
—Son las cinco y media, vamos, ¡a la ducha!—apuntó con su dedo la puerta de baño y prácticamente me empujó hacia allá.
Me di una ducha y luego fui hacia mi armario. Busqué una falda plateada con algunos diseños, y me puse una blusa negra que tenía encaje en la parte de atrás. Unos zapatos negros. Me arreglé el cabello en un moño desarreglado, con algunas trenzas finas por ahí. Me puse los accesorios y pronto estuve lista.
—Estás hermosa—dijo Melanie con voz soñadora.
—Gracias—la abracé.
Pedí un taxi, pues supuse que regresaría en el auto de Harry. Fui al parque, quedaba un poco alejada de mi casa. Le pagué al hombre y me bajé. El parque de noche era hermoso, la fuente estaba iluminada por farolitos que hacían ver el agua cristalina y hermosa. Los árboles tenían lucecitas entre sus ramas, haciendo que a lo lejos, parecieras miles de luciérnagas jugando entre los árboles.
No estaba allí. Supuse que yo había llegado temprano. Miré mi teléfono, y eran la siete con quince. Así que sólo esperé.

—¡Estás haciendo trampa!—gritó Louis.
—No estoy haciendo trampa, tú eres malo en Guitar Hero—dije sonriendo triunfante cuando gané.
—Eso no se vale Harry—Louis se sentó en el sofá y se cruzó de brazos.—El hizo trampa Zayn—Louis abrazó a Zayn, como un niño pequeño.
—Suéltame Louis—Zayn trataba de despegárselo de encima, pero era como tener un chicle adherido a tu ropa.
—Crees que puedes ganar, sólo espera a que Alex venga y te aplaste… oh no—dijo Louis mirándome con los ojos abiertos.
—Demonios—dije. Miré la hora. Eran las ocho y media.
—Estás muerto—dijo Liam mirándome.
Salí de la casa como un rayo. Liam tenía razón, yo estaba muerto. Me fui en mi auto tan pronto como pude al parque. Aparqué en frente del mismo y fui hacia la fuente, ella ya no estaba ahí, la busqué por todo los alrededores y no estaba. Me senté al borde de la fuente y apoyé los codos en mis piernas, tapé mi rostro con mis manos.
Marqué su teléfono, pero no me contestaba. Estaba seguro de que había apagado su celular. Lo había arruinado todo.
—¿Por qué estás aquí tan solo?—levanté la vista.
—Emily… ahora no tengo…
—¿Estás llorando? Oh, ven aquí—ni yo me había dado cuenta de que lo había hecho. Ella se me abrazó, sin darme tiempo a nada. Vi un flash proviniendo de alguna parte y la aparté rápidamente.
Iba a irme de ahí para seguir buscándola, pero un montón de chicas ya me rodeaba, mostrando sus cuadernos frente a mi cara y un montón de celular fotografiándome.

Había esperado más de una hora ahí. Las lágrimas ya rodaban por mis mejillas. Y lo peor era que había paparazzis. Me habían estado viendo y comenzaban a fotografiarme. Hacían preguntas como: << ¿te han dejado plantada?>> << ¿esperas a alguien?>> <<¿dónde está Harry?>>. Como era de esperarse, no contesté a ninguna y salí de ahí, tomando el primer taxi que vi. Sabía que aquello saldría en alguna revista por la mañana.
Harry nunca había hecho algo parecido.
¿Por qué lo había hecho ahora?
Si algo malo hubiese pasado, los chicos me lo hubieran dicho, o me hubieran llamado, así que… ¿Qué pasó?
Sabía que al primer lugar al que iría sería mi casa, y en este momento no quería verlo. Así que llamé a Kat.
—¿Cómo te está yendo?—preguntó al instante.
—¿Puedo quedarme en tu casa esta noche?—dije entre sollozos.
—Cariño, ¿qué sucede?—dijo con voz preocupada.
—Te explico allá, voy de camino.
—Aquí te espero—colgó el teléfono. Respiré un par de veces para no romper en llanto en ese mismo taxi.
Pronto estuve frente a su casa. Era grande, pintada de un color blanco. El portón metálico se abrió desde adentro, dejándome pasar. Noté que el tobillo me dolía más ahora.
La puerta se abrió antes de que yo llegara a tocarla siquiera.
—Nena, ven aquí—Kat me abrazó fuertemente, yo le devolví el abrazó—. Vamos a mi cuarto, tenemos mucho de qué hablar.
—Está llamando—dije al ver mi teléfono. Solo lo apagué.—¿Están tus padres aquí?
—No, están en una cena. Y Marcus está por algún lado de la casa, no creo que nos moleste.—Marcus era su hermano, era un año menor que ella. Ya lo había conocido en otra ocasión. Entramos a su habitación y nos sentamos en la cama.
—El no llegó Kat—apoyé la cabeza en sus piernas y ella comenzó a acariciar mi cabello suavemente.
—Pero por alguna razón fue, ¿no?
—Me hubieran llamado los chicos—dije—. Tal vez se le olvidó.
—Ya no llores más, por favor. Mírame, vamos—levantó mi rostro.—Habla con él mañana, aclaren las cosas y ya.
Un espantoso trueno nos hizo pegar un bote en la cama. Me levanté, quedando sentada en la cama. La lluvia cayó a torrenciales afuera.
—Sé que tan pronto diga que lo perdone, antes de que hablemos si quiera, con tan solo mirar sus ojos, ya lo habré perdonado—dije suspirando, secando mis mejillas. Miré mis manos, viendo la mancha negra que había en ella. Genial. Se me había corrido el maquillaje.
—Vengo ahora, creo que hay helado en la nevera—sonrió y salió de la habitación dejando la puerta abierta detrás de ella.
Encendí mi celular, y vi que tenía varios mensajes sin leer y varias llamadas perdidas. Antes que todo, llamé a Melanie, que lo cogió al segundo timbrazo.
—¿Dónde estás? Llevo bastante rato llamándote. Harry vino hace rato buscándote.
—Me lo imaginé. ¿Qué te dijo?
—Nada, sólo que eso tendría que hablarlo contigo primero. Pero me dijo que si te veía que lo llamara.
—Me quedaré a dormir a casa de Kat. No le digas por favor.
—Está bien, pero dime qué pasó.
—Te explicaré mañana, si no te enteras antes. Adiós.
—Ok—dijo no muy convencida y colgó.
Vi los mensajes que me habían llegado. Tres de Harry, no abrí ninguno. Había uno de Louis y otro de Zayn.
“¿Dónde demonios te has metido? Por favor, llama tan pronto veas este mensaje.—Louis”.
Abrí el otro.
“Harry lleva horas buscándote. Nos preocupas, por favor, responde.—Zayn”.
Marqué rápidamente aquel teléfono. El teléfono de aquel hermano que nunca había tenido.
—Por Dios Alexandria, ¿dónde estás?—raras veces le había escuchado serio. Esta era una de esas veces.
—Tranquilízate Louis. Me quedaré en casa de una amiga.
—Nos tenías demasiado preocupados—dijo suavemente.
—Lo siento. No tenía ganas de hablar con nadie.
—¿No vendrás?—preguntó triste.
—No Louis, ahora no puedo. Mañana iré temprano, antes de la escuela, ¿ok?
—Está bien. Llámame cualquier cosa—dijo.
—Te quiero Louis—dije entre murmullos.
—Yo también pequeña. Buenas noches—colgó.
Suspiré.
—Aquí estoy nena, encontré el helado—Kat entró por la puerta con un bote de helado y dos cucharas. Y así se nos fue la noche, hablando de tonterías y comiendo helado, hasta quedarnos profundamente dormidas.

Abrí mis ojos despacio, sintiendo el dolor en mi cuello y espalda por haber dormido en mala posición. Me levanté de la cama con cuidado y vi que mi amiga seguía profundamente dormida en la amplia cama. Tomé una hoja de una libreta que estaba en su mesa de noche y escribí:
”Gracias por lo de anoche. Eres una amiga excepcional. Me fui a casa, te aviso que tal vez llegue un poco tarde a la academia, pon mi excusa. Estás a cargo del ensayo de hoy. Gracias, de nuevo.—Alex”
Dejé la nota sobre su cama y salí sigilosamente de su habitación. Bajé las escaleras despacio para no despertar a nadie.
—¿Estás bien?—escuché una voz masculina, y por poco, por poco hace que me dé un infarto allí mismo. Era Marcus. Estaba sentado en el sofá, viendo la televisión. Me fije que estaba viendo la televisión. Presentaban unas fotos mías, tratando de cubrir mi rostro lleno de lágrimas.
—Eh… eso creo—dije encogiéndome de hombros, respondiendo a lo que había dicho.
—¿Quieres que te lleve a tu casa?—preguntó levantándose mientras apagaba el televisor.
—¿No tienes que ir al instituto?—dije entrecerrando los ojos.
—Sí, pero puedo dejarte, no queda muy lejos.
—Pues en ese caso, claro—le sonreí.
El viaje fue más animado de lo que pensé. El era verdaderamente gracioso y no preguntó nada acerca de lo que había pasado anoche. Pronto estuvimos en mi casa.
—Gracias Marc.
—A tus órdenes—me guiñó un ojo y se fue, desapareciendo calle abajo.
Rebusqué en mi cartera y abrí la puerta con la llave.
Era temprano, las siete de la mañana. No había nadie despierto en aquella casa. Subí directamente hacia mi cuarto y me di ese tan ansiado baño. Sequé mi cabello lo suficiente y me puse una blusa blanca con rayas negras y con un corazón rojo en el centro y unos jeans ajustados. Me puse unas sandalias bajas de color blanco. Me maquillé suavemente, tratando de disimular las ojeras por haber llorado tanto anoche. Trencé mi cabello en la parte de adelante, haciendo que quedara como una banda trenzada y la terminé en una coleta. Me puse unos aretes de plumas negros y tomé un bolsito crema, el cual crucé sobre mi pecho pasándomelo por la cabeza. Agarré mis lentes de sol, las llaves de mi auto, mi teléfono y mi guitarra.
Salí de la casa sin siquiera desayunar y me fui hacia la casa de los chicos. Ni siquiera sabía si estarían despiertos.
Ni siquiera sabía porque era yo la que tenía que ir, ¿qué le diría? “Harry, espero tu explicación”, “¿Por qué me dejaste plantada?”, nada de eso era una opción.
Pronto estuve frente a la puerta del apartamento.
—Está abierta—se escuchó desde adentro.
—Hola Lou—me acerqué al mueble, donde estaba mi amigo viendo la televisión. Le di un sonoro beso en la mejilla, cosa que lo hizo sonreír como un niño.—¿Están despiertos los demás?
—Sí. Harry saldrá del baño en un momento.
—¿El sabe que venía?
—No tiene ni idea—dijo.—Estaba muy mal anoche. Estuvo buscándote por todos lados. El quiere hablar contigo urgente porque…
En ese mismo instante, presentaban una noticia acerca de Harry.
—Ayer en la noche se vio a Harry Styles, integrante de la boyband One Directon en el parque abrazando a una chica que resulta ser nada más y nada menos que Emily Mansen. Nuestras cámaras captaron unas fotografías antes de ese momento, eran de la actual “novia” del joven Styles. Se la vio sola, durante más o menos una hora, según algunos testigos en el lugar. ¿La habrá dejado plantada? ¿Será la señorita Mansen otra conquista del cantante?—mi respiración se cortó de repente. Sentí mis ojos picar, estaba a punto de llorar, de nuevo. El sabía cómo yo me sentía con respecto a ella. ¿Qué hacía él con ella? ¿Abrazándola? Louis se paró.
—Alex…—Harry había entrado a la sala solamente con una toalla rodeando su cintura. Las gotas de agua caían de sus rizos mojados, resbalando por su abdomen. La televisión, aún encendida, presentaba las últimas fotos captadas de la nueva noticia. Harry me miró con los ojos bien abiertos y se acercó a mí en dos zancadas.
—No Harry… yo…—ni me había dado cuenta de que los demás estaban en el inicio del pasillo que dirigía a los cuartos, mirando toda la escena. Negué con la cabeza, sintiendo esa lágrima resbalar por mi mejilla. La limpié con el dorso de la mano y me di la vuelta, para irme. Una mano tomó mi brazo y sentí ese cosquilleo, aquella corriente eléctrica que atravesaba mi columna vertebral cada vez que él me tocaba.
Me zafé de su agarre con suavidad, ya no tenía ganas de nada. Cerré la puerta detrás de mí y me marché caminando, caminando y llorando.

—¡Maldición!—gritó Harry mientras golpeaba la pared, hiriéndose de pasó.
—Harry, ¡por Dios!—dijo Niall cuando vio sus nudillos sangrando.
—Déjame ver—me quise acercar.
—No Louis… sólo…—no terminó de decir lo que iba a decir. Desapareció por el pasillo, dando un portazo, encerrándose en la habitación.
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Sólo les quería decir que no las voy a poder poner con nadie a ninguna. ¿Por qué? Pues porque esta historia ya la tengo escrita. Tiene 20 capítulos en total y escribo actualmente la segunda temporada. Así que no puedo poner a ninguna como pareja de estos chicos D;. So sorry guys! But thanks for reading and commenting ;).
Kisses! :*

por **Amelia** Sáb 16 Jun 2012, 10:40 am

Capítulo 10. Más chismes
Manejé sin derramar lágrima hacia la academia. Respiré hondo antes de bajarme para no llorar. Mi teléfono vibró en mi bolsillo, y al sacarlo, vi que era una llamada entrante, era de Harry. Sentí una punzada en el pecho y le di al botón rojo, ignorando la llamada. En ese momento, en el radio comenzaba a sonar Moments. Apagué el radio con furia y luego el auto.
Me bajé y tomé mi bolso y mi guitarra. Mi tobillo ya no me dolía tanto, pero no quería forzarlo mucho para poder bailar este sábado por la noche.
No había nadie en los pasillos, por suerte no tendría que escuchar los constantes murmullos de las chicas por lo que había sucedido.
Me dirigí hacia el teatro, donde ensayaba mi grupo. Estaban practicando, con Kat al mando. No me fui a cambiar de ropa, pues tan sólo faltaban cinco minutos antes de que terminara la hora.
—Michelle, tensa esas piernas cuando las levantes—le corregí. Ella estaba siendo cargada por uno de los chicos.—Así, uno, dos, tres, cuatro…—hacia la cuenta. Pocos segundos después, la coreografía terminó. Una sonrisa quedó plasmada en mi rostro. Era simplemente perfecta.
—Lo hicieron genial, ya saben, no ensayaremos más hasta el viernes en la tarde, ¿entendido?—dijo Kat.
Recogieron sus bolsos y salieron apresuradamente de allí. Saludé a algunos con la mano.
—¿Y bien?—preguntó mi amiga cuando se sentó junto a mí en una de las silla de la primera fila del teatro.
—Si supieras…—dije frotándome los ojos con las manos. Le conté lo sucedido.
—Mataré a Styles…—dijo apretando los puños.
—Únete al club—dije con fingida emoción.
—Nos vemos en dos horas, iré a cambiarme—besó mi mejilla y se fue, dejándome en el salón.
Me quedé sentada durante unos minutos más. Comenzaba a sentirme agotada, toda la presión de la academia, el Festival, lo sucedido hace tan sólo pocas horas… todo comenzaba pasarme factura. Tomé mi bolso y mi guitarra y me fui al estudio de grabación. Hoy practicaría mi canción para el Festival. En la parte de canto sí teníamos ayuda de un profesor. Mi profesor era Jess. Un hombre de unos treinta años, con pelo color rubio, ojos color miel y una expresión exigente, pero aún así era amigable.
—Buenos días, Alexa—dijo educadamente.
—Buenos días profesor.
—¿Estás lista para comenzar?—me preguntó.
—Sí—asentí. Yo cantaría una canción escrita por mí, What it means to me. Había recibido mucha ayuda del profesor Jess y había mejorado bastante, a pesar de los intensos ejercicios vocales y las largas horas practicando una y otra vez.
Una hora y media después dijo:
—Por mi parte considero que estás lista. Cuida esa voz, ¿entendido?
—Sí, gracias—dije sonriéndole. Comenzaba a sentir sueño.
—Puedes irte antes—dijo saliendo el estudio con un vaso de café.
Tenía sueño, me dolía la cabeza, me sentía mareada y extrañaba desesperadamente los brazos de Harry, ¿qué otra cosa podía salir mal? Mi celular vibró en mi bolsillo. Miré la llamada y vi que era de Louis.
—¿Qué?—dije más rudamente de lo que en verdad quería.
—Estamos preocupados por cómo saliste…
—Louis, yo…no pude terminar de hablar por el teléfono cayó de mis manos. Todo daba vueltas. Caí al suelo alfombrado de rodillas.
—¡Alex! ¿Estás ahí?
—Louis, yo… te llamaré después—dije colgando la llamada, sin esperar a que respondiera. No pude decir nada más. Me quedé tendida en el suelo, tratando de que el mundo se detuviera por un momento.
—¿Alex? ¿Estás aquí?—escuché una voz masculina que reconocí al instante. No respondí.—¡Alex! ¿Estás bien? ¿Qué pasó?—traté de enfocar su rostro, pero habían como dos de él moviéndose sin parar.
Pasó una mano por debajo de mis rodillas y otra por mi espalda y me levantó del suelo con facilidad. Me dejó en la enfermería, que no estaba muy lejos de allí.
—¿Qué pasó?—preguntó una señora mayor de pelo canoso mientras se acercaba a mí con su estetoscopio.
—No lo sé, la encontré así en el estudio…—me depositó suavemente en una cama. No pude escuchar más porque mis ojos se cerraron.

Abrí los ojos lentamente. Me encontraba en mi habitación. Mi guitarra estaba en su funda turquesa, en una silla al fondo de la habitación. Mi teléfono estaba en la mesa de noche. Mis zapatos estaban uno al lado del otro a la orilla de la cama, y yo estaba arropada hasta la cintura. Y así me fijé que alguien estaba a mi lado, sentado en una silla.
—¿Louis?—me froté los ojos. Mi amigo apagó la televisión, la cual había estado viendo y se sentó a mi lado, en la cama.—¿qué haces aquí? ¿Qué hago aquí? ¿Qué pasó?
—Te desmayaste en el estudio y Chris te llevó a la enfermería. Y luego te trajeron hasta aquí. Kat me avisó.
—Fue que no comí esta mañana. Tal vez se me bajó el azúcar, nada de qué preocuparse—dije.
—Eres rara—sonrió.
—Lo sé—le sonreí de vuelta.
—Necesito que me hagas un favor… nos hagas—se corrigió.
—¿Qué pasa?—dije mirándole con los ojos entrecerrados.
—Olvídalo, sé que dirás que no—dije girándose, haciendo como si estuviera llorando.
—Anda Louis, dímelo—me paré de la cama con cuidado y me puse frente a él.
—Necesitamos una coreografía para nuestra presentación la semana que viene—sonrió inocentemente.
—Anja… pero su representante puede conseguir a alguien profesional con sólo chasquear los dedos—dije levantando las cejas.
—Pero nosotros queremos que seas tú quien la haga. Además, te has formado con los mejores del país desde pequeña, lo que te hace más que capaz para hacer esto.
—¿No serán ustedes y sus intentos ocultos de…?—no terminé.—Olvídalo.
—¿Lo harás?—me miró con esos ojos verdes que…
—¡Está bien! Siempre te sales con la tuya usando esa mirada—dije pasando una mano por mi cara.
—¡Sí!—dijo dando saltitos mientras me abrazaba.
—¿Cuándo comenzamos?—dije ahora mirándole con una sonrisa.
—¿Podemos empezar a hablar sobre eso hoy?
—Creo que sí—miré la hora en mi teléfono. Eran las cinco y media.—Pero más tarde tengo que ir con mi madre a una cena, con no sé quién importante. Bajaré en unos minutos, si quieres ve y sírvete cualquier cosa en la cocina—le dije mientras entraba al baño.
Me bañé y fui a mi armario. Me puse unos pantalones negros ajustados y una blusa color crema. Comenzaba a hacer frío, así que me puse una chaqueta larga de color gris con unos zapatos del mismo color. Me dejé el cabello suelto y me puse unos pendientes. Miré mi anillo, aquel que no había abandonado mi mano desde que él me lo había dado. Suspiré. Sería una tarde incómoda, por lo menos para mí.
Bajé las escaleras y miré cómo Louis se comía una zanahoria, le miré con las cejas levantadas.
—¿Qué?—dijo mientras seguía comiendo su zanahoria.
Yo me fui en mi auto—el cual no sabía cómo lo habían dejado allí—y Louis se fue en el suyo. En pocos minutos estuvimos frente al edificio.
—Ok… estoy nerviosa Louis. Yo me voy—dije dándome la vuelta, pues estábamos frente a la puerta del apartamento. El me tomó por la cintura y abrió la puerta forzosamente, ya que yo estaba tratando de zafarme de su agarre.
—Tú no vas a ningún lado—me levantó del suelo aún agarrándome por la cintura mientras yo pataleaba. Me metió a la casa a la fuerza. Me dejó en el suelo de repente, a lo que caí de rodillas y se escucharon risas. Levanté la cabeza y Liam, Niall y Zayn se reían, y Louis a mis espaldas también. Estiré mi pie y Louis, al pasar, también cayó. Me paré y sacudí mis pantalones, arreglándome el cabello.
—Hola chicos—les dije sentándome en el mueble, al lado de Liam, que me abrazó brevemente.
—Escuchamos que te desmayaste hoy.
—Eh… sí. No desayuné esta mañana, puede que sea por eso.
—Sabes muy bien que es por el Festival—dijo Zayn—, te estás presionando demasiado. Y te lastimas cada vez más el tobillo, ¿me equivoco?—me miró con una ceja alzada.
—¿Qué pasa con tu tobillo?—preguntaron Liam y Niall al mismo tiempo.
—¿Cómo te diste cuenta?—le pregunté.
—Esta mañana, antes de irte, estaba amoratado—ni siquiera yo me había fijado cómo estaba. Me levanté un poco el pantalón y me quité el zapato de tacón. Estaba levemente amoratado.
—Demonios—me volví a poner el zapato. Levanté la cabeza y vi a Liam y a Niall esperando respuesta a su pregunta.—Me lastimé en una de las levantadas. Vamos a dejar este tema y vamos a hablar acerca de la coreografía.
—¿Dónde está Harry?—preguntó Louis.
—En su habitación, no ha salido en todo el día—dijo Niall.
—¿Por qué no lo sacan?—preguntó como si fuera lo más obvio.
—Porque tiene la puerta cerrada desde adentro—ahora habló Zayn.
De repente, la mirada de los cuatro integrantes de la banda de posaron en mí.
——No me digan que…—comencé a decir.
—¡Alex!—gritaron los cuatro a la vez, apuntando hacia el pasillo, indicándome que fuera a sacarlo de allí.
—¿Alex? ¿Ella está aquí?—me había parado. Harry estaba en el inicio del pasillo. Vestía unos jeans y una sudadera de color violeta, su cabello rizado estaba más despeinado que de costumbre. Tenía ojeras y el borde de sus ojos estaba levemente enrojecido. Había estado llorando. Evité su mirada.—Tenemos que hablar—dijo acercándose a mí.
—Lo sé—me tendió su mano. Dudé.
—No los quiero detrás de la puerta—miré amenazadoramente a los chicos y luego tomé la mano de Harry, sintiendo aquella corriente eléctrica que siempre sentía.
Caminamos hasta su cuarto, el cual cerró cuando estuvimos dentro.
—¿Qué pasó Harry? Nunca habías hecho esto antes.
—Sé que no tengo excusa, yo…
—Se te olvidó—completé la frase, sentándome en la cama. Metió las manos en los bolsillos de su sudadera y no levantó la vista, ni dijo nada.—Está bien… ahora… ¿qué pasó con ella?—me crucé de brazos.—Sabes cómo me siento acerca de ella, tú…
—No sucedió nada con ella—levantó la vista y se acercó a mí. Se arrodilló frente a mí para quedar a mi altura—. Fui a buscarte y no te encontré. Ella apareció allí y me abrazó, así de la nada y uno de los paparazzis nos fotografió. No pasó nada con ella. Tienes que creerme.
Ese era el problema. Lo hacía. Otro problema era que mucho antes de que comenzáramos a hablar, ya lo había perdonado, y lo amaba más. Ese era el problema.
—Te creo Harry. Ella anda detrás de ti, y no se va a cansar fácilmente—acaricié su mejilla.—No puedo estar enojada contigo Harry, aunque quiera—me paré y él hizo lo mismo. Me tomó por la cintura y me besó. Enredé mis manos en sus rizos y nos besamos apasionadamente. El me levantó por la cintura y enredé mis piernas en su cadera, él nos tumbó en la cama, apoyándose en su brazo para no caer pesadamente sobre mí.—Espera—dije apartándolo. Me levanté de la cama y puse mi dedo sobre mis labios para que no hiciera ruido. Pegué mi oído a la puerta y escuché.
—¿Qué están haciendo? Ya no hablan—reconocí la voz de Niall.
—¿Tú qué crees? Inteligente—dijo Liam sarcásticamente.
—Ya se fueron directo a la acción—rió Zayn.
De repente abrí la puerta de golpe, encontrándome con Zayn y Niall en el suelo y a Liam y a Louis encima de estos dos.
—Oh Dios Harry, yo no puedo estar enojada contigo, aunque quiera—Niall se burlaba, imitando mi voz mientras se paraba. Los demás rieron.
—Mira duendecito, te burlas y te castro—me acerqué a él, quedando peligrosamente cerca de su rostro. Sonreí victoriosa al ver que nadie dijo nada más.
—Que miedo ¿a mí que me harás?—dijo desafiante Louis.
—Eliminaré todas las zanahorias que puedas conseguir en una semana, a ti, —dije mirando a Zayn—romperé cada espejo de la casa, y esconderé todo el spray para cabello que tengas y a ti—miré a Liam—, ¿a quién engaño?—me acerqué y le abracé—eres demasiado adorable—sonreí.
—Eso no es justo—se quejó Louis.
—Sí lo es, por que yo así lo digo—dije saliendo de la habitación.
Hablamos sobre la coreografía. Comenzaríamos mañana a las cuatro de la tarde. Nos pasamos la siguiente media hora hablando de estupideces y cosas sin sentido.
—Yo me tengo que ir—chequeé la hora en mi iPhone y me acerqué a cada uno, depositando un beso en cada mejilla. A Harry le di un casto beso en los labios, y tomé mi bolso y me fui.

—¡Ya llegué!—dije entrando al estudio. Se trataba de un salón especial para ensayar las coreografías. La pared del fondo estaba forrada de espejos ocupando la pared completa.
Harry se encontraba sentado en un cojín, mientras Louis tiraba de este, deslizando a Harry por toda la habitación. Niall estaba bailoteando We found love que sonaba en ese instante, Zayn cantaba la canción desafinando completamente y Liam grababa todo con su teléfono. Al verme, Louis soltó el cojín, haciendo que Harry cayera de lado.
—Liam, dime que has grabado eso—dije acercándome.
—Tengo toda la evidencia aquí—dijo sonriendo.
—Hey—Harry se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla como saludo. Vestía unos pantalones azul marino por las rodillas y una sudadera blanca, con unos zapatos deportivos. Tenía la capucha de su sudadera arriba, haciéndolo lucir tierno.
—Veo que han calentado, ¿no?—dije levantando una ceja.—Vamos a bailar Up All Night y…
—¡Yo sé!—dijo Louis levantando la mano como un niño—Another World.
—Perfecto. Tengo algunos pasos ya listos—dejé mi bolso en el suelo, pegado a la pared.—Pon la música Zayn—el moreno se agachó y puso Up All Night. Bailé algunos pasos que tenía en mente, algo para comenzar.—En este momento será momento libre…
—Yo no podré hacer eso—dijo Zayn.
—Créeme, sí podrás. Vamos, hagamos el primer conteo. Uno, dos, tres y cuatro—iba contando a la vez que hacía los pasos lentamente.
Media hora había pasado y teníamos dos conteos de cuatro listos. Era lo que habían podido memorizar. Harry y Niall lo tenían rápidamente. Liam y Louis lo hicieran bien, pero Zayn se sentía inseguro, lo podía ver en sus movimientos.
—Tienen cinco minutos—dije mientras me quitaba la sudadera gris. Tenía unos shorts negros y una blusa sin mangas de color blanca, y unos zapatos rojos. Me senté en el suelo un momento. Miré a Zayn, que bebía de su botella de agua con el ceño fruncido.
Una hora más tarde teníamos cuatro conteos de cuatro listos.
—Dime que ya se ha acabado todo esto—dijo Louis exhausto, sentándose en el suelo.
—No me digas que ya estás cansado—me crucé de brazos—. Mañana hay otro ensayo, ¿entendido? Los quiero puntuales aquí—dije pareciendo una profesora exigente.
—Yo me voy de aquí—dijo Niall escapando de mi mirada, ganándose nuestras risas. Liam se despidió con la mano y salió detrás del irlandés.
—Adiós—Louis se despidió con un beso en la mejilla.
Harry se acercó a mí.
—No sabes lo sexy que te ves con esos shorts.
—Adiós cheeky devil.—besé sus labios suavemente y este comenzó a alejarse.
—Zayn, ¿no vienes?—preguntó en la puerta.
—El irá en unos instantes, tengo que hablar con él primero—le hice un gesto para que se fuera y él asintió y se marchó.
Caminé hacia él y me senté a su lado, recostando la espalda en la pared.
—No voy a poder hacerlo—dijo mirando el suelo mientras juagaba con la botella entre sus manos.
—¿Por qué no?
—Porque yo no puedo bailar—dijo bajito.
—No sé de qué hablas. No lo estabas haciendo mal hace rato. Pero se te nota inseguro y dudoso, cosa que hace que arruines tus pasos…
—Yo…
—Te he visto bailar en la entrevista que tuvieron con Alan Carr, y muchas personas lo vieron, hasta está en youtube.
—Sí, pero estábamos bromeando en ese momento. Esto es serio.
—Tienes que sentirte cómodo contigo mismo. Si dejaras tus dudas de lado y elevaras esa auto confianza, lo harías de maravilla. Me quedaré aquí hasta media noche practicando contigo si es necesario.
—Tienes que ir a la academia mañana…
—No importa—me paré y le tendí la mano—. ¿Confías es mí?
—Claro—tomó mi mano y se puso de pie, a pesar de que yo no ayudé en nada.
Y así hicimos, practicamos unas dos horas más, intensamente. En realidad, Zayn no bailaba nada mal, se veía más confiado y hasta sonreía.
—Lo tienes—dije abrazándolo, feliz.
—Gracias a ti—me devolvió el abrazo.
—Vamos, salgamos de aquí—tomé mi sudadera y mi bolso y nos fuimos de allí. Lo llevé hasta el edificio porque los chicos se habían llevado el auto.
—Gracias Alex—se inclinó para besar mi mejilla como despedida y se fue. Me fui a casa exhausta, con unas ganas de meterme a la ducha y dormir hasta mañana y despertar en la tarde.

Estaba de camino a la academia. Me puse unos shorts de jean, una blusa con manga hasta los codos y unos zapatos un poco altos de color blanco y accesorios en color coral, junto con mi bolso.
La mañana pasó tranquila, hasta que llegó el receso. Vi a la mayoría de los estudiantes con sus iPad’s afuera, viendo algo, ya que estaban reunidos en pequeños grupos mientras murmuraban. Kat estaba haciendo lo mismo.
—¿Qué sucede?—preguntó colocándome detrás de ella.
—Hablan sobre ti en las noticias. Está en vivo.
—Oh Dios mío—dije mirando aquella foto.
—Fuentes anónimas nos han mandado fotos controversiales, la cual tiene como protagonistas a Zayn Malik, integrante de la banda One Direction, y a Alexandria O’Connor, estudiante de Britannia Academy y novia de Harry Styles, si es que lo siguen siendo luego de las fotos publicadas de Styles y Mansen.
Tomé mi teléfono y llamé a Louis. Las miradas iban dirigidas hacia mí.
—Miren el canal siete, ahora—dije sonriendo, realmente me causaba gracia.
—¿Qué pasa?—preguntó.
—Sólo miren—dije sin dejar de colgarle.
—Se ven en una situación muy comprometedora en el auto de la chica. Pronto tendremos la noticia completa, aquí, en su programa favorito…
Al terminar la noticia, todos, hasta Kat, me miraron.
—¿Qué miran? No voy a dar explicaciones porque sé que no me van a creer de todas maneras.
—¿Alex? ¿Estás ahí?
—Sí Louis, aquí sigo.
—¿Qué pasó? Zayn ha explotado de la risa y Harry no se ve muy contento.
—Tan pronto como salga de aquí me dirijo para allá. Pásame a Harry—dije alejándome de la multitud que estaba más que pendiente a lo que decía.
—Alex…—escuché su voz.
—Amor, nada ha pasado. Tengo que colgar ahora. Iré tan pronto como pueda. Recuerda que te amo a ti, sólo a ti—colgué, y descubrí a Kat a mi lado.
—¿Qué fue eso?—preguntó.
Le expliqué todo y sólo me encogí de hombros.
—Dios, cuanta gente…—la tapé la boca porque seguro diría una palabrota.
—Hablaré con ellos luego de que salga de aquí…

Estaba en el salón de ensayos con mis audífonos puestos, escuchando Up All Night.
Estaba tan metida en la canción que no me había dado cuenta de que los chicos habían llegado hasta que alguien me quitó los audífonos. Fue Harry. Los cinco se sentaron el suelo y pasé mi mirada por cada uno de ellos, estaban serios. Pasé mi mirada por el último, Zayn. Nos miramos durante unos segundos, luego estallamos de la risa.
—¿De qué se ríen?—preguntó Harry.
—De la tontería que salió en la televisión—dije entre risas.
—Explícate…
—Por Dios Harry, ¿en serio? ¿Zayn y yo? Es como salir con tu hermano—dije mirándolo. El rió de nuevo, haciéndome reír a mí también—. Me quedé con Zayn practicando, ya que tenía algunos problemas de los que ustedes ya están al tanto. Lo llevé al edificio y sólo se estaba despidiendo. Alguna persona malintencionada quiso darle otro sentido, uno muy fuera del sentido real.
Los demás rieron. Se fueron dispersando, comenzando a hacer locuras.
Halé a Harry de su camiseta y lo acerqué a mí.
—No me digas que has pensado que te estaba engañando con Zayn—dije acercándome a su rostro.
—Olvídalo, me puse enojado sin razón—dijo pegándome a él uniendo sus manos detrás de mi espalda. Una de sus manos bajó por mi espalda, y casi baja más cuando alguien carraspeó. Nos separamos.
—Vamos a bailar chicos.

por **Amelia** Dom 17 Jun 2012, 2:35 pm

Capítulo 11. Un corazón roto
Después de unas horas, Up All Nigth estaba listo y estábamos todos exhaustos, tirados en el suelo. Hablábamos de cosas triviales, yo sólo moría de la risa, como siempre pasaba cada vez que estaba con ellos.
—Chicos—miramos hacia la puerta, donde se encontraba Paul, junto con una mujer delgada con una libreta en la mano, tal vez su asistente.—¿Cómo van con la coreografía?—preguntó.
—Tenemos una canción lista—me paré del suelo.
—Pues veamos qué tenemos.
—Confío en ustedes chicos, no me hagan quedar mal—encendí la radio y puse la canción. Comenzó el baile, y creo que había contenido la respiración durante toda la coreografía, porque cuando terminó, aspiré aire en gran cantidad.
—Veo que te has esforzado en esto—Paul puso su mano en mi hombro y se acercó a los chicos, diciéndoles algo mientras yo recogía y tomaba mi bolso, ya era hora de irse. Luego, Harry se acercó a mí, sonriendo.
—¿Quieres dar un paseo en un rato?
—¿Por qué? ¿Qué pasa?—le sonreí.
—¿Qué? ¿No puedo dar un paseo con mi novia sin que algo esté pasando?—sonreí—Sólo a caminar. No sé si Louis viene también.
—Está bien.
Me fui a mi casa luego de despedirme de los chicos. Me metí al baño y me arreglé para la salida de la tarde. Me puse un vestido con muchas florecitas y unos zapatos blancos. Tomé un bolso pequeño de los que se cruzaban por el pecho del mismo color de los zapatos. Me hice una trenza de pescado en mi largo cabello, me coloqué unos pendientes pequeños. No me maquillé mucho, sólo delineé mis ojos con negro, un poco de colorete en las mejillas y brillo labial rosa. Me sonreí a mí misma en el espejo y bajé las escaleras cuando escuché le timbre abajo. Era Harry. Vestía unos jeans con apariencia desgastada, una camiseta de color blanca, la cual se adhería a sus brazos en las mangas y unos converse blancos, tenía sus gafas de sol puestas.
Más atrás estaban Louis y Niall. Louis vestía un pantalón entubado de color crema y una camiseta blanca con rayas negras, tenía unos zapatos negros. Eleanor estaba a su lado, con unos shorts de jean y una camisa a cuadros azul con blanco. Me fijé que también estaba Niall. Tenía unos pantalones azul marino un poco más debajo de las rodillas, y una camisera blanca, y unos converse negros. Mirada distraídamente hacia la calle con las manos metidas en los bolsillos.
Besé los labios de Harry por un breve momento, y sentí su mano en mi cintura.
—Hola chicos, Eleanor—saludé a los tres y comenzamos a caminar. Hablábamos de varias cosas, como lo harían jóvenes normales caminando por la calle.
Más adelante había un grupo de unas seis chicas que nos mirabas cuchicheando entre sí. Se acercaron. Los chicos sonrieron.
—Oh Dios mío, ¿me puedes dar tu autógrafo—una chica de algunos dieciséis años se acercó a Harry y le tendió una libretita.
—Claro—sonrió. Soltó mi mano y escribió rápidamente en la libreta. Se la entregó y ella chilló.
Escuché risas y me giré. Louis escribía algo en uno de los converse de una chica. Ella chilló cuando él le sonrió.
Me causaba gracia cómo los chicos podían hablar normalmente con las fans, se reían y hacían comentarios que provocaban gritos por parte de las fanáticas.
Hacían preguntas cómo << ¿Qué han hecho hoy? >>.
Sonreí cuando una de las fanáticas dijo que Harry y yo nos veíamos bien como pareja, a lo que él me abrazó de costado.
—Feliz cumpleaños Amanda—decía Harry, pues una de las chicas le había dicho que felicitara a su amiga.
—Es el mejor cumpleaños de la vida—ella le abrazó, yo reí.
—Niall, quítate los lentes, quiero ver tus ojos—decía una de las fanáticas al rubio irlandés. El se quitó las gafas teatralmente y miró a la chica, la cual soltó a gritar y brincar de emoción.
—Eres un presumido duende—dije codeándole.
—Es que produzco una sensación de euforia con tan solo mirarme—dijo poniendo cara sexy.
—Oh Dios mío, no sabes cuánto—dije mientras me hacia la derretida por él.
—Tranquila, no queremos que Harry se ponga celoso—dijo sonriendo. Las fanáticas presentes rieron.
—Quítate Horan, ella es mía—Harry me abrazó, alejándome de Niall, yo reí.
Pronto, los chicos se despidieron y las chicas siguieron su camino, aún chillando y cuchicheando entre sí.
Harry y yo íbamos al frente, tomados de la mano, un poco más atrás iban Niall, Eleanor y Louis hablando sobre algún partido de fútbol. Harry me susurraba cosas al oído, haciendo que me sonrojara o riera. Todo marchaba muy bien, hasta que vi a la persona que menos quería ver caminando hacia nosotros.
—Hola Harry—dijo totalmente ignorándome.
—Hey—saludó él un tanto incómodo.
—¿Qué quieres Emily?—le pregunté colocándome delante de Harry mientras me cruzaba de brazos.
—¿Qué? ¿No puedo saludarlo?—preguntó inocentemente.
—Ven un momento—la tomé del brazo y la arrastré unos metros más lejos.—Escucha, no es un ataque de celos ni nada por el estilo, pero trata de estar lo más lejos de Harry posible.
—¿O si no qué?—preguntó alzando una ceja.
—Wow, necesitas tener todo lo que yo tengo, ¿verdad? Por donde pisas, destruyes, ¿eso te parece un logro?
—¿Tienes miedo a que se dé cuenta de que conmigo va mejor?
—Sigue soñando, no cuesta nada—dije palmeando su hombro. Ella no supo qué responder.—Ya lo sabes, hasta luego Mansen—le sonreí amablemente y me fui, regresando con mis amigos, que tenían gestos de confusión. Harry bajó sus gafas hasta el puente de su nariz y me miró, levantando las cejas. Lo tomé de la mano y me encogí de hombros. Seguimos caminando, mientras pasábamos una grandiosa tarde riendo, hablando y sólo tratando de mantener un momento de normalidad en nuestras agitadas vidas.

Era viernes por la tarde. En vez de estar festejando o en todo caso, descansando, estábamos practicando, ya que mañana sería el Festival y tenía que quedar todo perfecto. Mi canción estaba preparada y sólo estábamos ensayando por última vez la coreografía. Mi tobillo no había mejorado, debido a toda la presión al bailar con los chicos y en la academia. Por suerte, nadie lo había notado.
Salí al pasillo, donde había una máquina expendedora de bebidas. Metí el dinero y un segundo después estaba bebiendo una lata de Coca—Cola. Unas chicas que posiblemente ensayaban su presentación de mañana estaban viendo sus iPad’s, como se estaba haciendo costumbre, y cuchicheaban. Me miraban a veces, así que me acerqué.
—Perdón pero, ¿sucede algo?
—¿No sabes?—me preguntó.
—¿Qué cosa?—insistí. Ella me mostró el aparato. Era una de esas revistas online que actualizan a cada momento.
“Se vio a Danielle, la novia de Liam Payne caminando con un chico desconocido hace unos días durante su viaje a Italia. Sucede que se les vio besándose dentro del auto de la chica. Fueron rodeados por periodistas preguntándoles qué estaba pasando, y para nuestra sorpresa, respondió que ya no estaba con Liam, y que aquel era su nuevo galán. ¿Qué pensará Payne acerca de la situación? ¿Cómo lo tomará?”
—Eh, gracias—les dije a las chicas mientras me alejaba de allí, marcando un teléfono rápidamente en mi iPhone. Me llevaba al buzón. Llamé otras tres veces más, pero no contestaba. Me recosté de la pared de la entrada del teatro, frustrada. Marqué otro teléfono.
—¿Alex?
—¿Cómo está Liam? Me acabo de enterar de… ella—sentí como la sangre me hervía por dentro.
—Nosotros también, y al parecer, él por igual. Lo acaban de pasar por la televisión, con todo y lo que ella dijo. No quiere abrirnos la puerta.
—Pobre… ya sabía yo que ella no era nada buena…—terminé de beberme la lata de refresco y la tiré en un bote cercano de basura.
—¿Puedes venir y hablar con él? No sé, tú tienes algo que hace que calme a las personas, de verdad no sé qué haces—sonreí de lado.
—Espérame, estaré ahí en quince minutos.
Volví a entrar al teatro y vi a los chicos practicando.
—Yo me tengo que ir, Kat, quedas a cargo. ¡Stephanie!—llamé a la chica que era elevada, ella me miró—Si no tensas el cuerpo, caerás como un saco de patatas—ella sonrió y asintió.—Ensayen una última vez y váyanse a casa y no vuelvan a practicar más. Lo harán genial mañana.—me marché casi corriendo. Tomé las llaves de mi auto y emprendí marcha hacia la casa de los chicos. Pronto estuve frente a su puerta. Louis me abrió, estaba serio.
—Hola Louis—dije sonriendo de lado mientras recogía mi cabello en una coleta alta.
—Liam no quiere abrirnos—dijo con la cabeza gacha. Su amistad era tal que si uno se sentía mal, todos lo hacían.
—Vuelvo en un segundo, a mí sí me va a abrir—dejé mi bolso en el mueble y caminé hasta su habitación. Toqué la puerta dos veces.
—Déjenme solo—se oyó desde adentro.
—Liam, ábreme—dije seria—. Me quedaré aquí hasta que no salgas, y sabes bien que me atrevo, así que ábreme ahora—. Convencerlo no sería fácil. Los chicos se habían acercado mientras yo estaba recostada en el marco de la puerta. Zayn tenía la espalda pegada a la pared. Louis estaba de pie en medio del pasillo con las manos en los bolsillos, mientras que Niall y Harry se habían sentado en el suelo.
—No vas a lograrlo, puede llegar a ser muy terco—dijo Zayn.
—Mírame—reté a Zayn con la mirada y seguí hablándole a Liam desde afuera, convenciéndole de que abriera. Cinco minutos después de hablar suavemente, escuché un ruido detrás de la puerta.—Liam, sé que estás al otro lado de la puerta, déjame entrar.
La puerta se abrió. Le sonreí a un sorprendido Zayn y entré, cerrando la puerta detrás de mí.
—Liam—susurré, vi como se sentaba en la cama. Tenía la cara levemente enrojecida y no me miraba.—No te avergüences, llorar no es malo, y menos en los hombres—le dije sentándome a su lado.
—¿Qué hice mal?—susurró, limpiándose furiosamente una lágrima.
—Mírame—dije levantando su rostro—, tú no hiciste nada mal. Ella sólo quería jugar contigo. Pero no puedes estar así por ella, no puedes dejarla ganar—le sonreí.
—Yo la amaba—dijo con la voz quebrada.
—Ven aquí—abrí los brazos y lo abracé fuertemente. Nunca había visto a Liam de esa manera, y verlo así me hacía sentir mal, él no se dio cuenta, pero una lágrima se deslizó por mi mejilla, y ni idea de por qué. Unos minutos después él recostó su cabeza en mi regazo.
—Gracias—susurró bajito, y luego se quedó dormido.
—Pueden entrar chicos—dije, yo había dejado la puerta sin seguro al entrar. Me sorprendía que se hubieran quedado en el pasillo todo el rato.—Se ha quedado dormido, traten de no despertarlo—Niall y Zayn levantaron a Liam de mi regazo y lo acostaron en la cama.
—Gracias Alex—dijo Louis sonriendo de lado, viendo a su amigo.
—No hay de qué—les sonreí. Fui a la habitación de Harry, ya que él no estaba en la habitación de Liam.
—¿Pudiste hablar con él?—dijo mirándome. Estaba en su cama acostado boca arriba con una mano debajo de su nuca.
—Sí, se quedó dormido—le sonreí, sentándome a un lado de él.
—No me gusta verlo así—dijo.
—Ni a mí. En el tiempo que los conozco, nunca lo había visto tan triste.
—De todos modos, gracias Alex, por todo—dijo sonriendo.
—Lo hago con gusto.—me acerqué a él. Sus labios me llamaban a besarlos. Lo besé suavemente, mientras el movía sus labios suavemente con los míos. El se levantó, quedando sentado en la cama. Con su mano en mi nuca me acercaba más a él, no dejando ningún espacio entre nosotros. Entreabrí mis labios, dándole paso a su lengua dentro de mi boca.
—Te amo Harry, lo sabes, ¿verdad?
—No más que yo—sonrió aún con nuestros labios pegados. Me dio un último beso corto y nos separamos, muy a mi pesar. Me acosté a su lado en la cama y nos pusimos a escuchar música desde su iPhone. Mi cabeza estaba recostada en su pecho, y él me acariciaba la espalda suavemente, subiendo y bajando, una y otra vez. Hasta que me dormí.

—Alex, Alex, Alex, despierta—una dulce voz me llamaba repetidas veces.
—¿Qué?—entreabrí los ojos, para encontrarme con Harry en el umbral de la puerta. Se lamía los dedos.
—Zayn fue a comprar tarta de fresa, si quieres comer ven ahora o no encontrarás nada. Me paré y caminé hasta él.
—Te quedó un poco de crema aquí—acerqué mis labios a la comisura de los suyos y quité el resto de crema. Me alejé y le miré, luego seguí de largo. Me gustaba provocarlo y ver su reacción.—No me digan que ya se han comido todo—dije entrando a la cocina.
—Lo siento, has llegado tarde—dijo Niall con crema por toda su boca, lo miré con los ojos entrecerrados.
Un dedo se deslizó untando mi mejilla con algo pegajoso. Miré a Liam, que sonreía traviesamente. Pasé un dedo por mi mejilla y comprobé que era crema.
—¡No huyas cobarde!—grité mientras lo perseguía. Había terminado frotando mi mejilla contra la suya, embarrándolo también de crema. Me alegraba al verlo riendo y bromeando, como antes.
Me lavé la mejilla, quitando todo el rastro pegajoso de la crema blanca. Me acerqué al sillón donde estaba mi bolso y lo tomé.
—Yo me tengo que ir—dije despidiéndome de cada uno.
—No, ¿por qué?—Harry me miró haciendo un pucherito.
—Porque mañana temprano tengo que ir a la academia, a asegurarme de que todo esté bien. Irán mañana, ¿cierto?—dije pasando mi mirada por cada uno de ellos.
—En primera fila—dijo Louis. Le sonreí.
—Hasta mañana—terminé de despedirme de Harry con un beso en los labios y me fui.

—Te tengo malas noticias—una llamada de Kat me despertó a las seis y treinta.
—¿Qué pasa?—pregunté en medio de un bostezo.
—Peter se rompió un brazo, tuvo una pelea anoche en algún lado. No podrá tocar la guitarra contigo.
—¡¿Qué?!

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