Mystic Valley. PAUSADA

Capitulo 10

——Grace Blackfalls——

Han pasado algunas semanas desde la confesión de Aradia, Mike y Phoebe hacían un turno de rondas en la noche desde las 8 pm hasta las 12 am, Amber y Kris realizaban la siguiente desde las 12 am hasta las 4 am y la última la realizaban Mishel y Morgana desde las 4 am hasta las 7 am que iba a la escuela.

¿Qué más había pasado estas semanas?, Justin y Morgana habían anunciado un sorpresivo compromiso. Se casarían este fin de semana para que Morgana pudiera tomar el lugar de su padre y Justin subiera de rango entre los tritones.

Demian y Mike no se habían visto tan contentos con la noticia, creo que nadie se esperaba algo tan repentino.
Mina había vuelto a la "normalidad", ya que ahora no se encontraba en ese estado catatónico que la conocimos, ahora se encontraba viviendo en mi casa. Lucian a continúa ayudándonos, él dice que su misión en la tierra es proteger y eso hará. Mina cree que es la reencarnación de su primer amor Aidan, del cual no guarda el mejor recuerdo.

Aradia ya no había vuelto a molestarnos, pero lo más raro era que aún no abandonaba Mystic Valley. Aun asistía a las clases junto con Dylan, al parecer eran pareja o algo similar.

Respecto a Kris y Amber habían hecho oficial su noviazgo hace unos cuantos días. El padre de Amber no se encontraba del todo conforme con su relación, pero la chica lo había persuadido para que la aceptara. Mas bien lo había amenazado con irse lejos de él.

Dos días atrás Greg Blackfalls, mi abuelo, había vuelto a al pueblo. Al preguntarle que sabia de Aradia, me respondió que dejara a los grandes encargarse del asunto.

—Te ves distraída. — Me comento Phoebe.

Nos encontrábamos en el comedor de la escuela, desde hace unos 20 minutos.

—Estoy bien, ayer me dormí tarde por estudiar para el examen de historia. —Le explique para tranquilizarla.

Ella solo asintió volviendo a retomar su conversación con Amber.

—¿Han visto a Morgana? —Les pregunte a ambas chicas con las que me encontraba.

—Está preparándose para mañana. —Hizo una mueca Amber. —Ya no tiene sentido que vuelva a la escuela de todos modos, si toma el lugar de su padre no podrá asistir.

—Alguna de las hermanas de Morgan podría tomar su lugar, ¿No? —Opino Phoebe.

—Podría, pero su padre en estos momentos quiere que ella lo haga. —Respondí.

—Pura mierda. —Comento Aradia sentándose en una de las sillas vacías.

—¿Qué haces aquí? —Le pregunto Amber con el ceño fruncido.

—Almorzando. —Se encogió de hombros. —Necesito hablar con Grace.

—¿Ocurre algo? —Le pregunte alzando una ceja.

—Claro que sí, me entere de que alguien ha estado bendiciendo tu casa. —Dijo algo molesta. —Sospecho que es el estúpido padre Wallace, pero eso no va al tema, si siguen tirando agua bendita en las esquinas de tu casa y esa mierda no podre ayudarte.

 —Primero no le digas estúpido al padre Wallace, segundo si hemos estado bendiciendo la casa ya que él sospecha que podría ser un demonio el que quiere atacarme.

—Malditos religiosos que meten sus narices donde no los llaman. —Murmuro molesta. —¿Crees que si es un demonio yo no lo sabría?

—No me inspiras confianza. —Le respondí.

—Oh por favor, ya te superé. — Aseguro la chica. —Dile al religioso que se aleje de tu casa, que yo manejare esto.

Fue lo ultimo que dijo antes de levantarse e irse donde Dylan la esperaba.

—¿Creen que debería confiar en ella?

—Me parece una persona de fiar, sobre todo cuando te encadena al infierno. —Manifestó con sarcasmo Amber.

—Amber tiene razón, no parece una persona por la cual pondría mis manos al fuego. —Confeso Phoebe.

—Cambiando de tema, ¿Ya tienen sus vestidos para la boda de Morgana? — Interrogo Amber sin despegar la vista 
de su teléfono.

—Sip. —Respondió Phoebe.

—Phoebe tu vives con Mike, ¿Te ha comentado algo? —Volvió a preguntar Amber. Sin poder evitarlo dirigí mi mirada curiosa hacia mi amiga.

—Dijo que no asistirá a la boda. —Se encogió de hombros.

—Pero se supone que todos los miembros del consejo deberían asistir. —Dije.

—Kris ira en su lugar.

—Creo que tenemos un lobo con el corazón roto. —Musito Amber, a lo que nosotras asentimos.
 


——Morgana Oceanus. ——
 
—¿Crees que deberíamos hacerlo? —Le pregunte un tanto nerviosa a Justin.

Nos encontrábamos caminando en la playa, luego de diez minutos yo fui la primera en romper el silencio.

—Es lo que se esperan que hagamos. —Se encogió de hombros con la mirada perdida en la arena.

—Si. —Murmure.

—Demian me visito ayer. —Comento el chico mirándome. —Me pidió que no me casara contigo.

Su confesión no me pillo por sorpresa ya que Demian también me había visitado para pedirme que cancelara la boda. Por mas que hubiera querido cumplir su petición no podía cancelar el matrimonio.

—Quizás podría abandonarte en el altar. —Bromee con una sonrisa, por dentro deseaba que Justin no fuera la persona que me esperara al final del pasillo.

—Quizás así debería ser.


——Mishel Holt. ——


—Mina, ¿Crees que podrás hacerlo? —Le pregunte a la chica.

Nos encontrábamos en el bosque practicando su grito. Mina me había comentado que ya no podía controlarlo.

—No lose, quizás en una situación critica solo llegue. —Se encogió de hombros sentándose en una roca gigante.

—¿Antes lo podías controlar?

—Si, antes de Mystic Valley estuve con unas brujas que me enseñaron mucho. —Sonrió recordando.

—¿Por qué las dejaste?

—Alguien las mato. —Dijo con la mirada perdida. —Desde el día que murieron he estado caminando.

—¿Quién las mato? —Pregunte curiosa.

—No lose, pero su muerte me guió a Mystic Valley por alguna razón. 

Holiis:

Capitulo 11

Final

--Grace Blackfalls.--


¿Cómo explicar lo que estaba pasando?, ahora me encontraba atada a un árbol en la mitad del oscuro bosque. No podía gritar por la tela que estaba en mi boca, intentar desatarme era imposible.

¿Cómo había pasado de estar en una boda a estar en el maldito bosque muriendo de frío?

8 horas antes.

—Morgana no llores. —Dijo Mishel acariciando su espalda en forma de consolación, mientras que Amber se servía su quinto Martini.

—No quiero casarme, no con Justin. —Gimoteo mientras las lágrimas caían.

—¿Quieres huir? —Le pregunto Amber.

Mishel y Grace le miraron mal y volvieron su atención a la sirena.

—Tu padre entenderá. —Asegure.

—Oh claro. —Murmuro Amber sarcástica.

—¿Por qué no vas a ver si los invitados llegaron? —Le indique a la vampira.

Asintió de mala gana antes de salir de la carpa en la cual nos encontrábamos. A su vez Mina ingresaba con una cara de desagrado.

—¿Por qué traes esa cara? —Pregunto Morgana secándose las lágrimas.

—Lucian está aquí. —Dijo sirviéndose una copa de vino blanco.

—¿Cuál es problema de las criaturas sobrenaturales con el alcohol? —Pregunte.

Las chicas se encogieron de hombros para luego reír.

—Por cierto, ¿Por qué la boda es en la playa y no en el fondo del mar? —Cuestiono Mina algo confundida.

—Justin quería que su familia asistiera. —Aclaro la sirena arreglando su maquillaje que se había corrido luego de llorar.

—Aun estamos a tiempo de ayudarte a escapar. —Propuso Mishel.

Morgana lo pensó por unos segundos y negó ante la propuesta.

—No puedo, no tengo el valor para enfrentar a mi padre.



 
La típica canción nupcial sonaba gracias a la banda que había contratado la familia Queen. Primero pase yo, como una de las damas de honor, luego Amber, Mishel, Mina y por último Phoebe que se había retrasado por culpa de Kris. Al final del camino de flores que adornaba la arena se encontraba Justin con una sonrisa nerviosa, en sus ojos se podía ver la decepción al saber que la persona con la que se enlazaría no era la que él quería.
Morgana llego a su lado y le dio una sonrisa nerviosa. Las damas de honor nos acomodamos detrás de ella, a la vez que ella me entregaba su ramo de flores.

Uno de los miembros del reino Oceanus iba a oficiar el matrimonio. Comenzó a dar un discurso acerca de la unión que se iba a realizar.

—Si hay alguna persona que crea que la unión entre su majestad la princesa Morgana y el señor Queen no debería llevarse acabo que hable ahora o calle por la eternidad.

La pareja miro esperanzada en busca de alguien que impidiera la unión, pero al parecer nadie tuvo el valor de hacerlo.

—Señor Justin Queen, ¿Acepta a su majestad la Princesa Morgana Oceanus en matrimonio para reinar junto a ella con sabiduría y bondad el reino Oceanus hasta que la muerte los separe?

—Acepto. —Al parecer Justin había aceptado la realidad.

—Y usted majestad, ¿Acepta al señor Justin Queen para reinar a su lado el reino Oceanus con bondad y sabiduría hasta que la muerte los separe?

La chica miro a los asistentes como si buscara a alguien en especial.

—Morgana tienes que responder. —Murmure acercándome unos centímetros a ella.


La chica suspiro antes de tomar las manos de Justin entre la suya.

—Eres una gran persona y un amigo maravilloso, no hay duda de eso. —Comenzó dándole una sonrisa triste. —
Pero no puedo casarme contigo.

El chico asintió dándole una sonrisa. La envolvió en sus brazos mientras le murmuraba un gracias que alcance a escuchar.

—¡Yo me opongo!

Se escucho a alguien gritar agitado desde los asientos traseros.

—¿Aun estoy a tiempo de decir eso? —Pregunto apoyando sus manos en sus rodillas, al parecer Demian había olvidado sus poderes y había decidió hacerlo al modo humano.

—Aun lo estas. —Respondió Amber con una pequeña sonrisa.

Morgana se acerco a Justin y susurro algo en su oído a lo que este solo asintió con una sonrisa.

—Demian Miller, eres la persona con la que quiero pasar la eternidad. —Dijo Justin acercándose a él. —¿Te casarías conmigo?

El hibrido solo asintió sorprendido de las palabras de Justin. El padre de Justin no se tomo las molestias para felicitar a su hijo, solo desapareció rápidamente del lugar.

Morgana camino hacia la pareja y le indico a Justin que volviera a su lugar mientras que llevaba a Demian al comienzo del camino de flores para llevarlo al altar acompañados de la marcha nupcial.

—Al menos alguien se casará hoy. —Bromeo la chica cuando llegaron donde se encontraba Justin.

—Gracias Morgana. —Murmuro Demian antes de que la chica se posicionara en el espacio que estaba delante de mí.

Le entregue las flores que anteriormente me había pasado.

—Ese fue un gesto muy lindo y valiente. —Le murmure. —Estoy muy orgullosa de ti.

—Gracias Grace. —Me sonrió.
 

 
Camine hasta la mesa que se me había sido asignada, Morgana se encargo de reorganizar todo y de traer a la madre de Demian para que asistiera a la fiesta. Una carpa blanca había sido instalada en la playa y dentro de ella había una gran cantidad de mesas que ya se encontraban ocupadas y una pista de baila que aún no era utilizada.

—Esto es una boda de películas. —Comento Amber riendo.

En la mesa se encontraban Kris, Phoebe, Mina, Lucian, Mishel, Martijn, Morgana, Amber y yo.

—Es el mejor evento al que he asistido, puedo jurarlo. —Phoebe rio.

—No pensé que fueras capas de hacer eso, estoy orgullosa de ti chica. —Le dijo Amber a Morgana chocando sus copas.

—¿Qué dijo tu padre de todo esto? —Pregunto Mishel a la sirena.

—Dijo que quizás era muy pronto para dejar su puesto y que lo entendía. —Se encogió de hombros. —Era la respuesta contraria a la que había pensado.

—Se le ablando el corazón al rey. —Bromeo Kris.

—Sin duda la mejor boda de este pueblo. —Afirmo Martijn

Rei y mire a la feliz pareja.

—Iré a tomar un poco de aire fresco, vuelvo unos minutos. —Avise a mis amigos antes de salir de la carpa.

Un destello en el limite del bosque llamo mi atención. Recordé las veces que en las películas los torpes protagonistas iban hacia el peligro, ahora me sentía como ellos.

Camine adentrándome al bosque estúpidamente detrás de un destello. Las ramas se jalaban el final de mi vestido rompiendo la tela. Llegue hasta un viejo árbol, uno de los más grandes de Mystic Valley, las luces había desaparecido.

—Pensé que no serias tan estúpida como para caer en esto. —Menciono una voz femenina en mis espaldas. —Al parecer no te crie muy bien.

—¿Mama? —Mi voz abandono mis labios temblorosa, por el miedo y el frio que había.

—Sabia que ibas a ser una gran molestia en mi vida desde el día que naciste Grace. —Menciono ella saliendo de las sombras y acercándose a mí.  —Tu estúpido abuelo y tu padre estaban tan felices por que nacieras, que no pude hacer nada para evitarlo.

Se detuvo unos segundos a pensar y continuo.

—He estado diecisiete años encontrando la manera de deshacerme de ti. —Dijo riendo. —Y hoy por fin es el día.

Un gran hombre salió de la oscuridad. Sin que pudiera anticiparlo sujeto mis brazos fuertemente y me acerco al viejo árbol. Mi madre tomo una soga y me ato a este.

—Tienes que reconocer que no seré tan mala después de todo Grace. —Dijo sacando un trozo de tela de su bolsillo y cubriendo mi boca con este.

Se alejo a decirle algo al hombre que la acompañaba. Intente recordar lo que mi padre me había enseñado años atrás, pero nada podía hacer contra esta soga.

—No puedo matarte, eso seria muy descorazonado. —Admitió. —Pávlov te borrará todos tus recuerdos, luego te llevará a un lugar donde nadie te reconocerá y serás muy feliz lejos de aquí.

Las lágrimas caían de mis ojos inevitablemente, intentaba una y otra vez forcejear con la soga que me tenia retenida en contra mi voluntad, al parecer nunca fui tan fuerte. El hombre dijo unas palabras en lo que parecía ser latín y antes de que pudiera hacer algo todo se volvió negro.

Holi:

Capitulo 1

——Grace Blackfalls. ——


Movía mi cuerpo al ritmo de la canción, las personas ebrias gritaban y aplaudían cuando un movimiento les llamaba la atención. Algunos tiraban billetes al escenario que luego serian recogidos por Luke.

María me hizo una seña indicando que era su turno de bailar, bajé del escenario y le di una sonrisa para encaminarme a cumplir mi función en la barra.

—Lo hiciste genial Cassie. —Me felicito Luci. 

Hoy era Halloween por lo que cada una se encontraba con un disfraz que era asignado por la dueña del club. 

Esta vez me había tocado ser una diosa griega. 

—Con las propinas de hoy podremos dar un adelanto para el arriendo. —Me aseguro Mia mientras traía una bandeja con vasos y copas vacías.

—Ojalá, ya no soporto las camas de aquí. —Hice una mueca.

Hace meses que me encontraba durmiendo en el club ubicado en la ciudad de Portland. Janis, la dueña del lugar, me dio el trabajo luego de encontrarme durmiendo en los basureros en la parte trasera. No recordaba mi nombre, ni nada acerca de mí, por lo que todos supusieron que sufría de amnesia por algún accidente o algo así. Nadie me buscaba según los informes policiales, no había registros de una persona desaparecida con mis características así que deje de intentarlo luego de un tiempo sin respuestas.

—Dos shots de tequila. —Pidió Mia. 

Los serví rápidamente y se los dejé en la bandeja. 

—Mueve esa colita de algodón cariño. —Bromee haciendo referencia a su disfraz de conejita playboy. Mia me mostro su dedo de en medio y se fue con el pedido en las manos.


——Mina O´Neils. ——


—Ya buscamos en toda la ciudad y no encontramos nada. —Aclaro Morgana, que acababa de volver de Bastrop.
Llevábamos meses intentado encontrar a Grace, recorríamos ciudades cercanas, intentábamos hallarla por medio de magia, pero nada parecía tener resultado.

—Es como si la tierra se la hubiera tragado. —Murmuro Mishel con una mueca.

—¿Cómo es posible que no puedas rastrearla si supuestamente tenia el collar que le había dado Aradia? —Cuestiono Amber a Lucian.

—No funciona así. —Respondió el calmado.

—No es momento de culparnos entre nosotros. —Dije rodando los ojos y marcando con una equis en el mapa la cuidad que había sido recorrida.

—¿Han tenido información de Mike, Kris o Phoebe? —Cuestiono esta vez Demian.

—Ayer estaban en el limite de Atlanta, ya deberían estar por llegar. —Informo Amber.

—Martijn ha enviado su fotografía a un amigo suyo que es policía en Eugene y el enviara la información a todos los departamentos policiales cercanos. —Dijo Mishel.

—Dijo que el proceso podría tardar un tiempo ya que tienen que confirmar su desaparición e identidad. —Agrego Martijn.

—Es mejor que nada. —Murmuro Lucian.

—Odio decir esto, pero creo que deberíamos intentar contactar a Aradia de nuevo. —Dije ganándome miradas incrédulas de parte de todos.

—Quizás podría ayudar. —Murmuro Amber no muy convencida.

—Yo podría ir a buscarla. —Se ofreció Demian. —Pero no puedo asegurar el encontrarla. 

—¿Qué tan grande puede ser el infierno? —Pregunto Justin.

—Aradia podría estar en cualquier lado, podría estar atormentando a alguien en otra ciudad e incluso en otro país. —Aclaro Demian.

—Demian iras con Justin ahí abajo y traerán a esa chica a como de lugar. —Ordeno Amber. 

Ambos chicos asintieron, con un chasquido de dedos ambos desaparecieron de nuestra vida.

—¿Qué haremos nosotros? —Pregunte. 

—Deberíamos esperar a que vuelvan Kris, Phoebe y Mike para hacer un plan. —Dijo Amber. 

—No esta resultando lo de dividirnos, hay posibilidades de que Grace ni siquiera este en el país. Murmuro Morgana.

—¿No hay algún ángel que pueda ayudarnos? —Dirigí mi mirada a Lucian.

—¿No hay un Ángel de la guarda que acompaña a cada mortal? —Cuestiono esta vez Mishel.

—Lo hay, pero son difíciles de contactar. 

—Mina, ayuda a Lucian a contactar al Ángel de Grace. —Dijo Amber.

Supuse que hoy no tendría la suerte a mi lado.


——Grace Blackfalls. ——


—Cassie necesito un favor— Hablo rápidamente James, un chico que había conocido en mis primeros días de trabajo.

—No tengo dinero para prestarte.

—Mierda, necesito solo cinco dólares. —Confeso del otro lado de la barra. 

—Si es para un trago me lo pagas después.

—Es para un preservativo. —Admitió avergonzado ya que mis compañeras de trabajo habían escuchado todo.

—No tienes remedido. —Negue riendo.

—Ve a los vestidores, el tercer tocador es mío. —Indico Leila sacando una pequeña llave de su brasier. —En el primer cajón hay unos condones, toma los que necesites y me devuelves la llave.

—Mi heroína. —Tomo las llaves que la chica le ofrecía y corrió hacia el vestidor.

—No lo mal acostumbres, luego te tendrá como máquina expendedora de condones. —Le advertí a la chica riendo.

—Si ocupa uno de eso conmigo no me molesta en lo absoluto. —Bromeo. —Aun no entiendo porque no te interesa semejante bombón.

—Ese bombón ya ha tenido muchas dueñas, no quiero ser una más. —Aclare destapando una cerveza y dejándola en una de las bandejas para que fuera entregada.

—Lo traes comiendo de la palma de tu mano y aun no te has dado cuenta. —Agrego con una sonrisa. Rodé los ojos y sequé mis manos.

—Comienza mi descanso, nos vemos en quince preciosos minutos querida. —Deposité un beso en su mejilla y me dirigí a la puerta trasera del local.

Tome la cajetilla de cigarrillos, que escondía habitualmente detrás de un basurero, saque uno y lo encendí. 

—Maldito frio. —Murmure para mí misma, arrepintiéndome por no haber buscado mi abrigo. 

Lleve el cigarrillo a mis labios dándole la primera calada.

Todo se encontraba oscuro a mi alrededor, unos faroles antiguos alumbraban a duras penas el callejón. El olor que había en el lugar no era el mas agradable, pero el humo del cigarrillo lo disimulaba.
Las luces comenzaron a parpadear, rodé los ojos y me apuré en terminar de el cigarro. Por alguna razón me sentía nerviosa de estar afuera, mi pie golpeaba nervioso el suelo y mi cuerpo temblaba por el frio. El sonido de un basurero cerrándose me alerto, intente identificar a algún gato que pudiera haberlo hecho, pero no podía ver nada. 

—Sal de ahí gatito, no juegues conmigo. —Murmure. —Te estas volviendo loca Cassie.

Me moví unos metros por el callejón hasta que algo me alarmo, el cuerpo de un gato se encontraba a unos metros de mí. El farol iluminaba su cuerpo perfectamente.

—Esto es asqueroso. 

Vi como algo se movía detrás de él, justo donde la luz se perdía. Decidí volver a dentro. Otro golpe me hizo voltear, esta vez un par de ojos rojos me miraban. 

—¿Hola? —Mi voz salió valientemente de mis labios.

Los ojos se acercaron al oír mi voz, al llegar a la luz una figura negra se hizo presente, era la dueña de los ojos. 

—Que mierda. —Apure el paso hacia la puerta, ahora parecía bastante lejos. 

Voltee nuevamente, la figura cada vez se encontraba más cerca.

—¿Cassie? —Grito James desde la puerta, ni siquiera había notado cuando me aleje tanto. 

Corrí a su lado atemorizada, el solo me miraba confundido.

—¿Todo bien? 

Mire a mis espaldas dándome cuenta de que ya no había nada detrás.

—Si, vamos a dentro. —Le indique. —Tengo que volver al trabajo.

James asintió entrando, mire por última vez al callejón. Los ojos me observaban desde un basurero lejano, el color rojo era lo único que se hacia notar. 

Suspire y entre para terminar mi turno.