Mystic Valley. PAUSADA

Capitulo 1

 
--Grace Blackfalls.--
—Sube tu brazo cariño. —Ordenó mi padre.
Rodé los ojos y acomodé la ballesta en mis manos. Tomé dos respiraciones y lancé una flecha al punto blanco que estaba pintado en el árbol.
—¿Así está bien?
Dejé el arma en el suelo para atar mi cabello en una cola alta.
—Tu talento es natural. —Se encogió de hombros sacando la flecha del árbol.
—Claro que lo es. —Murmure.
—John Blackfalls. —Dijo una voz tétrica desde mi espalda.
Mi padre soltó la flecha que sostenía y camino rápidamente a mi lado. Volteé encontrándome con uno de los Hombres lobo Alfa del pueblo.
—¿Qué quieres Mike? —Pregunto tomando mi brazo y jalándome detrás de él.
—Algo nuevo se acerca, algo peligroso —Su rostro se mantuvo sin ninguna expresión. —Solo te lo digo para que tu familia se prepare y proteja al pueblo al igual que nosotros lo haremos.
Y así como llego se marchó, mi padre mantuvo su ceño fruncido mientras pensaba en las palabras de Mike.
—¿Crees que sea cierto? —Le pregunte fijando la mirada en el cielo gris que hoy contemplaban los habitantes de Mystic Valley. 
—Si el alfa de alfas vino, creo que lo es.
Camino devuelto a la casa dejándome atrás. Pensé es seguirlo, pero luego cambié de opinión. Me sumergí en la inmensidad del bosque por un pequeño sendero que daba a la playa, en un día tan frio como este era imposible que hubiera gente en las orillas.
La brisa salada golpeo mi rostro dejando unos cabellos pegados en mi en él, rápidamente camine hacia un conjunto de rocas en el cual siempre veía a Morgana una de las sirenas que habitaban en el pueblo. Me senté en una de las rocas mientras esperaba a que apareciera.
Una cola morada brillante apareció en mi campo de visión, las olas dificultaban un poco mi visión, pero la cola resaltaba a pesar de todo.
—Justo a tiempo. —Murmure cuando la chica estuvo a mi lado.
—Hola preciosa. —Saludo saliendo a la superficie, su brillante cabello negro fue lo primero que vi.
—Justo a tiempo. —Rio apoyando sus brazos en una roca.
—¿Morgana que hablaron en el consejo?
Cada semana un representante de cada especie, casi siempre era un jefe o algo así, se reunía con los de otras especies para ver que todo estuviera bien en Mystic Valley, y de casualidad mi amiga era un miembro del consejo como representante de las sirenas ya que su padre no podía ir siempre.
—Supongo que Mike le dijo a tu padre, Grace las banshees no han dejado de llorar y considerando lo que pasa cuando una banshee llora creemos que algo terrible esta por pasar.
—¿Por qué Mike le aviso a mi padre?
—John Blackfalls es el único cazador que no ha matado a ninguna criatura inocente.
—¿Que creen que es?
—Demonios, wendigos, alguna manada de lobos intrusa. —Nombro algunos de los posibles escenarios. —Aún no lo sabemos.
—¿Debería preocuparme?
—Quizás solo sea una falsa alarma. —Sonrió no muy segura.
Luego de pasar toda la tarde con Morgana decidí que ya era tiempo de volver a casa, a pesar de que eran las seis de la tarde el cielo ya se encontraba totalmente obscurecido. Pequeñas gotas de agua comenzaron a colarse por mi cabello bajando hasta mi cuello provocando que apurara mi caminar.
—¿A dónde tan rápido Blackfalls? 
Una voz femenina hizo eco en mi cabeza, me frene al ver unos ojos rojos a unos metros de donde me encontraba.
—Pensaba que la lluvia no era tu clima favorito Amber. 
Hable en dirección a los ojos, las gotas de lluvia ahora se hicieron más gruesas mojando mi cabello notablemente.
—Evidentemente, pero ya que no puedo controlar el clima no queda nada más que hacer. —Dijo la chica saliendo de su escondite y volviendo sus ojos a la normalidad.
—¿Qué haces aquí?, pensé que un estabas en el norte.
Retome mi caminata con la chica al lado.
—Las clases empiezan mañana Grace. —Dijo como si fuera obvio. — Ser inmortal en un pequeño pueblo no es fácil. 
—Ser mortal es un poquito más difícil.
—Amber, ¿tu padre te comento algo acerca de la reunión del consejo?
—No debes preocuparte por eso Grace, lo tenemos todo bajo control.
Su seguridad fue algo tranquilizante para mi por lo que solo asentí con una pequeña sonrisa.
—Ya hemos llegado Grace. —Murmuro Amber cuando ya estuvimos enfrente de mi casa.
Amber Queen era mi vecina de enfrente desde que tengo memoria por lo que nuestra relación era cercana.
—Pasare por ti a las siete y media. — Lanzando un beso y con una gran sonrisa se alejó a su casa.
Saqué las llaves del bolsillo de mi pantalón y abrí la puerta frontal de mi casa.
—Mike es bastante arriesgado. —Dijo molesto mi padre.
—Ya te dije John es lo que el consejo ha decidido.
Molesto salió de la cocina en donde se encontraban, tomo su chaqueta y paso furioso por mi lado.
—Tenemos que hablar Grace.
Asentí intimidada por lo que se venía.