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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Planet Survival
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Re: Planet Survival
Ya empecé a hacerte el comentario Espero subirlo pronto, voy lento pero seguro
indigo.
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Re: Planet Survival
- The lone wolf dies, but the pack survives:
- Hola, hermana/compañera en el Inframundo Ya estoy aquí para morir con Alvie y hacer bullying eterno a Ziv. Además de explotar de feels, pero eso pasa siempre, so. Aviso que lo estoy leyendo por primera vez y que va a haber mucha incoherencia
como siempreJunto a Kira están los demás estudiantes de su grado. Coincidentemente, los que más detesta. Mira a Kira con una mueca exagerada en el rostro.
Porque existe una cosa maravillosa y puñetera, dependiendo de cómo te comportes, llamada karmaZiv entrecierra los ojos, pero decide apretar los labios y quedarse callado. Está aprendiendo lentamente, para su disgusto, que siempre lo van a pintar en una mala luz —aunque no halla hecho nada.
No estoy diciendo que Ziv no se lo merezca, porque para mí se lo merece. Quiero decir, que es puñetero, altivo y se cree que vive por un escalón por encima del resto (ya sabes, imperfección) pero tampoco es mal chico. Y entiendo que pueda dolerle/molestarle que siempre piensen mal de él. Al final recibimos lo que sembramos, si él no cambia, la perspectiva que tienen los demás de él tampoco va a cambiar. Pero repito, lo entiendo. Yo intuyo que hay un motivo por el que Ziv da esa cara al mundo y que desea que alguien lo mire de otra forma, ¿me explico? No sé.Chiquito testamento acabo de soltar xd—Hola, soy Noelani —la chica sonríe, ignorando deliberadamente a un Ziv boquiabierto—. Ella es Vega —inclina la cabeza suavemente hacia su copia exacta—. Y respondiendo a la pregunta de este maleducado —señala a Ziv con la mano—, nosotras fuimos las causantes de la explosión del laboratorio.
—¿QUÉ?
NUESTRAS HIJAS, ME MUERO Por cierto, gran carta de presentación hicieron. "Veréis, todas las peleas y las venganzas y, por supuesto, que estéis aquí, son por nuestra culpa. Un placer ¡Seamos amigxs!"Ziv aprieta los dientes y mantiene la mirada en la mesa, con la punta de la nariz roja, mientras todos lanzan preguntas a diestra y siniestra.
Corrígeme si me equivoco, pero él desea que no siempre lo miren como una serpiente pero cuando se da un indicio de que no lo es, le molesta. Es que el párrafo anterior no pudo ser más acertado al decir que Ziv tiene una personalidad compleja. Y yo lo amo, porque tiene tantos matices y contradicciones que me dan unas ganas inmensas de seguir conociéndolo.—Disculpa retirada —Alvie entrecierra los ojos y levanta el dedo de en medio—. No tienes que ser tan idiota siempre.
—Mal por ti, porque siempre soy así —Ziv sonríe sin mostrar los dientes—. Bye.
—No, no siempre —suelta en un murmuro.
Vale.
Vale.
VALEEEEEEEEE.
Pues como que ya shippeo sin frenos. Adiós mundo cruel—Los postres no son comida —Alvie chasquea la lengua.
—¡Pero a Vitta le gustan! Además, también venden cosas saladas.
—Pero tu no vas a comer cosas saladas.
—No, no lo haré —Vitta se encoge de hombros.
—Y tampoco vas a querer pagar, vas a querer que te pague yo.
—Sí, muy cierto —asiente con fuerza, provocando el movimiento de su melena oscura.
—Pues no.
—¡Alvie!
¿Puedo amarlas más? Posiblemente, pero igual acabaría por implosionar de tanto amor. ES QUE SON HERMOSAS JUNTAS. Vitta tan niña y Alvie que la refrena.Sus postres eran libros de historia transformados en comida: animales de la prehistoria fabricados de harina, azúcar, chocolate y mermelada.
Quiero ir aquí, llévame Emilia—¡Pues creerme! —chilla, cuando ambos están frente a él— Se supone que soy su hijo y mira ya…
—No empieces con tus cosas —el señor Irvin levanta el brazo y le da una palmada en el hombro—. Te dejamos dinero en la cuenta para que vayas a comprar lo que necesites.
Tengo una teoría: Ziv se mete en la mitad de los líos que se mete por llamar la atención de sus padres, aunque lo haga de forma inconsciente. Porque se ven de este tipo de progenitores que pasan completamente del muchacho y piensan que todo se compensa con el fakin dinero Cuando él lo que quiere es que lo acompañen a comprar sus materiales (ya le empiezo a coger cariño, es tu culpa, Emilia).
Apunte: Seguí leyendo y le dieron muestras de cariño y resulta que lo que les pasa es que son adictos al trabajo. Pero sigue siendo cierto que mucho caso no le hacen. ¡Me desconciertas, mujer!—Puedo —hace una pausa y escucha algo encenderse—, pero Vega dice que no va porque le caes mal.
—Nada nuevo ahí —rueda los ojos y suspira—, te veo en media hora en el centro.
Plis, voy a amar la dinámica de este trío—¿En serio tienes que preguntar? —Noe se le adelanta, para mirarlo con la boca abierta y una mano en el pecho— ¡La repostería de Fifi!
—Ya, pensé que podrías innovar alguna vez —se encoge de hombros, sonriendo.
Son brotp, hasta luego—¡Ziv, no seas idiota! —Noelani pone la bandeja en la mesa y le pellizca el brazo.
—…Disculpa, no estoy aquí porque quiero, niña con capacidad de madurez baja. ¿Mejor? —sonríe, aunque realmente tiene ganas de tirarle algo a Noelani.
JAJAJAJAJAJAJAJAAJ TE AMO. Siempre me haces reír con tus capítulos y me pongo contenta—Si, ¿cómo sabes mi nombre?
—Ah, eso es porque hace-¡shgey!
Ziv acaba de estirar su largo brazo para meterle una pata de dinosaurio en la boca a Noelani, con el ceño fruncido y la nariz roja. Después, le pasa la batida para que no se atragante y se queda mirándola como si vigilara una bomba, hasta que ella termina de tragarse el bocadillo.
ENTRÓ EN LOVER PANIC (ni siquiera sé si esto existe) PORQUE LA AMIGA CASI SUELTA QUE ESTUVIERON HABLANDO DE ALVIE AUNQUE SOLO FUE UNA TONTERÍA PERO SU REACCIÓN.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- deja de hacerme llorar:
- —Hola de nuevo —murmura, torciendo los labios.
Cada cierto tiempo, vuelve a soñar con el accidente. No es exactamente como pasó, aunque tampoco es que lo recuerda con toda la lividez del mundo. Sin importar en que planeta o satélite se encuentren, o incluso en una nave en el medio del espacio, siempre es lo mismo: Un asteroide los golpea de la nada, dañando justo una parte de los motores de una construcción en progreso. Los protocolos de evacuación empiezan, pero no hay suficiente tiempo. Los ingenieros intentan arreglar la falla para poder escapar sin riesgos, cuando el otro motor explota. Y de ahí, es una cadena de fuego, olor a metal y sangre, olor a humo, tos incontrolable. Un pedazo de metal cayéndole arriba del costado del cuerpo. Y después sus padres, borrosos como si fueran pintura, besándole el rostro y metiéndola en una cápsula de escape. Una cápsula individual.
Se limpia los ojos con las manos y suelta respiraciones intercaladas, mientras se acurruca en el sillón. Como queriendo acurrucarse de todo lo que siente.
—¿Adivinan? Ahora nos vamos de excursión para un planeta, a vivir experiencias de terraformación.
Alvie fue a terapia hasta hace casi un año. Su terapeuta descubrió lo bueno que le hace hablarles de vez en cuando. “Te ayuda a lidiar mejor con las cosas”, le decía. Así que siempre viene a contarles su progreso en la vida. Que es buena estudiante una gran parte del tiempo, que hay niños estúpidos, que tiene amigos y que tiene un sueño. En un momento de su vida llegó a pensar que nunca iba a vivir otra vez. Que mejor le cambiaban el cerebro por uno artificial, así dejaba de ser humana. Sin embargo, su familia y la terapia la ayudaron a salir de eso. Poco a poco.
—…vamos a estar cara a cara con las máquinas, cómo se programan y…
Tuve que citarlo todo porque me dio en todos los puntos débiles del cuerpo, se me metió por dentro y duele Cómo se va a hablar con los hologramas de sus padres cada vez que le pasa algo importante porque quiere seguir haciéndoles partícipes de su vida aunque ya no estén. Dioses y cuando relata lo del accidente.
"Que mejor le cambiaran el cerebro por uno artificial, así dejaba de ser humana".
Esto me ha dado en el alma.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Alvie, Alvie, Alvie, Alvie-
—Si, si —se saca el brazo y le da un masaje— Nos vemos en la cafetería en un rato. Intenta no acosarlo.
Si después que el crush la invite a dar una vuelta Vitta no perdió el conocimiento, puede con todo—Tratar a las personas como si fueran tus peones.
—Yo no-
—Sí lo haces, Ziv.
—¿Qué te importa? —la mira por fin, con el rostro arrugado, alzando un poco la voz— Vinimos a una excursión, no a que me des lecciones de moral.
—Debería darte lecciones de moral, de hecho. Pero creo que la vida se encargará de hacerlo por sí sola —Alvie le da varias palmadas en el brazo y Ziv da un paso hacia atrás con rapidez.
—Ajá, déjame con tus mierdas del destino, tengo una nave que explorar —se gira y camina dando las largas zancadas que le permiten sus piernas.
—No debemos separarnos mucho dijo el profes-
—No voy a separarme mucho, ¿ok? —grita, interrumpiéndola.
Lo saca de quicio pero Alvie le va a hacer cambiar y luego va a ser él quien quiera que se meta en todo. NO PUEDO ESPERAR A QUE ESO PASE. Bueno, puede esperar porque quiero ver todo su desarrollo, pero ese no es el punto. Que se casen. Chau.—¿Te pasa...algo? —pregunta, cruzándose de brazos— Es que has estados más o menos...um, apagada. Pero no tienes que responder si no quieres.
Solo cito esta frase para que sepas a qué me refiero. Que querría citarlo todo, pero sino queda kilométrico. Ahora vamos a lo importante. Simplemente amo la relación que tienen Alvie y Rudy. Porque Alvie se da cuenta de lo que le pasa siempre y la respeta, no insiste e insiste porque quiere saber (algo que mucha gente sí hace). Y luego Rudy sabe que puede desahogarse y lo intenta porque es su amiga y quiere ver que confía en ella, pero son cosas que le cuesta mucho poner en palabra. ¿He dicho que las amo? Las amo.El resto termina de sentarse sin hacer mucho alboroto. Vittani mira a su hermana para asegurarse de que está bien, así que Alvie cruza los brazos detrás del cuerpo para pellizcarse la muñeca y sonreír como que no pasa nada. Aunque su rostro se sienta tan tieso como una pared de metal.
—Estoy bien… —su rostro se siente apretado, como de piedra—. Solo fue el alboroto.
Ay mi hija Claro que no está bien, le están viniendo todos los flashback de cuando tuvo el accidente con sus padres, pero ella ahí intentando guardar la calma.—Oblíguenme.
NO ES MOMENTO PARA COMPORTARTE COMO UN NIÑO DE DOS AÑOS, ZIV. NO ES MOMENTO—¡No estamos en la nave! ¡Estamos en la jodida tormenta!
QUE YA SE VAN A ESTRELLAR EN LA TIERRA ME MUERO, QUE SE VIENE TODO EL DRAMA Y EL MISTERIO Y NO PUEDO.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bien, ya para terminar. No cité más de la última parte porque me quedé atrapada leyendo sin poder despegar los ojos de la pantalla. Lo que nos conduce al siguiente punto, dices que no se te dan bien las descripciones y yo estoy aquí para decirte que sí. Porque he visualizado todo de lo que ibas hablando sin problemas. Y ya finalizo diciendo que sé lo mucho que te ha costado escribir este capítulo, pero que te ha quedado perfecto, porque eres una gran escritora. Amé todas las interacciones de los personajes, los diálogos y la dinámica que creaste. Pero especialmente amé las partes de Ziv y Alvie en las que vimos un poco más de ellos.
Así que en resumen, necesito seguir leyendo estas historias. No me extiendo más.
Imagina 50 stickers de emoción/sufrimiento/dramaqueen y ahí obtienes mi reacción constante a tu capítulo.
Besos
indigo.
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Re: Planet Survival
- Ems:
- Hola mi chiqui perdón por no haber hecho tu comentario antes, la verdad es que me olvide por completo de hacerlo, pensé que lo habia hecho y cuando hablamos sobre la nc caí en cuenta que nunca lo leí, no me odies por ello
Me dejo del drama y empiezo porque sino no termino mas xd
A ver... QUEEEEEEEEEEEEEEEEE—Hola, soy Noelani —la chica sonríe, ignorando deliberadamente a un Ziv boquiabierto—. Ella es Vega —inclina la cabeza suavemente hacia su copia exacta—. Y respondiendo a la pregunta de este maleducado —señala a Ziv con la mano—, nosotras fuimos las causantes de la explosión del laboratorio.
—¿QUÉ?
como que ellas fueron las que causaron todo el alboroto? AY DIOS MIO, Y TODOS CULPANDO AL POBRE DE ZIV me recuerda al capitulo del chavo cuando todos lo acusaban de ratero. ASI ME SIENTO, TAN MAL POR EL POBRE DE ZIV! Vale que es un idiota pero esta vez él no hizo nada y... ay, que verguenza como actuaron mis hijos con él Craig lo golpeo, Vitta lo golpeo. Practicamente fue saco de boxeo
Ey y por que carajos Ziv acepto el trato? Con que lo sobornaron? Porque no me creo que aceptara porque si—Disculpa retirada —Alvie entrecierra los ojos y levanta el dedo de en medio—. No tienes que ser tan idiota siempre.
—Mal por ti, porque siempre soy así —Ziv sonríe sin mostrar los dientes—. Bye.
—No, no siempre —suelta en un murmuro.
La mueca de Ziv se borra como si ella hubiese presionado un botón. Los ojos marrones de Alvie lo perforan por unos segundos que parecen eternos. Entonces, cuando suena la alarma de que faltan pocos minutos para la siguiente clase, el contacto se rompe.
Que Alvie es gente y se esta disculpando y Ziv nada de nada, siempre siendo tan idiota. Pero una parte tiene razon, nadie creyo en él cuando dijo que no habia sido, aunque se echo la culpa asi que hizo bien su trabajo (?)
Me mato con ese "no siempre". A VER, EMILIA, QUE PASO ENTRE ESTOS DOS?
Y ese contacto de miradas entre ellos me haces shippearlos fuerte—Claro, conozco a t’do el mundo por aquí —guiña un ojo y suelta a Ziv—. No sé como se llevarían ustedes, pero te agradarían sus inventos. Son unos cerebritos.
—¿Más cerebrito que Vitta? —Vitta desencaja la quijada e inclina la cabeza hacia delante— Porque no hay nadie más cerebrito que Vitta.
JAJAJAJ ella toda egocentrica. Voy a darle la razón a Ziv, ella siempre le encanta ser el centro de atención Que va, los dos son engreidos. A Alvie se le pega gente así(?
Por cierto, amo que Alvie le cumpla los caprichos a la pesada de Vitta yo que ella la hubiese tirado al espacio exterior hace tiempo, pero es premiada esa paciencia que le tiene xd
—Cuando hablamos con tu maestro, también nos explicó lo del grupo asignado que tienen —su padre le da una corta sonrisa—, lo cual creo que está bien para ti. Te mimamos demasiado.
—¡Ja! Claro que no.
—Igual, ya vamos tarde, así que continuamos esta noche, ¿de acuerdo?
Ziv puede ser un chico problematico, pero sus padres ni el beneficio de la duda. Y si lo han mimado, pero tampoco le prestan demasiada atención no es de extrañar que se comporte como un idiota cuando sus padres lo dejan solo y nada de bola. En cierta parte me da pena y en otra no, pq no te da derecho de ser un tonto con otras personas solo porque tienes problemas en casa. Pero me dejo de ser moralista pq sino no termino mas xd
Me mata cuando Noe quiere ir hacia donde esta Alvie y Vitta y Ziv como "no, por favor, con ellas no" pero asi es el destino, chiquito, y vas a tener que acostumbrarte a ellas por los proximos eventos Ademas, me pone de mil ver a Alvie y Ziv juntos QUIERO QUE PASE ALGO PERO YA!—No estoy aquí porque quiero, pequeña rabiosa —Ziv chasquea la lengua.
—¡Ziv, no seas idiota! —Noelani pone la bandeja en la mesa y le pellizca el brazo.
—…Disculpa, no estoy aquí porque quiero, niña con capacidad de madurez baja. ¿Mejor? —sonríe, aunque realmente tiene ganas de tirarle algo a Noelani.
—¡Qué pesado! ¡Vitta no es inmadura! —Vittani estampa un brazo contra la mesa.
JAJAJAJ amo como esos dos pelean por favor, ninguno de los dos es maduro. Aceptanlo y vivan con ello de una buena vez xd
AHHH y Que es lo que no dejo Ziv que diga Noe? QUE HAY EN ESO!? siento que tiene que ver con Alvie porque se le puso la nariz roja, y por lo que vengo sabiendo desde que leo esta nc, es que Ziv se pone vergonzoso y se vuelve Rodolfo (hasta me salio rima, je). Acaso le hablo de Alvie a Noe? ME ESTAS HACIENDO EMOCIONARRRRAlvie fue a terapia hasta hace casi un año. Su terapeuta descubrió lo bueno que le hace hablarles de vez en cuando. “Te ayuda a lidiar mejor con las cosas”, le decía. Así que siempre viene a contarles su progreso en la vida. Que es buena estudiante una gran parte del tiempo, que hay niños estúpidos, que tiene amigos y que tiene un sueño. En un momento de su vida llegó a pensar que nunca iba a vivir otra vez. Que mejor le cambiaban el cerebro por uno artificial, así dejaba de ser humana. Sin embargo, su familia y la terapia la ayudaron a salir de eso. Poco a poco.
Te digo que me rompe el corazon lo que Alvie tuvo que vivir y que cada cierto tiempo lo recuerde. Y es comprensible porque perdio a su familia en ese horrible accidente y también partes de su cuerpo. Lo bueno es que intenta convivir con ella y va superandolo de a poco, al menos ahora tiene ganas de vivir. Casi lloro al imaginarmela verla hablar con las fotos de sus papas, me recordo cuando Harry ve por primera vez a sus papas en el espejo ese escondido (que ahora no recuerdo el nombre, pero podias ver tus sueños en él).
La admiro muchisimo por ser tan fuerteCuando Craig se voltea, Vitta le hala el brazo de un lado a otro con tal fuerza que por un momento cree que se lo arranca.
—Alvie, Alvie, Alvie, Alvie-
—Si, si —se saca el brazo
JAJAJAJA me lo imagine y me mori de risa y de nervios. Vamos que tu crush te diga si quieres dar una vuelta. Te imaginas cuando venga Johnny Deep a invitarte a dar un paseo y a mi Brad Pitt? Creo que nos caemos muertas—No le hagas caso a nada de lo que te dijo —Alvie estira el brazo para tomar la cámara de las manos del chico—. Ziv solo está algo mal de la cabeza, ¿está bien?
—¿Qué mierda dices? —suelta el pelinegro, con dientes apretados— Yo no-
—¿Bien? —Alvie se acerca al chico y lo empuja con suavidad hacia la salida— Ve con tus amigos.
Cuando no ese haciendo pendejadas Si asi quieres conquistar el corazón de Alvie vas por muy mal camino y no es que sea metida, es que él es tan asno que una no puede quedarse de brazos cruzados y ya. Donde esta ese Ziv lindo que es con Kira y con Noe? Vale que sigue siendo molesto, pero al menos no es abusivo con ellas. Mas de ese Ziv y menos de eseAl principio, Rudy se queda callada. Pero mientras avanzan en la fila para tomar sus bocadillos, le pasa un brazo por los hombros y choca sus cabezas de lado.
—No es nada del otro mundo —murmura, queriendo sonreír de lado.
—Aja, no disminuyas tus problemas solo porque haya cosas peores en la vida
Que le pasa a Rudy? Yo tambien me estoy preocupando. Ahora no puedo esperar a que Kate suba su capitulo, creo que tendre que ir a chusmearle su tema de caps jujuj es tu culpa, Emilia. Si me reta le dire que es porque me dio intriga en este cap—Y ustedes no saben resolverlo sin implicar a otros —opina Kira, encogiéndose de hombros.
—¡Fue un error! —las mejillas de Vitta se tornan rosadas, y mira a Craig de soslayo antes de atragantarse un bocadillo.
Te das cuenta que practicamente es culpa de Ziv y Vitta que todos estan en el mismo grupo? Lo que hace el destino jujuju
Eso es lo que me da miedo cuando voy en un avion. QUE SE CAIGA! peor sera en una nave, por los cielos.—Todos calmados y no se muevan —ordena Chako, saltando de la silla a la mesa, mirando hacia todos lados—. Puede que solo sea una turbu-
Me da cosita porque la pobre de Alvie esta recordando todo lo de aquel día y es que fue traumatico lo que vivio y ahora con esto de las turbulencias le remueve todo.Sin embargo, Ziv y Vitta no saben cuando parar. Vitta lo empuja hacia el asiento, gritando; no tiene éxito porque Ziv la agarra de los brazos y pretende empujarla hacia el otro lado. Pero ambos se caen de bruces encima de los controles, cuando una turbulencia vehemente sacude la nave. Rudy y Chako también terminan en el suelo.
—¡No estamos en la nave! ¡Estamos en la jodida tormenta!
PUTA. MADRE.
QUE ESOS DOS INMADUROS NO SE PUDIERON QUEDAR TRANQUILOS Y AHORA ESTAN EN LA TORMENTA
No me la puedo creer. Alvie toda mal por su trauma, la nave que sigue haciendo turnulencias y ellos nada de nada que REACCIONEN PENDEJOS QUE LOS MANDARON DIRECTO A LA TORMENTA!
Se me puso la piel de gallina mientras leia todo eso. Que se me escapo un grito cuando lo vi en el anime y tuve que taparme la boca pporque estan todos durmiendo aqui, pero que jodida mierda que halla sucedido eso.
Pero ya, me dejo de estar enfadada que sino pasa esto, entonces no hay historia que contar
Ay Ems, me dejaste con todas las emociones alborotadas que no se si ir a bombardeara Kate para que suba capitulo o ponerme a escribir a ver como sera el llegar a la nueva tierra (que estoy que hago las dos cosas, pa que mentirte)
Chiqui, ame montones tus capitulos creo que estoy empezando a enamorarme de Ziv, y no se como le haces que termino enamorada de tus chicos pero me gusto ver que no es un idiota pq si y que tambien sufre de alguna manera, aunque no lo justifica en nada. Alvie me encanta, es muy fuerte y madura, paso cosas horribles y aun asi intenta mantenerse estable y seguir adelante. Estoy ansiosa por saber como se van a desarrollar los sentimientos el uno por el otro. Pongo las manos al fuego que Ziv ya siente cosas por ella, ojala deje de ser tan idiota asi Alvie le da una oportunidad
Te quiero bb
Jaeger.
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Re: Planet Survival
- Spoiler:
- Me acabo de dar cuenta que casi pasó un año desde que llegó mi turno Siento mucho la tardanza, para variar. Espero que estéis bien y disfrutéis del capítulo
CAPÍTULO 07.
rudy holmes & austen ellsworth.
Rudy Holmes aguarda a que el señor Norman, el orientador escolar, le permita entrar a su despacho. A la espera de que ocurra, se dedica a andar y desandar el mismo paseo nervioso que lleva cerca de media hora interpretando. Sus manos se mantienen ocupadas en un reloj de muñeca antiguo que despieza con distintos desatornilladores diminutos que saca de su chaqueta.
Según avanzan los minutos, empieza a notar cómo se le forma una masa compacta de nervios en la caja torácica. No se trata de una cita cualquiera con el orientador. Rudy está acostumbrada a las de ese tipo. En las que el señor Norman se interesa por su estado emocional, la regaña por meterse en líos o, simplemente, Rudy le hace entrega de las quejas que le han remitido los alumnos para que las presente a la dirección. Todo eso forma parte de la cotidianeidad.
Pero la cita de esta tarde es extraordinaria. Hoy, Rudy sabrá por fin si su solicitud para el programa de Ingeniería ha sido aprobada, después de un par de tortuosas semanas de espera.
¿A qué se deben tantos nervios? Sin ánimo de resultar prepotente a sus pensamientos, sabe que el porcentaje de una respuesta negativa es casi nulo. Rudy es una de las alumnas más aventajadas de la escuela. Aun así, sus dedos temblorosos manifiestan nerviosismo.
El tiempo continúa y Rudy termina de despiezar el reloj. Sus pies se detienen a la llegada de una patada estomacal que la paraliza. No son nervios lo que siente. Sino la seguridad de que este momento no está sucediendo como debería. Como cuando construye una máquina, estudia con minuciosidad su funcionamiento a base de eternos cálculos de margen y error y, sin embargo, la máquina termina por realizar una función imprevista al encenderla.
Así es este momento. De segundo a segundo, Rudy vuelve a ser consciente del miembro fantasma al que trata de ignorar día a día. Que regresa para recordarle que no está completa.
Se apoya en la pared con una capa de sudor frío asentada en la frente y una fuerte punzada en el pecho. Despacio, mira hacia un lado, esperando encontrar a su hermana donde no hay más que vacío desde hace años.
Desde que era niña, ha fantaseado con este día, reproduciendo millones de escenarios diferentes. Solo que, en ninguno de ellos se veía sola —más sola que ningún otro día— sin la presencia tranquila y segura de Anna, a menudo tan desesperante. Sin sus padres aguardando en casa con una pancarta de enhorabuena porque ellos no concebían otra cosa que no fuera una respuesta afirmativa incluso cuando eran niñas.
Pero eso es lo que ha pasado. «Así que deja de hiperventilar y lidia con ello». Ninguna de sus fantasías importa ya. Lo único que debe preocuparle es entrar en el programa de Ingeniería.
Cierra los ojos regulando su respiración. Cuando vuelva a abrirlos, se olvidará de la presión invisible que le palmea el costado. Le cuesta enfocar la vista y la luz le martillea las pupilas, una sensación de cansancio extremo la invade. Aunque ha recuperado el control y el miembro fantasma pierde fuerza gradualmente.
Rudy se despega de la pared, traga saliva con regusto metálico. En la palma de la mano todavía aúna el reloj desmadejado. Despliega los dedos y observa las piezas, que captan la luz artificial del pasillo. Estas han dejado surcos en su piel por el ahínco con que las sujetaba.
Las observa. Podría arreglarlo, mejorarlo incluso, en cuestión de minutos. Repetir ese proceso tantas veces quisiera y obtener un resultado aún más excelente cada vez. Mientras que ella, cada vez que se recompone, más deslustrada y desencajada queda.
—Rudy, adelante.
La voz del señor Norman llega amortiguada tras la puerta. Guarda el objeto en un bolsillo, cuadra la espalda y se dirige dentro. Cuando pise ese pasillo de nuevo será con una plaza en el programa de Ingeniería.
En el despacho encuentra la quietud artificial que acostumbra. Impersonal, como una consulta médica. Se trata de una estancia basta, con no más que un escritorio —que también cumple la faceta de tableta electrónica— y un par de estanterías en ambas paredes laterales que son más decorativas que funcionales. Todos los archivos se conservan de forma electrónica. No necesitan algo tan rudimentario como el papel. La pared detrás del escritorio es un ventanal que provee la estancia de una intensa luz natural. Y, desde este, pueden verse las edificaciones de geometría imposible, las calles que cuelgan como cuerdas sobre la ciudad y los puntos diminutos de las personas y robots.
Rudy se sienta indulgente y poco ceremoniosa en la silla. Introduce las manos en los bolsillos, haciendo girar tuercas, cables. Mantener las manos ocupadas la alivia. Entre tanto, el señor Norman está encorvado sobre la superficie de cristal del escritorio. Tiene abiertos varios documentos que lee con el ceño fruncido.
La chica carraspea para reclamar su atención.
—¿Qué tal con el grupo problema? —habla con un tono distraído. Une los dedos como si quisiera atrapar un insecto y la pantalla del escritorio se apaga, adoptando un falso aspecto de madera. Se reclina sobre la silla y dedica a Rudy una sonrisa contrita.
—Ha juntado a lo peor de cada casa, ¿cómo espera que vaya? —replica Rudy con brusquedad. No está por la labor de conversaciones superfluas.
El orientador escolar realiza un parpadeo seco. Rudy ha pasado el tiempo suficiente en ese despacho para saber que le está diciendo que no se pase un pelo. Puede que el señor Norman sea cercano y amigable, pero no consentirá ninguna subida de tono.
—Irá bien —rectifica ella—. Me encargaré de ello.
No hace más que unas horas que han designado el grupo problema. Para Rudy no ha sido una sorpresa encontrarse en él. Aunque eso no la ha librado de los sermones pertinentes por parte de los profesores. «Eres la presidenta estudiantil, debes hacerlo mejor». «Debes dar un mejor ejemplo». «Ya que estás en esta situación, asegúrate de que no haya más problemas». Escapa a su entendimiento que aún no haya sido relegada del puesto, cuando tienen pruebas suficientes para aducir que no está capacitada.
Presentarse para presidenta estudiantil fue fruto de un arrebato que nació de su deseo por demostrar que podía hacerlo y el único motivo por el que lo conserva, es su padre. Hay que contentar a uno de los miembros que subvencionan al colegio.
Pensarlo le produce náuseas y un arrebato de rabia, por lo que bloquea ese derrotero.
—Esta semana no te has metido en líos.
—Todavía estoy pagando por el último. Puede agradecérselo a Ziv —masculla, apretando una tuerca contra las yemas de los dedos.
—El comportamiento errado de un compañero no justifica que tus acciones sean iguales —sermonea el señor Norman con tono paternal. Odia ese deje.
—¿Puede decirme de una vez si me han admitido en el programa de Ingeniería?
El hombre se despega del respaldo de la silla con aire ceremonioso. Junta las manos sobre el escritorio y clava los ojos en los de la chica. Un brillo fugaz los atraviesa y Rudy adivina en el vuelco que le da el corazón la respuesta.
—Lo siento, han denegado tu petición —suspira con verdadera congoja.
Una ola de calor colérico le atraviesa las extremidades hasta concentrarse en pies y manos, hormigueante. El pulso le late en la garganta y respira entrecortada. Requiere toda su fuerza de voluntad no ponerse a dar patadas a la mesa, al orientador… lo que sea que se lleve la rabia.
La fuerza de voluntad no puede frenar sus palabras.
—¡Una mierda! —grita asustándose a sí misma—. Soy de las mejores, tiene que haber un error. Tiene… —se nota ahoga y respira por la nariz con fuerza—. El sistema habrá fallado al recoger los datos. Llame a alguien o…
—Rudy. —La frena alzando las manos en su dirección—. No es ningún fallo del sistema y nadie duda de tu excelencia, el problema es otro.
—¿Le tienen miedo al talento? —murmura entre dientes.
—Precisamente este —suspira el señor Norman con pesadumbre, cansado—. Tienes un cerebro privilegiado, solo que no consideran que tengas una actitud adecuada. Tu historial de comportamiento deja mucho que desear.
Rudy agacha la cabeza con lágrimas punzantes que procura esconder. En resumen, el problema no es su cerebro, sino ella. Eso trae sentimientos que no puede enfrentar en ese momento. No después del último asalto en el pasillo y, mucho menos, después de la noticia.
—Es un programa muy exigente, no te culpes —anima el orientador escolar—. En cambio, aún estás a tiempo de presentar la solicitud para Mecánica. No suelen fijarse en factores externos y, es lo que de verdad te gusta—. Incorpora la cabeza en una exhalación y, de nuevo, es incapaz de contener su lengua.
—No se trata de mí.
«Estudiar Ingeniería era lo único que podía hacer por mi hermana», piensa involuntariamente. Con el miembro
fantasma despierto de nuevo. El señor Norman aprieta la mandíbula, pero se guarda de decir nada. Muy consciente de que Rudy no soltará prenda.
La chica se incita a relajarse. Enfriar el cerebro y olvidar la emoción. Es una persona práctica. Se dedica a arreglar cosas, no lamentarse porque están rotas. Debe buscar una solución a esta piedra en el camino.
—Tiene que haber algo que pueda hacer —habla de nuevo, con voz tranquila y resolutiva. El orientador está dispuesto a interrumpirla, pero se adelanta—: Solo dígame si hay una posibilidad, por remota que resulte.
Se muestra decidida e insurgente. Quizás desesperada. Aun así, no va a rendirse con tanta facilidad. El señor Norman hace un gesto negativo con sonrisa en la comisura de los labios. Ese hombre será un metomentodo en muchas ocasiones. Pero se preocupa por los alumnos y admira la tenacidad.
—No suele ocurrir, pero a veces se liberan plazas porque algunos aspirantes terminan por escoger otra carrera. Si esto sucede, dan la oportunidad a las personas que ya habían presentado la solicitud con anterioridad.
—Bien.
—¿Qué puedes hacer? No te metas en líos. Termina tu último año sin una sola amonestación más, tal vez así
aumentes tus posibilidades.
—De acuerdo. —Rudy se levanta de la silla—. ¿Ya puedo marcharme? Tengo que ir al aula de castigo.
Antes de recibir el permiso, Rudy se da la vuelta y se marcha antes de que se le deshaga la compostura.
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La profesora a cargo del aula de castigo da por finalizada la penitencia levantándose de su puesto. Todos los presentes se precipitan hacia la salida, como si hasta el momento hubieran estado atados a los pupitres por una fuerza invisible. Austen, en cambio, se toma su tiempo y espera que no quede nadie. Finge ocuparse en pasar los deberes desde el pupitre a su tarjeta electrónica. Aunque estos se hallen allí desde hace un rato.
Se reprende a sí mismo, de nuevo, por haberse visto envuelto en esta situación. No tendría que haberles prestado las flechas a las chicas. Lleva en clase con ellas el tiempo suficiente para saber que nada bueno podría salir de aquella situación. Pero era Rudy quien se las pedía y en una absurda e inocente fantasía, creyó que con ello conseguiría que se fijara en él de una vez por todas.
También podría haber negado su participación activa en la broma a Ziv cuando los llamaron al despacho del director. Secundar los alegatos de Alvie, Vittani y Rudy cuando dijeron haber cogido las flechas sin su permiso. Pero Austen se había quedado callado, como de costumbre.
Ahora tiene que lidiar con las consecuencias. Pasar dos horas más de las necesarias en ese enjambre de alumnos de los que tan alejado se siente.
Abandona el aula cuando la última chica traspasa la puerta. En el pasillo se ve rodeado de gente otra vez. Ziv está con las gemelas que esa misma mañana se unieron al grupo problema y confesaron que todo el asunto de la explosión había sido culpa suya y que había desencadenado el dominó de venganzas entrelazadas por las que la mayoría se hallaban en detención. Austen como daño colateral de todas ellas. Debido a la compañía de las gemelas, Ziv no le hace ni el menor caso. Lo cual agradece. No está de humor para aguantarle.
Echa a andar por el pasillo, ensimismado, preguntándose si es demasiado tarde para practicar con el arco en la sala de entrenamientos antes de regresar a casa.
Si se queda el tiempo suficiente, a lo mejor su hermana Liana olvida la excursión que quiere hacer al Barrio Robot como parte del proceso de documentación para la novela que nunca empieza a escribir. Los robots le ponen los pelos de punta —a excepción de Chako—, aunque conviva con ellos desde que tiene memoria. Ha leído demasiados libros conspiratorios sobre rebeliones de máquinas que esclavizaban a los humanos de la Tierra.
Cuando sale de sus cavilaciones se da cuenta que Alvie y Vitta caminan por delante de él y, alcanza a escuchar un retazo de su conversación:
—No contesta —menciona la primera. Aparta el dedo de la parte trasera de la oreja, donde todos los habitantes tienen implantado un intercomunicador que permite hacer llamadas y mandar mensajes y correos que se visualizan con el lector de córnea—. Espero que no ande metida en líos… —reflexiona al final.
—Meterse en líos sin Vitta sería muy maleducado. —Se queja la niña con su característica voz aguda—. ¡Estará con Craig! ¿Podemos ir a preguntarle? Por favooooor…
Alvie se limita a revolverle el pelo con su brazo robótico y una sonrisa implantada. Austen, aun consciente de que está escuchando una conversación que no le incumbe, supone que están hablando de Rudy. La chica no se ha presentado al castigo de esa tarde.
Las hermanas toman el recodo que conduce a la puerta principal de la escuela y las pierde de vista. Austen prosigue su camino en línea recta, todavía indeciso sobre qué hacer. Unos metros más adelante, se fija en que la puerta de los materiales está entornada. Se detiene. Es una estancia limitada para los estudiantes. Allí almacenan todo tipo de proyectos de robótica de años pasados.
Una idea toma forma en su cabeza. Mira en todas direcciones para comprobar que no hay nadie y se cuela por la abertura. Tal vez allí encuentre algo que le sirva a Liana y que a él le evite el mal trago.
El corazón le late ante la temeridad de su osadía; dividido entre el miedo y la exaltación. Es lo más peligroso que ha hecho en años. Parpadea para habituarse a la escasa luz del lugar. Todo cuanto ve son bultos de diversos tamaños cubiertos con sábanas, como monstruos dormidos, además de unas cuantas torres conformadas por cajas.
Austen, miedoso como es, comienza a imaginar un sinfín de posibilidades por las que puede terminar muerto allí dentro. Como que se le caiga una caja en la cabeza, una máquina cobre vida o, peor si cabe, que un asesino esté escondido y le salte a la espalda en cualquier momento.
Se da cuenta de que está a punto de empezar a hiperventilar y se obliga a relajarse. Solo es una sala de materiales llena de polvo. Apoya las manos en las caderas con aires valientes de pacotilla y se dirige hacia una caja solitaria dispuesto a hurgar. Cuando entonces, escucha un sollozo que lo sobresalta. Permanece quieto, paralizado. Es el asesino, se dice en un arranque de pánico.
A ese sollozo le suceden varios, pequeños y tímidos. Resopla de alivio, sintiéndose tonto. No es un asesino, sino una persona que parece atravesar un mal momento. Austen sigue quieto, con las manos apoyadas sobre la caja, sin saber muy bien qué hacer: si marcharse u ofrecer su ayuda a la persona que llora. La segunda opción le atrae más, pero a Austen le cuesta horrores hablar con desconocidos, como para tener que consolarlos.
Decide incorporarse e irse. Pero sin haber dado si quiera un paso hacia la salida, un nuevo sollozo inunda el lugar, esta vez más desgarrado, que lo detiene. Austen conoce bien ese sonido, lo ha escuchado incontables veces detrás de la puerta de su madre tras la muerte de su padre. Conoce ese lamento agónico, inconsolable. Y, sin pensárselo, empieza a abrirse paso entre las máquinas dormidas en dirección a este.
Detrás de una especialmente grande, encuentra una especie de claro iluminado por una lámpara inalámbrica. Hay piezas de proyectos a medio terminar desperdigadas y tarjetas holográficas abiertas que muestran planos y cálculos que escapan a su entendimiento. En el centro de todo esto, encuentra a Rudy.
O al menos eso cree, al principio le cuesta asociar esa imagen a la chica que él está acostumbrado a ver. Esta lleva el pelo suelto y revuelto sobre los hombros, con la cara mojada por las lágrimas, abrazada a sus rodillas. Vulnerable y pequeña. Nada que ver con la Rudy de la barbilla alzada y sonrisa de sabelotodo que siempre se muestra invencible.
—¿Tú qué haces aquí?
Austen recibe su segundo sobresalto al escucharla hablar con voz rasposa y tomada. Le taladra con sus ojos negros, como si acabara de profanar un lugar sagrado. Abre la boca para pedir perdón, aunque, como de costumbre, las palabras deciden abandonarlo. Se rasca la cabeza, avergonzado.
Rudy se seca las lágrimas con el dorso de las manos, queriendo ocultarlas. Se recoge los mechones de pelo en la cola de caballo habitual y, cuando vuelve a mirarlo, ya es la chica imperturbable que siempre ha creído que es.
—Estabas… llorando —consigue decir Austen con retardo. Se reprende a sí mismo. La segunda vez que Rudy Holmes se dirige a él y de lo único que puede hacer gala es de su retraso mental.
Rudy frunce los labios mirándolo con odio infinito. Un destello del dolor que se advertía en sus sollozos se refleja en su mirada. Austen entiende que no es nada personal hacia él. Sino hacia ella misma, porque la ha pillado en un momento de debilidad.
El chico permanece estático, mirándola desde arriba. Desconoce si lo mejor es darse la vuelta, prometerle que no se lo dirá a nadie —porque, a quién va a contárselo— o esperar a que sea Rudy quien tome la iniciativa.
—No estaba llorando —replica la chica tozuda, incorporándose—. ¿Te ha hablado alguien de este sitio?—. Le da la espalda y se dirige a una mesa en la que Austen no se había fijado. También llena de piezas de maquinaria.
Te está hablando. Actúa como una persona con coeficiente intelectual. Traga saliva y se rasca la nuca.
—La puerta estaba abierta.
—No tendrías que haber entrado —masculla Rudy todavía de espaldas, trajinando en la mesa.
Habla como si ese lugar le perteneciera y Austen comprende el por qué. Se nota que la chica ha tomado el lugar como centro de operaciones. Ve su chaqueta militar de los mil bolsillos arrugada junto a la mochila y unos cuantos bocetos de dibujos desperdigados, acompañados por acuarelas y carboncillos de diferentes tamaños. Si Austen no se viera tan intimidado por ella —más que por cualquier persona— indagaría. ¿Qué hace allí? ¿Cómo consiguió la llave del almacén? ¿Qué le duele tanto para llorar así?
—Toma.
Rudy se da la vuelta y le tiende un alijo de flechas sujetas por una cinta. De nuevo tiene la barbilla alzada y expresión nula en el rostro, sin rastro de las lágrimas, salvo por las pupilas enrojecidas. Austen se queda rígido mirándolas. Negras y relucientes en la semioscuridad.
—Por las molestias —habla Rudy, instándole con la barbilla a que las coja.
Austen obedece como si hubiera recibido una descarga eléctrica, con tanto ímpetu que sus dedos chocan con las flechas y está a punto de tirarlas al suelo. Enrojece sin remedio, pero Rudy no muestra indicios de molestia, ni de burla.
—Tienen un sensor en la punta. Una vez decidas tu objetivo, la flecha acabará en él, aunque falles en el tiro —recita con la monotonía de un manual de instrucciones—. Vittani las diseñó y yo las hice.
El chico las observa de cerca. Son ligeras como una pluma. Nota es cosquilleo en los dedos por las ganas de probarlas. Unido a la emoción de que Rudy se haya tomado las molestias de confeccionarle unas flechas.
—Son alucinantes —susurra al tiempo que eleva la cabeza.
Rudy se encoje de hombros, con los pulgares enganchados en las tiras del pantalón. El pelo castaño le brilla cobrizo en la oscuridad. Es como un meteorito en medio de la galaxia. El silencio se hace dueño del lugar y Austen supone que lo mejor es que se marche.
—Bien, yo…
Para cuando empieza a hablar, Rudy ya le ha dado la espalda, de vuelta a su mesa de trabajo. Señal que necesita para marcharse, lo cual hace.
—Gracias, por no preguntar.
Su voz le llega como un susurro apagado, casi tímido. Piensa que se lo ha imaginado, por lo que tarda un segundo en responder.
—De nada.
Con una sonrisa bobalicona dibujada en las facciones se dirige a la salida. Medio flotando en una nube, medio sin creerse este encuentro surrealista. Es consciente de que esta conversación no es transcendental, ni propicia ningún tipo de relación. Pero el encuentro se queda con él durante todo el camino a casa. Así como la mirada de dolor de la chica, que le pone los pelos de punta.
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Austen llega a su distrito acompañado por un amanecer rojo. Las fachadas de las casas de su barrio residencial, formadas por un híbrido entre metal y piedra, brillan como si un río de lava se vertiera por las paredes. Al paisaje lo acompaña un silencio pacífico y de las plantas sintéticas emana un dulce olor artificial.
Están bastante conseguidas. Enredaderas de un verde intenso y flores de todos los colores imaginables, cada una con un aroma específico programado. Tan conseguidas que resalta su falsedad. Si pasas mucho rato cerca de alguna su fragancia termina por marearte. Como si una persona se hubiera volcado el bote de colonia entero en la ropa.
Las diferentes colonias del Sistema Solar trabajaban con el objetivo común de replicar de manera exacta los estilos de vida del pasado. Pero las máquinas no pueden replicar a la naturaleza. Los frondosos bosques, océanos, atardeceres y amaneceres que Austen ve en los archivos que se conservan en las bibliotecas. Por mucho que se esfuercen, hay cosas que no se pueden confeccionar.
A veces lo agobia ser consciente de que respira aire reciclado, que el cielo no es más que un holograma o que vive dentro de una cúpula.
Pero esta no es una de esas veces. Está contento. Da pasos enérgicos, con la aljaba rebotando a su espalda y las flechas nuevas chocando entre ellas. Se muerde los carrillos para no sonreír. No debería. Al fin y al acabo no ha sido una situación agradable. Pero es que no puede parar de pensar en que Rudy se ha tomado la molestia de confeccionarle unas flechas. Es todo en lo que piensa. No en que la chica le ha faltado amenazarlo con una de ellas para que se marchara y que ese obsequio ha sido una forma de comprar su silencio. Como si Austen tuviera a alguien con quien comentarlo.
«Vitta también ha participado, no te vengas arriba». Puede que la idea fuese de ella y Rudy solo colaborara.
En fin, en su cabeza queda mejor la primera opción. Además, gracias a las flechas, ahora tiene una excusa por haberse retrasado. Si la suerte se queda un rato más de su lado, es posible que Liana haya olvidado la excursión al Barrio Robot. Es bien sabido que a su hermana le cuesta focalizar la atención en algo durante más de unas cuantas horas.
Austen llega a su casa, situada al final de una calle sin salida. Apoya la mano en el lector de huellas y espera a que la verja se abra. Enfila el camino de metal antideslizante que hay entre los dos cuadrados de césped que conforman el jardín con la vista fija en la puerta.
—Te parecerá bonito haberme dejado tirada.
Pero no alcanza a llegar ni a la mitad de este. Voltea el rostro hacia la izquierda y ve a Liana tumbada en la hamaca. Con el pelo rosa neón cortado al estilo pixie brillando en la oscuridad que ha abandonado el atardecer. Lo mira por encima de las gafas de sol con cristales en forma de corazón y frunce los labios.
Austen aprieta los puños y con actitud resignada camina a su encuentro.
—Estaba castigado, ¿recuerdas?
Liana se incorpora en la hamaca y encoge las piernas. Se ha subido las gafas a la cabeza, dejando al descubierto los ojos redondos y saltones del color del caramelo. Austen se sienta en el hueco libre que dejan sus piernas.
—Hasta las cinco —puntualiza juiciosa.
—Justo hoy decides mirar el reloj —ataca.
—A ver, si me dejas plantada por andar jugando a Robin Hood con los hologramas.
Una risa seca.
—Podría haberme secuestrado uno de esos robots que tanto te empeñas en estudiar.
Ella ríe incrédula y se deja caer contra el respaldo con un suspiro. Parece cansada de haberse tirado toda la tarde sin hacer nada.
Liana ni estudia ni trabaja. Cada vez que su madre se lo echa en cara, ella alega que estar potenciando su creatividad y que, todas sus salidas, son meros trabajos de investigación para nutrirse en experiencia. «A ver si te crees que no cansa salir todos los días de fiesta, mamá». En definitiva, Liana es una descarada con mucho morro a la que siempre le ha importado tres pimientos lo que opinen de ella. Y que, por encima de todas las cosas, ama meterse con Austen:
—Te ha soltado por muermo, ¿no?
—Lo he matado de aburrimiento.
—Ahora la verdad —inquiere Liana cerniéndose sobre él, a sabiendas de que Austen no ha sido secuestrado por un robot.
Se va a burlar de él, como de costumbre. Aun así, le relata su encuentro con Rudy en la sala de materiales y que después se ha ido a la sala de entrenamiento —como bien ha dicho ella— a disparar flechas.
—No sabes nada sobre romanticismo. —Se lamenta Liana de lo más sentida, clavándole las uñas puntiagudas y con purpurina en el hombro—. En lugar de quedarte como un pasmarote, la próxima vez le ofreces tus varoniles hombros para apoyarse.
—Sí, claro —espeta Austen, poniéndose colorado ante la imagen que llega a su cabeza—. Y a la que doy un paso me parte las piernas. No conoces a Rudy.
—Tú tampoco. Suspiras por la imagen que te has creado de esa chica. —Le recuerda su hermana una vez más—. Si te atrevieras a hablarle…
—¿Es que no me has escuchado?
—Alto y claro.
Austen permanece callado. Liana lleva razón, el chico solo vive en sus fantasías. Pero así es mucho más sencillo. En su cabeza todo es posible al mismo tiempo que nada lo es. Navegar en ese limbo entre ambos le infunde seguridad. La vida de fuero lo aterra, en ella siempre ocurren cosas mala.
—La vida está ahí fuera, hermanito —añade Liana—. Lo que me recuerda…
Se levanta de un salto y se despereza con los brazos por encima de la cabeza, con ruidos escandalosos, como si fuera un animal tras una larga hibernación.
—¿Ya te vas? —Austen también se incorpora—. Si no te quedas a cenar mamá va a enfadarse.
—Tú te vienes conmigo. A ver si te crees que me he olvidado de nuestra pequeña excursión.
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Como de costumbre, Rudy abandona la escuela de noche, acompañada por las estrellas artificiales. Permitiendo que la cinta corredera le arrastre de vuelta a casa, incapaz de andar por el dolor de pierna y cansada como si llevara cinco días sin dormir.
Nota la cabeza embotada y congestionada. Todavía sin creerse que no haya sido aceptada en el programa de Ingeniería. Ha tratado de guardar la compostura, alegar a la práctica para frenar a las emociones. Pero de camino al aula de castigo, ha terminado por derrumbarse. Rudy es fuerte hasta que ya no puede serlo más.
Así que ha acabado escondida en la sala de materiales. Saltándose el castigo y la recomendación del señor Norman de no meterse en líos. Sin embargo, mejor añadir uno de estos a la lista que hacer partícipe a toda el aula de sus lágrimas. A Rudy no le gusta que la vean en ese estado. Porque entonces hacen preguntas a las que no quiere responder.
Hoy Rudy ha sido lo suficientemente descuidada para olvidar cerrar la puerta de su escondite y eso ha provocado un encuentro con Austen Ellsworth en medio de su declive. Ha sido casi peor que si la hubiera visto Alvie o Vitta. Porque Austen es el chico en el que nadie se fija pero que se percata de todo. Parece introvertido, desligado y encerrado en su propio mundo. Solo que Rudy le ha visto en la mirada la reflexión silenciosa de aquel que entiende más de lo que explica.
Es consciente, a pesar de sus vanos intentos por fingir que no la ha visto desgarrarse entre lágrimas, que Austen ha visto esa parte suya que tanto se esfuerza por ocultar al mundo. Ha seguido su teatro, le ha permitido creerse que lo ha engañado. Debería sentirse agradecida, pero no es el caso.
Se siente en deuda con él. Ha querido saldar la anterior confeccionándole unas cuantas flechas, por haberse visto en el grupo problema por su culpa. Solo que ahora ha contraído otra mucho más grande.
Cuando el silbido de un tren le inunda los oídos y le manda escalofríos por la columna, Rudy saca a toda prisa su aparato reproductor para acallar el sonido con música. Pero no le da tiempo a conectarlo con su intercomunicador:
—¡Hola!
Antes si quiera de procesar el saludo, Rudy es abordada por dos réplicas idénticas. Las gemelas Lebesque Boudec. Noelani por la derecha, con sus cuentas enganchadas a los mechones de pelo que le enmarcan la cara; de gesto amable y receptivo. Vega Lyra en la izquierda, diferenciada de su gemela por las gafas redondas de pasta negra; callada y siempre huraña.
—Hola. —Rudy ignora el regusto amargo en su lengua y se obliga a sonreír—. Cuánto tiempo.
—Parece mentira yendo al mismo curso —secunda Noelani.
—Distinta clase —interviene Vega, que muestra sus escasas ganas de estar entablando esa conversación en el tono aviso de su voz. Su gemela le lanza una advertencia ocular.
—Como si eso fuera un impedimento para vernos.
—Solo estaba recalcando lo obvio, como tú.
Noelani le saca la lengua y Vega sonríe. Rudy se limita a dejarse arrastrar entre ambas, concentrada en el sonido de sus voces, para no escuchar el de los trenes. Espera que alguna de las dos le explique la razón por la que se han acercado a ella. Llevan yendo a la misma escuela desde hace años y su interacción más cercana ha sido una mirada de reconocimiento por los pasillos de cuando en cuando.
Cuesta creerlo, teniendo en cuenta que hubo un tiempo en que fueron inseparables.
La amistad se fraguó en Venus, el planeta natal de las gemelas. Rudy y Anna tendrían unos ocho años cuando Darwin fue destinado allí. Como ambas familias pertenecían al mismo círculo social no tardaron mucho en cruzarse en uno de los muchos eventos a los que debía acudir su padre.
Fue una de esas amistades que parecen irremediables. No porque tuvieran la misma edad, había gran cantidad de niños en esos actos. Pero los gemelos univitelinos no son tan comunes como cabría esperar. La gente suele sorprenderse. Por lo que, en esas cenas en las que sentaban a los infantes en una misma mesa, los dos pares de gemelas eran el centro de atención.
Les hacían todo tipo de preguntas. «¿Es verdad que podéis leeros la mente? ¿Si le clavo el tenedor a ti también te duele?». Se lanzaban miradas cómplices, se reían ante las tremendas estupideces que les preguntaban y, pronto, las Lebesque y las Holmes se hicieron inseparables.
Lo mejor definición de esos eventos sería: soporíferos hasta para Morfeo. Aunque siempre se celebraban en mansiones y recintos glamurosos. Lo que se traducía a aventura. Noelani y Rudy, más traviesas e inconsecuentes ante un posible castigo, se marchaban a explorar sin miramientos. Rebuscaban tesoros en las habitaciones y tenían la costumbre de esconder objetos para que los propietarios enloquecieran buscándolos. Nunca supieron si lo que cambiaban de sitio se echaba en falta, pero era divertido imaginarlo.
Por otro lado, Anna y Vega iban en busca de alguna estancia en la que hubiera libros. Allí se perdían entre páginas y conversaciones a la espera de que ellas regresaran para contarles qué habían hecho y, a continuación, sermonearlas.
Al ver que las niñas se hicieron amigas, sus padres empezaron a verse fuera de los actos sociales. Las llevaban al parque, a comer helado o a algún centro comercial. Se hicieron tan amigas que, cuando el tiempo de Darwin en Venus tocó a su fin, idearon un plan para escaparse las cuatro. Robarían una nave y surcarían el espacio de planeta en planeta hasta que fueran lo suficientemente mayores para que sus padres no pudieran decirles qué hacer.
No quedó en más que una fantasía infantil, como no podría ser de otro modo y se despidieron con la promesa de seguir siendo amigas para siempre. Promesa que sellaron con cuatro pulseras de cuerda color verde que Rudy aún debe tener guardada en alguna parte.
La amistad perduró años. Hacían llamadas todas las semanas, se enviaban mensajes y se veían en los periodos de vacaciones unas cuantas semanas. Cuando Vega y Noelani les contaron que habían destinado a sus padres a la colonia de Roca-A2 de manera definitiva, se llevaron una alegría inmensa. Irían juntas al instituto, todo sería perfecto, el cuarteto reunido de nuevo.
Cuesta creer que, en la actualidad, sean poco más que conocidas. Pero un año antes de que ocurriera la mudanza, tuvo lugar el accidente que cambió irremediablemente la vida de Rudy.
Para cuando sus amigas se mudaron a la colonia, hacía meses que no hablaban. Fue una decisión de Rudy. Fue su forma de continuar adelante, romper con todo aquello que guardara relación con su pasado. Las gemelas Lebesque conformaban una gran parte de este. Parecieron entender sus motivos o, por lo menos, se enfadaron con ella lo suficiente para no tratar de acercársele en la escuela.
Puede que las eche de menos. Es posible que, en ocasiones, se arrepienta de esa decisión drástica. Pero en su momento fue lo correcto. Porque cuando se cruzan, cuando las ve juntas por la escuela, tan unidas; todo en lo que puede pensar es en su hermana. En que esas podrían haber sido ellas de no haberse subido a aquel maldito tren.
Toda esa mezcla de emociones la abordan ahora. Las mismas que la atacaron esta mañana al verlas cruzar la puerta y escuchar que formarían parte del grupo problema.
—¿Necesitáis algo? —pregunta al salir de su trance. Suena más brusca y grosera de lo que pretende. Ellas no se inmutan o, les da igual.
Alterna la mirada entre ambas mientras que por el rabillo del ojo comprueba que están introduciéndose en el centro de la ciudad. Su casa está a escasos cinco minutos. Con suerte, podrá escabullirse antes de sumergirse en una conversación.
Se amonesta a sí misma por este pensamiento, pero es que han escogido el peor día para salvar las distancias.
Las gemelas se comunican con ojos idénticos de miradas distintas. Vega despega los labios, solo que Noelani es más avispada y son sus palabras las que se escuchan primero:
—Pedirte perdón. —Noelani sonríe.
—¿A mí?
—Sí, estás en el grupo problema por defender a tus amigos. —Rudy cree adivinar cierto retintín en la voz de Vega al pronunciar la última palabra—. No era nuestra intención.
—Conoces a nuestros padres. Se ponen como locos cuando nos metemos en problemas.
Lo cierto es que no. De la misma manera que ya no las reconoce. Han cambiado, igual que la propia Rudy. Vega se muestra más tirante, a la defensiva. Mientras que Noelani parece haber olvidado que hace años que no se hablan. Siempre fue muy orgullosa y, cuando peleaban, era Rudy quien cedía.
—Perded cuidado. —Encoge los hombros—. Cualquier excusa es buena para martirizar a Ojitos Saltones.
—¿Ese es Ziv? —pregunta Vega con una sonrisa incipiente.
—Esta vez no se lo merecía —interviene Noelani en su defensa. A lo que su gemela pone los ojos en blanco.
—Por todas las que sí, entonces —dice Rudy, más relajada. No está siendo para tanto. Incluso siente unas ganas repentinas por preguntarle cómo es posible que sea amiga de Ziv.
—Lo bueno es que vamos a ir juntas a la excursión —comienza a decir Noe—. ¿Os acordáis que planeamos hacer una cuando teníamos ocho años? Anna escribió un itinerario…
En cuanto la chica pronuncia el nombre de su gemela Rudy siente un puñetazo en la tráquea que le recuerda el motivo por el que se alejó.
—Noelani, tenemos que irnos —interrumpe su gemela con rapidez, pasando el brazo por delante de Rudy para cogerla y arrastrarla hacia delante.
—¿Qué...? ¿No habrás tomado setas alucinógenas? —Le grita intentando frenar a Vega, lo cual es inútil, pues la calle mecánica le da ventaja—. No he terminado de hablar.
Noe se gira hacia Rudy, que trata de recomponerse con presteza. Bastante ha tenido con el numerito que ha presenciado Austen horas atrás.
—Mi casa está aquí—Rudy se baja de la calle justo frente a su bloque de departamentos. Finge una sonrisa—. Ha estado bien, ya nos veremos.
Se da la vuelta sin esperar una respuesta. Sin embargo, el viento le manda unos retazos de conversación entre las gemelas.
—… para una vez… tampoco he dicho nada…
—No es lo que dices, es tu presencia.
Rudy da las gracias en silencio a Vega. De haber sido otro día, quizás hubiese ignorado la patada. Pero hoy no necesita más recordatorios sobre la ausencia de su hermana. Mira por encima del hombro para ver las siluetas de las Lebesque perderse en la confluencia de las calles.
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—Deberíamos disculparnos —increpa Alvie por decimonovena ocasión.
—¿Por qué? —pregunta Vittani con inocente curiosidad.
A Rudy también le entra curiosidad, pero no tiene nada de inocente. Es más bien incrédula. No entiende la razón por la que su amiga quiere hacer tremenda estupidez. Alvie aparta la vista de Ziv, que pasa el periodo entre clases dentro del aula escuchando el parloteo incesante de Noelani. La chica se encuentra con su hermana y Rudy escrutándola, inclinadas hacia delante, con las espaldas apoyadas en la pared del pasillo.
Encoge los hombros, como si estuviera a punto de decir una obviedad.
—No fue el causante de la explosión. Solo estaba guardándole la espalda a sus amigas —señala a Noelani con la barbilla—. Es lo correcto.
Mientras que Vittani medita la información de su hermana mayor, Rudy bufa con un arranque de indignación. Se aparta de la pared y se coloca frente a ella.
—¿Te disculparías con un asesino por que un día haya decidido no matar a nadie?
—No seas tremendista.
—Ni tú peques de inocencia.
—Estoy siendo justa —rebate Alvie con la vena marcada y latente en la sien—. Para mí es importante disculparme.
—A Vittani no le gusta cuando discutís.
La pequeña se planta entre las dos. No les llega ni a la barbilla, pero su presencia es imponente. Dedica una mirada furibunda a Rudy y Alvie. A continuación, sonríe con esa elevación de labios entre diabólica y encantadora.
—Si Alvie quiere disculparse, se disculpa. Si Rudy no quiere hacerlo, no lo hace —comenta con calma—. Lo único importante aquí es que lo inconvenientes y las calumnias no han sido impedimento para que me siente con Craig durante el viaje.
Recoge las manos bajo la barbilla y suspira. Rudy imagina dos corazones enormes dibujados en sus ojos. No está de acuerdo con que sean pareja. Vittani se quedó devastada cuando Craig la culpó de acabar en el grupo problema. Tuvo un día bajo, no se lo reprocha. Pero ahora su amigo sabe que Vittani está enamorada —encaprichada— con él. No debería alimentar esos sentimientos, cuando sabe perfectamente que no son correspondidos.
Rudy se muerde la mejilla porque no es quién para decir nada. Finalmente, Alvie y ella cruzan una mirada. La tensión desaparece y se ríen por las ocurrencias de Vittani, que siempre es un catalizador para la paz.
No merece la pena discutir con Alvie porque sus moralidades sean diferentes.
—En lugar de disculparnos—comenta Rudy en tono jocoso, a la vez que rodea a Alvie por los hombros—él debería darnos las gracias. Nuestra paleta de color subió su atractivo a unos niveles que no se atrevería a soñar.
Su amiga suelta una carcajada a la que corresponde guiñándole el ojo. Vittani se ha metido de nuevo en el aula y está hablando con Rush al tiempo que mira de reojo a Craig, que está concentrado en la pantalla de su pupitre escribiendo.
—¿Cómo te fue con el orientador? Desapareciste del mapa el resto de la tarde y hoy no has soltado prenda. —Alvie le pega con el codo de su brazo robótico, en reproche cariñoso.
Rudy deja caer el brazo de los hombros de su amiga. No respondió ni los mensajes ni las llamadas perdidas de Alvie preguntándole por la cita y su ausencia. Esta mañana, cuando se han visto de camino a la escuela; ha fingido que nada de lo anterior había ocurrido.
Se arremete un mechón tras la oreja, mirándose las zapatillas.
—Fue bien —murmura.
—¡¿Te han aceptado?! —chilla Alvie, creando eco en el pasillo, captando la atención de los alumnos que lo transitan.
Rudy chista para que baje la voz.
Alvie alza sus marcadas cejas a todo lo que dan, aguardando la confirmación definitiva. Rudy experimenta una vergüenza injustificada. Que la conduce a decir la siguiente mentira:
—De momento. —Se arrepiente de inmediato, pero no hace nada por retirarlo.
—Claro que te han aceptado, eres una cerebrito repelente —bromea Alvie, feliz por su amiga.
Rudy siente sus mejillas estirarse en una sonrisa impostada. «¿Por qué ha mentido?». Ella odia las mentiras. Le gustan las cosas claras, por duras que puedan ser. ¿Tanta vergüenza siente? ¿Le importa tanto lo que piensen de ella? Alvie es su amiga, no va a juzgarla —como tampoco lo hizo Craig cuando se lo contó anoche—, no la apuntará con el dedo ni recitará todos sus fracasos.
El problema es que ella sí lo hace. Para Rudy es una vergüenza, una certeza de que no está a la altura. Y quizás no se lo ha dicho a su amiga porque en el desconocimiento no se convierte en realidad.
—Entrad en el aula, por favor.
La profesora se detiene al lateral del quicio de la puerta y las invita a meterse dentro con un gesto de la mano. Rudy sigue a Alvie cabizbaja. Sintiéndose una farsa absoluta. Pero se sacude esa frase de la espalda. Hablará con ella después. Le dirá la verdad y tratará de explicarle por qué no ha sido capaz de ir con esta por delante desde un principio.
Alvie se sienta en la primera fila, flanqueada por Rena y Vega Lyra. En su camino hacia el pupitre, Rudy se cruza con la mirada de Noelani, que sigue acribillando a un Ziv cada vez más enrojecido y molesto. Esta le sonríe momentáneamente. Esta mañana, incluso, se han saludado —Noelani, al menos, Vega le ha dedicado la misma mirada hostil que la noche anterior— cuando han llegado a aula.
No ha parecido tomarse a pecho que ayer Rudy se la sacara de encima como un mal presentimiento. Y eso no es un alivio, ni mucho menos. Es más bien una advertencia. «He vuelto y no vas a echarme». La chica también se sacude ese temor a lo que pueda pasar con este acercamiento fortuito. No es su momento. Lidiará con las situaciones cuando se presenten, no antes de que lo hagan.
Es tiempo de preocuparse por que el grupo no arme ningún lío durante la clase. Que todos se mantengan callados y presten atención. Está determinada a entrar en ese condenado programa. Y, el primer paso para ello, es asegurarse que todo vaya bien durante la excursión.
De momento, así ha sido. Esta ha sido la primera jornada de clases como grupo. Están en diferentes cursos, pero el temario de esta semana se centra en la inminente excursión y las máquinas terraformas, así que no ha habido problema.
Rudy toma asiento al lado de Rush. Este anda entretenido con sus propios dedos. Creando formas con ellos. En la fila de la izquierda, capta unos ojos que la observan. Cuando alza la vista, se encuentra con Austen. Él aparta la mirada rápido, dando un respingo.
Nota una incomodidad repentina y se remueve en su asiento. Muy consciente de que Austen la miraba por el espectáculo de la sala de materiales. A partir de ahora, cada vez que lo haga, verá a esa chica débil y lacrimógena.
—¿Qué te traes con el rarito?
—Eres el precio a pagar por las deliciosas recetas de Craig —responde a Rush, cuya sonrisa toca pelotas se asemeja
mucho a la de un payaso con demencia.
—Me refería a…
—Cállate.
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Al término de la clase, Rudy se inclina para recoger sus pertenencias y, a la que va a incorporarse, se reproduce la escena de una hora atrás. Sus ojos chocan con los de Austen, agachado sobre su mochila como ella. La chica se fija en la aljaba que siempre lo acompaña está repleta de las flechas que le obsequió.
La mirada es efímera y, también de nuevo, es Austen quien rompe el contacto. Incómodo o avergonzado. Por experiencia, Rudy sabe que cuando conoces la peor parte de alguien es más sencillo mirar para otro lado. La verdad incomoda. Incluso a Rudy le cuesta mirarse en el espejo cuando lo peor de ella decide salir a jugar.
En la décima de segundo que tarda en levantarse siente el impulso de abordar a Austen y exigirle que no la mire, que se dedique a analizar al resto, como siempre hace, pero que a ella la deje tranquila. Al final decide que es mejor olvidarlo. No darle importancia. Fue un mal día, la próxima vez se asegurará que nadie la sorprenda en uno de esos.
Abandona la clase rodeada de sus compañeros. Le hace un gesto a sus amigas para que vayan yendo a la cafetería, que no la esperen, ya que tiene que pasar por la taquilla a por su material de dibujo para entretenerse durante la clase de Educación Física.
—¿Nada que decirme?
Ziv la interpela en medio del pasillo: brazos cruzados, cabeza ladeada y sonrisa ladina. Aparece tan repentinamente y tan cerca de su espacio vital que el corazón se le sube a la garganta. Finge que no ha sido así. Alza una ceja y lo mira de arriba abajo con meticuloso desdén.
—El amarillo no te favorece. Es más, diría que te pareces a un canario desplumado —responde, señalando la sudadera que lleva. Rudy se sumerge en el juego buscando ventaja.
Ziv pone en blanco sus enormes ojos azules.
—Quiero una disculpa —exige alzando el mentón.
—No haber preguntado. —Rudy encoge los hombres y lo esquiva para proseguir su camino.
Por supuesto, la persigue con sus andares todopoderosos.
—No por tu comentario sobre moda, por haberme llenado de pintura —aclara con una nota indignada en la voz—. Ya vistes que no fui yo.
Rudy le mira de reojo. Ha imaginado lo que quería en cuanto se le ha puesto delante.
—Hmmm, creo que voy a pasar —medita con falsedad y contesta desdeñosa.
Las pecas del chico resaltan en los distintos tonos de rojo que ha adquirido su piel alabastrina.
—¿Te has disculpado tú con Vitta y Craig? —argumenta.
—¡Que no fui yo!
—Te regodeaste por la situación.
—De la misma forma que hiciste tú cuando me dejaste como un maldito unicornio —contraataca con los ojos brillantes por haber encontrado dónde pillarla. Rudy ni se inmuta. Jamás ha pensado que es mejor persona que él.
—Acción—señala a Ziv y a continuación a sí misma—, reacción.
El chico se frustra por no conseguir sacarla de quicio. Ha escogido un mal día para ello. Se ha propuesto pasar el día sin altercados. Ziv frena y Rudy piensa que se ha librado de él por el momento, así que acelera el paso.
—Es una lástima no haber conocido a Anna. Apuesto a que era más simpática que tú.
Es instantáneo. Antes incluso que Ziv termine de formular su comentario envenenado, Rudy ya se ha dado la vuelta y agarrado por las solapas de la sudadera —esta escena se repite con mucha frecuencia entre ellos—. Se acerca tanto a él que, si agachara barbilla, podría romperle la nariz. «No te tientes a ti misma».
—Quién. Te. Ha. Hablado. De. Ella —Su voz está ahogada y nota cómo le tiemblan las piernas. Ziv tiene una sonrisa triunfante—. ¡Responde!
Lo adivina cuando un resquicio de cordura se cuela entre la impresión y el enfado. Solo tres personas que conocen la existencia de Anna. Han tenido que ser las gemelas, pues Craig nunca diría nada.
—¿Cuál de las dos?
Ziv se la quita de encima antes de decir nada.
—Vega.
Rudy se recorre la mitad de la escuela en busca de Vega Lyra. El corazón le va a mil por hora y una furia que abrasa. Tanto, que ni siquiera nota la falta de aire por la carrera ni el dolor en la pierna. No es más que una máquina movida por irracionalidad.
Se siente profanada. Hay un motivo por el que no habla de su hermana; Vega no es quién para ir haciéndolo. Menos con Ziv, que no ha dudado en aprovecharlo para herirla.
Por fin da con ella en el segundo piso. Vega está en su taquilla cogiendo unos libros.
—Tú de qué vas —Le escupe, con voz temblorosa por los nervios acumulados, cuando llega a su lado.
Vega da un pequeño salto. Sin embargo, al girarse para prestarle atención, lo hace con premeditada lentitud. Primero deja los libros, cierra la mochila y después la taquilla. Rudy piensa que va a arder por combustión instantánea. Se enfría en cuanto la frialdad de los ojos de Vega se dirige a ella.
—¿Perdón? —Se sube las gafas y se cruza de brazos.
Los nudillos de Rudy crujen. Una parte de ella la incita a darse la vuelta, apelando por la razón.
—Por qué le has hablado a Ziv de mi hermana.
Vega Lyra bufa y menea la cabeza de lado a lado. Sin creerse que le haga una pregunta tan estúpida.
—No sabía que estaba prohibido.
La bravuconería de la chica no hace nada por templar su irracionalidad.
—Deja de hablar de mi familia —exige sin ningún argumento válido a su respuesta.
Vega, que es más alta que ella, la mira desde las alturas con una mezcla entre la decepción y el enfado.
—Quizás tú quieres hacer como que no ha existido. Pero yo no.
Todo su rostro dibuja una mueca, contraída al igual que su corazón. Se le sierra el aliento. Rudy se apaga como una máquina. Sostenida en el limbo por lo que podrían ser una eternidad. Hasta que la rabia regresa y es capaz de responder.
—Era mi hermana. No tienes ni idea… —«No tiene ni idea y punto».
—¡Y era mi mejor amiga!
Vega eleva el tono de voz, retumba contra las paredes. También se le arruga el rostro, le brillan los ojos. No da tiempo a Rudy de responder y se marchar, empujándola por el hombro.
indigo.
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Re: Planet Survival
CAPÍTULO 07.2
rudy holmes & austen ellsworth.
—Si ya tengo una mochila ¿Debo comprar esta?
Rudy acerca el objeto a la cara de Craig. Quien está concentrado tachando de su lista de materiales la botella de agua hermética que sostiene en su antebrazo.
—No especifica nada.
—Pues deberían —masculla, dejando caer el brazo con el que agarra la mochila—. ¿Es tan complicado? Queridos alumnos, si ya tenéis algunos de los objetos de la lista, no es necesario que contribuyáis a este consumismo enfermo.
Tira la mochila al estante, enrabietada. No puede importarle menos este asunto. Craig la mira disimuladamente, con la ceja enarcada.
—Si no quieres comprarte la mochila, no lo hagas. —Alza un brazo como si fuera un protestante empedernido—. ¡Muerte a las mochilas! ¡Abajo el capitalismo!
—¿Cómo era eso de que no te iba el sarcasmo?
—Hay que reinventarse.
Rudy responde con una mueca antes de marcharse a la sección de ropa para Pilates. Necesita unos veinte segundos en soledad para no terminar acribillando a Craig con los cristales de sus platos rotos.
«No haces como si no existiera. ¿Y si lo hicieras? Vega no es nadie para echártelo en cara». Es una tontería, pero encuentra consuelo en el hecho de que nadie sepa que tuvo una hermana. De esta manera, solo ha muerto para ella. Es como vivir en una realidad en la que el accidente no sucedió. Durante las horas consigue olvidar que es la parte de una máquina que jamás volverá a funcionar porque hay piezas irrecuperables. Si Vega no es quién para reprocharle la falta de palabras, Rudy tampoco es quien para reprocharle a ella que lo haga. Por mucho que le fastidie darle la razón. Le es fácil olvidar que no es la única que perdió a Anna. Rudy sabe que cada quien lidia con el hueco que dejó de la manera que cree conveniente.
Debería pedirle disculpas por haberse puesto como una energúmena. Que llegue a hacerlo es otro asunto. Además, Vega Lyra la acusó de haberse olvidado de ella. No es la única que debería pedir disculpas.
—Aquí no pone nada de pantalones transpirables.
La voz de Craig por encima de su cabeza la sobresalta. Se da cuenta de que tiene aferrados unos pantalones entre sus manos y los suelta como si le hubieran dado calambre. Resopla, irritada aún. Después del altercado con Vega, lo más sensato habría sido marcharse a casa. No venir al centro comercial con Craig. Pero su determinación a no permitir que las cosas detengan su vida es más tozuda que la propia Rudy.
—¿Ya tienes todo? —pregunta a su amigo.
Craig se queda mirándola con expresión evaluativa. Y ella advierte que lo próximo que saldrá de sus labios nada tiene que ver con la lista de materiales para la excursión.
—Puedes estar enfadada por lo del Programa de Ingeniería. —Le recuerda, creyendo que ese es el único motivo de su comportamiento. Cuando solo es uno de ellos.
—No quiero hablar del tema. —Aparta la vista, con los brazos cruzados en el pecho.
Ayer le pidió, tras desahogarse, que lo dejara correr. Porque no pasaba nada. Aún tiene posibilidades de acceder al programa. El tiempo lamentándose solo le hará perder energía.
—Hablemos de otra cosa, entonces. ¡Ya sé! Reflexionemos sobre el hecho de que esta es la oportunidad perfecta para que eches la solicitud en el Programa de Mecánica y te olvides de esta sandez.
Rudy se gira hacia él echando chispas por los ojos. Pero se choca con un muro invisible cuando está por soltarle su discurso habitual. Por primera vez en años se permite pensarlo. Deja que su viejo sueño se haga un pequeño hueco entre tanto plan trazado. ¿Qué pasaría? Si se permitiera empezar un lienzo en blanco. La ausencia de una respuesta hace que le suden las manos y se le cierre la garganta.
Carraspea.
—Mejor vamos a plantearnos tus últimas decisiones. —Craig junta las cejas—. ¿En qué pensabas aceptando ser el compañero de Vittani?
—Pues en nada, sinceramente —responde perdido—. ¿Por qué te parece mal?
Rudy pone los ojos en blanco. Craig es, quizás, la persona más inocua que conoce. Galante y justo. A veces no entiende que ser un poco cabrón a tiempo, evita muchos problemas en el futuro.
—La chica está loca por ti.
—Eso ya lo sabías cuando me pediste que cambiáramos de compañero —arremete.
Tiene razón.
—Ahora lo sabes tú.
—Solo voy a ser su compañero de asiento. Tampoco es que haya dado cabida a nada más. —Se defiende—. Me sentía culpable por cómo la traté.
—Vittani lo interpretará de otra manera.
Craig suspira.
—Di lo que sea que te ronda la cabeza y terminamos antes. Todavía tenemos que ir a por…
—Solo te pido que no alimentes sus fantasías por querer ser amable.
Al final, como siempre, Rudy se ha metido donde no la llaman. Pero es más sencillo ocuparse con los problemas del resto.
—Tranquila —asegura. Rudy se permite una pequeña sonrisa por primera vez en muchas horas—. Vamos a pagar.
—Espera, tengo que coger la mochila.
Deshace sus pasos hacia la sección donde se encuentran estas. Mira por encima del hombro para ver si Craig la acompaña; lo hace, confuso.
—Pero si ya tienes una.
—Nunca dije que la tuviera, estaba planteando una situación hipotética.
Craig resopla.
—Tengo la ligera sospecha de que Rush y tú apostáis por ver quién me vuelve loco antes.
Rudy se ríe.
—Así es.
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Algunas tardes a la semana Austen trabaja en la tienda de botánica de su madre. Sobre todo, los días en los Ngom debe ir al laboratorio con el que colabora para la supervisión de las nuevas semillas que van a sacar a la venta. En otras ocasiones, simplemente prefiere quedarse en la cabaña que hay en la parte trasera de su casa trabajando en nuevas fragancias para las plantas y aceites esenciales que venden en Jacinto —el nombre de la tienda—. A Austen, salvo por la parte en la que concierne la atención de clientes, no tiene problema en cubrir a su madre. Disfruta haciendo los deberes entre tanta vegetación. Aunque sea artificial le da cierta sensación de estar al aire libre. Su único problema radica en atender a los clientes.
—Disfrute de la compra.
Vega Lyra hace entrega de la bolsa de papel al último cliente. Sonríe en grande, pero en cuanto este se gira se le caen los carrillos y retorna a su expresión seria. Vega lleva trabajando en la tienda un año. Es una apasionada de la botánica y gran admiradora de su madre.
Sale de detrás del mostrador junto con la tableta electrónica para seguir con la colocación del último pedido.
—Puedo hacerlo yo si quieres. —Se ofrece Austen, a sabiendas de que probablemente le responda con un encogimiento de hombros.
Efectivamente, Vega realiza el gesto mencionado. Está sentada entre dos largas mesas en las que hay distintos esquejes para que la gente los plante en el jardín u en macetas. Teniendo la falsa sensación de hacer crecer una planta mediante su riego con agua. En realidad, no es necesario, los esquejes están programados para ir aumentando su tamaño acorde al tiempo de crecimiento que tenía cada especie en la Tierra. No precisan de agua ni de luz.
—Lo que tú prefieras —responde Vega colocando los nuevos esquejes en una fila delante de ella para después marcar ese pedido como recibido—. Haré yo el inventario, entonces.
No sabe mucho de la chica más allá de su pasión por la botánica, que tiene una gemela y que tiene unos padres un tanto estrictos —se lo ha oído contárselo a Ngom en varias ocasiones— además de hacer experimentos con su hermana que acaban en desastre. Mediante la observación también se ha dado cuenta de que es la reina del «me da igual todo». Es una chica a la que le trae sin cuidado lo que puedan opinar de ella, ya sea bueno o malo. Ni mucho menos se interesa por los demás. Muchas veces ni te contesta, se limita a mirarte haciendo ver que te ha escuchado pero que no gastará palabras en ti. Con la única persona que la ha visto mantener una conversación fluida es Noelani.
Austen piensa que se parecen un poco. Por eso de ir a lo suyo. Salvo por que Vega Lyra ignora absolutamente al resto de la humanidad. Mientras que Austen se pasa el día observando a la gente que lo rodea, tratando de entenderlos, a pesar de no mezclarse con ellos.
Vega le tienda la Tablet, regresa al mostrador a por otra y comienza con el inventario. Pasan una hora en silencio, cada uno con sus quehaceres, solo interrumpidos por algún que otro cliente.
—¿Crees que podré salir antes? —pregunta Vega.
Austen levanta la vista, la chica se cierne como una montaña sobre él. Se sube las gafas por el puente de la nariz sin dejar de mirarlo con su expresión pragmática.
—Claro, sin problema. —Austen experimenta una pequeña dosis de ansiedad. Nunca se ha quedado solo en la tienda. Reza para que no vengan muchos más compradores. Después de todo queda una escasa hora para el cierre.
—Gracias. Tengo una entrevista con el orientador de la escuela —explica. Vega apoya los riñones contra la mesa.
Asiente mordiéndose el labio. ¿Es una invitación a que le pregunto o simple información complementaria? Se rasca la mejilla.
—¿Por lo del castigo? —aventura.
Vega frunce el ceño.
—No, para rellenar una solicitud de acceso. Voy a aplicar por el programa de Botánica Molecular. Tu madre me ha escrito una carta de recomendación. Ya que mis padres se han negado para castigarme por lo de… —Vega se frena a sí misma, como dándose cuenta de que ha compartido mucha información. Menea la cabeza—. En fin, gracias.
«Claro, las solicitudes de acceso». La mayoría de sus compañeros andan en eso. El señor Norman también ha intentado reunirse con Austen, pero lo ha rehuido cuanto le ha sido posible. No tiene ni idea qué quiere hacer después de la escuela. El chico solo destaca en el tiro con arco. Como no quiera dedicarse a cazar hologramas… Frena el camino en el que está introduciéndose su mente. Sopesar su futuro le hace sentir más inútil de lo que ya se siente sin atenuantes.
—Mucha suerte. —La anima.
Vega está absorta con la vista clavada en sus pies, no le ha escuchado. Hoy está distinta, como alterada —para ser ella, claro—. La ha escuchado maldecir en varias ocasiones y suspirar estrangulada otras tantas. Parece que algo la perturba.
—¿Decías algo? —inquiere con retardo.
Se lo repite, emulando una sonrisa que pretende ser cálida. De consuelo, quizás. Por supuesto, Vega ni se inmuta.
—Gracias. Me voy ya.
Asiente y le dice adiós con la mano. Su compañera se acerca a la trastienda a por sus pertenencias y reaparece minutos después. Se despide de él en esta ocasión y se marcha. Austen se concentra en terminar de colocar el pedido de aceites en el estante. Ya es la última caja.
—Hola. ¿Puedes ayudarme?
Se queda tieso. Una clienta. Vale, no pasa nada. Tiene que limitarse a responder sus dudas y luego cobrarle. No es un examen. Austen gira con tanta rapidez que le da con el codo a los frascos que había estado colocando.
—¡Perdón! ¡Un momento! —chilla con la voz aguda, aún sin haber visto a la clienta. Trata que los frascos no se caigan al suelo y lo recoloca con manos temblorosas—. ¡Ya estoy!
De nuevo se da la vuelta, con cuidado de no tirar nada. Solo que no se fija en la caja vacía a sus pies. Tropieza con ella y para no romperse los dientes, parapeta hasta que se agarra al borde de la mesa, medio colgado de ella, con el cuerpo contorsionado como si estuviera haciendo el saludo al sol.
—Hijo, ¿te encuentras bien?
«No, estoy terriblemente avergonzado», piensa, intentando ponerse de pie.
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La figura de su padre, pulcra y trajeada, desentona hasta tal punto en su caótico apartamento que Rudy abraza la ligera sospecha de haber perdido la cabeza de una vez por todas. Es de noche y ha pasado la tarde pateándose la ciudad en busca de los enseres para la excursión, lo que menos le apetece ahora —nunca— es embarcarse en una conversación con Darwin.
Trata de digerir la situación. Cierra la puerta y deja la bolsa en la mesa bajo la atenta mirada de su padre. No hay saludos afectuosos, ni de ningún tipo.
¿Cuánto hace que no tiene noticias suyas? ¿Un mes? ¿Quizás más? Darwin canceló la última cena mensual a la que se arrastran para pasar una velada incómoda y silenciosa juntos. Como un ligero engaño de que todo marcha bien. Tampoco le envió ningún correo reprochándole su comportamiento. Silencio absoluto. Lo último que supo de él fue a través del orientador Norman. «Tu padre me contó que querías entrar al programa de Mecánica». Tal vez a eso se debe su visita.
Sea como fuere, lo mejor es pasar por el trago cuanto antes.
—Papá —dice tratando de desenredar las cuerdas vocales.
Él camina a su encuentro, abandonando la zona del ventanal, donde debía haber estado mirando los óleos que cogen polvo allí. Percibe su presencia como una invasión a su privacidad. Su padre puede entrar al apartamento cuando le plazca porque le pertenece. Rudy solo lo ocupa. No pocas veces, ha barajado la idea de buscar un trabajo y emanciparse económicamente, rompiendo el único lazo que la une ya a Darwin. Pero eso sería un movimiento definitivo.
—Tienes el apartamento como una leonera. —Darwin echa un vistazo a la mesa llena de trastos, a la par que golpea rítmicamente el respaldo del sofá—. ¿No pago para que vengan a limpiar?
La pregunta parece sincera, como si hubiera olvidado si lo hace o no. De no ser porque no pierde la oportunidad de lanzar comentarios en apariencia inocuos que, en realidad, cargan con ataques indirectos.
—Hoy no. —Evita confesarle que despidió al robot sirviente.
—Bien, llamaré para que sea a diario.
Lucha por no poner los ojos en blanco. Típico de él. Hace la visita de la culpa cada cierto tiempo, arregla unas cosas aquí y allá y después se marcha con la conciencia un poco más liviana.
—Imagino que no has venido para esto. —Rudy cree saber por qué está aquí, solo que quiere oírselo decir.
Se apoya en el sofá, en paralelo a Darwin. Su padre planea con la mano, a medio camino de otro golpecito que le amenaza los nervios. Finalmente deja caer el brazo junto a la cadera. Rudy lo mira a los ojos por primera vez desde que entrara en casa.
Tan negros como los de ella, vacíos y atenuados. El rostro puntiagudo marcado por arrugas tan profundas como grietas en una piedra. Estas le oscurecen aún más la piel ahí donde habitan. Darwin no tiene ni cincuenta años y aparenta la edad de una persona vieja. La tristeza no sienta bien al cutis.
—Tu orientador académico me ha llamado.
Prepara la coraza contra los golpes que se avecinan. Asiente con lentitud, digiriendo las palabras. Ojalá hubiera escogido cualquier otro día para aparecer. Hoy la costumbre no significa nada para ella y el viejo resquemor porque su padre prefiera hablar con el señor Norman antes que con ella le pica en el pecho.
—Así que ya te has enterado. Puedes ahorrarte el sermón —indica Rudy casi en una súplica infantil.
—Solo quiero saber por qué. —Darwin acorta la separación con otro paso. Ahora está cerca y debe alzar la barbilla para mirarlo a la cara.
En un primer momento no sabe qué responder ya que no tiene clara la pregunta. ¿Por qué no te han aceptado? ¿Por qué no puedes comportarte? ¿Por qué no eres más como tu hermana?
—Bueno, por lo visto, es un requisito indispensable no tener personalidad alguna. —Recurre a la ironía amarga.
Darwin tantea la expresión ya no tan inexpresiva de su hija antes de hablar. Fuerza la mandíbula hasta que le chirrían los dientes. Por lo demás, se mantiene tan inexpresivo como un lienzo nuevo.
—Por qué te empeñas tanto —suspira y, añade, dubitativo—: No es necesario que hagas lo que ella haría.
Clava las uñas en los muslos, focalizando el dolor en la carne y obviando el del corazón. «Lo ha dicho», no esperaba que lo reconociera. Existe una diferencia abismal, medida en daño, entre lo que crees saber y recibir una confirmación. Rudy se da cuenta que un punto diminuto de su interior llevaba años aferrándose al consuelo de que quizás estaba equivocada. Pero Darwin acaba de aplastarlo.
—Tiene gracia—traga las lágrimas, negándose a cualquier reacción que haga que su padre se percate del dolor—, en
los últimos años has dado a entender lo contrario.
Darwin se muestra afectado, confuso.
—En ningún momento… —murmura sin convicción.
—Al menos sé sincero —reprocha agachando la vista. Las lágrimas se acumulan en sus ojos, a pesar de sus determinaciones. Toma aire antes de hablar de nuevo—. Ya sé que soy una decepción constate para ti. Que desearías que fuera Anna la que estuviera aquí ahora mismo. No yo.
—¡Jamás he dicho eso! —rebate escandalizado, la mano en el pecho.
Mira a su hija con ojos certeros y despejados. Como si hasta el momento una capa hubiera cubierto su visión y lo viera todo distorsionado.
—Lo piensas, ¿a que sí?
—Yo…
Se le adelanta. Prefiere ser ella la que ponga la verdad sobre la mesa.
—Tranquilo. Ya que nos estamos sincerando, he de confesar que yo también lo deseo. Es agotador intentar ocupar su lugar. Habría sido todo más sencillo si hubiera sido Anna la que sobrevivió al accidente.
Hunde los codos en las costillas. El silencio acoge la confesión y recarga el ambiente. También es la primera vez que se lo admite a sí misma. Desata un tanto la presión de su pecho.
—Estás sacando las cosas de quicio, Rudy.
Darwin hace un amago por estirar la mano y apoyarla en el hombro de la chica. Ella se inclina a un lado para evitarlo. Pero lo que no puede remediar es la lágrima caliente que resbala hasta su barbilla.
—No me quitas la razón. —Arranca la lágrima y sorbe por la nariz. Trata de despejarse lo suficiente para aguantar un poco más antes de hundirse del todo—. Vete, estoy cansada.
—Si necesitas ayuda de algún tipo.
Rudy lo mirada de tal forma que se encoge. No puede creérselo.
—Te necesitaba a ti, eso era todo —confiesa. Se levanta para apartarse de su lado—. Pero hace ya tiempo que desistí. Así que ahora no vengas a hacer como que te preocupas.
Las arrugas de Darwin se acentúan bajo la mueca de disgusto. Su sorpresa y desconcierto la encienden. Rudy no ha dicho nada que él no se haya encargado de demostrarle con acciones. Mandarla a vivir por su cuenta con catorce años, ignorarla durante semanas y las constantes miradas altaneras de decepción.
Como si su padre lo hubiera hecho todo bien. Como si no tuviera parte de culpa en el desastre en el que se ha convertido Rudy. Era una niña cuando las perdió. Estaba asustada, triste y necesitaba a su padre. No un recordatorio constante de todo lo que hacía mal.
—¡Vete! —repite temblando.
Está dándole la espalda, de pie en medio de la sala de estar, apretando la mandíbula hasta que le duelen los dientes. Segundos más tarde, escucha las pisadas casi insonoras de Darwin.
—Sigo siendo tu padre, Rudy. Aunque pienses que no es así.
El chasquido de la puerta al cerrarse anuncia su marcha.
A Rudy le revienta la coraza y todo se desborda dentro. La tensión de los dos últimos días vaga libre por su sangre, transformándose en lágrimas.
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La mañana de la excursión, Austen sopesa fingir una gastroenteritis desastrosa para librarse de ella. Desde que se anunció ha tratado por todos los medios de no ir. Odia las excursiones. Ya sea porque lo obliga a salir de sus zonas de confort o porque siempre acaba tirado. Sin compañero y solo durante los ratos de descanso que les dan, vagando por el lugar en cuestión.
Estuvo a punto de evitarla. Al ver la angustia de su hijo, Ngom casi le escribió un justificante para que quedara exento —a pesar de las quejas de Liana, que se oponía—. Pero entonces lo castigaron, acabó en el grupo problema y su madre decidió que su castigo personal sería ir a aquella excursión.
Remolonea cuanto puede en la cama. Hace caso omiso a los rugidos de su estómago, que se retuercen ante el olor de las tostadas que proviene desde la cocina, justo debajo de la habitación del chico. Al final se levanta y se da una ducha. Trata de no ser catártico. Las excursiones no son plato de buen gusto para él, pero no es la primera a la que debe asistir. Antes de que se dé cuenta volverá a estar en casa.
Tras vestirse reúne todos los materiales de la excursión. Los compró antes de ayer, tras haber trasnochado toda la noche con Liana. De camino al Barrio Robot, su hermana se cruzó con unos amigos de no sé qué clases de danza emocional y se le borró la idea de ir a investigar. Para desgracia de Austen, no permitió que se marchara a casa. Así que pasó toda la noche en el rincón del bar, tratando de leer un libro sobre fauna animal, que tenía guardado en su lector de retina, antes de quedarse dormido sobre la chaqueta. Cuando amaneció Liana lo llevó a desayunar y aprovechó para hacer las compras. Conocía al encargado de la tienda y les dejó pasar antes de la apertura como pago por un favor. Nunca dejaría de sorprenderle la cantidad de gente que conocía su hermana y cuántos le debían favores.
Por supuesto, a Liana le cayó la regañina del milenio cuando regresaron a casa para que Austen se cambiara. Su madre poco más que la llamó delincuente. Liana se limitó a escucharla sin inmutarse mientras desayunaba por segunda vez, antes de irse a dormir.
Baja a la cocina, donde su madre cocina el desayuno y Liana dormita al lado de un zumo de naranja. El sol entra por el gran ventanal que da al jardín delantero. Ngom tiene puesta una melodía ambiental de cantos de aves. La escena habitual de las mañanas.
—Buenos días —musita él antes de sentarse frente a su hermana.
—¿Listo para la excursión? —pregunta su madre plantándole una taza de descafeinado en las narices—. Seguro que lo pasas de maravilla—. También le da unas palmaditas animosas en el hombro.
—Si te digo que no. ¿Existe alguna posibilidad de que me dejas escabullirme?
Ngom se lleva la taza de café a los labios clavándole los ojos verdes, Austen se esfuerza por poner cara de derrotismo. Es un aprovechado, no cabe duda. Sabe que su madre es fácil de ablandar. Con él siempre es más permisiva y comprensiva.
—¡Ni de coña!
Liana resurge de sus cenizas resacosas asustándolos a ambos. Tiene los ojos parcialmente cerrados, la cara marcada con los surcos de la mesa y el pelo revuelto. Apunta a su hermano con el dedo.
—Vas a ir a la excursión como cualquier otro chaval. Que no te estamos mandando a la guerra, Austen —reclama Liana con la voz ronca.
Ngom le lanza una mirada de advertencia, aunque no le quita razón. Sin embargo, parece afectada, dubitativa. Austen se siente culpable de inmediato. No debería aprovecharse con su madre. Sufre mucho cuando obliga a su hijo a afrontar situaciones que lo incomodan.
Todo se debe a la manera en la que reaccionó Austen a la muerte de su padre. No se puso triste, solo pasó meses en shock. Tanto que ni siquiera hablaba. Fue extraño. No recuerda mucho de esos meses, solo recibe fogonazos borrosos, así como del accidente. Estaba, pero a la vez no. Hasta que un día lo procesó. Su padre había muerto. No volvería. Entonces empezó a funcionar de nuevo. Más o menos. A partir de entonces fue una persona muy distinta de la que había sido. Nada quedaba del niño intrépido, sin miedo y enérgico que siempre andaba de acá para allá.
—Tranquila, mamá. —Se disculpa—. Liana tiene razón.
—Como siempre. —Se zampa una tostada casi de un bocado.
Su hermana es todo lo contrario a Ngom. Nunca lo ha tratado con cuidado, sino con una brusquedad y sinceridad apabullantes. Nada de sedas.
—Cielo, vas a pasarlo genial. —Trata de convencerlos con una enorme sonrisa brillando en su piel oscura.
«Eso no puede prometérselo».
—Con que no te comportes como un alma torturada mirando al espacio, nos conformamos —ataca su hermana.
Ngom apoya la taza de café con brusquedad a modo de amonestación.
—Hija. ¿Por qué eres tan bruta?
Liana se encoge de hombros como si la cosa no fuera con ella. A Austen le viene una idea repentina mientras unta de mermelada su tostada.
—Tengo una idea. —Liana ni le mira, así que le tira una miga de pan para llamar su atención. Cuando la obtiene, prosigue—: Yo te prometo que haré al menos algo divertido en esta excursión si tú prometes escribir un par de capítulos de tu novela mientras esté fuera.
Liana se queda tiesa, incluso su madre acoge la noticia con sorpresa. Austen no sabe si le sorprende más lo primero que lo segundo.
El problema con Liana es que se pasa la vida investigando, hablando de ideas para libros y nutriéndose de experiencia —como ella lo llama—, pero nunca se pone a escribir de verdad. Así como desvergonzada para todo, cuando se trata de escribir se convierte en una chiquilla insegura. Como si le hubiera cogido miedo a la pluma, al fracaso. Austen conoce el talento de su hermana. De niños, Liana le escribía cuentos todo el tiempo. En su época de instituto llegó a ganar diversos certámenes. Incluso le han publicado un par de relatos en una revista.
Pero Liana no escribe desde la muerte de su padre. Desconoce los motivos. Nunca hablan del tema. Más que nada por ella, siempre revoca cualquier conversación que tiene que ver con él.
—¿Cómo sabré que lo has hecho? —espeta cruzándose de brazos tras recuperarse.
—Le pediré a alguien que lo documente. —Austen ignora el arrepentimiento que ya le oprime el pecho.
—Trato hecho —acepta ella extendiéndole la mano.
Ha sido fácil. Quizás su hermana piensa que no tendrá que cumplir la apuesta porque no hay forma de que su hermano haga algo divertido. Pero está dispuesto a sacrificarse. Acepta el apretón con una sonrisa de ganador. Ngom observa a sus hijos con cariño, bebiendo en silencio de su café que parece no acabar nunca.
—Voy a vestirme para acompañarte al colegio —anuncia poco después—. Liana, si quieres no te vistas, pero vienes también —acota antes de que su progenitora suelte alguna de sus réplicas para sacarle de quicio
—O sea, que, si me detienen por ir en bragas, puedo usarte como coartada para decir que tenía el beneplácito de mi querida madre.
Arruga la nariz y le sonríe de manera pedante. Su madre se limita a darle una colleja. Austen no presta mucha atención, está ocupado preguntándose qué va a hacer para cumplir la promesa que le acaba de hacer a Liana.
¿Caerse al bajar del autobús contará como anécdota divertida? Ni idea. Pero desde luego que alguien lo grabaría.
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Tomarse la vida día a día ha hecho que la misma sea más llevadera. En las ocasiones en que los días se antojan demasiado dificultosos, opta por tomarla a minutos. Puede que a veces a segundos.
A segundos es como pasó Rudy Holmes la noche. Hasta que consiguió quedarse dormida. Hoy se levanta agotada, con los ojos hinchados de tanto llorar y un vacío en el pecho que le aplasta el corazón. Está derrotada, sin fuerzas para sentirse de ninguna manera, con una mole sobre la cabeza.
Los dos últimos días han sido emocionalmente caóticos: decepción, culpabilidad e ira que culminó con un pincelazo de dolor tras la conversación con Darwin. ¿Qué le jode más? ¿La confirmación o que Darwin se hiciera el sorprendido, como si Rudy le estuviera dando mucha información nueva? Ni idea. Solo sabe que ya no quiere tener nada que ver con el único progenitor que le queda.
—¿Café?
Ante la pregunta, una taza humeante se materializa a escasos centímetros de su nariz. La acepta y da las gracias a Craig con un asentimiento de cabeza. El chico está detrás del sofá en el que ha dormido Rudy, también con una taza.
El calor que irradia la taza la reconforta. Se la lleva a los labios y sopla, con la vista fija en la ventana, observando el amanecer. Craig se sienta a su lado, todavía en pijama y adormilado.
El día anterior, tras romper a llorar como una descosida y destrozar la mitad del mobiliario de su apartamento, Rudy vino al de Craig. ¿Adónde más iba a ir si no? El chico es lo más parecido que tiene a una familia. La única persona de la que se permite depender porque el tiempo le ha confirmado que estará ahí para acompañarla, de la misma manera que ella lo acompaña a él.
Craig no hizo preguntas. Se limitó a intentar contener el torrente de sollozos. Y cuando a Rudy se le acabó la pila, le dio una almohada y una manta antes de irse a su dormitorio. Ella espera por las preguntas no formuladas, preparándose para responderlas. Pero Craig sigue callado, bebiendo de su café.
No tarda mucho en empezar a pensar de nuevo. No tiene la más remota idea de lo que sigue. Si su padre hará algún intento por seguir expirando su culpa o se apartará para siempre. Lo único que tiene seguro es que no quiere darle la oportunidad de hacer ninguna de las dos cosas. Prefiere ser ella quien lleve la voz cantante en el asunto. Ya han sido muchos años esperando por las reacciones de su padre.
—Craig. —Llama la atención de su amigo, este le hace un gesto de barbilla para que vea que la tiene—. ¿Crees que podría quedarme un tiempo en tu casa cuando volvamos de la excursión?
Puede ser una decisión precipitada y sugestionada. Pero lo siente adecuado en sus entrañas. No puede desligarse de su padre si continúa sujeta a él económicamente. En cuanto regrese de la excursión buscará un empleo y otro sitio donde vivir. Aunque eso signifique tener que mudarse de barrio, lejos de Craig e incluso de Rush.
Craig intenta leer su expresión antes de formular una respuesta. Ella es consciente de que le está pidiendo demasiado. No es lo mismo pasarse el día aquí metida a mudarse.
—Claro, todo el que quieras —asegura, posando una mano en su pantorrilla—. ¿Ha pasado algo? No hace falta que respondas si no estás lista.
—Lo inevitable, supongo —comenta tragando saliva—. Mi padre vino ayer a casa. Te puedes imaginar cómo terminó.
Es todo cuanto puede contarle por el momento. Hoy es la excursión y prefiere concentrarse en ella a revivir con pelos y señales los acontecimientos de la noche anterior.
—Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras —repite Craig—. Por eso no te hagas problema. Pero vas a tener que limpiar a cambio de mi deliciosa comida.
Rudy alza una ceja tras su taza de café.
—Tampoco son tan deliciosas —miente. Habría muerto de hambre mucho tiempo atrás de no ser por las dotes culinarias de Craig.
—Esa ofensa merece la limpieza profunda del baño. —Sigue picando.
—Ya lo veremos… —puntualiza. Después, abandona la taza en la mesilla y se estira para darle un abrazo a Craig—. Gracias, por todo. Te prometo que no tendrás que aguantarme por mucho tiempo.
—Mientras limpies —responde con tono cantarín.
—¡Qué pesadito con la limpieza! —Le frota la cabeza con el puño, revolviendo su pelo moreno, recién teñido.
—Auch, auch.
—¡No es posible! —Se sobresaltan. Rush ha entrado al apartamento y alterna un dedo acusador entre ambos—. ¡Qué os he dicho sobre hacer fiestas de pijamas sin mí!
Craig mira a Rudy de reojo y ella hace un disimulado gesto negativo con la cabeza. Entre la tontería de la limpieza y la indignación del recién llegado, se nota más animosa. No quiere estropearlo trayendo el tema devuelta. Mejor que Rush piense que han montado una fiesta de pijamas clandestina.
Se levanta de un salto para empezar el día. Tiene una hora para ducharse, cambiarse e ir al colegio. Cuando pasa por el lado de Rush le pellizca el brazo para darle los buenos días.
—Salvaje —responde intentando darle un puntapié, pero Rudy se aparta con rapidez.
—Hay café hecho —dice Craig a su mejor amigo—. Voy a darme una ducha. No desordenes.
—Míralo, va a ponerse guapo para Vittani.
Rush se lanza al sofá y sube las piernas a la mesita de café.
—Se conoce como higiene —rebate el aludido sin entrar en su juego.
—Rush… —acomete Rudy, con una mano en la puerta.
—¿Acaso me equivoco?
—Siempre —responden los otros dos al unísono.
Les hace un corte de mangas antes de encender la televisión. Craig bisbisea algo sobre que siempre se ducha todos los días y que nada tiene que ver con su compañera de excursión. Rudy los observa con una sonrisa. Puede que no tenga a su padre, pero no está sola. Y eso ya es más de lo que tienen muchas personas.
indigo.
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Re: Planet Survival
- que alguien le de condena a Katherine por hacerme sufrir:
Holi finalmente aquí pa comentar tu hermoso capitulo que estoy segura que va a ayudarme a escribir el capitulo que me toca subir no le doy mas vuelta porque ya me tarde demasiado xd pero siempre vale perdir perdón por la tardanza. De seguro me arrepiento de no haberlo leído antes como ya me ha pasado la verdad estoy ansiosa de ver mas sobre Rudy y Austen
Bueno, al principio cuando iba leyendo no entendia si Rudy estaba feliz de ser basicamente aceptada en el programa de Ingeniería (porque mi bebe es cúl y ella ya sabe que quedo, osea, no jodan ), pero mientras iba leyendo entendí porque se siente así y como no si te falta tu hermana, tus padres que te apoyen. Quiero abrazarla porque enserio se siente muy solitaria el leer que pase todo esto solita
Que te esperas Norman si la metes con todos los problematicos ni uno de buena fe hay allí (bueno si, pero los problematicos le ganan en mayoria).—Ha juntado a lo peor de cada casa, ¿cómo espera que vaya? —replica Rudy con brusquedad. No está por la labor de conversaciones superfluas.
Igual que flojera tener que ser la responsable de esos niños cuando ella merece tambien que la cuiden en vez de cuidar a todo el mundo. Creo que tambien Rudy se adjudica ese papel porque se ve que se le ha asignado siempre. Pero no se preocupe Norman que cuando esten barados en el planeta extraña ira todo de maravillas (mentira)
—Lo siento, han denegado tu petición —suspira con verdadera congoja.
QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE NO ME JODAN
Esta diciendo que no entro por su comportamiento???????? NO ME JODAS! Esta metida en todos esos problemas porque siempre se esta haciendo cargo de mierda ajena DEJENLA ENTRAR A INGENIERIA JODER QUE ES SU SUEÑO
Estoy indignadisima que iria a patearles todos el culo por estupidos yo hubiese reaccionado igual que ella, encima quieren mandarla a mecanica como consuelo. QUEREMOS INGENIERIA! Aunque ahora me confundo si lo hace por ella o por Anna. Yo quiero que lo haga por ella y ya deje de sentirse culpable por la muerte de su hermanaPero era Rudy quien se las pedía y en una absurda e inocente fantasía, creyó que con ello conseguiría que se fijara en él de una vez por todas.
AWWWWWWW MI CHIQUITO HERMOSOOOOOO PORQUE RUDY NO PUEDE VER A ESTE HERMOSO CHICO?! Un amor, lo amo, adoro fuerte él todo lindo escuchando conversaciones ajenas, pero no me molesta porque sé que tiene buen corazónAusten, miedoso como es, comienza a imaginar un sinfín de posibilidades por las que puede terminar muerto allí dentro. Como que se le caiga una caja en la cabeza, una máquina cobre vida o, peor si cabe, que un asesino esté escondido y le salte a la espalda en cualquier momento.
JAJAJA pobre Austen, se parece a mi cuando duermo sin luces xd pero es la esencia de miediosos, aunque él paranoiquea mucho xd
Mi corazoncito se rompió cuando leí que Rudy estaba llorando toda triste pero al mismo tiempo estaba loco porque Austen y Rudy tienen mas interacciones amo que él sea tan timido y ahi Rudy toda "que no estaba llorando y no tienes que hacer nada aqui". Mija que tu tampoco deberías estar ahí
—Tienen un sensor en la punta. Una vez decidas tu objetivo, la flecha acabará en él, aunque falles en el tiro —recita con la monotonía de un manual de instrucciones—. Vittani las diseñó y yo las hice.
Leí esto y fue como Prepárense que estas dos, además de ser desmadre juntas, también se inventan cada cosa fabulosaCon una sonrisa bobalicona dibujada en las facciones se dirige a la salida. Medio flotando en una nube, medio sin creerse este encuentro surrealista. Es consciente de que esta conversación no es transcendental, ni propicia ningún tipo de relación. Pero el encuentro se queda con él durante todo el camino a casa. Así como la mirada de dolor de la chica, que le pone los pelos de punta.
Me llena de feels hermosos leer lo mucho que le gusta Rudy a Austen es que es tan tierno y dulce QUIERO UN AUSTEN POR FAVOR, QUE SI RUDY NO SE DA CUENTA LO LINDO QUE ES YO SIIII
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Puede que las eche de menos. Es posible que, en ocasiones, se arrepienta de esa decisión drástica. Pero en su momento fue lo correcto. Porque cuando se cruzan, cuando las ve juntas por la escuela, tan unidas; todo en lo que puede pensar es en su hermana. En que esas podrían haber sido ellas de no haberse subido a aquel maldito tren.
Me entretuve un monton leyendo la historia de Rudy, su hermana y las gemelas. Es que eran tan lindas juntas que es injusto que todo haya acabado asi para ellas. Entiendo que Rudy necesitara su espacio y que el estar con ellas era una constante manera de recordarle que Anna no esta, y creo que Vega la entiende pese a que es toda hostil con ella.
Amo a Noe que ella ni cuenta pero tampoco es su culpa. Fue una situacion dificil y tomo la decision que creia la mejor en su momento les gustase o no. Aunque me gustaria que volviesen a ser amigas pero claro que varados en la isla lo haran jujuju—Si Alvie quiere disculparse, se disculpa. Si Rudy no quiere hacerlo, no lo hace —comenta con calma—. Lo único importante aquí es que lo inconvenientes y las calumnias no han sido impedimento para que me siente con Craig durante el viaje.
JAJAJAJAJ a ella que le importa lo que quieran hacer sus amigas si en total Vitta se va a sentar con su crush que es terrible esta chica. Por cierto, adoro las interacciones de estas tres son tan lindas que quiero unirme a su grupo, asi veo pelear a Rudy y Alvie y Vitta haciendo medidora con sus elocuencias
Se entiende que haya mentido para safar de la pregunta y no contestar la verdad. Lo cierto es que ES UNA MIERDA QUE NO LA ACEPTARAN EN EL FUCKING PROGRAMA POR ESA MIERDA, OSEA, TE PIERDES DE UNA GRAN ALUMNAEl problema es que ella sí lo hace. Para Rudy es una vergüenza, una certeza de que no está a la altura. Y quizás no se lo ha dicho a su amiga porque en el desconocimiento no se convierte en realidad.
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pero espero que le pueda decir la verdad a Alvie tomandose su tiempoEn la fila de la izquierda, capta unos ojos que la observan. Cuando alza la vista, se encuentra con Austen. Él aparta la mirada rápido, dando un respingo.
AY QUE LINDOOOOOOOOOOOOOOOOS!!!!!!!![Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Me muero que lo cacho mirandola!! Es tan lindo y fue tan obvio que hasta el pesado de Rush se dio cuenta xd necesito dosis de Rusten, Audy (????????????) a Emilia le queda mejor nombrar los ships que a mi xd—¿Qué te traes con el rarito?
—Eres el precio a pagar por las deliciosas recetas de Craig —responde a Rush, cuya sonrisa toca pelotas se asemeja
mucho a la de un payaso con demencia.
JAAJAJAJAJAJAJJA por pasarte de listo y decirle rarito a Austen amo las interacciones de estos dos. Son tan apuestos y se meten uno con el otro pero llevan la fiesta en paz por la comida de Craig
Rudy creyendo que Austen la mira solo porque la vio llorar y NOOOO yo se que Austen la mira con ojitos de amor ¿que no te das cuenta que Austen es tu Vittani, Rudy? No tan loco, acosador e infantil pero yo sé que le gusta Rudyy Y ELLA TIENE QUE SABERLO TAMBIEN POR FAVOR
La mirada es efímera y, también de nuevo, es Austen quien rompe el contacto. Incómodo o avergonzado. Por experiencia, Rudy sabe que cuando conoces la peor parte de alguien es más sencillo mirar para otro lado. La verdad incomoda. Incluso a Rudy le cuesta mirarse en el espejo cuando lo peor de ella decide salir a jugar.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Es una lástima no haber conocido a Anna. Apuesto a que era más simpática que tú.
Es instantáneo. Antes incluso que Ziv termine de formular su comentario envenenado, Rudy ya se ha dado la vuelta y agarrado por las solapas de la sudadera —esta escena se repite con mucha frecuencia entre ellos—. Se acerca tanto a él que, si agachara barbilla, podría romperle la nariz. «No te tientes a ti misma».
—Quién. Te. Ha. Hablado. De. Ella —Su voz está ahogada y nota cómo le tiemblan las piernas. Ziv tiene una sonrisa triunfante—. ¡Responde!
TRE-MEN-DOOOOOOOOOOOOO
Yo me venia riendo de que se estaban peleando entre los dos, felicitando a Rudy por el accion-reacción y pensando que, si bien Ziv no tuvo la culpa esta vez, ya le venia bien joderle un poco por ser un pesado. PERO ME SORPRENDIO LA REACCION DE RUDY Y aghhh lo odie cuando le miro sonriendole asi todo odioso.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Era mi hermana. No tienes ni idea… —«No tiene ni idea y punto».
—¡Y era mi mejor amiga!
Aqui lloro porque me duelen las dos. Rudy que intenta opacar el dolor haciendo que Anna nunca existió y Vega que también sufre porque era su mejor amiga, y todo el mundo sabe que tu mejor amiga es la hermana que la vida te ha dado. Mira que me pongo en el lugar de ambas, pero me mato cuando Vega le grita que era su mejor amiga lloro y sufro, y tengo un maldito problema contigo, Katherine, que siempre me haces sufrir y es adictivo porque sin el drama yo no vivo—Si no quieres comprarte la mochila, no lo hagas. —Alza un brazo como si fuera un protestante empedernido—. ¡Muerte a las mochilas! ¡Abajo el capitalismo!
—¿Cómo era eso de que no te iba el sarcasmo?
AAJAJAJJA lo amo, no sé, es tan Craig que amo como lo usas super lindo y considerado con Rudy que hasta chistes se atreve a inventar, pero que no le van por ser tan correctoDebería pedirle disculpas por haberse puesto como una energúmena. Que llegue a hacerlo es otro asunto. Además, Vega Lyra la acusó de haberse olvidado de ella. No es la única que debería pedir disculpas.
Las dos deberian disculparse y vivir cada una con su recuerdo de Anna de la mejor manera, no pelear porque una quiere olvidar y otra seguir recordandola. Es el tiempo de cada una y como han manejado la situacion desde sus zapatos. Ojala que pronto se reconcilien
A ver que si la mecanica es su verdadero sueño A POR ELLO, CHICA. Rudy tiene que dejar de pensar en que le debe algo a Anna. No lo hace, lo que sucedio fue horrible pero Rudy esta viva y debería hacer lo que ella realmente quiere, perseguir sus sueños y no los de su hermana. No me imagino que tan grande debe ser su culpa para incluso querer perseguir los de tu hermana fallecida. A lo que me pregunto como fue el accidente de tren y porque Rudy se culpa tanto... creo que voy acosarte por whatsapp jajajaRudy se gira hacia él echando chispas por los ojos. Pero se choca con un muro invisible cuando está por soltarle su discurso habitual. Por primera vez en años se permite pensarlo. Deja que su viejo sueño se haga un pequeño hueco entre tanto plan trazado. ¿Qué pasaría? Si se permitiera empezar un lienzo en blanco. La ausencia de una respuesta hace que le suden las manos y se le cierre la garganta.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Solo te pido que no alimentes sus fantasías por querer ser amable.
Al final, como siempre, Rudy se ha metido donde no la llaman. Pero es más sencillo ocuparse con los problemas del resto.
Supongo que tambien es un mecanismo de defensa ocuparse de problemas ajenos que de los suyos, pero por momentos siento que Rudy en verdad es como una hermana mayor para sus amigos. Los cuida a su manera, les advierte antes de meter la pata como lo hace con Craig, y me parece bien que lo haga y le tenga en cuenta los sentimientos de Vitta. Al fin y al cabo, ambos son sus amigos. Ya pues, quizas si es una metiche y yo tambien porque soy igual xd—No, para rellenar una solicitud de acceso. Voy a aplicar por el programa de Botánica Molecular. Tu madre me ha escrito una carta de recomendación. Ya que mis padres se han negado para castigarme por lo de… —Vega se frena a sí misma, como dándose cuenta de que ha compartido mucha información. Menea la cabeza—. En fin, gracias.
Mira que no sabia que trabajaban juntos! Me gusta la actitud de Vega de "todo me importa una mierda", aunque al mismo tiempo pienso que tambien es un mecanismo de defensa y que quizas la muerte de Anna le afecto de otra manera no sé, solo sé que te gusta verme sufrir y ESTOY SEGURA QUE LO HARAS KATHERINE.
Pero se me hace super tierno Austen deseandole suerte y Vega de "sisi, gracias, chau" JAJAJA la adoro—¡Perdón! ¡Un momento! —chilla con la voz aguda, aún sin haber visto a la clienta. Trata que los frascos no se caigan al suelo y lo recoloca con manos temblorosas—. ¡Ya estoy!
Enserio que Austen es un amor se me hace muy cute que sea tan timido y torpe xd ojala pueda tener mas confianza en si mismo porque enserio es un buen chico
Señor, Rudy no tendria que pensar asi si usted quiza la hubiese acompañado en la perdida de su otra hija las cosas serian distintas. Que tampoco ha sabido manejar el dolor de la perdida, pero dejarla sola tampoco es la solucion.—Por qué te empeñas tanto —suspira y, añade, dubitativo—: No es necesario que hagas lo que ella haría.—Al menos sé sincero —reprocha agachando la vista. Las lágrimas se acumulan en sus ojos, a pesar de sus determinaciones. Toma aire antes de hablar de nuevo—. Ya sé que soy una decepción constate para ti. Que desearías que fuera Anna la que estuviera aquí ahora mismo. No yo.
—¡Jamás he dicho eso! —rebate escandalizado, la mano en el pecho.
Mira a su hija con ojos certeros y despejados. Como si hasta el momento una capa hubiera cubierto su visión y lo viera todo distorsionado.
—Lo piensas, ¿a que sí?
AY NO RUDY NO DIGAS ESO, NO SAQUES CONCLUSIONES APRESURADAS!
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Enserio me ha puesto muy triste la discusion entre los dos y siento empatia por ambos, pero la jodio con Rudy y yo siempre SIEMPRE de su lado, obvio, por supuesto. Al menos un gesto cariñoso, hombre, acompañarla en el dolor de la perdida y no dejarla mas sola de lo que por si ya se sentia y siendo tan joven. No sé, tengo sentimientos encontrados—¡Ni de coña!
Liana resurge de sus cenizas resacosas asustándolos a ambos. Tiene los ojos parcialmente cerrados, la cara marcada con los surcos de la mesa y el pelo revuelto. Apunta a su hermano con el dedo.
JJAJAJ creo que no te he dicho pero adoro a la hermana de Austen, que le haya animado a hablar con Rudy y ahora a la excursion. Ese chico necesita conocer a mas personas y hacer amigos, por supuesto que siiiii (aunque ya sabemos como van a resultar las cosas )—Tengo una idea. —Liana ni le mira, así que le tira una miga de pan para llamar su atención. Cuando la obtiene, prosigue—: Yo te prometo que haré al menos algo divertido en esta excursión si tú prometes escribir un par de capítulos de tu novela mientras esté fuera.
Liana se queda tiesa, incluso su madre acoge la noticia con sorpresa. Austen no sabe si le sorprende más lo primero que lo segundo.
Ves que Austen es un dulce de leche? Hasta se la va a pasar en grande para que su hermana escriba JAJAJA pero ahora entiendo un poco mas porque Liana no escribe, creo que todos lidiaron con la muerte del padre de distintas maneras que no deja de ser triste que haya muerto algo de ellos con él.
—Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras —repite Craig—. Por eso no te hagas problema. Pero vas a tener que limpiar a cambio de mi deliciosa comida.
Rudy alza una ceja tras su taza de café.
—Tampoco son tan deliciosas —miente. Habría muerto de hambre mucho tiempo atrás de no ser por las dotes culinarias de Craig.
—¡No es posible! —Se sobresaltan. Rush ha entrado al apartamento y alterna un dedo acusador entre ambos—. ¡Qué os he dicho sobre hacer fiestas de pijamas sin mí!
Te juro que las interacciones de Rudy y Craig me encantan adoro la amistad de estos dos, sobre todo porque Craig es de esos amigos que no te presiona, sino te deja llorar y te da tu espacio. Estoy pesada con mi personaje pero es que enserio amo a estos dos Y ni se diga cuando Rush tambien esta en acción! Este trio es oro puro amo que se metan con Craig por Vitta y que también le peleen a Rush Rudy realmente esta acompañada de buenos amigos que la cuidan y le levantan el animo, son tan bonitos que quiero unirme a su pandilla también—Míralo, va a ponerse guapo para Vittani.
Rush se lanza al sofá y sube las piernas a la mesita de café.
—Se conoce como higiene —rebate el aludido sin entrar en su juego.
—Rush… —acomete Rudy, con una mano en la puerta.
—¿Acaso me equivoco?
—Siempre —responden los otros dos al unísono.
La verdad es que este capitulo fue como una montaña rusa. Me puse mal con Rudy y su historia, con Austen y lo de su familia con la perdida de su padre. Pero tambien me he reido y la he pasado a montones leyendo que ame tanto el capitulo ahora mas que nunca estoy inspirada para que se pierdan de una buena vez en el espacio jujuju
Estoy intrigadisima por saber como continuara la historia de Rudy, Austen y también de Vega, que siento que ella también tiene montones de cosas para contar y me robe el corazoncitoo
Gracias por este hermoso capitulo y ayudarme a inspirarme sabes que es un privilegio el mio poder escribir contigo y una bendicion que ayudes a traer a las Musas
Jaeger.
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Re: Planet Survival
- el diluvio # 23924724924829 que hago por causa tuya #cries:
Después de no se cuantos meses (?) aquí estoy. Estuve tratando de no leer para no spoilearme y que luego se me haga difícil comentarSe apoya en la pared con una capa de sudor frío asentada en la frente y una fuerte punzada en el pecho. Despacio, mira hacia un lado, esperando encontrar a su hermana donde no hay más que vacío desde hace años.
{…}
Las observa. Podría arreglarlo, mejorarlo incluso, en cuestión de minutos. Repetir ese proceso tantas veces quisiera y obtener un resultado aún más excelente cada vez. Mientras que ella, cada vez que se recompone, más deslustrada y desencajada queda.
Mira, el comienzo ha sido suficiente para ponerme mal de los feels. Que ya me contaste algo de lo que pasó con Rudy y su hermana, pero leerlo desde su punto de vista es…mi corazón, ya no tengo
Que yo no se como se siente tener un mellizo y/o gemelo, pero ya de solor imaginarme a un/x hermanx que nos pase eso…me quiero tirar del puente primero. Y esa ultima oración, que ella sabe que puede arreglar lo que sea y ponerlo 10000% mejor, pero con ella no funciona igual. No se mira, le quiero dar mil abrazos
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Aunque eso no la ha librado de los sermones pertinentes por parte de los profesores. «Eres la presidenta estudiantil, debes hacerlo mejor». «Debes dar un mejor ejemplo».
{…}
Que te metan en el grupo problema cuando los problemas no son necesariamente porque los inicias tu y después tienen la osadia de decirle que se encargue de que dejen de ser problema tenemos muchísimos años de avances tecnológicos y los adultos siguen siendo idiotas
—Lo siento, han denegado tu petición —suspira con verdadera congoja.
{…}
—¡Una mierda! —grita asustándose a sí misma—. Soy de las mejores, tiene que haber un error. Tiene… —se nota ahoga y respira por la nariz con fuerza—. El sistema habrá fallado al recoger los datos. Llame a alguien o…
—Rudy. —La frena alzando las manos en su dirección—. No es ningún fallo del sistema y nadie duda de tu excelencia, el problema es otro.
—¿Le tienen miedo al talento? —murmura entre dientes.
{…}
—No se trata de mí.
«Estudiar Ingeniería era lo único que podía hacer por mi hermana», piensa involuntariamente. Con el miembro fantasma despierto de nuevo.
Yo cuando Norman dijo que no la aceptaron
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Yo cuando Rudy se puso a gritar
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Bueno, poniéndonos serios ya: esto es una jodida mierda. El hecho de que Rudy se sienta tan…mal? Culpable? No se que palabra usar, y que quiera hacer algo en honor a su hermana de tal forma que decide estudiar lo que ella habría estudiado. No se, discúlpame mientras me voy a sacar los ojos del dolor que siento.
No se, por un lado estudiar algo que no le gusta no suena lo mejor, pero tampoco es como que se pueda decirle “no estudies eso!!!”. ¿La conclusión? Me voy a llorar, porque tampoco es que va a poder estudiar nada, perdida en una isla *me adelanto pero tu entiendes*Pero era Rudy quien se las pedía y en una absurda e inocente fantasía, creyó que con ello conseguiría que se fijara en él de una vez por todas.
{…}
Echa a andar por el pasillo, ensimismado, preguntándose si es demasiado tarde para practicar con el arco en la sala de entrenamientos antes de regresar a casa.
Y DE REPENTE TODAS MIS LAGRIMAS SE CONGELAN PORQUE AUSTEN PENSANDO ESTA CLASE DE COSAS, ASDLAKAJSJ
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No se si te lo había dicho antes, pero Austen me parece tan…¿tierno? No se. O sea, que tiene que aprender a hablar y a no quedarse callado —mas cuando va a terminar siendo arrastrado en cosas como los castigos escolares. Pero quitando eso, me encanta su personalidad, como va para el mismo y se mantiene con sus hobbies y que su paciencia parece ser del tamaño de Saturno.
Y eso de que le tiene miedo a los robots y los libros de historias conspiratorias asakdjakajdjAusten, miedoso como es, comienza a imaginar un sinfín de posibilidades por las que puede terminar muerto allí dentro. Como que se le caiga una caja en la cabeza, una máquina cobre vida o, peor si cabe, que un asesino esté escondido y le salte a la espalda en cualquier momento.
Lo siento pero mori con esto Qué ocurrencias, yo cuando estoy sola y escucho cosas caerse o se cierra la puerta
Y cuando escucha el sollozo y piensa “ES EL ASESINO”, NO PUEDO AKSAHAKAK JAJAJAJAJA
Pero me pongo seria de una vez porque me pasan todas las cosas malas por la cabezaAusten conoce bien ese sonido, lo ha escuchado incontables veces detrás de la puerta de su madre tras la muerte de su padre.
{…}
Vulnerable y pequeña. Nada que ver con la Rudy de la barbilla alzada y sonrisa de sabelotodo que siempre se muestra invencible.
—¿Tú qué haces aquí?
{…}
—Estabas… llorando —consigue decir Austen con retardo. Se reprende a sí mismo. La segunda vez que Rudy Holmes se dirige a él y de lo único que puede hacer gala es de su retraso mental.
Rudy frunce los labios mirándolo con odio infinito. Un destello del dolor que se advertía en sus sollozos se refleja en su mirada. Austen entiende que no es nada personal hacia él.
{…}
—No estaba llorando —replica la chica tozuda, incorporándose—
¿SU PADRE SE MURIO? No recuerdo si me lo dijiste, creo que si, pero no me acordaba (claro). aSKADJAKDAJDKA
Quiero shippear porque es el primer encuentro de ellos dos (y de muchos ESPERO), en este cap pero también quiero quedarme seria porque es un momento tan…triste y vulnerable y que te encuentren llorando asi no es nada bonito y no se nada ya
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¿TE DIJE YA QUE ME ENCANTA AUSTEN? Lo primero que se le ocurre decir es que ella estaba llorando, este niño
Y Rudy, hija mia, de inmedianto negándose a la lloradera. We stan our queen
PERO NECESITO QUE ALGUIEN LE DE UN ABRAZO HASTA EL 7000 PORQUE ES QUE NO MERECE NADA DE DOLOR
No se, amo la forma en que están interactuando. Porque me dan ganas de ver como avanzaría todo en su relación
Por cierto, Rudy y Vittani, el mejor equipo de inventoras de todo el universo, ¿a que si?—Gracias, por no preguntar.
Su voz le llega como un susurro apagado, casi tímido. Piensa que se lo ha imaginado, por lo que tarda un segundo en responder.
—De nada.
Con una sonrisa bobalicona dibujada en las facciones se dirige a la salida.
Esto es lo único que necesitaba (mentira, suficiente fue con que me hablaras de ellos).
ESCOGE EL MENOS RARO:
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“MEDIO FLOTANDO EN UNA NUBE”, yo soy fan de austen, me declaro, para siempre. De Rudy ya lo soy, soy la jefe de campaña de su club de fans—Hasta las cinco —puntualiza juiciosa.
—Justo hoy decides mirar el reloj —ataca.
—A ver, si me dejas plantada por andar jugando a Robin Hood con los hologramas.
Una risa seca.
—Podría haberme secuestrado uno de esos robots que tanto te empeñas en estudiar.
{…}
Ahora también me declaro fan de Liana. Ame su descripción y su actitud y su todo, ¿ok? Ok.En su cabeza todo es posible al mismo tiempo que nada lo es. Navegar en ese limbo entre ambos le infunde seguridad.
He amado esto como no te imaginas que alguien me traiga el premio nobel, que ya se a quien se lo voy a dar
Pero bueno, que Liana tiene razón. Crearse una imagen de alguien y querer estar con esa, luego cuando interactúas con esa persona en la vida real pasan varias cosas. O te decepcionas o te vuelves mas loco con ella (o las dos askdjkdka).A Rudy no le gusta que la vean en ese estado. Porque entonces hacen preguntas a las que no quiere responder.
{…}
Se siente en deuda con él. Ha querido saldar la anterior confeccionándole unas cuantas flechas, por haberse visto en el grupo problema por su culpa. Solo que ahora ha contraído otra mucho más grande.
Rudy necesita irse de vacaciones a un mundo donde le den un break y todo sea feliz…pero la no funciona asi
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Encima, que se siente en deuda con Austen. Austen que viviría en las nubes si ella le dice hola todos los días. No se. Aquí estoy yo esperando que ella le haga mas flechas por eso y que de esa forma inicie su amistad—Hola. —Rudy ignora el regusto amargo en su lengua y se obliga a sonreír—. Cuánto tiempo.
—Parece mentira yendo al mismo curso —secunda Noelani.
—Distinta clase —interviene Vega,
AH, ME ESTABA OLVIDANDO DE NUESTRAS BEBESLes hacían todo tipo de preguntas. «¿Es verdad que podéis leeros la mente? ¿Si le clavo el tenedor a ti también te duele?». Se lanzaban miradas cómplices, se reían ante las tremendas estupideces que les preguntaban y, pronto, las Lebesque y las Holmes se hicieron inseparables.
{…}
Las llevaban al parque, a comer helado o a algún centro comercial. Se hicieron tan amigas que, cuando el tiempo de Darwin en Venus tocó a su fin, idearon un plan para escaparse las cuatro. Robarían una nave y surcarían el espacio de planeta en planeta hasta que fueran lo suficientemente mayores para que sus padres no pudieran decirles qué hacer.
¿Por qué me haces esto? ¿Por qué? ¿POR QUEEEEEEE?
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De solo imaginarme LOS FELICES que eran. Y Y NO NO PUEDO CONMIGO NI CONTIGO NI CON NADA DE ESTO
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Cuesta creer que, en la actualidad, sean poco más que conocidas. Pero un año antes de que ocurriera la mudanza, tuvo lugar el accidente que cambió irremediablemente la vida de Rudy.
Para cuando sus amigas se mudaron a la colonia, hacía meses que no hablaban. Fue una decisión de Rudy.
{…}
En que esas podrían haber sido ellas de no haberse subido a aquel maldito tren.
{…}
—Perded cuidado. —Encoge los hombros—. Cualquier excusa es buena para martirizar a Ojitos Saltones.
—¿Ese es Ziv? —pregunta Vega con una sonrisa incipiente.
—Esta vez no se lo merecía
Es que mira, leyendo todo esto, me pongo mal. No se si se pueda culpar a Rudy por tomar esa decisión, cortar todos los lazos con personas que le recordaban a Anna de esa forma. ¿Fue la correcta? Quien sabe. Pero es demasiado traumático perder a alguien tan cercano a ti de esa forma. Y ahora… no se , quiero llorar por siempre
Que por un momento pensé que seria genial, o sea, hasta fácil, que volvieran a retomar todo. pERO luego la verdad y el peso de las cosas golpean como un bate en el estomago cuando Noelani menciona a Anna y me quiero tirar del puente
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—¿Te disculparías con un asesino por que un día haya decidido no matar a nadie?
—No seas tremendista.
—Ni tú peques de inocencia.
—Estoy siendo justa —rebate Alvie con la vena marcada y latente en la sien—. Para mí es importante disculparme.
—A Vittani no le gusta cuando discutís.
{…}
—De momento. —Se arrepiente de inmediato, pero no hace nada por retirarlo.
—Claro que te han aceptado, eres una cerebrito repelente —bromea Alvie, feliz por su amiga.
Rudy siente sus mejillas estirarse en una sonrisa impostada. «¿Por qué ha mentido?». Ella odia las mentiras. Le gustan las cosas claras, por duras que puedan ser.
Rudy tiene un punto demasiado bueno me muero. AMO A MIS TRES LOCAS voto por mas bromas y menos momentos tristes, que no los soporto. no merecen esto, nada
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Rudy pensando que Alvie a va pensar que ella es mala porque no la aceptaron en el programa. Alvie que le va a decir de todo si se llega a enterar de la verdad. Aquí todas se aman hasta el final de los tiempos, sin importar nada, es la única verdad de todas
Es tiempo de preocuparse por que el grupo no arme ningún lío durante la clase. Que todos se mantengan callados y presten atención. Está determinada a entrar en ese condenado programa. Y, el primer paso para ello, es asegurarse que todo vaya bien durante la excursión.
Rudy me parece de lo mas interesante. O sea, que es una jodida genio, pero eso no quiera decir que sea perfecta. Una cosa no quita la otra. Que sea un cerebrito no quiere decir que deba ser “bien portada”, asi como ser bien portado no significa algo necesariamente bueno. Lo que quiero decir con este meollo de palabras es que amo la forma en que es, que ama hacer cosas, es muy curiosa, orgullosa, mete la pata, sabe cuando disculparse y no es la mejor en todo pero si que lo intenta. Y QUE LA AMOOOOOOOOCuando alza la vista, se encuentra con Austen. Él aparta la mirada rápido, dando un respingo.
{…}
Sus ojos chocan con los de Austen, agachado sobre su mochila como ella.
He morido. Solo eso basta. Morida.
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Puede ser cierto que Austen la este mirando porque también se pregunte por su razón de haber estado llorando asi y todo eso. pERO TAMBIEN estoy segura de que eso es solo el 25%, el otro 75% es porque tiene un crush del tamaño de jupiter y nadie puede decirme que no—El amarillo no te favorece. Es más, diría que te pareces a un canario desplumado —responde, señalando la sudadera que lleva. Rudy se sumerge en el juego buscando ventaja.
Ziv pone en blanco sus enormes ojos azules.
—Quiero una disculpa —exige alzando el mentón.
—No haber preguntado. —Rudy encoge los hombres y lo esquiva para proseguir su camino.
Por supuesto, la persigue con sus andares todopoderosos.
—No por tu comentario sobre moda, por haberme llenado de pintura —aclara con una nota indignada en la voz—. Ya vistes que no fui yo.
Rudy le mira de reojo. Ha imaginado lo que quería en cuanto se le ha puesto delante.
—Hmmm, creo que voy a pasar
Muero leyendo a Rudy con Ziv amo demasiado sus interacciones, es que Ziv no tiene remedio y Rudy que se niega a dejar que se salga con la suya “quiero una disculpa”, niño, ¿Quién te crees, el hijo del sol?
Las ganas de matarlo, asi, que lo floten como en los 100, me pasan la cabeza una y otra y otra vez—Es una lástima no haber conocido a Anna. Apuesto a que era más simpática que tú.
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El premio a señor insensible y bruto se lo tiene que ganar Ziv. Y Rudy debio partirle la nariz, digo yo solo un comentario constructivo—Por qué le has hablado a Ziv de mi hermana.
Vega Lyra bufa y menea la cabeza de lado a lado. Sin creerse que le haga una pregunta tan estúpida.
—No sabía que estaba prohibido.
{…}
—Era mi hermana. No tienes ni idea… —«No tiene ni idea y punto».
—¡Y era mi mejor amiga!
LA TENSION. LA TESION CUANDO RUDY SE MUEVE POR EL COLEGIO COMO ALMA QUE LLEVA AL DIABLO BUSCANDO A VEGA. Y LUEGO VEGA TAN FRIA Y LENTA, TENTANDO AL DIABLO. ME MUEROOOO
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Que no lo cito todo porque se me va todo en citaciones pero ASKADJADKAKDKAD LO AMO AME TODO ESTO, se me sale el corazn del pecho. Es que, no haberle llegado a eso me dio en el pecho. Que Anna era su hermana gemela y tambien era la mejor amiga de Vega. AUXILIO POLISIA, NOPUEDO CON NADA DE ESTO
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]«No haces como si no existiera. ¿Y si lo hicieras? Vega no es nadie para echártelo en cara». Es una tontería, pero encuentra consuelo en el hecho de que nadie sepa que tuvo una hermana. De esta manera, solo ha muerto para ella. Es como vivir en una realidad en la que el accidente no sucedió.
{…}
—Puedes estar enfadada por lo del Programa de Ingeniería. —Le recuerda, creyendo que ese es el único motivo de su comportamiento. Cuando solo es uno de ellos.
—No quiero hablar del tema. —Aparta la vista, con los brazos cruzados en el pecho.
{…}
—Vittani lo interpretará de otra manera.
Craig suspira.
—Di lo que sea que te ronda la cabeza y terminamos antes. Todavía tenemos que ir a por…
—Solo te pido que no alimentes sus fantasías por querer ser amable.
Al final, como siempre, Rudy se ha metido donde no la llaman. Pero es más sencillo ocuparse con los problemas del resto.
Las dos deben pedirse disculpas y abrazarse y llorar y ser felices para siempre. Ah, pero no estamos en una película de Disney, por mucho que yo quisiera. Es que es todo tan injusto. Cada quien lidia con la perdida de formas diferentes, pero es jodido que te acusen de no poder hacerlo como quieras o de que simplemente de olvidaste de todo. Me estoy yendo muy profundo pero es que no puedo evitarlo
Craig, siempre tan sensato (no siempre pero tu me entiendes). Eso, que se compre una montaña de helado, se queje y llore por un dia. O mediodía. Sera “el dia del break de todo”, y ya luego que vuelva a actuar como si nada.
Y con el no siempre sensato, me referia a eso mismo que Rudy apunta. Alimentar las fantasias de Vitta no es bueno, aunque quiera ser amable por como la trato antes. Debe ver bien donde pisa. Y Rudy devolviéndose a buscar la mochila por lo del caso hipotético, la amo
—Puedo hacerlo yo si quieres. —Se ofrece Austen, a sabiendas de que probablemente le responda con un encogimiento de hombros.
Efectivamente, Vega realiza el gesto mencionado. Está sentada entre dos largas mesas en las que hay distintos esquejes para que la gente los plante en el jardín u en macetas. Teniendo la falsa sensación de hacer crecer una planta mediante su riego con agua. En realidad, no es necesario, los esquejes están programados para ir aumentando su tamaño acorde al tiempo de crecimiento que tenía cada especie en la Tierra. No precisan de agua ni de luz.
—Lo que tú prefieras —responde Vega
¿SABES QUE AMO? La forma en que metes todos estos avances en la vida cotidiana de los chicos. No se, me parece fascinante. Y mas ahora con la tienda de la mama de Austen, que las semillas estén programadas para este tipo de crecimiento. nOSE.
Y por cierto, que Vega trabaje en la tienda con el: una grata sorpresa, MUY MUY GRATAAusten piensa que se parecen un poco. Por eso de ir a lo suyo. Salvo por que Vega Lyra ignora absolutamente al resto de la humanidad. Mientras que Austen se pasa el día observando a la gente que lo rodea, tratando de entenderlos, a pesar de no mezclarse con ellos.
Después de esto, necesito que sean los mejores bff de la vida, i will die on that hill
NO TE FRENES HABLANDO CON EL, VEGA, NO TE FRENES. ESTE ES EL COMIENZO DE UNA BELLA AMISTAD, lo dice la ciencia, lo digo yo, lo dice todo el mundo
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—¡Perdón! ¡Un momento! —chilla con la voz aguda, aún sin haber visto a la clienta. Trata que los frascos no se caigan al suelo y lo recoloca con manos temblorosas—. ¡Ya estoy!
El premio al muchacho mas torpe y tierno, punto y final
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Bien, llamaré para que sea a diario.
Lucha por no poner los ojos en blanco. Típico de él. Hace la visita de la culpa cada cierto tiempo, arregla unas cosas aquí y allá y después se marcha con la conciencia un poco más liviana.
—Imagino que no has venido para esto. —Rudy cree saber por qué está aquí, solo que quiere oírselo decir.
¿sabes? No recuerdo mucho…pero creo que la mama de Rudy también fallecio en el accidente…y esto me esta poniendo mucho peor de lo que ya estoy
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En un primer momento no sabe qué responder ya que no tiene clara la pregunta. ¿Por qué no te han aceptado? ¿Por qué no puedes comportarte? ¿Por qué no eres más como tu hermana?
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PARAAAAAAAAAAAAAAAA—Al menos sé sincero —reprocha agachando la vista. Las lágrimas se acumulan en sus ojos, a pesar de sus determinaciones. Toma aire antes de hablar de nuevo—. Ya sé que soy una decepción constate para ti. Que desearías que fuera Anna la que estuviera aquí ahora mismo. No yo.
—¡Jamás he dicho eso! —rebate escandalizado, la mano en el pecho.
{…}
—Te necesitaba a ti, eso era todo —confiesa. Se levanta para apartarse de su lado—. Pero hace ya tiempo que desistí. Así que ahora no vengas a hacer como que te preocupas.
{…}
Como si su padre lo hubiera hecho todo bien. Como si no tuviera parte de culpa en el desastre en el que se ha convertido Rudy. Era una niña cuando las perdió. Estaba asustada, triste y necesitaba a su padre. No un recordatorio constante de todo lo que hacía mal.
Toda esta discusión toda TODA TODO ESTO ME TIENE MAL. MI CORAZON. MIRS ORGANOS. MI TODO. NO PUEDO CON ELLO. QUE RUDY PIENSA QUE SU PAPA CREE QUE ESTARIA MEJOR ANNA QUE ELLA. QUE TAL VEZ LA MISMA RUDY LO CREE ASI DE VERDAD. QUE ES ESTO/??????? NOOOOOOO
NO PUEDO NADA. QUE DE VERDAD LO CREE. QUE SU PAPA LA MANDO A LA M Y LA DEJO SOLA CUANDO PERDIERON A MADRE E HIJA. NO HOMBRE, ESO NO SE HACE. Y AHORA VIENE CON “SI NECESITAS ALGUN TIPO DE AYUDA”, vere a comer mierda
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Odia las excursiones. Ya sea porque lo obliga a salir de sus zonas de confort o porque siempre acaba tirado.
{…}
Estuvo a punto de evitarla. Al ver la angustia de su hijo, Ngom casi le escribió un justificante para que quedara exento —a pesar de las quejas de Liana, que se oponía—. Pero entonces lo castigaron, acabó en el grupo problema y su madre decidió que su castigo personal sería ir a aquella excursión.
Pobre Austen, solo quiere estar en paz y vivir tranquilo el resto de su vida. I feel you, amigo mio.
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“Antes de que se dé cuenta volverá a estar en casa.”
Ay que te digo hijo
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Todo se debe a la manera en la que reaccionó Austen a la muerte de su padre. No se puso triste, solo pasó meses en shock. Tanto que ni siquiera hablaba. Fue extraño. No recuerda mucho de esos meses, solo recibe fogonazos borrosos, así como del accidente. Estaba, pero a la vez no. Hasta que un día lo procesó.
¿te has propuesto hacerme llorar mil veces en un solo capitulo? Porque a este paso, estas lográndolo. No se ni que decir ya. Que hace sentido que Austen es como es por algo asi. Dios.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Cielo, vas a pasarlo genial. —Trata de convencerlos con una enorme sonrisa brillando en su piel oscura.
«Eso no puede prometérselo».
—Con que no te comportes como un alma torturada mirando al espacio, nos conformamos —ataca su hermana.
Encima cuando vean que no vuelve…otra vez adelantándome pero es que no puedo evitarlo…esto es demasiado para mi
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Creo que su mama y su hermana son la perfecta combinación que necesita Austen para no perderse en si mismo. No se si me explico bien, pero que me encantan las dos y como son con el, y eso.
Ame esto, de verdad La familia de Austen me da ganas de llorar, pero no tanto de tristeza como de ternura (necesito encontrarle un sinónimo a esta palabra). En fin, que la promesa que hace con su hermana no hace mas que ponerme sentimentalLos dos últimos días han sido emocionalmente caóticos: decepción, culpabilidad e ira que culminó con un pincelazo de dolor tras la conversación con Darwin. ¿Qué le jode más? ¿La confirmación o que Darwin se hiciera el sorprendido, como si Rudy le estuviera dando mucha información nueva? Ni idea. Solo sabe que ya no quiere tener nada que ver con el único progenitor que le queda.
{…}
Ella espera por las preguntas no formuladas, preparándose para responderlas. Pero Craig sigue callado, bebiendo de su café.
Yo aquí tengo muchas dudas. Porque no se si Darwin no se ha dado cuenta porque de verdad fue mal padre o porque estaba tan ocupado con su tristeza que no se dio cuenta (lo cual sigue siendo algo de mal padre, pero como que no es tan deliberadamente desgraciado). Porque solo con el hecho de mandarla a vivir sola y no ocuparse de ella… no mira, eso no esta bien en ninguna circunstancia. Es el papa, no al revés
Me encanta la amistad de Craig y Rudy El hecho de que se comprendan, en cierto punto, y que Craig decida respetar y no preguntarle nada y solo darle su apoyo y su amor… vuelvo a llorar, vengo ahora
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Craig. —Llama la atención de su amigo, este le hace un gesto de barbilla para que vea que la tiene—. ¿Crees que podría quedarme un tiempo en tu casa cuando volvamos de la excursión?
Cada vez que hablan algo relacionado con el futuro “después del viaje”, yo me quiero tirar a llorar en el piso
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—Tampoco son tan deliciosas —miente. Habría muerto de hambre mucho tiempo atrás de no ser por las dotes culinarias de Craig.
—Esa ofensa merece la limpieza profunda del baño. —Sigue picando.
—Ya lo veremos…
{…}
—Salvaje —responde intentando darle un puntapié, pero Rudy se aparta con rapidez.
—Hay café hecho —dice Craig a su mejor amigo—. Voy a darme una ducha. No desordenes.
—Míralo, va a ponerse guapo para Vittani
Los amo, por dios AJAJAJAJAJAJA que esa forma de volver a “estar bien” de repente, amo como se sienten y saben cuando hablar de esas cosas y cuando seguir adelante. Que a veces hay que aplazar las cosas. Y Rush que entra todo indignado, es otra, me encanta la dinámica que tienen entre todosRudy los observa con una sonrisa. Puede que no tenga a su padre, pero no está sola. Y eso ya es más de lo que tienen muchas personas.
ASKDJAKDAKDJADHAHAJDAJSJASHAHAKDAJDAHDAKSKADH
Esos son todos mis sentimientos resumidos en una palabra muy inteligente, como deebes entender claramente. Es que, mira, he amado muchísimo tu capitulo, de principio a fin, por todo el medio, todas las esquinas. No se ya ni como expresarme. Adoro mucho a Rudy y a Austen, que los dos se sienten tan reales cada uno en diferentes planos ¿ ¿?? No se, el caso es que me encanta. Y la forma en que cada uno lidia con sus pasados de formas diferentes. A ambos les cambio la vida 180, pero no es lo mismo ni es igual. Ya quiero ver como serán ellos en la isla, es que me va a encantar, yo lo se.
Y vuelvo y te repito: la forma en que describes toda la colonia en la cúpula. Es sencillamente hermoso, que me meto en el mundo y es todo tan genial. Amo mucho como escribes Y la forma en que usas tus pjs y sus dinámicas con los demás. Que el trio de Rudy, Vitta y Alvie me da vida por siempre y luego Ziv que deberían coserle la boca hasta 100 años mas
Y COMO ES RUDY CON CRAIG Y RUSH. Que ya lo dije mil veces pero LOS AMOOOO. Y necesito ver como avanza todo con Vega y Noelani, que es que, LA TENSION. LA TEN-SION. WA.
Eso es todo por ahora, nos veremos en otro episodio donde derramo mis feels sobre tus pjs
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hange.
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