Planet Survival

Ya han pasado dos meses desde que ha hablado con su padre y desde entonces no ha respondido a sus llamados. El escaso contacto con su progenitor es algo triste para Craig. También le produce sentimientos de enojos y odio hacia él, pero al mismo tiempo puede comprender  por qué las cosas son de ese modo. Es triste y lo sabe, sin embargo
no puede hacer más que esperar a que el tiempo haga lo suyo.

—Ya ha pasado demasiado tiempo —le recuerda su consciencia, pero Craig decide ignorarlo y vuelve a prestar atención a la clase antes de que acabe.

Está en el laboratorio de último año y exclusivo para los orientados en medicina como él. Son clases avanzadas y para los más sobresalientes de la academia, una de las principales razones por la cual se mudó a la Roca A2 hacía ya años. Le gusta porque cada vez aprende más y le exigen un gran nivel de responsabilidad, que casi no tiene tiempo de hacer los demás deberes de otras clases. Pero Craig es tan apasionado y entregado que al final del día y va a dormir, siempre lo hace con una sonrisa.

—Recuerden que la excursión de la próxima semana no es excusa para que tarden en entregar sus proyectos —dice el profesor antes de dar finalizada la clase —Nos encontraremos pasado mañana para la última entrega del borrador. Hagan una lista de las dudas que tengan. Hasta entonces.

El profesor sale por la puerta y los demás alumnos no tardan en seguirlo luego de recoger sus cosas. Craig es uno de los últimos en salir y se hace notas mentales sobre que deberá preguntar la próxima vez que vea al profesor Robbs. Aún tiene ciertas dudas sobre su investigación, quizá no son tan grandes pero si es de importancia y sobre todo cuando Robbs es temible a la hora de evaluar proyectos e investigaciones.

—¡Turney! —lo llaman desde lejos una voz masculina.

Craig no necesita darse vuelta para saber quién es, pronto siente un brazo rodear su cuello bruscamente en forma amistosa.

—Hombre, te he estado buscando por todas partes.

—Estaba en clases, Rush.

Rush Caster es de su misma clase y fue su primer amigo cuando se mudó a la Roca 2A. Se llevan lo bastante bien como para compartir sus propias pasiones aunque fuesen completamente distintas.

—Escuche que hubo una explosión en la clase de tercer año. ¿Vamos a ver?

—Tengo que ir a la biblioteca —contesta Craig tratando de recordar el nombre del autor que le había hablado su padre la última vez que hablaron.

—Siempre estás en la biblioteca. ¿Qué tal si me acompañas a la pista? —insiste Rush animado.

Craig le sonríe apenado.

—De verdad no puedo. Tengo la entrega y debo hacerlo antes de la excursión...

—Sobre la excursión, supe que van a mezclarnos con los de tercer año.

—¿Por qué te interesan tanto los de tercero?

—Hay chicas lindas —Rush le guiña el ojo y Craig menea la cabeza. Su amigo nunca cambiara.


Desde que conoció a Ziv, Vittani supo que se había cruzado al imbécil más grande de todas las galaxias. Ziv es engreído, insoportable y siempre molesta a su Alvie. ¡Pero ya era el colmo que le tirara esa asquerosa cosa viscosa con el insufrible olor a azufre! Y ahora esto: tener que hacer una carta de disculpas de 200 palabras y limpiar el laboratorio con Rudy molesta y el holgazán de Ziv.

Vitta suspira con pesadez con el trapeador en la mano y dirige una fulminante mirada hacia donde está el pelinegro, sentado en la silla del escritorio del profesor con los pies sobre este a la vez que lee una tira cómica. Frustrada, Vitta suelta con fuerza el trapeador, el impacto logra atraer la atención de Ziv y de Rudy.

—¡Deja de holgazanear y ponte a limpiar! —chilla Vitta con el rostro fruncido por la furia y apretando fuertemente sus dientes.

—No es algo que se me dé. Esa es tarea de mujeres —dice Ziv volviendo su vista a su revista con una sonrisa pedante en el rostro.

Rudy se molesta con el comentario, aunque no lo demuestre en facciones.

—¡No vamos a limpiar todo este maldito lugar mientras tu estas de vago!

—¿Qué la tonta de Alvie no te enseña modales, infante?

—¡No insultes a mi Alvie!

—Bah. “Mi Alvie, mi Alvie”. Pareciera que fuesen lesbianas.

Vitta no tarda en explotar. Toma el balde de agua y se acerca hacia Ziv, quien sigue concentrado en su historieta, y le avienta todo el agua encima de él. Ziv se echa hacia atrás desde la silla por el susto y cae hacia atrás todo empapado.

—¡¿Qué demonios te sucede, niña estúpida?! —grita molesto levantándose torpemente del suelo.

La castaña se ríe en grande mientras que Rudy deja curvar una sonrisa en su rostro. Suelta la rejilla con la que ha estado pasando en las mesas arriba de ella.

—Creo que a partir de ahora seguirás tú solo, Ziv. Tengo cosas que hacer —comenta Rudy y toma su mochila que está cerca de la puerta con la mirada incrédula del muchacho sobre ella.

—¡Pero el director dijo que...!

—Que no nos fuéramos hasta que termináramos. Vitta y yo ya terminamos nuestra parte, a ti te falta eso —Rudy señala la parte más afectada del lugar, la mesa donde estaba Ziv y Jessie sentados.

Ziv está a punto de protestar, pero Vittani vuelve a tirarle la poca agua que queda en el balde en la cara y luego el mismo balde en la cabeza del chico, quien a duras penas puede esquivarlo y termina resbalándose cayendo boca abajo en el suelo.

—¡Maldición! —grita Ziv y se levanta agarrándose del escritorio listo para cobrar venganza contra la estúpida de Vittani, pero esta ya no está y Rudy tampoco —¡Van a pagármelas! ¡Esto no va a quedarse así!


—¡Eres una genio, Rudy! —exclama Vittani colgados del brazo de su amiga —Eres la heroína de las heroínas.

Rudy le echa una mirada y sonríe.

—Tu tampoco estuviste mal echándole el balde, pero sabes que va a cobrárselas —le recuerda, todos saben lo vengativo que es Ziv.

—No es como si fuera la primera vez —Vitta se separa y se encoge de hombros —Difícilmente le tengo miedo a algo, Rudy.

—Yo creía que le temías a que Alvie me quiera más a mí que a ti.

El rostro de Vittani se contrae y frunce el ceño. Rudy se da cuenta que logro molestarla y no se ríe aunque quiera hacerlo.

—Alvie es solo mía —Vitta se cruza de brazos a la vez que infla las mejillas.

Rudy se ríe esta vez y le pellizca una mejilla, logrando que Vitta le dé un manotazo en la mano para que la suelte. Odia que la traten como una bebe.

—Eres tan tierna y celosita —Rudy le revuelve el cabello, la castaña solo suspira frustrada —Me voy, no te metas en problemas.

Vittani está por decirle que ella jamás se mete en problemas y que no la moleste, pero antes de que abra su boca, Rudy ya ha dado media vuelta y camina hacia la dirección contraria.

—¿A dónde ira? —se pregunta Vittani con pura curiosidad, viéndola desaparecer por uno de los pasillos.

Rudy y ella nunca fueron cercanas en sí, Vittani le gustaba porque era buena con ella y no quería robarle a Alvie, por eso toleraba que estuviese cerca de ellas, de lo contrario ya habría hecho hasta lo imposible por alejarla. De todas formas, no había muchas cosas que supiera de Rudy. Bueno, tampoco es como si Rudy supiese mucho de ella. Era lo justo.

Vitta ahogo una exclamación cuando se dio cuenta de algo importante.

—¡Alvie está esperándome! —y se echó a correr hacia la salida. Lo que menos quería es hacerle perder tiempo a su querida hermana cuando podrían ir a la heladería y obligarla a comprarle su helado preferido.


Al otro día, con la misma rutina de ser despertada por Alvie y obligada a salir de las cálidas sabanas de su cama por las amenazas de desplazarla, Vittani se siente triste y melancólica. Extraña a su papa a horrores y quiere verlo antes de irse a la excursión. Sabe que Joon Jung es un hombre ocupado —últimamente demasiado —y no tiene las suficientes vacaciones que se merece para ir a verla. Vitta sabe que en parte es su culpa por estar viviendo lejos de él, después de todo casi hace explotar una de las bases por un descuido estúpido de su parte y no solo su padre estaba furioso, sino también Alvie, quien no le dirigió siquiera palabra alguna o mirada por dos semanas; dos largas y tormentosas semanas.

Joon Jung es un científico conocido en toda la galaxia, pero sobretodo en Marte donde reside su propio laboratorio. Hace poco tiempo habían abierto una nueva base con orientación a nueva tecnología aún desconocida. Si tan solo hubiese sabido aquello se habría abstenido de meterse a algún problema con tal de que la dejaran espiar un poco en las instalaciones.  

—Alvie, ¿cuándo volveremos a Marte? —pregunta Vitta suspirando a la vez que se dejó recostar sobre su pupitre.

Alvie la mira divertida, ya había perdido la cuenta de cuantas veces Vittani le había preguntado aquello desde que se habían mudado hacía ya dos años. Todavía no podía acostumbrarse en la Roca A2, suponía que era porque en Marte la tecnología era mucho más desarrollada y era el mismísimo cielo para ella.

—Hasta que sepas comportarte.

Vittani levanta la cabeza con rapidez y la mira con el ceño fruncido, divirtiendo más a Alvie, quien disimulo su sonrisa.

—Yo si se comportarme...

—La semana pasada quisiste meterte en la empresa de autobuses para saber cómo funcionaban con energía solar.

—¡No me digas que a ti tampoco te causa curiosidad! —acusa la castaña con los ojos entrecerrados.

—Se lee en internet, Vitta, no es necesario que entres en el sistema o que intentes desarmar un autobús.

—No tendría sentido si lo leyera y ya —refunfuña molesta y se levanta bruscamente de su asiento —Me voy.

—Nos queda una clase más antes de Educación física —replica Alvie sin prestarle mucha atención y más concentrada en su libreta. Sabe que Vitta solo se iba para que ella la persiguiese por toda la instalación, seguramente volvería con una barra de cereal en cinco minutos antes de que se meta en problemas nuevamente y llamen a su padre.

—No me importa. Hare lo que quiera y no podrás detenerme. —sin más, camina con pasos largos y firmes hacia la salida antes que llegara el próximo profesor.

Saliendo del aula, fue hacia las escaleras que la dirigían a la planta baja. Ira al baño y pasara a comprar algo en la máquina de golosinas antes de volver. Aunque se hubiese molestado con Alvie, no quería que se preocupase por escaparse y que le echasen la culpa.

—Es difícil ser una misma y tener en cuenta a los demás —suspiro con pesar y acomodo su cabello hacia atrás —Que buena chica eres, Vitta —sonrió para sí misma.

—¿Qué haces hablando sola, Jung?

Vitta se voltea rápidamente encontrándose con una de sus pocas personas menos favoritas y resopla con fuerza. Si Ziv era el idiota nº 1, Rush Caster tenía el 2º lugar.

—¿Qué? ¿No está contenta de verme, enana? —Rush le revuelve el cabello bruscamente.

—¡No me despeines! —chilla la castaña apartándolo de un manotazo y le clava su mirada fulminante —Eres odioso. ¿Nunca vas a dejar de molestarme?

—Oye, pero que mala agradecida eres. Y yo que vine a hacer negocios contigo... —el muchacho finge estar ofendido y se cruza de brazos a la vez que menea la cabeza —Pensé que querías unas fotografías de... tu amorcito.

Vitta salta en el lugar y vuelve a mirar al rubio con una sonrisa risueña. Rush se aguanta las ganas de reír y mantiene su postura.

—¡Dámelas, dámelas!

—No lo sé, realmente me lastimo como me trataste...

—¡Vamooos! ¡Solo estaba jugando! —Vitta se cuelga de su brazo y lo zarandea levemente.

Jung sabe que Rush se está haciendo el duro y que solo quiere molestarla, pero sino lo trata bien sabe que el maldito va a aumentarle el precio de cada fotografía y de por sí ya está pagando un dineral. Obviamente vale la pena, tiene desde un Craig babeando sobre su almohada y hasta una en la piscina. No es que ella una sea acosadora, solo está teniendo un fuerte flechazo por un chico y cuando se casen le mostrara su álbum personal de fotografías de él —uno que está bien guardado bajo siete llaves diferentes y de distintos idiomas y escondido, muy escondido, de Alvie antes de que la mande a un psiquiátrico.

—No seas malo con Vitta —ella hace un puchero en sus labios mientras sigue colgada del rubio.

—Está bien, está bien —Rush saca del bolsillo de adentro de la chaqueta cinco fotografías distintas. La chica tiene que contenerse para no arrancárselas de las manos. —Pero esta te saldrán un poco más caras.

—¡¿Qué?! —los ojos de la castaña se abren en grande y tiene apretar fuerte los dientes para no maldecirlo —Bien, pero serán en cuotas.

—¿Disculpa? ¿Acaso yo te las doy por la mitad o qué? —replica Rush frunciendo el ceño, pero divertido por dentro —¿Quieres que las ropa a la mitad y luego cuando tengas todo el dinero te de la otra parte?

Junta las fotografías y hace un amague para romperlas, Vitta lo detiene con un chillido y agarrándole las manos con la suya. Rush sonríe socarrón mientras Vitta intenta no asesinarlo sin más.

—Bien, te depositare el dinero en tu cuenta —murmura Vittani cruzándose de brazos.

—Te juro que no te vas a arrepentir —Rush le pasa las fotografías y ella no pierde tiempo y las toma rápidamente antes que se arrepienta —Diste tu palabra, Jung, más te vale que la cumplas.

—Yo siempre cumplo lo que digo —replica ofendida y vuelve a mirarlo mal —¡Y deja de robarme dinero! Te aprovechas del corazón de esta pobre y preciosa mujer...

—¿Tu? ¿Mujer? —Rush se ríe con ganas —Pareces de primaria, hasta las de primaria tienen más tetas que... —Vittani no lo deja terminar y le da un puntapié. Caster salta sobre una pierna aun en el escalón —¡Auch! ¡Maldita enana!

—¡Eso te pasa por cabron, imbécil! ¡Y a ver si  con esto se te acomodan las ideas! —y sin más empuja a Rush, tuvo suerte de haberlo golpeado antes porque de lo contrario jamás hubiese podido moverlo.

Sin embargo, Rush no cae por las escaleras porque alguien lo sostiene por detrás. Vittani contiene una exclamación y maldice por dentro su suerte, a Rush y a ella misma.

Craig los mira a ambos con el ceño levemente fruncido aun sosteniendo a su amigo.

—¿Qué es lo que sucede aquí?

—Demonios, Craig, te amo —dice Rush aliviado aun en los brazos del rubio, quien a su vez lo ayuda a incorporarse. Ahora dirige una mirada asesina y vengativa hacia Vittani —Esta mocosa...

—¡No me digas así! ¡Tú fuiste quien empezó! —replica Vitta con las mejillas sonrojadas.

Rush le da una corta mirada hacia las fotografías que la castaña sostiene y ella se da cuenta, por lo que las guarda rápidamente en su bolsillo del uniforme.

—¿Sabes, Craig? Hay algo que debo decirte —la sonrisa socarrona de Rush vuelve a su rostro con su mirada divertida y prometedora de venganza.

Vittani se siente cada vez más sofocada y más roja. Craig esta frente a ella y los mira a ambos sin entender que es lo que sucede completamente bien. En otro momento estaría idiotizada admirando la belleza del muchacho y querría pegarse a él como lo hace con su Alvie, pero ahora solo quiere estar lejos y más lejos, aún más si el maldito de Rush va a mandarla al frente.

—Espera, ¿tú no eras la estudiante que el profesor Robbs encontró en el laboratorio de medicina hace unos meses atrás? —pregunta Craig recordando de pronto a su profesor gritarle a la chica minutos antes de entrar a la clase.

El rostro de Vittani es aún más rojo que antes. Y ella que creía que ese incidente estaba en el olvido, sobre todo porque Rush le aseguro que Turney no tenía buena memoria para los rostros de las personas, pero al parecer solo era otro dato falso y más dinero desperdiciado. Si tan solo Caster no la hubiese encontrado espiando a su amigo por todo el centro comercial esto no estaría pasando. Sí, no tendría su colección, pero de todas formas no estaría constantemente siendo amenazada por ese imbécil.

Pronto se da cuenta que Craig sigue esperando su respuesta y la sonrisa de Rush es aún más ancha.

—No —mascullo la castaña meneando la cabeza rápidamente.

—¿No eres Vittani Jung? —el corazón de la muchacha de se congela por un breve momento. ¿Él sabe sobre ella? ¿Enserio? — ¿La niña genio?

—¡No soy una niña! —chilla molesta, más por impulso que por enojo, pero al instante tapa su boca con ambas manos al ver el rostro sorprendido de Craig.

—¿Lo ves? Esta loca.

—Rush...

—Lo siento —dice Vittani con un nudo en la garganta. Quiere vomitar y ya —Yo...

—¡Jung! ¿Qué haces afuera de clases? —regaña el profesor subiendo las escaleras. Luego voltea a mirar a los dos muchachos cuando esta frente a ellos —Caster, Turney; ustedes también deberían estar en clases.

—Ahí nos dirigíamos, señor. Lo sentimos, no volverá a suceder —habla Craig antes que Rush y Vitta pudieran protestar de que faltaban aun dos minutos —comprobando la hora en el reloj virtual que cuelga desde una pantalla tan plana como una hoja sobre la pared.

—Está bien, Turney, solo porque tú lo dices. Ahora, Jung, sígueme.

Ni tonta ni perezosa, Vittani sigue rápidamente al profe e incluso parece que lo está apurando porque le toma el maletín y camina con pasos largos y rápidos, tanto que el profesor le grita que se detenga y ella lo ignora yéndose aún más veloz. Craig le divierte la escena y sonríe mientras que Rush borra su sonrisa y promete robarle más dinero la próxima vez, sabe que Vittani volverá a pedirle fotografías o algo de Craig.

—¿Vas a decirme que es lo que sucedía? —pregunta Turney a su amigo.

—Hay que volver a clases —esquiva dándose media vuelta y comienza a bajar las escaleras.
Craig lo sigue detrás aun sonriendo —Jamás imagine escucharte decir esas palabras. ¿No quieres ir a la enfermería?

—No, pero me gustaría ir a tu casa después de clases y que me muestres tus fotografías de niño, ¿qué te parece?

Oh, vaya que le iba a salir caro la próxima vez.


La hora de Educación Física es la peor para Vitta. No es que no sea buena en los deportes, le gusta salir a correr y andar en bicicleta —aunque las calles se muevan por si solas. Sucede que el profesor Loarder siempre la separa de Alvie cuando hay que hacer equipos y la empareja con quienes menos habla en clase, en esta ocasión fueron Gray Serkin y Austen Ellsworth. ¿Cuándo en el tiempo que estuvo allí cruzo palabras con ellos? Sabe que Gray es muy perfeccionista y Austen no es muy sociable. ¿Entonces por qué Ziv tiene a Jessie y Lina? Lina le cae bien, no quiere robarle a su Alvie y es buena con ella, Jessie es un imbécil y no es bueno pero al menos él sabe jugar muy bien.

Si Ziv estaba esperando vengarse de ella, pues allí tenía la oportunidad perfecta. Él fue elegido como capitán y ella como capitana, lo que significaba que el primer pase seria quien agarre la pelota primero. La suerte es que Ziv no es demasiado atlético y tiene su misma altura. Sera pan comido ganarle, ya lo ha hecho una vez y está segura que volverá a ganar.

—Poltrow, tú serás el árbitro —el profesor le pasa el silbato y la pelota a su compañera y esta toma el balón en el aire y se pone el cordón del silbato alrededor del cuello —Los demás sigan con las pases. Equipo A y B a sus posiciones.

—¿No puedo cambiar de lugar con Rowan-Rowie, profesor? —pregunta Vitta colocando un puchero acompañado con sus ojitos de perro, pero el hombre es tan frio que no hace nada más que fulminarla con la mirada.

—Olvídalo, Jung. La idea del juego es que aprendas a jugar en equipo con tus compañeros. No puedes estar siempre con Alvie.

—¡Pero ella quiere estar conmigo! —replica Vitta intentando con fuerzas retener la rabieta que quiere hacer.

—La bebe quiere llorar —se burla Ziv diciéndole a su amigo, pero a la vez lo dice alto para que la castaña lo escuche.

—¡No soy una bebe, princeso!

—¡¿Cómo me dijiste, fea?!

—¡Yo no soy fea, idio—!

—¡Ya está bien los dos! —vocifera el profesor para detener la pelea —Vayan a la primera cancha antigravedad. Poltrow están a tu cargo.

—¿Es necesario? —Rowan señala a hacia Vitta y Ziv, quienes no dejaban de fulminarse entre los dos.

El profesor solo suspiro.

—Solo hazlo.

Entrando en la cancha, Ziv y su grupo se posicionan en el lado derecho mientras que Vitta y el suyo en el izquierdo. El ambiente es tenso y el deseo de ganar y humillar al otro es cada vez más fuerte entre los capitanes, la desventaja de Vittani es que ni Gray ni Austen parecían muy interesados en el juego.

—Espero que lo hagan bien —advierte Vitta.

—¿Y si no? —Gray levantando las cejas en alto sin darle demasiada importancia.

—Voy a rayar todo tu casillero.

—Odio este juego —dice Austen y fue el primero en prender sus zapatillas antigravedad. Los demás lo imitan.

—¡Pues, amalo! Esto se trata de patearle el trasero a Ziv, y no me nieguen que ninguno de ustedes no tuvo el deseo de hacerlo alguna vez.

La corta mirada entre sus compañeros le dio la suficiente confianza en ellos.  Ziv está completamente perdido. No solo lo detesta ella, está segura que Austen también porque siempre se mete con él y Gray... bueno, no es como si hubiese que haber una razón para odiar a esa odiosa sanguijuela. Si lo odia es porque Ziv es un idiota y punto.
Los capitanes van al centro de la cancha y se ponen en posición para saltar y atrapar la pelota. El profesor se retira a supervisar a los demás alumnos que se encuentran del otro lado del gimnasio, por lo que Vitta está segurísima que su enemigo hará algún tipo de trampa en cuanto se le permita la oportunidad.
La clave es no dársela —piensa por dentro.

Rowan sopla el silbato y lanza la pelota hacia arriba. La castaña esta por saltar a buscarla, pero pronto Ziv le pisa el pie y se impulsa hacia arriba.

—¡Auch! ¡Maldito idiota! —grita la chica y voltea a mirar a Rowan —¡Fue trampa!

—No vi nada —suspira su compañera—Apúrale que Ziv está tomando ventaja.

Vittani presta atención al juego y se da cuenta que Ziv está por embocar la pelota al cesto cuadrado que flota en el aire y gira sobre sí mismo con lentitud. Rápidamente Austen le quita la pelota de la mano en un movimiento y se la pasa a Gray. Jessie se pone detrás de este y le da un codazo con disimulo y la pelota nuevamente esta en las manos del equipo contrario.

Jung quiere quejarse con Rowan porque esos dos idiotas son unos malditos tramposos, pero solo perderá el tiempo: si el árbitro no lo vio, entonces no es falta.


—¡Deja de hacer eso! —chilla Vitta cuando Ziv le patea a Austen cuando estaba por embocar un punto a su equipo.

El pelinegro solo se ríe y Austen choca contra una de las paredes que tienen relleno hasta llegar al suelo. Gray se acerca y lo ayuda  a levantarse. Vittani se reúne con ellos cuando Rowan suena el silbato del descanso de dos minutos antes de volver a continuar. Solo quedan diez minutos de juego antes de que termine la hora.

—Esto no puede seguir así —dice Gray con el ceño fruncido —Esos dos idiotas están pasándose de la raya.

—¡Son unos brutos! ¡Incluso tiraron a Lina-Li! —exclama Vitta recordando cuando Ziv empujo a su compañera para tomar la pelota e incluso la empujaba hacia ella para que se golpeara.

—Van ganando. No creo que podamos ganarle —Austen se limpia el sudor de su frente con la mano y voltea a mirar el contador virtual en el centro de la cancha. Van 8-5.

—Solo necesitamos dar un buen tiro para sumarle otros tres puntos.

—Estaríamos empatados, eso es peor que perder —Vittani se muerde las uñas y le echa un vistazo al equipo enemigo.

Ziv choca los cinco con Jessie mientras se ríen, Lina esta de brazos cruzados fulminando con la mirada a sus compañeros. Pronto el líder del grupo les dirige una mirada repleta de superioridad y de burla, lo que logra encender aún más el enojo en Vitta y sus compañeros.

—Quiero patearle el culo.

—Somos dos.

—No, somos tres —Jung truena sus dedos y voltea a mirar a los chicos —creo que tengo un plan.


Solo dos minutos de ganar, el equipo de Vitta le dio un giro al juego: ahora van 13 a 13 y son tres contra dos. Lina dejo de jugar después de volver del pequeño descanso y Jung imagino que era porque estaba cansada que las hagan chocar a todo tiempo. Sin ella, Ziv se le vio difícil seguir provocando accidentes y Rowan estaba más atenta que nunca.

La estrategia que utilizo el equipo fue sencilla: apenas tuviesen la pelota en la mano se la pasarían el uno al otro sin repetir el patrón seguido y despistar a los dos chicos, luego el que estuviese más cerca o con mejor puntería clavaria en el cesto. Gray logro hacerlo a distancia y Vitta lo hizo más cerca. Austen fue el que anoto más de los tres. De todas formas, no significara que Ziv pudiera tener la oportunidad de robar la pelota y anotar —generalmente era cuando estaba cerca de Vitta y la codeaba.

—Solo dos minutos más —murmura para sí misma la castaña con sudor en su frente y en el puente de su nariz.

Rowan suena el silbato y tira la pelota hacia arriba. Esta vez Vitta se hace hacia atrás y se impulsa para tomar la pelota antes que Ziv, lo logra y se la pasa a Gray rápidamente cuando siente al pelinegro detrás de ella. Gray rebota la pelota contra el suelo y se la pasa a su compañero cuando Jessie se mete en su camino.

Austen la tira contra el suelo, pasando justo debajo de las piernas de Ziv y llega hacia Vitta. Esta hace rebotar la pelota mientras corre y con Ziv detrás de ella.

—¡Un minuto! —exclama Rowan.

Vitta lanza la pelota con todas sus fuerzas hacia atrás cuando siente que están por quitársela. Austen la atrapa y corre hacia el cesto, salta y está por embocarla cuando Ziv se interpone en su camino. Sin embargo, Vitta le da un puntapié cuando nota que Lina choca sin querer con Rowan distrayéndola por un breve momento, dándole la oportunidad.

Austen anota y el tiempo acaba. Rowan sopla el silbato y el juego termino.

—¡Eso fue trampa, eso fue trampa! —grita el pelinegro con el rostro rojo de la furia.

—Si el árbitro no lo vio, entonces no es trampa —replica Gray sonriéndole burlón.

Ziv les echa una última mirada.

—Esto no va a quedarse así.

Vittani le saca la lengua y luego comienza a saltar con alegría, llegando casi al techo —aún no había desactivado las zapatillas.

—¡Eres una genio, Lina-Li! —corre a abrazar a la muchacha.

—Dios, Vitta, me estas asfixiando —dice conteniendo la voz y respira con normalidad cuando la chica la suelta —Ese idiota de Ziv. Me quedara más de un moretón por su culpa.

—A mí también —la castaña deja toda alegría atrás y acaricia sus brazos mientras los observa —Vitta tiene la piel muy sensible. Ella no puede hacer este tipo de cosas tan feas.

—Nunca entendí porque hablas en tercera persona cuando hablas de ti misma.

—A Vitta le gusta —ella se encoge de hombros y muestra una enorme sonrisa —¡Le diré a Alvie que me ponga crema y me haga masajes! ¡A Vitta le encanta cuando Alvie se preocupa por ella y la mime!

—¿Más de lo que ya hace? —inquiere Rowan acercándose a las chicas.

—Para Vitta jamás es suficiente los mimos, y más si son de Alvie.

—Creo que Ziv tiene razón. Quizá Vittani es lesbiana —susurra Lina a Rowan mientras se dirigen a la salida.

—¡Oye! ¡Escuche eso! —chilla la muchacha siguiéndolas.


Lo que más desea Craig es ser médico y encontrar la cura de enfermedades como la de su hermana. Esta tesis hará que de un gran paso hacia su meta, y ahora está mucho más completa que el profesor Robbs le presto sus apuntes de la universidad y sus libros. Tiene que devolverlos antes de que este se marcha, por lo que toma rápidamente todo cuando ve en el reloj virtual en el medio del aula que ya está a punto de marcharse.

Saliendo apurado con todos los libros y apuntes en los brazos, Craig choca contra alguien en la entrada y todo cae hacia el suelo.

—¡Ten más cuidado! —grita la otra persona.

Craig se agacha rápidamente y empieza a juntar los apuntes y los libros —Lo siento, pero también debiste tener cuidado, Ziv —el rubio levanta la cabeza para mirar al pelinegro y le da una corta sonrisa —Ahora ayúdame.

El chico bufa, aun así se agacha y ayuda a Turney a juntar las hojas y los libros. Craig es su tutor desde que se ha mudado a la Roca A2. Gracias a él es que Ziv ha llegado a tercero sin repetir el curso. Son algo así como amigos, pero no lo suficientemente cercanos como para andar juntos.

—¿A dónde vas con todo esto?

—Debo devolverlo ahora mismo —Craig se levanta con todos los papeles en los brazos y Ziv termina de colocarle los libros —Gracias.

—Te ayudaría, pero ya sabes —se encoge de hombros el pelinegro.

El rubio le sonríe —No te preocupes.

Pronto una idea se cruza por la cabeza el MckTharpe y esconde su sonrisa maliciosa para sí mismo.

—¿Quieres que cierre el aula por ti? —se ofrece de manera desinteresada.

Craig entrecierra los ojos y lo mira divertido.

—¿Tu realmente harías eso?

—Creo que hoy tenías clases extras, ¿cierto? —Ziv se fija en el reloj de su muñeca —Vas tarde.

—¿Y cuál es la condición?

—¿Nunca puedo hacer una obra de bien que todo el mundo desconfía? —replica molesto el chico.
Craig se lo piensa sintiéndose un poco culpable por la desconfianza, por lo que decide acceder y le deja la llave.

—Cierra la puerta y devuélvela a la sala de profesores, por favor. Te debo una.

Turney se da media vuelta y comienza a correr con cuidado de que no se le caiga nada de los brazos, sin siquiera imaginarse que había cometido un error bien feo.


Dormida plácidamente, Vitta sueña con estar encerrada en la torre más alta de un castillo viejo y oscuro, con un feo dragón con cara de Ziv vigilando que nadie que entre y asesinando a quien se atreva a rescatar a la bella princesa.
La princesa saca su cabeza por la única ventana donde entran los pocos rayos de luz que le permiten distinguir entre el día y la noche, y como si fuese el sol, un caballero de armadura dorada viene en su corcel blanco agitando su espada en el aire. Allí esta su príncipe azul, quien se enfrenta al feo dragón con cara de Ziv.

Su caballero lucha con valentía y audaz contra el dragón hasta degollarlo. La princesa corre hacia las escaleras y baja rápidamente los escalones para encontrarse con su salvador. Y allí, frente a ella, el caballero se quita el casco dorado y ella puede reconocer al príncipe de Venus, el príncipe Craig. Cayendo en un amor profundo el uno por el otro, Vitta corre en brazos a su amado y este la toma de la cintura y le hace dar vueltas en el aire mientras ella ríe de alegría y gozo.

En ese momento, cuando están sus miradas conectadas, se acercan levemente y casi siente rozar sus labios contra los de su príncipe. Y finalmente...

—¡Vittani Jung! —Alvie abre la puerta con brusquedad.

Vitta salta de la cama y cae derecho al suelo con el corazón latiéndole con fuerza. Pelea contra las frazadas hasta que finalmente puede salir de ellas con el cabello completamente desordenado.

—¿Qué te pasa, Alvie? —gruñe molesta —Craig estaba a punto de besarme ¡No debiste haberme despertado!

Vittani quiere seguir protestando, pero cuando nota que Alvie está seria y muy furiosa es cuando se da cuenta que algo paso y muy grave.

—Vittani —dice lentamente su hermana y la castaña se asusta. Diablos, enserio está enojada —¿Qué hiciste ayer después de la clase de gimnasia?

—¿Ah?

—¡¿Qué hiciste?!

—Fui a buscarte a los vestidores —Vitta se sienta en el suelo y empieza a ponerse nerviosa —No estabas, así que pensé que estabas esperándome en la entrada. Me bañe y... eh...

—¿Qué más?

—Es que...

—¡Vitta!

—¡Fui a ver a Craig al laboratorio! —exclamo asustada—Lo espié un rato, pero creo que se dio cuenta que estaba allí porque miro hacia donde estaba.

—¿Y después que?

—Nada, solo me fui y me encontré contigo.

Alvie la miro con seriedad una vez más.

—¿No estas mintiéndome?

—No.

—¿Estas segura?

—Sí.

—¿Segura, segura?

—¡Alvie! ¡Si hubiese hecho algo malo, te lo habría dicho para que me ayudes!

Fue una breve batalla de miradas, pero lo suficiente como para que Alvie se diera cuenta que ella no mentía.

—Cámbiate rápido. Hay que ir a la escuela urgente.

—¿Que paso? —inquirió la castaña levantándose.

—Llamaron de la escuela. Alguien hizo explotar los proyectos del laboratorio de medicina.

—¿Y qué pinta Vitta en eso?

—Encontraron tu cadena allí.

Rápidamente, Jung se llevó una mano hacia su cuello y lo encontró desnudo.

—No puede ser.

—Tranquila. Vamos a solucionarlo

—¡Yo no hice nada! —lloriqueo la castaña —¡Vitta es buena, Vitta es buena!

—Yo sé que Vitta es buena. Ven —Alvie abrió los brazos y la adolescente no tardo en refugiarse en sus brazos —No llores. Te ves más fea.

—¡Vitta siempre es linda, incluso cuando llora!

—Tienes razón, lo siento —Alvie le acaricio con cariño la espalda a su hermana pensado en cómo se había metido en ese lio y como haría para sacarla de allí.