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"Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Hola chicas gracias por su apoyo y paciencia espero puedan enterder por lo qe estoy pasando la verdad no se lo deseo a nadie mañana les subire maraton enserio muchas gracias por esperarme las qiero
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Lo importante es que te sientas bien tu,, nosotras esperaremos el tiempo qe sea necesario!! Fuerza :)
Anita23
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Capitulo 31
-¡Dímelo!
-Oblígame.
_________ acompañó la música de la radio con los dedos mientras sopesaba la sugerencia de Joe. Reprimió una sonrisa, consciente de que podría obligarlo si se lo proponía.
-¿En qué estás pensando? -preguntó Joe.
-Trato de tomar una decisión.
-Decidir, ¿qué? -señaló con una incipiente sonrisa.
-Si debería obligarte.
-Bueno, te lo advierto. No te va a resultar nada fácil doblegarme -acercó su dedo hasta el envés de la mano de ___________ y lo acarició, dejando a su paso un reguero de calor sobre su piel. -¿Estás segura de que estás preparada?
Ella apartó la mano y cerró los dedos sobre el muslo de Joe. Disfrutó al sentir cómo sus músculos se tensaban al mínimo contacto.
-Estoy preparada para cualquier cosa que tengas en mente.
-¿Seguro?
En ese momento, Joe sujetó la mano de ___________. Ella contuvo la respiración mientras Joe arrastraba su mano hacia arriba hasta rozar el inconfundible bulto de su entrepierna. ___________ sofocó un gemido, sorprendida por la rigidez de su miembro y presionó su mano hasta que no tuvo la menor duda de cómo la deseaba Joe.
-¿Estás realmente dispuesta a cualquier cosa?
-Sí -balbució en un suspiro apenas audible y se aclaró la garganta. -Absolutamente.
-Me alegra oír eso -apuntó Joe y entrelazó sus dedos con los de ella.
-Bien, entonces cuéntamelo -se inclinó hacia él, deslizó un dedo por su oreja, consciente del esfuerzo de Joe para mantener la atención fija en la carretera. -Dime qué has planeado.
-Está bien. Me has convencido -besó los dedos de su mano y la traspasó con una mirada que fue directa al corazón. -De aquí a la eternidad.
-¿Disculpa? Acabaremos definitivamente en la eternidad si no te concentras en la carretera -señaló ____________.
-Me refiero a la película -sonrió y acarició el labio inferior de ______________ con el pulgar. -La escena en la playa.
_____________ frunció el ceño, la frente arrugada mientras intentaba organizar sus ideas. Joe se había centrado nuevamente en la conducción, pero ___________ podía identificar su sonrisa.
-¿No la recuerdas?
-Claro que sí -afirmó _____________.
Pero la realidad era que no la recordaba. Era casi una enciclopedia del Séptimo Arte y no tenía la menor idea de a qué se refería. Estaba confusa que todo se había embarullado en su cabeza. Sabía que era un clásico y la escena le rondaba la mente.
-Una escena erótica, ¿no te parece?
-Desde luego -mintió. -Muy excitante. Se nota que has hecho los deberes.
Se volvió hacia el paisaje, molesta y preocupada. Atravesaron la cima de una colina y el coche enfiló hacia la costa del Pacífico. _____________ obtuvo una rápida visión de las olas rompiendo contra las rocas antes de que las colinas taparan nuevamente el mar. Entonces cerró los ojos. Empezó a recordar. Olas, amantes en una playa… ¡Por supuesto! Y volvió a fruncir el ceño de inmediato. Joe no tendría intención de…
-No estarás pensando que nosotros… -agitó la mano en el aire. -Ya sabes… en la playa.
-Así que recuerdas la película.
-Por supuesto -le dirigió una mirada altiva. -El cine es mi mundo, ¿recuerdas?
-He sido un estúpido al ponerlo en duda.
____________ apreció el tono de burla en sus palabras, pero prefirió ignorarlo.
-No has contestado a mi pregunta. La playa es un sitio público. Y eso por no mencionar lo incómoda que resulta la arena.
Una carcajada profunda, fresca, nació del interior de su garganta y ____________ se encontró sonriendo tan solo por el placer de escuchar esa risa.
-¿Qué pasa? ¿He dicho algo gracioso?
Joe tomó su mano, sacudió levemente la cabeza y la besó en la palma con ternura.
-No ha sido gracioso, pero lo esperaba. Suponía que la arena te hacía tan poca gracia como a mí, así que estoy improvisando sobre la marcha.
-¿Improvisando? -se cruzó de brazos y ladeó la cabeza. -¿Debería estar nerviosa?
Era una pregunta estúpida. Claro que debería estar nerviosa. La voz del locutor se desvaneció y empezó a sonar una nueva canción de Rolling Stones. Joe no contestó, pero empezó a tararear la canción.
-Nunca has podido cantar -indicó ____________.
-Y tú nunca has sido una mujer paciente -replicó Joe.
-Me temo que esta noche no tengo elección.
-En efecto -sus miradas se encontraron un instante. -Pero te aseguro que la espera valdrá la pena.
Al cabo de unos minutos, Joe frenó frente a un hotel rural situado en un rincón apartado sobre los acantilados de Malibú. Al verlo, ____________ pensó que probablemente tenía razón. Era un lugar encantador. Acompañó a Joe a la entrada y una mujer con acento italiano los recibió con una amable sonrisa.
-¡Señor Jonas! Es muy agradable volverlo a ver.
Joe le dio la mano con una sonrisa de genuino placer.
-María, estás estupenda -dijo mientras entraban y señaló con la cabeza a ___________. Esta es la señorita a quien pertenece la maleta que te he enviado antes.
__________ se quedó boquiabierta e intentó recuperar una apariencia digna.
-¿Has enviado mis cosas?
-Me limité a pedirle a mi ayudante que bajara algunas cosas básicas. El cepillo de dientes, un vestido de baño y una muda para pasar una noche.
-Ajá.
La juvenil sonrisa de Joe la divirtió y ____________ se limitó a mover la cabeza mientras inspeccionaba los alrededores. La casa era más grande de lo que aparentaba desde el exterior y parecía diseñada para el ocio. Una fotografía en blanco y negro de una mujer que se parecía a María colgaba a la entrada.
-¿Un pariente? —preguntó ____________.
-Mi abuela.
-Era muy atractiva.
-Éste era su refugio -dijo María, pero no explicó nada más y tomó a ____________ del brazo. -Te enseñaré tu habitación y podrás asearte para la cena.
Mientras María la acompañaba, _____________ se volvió hacia Joe con asombro.
-¿Mi habitación?
-Estoy en la puerta contigua -Joe sonrió al advertir la expresión de desconcierto de ___________. Y no olvides ponerte el vestido de baño debajo de la ropa. Iremos a dar un paseo por la playa después de la cena.
-¡Dímelo!
-Oblígame.
_________ acompañó la música de la radio con los dedos mientras sopesaba la sugerencia de Joe. Reprimió una sonrisa, consciente de que podría obligarlo si se lo proponía.
-¿En qué estás pensando? -preguntó Joe.
-Trato de tomar una decisión.
-Decidir, ¿qué? -señaló con una incipiente sonrisa.
-Si debería obligarte.
-Bueno, te lo advierto. No te va a resultar nada fácil doblegarme -acercó su dedo hasta el envés de la mano de ___________ y lo acarició, dejando a su paso un reguero de calor sobre su piel. -¿Estás segura de que estás preparada?
Ella apartó la mano y cerró los dedos sobre el muslo de Joe. Disfrutó al sentir cómo sus músculos se tensaban al mínimo contacto.
-Estoy preparada para cualquier cosa que tengas en mente.
-¿Seguro?
En ese momento, Joe sujetó la mano de ___________. Ella contuvo la respiración mientras Joe arrastraba su mano hacia arriba hasta rozar el inconfundible bulto de su entrepierna. ___________ sofocó un gemido, sorprendida por la rigidez de su miembro y presionó su mano hasta que no tuvo la menor duda de cómo la deseaba Joe.
-¿Estás realmente dispuesta a cualquier cosa?
-Sí -balbució en un suspiro apenas audible y se aclaró la garganta. -Absolutamente.
-Me alegra oír eso -apuntó Joe y entrelazó sus dedos con los de ella.
-Bien, entonces cuéntamelo -se inclinó hacia él, deslizó un dedo por su oreja, consciente del esfuerzo de Joe para mantener la atención fija en la carretera. -Dime qué has planeado.
-Está bien. Me has convencido -besó los dedos de su mano y la traspasó con una mirada que fue directa al corazón. -De aquí a la eternidad.
-¿Disculpa? Acabaremos definitivamente en la eternidad si no te concentras en la carretera -señaló ____________.
-Me refiero a la película -sonrió y acarició el labio inferior de ______________ con el pulgar. -La escena en la playa.
_____________ frunció el ceño, la frente arrugada mientras intentaba organizar sus ideas. Joe se había centrado nuevamente en la conducción, pero ___________ podía identificar su sonrisa.
-¿No la recuerdas?
-Claro que sí -afirmó _____________.
Pero la realidad era que no la recordaba. Era casi una enciclopedia del Séptimo Arte y no tenía la menor idea de a qué se refería. Estaba confusa que todo se había embarullado en su cabeza. Sabía que era un clásico y la escena le rondaba la mente.
-Una escena erótica, ¿no te parece?
-Desde luego -mintió. -Muy excitante. Se nota que has hecho los deberes.
Se volvió hacia el paisaje, molesta y preocupada. Atravesaron la cima de una colina y el coche enfiló hacia la costa del Pacífico. _____________ obtuvo una rápida visión de las olas rompiendo contra las rocas antes de que las colinas taparan nuevamente el mar. Entonces cerró los ojos. Empezó a recordar. Olas, amantes en una playa… ¡Por supuesto! Y volvió a fruncir el ceño de inmediato. Joe no tendría intención de…
-No estarás pensando que nosotros… -agitó la mano en el aire. -Ya sabes… en la playa.
-Así que recuerdas la película.
-Por supuesto -le dirigió una mirada altiva. -El cine es mi mundo, ¿recuerdas?
-He sido un estúpido al ponerlo en duda.
____________ apreció el tono de burla en sus palabras, pero prefirió ignorarlo.
-No has contestado a mi pregunta. La playa es un sitio público. Y eso por no mencionar lo incómoda que resulta la arena.
Una carcajada profunda, fresca, nació del interior de su garganta y ____________ se encontró sonriendo tan solo por el placer de escuchar esa risa.
-¿Qué pasa? ¿He dicho algo gracioso?
Joe tomó su mano, sacudió levemente la cabeza y la besó en la palma con ternura.
-No ha sido gracioso, pero lo esperaba. Suponía que la arena te hacía tan poca gracia como a mí, así que estoy improvisando sobre la marcha.
-¿Improvisando? -se cruzó de brazos y ladeó la cabeza. -¿Debería estar nerviosa?
Era una pregunta estúpida. Claro que debería estar nerviosa. La voz del locutor se desvaneció y empezó a sonar una nueva canción de Rolling Stones. Joe no contestó, pero empezó a tararear la canción.
-Nunca has podido cantar -indicó ____________.
-Y tú nunca has sido una mujer paciente -replicó Joe.
-Me temo que esta noche no tengo elección.
-En efecto -sus miradas se encontraron un instante. -Pero te aseguro que la espera valdrá la pena.
Al cabo de unos minutos, Joe frenó frente a un hotel rural situado en un rincón apartado sobre los acantilados de Malibú. Al verlo, ____________ pensó que probablemente tenía razón. Era un lugar encantador. Acompañó a Joe a la entrada y una mujer con acento italiano los recibió con una amable sonrisa.
-¡Señor Jonas! Es muy agradable volverlo a ver.
Joe le dio la mano con una sonrisa de genuino placer.
-María, estás estupenda -dijo mientras entraban y señaló con la cabeza a ___________. Esta es la señorita a quien pertenece la maleta que te he enviado antes.
__________ se quedó boquiabierta e intentó recuperar una apariencia digna.
-¿Has enviado mis cosas?
-Me limité a pedirle a mi ayudante que bajara algunas cosas básicas. El cepillo de dientes, un vestido de baño y una muda para pasar una noche.
-Ajá.
La juvenil sonrisa de Joe la divirtió y ____________ se limitó a mover la cabeza mientras inspeccionaba los alrededores. La casa era más grande de lo que aparentaba desde el exterior y parecía diseñada para el ocio. Una fotografía en blanco y negro de una mujer que se parecía a María colgaba a la entrada.
-¿Un pariente? —preguntó ____________.
-Mi abuela.
-Era muy atractiva.
-Éste era su refugio -dijo María, pero no explicó nada más y tomó a ____________ del brazo. -Te enseñaré tu habitación y podrás asearte para la cena.
Mientras María la acompañaba, _____________ se volvió hacia Joe con asombro.
-¿Mi habitación?
-Estoy en la puerta contigua -Joe sonrió al advertir la expresión de desconcierto de ___________. Y no olvides ponerte el vestido de baño debajo de la ropa. Iremos a dar un paseo por la playa después de la cena.
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Capitulo 32
-Estoy en la puerta contigua -Joe sonrió al advertir la expresión de desconcierto de ___________. Y no olvides ponerte el bañador debajo de la ropa. Iremos a dar un paseo por la playa después de la cena.
-Pero nada de bañaros hasta que no pase un mínimo de media hora -advirtió María con el tono preocupado de una madre.
-Está bien, señora -dijeron al unísono y rieron. -Te veré en un momento.
Mientras ____________ acompañaba a María a la acogedora habitación que tenía asignada, no pudo evitar pensar que estaba siendo una de las citas más extrañas que había tenido nunca. Estaba segura de que Joe no estaba improvisando. Incluso si lo animaba el espíritu de venganza, Joe se estaba tomando las mismas molestias que cuando lo había visto preparar cada detalle de Oxygen. De un modo un tanto extraño, incluso se sentía halagada. Al fin y al cabo, estaba dedicando mucho tiempo para estar con ella. Independientemente de cuáles fueran sus motivos.
-¿Está todo bien? -preguntó María desde la puerta, orgullosa de la decoración.
-Es una maravilla.
-Comprueba el armario y el vestidor -dijo la buena mujer. -He guardado tus cosas.
-Gracias.
-Y no tardes. La cena estará lista enseguida. Joe viene siempre al menos una vez al mes, pero es la primera vez que trae compañía -dijo con una sonrisa radiante y ___________ pensó si no le recordaría a Joe a su madre. -Esta noche he preparado algo especial.
-Estoy impaciente -aseguró _____________, que no quena decepcionar a su anfitriona ni tampoco a Joe. -Voy a cambiarme y bajaré enseguida.
María y Joe no habían exagerado. La lasaña que cenaron era la mejor que ___________ había probado en toda su vida y el pan de ajo casi se derretía en su boca. Para cuando María trajo un bizcocho genovés relleno de crema, _____________ había cenado tanta pasta que tuvo levantar las manos en señal de protesta.
-No podría dar un solo bocado más.
-Estoy de acuerdo -dijo Joe y retiró su silla. -Estaba todo delicioso, María, como siempre.
-Dejaré el bizcocho en la cocina. Podéis tomar el postre después del paseo -la mujer sonrió y _____________ tuvo la impresión de que María la consideraba la pareja ideal. -Subiré a mi habitación a leer un rato. Esta noche sois mis únicos clientes así que disponéis de todo el piso para vosotros.
Joe aguardó de pie hasta que María abandonó el comedor y entonces tendió la mano a ___________.
-¿En serio vamos a salir a pasear ahora? No mentía cuando he dicho que estaba atiborrada de comida -dijo ____________.
-Entonces vamos a sentarnos un rato en la sala. Además, todavía es pronto. Dejaremos que los últimos rezagados abandonen la playa y así podremos disfrutar de todo para nosotros -apuntó Joe.
______________ sonrió al pensar en lo idílico de su proposición.
-Mientras tanto -preguntó Joe, -¿qué te parece este lugar?
-Es una maravilla.
-Quiero decir en calidad de locación para tu película -entraron de la mano en el salón y fueron a sentarse en un sofá estampado, frente a la chimenea, donde joe pasó el brazo sobre los hombros de ______________. -A mí me parece un lugar muy sexy.
-Bueno, sí, entiendo tu punto de vista.
_____________ estaba sin aliento y sentía el pulso desbocado. Las luces en penumbra, el fuego crepitando y la cercanía de Joe funcionaba como una droga ante la que ella deseaba sucumbir. Quería perderse entre sus brazos.
Volvió a tomar aire, pero entonces sintió los labios de Joe sobre los suyos. _____________ abrió la boca en una clara invitación. Joe, excitado y ansioso, jugó con sus labios hasta que sus cuerpos se fundieron en un abrazo.
La lengua de joe reclamó paso y una vez que le fue concedido, ____________ exploró el interior de la boca de él. Saboreó una embriagadora combinación de vino tinto y fuego. ____________ ahondó en su búsqueda. Quería explorarlo todo y sentirse explorada. Quería olvidar el pasado y entregarse al presente.
Las manos de Joe acariciaban su espalda y sus hombros. Después se movieron hasta el busto que cubría el vestido de verano y el bañador. Sus pechos se hincharon contra el tejido al tiempo que su cuerpo anhelaba las caricias de Joe. Delicado pero apasionado, Joe recorrió su cuerpo con besos y caricias. ____________ empezó a temblar presa del deseo, su sangre ardiendo en sus venas como ríos de lava, hasta que tan sólo pudo pensar en la necesidad de apagar esa sed que la torturaba.
-¡Joe! -murmuró. -¡Oh, Joe, por favor!
Todo su cuerpo se tensó. Su deseo se convirtió en algo puramente físico, más pernicioso que la necesidad de comer o dormir. Tenía que poseerla, pero recurrió a sus últimas reservas para apartarla de su lado.
Ella lo miró confundida, algo molesta ante su incomprensible actitud. Tenía los labios hinchados y de un color rojo sangre, pero no llevaba pintura.
-¿Qué pasa?
-Todavía no es el momento -dijo Joe. -Tengo algo planeado.
-¿De aquí a la eternidad?
-Mi versión particular, en todo caso.
Dejó que su mirada recorriese el cuerpo de ___________. Había considerado la posibilidad de incluir en su maleta un vestido rojo similar al que ella no había querido ponerse para él. Pero sabía que la vería con ese vestido cuando llegase el momento. Y había elegido un sencillo vestido de verano en la tienda del Hotel Bellísimo.
Era un vestido alegre y sencillo, del color del cielo en verano. Pero sus planes no eran en absoluto inocentes. Trazó la curva de su pecho, bajo la tela de algodón, y sintió el pezón duro al pasar el dedo.
-¡Por favor! -susurró ____________.
-¿Qué?
-No me hagas esto -imploró con los ojos muy abiertos.
Frotó su pulgar contra el pezón y ella gimió. Echó la cabeza hacia atrás y se acercó lentamente hacia él. El pulso de Joe se aceleró al instante, provocado por la respuesta de ___________ a sus caricias.
-¿Crees que te estoy atormentado?
-Ya no sé qué pensar. Tan solo sé que quiero… -la voz se quebró y se mordió el labio.
-¿Qué quieres? -insistió Joe, consciente de que ____________ estaba a punto de admitir que lo deseaba a él.
-Nada -___________ se echó hacia atrás, sintió la piel de gallina y se frotó los brazos. -No lo sé. Supongo que no importa.
-A mí sí me importa.
Pero ___________ no lo miró a la cara. Se mordió el labio y echó un vistazo al salón.
-¿Vas a llevarme a dar un paseo?
-A lo mejor podría llevarte al Cielo -soltó Joe de pronto.
Se qe no es maraton pero se los acababa de subir por eso solo son 2 caps ok
-Estoy en la puerta contigua -Joe sonrió al advertir la expresión de desconcierto de ___________. Y no olvides ponerte el bañador debajo de la ropa. Iremos a dar un paseo por la playa después de la cena.
-Pero nada de bañaros hasta que no pase un mínimo de media hora -advirtió María con el tono preocupado de una madre.
-Está bien, señora -dijeron al unísono y rieron. -Te veré en un momento.
Mientras ____________ acompañaba a María a la acogedora habitación que tenía asignada, no pudo evitar pensar que estaba siendo una de las citas más extrañas que había tenido nunca. Estaba segura de que Joe no estaba improvisando. Incluso si lo animaba el espíritu de venganza, Joe se estaba tomando las mismas molestias que cuando lo había visto preparar cada detalle de Oxygen. De un modo un tanto extraño, incluso se sentía halagada. Al fin y al cabo, estaba dedicando mucho tiempo para estar con ella. Independientemente de cuáles fueran sus motivos.
-¿Está todo bien? -preguntó María desde la puerta, orgullosa de la decoración.
-Es una maravilla.
-Comprueba el armario y el vestidor -dijo la buena mujer. -He guardado tus cosas.
-Gracias.
-Y no tardes. La cena estará lista enseguida. Joe viene siempre al menos una vez al mes, pero es la primera vez que trae compañía -dijo con una sonrisa radiante y ___________ pensó si no le recordaría a Joe a su madre. -Esta noche he preparado algo especial.
-Estoy impaciente -aseguró _____________, que no quena decepcionar a su anfitriona ni tampoco a Joe. -Voy a cambiarme y bajaré enseguida.
María y Joe no habían exagerado. La lasaña que cenaron era la mejor que ___________ había probado en toda su vida y el pan de ajo casi se derretía en su boca. Para cuando María trajo un bizcocho genovés relleno de crema, _____________ había cenado tanta pasta que tuvo levantar las manos en señal de protesta.
-No podría dar un solo bocado más.
-Estoy de acuerdo -dijo Joe y retiró su silla. -Estaba todo delicioso, María, como siempre.
-Dejaré el bizcocho en la cocina. Podéis tomar el postre después del paseo -la mujer sonrió y _____________ tuvo la impresión de que María la consideraba la pareja ideal. -Subiré a mi habitación a leer un rato. Esta noche sois mis únicos clientes así que disponéis de todo el piso para vosotros.
Joe aguardó de pie hasta que María abandonó el comedor y entonces tendió la mano a ___________.
-¿En serio vamos a salir a pasear ahora? No mentía cuando he dicho que estaba atiborrada de comida -dijo ____________.
-Entonces vamos a sentarnos un rato en la sala. Además, todavía es pronto. Dejaremos que los últimos rezagados abandonen la playa y así podremos disfrutar de todo para nosotros -apuntó Joe.
______________ sonrió al pensar en lo idílico de su proposición.
-Mientras tanto -preguntó Joe, -¿qué te parece este lugar?
-Es una maravilla.
-Quiero decir en calidad de locación para tu película -entraron de la mano en el salón y fueron a sentarse en un sofá estampado, frente a la chimenea, donde joe pasó el brazo sobre los hombros de ______________. -A mí me parece un lugar muy sexy.
-Bueno, sí, entiendo tu punto de vista.
_____________ estaba sin aliento y sentía el pulso desbocado. Las luces en penumbra, el fuego crepitando y la cercanía de Joe funcionaba como una droga ante la que ella deseaba sucumbir. Quería perderse entre sus brazos.
Volvió a tomar aire, pero entonces sintió los labios de Joe sobre los suyos. _____________ abrió la boca en una clara invitación. Joe, excitado y ansioso, jugó con sus labios hasta que sus cuerpos se fundieron en un abrazo.
La lengua de joe reclamó paso y una vez que le fue concedido, ____________ exploró el interior de la boca de él. Saboreó una embriagadora combinación de vino tinto y fuego. ____________ ahondó en su búsqueda. Quería explorarlo todo y sentirse explorada. Quería olvidar el pasado y entregarse al presente.
Las manos de Joe acariciaban su espalda y sus hombros. Después se movieron hasta el busto que cubría el vestido de verano y el bañador. Sus pechos se hincharon contra el tejido al tiempo que su cuerpo anhelaba las caricias de Joe. Delicado pero apasionado, Joe recorrió su cuerpo con besos y caricias. ____________ empezó a temblar presa del deseo, su sangre ardiendo en sus venas como ríos de lava, hasta que tan sólo pudo pensar en la necesidad de apagar esa sed que la torturaba.
-¡Joe! -murmuró. -¡Oh, Joe, por favor!
Todo su cuerpo se tensó. Su deseo se convirtió en algo puramente físico, más pernicioso que la necesidad de comer o dormir. Tenía que poseerla, pero recurrió a sus últimas reservas para apartarla de su lado.
Ella lo miró confundida, algo molesta ante su incomprensible actitud. Tenía los labios hinchados y de un color rojo sangre, pero no llevaba pintura.
-¿Qué pasa?
-Todavía no es el momento -dijo Joe. -Tengo algo planeado.
-¿De aquí a la eternidad?
-Mi versión particular, en todo caso.
Dejó que su mirada recorriese el cuerpo de ___________. Había considerado la posibilidad de incluir en su maleta un vestido rojo similar al que ella no había querido ponerse para él. Pero sabía que la vería con ese vestido cuando llegase el momento. Y había elegido un sencillo vestido de verano en la tienda del Hotel Bellísimo.
Era un vestido alegre y sencillo, del color del cielo en verano. Pero sus planes no eran en absoluto inocentes. Trazó la curva de su pecho, bajo la tela de algodón, y sintió el pezón duro al pasar el dedo.
-¡Por favor! -susurró ____________.
-¿Qué?
-No me hagas esto -imploró con los ojos muy abiertos.
Frotó su pulgar contra el pezón y ella gimió. Echó la cabeza hacia atrás y se acercó lentamente hacia él. El pulso de Joe se aceleró al instante, provocado por la respuesta de ___________ a sus caricias.
-¿Crees que te estoy atormentado?
-Ya no sé qué pensar. Tan solo sé que quiero… -la voz se quebró y se mordió el labio.
-¿Qué quieres? -insistió Joe, consciente de que ____________ estaba a punto de admitir que lo deseaba a él.
-Nada -___________ se echó hacia atrás, sintió la piel de gallina y se frotó los brazos. -No lo sé. Supongo que no importa.
-A mí sí me importa.
Pero ___________ no lo miró a la cara. Se mordió el labio y echó un vistazo al salón.
-¿Vas a llevarme a dar un paseo?
-A lo mejor podría llevarte al Cielo -soltó Joe de pronto.
Se qe no es maraton pero se los acababa de subir por eso solo son 2 caps ok
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Awuaaaaaa me moriii! Estoy ferlix de que estes de vuelta!wiiiii
Siguelaa porfiss!
Amo ste novee!
Me fascinaa!
Siguelaa
Y pss mil gracias x los 2 capisss!
Siguelaa
Att: tu megaa fielisima lectoraa!
Siguelaa porfiss!
Amo ste novee!
Me fascinaa!
Siguelaa
Y pss mil gracias x los 2 capisss!
Siguelaa
Att: tu megaa fielisima lectoraa!
Yhosdaly
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Ohh nena lamento mucho lo que te ha pasado
Espero estés mejor :D
Y muchas gracias por subir los caps
Estuvieron MEGA increíbles
Joe awww joe me encanta
SIGUELA plis!!
Espero estés mejor :D
Y muchas gracias por subir los caps
Estuvieron MEGA increíbles
Joe awww joe me encanta
SIGUELA plis!!
Karli Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Chicas muchas gracias por todo su apoyo es muy lindo saber qe cuento con todas ustedes y discupen qe se los diga hasta ahora lo qe pasa esqe tengo la cabeza en otro lado la verdad todavia no puedo creer qe Alex (mi novio) ya no esta conmigo pero ya no las molesto mas con mis cosas y de nuevo muchas gracias las qiero
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Mil lindo los caps!! Y lo que sentis es normal, es muy dificil mantener la cabeza cuando todos es muy reciente, espero que sigas a delante!! Suerte y siguela cuando puedas
Anita23
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
:) te queremos Nani
Así que entendemos si no subes CAP :D
Así que entendemos si no subes CAP :D
Karli Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
AwooO!! Siguelaaa porfiss!! depaso que cerraron el foro y ahora estoy torturada esperando capiss!! :(
Yhosdaly
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Hola chicas alfin abrieron el foro aqi les dejo un minimaraton espero les guste
Capitulo 33
-¿Vas a llevarme a dar un paseo?
-A lo mejor podría llevarte al Cielo -soltó Joe de pronto.
Trató de permanecer serio, pero no pudo evitar sonreír ante el tópico que se le había escapado. Habría querido parecer serio, mantener a ___________ al borde del precipicio, pero ante todo deseaba que ella se sintiera a gusto en su compañía. Esa certeza lo perturbó y frunció el ceño. Estaba dispuesto a seguir su plan al máximo.
Por un momento ___________ se había asustado, pero no tardó en reírse. Entornó los ojos al tiempo que lo empujaba con el hombro.
-Había olvidado lo chiflado que puedes llegar a ser -dijo ____________.
-¿Eso es bueno o malo?
Ella tomó su mano y respiró hondo.
-Es bueno que seas así -se volvió, aparentemente fascinada con el mobiliario de la casa. -Pero es malo que lo haya olvidado.
Joe sintió cómo el sudor se concentraba por encima de sus labios. Ella estaba sentada frente a él y se parecía mucho a la mujer que había amado en el pasado. Quería abrazarla, acunarla entre sus brazos hasta que desapareciesen todos sus miedos, prometerle que todo sería distinto en el futuro.
Sintió un escalofrío. Se había prometido no caer en la sensiblería y pretendía cumplir esa promesa. De no hacerlo comprometería la salud de su corazón. Y era un riesgo que no podía permitirse.
-Joe -ella lo miraba con aire severo, -he dicho que lo malo era que lo hubiera olvidado.
-Supongo que es una suerte que yo esté aquí para recordártelo -indicó mientras alejaba el mal humor con la mano.
Una sonrisa tentadora asomó en la comisura de su boca.
-Bien -dijo Joe, -veamos el vestido.
Se acercó hacia ella y comprobó el tejido una vez más. Pero ella se apartó, riendo.
-Nada de eso. Primero tienes que decirme dónde piensas llevarme.
-Está bien.
-¿En serio? ¿Vas a darme alguna pista?
-Un avance -movió la cabeza señalando el vestido. -¿Llevas algo debajo?
-Llevo el vestido de baño -dijo ___________. -Eso fue lo que me dijiste.
-Buena chica -sonrió con malicia. -Entonces estás vestida para la ocasión.
_____________ dirigió una mirada exasperada al techo.
-Ésa es toda la información que vas a darme, ¿verdad? -preguntó, incapaz de alejar la sonrisa de su tono de voz.
-Me temo que sí.
Agarró a ____________ del brazo y la condujo hasta la puerta trasera. Entraron el fabuloso jardín de María.
Joe había conocido a María en la inauguración de su primer restaurante en Malibú, tres años atrás. Era la nieta de una famosa actriz de cine mudo de la que Joe nunca había oído hablar y había heredado su extravagante mansión junto a la playa además de una pequeña cantidad de dinero. No necesitaba el dinero, pero sí compañía. Y había decidido convertir la casa en un hotel rural.
Joe se había acostumbrado a acudir al menos una vez cada dos meses para pasear por la playa y relajarse en la piscina. Hasta entonces había sido un secreto que no había compartido con nadie. Pero había sentido la necesidad de contárselo a __________. Era su oasis particular, su refugio para alejarse de la gran ciudad y el sitio ideal al que hubiera deseado escaparse con ella.
En ese momento no estaba seguro de que su elección hubiera sido acertada. Era la clase de lugar a la que un hombre llevaba a su amante, no a su… lo que fuera ___________ para él en esos momentos.
Una parte de él deseaba dar media vuelta, volver a coche y conducir hasta el siguiente escenario de la lista, en el corazón de la ciudad. Pero cuando sintió la mano de ___________ en la suya, los dedos firmes alrededor, todas sus dudas desaparecieron.
-Esto es asombroso -dijo ___________. -Parece un cuento de hadas.
Joe respiró hondo y comprendió que, pese a cualquier cosa que le deparase el futuro, en ese instante era completamente feliz.
-Sí, es una maravilla.
La mansión de María estaba colgada sobre el acantilado. Unas escaleras esculpidas en la roca conducían en espiral hasta la playa. La vista era espléndida, pero el jardín de María valía la pena por sí solo. Una piscina personalizada para los clientes acaparaba toda la atención. Era profunda en un extremo y el lado más alejado se empinaba hacia el océano, permitiendo al bañista descansar con medio cuerpo fuera en el agua poco profunda. Un dispositivo eléctrico hacía olas y convertía ese punto en el lugar perfecto para hacer el amor sin arena ni las aguas gélidas del Pacífico.
___________ señaló la piscina con un gesto de la cabeza, adivinando el juego.
-¿Ése es tu plan?
-Algo parecido -sonrió Joe y llevó a _____________ a la parte más alejada del jardín.
La piscina estaba rodeada por una tarima de madera. Había macetas en cada hueco y cada grieta. Las plantas extendían el delicioso aroma de la primavera. Había luces tenues colgadas en las ramas de los arboles que lucían acompañando a las estrellas. Ella tenía razón. Era un cuento de hadas.
Estaban de pie apoyados en la barandilla, atentos mirando cómo las olas rompían en la arena y lamían la superficie de las rocas.
-Vamos a bajar -dijo ____________.
-¿He conducido toda la tarde para encontrar un sitio que sustituyera la arena y el agua fría y ahora quieres bajar a la playa?
-Por supuesto -dijo mientras sus ojos brillaban en la oscuridad.
-En ese caso, adelante -dijo Joe, que sintió cómo el corazón se le encogía al ver a ____________ tan feliz.
La escalera, aunque estable, producía bastante vértigo. Joe bajó en primer lugar, de medio lado, atento a ___________. Ella no protestó y eso aumentó su grado de felicidad.
Una vez que alcanzaron la playa. _____________ estiró los brazos, comenzó a girar y su rostro se iluminó con su risa.
-¡Esto es una maravilla! Echaba tanto de menos la playa -gritó.
Tenía las mejillas sonrojadas y Joe se sorprendió al ver cómo le agradaba el sonido de su risa. Quería seguir enojado, pero cuanto más tiempo pasaba junto a ella más leve era el dolor que sentía.
_____________ lo agarró de la mano y lo arrastró hacia el mar. Joe protestó sin mucha convicción.
-¡El agua está helada!
_____________ se quitó las sandalias y animó a Joe para que fueran hasta las olas.
-¡Debilucho!
-Me he devanado los sesos para encontrar algo parecido al océano y esto es lo que saco después de mis desvelos -dijo con ironía.
____________ bailó delante de Joe, los ojos brillantes. Una sonrisa picara se adivinó en su cara.
-No quiero simulacros -elevó la voz y bajó los ojos. -Quiero autenticidad.
____________ levantó los ojos sin atreverse a mirar a joe. Sonreía con timidez. El pulso de Joe se descompuso y se mojó los labios resecos. ¿Qué estaba insinuando __________? ¿Hablaba tan solo de sexo o había algo más? No estaba seguro, pero estaba decidido a conocer toda la verdad que encerraban sus palabras.
-¡Vamos! -exigió con cierta brusquedad. -Exploremos la playa.
-Eso mismo estaba pensando -dijo en voz baja, seductora.
El cuerpo de Joe reaccionó al instante. Entonces comprendió qué estaba pasando. ____________ estaba cambiando las reglas. Ella, que detestaba estar a oscuras, estaba intentando seducirlo a su vez.
Joe sonrió. Si ella estaba tan desesperada que estaba dispuesta a seducirlo, entonces ya había ganado. Y estaba decidido a cobrarse esa pieza.
Capitulo 33
-¿Vas a llevarme a dar un paseo?
-A lo mejor podría llevarte al Cielo -soltó Joe de pronto.
Trató de permanecer serio, pero no pudo evitar sonreír ante el tópico que se le había escapado. Habría querido parecer serio, mantener a ___________ al borde del precipicio, pero ante todo deseaba que ella se sintiera a gusto en su compañía. Esa certeza lo perturbó y frunció el ceño. Estaba dispuesto a seguir su plan al máximo.
Por un momento ___________ se había asustado, pero no tardó en reírse. Entornó los ojos al tiempo que lo empujaba con el hombro.
-Había olvidado lo chiflado que puedes llegar a ser -dijo ____________.
-¿Eso es bueno o malo?
Ella tomó su mano y respiró hondo.
-Es bueno que seas así -se volvió, aparentemente fascinada con el mobiliario de la casa. -Pero es malo que lo haya olvidado.
Joe sintió cómo el sudor se concentraba por encima de sus labios. Ella estaba sentada frente a él y se parecía mucho a la mujer que había amado en el pasado. Quería abrazarla, acunarla entre sus brazos hasta que desapareciesen todos sus miedos, prometerle que todo sería distinto en el futuro.
Sintió un escalofrío. Se había prometido no caer en la sensiblería y pretendía cumplir esa promesa. De no hacerlo comprometería la salud de su corazón. Y era un riesgo que no podía permitirse.
-Joe -ella lo miraba con aire severo, -he dicho que lo malo era que lo hubiera olvidado.
-Supongo que es una suerte que yo esté aquí para recordártelo -indicó mientras alejaba el mal humor con la mano.
Una sonrisa tentadora asomó en la comisura de su boca.
-Bien -dijo Joe, -veamos el vestido.
Se acercó hacia ella y comprobó el tejido una vez más. Pero ella se apartó, riendo.
-Nada de eso. Primero tienes que decirme dónde piensas llevarme.
-Está bien.
-¿En serio? ¿Vas a darme alguna pista?
-Un avance -movió la cabeza señalando el vestido. -¿Llevas algo debajo?
-Llevo el vestido de baño -dijo ___________. -Eso fue lo que me dijiste.
-Buena chica -sonrió con malicia. -Entonces estás vestida para la ocasión.
_____________ dirigió una mirada exasperada al techo.
-Ésa es toda la información que vas a darme, ¿verdad? -preguntó, incapaz de alejar la sonrisa de su tono de voz.
-Me temo que sí.
Agarró a ____________ del brazo y la condujo hasta la puerta trasera. Entraron el fabuloso jardín de María.
Joe había conocido a María en la inauguración de su primer restaurante en Malibú, tres años atrás. Era la nieta de una famosa actriz de cine mudo de la que Joe nunca había oído hablar y había heredado su extravagante mansión junto a la playa además de una pequeña cantidad de dinero. No necesitaba el dinero, pero sí compañía. Y había decidido convertir la casa en un hotel rural.
Joe se había acostumbrado a acudir al menos una vez cada dos meses para pasear por la playa y relajarse en la piscina. Hasta entonces había sido un secreto que no había compartido con nadie. Pero había sentido la necesidad de contárselo a __________. Era su oasis particular, su refugio para alejarse de la gran ciudad y el sitio ideal al que hubiera deseado escaparse con ella.
En ese momento no estaba seguro de que su elección hubiera sido acertada. Era la clase de lugar a la que un hombre llevaba a su amante, no a su… lo que fuera ___________ para él en esos momentos.
Una parte de él deseaba dar media vuelta, volver a coche y conducir hasta el siguiente escenario de la lista, en el corazón de la ciudad. Pero cuando sintió la mano de ___________ en la suya, los dedos firmes alrededor, todas sus dudas desaparecieron.
-Esto es asombroso -dijo ___________. -Parece un cuento de hadas.
Joe respiró hondo y comprendió que, pese a cualquier cosa que le deparase el futuro, en ese instante era completamente feliz.
-Sí, es una maravilla.
La mansión de María estaba colgada sobre el acantilado. Unas escaleras esculpidas en la roca conducían en espiral hasta la playa. La vista era espléndida, pero el jardín de María valía la pena por sí solo. Una piscina personalizada para los clientes acaparaba toda la atención. Era profunda en un extremo y el lado más alejado se empinaba hacia el océano, permitiendo al bañista descansar con medio cuerpo fuera en el agua poco profunda. Un dispositivo eléctrico hacía olas y convertía ese punto en el lugar perfecto para hacer el amor sin arena ni las aguas gélidas del Pacífico.
___________ señaló la piscina con un gesto de la cabeza, adivinando el juego.
-¿Ése es tu plan?
-Algo parecido -sonrió Joe y llevó a _____________ a la parte más alejada del jardín.
La piscina estaba rodeada por una tarima de madera. Había macetas en cada hueco y cada grieta. Las plantas extendían el delicioso aroma de la primavera. Había luces tenues colgadas en las ramas de los arboles que lucían acompañando a las estrellas. Ella tenía razón. Era un cuento de hadas.
Estaban de pie apoyados en la barandilla, atentos mirando cómo las olas rompían en la arena y lamían la superficie de las rocas.
-Vamos a bajar -dijo ____________.
-¿He conducido toda la tarde para encontrar un sitio que sustituyera la arena y el agua fría y ahora quieres bajar a la playa?
-Por supuesto -dijo mientras sus ojos brillaban en la oscuridad.
-En ese caso, adelante -dijo Joe, que sintió cómo el corazón se le encogía al ver a ____________ tan feliz.
La escalera, aunque estable, producía bastante vértigo. Joe bajó en primer lugar, de medio lado, atento a ___________. Ella no protestó y eso aumentó su grado de felicidad.
Una vez que alcanzaron la playa. _____________ estiró los brazos, comenzó a girar y su rostro se iluminó con su risa.
-¡Esto es una maravilla! Echaba tanto de menos la playa -gritó.
Tenía las mejillas sonrojadas y Joe se sorprendió al ver cómo le agradaba el sonido de su risa. Quería seguir enojado, pero cuanto más tiempo pasaba junto a ella más leve era el dolor que sentía.
_____________ lo agarró de la mano y lo arrastró hacia el mar. Joe protestó sin mucha convicción.
-¡El agua está helada!
_____________ se quitó las sandalias y animó a Joe para que fueran hasta las olas.
-¡Debilucho!
-Me he devanado los sesos para encontrar algo parecido al océano y esto es lo que saco después de mis desvelos -dijo con ironía.
____________ bailó delante de Joe, los ojos brillantes. Una sonrisa picara se adivinó en su cara.
-No quiero simulacros -elevó la voz y bajó los ojos. -Quiero autenticidad.
____________ levantó los ojos sin atreverse a mirar a joe. Sonreía con timidez. El pulso de Joe se descompuso y se mojó los labios resecos. ¿Qué estaba insinuando __________? ¿Hablaba tan solo de sexo o había algo más? No estaba seguro, pero estaba decidido a conocer toda la verdad que encerraban sus palabras.
-¡Vamos! -exigió con cierta brusquedad. -Exploremos la playa.
-Eso mismo estaba pensando -dijo en voz baja, seductora.
El cuerpo de Joe reaccionó al instante. Entonces comprendió qué estaba pasando. ____________ estaba cambiando las reglas. Ella, que detestaba estar a oscuras, estaba intentando seducirlo a su vez.
Joe sonrió. Si ella estaba tan desesperada que estaba dispuesta a seducirlo, entonces ya había ganado. Y estaba decidido a cobrarse esa pieza.
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Capítulo 34
Hasta ese momento había mantenido a ___________ fuera de juego y ahora ella intentaba dar la vuelta a la tortilla. Claro que si consideraba el modo en que su cuerpo había reaccionado ante un Joe imaginario, __________ no estaba segura de que su plan fuera muy brillante. Pero no iba a cambiar de idea. Él había dicho que la deseaba. Y estaba decidida a que Joe la poseyera… incluso si el hecho de forzar la situación fuera un terrible error por su parte.
-¿___________? -preguntó con expresión dubitativa.
-¡Vamos! -y señaló la orilla con un gesto de la cabeza.
Agarró a Joe de la mano y se acercaron al agua.
-Este es el Pacífico, ¿recuerdas? El agua está gélida.
-¿De veras? -____________ reunió todo su valor, tomó aire y se acercó a Joe hasta que el dobladillo de su vestido rozó la ropa de él. -Entonces tendremos que hacer algo para mantenemos calientes.
No apreció que Joe tensara los músculos, pero supo que había ocurrido. Decidida a seducirlo, pasó un brazo alrededor de su cuello y disminuyó el espacio entre sus cuerpos. Era una posición extraña, no se sentía cómoda. Por primera en su vida comprendió todo lo que había perdido al marcharse a Nueva York.
En el pasado habían encajado perfectamente. Una sola mirada había bastado para que ella supiera lo que él estaba pensando. Una sola caricia bastaba para que ella se derritiese. Nunca había compartido una intimidad tan especial con nadie y lo había echado a perder para alcanzar la luna.
Lo había estropeado, quizá para siempre. Y nada de lo que pudiera hacer o decir serviría ya de nada. Pero deseaba tanto intentarlo…
___________ se hundió entre sus brazos y apoyó la mejilla contra su hombro.
-Vamos, vamos -susurró Joe.
Sintió cómo la rodeaban los brazos de Joe y ___________ asumió que estaba llorando. Se sentía amparada y protegida junto a Joe. Trató de cortar el llanto, pero no se apartó. Notaba los brazos firmes en su cintura, su cuerpo presionado contra el pecho de Joe. Estaba en la gloria. Una pequeña parte de su persona deseó quedarse ahí para siempre. Lentamente, la mano de joe se deslizó por su espalda.
-¿Estás bien?
-Sí -asintió con voz trémula.
Y en el fondo, era cierto que se encontraba bien. Abrazada a su cuerpo, no podía pensar en ningún sitio más satisfactorio. Y si hacía unos momentos se había sentido rara, en aquél le parecía la posición más natural del mundo. Los poderosos brazos de Joe la abrazaban y sus cuerpos permanecían unidos. Encajaban a la perfección, como piezas del mismo modelo. El brazo con el que rodeaba su cuello lo atraía hacia sí. Jugueteó con los dedos sobre el vello que nacía en la nuca. Cada movimiento parecía adecuado. Era como si siempre lo hubiera tocado en los últimos años… todos y cada uno de los días pasados.
Necesitaba sus besos, su calor y se puso de puntillas para acercar su boca a sus labios. La respuesta fue inmediata y Joe abrió la boca para recibirla. Bajó las manos hasta agarrar su trasero y pegarla a él de un solo tirón.
___________ sentía que estaba a punto de caramelo y tenía la certeza de que si él se alejaba esa vez, se desmayaría sobre la arena.
Joe la apartó y se llevó con él el calor que corría por las venas de ____________.
-No -murmuró apenas ____________ en tono implorante.
La lógica le decía que debía recuperar la cordura. Pero en esos momentos no quería actuar con lógica. Sólo anhelaba perderse en el torbellino de emociones que giraba en su cabeza. Tan solo quería vivir el momento. Sólo quería estar con Joe.
Sentía sus armas alrededor de su cintura, pero no era suficiente. Quería más, sentir cada pulgada de su cuerpo contra el suyo, poseerlo.
Los labios le rozaron la oreja y una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal. Entre jadeos. ___________ ladeó la cabeza invitando a Joe a que prosiguiera la exploración. Aceptó el reto y su boca avanzó a lo largo del cuello.
-Quiero más -suspiró ____________.
Se revolvió entre sus brazos y buscó nuevamente su boca. Pero se agitó demasiado y tropezaron. Rodaron sobre la arena húmeda bañada por las olas.
De pronto se encontró de espaldas. Joe estaba encima y sus ojos negros reflejaban una indisimulada lujuria. Y en ese momento se preguntó en qué se había metido.
Estaba ahí tumbada, tan cerca que podían besarse. Y eso era precisamente lo que Joe pretendía.
El agua fría lamió sus pies después de que la ola rompiera en la orilla. Los bajos de sus pantalones estaban empapados y Joe estaba seguro de que ella estaba igual de húmeda. Pero ____________ no se estaba quejando. Al contrario, lo estaba mirando a los ojos con expresión insinuante.
-Es tu tema -suspiró.
-Sí, lo es -se inclinó hacia ella. -Eternidad.
Suspiró la última palabra y después la besó. Fue como si ella se fundiera en él. Parecía que estuviera hecha exactamente para él.
Tenía los labios algo hinchados y suaves, todavía sensibilizados por sus anteriores besos y en ese momento Joe jugaba con ellos, disparando su lengua como un dardo.
Ella rió y su risa se mezcló con sus protestas para que Joe abandonara los juegos y la besara más profundamente.
-Paciencia, cariño.
-No soy una mujer paciente -murmuró. -Creía que lo recordabas.
Lo recordaba perfectamente. Esa era la razón por la cual había elegido esa clase de castigo para ella. Mordisqueó el lóbulo de su oreja.
-Puede que haya llegado la hora de que aprendas -dijo Joe.
-Puede que haya llegado la hora de que tome las riendas -replicó ___________.
Antes de que pudiera darse cuenta. __________ consiguió que sus cuerpos rodasen sobre la arena y se colocó encima. Se sentó a horcajadas sobre la cintura de Joe. Aunque no lo creía posible, se excitó todavía más ante el simple hecho de que ella estuviera ahí, dulce y preciosa, pegada a su cuerpo. Quería ir más allá y hacerle saber hasta dónde llegaba su deseo. Sujetó a __________ por las caderas, la apretó contra sí y ese movimiento estimuló su cuerpo todavía más.
-¡Joe! -dijo con voz tenue y placentera.
Hasta ese momento había mantenido a ___________ fuera de juego y ahora ella intentaba dar la vuelta a la tortilla. Claro que si consideraba el modo en que su cuerpo había reaccionado ante un Joe imaginario, __________ no estaba segura de que su plan fuera muy brillante. Pero no iba a cambiar de idea. Él había dicho que la deseaba. Y estaba decidida a que Joe la poseyera… incluso si el hecho de forzar la situación fuera un terrible error por su parte.
-¿___________? -preguntó con expresión dubitativa.
-¡Vamos! -y señaló la orilla con un gesto de la cabeza.
Agarró a Joe de la mano y se acercaron al agua.
-Este es el Pacífico, ¿recuerdas? El agua está gélida.
-¿De veras? -____________ reunió todo su valor, tomó aire y se acercó a Joe hasta que el dobladillo de su vestido rozó la ropa de él. -Entonces tendremos que hacer algo para mantenemos calientes.
No apreció que Joe tensara los músculos, pero supo que había ocurrido. Decidida a seducirlo, pasó un brazo alrededor de su cuello y disminuyó el espacio entre sus cuerpos. Era una posición extraña, no se sentía cómoda. Por primera en su vida comprendió todo lo que había perdido al marcharse a Nueva York.
En el pasado habían encajado perfectamente. Una sola mirada había bastado para que ella supiera lo que él estaba pensando. Una sola caricia bastaba para que ella se derritiese. Nunca había compartido una intimidad tan especial con nadie y lo había echado a perder para alcanzar la luna.
Lo había estropeado, quizá para siempre. Y nada de lo que pudiera hacer o decir serviría ya de nada. Pero deseaba tanto intentarlo…
___________ se hundió entre sus brazos y apoyó la mejilla contra su hombro.
-Vamos, vamos -susurró Joe.
Sintió cómo la rodeaban los brazos de Joe y ___________ asumió que estaba llorando. Se sentía amparada y protegida junto a Joe. Trató de cortar el llanto, pero no se apartó. Notaba los brazos firmes en su cintura, su cuerpo presionado contra el pecho de Joe. Estaba en la gloria. Una pequeña parte de su persona deseó quedarse ahí para siempre. Lentamente, la mano de joe se deslizó por su espalda.
-¿Estás bien?
-Sí -asintió con voz trémula.
Y en el fondo, era cierto que se encontraba bien. Abrazada a su cuerpo, no podía pensar en ningún sitio más satisfactorio. Y si hacía unos momentos se había sentido rara, en aquél le parecía la posición más natural del mundo. Los poderosos brazos de Joe la abrazaban y sus cuerpos permanecían unidos. Encajaban a la perfección, como piezas del mismo modelo. El brazo con el que rodeaba su cuello lo atraía hacia sí. Jugueteó con los dedos sobre el vello que nacía en la nuca. Cada movimiento parecía adecuado. Era como si siempre lo hubiera tocado en los últimos años… todos y cada uno de los días pasados.
Necesitaba sus besos, su calor y se puso de puntillas para acercar su boca a sus labios. La respuesta fue inmediata y Joe abrió la boca para recibirla. Bajó las manos hasta agarrar su trasero y pegarla a él de un solo tirón.
___________ sentía que estaba a punto de caramelo y tenía la certeza de que si él se alejaba esa vez, se desmayaría sobre la arena.
Joe la apartó y se llevó con él el calor que corría por las venas de ____________.
-No -murmuró apenas ____________ en tono implorante.
La lógica le decía que debía recuperar la cordura. Pero en esos momentos no quería actuar con lógica. Sólo anhelaba perderse en el torbellino de emociones que giraba en su cabeza. Tan solo quería vivir el momento. Sólo quería estar con Joe.
Sentía sus armas alrededor de su cintura, pero no era suficiente. Quería más, sentir cada pulgada de su cuerpo contra el suyo, poseerlo.
Los labios le rozaron la oreja y una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal. Entre jadeos. ___________ ladeó la cabeza invitando a Joe a que prosiguiera la exploración. Aceptó el reto y su boca avanzó a lo largo del cuello.
-Quiero más -suspiró ____________.
Se revolvió entre sus brazos y buscó nuevamente su boca. Pero se agitó demasiado y tropezaron. Rodaron sobre la arena húmeda bañada por las olas.
De pronto se encontró de espaldas. Joe estaba encima y sus ojos negros reflejaban una indisimulada lujuria. Y en ese momento se preguntó en qué se había metido.
Estaba ahí tumbada, tan cerca que podían besarse. Y eso era precisamente lo que Joe pretendía.
El agua fría lamió sus pies después de que la ola rompiera en la orilla. Los bajos de sus pantalones estaban empapados y Joe estaba seguro de que ella estaba igual de húmeda. Pero ____________ no se estaba quejando. Al contrario, lo estaba mirando a los ojos con expresión insinuante.
-Es tu tema -suspiró.
-Sí, lo es -se inclinó hacia ella. -Eternidad.
Suspiró la última palabra y después la besó. Fue como si ella se fundiera en él. Parecía que estuviera hecha exactamente para él.
Tenía los labios algo hinchados y suaves, todavía sensibilizados por sus anteriores besos y en ese momento Joe jugaba con ellos, disparando su lengua como un dardo.
Ella rió y su risa se mezcló con sus protestas para que Joe abandonara los juegos y la besara más profundamente.
-Paciencia, cariño.
-No soy una mujer paciente -murmuró. -Creía que lo recordabas.
Lo recordaba perfectamente. Esa era la razón por la cual había elegido esa clase de castigo para ella. Mordisqueó el lóbulo de su oreja.
-Puede que haya llegado la hora de que aprendas -dijo Joe.
-Puede que haya llegado la hora de que tome las riendas -replicó ___________.
Antes de que pudiera darse cuenta. __________ consiguió que sus cuerpos rodasen sobre la arena y se colocó encima. Se sentó a horcajadas sobre la cintura de Joe. Aunque no lo creía posible, se excitó todavía más ante el simple hecho de que ella estuviera ahí, dulce y preciosa, pegada a su cuerpo. Quería ir más allá y hacerle saber hasta dónde llegaba su deseo. Sujetó a __________ por las caderas, la apretó contra sí y ese movimiento estimuló su cuerpo todavía más.
-¡Joe! -dijo con voz tenue y placentera.
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Capitulo 35
-¡Joe! -dijo con voz tenue y placentera.
-¿Te gusta esto?
-Sí.
-¿Quieres que pare? -se frenó un poco, torturándose a sí mismo.
-¡No! -abrió los ojos y no había falsedad en su expresión. -No te atrevas.
El deseo franco de ___________ emocionó a Joe y sonrió. Continuó los movimientos de cintura, sujetando sus caderas, hasta que sus respiraciones se entrecortaron por igual.
-¿Mejor así? -preguntó.
-Sí.
___________ esbozó una tímida sonrisa mientras se apoyaba en el pecho de Joe para mantener el equilibrio. La calidez que se desprendía de las palmas de sus manos le quemó la piel, a pesar de la camisa.
Levantó las manos hasta su espalda, incapaz ya de controlar los movimientos desbocados de las caderas de ___________. Si bien Joe no la presionaba, ____________ aumentó el ritmo de sus sacudidas hasta encontrar un ritmo perfecto que le proporcionara el alivio que buscaba, decidida también a apaciguar el cuerpo de Joe.
Apenas tenía ya ningún control y luchó contra el deseo de entregarse a ella por completo. Claro que eso no era lo que había planeado. Trató de apartar su mente del modo en que le ardía la sangre ante el simple hecho de mirarla.
____________ tenía los ojos cerrados y sus rasgos no estaban tensos. Pero esa imagen sufría la traición de su boca. Tenía los labios separados y podía escuchar la respiración inestable. Sacó apenas la lengua y sus perfectos dientes blancos mordieron el labio. Tenía la cara húmeda y sonrojada. Joe pensó que nunca había visto nada más bonito en toda su vida. _____________ estaba a punto de abandonarse al placer y eso lo excitó sobremanera.
Eso era lo que él había buscado. Había querido tenerla al límite de la pasión y que él hubiera sido la causa. Llegado ese punto, sin embargo, no deseaba torturarla ni atormentarla. Al contrario, deseaba satisfacerla. Quería ver la felicidad en sus ojos y saber que él había sido el artífice.
Y lo único que había planeado meticulosamente, lo único que realmente necesitaba y que no era otra cosa que alejarla de su cabeza y de su vida, eso era lo único que no deseaba hacer por nada del mundo.
El universo estaba a punto de explotar a su alrededor. ___________ recibió el clímax y lo acompañó con cada movimiento de su cuerpo. Joe agarraba su espalda mientras ella se aferraba a él. Estaba húmeda y caliente. Quería sentir a Joe dentro de ella, sentir cómo la completaba y descubría los lugares que nunca antes había visitado. ___________ lo deseaba. Y ese deseo le hizo comprender que probablemente siempre había sido así y siempre sería así en el futuro.
Pero en ese instante necesitaba aliviar su furor. Estaba tan cerca… Buscó un poco de oxígeno y se concentró en la sensación del cuerpo de Joe contra el suyo. Estaba tan cerca… tanto…
Y de pronto ya no lo estaba. En vez de eso, se encontró con la espalda contra la arena y Joe sentado sobre ella sin que su cuerpo la tocara. La pasión se reflejaba en su rostro. Era innegable, pero estaba controlada.
-¿Qué ocurre? -preguntó, decepcionada y confusa. -Estaba…
-¡Calla! -puso el dedo sobre sus labios. -Nos estamos adelantando. Yo tenía un plan, ¿recuerdas? Un tema. Y me gustaría atenerme a él.
-No me molesta la improvisación.
Procuró hablar con cierta ligereza. No quería demostrar lo mucho que deseaba entregarse a sus brazos. Joe tenía un plan y ya había revelado más de la cuenta.
-Vamos -se incorporó y tendió la mano hacia ella. -Vamos a limpiarnos y después visitaremos la piscina.
-¿Limpiarnos?
Joe ladeó la cabeza en dirección a las escaleras y __________ vio la construcción de cemento en la que sobresalían unas duchas.
-¿Un poco de diversión? -dijo con una ceja en alto.
-Sí, algo así -deslizó la mano a lo largo de su bañador. -Estamos llenos de arena y tu vestido ha conocido días mejores.
-Sí, no puedo negarlo.
_____________ siguió a Joe hasta la ducha, se quitó el vestido y se metió debajo del chorro sólo con el bañador.
-Está buena -confesó.
Cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y dejó que el agua cayera sobre su cara y se deslizara sobre su cuerpo.
-¿Necesitas un poco de ayuda?
La voz de Joe era juguetona, sensual. ___________ abrió los ojos al sentir un nuevo chorro de agua templada sobre su pecho. Joe estaba frente a ella y sujetaba una manguera. El chorro de agua tibia iba dirigido hacia sus pechos.
-He pensado que podía ayudarte a limpiar algunos sitios de difícil acceso.
-Ya -tragó saliva y lo intentó de nuevo. -Yo…
Joe apuntó la boca de la manguera directamente entre sus piernas y ___________ se quedó muda, sin saber qué decir en una situación así.
-No digas nada -murmuró Joe. -Cierra los ojos. Deja que yo te limpie.
____________ cerró los ojos y, por primera vez en su vida, deseó que su cuerpo estuviera cubierto de mugre. El agua de la manguera salpicó sus pies y ___________ soltó una risita nerviosa mientras saltaba para evitar el contacto.
-¿Demasiado fría?
-No -confesó _____________, que estaba encantada.
-Relájate -indicó Joe. -Cierra los ojos y no los abras.
Ella asintió y procuró mantener la promesa.
-Tienes arena en el pelo -señaló Joe y a sus palabras siguió el chorro de agua cálido, correteando sobre sus brazos, acanalándose en el desfiladero que formaban sus pechos.
___________ se estremeció al experimentar unas sensaciones tan agradables.
-¿Te gusta esto?
-Sí. Es…
-Ya lo sé -interrumpió Joe.
-¡Joe! -dijo con voz tenue y placentera.
-¿Te gusta esto?
-Sí.
-¿Quieres que pare? -se frenó un poco, torturándose a sí mismo.
-¡No! -abrió los ojos y no había falsedad en su expresión. -No te atrevas.
El deseo franco de ___________ emocionó a Joe y sonrió. Continuó los movimientos de cintura, sujetando sus caderas, hasta que sus respiraciones se entrecortaron por igual.
-¿Mejor así? -preguntó.
-Sí.
___________ esbozó una tímida sonrisa mientras se apoyaba en el pecho de Joe para mantener el equilibrio. La calidez que se desprendía de las palmas de sus manos le quemó la piel, a pesar de la camisa.
Levantó las manos hasta su espalda, incapaz ya de controlar los movimientos desbocados de las caderas de ___________. Si bien Joe no la presionaba, ____________ aumentó el ritmo de sus sacudidas hasta encontrar un ritmo perfecto que le proporcionara el alivio que buscaba, decidida también a apaciguar el cuerpo de Joe.
Apenas tenía ya ningún control y luchó contra el deseo de entregarse a ella por completo. Claro que eso no era lo que había planeado. Trató de apartar su mente del modo en que le ardía la sangre ante el simple hecho de mirarla.
____________ tenía los ojos cerrados y sus rasgos no estaban tensos. Pero esa imagen sufría la traición de su boca. Tenía los labios separados y podía escuchar la respiración inestable. Sacó apenas la lengua y sus perfectos dientes blancos mordieron el labio. Tenía la cara húmeda y sonrojada. Joe pensó que nunca había visto nada más bonito en toda su vida. _____________ estaba a punto de abandonarse al placer y eso lo excitó sobremanera.
Eso era lo que él había buscado. Había querido tenerla al límite de la pasión y que él hubiera sido la causa. Llegado ese punto, sin embargo, no deseaba torturarla ni atormentarla. Al contrario, deseaba satisfacerla. Quería ver la felicidad en sus ojos y saber que él había sido el artífice.
Y lo único que había planeado meticulosamente, lo único que realmente necesitaba y que no era otra cosa que alejarla de su cabeza y de su vida, eso era lo único que no deseaba hacer por nada del mundo.
El universo estaba a punto de explotar a su alrededor. ___________ recibió el clímax y lo acompañó con cada movimiento de su cuerpo. Joe agarraba su espalda mientras ella se aferraba a él. Estaba húmeda y caliente. Quería sentir a Joe dentro de ella, sentir cómo la completaba y descubría los lugares que nunca antes había visitado. ___________ lo deseaba. Y ese deseo le hizo comprender que probablemente siempre había sido así y siempre sería así en el futuro.
Pero en ese instante necesitaba aliviar su furor. Estaba tan cerca… Buscó un poco de oxígeno y se concentró en la sensación del cuerpo de Joe contra el suyo. Estaba tan cerca… tanto…
Y de pronto ya no lo estaba. En vez de eso, se encontró con la espalda contra la arena y Joe sentado sobre ella sin que su cuerpo la tocara. La pasión se reflejaba en su rostro. Era innegable, pero estaba controlada.
-¿Qué ocurre? -preguntó, decepcionada y confusa. -Estaba…
-¡Calla! -puso el dedo sobre sus labios. -Nos estamos adelantando. Yo tenía un plan, ¿recuerdas? Un tema. Y me gustaría atenerme a él.
-No me molesta la improvisación.
Procuró hablar con cierta ligereza. No quería demostrar lo mucho que deseaba entregarse a sus brazos. Joe tenía un plan y ya había revelado más de la cuenta.
-Vamos -se incorporó y tendió la mano hacia ella. -Vamos a limpiarnos y después visitaremos la piscina.
-¿Limpiarnos?
Joe ladeó la cabeza en dirección a las escaleras y __________ vio la construcción de cemento en la que sobresalían unas duchas.
-¿Un poco de diversión? -dijo con una ceja en alto.
-Sí, algo así -deslizó la mano a lo largo de su bañador. -Estamos llenos de arena y tu vestido ha conocido días mejores.
-Sí, no puedo negarlo.
_____________ siguió a Joe hasta la ducha, se quitó el vestido y se metió debajo del chorro sólo con el bañador.
-Está buena -confesó.
Cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y dejó que el agua cayera sobre su cara y se deslizara sobre su cuerpo.
-¿Necesitas un poco de ayuda?
La voz de Joe era juguetona, sensual. ___________ abrió los ojos al sentir un nuevo chorro de agua templada sobre su pecho. Joe estaba frente a ella y sujetaba una manguera. El chorro de agua tibia iba dirigido hacia sus pechos.
-He pensado que podía ayudarte a limpiar algunos sitios de difícil acceso.
-Ya -tragó saliva y lo intentó de nuevo. -Yo…
Joe apuntó la boca de la manguera directamente entre sus piernas y ___________ se quedó muda, sin saber qué decir en una situación así.
-No digas nada -murmuró Joe. -Cierra los ojos. Deja que yo te limpie.
____________ cerró los ojos y, por primera vez en su vida, deseó que su cuerpo estuviera cubierto de mugre. El agua de la manguera salpicó sus pies y ___________ soltó una risita nerviosa mientras saltaba para evitar el contacto.
-¿Demasiado fría?
-No -confesó _____________, que estaba encantada.
-Relájate -indicó Joe. -Cierra los ojos y no los abras.
Ella asintió y procuró mantener la promesa.
-Tienes arena en el pelo -señaló Joe y a sus palabras siguió el chorro de agua cálido, correteando sobre sus brazos, acanalándose en el desfiladero que formaban sus pechos.
___________ se estremeció al experimentar unas sensaciones tan agradables.
-¿Te gusta esto?
-Sí. Es…
-Ya lo sé -interrumpió Joe.
Nani Jonas
Re: "Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada
Wooow me han encantados los capss!! Siguelaaaaaa!!
Anita23
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