"Un Hombre Distinto" - Joe y tu Terminada

Capitulo 18

_________ tenía mucho trabajo por delante, pero no podía concentrarse. Desde el desayuno había estado en vela, preguntándose qué le habría preparado Joe para su cita de esa noche. Después de su encuentro en Hugo's, había conducido un buen rato por la ciudad en busca de locaciones exóticas, pero había terminado en Melrose Avenue, frente a las tiendas más exclusivas que ocupaban sus aceras.
No necesitaba un nuevo vestido y no se lo podía permitir. Pero se dejó arrastrar hacia una boutique muy iluminada en cuyo escaparate llamaba la atención un vestido rojo. Sonó una campana al empujar la puerta. Una empleada con el pelo rosa y un aro en la nariz que mascaba chicle salió a su encuentro.
-¿En qué puedo ayudarla?
-Solo estaba mirando —se disculpó _________.
Todos los artículos de la tienda eran tan llamativos como el vestido del escaparate. Considerando que no tenía dinero. _________ se enfrentaba a una tortura.
-Tómese su tiempo. Hay más en la parte de atrás -dijo la chica y regresó a la caja para cobrar un top malva de lentejuelas a una clienta.
En cada percha colgaba al menos un modelo peculiar que contrastaba con otro tan perfecto que _________ lamentó en silencio su mala situación económica. Tenía los ojos puestos en un modelo de seda verde, conjunto de pantalón corto y chaqueta, cuando la vendedora regresó junto a ella.
-Ese modelo es una maravilla. Puede servir tanto para ir al trabajo como para una cita romántica el fin de semana.
-Es precioso.
-¿Quiere que se lo lleve al probador?
-No, gracias -negó _________, pero su voz la traicionó. -Estoy buscando algo para una cita.
-¡Ah! -la chica asintió. -Algo divertido y seductor. Creo que tengo lo que busca.
_________ masculló algo entre dientes. Estaba muy enojada consigo misma. No tenía ninguna cita con Joe. Era cierto que iban a salir juntos, pero formaba parte de su trato. No había nada entre ellos. Se trataba tan solo de trabajo.
-¿Se encuentra usted bien?
-Muy bien -asintió _________. -La verdad es que no se trata de una cita, sino más bien de un asunto de negocios.
-¿Es un colega o un rival?
-¿Disculpe? -preguntó con el ceño fruncido.
-¿Se trata de alguien con quien trabaja o desea conseguir algo de él? -preguntó la chica mientras se alborotaba el pelo con una mano.
-Es más bien lo segundo.
-Entonces tengo el modelo idóneo -la chica sonrió abiertamente.
Se dirigió hacia el escaparate y descolgó el vestido rojo que había llamado la atención de _________. El vestido que ella habría elegido para una cita con Joe.
-Bueno, no estoy segura que…
-Hágame caso -la interrumpió la chica. -Con ese vestido cerrará cualquier trato.
_________ se humedeció los labios. Era verdad que necesitaba la ayuda de Joe, pero no quería dar la sensación de que estaba demasiado impaciente para participar en sus juegos, por muy excitante que le resultase la idea. Si fuera inteligente, vestiría con un jean y un suéter. Cómoda e informal.
Pero su cerebro no parecía llevar la voz cantante. Asintió y se dirigió hacia el probador.
-Supongo que no me hará ningún daño probármelo -dijo.
La chica, que se imaginaba una buena venta, acompañó a __________ hasta el probador mientras elegía algunos complementos. _________ la siguió dócilmente, como si siguiera al Flautista de Hamelin. Llegaron al probador y la chica ya llevaba una chaqueta de cuero con lentejuelas, unas sandalias y un bolso rojo a juego.
-Todo suyo -dijo. -Avíseme si necesita otra talla.
_________ respiró hondo y se adentró en una tierra desconocida. Una vez dentro del probador, supo que no saldría de la tienda sin ese vestido. Y resultó una certeza cuando se lo probó. Era, sencillamente, deslumbrante. El tejido se ceñía a su piel con delicadeza. Y apenas había otra cosa que piel. En la parte superior, dos tiras cruzadas sobre el pecho se anudaban en el cuello.
El diseño acentuaba su busto. Dejaba la espalda al aire y dejaba muy poco para la imaginación. El resto del vestido era igual de provocativo. Se ceñía en la cintura y después se desplegaba en una falda de vuelo. Un simple giro desvelaría todas sus intimidades.
La chica también había acertado con su número de pie y las sandalias se ajustaban como en un sueño. Tomó aire y descorrió la cortina. Quería mirarse en el espejo de tres piezas.
-¡Vaya! Ese vestido es toda una declaración de intenciones -silbó la chica.
-Sí que lo es -asintió ________ y giró un poco sin revelar demasiado.
-¿Es un hombre apuesto?
La imagen de Joe acudió a su cabeza con sus ojos miel y su mentón firme.
-Mucho más que eso -dijo _________. -Es muy atractivo.
La chica, que no estaba quieta un instante, aplaudió encandilada.
-Formidable. Tiene que llevárselo. Parece una estrella de cine.
_________ se volvió a mirar en el espejo. La verdad era que ese vestido quitaba el aliento. Se sentía cómoda, atractiva, capaz de comerse el mundo y, por supuesto, de cerrar un pequeño trato.
Además quería observar la reacción de Joe cuando la viera con ese vestido.
Consciente de que su tarjeta quedaría en números rojos, asintió.
-Me lo quedo.
-Excelente. ¿Se lleva también los zapatos y el bolso?
-¿Y por qué no? Hay que aprovechar el momento.
-¿Eso significa que también quiere la cazadora? -la chica sonrió, fue hasta el probador y salió con la prenda. -Refresca bastante por las noches junto a la playa…
-Está bien -dijo _________. -No creo que vaya a hacerme daño.
-Confíe en mí -dijo la chica junto a la caja registradora. -Este vestido le abrirá todas las puertas y seguro que cierra su negocio.
_________ tomó la bolsa y asintió. La chica tenía razón. Pero ¿qué trato era ese? ¿El acuerdo para que Joe la ayudara a buscar las locaciones? ¿O el trato de Joe…para ella?

ya quiero joe vea a la rayis con el vestido...


siguela!!!

Wowwwwwwwwww! siguela!

Quiero ver que pasaa,,, SIguelaaaaa

yo tambien ya quiero que joe vea a la rayiz, siguela pronto

siguela!!!

Siguelaaaaaa :)

Capítulo 19

La oficina privada de Joe estaba en el entresuelo del Hotel Bellisimo, junto al restaurante. Había dedicado toda la tarde a estudiar las revistas de Kevin. Buscaba los escenarios ideales para la película de ________, aptos para la seducción.
Esa noche quería dar inicio a su plan y contaba con lograr un buen efecto. Haciendo honor a su comportamiento durante el desayuno, era seguro que ________ esperaba que la arrastrara a su cama para una noche de pasión. Sonaba muy tentador, pero Joe confiaba en traicionar sus expectativas. Quería comenzar su acoso desde el plano romántico y avanzar lentamente hacia la seducción. Para cuando _________ terminase en su cama, Joe confiaba en que ella lo desearía desesperadamente. Quizá hubiera ideado su plan en un momento de ira, pero eso no cambiaba la esencia. Tenía previsto disfrutar cada segundo cuando ________ terminase en su cama.
Habían quedado en verse frente al restaurante a las siete. A las cinco levantó el desorden y guardó las revistas de Kevin. El hotel albergaba esos días una convención farmacéutica y Joe se cruzó con una muchedumbre que abandonaba la sala de conferencias.
Caminó hasta el ascensor y esperó aprisionado entre los asistentes. A la llegada del ascensor se vio arrastrado hasta el fondo de la cabina por la gente. Sólo cuando consiguió girarse advirtió a _________ junto al panel de control.
-Piso veinte, por favor -dijo Joe.
Ella levantó la mano para presionar el botón indicado. Joe observó el momento exacto en que _________ reconoció su voz. Tensó los hombros y giró la cabeza para mirarlo.
-Hola -saludó Joe.
-Hola -replicó ella, sonrojada y Joe se preguntó en qué estaría pensando.
Ella se volvió y Joe advirtió la bolsa que llevaba en la mano.
-¿Has ido de compras?
Se fijó en el vestido rojo sangre y no pudo evitar pensar hasta qué punto estaría deslumbrante con ese modelo. Imaginó su cuerpo junto al suyo, sus manos sobre la espalda desnuda. Joe comprendió que se estaba excitando y sacudió la cabeza. Intentó atajar su renovada lujuria.
-Espero que sea para nuestra cita -añadió.
-No -replicó ella y escondió la bolsa, acalorada, pendiente del resto de pasajeros.
Levantó la barbilla y su tono mostro cierta indignación. Joe recordó lo adorable que resultaba _________ cada vez que se sentía arrinconada.
El hecho de que todavía pudiera ponerla nerviosa lo emocionó de un modo profundo y masculino. Ella lo había herido en su orgullo y resultaba gratificante que al menos le había costado algo.
-Necesitaba algunas cosas -dijo _________.
-¿Y eso incluía ese vestido rojo tan sexy? -preguntó Joe.
Sin poder evitarlo dejó que su mirada vagara por su cuerpo. La sangre enardecía su pulso al imaginar sus dedos sobre aquellas curvas. Entonces levantó la vista y descubrió en sus ojos irritación, quizá algo más. Algo muy intenso.
Antes de que pudiera analizar esa mirada, ella parpadeó, se puso recta y adoptó una expresión de indiferencia.
-¿Por qué subes a las habitaciones?
-Voy a casa -contestó, divertido ante sus esfuerzos para cambiar de tema.
El ascensor se detuvo y los asistentes a la convención bajaron. Joe se acercó hacia ella aprovechando el espacio libre. Un aura de dolor y furia lo rodeaba cada vez que se acercaba a ella. Pero quizá debido a eso la necesidad de acariciarla se volvía más intensa. Cerró los puños con fuerza. Se había convertido en una cuestión de principios y no iba a hacerlo. Reprimiría las ganas de tocarla hasta que los dos se sintieran abrasados por el deseo. Claro que él ya se encontraba bastante cerca de ese punto. Y eso lo hacía dudar acerca de la sabiduría de su plan. Pero no iba a dar marcha atrás llegado a ese punto.
-¿A casa?
-¿Algún problema con eso?
Ella arrugó la frente, Joe se acercó un poco más y sintió que el aroma afrutado de su perfume lo volvía loco.
-¿Vives aquí, en el hotel?
-Me trasladé hace algunos años -señaló, pero no especificó que se había mudado después de su partida. -Además, aquí tengo todo lo que necesito. Una cocina, un salón…
Se acercó un poco más, apoyó la mano en la pared detrás de ella y bajó la cabeza hasta que sus labios rozaron el pelo de ________. Confiaba en que aquello estuviera provocando en _________ el mismo efecto que en él. Invocó cada resto de voluntad que quedaba en su cuerpo para no besarle el lóbulo de la oreja.
-…y un dormitorio.
-Ya veo -ella retrocedió hasta que se vio atrapada contra la pared, rodeada por su brazo. -Y ¿por qué?
-Es más sencillo que cortar el césped -dijo con indiferencia. -Y está cerca del trabajo.
Joe habló con cierta informalidad, pero ella percibió algo extraño en su voz. Sabía que le ocultaba parte de la verdad.
El ascensor se detuvo en el piso quince y Joe agradeció esa tregua. Una mujer con una bata entró y pidió que pulsaran el botón de la piscina.
En vista de que tenían compañía, Joe se retiró y liberó a _________ de su cautiverio. Ella se apresuró á pulsar el botón, aliviada al recuperar su espacio. Joe deseaba tocarla con todas sus fuerzas. Quería tomarla en sus brazos y exigirle respuestas. Deseaba poseer su cuerpo y su mente hasta que desapareciera el dolor y así recuperar su corazón. Se alejó un poco más y trató de controlar la tensión. Kevin tenía razón. Estaba jugando con fuego y al final se iba a quemar.
El ascensor se detuvo en el piso dieciocho y la mujer salió. Estaban solos, sin mirarse, y el aire podía cortarse con un cuchillo. Finalmente llegaron al piso veinticuatro y las puertas se abrieron.
-Lo lamento -se disculpó _________. -Supongo que he olvidado marcar tu piso.
-No te preocupes. Conozco el camino.
-Bueno, yo me bajo aquí -dijo __________ mientras se colocaba el bolso.
Al pasar junto a él, Joe la sujetó del brazo.
-¡__________!
Ella se volvió hacia él, con curiosidad.
-¿Sí?
-Ponte ese vestido.
Ella apretó los labios y su mirada recorrió lentamente el cuerpo de Joe. El análisis fue tan minucioso que Joe se tensó bajo la caricia visual de _________. Después de un momento, _________ parpadeó, salió al pasillo y se volvió para mirarlo.
-Puede que lo haga -dijo sin más. -Si tú me lo pides, quizá lo haga.

Owww me ha encantado siguelaaaA!!!