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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Reminders of reality.
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Re: Reminders of reality.
Ayyy me encantaaa Askfhakd Winter me parece muy interesante sabes y amo eso de que siga adelante a pesar de pasar muchos obstáculos (por el adelanto). Yyy quiero leer ya
hange.
Re: Reminders of reality.
Está genial! perfecto, hermoso, y eso que es con sólo un párrafo Espero ansiosa el resto.
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
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Kida
---------
Re: Reminders of reality.
Ayyyy gracias, espero no defraudarlas con el capítulo y subir lo más pronto posible
katara.
------
Re: Reminders of reality.
Capítulo 05
Grey Lady.
Winter Mclean.
Winter Mclean.
Nicolas Maquiavelo nos enseñó que no interesan los medios para conseguir llegar a la meta deseada. Hay que aplastar sin remordimiento cada posible obstáculo en el recorrido a la cima del éxito. Pero como todo en la vida, la teoría era fácil de aprender y la práctica no tanto.
El día que comencé a trabajar, era una joven soñadora y centrada, aún se supone que lo soy. Me asignaron un pequeño escritorio corroído con manchas de tinta por doquier y una silla tan dura que mi trasero no resistía el día entero en ella. Aparte del rectángulo de madera marmolado y el taburete, mi jefa me enseñó una gran lección. Primero me aconsejó comprar un almohadón. Luego me examinó con su mirada de hielo, y moviendo la cabeza de un lado a otro (seguramente pensando cuán fracasada era) me dijo:
- Construye tu camino al éxito.
Y entonces, me compré un almohadón. Ah, y también crecí laboralmente.
Con tan solo veintidós años y unos pocos meses trabajando para la revista “The News ID” conseguía las primicias más picantes del mundo del espectáculo. Mi método era sencillo, la gente quería descubrir las verdades ocultas en el mundo de la fama, y pues, yo se las facilitaba. No era un trabajo fácil pero mientras me mantenía al margen solo tenía que evitar las relaciones dentro del medio. Todo iba perfectamente en su cauce. Hasta ese día.
- ¡Baja de la luna y ponte a trabajar!
La mirada intensa de Julia Siper, mi jefa, me sacó de mi ensoñación. Una pila de imágenes yacía en mi escritorio tan desordenado como el primer día. Scarlet, la fotógrafa de la revista, había ingresado a primera hora por la mañana con una sonrisa plasmada en el rostro, tan maquiavélica que si imaginabas su rostro maquillado al estilo Halloween conseguías al nuevo guasón frente a tus ojos. Y esa expresión de miedo solo auguraba buenas noticias.
Con una mirada fresca en el rostro, no tanto como mis ojeras, me encaminé al despacho de Julia. Sorteé los escritorios pulcros de mis compañeros y saludé con entusiasmo a todos y cada uno de ellos. Inclusive a Peter el oloroso Parker quien no tenía similitud alguna con el Peter Parker de Spider Man.
A mitad de camino, un cuerpo se interpuso con brusquedad casi haciéndome caer del susto. Yo caminaba en mi nube de sueños, y en ella estaba visualizando el rostro de Harry Styles viéndose a sí mismo junto a Kendall Jenner en una situación comprometedora. Oh si, ¿cómo se veía tu pene en la revista Harry?
- ¿Quién será tu víctima esta vez Mclean?
George Braess dibujó una sonrisa cínica en su rostro con total naturalidad. Sus ojos mieles parecían reír bajo las espesas pestañas. Era todo un misterio saber cómo veía con tanto pelo ahí. Instintivamente me froté el rostro al imaginarme con sus pestañas.
- Tú no por suerte – bromeé besando su mejilla y comenzando a caminar junto a él.
- Pobre Harry Styles – se burló al observar las fotos que llevaba fuertemente sujetas contra mi pecho (método anti curiosos) –, seguramente llorará como un bebé en el hombro de miles de modelos mientras bebe tragos en un lujoso bar de New York.
- Encantada estaría yo de causar ese efecto – respondí llegando frente al despacho de Julia – pero tú y yo sabemos que solo le importa su fama y que nada de lo que digan herirá más que su orgullo.
George rió y todo mi mundo se puso de cabeza lo que duró su risa. Llevaba tiempo sintiendo esa atracción peligrosa hacia mi mejor amigo. Pero aún era sólo eso, una atracción.
- Me gustaría continuar, bella damisela – comenzó con una expresión graciosa en el rostro – pero es la hora del almuerzo y el damiselo tiene hambre.
- Ve y come no vaya a ser que te desnutras George.
- Nos vemos Winnie.
- ¡No me digas Winnie! – protesto para hacerme escuchar sobre el ruido de las impresoras cuando él ya se aleja trotando hacia la cafetería.
Finalmente, estaba parada frente a la puerta de vidrio. A través de esta, pude visualizar a Julia conversando entretenidamente con su propia jefa.
Al verme allí plantada como una idiota vacilando entre quedarme o salir corriendo, Julia me sonrió como si fuese la persona que estaba esperando y prosiguió a hacerme un leve ademán indicándome a que entrara a la oficina.
« ¿Qué he hecho mal? » me preguntaba mientras examinaba detalladamente su expresión. Suspiré y tomé la manilla de la puerta.
- ¡La persona que estaba esperando! – sonrió enseñando las hileras brillantes de dientes al momento en el que entraba con el mentón en alto a su despacho.
«Winter, tu eres la mejor» repetía como un mantra parada como una estaca frente al escritorio. No hay pesadilla más aterradora para un trabajador que ver a su jefa, con su jefa, inspeccionándolo de pies a cabeza cuando tiene el aspecto de un muerto que ha escapado del inframundo.
- Yo venía a enseñarte mi siguiente artículo… - comencé con la voz aguda para luego normalizarme. Esto de los nervios no era tanto lo mío.
Amanda me observaba atentamente con sus ojos de águila y su expresión de suficiencia marcada a presión en su rostro.
- Olvídate de él, harás cosas mejores Mclean – comenzó con el atisbo de emoción en sus ojos. Esta mujer estaba asustándome – Winter Mclean te presento a Amanda Lawrence creadora de la revista.
Me brindó una mirada despectiva como si no fuese lo suficiente como para estrechar su mano. Me ahorré todos los comentarios relacionados a ella siendo peor que Miranda Priestly en The Devil Wears Prada.
- Estaba comentando con Amanda el llamado que recibí hace tan solo minutos – la susodicha enarca una ceja apresurando el relato de Julia – la compañía Modest! está enfurecida por cada uno de tus artículos y ve en ellos ofensas contra los integrantes de…
- Espera Julia, ¿hablas en serio? – pregunté con incredulidad – como si al quinteto de estrellitas les interesara lo que la gente piensa de ellos – murmuro y de reojo puedo ver que Amanda sonríe.
- Pues tal vez no a ellos, pero efectivamente sí a sus representantes – me aclara –. Y se les ocurrió una idea que me fue imposible rechazar.
Mi primera reacción fue quedarme como una piedra. La segunda fue planear mentalmente un asesinato casual a medida para la boy band que me estaba poniendo en aprietos. Apreté la mandíbula con tanta fuerza que mis dientes casi crujían. Maldición.
- ¿Y cuál es la idea? – suspiré resignada sabiendo que no me podía escapar de esta.
- Modest está dispuesta a hacer todos los gastos necesarios para que cambies de opinión, comenzando por el concierto al que asistirás el…
- Imposible – interrumpí – yo no asistiré a ningún concierto fuera de mi interés laboral, ni tampoco terminaré recogiendo flores en un prado con cinco cantantes de pacotilla – ironicé con molestia mirando el rostro tranquilo de Julia. También, parecía que Amanda la estaba pasando muy bien riéndose de mí.
- Asistirás al concierto el dieciséis de enero – prosiguió – y me aseguraré de que entres al estadio, y es más, tendrás pases especiales e iras a conocer a la banda esa misma noche.
Eso era imposible. Era un disparo directo en el corazón de mi orgullo. Yo, Winter Mclean, quien trabajaba escribiendo verdades ocultas del mundo del espectáculo, tenía que cambiar drásticamente mi modo de trabajo y mi opinión sobre One Direction (la cual no era muy buena) porque probablemente estas estaban afectando la súper fama mundial de la banda. Claro, solo era por los ingresos multimillonarios y la baja que podían experimentar si yo continuaba desmintiendo las dulces historias sobre ellos siendo los mejores amigos de la vida y los chicos más normales y especiales. Me estaba encargando de quitar el velo invisible que cubría la vida de estas personas. Vidas comunes, como la tuya y la mía. Con errores y hazañas. Y nadie podía impedírmelo.
- Y lo harás porque deseas un asenso Winter – afirmó Amanda a mi lado – trabajarás bajo la supervisión de Julia en una nueva sección que planeamos abrir, serás la jefa de tus compañeros. Pero sólo si aceptas esta encomienda.
Mis ojos se escurrían con sorpresa de Julia hacia Amanda. La primera me observaba firmemente con la satisfacción rebosando en su rostro, y la segunda tan solo me inspeccionaba, probablemente estaba pensando si estaba preparada para tal asenso. ¿Lo estaba?
- Lo haré.
Simplemente no sé como esas dos palabras se escaparon de mis labios con tanta determinación y con voz argentina.
No estaba segura. No quería renunciar a esa parte de mi trabajo. Desde un principio me gané la estadía en la revista gracias a un artículo de esos y desde entonces ponía todo mi empeño en conseguir historias que acercaran más a la gente al mundo al que no puede entrar. Al mundo ridículo y falso, donde los sueños se cumplen y luego te arrastran a la soberbia y el egoísmo.
Ambas sonrieron y me vi a mí misma envuelta en un nuevo problema. ¿Qué había hecho para merecer tal castigo?
«Seguramente no algo muy bueno».
El día que comencé a trabajar, era una joven soñadora y centrada, aún se supone que lo soy. Me asignaron un pequeño escritorio corroído con manchas de tinta por doquier y una silla tan dura que mi trasero no resistía el día entero en ella. Aparte del rectángulo de madera marmolado y el taburete, mi jefa me enseñó una gran lección. Primero me aconsejó comprar un almohadón. Luego me examinó con su mirada de hielo, y moviendo la cabeza de un lado a otro (seguramente pensando cuán fracasada era) me dijo:
- Construye tu camino al éxito.
Y entonces, me compré un almohadón. Ah, y también crecí laboralmente.
Con tan solo veintidós años y unos pocos meses trabajando para la revista “The News ID” conseguía las primicias más picantes del mundo del espectáculo. Mi método era sencillo, la gente quería descubrir las verdades ocultas en el mundo de la fama, y pues, yo se las facilitaba. No era un trabajo fácil pero mientras me mantenía al margen solo tenía que evitar las relaciones dentro del medio. Todo iba perfectamente en su cauce. Hasta ese día.
- ¡Baja de la luna y ponte a trabajar!
La mirada intensa de Julia Siper, mi jefa, me sacó de mi ensoñación. Una pila de imágenes yacía en mi escritorio tan desordenado como el primer día. Scarlet, la fotógrafa de la revista, había ingresado a primera hora por la mañana con una sonrisa plasmada en el rostro, tan maquiavélica que si imaginabas su rostro maquillado al estilo Halloween conseguías al nuevo guasón frente a tus ojos. Y esa expresión de miedo solo auguraba buenas noticias.
Con una mirada fresca en el rostro, no tanto como mis ojeras, me encaminé al despacho de Julia. Sorteé los escritorios pulcros de mis compañeros y saludé con entusiasmo a todos y cada uno de ellos. Inclusive a Peter el oloroso Parker quien no tenía similitud alguna con el Peter Parker de Spider Man.
A mitad de camino, un cuerpo se interpuso con brusquedad casi haciéndome caer del susto. Yo caminaba en mi nube de sueños, y en ella estaba visualizando el rostro de Harry Styles viéndose a sí mismo junto a Kendall Jenner en una situación comprometedora. Oh si, ¿cómo se veía tu pene en la revista Harry?
- ¿Quién será tu víctima esta vez Mclean?
George Braess dibujó una sonrisa cínica en su rostro con total naturalidad. Sus ojos mieles parecían reír bajo las espesas pestañas. Era todo un misterio saber cómo veía con tanto pelo ahí. Instintivamente me froté el rostro al imaginarme con sus pestañas.
- Tú no por suerte – bromeé besando su mejilla y comenzando a caminar junto a él.
- Pobre Harry Styles – se burló al observar las fotos que llevaba fuertemente sujetas contra mi pecho (método anti curiosos) –, seguramente llorará como un bebé en el hombro de miles de modelos mientras bebe tragos en un lujoso bar de New York.
- Encantada estaría yo de causar ese efecto – respondí llegando frente al despacho de Julia – pero tú y yo sabemos que solo le importa su fama y que nada de lo que digan herirá más que su orgullo.
George rió y todo mi mundo se puso de cabeza lo que duró su risa. Llevaba tiempo sintiendo esa atracción peligrosa hacia mi mejor amigo. Pero aún era sólo eso, una atracción.
- Me gustaría continuar, bella damisela – comenzó con una expresión graciosa en el rostro – pero es la hora del almuerzo y el damiselo tiene hambre.
- Ve y come no vaya a ser que te desnutras George.
- Nos vemos Winnie.
- ¡No me digas Winnie! – protesto para hacerme escuchar sobre el ruido de las impresoras cuando él ya se aleja trotando hacia la cafetería.
Finalmente, estaba parada frente a la puerta de vidrio. A través de esta, pude visualizar a Julia conversando entretenidamente con su propia jefa.
Al verme allí plantada como una idiota vacilando entre quedarme o salir corriendo, Julia me sonrió como si fuese la persona que estaba esperando y prosiguió a hacerme un leve ademán indicándome a que entrara a la oficina.
« ¿Qué he hecho mal? » me preguntaba mientras examinaba detalladamente su expresión. Suspiré y tomé la manilla de la puerta.
- ¡La persona que estaba esperando! – sonrió enseñando las hileras brillantes de dientes al momento en el que entraba con el mentón en alto a su despacho.
«Winter, tu eres la mejor» repetía como un mantra parada como una estaca frente al escritorio. No hay pesadilla más aterradora para un trabajador que ver a su jefa, con su jefa, inspeccionándolo de pies a cabeza cuando tiene el aspecto de un muerto que ha escapado del inframundo.
- Yo venía a enseñarte mi siguiente artículo… - comencé con la voz aguda para luego normalizarme. Esto de los nervios no era tanto lo mío.
Amanda me observaba atentamente con sus ojos de águila y su expresión de suficiencia marcada a presión en su rostro.
- Olvídate de él, harás cosas mejores Mclean – comenzó con el atisbo de emoción en sus ojos. Esta mujer estaba asustándome – Winter Mclean te presento a Amanda Lawrence creadora de la revista.
Me brindó una mirada despectiva como si no fuese lo suficiente como para estrechar su mano. Me ahorré todos los comentarios relacionados a ella siendo peor que Miranda Priestly en The Devil Wears Prada.
- Estaba comentando con Amanda el llamado que recibí hace tan solo minutos – la susodicha enarca una ceja apresurando el relato de Julia – la compañía Modest! está enfurecida por cada uno de tus artículos y ve en ellos ofensas contra los integrantes de…
- Espera Julia, ¿hablas en serio? – pregunté con incredulidad – como si al quinteto de estrellitas les interesara lo que la gente piensa de ellos – murmuro y de reojo puedo ver que Amanda sonríe.
- Pues tal vez no a ellos, pero efectivamente sí a sus representantes – me aclara –. Y se les ocurrió una idea que me fue imposible rechazar.
Mi primera reacción fue quedarme como una piedra. La segunda fue planear mentalmente un asesinato casual a medida para la boy band que me estaba poniendo en aprietos. Apreté la mandíbula con tanta fuerza que mis dientes casi crujían. Maldición.
- ¿Y cuál es la idea? – suspiré resignada sabiendo que no me podía escapar de esta.
- Modest está dispuesta a hacer todos los gastos necesarios para que cambies de opinión, comenzando por el concierto al que asistirás el…
- Imposible – interrumpí – yo no asistiré a ningún concierto fuera de mi interés laboral, ni tampoco terminaré recogiendo flores en un prado con cinco cantantes de pacotilla – ironicé con molestia mirando el rostro tranquilo de Julia. También, parecía que Amanda la estaba pasando muy bien riéndose de mí.
- Asistirás al concierto el dieciséis de enero – prosiguió – y me aseguraré de que entres al estadio, y es más, tendrás pases especiales e iras a conocer a la banda esa misma noche.
Eso era imposible. Era un disparo directo en el corazón de mi orgullo. Yo, Winter Mclean, quien trabajaba escribiendo verdades ocultas del mundo del espectáculo, tenía que cambiar drásticamente mi modo de trabajo y mi opinión sobre One Direction (la cual no era muy buena) porque probablemente estas estaban afectando la súper fama mundial de la banda. Claro, solo era por los ingresos multimillonarios y la baja que podían experimentar si yo continuaba desmintiendo las dulces historias sobre ellos siendo los mejores amigos de la vida y los chicos más normales y especiales. Me estaba encargando de quitar el velo invisible que cubría la vida de estas personas. Vidas comunes, como la tuya y la mía. Con errores y hazañas. Y nadie podía impedírmelo.
- Y lo harás porque deseas un asenso Winter – afirmó Amanda a mi lado – trabajarás bajo la supervisión de Julia en una nueva sección que planeamos abrir, serás la jefa de tus compañeros. Pero sólo si aceptas esta encomienda.
Mis ojos se escurrían con sorpresa de Julia hacia Amanda. La primera me observaba firmemente con la satisfacción rebosando en su rostro, y la segunda tan solo me inspeccionaba, probablemente estaba pensando si estaba preparada para tal asenso. ¿Lo estaba?
- Lo haré.
Simplemente no sé como esas dos palabras se escaparon de mis labios con tanta determinación y con voz argentina.
No estaba segura. No quería renunciar a esa parte de mi trabajo. Desde un principio me gané la estadía en la revista gracias a un artículo de esos y desde entonces ponía todo mi empeño en conseguir historias que acercaran más a la gente al mundo al que no puede entrar. Al mundo ridículo y falso, donde los sueños se cumplen y luego te arrastran a la soberbia y el egoísmo.
Ambas sonrieron y me vi a mí misma envuelta en un nuevo problema. ¿Qué había hecho para merecer tal castigo?
«Seguramente no algo muy bueno».
- Hello, it's me.:
- Holaaaaa c: después de días y días pude terminarlo. Es cortísimo para mi gusto pero es lo que pude hacer sin revelar mucho (?) espero que les guste todooo y esop, besos a todas <3
katara.
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Re: Reminders of reality.
LO SIENTO LA SEMANA DE PARCIALES ME CONSUMIÓ
ME ENCANTÓ MUCHO MILU, LA ACTITUD EMPRENDEDORA Y ESCUDRIÑADORA DE WINTER ME AGRADÓ MUCHO, ADEMÁS AMO QUE QUIERA REVELAR LAS SUCIAS VERDADES DE 1D Y LAMENTONO HABERME PASADO ANTES
hange.
Re: Reminders of reality.
Gracias Emssss c: siiiiiii, te entiendo, yo misma ando muy poco por el foro me alegra que te haya gustado
katara.
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Re: Reminders of reality.
Mils! Amé el capítulo lamento la tardanza, pero he estado enterrada entre libros A más tardar el viernes tengo el capi, ya el concierto
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: Reminders of reality.
- ola k ase:
- Como siempre y, para no perder las malas costumbres. Vengo a comentar cinco siglos más tarde (viste estoy llena de arrugas ahora). Pero lo estoy haciendo. Estoy siendo responsable. Dame un premio che
En fin, vamos al lío:Nicolas Maquiavelo nos enseñó que no interesan los medios para conseguir llegar a la meta deseada. Hay que aplastar sin remordimiento cada posible obstáculo en el recorrido a la cima del éxito. Pero como todo en la vida, la teoría era fácil de aprender y la práctica no tanto.
El día que comencé a trabajar, era una joven soñadora y centrada, aún se supone que lo soy. Me asignaron un pequeño escritorio corroído con manchas de tinta por doquier y una silla tan dura que mi trasero no resistía el día entero en ella. Aparte del rectángulo de madera marmolado y el taburete, mi jefa me enseñó una gran lección. Primero me aconsejó comprar un almohadón. Luego me examinó con su mirada de hielo, y moviendo la cabeza de un lado a otro (seguramente pensando cuán fracasada era) me dijo:
-Construye tu camino al éxito.
Y entonces, me compré un almohadón. Ah, y también crecí laboralmente.
Yo sé que este personaje te dio mucho quebraderos de cabeza, pero... ¡AL FINAL TE HA QUEDA PERFECTA! Citará toda la primera parte pero sino todo sería una cita (tan lógica la mina) El caso es que es súper divertida y una chica muy determinada. Me encanta Winter, arriba Winter, no puedo esperar a que se junte con Libbietan maquiavélica que si imaginabas su rostro maquillado al estilo Halloween conseguías al nuevo guasón frente a tus ojos. Y esa expresión de miedo solo auguraba buenas noticias.
Maquiavelo, maquiavélica Soy re graciosa no pienses que soy pelotuda. Ay pero vamos a ser normales ya, me encanta la profesión de Winter (por razones obvias) Y no sé, me la imagino ahí en su escritorio, apañándoselas para sacar las caquitas de los famososPeter el oloroso Parker quien no tenía similitud alguna con el Peter Parker de Spider Man.
Ah me encantó esto, me emosioneh. Porque a mí me encantaba Spider man (la primera, las otras no las vi)Harry Styles viéndose a sí mismo junto a Kendall Jenner en una situación comprometedora. Oh si, ¿cómo se veía tu pene en la revista Harry?
JAJAJAAJAJAJA JAJAJAJA Esto fue demasiado. Que no me reí más pues no sé porqué. La pregunta que se hizo así toda curiosa, tipo: "¿Qué titular pondríamos?" *emoji pensativo*George rió y todo mi mundo se puso de cabeza lo que duró su risa. Llevaba tiempo sintiendo esa atracción peligrosa hacia mi mejor amigo. Pero aún era sólo eso, una atracción.
- Me gustaría continuar, bella damisela – comenzó con una expresión graciosa en el rostro – pero es la hora del almuerzo y el damiselo tiene hambre.
- Ve y come no vaya a ser que te desnutras George.
- Nos vemos Winnie.
- ¡No me digas Winnie! – protesto para hacerme escuchar sobre el ruido de las impresoras cuando él ya se aleja trotando hacia la cafetería.
Mi pollo tiene sentimientos, ktpazah WINTER SIENTE COSAS. SIENTE. COSAS. Huelo a drama, a drama este del tuyo que es todo dramaqueen y no me gusta porque sé que me vas a hacer sufrir. Ya te estoy odiando y me limitó a aventurar
La escena con Amansa fue toda El diablo viste de Prada En serio, estuvo genial. Y la pobre Winter diciéndose que era la mejor para no salir corriendo.- Espera Julia, ¿hablas en serio? – pregunté con incredulidad – como si al quinteto de estrellitas les interesara lo que la gente piensa de ellos – murmuro y de reojo puedo ver que Amanda sonríe.
- Pues tal vez no a ellos, pero efectivamente sí a sus representantes – me aclara –. Y se les ocurrió una idea que me fue imposible rechazar.
Viste cuando todo en el ambiente te advierte que te va pasar algo muy malo y tú te quedas ahí tipo "Vamoh a calmarno, a ver que pasa"- Modest está dispuesta a hacer todos los gastos necesarios para que cambies de opinión, comenzando por el concierto al que asistirás el…
- Imposible – interrumpí – yo no asistiré a ningún concierto fuera de mi interés laboral, ni tampoco terminaré recogiendo flores en un prado con cinco cantantes de pacotilla – ironicé con molestia mirando el rostro tranquilo de Julia. También, parecía que Amanda la estaba pasando muy bien riéndose de mí.
- Asistirás al concierto el dieciséis de enero – prosiguió – y me aseguraré de que entres al estadio, y es más, tendrás pases especiales e iras a conocer a la banda esa misma noche.
Y cuando ves lo que pasa te preguntas porque no saliste del lío antes de meterte en él. Ahí se demuestra que nuestra curiosidad nos hace imprudentes y si, también muy estúpidos. Bueno que me estoy yendo un poco del tema Me hace mucha gracia que una chica que acaba de graduarse suponga un quebradero tan grande de cabeza para Modest! Ahí se nota que Winter es una chica de lo más talentosa.
No me imagino lo que debe ser para alguien tener que actuar en contra de sus principios, en contra de lo que cree. Yo no podría. Así que que Winter acepte el trabajo demuestra o muchas ganas de prosperar. Ya lo dijo Maquiavelo "el fin justifica los medios" (ahora ya entendí porque lo pusiste) La Winnie la tiene clara o, también puede ser que se dejara llevar por la emoción del momento y se fue al choriAmbas sonrieron y me vi a mí misma envuelta en un nuevo problema. ¿Qué había hecho para merecer tal castigo?
«Seguramente no algo muy bueno».
No sé quién dijo esto, pero: "Lo hecho, hecho está" :deby: :deby: *se va con viento fuerte* Nah, pero yo sé que la Winnie le dará la vuelta a todo y se beneficiará de este problema.
Valió totalmente la pena tu crisis con Winter. No podía haber una presentación más buena desde el personaje. Fue corto pero tiene todo lo necesario para que adores a la chica y para que no puedas esperar por saber qué sucederá.
Ya no te debo más comentarios y me siento good.
Te amo amewitah
indigo.
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Re: Reminders of reality.
- miluuu:
- Aquí estoy, después de mil años(?Nicolas Maquiavelo nos enseñó que no interesan los medios para conseguir llegar a la meta deseada. Hay que aplastar sin remordimiento cada posible obstáculo en el recorrido a la cima del éxito. Pero como todo en la vida, la teoría era fácil de aprender y la práctica no tanto.
Winter me parece un personaje super interesante, porque tiene una pasión y ambición por lo que hace y lo que quiere lograr tan enorme. Me dan ganas de dejar de vagar y ponerme a trabajar en algo(?) Pero amé mucho como introduciste a la chica, Milu, en serio. Y lo del almohadón y lo que le dijo la jefa, mira como eso mejoró todo(?)No era un trabajo fácil pero mientras me mantenía al margen solo tenía que evitar las relaciones dentro del medio.
Trabajar en la comuniación social siempre me ha parecido un oficio super difícil y comprometedor. No sé como hacen ellos para mantenerse al margen y no establecer relaciones o alguna emoción no objetiva con respecto a lo que descubren. Por otro lado, a ellos solo les interesa dejar a la luz la verdad (aunque esa verdad sea horrible y disguste a muchos), pero al final, sigue siendo la verdad. Y creo que eso es muy valiente. Yo estaría cagándome si tuviera que acosar a alguien para saber sus jugosos secretosInclusive a Peter el oloroso Parker quien no tenía similitud alguna con el Peter Parker de Spider Man.
Yo me estaba haciendo ilusioneso caminaba en mi nube de sueños, y en ella estaba visualizando el rostro de Harry Styles viéndose a sí mismo junto a Kendall Jenner en una situación comprometedora. Oh si, ¿cómo se veía tu pene en la revista Harry?
AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ que mala« ¿Qué he hecho mal? » me preguntaba mientras examinaba detalladamente su expresión.
Cuando no sabes si te llaman por algo bueno o malo, y mucho menos si su expresión no delata nada. No sé si lo hacen con la experiencia o qué, pero eso es perturbadorMe ahorré todos los comentarios relacionados a ella siendo peor que Miranda Priestly en The Devil Wears Prada.
ESA PELÍCULA. Ahora veré a Amanda así:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Eso era imposible. Era un disparo directo en el corazón de mi orgullo. Yo, Winter Mclean, quien trabajaba escribiendo verdades ocultas del mundo del espectáculo, tenía que cambiar drásticamente mi modo de trabajo y mi opinión sobre One Direction (la cual no era muy buena) porque probablemente estas estaban afectando la súper fama mundial de la banda. Claro, solo era por los ingresos multimillonarios y la baja que podían experimentar si yo continuaba desmintiendo las dulces historias sobre ellos siendo los mejores amigos de la vida y los chicos más normales y especiales. Me estaba encargando de quitar el velo invisible que cubría la vida de estas personas. Vidas comunes, como la tuya y la mía. Con errores y hazañas. Y nadie podía impedírmelo.
Esa es prueba de lo que puede hacer el dinero, querida Winnie Me imagino que tenía que estar ultra enojada por lo que le estaban obligando a hacer. Primero ella va con la noticia del mes, el escándalo de Harry Styles el cachondo y le vienen con esta. Lo peor, es que pretenden que todo el mundo se crea que son perfectos y que nada les huele mal(?) me enojé un poco aquí, pero es la verdad y eso molesta- Y lo harás porque deseas un asenso Winter – afirmó Amanda a mi lado – trabajarás bajo la supervisión de Julia en una nueva sección que planeamos abrir, serás la jefa de tus compañeros. Pero sólo si aceptas esta encomienda.
El soborno, el último recurso para los desesperados(?) Al menos, no la amenazaron con despedirla o bajarle el suelo, sino con algo buenoAmbas sonrieron y me vi a mí misma envuelta en un nuevo problema. ¿Qué había hecho para merecer tal castigo?
«Seguramente no algo muy bueno».
¡Ayyyyyyyyyyyyy! Yo quiero ver como le hará Winter para no tratar horrible a 1D, porque los odia, pero tiene que hacer lo que le dicen o no tendrá aumento(?) Para alguien que valora lo que hace tanto como ella...me voy a divertir leyendo más
Aunque haya sido corto, estuvo genial ya quiero saber más de Winter
hange.
Re: Reminders of reality.
Chicas, perdón! he estado de locos con la uni! en serio lo siento. Dentro de unos días les subo el capítulo, en serio lo siento
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Re: Reminders of reality.
El martes subo el capítulo! lamento montones la demora, pero estoy a final de semestre y voy a morir la buena noticia es que el martes salgo a vacaciones las amo
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Re: Reminders of reality.
Capítulo 06
Ally.
Aubrey Kennett.
Aubrey Kennett.
Un día él vendrá, vendrá y me rescatará de todo aquello que me hace daño, algún día vendrá, pero, ¿cuándo será ese día? ¿cuándo seré libre? Sé que sólo es él, sólo él tiene la llave, pero somos partes de dos mundos completamente diferentes. Sólo me queda esperar, mantener la esperanza de que la tormenta es temporal, de otra manera, no sería capaz de ver un nuevo amanecer cada día, no habría manera de evitar que cada día mi corazón se rompa un poco más.
La esperanza es todo lo que me queda, creer que en algún momento mis sueños se harán realidad, ya que, de otra manera, de una decepción a otra ya no quedaría nada de mí. Entonces, qué realmente sería capaz de hacer para poder ser amada, por ti.
Así que ahora me siento acá, y me pregunto por qué, me doy cuenta de la realidad de mi vida y como todos a mi alrededor de cierta manera han decidido cerrar los ojos, hacer oídos sordos y callar sus palabras a la menor seña de anhelo o dolor de mi parte, por qué él no haría lo mismo.
Así que espero que cuando llegue el momento, me diga que siente lo mismo, que no mienta y que las palabras no esfumen, que no piense, como todos a mi alrededor, que he perdido la razón y que me entienda, pero, de nuevo, ni mi familia lo ha hecho, porqué el haría algo diferente.
– Deja de huir. – me sobresalté en mi lugar y cerré la libreta por acto reflejo. Miré a mis espaldas para encontrar a mi hermano rodeando la banca y sentándose a mi lado. (Huir es mi manera de sobrevivir, ¿por qué no he de hacerlo cuando tú hiciste lo mismo?)
– No estaba huyendo. – mentí, decidiendo que era mejor callar mis pensamientos.
Rob elevó una ceja, pero relajó su rostro al ver que no iba a decir nada más. Dejó salir un suspiro y limpió mis lágrimas, como lo hacía cuando era niña, y me envolvió en un abrazo. Quería dejarme llevar, quería recostarme en su pecho y llorar como lo hubiera hecho antes, pero cinco años son mucho tiempo, cinco años formaron una barrera entre mi hermano y yo. Una barrera que, aunque sea sólo visible para mí, está ahí. De todas maneras, tampoco era su culpa, irse a la universidad para mejorar aún más en su carrera es un proceso normal, pero no podía evitar pensar que me había dejado a mi suerte, cosa que no es muy diferente a lo que hizo Maddie, sólo que ella al menos lo aceptaba.
Despejé mi mente, reclamándome por pensar de esa manera, amaba a mi familia, y no los culpaba si ellos no me amaban de vuelta, era totalmente entendible, era una de las personas más aburridas. Contuve las lágrimas y sonreí, más para mi hermano que para mí, pero era una sonrisa de todas maneras, estaba feliz de tenerlo de vuelta. Lo abracé también y deposité un beso en su mejilla.
Me separé de él y me acomodé de nuevo en la banca, quitándome los auriculares y dejándolos a un lado junto con la libreta y la pluma.
– Collette está en la casa. – dijo después de un tiempo.
No respondí. Miré el reloj en la pantalla de mi celular, marcaba las ocho de la mañana, aproximadamente unas doce horas para el concierto, uno al que no podría ir, por ella. Suspiré, subí los pies a la banca y pegué más las rodillas a mi pecho, abrazándolas y apoyando mi barbilla en ellas. Robbie rió a mi lado.
– Oye tranquila, no voy a obligarte a verla, yo no soy papá. Te entiendo si no quieres tener nada que ver con ella.
– ¿La vas a invitar a tu graduación?
– No, pero estoy seguro de que se va a invitar sola. – cambié la mirada del parque hacia mi hermano, quien miraba hacia el parque también, con el ceño fruncido. Se removió el pelo y bufó.
– ¿La has visto desde que te fuiste?
– No, apenas Maddie me dijo que Collette había llegado salí de ahí, mi plan era esconderme en tu cuarto, pero para mi sorpresa no estabas.
– No te hubiera funcionado de todas maneras, lo de esconderte en mi cuarto, es a mí a quien busca.
– Cierto – se hizo el pensativo – la próxima me voy al de Maddie. – exclamó riendo.
Me encogí de hombros, en otro momento le habría seguido la broma, ahora, realmente no tenía ganas de nada. Sabía que no era normal que estuviera tan apagada o pensativa, pero jamás me esperé que no me dejaran ir al concierto. A la mayoría le parecía absurdo, pero no entendían que era mi sueño, nunca se tomaban el tiempo de entenderlo.
Mi teléfono sonó a mi lado, miré el nombre de Winter en la pantalla y me debatí entre contestar o no. La he estado evitando estos últimos días, siendo sincera, he estado evitando al mundo estos últimos días, dedicándome únicamente a estar atenta de las redes sociales, si no podía ir al concierto, al menos vería las entrevistas y las noticias de ellos. El teléfono dejó de sonar, sólo para volver a hacerlo segundos después. Me mordí el labio, ella no tenía la culpa.
– Hola Win.
– Hasta que contestas. Estoy en tu casa enana. Así que mejor traes tu trasero hasta acá, no me hagas ir a buscarte.
– Técnicamente si viniste a buscarme – reí en el auricular.
– Y no me voy a mover más, así que ven, te tengo una sorpresa. – luego de eso, cortó la llamada.
Me quedé mirando el teléfono, procesando sus últimas palabras, ¿una sorpresa? Normalmente la de las sorpresas era yo. Me mordí el labio de nuevo.
– ¿Qué sucede? – preguntó Robbie. Me sobresalté en mi lugar, olvidando por un momento que él estaba ahí. – Sólo muerdes tu labio cuando no sabes que hacer. – aclaró señalando mi labio, el cual aún se encontraba entre mis dientes. Lo dejé ir y suspiré.
– Winter está en la casa, dice que me tiene una sorpresa. Quiero saber que es, pero… – dejé la palabra en el aire y bajé la mirada.
– No quieres ver a Collette. – terminó él. Simplemente asentí. No quería verla ahora, menos pasar todo un fin de semana con ella, pero Robbie tenía razón, en esta ocasión, no puedo huir. Suspiré de nuevo y me levanté de la banca, guardando la libreta, la pluma y mi celular en un pequeño bolso de mano que había traído conmigo.
– Vamos – le indiqué a mi hermano, tomando la mano que él me tendía. Mientras caminábamos de vuelta, su mano apretó la mía, brindándome el apoyo que necesitaba. En serio estaba feliz de que había vuelto.
-------------
– Estaba a punto de llenar una boleta de personas desaparecidas en la estación de policía – exclamó Winter al momento de verme entrar por la puerta de mi casa. Me miraba reprobatoriamente, pero al verla ahí, me di cuenta realmente cuanto la había extrañado. Sin importarme que estuviera molesta, corrí hacia ella y la abracé, luego de unos segundos me abrazó de vuelta.
Ella siempre había estado ahí para cuidarme, había sido muy egoísta al no contarle lo que me sucedía, pero también sabía que One Direction no era su tema de conversación favorito. Segundos después nos separamos del abrazo, sólo para sentir como me pegaba en el brazo.
– Eso es por no contestar mis llamadas, ni creas que te vas a salvar tan fácil. – me miró reprobatoriamente de nuevo, pero luego algo a mis espaldas llamó su atención – Hola Robin, no sabía que habías vuelto, ¿te echaron de la universidad? – preguntó burlona mientras se acercaba para abrazarlo.
– Ja – respondió pretendiendo una sonrisa – Ya terminé la maestría, no me queda nada más que hacer allá, bueno, la graduación, a la cuál estás absolutamente invitada. – pasó un brazo los hombros de Win y los dejó ahí, revolviendo levemente su pelo, como hacía desde que éramos pequeños, ganándose también una mirada reprobatoria de la rubia. Robbie nada más rió y acomodó los mechones que había desacomodado.
Muchos le temerían a Winter, hasta yo lo hacía algunas veces, pero habíamos crecido prácticamente juntos, mis hermanos incluidos, por lo tanto, ella era parte de nuestra familia.
– ¿La terminaste? Quién diría que cinco años pasarían tan rápido. – rápido, claro, pensé.
– ¿Cuál es mi sorpresa? – pregunté, súbitamente emocionada. En vez de sonreír, frunció el ceño y su sonrisa desapareció. Se separó de Rob para acercarse a su bolso, el cual reposaba en la mesa de la sala, y volvió con algo en su mano.
– Me los dieron ayer, me están obligando a ir y realmente no quiero ir sola, ya que a ti te gustan – se encogió de hombros y dejó la oración en el aire – sé que es hoy, pero no contestabas mis llamadas, por lo que no te pude decir antes.
Fruncí en ceño y tomé el sobre que me tendía. Al abrirlo, no solo encontré dos entradas al concierto de One Direction, sino que también encontré pases al M&G. Mi respiración quedó atascada en mi garganta y perdí cualquier capacidad de movilidad, estoy segura que incluso olvidé que debía pestañear. Sentí como Rob se acercaba a mi lado para ver dentro del sobre, pero no podía reaccionar.
– Pensé que ya tenías entrada – escuché la voz de mi hermano a lo lejos. La tenía, tiempo pasado. Cerré los ojos ante el dolor del recuerdo.
– No, no la tengo.
– Pero yo... – lo interrumpí.
– La tenía, Collette se la llevó, apenas supo que el concierto caía el fin de semana en el que se supone que tengo que ir con ella, vino acá y me forzó a darle la entrada. Iba a romperla, pero la convencí de que al menos la revendiera.
– ¿Collette hizo eso? – preguntaron Robin y Winter al mismo tiempo, ambos claramente enojados. Robin porque sabía cuánto importaba para mí y Win porque sabía que realmente me había lastimado.
– ¿Yo hice qué? – se escuchó la voz de Collette al entrar en el salón. Y yo que esperaba que se hubiera compadecido de mi alma y se hubiera ido. Pude notar como mi hermano también se tensó y se volteó para ver a la mujer que salía de la oficina de papá, papá saliendo detrás de ella, masajeándose las sienes. Win relajó su rostro, como si nunca se hubiera enojado.
Papá dejó salir un largo suspiro al verme y se acercó, depositando un beso en mi frente.
– Me tenías preocupado. No te encontré en tu cuarto.
– Lo siento papá, salí a dar una vuelta– sonreí ante su preocupación y besé su mejilla, desapareciendo el ceño de su frente y cambiándolo por una sonrisa. – Collette – asentí en su dirección, la sonrisa desapareciendo de mi rostro al verla acercarse.
– ¿Él es papá, y yo soy Collette? Aún soy tu madre Aubrey. Aún soy su madre – corrigió señalando a Robin también, que se encontraba cruzado de brazos, mirándola serio.
– ¿Lo eres? – preguntó, dejando salir una risa sarcástica.
– No empieces Rob, por favor – le pidió papá, el ceño volviendo a su frente. Robbie intercambió la mirada entre papá y yo, mirándome por un poco más de tiempo.
– No papá, esta vez no, ¿cómo le hiciste eso a Bree? ¿Acaso no sabes lo mucho que quería ir o simplemente no te importa? – Collette rodó lo ojos.
– Le hice un favor, no voy a dejar que desperdicie su vida en ese grupo. Además, es mi fin de semana, es el único tiempo que realmente puedo estar con mi hija, es la única de mis tres hijos que aún, por ley, tengo derecho a pasar tiempo con ella, tiempo que cuando Aubrey sea mayor de edad estoy segura que voy a dejar de tener, como pasó contigo y con Maddelaine.
– ¿Tres hijos? ¿Y que pasa con los otros dos que tienes tu nueva casa? Sólo quieres llevarte a Bree para que haga de niñera mientras sales de fiesta con tu flamante esposo o para llevarla a tediosos clubes para presumir de qué tan inteligente es, cuando ni siquiera te quieres tomar el tiempo para conocer los verdaderos intereses de tu hija, si realmente te importara la dejarías ir al concierto.
– Robin – reclamó Winter antes de que Collette pudiera hablar, frunciendo el ceño y poniéndose al lado de Collette. – No le hablas así, aún es tu madre, además, de cierta manera concuerdo con ella, Bree no debería desperdiciar su vida en un grupo de cantantes – Robin frunció el ceño ante la defensa de Win, yo hubiera hecho lo mismo de no haber visto como ella había tomado las entradas de mi mano y las había escondido en su bolso, además de la sonrisa del gato de Alicia que se había posado en sus labios antes de hablar, por lo que ahora estaba intentando contener una sonrisa y permanecer seria.
– Gracias Winter – asintió Collette cruzándose de brazos.
– Sólo que – continuó llamando la atención del resto que personas en la sala – este fin de semana había acordado que la llevaría a mi trabajo, una vacante de interno se abrió en la empresa y quería que conociera todo el método de trabajo antes de la entrevista.
– Oh Winter, qué considerada. Pensar en meter a Aubrey en una revista tan importante. ¿No es así Aubrey? – me miró ilusionada.
– Claro – asentí, rodando los ojos sin que ella lo notara.
– Te dejo ir, sólo si el próximo fin de semana te vienes conmigo. – asentí de nuevo, esta vez sin pensarlo, no me importaba que tuviera que irme con ella el próximo fin, podría ir al concierto. Esta vez no pude contener la sonrisa, obviamente Collette pensó que se debía a la entrevista.
Mi hermano entendió la indirecta y me sonrió, guiñándome el ojo, antes de volverse a mirar a Collette con rostro serio. Bufó y dejó salir una risa sarcástica, para aparentar, y salió de la sala para dirigirse seguramente a su habitación.
– ¿Entonces te quedas con Winter? – preguntó Collette arreglando su bolso para irse.
– Si. – respondí cautelosa, eso había sido demasiado sencillo para ser verdad.
– De acuerdo, te llamo entre semana para acordar la hora en la que te recojo el próximo fin y no quiero que te escapes de nuevo. – no se fue hasta que asentí de nuevo, pero al momento de hacerlo, se despidió de Winter, le agradeció de nuevo y se fue.
Papá rió, separándose del mueble del que estaba apoyado y se acercó a Winter para abrazarla y depositar un beso en su mejilla. Luego se acercó a mí y besó mi frente.
– Te cuidas en el concierto. – me abrazó, luego se volteó hacia Win. – ¿Cómo sabías que la dejaría?
– Fácil, me habla de la revista cada vez que puede, lleva meses intentando que meta Bree en la empresa. Algo de que quiere que sea más productiva y se olvide de cierta boyband que está arruinando su vida. En sus palabras. – papá rodó los ojos.
– No le hagas caso – apretó mi mano y miró a la rubia de nuevo – gracias Win – exclamó antes de meterse de nuevo en su oficina.
Apenas estuvimos solas corrí hacia ella de nuevo y la abracé.
– Gracias
– No fue completamente desinteresado, en serio no quiero ir sola a ese concierto. – rió y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
– Gracias – susurré de nuevo. Ella suspiró y empezó a acariciar mi cabello y mi espalda.
– No mentí en una cosa Bree. Lo dije en serio, no deberías desperdiciar tu tiempo en un sueño imposible y menos por alguien que ni siquiera sabe que existes.
-------------
Desde hace varios minutos que nos encontrábamos haciendo fila, por lo que me encontraba sentada en una baranda que rodeaba una columna, mis brazos rodeando mi pecho y mi gorro protegiendo mi cabeza, realmente hacía frío, pero tampoco me importaba mucho, estaba a pocas horas de cumplir uno de mis mayores sueños, estaba a pocas horas de verlos a sólo unos pocos pasos de mí, de verlos frente a frente y no a través de una cámara.
Escondí mis manos en mi abrigo y agradecí internamente que estuviéramos ya dentro del edificio. Debido a que eran pases especiales no teníamos que hacer toda la fila exterior, si no que pasábamos a otra interna que era mucho más corta. Debía admitir que una parte de mí se sentía culpable por las que llevaban rato esperando afuera, por lo que no me quejaba debido al frío, en este momento era lo de menos.
Miré a Winter a los lejos, que desde hace algún tiempo se había alejado unos pasos de la fila para contestar una llamada. No importaba realmente que estuviera sola, con los nervios que me tenía me sería imposible hablar de todas maneras.
Levanté la vista del suelo al ver una sombra cerca de mis pies. Me paralicé por unos momentos al ver que lo estaba enfrente en mío era una cámara. Miré a Winter, sin saber que más hacer, para ver que su llamada ya había terminado y que deliberadamente se había quedado en su lugar, riéndose de mi situación y de mi, seguro, tan incómoda posición ante la cámara. La vi deletrear un sonríe, por lo que, saliendo un poco del trance, volví a ver a la cámara e intenté sonreír.
El camarógrafo rió y luego siguió su camino a un grupo de jóvenes que desde hace gran tiempo intentaban llamar su atención, sonriendo enormemente, mostrando unas bellas sonrisas cuando en mi lugar seguro debió verse como una mueca en vez de una sonrisa.
Escondí mi rostro con mis manos al caer en la realización de que eso sería grabado y sería mostrado en quién sabe dónde, y ¿si Collette lo veía? Antes de entrar en un ataque de pánico, sentí como alguien quitaba mis manos de mi rostro.
– Respira Bree, no estuvo tan mal – Win me dio una sonrisa. Seguí su consejo y permití que el aire entraba de nuevo a mis pulmones, ni siquiera me había dado cuenta que había dejado de hacerlo. Dejé de pensar en lo que podría pasar luego y me concentré en la rubia que estaba a mi lado y en el concierto por venir. – Por cierto, no podré estar a tu lado durante el concierto. – soltó, revisando unos mensajes en su celular.
– ¿Qué, por qué?
– Tengo que estar en la sección de periodistas – bufó claramente irritada por el hecho de que todas maneras iba a estar sola durante el concierto. – Igual vas a estar en primera fila y estoy segura que vas a estar muy ocupada gritando como para siquiera notar que no estoy a tu lado.
– Probablemente – dije pensativa, siguiéndole la broma – tonta, claro que me vas a hacer falta, no estaría acá si no fuera por ti. Pero no te preocupes, voy a estar bien, tú tienes un trabajo que cumplir, lo entiendo. – me levanté de mi lugar y deposité un beso en su mejilla.
-------------
Todo a mi alrededor parecía irreal. Todo el estadio estaba a reventar de personas, las sillas olvidadas y desaparecidas entre el tumulto de gente, la mera idea del silencio evaporada debido a los gritos que pedían el inicio del concierto y la tarima del escenario, la tarima tan cerca que sentía que con sólo estirar mis brazos podía llegar a tocarla. Era irreal.
Luego de la noticia de que no podría venir, jamás esperé estar acá en este momento. Pero lo estaba, por alguna razón, estaba ahí. Y el sentimiento de felicidad que sentía era mucho mayor de lo que alguna vez había sentido y sabía que nada se podría llegar a comparar con él, sentía que de alguna manera, todo lo que había pasado, me había llevado exactamente a este momento de mi vida, por lo que no lo cambiaría por nada.
En el momento en el que el conteo apareció en la pantalla, mi respiración quedó atorada en mi garganta y todo músculo en mi cuerpo quedó petrificado. 5. Mis ojos no se separaban de la pantalla. 4. Ningún movimiento de mi parte, ya que temía que fuera un sueño del que fuera a despertar en cualquier momento. 3. No quería despertar. 2. Mis ojos seguían pegados al escenario, ni siquiera recordando cómo se debía pestañear, por miedo de perderme cualquier mini segundo de este momento. 1. Era real, estaba pasando.
La esperanza es todo lo que me queda, creer que en algún momento mis sueños se harán realidad, ya que, de otra manera, de una decepción a otra ya no quedaría nada de mí. Entonces, qué realmente sería capaz de hacer para poder ser amada, por ti.
Así que ahora me siento acá, y me pregunto por qué, me doy cuenta de la realidad de mi vida y como todos a mi alrededor de cierta manera han decidido cerrar los ojos, hacer oídos sordos y callar sus palabras a la menor seña de anhelo o dolor de mi parte, por qué él no haría lo mismo.
Así que espero que cuando llegue el momento, me diga que siente lo mismo, que no mienta y que las palabras no esfumen, que no piense, como todos a mi alrededor, que he perdido la razón y que me entienda, pero, de nuevo, ni mi familia lo ha hecho, porqué el haría algo diferente.
– Deja de huir. – me sobresalté en mi lugar y cerré la libreta por acto reflejo. Miré a mis espaldas para encontrar a mi hermano rodeando la banca y sentándose a mi lado. (Huir es mi manera de sobrevivir, ¿por qué no he de hacerlo cuando tú hiciste lo mismo?)
– No estaba huyendo. – mentí, decidiendo que era mejor callar mis pensamientos.
Rob elevó una ceja, pero relajó su rostro al ver que no iba a decir nada más. Dejó salir un suspiro y limpió mis lágrimas, como lo hacía cuando era niña, y me envolvió en un abrazo. Quería dejarme llevar, quería recostarme en su pecho y llorar como lo hubiera hecho antes, pero cinco años son mucho tiempo, cinco años formaron una barrera entre mi hermano y yo. Una barrera que, aunque sea sólo visible para mí, está ahí. De todas maneras, tampoco era su culpa, irse a la universidad para mejorar aún más en su carrera es un proceso normal, pero no podía evitar pensar que me había dejado a mi suerte, cosa que no es muy diferente a lo que hizo Maddie, sólo que ella al menos lo aceptaba.
Despejé mi mente, reclamándome por pensar de esa manera, amaba a mi familia, y no los culpaba si ellos no me amaban de vuelta, era totalmente entendible, era una de las personas más aburridas. Contuve las lágrimas y sonreí, más para mi hermano que para mí, pero era una sonrisa de todas maneras, estaba feliz de tenerlo de vuelta. Lo abracé también y deposité un beso en su mejilla.
Me separé de él y me acomodé de nuevo en la banca, quitándome los auriculares y dejándolos a un lado junto con la libreta y la pluma.
– Collette está en la casa. – dijo después de un tiempo.
No respondí. Miré el reloj en la pantalla de mi celular, marcaba las ocho de la mañana, aproximadamente unas doce horas para el concierto, uno al que no podría ir, por ella. Suspiré, subí los pies a la banca y pegué más las rodillas a mi pecho, abrazándolas y apoyando mi barbilla en ellas. Robbie rió a mi lado.
– Oye tranquila, no voy a obligarte a verla, yo no soy papá. Te entiendo si no quieres tener nada que ver con ella.
– ¿La vas a invitar a tu graduación?
– No, pero estoy seguro de que se va a invitar sola. – cambié la mirada del parque hacia mi hermano, quien miraba hacia el parque también, con el ceño fruncido. Se removió el pelo y bufó.
– ¿La has visto desde que te fuiste?
– No, apenas Maddie me dijo que Collette había llegado salí de ahí, mi plan era esconderme en tu cuarto, pero para mi sorpresa no estabas.
– No te hubiera funcionado de todas maneras, lo de esconderte en mi cuarto, es a mí a quien busca.
– Cierto – se hizo el pensativo – la próxima me voy al de Maddie. – exclamó riendo.
Me encogí de hombros, en otro momento le habría seguido la broma, ahora, realmente no tenía ganas de nada. Sabía que no era normal que estuviera tan apagada o pensativa, pero jamás me esperé que no me dejaran ir al concierto. A la mayoría le parecía absurdo, pero no entendían que era mi sueño, nunca se tomaban el tiempo de entenderlo.
Mi teléfono sonó a mi lado, miré el nombre de Winter en la pantalla y me debatí entre contestar o no. La he estado evitando estos últimos días, siendo sincera, he estado evitando al mundo estos últimos días, dedicándome únicamente a estar atenta de las redes sociales, si no podía ir al concierto, al menos vería las entrevistas y las noticias de ellos. El teléfono dejó de sonar, sólo para volver a hacerlo segundos después. Me mordí el labio, ella no tenía la culpa.
– Hola Win.
– Hasta que contestas. Estoy en tu casa enana. Así que mejor traes tu trasero hasta acá, no me hagas ir a buscarte.
– Técnicamente si viniste a buscarme – reí en el auricular.
– Y no me voy a mover más, así que ven, te tengo una sorpresa. – luego de eso, cortó la llamada.
Me quedé mirando el teléfono, procesando sus últimas palabras, ¿una sorpresa? Normalmente la de las sorpresas era yo. Me mordí el labio de nuevo.
– ¿Qué sucede? – preguntó Robbie. Me sobresalté en mi lugar, olvidando por un momento que él estaba ahí. – Sólo muerdes tu labio cuando no sabes que hacer. – aclaró señalando mi labio, el cual aún se encontraba entre mis dientes. Lo dejé ir y suspiré.
– Winter está en la casa, dice que me tiene una sorpresa. Quiero saber que es, pero… – dejé la palabra en el aire y bajé la mirada.
– No quieres ver a Collette. – terminó él. Simplemente asentí. No quería verla ahora, menos pasar todo un fin de semana con ella, pero Robbie tenía razón, en esta ocasión, no puedo huir. Suspiré de nuevo y me levanté de la banca, guardando la libreta, la pluma y mi celular en un pequeño bolso de mano que había traído conmigo.
– Vamos – le indiqué a mi hermano, tomando la mano que él me tendía. Mientras caminábamos de vuelta, su mano apretó la mía, brindándome el apoyo que necesitaba. En serio estaba feliz de que había vuelto.
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– Estaba a punto de llenar una boleta de personas desaparecidas en la estación de policía – exclamó Winter al momento de verme entrar por la puerta de mi casa. Me miraba reprobatoriamente, pero al verla ahí, me di cuenta realmente cuanto la había extrañado. Sin importarme que estuviera molesta, corrí hacia ella y la abracé, luego de unos segundos me abrazó de vuelta.
Ella siempre había estado ahí para cuidarme, había sido muy egoísta al no contarle lo que me sucedía, pero también sabía que One Direction no era su tema de conversación favorito. Segundos después nos separamos del abrazo, sólo para sentir como me pegaba en el brazo.
– Eso es por no contestar mis llamadas, ni creas que te vas a salvar tan fácil. – me miró reprobatoriamente de nuevo, pero luego algo a mis espaldas llamó su atención – Hola Robin, no sabía que habías vuelto, ¿te echaron de la universidad? – preguntó burlona mientras se acercaba para abrazarlo.
– Ja – respondió pretendiendo una sonrisa – Ya terminé la maestría, no me queda nada más que hacer allá, bueno, la graduación, a la cuál estás absolutamente invitada. – pasó un brazo los hombros de Win y los dejó ahí, revolviendo levemente su pelo, como hacía desde que éramos pequeños, ganándose también una mirada reprobatoria de la rubia. Robbie nada más rió y acomodó los mechones que había desacomodado.
Muchos le temerían a Winter, hasta yo lo hacía algunas veces, pero habíamos crecido prácticamente juntos, mis hermanos incluidos, por lo tanto, ella era parte de nuestra familia.
– ¿La terminaste? Quién diría que cinco años pasarían tan rápido. – rápido, claro, pensé.
– ¿Cuál es mi sorpresa? – pregunté, súbitamente emocionada. En vez de sonreír, frunció el ceño y su sonrisa desapareció. Se separó de Rob para acercarse a su bolso, el cual reposaba en la mesa de la sala, y volvió con algo en su mano.
– Me los dieron ayer, me están obligando a ir y realmente no quiero ir sola, ya que a ti te gustan – se encogió de hombros y dejó la oración en el aire – sé que es hoy, pero no contestabas mis llamadas, por lo que no te pude decir antes.
Fruncí en ceño y tomé el sobre que me tendía. Al abrirlo, no solo encontré dos entradas al concierto de One Direction, sino que también encontré pases al M&G. Mi respiración quedó atascada en mi garganta y perdí cualquier capacidad de movilidad, estoy segura que incluso olvidé que debía pestañear. Sentí como Rob se acercaba a mi lado para ver dentro del sobre, pero no podía reaccionar.
– Pensé que ya tenías entrada – escuché la voz de mi hermano a lo lejos. La tenía, tiempo pasado. Cerré los ojos ante el dolor del recuerdo.
– No, no la tengo.
– Pero yo... – lo interrumpí.
– La tenía, Collette se la llevó, apenas supo que el concierto caía el fin de semana en el que se supone que tengo que ir con ella, vino acá y me forzó a darle la entrada. Iba a romperla, pero la convencí de que al menos la revendiera.
– ¿Collette hizo eso? – preguntaron Robin y Winter al mismo tiempo, ambos claramente enojados. Robin porque sabía cuánto importaba para mí y Win porque sabía que realmente me había lastimado.
– ¿Yo hice qué? – se escuchó la voz de Collette al entrar en el salón. Y yo que esperaba que se hubiera compadecido de mi alma y se hubiera ido. Pude notar como mi hermano también se tensó y se volteó para ver a la mujer que salía de la oficina de papá, papá saliendo detrás de ella, masajeándose las sienes. Win relajó su rostro, como si nunca se hubiera enojado.
Papá dejó salir un largo suspiro al verme y se acercó, depositando un beso en mi frente.
– Me tenías preocupado. No te encontré en tu cuarto.
– Lo siento papá, salí a dar una vuelta– sonreí ante su preocupación y besé su mejilla, desapareciendo el ceño de su frente y cambiándolo por una sonrisa. – Collette – asentí en su dirección, la sonrisa desapareciendo de mi rostro al verla acercarse.
– ¿Él es papá, y yo soy Collette? Aún soy tu madre Aubrey. Aún soy su madre – corrigió señalando a Robin también, que se encontraba cruzado de brazos, mirándola serio.
– ¿Lo eres? – preguntó, dejando salir una risa sarcástica.
– No empieces Rob, por favor – le pidió papá, el ceño volviendo a su frente. Robbie intercambió la mirada entre papá y yo, mirándome por un poco más de tiempo.
– No papá, esta vez no, ¿cómo le hiciste eso a Bree? ¿Acaso no sabes lo mucho que quería ir o simplemente no te importa? – Collette rodó lo ojos.
– Le hice un favor, no voy a dejar que desperdicie su vida en ese grupo. Además, es mi fin de semana, es el único tiempo que realmente puedo estar con mi hija, es la única de mis tres hijos que aún, por ley, tengo derecho a pasar tiempo con ella, tiempo que cuando Aubrey sea mayor de edad estoy segura que voy a dejar de tener, como pasó contigo y con Maddelaine.
– ¿Tres hijos? ¿Y que pasa con los otros dos que tienes tu nueva casa? Sólo quieres llevarte a Bree para que haga de niñera mientras sales de fiesta con tu flamante esposo o para llevarla a tediosos clubes para presumir de qué tan inteligente es, cuando ni siquiera te quieres tomar el tiempo para conocer los verdaderos intereses de tu hija, si realmente te importara la dejarías ir al concierto.
– Robin – reclamó Winter antes de que Collette pudiera hablar, frunciendo el ceño y poniéndose al lado de Collette. – No le hablas así, aún es tu madre, además, de cierta manera concuerdo con ella, Bree no debería desperdiciar su vida en un grupo de cantantes – Robin frunció el ceño ante la defensa de Win, yo hubiera hecho lo mismo de no haber visto como ella había tomado las entradas de mi mano y las había escondido en su bolso, además de la sonrisa del gato de Alicia que se había posado en sus labios antes de hablar, por lo que ahora estaba intentando contener una sonrisa y permanecer seria.
– Gracias Winter – asintió Collette cruzándose de brazos.
– Sólo que – continuó llamando la atención del resto que personas en la sala – este fin de semana había acordado que la llevaría a mi trabajo, una vacante de interno se abrió en la empresa y quería que conociera todo el método de trabajo antes de la entrevista.
– Oh Winter, qué considerada. Pensar en meter a Aubrey en una revista tan importante. ¿No es así Aubrey? – me miró ilusionada.
– Claro – asentí, rodando los ojos sin que ella lo notara.
– Te dejo ir, sólo si el próximo fin de semana te vienes conmigo. – asentí de nuevo, esta vez sin pensarlo, no me importaba que tuviera que irme con ella el próximo fin, podría ir al concierto. Esta vez no pude contener la sonrisa, obviamente Collette pensó que se debía a la entrevista.
Mi hermano entendió la indirecta y me sonrió, guiñándome el ojo, antes de volverse a mirar a Collette con rostro serio. Bufó y dejó salir una risa sarcástica, para aparentar, y salió de la sala para dirigirse seguramente a su habitación.
– ¿Entonces te quedas con Winter? – preguntó Collette arreglando su bolso para irse.
– Si. – respondí cautelosa, eso había sido demasiado sencillo para ser verdad.
– De acuerdo, te llamo entre semana para acordar la hora en la que te recojo el próximo fin y no quiero que te escapes de nuevo. – no se fue hasta que asentí de nuevo, pero al momento de hacerlo, se despidió de Winter, le agradeció de nuevo y se fue.
Papá rió, separándose del mueble del que estaba apoyado y se acercó a Winter para abrazarla y depositar un beso en su mejilla. Luego se acercó a mí y besó mi frente.
– Te cuidas en el concierto. – me abrazó, luego se volteó hacia Win. – ¿Cómo sabías que la dejaría?
– Fácil, me habla de la revista cada vez que puede, lleva meses intentando que meta Bree en la empresa. Algo de que quiere que sea más productiva y se olvide de cierta boyband que está arruinando su vida. En sus palabras. – papá rodó los ojos.
– No le hagas caso – apretó mi mano y miró a la rubia de nuevo – gracias Win – exclamó antes de meterse de nuevo en su oficina.
Apenas estuvimos solas corrí hacia ella de nuevo y la abracé.
– Gracias
– No fue completamente desinteresado, en serio no quiero ir sola a ese concierto. – rió y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
– Gracias – susurré de nuevo. Ella suspiró y empezó a acariciar mi cabello y mi espalda.
– No mentí en una cosa Bree. Lo dije en serio, no deberías desperdiciar tu tiempo en un sueño imposible y menos por alguien que ni siquiera sabe que existes.
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Desde hace varios minutos que nos encontrábamos haciendo fila, por lo que me encontraba sentada en una baranda que rodeaba una columna, mis brazos rodeando mi pecho y mi gorro protegiendo mi cabeza, realmente hacía frío, pero tampoco me importaba mucho, estaba a pocas horas de cumplir uno de mis mayores sueños, estaba a pocas horas de verlos a sólo unos pocos pasos de mí, de verlos frente a frente y no a través de una cámara.
Escondí mis manos en mi abrigo y agradecí internamente que estuviéramos ya dentro del edificio. Debido a que eran pases especiales no teníamos que hacer toda la fila exterior, si no que pasábamos a otra interna que era mucho más corta. Debía admitir que una parte de mí se sentía culpable por las que llevaban rato esperando afuera, por lo que no me quejaba debido al frío, en este momento era lo de menos.
Miré a Winter a los lejos, que desde hace algún tiempo se había alejado unos pasos de la fila para contestar una llamada. No importaba realmente que estuviera sola, con los nervios que me tenía me sería imposible hablar de todas maneras.
Levanté la vista del suelo al ver una sombra cerca de mis pies. Me paralicé por unos momentos al ver que lo estaba enfrente en mío era una cámara. Miré a Winter, sin saber que más hacer, para ver que su llamada ya había terminado y que deliberadamente se había quedado en su lugar, riéndose de mi situación y de mi, seguro, tan incómoda posición ante la cámara. La vi deletrear un sonríe, por lo que, saliendo un poco del trance, volví a ver a la cámara e intenté sonreír.
El camarógrafo rió y luego siguió su camino a un grupo de jóvenes que desde hace gran tiempo intentaban llamar su atención, sonriendo enormemente, mostrando unas bellas sonrisas cuando en mi lugar seguro debió verse como una mueca en vez de una sonrisa.
Escondí mi rostro con mis manos al caer en la realización de que eso sería grabado y sería mostrado en quién sabe dónde, y ¿si Collette lo veía? Antes de entrar en un ataque de pánico, sentí como alguien quitaba mis manos de mi rostro.
– Respira Bree, no estuvo tan mal – Win me dio una sonrisa. Seguí su consejo y permití que el aire entraba de nuevo a mis pulmones, ni siquiera me había dado cuenta que había dejado de hacerlo. Dejé de pensar en lo que podría pasar luego y me concentré en la rubia que estaba a mi lado y en el concierto por venir. – Por cierto, no podré estar a tu lado durante el concierto. – soltó, revisando unos mensajes en su celular.
– ¿Qué, por qué?
– Tengo que estar en la sección de periodistas – bufó claramente irritada por el hecho de que todas maneras iba a estar sola durante el concierto. – Igual vas a estar en primera fila y estoy segura que vas a estar muy ocupada gritando como para siquiera notar que no estoy a tu lado.
– Probablemente – dije pensativa, siguiéndole la broma – tonta, claro que me vas a hacer falta, no estaría acá si no fuera por ti. Pero no te preocupes, voy a estar bien, tú tienes un trabajo que cumplir, lo entiendo. – me levanté de mi lugar y deposité un beso en su mejilla.
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Todo a mi alrededor parecía irreal. Todo el estadio estaba a reventar de personas, las sillas olvidadas y desaparecidas entre el tumulto de gente, la mera idea del silencio evaporada debido a los gritos que pedían el inicio del concierto y la tarima del escenario, la tarima tan cerca que sentía que con sólo estirar mis brazos podía llegar a tocarla. Era irreal.
Luego de la noticia de que no podría venir, jamás esperé estar acá en este momento. Pero lo estaba, por alguna razón, estaba ahí. Y el sentimiento de felicidad que sentía era mucho mayor de lo que alguna vez había sentido y sabía que nada se podría llegar a comparar con él, sentía que de alguna manera, todo lo que había pasado, me había llevado exactamente a este momento de mi vida, por lo que no lo cambiaría por nada.
En el momento en el que el conteo apareció en la pantalla, mi respiración quedó atorada en mi garganta y todo músculo en mi cuerpo quedó petrificado. 5. Mis ojos no se separaban de la pantalla. 4. Ningún movimiento de mi parte, ya que temía que fuera un sueño del que fuera a despertar en cualquier momento. 3. No quería despertar. 2. Mis ojos seguían pegados al escenario, ni siquiera recordando cómo se debía pestañear, por miedo de perderme cualquier mini segundo de este momento. 1. Era real, estaba pasando.
- hi:
- Hooooooooooolaaaa! siiii, al fin capítulo, jajaja. Lamento no subirlo antes, pero se me hizo muy complicado escribir la semana pasada y hasta ahora puedo terminarlo. La verdad estoy muy emocionada con este capítulo y espero que les guste. Me gustó la manera de terminarlo ahí, para no darle mucha vuelta al asunto y detallar más el M&G en el siguiente capítulo, entonces no sé que les parecería que esta ronda fuera sólo como de como llegan al concierto y como es la preparación del día y todo hasta el momento del concierto (si quieren hasta el final del concierto) y dejamos el M&G para la próxima ronda para poder hacerlo más detallado y eso.Espero que les parezca la idea y que les guste el capi Seguiría subiendo Kate, luego Mari, luego Mili y por último Ems. Pero proximamente va Kate
Las quiero montones y espero que les guste el capítulo :))
Kida
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