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Una Profecía | Justin Bieber y tú
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: Músicos :: Justin Bieber
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Capítulo 45 | Encontrada
-¿____? –Llamó Justin, buscándola-, ¡____!
No obtenía respuesta de ella y entraba cada vez más en pánico con los segundos que pasaban.
Vio el cuerpo de la chica en el suelo y sin pensarlo corrió hacia ella. Muchas preguntas surgieron en su cabeza, pero lo más importante en ese momento era saber que ella estaba bien. La cargó entre sus brazos y caminó de vuelta con su hermano.
-¡____! –Exclamó Jack-, ¿qué sucedió?
-La encontré inconsciente en el suelo. No parece estar herida. -La colocó delicadamente en el suelo y examinó su rostro-. ____, despierta. -Abrió los ojos de golpe y su respiración volvió a ser pesada-. Tranquila, linda. Estás bien, respira –la abrazó-, ¿Qué fue lo que pasó, ____?
Abrió la boca para contarle toda la verdad, pero el chico irrumpió en su mente: Dile algo sobre nuestra pequeña conversación y me aseguraré de que él no vuelva a escuchar por el resto de su vida.
-No… lo sé. De un pronto a otro sentí que todo se volvió oscuro y ya no recuerdo nada más.
-Desde que salimos del campamento te has comportado extraño –habló Jack, quien estaba cruzado de brazos.
-¿Quieren dejar de cuestionarme? –Elevó el tono de voz-. Les he dicho cientos de veces que estoy bien. Ya dejen de joderme la vida. –Se levantó del suelo y empezó a caminar-. Ahora caminen para terminar con esta mierda de una vez por todas.
Sintió como el pecho se le encogió por haberlos tratado así, pero estaba completamente de acuerdo con que lo hizo solo para protegerlos a ambos de su perseguidor.
Caminaron una hora en completo silencio. Ella repetía en su cabeza una y otra vez las palabras que les había dicho sintiéndose cada vez más culpable. Notó que uno de los dos hermanos se aproximaba ya que las pisadas se escuchaban más cerca.
-Lo siento, Justin… -susurró, mirando sus manos.
-Está bien, solo estabas alterada.
-Chicos –susurró Jack-, rápido, escóndanse en ese arbusto.
Los tres se lanzaron en el arbusto. ____ miró entre las hojas: Tres chicos caminaban a un par de metros a distancia.
-Vampiros del Sur –susurró Justin.
Un estremecimiento recorrió el cuerpo de la chica y se encogió más en su sitio.
-Tenemos que cruzar su territorio –advirtió Jack-, ¿algún plan?
Los tres entraron en pánico cuando escucharon los pasos de un chico acercarse. Contuvieron la respiración, ese chico estaba a pocos centímetros del arbusto. Después de eternos segundos, el chico se marchó dejándolos solos.
-Estuvo cerca –Justin suspiró-. Jack, adelantémonos nosotros para asegurarnos de que no haya peligro.
Salieron del escondite y se alejaron hasta que estaban fuera del alcance visual de ____. Esperó largos minutos, casi quince, y ellos no regresaban. Desesperada, salió lentamente del arbusto y se dedicó a buscarlos con la mirada.
-¿Te perdiste, hermosa? -Escuchó una voz desconocida.
No obtenía respuesta de ella y entraba cada vez más en pánico con los segundos que pasaban.
Vio el cuerpo de la chica en el suelo y sin pensarlo corrió hacia ella. Muchas preguntas surgieron en su cabeza, pero lo más importante en ese momento era saber que ella estaba bien. La cargó entre sus brazos y caminó de vuelta con su hermano.
-¡____! –Exclamó Jack-, ¿qué sucedió?
-La encontré inconsciente en el suelo. No parece estar herida. -La colocó delicadamente en el suelo y examinó su rostro-. ____, despierta. -Abrió los ojos de golpe y su respiración volvió a ser pesada-. Tranquila, linda. Estás bien, respira –la abrazó-, ¿Qué fue lo que pasó, ____?
Abrió la boca para contarle toda la verdad, pero el chico irrumpió en su mente: Dile algo sobre nuestra pequeña conversación y me aseguraré de que él no vuelva a escuchar por el resto de su vida.
-No… lo sé. De un pronto a otro sentí que todo se volvió oscuro y ya no recuerdo nada más.
-Desde que salimos del campamento te has comportado extraño –habló Jack, quien estaba cruzado de brazos.
-¿Quieren dejar de cuestionarme? –Elevó el tono de voz-. Les he dicho cientos de veces que estoy bien. Ya dejen de joderme la vida. –Se levantó del suelo y empezó a caminar-. Ahora caminen para terminar con esta mierda de una vez por todas.
Sintió como el pecho se le encogió por haberlos tratado así, pero estaba completamente de acuerdo con que lo hizo solo para protegerlos a ambos de su perseguidor.
Caminaron una hora en completo silencio. Ella repetía en su cabeza una y otra vez las palabras que les había dicho sintiéndose cada vez más culpable. Notó que uno de los dos hermanos se aproximaba ya que las pisadas se escuchaban más cerca.
-Lo siento, Justin… -susurró, mirando sus manos.
-Está bien, solo estabas alterada.
-Chicos –susurró Jack-, rápido, escóndanse en ese arbusto.
Los tres se lanzaron en el arbusto. ____ miró entre las hojas: Tres chicos caminaban a un par de metros a distancia.
-Vampiros del Sur –susurró Justin.
Un estremecimiento recorrió el cuerpo de la chica y se encogió más en su sitio.
-Tenemos que cruzar su territorio –advirtió Jack-, ¿algún plan?
Los tres entraron en pánico cuando escucharon los pasos de un chico acercarse. Contuvieron la respiración, ese chico estaba a pocos centímetros del arbusto. Después de eternos segundos, el chico se marchó dejándolos solos.
-Estuvo cerca –Justin suspiró-. Jack, adelantémonos nosotros para asegurarnos de que no haya peligro.
Salieron del escondite y se alejaron hasta que estaban fuera del alcance visual de ____. Esperó largos minutos, casi quince, y ellos no regresaban. Desesperada, salió lentamente del arbusto y se dedicó a buscarlos con la mirada.
-¿Te perdiste, hermosa? -Escuchó una voz desconocida.
Mariana Güell
Capítulo 46 | Conexión
-¿Qué hicieron con ellos? –Preguntó ella, nerviosa.
-Oh, bueno. Es obvio que no están siendo tratados precisamente como invitados –respondió, con sarcasmo.
-No los lastimen, por favor. Yo me quedaré, pero a ellos déjenlos ir.
-Interesante propuesta, pero no podemos arriesgarnos a que tus aliados vayan por ahí jugando en el bosque.
-Quiero verlos –exigió.
-Tú no eres la que manda aquí. –Sacó su navaja y apunto su pecho-, ahora, da media vuelta y camina.
Obedeció sus órdenes y caminó siguiendo la dirección que él le indicaba, mientras la amenazaba con el cuchillo tocando su espalda.
-¿Qué pasa, niña? –Gritó un sujeto que rodeaba los treinta años-, ¿Ya no eres tan valiente sin tus amigos?
-Acércate y te demuestro que puedo defenderme yo misma –reclamó, dando un paso hacia él.
-¡Quieta! –El chico que le apuntaba con la cuchilla desde hace unos minutos le depositó una cachetada. _____, giró la cara sintiendo el dolor que le quemaba en la mitad del rostro.
-Aaahh –escuchó gritar a Justin, pero no distinguió la dirección en la que venía.
-Golpeas como niña –se burló ella con una cínica sonrisa.
-Apuesto a que sí –volvió a golpearla, pero esta vez en la mejilla izquierda-. Sólo estoy siendo amable. Sigue caminando.
Llegaron al centro de La Comunidad de los Vampiros del Sur. Cientos de ojos estaban sobre ella; mirándola con desprecio y desaprobación.
-Es increíble lo difícil que fue traerte hasta aquí –habló un hombre caminando hacia ella-, una semana siguiéndote. El vampiro que te atacó el viernes pasado en un callejón, el otro que intentó atacarte antes de que llegara el hombre lobo, cuando atacamos el campamento con arcos y flechas. Pero claro, la única razón por la que estás con vida es por ellos. –Se movió hacia un lado y dejó ver a los dos chicos arrodillados en el suelo. Respiraban con dificultad. A diferencia de Jack, Justin tenía golpes en sus mejillas.
-Suéltenlos. Es a mí a quien quieren y aquí estoy, pero a Jack y a Justin déjenlos ir –insistió ____.
-No creo que eso sea posible –fingió lástima.
-Eres un hijo de… -antes de que pudiera terminar, él le pegó en el estómago a ____ sacándole todo el aire. Escuchó a Justin quejarse también. Lo miró con dificultad. Él también posaba una mano sobre su estómago y tocía, pero no parecía que alguien lo hubiera lastimado.
Todos pasaron sus miradas de un lado a otro intentando entender la situación.
-Interesante… -habló el hombre que aún estaba frente a ella con el puño cerrado. Enredó los cabellos de la chica entre sus dedos y jaló su cabeza hacia atrás. Justin también se quejó llevándose las manos a la cabeza-. Parece que están conectados. Como si uno sintiera el dolor del otro.
-Oh, bueno. Es obvio que no están siendo tratados precisamente como invitados –respondió, con sarcasmo.
-No los lastimen, por favor. Yo me quedaré, pero a ellos déjenlos ir.
-Interesante propuesta, pero no podemos arriesgarnos a que tus aliados vayan por ahí jugando en el bosque.
-Quiero verlos –exigió.
-Tú no eres la que manda aquí. –Sacó su navaja y apunto su pecho-, ahora, da media vuelta y camina.
Obedeció sus órdenes y caminó siguiendo la dirección que él le indicaba, mientras la amenazaba con el cuchillo tocando su espalda.
-¿Qué pasa, niña? –Gritó un sujeto que rodeaba los treinta años-, ¿Ya no eres tan valiente sin tus amigos?
-Acércate y te demuestro que puedo defenderme yo misma –reclamó, dando un paso hacia él.
-¡Quieta! –El chico que le apuntaba con la cuchilla desde hace unos minutos le depositó una cachetada. _____, giró la cara sintiendo el dolor que le quemaba en la mitad del rostro.
-Aaahh –escuchó gritar a Justin, pero no distinguió la dirección en la que venía.
-Golpeas como niña –se burló ella con una cínica sonrisa.
-Apuesto a que sí –volvió a golpearla, pero esta vez en la mejilla izquierda-. Sólo estoy siendo amable. Sigue caminando.
Llegaron al centro de La Comunidad de los Vampiros del Sur. Cientos de ojos estaban sobre ella; mirándola con desprecio y desaprobación.
-Es increíble lo difícil que fue traerte hasta aquí –habló un hombre caminando hacia ella-, una semana siguiéndote. El vampiro que te atacó el viernes pasado en un callejón, el otro que intentó atacarte antes de que llegara el hombre lobo, cuando atacamos el campamento con arcos y flechas. Pero claro, la única razón por la que estás con vida es por ellos. –Se movió hacia un lado y dejó ver a los dos chicos arrodillados en el suelo. Respiraban con dificultad. A diferencia de Jack, Justin tenía golpes en sus mejillas.
-Suéltenlos. Es a mí a quien quieren y aquí estoy, pero a Jack y a Justin déjenlos ir –insistió ____.
-No creo que eso sea posible –fingió lástima.
-Eres un hijo de… -antes de que pudiera terminar, él le pegó en el estómago a ____ sacándole todo el aire. Escuchó a Justin quejarse también. Lo miró con dificultad. Él también posaba una mano sobre su estómago y tocía, pero no parecía que alguien lo hubiera lastimado.
Todos pasaron sus miradas de un lado a otro intentando entender la situación.
-Interesante… -habló el hombre que aún estaba frente a ella con el puño cerrado. Enredó los cabellos de la chica entre sus dedos y jaló su cabeza hacia atrás. Justin también se quejó llevándose las manos a la cabeza-. Parece que están conectados. Como si uno sintiera el dolor del otro.
Mariana Güell
Capítulo 47 | Tragedia
-Enciérrenlos –ordenó, soltándole el cabello con brusquedad-. Ya pensaremos qué haremos con ellos.
Los encerraron en un cuarto oscuro en donde sólo entraba luz entre los hoyos de la madera podrida. ____ no pudo evitar recordar el momento en el que El Clan de los Lobos los habían secuestrado. Era como si estuvieran viviendo un deja vu.
-¿Qué fue lo que acaba de suceder? –Preguntó ____, desconcertada-, ¿puedes sentir lo que yo siento?
-No lo sé, todo es muy confuso –respondió Justin-. Lamento que estés pasando el peor de los cumpleaños.
-No es tu culpa. Además, podría ser peor. Al menos estamos con vida.
-Tienes la palma de la mano de aquel imbécil marcada en las mejillas.
-Tú también. –A pesar de que la situación no lo ameritaba, ella esbozó una pequeña sonrisa de lado.
-No entiendo esto de la conexión.
-Tendremos que averiguarlo luego, primero busquemos la manera de salir de aquí –indicó, poniéndose de pie.
Los tres chicos se levantaron del suelo y empezaron a buscar una salida por toda la habitación. Jack encontró en una de las esquinas, del otro lado de la puerta, un pedazo de madera lo suficientemente podrido como para romperlo y convertirlo en su escape.
-Justin, ayúdame a romper esta tabla.
Su hermano se acercó y miró la esquina. Con el pie derecho calculó el punto exacto para golpearlo, tomó impulso hacia atrás con una gran patada el pedazo de madera salió por los aires hacia afuera.
El golpe había hecho demasiado escándalo, o el suficiente como para que un vampiro entrara por la puerta a ver de qué se trataba.
-¿Están intentando huir? –Dijo el hombre que podía tener una edad alrededor de los treinta años-, ¿acaso no se sienten a gusto en esta bellísima habitación?
-____, quédate detrás de mí –ordenó Justin.
-Tal vez podamos divertirnos un rato –sacó sus colmillos-, y así no moriremos de aburrimiento.
-Intenta abrir esa salida –le dijo a Jack a su hermano-, yo lo mantendré ocupado. –Terminó de decir esa frase y se convirtió en un lobo que amenazaba con atacar al Vampiro del Sur.
-Muévete hacia atrás –indicó Justin, otra vez tomando impulso. Rompió otro pedazo de la pared, pero aún era pequeño.
Mientras Justin luchaba con la estructura de madera, ____ desvió su mirada hacia el lobo. Temía por Jack, pero parecía que le iba ganando la pelea. Detrás de los dos chicos peleando, cerca de la puerta, enfocó al otro sujeto que la estaba persiguiendo en el bosque. El sujeto que jugó con sus pensamientos hasta que se desmayara.
Observó como levantó el antebrazo y chasqueó los dedos. Jack cayó dormido mientras el Vampiro del Sur lo miraba sin entender.
-¡Jack! –Gritó ____, mirando al lobo. Cuando miró de nuevo hacia la puerta, el chico había desaparecido.
Justin al escuchar a ____ gritar, se giró, encontrando a su inconsciente hermano.
-Uno menos, faltan dos –dijo el Vampiro del Sur caminando hacia ____-. Es una lástima que tenga que matarte. –Mostró aún más los colmillos.
-Tendrás que vencerme a mí primero –la defendió Justin, sujetando al chico de los dos hombros y jalando de él hacia atrás.
El chico largó una gran carcajada.
-Ahora que descubrimos que ustedes tienen esa extraña conexión sólo tendremos que vencer a uno para deshacernos de los dos. Por ejemplo… -golpeó a Justin en el estómago. Él y ____ se encogieron en su lugar quejándose de dolor-. ¿Así que quieres que continúe?
Justin no supo qué hacer. Si peleaba, igual le haría daño a ____.
-No importa, Justin –le dijo ____ desde la esquina de la habitación-. Yo estaré bien, tú solo acaba con él.
-Ya la oíste. –De nuevo su enemigo lanzó un golpe, pero esta vez hacia su rostro.
Cuando Justin vio a ____ gritar y sentarse en el suelo, escondiéndose entre sus piernas, se sintió furioso. Hasta se odió a sí mismo por causarle dolor a la chica que amaba. Esa furia y odio fueron la razón para atacar a su contrincante. Lanzó golpes de un lado hacia otro, pero él también recibía. La conexión es lo peor que le había pasado en toda su vida. Tenía un labio roto y podía saborear el metálico sabor de su propia sangre. Rápidamente, tomó el arma del otro chico y se la clavó en un pulmón. Este chocó contra la pared y se deslizó hasta que cayó muerto en el suelo dejando un rastro de sangre en la pared.
Justin corrió hacia ____, quién aún escondía su rostro. La abrazó cerrando los ojos. Ya había liberado toda su ira y ahora solo sentía paz.
-Perdóname, nena –se disculpo, meciéndola en sus brazos-. Lo lamento tanto.
-Está… ¿muerto? –Preguntó, entrecortada por el llanto.
-Si no lo mataba yo a él, él nos habría matado a ambos. Maldición, tu labio está sangrando. –Pasó su dedo pulgar por su labio inferior con delicadeza.
-Debo estar hecha un desastre.
-Los dos lo estamos. En todo caso, sigues viéndote perfecta –besó ligeramente sus labios.
-Tenemos que despertar a Jack.
Jack despertó como si hubiera estado tomando una tranquila siesta. Una vez que estaban listos, terminaron de abrir la salida y escaparon. Se escabulleron entre los árboles y los arbustos para salir del territorio de Los Vampiros del Sur.
-Estamos a unos metros de la salida –dijo Justin-, Solo tenemos que burlar a los guardias y estaremos a salvo.
Y así lo hicieron. En unos segundos de distracción de los guardias, corrieron hacia las afueras, hasta que se encontraron fuera de su alcance.
-Qué mala suerte –exclamó una voz conocida para ____ a sus espaldas-, se salvan de Los Vampiros del Sur y ahora son atrapados por El Clan de los Lobos.
Los tres se giraron y se encontraron al mismo chico que atacó a Justin a ____ hace una semana en el depósito: Brad.
-¡Corran! –Gritó Justin.
____ se quedó congelada en su lugar. Miraba como el animal se acercaba a ella. Cuando saltó para atacarla, Jack se interpuso como licántropo, empujándolo a un lado.
Brad se reincorporó como humano. Jack corrió hacia él. Brad sacó su cuchillo y lo clavó en el pecho de Jack.
-¡NO! –Gritó ____.
Jack comenzó a respirar con dificultad. Cayó al suelo, volviendo a su forma humana.
Justin corrió en centésimas y tomó a Brad del cuello.
-Mataste a mi madre. No voy a permitir que mates a mi hermano.
Ahorcó a Brad con todas sus fuerzas hasta que este dejó de respirar. Lo soltó con asco dejándolo caer al suelo que ya estaba cubierto por una ligera capa de nieve que caía en ese momento.
-¡Jack! –Exclamó Justin arrodillándose junto a él-. Jackson. Resiste.
-Justin, mis poderes no sirven -____ tenía ambas manos sobre la herida de Jack.
-Tengo que admitir que esta semana ha sido la mejor aventura que he vivido –dijo con voz apagada.
-No, no te despidas. –Justin sujetó su mano-. Sé que te dije mil veces lo mucho que te odiaba; pero te quiero –y soltando un suspiro, Jack se despidió.
Los encerraron en un cuarto oscuro en donde sólo entraba luz entre los hoyos de la madera podrida. ____ no pudo evitar recordar el momento en el que El Clan de los Lobos los habían secuestrado. Era como si estuvieran viviendo un deja vu.
-¿Qué fue lo que acaba de suceder? –Preguntó ____, desconcertada-, ¿puedes sentir lo que yo siento?
-No lo sé, todo es muy confuso –respondió Justin-. Lamento que estés pasando el peor de los cumpleaños.
-No es tu culpa. Además, podría ser peor. Al menos estamos con vida.
-Tienes la palma de la mano de aquel imbécil marcada en las mejillas.
-Tú también. –A pesar de que la situación no lo ameritaba, ella esbozó una pequeña sonrisa de lado.
-No entiendo esto de la conexión.
-Tendremos que averiguarlo luego, primero busquemos la manera de salir de aquí –indicó, poniéndose de pie.
Los tres chicos se levantaron del suelo y empezaron a buscar una salida por toda la habitación. Jack encontró en una de las esquinas, del otro lado de la puerta, un pedazo de madera lo suficientemente podrido como para romperlo y convertirlo en su escape.
-Justin, ayúdame a romper esta tabla.
Su hermano se acercó y miró la esquina. Con el pie derecho calculó el punto exacto para golpearlo, tomó impulso hacia atrás con una gran patada el pedazo de madera salió por los aires hacia afuera.
El golpe había hecho demasiado escándalo, o el suficiente como para que un vampiro entrara por la puerta a ver de qué se trataba.
-¿Están intentando huir? –Dijo el hombre que podía tener una edad alrededor de los treinta años-, ¿acaso no se sienten a gusto en esta bellísima habitación?
-____, quédate detrás de mí –ordenó Justin.
-Tal vez podamos divertirnos un rato –sacó sus colmillos-, y así no moriremos de aburrimiento.
-Intenta abrir esa salida –le dijo a Jack a su hermano-, yo lo mantendré ocupado. –Terminó de decir esa frase y se convirtió en un lobo que amenazaba con atacar al Vampiro del Sur.
-Muévete hacia atrás –indicó Justin, otra vez tomando impulso. Rompió otro pedazo de la pared, pero aún era pequeño.
Mientras Justin luchaba con la estructura de madera, ____ desvió su mirada hacia el lobo. Temía por Jack, pero parecía que le iba ganando la pelea. Detrás de los dos chicos peleando, cerca de la puerta, enfocó al otro sujeto que la estaba persiguiendo en el bosque. El sujeto que jugó con sus pensamientos hasta que se desmayara.
Observó como levantó el antebrazo y chasqueó los dedos. Jack cayó dormido mientras el Vampiro del Sur lo miraba sin entender.
-¡Jack! –Gritó ____, mirando al lobo. Cuando miró de nuevo hacia la puerta, el chico había desaparecido.
Justin al escuchar a ____ gritar, se giró, encontrando a su inconsciente hermano.
-Uno menos, faltan dos –dijo el Vampiro del Sur caminando hacia ____-. Es una lástima que tenga que matarte. –Mostró aún más los colmillos.
-Tendrás que vencerme a mí primero –la defendió Justin, sujetando al chico de los dos hombros y jalando de él hacia atrás.
El chico largó una gran carcajada.
-Ahora que descubrimos que ustedes tienen esa extraña conexión sólo tendremos que vencer a uno para deshacernos de los dos. Por ejemplo… -golpeó a Justin en el estómago. Él y ____ se encogieron en su lugar quejándose de dolor-. ¿Así que quieres que continúe?
Justin no supo qué hacer. Si peleaba, igual le haría daño a ____.
-No importa, Justin –le dijo ____ desde la esquina de la habitación-. Yo estaré bien, tú solo acaba con él.
-Ya la oíste. –De nuevo su enemigo lanzó un golpe, pero esta vez hacia su rostro.
Cuando Justin vio a ____ gritar y sentarse en el suelo, escondiéndose entre sus piernas, se sintió furioso. Hasta se odió a sí mismo por causarle dolor a la chica que amaba. Esa furia y odio fueron la razón para atacar a su contrincante. Lanzó golpes de un lado hacia otro, pero él también recibía. La conexión es lo peor que le había pasado en toda su vida. Tenía un labio roto y podía saborear el metálico sabor de su propia sangre. Rápidamente, tomó el arma del otro chico y se la clavó en un pulmón. Este chocó contra la pared y se deslizó hasta que cayó muerto en el suelo dejando un rastro de sangre en la pared.
Justin corrió hacia ____, quién aún escondía su rostro. La abrazó cerrando los ojos. Ya había liberado toda su ira y ahora solo sentía paz.
-Perdóname, nena –se disculpo, meciéndola en sus brazos-. Lo lamento tanto.
-Está… ¿muerto? –Preguntó, entrecortada por el llanto.
-Si no lo mataba yo a él, él nos habría matado a ambos. Maldición, tu labio está sangrando. –Pasó su dedo pulgar por su labio inferior con delicadeza.
-Debo estar hecha un desastre.
-Los dos lo estamos. En todo caso, sigues viéndote perfecta –besó ligeramente sus labios.
-Tenemos que despertar a Jack.
Jack despertó como si hubiera estado tomando una tranquila siesta. Una vez que estaban listos, terminaron de abrir la salida y escaparon. Se escabulleron entre los árboles y los arbustos para salir del territorio de Los Vampiros del Sur.
-Estamos a unos metros de la salida –dijo Justin-, Solo tenemos que burlar a los guardias y estaremos a salvo.
Y así lo hicieron. En unos segundos de distracción de los guardias, corrieron hacia las afueras, hasta que se encontraron fuera de su alcance.
-Qué mala suerte –exclamó una voz conocida para ____ a sus espaldas-, se salvan de Los Vampiros del Sur y ahora son atrapados por El Clan de los Lobos.
Los tres se giraron y se encontraron al mismo chico que atacó a Justin a ____ hace una semana en el depósito: Brad.
-¡Corran! –Gritó Justin.
____ se quedó congelada en su lugar. Miraba como el animal se acercaba a ella. Cuando saltó para atacarla, Jack se interpuso como licántropo, empujándolo a un lado.
Brad se reincorporó como humano. Jack corrió hacia él. Brad sacó su cuchillo y lo clavó en el pecho de Jack.
-¡NO! –Gritó ____.
Jack comenzó a respirar con dificultad. Cayó al suelo, volviendo a su forma humana.
Justin corrió en centésimas y tomó a Brad del cuello.
-Mataste a mi madre. No voy a permitir que mates a mi hermano.
Ahorcó a Brad con todas sus fuerzas hasta que este dejó de respirar. Lo soltó con asco dejándolo caer al suelo que ya estaba cubierto por una ligera capa de nieve que caía en ese momento.
-¡Jack! –Exclamó Justin arrodillándose junto a él-. Jackson. Resiste.
-Justin, mis poderes no sirven -____ tenía ambas manos sobre la herida de Jack.
-Tengo que admitir que esta semana ha sido la mejor aventura que he vivido –dijo con voz apagada.
-No, no te despidas. –Justin sujetó su mano-. Sé que te dije mil veces lo mucho que te odiaba; pero te quiero –y soltando un suspiro, Jack se despidió.
Mariana Güell
Capítulo 48 | Frío
-Jack, no, por favor. –Justin comenzó a derramar inevitables lágrimas. Fue la primera vez que ____ lo vio llorar y sintió que junto con cada gota de agua que caía por su mejilla, caía un pedazo de su corazón.
-Justin…
-Déjame sólo –musitó, sin mirarla.
-Lo lamento tanto.
-¡Vete! ¡Maldición, vete! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Si no fuera por ti ni por la estúpida profecía mi hermano estaría con vida!
-No puedo creer lo que me estás diciendo. Me culpas a mí cuando fui la única que le demostró el cariño que se merecía mientras tú te comportabas como un hijo de puta con él. ¡Eres un imbécil! ¡Te odio!
Se levantó y caminó lejos de él. Se sentó detrás de un árbol, recostando su espalda en él. Ninguno de los dos se movió de su lugar durante una hora, mientras lloraban.
-Tenemos que seguir el camino –dijo Justin, frío.
____ se levantó y ni lo volvió a ver. Solo caminó hacia delante a pesar de que no estaba muy segura de seguir la dirección correcta.
Largos –eternos- eran los minutos que pasaban sin dedicarse una mirada. Cada uno estaba en su propia burbuja. ____ aún sentía en su corazón la daga que había arrojado Justin cuando la culpó por la muerte de su hermano.
Tal vez tu novio tenga razón, tal vez eres la culpable de la muerte de su hermano, volvió a escuchar esa voz en su cabeza.
-Habría hecho cualquier cosa para salvar a Jack –susurró ella, en respuesta.
Sólo palabras. Él ahora está muerto y no hay nada que puedas hacer al respecto.
-¿Qué es lo que quieres de mí?
Ahora que Justin está molesto contigo bajará la guardia y tú podrías estar muerta en cualquier momento.
-Deja de mencionar a Justin
El chico mencionado la miró de reojo, estaba hablando sola y parecía loca, pero en ese momento ya no se preocupaba por ella.
Ahora te odia. Terminaste de destruir su familia.
____ no respondió ante esa declaración. Sólo empezó a derramar lágrimas.
La nevada estaba aumentando y el frío era insoportable. ____ cruzaba los brazos y estaba encorvada para entrar en calor, pero Justin caminaba como si fuera un día caluroso de verano. Ella observó cómo se deshacía de su suéter. Sintió la lana chocar con brusquedad contra su cara.
-Ponte el suéter y deja de temblar como un maldito chihuahua –ordenó. Sí, hacía frío, pero jamás podría compararse con el tono de voz que él había usado.
-¿No tienes frío? –Le preguntó ella, con voz temblorosa.
Él se giró y la miró con ironía.
-¿Acaso te importa? –Clavó una mirada intensa.
-Justin…
-Déjame sólo –musitó, sin mirarla.
-Lo lamento tanto.
-¡Vete! ¡Maldición, vete! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Si no fuera por ti ni por la estúpida profecía mi hermano estaría con vida!
-No puedo creer lo que me estás diciendo. Me culpas a mí cuando fui la única que le demostró el cariño que se merecía mientras tú te comportabas como un hijo de puta con él. ¡Eres un imbécil! ¡Te odio!
Se levantó y caminó lejos de él. Se sentó detrás de un árbol, recostando su espalda en él. Ninguno de los dos se movió de su lugar durante una hora, mientras lloraban.
-Tenemos que seguir el camino –dijo Justin, frío.
____ se levantó y ni lo volvió a ver. Solo caminó hacia delante a pesar de que no estaba muy segura de seguir la dirección correcta.
Largos –eternos- eran los minutos que pasaban sin dedicarse una mirada. Cada uno estaba en su propia burbuja. ____ aún sentía en su corazón la daga que había arrojado Justin cuando la culpó por la muerte de su hermano.
Tal vez tu novio tenga razón, tal vez eres la culpable de la muerte de su hermano, volvió a escuchar esa voz en su cabeza.
-Habría hecho cualquier cosa para salvar a Jack –susurró ella, en respuesta.
Sólo palabras. Él ahora está muerto y no hay nada que puedas hacer al respecto.
-¿Qué es lo que quieres de mí?
Ahora que Justin está molesto contigo bajará la guardia y tú podrías estar muerta en cualquier momento.
-Deja de mencionar a Justin
El chico mencionado la miró de reojo, estaba hablando sola y parecía loca, pero en ese momento ya no se preocupaba por ella.
Ahora te odia. Terminaste de destruir su familia.
____ no respondió ante esa declaración. Sólo empezó a derramar lágrimas.
La nevada estaba aumentando y el frío era insoportable. ____ cruzaba los brazos y estaba encorvada para entrar en calor, pero Justin caminaba como si fuera un día caluroso de verano. Ella observó cómo se deshacía de su suéter. Sintió la lana chocar con brusquedad contra su cara.
-Ponte el suéter y deja de temblar como un maldito chihuahua –ordenó. Sí, hacía frío, pero jamás podría compararse con el tono de voz que él había usado.
-¿No tienes frío? –Le preguntó ella, con voz temblorosa.
Él se giró y la miró con ironía.
-¿Acaso te importa? –Clavó una mirada intensa.
Mariana Güell
Capítulo 49 | Amnesia
____, herida por sus palabras, respondió: -No quiero tu estúpido suéter. –Lo tiró con fuerza al suelo.
-Bien. Espero que te congeles.
Ella siguió avanzando algunos pasos, pero el frío era insoportable. Regresó trotando hacia el suéter en el suelo.
Justin se detuvo para no llevarle mucha ventaja, pero se mantenía de espaldas. Sintió un fuerte golpe en su cabeza haciendo que se tambaleara hacia adelante.
-¡¿Qué diablos te pasa?! –Se giró hacho una furia, pero no encontró nada más que nieve y árboles-. ¿_______? ¡¿_______?!
Trotó algunos metros hacia el lugar en donde se suponía que había tirado el suéter y ella estaría. Miró una marca de sangre en la nieve. Estaba completamente fresca.
-¿Estás buscando a la chica? –Preguntó alguien a su izquierda. Justin lo miró sobresaltado. Era el mismo sujeto que había estado molestando a ____, jugando con sus pensamientos-. Deberías apresurarte. Claro si es que quieres encontrarla con vida.
-Tú eres el imbécil que intentó sobrepasarse con _______. ¿Qué hiciste con ella, hijo de…? –Caminó hacia él para sujetarlo del cuello, pero cuando intentó estrangularlo sus manos lo atravesaron-. Tú eres…
-Creí que eras más listo, Bieber. Sí, soy un demonio, y estos dos días he hecho la vida de tu novia un infierno.
-¿En dónde está?
-Deberías seguir el rastro de sangre. –Apuntó hacia las profundidades del bosque-. Y apresúrate, debe estar a punto de ahogarse.
<<¿Ahogarse?>>, pensó Justin.
Comenzó a seguir las gotas de sangre entre la nieve, que tenía una altura de diez centímetros. Su suéter marrón estaba en el suelo cubierto por una ligera capa de nieve. Lo tomó y siguió buscando.
<> se preguntó.
El rastro se detuvo y ya no tenía ninguna referencia. Miró a todos lados sin saber a dónde ir. Dirigió su mirada hacia abajo y notó un pedazo de tela beige enterrada en la nieve. Escarbó con las manos quitando el exceso de hielo, segundos después se percató de que se trataba de la chaqueta de ____. Cavó con más desesperación, buscando su cabeza. Estaba inconsciente y el pánico recorrió su cuerpo. Ella tenía una herida en su cabeza que aún goteaba sangre. Tomó el suéter que había encontrado metros atrás y la envolvió con fuerza. Usó una de las largas mangas de su camisa y de un tirón la arrancó para envolver la herida con el pedazo de tela evitando que siguiera sangrando.
Arrojaba pequeños pedazos de rama al fuego, escuchándolo crujir. A su lado estaba durmiendo ____; recostaba su cabeza en los regazos de Justin. Llevaba así más de tres horas, pero él no tenía las agallas para despertarla. Se sentía como la mierda más grande del mundo por haberla tratado de aquella manera horas atrás.
Después de que la encontró, la había cargado algunos kilómetros hasta llegar a una cueva. Tardó varios minutos en encontrar troncos secos para formar la fogata. Se ayudó con el encendedor que traía en la mochila brindada por su padre.
Pensó lo hermosa que se veía. Los anaranjados de la fogata chocaban en su rostro. Se veía tan tranquila. Peinó su cabello suavemente con sus dedos.
“¡Te odio!” escuchó la voz de la chica como un eco en su cabeza.
-Lo lamento, ____. Sé que fui el mayor imbécil de todos. Pero eres lo único que tengo ahora. Por favor no me odies.
Ella empezó a abrir los ojos. Se encontraba desconcertada y el dolor en su cabeza la estaba matando.
-¿Cómo te sientes? –Susurró Justin a su oído.
Se levantó con tanta velocidad que Justin se asustó. ____ lo miró con temor recogiendo sus piernas entre sus brazos.
-¿Quién eres tú?
-Bien. Espero que te congeles.
Ella siguió avanzando algunos pasos, pero el frío era insoportable. Regresó trotando hacia el suéter en el suelo.
Justin se detuvo para no llevarle mucha ventaja, pero se mantenía de espaldas. Sintió un fuerte golpe en su cabeza haciendo que se tambaleara hacia adelante.
-¡¿Qué diablos te pasa?! –Se giró hacho una furia, pero no encontró nada más que nieve y árboles-. ¿_______? ¡¿_______?!
Trotó algunos metros hacia el lugar en donde se suponía que había tirado el suéter y ella estaría. Miró una marca de sangre en la nieve. Estaba completamente fresca.
-¿Estás buscando a la chica? –Preguntó alguien a su izquierda. Justin lo miró sobresaltado. Era el mismo sujeto que había estado molestando a ____, jugando con sus pensamientos-. Deberías apresurarte. Claro si es que quieres encontrarla con vida.
-Tú eres el imbécil que intentó sobrepasarse con _______. ¿Qué hiciste con ella, hijo de…? –Caminó hacia él para sujetarlo del cuello, pero cuando intentó estrangularlo sus manos lo atravesaron-. Tú eres…
-Creí que eras más listo, Bieber. Sí, soy un demonio, y estos dos días he hecho la vida de tu novia un infierno.
-¿En dónde está?
-Deberías seguir el rastro de sangre. –Apuntó hacia las profundidades del bosque-. Y apresúrate, debe estar a punto de ahogarse.
<<¿Ahogarse?>>, pensó Justin.
Comenzó a seguir las gotas de sangre entre la nieve, que tenía una altura de diez centímetros. Su suéter marrón estaba en el suelo cubierto por una ligera capa de nieve. Lo tomó y siguió buscando.
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El rastro se detuvo y ya no tenía ninguna referencia. Miró a todos lados sin saber a dónde ir. Dirigió su mirada hacia abajo y notó un pedazo de tela beige enterrada en la nieve. Escarbó con las manos quitando el exceso de hielo, segundos después se percató de que se trataba de la chaqueta de ____. Cavó con más desesperación, buscando su cabeza. Estaba inconsciente y el pánico recorrió su cuerpo. Ella tenía una herida en su cabeza que aún goteaba sangre. Tomó el suéter que había encontrado metros atrás y la envolvió con fuerza. Usó una de las largas mangas de su camisa y de un tirón la arrancó para envolver la herida con el pedazo de tela evitando que siguiera sangrando.
Arrojaba pequeños pedazos de rama al fuego, escuchándolo crujir. A su lado estaba durmiendo ____; recostaba su cabeza en los regazos de Justin. Llevaba así más de tres horas, pero él no tenía las agallas para despertarla. Se sentía como la mierda más grande del mundo por haberla tratado de aquella manera horas atrás.
Después de que la encontró, la había cargado algunos kilómetros hasta llegar a una cueva. Tardó varios minutos en encontrar troncos secos para formar la fogata. Se ayudó con el encendedor que traía en la mochila brindada por su padre.
Pensó lo hermosa que se veía. Los anaranjados de la fogata chocaban en su rostro. Se veía tan tranquila. Peinó su cabello suavemente con sus dedos.
“¡Te odio!” escuchó la voz de la chica como un eco en su cabeza.
-Lo lamento, ____. Sé que fui el mayor imbécil de todos. Pero eres lo único que tengo ahora. Por favor no me odies.
Ella empezó a abrir los ojos. Se encontraba desconcertada y el dolor en su cabeza la estaba matando.
-¿Cómo te sientes? –Susurró Justin a su oído.
Se levantó con tanta velocidad que Justin se asustó. ____ lo miró con temor recogiendo sus piernas entre sus brazos.
-¿Quién eres tú?
Mariana Güell
Capítulo 50 | ¿Sacrifico o Suicidio?
-Cariño, soy yo, Justin –dijo en un murmuro.
-No te conozco.
Él se maldijo una y otra vez. Estaba a un día de llegar al Monte Cascada y todo lo que había conseguido con ____ se había ido a la mierda.
-Intenta recordar. –Extendió su mano para juntarla con la de ____, pero ella la apartó inmediatamente.
-¡No me toques! –Gritó, respirando pesadamente y con dificultad.
-No te haré daño, ¿de acuerdo?
____ relajó su cuerpo creyendo que podía confiar en él, pero luego volvió a la realidad. Tenía una herida en la cabeza, estaba en una cueva en medio del bosque y despertó con otra ropa junto a un desconocido. Temía lo peor, demasiadas ideas girando en su cabeza.
Se levantó y empezó a correr sin destino, sólo quería perderlo de vista. Él gritó su nombre, pero ella seguía avanzando, rápidamente entre la oscuridad. No podía ver nada, solo las sombras que producía la luz de la luna. Giró hacia atrás creyendo que el chico la estaría persiguiendo, hasta que chocó con algo y cayó al suelo.
-¡¿Cómo hiciste eso?! ¡¿Qué demonios eres?!
-Te explicaré todo, pero…
-Aléjate de ella –ordenó el demonio, a unos metros de ellos.
-¿Tú otra vez? -murmuró Justin. Se giró hacia el chico.
-____, princesa. Te estuve buscando por todos lados –dijo, ignorando al vampiro.
-¿Te conozco? –Preguntó ella.
-Sé que todo está un poco confuso, pero prometo explicarte todo, sólo ven conmigo. –Extendió los bazos invitándola a que lo abrazara.
Ella intentó avanzar, pero Justin la sujetó con fuerza de la muñeca.
-Es una trampa, no lo escuches.
-Él te quiere muerta –se defendió Michael-, ¿Quién crees que te hizo esa herida en la cabeza?
____ al escuchar esas palabras, se separó de Justin y corrió hacia Michael, abrazándolo con fuerza.
-No sé quién eres, sólo aléjame de él–miró a Justin con desaprobación.
-Vamos, princesa. Y tú, Bieber, si te vuelves a acercar a mi chica, o habrá muertes. –Con un una mano señaló a ____ sin que ella lo notara mientras sonreía cínicamente.
Cuando se dieron la vuelta y se alejaron, Justin pensó en ir tras ellos, pero a su cabeza llegó la idea de que si los seguía, ella se espantaría y desconfiaría aún más de su palabra.
-Ahora quiero que me digas quién eres –exigió ____-, y por qué estoy aquí.
-Como digas. -Chasqueó los dedos y todo lo que se había borrado de la mente de ____ volvió a su memoria. Recordaba a Justin, Jake, la trágica historia de Jack. Todo lo que había ocurrido durante la semana.
-Tú... eres el chico que me ha estado acosando. -Retrocedió algunos pasos, mirándolo con temor. Se giró para huir de él, pero Michael apareció frente a ella impidiéndole el paso.
-No intentes alargar el tiempo de espera de tu muerte. Morirás lenta y dolorosamente de todos modos –amenazó pasando una navaja suavemente por su cuello.
-No te conozco.
Él se maldijo una y otra vez. Estaba a un día de llegar al Monte Cascada y todo lo que había conseguido con ____ se había ido a la mierda.
-Intenta recordar. –Extendió su mano para juntarla con la de ____, pero ella la apartó inmediatamente.
-¡No me toques! –Gritó, respirando pesadamente y con dificultad.
-No te haré daño, ¿de acuerdo?
____ relajó su cuerpo creyendo que podía confiar en él, pero luego volvió a la realidad. Tenía una herida en la cabeza, estaba en una cueva en medio del bosque y despertó con otra ropa junto a un desconocido. Temía lo peor, demasiadas ideas girando en su cabeza.
Se levantó y empezó a correr sin destino, sólo quería perderlo de vista. Él gritó su nombre, pero ella seguía avanzando, rápidamente entre la oscuridad. No podía ver nada, solo las sombras que producía la luz de la luna. Giró hacia atrás creyendo que el chico la estaría persiguiendo, hasta que chocó con algo y cayó al suelo.
-¡¿Cómo hiciste eso?! ¡¿Qué demonios eres?!
-Te explicaré todo, pero…
-Aléjate de ella –ordenó el demonio, a unos metros de ellos.
-¿Tú otra vez? -murmuró Justin. Se giró hacia el chico.
-____, princesa. Te estuve buscando por todos lados –dijo, ignorando al vampiro.
-¿Te conozco? –Preguntó ella.
-Sé que todo está un poco confuso, pero prometo explicarte todo, sólo ven conmigo. –Extendió los bazos invitándola a que lo abrazara.
Ella intentó avanzar, pero Justin la sujetó con fuerza de la muñeca.
-Es una trampa, no lo escuches.
-Él te quiere muerta –se defendió Michael-, ¿Quién crees que te hizo esa herida en la cabeza?
____ al escuchar esas palabras, se separó de Justin y corrió hacia Michael, abrazándolo con fuerza.
-No sé quién eres, sólo aléjame de él–miró a Justin con desaprobación.
-Vamos, princesa. Y tú, Bieber, si te vuelves a acercar a mi chica, o habrá muertes. –Con un una mano señaló a ____ sin que ella lo notara mientras sonreía cínicamente.
Cuando se dieron la vuelta y se alejaron, Justin pensó en ir tras ellos, pero a su cabeza llegó la idea de que si los seguía, ella se espantaría y desconfiaría aún más de su palabra.
-Ahora quiero que me digas quién eres –exigió ____-, y por qué estoy aquí.
-Como digas. -Chasqueó los dedos y todo lo que se había borrado de la mente de ____ volvió a su memoria. Recordaba a Justin, Jake, la trágica historia de Jack. Todo lo que había ocurrido durante la semana.
-Tú... eres el chico que me ha estado acosando. -Retrocedió algunos pasos, mirándolo con temor. Se giró para huir de él, pero Michael apareció frente a ella impidiéndole el paso.
-No intentes alargar el tiempo de espera de tu muerte. Morirás lenta y dolorosamente de todos modos –amenazó pasando una navaja suavemente por su cuello.
Mariana Güell
Capítulo 51 | Demonio Asesino
-No sé qué es peor–comentó el chico, cínicamente-. Que todo lo que hayas pasado esta semana fue en vano o que estás a punto de morir, el día de tu cumpleaños.
-Mátame de una vez –Ignoró el comentario que había hecho anteriormente.
A Michael le enfureció la manera en la que le había respondido: sin respeto alguno. Pasó su brazo alrededor del cuello de ella.
-Deberías mostrarme más respeto. Actúas como si no te importara tu muerte, pero no engañas a nadie. Puedo sentir tu acelerado corazón y lo difícil que te está resultando respirar.
____ lo golpeó en el estómago con el codo, logrando liberarse. Micheal tosió intentando recuperar el aire en sus pulmones. Después rió como todo un maniaco.
-Tienes una oportunidad de decir unas últimas palabras, ______ VanGlodius.
Ella retrocedió hasta chocar con un árbol. Sentía todo su cuerpo temblar, pero aún se negaba en demostrarle a ese demonio el temor que le causaba. Él se levantó del suelo y caminó renqueando hacia ella con la cuchilla en la mano, apretándola con tanta fuerza que sus nudillos se blanqueaban cada vez más.
-¿Y bien, tus últimas palabras?
Ella lo miró directamente a los ojos, con enojo, pero cualquier momento la llevará de igual manera a su muerte.
-Púdrete, maldito demonio. Ten mandaría al infierno, pero ya estás en él.
-Eso sólo aumentará la satisfacción de tener tu sangre en mis manos.
Levantó la cuchilla en el aire y ella observó el metal brillar bajo el efecto de la luz de la luna. Fue ahí donde comprobó la teoría de que toda tu vida pasa al frente de tus ojos cuando estás a punto de morir. Primero vio a sus padres, sus amigos, Jack, Jake y por último a Justin, pero él mostraba cara de dolor. Fue cuando ____ volvió a la realidad. Cuando Michael estuvo a punto de matarla, Justin apareció en cuestión de milésimas de segundo y el cuchillo le atravesó la espalda a él.
-Mátame de una vez –Ignoró el comentario que había hecho anteriormente.
A Michael le enfureció la manera en la que le había respondido: sin respeto alguno. Pasó su brazo alrededor del cuello de ella.
-Deberías mostrarme más respeto. Actúas como si no te importara tu muerte, pero no engañas a nadie. Puedo sentir tu acelerado corazón y lo difícil que te está resultando respirar.
____ lo golpeó en el estómago con el codo, logrando liberarse. Micheal tosió intentando recuperar el aire en sus pulmones. Después rió como todo un maniaco.
-Tienes una oportunidad de decir unas últimas palabras, ______ VanGlodius.
Ella retrocedió hasta chocar con un árbol. Sentía todo su cuerpo temblar, pero aún se negaba en demostrarle a ese demonio el temor que le causaba. Él se levantó del suelo y caminó renqueando hacia ella con la cuchilla en la mano, apretándola con tanta fuerza que sus nudillos se blanqueaban cada vez más.
-¿Y bien, tus últimas palabras?
Ella lo miró directamente a los ojos, con enojo, pero cualquier momento la llevará de igual manera a su muerte.
-Púdrete, maldito demonio. Ten mandaría al infierno, pero ya estás en él.
-Eso sólo aumentará la satisfacción de tener tu sangre en mis manos.
Levantó la cuchilla en el aire y ella observó el metal brillar bajo el efecto de la luz de la luna. Fue ahí donde comprobó la teoría de que toda tu vida pasa al frente de tus ojos cuando estás a punto de morir. Primero vio a sus padres, sus amigos, Jack, Jake y por último a Justin, pero él mostraba cara de dolor. Fue cuando ____ volvió a la realidad. Cuando Michael estuvo a punto de matarla, Justin apareció en cuestión de milésimas de segundo y el cuchillo le atravesó la espalda a él.
Mariana Güell
Capítulo 52 | Susto de Muerte
Justin intentó seguir el rastro del demonio y el de ____ después de que se marcharon, pero la tormenta de nieve era muy intensa y las huellas en la nieve desparecían rápidamente. Después de varios minutos de búsqueda y desesperación, escuchó voces entre los árboles. Caminó intentando seguir el sonido. La escena que vio lo hizo reaccionar de inmediato: el chico alzando la cuchilla en el aire a punto de asesinar a ____. Corrió como nunca lo había hecho antes, fue como si se hubiera tele-transportado. Colocó ambas manos a cada lado de la cabeza de ____ para protegerla y después sintió una horrenda punzada en su espalda.
-¡Justin! –Gritó ____, abrazado el débil cuerpo del chico-, Justin, estarás bien, ¿de acuerdo? –Lo acostó con delicadeza en el suelo.
-De todos modos pensaba asesinarlo –comentó Michael, acercándose a ella.
-Creí que si me entregaba los demás estarían a salvo -apretó los puños a sus costados.
-Uno: Él se interpuso. Esa apuñalada iba directo a tu corazón. Y dos: soy un demonio. No esperabas que siguiera el mandamiento de “no mentirás” –Dijo esto último con una voz chillona-, ¿Oh, sí? -Ella no respondió nada. Se sentía demasiado molesta, como si fuera a estallar en ese momento. Podía escuchar su corazón palpitar en todas las venas de su cuerpo-. ¡Aaahh! –Gritó el demonio-, ¡Basta! Lo que sea que estés haciendo, ¡haz que pare! –Él se acostó en el suelo, gritando de dolor.
____ dejó de sentir aquel odio por un momento. Se sorprendió al ver a Micheal reaccionar así. Él dejó de rodar en el suelo y se levantó.
-Y-yo no hice nada –se defendió ____.
-Obvio no. Eres una simple e inútil humana.
Y por un momento pensó que ella pudo ser la causa de ese extraño ataque. Levantó la mano derecha mostrándole la palma a Micheal y se concentró. Intentó que aquel odio por haber sido traicionada volviera a ella. Sintió fuego arder en su mano y luego el demonio volvió a gritar de dolor. Convulsionó en el suelo varios segundos hasta que comenzó a salir humo de su cuerpo. Un estallido de espeso humo y el cuerpo de Micheal desapareció.
Escuchó un quejido a sus espaldas.
-Justin –corrió a su lado, arrodillándose-, respira. Solo dame un momento para concentrarme.
-____, Monte Cascada está hacia el Sur –dijo, con voz ahogada-. No llames la atención. Estarás bien.
-Justin, ¡no te despidas tú tampoco! –Colocó las manos sobre la herida.
-Cuídate –susurró.
Ella ignoró la declaración intentando concentrarse en sus poderes. Se sentía débil, pero sólo pensaba en salvar a Justin. La respiración de él se volvía cada vez más lenta, cerrando los ojos poco a poco hasta que se apagó por completo. Las lágrimas caían. ____ lloraba como lo había hecho el día de la muerte de sus padres. Hizo un último esfuerzo intentando salvarlo, usando sus poderes. Creyó que se desmayaría en cualquier momento. En un instante ya no pudo continuar. Se desplomó sobre el pecho del chico sintiendo que caía lentamente en un sueño. Se quedó ahí, acostada, varios segundos, pero un sonido la hizo reaccionar: el corazón de Justin volvía a latir. Se levantó con dificultad, apoyándose en ambos brazos.
-¿Justin? -Él abrió los ojos y tomó una gran bocanada de aire-. ¡Estás vivo! –Lo abrazó con fuerza.
-Jamás te dejaré sola, princesa –repitió exactamente la misma promesa que le había hecho antes del incendio en la cabaña.
-No tienes idea del susto que me diste al pensar que me dejarías igual que los demás –aumentó la fuerza de su abrazo.
-Estoy bien; gracias a ti –besó repetidamente la mejilla de ____-. ¿Estás bien?
-Sí, él no me hizo daño. Sólo me siento agotada.
-____, no debes excederte con tus poderes –advirtió, preocupado-. Vamos, te llevaré de nuevo a la cueva.
Una vez que estaban adentro, improvisaron una cama con la ropa que venía en la mochila. Se acostaron en el suelo, ____ descansando su cabeza en el pecho de Justin mientras él le acariciaba el cabello.
-Hay muchas cosas que no entiendo –comentó ella.
-Yo también tengo varias preguntas.
-Empieza tú
-¿Cómo fue que recuperaste la memoria?
-Micheal -respondió, simplemente.
-Temía que todo lo que pasamos se fuera a la mierda –dijo, con preocupación.
-Me has salvado la vida cientos de veces en una semana, y lo recuerdo. Ahora, mi otra pregunta: ¿qué sucedió con la conexión? ¿Por qué yo no sentí nada cuando te atacó?
-Ni siquiera sabemos de dónde viene esa conexión. Pero fue una suerte que no estuviéramos conectados en ese momento, estaríamos muertos los dos.
-Me da escalofríos el sólo pensarlo.
-Pero estamos bien –besó su cabeza.
-Algo más: yo asesiné a Michael.
-Lo sé. ¿Qué fue lo que hiciste? Creí que tus poderes sólo servían para curar.
-No lo sé. Tal vez fue diferente porque se trataba de un demonio.
-Tal vez.
-Lamento que este haya sido tu cumpleaños.
-¿Estás bromeando? Los dos estamos con vida, ese es el mejor regalo de todos –sonrió-. Hablando de regalos, ¿y mi pulsera? –Miró su muñeca-. Tenemos que buscarla.
-Lo haremos mañana por la mañana, ¿de acuerdo? Ahora tenemos que dormir
-Está bien. Buenas noches –lo besó ligeramente en los labios.
-Buenas noches, ____.
-¡Justin! –Gritó ____, abrazado el débil cuerpo del chico-, Justin, estarás bien, ¿de acuerdo? –Lo acostó con delicadeza en el suelo.
-De todos modos pensaba asesinarlo –comentó Michael, acercándose a ella.
-Creí que si me entregaba los demás estarían a salvo -apretó los puños a sus costados.
-Uno: Él se interpuso. Esa apuñalada iba directo a tu corazón. Y dos: soy un demonio. No esperabas que siguiera el mandamiento de “no mentirás” –Dijo esto último con una voz chillona-, ¿Oh, sí? -Ella no respondió nada. Se sentía demasiado molesta, como si fuera a estallar en ese momento. Podía escuchar su corazón palpitar en todas las venas de su cuerpo-. ¡Aaahh! –Gritó el demonio-, ¡Basta! Lo que sea que estés haciendo, ¡haz que pare! –Él se acostó en el suelo, gritando de dolor.
____ dejó de sentir aquel odio por un momento. Se sorprendió al ver a Micheal reaccionar así. Él dejó de rodar en el suelo y se levantó.
-Y-yo no hice nada –se defendió ____.
-Obvio no. Eres una simple e inútil humana.
Y por un momento pensó que ella pudo ser la causa de ese extraño ataque. Levantó la mano derecha mostrándole la palma a Micheal y se concentró. Intentó que aquel odio por haber sido traicionada volviera a ella. Sintió fuego arder en su mano y luego el demonio volvió a gritar de dolor. Convulsionó en el suelo varios segundos hasta que comenzó a salir humo de su cuerpo. Un estallido de espeso humo y el cuerpo de Micheal desapareció.
Escuchó un quejido a sus espaldas.
-Justin –corrió a su lado, arrodillándose-, respira. Solo dame un momento para concentrarme.
-____, Monte Cascada está hacia el Sur –dijo, con voz ahogada-. No llames la atención. Estarás bien.
-Justin, ¡no te despidas tú tampoco! –Colocó las manos sobre la herida.
-Cuídate –susurró.
Ella ignoró la declaración intentando concentrarse en sus poderes. Se sentía débil, pero sólo pensaba en salvar a Justin. La respiración de él se volvía cada vez más lenta, cerrando los ojos poco a poco hasta que se apagó por completo. Las lágrimas caían. ____ lloraba como lo había hecho el día de la muerte de sus padres. Hizo un último esfuerzo intentando salvarlo, usando sus poderes. Creyó que se desmayaría en cualquier momento. En un instante ya no pudo continuar. Se desplomó sobre el pecho del chico sintiendo que caía lentamente en un sueño. Se quedó ahí, acostada, varios segundos, pero un sonido la hizo reaccionar: el corazón de Justin volvía a latir. Se levantó con dificultad, apoyándose en ambos brazos.
-¿Justin? -Él abrió los ojos y tomó una gran bocanada de aire-. ¡Estás vivo! –Lo abrazó con fuerza.
-Jamás te dejaré sola, princesa –repitió exactamente la misma promesa que le había hecho antes del incendio en la cabaña.
-No tienes idea del susto que me diste al pensar que me dejarías igual que los demás –aumentó la fuerza de su abrazo.
-Estoy bien; gracias a ti –besó repetidamente la mejilla de ____-. ¿Estás bien?
-Sí, él no me hizo daño. Sólo me siento agotada.
-____, no debes excederte con tus poderes –advirtió, preocupado-. Vamos, te llevaré de nuevo a la cueva.
Una vez que estaban adentro, improvisaron una cama con la ropa que venía en la mochila. Se acostaron en el suelo, ____ descansando su cabeza en el pecho de Justin mientras él le acariciaba el cabello.
-Hay muchas cosas que no entiendo –comentó ella.
-Yo también tengo varias preguntas.
-Empieza tú
-¿Cómo fue que recuperaste la memoria?
-Micheal -respondió, simplemente.
-Temía que todo lo que pasamos se fuera a la mierda –dijo, con preocupación.
-Me has salvado la vida cientos de veces en una semana, y lo recuerdo. Ahora, mi otra pregunta: ¿qué sucedió con la conexión? ¿Por qué yo no sentí nada cuando te atacó?
-Ni siquiera sabemos de dónde viene esa conexión. Pero fue una suerte que no estuviéramos conectados en ese momento, estaríamos muertos los dos.
-Me da escalofríos el sólo pensarlo.
-Pero estamos bien –besó su cabeza.
-Algo más: yo asesiné a Michael.
-Lo sé. ¿Qué fue lo que hiciste? Creí que tus poderes sólo servían para curar.
-No lo sé. Tal vez fue diferente porque se trataba de un demonio.
-Tal vez.
-Lamento que este haya sido tu cumpleaños.
-¿Estás bromeando? Los dos estamos con vida, ese es el mejor regalo de todos –sonrió-. Hablando de regalos, ¿y mi pulsera? –Miró su muñeca-. Tenemos que buscarla.
-Lo haremos mañana por la mañana, ¿de acuerdo? Ahora tenemos que dormir
-Está bien. Buenas noches –lo besó ligeramente en los labios.
-Buenas noches, ____.
Mariana Güell
Capítulo 53 | El Regreso
-____, despierta –dijo alguien, moviendo su hombro.
-Es media noche y estoy cansada –reclamó, removiéndose en su lugar.
-No hables tan fuerte. Despertarás a Justin.
Al escuchar eso, se levantó de golpe y observó a la persona a su lado.
-¿Jack? –Preguntó, aterrada-, ¿cómo… es posible? Tú…
-¿Estaba muerto? –Completó la frase-, lo estoy.
-¿Qué?
-Vine a traerte esto –mostró la pulsera en su mano-, ¿Puedo? –Ella asintió con la cabeza y extendió el brazo. Jack terminó de atarla alrededor de su muñeca-. Hiciste un gran trabajo venciendo a ese demonio.
-¿Cómo fue que lo hice? Se suponía que mi magia sólo curaba.
-Al parecer estábamos equivocados. Eres mucho más poderosa de lo que esperaba.
-¿Qué tiene de especial la pulsera?
-Te conecta con las personas que amas o alguna vez amaste.
-¿Por eso puedo verte?
-Exacto. Es bueno saber que fui importante en tu vida. -Esbozó una sonrisa, la cual ella le devolvió-. También es la razón por la que Justin y tú estén conectados. Él es la persona que más amas en el mundo y por eso están conectados.
-Es... mucha información para procesar.
-No tienes que excederte con tus poderes. Te sentiste agotada la primera vez, ¿cierto?
-Sí.
-Entre más los uses, más te será difícil. Y podría llevarte a la muerte.
-¿De qué me sirven los poderes si pueden matarme? –Ironizó.
-Piénsalo como un juego. Tienes un comodín, pero si no haces buen uso de él, podrías perder.
-Te extraño, Jack. –Intentó acariciarle la mejilla, pero cuando su mano hizo contacto con la piel, no sintió nada.
-Me gustaría poder sentir eso –dijo con melancolía-. Y esto. –Se acercó a ella hasta unir levemente sus labios, pero fue como besar a la nada-. Antes, me frustraba pensar que nunca llegaríamos a ser algo más porque no sentías lo mismo por mí. Pero ahora es más frustrante, porque no hay ninguna manera de que puedas sentir algo por un fantasma.
-Fuiste un gran amigo, Jack. Gracias por todo lo que hiciste por mí, lamento no haber podido devolverte el favor.
-Sí lo hiciste. ____ lo último que escuché estando con vida, fue a mi hermano decir que me quería. Antes de tu llegada no habría ni asistido a mi funeral.
-¿Estás bien? En dónde sea que estés –dijo insegura.
-Es fantástico. Paz eterna. En verdad existe el cielo.
-¿Cómo es? –Preguntó emocionada.
-Lo sabrás cuando llegue la hora. Tengo que irme.
-¿Volverás?
-Pronto –dijo mientras se levantaba-, sigue así, ____.
Lo vio salir de la cueva y perderse entre la neblina.
____ abrió los ojos cuando salió el sol. Era una mañana despejada y la nieve se había derretido; solo quedaba el húmedo césped.
-¿Todo fue un sueño? –Se preguntó a sí misma.
-¿Qué cosa, linda? –Dijo Justin a sus espaldas, con voz ronca y perezosa.
-Soñé con Jack. En realidad era el espíritu de Jack. Me habló sobre mi poderes y me trajo la… -levantó el brazo derecho inmediatamente observando la cadena en él-, pulsera.
-¿En dónde la encontraste? –Besó su cuello.
-Jack me la trajo anoche –Justin detuvo sus movimientos.
-Es media noche y estoy cansada –reclamó, removiéndose en su lugar.
-No hables tan fuerte. Despertarás a Justin.
Al escuchar eso, se levantó de golpe y observó a la persona a su lado.
-¿Jack? –Preguntó, aterrada-, ¿cómo… es posible? Tú…
-¿Estaba muerto? –Completó la frase-, lo estoy.
-¿Qué?
-Vine a traerte esto –mostró la pulsera en su mano-, ¿Puedo? –Ella asintió con la cabeza y extendió el brazo. Jack terminó de atarla alrededor de su muñeca-. Hiciste un gran trabajo venciendo a ese demonio.
-¿Cómo fue que lo hice? Se suponía que mi magia sólo curaba.
-Al parecer estábamos equivocados. Eres mucho más poderosa de lo que esperaba.
-¿Qué tiene de especial la pulsera?
-Te conecta con las personas que amas o alguna vez amaste.
-¿Por eso puedo verte?
-Exacto. Es bueno saber que fui importante en tu vida. -Esbozó una sonrisa, la cual ella le devolvió-. También es la razón por la que Justin y tú estén conectados. Él es la persona que más amas en el mundo y por eso están conectados.
-Es... mucha información para procesar.
-No tienes que excederte con tus poderes. Te sentiste agotada la primera vez, ¿cierto?
-Sí.
-Entre más los uses, más te será difícil. Y podría llevarte a la muerte.
-¿De qué me sirven los poderes si pueden matarme? –Ironizó.
-Piénsalo como un juego. Tienes un comodín, pero si no haces buen uso de él, podrías perder.
-Te extraño, Jack. –Intentó acariciarle la mejilla, pero cuando su mano hizo contacto con la piel, no sintió nada.
-Me gustaría poder sentir eso –dijo con melancolía-. Y esto. –Se acercó a ella hasta unir levemente sus labios, pero fue como besar a la nada-. Antes, me frustraba pensar que nunca llegaríamos a ser algo más porque no sentías lo mismo por mí. Pero ahora es más frustrante, porque no hay ninguna manera de que puedas sentir algo por un fantasma.
-Fuiste un gran amigo, Jack. Gracias por todo lo que hiciste por mí, lamento no haber podido devolverte el favor.
-Sí lo hiciste. ____ lo último que escuché estando con vida, fue a mi hermano decir que me quería. Antes de tu llegada no habría ni asistido a mi funeral.
-¿Estás bien? En dónde sea que estés –dijo insegura.
-Es fantástico. Paz eterna. En verdad existe el cielo.
-¿Cómo es? –Preguntó emocionada.
-Lo sabrás cuando llegue la hora. Tengo que irme.
-¿Volverás?
-Pronto –dijo mientras se levantaba-, sigue así, ____.
Lo vio salir de la cueva y perderse entre la neblina.
____ abrió los ojos cuando salió el sol. Era una mañana despejada y la nieve se había derretido; solo quedaba el húmedo césped.
-¿Todo fue un sueño? –Se preguntó a sí misma.
-¿Qué cosa, linda? –Dijo Justin a sus espaldas, con voz ronca y perezosa.
-Soñé con Jack. En realidad era el espíritu de Jack. Me habló sobre mi poderes y me trajo la… -levantó el brazo derecho inmediatamente observando la cadena en él-, pulsera.
-¿En dónde la encontraste? –Besó su cuello.
-Jack me la trajo anoche –Justin detuvo sus movimientos.
Mariana Güell
Capítulo 54 | Futuro
-¿Qué? –Preguntó, alarmado.
-Sé que es difícil de creer, pero puedo explicarlo. ¿Recuerdas que me dijiste que la pulsera tenía poderes? Me mantiene conectada con las personas que quiero o alguna vez quise –explicó, rápidamente.
-¿Qué? Maldición, ____, habla más despacio.
-Lo que digo es, que gracias a la pulsera, tenemos esta rara conexión. Se me cayó antes de que el demonio te atacara, por eso es que no me sucedió nada.
-Te conecta con las personas que quieres o alguna vez quisiste –repitió sus palabras-, ¿Viste a Jack? ¿Cómo pudiste verlo si no tenías la pulsera?
-Al principio no podía verlo del todo, era borroso y creí que era por recién haberme despertado, pero lo vi con más claridad cuando me puso la pulsera.
-¿Hablaste con él? ¿Qué te dijo?
-Estaba feliz de haberse ido teniendo una buena relación con sus hermanos –sonrió-, y que está en paz.
-Yo… -bajó la mirada-, no quería que se fuera. No tan pronto. Brad asesinó a mi madre y a mi hermano, y ahora debe estar correteando por el bosque. Sólo dejé que se desmayara. Debí haber acabado con su maldita vida -gruñó.
-También lo extraño –admitió ella.
-¿Qué hay de nuestra conexión? ¿Por qué es más fuerte?
-Porque… eres la persona que más quiero… -murmuró, temiendo que se fuera a burlar de ella.
-¿Perdón? –Sonrió-, creo que no te escuché bien.
-Sí lo escuchaste, sólo me estás molestando –se quejó, riendo.
Justin acunó su rostro entre las manos y la miró directamente a los ojos mientras una sonrisa decoraba su rostro.
-Dilo –ordenó él.
-¿Qué?
-Di lo mucho que me quieres. Me encanta escucharlo de tu voz.
-Yo… te quiero, Justin. Más que nada en el mundo.
La sonrisa en el rostro de él se amplió aún más. Unió sus labios con los de ella sin poder resistirlo.
-También te quiero preciosa. Más de lo que imaginé que podría querer, en especial en una semana.
Volvieron a juntar sus labios, perdiéndose en el momento.
-¿Qué pasará con nosotros cuando todo termine? –Preguntó ella, mientras caminaban hacia Monte Cascada.
-No hablemos de eso, ¿sí? –pidió, sintiendo cómo su pecho se encogía.
-Si no es ahora, ¿cuándo? Estamos a menos de cinco horas de llegar a Monte Cascada.
-Vamos a enfrentarnos a la parte más peligrosa de la profecía. Deberíamos pensar en el presente antes del futuro.
La manera en la que Justin se negaba de discutirlo preocupaba a ____. ¿Acaso no planeaba un futuro con ella? No estaba esperando que se casaran, pero pensó que su no-noviazgo duraría mucho más que tres días.
-Sé que no te gusta la ciudad y en caso de que queramos que esto funcione, estoy dispuesta a mudare aquí, al bosque.
-¿Qué? –La miró, sorprendido.
-Aquí tengo la vida que he soñado desde que mis padres murieron. Personas que me quieren y se preocupan por mí. Además, no todos los días se tiene la oportunidad de vivir en un bosque encantado. Es como estar en cuento de hadas.
“¿Por qué me haces esto, _______?”, se pregunto en la cabeza. Su corazón se rompía al escuchar la ilusión en su voz y cómo planeaba continuar su vida una vez que se cumpliera la profecía.
-Sé que es difícil de creer, pero puedo explicarlo. ¿Recuerdas que me dijiste que la pulsera tenía poderes? Me mantiene conectada con las personas que quiero o alguna vez quise –explicó, rápidamente.
-¿Qué? Maldición, ____, habla más despacio.
-Lo que digo es, que gracias a la pulsera, tenemos esta rara conexión. Se me cayó antes de que el demonio te atacara, por eso es que no me sucedió nada.
-Te conecta con las personas que quieres o alguna vez quisiste –repitió sus palabras-, ¿Viste a Jack? ¿Cómo pudiste verlo si no tenías la pulsera?
-Al principio no podía verlo del todo, era borroso y creí que era por recién haberme despertado, pero lo vi con más claridad cuando me puso la pulsera.
-¿Hablaste con él? ¿Qué te dijo?
-Estaba feliz de haberse ido teniendo una buena relación con sus hermanos –sonrió-, y que está en paz.
-Yo… -bajó la mirada-, no quería que se fuera. No tan pronto. Brad asesinó a mi madre y a mi hermano, y ahora debe estar correteando por el bosque. Sólo dejé que se desmayara. Debí haber acabado con su maldita vida -gruñó.
-También lo extraño –admitió ella.
-¿Qué hay de nuestra conexión? ¿Por qué es más fuerte?
-Porque… eres la persona que más quiero… -murmuró, temiendo que se fuera a burlar de ella.
-¿Perdón? –Sonrió-, creo que no te escuché bien.
-Sí lo escuchaste, sólo me estás molestando –se quejó, riendo.
Justin acunó su rostro entre las manos y la miró directamente a los ojos mientras una sonrisa decoraba su rostro.
-Dilo –ordenó él.
-¿Qué?
-Di lo mucho que me quieres. Me encanta escucharlo de tu voz.
-Yo… te quiero, Justin. Más que nada en el mundo.
La sonrisa en el rostro de él se amplió aún más. Unió sus labios con los de ella sin poder resistirlo.
-También te quiero preciosa. Más de lo que imaginé que podría querer, en especial en una semana.
Volvieron a juntar sus labios, perdiéndose en el momento.
-¿Qué pasará con nosotros cuando todo termine? –Preguntó ella, mientras caminaban hacia Monte Cascada.
-No hablemos de eso, ¿sí? –pidió, sintiendo cómo su pecho se encogía.
-Si no es ahora, ¿cuándo? Estamos a menos de cinco horas de llegar a Monte Cascada.
-Vamos a enfrentarnos a la parte más peligrosa de la profecía. Deberíamos pensar en el presente antes del futuro.
La manera en la que Justin se negaba de discutirlo preocupaba a ____. ¿Acaso no planeaba un futuro con ella? No estaba esperando que se casaran, pero pensó que su no-noviazgo duraría mucho más que tres días.
-Sé que no te gusta la ciudad y en caso de que queramos que esto funcione, estoy dispuesta a mudare aquí, al bosque.
-¿Qué? –La miró, sorprendido.
-Aquí tengo la vida que he soñado desde que mis padres murieron. Personas que me quieren y se preocupan por mí. Además, no todos los días se tiene la oportunidad de vivir en un bosque encantado. Es como estar en cuento de hadas.
“¿Por qué me haces esto, _______?”, se pregunto en la cabeza. Su corazón se rompía al escuchar la ilusión en su voz y cómo planeaba continuar su vida una vez que se cumpliera la profecía.
Mariana Güell
Capítulo 55 | Monte Cascada
-Ahí está. Monte Cascada –anunció Justin.
____ elevó la mirada y abrió la boca, sorprendida, al ver la altitud que tenía.
-¿Monte? Justin, esa cosa es enorme.
La montaña era rocosa, pero también tenía vegetación. Se veía majestuosa a pesar de los aburridos colores grisáceos. A ella le aterró la idea de que tendrían que subirla con el riesgo de poder caer.
-No la escalaremos directamente –dijo Justin, como si pudiera leer sus pensamientos-, hay un camino de piedra que va alrededor de la montaña. Tardaremos más en llegar pero es más seguro.
-Bueno… acabemos con esto. –Miró nuevamente el punto más alto.
-No importa lo que pase conmigo –acarició su mejilla-, tú sólo sigue adelante y cumple la profecía.
-Algo más –se quitó la pulsera-. En caso de que a alguno de los dos le suceda algo, será mejor que no estemos conectados. -Rara expresión de dolor brillaba en los ojos de ambos. Fue como perder una parte de la fuerte conexión que tenían-. Quiero que tú la tengas -se la tendió.
Justin la tomó con delicadeza entre sus dedos y la apreció antes de guardarla en el bolsillo de su chaqueta. La besó en la nariz y después de eso, avanzaron para acabar con la profecía de una vez por todas.
____ elevó la mirada y abrió la boca, sorprendida, al ver la altitud que tenía.
-¿Monte? Justin, esa cosa es enorme.
La montaña era rocosa, pero también tenía vegetación. Se veía majestuosa a pesar de los aburridos colores grisáceos. A ella le aterró la idea de que tendrían que subirla con el riesgo de poder caer.
-No la escalaremos directamente –dijo Justin, como si pudiera leer sus pensamientos-, hay un camino de piedra que va alrededor de la montaña. Tardaremos más en llegar pero es más seguro.
-Bueno… acabemos con esto. –Miró nuevamente el punto más alto.
-No importa lo que pase conmigo –acarició su mejilla-, tú sólo sigue adelante y cumple la profecía.
-Algo más –se quitó la pulsera-. En caso de que a alguno de los dos le suceda algo, será mejor que no estemos conectados. -Rara expresión de dolor brillaba en los ojos de ambos. Fue como perder una parte de la fuerte conexión que tenían-. Quiero que tú la tengas -se la tendió.
Justin la tomó con delicadeza entre sus dedos y la apreció antes de guardarla en el bolsillo de su chaqueta. La besó en la nariz y después de eso, avanzaron para acabar con la profecía de una vez por todas.
Mariana Güell
Capítulo 56 | Realidad
-Todas las criaturas del bosque deben estar aquí –susurró Justin-, no te apartes de mí. Y cualquier cosa –sacó el cuchillo de su bolsillo-, úsalo sin importar qué pase.
____ asintió y tomó el arma, ocultándola en su bota.
Avanzaron mirando a su alrededor asegurándose de que nadie intentara atacarlos. Era como una película de suspenso y en cualquier momento algo aparecería para acabar con sus vidas.
-Me sorprende lo lejos que han llegado. -Los dos chicos se giraron inmediatamente. Justin se posicionó delante de ella, como siempre hacía para protegerla-. ¿Me recuerdas, preciosa?
____ entornó los ojos intentando recordar su cara. Sabía que lo había visto en el transcurso de la semana, pero tantas personas se habían cruzado en su camino que le resultaba difícil identificarlo, hasta que recuperó la memoria.
-Brad...
-Vine a terminar lo que empecé –sonrió, cínicamente.
-____ -dijo Justin-, continúa el camino. Yo lo detengo.
Ella asintió y corrió colina arriba.
-No fue lo más inteligente que pudiste haber hecho –se burló Brad-, ¿tienes idea de cuantos enemigos están esperándola para que no llegue hasta Lavanda? -Justin miró el camino que había tomado la chica, con preocupación, y luego miró nuevamente a Brad. Tenía razón, ¿cómo fue tan estúpido de dejarla sola?-. La verdad no veo diferencia. Me refiero a que ella morirá este mismo día. Aún se cumpla la profecía. ¿Cuál fue su reacción cuando le dijiste que estas son sus últimas horas de vida? Digo, es su derecho saberlo –Justin guardó silencio-. No es cierto –rió-, no le dijiste. Respóndeme una cosa, Bieber. ¿No le dijiste porque tenías miedo de ver su reacción o miedo de la reacción que tú tendrías al recordar que la chica de la que estás enamorado ya no estaría contigo?
Justin corrió hacia él y lo tomó del cuello de la camisa. La ira se apoderaba de él, sabía que todo lo que había dicho Brad era verdad. Ella tenía el derecho de saber, pero simplemente no se atrevía. Si esas eran sus últimas horas, prefería que no se preocupara por eso.
-¡Hey! No te desquites conmigo –se quejó Brad-. Sólo debías enseñarle a manejar sus poderes desde el principio y así tendría la capacidad de cumplir la profecía sin tener que morir. Sabes que tenías que decirle; pero ya es muy tarde. La mataste, Bieber.
-No –dijo por lo bajo-, ¡NO! ¡Yo nunca le haría daño! –Aumentó la fuerza de su agarre.
-Optaste por mantenerla en una burbuja de cristal para que no sufriera y ahora no está preparada para afrontar la realidad. La sobreprotegiste hasta matarla.
____ asintió y tomó el arma, ocultándola en su bota.
Avanzaron mirando a su alrededor asegurándose de que nadie intentara atacarlos. Era como una película de suspenso y en cualquier momento algo aparecería para acabar con sus vidas.
-Me sorprende lo lejos que han llegado. -Los dos chicos se giraron inmediatamente. Justin se posicionó delante de ella, como siempre hacía para protegerla-. ¿Me recuerdas, preciosa?
____ entornó los ojos intentando recordar su cara. Sabía que lo había visto en el transcurso de la semana, pero tantas personas se habían cruzado en su camino que le resultaba difícil identificarlo, hasta que recuperó la memoria.
-Brad...
-Vine a terminar lo que empecé –sonrió, cínicamente.
-____ -dijo Justin-, continúa el camino. Yo lo detengo.
Ella asintió y corrió colina arriba.
-No fue lo más inteligente que pudiste haber hecho –se burló Brad-, ¿tienes idea de cuantos enemigos están esperándola para que no llegue hasta Lavanda? -Justin miró el camino que había tomado la chica, con preocupación, y luego miró nuevamente a Brad. Tenía razón, ¿cómo fue tan estúpido de dejarla sola?-. La verdad no veo diferencia. Me refiero a que ella morirá este mismo día. Aún se cumpla la profecía. ¿Cuál fue su reacción cuando le dijiste que estas son sus últimas horas de vida? Digo, es su derecho saberlo –Justin guardó silencio-. No es cierto –rió-, no le dijiste. Respóndeme una cosa, Bieber. ¿No le dijiste porque tenías miedo de ver su reacción o miedo de la reacción que tú tendrías al recordar que la chica de la que estás enamorado ya no estaría contigo?
Justin corrió hacia él y lo tomó del cuello de la camisa. La ira se apoderaba de él, sabía que todo lo que había dicho Brad era verdad. Ella tenía el derecho de saber, pero simplemente no se atrevía. Si esas eran sus últimas horas, prefería que no se preocupara por eso.
-¡Hey! No te desquites conmigo –se quejó Brad-. Sólo debías enseñarle a manejar sus poderes desde el principio y así tendría la capacidad de cumplir la profecía sin tener que morir. Sabes que tenías que decirle; pero ya es muy tarde. La mataste, Bieber.
-No –dijo por lo bajo-, ¡NO! ¡Yo nunca le haría daño! –Aumentó la fuerza de su agarre.
-Optaste por mantenerla en una burbuja de cristal para que no sufriera y ahora no está preparada para afrontar la realidad. La sobreprotegiste hasta matarla.
Mariana Güell
Capítulo 57 | Venganza
-¿Y qué pasó con Jack? Él murió por estarla defendiendo. Quemaron tu cabaña, casi te conviertes en zombi, otra vez tienes apetito por sangre humana. Los chismes viajan rápido en este bosque. Ella es la razón de todas tus desgracias.
Justin se detuvo para analizar la situación. Brad sólo quería hacerlo enfurecer para que perdiera su objetivo: hacer que la profecía se cumpliera.
-____ es lo mejor que me ha pasado en la vida –dijo entre dientes-, y nada de lo que me haya sucedido es culpa suya. Jack murió porque quiso entregar su vida por ella, la cabaña se incendió porque YO dejé ahí a ____, sola y expuesta, los zombis nos atacaron porque yo fui inmaduro y casi la dejo ir. Y no tengo apetito por sangre humana. Sólo quiero la de ella. Entonces, si vas a andar chismeando por ahí, te recomiendo buscar una fuente más confiable.
Empujó a Brad hacia un costado. Su cuerpo quedó flotando en el aire y lo único que evitaba que cayera, era la mano de Justin, quien lo sujetaba del brazo.
-Bieber, vamos. Súbeme y resolvamos esto como se debe –dijo con nerviosismo en su voz.
-Jack y mamá –soltó su mano y vio cómo Brad caía desde quince metros de altura hacia el suelo.
Justin se detuvo para analizar la situación. Brad sólo quería hacerlo enfurecer para que perdiera su objetivo: hacer que la profecía se cumpliera.
-____ es lo mejor que me ha pasado en la vida –dijo entre dientes-, y nada de lo que me haya sucedido es culpa suya. Jack murió porque quiso entregar su vida por ella, la cabaña se incendió porque YO dejé ahí a ____, sola y expuesta, los zombis nos atacaron porque yo fui inmaduro y casi la dejo ir. Y no tengo apetito por sangre humana. Sólo quiero la de ella. Entonces, si vas a andar chismeando por ahí, te recomiendo buscar una fuente más confiable.
Empujó a Brad hacia un costado. Su cuerpo quedó flotando en el aire y lo único que evitaba que cayera, era la mano de Justin, quien lo sujetaba del brazo.
-Bieber, vamos. Súbeme y resolvamos esto como se debe –dijo con nerviosismo en su voz.
-Jack y mamá –soltó su mano y vio cómo Brad caía desde quince metros de altura hacia el suelo.
Mariana Güell
Capítulo 58 | Al Borde de la Muerte
-¡____! –Corrió colina arriba para alcanzar a la chica. ¿Y si alguien la había atacado mientras se ocupaba de Tom? Su preocupación aumentó cuando distinguió tres lobos merodeando por el camino. Una mano jaló de él detrás de una roca. Su reflejo fue lanzar un golpe, pero se detuvo inmediatamente notó que se trataba de ella-, ¡____! –Exclamó en un susurró-, ¿Estás bien? –Asintió como respuesta.
-¿Tienes algún plan? –Preguntó, refiriéndose a los lobos.
-Yo los distraigo mientras tú los rebasas. Espérame cuando estés a salvo.
-De acuerdo.
Justin besó su frente antes de salir de su escondite.
-¡Hey, cachorros! –Exclamó, dirigiéndose a los licántropos-. ¿Están buscando algo en especial? -Los lobos gruñeron y corrieron hacia Justin, pero él se hizo a un lado en un instante y los lobos tardaron un momento para notarlo. Para ese entonces, ____ y Justin ya corrían lejos de ellos-. Corre, por aquí.
Entraron en un refugio: Un espacio oscuro entre dos grandes rocas. Justin abrazó con fuerza a ____ y se escondieron lo más adentro posible. Un lobo pasó frente a ellos y olfateó a tan sólo un metro de ellos, pero luego siguió su camino.
-¿Cómo es que no pueden olernos? –Preguntó ____.
-Es la ropa que nos dieron en el campamento. Creo que está hechizada para confundirlos.
-Qué suerte –suspiró.
-Creo que ya se fueron, tenemos que continuar.
Justin salió primero del escondite, seguido de ella, y volvieron a correr. No habían llegado ni a la mitad de la montaña y ya ____ se cansaba de dar vueltas.
-____ -se giró hacia ella, quien se había detenido respirando con dificulta-, ¿Estás bien?
-Sí… desde ayer estoy algo agotada.
-¿Ayer? –Frunció el ceño.
-Gasté demasiada energía intentando curarte.
«No», se dijo Justin en la mente. Tom tenía razón. Se sentía cansada intentando curar una herida, no soportaría la magia de Lavanda.
-Está bien –susurró-, siéntate aquí. Yo cuidaré que nadie venga –señaló una roca.
-Justin, desde la mañana te noto preocupado –dijo una vez que estuvo sentada en la gran piedra-, ¿qué sucede?
-Nada… me preocupa estar a punto de cumplir la profecía, es todo.
-Ya hemos avanzado la mitad del camino y estamos con vida. Lo lograremos, estoy segura.
-____, yo… -«Tengo que decirte algo»-, también creo que lo lograremos.
Copos de nieve empezaron a caer sobre ellos. Parecía que pronto habría una fuerte tormenta.
-Oh, oh –se quejó ____, mirando el cielo-. Creo que ya podemos continuar –se puso en pie-, será más difícil con la tormenta.
-Cierto.
Tan sólo avanzaron unos cuantos metros y cinco vampiros del sur los esperaban, obstruyéndoles el camino.
-¡No, no! –Gritó Justin-, retrocede.
Cuando voltearon, otros cinco vampiros los esperaban. Estaban rodeados. Retrocedieron para alejarse de ellos, pero se acercaban a la orilla cada vez más, hasta que sus talones estuvieron en el aire.
-¿Tienes algún plan? –Preguntó, refiriéndose a los lobos.
-Yo los distraigo mientras tú los rebasas. Espérame cuando estés a salvo.
-De acuerdo.
Justin besó su frente antes de salir de su escondite.
-¡Hey, cachorros! –Exclamó, dirigiéndose a los licántropos-. ¿Están buscando algo en especial? -Los lobos gruñeron y corrieron hacia Justin, pero él se hizo a un lado en un instante y los lobos tardaron un momento para notarlo. Para ese entonces, ____ y Justin ya corrían lejos de ellos-. Corre, por aquí.
Entraron en un refugio: Un espacio oscuro entre dos grandes rocas. Justin abrazó con fuerza a ____ y se escondieron lo más adentro posible. Un lobo pasó frente a ellos y olfateó a tan sólo un metro de ellos, pero luego siguió su camino.
-¿Cómo es que no pueden olernos? –Preguntó ____.
-Es la ropa que nos dieron en el campamento. Creo que está hechizada para confundirlos.
-Qué suerte –suspiró.
-Creo que ya se fueron, tenemos que continuar.
Justin salió primero del escondite, seguido de ella, y volvieron a correr. No habían llegado ni a la mitad de la montaña y ya ____ se cansaba de dar vueltas.
-____ -se giró hacia ella, quien se había detenido respirando con dificulta-, ¿Estás bien?
-Sí… desde ayer estoy algo agotada.
-¿Ayer? –Frunció el ceño.
-Gasté demasiada energía intentando curarte.
«No», se dijo Justin en la mente. Tom tenía razón. Se sentía cansada intentando curar una herida, no soportaría la magia de Lavanda.
-Está bien –susurró-, siéntate aquí. Yo cuidaré que nadie venga –señaló una roca.
-Justin, desde la mañana te noto preocupado –dijo una vez que estuvo sentada en la gran piedra-, ¿qué sucede?
-Nada… me preocupa estar a punto de cumplir la profecía, es todo.
-Ya hemos avanzado la mitad del camino y estamos con vida. Lo lograremos, estoy segura.
-____, yo… -«Tengo que decirte algo»-, también creo que lo lograremos.
Copos de nieve empezaron a caer sobre ellos. Parecía que pronto habría una fuerte tormenta.
-Oh, oh –se quejó ____, mirando el cielo-. Creo que ya podemos continuar –se puso en pie-, será más difícil con la tormenta.
-Cierto.
Tan sólo avanzaron unos cuantos metros y cinco vampiros del sur los esperaban, obstruyéndoles el camino.
-¡No, no! –Gritó Justin-, retrocede.
Cuando voltearon, otros cinco vampiros los esperaban. Estaban rodeados. Retrocedieron para alejarse de ellos, pero se acercaban a la orilla cada vez más, hasta que sus talones estuvieron en el aire.
Mariana Güell
Capítulo 59 | Control
-Creo que puedo con ellos –susurró ____. Cerró los ojos y buscó en su interior aquello que acabó con Michael. No sabía lo que hacía, pero era su única salida. Entre más se concentraba, más débil se sentía, pero continuó sabiendo que podía lograrlo. Cuando llegó a su límite, la energía se desató como un estallido y los vampiros que querían hacerles daño, cayeron al suelo.
____ se tambaleó hacia adelante por la falta de energía en su cuerpo, pero pudo mantenerse de pie. Se giró hacia Justin, quien respiraba con dificultad. ¿El hechizo lo habría golpeado también?
-¡Justin! –Lo sujetó para que no se cayera.
-Me siento… algo débil… -admitió.
-Está bien, no te preocupes –lo obligó a sentarse en el suelo-, sé qué hacer. Tienes que beber sangre. –Justin levantó la mirada inmediatamente.
-¿Qué? –Exclamó, alterado-, No. La última vez casi me salgo de control. ¡Pude hacerte daño!
-Pero estoy bien. Sé que puedes controlarte.
-No… sé si…
-Confío en ti, Justin –dijo con la mayor seriedad en su voz.
Apartó su cabello hacia un costado, exponiendo su cuello. Justin colocó una mano en su mejilla y la acarició. Depositó suaves besos en su cuello, hasta que encontró el punto perfecto. Sus ojos se tornaron intensamente rojos y sus colmillos no tardaron en aparecer. Sintió a ____ retener un grito cuando atravesó su piel. Su sangre era tan dulce. Tres probadas y se alejaría. Llegó a la cuarta y quería más. Sus ojos se oscurecían con cada gota que saboreaba.
____ se tambaleó hacia adelante por la falta de energía en su cuerpo, pero pudo mantenerse de pie. Se giró hacia Justin, quien respiraba con dificultad. ¿El hechizo lo habría golpeado también?
-¡Justin! –Lo sujetó para que no se cayera.
-Me siento… algo débil… -admitió.
-Está bien, no te preocupes –lo obligó a sentarse en el suelo-, sé qué hacer. Tienes que beber sangre. –Justin levantó la mirada inmediatamente.
-¿Qué? –Exclamó, alterado-, No. La última vez casi me salgo de control. ¡Pude hacerte daño!
-Pero estoy bien. Sé que puedes controlarte.
-No… sé si…
-Confío en ti, Justin –dijo con la mayor seriedad en su voz.
Apartó su cabello hacia un costado, exponiendo su cuello. Justin colocó una mano en su mejilla y la acarició. Depositó suaves besos en su cuello, hasta que encontró el punto perfecto. Sus ojos se tornaron intensamente rojos y sus colmillos no tardaron en aparecer. Sintió a ____ retener un grito cuando atravesó su piel. Su sangre era tan dulce. Tres probadas y se alejaría. Llegó a la cuarta y quería más. Sus ojos se oscurecían con cada gota que saboreaba.
Mariana Güell
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