Eternity.

•Título: Eternity.
•Autor: Weed.
•Adapatacion: No.
•Género: Romance.
•Advertencias: No.
•Otras páginas: No.

“Me es tan difícil escribir esto y no sentirme una basura, un maldito estúpido que no supo ver lo hermosa mujer que eres. Demonios, si quisiera tomar un arma y volarme los sesos al verte ahora con otro. No puedo dejar de pensar en lo idiota que fui estos últimos 14 años; hace 14 años no te dirijo la palabra, hace 14 años me alejé de ti. Parece que fue ayer, ¿lo recuerdas? Cuando nos conocimos y jugábamos al escondite en la vereda de tu casa, después cuando te enseñé a usar tu primer teléfono -ese día tuve la primera excusa para abrazarte de manera diferente-, cuando te tomaba de la mano para correr así le ganáramos a los demás en las carreras, cuando te ponías celosa y me ignorabas si me veías hablando con otra, cuando notabas mis celos al verte hablando y riendo con otro; odiaba ver como tu sonrisa era contemplada por otro idiota, yo era el único idiota que podía deslumbrarse con el sonido de tu risa, cuando antes éramos solo tú y yo. Parece que fue hace tan poco… Aún guardo tu primera carta, esa que según tú no es de amor, esa carta que nos reconcilió después de una pelea que duró dos años. Recuerdo a mí madre con la cara ilusionada extendiéndola sobre la mesa por la mañana mientras desayunaba, era el día de Noche Buena, cuando me dijo que la lanzaste por la puerta de casa a escondidas no lo podía creer, me había costado una fortuna poder terminar de leerla y solo eran tres hojas, sí, ese era el antiguo yo. Luego tomé el coraje que tú habías tomado para dejar esa carta y me acerqué a ti y te besé, te besé por primera vez. Nora, ¿lo recuerdas? Te besé porque ese era mi deseo desde que te había visto, desde que me habías rechazado como algo más que amigos. Y entonces nuestra historia se retomó, tú ya en los últimos años de la secundaria y yo en la Facultad. Agradezco la ayuda que me brindaste, tú me hiciste leer mi primer libro de más de doscientas páginas, ¿cómo olvidarle?: La Ladrona de Libros; lo que más me gustó de él es que pude compartir muchos sentimientos contigo y estuve ahí para consolarte mientras llorabas, a pesar de que ya lo habías leído tres veces, y yo lloré contigo al verte llorar. ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas todo eso? Maldita sea, Nora, tú me cambiaste y me abriste los ojos. Y ahora me encuentro aquí, escribiéndote, sabes que eso siempre fue lo tuyo, siempre fuiste la chica prodigio con un futuro brillante. Y así fue, tuviste un futuro brillante. Quise matarte cuando me dijiste que te irías a Manhattan a terminar tus estudios, ¿Manhattan, era necesario que fuera tan lejos? Y luego, años después, cinco para ser exactos, recibo la invitación a tu matrimonio. Tú matrimonio, y no es conmigo. Tengo la invitación a mi lado, está intacta, no la rompí solo porque tiene tu aroma, pero leer el nombre de él, ¿James? Al leer su nombre al lado del tuyo mi ser cae en un vacío sin fondo, hace dos días no como ni duermo, solo esperando que las horas pasen y entonces estaré en casa con la botella de Bourbon como compañía mientras tú estás por unirte con otro en matrimonio. Perdón, siento no haber sido suficiente, siento haber sido un estúpido que nunca entendió nada del verdadero amor que tú leías en los libros, siento no haber podido ser el James que querías. Lo siento mucho. Lamento hacerte esto en tu día tan especial, en tu día soñado del  cual tanto me hablaste. Rogaría por poder ser él, rogaría por ser yo el que te esperara en el altar, rogaría ser yo quien te cargue hacia nuestra habitación. Rogaría ser yo el primero, porque sé de tu promesa y sé que nunca la rompiste. Rogaría ser yo el primero en verte por las mañanas, rogaría ser yo el padre de tus hijos, rogaría ser yo el que llegar a casa por las noches pueda contemplarte con tu pancita de embarazada esperando a nuestro hijo. Rogaría porque ese tú y yo regresara. Te amo, Nora, te amo y no lo voy a negar, sería de idiota hacerlo en este punto. Pero no lo olvides, siempre fui un idiota con códigos. Tal vez esto nunca llegue a tus manos, por más que desprecie a tu nuevo marido no quiero arruinar tu matrimonio, después de todo él te dio la felicidad que querías, algo que yo nunca pude darte. Te amo y te amaré. Sabes que sin importar la distancia estaré esperando por ti, siempre y hasta la eternidad.