Run in the dark || H.S || Capítulo 10 Publicado.

Capítulo 007

ByDecember.

Liam daba vueltas por el lugar preocupado. Mientras que uno de sus compañeros, llamado Jack Harries lo observaba un tanto aburrido.

—¿Dónde está Horan? —Preguntó una voz más que molesta del otro lado del corredor.

Liam volteó y tragó con temor a responder. Sabía que había huido ya que no lo encontraba por ninguna parte, y a quien debía cuidar tampoco.

—No lo sabemos —respondió Jack mientras que lo observaba fríamente.

Stephan caminó enfurecido hacia el joven y lo tomó del cuello de su camisa mientras que empujaba su cuerpo contra la pared. Jack observó por unos minutos con sus puños cerrados, listo para el primer golpe.

—Si no me dicen, ustedes pagarán las consecuencias —dijo susurrando aquello una vez que chasqueó su lengua.

—Stephan, ya te respondimos, nosotros no sabemos absolutamente nada —habló calmado Liam mientras se acercaba a ellos —. Suelta a Jack.

El nombrado lo observó enfurecido y luego hizo lo que le pidió mientras que Harries arreglaba su camisa.

—Idiota —susurró para sí mismo.

—Cuidado, no querrás que corte tu lengua —amenazó el mayor, señalándolo con su dedo índice.

Luego, tomó una pausa.

—Espero una respuesta para mañana —terminó la conversación una vez que dio media vuelta y desapareció por lo corredores.

—Perfecto —dijo Jack —. Simplemente perfecto.

—Es mejor que vallas con Siderick. Algo se me ocurrirá —el joven asintió.

Rain Mairim Siderick Hayes. Ese era el nombre completo de la joven a la que debía cuidar. Fue demasiado difícil ya que al principio, mentía demasiado. Pero había algo que le gustaba en ella, y era que en realidad, no servía para aquello. Cada vez que trataba de mentirle, su risa la delataba. Para Jack, Rain era alguien demasiado especial para aquel lugar, se había encariñado con ella demasiado rápido.

Abrió la puerta de su habitación mientras que traía consigo un pequeño carro blanco para colocar el plato de comida.

—Rain —dijo preocupado al no observar los cubiertos —. Dámelos.

—¿Hoy no saludas? —Preguntó ofendida la joven mientras que con su mano recogía un mechón de su lacio cabello color castaño llegando a anaranjado, detrás de su oreja.

—Deja de bromear, y dame los cubiertos —Jack se cruzó de brazos frente a ella.

—No sé de que hablas, jamás me los diste —respondió con una sonrisa en su rostro.

El joven suspiró mientras despeinaba su cabello.

—Rain.

—Jack.

El extendió sus brazos mientras que esperaba que se los diera. Odiaba aquello, aunque debía admitir que aquella muchacha de ojos azul le divertía demasiado. Pero, otros cuidadores habían tenido malas experiencias con las jóvenes que robaban los cuchillos. Simplemente no quería que a Rain le sucediera algo malo.

—Estás riendo, por ende, mientes.

—Dime si es verdad que una de las jóvenes encerradas aquí escapó y te los daré.

Jack tragó nervioso.

—¿De dónde has oído aquello?

Esta vez, Rain bajó su mirada al suelo mientras realizaba una mueca.

—Las paredes hablan —respondió divertida pero colocó sus ojos en blanco al ver la mirada de enfado en el rostro de Jack —. Lo oí cuando Stephen gritaba por los corredores el nombre de Niall, al parecer un tal Styles y un Malik sabían algo y pelearon frente a mi puerta —se encogió de hombros.

Ella notó como el joven se había perdido en sus pensamientos, por lo que luego de unos minutos sin reaccionar, decidió hablarle nuevamente —: ¿Responderás?

Jack la observó confundido mientras que fruncía su ceño.

—¿Quieres amenazarme?

—No, quiero respuestas.

Harries dudó por unos minutos hasta que decidió que se merecía la verdad.

—Si —musitó

Entonces, observó como en sus ojos se extendía una pequeña chispa de esperanza seguida por una enorme sonrisa en su rostro. Luego, extendió los cubiertos y Jack los tomó.

—No había visto aquella felicidad en tu rostro jamás —susurró apenado.

Rain le respondió con una pequeña mueca.

—¿Me odias, verdad?

Ella no contestó al instante.

—No lo sé —Jack asintió pensativo.

Debía imaginarse aquello. Jamás había conocido personalmente a otra joven, y haberse enamorado de ella fue solo un error. Rain nunca respondería a aquel sentimiento, debía superar aquello y continuar como siempre lo hacía. Suspiró frustrado al notar lo idiota que había sido al encariñarse de la primera joven que debía cuidar. Tal vez, cuando su deuda fuera pagada, conocería a alguien más. Pero, lo dudaba. Nunca se perdonaría por lo que iba a hacer con ella, una vez que debiera entregarla.

—Es hora de irme —dijo adoptando un tono frío hacia ella.

—Jack…

—Adió, Rain.

Luego de decir aquello, Jack se retiró cerrando su puerta con llave.

Por otra parte, una joven de mediana estatura y tez morena esperaba frente la habitación de una joven llamada Lilly Shephard, en un hospital privado a las afueras del pueblo donde vivía. Vestía con un traje de oficial de policía azul marino y su cabello se encontraba recogido. En su mano izquierda se encontraba su libreta, y en la otra sostenía un vaso desechable con agua dentro. Sus oscuros ojos color café blanco mostraban cansancio, luego de una noche leyendo unos informes sobre la desaparición de dos jóvenes de dieciséis años.

Luego de que un hombre de edad avanzada saliera de su habitación, se acercó a la joven.

—¿Doctor? —Preguntó preocupada al ver la expresión en su rostro.

—Me temo que hay una mala noticia —dijo con un tono de voz neutra —. Las heridas en el cuerpo luego del accidente son superficiales, por suerte. Pero no la de su cabeza, me temo que aquella herida trajo consecuencias.

—¿De qué habla?

El doctor suspiró apenado.

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