Stockholm syndrome {Larry Stylinson.

No supe cuanto tiempo había pasado, luego de intentar soltarme sin éxito al recordar las palabras de Louis, me recosté en la pared con tristeza y frustración. Fue imposible no llorar, me sentía vulnerable, usado, maltratado, Louis me había secuestrado y según él, no quería un rescate, entonces ¿Qué más quería de mi?
Golpee mi frente contra la fría pared de yeso que sonó con cada uno de mis cabezazos, estaba comenzando a desesperarme, no podía pensar claramente, veía mis manos atadas como si yo fuese un criminal, de un momento a otro me encontraba llorando desconsoladamente.
Observé a unos metros de mí los restos de lo que había sido mi celular, recordé las llamadas de mi madre y solo pude sentirme peor.

― ¿¡Alguien puede escucharme!? ―grité con las pocas fuerzas que me salieron, mi ronca voz estaba débil, ahora sentía hambre y moría de sed. Cinché con fuerza y desesperación las esposas pero lo único que conseguí fue un ardor inmenso que me hizo soltar un grito de dolor, el metal había rasgado la piel de mis muñecas― ¡Mierda! ―maldije soltando un fuerte bufido al final, no quería seguir llorando, eso solo estaba provocándome una enorme jaqueca.

Apreté los ojos con fuerza y aunque mis brazos estaban cansados no podía aflojarlos o me lastimaría aun peor, no había nada que pudiera hacer. Por más que mirara a mí alrededor no se me ocurría ninguna manera de soltarme, es que no la había. Me sentía dentro de una película, no podía creer que yo era el protagonista.

―Maldita la hora en que subí a su moto, maldita la hora en que confié en él ¡Maldito Louis! ―grité exasperado y de golpe volteé hacia la puerta al sentir el ruido de llaves hacer contacto con la cerradura. De inmediato lo vi entrar cargando algunas bolsas pero me di la vuelta porque no quería ver su rostro, lo odiaba, sentía repulsión, asco, bronca, todos esos sentimientos que nunca había sentido antes los sentía ahora mismo hacia él.

―Harry ¿Porqué soy un maldito? Traje tu comida favorita ―dijo con una voz que sonaba divertida, solo apreté mis dientes tragándome toda aquella bronca que sentía ignorándolo por completo ―. Vamos Hazz, se cuanto amas los tacos ―agregó agitando la bolsa como si yo fuese una especie de mascota, tal como le haces a un cachorro con su tarro de comida cuando quieres que este se acerce.

― ¿Cómo mierda sabes eso? ―pregunté aun con enojo y sin mirarlo, mi frente estaba contra la pared y podía sentir el latir de mi corazón acelerado a causa de aquella furia que me invadía.

―Ya te lo dije bebé, sé mucho sobre ti.

― ¡Deja de llamarme así imbécil! ―grité perdiendo el control y ahora si dirigiendo mi mirada hacia él. Su sonrisa burlona había desaparecido, sus finos labios se apretaron mientras me observaba con total seriedad. Dejó las bolsas sobre la cama y se acercó sin prisa hacia mí.

Se agachó hasta estar a mi altura pero corrí mi rostro para no verle a los ojos.

―Mírame Harry ―exigió simulando calma, aunque era evidente que tan enojado estaba ― ¡Que me mires mierda! ―gritó al fin y tomó mi mentón con brusquedad obligándome a observarlo― Escúchame bien maldita sea ―solo me limité a mirarlo y tragué saliva al sentir como presionaba mi cuello, lo suficiente para tenerme bajo su poder― No vuelvas a llamarme imbécil o juro que…

― ¡¿Qué?! ―grité con furia sin siquiera pensarlo, sin saber de dónde había tomado el coraje para desafiarlo. De inmediato sentí un fuerte golpe en mi estómago que me hizo retorcerme y perder el aire por un momento por lo cual entre abrí mi boca sin poder emitir sonido alguno.

― ¡No quiero golpearte! ―gritó apartándose de inmediato― Mierda Harry ¡Lo siento! ―soltó un fuerte bufido, sabía que estaba mirandome.

Aun me mantenía arqueado con la cabeza gacha y respirando con fuerza.

―De veras lo siento Harry ―dijo ahora con la voz casi quebrada por lo cual levanté la vista hacia él.

― ¿Qué clase de loco eres? ―pregunté negando con desconcierto para luego toser reiteradas veces, sentía mi garganta tan seca que me costaba soltar las palabras.

―Lo siento Hazz.

―Claro que no ―aclaré mi garganta y levanté la mirada hacia él quien me observó con pena y compasión pero aun manteniendo su semblante serio― Agua… ―pedí con la voz más ronca de lo habitual volviendo a toser.

―Sí, claro ―dijo saliendo de su transe y miró hacia los lados como si no supiera que hacer― espera un momento ―salió de la habitación hacia una puerta que hasta ese momento, no sabía que existía.
Mientras, respiré profundo reiteradas veces para calmarme, esto ya se había salido de control, de verdad estaba secuestrado, me había golpeado, me trataba como basura, confundía mis sentimientos y ya no sabía que más esperar, su actitud me desconcertaba a cada momento, en ese mismo instante podría haber ido en busca de su arma, llegar, y matarme de un solo disparo en la frente, debía huir como fuera, no podía dejar mi vida en manos de un lunático.
Volvió casi de inmediato con un vaso rebosante de agua, tanto, que dejó caer algo del contenido al suelo en su apurada caminata hacia mí.

―Aquí tienes ―acercó el  vaso a mis labios y bebí casi sin descanso, derramando un poco por las comisuras ya que era él quien sostenía el vaso― Demonios ¡Tus muñecas! ―exclamó viéndome con atención y al distraerse, derramó el agua sobre mi― Lo siento ―se disculpó dejando el vaso a un lado y se levantó para hurgar en su bolsillo trasero de dónde sacó las llaves para abrir las esposas.
Sentí un enorme alivio al tener mis manos libres, moví las articulaciones de un lado a otro y estiré mis brazos antes de dejarlos caer palmas arriba sobre mis rodillas.

―No quería que esto sucediera ―se levantó y entró al baño, buscaba en el botiquín mientras yo observaba aquellas heridas superficiales, leves cortaduras pero aun así, ardían demasiado por lo cual soplé con suavidad― Déjame que te limpie ―dijo sentándose a mi lado. Dejó las gasas, el alcohol y un recipiente con agua a un lado y se arrodilló en el suelo frente a mí.
No quería decir nada, no tenía nada que decir, solo lo observaba mientras con delicadeza comenzó a apoyar la gasa con alcohol sobre mis heridas.

―Auch ―protesté queriendo quitar mi mano pero él me lo impidió haciendo aquel procedimiento más rápido― arde ―volví a quejarme apretando mis labios luego.

―Lo siento, será rápido ¿Si? ―Luego de desinfectar lavó con agua y repitió el procedimiento con la otra muñeca para luego tomar mis manos y mirarme. Me observaba de una manera protectora, podría haber dejado mis heridas así, sin más, pero no, él me había curado, aunque eso había sido su culpa ¡Mierda! Estaba volviendo a hipnotizarme con sus ojos azules.

―Me urge ir al baño ―dije con brusquedad a lo que él se levantó y me soltó cediéndome el paso.

―Anda, ve  ―fue lo único que dijo antes de que yo también me pare y me dirigiera a aquella pequeña habitación.

Entré al baño y cerré la puerta. No tenía mucho tiempo, sabía que Louis estaba allí, podía apostar que no se había movido siquiera un centímetro y lo confirmé cuando lo sentí recostarse tras la madera. Respiré profundo con total nerviosismo pero primero lo primero, levanté la tapa del inodoro y vacié mi vejiga, ya podía sentirme más aliviado. Abrí la canilla y lavé mis manos mientras miraba en todas direcciones, fue allí, cuando me percaté de la pequeña ventana junto al duchero. Estaba algo alta aunque ese no sería problema. Era pequeña, pero apostaría que si contenía un poco el aire vaciando mis pulmones, mi cuerpo pasaría por allí.

―Entraré si no sales ahora mismo ―sentí desde afuera. No sería ya, pero me escaparía la próxima vez que necesitase el baño.

Cerré las canillas y abrí la puerta encontrándome con un Louis tranquilo.

― ¿Y ahora qué? ―pregunté pasando frente a él.

―Siéntate donde quieras, traje comida ¿Recuerdas? Supongo que tendrás hambre ―soltó sin más y se recostó en el sofá cómodamente encendiéndose un cigarrillo.

―Sufro de asma ―dije al sentir aquel repugnante aroma.

―No mientas ―rió apenas dándole otra calada― te verías muy sexy fumando un cigarrillo luego de que tengamos sexo ―dijo con un tono perverso y una sonrisa aun mas.

―No pienso volver a tener sexo contigo ―afirmé con seriedad a lo que el rió sarcásticamente.

―De veras no entiendes Harry, te creía más inteligente ―negó con la cabeza mientras se acercaba a mi por lo cual rápidamente saqué mi comida para de inmediato probar un trozo de mi taco.

―Lo siento Lou si no alcanzo tus expectativas ―me disculpe falsamente mientras masticaba de forma exagerada― Deberías dejarme ir y probar secuestrando a alguien más ―acoté con sarcasmo.

―No te disculpes bebé, eres justo lo que quiero ―sonrió maliciosamente y solo rodé los ojos dejando  de mirarlo y concentrándome en mi comida, había resultado ya que se desvió hacia el baño pero dejando la puerta entre abierta.

―Comeré contigo y entraré a bañarme ¿Está claro?

― ¿Volverás a atarme aquí? ―pregunté aun con la boca llena.

―No cariño, vendrás conmigo.

Tu comentario me ha llenado el corazón de feels! Gracias! Todo lo que me pusiste me encantó! Woow de las mejores escritoras de smut? Es lo primero Larry smut que escribo! Y leer eso sumamente extraño y halagados, so.. thanks! Intento que la novela sea original, y por eso si espero sorprender en el transcurso de esta con sucesos inesperados, y que les guste a mis lectores!! Creeme, no la cancelaré por nada del mundo! Comentarios como el tuyo me dan mas ganas de seguir que nunca!
Por cierto, en este momento apenas puedo pasarme por el foro así que leerte en este momento imposible, lo intentaré en algún momento aunque no shippeo ziam.
Gracias por el 10! Lograste que me sonroje a lo largo de tu coment! jajajja, nos mantenemos en contacto! En breve subo...