Los Mejores Amigos [ Logan Lerman] 2da Parte

Freddie llega justo a tiempo cuando ya estaba comenzando a hartarme por estar dos horas plantados. Le dije que viniera a las siete en punto de la mañana, y había llegado a las nueve y media. Mi humor no era el mejor, pero de todas formas me las arregle para darle una media sonrisa y saludarlo de la buena gana. El entrecerró los ojos, extrañado ante mi actitud. Supongo que de ahora en mas tendrá que acostumbrarse.

- Siento si tarde demasiado, pero… un nuevo pasajero estará con nosotros – explico abriendo la puerta trasera del auto.

- ¡Hola Logan! – saludo contento James.

- Hola a ti también, pero ¿Qué haces aquí? – pregunte entrecerrando los ojos.

- Veras, Brie se va de viaje al Caribe con su abuelo, y de verdad, no estamos pasando un buen momento como para ir con ella, así que… eh, Freddie me dijo que pasaría las vacaciones contigo y con tu familia. ¿Te interesaría tenerme en estas vacaciones en tu humilde morada? – sonrió alegremente, mientras agitaba las pestañas ante cada pestañeo.

Me incomodaba en la forma en que me miraba, así que aparte la vista y mire hacia otro lado, a punto de decirle que no quería que viniera. No es que James me molestara, solo que ya bastante tendría con llevar a Freddie a mi casa, donde seguro todos se molestarían por no haber avisado ¿Qué tengo la culpa de que me haya puesto entre la espada y en la pared cuando aseguro que no tenía a donde ir, y más cuando su madre y su hermana tendrían unas vacaciones de puras películas románticas y mas estupideces de mujeres? Además, quería estar cerca de Olivia para asegurarse de que su relación no se pierda. Desde que ella lo había puesto a prueba, había hecho lo imposible por tratarla tan bien y ser el mejor novio que alguna vez pudo desear. Pero ¿Y ahora que le diría a James? ¿Qué no podía venir a mi casa porque ya llevaba a un amigo? No sabía cómo se lo tomaría Larry, ni Lucas, ni mi abuelo.

James no tenía a nadie, recordé. Había estado peleado con su familia desde hace años, no tenia primos ni tíos a los cuales socorrer. Brie estaba muy molesta con él, supongo que por el tema de Emma, así que no tenía posibilidades de permanecer a su lado. El padre de Daimon era demasiado estricto, así que supongo que había descartado esa idea al instante. Bien, llevaría a James, de todas formas, esa era mi casa, podía llevar a quien quisiese y a quién no.

Le sonreí a James y le pase las maletas a Freddie para que las guardara en el baúl. Me dirigí a la puerta de adelante y me senté en el asiento del copiloto. Las siguientes tres horas, solo esperaba que James no me sacara de quicio, luego me las arreglaría para deshacerme de él en algún tiempo.

En el viaje, pensé en Bella, pensé en lo afligida y preocupada que se veía por Hamber. Era comprensible, era terrible que le sucediera aquello a su novio, una dolorosa perdida para ella. No quise pedir detalles, pero si le pedí que me mantuviera informado sobre el estado de ánimo y de salud que podría presentar nuestra amiga ante tal hecho.

También en pensé en ella, en Bella, en cómo estos dos meses y medio nos cambiarían notablemente. Después de lo ocurrido, ambos estaríamos separados por un largo tiempo, algo que debía aprovechar al máximo para tratar de cambiar, para tratar de mejorar y no seguir en las mismas cosas de siempre. Estaba seguro, que esta vez finalmente lo lograría. Ahora debía decirle adiós al viejo Logan Lerman, y recibir a mi nuevo yo.


Horas Después.


- ¡Pero qué carajo! – exclamo James sorprendido con la boca abierta - ¿No estabas jodiendo cuando decías que eras millonario?

- Y yo que pensé que quería sobresalir – murmuro el rubio con los ojos abiertos.

- Qué gran boto de confianza, eh amigos – ironice y apreté el botón, diciendo mi nombre.

Las rejas se abrieron, dejándonos pasar junto con el auto. Al estacionarlo, los chicos comenzaron a observar los alrededores, como si nunca hubiesen visto una maldita mansión. Bien, quizás enserio nunca habían visto una mansión así. La casa de Brie era algo así como la mitad de mi hogar, pero suponía que ver una enorme mansión, con un extenso jardín verde, lleno de rosas y estatuas los sorprendían.

Lindsay fue la primera que nos recibió con grandes sonrisas y un gran abrazo dirigido hacia a mí. Su pelo rubio caía sobre sus hombros, sus ojos zafiros brillaban de emoción y de felicidad, y usaba un hermoso vestido de color crema que le quedaba perfecto. A simple vista no parecía una adolecente que acababa de cumplir quince años, parecía mayor. Pero definitivamente, cada vez que la veía, estaba más hermosa. Y más parecida a Lisa Lerman.

- ¡Hola! Soy Freddie ¿Así que tu eres la hermana de Logan? – le sonrió Freddie amistosamente.

- Es un placer, mi nombre es Lindsay – le devolvió el gesto tímidamente.

- Yo soy James, somos amigos de tu hermano – se presento el pelirrojo sonriéndole.

- Ellos estarán en las vacaciones aquí, con nosotros – le comente a mi hermana, a lo que ella levanto las cejas.

- Sera divertido – opino dando una media sonrisa – al menos tendrás mas aliados para poner a Lucas en su lugar…

- ¿Lucas? ¿Qué Lucas? – escuche murmurar a James hacia Freddie.

- Lucas, es mi hermano menor. Tiene… Uh… ¿Lindsay? – busque ayuda en mi hermana.

- Mañana es su cumpleaños numero dieciséis – bufo exasperada - ¿Puede ser que siempre llegues un día antes que cumplan años alguien? El destino quiere que no te lo olvides por nada del mundo – rio dulcemente. – Por cierto, el abuelo y la abuela se fueron a un pequeño viaje a Londres. Ya sabes, el aniversario – volvió a reír – y papa está en su oficina, como siempre.

Lindsay se despidió de nosotros, comentando que iría de compras con algunas amigas al centro comercial. Por mi parte, ayude a los chicos a subir sus maletas hacia el cuarto de huéspedes que usarían los dos. Deje que se arreglaran ellos se arreglaran con sus cosas, decidiendo quien usaría tal cama o tal otra, y valla que era una gran discusión para ellos.

Baje las escaleras dirigiéndome al despacho de Larry. De seguro todo seguiría igual, aun debía permanecer en reposo hasta su operación, así que ningún estrés debía pasar por su vida. Pero dudaba que con tipos como James y Freddie no le diera ese mismo día un ataque al corazón.

Golpee la puerta, lo cual tuve una respuesta de que podía pasar. Larry estaba sobre su escritorio, leyendo cómodamente un libro mientras sonaba la música clásica de Beethoven. Y como supuse, su despacho no había cambiado en lo mas mínimo. Cambiaria cuando el volviera a trabajar, llenando los papeles sobre el escritorio y con un nuevo mini bar con todas las bebidas que no tuvo oportunidad de tomar en aquellos meses de reposo. Si había alguien quien no cambiaria definitivamente, ese era Larry Lerman.

- Oh, Logan ¿Qué tal, hijo? – me saludo con formalidad, pero pude distinguir que su voz se notaba que estaba ¿Contento? ¿Larry estaba contento de verme?

- Hola, papa – salude extremadamente. Cerré la puerta a mis espaldas.

- ¿Qué haces aquí? Pensé que tu y Bella irían de vacaciones a algún lado – comento animadamente ¿Se estaba haciendo el que estaba feliz por tenerme allí o simplemente lo estaba? Todo esto, era demasiado extraño.

Comencé a experimentar el sentimiento de culpa, de arrepentimiento y de tristeza. Esas vacaciones, Bella y yo habíamos programado volver a New York para visitar a nuestras familias, pero también queríamos volver a la cabaña que habíamos ido para nuestro aniversario de tres meses… algo que parecía tan lejano ahora.

- Eh… no… claro que no – susurre, sintiendo un nudo en mi estomago. Me aclare la garganta – Vine a pasar las vacaciones aquí, y … bueno, traje a dos amigos.

Larry dejo su libro de lado y se quito los lentes. Oh mierda, había alzado las cejas y mirado algo impresionado. Presentía que en cualquier momento iba a mandarme a la mierda y tendríamos que largarnos los tres a algún hotel, esperando a que pueda convencerlo de que nos dejase estar allí los malditos dos meses y medio.

- ¿Nombres?

- James Morrison y Frederick Dalle – respondí casi sin aliento, y me concentre en mirar la pequeña heladera que contenía sus botellas de agua mineral.

- ¿Dalle? – repitió - ¿Por qué ese apellido se me hace tan familiar? ¿Acaso es el hijo de Anthony Dalle? ¿El famoso abogado?

Sabía que el padre de Freddie y Natasha era abogado, pero no tenía la menor idea si se llamaba Anthony o no, por lo que asentí algo inseguro. Larry abrió en grandes los ojos.

- No pensé que fueras amigo de un hijo de él. ¿Cuántos hijos tiene? ¿Tres, dos?

- Creo que dos, Natasha y Frederick Dalle. Los dos son mis amigos – aclare, esperando a que me dijera que si se podían quedar o no.

- Perfecto – suspiro Larry volviéndose a poner los lentes. Volvió a su lectura – No quiero fiestas descabelladas, no quiero soportar borracheras violentas o algo por el estilo, no quiero compañías de una noche, y eso va especialmente para ti, Logan. Se como es Bella, y si se llegase a enterar de que andas por allí de fiesta, no quiero que mi casa este sin vidrios – me advirtió seriamente.

Quizás exageraba, pero cuando el ex marido de Grace la había golpeado, la tropa de las Evans le habían destruido su propia casa y el auto nuevo que se había comprado. Incluso, provocaron que lo despidieran del trabajo. Bien, quizás se habían pasado de la raya, pero si había algo que las hermanas de Bella y ella habían aprendido, era que ninguna terminaría como su madre había terminado; enamorada de un borracho, drogadicto y golpeador, dejando de lado a sus hijos y a ella misma por un hombre.

Decidí aclararle a Larry sobre Bella, quizás, así me evitaría pregunta alguna de todos.

- Bella y yo terminamos, papa. Así que podre hacer mi vida como yo quiera, pero de todas formas, sino quieres que traiga compañía femenina a la casa, me parece perfecto. Traer a alguien para tener sexo, sería una falta de respeto hacia todos ustedes – dije con tranquilidad.

- ¿Qué? ¿Bella y tu rompieron? ¿Pero qué carajo hiciste? – mascullo sorprendido y ¿Triste? ¿Qué mierda le estaban haciendo a Larry? Ese no era mi padre, el había… cambiado.

- Son asuntos míos – aclare mi garganta nuevamente – y con permiso, me iré a descansar, el viaje me dejo agotado.

Me retire del despacho, largando con un gran suspiro y decidido que quería descansar una buena vez. Aunque eso no ocurrió, porque enseguida escuche que la voz de Lucas, alzando la voz como de costumbre cada vez que estaba desesperado por ganar la discusión. Genial.

Al subir las escaleras con rapidez, me encontré con el hecho de que James y Freddie estaban siendo prácticamente echados de mi propia casa. Pendejo de mierda, siempre se creía lo mejor de lo mejor y ver a los demás como las autenticas mierdas. Esta vez, esperaba que las cosas estuvieran claras para él.

- ¡Y toma tu estúpido bolso, patético! – le grito a James tirándole su bolso.

- ¡Tranquilo, enano! – exclamo Freddie - ¡Yo soy el único que puede molestar al pelirrojo! ¿Entendido?

- ¡Eso! – exclamo James, luego arrugo la frente - ¡He! – se dirigió a Freddie, quien el solo levanto los hombros con indiferencia.

- Lucas ¿Qué demonios estás haciendo? – pregunte suspirando nuevamente.

- ¿Se puede saber que hacen tu y los idiotas de tus amigos aquí? ¿Acaso también vienes a arruinarme las vacaciones? – exclamo empujándome.

- Oh, mierda. Freddie, James. A mi cuarto. Ahora. – les ordene, ellos asintieron tomando sus cosas y dirigiéndose a la segunda puerta. – Bien, Lucas. Esta también es mi casa ¿No? Son mis amigos, decidí traerlos.

- ¿Y luego qué? ¿Traerás a tu noviecita? – refunfuño molesto. Bien, a él nunca le había caído bien del todo Bella, por más que ella fuera simpática y aguantase sus estupideces.

- Bella está pasando las vacaciones en otro lado – respondí sintiendo el dolor de cabeza comenzar – Mira, Lucas, no quiero que tengamos problemas, así que deja de molestar a mis amigos.

- ¡Esta también es mi casa, y creo que tengo más poder con decidir quién se queda o quien se va! ¡Y ellos se van!

Pendejo de mierda. Me estaba sacando de mis casillas, en cualquier momento lo golpeaba, lo juro. Pero si quería ser un nuevo Logan, debía soportar su berrinche.

- Larry permitió que se queden, si tienes una queja, ve y díselo a él. A mí ya me tienes cansado y quiero dormir. Apuesto que los chicos igual, el viaje fue cansador y nos levantamos muy temprano. Así que ve a hablar con tu padre y veras que tengo toda la razón.

- Eso hare, y no te molestes en dormir o alguno de esos dos, porque ya estarán afuera de esta casa – juro echándome una última mirada fulminante y yéndose, chocando mi hombro.

Les avise a los chicos que ya podían salir y que podían dormir un poco. Les dije que cerraran la puerta con llave, de seguro Lucas volvería a molestar y todos debían descansar al menos un poco.

Al entrar en contacto con el acolchado, sentí todo mi cuerpo relajarse y colapsarse. No sabía cuánto estaba cansado todos estos días, tanto como físicamente como emocionalmente.

Y antes de dormirme, pensé en ella, en su sonrisa, en sus ojos, en sus palabras, en sus besos…pensé en sus lagrimas, en sus cortes, en su mirada fría e indiferente.

Necesitaba tanto a Bella.

Cinco Horas Después.

Cuando desperté, el cielo estaba teñido de color rojizo, a punto de oscurecerse. No pensé que había dormido tanto, observe el despertador digital, me sorprendí al ver que eran las cinco y media. Solo esperaba que Lucas no molestase a James o a Freddie.

Me di una ducha rápida, cambiándome con cualquier cosa que veía en el bolso. Me mire en el espejo, intentando encontrar algo nuevo que cambiar ¿Y si me dejaba crecer la barba? Ugh, ya lo había intentando antes y no me sentaba para nada bien. ¿Un corte de cabello? Sí, creo que eso era lo mejor. ¿Y si usaba lentes de nuevo? Aunque solos los usaba para leer, nunca usaba los de descanso. No, lentes no. ¿Qué mierda mas podía cambiar? Camine hasta donde se encontraba mi bolso donde estaba toda mi ropa. Quite todo, dejando un desastre en la cama, decidiendo que usaría y que no. ¿Qué tipo de look debía usar? No tenía ni la mas mínima idea.

- ¿Logan? ¿Estas despierto? – dijo Lindsay golpeando mi puerta.

- Claro, ya te abro – le respondí volteando la llave y permitiendo que pase.

- ¿Pero que es todo este lio? – observo el desorden en mi cama.

- Este… busco cambiar un poco mi atuendo, mi cabello. Ya sabes – moví la mano restando importancia.

- ¿Bella y tu terminaron? – pregunto triste. Asentí sin poder mirar a los ojos – Ya veo por qué quieres el cambio ¿Puedes decirme por qué?

- No, Lindsay. No puedo – negué con la cabeza soltando un suspiro –No soportaría que también tu me odiaras.

Ella me sonrió tiernamente, aparto algunas prendas de mi cama y las coloco en el suelo. Palmeo a su lado para que me sentase junto a ella.

- Eres mi hermano mayor, Logan. Hagas lo que hagas, no podría odiarte por nada ¿De acuerdo?

- Ok, te lo contare. Antes que nada ¿Dónde están James y Freddie?

- Bueno, parece que Lucas solamente le cayó bien tu amigo pelirrojo, así que ambos están jugando billar en la sala de juegos, y Freddie está con papa. Ya sabes cómo es papa.

- Me imagino de que deben estar hablando. – Genial, ahora Larry le comenzaría a hablar sobre Anthony, cuando Freddie estaba más que seguro que no querría volverlo a ver en el resto de que le quedara de vida.

Comencé a relatarle a Lindsay todo lo sucedido, de cómo salía a fiestas y terminaba con una chica distinta en la cama, en cómo me había enterado de que Emma era la hermanastra de Bella, en la forma en la que Bella actuó y toda la culpa que llevaba adentro. Se notaba en su rostro que estaba triste por lo que escuchaba, me sentí miserable por haberla decepcionado así. Le estaba relatando a mi hermana menor como era que había perdido a la mujer que amaba, al menos esperaba que ella no cometiera mis mismos errores con su novio. Aunque no me imaginaba a Lindsay traicionando a una persona, era demasiado leal y dulce como para hacerlo. O bueno, eso es lo que yo quería creer.

- Ya esta, Logan. Te equivocaste – me masajeo el hombro en forma de aliento – Bella se dará cuenta de que cualquiera se puede equivocar y te perdonara.

- No, Bella es demasiado orgullosa – negué con la cabeza – Yo tampoco creo que lo haría si ella hubiera sido tan desgraciada como yo lo fui con ella.

- Bella te ama – me aseguro sujetando con fuerza mi mano – y quien ama perdona.

- Quien ama no traiciona – replique en forma de susurro.

- ¿Por qué el amor tiene que tener una estructura como esa? Se supone que el amor rompe cadenas, reglas y nos hace experimentar cosas que tal vez nunca quisimos experimentar. Nos convierte en otra persona totalmente distinta a la que somos, sea para bien o sea para mal. Hacemos cosas maravillosas y desastrosas por amor – miro directo a mis ojos, y sentí que estaba mirado adentro mío – Hiciste algo muy malo, Logan. Acostándote con otras, ella sintió que nunca la quisiste, pero ¿Cuándo te acostabas con ellas, sentías lo que sentiste por Bella?

- No, por supuesto que no – negué rápidamente – Era todo muy distinto, era todo… todo perfecto y maravilloso…

- Exacto. Tu cuerpo puede ser de quien quiera, puedes estar con miles de chicas las veces que quieras, pero tu alma y tu corazón solo va a pertenecer a una persona. A Bella. Si ella te ama, va a romper esa estúpida regla de que si te engaña debes cortarle y no volver nunca con él. Si ella te ama, va a perdonarte, porque no solo fuiste su novio, fuiste su mejor amigo por mucho tiempo, y sería algo muy desconsiderado de su parte marcarte de por vida, por un error que cualquier ser humano puede cometer, cuando tú has estado minuto a minuto a su lado, ayudándola a pasar todas las desgracias que le sucedían ¿O me equivoco? – ella no espero mi respuesta, tomo mi rostro entre sus manos – No necesitas cambiar, Logan. No debes cambiar, así eres tú. El cambio no se debe a las otras personas, se debe a ti mismo. SI tu estas bien contigo mismo, olvida a los demás, y vive tu vida. Porque la vida es corta y quizás jamás vuelvas.

- Quiero cambiar – susurre con la voz entrecortada por el llanto – porque estoy cansado de ser tan insensible, tan frio y tan duro.

- ¿Insensible? ¿Frio? ¿Duro? – sonrió comprensivamente – No eres nada de eso, Logan. No, sino no estarías con tanta culpa y no estarías llorando. ¿Qué es exactamente lo que quieres cambiar?

- Quiero dejar de drogarme, quiero dejar de tomar alcohol, quiero dejar de tener sexo con cualquiera que se me cruce… Ya no quiero ser así…

- Comprendo, comprendo muy bien, Logan. Y es genial que aceptes cambiar, pero si vas a cambiar, lo harás por ti, y no por los demás ¿De acuerdo?

Asentí levemente. Abrace a Lindsay, dejando caer más lagrimas junto a ella, quien también se había emocionado. Jamás pensé que Lindsay podría llegar a ser tan comprensiva y de dar las palabras exactas para hacerme llorar. Por esto, y otras razones, amaba a Lindsay, y le agradecía demasiado que estuviera conmigo, que fuera la única que pudiera comprenderme.


Al otro día


- ¿Saben que vamos a hacer para el cumpleaños del pequeño Lucas? – dijo Freddie maliciosamente.

Estábamos en la sala de juegos, donde estaban los videojuegos, las computadoras y la mesa del pool. Era el cumpleaños de Lucas, y Freddie había logrado ganarse un poco su agrado ¿Cómo lo logro? No tengo la más mínima idea, supongo que Lucas solo quería alardear que era amigos de universitarios de Yale, y mas con Freddie, que parecía todo un galán de telenovelas, con una mezcla de chico malo.

- Que ni se te ocurra – dije, imaginándome la propuesta que haría.

- Oh, vamos Logan. Es el cumpleaños de tu hermanito – refunfuño James.

- Por eso mismo, no dejare que lo lleven por mal camino – replique con humor y me concentre en tomar mi bebida energética.

- Es mi cumpleaños, así que yo decido – interrumpió en la conversación mi hermano.

Levante las manos al aire, dándole la razón. Bien, si él quería un cumpleaños descontrolado, perfecto. Aun así me aseguraría de que James y Freddie no se vallasen a la mierda.

- Pensaba en algo así como ir a un boliche – prosiguió el rubio.

- Soy menor de edad, no me dejaran entrar – resoplo Lucas.

- No hay problema, niño – Le resto importancia Freddie – unos buenos billetes convencen a cualquiera. También pensaba que necesitas un cambio de Look. Sin ofender, pero pareces un viejo renegado con ese atuendo tan elegante y ese corte de cabello como de los 50’. Y de paso, probaremos suerte contigo, James.

- Ja-ja, muy gracioso – murmuro el pelirrojo sin humor.

- ¿Y quien hará el cambio de look? – entrecerró los ojos mi hermano.

- Oh, eso ya lo resolví. Hable con Lindsay esta mañana, me dijo que tenía un spa perfecto para renovar el estilo, también a los hombres – sonrió el rubio.

- ¿Y que hacías hablando con mi hermanita? – espete bruscamente, lleno de celos.

- ¿Y qué quieres que haga? Es linda y bueno, me atrae – sonrió maliciosamente. Estaba bromeando, pero solo para cabrearme.

- ¡Wow, Fredd! ¡Mira como los dos Lerman te matan con la mirada! – rio James.

- Ni se te ocurra, Lindsay tiene novio y es mejor que siga con él, en vez de salir con un jubilado – comento Lucas.

- ¡Hey! ¡No soy ningún jubilado! ¡Aun sigo siendo sexy! – replico Freddie molesto.

- En fin, no te acerques a mi hermana, y vallamos de una vez a ese spa – dije, ordenándole a todos que de una buena vez se levantaran para irnos.

El spa que Lindsay nos había recomendado, quedaba algo lejos de donde vivíamos, pero llegamos al cabo de media hora. No sé de qué fue de James y Lucas, solo que escuche que el pelirrojo y el castaño eran el código rojo. Freddie y yo al oírlo nos tentamos hasta que se nos obligo a callarnos. Esperamos en la sala de espera, como si estuvieran operando a alguien, con toda la tensión y la angustia.

Le pregunte por Olivia, y me dijo que se verían al día siguiente, ya que aun estaba acomodando sus cosas y reencontrándose con toda su familia por parte de su madre. Me pregunto por Bella, si sabía algo de ella, así que le conté lo que había pasado con Hamber y su novio, omitiendo la parte en que la había ayudado a empacar y le había prestado mi maleta nueva solo para que apresurara el viaje. Aun no sabía si había llegado o no, pero esperaba noticias suyas y el estado de Hamber, era lo único que esperaba.

Freddie me saco de mis pensamientos cuando me dijo de que ya estaban viniendo. No reconocí para nada a James, el estaba tan… ¿Atractivo? ¿Pero qué carajo? ¡Se veía genial él, maldito desgraciado! Y Lucas, se veía bien, pero no era tan sorprendente como la transformación del pelirrojo. Los lentes habían sido reemplazados por unos lentes de contacto que estaban justo a su medida, unos jeans negros, con una camisa azul a cuadros, acompañado de una chaqueta negra. ¿Sus ojos siempre habían sido verdes? Jamás lo había notado.

- ¿Y qué tal? – murmuro tímidamente.

- Aléjate de mi hermana, no te quiero como cuñado – masculle haciendo que todos rieran, pero yo no estaba bromeando.

- ¡Ahora sí, vamos a irnos de fiesta! – exclamo Freddie pasando sus brazos por el hombro de James y de mi hermano.

Pague con la tarjeta de crédito antes de irnos. Ahora si empezaba el verdadero tormento, donde debía ser fuerte a la tentación de resistirme a todo aquello que casi arruinaba mi vida.

A las cinco de la mañana

Freddie y James llevaban a Lucas, quien estaba tan ebrio que no podía caminar por sí solo, así que mis amigos lo ayudaron, pasando su brazo por sus hombros y ayudándolo por más que ellos también estuvieran algo afectados por el alcohol. Por mi parte, me alegre al saber que había podido resistirme al drogarme y emborracharme como ellos lo habían hecho. Y no estaba bromeando, me la pase tomando agua mineral y desasiéndome de todo el contenido con alcohol que caía en mis manos. Tire en el baño toda droga que tenía en mis manos y que dejaban en ella, y rechace a todas las mujeres que se me tiraron encima. No podía estar más orgulloso de mí mismo.

- ¡Logan! ¡¿Pero qué carajo es esto?! – exclamo Larry al vernos entrar. Estaba con su bata de color rojo y tomando una taza de té.

- Lucas quiso salir a divertirse, y bueno, cuando le dije que parara de tomar, me mando al diablo – me encogí los hombros indiferente. – Yo trate de pararlo – alce las manos al aire.

- ¡Papa! – chillo Lucas contento, pero luego su expresión cambio - ¿Por qué siempre dices que Logan se hará cargo de la empresa? ¿Acaso no confías en mi? ¿No crees que soy lo suficientemente bueno como para hacerme cargo yo? El siempre es tu preferido ¿A que si?

Larry transformo su rostro de piedra, pero luego su expresión cambio, al de alguien comprensivo y un poco herido. Se acerco hasta mi hermano y puso sus manos sobre sus hombros.

- Digo que Logan se hará cargo de la empresa, porque es mayor de edad y no sé si seguiré vivo hasta que tu lo seas, Lucas. Eres mi hijo y jamás, pero jamás dejaras de serlo ¿De acuerdo? Te quiero, campeón – lo abrazo con fuerza.

Lucas comenzó a llorar, balbuceando que también lo quería y que era el mejor padre que alguna vez pudo desear. Freddie y James estaban tan impactados como yo, o quizás yo lo estaba más. Nunca, pero nunca en mi vida había escuchado decirle a Larry que quisiera a alguien, ni siquiera a su propia madre, ni en los peores momentos.

Freddie y James llevaron a Lucas hasta su cuarto para que descansara, ellos también de seguro irían a dormir por lo agotados que estaban. Mire a Larry y el dirigió su mirada hacia a mí, dejando ver rastros de unas pequeñas lagrimas que se habían deslizado por su mejilla.

- Vamos a hablar. Ahora. – ordeno, tomando su taza de té y caminando hacia el escritorio.

Se sentó en el sillón y cerré la puerta a mis espaldas. Me quede parado, cruzado de brazos y esperando el enorme sermón de mi vida, con gritos incluidos.

- Siéntate a mi lado – dijo palmeando el sillón.

Y así lo hice, extrañado por todo esto ¿En verdad Larry había cambiado y había empezado a ser buen padre con Lindsay y Lucas?

- Como te dije, no tuve nada que ver con que se pusiera borracho…

- Es tu hermano menor, se lleven bien o mal, debes protegerlo – me interrumpió. Solté un suspiro – Se que te cuesta ser comprensivo con Lucas, pero el está pasando por cosas difíciles.

- ¿Ah sí? ¿Cómo cuales? – espete molesto.

- Como que extraña a su madre…

- Yo también la extraño – replique, sintiendo un nudo en mi garganta.

- Lo sé, pero a él le costó asimilar aun mas su perdida. Tenias cinco años cuando murió, Lucas solo tenía casi dos años y Lindsay era recién nacida ¿Sabes lo difícil que fue para el que estaba tan pegado a su madre? Dormía con ella, estuvo a su lado durante todo el embarazo de Lindsay, se mantuvo al lado de ella incluso cuando Lisa tenía que estaba muy enferma. Extraña a su madre, como tú también lo haces.

- No puedes justificar su comportamiento porque extrañe a mama.

- No lo justifico, sino que lo comprendo. Lucas tiene miedo de ser siempre opacado por ti ¿Por qué crees que todas sus notas siempre eran altas o que satisfacía cualquier cosa que yo quería que hiciese? Porque quería ser mejor que tu. Lucas sabia lo extraordinario que eras en todo New York por todas tus conquistas y tu pandilla drogadicta y agresiva. El jamás tuvo un amigo verdadero porque todos querían ser sus amigos porque tú eras su hermano, tu al menos estabas con Bella, quien a pesar de que la juzgue mal al principio, es una buena persona y fue enserio tu amiga. Y luego una muchacha empezó a salir con él, pero era solo por su dinero. EL le compraba joyas, la llevaba a todos lados con su auto, hasta que supe que solamente era por todo lo que él le podía dar, no porque lo quisiera. ¿Ves lo que te digo? Lucas está enojado con todo el mundo, contigo, conmigo, con Lindsay por mas que no tenga nada que ver. Esta enojado con sí mismo por no poder sobresalir en algo. Por eso quiere la empresa, porque piensa que así podrá realizar un sueño que siempre quiso.

Puse mis manos sobre mi rostro, frotándola una y otra vez, tratando de asimilar todo lo que me decía. ¿Por qué Lucas simplemente no me había dicho aquello? Le aclararía bien que jamás tendría deseos de ocuparme de la empresa sino era por obligación, que quería ser un medico común y corriente y no un empresario como el aspiraba.

¿Extrañaba a Lisa? Pero por supuesto que sí, la extrañaba demasiado como todos aquí la extrañaban. No era una mujer que se olvidaba fácilmente, y no por ser malvada, porque era un ángel que conquistaba el corazón a todos a su alrededor.

- Hijo, lo siento si no fui un padre como que esperabas. En verdad lo siento – murmuro mi padre, y vi lagrimas por sus ojos – Fui una mierda de padre con ustedes, pero sobre todo contigo. Estaba tan perdido, tan dolido que me volví duro y frio, entonces decidí que irías a ese internado porque no sabía cómo diablos hacerme cargo de ti, menos de Lucas y de Lindsay. Cuando caíste en coma alcohólico, ni siquiera podía llegar a pensar en pisar el hospital, porque la última vez que lo había hecho, Lisa había muerto y yo no quería estar allí si tu partías. Me molestaba que anduvieras en esas cosas, pero pensé que solo eran tonterías de adolecentes, y tenias a Bella a tu lado. Ella te cuidaba y varias veces la vi arriesgándose el pellejo por ti. – se seco las lagrimas y continuo – Eres mi hijo, Logan. Mi primer hijo, el cual estaba la esperanza de crear una familia y vivir el amor que compartíamos con tu madre. Te quiero, enserio te quiero, y no daría nada en el mundo porque me perdonaras y trataras de acercarte a mi aunque sea un poco…

No pude aguantar más, porque ya estaba llorando y sintiendo todo el dolor del rencor en mi. Abrace a Larry, porque era lo que los dos más necesitábamos, lo abrace porque sentía que debía perdonarlo y empezar con él desde cero. Lo abrace porque yo también quería a mi padre a pesar de todo.

Luego de que nos separamos, nos limpiamos las lagrimas, y nos miramos tímidamente.

- Que marica, llorando por palabras de un viejo –rio con humor, intentando despejar el ambiente.

- De tal padre a la astilla ¿No? – levante las cejas. El me fulmino con la mirada pero se echo a reír.

- Eres igual a mi cuando era joven, solo que yo era peor.

- Umm ¿Gracias?

- De nada – rio nuevamente – Así que, si vamos a acercarnos como padre e hijo ¿Me dirás que paso con Isabella? – pregunto esta vez serio.

¿Qué debía decirle? No sabía con exactitud, pero presentía que me ganaría unos buenos insultos merecidos. O quizás, el nuevo Larry me comprendería y me contaría algunos amoríos suyos con las esposas de empresarios.

- Engañe a Bella. Muchas veces – murmure, mirando hacia abajo – Ella lo descubrió y me mando al diablo.

- Era de esperarse – asintió dudando un poco - ¿Te acostaste con alguien importante para ella?

- Creo que si… con su hermanastra, Emma Stridder. La hija de Susan Stridder, pero no sé si ella era importante para Bella. No se llevaban ni muy bien ni muy mal.

- ¿Entiendes que para ella es peor que te hallas acostado con Emma que con las otras? – alzo las cejas. – Según lo que me explico un día la abuela, Víctor Evans, abandono a su familia por los Stridder. Debió sentir otro abandono y preferencia por Emma.

- ¿Pero cómo diablos sabes eso? ¿Qué tanto estuvo diciendo la abuela? – suspire, bien ahora no se le podía contar nada.

- Le pregunte sobre Bella. Me interesaba saber con quién andabas de novio, así que me conto varias cosas interesantes de ustedes dos.

- Recuérdame nunca más contarle nada – masculle y me pase la mano por la cabeza – Fui un imbécil, de verdad un imbécil.

- A todos nos pasa, hijo. A veces no sabemos qué es lo que tenemos hasta que vemos que se está yendo – asintió bebiendo un sorbo de su te – No voy a negarte, engañe a tu madre un par de veces antes de que nos casáramos. Ella se molesto pero ¡Que mierda! Nunca en su vida se había molestado tanto. Cuando pensé que me iba a romper la cabeza con la silla, se echo a llorar y me hizo prometerle que volvería conmigo, solo si no volvía a engañarla. Y así hice, y cumplí con mi palabra.

- ¿Ella te perdono así sin más? – murmure impresionado.

- Cuando uno quiere enserio, perdona. – miro directo a mis ojos y luego palmeo mi brazo – Solo necesita tiempo, y eso es lo que debes darle.

Esa noche estuve hablando con Larry hasta que decidimos irnos a dormir por lo cansados que estábamos. Nunca había llegado a imaginar que mi relación con el sería mejor si tan solo se llegara a disculpar por todo lo que había hecho. Había descubierto cosas que jamás pensé descubrir, había explorado lo que era sentir un verdadero padre dándote consejos y contándote anécdotas, al mismo tiempo, un padre en el cual confiar. Ahora podía decir, que Larry era mi padre.