Los Mejores Amigos [ Logan Lerman] 2da Parte

Bella mantenía su vista fija en la ventana sin siquiera prestarme atención cuando hablaba. Solo asentía de forma ausente y cortante. Suspire con pesadez elevando un poco el volumen de la canción que recientemente pasaba.

Cuando Hamber había llegado había discutido fuertemente con Bella por la actitud hacia Selena. Nunca las había visto pelear tan fuerte… habían tenido varias peleas en el pasado, pero nunca fue hasta el extremo en que Bella tomara sus cosas y se largase lo más rápido posible. Hamber había soltado varias lagrimas y frases como… bueno, frases no muy bonitas. Y, ya sabrán que las respuestas de Bella quedan en primer lugar si se trata de insultos.

Sabía lo difícil que era para ella pelearse con su mejor amiga, siempre habían sido inseparables hasta el momento en que Hamber había subido a un avión hacia una nueva vida lejos de ella. ¿Y ahora como iban a arreglarse? Antes se arreglaban gracias a Selena, antes pasaban todas las mañanas compartiendo clases, antes se veían todos los días ¿Y ahora que vivían tan lejos una de la otra? De seguro, Bella pensaba lo mismo.

- Para el amanecer llegaremos – le asegure con una sonrisa.

- Ok – asintió cortante.

- En una semana es navidad ¿Qué crees que debemos hacer?

- Ordenar el maldito departamento – farfullo – luego iremos a hacer las compras, y tercero, compraremos los regalos para los chicos. Y si me disculpas, voy a dormir un rato.

- Buena idea, te hará bien descansar, Bells.

Bella quedo dormida a los pocos minutos descansando su cabeza en el asiento. Observe cada una de sus facciones de su rostro sintiendo un cosquilleo dentro de mí. Sonreí al sentir la felicidad oprimida en mi pecho y baje el volumen para que pudiera dormir en paz.

Dentro de poco estaríamos en nuestro hogar.


24 de Diciembre por la mañana

- ¡Maldita sea, Lucas! ¡Deja de ser tan egoísta! ¿Acaso te cuesta tanto entender que hay niños que no tienen lo que tu si? – masculle apretando con fuerza los dientes.

- Mira Logan, yo ahora estoy cargo en lo que se invierte el dinero de la empresa ¿Y piensas gastarla en orfanatos y hospitales para Navidad? ¿No crees que son un poco grandes para creer en Santa? – dijo con cinismo.

- Escucha bien, pendejo de mierda. Que tú seas un egoísta mal nacido, y que estés lleno de caprichitos de mierda, no vas a impedir que la empresa done tanto como dinero, ropa, comida y regalos. Y te recuerdo lo más importante; el primero al mando soy yo, no un pendejito de catorce años.

- ¿Solo porque tienes dieciocho y eres mayor de edad, piensas que vas a mandarme? Estas muy lejos para impedirlo.

- Hijo de pu…

- ¡Ya basta los dos! – escuchamos una voz familiar. – Se comportan como críos, par de idiotas. ¡Lucas! Cuelga el maldito teléfono que quiero hablar con tu hermano. Y Logan, tu madre no era ninguna puta.

- Lo siento – murmuramos mi hermano menor y yo.

- Lucas, cuelga. Más tarde tendremos una charla.

Lucas asintió y colgó al instante. Pendejo de mierda, le convenía no volver a contradecirme cuando le diera una orden tan importante como esa, porque la próxima vez lo dejaría tan golpeado que no reconocería nadie su rostro.

- ¿Qué manera es esa de pelear con tu hermano, Logan? – farfullo Larry molesto.

- ¿No escuchaste cuando dijo que no iba a permitir la donación de navidad que hacemos cada año? Mama lo hacía siempre – suspire un poco adolorido.

Larry quedo unos segundos callado. Era doloroso para mí hablar de mi madre, apenas le había contado pocas partes a Bella. Le había mostrado una foto vieja de ella cuando era joven, y también le había permitido ver sus joyas y sus ropas. Todo eso estaba en una habitación que estaba restringida. Quizás Larry si la había querido enserio, sino, nunca nos hubiese prohibido la entrada.

Lisa Lerman, la hermosa y exitosa mujer de Larry Lerman, había sido una mujer llena de vida y amor para dar. Siempre estaba en los orfanatos intentando hacer felices a los niños. Ayudaba a los hospitales con grandes donaciones que hacia muchas veces. Me enseño que el egoísmo destruía a la persona y que la solidaridad le hacía adquirir valores que no se podían comprar con dinero ni con nada en este mundo de forma material. Era una mujer distintas a todas esposas de los grandes empresarios como Larry, por eso todos la amaban, por eso todos la querían de forma inevitable. La mujer maravilla, según le decían.

- No te preocupes, ya he mandado a que den las donaciones necesarias y compren lo que esos chicos se merecen estas fiestas. Incluso gozaran felizmente en año nuevo. – comento Larry, dejándome más tranquilo - ¿Vas a pasar noche buena aquí?

- ¿Qué? La abuela me dijo que pasarían la navidad en New Haven – resople frustrado.

- Lo siento, Logan. Pero debido a la enfermedad de tu papa no podemos ir – escuche decir a mi abuela.

- ¿Sabes, hijo? Voy a desconectar todos los teléfonos menos el de mi despacho, esto de que escuchen conversaciones ajenas me está hartando.

- ¡Tú también lo hiciste! Quería llamar a Kelly para desearle una feliz navidad, pero siempre tu padre está con el maldito teléfono y …

- Abuela, abuela, no me importa. Solo me importa el hecho que no vendrán ¡Me habías prometido venir! – exclame enojado.

- Lo sé, pero con todo esto que está sucediendo. No sabía cuan delicado estaba tu papa, y Lucas y el abuelo siguen algo molestos contigo. Nos encantaría ir a visitarte con Lindsay pero....

- Está bien, abuela. Ya explicaste suficiente. Adiós y que tengan una feliz navidad – desee dejando ver la ironía en mi voz.

Corte con fuerza el teléfono antes de que pudiese responder. ¿Enserio iban a romper la promesa de que pasásemos la navidad juntos? ¿Pero de qué demonios me sorprendía? Antes también lo habían hecho, me habían dejado a un lado por su queridísimo hijo. Pero esta vez no era por el problema de Larry, era porque mi abuelo y mi hermano me odiaban. A Clarisse, nunca se le dio bien de mentir. Había podido distinguir su voz nerviosa y falsa como cuando mentía.

- Está bien, Logan – murmuro Bella acariciando mi hombro en forma de apoyo.

- No lo puedo creer – dije soltando pocas lagrimas que rápidamente me las seque – Son unas mierdas.

- ¡Logan! ¡No digas eso de tu familia! – me regaño. Luego se sitio adelante mío mirándome directamente a los ojos – Mi familia tampoco vendrá. No saben cómo venir y nosotros no podemos ir, así que pasaremos la navidad nosotros dos solos ¿Qué te parece? – sonrió dándome ánimos. – Nos tenemos el uno al otro para este día ¿Qué más puede faltarnos?

- La comida – bromee y ella se echo a reír.

- Si que eres tonto – me dio una palmeada en el hombro – A cocinar se ha dicho.

- ¿Tu? ¿Cocinar? – carcajee. Bella me fulmino con la mirada.

- Vuelve a reírte y vas a cocinar tú solo, estúpido.

- No te enojes, cielo. Sabes que bromeo – ella simplemente revoleo los ojos.

Cocinar con Bella había sido un desastre. Estábamos peleando tirándonos harina, roto los huevos y quemado gran parte de la comida que habíamos hecho solo por estar jugando. Pero ¿Todo eso en verdad importaba? Todo con ella parecía un sueño, parecía sentir una navidad lleno de regalos sin fin, era todo mágico a su lado. Aun con su pelo blanco y su cara manchada de crema, su sonrisa era imborrable y sus ojos luminosos.

- ¡Se está quemando el pavo, idiota! – grito sacándome de mis pensamientos.

Con rapidez tome dos repasadores y lo saque del horno. Efectivamente se estaba quemando, pero llegue a rescatarlo. Bella salto emocionada, por fin algo nos había salido bien. Limpiamos un poco todo el desorden que habíamos hecho mientras hablábamos de donde nuestros amigos pasarían la navidad. Olivia la pasaría con su madre y su abuela que, aunque la molestaran siempre de que debía conseguirse un millonario y casarse, eran las personas más importantes en su vida. Freddie y Natasha la pasarían en Ohio con toda su familia reunida como para cada fiesta. Daimon pasaría las fiestas solo él y su padre en Washington. Y en cambio, Brie y James la pasarían con su psicóloga en Texas. Ambos estaban peleados con sus familias desde hace bastante tiempo, y a la única que habían considerado su verdadera familia era a Marie, y ella los consideraba como hijos a los dos. Aunque no habían querido entrar en detalle, algo me decía que era algo importante en la vida de cada uno.

Y ahora Bella y yo pasaríamos la navidad juntos como antes. Había tiempos en que me escapaba de mi casa para ir a lo de Bella. La familia de ella era muy acogedora, le gustaban los eventos para hacer grandes fiestas entre ellas y sus amigos. Bailaban hasta casi el amanecer o hasta que los vecinos llamaban a la policía.

Bella me indico que pusiera las cosas para comer mientras ella se daba un baño rápido. Le di mi aprobación y comencé a preparar la mesa colocando algunas velas para darle algún ambiente romántico. Quizás, después de todo, había sido lo mejor que pasáramos la navidad juntos.

- Qué lindo te ha quedado todo – comento ella con alegría.

- Y tú que rápido te bañas – reí. De inmediato la mire a pies a cabeza - ¿Sabes que te quedaría mejor sin la bata que traes puesta?

- No te pases, Lerman – me golpeo la cabeza, y rio cuando yo exclame mi dolor – Vete a bañar, yo me cambio y en unos minutos bajo.

- Menos mal que coloque la rompa que usaría en el baño – farfulle masajeando la parte en la que me había golpeado. Bien, lo tenía merecido.


Media hora después


Bella bajo de la escalera con un hermoso vestido negro ajustado. Era corto y tenía pocos brillos no muy fuertes, que hacían resplandecer el color negro. Tenía un cinto por la cintura de color dorado algo oscuro que hacia remarcar su figura. Pero mis ojos se desviaron al instante buscando sus ojos tan propios de ella. Al llegar a la planta alta me dio un pequeño abrazo el cual correspondí con fuerza.

- ¿Y por que el abrazo? – pregunte cuando nos separamos.

- Lo necesitaba – susurro algo triste.

- ¿En qué pensabas? – insistí un poco más serio.

- En mis navidades con Víctor – sonrió con tristeza – Bueno, comamos.

- ¡Espera! – exclame tomando le mano deteniéndola. - ¿Escuchas la canción? – dije señalando el equipo de música.

- ¿Lionel Richie? – rio acercándose a mi – Sabes que lo adoro.

- ¿Y tú sabes que estás hermosa hoy?

- Tu también estas muy guapo.

Comenzamos a bailar moviéndonos al compás de la canción. Bella sonreía con felicidad provocando una sonrisa deslizándose por mi rostro. El tiempo parecía detenerse en sus ojos, en sus sonrisas y en cada gesto que hacía.

Una navidad nosotros dos solos, juntos pasando la Noche buena, juntos abriendo los regalos que cada uno nos habíamos comprado para el otro. Viendo los hermosos fuegos artificiales que lanzaban festejando la hermosa Navidad, y aunque no era la época más feliz de su vida, yo haría que fuera una navidad inolvidable para ella.

Comencé a acercarme a sus labios con intención de besarlos como tanto me gustaban. Bella se mordió el labio inferior como hacía cada vez que estaba algo nerviosa. Ese gesto me lleno el pecho de felicidad.

Justo cuando íbamos a besarnos, alguien golpeo con fuerza la puerta. Nos miramos extrañados.

- Genial, siempre hay algo que nos interrumpe – farfulle molesto.

- ¿Tu esperabas a alguien? – pregunto frunciendo el seño.

- No ¿Y tú? – negó con la cabeza – Entonces, no sé quién demonios puede ser.

Al abrir la puerta, casi se me sale el corazón por el grito de “¡Sorpresa!” que había largado toda la familia de Bella en cuanto abrí la maldita puerta. Ellos pasaron sin siquiera los invitara. Mire a Bella y ella estaba igual de impresionada que yo. Bien, no pasaríamos una navidad solos nosotros dos.

- ¡Hija! ¿Cómo estás? ¡Mi vida, estas hermosa! – exclamo la madre de Bella abrazándola.

- Mama, también me da gusto verte pero… ¿Qué demonios hacen aquí?

- No quisimos ser malas hermanas, así que decidimos que si tu no vas a la fiesta, la fiesta viene aquí – dijo Grace dándole un abrazo cuando ya se había separado Gladys. – Que lindo es verte.

- Nos vimos hace dos días cuando fui a New York – replico Bella riéndose.

- Aun así te extrañamos, tonta – comento Connor abrazando a su hermana con fuerza.

- Yo también los extrañe, idiota – rio, abrazando a su hermano con fuerza. Para ella, Connor era alguien demasiado importante, más que toda su familia.

Y así las cuatro hermanas de Bella; Georgiana, una mujer alta con hermosas facciones, color de ojos negro y cabello castaño. Era la más responsable de todas las hermanas. Annie, una rubia alta con ojos verdes también y una gran sonrisa, su compostura ya era rellenita. Era la más fiestera de todas las hermanas. Grace, pelinegra de ojos verdes y con su embarazo que ya casi daba a luz. Era la más dulce y con paciencia de todas. Anahi, la que era más parecida a Bella, solo que era pelinegra también, con ojos cafés. Era la que tendía a ser mas de carácter fuerte que las demás y más seria. También estaba su madre, gordita, de ojos color verdes y pelo rubio tenido. Las cinco mujeres eran algo así como el carácter de Bella; fuertes, con un gran carácter y con fuerza de voluntad para alcanzar sus metas. No me extrañara que Bella, al estar rodeada de mujeres así, también llegara a tener actitudes como ellas. Pero, definitivamente, Bella era la más fuerte, la con menos carácter, y con mucha más fuerza de voluntad.

Describiendo a Connor, era un gran atleta, con rizos negros y ojos cafés al igual que Anahi. La única con ojos color marrones verdosos, era Bella.

- ¡Oh, Logan! – exclamo Annie dándome un fuerte abrazo mientras me sacaba de mis pensamiento.

- ¡Logan! – chillaron las demás con emoción, menos Anahi.

- No me digan que no lo habían notado hasta ahora – farfullo molesta Bella.

- Perdón es que estábamos contentas por verte – se excuso Georgiana – Grace, le diré a Christian que baje a los niños.

- ¿También ellos vinieron? – pregunto sorprendida Bella.

- ¡Por supuesto! ¿Dónde crees que los íbamos a dejar? – respondió de mala gana Anahi.

- Yo no te estaba preguntando a ti – replico Bella fulminándola con la mirada.

- Es navidad, no se van a pelear ahora – dijo Gladys en medio de las dos hijas.

- Lo han hecho antes en esta fecha, así que no es nuevo – se encogió los hombros Grace.

- ¡Isabella, Isabella! – canturreo Chris entrando por la puerta. - ¡Logan! ¿Cómo estas, chico?

- Excelente – mentí ¿Cómo carajo iba a estar excelente si con su visita me había arruinado la cena romántica que tenia lista? Pero en fin ¿Qué más daba? Estaban aquí, ayudándome a hacer que estas fiestas fueran las más felices de Bella. Eso era lo único que me importaba; que ella fuese feliz.

- ¡Tía Bella! – gritaron los niños mientras entraban corriendo a saludar a su tía. Menos Bruno, quien era el mayor de los nietos e hijo de Georgiana.

- ¡Mis pequeños monstros! – exclamo Bella sonriente.

- ¿Solo eso cenaremos? – dijo Annie observando la comida – Menos mal que trajimos para cocinar.

- Podemos usar tu cocina ¿No, Logan? – pregunto Gladys sonriendo.

- Está bien, pueden hacerlo – conteste devolviéndole el gesto.

Pensar que hace unos segundos todo estaba completamente en silencio, nosotros dos solos, en una bellosisima cena romántica, donde juntos le pediría que fuera mi novia. Genial, había quedado todo estropeado, pero ¿Qué más daba? Amaba a esta familia, pasar una navidad mas con ellos y esperar unos días más para darle a Bella la proposición, no iba a matar a nadie ¿O sí?

- Tío ¿Dónde está el baño? – pregunto Leila tirándome con delicadez la mano.

- ¿Tío? – pregunto Bella sorprendida. La casa quedo en silencio, uno muy incomodo - ¿Qué demonios le estuvieron metiendo a los niños? – pregunto a todas sus hermanas cruzándose de brazos.

- Nada que no pueda llegar a ser mentira – contesto Grace con inocencia.

- ¡Grace! – exclamo Bella con las mejillas encendidas.

- Mejor te llevo al baño – comente a Leila intentándome escabullirme.

Una vez que deje a la niña en el baño escuche con atención los susurros de las hermanas de Bella, comentando lo apuesto que era. Alguna que otra mencionaba mi fortuna, pero Bella la mandaba al diablo diciendo que eso no le importaba. Otras le decían que yo era mejor partido que Peter, y otras defendían al ex novio con fuerza, entre ellas Anahi, quien había adorado demasiado al ex novio de su hermana.

- Bueno, basta. Lo que Bella decida será para su bien.

- Dinos la verdad Izzy ¿Tuviste algo con, Logan? No me creo que no hayan hecho nada viviendo los dos solos y compartiendo cuarto – comento Annie.

- No hicimos nada – afirmo – No tenemos nada de esas cosas. Solo que últimamente somos más que amigos…

- ¿Ya se besaron? ¡Eso es genial! – exclamo en susurros Christian.

- Tu lárgate, esto es complot entre mujeres – le dijo molesta Grace – tu también Connor. A la cocina los dos.

Los dos hombres a regañadientes salieron pasando al cocina y yendo al patio de atrás, sin darse cuenta que yo estaba allí. Seguí escuchando la conversación en la cual le daban concejos y advertencias de cómo podría llevarse la relación.

- Listo, tío – murmuro Leila.

Yo me sobresalte y asentí.

- Este… podría quedar en secreto sobre que estoy espiando ¿Si?

- Claro que si – sonrió la niña feliz.

La tome de la mano y juntos entramos a la sala, donde las voces se callaron y observe la cara de Bella toda roja. Quise soltar una gran carcajada pero con la mirada me advirtió que no lo hiciera.

Durante todo el resto de la noche se la pasaron parloteando y haciendo la cena. Tiraron el pavo que tanto nos había costado hacer a Bella y a mi solo porque estaba un poco quemado. Comenzaron a decorar mas la casa diciendo que un árbol de navidad no era suficientemente navideño para este día.

Estas mujeres me estaban cansado, me estaban hartando a tal punto que iba a mandarlas al diablo en cualquier momento. Bella por la mirada me indico que ella también estaba cansada de ellas. Las amaba, pero detestaban cuando estaban todas juntas intentando hacer una navidad perfecta. Quería una navidad perfecta, pero para Bella y ella no lo estaba pasando muy bien que digamos.

Una vez que la cena estaba lista, tome con rapidez mi lugar en la cabecera y con Bella a mi lado, para que nadie ocupara nuestro lugar y nos dejaran un poco de tiempo para hablar. Las hermanas no habían puesto objeción, aunque sentía una mirada acecina, y al levantar la vista observe que era Connor. Un hermano menor celoso y sin dudas dispuesto a matarme.

- Lo siento por todo esto – susurro Bella con disimulo.

- No te preocupes – respondí de la misma forma – al menos año nuevo será nuestro.

- Nos juntamos con los chicos – replico Bella.

- Mierda.

- Antes de cenar, démosle gracias al Señor – sonrió Gladys sentada desde la otra punta.

Bella redondeo los ojos, sabia cuanto odiaba hacer esto. Todos se tomaron de las manos mientras Gladys agradecía la cena. Una vez que termino todos aclamaron su amen y comenzaron a devorar. Solo me mantuve observando los ojos de Bella que estaban conectados a los míos mientras comíamos.

- Dejen de mirarse - espeto Connor molesto.

Todos rieron y nosotros avergonzados dejamos de mirarnos. Bien, ahora no podíamos ni mirarnos. En cualquier momento iba a mandar al diablo a alguien. Tome la mano de Bella por debajo, al menos así no nos vería nadie.

- ¡Se están agarrando la mano desde abajo de la mesa! – grito Leila quien estaba allí abajo tomando su servilleta.

- ¡Lerman! ¡Suelta a mi hermana! – rugió Connor molesto.

Nos soltamos de mala gana viendo como todos se reían de nosotros.

- ¿Se acuerdan la primera navidad que Logan apareció en la casa? – dijo Grace tratando de hacer desaparecer la tensión que habíamos adquirido Bella y yo.

- Fue cuando tenían catorce años ¿No?

- La navidad del 2007 ¡Como olvidarla! – rio Annie.

- Yo aun no los conocía – farfullo Christian.

- A nadie le importa – replico Grace, molestándolo.

Todos reímos al ver como la pareja comenzaba a pelearse. Esa navidad había sido una de las mejores de toda mi vida.


Recuerdos


Vagaba por las calles, con frio, y lleno de nieve por todos lados. Pero aun así no iba a volver a esa maldita casa ¿Así que preferían pasar la navidad con aquel infeliz? ¿Lo preferían a él en vez de a mi? Como odiaba que fueran tan amables con él cuando nos había dejado en cuarto lugar en su vida. Nunca nos había dado ninguna importancia y ahora en navidad venia como si nada hubiese pasado. Yo no podía fingir que estaba contento de tenerlo allí, porque realmente no lo estaba.

No sabía a dónde ir, no tenia donde diablos caerme muerto en ese instante. Observe las calles desiertas en la ciudad. Ahora todos estarían con sus familias pasándola de lo mas bien.

Con cuidado, saque el pequeño paquete que tenía en mi bolsillo. Era un regalo para Bella, un viejo CD de los Beatles que tanto quería. Quede observando el disco con fijes. ¿Y si iba a lo de Bella? Nunca antes había ido a verla una navidad, siempre nos juntábamos para año nuevo pero nunca para una navidad. Solo esperaba que pudiese recibirme aunque sea esta noche.

Camine por al menos una hora desde el centro hasta el vecindario de Bella. No eran mansiones grandes como en las que yo vivía, sino que eran casas comunes de dos pisos, con un pequeño patio delantero y trasero. La casa de Bella no estaba llena de lujos, no había nada asombroso cuando entrabas a verla. Pero transmitía una increíble tranquilidad y paz.

Al estar al frente de la casa blanca con retoques en marrón en varias partes, me pregunte que tan bien estaban pasando la navidad. Se escuchaba la música de los Beatles muy alto y gritos cantando llenos de alegría. Sonreí con tristeza pensando si podrían dejarme unirme a su diversión. Pase por el porto y al llegar a la puerta la toque. Bella atendió la puerta y una sonrisa junto con un fruncido de seño apareció por su rostro.

- ¡Logan! ¡Que bueno es verte! ¿Qué haces aquí en Noche Buena?

- ¿Quién es, Izzy? – pregunto una de sus hermanas.

- Lo siento si interrumpí. Pero es que… me pelee con mi familia – murmure mirando hacia otro lado. No quería que notara mis ojos aguosos.

- Está bien, Logan. Puedes pasar la navidad aquí – aseguro dándome un fuerte abrazo – Sabes que yo soy tu otra familia.

- Gracias, Bells – dije abrazándola con fuerza.

- Ahora pasemos antes de que nos resfriemos.

- ¿Qué es toda esta fiesta? – pregunte viendo como bailaban rock and roll.

- Oh, estas son nuestras navidades. No somos de acostarnos a dormir y espera a Santa – se encogió los hombros y pude distinguir que sus mejillas estaban rosa por la vergüenza.

- Es lo máximo – comente y ella me sonrió.

- ¡Logan! ¿Cómo vas a andar a estas horas afuera? ¡Y con este frio! – exclamo la madre de Bella.

- Mama – la miro con severidad su hija.

- Está bien, está bien. ¿Has cenado ya? – negué con la cabeza – Bueno, por suerte sobro bastante comida. Siéntate en la mesa, ya te traigo algo para comer.

Yo asentí y le agradecí de corazón lo que estaba haciendo. Me uní a la fiesta luego de cenar y comer un poco de la ensalada de frutas que Bella había preparado. Baile con Bella la mayor parte de la noche. Hicieron competencia por los mejores bailarines pero Anahi y su novio nos ganaron. Todo resultaba ser como un cuento de hadas, solo que mas alocado y lleno de humor.

A la noche, me quede a dormir en una de las camas que tenía en su cuarto. Hace poco su hermano se había mudado de cuarto y aun no habían desecho la cama, por suerte pude dormir lo más tranquilo. A la mañana siguiente, la madre de Bella nos despertó para que vallásemos abrir nuestros obsequios, y aunque sabía que no había ninguno para mi, bajamos de todos modos.

Bella recibió una hermosa guitarra a la cual nombro Harrison, y varias prendas de ropa. Y para mi sorpresa, también había varios regalos para mí.

- Tu abuela me llamo ayer a la noche preguntando por ti – me explico la madre de Bella – le dije que no se preocupara y que pasarías la navidad aquí, y hoy muy temprano trajo estos obsequios para ti. Feliz navidad, niños.

- Gracias mama, feliz navidad – sonrió mi amiga.

- Muchas Gracias, señora. – imite el gesto de mi amiga. - Feliz navidad.

- Esto es para ti, Logan – dijo Bella captando mi atención.

Tome el regalo y al abrirlo observe con una sonrisa el precioso marco de nosotros dos. Ella estaba con una gran sonrisa y yo también. Los dos mirando a la cámara y abrazados.

- Bells… esto es…

- Lo sé, Logan. No es la gran cosa pero es lo que mejor pude hacer. No sabia que regalarte con todo lo que tienes, así que pensé que un marco con una foto de nuestra amistad te gustaría ¿No te gusta? Puedo comprarte algo mejor si quieres.

- No, Bella. Es hermoso – dije con sinceridad – mucha gracias en verdad. Esto es para ti – le di el regalo.

Ella lo abrió sonriente y se sorprendió al ver el primer disco de los Beatles, el original. Salía fortunas conseguirlo, pero no me había importado.

- ¡Gracias, gracias! – grito abrazándome con fuerzas – es el mejor regalo de todos ¡Gracias!

- ¡Logan! – grito Bella a mi lado. Me sobre salte - ¿Estás bien?

- Lo siento, estaba recordando… - dije algo aturdido.

- No te preocupes. Muy pronto serán las doce ¿Dónde dejaste las cidras?

- En la alacena, escondidas detrás de la caja de avena.

- Gracias por la información – dijo Anahi levantándose con Georgiana.

- ¿Y cómo les va en la universidad? – pregunto Gladis mostrando interés.

- Muy bien, mama. Logan en la mayoría de sus notas tiene dieces.

- ¡¿Dieces en la universidad?! ¡Tú sí que eres aplicado! – exclamo Christian sonriendo.

- Tengo memoria fotográfica – bromee.

- Seguro estas todo el día estudiando.- comento una de las hermanas de Bella.

- En verdad, no – contesto Bella por mi – siempre está en el bar, o en el pub jugando al billar con los chicos – negó con la cabeza.

- Hicieron amigos ¿Eh? – comento Grace.

- Una compañera de la escuela también va a la universidad con nosotros y cursa conmigo la carrera de Medicina – le explique sonriente – nos presento a varias personas que ahora son nuestros amigos.

- ¿Es con ellos con quien pasaras año nuevo, hija?

- Si. Son Olivia, Freddie y Natasha que son hermanos. Daimon, James y Brie.

- ¿Y ahí alguno lindo de los tres que acabas de mencionar? – pregunto con humor Grace.

- Son mis amigos – revoleo los ojos.

- ¿Y eso qué? ¿Y tú, Logan? ¿Alguna de las nuevas amigas que te gusten? – se dirigió hacia mí con una sonrisa picara.

- Natasha es algo de Daimon, Freddie esta de novio con Olivia, y Brie no es mi tipo – conteste con nerviosismo

- Oh, que lastima ¿Y cuáles son las chicas de tu tipo? – aporto Annie.

- ¡Oh pero qué hora es! ¡Casi el brindis! – se apresuro a decir Bella.

Una vez que se hicieron las doce todos brindaron y sonrieron. Los niños ya se habían acostado hace bastante tiempo, por lo que aprovecharon en que Santa dejara los regalos pero…

- ¡Ya viene Santa! ¡Ya viene Santa! – exclamo Ignacio teniendo su hermanito en brazos mientras bajaba las escaleras con Leila.

- Oh mierda – mascullo Anahi.- ¡Chris! ¡Lerman! ¡A la cocina!

- ¿Qué sucede? – pregunte una vez que tuvimos allí.

- Tengo un traje de santa en el baúl de mi auto.

- Yo estoy viejo – se excuso Christian levantando las manos.

- ¡Claro que no! No tienes ni una arruga, hermano – dije intentando convencerlo.

- ¿Enserio lo crees? – dijo con sorpresa y sonriente – Valla, no lo sabía.

- Oigan, es por los niños, alguno de los dos hágalo.

Christian no le quedo otra que aceptar. En veinte minutos estuvo con el traje de Santa listo y con una bolsa marrón con los regalos. Los niños saltaron con sorpresa al verlo. Les obsequio a cada uno variedades de regalo y luego a las hermanas, también a mí y a Connor y Gladys. Se despidió de nosotros y las madres correspondientes de sus hijos, los mandaron a dormir diciéndoles que ya tenían todo lo que ellos querían.

La navidad del 2007 se repitió. La música en alto, los bailes y las canciones cantadas a gritos. Los concursos de comida y de baile. Todos felices, todos con una sonrisa grande en su rostro. Ahora podíamos pasarla bien, podíamos bailar, tocarnos sin que nadie nos mire mal o con picardía.

Al cabo de unas horas, todos quedaron tan exhaustos que después de limpiar pusieron los colchones que habían traído y se tiraron a dormir. Grace y Christian dormirían arriba con los niños. Gladys tenía su propio colchón sola. Annie dormía con una bolsa de dormir al igual que Georgia y su hijo. Connor durmió con Anahi en otro colchón, mientras que nos dejaron el sillón cama a mí y a Bella para que pudiéramos dormir cómodamente.

Cuando había terminad de darme una ducha, no vi a Bella por ningún lado. Observe por la ventana que había empezado a nevar hace bastante tiempo. Cuando estuve lo suficientemente abrigado, Salí al patio trasero y la observe sentada en uno de los escalones.

- ¿Qué haces? – pregunte sentándome al lado de ella.

- Veo a la nieve caer – suspiro mirando al suelo – Estas navidades siempre me dejan con un sabor amargo.

- ¿Por qué?

- Porque era con Víctor con quien bailaba la cárcel del rock and roll – contesto soltando otro suspiro – Pero al menos tengo un gran bailarín que lo reemplaza – sonrió dejando su cabeza en mi hombro.

- Dime que fue una hermosa navidad para ti, porque no aguante para nada a tu hermanas – dije con voz suplicante. Ella rio.

- La pase muy bien, Logan. No te voy a mentir. Aunque no me gustaron sus interrogatorios – bufo molesta – Siempre hacen lo mismo.

- Es lógico que se preocupen por ti. – me encogí los hombros.

- Al menos es una blanca navidad.

- ¿Bailamos? – propuse extendiéndole la mano.

- ¿Por qué? No hay música.

- Claro que si – replique poniendo a todo volumen la canción de Hello. – No pudimos terminar nuestro baile, así que bailemos debajo de la nieve.

Volví a extenderle la mano a Bella y ella la tomo sin vacilar. Ambos bailamos mientras nos mirábamos a los ojos, mientras nos reíamos y sintiendo la calidez uno del otro a pesar de estar debajo del frio invierno.

- Es una navidad perfecta. Mis hermanas, mi mama, mis sobrinos, mi cuñado, mi hermano. Y en especial tu, Logan. Gracias por todo.

- Sabes que haría estas cosas por ti, y mucho mas, Bella.

Junte nuestros labios por fin. Había ansiado sus besos todo el día, se habían vuelto adictivos a medida que pasaba el tiempo. Aunque siguiéramos tratándonos como mejores amigos, los besos entre nosotros no podían faltar. Bella, con cada beso, hacia que todo lo malo se volviera bueno, todo lo negro se volviera blanco, y lo blanco en millones de arco iris.

- Feliz Navidad, Logan – susurro una vez que nos habíamos separado, pegando nuestras frentes.

- Feliz Navidad, Bella.

- ¡Pero qué lindos los tortolos! – exclamo Annie riéndose a carcajadas junto con toda la familia de Bella.

- Ya me tienen harto ¡Vallan a dormir, mierda! – grite mientras les lanzaba bolas de nieve.

Ellas gritaron cuando las bolas de nieve que les tire les pegaron, aunque también se rieron. Se metieron adentro segundos después. Bella también reía y yo seguía molesto porque nos habían interrumpido nuestro momento. Antes de que pudiera decir algo, Bella sujeto mis mejillas entre sus manos, dándome un pequeño beso en la boca.

- Definitivamente, es una navidad perfecta.