Re: La huida de una princesa Joey Tu

por **Nani Jonas** Jue 29 Dic 2011, 12:43 pm

me e perdido muchos cap eso es inperdonable jajaja
como pudiste dejarla justo ahi siguela pronto porfavor

por **Nani Jonas** Jue 29 Dic 2011, 12:44 pm

pase de pagina wiiiiiiiiiiiii la princesa y el sapo - La huida de una princesa Joey Tu - Página 5 88550944

regalame un cap por eso

por **andreita** Jue 29 Dic 2011, 1:43 pm

no no no
como la dejas ahi??
porfavor siguela ya
no queiro que e separen :(

por **Yhosdaly** Jue 29 Dic 2011, 3:50 pm

Q disfrutenla nahh!!! :x
mujerr como diablos se te ocurre dejarla asi??

siguelaaa mujerr xfisss
ahhh estuvieron juntoss de nuevooo (baile de 20 segundos)

siguelaaa porfisss y MARATONNNNNNNN

Siguelaaa
att: tu mega fiel lectora!!

por **Let's Go** Jue 29 Dic 2011, 4:53 pm

me encanto el cap
seguila!!!

por **joenatik** Jue 29 Dic 2011, 9:24 pm

Nueva lectora
Ame tu nove
No puedo esperar para saber que pasa
Siguela!!!!!

por **Val's Matth.** Jue 29 Dic 2011, 9:49 pm

Capítulo
10

____ se despertó bien entrada la mañana, en la cama de Joe.
Él se había levantado, por supuesto. Pero no importaba... porque él la amaba.

–Cuando vuelvas a
tener sexo con un hombre, debe ser con alguien que te ame. Te lo mereces –le
había dicho Joe en una ocasión.

Y, si se había
acostado con ella, debía ser porque la amaba, reflexionó.

____ hundió la cara
en la almohada, inspiró. Olía a mar y a sal y a Joe. La abrazó como lo había
abrazo a él la noche anterior.

Joe la amaba. Ella lo
sabía.

Sumida en sus
pensamientos, ____ se levantó y se duchó. Tenía un poco doloridas algunas
partes de su cuerpo, un dulce recordatorio de su noche de pasión.

Se lavó el pelo, se
lo peinó liso y se puso unos pantalones cortos y la camiseta de Joe.

Se sentía fresca y
amada y se tomó su tiempo, saboreando el momento, y preparó huevos con jamón
para desayunar.

____ subió a cubierta
con la bandeja, sonriente.

–Lo siento –dijo él,
serio.

____ se puso rígida,
como si la hubieran abofeteado.

–¿Lo sientes? ¿No te
gustó?

–Claro que me gustó.
Fue... increíble. Pero... siento que pasara. No debí haberlo hecho.

–¿Ah, sí? ¿Eso les
dices a todas las mujeres? –replicó ella, luchando por contener las lágrimas.

–No. Maldición. No
suelo cometer errores como éste.

–Te casaste con
Lissa.

Joe dio un respingo,
como si le hubieran dado un golpe físico.

–Lo siento –se
disculpó ella enseguida. De inmediato, sin embargo, se arrepintió–. No, no lo
siento. Siento que Lissa te hiciera daño. Siento mucho que abortara y que
destruyera tus sueños. Siento que esté muerta. ¡Pero yo no soy Lissa!

–No –repuso él con
brusquedad–. No lo eres. Tú vales mucho más que ella. Y que yo. Te mereces algo
mucho mejor de lo que yo puedo darte.

–Vaya, gracias –dijo
ella, tensa–. Pero no me vengas con ésas.

–Cielos, ____, por
eso fue un error –replicó él, pasándose la mano por la cabeza–. ¿Lo ves? ¡Para
ti, lo que ha pasado ha sido importante!

–¡Y para ti!

–No.

–Mentiroso. Me
dijiste que cuando volviera a acostarme con un hombre merecía ser amada. Y tú
me amaste anoche.

Joe apretó la
mandíbula. Apartó la vista y meneó la cabeza.

–Sí, es verdad que me
importas.

–Menos mal.

–Por eso, sé que me
equivoqué. Aproveché el momento. ¡Yo también quería tener algo que recordar!
Pero no debí haberlo hecho. No debí alimentar tus expectativas...

–¿Mis expectativas?
¿Es que pensabas que te iba a pedir en matrimonio esta mañana?

–Espero que no
–contestó él, sonrojándose–. Pero nada ha cambiado. Sigo pensando lo mismo que
antes de acostarnos.

Todo había cambiado,
pensó ____. Aunque él no lo sabía todavía. Sin embargo, se dijo que no podría
convencerlo con palabras, él tenía que darse cuenta por sí mismo. Sólo tenía
que darle tiempo.

–Te amo, Joe.

–No me ames –repuso
él, con dientes apretados.

–Es demasiado tarde
–afirmó ella con una triste sonrisa.

–No.

–Sí, lo es.

Llegaron a Santorini por la tarde.

Un hombre los
esperaba en el muelle. Joe le había avisado a Theo para que fuera a esperarlo.

–Ésta es ____. ____,
éste es mi hermano Theo –presentó Joe–. ____ vive en Cannes. Está haciendo un
doctorado. Necesitaba tomarse unas vacaciones y ha venido conmigo como
tripulación.

Theo sonrió,
observándola con curiosidad. Le apretó la mano a ____.

–¿Futura doctora, eh?
Qué impresionante. Inteligente y guapa. El gusto de mi hermanito está
mejorando.

–Ella no es...
–comenzó a decir Joe de forma abrupta.

–¿No es lista? ¿No es
guapa? ¿No está soltera? –lo interrumpió Theo, arqueando una ceja.

____ no pudo evitar
reír.

Joe cerró la boca.

–No te quedes ahí
parado. Llévame la mochila, yo llevaré las cosas de ____. Se va a quedar en la
posada de Lucio.

–A mamá no le
gustaría.

–Mamá no... –comenzó
a decir Joe y se calló de golpe, mirando a su hermano–. Dime que mamá no está
aquí, Theo, por favor.

–No hay nada que
puedas hacer, Joe –repuso Theo–. Mamá está aquí y ella querrá que ____ se quede
en su casa.

Joe maldijo para sus
adentros. Por un instante, se quedó callado, como si estuviera barajando sus
opciones. Theo le lanzó una mirada cómplice a ____ y esperó.

–Tú lo sabías. Sabías
que mamá iba a estar aquí y no me lo advertiste –le dijo Joe a Theo con tono
acusativo.

–Yo, no. Pero Martha,
sí –admitió Theo–. Y mamá siempre lo sabe todo. Y quiere verte.

–Bien –aceptó Joe al
fin. Apretó la mandíbula–. Acabemos cuanto antes.

La casa de los Jonas
era enorme y albergaba a la familia de Joe y a la de la esposa de Theo.

–Hay sitio para todo
el mundo –le dijo Theo a ____ mientras metía su equipaje en el maletero–. Es
una casa estupenda. Lo mejor que ha ganado mi padre.

–¿Ganado?

De camino hacia allí,
Theo le explicó a ____ cómo su padre había ganado la casa al padre de Martha en
una carrera de veleros. Ella no tuvo tiempo a penas de satisfacer su curiosidad
con todas las preguntas que se le ocurrieron, porque enseguida llegaron.

–Vamos, hijo pródigo
–le dijo Theo a su hermano de buen humor, dándole una palmadita en la espalda
antes de abrir la puerta del coche.

En ese instante, una
horda de personas de todos los tamaños y todas las edades salió por la puerta
de la casa.

Una joven morena
agarró a Joe antes de que pudiera salir del coche. Un hombre mayor que debía de
ser su padre, le tiró de la mano para sacarlo y una mujer mayor que sólo podía
ser su madre lo abrazó de inmediato. La mujer lloraba, hablaba y reía al mismo
tiempo.

Joe parecía atónito.
Al principio, estaba un poco rígido, pero enseguida abrazó a su madre y a su
padre, también. Inclinó la cabeza y los besó a los dos. Entonces, rodeándolo,
lo arrastraron escaleras arriba, hacia la entrada.

Theo le abrió la
puerta a ____ con una sonrisa.

–Se les da muy bien
acoger a los hijos pródigos, ¿no crees?

–Sí –afirmó ____ y
tragó saliva–. Es maravilloso ver cuánto lo queréis.

–Lo queremos mucho
–afirmó Theo–. Aunque no se ha dejado ver mucho en los últimos años. Mis padres
no lo veían desde el funeral de Lissa. Sólo yo lo he visto después de eso, y
fue porque me presenté en su casa sin avisar –explicó y sacó el equipaje del
coche–. Esa mujer tiene la culpa de todo.

–¿Sabes lo de Lissa?
–preguntó ____, sorprendida. Creía que Joe no se lo había contado a nadie.

Theo asintió.

–No me lo ha dicho
él. Pero conozco a mi hermano. Sé que ella no era buena para él. Lo cambió.
Siento que haya muerto –aseguró con rudeza–. Pero me alegro de que haya salido
de su vida.

Era lo mismo que
pensaba ____.

–Me alegro mucho de
que esté contigo, si quieres que te diga la verdad –continuó Theo, guiándola
por las escaleras hasta el porche cubierto de buganvillas y dentro de la casa.

–No está... No
estamos... juntos –le corrigió ____, sintiendo que debía hacerlo.

–¿Quién lo dice? ¿Tú
o él?

____ sonrió. Theo
había comprendido la situación a la primera.

–Joe.

–Ah, bueno. Mientras
no seas tú, todo está bien.

____ no respondió
porque justo en ese momento entraron en la casa y en un enorme salón lleno de
gente. No vio a Joe.

–Mamá le estará dando
de comer –dijo Theo–. Ven a conocer a la familia. Y relájate. No muerden.

Theo le presentó a su
hermana Tallie, que resultó ser la joven morena que había abierto la puerta del
coche, a su marido Elias y a sus hijos, y a Yiannis, otro de sus hermanos.

Conoció a Martha
Antonideses, la esposa de Theo, que la besó en ambas mejillas.

–¿Nos conocemos? Tu
cara me resulta familiar –preguntó Martha, observándola con atención.

–No, yo no os conocía
a ninguno de vosotros.

–Mejor para ti
–repuso Martha, riendo–. Si sobrevives a tanto Jonas y Antonideses, eso querrá
decir que te mereces a Joe. Buena suerte.

A ____ le complacía
que los demás pensaran que Joe y ella estaban juntos, pero estaba segura de que
a él no le haría ninguna gracia.

–Joe es un buen
hombre –señaló Martha–. Casi tan bueno como éste –añadió, rodeando a Theo por
la cintura.

____ envidió su amor
y su camaradería. Tallie y Elias también parecían muy unidos. Y ella ansiaba
poder sentir la misma conexión con Joe...

–Vamos a la cocina.
Te voy a presentar a nuestros padres –propuso Theo al fin.

Malena y Sócrates Jonas
le dieron la bienvenida con los brazos abiertos.

–No sabíamos que Joe
venía con una invitada –se disculpó su madre–. Nos alegramos de conocerte. ¿De
dónde eres? ¿Quiénes son tus padres?

–Es una amiga, mamá
–interrumpió Joe antes de que ella pudiera responder–. Me ha ayudado a manejar
el barco. Eso es todo.

–Claro, cariño
–repuso Malena, arqueando una ceja y sin quitarle los ojos de encima a ____. Al
fin, le dio una palmadita afectuosa en la mejilla–. Le has hecho mucho bien,
querida.

–¡Mamá!

–Vamos –le dijo
Malena a ____, ignorando a su hijo–. Siéntate. Come.

El resto de la tarde
fue un remolino de gente, de primos, sobrinos y parientes deseando darle la
bienvenida a Joe.

–Es una casa de locos
–murmuró Joe cuando pasó junto a ____–. Lo siento.

–Me encanta –replicó ____–.
Tienes suerte. Son una familia maravillosa.

Joe gruñó algo, pero ____
sabía que estaba de acuerdo y que él también los había echado de menos.

Su familia le puso
muy fácil el reencuentro. Nadie mencionó los tres años que habían pasado sin
tener noticias suyas. Sus sobrinos no tardaron en ganarse su atención y en
hacerlo parte de sus juegos. Y, aunque en algunos momentos él parecía un poco
perdido, estaba claro que se estaba rindiendo al calor de su familia.

También ____ quedó
rendida ante unas personas tan amables y sencillas. Participó en las
conversaciones y en los juegos, y nunca se sintió ajena. Le hicieron sentir
parte de la familia. Y, por supuesto, no le permitieron ir a la posada de
Lucio.

–Esto es una locura,
mamá –protestó Joe–. No tiene por qué soportarlo.

–Ésta es nuestra
casa. Queremos que se quede. ¿Tú quieres quedarte, ____?

–Me encantaría,
señora Jonas –contestó ella, aun sabiendo que Joe no lo aprobaba.

–Malena, querida,
llámame Malena –invitó la madre de Joe, dándole un cálido abrazo.

____ durmió en la habitación que había frente a la de Joe.
La compartió con su pequeña sobrina de tres años, Caroline.

–En la posada, no
tendría que compartir habitación –había protestado Joe.

Pero nadie lo había
escuchado. Era doloroso para él ver como todos se esforzaban porque ____ se
sintiera una de ellos.

A la mañana
siguiente, ____ apareció en la cocina con Caroline de la mano.

–Ah. ¿Has dormido
bien ____ mía? –preguntó Malena.

¡Su ____! Joe casi se
atragantó al escucharla.

Al momento siguiente,
su madre acomodó a ____ y le sirvió un generoso desayuno. ____ comenzó a probar
el yogur con una mano mientras, con la otra, le daba los cereales a Caroline.
Lissa nunca habría encajado tan bien en su familia, sin embargo...

–¡Papá! ¡Una
limusina! –gritó Edward, irrumpiendo en la cocina–. ¡Se ha parado en la puerta!

–¿Vienen a buscarte, Joe?
–preguntó su madre–. Es demasiado pronto.

–No es para mí
–repuso Joe–. Es para ____ –adivinó.

Sin duda, su padre habría visto las fotos, se dijo ____. Su
cuento de hadas estaba a punto de acabar... Pero no era posible. Joe la amaba,
se repitió a sí misma.

____ miró a Joe y
sonrió. Rezó porque él también sonriera, que aceptara sus sentimientos, que
reconociera que la amaba.

Luego, miró a su
alrededor y se dijo que había llegado el momento de dar explicaciones a la
familia de Joe, pero él se le adelantó.

–____ no es sólo ____.
Es la princesa ______ de Mont _______.

Malena se quedó un
momento estupefacta, al instante, pensativa y, de pronto, mostró expresión de
determinación.

–Ve a decirle a tu
padre que se ponga la camisa, Tallie –ordenó Malena, secándose las manos en el
delantal.

–Iré a abrir –se
ofreció Joe, tenso.

En la puerta, no
encontró al chófer de palacio. Era el rey en persona.

–______ –saludó su
padre al verla, con gesto de preocupación.

–Papá –saludó ella,
sintiéndose culpable–. No tenías por qué venir hasta aquí.

–Claro que sí. Eres
mi hija.

–Sí, pero...

–Vi las fotos. Supe
con quién estabas. Y he tenido que venir –repuso el rey y le tendió la mano a
su hija.

Los miembros de la
familia de Joe, anonadados e intrigados, se fueron reunieron detrás de ____,
mirando.

____ dio dos pasos
hacia su padre y lo besó en las mejillas. El rey la miró a los ojos durante un
largo instante, sin soltarla.

____ se sintió
culpable pero, al mismo tiempo, sabía que había hecho lo correcto. No podía
haberse casado con Gerald. Entonces, le tendió una mano a Joe, que estaba
inmóvil junto al rey.

–Éste es Joe, papá.

–Alteza –saludó Joe,
sin tomar la mano de ____.

____ rezó para que Joe
le dijera a su padre que la amaba. Pero él se quedó en silencio, mientras el
rey lo estudiaba con gesto implacable.

–Papá, quiero
presentarte a la familia de Joe –dijo ____, rompiendo la tensión entre los dos
hombres.

Malena le ofreció
café. Sócrates se interesó por su vuelo. Los niños le preguntaron si podían ver
la limusina por dentro.

Pero Joe no dijo ni
una palabra.

Tras un rato, el rey
rechazó una segunda taza de café y se levantó.

–Cariño, recoge tus
cosas. Tenemos que irnos.

¿Irse? ¿Abandonar su
sueño? ____ miró al hombre de su vida, rogándole con los ojos que hiciera algo.

–Yo traeré sus
maletas –dijo Joe.

por **locasxjonas** Vie 30 Dic 2011, 10:09 am

COMO LA DEJAS ASI ?
JOE ES UN ESTUPIDO ! ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
SIGUELA POR FAVOR !

por **andreita** Vie 30 Dic 2011, 12:11 pm

joe es untontooooo
super tonto!!!
como la va a dejar ir???
siguelaa

por **Yhosdaly** Vie 30 Dic 2011, 1:15 pm

Awuaaaa, me mori con eso q hizo joe al finall ....
siguelaaa
ashh joe le dare una abofetada :p

Ashhhhh parece q no siente nah x ella y a el le cuesta aceptar q la amaa!!!

siguelaa porfisss
amooo esta novee!!!

siguelaa

siguelaaa

nawuaa y tu sigues ignorando mi MARATON!!

SIGUELAAA
ATT: TU MEGA FIEL LECTORAAA!!!

por **Let's Go** Vie 30 Dic 2011, 5:42 pm

como la dejas ahi
aaaaahhhhhhhhhhhhhhh
su papa llego
joe es un tonto
porque no acepta que la ama
me encanto el cap
seguila!!!

por **locasxjonas** Sáb 31 Dic 2011, 10:28 am

SIGUELA PORFIS!

por **Val's Matth.** Sáb 31 Dic 2011, 5:31 pm

chicas les deseo un feliz 2012 junto con mis mejores deseos y que sea un año muy prospero, tambien les dejo el final de la nove junto con la nueva nove ok :) El Juego perfecto.Joe y Tu...
Esta nove NO es mia, pero es una de mis favoritas ok, bueno disfruten este fin de año y un beso enorme ok

ATTE Val's Matth

[center]Capítulo
11

JOE prefirió no despedirse de ella. No habría podido
soportar verla marchar y fingir que no le importaba. Así que se quedó en la
terraza, viendo como ____ abrazaba a todos antes de irse. Luego, ____ lo buscó
con la mirada.

Sí, ella lo amaba.
Igual que él la amaba, admitió para sus adentros.

¿Pero qué podía
ofrecerle él a una mujer como ____?

No tenía nada que
darle. Era un hombre con demasiados malos recuerdos, alguien que no creía en
los finales felices.

Y, más que nadie, ____
se merecía un final feliz.

–He hablado con
Gerald –dijo su padre en cuanto se hubieron puesto en marcha.

–Papá, yo no...

–No vas a casarte con
él –dijo su padre–. Sí, lo sé.

–Lo siento, papá. Sé
que quieres que lo haga. ¡Pero no puedo!

–____... Lo único que
quiero es que seas feliz. Y esperaba que con Gerald... Pensaba que llegaríais a
amaros igual que tu madre y yo.

–Sí, papá. ¡Pero no
puedo hacerlo!

–Lo sé. Lo supe
cuando vi las fotos.

El rey le tendió una
revista y, cuando vio las fotos, ____ comprendió a qué se refería. En dos de
ellas, estaban bailando, sus cuerpos pegados, amoldados el uno al otro a la
perfección. Ella lo miraba con el corazón en los ojos mientras él le acariciaba
el pelo.

–Podrías haber sido
feliz con Gerald, ____ –opinó su padre–... si no estuvieras enamorada de otra
persona.

____ seguía esperando que Joe entrara en razón, que
reconociera su amor. Pero no tuvo ninguna novedad de él.

Su padre la llevó a
Mont _______, donde se quedó unos días. Esperándolo.

Una semana después, ____
regresó a Cannes. Lo primero que hizo fue ir a visitar a Frank. Pero al llegar
a la clínica, se quedó aterrorizada cuando no lo encontró allí.

–Se ha ido a París
–la tranquilizó una enfermera–. Para operarse.

En una ocasión, Frank
le había contado a ____ que existía una mínima posibilidad de que volviera a
andar, si se sometía a una operación en fase experimental y, luego, se dedicara
a hacer ejercicios de rehabilitación durante nueve horas al día. Que ella
supiera, Frank había rechazado esa opción.

–Nos dijo que tú le
habías dado el valor para hacerlo –añadió la enfermera.

–¿Yo?

–Y Luke St. Angier
–continuó la enfermera–. Ese actor tan guapo, no recuerdo su nombre. El último
día antes de irse, le trajo a Frank una carpeta con información sobre la
operación. Le dijo que tenía que informarse bien y, luego, decidir si estaba
dispuesto a correr el riesgo.

–¿Cuándo es la
operación?

–La semana que viene.
Luego, Frank tendrá que hacer mucho ejercicio si quiere recuperarse y, tal vez,
consiga volver a andar.

____ rezó porque así
fuera. No quería que Frank sufriera el dolor de tener un sueño que nunca se
haría realidad.

Joe se había ido de Santorini un día después que ____. Se
había marchado a Hollywood para seguir con su trabajo. Había fingido estar
bien, pero no podía seguir engañándose.

Sentado en el salón
de su opulenta casa californiana, sólo sentía vacío. No podía dejar de recordar
a ____, su risa, su alegría. Y las dos noches que había pasado con ella.

Revivió su suavidad,
su calidez, su pelo, sus caricias. Recordó cómo los dos se habían fundido como
una sola alma.

Nunca se sentiría
completo sin ____, jamás.

Pensar en el futuro
no tenía ningún sentido, si no era con ella.

____ había corrido el
riesgo de romper su compromiso con Gerald.

Frank había tenido el
valor de someterse a la operación. Le había escrito un correo electrónico a Joe
y le había dado las gracias por ser su inspiración.

¿Tendría él el coraje
necesario para hacer lo que le pedía su corazón?

____ había decidido regresar a Mont _______. Su padre le
había insistido en que pasara más tiempo con ellos. Y ella había aceptado,
necesitaba sentirse amada después del doloroso rechazo de Joe.

Llevaba allí casi
tres semanas. Pero no quería volver a Cannes. La ciudad le traía demasiados
recuerdos.

Aunque nunca podría olvidar
a Joe.

Una noche, se sentó
en el porche de la cabaña que había junto al lago, donde siempre solía ir con
su madre y su padre, de niña. Se envolvió en un chal para protegerse de la
brisa de la montaña. El cielo estaba lleno de estrellas.

Dejándose llevar, ____
miró al cielo y pidió deseos.

Deseó que Joe fuera
feliz y que, algún día, encontrara el amor.

También, deseó poder
dejar de llorar.

Entonces, oyó pasos
en las escaleras y pensó que sería uno de sus hermanos, buscándola.

–¿____?

–¿Joe? –dijo ella y
se puso en pie, preguntándose si estaría teniendo alucinaciones, mientras la
figura de un hombre en la oscuridad se acercaba. Sí, era él–. ¿Qué estás
haciendo aquí? –preguntó con voz temblorosa.

–No me puedo creer
que te haya encontrado –repuso Joe–. ¡Gracias a Dios!

____ se quedó un
momento sin saber qué decir. ¿Estaría soñando?

–¿Quieres pasar?
–invitó ella al fin, recordando sus modales–. Puedo hacer café. Y tengo
galletas.

–¡Oh, ____, te he
echado de menos! –exclamó él, medio riendo–. Sí, me gustaría entrar. Sí, quiero
café. Y galletas. Te amo.

____ no se movió,
atónita. Joe se acercó más y le acarició la mejilla. Le levantó la barbilla
para que lo mirara a los ojos bajo la luz de las estrellas.

–Te amo, ____. Y no
puedo dejar de amarte. Tú sabes que te amo. Tú me lo dijiste.

–Sí, pero...
–balbuceó ella, aturdida.

–Pero yo no quise
escucharte. Tengo tan poco que ofrecerte... Le fallé a Lissa.

–¡No le fallaste!

–No pude ayudarla. Ni
conseguir llegar a ella.

–Pero a mí, sí. Me
has dado fuerza y esperanza. Y amor –afirmó ____ y se le saltaron las
lágrimas–. Entra.

____ entró en la
cabaña y encendió la luz. Se quedó sin respiración al verlo. Joe se había
cortado el pelo y se había afeitado y llevaba unos vaqueros y una camiseta de
manga larga. Estaba más atractivo que nunca. Para ella, no había ningún hombre
tan guapo como él.

Joe la miraba con
amor, sin distancias. Y aquello le dijo a ____ más que las palabras.

Ella tomó el rostro
de él entre las manos y lo besóen los labios. Él la abrazó con fuerza.

–Te amo –repitió Joe
con el corazón rebosante.

–Y yo te amo a ti.

Entonces, Joe la besó
en el pelo, en la boca, en la frente, sus brazos se entrelazaron, sus cuerpos
se apretaron el uno contra el otro y su pasión comenzó a arder como un volcán.

–¿Seguro que quieres
café? –preguntó ella, riendo.

–Prefiero hacerte mía
–repuso él–. Pero no sólo esta noche. Siempre –añadió y la besó en los labios–.
Le he preguntado a tu padre si puedo pedirte que te cases conmigo.

–¿Has hablado con mi
padre? –preguntó ____ con ojos como platos.

–Sí. Me presenté en
palacio sin pedir cita. Y tu padre me dio una buena reprimenda. No quería
decirme dónde estabas. Dijo que, si de veras te amaba, tendría que encontrarte
sin ayuda.

–¿Pero cómo
sabías...?

–Tú me habías hablado
de este lugar, del refugio que teníais junto al lago, donde solías pedir deseos
a las estrellas, donde solías ir con tu padre y tu madre. Así que le pregunté a
tu padre cómo llegar a la cabaña del lago. Entonces, fue cuando él se ablandó,
al darse cuenta de que me habías hablado de algo muy especial.

–Sí. Nunca le
hablamos a nadie de la cabaña.

–Me indicó cómo
llegar –explicó él con una sonrisa–. Y me dio permiso para pedirte que te
casaras conmigo. También me enseñó su colección de espadas y me advirtió que si
te lastimaba, me las vería con él.

____ rió, llena de
felicidad. Sabía que Joe no le haría ningún daño.

–¿Quieres casarte
conmigo, ____? Eres todo lo que siempre he buscado en una mujer –afirmó y tragó
saliva–. Quiero tener una familia contigo.

–Y tú lo eres todo
para mí –replicó ella, besándolo–. Sí, me casaré contigo, Joe. ¡Lo deseo tanto!

Los preparativos de una boda real, por muy sencilla que
fuera, necesitaban al menos seis meses. Joe no quería esperar tanto, pero
aceptó, dispuesto a amoldarse a las obligaciones que la monarquía imponía.

No sin darle unas
cuantas lecciones acerca de cuáles serían sus obligaciones hacia su futura
esposa, el rey había dado la bienvenida a Joe a su familia.

–La amas. Lo sé. Y sé
que ella te ama –le había dicho el rey a Joe–. Eso es lo que importa de verdad.

Seis meses después, ____
le dio un beso a su padre antes de caminar hacia el altar de su brazo. Estaba a
punto de llorar de felicidad. Cuando empezó a sonar el himno nupcial, su padre
le apretó la mano y entraron en la catedral.

Joe la esperaba en el
altar. Sus hermanos Theo, George y Yiannis estaban a un lado. Y al otro, estaba
el padrino.

Entonces, ____ se
quedó atónita, sin poder creer lo que veía. El padrino era un muchacho joven y
muy delgado, alto, de pie, apoyado en dos muletas de metal.

–Frank –susurró ella
y las lágrimas empezaron a rodarle por las mejillas–. No puedo creerlo.

El sacerdote se
aclaró la garganta. ____ y Joe entrelazaron sus manos, felices por empezar su
nueva vida como marido y mujer.

Theo les dejó su yate para la luna de miel.

–Pasadlo bien –les
dijo Theo y miró a ____–. Vigílalo, que cuide bien mi barco.

–Vete. No le va a
pasar nada al barco. Deja de preocuparte –le espetó Joe.

Cuando Theo se
marchó, Joe izó las velas y ____ llevó el timón para salir del puerto de
Santorini. Se dirigían a Cannes.

–Otra vez en la mar
–dijo ____. Pero no sería igual. En esa ocasión, no tendrían que luchar contra
sus sentimientos, ni contra el deseo.

–Igual podemos
empezar a buscar esos niños sobre cuyos nombres nunca nos ponemos de acuerdo
–sugirió él esa noche, depositándola sobre la cama.

–No creo.

Joe se quedó inmóvil,
mirándola.

–Estoy embarazada
–explicó ella, sonriendo–. Dentro de siete meses y medio, Ernesto estará aquí.

–Querrás decir Rafael
–le corrigió él, sonriendo también, y la besó.

–Ernesto –dijo ella,
riendo.

–Rafael.

–Tal vez sean gemelos
–señaló ella entre carcajadas.

–Me parece bien,
princesa –repuso él, tomándola en sus brazos. Todo le parecía bien. La vida era
hermosa. Y amaba a ____–. Sí, me gustan los gemelos.

[/center]

por **Nani Jonas** Dom 01 Ene 2012, 11:37 am

ai qe bonito final en verdad lo ame enserio qe hermosa nove
ahora me paso por la nueva y gracias por compartir esta con
nosotras

por **jonatic&diectioner** Dom 01 Ene 2012, 12:20 pm

me encanto el final!!!!!!!!!! la verdad que no lo esperaba tan pronto pero me encanto!!!!!!!!. espero que hayas pasado un lindo año nuevo...
atte: araceli

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