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Double Rainbow
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Double Rainbow
creo que me enojare tambn aqui como en TPMT
chicas, me haran tener problemas de ira
eso no es bueno
chicas, me haran tener problemas de ira
eso no es bueno
hange.
Re: Double Rainbow
por no comentar
Tessa, todavia no, que no sabia que me iba a tocar tan rapido aun recolecto ideas(?
Tessa, todavia no, que no sabia que me iba a tocar tan rapido aun recolecto ideas(?
hange.
Re: Double Rainbow
- gina:
- dios mio, me emocione tanto cuando miré tu capítulo subido y a medida de que lo leía sentía que me iba a dar un ataque al corazón por cada cosa que sucedía u_u pero mi corazón se lo ha llevado totalmente Emmet, le tengo un gran cariño a los personajes muy rotos que luchan por sobrevivir y aunque sea un hijo de puta yo lo quiero u_u
El dolor que tiene por Holly es... fuerte, y bueno yo también la odiaría/le tendría resentimiento si me hubiera dejado en el altarcomo si kaya fuera lesbiana y nos ibamos a casar ella y yo, looool hahahah, así que está feo el asunto u_u y luego la carta
la pinche carta
la carta dirigida a holly
la carta que nunca le llegó a holly
no manches, casi lloro con todo lo que emmet le escribió, es que no es justo weeeeeyTe amo, Holly Williams y siempre lo haré.
Con todo mi amor y mi alma entera, Emmet.
te juro que Killian la odiaría si no fuera su hermanastra, haha :c
y luego el asunto de Bree-Xavier, nonono puras desgracias le suceden a este chico, por favor u_u algo debió de haber hecho para que le sucedieran tantas cosas malas, omg u_u y cuando Emmet estaba siendo un hijo de puta con Bree me dio un poco de lástima u_u ha cambiado completamente y u_u me entristece todo, o seA HICE LA NOVELA PARA PASAR UN BUEN RATO, NO UN RATO DEPRIMENTE.
Ayrton me encanta porque está bien enamorado de Amara, y omg Amara no tanto :cbueno eso ya es del capítulo de Milyy Bunny está en el medio, eso no se vale haha :c
omg hemos llegado a Holly y está harta de Harlow aw u_u él pobre bebé que tiene la culpa :c y Alec hahah, el me encanta desde que me hablaste de el y desde que hicimos las tramas, jeje.— Vamos, Holly. Deja de amargarte por cada cosa en esta vida. Deja que él bebe te contagie la dulzura, hermanita.
— ¿Sabes algo, Alec? A veces me resultas mucho más insoportable que Killian, y eso es ya decir demasiado viniendo de mí.
Creo que Holly está enojada e.e nada más tengo la ligera sospecha, nada más... y lo QUE ALEC DIJO TIENE RAZÓN, PORQUE TENÍA UNA BUENA RAZÓN Y LA DEJÓ IR, por pendeja u_u y si hubiera sido Alec no me hubiera disculpado, sinceramente. omg me acuerdo de la conversación de whatsapp de como me sangró la nariz al mismo tiempo que le quebrabas la nariz al pobre de Alec poRFAVOR ya no le hhagas nada al pobre Alec, no quiero resultar herida tambien(?) hahahahahahah
Me encanta la relación que tiene JJ y Zarina, me gustó mucho como la apoyó después del rompimiento con Killian (u____u) esas si son amistades, carajo(?) y omg estuvo con Gordon pero ya rompieron :c que triste, fue decirnos adiós, justo cuando nos adorábamos maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas, pero me pregunto porque rompieron, cual fue la razón :c pero pues si no hubieran rompido entonces JJ no estaría con Alec y asíno quiero decir spoilers
Alex y Heather omg que se traen esos dos aunque ese coqueteo no me gustó dante y heather forever, please :skip:
Ayrton es por la falta de condición física, u sea me encanta cuando está con Bunny me encanta la amistad que tiene con Bunny y me encanta Bunny me da gracia que no tiene el acento de Heather pero me gusta porque asi no me confundi mucho(?)— Para la próxima, la cuota será de dos bolsas, Tony.
— Quedaré pobre por tu culpa.
los amo
y gordon
y red
o sea
tu y yo
los amo— ¿Podrías dejar de ser tan chillón y dejar de quejarte por todo? Tú escogiste la carrera de medicina, amigo. Ahora… aguántate.
HAHAHAHAHAHAHAHA OMG, red no es nada yo, o sea nooooooo hahahahahah y o sea me encanta la relación que los dos tienen, porque son opuestos y sus carreras serán opuestas también (literatura-medicina) y que vivan juntos fue una idea estupenda y cuando llegó Alec, pobrecito se tuvo que quedar con Alec porquE ALEC NO LE QUIERE CONTAR NADA A RED Y PORQUE DESCONFIA DE MI BEBÉ, O SEA ESO NO ES DE COMPAS /: y le gusta la ex novia de uno de sus amigos
you go Alec, you go
y ya me da flojera comentar mas de emmet
no queda más que decir que ame el capítulo, y te amo gracias por subir.
peralta.
---------
Re: Double Rainbow
ya lo cambié, bruh. pero en una semana lo vuelvo a matty y los fantasmitasFelidae. escribió:amo el perfil de la bby mile.
AMO EL PERFIL DE LA BBY MILE ES TAN BONITO OMG LO AMO.
¿ya dije que lo amo?
BBY MATTY ;----;
Y LOS FANTASMITAS ;----;
bxmbshell.
Re: Double Rainbow
El de fantasmitas esta cul, si....
PERO TU PUTA FIRMA TIENE PARTES DE DROWN POR TODO PUTO LADO Y ESTÁ PERFECTA Y OMHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH LA AMO TANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
PERO TU PUTA FIRMA TIENE PARTES DE DROWN POR TODO PUTO LADO Y ESTÁ PERFECTA Y OMHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH LA AMO TANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Invitado
Invitado
Re: Double Rainbow
- :DDD:
- Hupa hupa señoritas
Primero que nada primero por tardar siglos en subir, le explique por MP a Steph y esop.
Segundoo añadí tres personajes a mi cuenta porque en realidad no tenía muchas cosas que decir con dos y tengo algunas cositas planeadas, despuecito dejo las descripciones por el muro para que maso menos sepan como son, también tengo que decir algoC: pero es un poco largoxdd
Y en último y tercero este capítulo es como extra e inicio de, porque no tengo tramas en realidad xdd así que estoy abierta a todoC:
SIGUE: Depper. (Si no me equivoco)
Douglas sentía sus manos adormiladas y con un extraño ardor, sacudió su mano derecha en busca de respuesta y se dejo caer en el sillón de su ahora departamento.
Era la primera vez que tenía que mudarse él solo, tenía ciertos sentimientos encontrados por el cambio de vida que se había impuesto de un momento a otro.
Deseaba amar a Chicago como si fuera si ciudad natal, pero en realidad dudaba en todo su cuerpo que un día fuera a sentirlo, era una de las cosas que más dudaba en su vida.
Levanto con pesadez el teléfono que reposaba en la mesa de centro y vio los constantes mensajes de su madre, preocupada por si había ido todo bien y sin poder evitarlo, sonrió, no solo porque se imaginaba a su madre enfrente del teléfono esperando respuesta, sino porque recordaba el discurso que le había dado cuando la decisión estaba tomada.
— Hijo, en realidad ¿Esto es necesario? – su ceño estaba fruncido por estrés y preocupación – Debes de dejar de pensar lo que las personas piensan de ti. Preocúpate por otras cosas, manda a la mierda lo demás.
Pero aunque pospuso su decisión una semana, los pensamientos contradictorios seguían llegando a su cabeza, seguían las miradas constantes de lastima de parte de todas las personas que lo conocían, todos, incluso su vecino, con él cual no hablaba más que para pedir cosas vagas y sin importancia.
Eso en realidad fue la gota que derramo finalmente, el vaso de su paciencia, detestaba que todos los del pequeño poblado se conocieran entre sí, detestaba que todos supieran los problemas de los otros, era bastante penoso saber las penas de las personas de la otra punta del lugar.
Aunque para su madre era entretenido estar al pendiente de todos los chismes que sucedían, para Douglas era un poco frustrante y estresante que supieran su vida entera.
En realidad no supo cuando cayó inconsciente hasta que escucho a lo lejos el timbre de su teléfono, dejo que sonara, puesto que no quería que molestaran su tiempo de reflexión, hasta ese momento no había pensando que tal vez, solo y remotamente tal vez, estaba siendo un completo cobarde.
Pasaron varios minutos y siguió con lo que estaba antes de todo, saco sus pocas cosas de las cajas y las fue dejando en los lugares que creía pertinentes. Era una clara ventaja de que el apartamento estuviera amueblado en casi toda su totalidad. Aunque claro, tenía en claro un recordatorio de cambiar el colchón por temor a quien había dormido en esa cama.
Guardo su ropa en los cajones y saco una muda para el día siguiente; algo que frustraba demasiado a Claire era su terrible y formal orden, todo debía estar conforme a lo que él pensaba. Algo que sacaba de quicio a su hermana.
Echaba de menos a la que creía su conciencia, su hermana había sido su mayor apoyo después de lo que le hizo Giselle. Claire había soportado el mal humor de su hermano, sus llantos repentinos y sus cambios de humor.
Su madre y su hermana eran su todo, las pocas personas que le quedaban en su vida.
Recordaba la voz clara de su hermana, diciendo que dejara de estar tan deprimente.
— Primero que nada. – había apagado la televisión y se sentó en el sillón de enfrente – Tienes que levantar tu trasero de ese sillón, llevas tres días acostado y digamos que a la larga no vas a oler muy a rosas.
Ese día, recordaba haberse levantado a regañadientes, tomar una ducha e intentar seguir con su vida.
Aunque claro, nadie lo podía culpar de extrañar la sencilla vida que tenía con Giselle, eran una pareja tan hermosa que todos pensaron que terminarían frente al altar, lástima que las habladurías no fueran como lo plantearon.
Lástima que Giselle haya hecho lo que hizo, ella estaba buscando algo más emocionante, algo menos aburrido que lo que él le podía ofrecer con sinceridad.
— En primera ella es una perra en su totalidad y en segunda debes de recuperar al menos un trozo de tu vida.
Recordaba cada una de las charlas motivacionales con su madre y hermana, sabía en el fondo muchas cosas, tenía en claro que debía dejar el pasado atrás.
Pero como olvidar a su principal dilema en su corta vida, como olvidar a la que fue su primera y único amor.
Como iba a poder a olvidar a Giselle.
La castaña corría entre las calles, esquivando a personas que se le metían en su camino y a su vez, pidiendo disculpas cuando pisaba los pies de alguien o los tiraba al suelo. Se detendría a ayudar a las personas si no estuviera emocionalmente mal, mal desde la perspectiva de sentirse destrozada; solo aguantaba las lágrimas porque odiaba llorar en público.
Necesitaba llegar a su departamento en ese momento.
Jared veía fijamente el reloj, esperando que por fin terminara la jornada del día. Odiaba que el trabajo se pusiera ligero un día, porque era la finta del siguiente, mañana sería una matanza para todos los de su planta.
Faltaba una hora y no podía entender cómo iba a lograr superar todo el tiempo que quedaba.
Su celular vibro como si se estuviera muriendo de un momento a otro, en un movimiento rápido lo arranco del escritorio y lo contesto sin si quiera ver quien estaba llamando.
— Jared, ¿Vas a venir a cenar? – la voz de su medio hermano llego desde la línea.
— ¿Llamas solo para ver si iré a cenar? En serio. – se recostó en la silla porque esperaba que esto fuera para largo – Además no saludas con un hola o un “como estas”, eso sirve para la autoestima.
— Créeme, solo no quiero aumentar tu ya elevado ego.
— ¿Un hola aumenta el ego?
— ¿Vendrás a cenar sí o no? – Shepley se escuchaba cansado, algo que por lo general no era común en Shep, Jared se enderezo en la silla con el ceño fruncido.
— ¿Qué ocurre Shep?
— No evites la pregunta y dime lo de la cena – Jared se comenzaba a frustrar.
— Si iré, ahora dime que sucede – un tic nervioso se apoyo en sus manos, detestaba que le pasara algo a su hermano.
— Mejor apresúrate y te digo con más calma, sabes que detesto decir las cosas por llamadas.
Colgó sin decir más, volteo al reloj y se sorprendió de ver que quedaban treinta minutos, así que sin decir media palabra se levanto de un salto de la silla, tomo sus cosas y salió a paso rápido de la oficina.
Recordaba perfectamente el día en que llego con los Cronin, fue como estar en un lugar donde el no pertenecía, pero cuando Shepley se añadió a la familia fue un alivio y una especie de milagro emocional para Jared, tenía a un cómplice, aunque la diferencia de edades era bastante.
Caminaba a paso rápido que al llegar al segundo piso choco con un pequeño cuerpo que salió volando al piso. Jared por su parte solo perdió el equilibrio pero lo recupero con más elegancia.
Los papeles de la muchacha se encontraban regados por el suelo de la oficina. Se agacho con un sonido frustrado y comenzó a recogerlos junto con la chica.
Mientras que ella solo lo veía de reojo y volvía a bajar la mirada .
Jared se los tendió con una mano, se levanto de un salto y comenzó a caminar, pero se paró de un momento a otro y volteo a ver a aquella diminuta chica que la veía con ojos de no creérselo.
— Lo siento…
— Abbigail – contesto queriendo poner en orden el desastre de papeles – pero todos me dicen Abby.
— Abby – sonrió sin poder evitarlo, el nombre le traía recuerdos de otra “Abby” – te veré después Abby.
Y antes de que pudiera decir algo se apresuro a la salida y trato de olvidarse de aquella pelirroja mientras se ponía en mente el problema misterioso de su hermano, y su probablemente roto corazón por milésima vez. Deseaba con toda su alma que ese chico conociera a alguien que no lo dejara de manera tan bizarra.
Pero los deseos siempre eran esperanza perdida, eso ya lo sabía desde que tiene memoria.
Cuando finalmente cerró la puerta a sus espaldas, permitió que las lágrimas bajaran en un tormento sin fin.
No solía llorar por un hombre por cosas pequeñas.
Pero aquello no era una cosa pequeña, y mucho menos lloraba de tristeza, eso ya tuvo paso en la calle mientras corría, ahora sentía una rabia asesina, un enojo que podía incluso volver a aquel sitio y sacarle los ojos a su novio. Bueno a su ex novio.
Soltó un alarido lleno de rabia, aventó un pequeño vaso que sufrió las consecuencias de su ira. Ella podía ser la persona más tranquila y pacífica que te puedes encontrar en la vida, pero la traición y el enfado la cegaban y estaba prácticamente en una tentación de si ir con un cuchillo y sacarle los ojos a Trenton.
Tomo con manos temblorosas el teléfono y marco un número tan familiar, de tantas veces que lo marcaba cuando necesitaba consejos o cuando su amiga necesitaba ayuda.
— Diga – la suave voz de su mejor amiga la relajo un poco y el enfado nuevamente se convirtió en una profunda tristeza.
— Abby, ven por favor – le tembló la voz y sofoco un sollozo como pudo.
— Ya voy – escucho como guardaba las cosas de golpe en un cajón y tomaba su muy usada chaqueta – en cinco minutos estoy, iré con un bote lleno de helado de chocolate y consejo de doctora corazón.
— Gracias – sonrió por estar agradecida de que tuviera una amiga que le aguantara todas sus cosas, a veces ridículas.
— No hay de que Melany, recuerda cinco minutos – y colgó justo cuando la puerta del carro de su amiga sonaba de fondo.
Aventó el celular en la mesa de entrada y se dejo caer en uno de sus sofás, esperando y dejando la ira asesina a un lado, tendría una vida para vengarse, tendría que esperar un poco para lograrlo, pero se iba a vengar si o si.
Eso era lo único que pasaba por la cabeza de Melany en esos momentos.
Uriah veía lentamente como las personas pasaban a su lado, sentía que era alguien sin rumbo, todos en esa ciudad tenían algo que hacer, algo por lo que moverse de un lado a otro, pero él en ese momento no tenía nada que hacer, o incluso no tenía un propósito para estar ahí, pero prefería sentirse de esa manera a volver a su casa y ver como su hermana se apagaba cada vez más con aquel “marido”. Lo odiaba pero no podía hacer nada si ella no tomaba la iniciativa.
Esa era su principal razón por la cual no quería tener pareja. Odiaba el amor.
Se encamino de manera calmada a su departamento, no tenía ninguna prisa, no tenía ganas de llegar y verlo vació.
Al llegar a su edificio, subió los escalones con pesadez; lo malo de ese edificio era que el ascensor estaba descompuesto, era una tortura tener que subir siete pisos a fuerza de voluntad era enorme.
— Permiso – grito una chica cuando paso volando por las escaleras hacia arriba.
Uriah vio como el cabello rojizo de aquella chica desaparecía al dar vuelta por el su piso, nunca la había visto por el lugar y a decir verdad llevaba bastante prisa.
Cuando llego al pie de la escalera, vio como se detenía en una puerta con la respiración agitada, alguien abrió la puerta y ella sonrió, enseño la bolsa que llevaba en la mano; segundos después desapareció dentro.
Uriah se quedo viendo la puerta un momento y siguió su camino. Donde al abrir su puerta se quedo un rato en el umbral tratando de tranquilizar el sentimiento de sentirse solitario.
Cerró la puerta a su espalda cuando sintió que estaba haciendo lo correcto.
— Chocolate con menta. – Abby sacaba un bote de helado y se lo entregaba a su amiga – Tres metros sobre el cielo, - entrego el disco y saco la caja de pañuelos – el paquete perfecto para una tarde con depresión.
— Eres la mejor – a la sonrisa de Melany le faltaba una pizca de felicidad, eso partía el corazón de Abby.
— Lo sé – se encogió de hombros y se dejo caer en el sofá de la entrada, enfrente de la televisión.
— Si me seco en un mar de lágrimas, será tu culpa – acuso Melany mientras metía el disco y se sentaba al lado de la pelirroja.
— Aun así me amas.
Ambas se quedaron viendo la película por media hora, era increíble que Melany se hubiera acabado el helado en ese tiempo, Abby tenía que recordar que su amiga cuando se deprimía era terrible. Hubo una vez que Melany no se levanto de la cama por un trágico accidente con su padre, Abby estuvo preocupada por ella, no hablo por dos semanas, no se levanto en días. Estuvo a punto de sacarla de la cama para que moviera el cuerpo al menos unos metros aparte de para ir al baño.
A media película Abby se levanto y trajo consigo un par de botellas de licor que guardaban para ocasiones como aquella, la pelirroja también tenía una reserva en su departamento.
Los tragos fueron bien aceptados y comenzó la ronda, a trago y trago cada una fue perdieron la noción del tiempo, la película quedo en el olvido y las carcajadas resonaban en las paredes por lo fuertes que eran.
— ¿Ya me vas a decir que paso? – Abby pregunto en medio de la consciencia, tomo otro y se hundió más en el asiento.
— No estoy lo suficientemente ebria – pero eso era una mentira, dado que ya estaba arrastrando las palabras.
— Queda menos de media botella – acuso con reproche mientras la otra se servía más en un vaso - ¿Cuándo lo estarás?
— Cuando no sepa de lo que estoy hablando.
Abby se quedo sentada durante un rato, viendo como su amiga terminaba lo que quedaba en la botella, la preocupación era latente pero dejo que su amiga se desahogara un poco.
— Fue un maldito – hablo por fin con el vaso en los labios.
— ¿Trenton?
Melany asintió haciendo una mueca.
— ¿Qué paso?
La castaña soltó un pequeño sollozo.
— Tenía otra…
— ¿Una amante?
— No, otra novia, jugaba con las dos – lágrimas silenciosas corrían por su rostro – llegué a su departamento de sorpresa y me encontré con la escena de otra chica, lo admitió el maldito cínico, sentí que se estaba riendo cuando salí de su departamento. – apretaba sus manos al vaso como si eso dependiera su vida, sus nudillos se ponían blancos - ¿Sabes que es lo peor?
— ¿Qué?
— Comenzábamos a tener planes, casarnos, tener hijos, esas cosas cursis.
Para esa instancia Abby tenía apretados los puños a sus costados, las ganas de buscar a Trenton y darle unos cuantos golpes después de mandarlo a la mierda la sonó tan tentador, ver a su amiga en ese estado tan frágil rompía su corazón, más de lo que ya estaba.
— Te juro que si un día veo al maldito, le saco los ojos con mis manos – Abby hablaba muy en serio, pero Melany solo atino a reírse con su amiga.
— Y si lo haces, me los traes de trofeo.
— Lo prometo.
Ambas sonrieron con complicidad, porque aunque sus corazones estuvieran destrozados, se tenían la una a la otra para darse apoyo.
Era la primera vez que tenía que mudarse él solo, tenía ciertos sentimientos encontrados por el cambio de vida que se había impuesto de un momento a otro.
Deseaba amar a Chicago como si fuera si ciudad natal, pero en realidad dudaba en todo su cuerpo que un día fuera a sentirlo, era una de las cosas que más dudaba en su vida.
Levanto con pesadez el teléfono que reposaba en la mesa de centro y vio los constantes mensajes de su madre, preocupada por si había ido todo bien y sin poder evitarlo, sonrió, no solo porque se imaginaba a su madre enfrente del teléfono esperando respuesta, sino porque recordaba el discurso que le había dado cuando la decisión estaba tomada.
— Hijo, en realidad ¿Esto es necesario? – su ceño estaba fruncido por estrés y preocupación – Debes de dejar de pensar lo que las personas piensan de ti. Preocúpate por otras cosas, manda a la mierda lo demás.
Pero aunque pospuso su decisión una semana, los pensamientos contradictorios seguían llegando a su cabeza, seguían las miradas constantes de lastima de parte de todas las personas que lo conocían, todos, incluso su vecino, con él cual no hablaba más que para pedir cosas vagas y sin importancia.
Eso en realidad fue la gota que derramo finalmente, el vaso de su paciencia, detestaba que todos los del pequeño poblado se conocieran entre sí, detestaba que todos supieran los problemas de los otros, era bastante penoso saber las penas de las personas de la otra punta del lugar.
Aunque para su madre era entretenido estar al pendiente de todos los chismes que sucedían, para Douglas era un poco frustrante y estresante que supieran su vida entera.
En realidad no supo cuando cayó inconsciente hasta que escucho a lo lejos el timbre de su teléfono, dejo que sonara, puesto que no quería que molestaran su tiempo de reflexión, hasta ese momento no había pensando que tal vez, solo y remotamente tal vez, estaba siendo un completo cobarde.
Pasaron varios minutos y siguió con lo que estaba antes de todo, saco sus pocas cosas de las cajas y las fue dejando en los lugares que creía pertinentes. Era una clara ventaja de que el apartamento estuviera amueblado en casi toda su totalidad. Aunque claro, tenía en claro un recordatorio de cambiar el colchón por temor a quien había dormido en esa cama.
Guardo su ropa en los cajones y saco una muda para el día siguiente; algo que frustraba demasiado a Claire era su terrible y formal orden, todo debía estar conforme a lo que él pensaba. Algo que sacaba de quicio a su hermana.
Echaba de menos a la que creía su conciencia, su hermana había sido su mayor apoyo después de lo que le hizo Giselle. Claire había soportado el mal humor de su hermano, sus llantos repentinos y sus cambios de humor.
Su madre y su hermana eran su todo, las pocas personas que le quedaban en su vida.
Recordaba la voz clara de su hermana, diciendo que dejara de estar tan deprimente.
— Primero que nada. – había apagado la televisión y se sentó en el sillón de enfrente – Tienes que levantar tu trasero de ese sillón, llevas tres días acostado y digamos que a la larga no vas a oler muy a rosas.
Ese día, recordaba haberse levantado a regañadientes, tomar una ducha e intentar seguir con su vida.
Aunque claro, nadie lo podía culpar de extrañar la sencilla vida que tenía con Giselle, eran una pareja tan hermosa que todos pensaron que terminarían frente al altar, lástima que las habladurías no fueran como lo plantearon.
Lástima que Giselle haya hecho lo que hizo, ella estaba buscando algo más emocionante, algo menos aburrido que lo que él le podía ofrecer con sinceridad.
— En primera ella es una perra en su totalidad y en segunda debes de recuperar al menos un trozo de tu vida.
Recordaba cada una de las charlas motivacionales con su madre y hermana, sabía en el fondo muchas cosas, tenía en claro que debía dejar el pasado atrás.
Pero como olvidar a su principal dilema en su corta vida, como olvidar a la que fue su primera y único amor.
Como iba a poder a olvidar a Giselle.
La castaña corría entre las calles, esquivando a personas que se le metían en su camino y a su vez, pidiendo disculpas cuando pisaba los pies de alguien o los tiraba al suelo. Se detendría a ayudar a las personas si no estuviera emocionalmente mal, mal desde la perspectiva de sentirse destrozada; solo aguantaba las lágrimas porque odiaba llorar en público.
Necesitaba llegar a su departamento en ese momento.
Jared veía fijamente el reloj, esperando que por fin terminara la jornada del día. Odiaba que el trabajo se pusiera ligero un día, porque era la finta del siguiente, mañana sería una matanza para todos los de su planta.
Faltaba una hora y no podía entender cómo iba a lograr superar todo el tiempo que quedaba.
Su celular vibro como si se estuviera muriendo de un momento a otro, en un movimiento rápido lo arranco del escritorio y lo contesto sin si quiera ver quien estaba llamando.
— Jared, ¿Vas a venir a cenar? – la voz de su medio hermano llego desde la línea.
— ¿Llamas solo para ver si iré a cenar? En serio. – se recostó en la silla porque esperaba que esto fuera para largo – Además no saludas con un hola o un “como estas”, eso sirve para la autoestima.
— Créeme, solo no quiero aumentar tu ya elevado ego.
— ¿Un hola aumenta el ego?
— ¿Vendrás a cenar sí o no? – Shepley se escuchaba cansado, algo que por lo general no era común en Shep, Jared se enderezo en la silla con el ceño fruncido.
— ¿Qué ocurre Shep?
— No evites la pregunta y dime lo de la cena – Jared se comenzaba a frustrar.
— Si iré, ahora dime que sucede – un tic nervioso se apoyo en sus manos, detestaba que le pasara algo a su hermano.
— Mejor apresúrate y te digo con más calma, sabes que detesto decir las cosas por llamadas.
Colgó sin decir más, volteo al reloj y se sorprendió de ver que quedaban treinta minutos, así que sin decir media palabra se levanto de un salto de la silla, tomo sus cosas y salió a paso rápido de la oficina.
Recordaba perfectamente el día en que llego con los Cronin, fue como estar en un lugar donde el no pertenecía, pero cuando Shepley se añadió a la familia fue un alivio y una especie de milagro emocional para Jared, tenía a un cómplice, aunque la diferencia de edades era bastante.
Caminaba a paso rápido que al llegar al segundo piso choco con un pequeño cuerpo que salió volando al piso. Jared por su parte solo perdió el equilibrio pero lo recupero con más elegancia.
Los papeles de la muchacha se encontraban regados por el suelo de la oficina. Se agacho con un sonido frustrado y comenzó a recogerlos junto con la chica.
Mientras que ella solo lo veía de reojo y volvía a bajar la mirada .
Jared se los tendió con una mano, se levanto de un salto y comenzó a caminar, pero se paró de un momento a otro y volteo a ver a aquella diminuta chica que la veía con ojos de no creérselo.
— Lo siento…
— Abbigail – contesto queriendo poner en orden el desastre de papeles – pero todos me dicen Abby.
— Abby – sonrió sin poder evitarlo, el nombre le traía recuerdos de otra “Abby” – te veré después Abby.
Y antes de que pudiera decir algo se apresuro a la salida y trato de olvidarse de aquella pelirroja mientras se ponía en mente el problema misterioso de su hermano, y su probablemente roto corazón por milésima vez. Deseaba con toda su alma que ese chico conociera a alguien que no lo dejara de manera tan bizarra.
Pero los deseos siempre eran esperanza perdida, eso ya lo sabía desde que tiene memoria.
Cuando finalmente cerró la puerta a sus espaldas, permitió que las lágrimas bajaran en un tormento sin fin.
No solía llorar por un hombre por cosas pequeñas.
Pero aquello no era una cosa pequeña, y mucho menos lloraba de tristeza, eso ya tuvo paso en la calle mientras corría, ahora sentía una rabia asesina, un enojo que podía incluso volver a aquel sitio y sacarle los ojos a su novio. Bueno a su ex novio.
Soltó un alarido lleno de rabia, aventó un pequeño vaso que sufrió las consecuencias de su ira. Ella podía ser la persona más tranquila y pacífica que te puedes encontrar en la vida, pero la traición y el enfado la cegaban y estaba prácticamente en una tentación de si ir con un cuchillo y sacarle los ojos a Trenton.
Tomo con manos temblorosas el teléfono y marco un número tan familiar, de tantas veces que lo marcaba cuando necesitaba consejos o cuando su amiga necesitaba ayuda.
— Diga – la suave voz de su mejor amiga la relajo un poco y el enfado nuevamente se convirtió en una profunda tristeza.
— Abby, ven por favor – le tembló la voz y sofoco un sollozo como pudo.
— Ya voy – escucho como guardaba las cosas de golpe en un cajón y tomaba su muy usada chaqueta – en cinco minutos estoy, iré con un bote lleno de helado de chocolate y consejo de doctora corazón.
— Gracias – sonrió por estar agradecida de que tuviera una amiga que le aguantara todas sus cosas, a veces ridículas.
— No hay de que Melany, recuerda cinco minutos – y colgó justo cuando la puerta del carro de su amiga sonaba de fondo.
Aventó el celular en la mesa de entrada y se dejo caer en uno de sus sofás, esperando y dejando la ira asesina a un lado, tendría una vida para vengarse, tendría que esperar un poco para lograrlo, pero se iba a vengar si o si.
Eso era lo único que pasaba por la cabeza de Melany en esos momentos.
Uriah veía lentamente como las personas pasaban a su lado, sentía que era alguien sin rumbo, todos en esa ciudad tenían algo que hacer, algo por lo que moverse de un lado a otro, pero él en ese momento no tenía nada que hacer, o incluso no tenía un propósito para estar ahí, pero prefería sentirse de esa manera a volver a su casa y ver como su hermana se apagaba cada vez más con aquel “marido”. Lo odiaba pero no podía hacer nada si ella no tomaba la iniciativa.
Esa era su principal razón por la cual no quería tener pareja. Odiaba el amor.
Se encamino de manera calmada a su departamento, no tenía ninguna prisa, no tenía ganas de llegar y verlo vació.
Al llegar a su edificio, subió los escalones con pesadez; lo malo de ese edificio era que el ascensor estaba descompuesto, era una tortura tener que subir siete pisos a fuerza de voluntad era enorme.
— Permiso – grito una chica cuando paso volando por las escaleras hacia arriba.
Uriah vio como el cabello rojizo de aquella chica desaparecía al dar vuelta por el su piso, nunca la había visto por el lugar y a decir verdad llevaba bastante prisa.
Cuando llego al pie de la escalera, vio como se detenía en una puerta con la respiración agitada, alguien abrió la puerta y ella sonrió, enseño la bolsa que llevaba en la mano; segundos después desapareció dentro.
Uriah se quedo viendo la puerta un momento y siguió su camino. Donde al abrir su puerta se quedo un rato en el umbral tratando de tranquilizar el sentimiento de sentirse solitario.
Cerró la puerta a su espalda cuando sintió que estaba haciendo lo correcto.
— Chocolate con menta. – Abby sacaba un bote de helado y se lo entregaba a su amiga – Tres metros sobre el cielo, - entrego el disco y saco la caja de pañuelos – el paquete perfecto para una tarde con depresión.
— Eres la mejor – a la sonrisa de Melany le faltaba una pizca de felicidad, eso partía el corazón de Abby.
— Lo sé – se encogió de hombros y se dejo caer en el sofá de la entrada, enfrente de la televisión.
— Si me seco en un mar de lágrimas, será tu culpa – acuso Melany mientras metía el disco y se sentaba al lado de la pelirroja.
— Aun así me amas.
Ambas se quedaron viendo la película por media hora, era increíble que Melany se hubiera acabado el helado en ese tiempo, Abby tenía que recordar que su amiga cuando se deprimía era terrible. Hubo una vez que Melany no se levanto de la cama por un trágico accidente con su padre, Abby estuvo preocupada por ella, no hablo por dos semanas, no se levanto en días. Estuvo a punto de sacarla de la cama para que moviera el cuerpo al menos unos metros aparte de para ir al baño.
A media película Abby se levanto y trajo consigo un par de botellas de licor que guardaban para ocasiones como aquella, la pelirroja también tenía una reserva en su departamento.
Los tragos fueron bien aceptados y comenzó la ronda, a trago y trago cada una fue perdieron la noción del tiempo, la película quedo en el olvido y las carcajadas resonaban en las paredes por lo fuertes que eran.
— ¿Ya me vas a decir que paso? – Abby pregunto en medio de la consciencia, tomo otro y se hundió más en el asiento.
— No estoy lo suficientemente ebria – pero eso era una mentira, dado que ya estaba arrastrando las palabras.
— Queda menos de media botella – acuso con reproche mientras la otra se servía más en un vaso - ¿Cuándo lo estarás?
— Cuando no sepa de lo que estoy hablando.
Abby se quedo sentada durante un rato, viendo como su amiga terminaba lo que quedaba en la botella, la preocupación era latente pero dejo que su amiga se desahogara un poco.
— Fue un maldito – hablo por fin con el vaso en los labios.
— ¿Trenton?
Melany asintió haciendo una mueca.
— ¿Qué paso?
La castaña soltó un pequeño sollozo.
— Tenía otra…
— ¿Una amante?
— No, otra novia, jugaba con las dos – lágrimas silenciosas corrían por su rostro – llegué a su departamento de sorpresa y me encontré con la escena de otra chica, lo admitió el maldito cínico, sentí que se estaba riendo cuando salí de su departamento. – apretaba sus manos al vaso como si eso dependiera su vida, sus nudillos se ponían blancos - ¿Sabes que es lo peor?
— ¿Qué?
— Comenzábamos a tener planes, casarnos, tener hijos, esas cosas cursis.
Para esa instancia Abby tenía apretados los puños a sus costados, las ganas de buscar a Trenton y darle unos cuantos golpes después de mandarlo a la mierda la sonó tan tentador, ver a su amiga en ese estado tan frágil rompía su corazón, más de lo que ya estaba.
— Te juro que si un día veo al maldito, le saco los ojos con mis manos – Abby hablaba muy en serio, pero Melany solo atino a reírse con su amiga.
— Y si lo haces, me los traes de trofeo.
— Lo prometo.
Ambas sonrieron con complicidad, porque aunque sus corazones estuvieran destrozados, se tenían la una a la otra para darse apoyo.
Kurisu
Re: Double Rainbow
hoy te iba a mandar el mp de vuelta pero no me lleve la computadora, así que ni como avisarte:c por favor deja los representantes de tus nuevos pjs para saber quién es quién haha, gracias teph
peralta.
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Re: Double Rainbow
antes de leer nada, quiero decir que mi profesor de física se llama Douglas y que sin importar qué ahora así me imaginaré a tu pj, eso, chau.
Invitado
Invitado
Re: Double Rainbow
No te preocupes Steph yo espero pacientemente C: and se me ocurrió algo, después te lo mandoHook. escribió:hoy te iba a mandar el mp de vuelta pero no me lleve la computadora, así que ni como avisarte:c por favor deja los representantes de tus nuevos pjs para saber quién es quién haha, gracias teph
Ya los deje por el muro y si es necesario agregarles algo lo pongo luego luego:))
ay dios, debe ser raro, solo espero que ese profesor no sea de los malos o estrictos xddFelidae. escribió:antes de leer nada, quiero decir que mi profesor de física se llama Douglas y que sin importar qué ahora así me imaginaré a tu pj, eso, chau.
Kurisu
Re: Double Rainbow
yo sigo esperando que alguien más (aparte de ems que fue la única) comente mi cap.
bxmbshell.
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