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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Annnnndii Sáb 16 Dic 2017, 1:39 pm

Ps acá sigo(?
Annnnndii
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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Bart Simpson Sáb 16 Dic 2017, 4:00 pm

También yo Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193

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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Ariel. Dom 17 Dic 2017, 2:49 pm

y yo
Ariel.
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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Lila Black Dom 28 Ene 2018, 8:48 pm

Chicas hermosas preciosas y dueñas de mi corazón...
¿Donde están? Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 961472736 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 961472736 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 961472736
No pueden llegar, enamorarnos con su historia perfecta y después.. nada, dejarnos con la duda de que es lo que pasara con estos 10 maravillosos adultos jóvenes que  no saben que harán con su amor trágico!
¡Por favor no tarden! 
Realmente extrañamos los capítulos
Lila Black
Lila Black


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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Ariel. Lun 29 Ene 2018, 3:40 pm

Jajajajaja, chicas mil perdones. Lo que pasa es que hemos estado ocupadas.
Pero esperamos actualizar pronto.
Nos alegra un montón que disfruten de la novela tanto como nosotras.
Besos
Ariel.
Ariel.


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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Jaeger. Miér 11 Abr 2018, 4:11 am

Holis Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114 quería perdirle disculpas a todas las lectoras y a mis gordis por haber tardado tanto :( sé que no es excusa, pero no sé que me paso con la nc, no pude escribir nada por años aquí, solo llevaba diez paginas y no sabia como continuar. Tal vez debí pasarle mi turno a Jen o Cata,
pero lo cierto es que ni siquiera eso se me paso por la cabeza. Miles de perdón a todas y espero que aun puedan seguir esta historia que pronto esta por terminar. Hace mas de cinco años estamos escribiendo Trouble,
loves&shows que no quiero que acabe en nada.
Estoy obligada a subir capitulo antes del 23 de Abril, una pequeña apuesta con las chicas Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114 mientras tanto, voy a dejarles adelantos para que vayan saboreando un poco. Voy mas de 30 paginas y el capitulo será largo con tal de recompensar un poco todo lo que tuvieron que esperar. Las adoro y gracias por seguir a través de los años Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114

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—¿Y esto?
Estábamos en su departamento cuando ella lanzo sobre mí una bolsa, dentro de esta estaba la remera y era justo de mi talla. Carrie estaba bebiendo su café apoyada en el marco de la ventana y se fijaba si la luna estuviese allí, como cada noche hacía. Yo estaba en el sillón, sosteniendo la remera en alto y frunciendo el ceño.
—¿Una remera?
—¿Por qué me la estás dando?
—Pensé que te gustaría una de The Beatles —se encogió de hombros y le dio otro sorbo a su café.
Su respuesta no logro satisfacer mi curiosidad. Incorporándome, fui hacia ella y volví a hacerle la misma pregunta. Carrie solo revoleo los ojos y sonrió.
—De un Beatleamaniatico a otro. Es algo así como camarería. Ahora pruébatela.
—Pero...
—Si no la quieres... —hizo el amague de tomarla, pero la aparte antes de que pudiese si quiera rozar sus dedos en ella.
La camiseta me quedaba genial y a ella le gusto como se lucia. Y luego la bese como loco porque sabía cómo ponerme así.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

—Liam tenía razón, estás loco.
Me encojo de hombros.
—No es como si ustedes fueran mejor que yo.
—¿Aun así crees que la mama de Carrie va a recibirte bien?
—Lo que hay entre Claudia y yo es especial.
—¿Ah?
Le sonrió socarrón sintiéndome puro orgullo porque mi suegra este loca por mí. También corro el riesgo de que me saque a patadas, pero sino lo hizo antes es porque hay algo más.
—¿Te le tiraste a la mama de Carrie?
Le doy un enorme zape por la estupidez que dijo, la peluca sale volando por el aire a la vez que Niall chilla a todo dar por el dolor y maldice. Mis ojos se abren en grande cuando ya no veo el cabello negro falso mientras que mi amigo intenta inútilmente meterse por debajo de su saco. Enseguida volteo a mirar a Sally, quien se levanta con la boca abierta y deja caer el teléfono al suelo sin dejar de mirarnos. Conozco esa reacción, se lo que vendrá en adelante y no pienso morir por culpa de Niall.

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—Quieres recuperarla, ¿cierto?
Levanto la vista hacia ella con los ojos esperanzados. Carajo, amo a mi suegra.
—No será difícil. Carrie es tan terca como su papa. Malditos genes.
—No pretendo que sea difícil. Solo quiero estar con ella.

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—Ya que, voy a aguantármelas todas —refuto y los observo a todos, señalando uno por uno—Liam eres el que peor esta desde que Emma te dejo, y no intentes negarlo —su mirada se endurece, tengo la razón y no puedo contradecirme—Connor será una bestia, pero no le temes a nada, amigo. No le temiste a Emma todos estos meses…
—No te pases.
—De acuerdo, lo siento, viejo —levanto las manos en alto en señal de tregua y señalo a Malik—Y tú, oh, tú también eres uno de los más jodidos.
—Ni te gastes.
—Todavía tienes oportunidad con ella. Además, uno para todos y todos para unos.
—No somos los jodidos mosqueteros.
—Cierto, ellos eran tres. Entonces, one dream, one direction.
Zayn me tira dos almohadazos y Liam lo secunda. Por suerte y le da a Niall antes que a mí o a mi preciosa cabellera.
—Vete al carajo. Yo me largo.

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Josh se ríe de buena gana y cierra la puerta para conducir a unas casas de distancia de donde estamos. Dando un profundo suspiro, nos adentramos al campo enemigo. El simple timbre de la casa de Carrie para mi es una alerta de bomba, heridos y muertos por doquier cuando escucho a Carrie decir que ella abrirá. Maldición, el corazón me late tan fuerte y tengo un nudo en el estómago que creo que voy a vomitar.
—Harry, ¿estas bien? —pregunta Niall a mi lado—Estas pálido.
—Esto es una mala idea —digo de pronto, cayendo en la realidad. Nos van a hacer trizas ¿en que estaba pensando? —¡Evacuen, evacuen!
Trato de escapar dándome la vuelta y correr, pero Liam y Zayn me empujan hacia el frente, deteniéndome.
—Conserva la calma, Harold—Zayn me sostiene del cuello y me zarandea—Tranquilízate o te van a comer vivo ahí adentro.

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—Oigan, ustedes dos —Claudia chasquea los dedos para llamar la atención y los observa con seriedad—Intenten algo con mis muchachos y los mato.
—La única que puede amenazarme es mi mujer —refuta Andrew y Steve lo secunda.
—Claro que no. Perdieron una apuesta conmigo y les gane compartir ese derecho.
Ambos hombres miran a sus respectivas esposas, quienes se encogen de hombros.
—¿Enserio, Lisa?
—Habia apostado su hermoso bolso de Louis Vuitton —se defiende Rosé, contestando por la rubia—Si nos compraran bolsos mas caros, entonces no estarían en este lio.
Los dos pares de ojos salen disparados hacia nosotros, fulminándonos con la mirada.
—Mejor vamos al asador, chicos —aparece Sebastian por detrás y les palmea la espalda a ambos—Al menos asi se van a entretener con la imaginación.

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—¿Quién quiere jugar a un partido?
Esa sonrisa maliciosa en las cinco no me gusta para nada.





Pronto subo Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114
Jaeger.
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Mensaje por Ariel. Miér 11 Abr 2018, 10:48 am

Me encantooooooooooooo Todoo!!!! Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1054092304 mis sentimientos estan por todos lados T.T... hace mucho que no leia nada de aqui!!!
Animooo mujerrr!!! Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193
Ariel.
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Mensaje por Bart Simpson Miér 11 Abr 2018, 12:20 pm

CANDEEEELAAAAAAA!!!
Por qué eres así? Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1022085747 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1022085747 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1022085747
Eres una calientapelotas(?), vienes con un hermoso adelanto y nos dejas todas mensa esperando más Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 3417461789
Hello!! Muero por leer Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 he extrañado tanto esta novela Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1022085747

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Mensaje por Gcc11 Lun 23 Abr 2018, 10:12 am

Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1903305068  Esperando  Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 961472736 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 971829111
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Mensaje por Bart Simpson Mar 24 Abr 2018, 1:07 am

Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193 Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1857533193

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Mensaje por Jaeger. Mar 24 Abr 2018, 2:15 am

YA CASI
Jaeger.
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Mensaje por Jaeger. Vie 27 Abr 2018, 5:24 am

Después de 84 largos años, finalmente subo cap Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114 Lo cierto es que no me gusto mucho como quedo, pero no puedo seguir dándome lujos y hacerlas esperar mas. Disfruten y perdón de nuevo por la tardanza. Gracias por estar ahí Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 1477071114



CAPITULO 49

Harry Styles




El día que Carrie y yo terminamos delante de las cámaras, no fue tan dramático como Niall y Cora o Jay y Louis. Fue leve, fue tranquilo, fue frio.

Fue en la primera cafetería que  nos encontramos como pareja, lo cual resulta una completa ironía. Ella estaba allí sentada frente a mí, miraba su café y no había dado un solo sorbo de él. Apenas y habíamos intercambiado saludos. Ni una sola mirada y yo sentía que en cualquier momento iba a gritar sino me miraba. Pero me contuve porque ya no quería hacer las cosas más difíciles de lo que ya eran, al menos no para ella.

—Carrie —la llame, pero ella ni siquiera contesto—Por favor...

Quería rogarle que se quedara conmigo. Quería decirle que íbamos a enfrentar esto juntos, que todos podíamos enfrentarlo si luchábamos por eso, que Simón solo era un imbécil que creía tener el derecho de dirigir nuestras vidas. Pero me quede ahí, viéndola con los ojos llenos de lágrimas y haciendo el esfuerzo de no derramarlas.

—Basta...—susurro y su voz se rompió. Una lágrima se derramo y la limpio lo más rápido que pudo.

Sentimos flash y de reojo note que los paparazzi estaban afuera del café tomando desde primer plano nuestra ruptura. Carrie finalmente me miro con una expresión vacía, sin rastros de lágrimas o tristeza. Parecía resignada y decidida, y a mí eso me partió completamente el corazón.

—Carrie...

—He sido muy feliz contigo —un intento de sonrisa cruzo por su rostro, pero no duro mucho—Gracias por todo, absolutamente todo, incluso por las peleas. Ojala que algún día volvamos a vernos cuando ya no haya nada que nos ate —tomo su cartera y se levantó. Intente hacer lo mismo, pero levanto enseguida la mano para detenerme—Soy yo quien me va. Después de todo, soy yo quien te deja —otra vez intento sonreír, y otra vez fallo—Adiós Harry.

Ella se fue y yo me quede allí mirando su café hasta que este se enfrió. Aun seguían sacando fotos en mi dirección, algunos corrieron detrás de ella cuando salió. Realmente no sé cuánto tiempo estuve, solo reaccione cuando un mensaje llego y Louis me dijo que ya era hora que saliera de esa cafetería y que la ruptura estaba dispersa por todos lados.

Cerré muy fuerte los puños. Estaba enojado, muy enojado con ella porque fue una cobarde y decidió terminar esto. Y estaba furioso conmigo mismo porque no la retuve, porque no le rogué, porque no hice lo necesario para seguir manteniéndola a mi lado.

Ese día nos odie a ambos por ser  una mierda de cobardes.

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Los seis meses con Carrie no siempre significaron que estuviesen llenos de problemas y desacuerdos, también existieron buenos momentos donde los dos conectábamos y parecía no existir tal contrato. Sabía muchas cosas sobre ella y ella sabía muchas cosas sobre mí; cosas que nadie a parte sabía. Por ejemplo, sabía que Carrie tenía cosquillas en los tobillos, que no tenía ningún talento artístico pero que le fascinaba pintar con los dedos, que se sentía insegura en las noches donde la luna no se veía y que cuando dormía sola le gustaba dejar una lámpara prendida porque aún le daba miedo la oscuridad. También sabía que cuando se ponía nerviosa movía los dedos de sus pies, si estaba triste solía escuchar The Doors, si estaba feliz tarareaba canciones de The Beatles.

Cuando estábamos juntos siempre cantábamos The Beatles.

Sostengo en la remera que compro para mí con la estampa de su banda preferida y la mía. Fue su primer regalo hacia a mí, y lo hizo sin ninguna segunda intensión.

—¿Y esto?

Estábamos en su departamento cuando ella lanzo sobre mí una bolsa, dentro de esta estaba la remera y era justo de mi talla. Carrie estaba bebiendo su café apoyada en el marco de la ventana y se fijaba si la luna estuviese allí, como cada noche hacía. Yo estaba en el sillón, sosteniendo la remera en alto y frunciendo el ceño.

—¿Una remera?

—¿Por qué me la estás dando?

—Pensé que te gustaría una de The Beatles —se encogió de hombros y le dio otro sorbo a su café.

Su respuesta no logro satisfacer mi curiosidad. Incorporándome, fui hacia ella y volví a hacerle la misma pregunta. Carrie solo revoleo los ojos y sonrió.

—De un Beatleamaniatico a otro. Es algo así como camarería. Ahora pruébatela.

—Pero...

—Si no la quieres... —hizo el amague de tomarla, pero la aparte antes de que pudiese si quiera rozar sus dedos en ella.

La camiseta me quedaba genial y a ella le gusto como se lucia. Y luego la bese como loco porque sabía cómo ponerme así.

Carrie me gustaba, y mucho. Siempre me gusto porque era independiente y hacia las cosas a su manera. Porque siempre me ponía en mi lugar y sabia salirse con la suya cuando quería. Porque cuando sonreía hacia a mi sentía que todo, realmente todo, estaba jodidamente bien.

Pero ahora todo es como la misma mierda. Porque así como Carrie tiene sus partes buenas, también tiene sus partes malas. Por ejemplo, que es una maldita cobarde y que nunca quiso aceptar lo que realmente sucede entre nosotros. Si ella piensa hacerme creer que todo lo que pasamos fue solo un contrato, entonces está muy equivocada: la conozco más de lo que ella cree. Podrá golpearme, mutilarme e incluso asesinarme; pero yo sé que ella siente lo mismo que yo. Joder, y yo la amo, y no quiero perderla.

Dejo la remera encima de la cama y largo un enorme suspiro. Llevo mis manos hacia mi rostro y las restriego con frustración. Quiero ver a Carrie. La extraño tanto.

Miro la pantalla del celular y faltan menos de veinte minutos para que la camioneta pase por nosotros y nos lleve a la sesión de fotos programada para hoy. Ninguno esta con ánimos de trabajar, eso es seguro, pero negarse no es una opción si es que no queremos estar en más problemas de los que ya estamos.

Sin ganas, me levanto de la cama y camino en dirección al cuarto de Louis con pasos perezosos. Apoyo mi cuerpo sobre el marco de la puerta y lo observo a mi amigo mirar a la nada, está sentado en su cama al mismo tiempo que juguetea con sus dedos un pequeño dije. Sé que está pensando en Jaymie, sé también que él se lo regalo como una indirecta que deseaba que siguieran en contacto y de alguna forma lo suyo se hiciera realidad, sé también lo triste y frustrado que se siente por no poder arreglar las cosas con ella y tener que apartarse de su vida así como si nada. Se todas esas cosas porque me lo contó una noche que lo encontré bebiendo una botella de vodka desde el suelo de la cocina a las 3 am. No ha sido fácil para él; para ninguno, a decir verdad. Tampoco estoy seguro que debo hacer para animarlo. En este punto pareciera que todo es inútil porque por más esfuerzo que hagamos por estar cerca de ellas, tarde o temprano terminamos metiéndola en problemas o alejándolas más de nosotros.

Esto es una mierda.

—¿Que sucede, Hazza? —susurra Louis. Me sobresalto volviendo a la realidad, él ni siquiera ha cambiado de posición pero se ha dado cuenta que estoy.

Carraspeo antes de curvar una sonrisa de lado en mi rostro y avanzar hacia dentro de la habitación, me siento a su lado y pongo una mano en su espalda. Louis finalmente me mira y me da una corta sonrisa para luego bajar la cabeza y volver hacia el dije.

El celular suena con un mensaje y abro la pantalla, es Zayn y dice que ya bajemos porque están esperando abajo por nosotros. Palmeo la espalda de Louis y él ya sabe sin que le diga nada que hay que irnos, pero lo dejo quedarse unos minutos más para observar el dije en lo que yo voy por nuestros abrigos.

Odio todo esto.

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Mamá viene a verme a la ciudad y me cita en el hotel donde está parando con Robín, mi padrastro. Desde el festejo de nuestro aniversario, no volví a verla y apenas y he contestado las llamadas últimamente. No es que no ame a mama, realmente lo hago y quisiera que fuese eterna, pero ella odia a Carrie y no necesito más basura sobre mí y menos escuchar sobre que ella no me merece. Justo como ahora.

—No me agrada, Harry. Enserio lo digo. —dice molesta de tan solo recordarla.

—Basta, mamá. Es entre Carrie y yo. Ya no tengo ocho años.

—No tienes ocho años, pero ¡entiende! ¡Mira eso! —señala el programa de chismes donde hablan de la relación de
Carrie y yo, calumniando una tras otra. Que yo la engañe, que ella me engaño, que es una zorra y yo un inmaduro que no sabe tener una relación seria—Eso es lo que me molesta. Que este en todos lados. ¿Y sabes que más me molesta?

—¿Qué? —pregunto cansino, solo quiero irme.

—Que todo esto es un contrato.

Mis alarmas se disparan y observo a mama con el ceño fruncido y mirándome decepcionada.

—¿Cómo pudiste aceptar algo así, Harry? ¿Cómo pudo ella hacerlo?

La miro con seriedad, nervioso.

—¿Cómo sabes eso, mamá?

—Primero me lo dijo Taylor, luego la escuche a ella decírtelo cuando se pelearon en la celebración.

Carrie y yo habíamos estado peleando después de la pelea, estaba tan concentrado en tener la razón que no me di cuenta que mama había escuchado.

—Y su madre también lo escucho.

Tapo mi boca con la mano y siento la vergüenza derrocarme. Todo ese tiempo, Claudia lo supo y no dijo nada. Absolutamente nada.

—En ese momento, no pude decir nada porque estaba avergonzada de haber criado a un cretino. Y sabía que ambos recibirían el castigo por juguetear con fuego. Ahora no puedes vivir sin, ella.

Mama se pone a llorar y se las arregla para darme un manotazo en la cabeza. Me abraza fuerte, como si quisiera protegerme de un corazón roto. Suspiro con tristeza y le devuelvo el abrazo, dándole la absoluta razón.

—No quiero que estés mal, cariño. Si no es posible, tienes que dejarla ir.

—No puedo, mama —me separo de ella, soltándola suave—Realmente la quiero. No puedo perderla ahora.

—¿Entonces, que harás? —suspira triste—Simón no va a dejarte estar con ella. Si esto sale a la luz, tu carrera y la de los chicos están en peligro. Tienes que ser consciente, Harry.

—Pero…

—¿Ella ya termino contigo?

Mi silencio fue su respuesta.

—¿Lo ves? Ella se dio cuenta que es lo mejor para ambos.

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Vuelvo de la visita de mi madre con un gusto amargo en la boca y los ojos rojos por llorar de camino a casa. Repaso mis manos por el rostro y suspiro frustrado por todo lo que ha estado pasando este tiempo. El estrés del disco nuevo y las exigencias de los managers y Simón cada vez me ponen de malhumor en los días mientras que en las noches lo único que hago es pensar en todas las cosas que hice mal y todo el tiempo que desperdicie. Nunca tuvimos que estar de acuerdo con algo tan estúpido como un contrato para conseguir mejorar nuestra imagen. La historia de la banda de chicos con cinco mejores amigas de toda la vida no fue más que un cuento desde el principio, pero vayan a explicar a cada uno de nosotros como una estupidez así se volvió tan real y propia.
No puedo quedarme con los brazos cruzados. No puedo dejar que se vaya tan fácilmente.

La puerta del departamento se abre y entra Niall con un Louis ebrio. Lo ayudo a recostarlo en el sillón, al parecer ha estado bebiendo desde ayer en la noche y, mierda, espero que sea de las últimas noches. Ya no quiero verlo así.

—Se quedó en mi departamento bebiendo toda mi reserva —le echa una mala mirada, pero suspira comprensivo—Tiene suerte que este como mierda, porque de lo contrario le patearía el culo y le haría pagar cada botella.

—Ya habrá ocasión. Gracias —le palmeo el pecho y aprovecho a tirarle una manta a Louis sobre él.

Miro a Niall mientras pienso en mi próximo movimiento hacia Carrie. Primero debería empezar en arreglar las cosas con Claudia. Después de lo que dijo mama, sería un horror dejar pasar esto.

—Duende, necesito un favor.

—¿Cuál?

—Espérame.

Corro hacia la habitación de Louis y recojo dos pelucas. Niall frunce el ceño apenas la ve.

—Demonios, no gustara.

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—Harry, olvídalo.

—No puedo, Niall —acomodo la peluca rubia que me puse y sigo caminado derecho hacia la peluquería de la mama de Carrie—Sino quieres acompañarme, entonces vete.

—¿Y dejarte solo? Puede estar la chiquilla loca.

—No es como si fuera a apuñalarme.

—No creías que te tiraría una nutella y así te dejo el ojo —señalo burlón.

Gruño mientras sigo adelante, esa mocosa es insoportable pero tampoco puedo culparla por ser así conmigo, siempre fui un imbécil con Carrie e incluso con Sheila, me merezco no tener su simpatía y que haga hasta lo imposible por alejarme de su hermana. De todas formas, no es como si yo, el gran Harry Styles vaya a darse vencido así por que sí. Si Carrie no quería escucharme y la enana del demonio no dejaba dar un paso hacia ella, entonces iba a tener que ingeniármelas de otra manera.

Entro a la peluquería central donde Claudia atiende, tiene varias sucursales por todo Londres e incluso me hablo sobre abrir spas bajo el nombre de su negocio. Enseguida la campana de la puerta suena y Niall no tarda en entrar y quedarse a mi lado con su peluca negra y anteojos negros ridículamente grandes. Nos acercamos hacia la recepción donde hay una muchacha de cabello rubio parloteando por teléfono sin parar. Los ojos se me saltan de la cara cuando noto que lleva una playera de la banda y en su escritorio la imagen pasada en Photoshop de Niall y ella.

—Espera, Olivia, hay más clientes —dice por debajo y tapa el auricular del teléfono para sonreírnos en grande. Según su placa, se llama Sally —Bienvenidos a Bouvier, ¿tienen turno?

—No, pero vengo a ver a la dueña.

—Esta con un cliente, si gusta puede esperarla.

Asiento con la cabeza y vamos a sentarnos junto a dos señoras más que hablan entre ellas sobre compras del súper o algo por el estilo. Niall se remueve incomodo cuando la recepcionista le da un sonoro beso a al retrato de él y tengo que contener mis ganas de echarme a reír por ello.

—¡Ya quiero que llegue el día del concierto! —chilla la chica por el teléfono mirando atontada a la imagen del rubio.—Quiero estar cerca de mi amado duende.

Niall sonríe orgulloso por ser el preferido de nuestra fan.

—Es genial que esa tal Coraline y él hayan terminado —la sonrisa de mi amigo de caer y enseguida noto que frunce el ceño a través de los lentes—Ella fue una fan, quizá pueda fijarse en mí.

Lo escucho bufar y lo entiendo, creo que a él le costaría tanto como a mi olvidarse de Cora así tan fácil como yo de Carrie.

—No, no la he visto por aquí hace tiempo, pero sé que vendrá esta tarde junto con la hija de la dueña. Si, si, esa que salía con Harry.

Nos miramos sorprendidos al instante bajándonos los lentes. El cobarde intenta huir, pero lo agarró del cuello y lo tiro contra el asiento para que no escape. Las miradas se dirigen hacia nosotros mientras Niall intenta escapar inútilmente, seguramente tiene miedo que Coraline vuelva a darle una patada en las bolas como lo hizo la vez anterior.

—¿Sucede algo?—pregunto Sally en nuestra dirección.

Meneo rápidamente la cabeza en respuesta aun intentando que Niall no se escape.

Sarah sonríe antes de asentirnos y seguir con su charla.

—No podrás, vienen dentro de dos horas y tienes clases ¿cierto?

Eso es suficiente para que el rubio no siga pataleando y se quede tranquilo. Hasta hace unos días estaba desesperado por ver a su "rayo de sol" como suele llamarla y ahora está todo cagado queriendo huir. Es traición que se marche así como así.

—Harry, esto es estúpido —insiste susurrando el rubio y revoleo los ojos por su pesimismo—¿Cómo sabes que la mama de Carrie no quiere descuartizarte? Incluso la de Cora esta resentida conmigo.

—Eso es porque tu encanto de duende es pura mentira —replico divertido y me encojo de hombros—La familia de Carrie me ama.

—Su padrastro debe estar odiándote.

—No, Sebastián debe estar dolido por lo que paso entre su palomita y yo, pero él no está enojado conmigo.

—¿Y por qué tanta confianza?

Le miro como si fuera un estúpido.

—Nos conocemos hace años y todavía no te das cuenta lo cautivador que soy sin quererlo.

—Lo que si me doy cuenta es que a cada año eres más odioso y egocéntrico.

—Yo lo llamo ser realista, ¿pero que podrías entender con ese pelo falso tuyo?

—¡El tuyo también es falso!

—Hablo de tu pelo rubio teñido, amigo.

Ignoro su mirada fulminadora mientras le echo un vistazo hacia el reloj de gato colgado en la pared. Espero que Claudia no tenga muchos clientes por atender y podamos hablar antes que Carrie llegue, no quiero ni pensar que es lo que me hará si me ve en la peluquería de su madre, me dejo bien en claro que no quiere volver a verme la cara, pero como a ella le importo una mierda mis sentimientos, entonces a mí tampoco me importa que es lo que quiere o lo que no. Estoy harto de ser un cobarde e inmaduro, por primera vez desde hace tiempo que realmente quiero algo con todo lo que soy y no voy a dejarla a ir sin darle pelea.

—No tuve que haber venido...

—Viniste solo con tus patitas.

—Liam tenía razón, estás loco.

Me encojo de hombros.

—No es como si ustedes fueran mejor que yo.

—¿Aun así crees que la mama de Carrie va a recibirte bien?

—Lo que hay entre Claudia y yo es especial.

—¿Ah?

Le sonrió socarrón sintiéndome puro orgullo porque mi suegra este loca por mí. También corro el riesgo de que me saque a patadas, pero sino lo hizo antes es porque hay algo más.

—¿Te le tiraste a la mama de Carrie?

Le doy un enorme zape por la estupidez que dijo, la peluca sale volando por el aire a la vez que Niall chilla a todo dar por el dolor y maldice. Mis ojos se abren en grande cuando ya no veo el cabello negro falso mientras que mi amigo intenta inútilmente meterse por debajo de su saco. Enseguida volteo a mirar a Sally, quien se levanta con la boca abierta y deja caer el teléfono al suelo sin dejar de mirarnos. Conozco esa reacción, se lo que vendrá en adelante y no pienso morir por culpa de Niall.

La recepcionista chilla en grande asustando a las dos señoras y a nosotros en el proceso, se sube arriba del escritorio y salta de él en grande, tanto que creo que ha tocado con las manos el piso. Agarro a Niall de los brazos para levantarlo y lo tiro contra ella, Sally se le sube encima mientras sigue chillando y Niall también chilla para que se la saque de encima.

—¡Salte, niña! —grita una de las señoras mirándola mal.

—¡Deja de hacer un escándalo, pobre chico!

—¡Pero es Niall Horan! ¡Vino a buscarme!

—Estas jóvenes ya andan inventando cosas —revolea los ojos una de ellas.

—Sí, ¿y quién ese Niall Horan?

Las señoras se van refunfuñando sobre una queja muy grande que le harán a Claudia por la nueva recepcionista, lo cual no es bueno porque no sé cómo se lo tomara ella en mi contra.

Sally intenta con todas sus fuerzas darle un beso a Niall, quien sigue resistiéndose a que le encaje uno. Me tapo la boca con la mano para no reírme de la desgracia de mi amigo. Creo que es una de las fans obsesionadas con nosotros, en nuestro debut había muchas de ellas que incluso entraban al camerino a escondidas y pretendían viajar en las camionetas. Cora fue igual cuando la conocimos, y si no fuera por las chicas, hubiese saltado encima de nosotros.

—¡Harry ayúdame!

Sally levanta la mirada con los ojos llenos de brillo y me sonríe en grande. Le devuelvo la sonrisa subiendo las manos hacia arriba, tratando de decirle indirectamente que mantenga la distancia.

—Escucha, nosotros solo vinimos en son de paz...

—¡Vinieron por Carrie y Cora! —chilla sorprendida y contenta a la vez. Vuelve a Niall, pero esta vez más seria —pero ella te engaño, ¿cierto?

—¡Ella no me engaño! —le grita Niall molesto y se aparta de ella ante el desconcierto—Ella no me engaño —repite más calmado y le tiende la mano para ayudarla a levantar—Así que, por favor, no digas eso otra vez. No es lindo.
Sally se levanta con cierta vergüenza y le toma la mano al rubio.

—Lo siento, es que las noticias...

—No creas en ellas, no es todo cierto lo que dicen —murmura triste y asiento.

Tiene razón, ¿cuántas veces hemos escuchado cosas que hicimos sabiendo que no es verdad?

Amaga a decir algo, pero en ese instante aparece una cabellera rubia.

—¿Que se supone que eran todos esos gritos?—Claudia coloca ambas manos en su cintura mientras nos dirige una mala mirada a los tres. Sus ojos van hacia a mí, abriéndose en grande —¿Harry?

—Hola —le sonrió medio nervioso, preguntándome si va a asesinarme ahora que sabe todo.

Sin embargo, Claudia medio sonríe y se acerca hacia a mí, dándome un abrazo. Le correspondo de inmediato dando un suspiro de alivio porque no me asesine. Niall me envía una mirada  de pura envidia, seguramente deseando que su suegrita lo ame como la mía.

—Vamos a mi oficina, tenemos que hablar. Sally, lleva café a mi oficina.

—¡Si, señora!

—Ah, y Sally—la chica para antes de ir hacia la cocina y se sobresalta al sentir la mirada de su jefa—De ellos a nadie, ¿entendiste?

—Sí, entiendo, señora —asiente repetidas veces con un rubor en sus mejillas. Antes de irse, observa a Niall con anhelo mientras este solo le sonríe—¿Puedo darte un último abrazo?

—Eh, sí, creo que sí.

Sally lo abraza con fuerza desde la cintura, pegando su cara contra su pecho. Niall se nota incomodo e intenta corresponderle el abrazo, pero por las muecas de dolor, creo que esta por romperle las costillas.

—Va a tomar un tiempo en que lo suelte —dice Claudia y enreda su brazo con el mío, sonriéndome —Vayamos mientras tanto, ya no seguirá el paso.

—¡Espera, Harry!

—Lo siento —me encojo de hombros.

Hago oídos sordos a las quejas y llamados de mi amigo, vamos hasta su oficina de paredes color melocotón, un escritorio enfrente color blanco con una computadora encima, tiene muebles negros con cajones y un sillón verde manzana sobre la pared y otros dos individuales. Me siento en el sillón largo mientras ella en uno individual, frente a frente. Retuerzo mis manos sin saber que decir exactamente. Es incomodo ahora que sé que ella lo supo todo este tiempo y nunca dijo nada. Más increíble fue que mamá no haya dicho tampoco una sola palabra, lo cual es raro.

—Claudia—aclaro mi garganta, llamando su atención. Su rostro sigue luciendo amable y cariñosa—Lo que paso con Carrie… bueno, mi mama me dijo que ustedes sabían lo del…

—¿Lo del contrato?

Su excesiva tranquilidad me asusta, por lo que decido tomar mis precauciones. No por nada Carrie tiene mano dura y parece el mismo diablo cuando se enfada.

—Sí, eso. Verá, yo…

—¿Vas a decirme que no fue tu intención el contrato, sino algo con lo que tuviste que estar de acuerdo?

Cierro mi boca de golpe, sintiendo peor la tensión.

—Pues yo…

—Tranquilo, no voy a golpearte —aletea con la mano y vuelve a sonreírme—Me desquite todo el odio con tu mama. ¿Mejoro su ojo rápido?

—Eh si…

—Oh—su rostro decae y chasquea la lengua—Mala suerte.

Empiezo a entender porque mama quedo más golpeada que Claudia en la pelea que tuvieron. Le llevo dos semanas enteras que su ojo se volviera normal y no estuviese todo violeta.

—Escucha, Harry, ya lo sé todo —por primera vez, Claudia se pone seria —Conozco a mi hija mejor de lo crees tú y ella. La crie por mucho tiempo sola y la amo muchísimo —mis hombros bajan, odiándome por decepcionarla—Eso y porque mi hija de dieciséis años tiene un diario muy fácil de abrir. Lo supe todo: las peleas entre ustedes, el lio en la casa de verano de Christopher, el por qué Carrie no estaba aceptando ninguna propuesta de trabajo, lo tuyo con ella y… —suspiro, molesta—¿Por qué son tan inmaduros los dos? No pueden ir jugando con el amor. Quemarse con fuego no es normal.

—Nunca quisimos esto, Claudia. Tuvimos que hacerlo y las chicas tuvieron la desgracia de salir ganadoras en un absurdo juego de Simón. No quiero justificarme, pero créeme cuando digo que ninguno de nosotros quería tomar esto enserio y ahora...

—Y ahora te enamoraste de Carrie como un idiota.

Asiento con la cabeza, sintiéndome aún más estúpido de lo que me sentí en todos este tiempo. Pero, en contra todo pronóstico, Claudia sonríe.

—Quieres recuperarla, ¿cierto?

Levanto la vista hacia ella con los ojos esperanzados. Carajo, amo a mi suegra.

—No será difícil. Carrie es tan terca como su papa. Malditos genes.

—No pretendo que sea fácil. Solo quiero estar con ella.

—¿Qué hay del contrato?

—Lo revise con atención. No eran 3 billones como decía que eran, sino son 3 millones.

—Eso cambia todo, ¿eh?—Claudia pone los ojos en blanco—3 millones sigue siendo mucho, Harry.

—No si lo dividimos en cinco.—replico y hago la cuenta mentalmente—Serian 600.000 que cada uno pagaría. Si pago eso, entonces Carrie no se verá ligada al contrato.

—¿Tienes ese dinero?

—Tengo ahorros desde que empecé con la banda, yo puedo...

—Alto ahí —levanta ambas manos, deteniendo mi emoción—Harry, ni siquiera sabemos que es lo que quiere Carrie.

—Ella también me quiere, lo sé.

—Yo también lo creo, cielo, es que...—parece pensárselo antes de decirlo, pero finalmente suspira—Carrie consiguió un papel en una película...

—Eso es bueno —contesto realmente feliz por ella. Es talentosa y mucho mejor que muchas. —Realmente se lo merece, felicidades.

—Gracias. Y, eh...

—Si es muy difícil para ti decirlo —me apresuro, deteniéndola—No lo digas. No quiero que tengas problemas con ella ni tampoco que sientas remordimiento por decírmelo. Está bien.

Me sonríe en forma de agradecimiento. No puedo presionarla, no cuando ella es la única que esta ayudándome a recuperar a su hija.

—Este sábado habrá una barbacoa familiar. ¿Por qué no les dices a tus amigos que te acompañen? Estoy segura que ellos también querrán ir.

—Pero si es familiar, ¿por qué irían mis amigos?

Claudia se ríe y me guiña el ojo.

—Porque la barbacoa familiar no se limita solo a nosotros, sino a las familias de las chicas.

Observo a Claudia pensando una y otra vez que si no fuera la madre de Carrie, definitivamente me enamoraría de ella. Pero de pronto rostros masculinos vienen a mi mente, erizándome la piel.

—¿No estarán los padres de las chicas también?

—No puedo dejarte todo fácil, también la hiciste sufrir.

Acepto la acusación.

—Si no quieres ir...

—No, no. Iremos —aseguro. Los obligare si ese es el caso. No voy a enfrentarme a Los Avengers yo solo.

—No tienen que preocuparse, estaremos allí para defenderlos.

—¿Quiénes?

—Jenna y yo. No sé si Rose y Lisa estarán de su lado, chicos, seguramente serán más neutrales, pero sin dudas nosotras los apoyaremos.

—Gracias. ¿Pero ellas saben que...?

—¿Lo del contrato? No, claro que no. Prometimos con tu mama no decir nada.

—¿Enserio? —mis ojos se abren de tope.

—Después de golpearnos y que todo se volviera un lio, en algún punto decidimos que no teníamos que intervenir ninguna de las dos. Prometimos no decir nada y que sería problema de ustedes lo que sucediera luego de que el contrato terminara.

—¿Y por qué hicieron eso?

—A veces una madre debe dejar que sus hijos se den contra la pared —La sonrisa de Claudia se vuelve triste al igual que su mirada—aunque nos lastime verlos tan mal.

—Lo siento.

—Lo sé, cariño, solo procura de hacer las cosas bien y, sino resultan, entonces solo suéltala. ¿Lo prometes?

Soy consciente que está ayudándome más de lo que debería y que no tengo un derecho alguno de pedirle ayuda, por lo que acepto la promesa: dejare ir a Carrie sino logro hacerla cambiar de opinión.

—Por cierto, ¿y tu amigo?

Recordando la existencia de Niall, volteo a mirar hacia la puerta antes de encogerme de hombros. Como si lo hubiésemos llamado, la puerta se abre de golpe y mi pobre amigo rubio aparece con la cara besuqueada y la remera rota. Tengo que contener la carcajada por el idiota porque a mí también me ha pasado.

—Demonios, esa Sally. Lo siento, cielo, ¿estás bien?

Niall traga saliva antes de contestar.

—Perdón la prisa. ¿Ya nos podemos ir, Harry?

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—¡¿Qué?! ¡¿Qué demonios pretendes, Harold?! —me grita Liam después de contarle el plan a los chicos.

Liam y Zayn me fulminan con la mirada en desacuerdo. Louis parece pensárselo bien y el maldito tiene suerte, solo tiene que preocuparse por Arnoldo y parece que al tipo algo bien le cae, Niall está asustado como la mierda porque le teme al papa de Cora, pero es el más decidido de todos a ir.

—Es para estar cerca de las chicas. Solo es una reunión familiar.

—El problema es que nosotros no somos familia y que ya es acoso lo que hacemos —replica Liam con los brazos cruzados.

—Creo que es demasiado—opina Zayn—Además, los viejos van a rompernos las piernas.

—Pero que maricon, no sabía que le temieras a un par de vejetes.

—¿Un par de vejetes? —repite Louis—No son vejetes amigo. Son los Avengers y su apodo le hará justicia cuando nos agarren.

—Eso no puede detenernos —me paro encima del sillón, todos mantienen la vista sobre mí—Esto se trata de nuestras chicas, hermanos. Hay que dejarnos con tanto drama e ir por ellas, luchar.

—Cora le pateo las bolas —señala Liam al pobre del duende—¿Qué te hace pensar que Emma no podrá hacer lo mismo si me ve ahí?

—Déjate de lloriquear, maldita sea. Como si nunca te hubiesen pateado las bolas.

—Por eso te digo, imbécil. Connor si me ve ahí…

—Buuuu, puras mariconeadas —Niall me secunda poniéndose a mi lado—Yo no sé ustedes, pero voy a ir incluso si tienen que pateármelas de nuevo.

—Que valiente son estos dos —Zayn se ríe de nosotros—El rubio tiene el suegro que juro usar sus herramientas con él mientras que Harry tiene al padrastro y al papi para arrasarlo.

—Ambos me aman, yo tengo seguridad —replico con orgullo.

—Tu encanto no llega tan lejos. ¿Y si Sebastián vio llorar a Carrie?

Recuerdo la pelea de Sebastián y Christopher en la casa de este último y disimulo los escalofríos. Los dos parecían unos malditos luchadores profesionales, dispuestos a asesinarse con tal de salguardar su orgullo. Ni imaginarme como serán si lastiman a Carrie. No puedo desconfiar de Christopher porque, aunque fuese un imbécil, también ama a su hija.

—Ya que, voy a aguantármelas todas —refuto y los observo a todos, señalando uno por uno—Liam eres el que peor esta desde que Emma te dejo, y no intentes negarlo —su mirada se endurece, tengo la razón y no puedo contradecirme—Connor será una bestia, pero no le temes a nada, amigo. No le temiste a Emma todos estos meses…

—No te pases.

—De acuerdo, lo siento, viejo —levanto las manos en alto en señal de tregua y señalo a Malik—Y tú, oh, tú también eres uno de los más jodidos.

—Ni te gastes.

—Todavía tienes oportunidad con ella. Además, uno para todos y todos para unos.

—No somos los jodidos mosqueteros.

—Cierto, ellos eran tres. Entonces, one dream, one direction.

Zayn me tira dos almohadazos y Liam lo secunda. Por suerte y le da a Niall antes que a mí o a mi preciosa cabellera.

—Vete al carajo. Yo me largo.

—¡Espera, espera! Déjame terminar —suspira irritado, pero finalmente se queda sentado—Louis, Arnoldo parece que no te odia tanto.

—Creo que solo piensa que soy retrasado como para estar a la altura de su hija.

—Estoy seguro que sí, chico, pero Jaymie lo vale.

—¡Por supuesto!

Louis adentro y volteo al rubio.

—A mí ni me convenzas, ya te dije que lo hare.

Le palmeo la espalda.

—Dejare que el papa de Cora me dé un par de veces en tu honor. —Miro en dirección a los ogros del grupo—¿Ustedes?

Liam y Zayn se dirigen una larga mirada antes de suspirar y asentir. Sonrió victorioso y salto hacia el suelo.

—Bien, caballeros, antes de ir sería bueno que busquemos algo para protegernos las bolas y avisarle a Josh que esté esperándonos a una cuadra con una ambulancia. Solo por las dudas.

—Maldito Styles —rechista Malik e intenta darme una patada en el culo cuando paso a su lado. La esquivo pero Liam lo hace por él—Gracias, amigo. Aguantare un golpazo por parte de Connor solo por eso.

—Desgraciados —me sobo el trasero. Louis me sigue y nos vamos camino a nuestro departamento. Todavía quedan muchas cosas por arreglar.

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El día del juicio final llega con un hermoso día soleado en Londres a las cuatro de la tarde, lo más inusual que ha pasado desde hace semanas que viene lloviendo a cantaros. La camioneta frena justo frente a la casa de los Smith/Bouvier/Benwick y bajamos tal cual ganado directo al matadero. Vestimos todos elegantes con nuestros trajes pese a que puede ser una simple barbacoa, pero creo que Carrie me había hablado una vez de ella y todos lucían elegantes porque era un evento especial para todos. Si tan solo la hubiese escuchado más, no estaría a punto de mearme en mis pantalones y preguntarme si mi traje casual de Enzo D’Orsi fue demasiado para la ocasión. Seguramente los chicos piensan lo mismo. Yo me vine con uno azul opaco, Niall con uno gris, Zayn con uno bordo, Liam con uno negro —creo que él sabe que es su funeral con Connor— y Louis uno blanco.

Nos damos un abrazo con palmas fuertes entre los cinco y también a Josh, nuestro ángel de la guarda y el que llamara a la policía, bomberos y la guardia nacional por si nos machacan ahí adentro.

—Solo quiero decirles una cosa —nos dice antes que nos marchemos—Los admiro, chicos, enserio. No solo soportaron a esas locas, sino también están a punto de ser ejecutados.

—No les digas así, son importantes para nosotros —replica Niall molesto.

—Yo que tu no me molesto conmigo —le señala con una sonrisa socarrona—Después de todo, soy yo quien podría salvarte la vida.

Revoleo los ojos.

—Qué va. Te avisaremos cualquier cosa, amigo.

—Estaré cerca —promete y se seca una lagrima imaginaria—Mis retoños ya crecieron.

—Vete a la mierda —demanda Zayn y todos concordamos con él.

Josh se ríe de buena gana y cierra la puerta para conducir a unas casas de distancia de donde estamos. Dando un profundo suspiro, nos adentramos al campo enemigo. El simple timbre de la casa de Carrie para mi es una alerta de bomba, heridos y muertos por doquier cuando escucho a Carrie decir que ella abrirá. Maldición, el corazón me late tan fuerte y tengo un nudo en el estómago que creo que voy a vomitar.

—Harry, ¿estas bien? —pregunta Niall a mi lado—Estas pálido.

—Esto es una mala idea —digo de pronto, cayendo en la realidad. Nos van a hacer trizas ¿en que estaba pensando? —¡Evacuen, evacuen!

Trato de escapar dándome la vuelta y correr, pero Liam y Zayn me empujan hacia el frente, deteniéndome.

—Conserva la calma, Harold—Zayn me sostiene del cuello y me zarandea—Tranquilízate o te van a comer vivo ahí adentro.

Me da media vuelta cuando escuchamos que la puerta está por abrirse, empujándome levemente al primer escalón. Carrie abre la puerta aun mirando hacia atrás con una sonrisa en el rostro. Se ve tan hermosa que no me creo que hasta hace unas semanas compartíamos mañanas llenas de besos y noches mirando Naruto y comiendo ramen. No es hasta que voltea hacia nosotros que su sonrisa se borra y recuerdo que eso puede no llegar a volver jamás.

—¿Qué demonios?—masculla los ojos en grande.

—Hola —digo como idiota, sonriéndole con los nervios por todo el cuerpo.

—¿Quién es, Carrie? —le pregunta Claudia a lo lejos.

—Nadie, má.

Carrie trata de cerrar la puerta pero soy más rápido y pongo mi pie. Sus ojos y los míos se cruzan y se están ahí mismo. Amo el azul de sus ojos porque son lo más transparente y sincero que he visto en toda mi vida. Me encanta la forma de sus labios y su textura al besarlos.

—Lárgate antes que te mate —dice con los dientes apretados y la mirada como hielo.

Trato de no desanimarme, no puedo rendirme tan fácil.

—Tu mama nos invitó.

—¿Qué?

—¿Qué pasa aquí? —Claudia aparece por detrás, abriendo la puerta. Carrie se sobresalta y voltea a mirarla.

—¿Tú los invitaste?

—Claro, ¿por qué? —su sonrisa es amable, pero sus ojos parecen llenos de advertencia cuando voltea a su hija—¿Hay algún problema, cielo?

—Mamá, Harry y yo ya terminamos. No debería estar aquí —replica de inmediato, no intimidándose. —Además, sus amigos tampoco salen con las chicas.

—Oh —su expresión de caer y mira a mis amigos—Lo siento, chicos, los hice venir por nada.

Nos damos una mirada entre todos sin saber exactamente qué hacer. ¿Deberíamos irnos? Sin embargo, Claudia vuelve a sonreír como si nada.

—Como ya los hice venir aquí, pásenle y tengan un poco de comida antes de irse.

—¡¿Qué?! —chilla Carrie con la boca abierta—¡Mama!

—Carrie Elizabeth—recita el nombre completo, haciéndola callar de golpe—Por favor, lleva a los chicos al jardín. No tardaran en llegar los demás para la barbacoa.

Con una última mirada de advertencia, Claudia se va hacia la cocina. Carrie la observa irse hasta que voltea a mirarnos, principalmente a mí. Le sonrió encogiéndome de hombros, tratando de lucir inocente. Lo cierto es que estoy asustado hasta la mierda, sobre todo si ella me mira como si quisiera degollarme. En vez de eso, me da un puntapié y tengo que morderme la mano para no gritar y meterla en más problemas, por ende, que me odie más.

—No sé qué es lo que piensan, quinteto de imbéciles —nos dice a todos, furiosa—Pero les juro que se van a arrepentir de haber venido hoy.

Gira sobre sus talones y va directo hacia el patio trasero. Yo sigo sobándome por el golpe.

—Creo que ya me arrepentí —suspira Liam.

—No es el momento de bajar los brazos —habla Zayn, animando—Si nos quedamos cerca de Claudia, no van a golpearnos.

—Apurémonos antes que aparezca Sheila o Sebastián —aconseja Louis.

Como soy quien conoce mejor la casa, los guio hasta el patio trasero. Este es aproximadamente tan grande como lo es a casa, la mesa larga de madera esta debajo de una enredadera alta y decorada con luces de navidad. Hay un pequeño patio de juegos construido para Candy, la piscina esta al fondo y una cancha de futbol con dos arcos armados. Sebastián se encuentra en el asador preparando el fuego con la carne lista. Lo veo afilar el cuchillo y por poco no lo imagino rebanándome la cabeza con ello. Maldición.

—Chicos, por favor, siéntense. Aun no llegan los invitados —dice Claudia apareciendo de pronto con una sonrisa en el rostro.

Nos sentamos a cuatro asientos más atrás, casi al final de la mesa. Yo estoy entre el medio de Niall y Liam, Zayn la izquierda de este y Louis al otro costado del rubio. Lo cierto es que si nos van a dar, no quiero estar en el último extremo.

—Sebastián, ven.

Los nervios se me afloran cuando los ojos azules de Sebastián parecen volverse negro al voltearse a verme. Sin embargo, se las arregla para una sonrisa con su mujer.

—¿Cómo les va, chicos? —nos da la mano a todos, y por la expresión de Zayn y Liam, los está apretando fuerte. —Harry —dice simplemente a mi dirección y me toma la mano. Siento el grito a punto de salir de mi garganta pero lo retengo. Prácticamente está por romperme la mano. —Que gusto volver a verte, hijo.

—Lo mismo digo—murmuro conteniendo la voz y me suelta al fin.
Le da la mano a Niall y Louis, ellos también sufriendo lo mismo que nosotros. Sebastián le da un corto beso en el cachete a Claudia antes de marcharse.

—Iré a llamar a Arnold, creo que necesitaremos más carbón.

Todos escuchamos lo mismo pero sabemos que tiene otro significado: les avisara a los demás Avengers que estamos aquí y van a venir a despedazarnos.

—Menos mal que te amaba —se burla Niall y le doy una patada en la pierna—¡joder!

—Cállate, maleducado—rechisto por debajo.

Claudia vuelve a acercarse—¿quieren tomar algo, chicos?

—Jugo estará bien —dice Liam con una sonrisa cordial.

—Claro. ¡Carrie, Sheila!

Pero tampoco queríamos que nos vinieran a servir ellas. Las dos castañas salen con la peor cara de perro que tienen ya con bebidas en la mano. Nos dejan los vasos y los rellenan con jugo de ciruela, dejándolos de golpe a cada uno de nosotros.

—Chicas—les regaña.

—¿A qué hora llega el tío Connor? —pregunta Sheila fingiendo una sonrisa en grande.

—Creo que en veinte minutos —siento a Liam ahogarse a mi costado—¿Por qué?

—Es mi padrino, ¿por qué no estaría ansiosa de verlo?

Suerte aquel pobre idiota que sea el novio de Sheila porque si con el padre y el padrastro no tiene suficiente, también tiene al padrino.

El timbre suena, alertándonos a los cinco. La sonrisa maliciosa de Carrie se abre paso mientras Sheila grita que ella ira a abrir la puerta. A los pocos segundos, es la familia de Cora y la familia de Michelle que entra por la puerta trasera. Claudia se abraza con Lisa y Rose con cariño y luego abraza a los hombres, quienes les dan una sonrisa cálida y un abrazo de oso. Parecen llevarse todos bien y no es lo de menos cuando se conocen desde la secundaria y criaron a sus hijos juntos.

Sin embargo, todo brillo de cariño se borra en el rostro de los hombres cuando su mirada se enfoca en nosotros. Creo que Niall se ha cagado en los pantalones y no lo culpo, el papa de Cora da malditamente miedo, lo mira como si estuviera taladrándolo con la mirada. En cambio, el padre de Michelle demuestra más desprecio que odio, como si Zayn fuese un maldito vago que jamás podría merecer a su princesa.

—¿One Direction? —pregunta Rose sorprendida, mirando en nuestra dirección.

—Yo los invite —dice Claudia simplemente y toma de las manos a ambas, aun asombradas por vernos.

Nos levantamos para saludar primero a las mujeres. Rosé se muestra neutral con todos y sin ningún pizque de resentimiento, mucho menos hacia Zayn, pero se mantiene distante. Lisa es igual, pero cuando observa a Niall, parecen decirse algo que no comprendo y prefiero dejarlo ahí. Ahora nos viene la parte más fuerte: los  padres.

—¿Recuerdas la colección de martillos, amigo? —pregunta Steve divertido con una mirada asesina hacia Niall.

—¡Steve! —le chilla Lisa.

Steve se echa a reír como si le dijeran que Obama es travesti.

—Está bien, cielo. Por hoy no. Pero no tentemos a la suerte.

Ninguno da un paso hacia ellos, ni siquiera para un estirón de manos. Es un simple hola sin ningún tipo de contacto y creo que todos lo preferimos así.

—¿Falta mucho para que llegue Connor y los demás? —pregunta Andrew ansioso.

Rosé suspira.

—Andrew…

—¿Qué? Es solo una pregunta.

—Oigan, ustedes dos —Claudia chasquea los dedos para llamar la atención y los observa con seriedad—Intenten algo con mis muchachos y los mato.

—La única que puede amenazarme es mi mujer —refuta Andrew y Steve lo secunda.

—Claro que no. Perdieron una apuesta conmigo y les gane compartir ese derecho.

Ambos hombres miran a sus respectivas esposas, quienes se encogen de hombros.

—¿Enserio, Lisa?

—Había apostado su hermoso bolso de Louis Vuitton —se defiende Rosé, contestando por la rubia—Si nos compraran bolsos más caros, entonces no estarían en este lio.

Los dos pares de ojos salen disparados hacia nosotros, fulminándonos con la mirada.

—Mejor vamos al asador, chicos —aparece Sebastián por detrás y les palmea la espalda a ambos—Al menos así se van a entretener con la imaginación.

—¡Sebastián!

Sin embargo, este solo se ríe y se lleva a los padres de Mich y Cora por el momento, pero aún estamos bajo su visión.

—Santa mierda, van a matarnos —masculla Louis asustado.

—No, cielo, no van a matarte —replica Claudia y le soba la espalda. —Chicas, por favor, necesito al menos que no haya una masacre aquí.

—Soy imparcial, Claudia. Ya te lo dije —Lisa suspira, acomodándose el cabello—Pero tampoco quiero que mi marido vaya a la cárcel. Solo será por esta vez.

—Debiste habernos avisado.

—Les avise.

—Enviar un mensaje cinco minutos antes de venir no es avisar, Bouvier—Rosé entrecierra la mirada en su dirección. Voltea a mirar a nosotros, pero sobre todo a Zayn—Espero que ustedes también se comporten. Traten de que no los maten.

—Gracias, y lo siento —dice el moreno, arrepentido—Tal vez deberíamos irnos.

—Ya están aquí, ya está —le detiene Lisa y deja su bolso en uno de los asientos de nuestra fila. —Al menos tendrán a Jenna de su lado, ¿cierto?

—Con ello, calmaran al peor.

—Tienen suerte que le teman a Claudia, de lo contrario estarían muertos.

—¿Por qué le temen? —pregunta Niall con inocencia.

—Hace veintidós años atrás, les patee el culo en el ring y todavía puedo hacerlo —responde la rubia con orgullo y se cruza de brazos. No sé por qué esa anécdota es jodidamente familiar—Ahora, siéntanse cómodos hasta que lleguen los demás. Todavía no ha sido lo peor.

Eso no nos deja más tranquilo a ninguno de los cinco, pero aun así volvemos a tomar asiento. Lisa y Rose pronto se envuelven en una conversación entre ellas sobre Xavier, el psicólogo, Louise y la escuela, el trabajo de ambas y sobre la maravillosa idea de compartir otro viaje en memoria de Ciara, la mama de Jay. Al cabo de un minuto, pasan adentro de la casa cuando Claudia las llama.

Me remuevo incomodo en el asiento, pensando una y otra vez si esto fue un error, y mierda, si fue un maldito error. Encerrarnos en un patio trasero con solo dos mujeres poderosas —y falta una—que pueden mandar a los Avengers es una mala idea. Nos superan en números. Al menos si Lisa y Rose estuvieran de nuestro lado, esto sería más equitativo. Pero no solo tenemos a los padres en contra, sino también a las chicas. Michelle y Coraline no han salido aun al patio porque nos están evitando, eso es seguro. Sin embargo, todavía faltan Emma y Jay y ellas valen como veinte.

—Deberíamos irnos.

—Si nos vamos ahora, nos arrepentiremos el resto de nuestras vidas —Liam es ahora quien nos calma a todos—Escuchen, puede ser la última oportunidad.

—Sí, y también de respirar—espeta Louis y se desabrocha dos botones de la camisa—Ya está, chicos, ya estamos en el maldito infierno así que ardamos como corresponda.

—No es a ti a quien quieren martillar el pene.

—Jodete.

—Les recuerdo que Cora era fan de One Direction, ósea, de todos nosotros —expone señalando a cada uno—Steve no solo puede odiarme a mí, sino también a ustedes.

—No intentes volcar tu mala suerte, duende de pacotilla —rechista Zayn y levanta la mirada hacia los padres. —Carajo nos están mirando.

Y esta en lo correcto. Los tres con cervezas en la mano y miradas asesinas en nuestra dirección. Yo solo espero que no embriaguen y se les zafe el tornillo de la cordura.

—Buenas tardes, pobres muertos.

Creo que todos escucharon la voz de la muerte porque voltean la cabeza hacia la entrada incluso antes que yo. Connor Woodhouse está parado con los brazos cruzados en la puerta del jardín con una sonrisa y mirada asesina, deleitándose por nuestro miedo y, seguramente, nuestra exterminación. Emma aparece a su lado con los mismos gestos demoniacos que prometen mucho dolor. Por si fuese poco, Arnold aparece detrás de su amigo con la expresión dura y directa hacia mi amigo. Louis me toma de la mano a través de Niall, asustado.
Jenna aparece detrás de ambos hombres y les da un palmazo a los dos en la cabeza.

—¿Qué te pasa, Jenna? —espeta Arnold llevándose una mano hacia arriba. Por el sonido del impacto sí que debió dolerles.

—Sí, mujer, ¿por qué hiciste eso? Ni siquiera empecé —replica Connor.

—Basta par de abusivos. ¿Cuándo van a cambiar? —suspira con dos manos sobre su cintura, resaltando su enorme barriga. Mira hacia nosotros y nos sonríe con cariño. Liam es suertudo como yo, de eso es seguro—Lo siento, chicos. Hace tiempo no los veo. ¿Cómo han estado?

—¡Mama! —Protesta Emma —Papi no hizo nada malo. Solo los saludo.

—Tampoco me fio de tu sentido de hospitalidad —Jenna le señala y le da un empujoncito en la espalda—Saluda a los chicos y a tus tíos.

Emma gruñe, pero no replica. En cambio, Connor se gira para decirle algo a su mujer, pero Jenna lo calla con una dura mirada que lo hace retroceder. Al menos tenemos una aliada más. La rubia mimada pasa de nosotros y se va directo hacia los padres de las chicas, dándoles un beso en las mejillas.

—Oigan, chicos—llama Steve hacia Arnold y Connor—Será un buen día para morir, ¿eh?

—¡Steve!

Arnold sonríe socarrón mientras que a Connor le brillan los ojos de maldad pura. Al menos estamos empatados, son solo cinco.

—Cabellos, Jenna —aparece Christopher Benwik con su traje importado, los lentes de sol puestos y el celular en la oreja—No, ya te dije que no lo quiero a unas cuadras, lo quiero en el centro de la ciudad o no hay trato—Corta la llamada y guarda el teléfono en bolsillo. Se da un afectuoso abrazo con Arnold, palmeándose la espalda. —Qué bueno es verte.

—A ti también, pedazo de mierda.

Christopher se separa de Arnold antes de ir hacia Connor con otro abrazo.

—Tienes que hacerte ver más, malnacido.

—Sí, sí. Lo que tú digas —se acerca hacia Jenna, quien lo recibe con una sonrisa. El padre de Carrie le acaricia la barriga—luces más preciosa que nunca.

—Gracias, Chris. Tú también te ves bien —le da dos besos en la mejilla.

Pese a los insultos, Christopher se muestra indiferente, pero parecen llevarse muy bien. Siempre se me hizo raro que las cinco familias fueran amigas. Ósea, las madres fueron amigas desde la preparatoria y los padres desde la universidad o quizá incluso más. Después de los problemas con Sebastián la última vez, no creí que Christopher aparecería en la barbacoa.

La mirada del hombre se posa en mí, poniéndome nervioso. Le hago un intento de sonrisa mientras él solo me observa con seriedad. Maldita mierda, creo que esto de tener al padre y al padrastro en contra es lo peor.

—Vaya, están los backstreet boys.

—Disculpe, señor, pero somos One…

—Sí, sí. Lo que sea —ignora a Niall y saca nuevamente su teléfono, concentrándose en él—Vamos por unas cervezas, muchachos.

Le palmea la espalda a Arnold y se marcha hacia donde está el fogón con los demás. Sus amigos lo siguen aún mirando mal en nuestra dirección mientras Jenna solo suspira antes de girar y entrar a dentro. Los Avengers se reúnen con camaderia, incluso Sebastián y Christopher parecen tener un buen trato entre ellos.

—Míralos, eso es malo —susurra Niall a mi lado—Nos van a despedazar.

—Ya no hay vuelta atrás. Hay que soportarlo—dice Zayn y maldice por debajo—Al menos si las chicas estuvieran aquí…

—Querrás decir solo Michelle, las demás son peligrosas —puntualiza Louis y hay que darle toda la razón.

—Cora no es peligrosa…

—Con esa patada en los huevos que te dio, no, claro que no.

Las voces femeninas que provienen de adentro me alertan. Volteo justo en el momento en que las cuatro chicas atraviesan la puerta. Por un breve momento, Cora, Michelle y Jay se detienen a fulminarnos con la mirada, Carrie es la única que pasa indiferente porque ya nos ha visto. Las demás la siguen haciendo omiso de nuestra presencia. Siento que todos estamos deprimiéndonos con aquel gesto, pero al menos no se lanzaron sobre nosotros.

—Carrie —dice Christopher simplemente sin levantar la mirada hacia su hija o alguna de las chicas.

—Christopher —contesta Carrie con frialdad, cruzándose los brazos.

El ambiente allí se tensa, sobre todo cuando Arnold se acerca hacia Jay.

—Jaymie, hola.

Jay no contesta, solo se mantiene mirándose las uñas.

—Jaymie —ruge Arnold, empezando a enojarse.

—Ya—Connor interviene y le da dos palmadas en la espalda—Jay, cariño…

Jay solo mira hacia Connor con intensidad, este solo le hace un gesto para que se suavice.

—Hola —murmura simplemente y se cruza de brazos.

Jay y Arnold juegan una batalla de miradas para determinar quién la desvía primero. Ahora entiendo de donde proviene tan feroz personalidad, y como no si su viejo es Wolverine representado.

—Por Dios, que tenso —Christopher rompe el breve silencio y se quita los lentes—Estas barbacoas si son de las que no hay.

—Siempre con tus comentarios amistosos —refuta Andrew.

—Por favor, solo estoy tratando de cortar este ambiente de aquí —dice despreocupado. —Pero ahora estoy más interesado en una sola cosa.

—¿En qué? —pregunta Cora.

Christopher le revuelve el pelo antes de sonreírle y contestarle.

—En donde vamos a enterrar cinco cadáveres.

Las miradas van hacia nosotros. Yo trato de no encogerme de donde estoy, pero es casi imposible con todos ellos intentando matarnos con la mirada. Para suerte nuestra, Claudia y Jenna salen afuera conversando entre ellas. Los hombres nos ignoran de inmediato, comenzando una charla amena entre ellos. Las chicas, en cambio, parecen tener otros planes. Me pone en alerta al verlas conversar entre ellas con susurros. Ya se estaban tardando en planear algo, nunca es bueno del todo cuando están las cinco juntas y sobre todo cuando están enojadas.
Voltean hacia nosotros, tensándonos.

—¿Quién quiere jugar a un partido?

Esa sonrisa maliciosa en las cinco no me gusta para nada.
Jaeger.
Jaeger.


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Mensaje por Jaeger. Vie 27 Abr 2018, 5:25 am


2da parte

Harry Styles



La pelota rebota justo en mi abdomen, sacándome de pronto el aire. Me tiro hacia el suelo por el pelotazo enviado directo desde la pierna de Jay y dejo retiro la pelota de mí con las manos. Tal vez solo debí dejar que embocara esta vez.

Han pasado veinte minutos desde que empezamos a jugar y las chicas no nos dan chance. No pensé que fuesen tan buenas en el soccer, y lo cierto es que estoy siendo suertudo porque soy el arquero del equipo. En cambio, los demás están en el campo de batalla, enfrentándose con la muerte. Puedo enfrentar algunos pelotazos que van con intensión de romper uno de mis huesos, no a que me den patadas tras patadas como lo hacen con mis amigos. Christopher hace de nuestro árbitro, por lo que les deja pasar cualquier falta y nos pone a nosotros ante lo mínimo. Esta más concentrado en su llamada telefónica que en el juego en sí, solo nos echa una mirada para jodernos.

—Espera un momento —dice alejando su celular de la oreja y suena el silbato desde su boca—Pelón, eso es falta.

—¿Qué hice? —replica Liam con la pelota entre las piernas.

—Te acercaste demasiado a Woodhouse. Chicas, ustedes tienen la pelota.

—¡¿Qué?! —exclama mi amigo con la boca abierta.

—¡Eso es injusto! —espeta Zayn molesto.

—Lo siento, sigue hablando —Christopher vuelve a su celular sin prestarle atención al moreno. Saca una tarjeta amarilla.

—¡Oiga, eso no se vale! —chilla Niall tan molesto como los demás. Sin embargo, Christopher sigue sin hacerle caso.

—Permisito—Jay pasa rápidamente de Liam y le roba la pelota, empujándolo en el acto y este cae de pompas al suelo.

Los demás Avengers se ríen de nuestra desgracia con cervezas en la mano.

—¡Eso, cariño! —grita Connor con orgullo hacia Jay—¡Hazlos trizas!

Jay se golpea el pecho izquierda y lo señala, dedicándole la jugada. Los demás se echan a reír nuevamente mientras charlan entre ellos y terminan de asar la carne.

Si pensé en algún momento que esto era una buena idea, pues me equivoque en lo grande. No hay que tomarlas en masas, sino solas. Si Carrie y yo estaríamos solos, entonces no estaría sufriendo tanto. Si habría golpes, insultos y amenazas de muerte, pero no con los Avengers sobre nosotros y ellas más enojadas que nunca. Las invadimos demasiado, no metimos en terreno familiar y a ninguna le gusto para nada eso.

La jugada sigue con la pelota en posición de las chicas. Zayn se adelanta hacia Emma, quien recibe la pelota de Jay. Con una sonrisa maliciosa y una mirada desafiante por parte de mi amigo, ella intenta que él no le arrebate la pelota y pasar, pero el moreno se lo hace difícil. No es hasta que ella le da un punta pie y derriba al chico empujándolo con el hombro. La pelota va en los pies de Cora, quien parece ser la mejor en este asunto. Pasa fácilmente de Louis y de Liam como si no le costara, duda un momento cuando Niall se mete en el camino, pero termina pateando con fuerza y la pelota rebota justo en la frente del rubio.

—¡Mierda! —Niall cae hacia atrás.

—¡Eso es falta! —dice Zayn en dirección a Christopher

—¿Ah? Disculpa, ¿Qué dijiste? —pregunta indiferente. Observa a Niall y luego a Cora—Ah, entiendo.

Saca una tarjeta amarilla y señala a Niall.

—Falta.

—¡Oiga!

Las chicas se parten de risa al igual que los hombres. Rosé y Lisa tratan de mantenerse serias, pero la risa también asoma por sus labios. Jenna y Claudia están en la cocina, deberían salir de una buena vez y calmar las cosas por aquí antes que los maten.

—¡Sigue, Cora, sigue! —chilla Emma.

La pequeña rubia va corriendo hacia la pelota y pasa de Niall con ella. Me preparo para detener el golpe, Cora la pasa y llega hacia Carrie. Me tiro al suelo para evitar el pelotazo en mi cara, dejando que hagan gol. Las chicas festejan otro punto más a su favor.

—Maldición, no le di —masculla con el ceño fruncido y me manda una mirada fulminante—Para la próxima te mato, imbécil.

—No es bueno tanta violencia, cariño—digo levantándome con precaución. Está muy cerca y no dudo que pudiera tirárseme encima.

—Falta —Christopher levanta una tarjeta en alto y me señala.

—¿Qué hice?

—Existir.

Trago profundo cuando veo sus ojos asesinos sobre mí, corre la cara y vuelve a su celular cuando Carrie voltea a mirarlo con el ceño fruncido. Puede que estén peleados y enojados uno con el otro, pero creo que ella nunca dejara de ser su niña.

—¡Vamos, chicas! ¡Ustedes pueden! —Steve les aplaude con una sonrisa en el rostro—¡Coraline, mi rayo de sol! ¡Acaba con ellos!

—Steve —le advierte Lisa entre divertida y seria.

El hombre se ríe y pasa un brazo sobre su hombro y la atrae hacia él, arrebatándole una gran sonrisa a la mujer.
De nuevo al juego, pateo la pelota desde el arco y se la paso a Nial, este va corriendo en dirección al campo enemigo con los chicos corriendo detrás de él. Justo cuando Jay esta por darle, se la pasa rápido a Zayn y este corre directo hacia el arco. No alcanzan a evitarlo y Michelle detener la pelota. Encestamos gol y festejamos por ello.

—¡Buuu! ¡Eso fue horrible! —vocifera Andrew desde lo lejos y Sebastián lo secunda. Una ronda de bullicios viene hacia nosotros.

—¡Eso no fue gol!

—¡Mi suegra patea mejor que tú, puro hueso! —varios se ríen del chiste de Connor.

—¿Ah? —Christopher vuelve a la realidad.

—¡Hicimos gol! —grita Louis exasperado.

—No lo vi, así que no cuenta.

—¡¿Qué?! ¡Es injusto!

—Sí, sí. Como te iba diciendo, Charles, quiero un penhouse. Si, si, en el medio de la ciudad. Ya te lo dije…

El partido se remonta con Michelle pateando la pelota en dirección a Carrie. Esta pasa de Liam dándole una patada en la rodilla, desequilibrándolo y haciéndolo caer contra el rubio. La pelota intenta llegar a Emma, pero Louis se la roba. La mirada asesina de Emma lo asusta y a mí también. Louis suelta un chillido cuando la rubia va hacia él y lo derriba con un rodillazo en las bolas.

Louis cae al suelo con dolor mientras Liam y Zayn corren en su auxilio. Los padres solo se ríen del pobre diablo.

—¡Te amo, nena! —exclama Connor con efusividad hacia su hija.

—¡Yo también, papi!

—¡Eso es falta! —estalla Zayn con enojo —¡Es falta, es falta!

—¡Deja de mariconear, idiota!

—¡Andrew!

—¿Qué? Es un blandito.

Emma sigue adelante con la pelota y patea tan fuerte que la pelota pasa por mi costado rozándome la mejilla. Suelto un suspiro de puro alivio mientras ella rechista, pero festeja el gol.

—¡Descanso! —grita Christopher y finalmente corta la llamada—Necesito ir a orinar.

Pasa fuera de la cancha con las chicas siguiéndolos, él se va a dentro de la casa  mientras que ellas son mimadas por sus respectivos padres y tíos, menos Jay que se va directo hacia Connor y Andrew. Yo suelto un suspiro mientras quito las gotas de sudor de mi frente y miro hacia el cielo. Ya está oscureciendo, con suerte la carne ya estará en al menos una hora y podremos descansar, aunque comer sin tener una digestión y miradas sobre nosotros no parece ser una idea más placentera, pero si menos peligrosa.

—Están matándonos —habla Zayn apenas nos reunimos en medio de la cancha. Comparte dos botellas de agua y tomamos pequeños sorbos cada uno.

—Sobre todo con Christopher cubriéndoles todo los golpes bajos. Esto es terrible —Louis hace una mueca de dolor cuando se toca las bolas arriba del pantalón—Tuvimos suerte de  traer los suspensorios puestos, habría dolido mucho más.

—Tan solo perdamos, no vamos a durar mucho.

—Niall tiene razón, chicos. Prefiero perder el juego que las piernas —apoya Liam y se quita el sudor con la manga de la camisa—Fue mala idea venir con traje

—Muy mala.

—¡Ya llegue, familia!

Nos volteamos a mirar hacia la entrada donde aparece Lucas con una sonrisa en el rostro. Las chicas chillan y van corriendo a su encuentro. Lo fulmino con la mirada sin dudarlo, Carrie lo abraza con fuerza y le da un sonoro beso en la mejilla. Todavía no puedo entender porque él es el centro de atención y adoración de ellas. Ni siquiera es tan atractivo ni genial como nosotros.

—¡Lucas, campeón! —exclama Steve para nuestra sorpresa y lo recibe con un afectuoso abrazo—No te había visto hace tiempo, muchacho. Qué bueno es verte.

—Sí, siento no ir a verlos. Estuve un poco ocupado poniéndome al corriente —dice sonriéndole. —Es bueno verte, tío.

Niall abre la boca incredibilidad y yo solo puedo palmearle la espalda al pobre idiota. El papa de Cora definitivamente lo odia a él y amaría ver a su hija con Lucas, eso es seguro.

—Oh, hola chicos —saluda en nuestra dirección con simpatía.

—Hola —suena más un ladrido que otra cosa.

Mis amigos saludan con las mismas ganas, odiándolo a muerte como yo en estos momentos.

—¿Están jugando soccer?

—Qué comes que adivinas—responde Niall con brusquedad.

Los ojos de Steve se van hacia él, entrecerrados, advirtiendo. Aun así, el rubio parece no temerle a la muerte cuando esta celosísimo.

—¿Puedo jugar?

—¡No! —Emma le toma de la mano y lo lleva hacia un asiento vacío, empujándolo desde los hombros para sentarlo

—Tu solo siéntate y venos jugar.

—Toma una cerveza, hace calor hoy —Jay le pasa una lata y se la abre antes de dejárselas en la mano.

—¿Quieres que le diga a mamá que te traiga algo para comer?

—Hay frituras aquí—Cora le pasa una bolsa de patatas.

—Tu solo disfruta el espectáculo —Mich le guiña un ojo.

Es malditamente injusto que este siendo súper atendido por ellas y sus padres ni un solo pelo muevan. Puede que porque lo toman como de la familia, pero, vamos, no deja de ser un chico y está detrás de Cora. El desgraciado tiene suerte porque este enamorado de la rubiecita, porque si fuera por Carrie entonces no me molestaría liarme a los golpes sin más, aunque de seguro los Avengers me linchen en el intento.

—¡Devuelta al juego! —Christopher vuelve desde adentro con el celular en el oído y comiendo un huevo duro.

—¡Deja de robar comida, Benwik! —Claudia viene desde adentro y le avienta una espátula.

El pelinegro lo esquiva con gracia y elegancia sin siquiera voltearse

—Sigues tirando las cosas en la misma dirección, cariño. Así nunca vas a darme.

Las familias se ríen cuando Claudia vuelve a lanzarle un rollo de servilletas y le da justo en la cabeza.

—¡Agradece que la plancha es nueva!

—Eso es seguro —se ríe Christopher mientras Claudia murmura maldiciones y se va adentro.

Las familias se ríen por el pequeño encontrón, incluso Sebastián parece estar bastante familiarizado por la escena.

—Escuchen —nos llama Liam, volviéndonos al juego—Simplemente perdamos. Evitemos a nuestras respectivas ex parejas y sus patadas.

—Lo dices tan fácil y no lo es.

—Ya lo sé, Zayn, pero no hay otra alternativa. Ya no podemos retirarnos. Con suerte solo jugaremos veinte minutos más y terminaremos.

—¿Y después de eso? —Tiembla el rubio—Lo veo en la cara de todos, quieren matarnos.

—Es obvio que vendrán ellos después de las chicas —razona Louis con seriedad—Pero, mis hombres, esto es por amor. Mantengamos eso en mente.

—Yo solo no quiero que me den en mis partes —admito con miedo—Enserio.

—Entonces, cuídate, hermano. Cuida tus bolas porque ahí vienen con todo.

Las veo a las cinco venir hacia la cancha, una al lado de la otra, con ese espíritu salvaje que promete mucho dolor en el futuro.

Por favor, por favor, que pasen rápido los veinte minutos.

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La carne estará pronto, solo unos treinta o cuarenta minutos más y podremos sentarnos finalmente. El partido termino con las chicas ganadoras y nosotros con más golpes y faltas, pese que tratamos de evitar tener un mínimo contacto. El que más la sufrió fue Louis, Jay y Emma encajaron todos los pelotazos en su contra y ahora tiene una bolsa de hielo en las bolas. Ni siquiera el suspensorio aguanto tanto. Liam y Niall fueron los que mejor salieron de ese infierno, a Zayn le dejaron las piernas como mierda y Carrie alcanzo a darme dos pelotazos en la cara. Suerte que Claudia tenía un pedazo de carne fresca para disminuir el hinchazón de mi mejilla.

—¡Tienes que ser más cuidadosa, niña! —regaña Claudia a Jay, quien mantiene la cabeza abajo entre Emma y Carrie. Jenna a la izquierda de su amiga suspira dándoles una mirada fulminante a ambas. Lisa y Rosé fueron adentro para hacer el postre.

—Que son esas bruteces de jugar como animales —se pone las manos sobre la cintura y continúa el regaño.

Cora y Michelle se mantienen atrás de las dos primeras, ya han sido las primeras en ser regañadas. Lo cierto es que preferiría que no les dijeran nada, esto solo aumenta su sed de venganza y el odio en los hombres, quienes nos fulminan con la mirada como si quisieran pulverizarnos. No dudo que en algún momento de la noche lo hagan, aunque espero que sea dentro de un buen rato porque estoy hecho una mierda, y eso que solo estuve en la portería.

—Ya, Jenna, no las regañes más—defiende Connor acercándose junto con Sebastián.

—Solo estaban jugando.

—¡Muy bruto, Sebastián! —replica Claudia.

—Pero los chicos también se divirtieron, ¿cierto?

Sonrisa bondadosa y voz amable, pero la mole nos observa con la futura tortura si negamos.

—Eh, si, estuvo bien —responde Niall al instante en que Steve se pone al lado de Sebastián.

—No pasa nada. Es mejor que estemos nosotros lastimados que ellas—añade Liam, recibiendo una sonrisa amorosa por parte de su suegra y una revoleada de ojos por parte de Connor.

—Por favor…

—Woodhouse—advierte su esposa.

—¿Necesitas más hielo, cariño? —Claudia va hacia Louis, preocupada. —Estas chicas…

—Cielo —la llama Sebastián amorosamente y la aparta de Louis con las manos sobre sus hombros—Estará bien.

—Pero…

—¡Tía, Candy vomito sobre la cuna! —exclama Louise llegando a la puerta junto a Xander.

—Sheila se quedó con ella pero está asustada.

Claudia se nos va corriendo más rápido que el correcaminos. Al menos nos queda Jenna.

—¿Necesitas ayuda, Didi? —Jenna la sigue casi de inmediato, abandonándonos.

Ahora nos quedamos solos, desamparados, solo teniéndonos unos a los otros. Al menos tengo un pedazo de carne para defenderme.

—Oye, Lucas —lo llama Arnold y le da unos billetes—Ve a comprar más cervezas.

—Claro…

—¡Yo voy contigo! —exclama Jay y enreda su brazo con la del rubio.

Los ojos de Louis salen disparados hacia donde se fueron sin perderlos de vista incluso cuando ya no están. Yo lo entiendo, estaría igual si Carrie se fuera a pasar tiempo a solas con ese imbécil, no entiendo porque lo adoran tanto.

Emma le da una patada a la silla de Louis, haciéndole soltar un grito ahogado. Nos ponemos en alerta, ahora si dándonos cuenta de la gravedad de la situación.

—Si no querías tener tus bolas así, no deberías haber venido.

—No sabes el dolor que se siente —masculla mi amigo con la voz contenida.

Emma lo patea dos veces, quitándole risas a los hombres y a Carrie. Mich y Cora se quedan serias sin decir nada más.

—Emma, por favor… —le ruega Liam.

El choque entre miradas es demasiado fuerte como para ignorarlo, creando una fuerte tensión. Se nota la química fuerte que hay en ellos, las chispas brotando. La rubia parece querer decir algo, y Liam prácticamente le suplica con la mirada algo.

—¿Tienes algo que decirle a mi princesa, pelón? —Connor se adelanta, apretando los puños. Se rompe la magia al instante y la tensión se aumenta aún más.

—Solo estoy tratando que…

—¿Acaso quieres tener las bolas como tu amigo?

—Señor, con el debido respeto…

—Tu cállate, tatuado—interrumpe Andrew con brusquedad. Zayn tiene suerte de tenerlo del otro lado de la mesa, de lo contrario el tipo ya lo habría molido a golpes—¿No entiendes la posición en que tus amigos y tu están?

—Tengo mi colección de martillos en el baúl del auto y mi preferido en la gaveta. Ya sabes que me gustaría probarlos en ti—promete Steve saboreando el miedo de Niall.

—¡Papa!

Steve se aleja y le sonríe con inocencia a su hija.

—Papi solo está bromeando, rayito de sol.

—Pero también cumple sus promesas —sentencia Christopher palmeándome más fuerte de lo común la espalda.

—Y es hora de hacerlas cumplir —Arnold aparece con un balón en la mano, tirándola para arriba y abajo.

—No me digan que…—Mich los observa a los padres antes que sus ojos recaigan en nosotros, con lastima.

—¡No! Esto ya va demasiado lejos —interviene Cora, sorprendiendo a todos—Una cosa es que jueguen con nosotras, otra con ustedes.

—Las tradiciones son tradiciones, cielo —le dice Sebastián con una sonrisa en el rostro.

—Solíamos jugar con las chicas en las barbacoas, pero siempre las dejábamos ganar.

—¡Papi!

—Es cierto, cariño —Connor le dirige una mirada y una sonrisa como si fuera lo más preciado que tiene en el mundo, y apuesto a que lo es—Sabes que odiaría que alguien te lastimara y te hiciera llorar. Correría sangre —le da una mirada significativa a Liam.

—Te entiendo, Connor. A mí me pasa igual con mi palomita —los ojos psicópatas de Sebastián se incrustan en mí. Trago fuerte y me recuerdo que soy todo un hombre y no tengo que temer.

—Ehh, no creo que sea buena idea —susurra Niall, encogiéndose en sí mismo.

—¿Acaso le temen a unos viejos cuarentones? —resalta Carrie, los Avengers se ríen. —Vamos, pensé que eran más que unas gallinas.

—Si las mariquitas se atreven a venir, entonces son bienvenidos a jugar con nosotros. Vayamos a la cancha, chicos —Andrew es el primero en irse hacia la cancha. —Oye, Sebastián, ¿Cómo se utilizaba el cambio de césped a suelo?

Frunzo el ceño sin entender, no es hasta que Sebastián recoge de uno de los muebles cercanos un control remoto. Aprieta unos botones y, para mi maravilla, el césped donde solíamos jugar al soccer cambia a una planta de suelo. Al costado de cada pared del largo de la cancha, hay dos cestos, que si bien los había notado, no entendía porque estaban allí si la cancha es de césped. Ahora veo la razón.
—¿Por qué creen que las barbacoas generalmente son aquí? —presume la mole, chocando los cinco con Arnold.

—Tecnología de último modelo. Necesito uno de esos —murmura Christopher y sigue a Andrew sin quitar la vista de su celular.

Los hombres se marchan hablando entre ellos a carcajadas y emoción detonando en su voz. Es obvio que nos harán trizas. Soy bueno en básquet, pero incluso Michel Jordan estaría aterrado por enfrentarse con ellos, son los Avengers, después de todo.

—Si van a irse, que sea ahora —Carrie se para frente a nosotros con los brazos cruzados, fulminándome con la mirada. La observo intensamente, levantándome de mi asiento.

—No pienso irme.

—Entonces, sufre las consecuencias —sonríe seca. —Ellos van enserio. No van a tener piedad.

—Ustedes no tuvieron piedad —espeta Zayn —Miren como dejaron a Louis.

—Ya que —mi amigo saca la bolsa de hielo de sus bolas, parándose y sorprendiéndonos—No me pegaron tan fuerte, pensé que así Jay le daría lastima y me haría mimos.

—Ja, sueñas.

—Lo sé —se encoge de hombros sin más—Y para que sepan, tenemos para protegernos las bolas. Ya aprendimos sus mañas.

—¿Debería patearte otra cosa? ¿Cómo la cabeza?

—Emma…

—¿Qué? ¿Tienes algo para decir? —se dirige brusca hacia Liam.

—Chicos, basta —Cora vuelve a intervenir con seriedad—Entendemos porque hacen esto y es una pérdida de tiempo. Vayan a casa, dense un baño y descansen. Suficiente fue con el soccer, no vayan por el básquet ball.

—No podemos rendirnos tan fácil —insiste Zayn y se para, con sus ojos directos a Michelle. Esa se pone un tanto nerviosa—Como dijo Harry, One dream, one Direction.

Me tapo la boca con la mano al escucharlo recitar la frase más estúpida que dije en mi vida. Solo fue para incentivarlos o de última hacerlos reír, se lo recordare más tarde cuando la repita.

—¿Y cuál sería ese sueño? ¿Morir? —se burla Carrie. Se nota tensa y puedo leerla enseguida. No quiere que vayamos porque sabe que va a ser una masacre, pero no queda de otra.

—No, solo tu —le guiño el ojo.

Doy media vuelta y camino hacia la cancha con intensión de alejarme, no vaya a ser que se le ocurra por tirarme algo. Sin embargo, Liam pasa a mi lado y me toca el hombro.

—Todavía está mirando hacia a ti—susurra y pasa de largo.

Volteo hacia atrás donde esta Emma con su cara de culo, Cora y Michelle discutiendo entre ellas hasta que la rubia termina por marcharse adentro y la castaña siguiéndola. Recién allí veo a Carrie mirándome con seriedad e intensidad. Solo le sonrió, despreocupándola. Ella menea con la cabeza y se dirige a Emma, comenzando una charla con ella. Vuelvo hacia el frente viendo como los Avengers se estiran y nos sonríen perversos. Creo que no asumí realmente la profundidad de este asunto, pero no es como si pudiera echarme hacia atrás.

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Si por tener cuarenta años estos tipos se creían los seres más poderosos del universo, yo les daba toda la razón. Yo y mi pobre brazo casi dislocado. Son bestias furiosas que han encerrado por mucho tiempo odio hacia nosotros, alimentándolo de a poco y ahora liberándolo a todo dar. Ya no se contienen ni porque Claudia y Jenna están enfrente, dan todo de sí para no dejarnos mantener la pelota durante mucho tiempo. Aprovechan cada momento para empujarnos hacia el suelo o patearnos. Tienen de su lado al maldito de Christopher como árbitro, nuevamente más concentrado en su teléfono que en el juego. No sé ni para que se gasta de hacer de árbitro si de todas formas harán lo que ellos quieren.

No hemos anotado ni una sola cesta, no porque no sepamos jugar, somos buenos y siempre solemos pasar el tiempo jugando al básquet, es solo que ellos no son solo buenos, son feroces en esto y el asunto es muy a pecho, demasiado. Ya ni cuento las veces que he caído al suelo.

El capitán américo rebota la pelota mientras su sonrisa arrogante no lo abandona en ningún momento. Lo increíble es que siempre se va hacia donde esta Liam, como si lo buscara para patearle el trasero. El pobre de mi amigo ya está con moretones incluso en la cara. Se enfrenta a mi pelón, este ya está resignado así que apenas y le mete ganas. Connor pasa de él chocando los hombros y le encesta de cariño una patada, haciéndolo gruñir de dolor. Luego va hacia Niall y le da un codazo en las costillas y le pega con la pelota en la cara a Zayn sin soltarla. Encesta al instante.

—¡Eso es falta, falta! —grita Zayn a todo dar mientras pone una mano en su rostro.

Christopher ni siquiera se molesta en levantar la vista de su teléfono, aunque esa sonrisa en el rostro me dice que ha estado viendo todo, pues no se vería tan complaciente.
El juego sigue con la pelota en nuestro poder, reboto el balón en el suelo y paso de Arnold cuando intenta arrebatármela, enseguida soy interceptado por Andrew y una patada por detrás de mis rodillas, caigo al suelo de rodillas exclamando de dolor. Sebastián pasa y me da una fuerte palmada en la cabeza, haciéndome soltar la pelota y llevando mis manos hacia la zona adolorida.

—Uy, lo siento, me confundí —dice con fingida inocencia y le pasa la pelota a Steve.

—¡Sebastián! —chilla Claudia, molesta.

—En cuanto me hagan dormir en la sala —susurra agachándose y tomándome del codo para levantarme —Te juro que te buscare y te matare.

Trago profundo, alejándome de él.
—¿Estas bien?—pregunta Niall—Estas pálido.

—Tu también lo estas —replico observándolo detenidamente.

—El papa de Cora dice que tiene un martillo especial para mi amiguito.

Definitivamente, Steve Dench es Thor, no solo por el cabello largo —aunque difiere de color—, sino por su insano amor hacia el martillo.

Devuelta a la jugada, Wolverine topa el control del balón y se lleva por delante a mi flacucho amigo, pasa la pelota en dirección hacia Andrew, pero Zayn se la roba, provocando que Hulk salga, no se vuelve verde pero si rojo de la furia y se transforma. Le roba la pelota con ayuda de Thor, quien le da una patada en el trasero, lo suficiente para desequilibrarlo. Andrew le quita la pelota no sin antes darle un golpe en la cabeza.

—Eso por quitarme lo que es mío —entrecierra la mirada, y sé que lo dijo en doble sentido.

Corro hacia donde está mi moreno atrapado y distraigo su atención robándole la pelota. No pasa mucho tiempo en que tengo a los dos hombres corriendo hacia a mí, olvidando momentáneamente a Zayn. La mole se une a ellos y me quita el balón en mi rebote, se lo pasa a Connor y este encesta.

—¡Sigue así, papi! —chilla Emma a lo lejos.

—¡Esto es por ti, princesa! —grita Connor enviándole un beso que la rubia atrapa en el aire.

—¡Vamos, Sebastián, tu puedes! —anima Carrie con emoción.

No sé lo que es ser padre porque no tengo hijos, pero no hay lugar a dudas que estos realmente aman a sus hijas. En cada apoyo, sus ojos se iluminan y las saludan con euforia. Al pobre de Arnold no le llega ningún aliento de Jay, pero al menos tiene la de sus sobrinas.

Los Avengers vienen con el capitán America liderando y rebotando el balón. Trato de cubrirlo para que no pase, la sonrisa arrogante del hombre me pone nervioso. Sostiene la pelota entre sus manos y la rebota en mi cara, pongo una mano sobre mi nariz, preocupado de que sangre y por suerte no.

—¡88 a 0! —exclama Christopher—Vaya que si es aburrido esto. Deberían darle un poco de pelea ¿cierto?—se burla en nuestra dirección.

—No podemos vencerlos —murmura Liam con la respiración agitada y se afloja la corbata—Traer traje fue una pésima idea. Enserio.

—¿Quién les dijo que descansara? ¡Síganle, quinteto de imbéciles! —nos grita Connor riéndose de nosotros.

—Ya están cansados, ¿eh? —le sigue Arnold cruzado de brazos y con una sonrisa cínica—Vamos, esto recién empieza.

—Van a pagar por meterse en nuestro terreno —jura Steve.

Nos echamos una vista entre todos antes de ir a jugar. Lo único que queda es soportar los diez minutos que quedan del partido y tratar que sea lo más ligero posible, o al menos no tener tantos golpes.

La jugada sigue con más golpes, pero casi se vuelven predecibles así que trato de esquivarlos. Los chicos empiezan a tener la misma suerte que yo, apenas se acercan demasiado nos pasamos la pelota rápidamente sin rebotarla y al primero que miramos. Es mejor que no mantenerla mucho en mano antes de que ataquen. La pelota cae en manos de Louis y enseguida me mira, me preparo para tomarla en el aire cuando Sebastián me da un empujón tan fuerte que termino en el suelo. Encestan otro punto.

—¡Maldición!

—¡Eso es falta!

Los viejos se ríen al ver que Benwik ni caso nos hace y sigue hablando por teléfono.

—Esto ya me tiene harto —rechista Zayn molesto.

—Uy, el feo se enojó —Steve le hace burla y Andrew lo acompaña con la carcajada.

El balón es regresado a nuestras manos y volvemos  a hacer la estrategia anterior: pasarla sin detenerse. Lo malo es que se han dado cuenta de nuestra estrategia y no tardan en tirarse sobre nosotros. Liam alcanza a tirar la pelota hacia Niall antes que Connor salte sobre él y le tome uno de los brazos, haciéndoselo hacia atrás.

—¡Auch, Auch!

—¡Connor!

—Está bien, Jenna. No le duele tanto —se ríe con maldad y se lo hace más fuerte.

Niall la rebota dos veces aprovechando la situación y se la pasa a Louis. Steve llega a su lado y le patea la pierna, sacándole un grito de dolor.
—Diablos, perdón —le da dos palmadas en la espalda—Era a tus bolas.

Lo empuja con fuerza, tirándolo al suelo de pompas antes de ir a correr por el balón. Louis chilla a todo dar y me lo alcanza, Arnold aun así lo toma por el cuello junto con uno de sus brazos hacia arriba y le ejerce presión con su musculoso brazo.

—No está bien hacer correr un viejo como yo, mariquita.

—¡Ayuda! ¡Ayúdenme!

Las carcajadas de las chicas no se hacen esperar como tampoco el de sus hermanos. Las únicas preocupadas son las madres que parecen a punto de intervenir. Lucas también ve todo divertido.
No me arriesgo y le paso la pelota a Zayn de una sola vez antes de tirarme al suelo y levantar las manos en señal de rendición cuando viene Sebastián a patearme el trasero.
—Ya me empujaste, ya me diste lo que merezco.

Suelta una risotada escandalosa, asustándome.

—Y crees que eso te salva.

—¡Puro hueso esta llegando! —grita Andrew corriendo hacia mi moreno.

Sebastián va corriendo hacia él para evitar que enceste, no hay nadie protegiendo su arco. Eso sí, me pisa el estómago y da un pequeño salto antes de irse corriendo, quitándome el aire. Maldición, pesa tanto como la maldita mole.

Zayn rebota el balón sin cesar esquivando a Arnold y Andrew, para mi sorpresa y el de los demás. Está a punto de darle en el cesto rival, anotando nuestro primer punto. Apenas la pelota suelta sus dedos, los Avengers van sobre él, cayéndole encima, pero es demasiado tarde. Encestamos un punto. Nos miramos entre los cinco antes de saltar de alegría con gritos de festejo. Podría ser un solo punto, pero eso significa que tuvimos una ventaja sobre ellos y era lo que no querían.

Zayn logra liberarse de la montaña de hombres sobre él cuando se levantan molestos, trata de correr a nuestro encuentro, pero enseguida es atrapado por Wolverine y Hulk por los pies y los brazos.
—¡Esperen! ¡¿Qué se supone que hacen?!—patalea mi amigo con desesperación.

Estoy a punto de socorrerlo cuando Iron man se interpone, lo mismo sucede con Liam y el capitán américo, Niall con Thor y Louis con la mole. Nos tienen rodeados.
—Quien anota el último punto de la partida se le tira en la piscina —contesta Hulk con una sonrisa burlona.

—Tradición familiar, ya sabes. No es nada personal.

—¡Basta! ¡Andrew!

Pero este ni miedo le tiene a su mujer, en cambio lo hacen más rápido. Balancean a Zayn cantando la primera estrofa de "one way or another" y sueltan a Zayn hacia el agua fría.

—¡Ayuda, ayuda! ¡No sé nadar! —exclama hundiéndose en el agua y pataleando para salir.

Los hombres ni siquiera les importa, solo se echan a reír. Yo intento pasar de ellos porque enserio Zayn no sabe nadar. Christopher me empuja, impidiéndolo.
—No, no.

—¡Pero él…!

—¡Ellie! ¡No!

Pero todos nos sorprendemos cuando Mich pasa a toda velocidad de nosotros y salta al agua.

—¡Bebe! —chilla Andrew horrorizado, perdiendo toda su facha de macho, y de inmediato salta también

El ambiente se pone tenso en todo el transcurso en que ayudan a sacar a Andrew, Ellie y Zayn, los tres congelándose. Rosé y Lisa vienen corriendo junto con Xander y Lucas con mantas y los rodean a los tres, quienes tiritan.

—Me las vas a pagar —se las arregla para decir Andrew en dirección del moreno.

—Fue tu culpa —replica este mandándole una mirada fulminante.

—¡Ya valió los dos!—Rosé suspira exasperada y abraza a su hija—Vamos, cielo, necesitas urgente una ducha caliente.

Lisa acompaña a Thor y Zayn, regañando al primero y prometiendo que se las verá luego con Arnold por sus juegos infantiles.
—¡Están locos! ¡Esa tradición es solo en verano!

—No te molesto cuando se la hicimos a Steve la vez pasada por haber olvidado el aniversario.

La rubia rechista y le da un palmazo en la cabeza, ordenándole que siga caminando. Arnold los acompaña, escapándose del regaño de Didi.
—Todavía faltan siete minutos.

—Cállate, Benwik. Ya está bien de sus jueguitos —Claudia fija la mirada entrecerrada en su marido y luego en su ex marido—Voy adentro  y vengo, más le vale que no vuelvan a hacer otras de sus estupideces. Nos mira con pena—Lo siento, chicos. Como verán, no maduran.

—Yo no hice nada, solo fui el árbitro —espeta Christopher de inmediato, sin inmutarse ante los ojos asesinos de Didi
—Es más, fue tu marido el abusivo con el dandy, yo…

—¡Oye! ¡Se supone que estábamos juntos en esto! —Sebastián lo observa tal cual traidor.

—Disculpa, pero va en contra de mis reglas ser amigo del esposo de mi ex esposa, sobre todo cuando mis hijas parecen quererte más a ti.

—¿Y eso es mi culpa?

—Claro que sí, Smith. Existes.

—¿Tengo la culpa por existir? —repite incrédulo.

—Exacto. Las cucarachas tienen la culpa de existir, tal como la pésima versión de Tarzan.

La madre de Carrie enseguida le da un zape en la cabeza. Christopher pone los ojos en blanco, como si lo esperara.
—Ya te estabas tardando con ese golpe, aunque debo admitir que con los años tu fuerza ha disminuido, cariño. Supongo que…

—¡Calla! —le da otros dos zapes más que suenan con más fuerza—¡Deja de decir bobadas! ¡Y tú! —Sebastián se sobresalta al ser señalado con tanta furia—Ve a ver a Candy, ocúpate de tu hija en vez de andar de bravucón.

Sin rechistar, el tipo se marcha directo hacia la casa con Claudia siguiéndole, no sin antes darle la última mirada de advertencia al pelinegro.

—Y pensar que mis hijas sacaron ese carácter —sonríe en grande y me mira con desprecio—¿Ahora entiendes que eres mucho para Carrie?

—Yo…

—¡Piensa rápido, duende de pacotilla! —se escucha el grito de Steve a pocos metros, interrumpiendo la charla.

Todos nos agachamos cuando la pelota viene hacia nosotros tan rápido como la luz. El único idiota que no puede esquivarla es Liam, termina de pompas al suelo.

—¡Liam! —chilla Louis arrodillándose y ayudando a incorporarse. —Joder, estas sangrando.
Saco el pañuelo de mi bolsillo y se lo paso. El pobre se ha manchado toda la camisa y no para de brotar sangre.

—Santa mierda.

Los Avengers se echan a reír con malicia, sobre todo Connor que le brillan los ojos ante tal maravilla.

—¡Steve Dench! —Claudia vuelve sobre sus pasos hacia donde está su amigo junto a Jenna, quien se acerca sobándose la enorme barriga.

El rostro de Steve se pone pálido por un momento, no es hasta que Connor se pone a su lado, como protegiéndolo. Eso no le evita una patada a cada uno, haciéndolos chillar de dolor. Benwik se echa a reír de ellos con puro placer.
—Son unos abusivos inmaduros, ¿Cuándo van aprender? —refuta molesta y les enseña el puño—Los voy a moler a golpes.

—Solo fue una bromita, Didi, no te pongas así —Connor la abraza y le despeina el pelo, solo consigue ganarse un codazo en el abdomen.

—Creo que debería recordarte como solía patear tu culo.

—Tranquila, recuerdo bien cuando me dislocaste el brazo.

—Deberías recordarlo más seguido.

Claudia los abandona no sin antes darle una mirada de advertencia. Jenna la sigue saliendo de la casa, meneando la cabeza cuando pasa frente a los dos.

—Dejen de hacer líos y vayan a bañarse para poder cenar—les ordena y va junto a su amiga hacia Liam, con ayuda de Louis lo llevan hasta dentro de la casa.
Connor resopla y Steve revolea los ojos.

—Marica.

—¿Sabes? Nunca nos llevamos demasiado bien —le dice Connor a Steve cuando terminan por marcharse las mujeres y le palmea la espalda—Pero creo que esto es el inicio de una gran amistad.

—Cuando quieras también martilleo al pelón, amigo.

—¿Lo ves? Una gran amistad.

—Después de más de veinte años. Que originales. Envíenme la invitación para la fiesta por correo o por mi secretaria—comenta Christopher con ironía, pasando de ellos con la vista en su celular.

Ambos hombres saltan arriba de Iron man para darle golpes amistosos mientras se ríen. El pelinegro solo grita que lo dejen en paz porque tiene una llamada importante, pero ni siquiera eso logra que los saque de encima.

—Al menos hicimos un favor, los unimos —murmura Niall pensativo—Según supe, nunca se llevaron bien, ni siquiera después de tantos años.

—Sí, pero nos valió unos buenos golpes, Liam con la nariz rota y Zayn con una hipotermia cerca. Mejor vamos a bañarnos, seguro nos dejaran la ducha del sótano —tiemblo de solo pensarlo.

—¿Y qué tiene de malo?

—Solo sale agua fría.

El rostro de mi amigo decae al instante, yo solo marco a Josh para pedirle que tenga listo nuestra muda de ropa. Por suerte y le hicimos caso a Sandra cuando dijo que lleváramos más de una.

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La cena es mucho mejor de lo que esperaba. Una vez sentados, después de que Josh nos dejara la segunda muda de ropa más liviana y de bañarnos con agua tibia tirando a fría, los hombres se van a la fila de al frente de sus mujeres y conversan entre ellos como los amigos de toda la vida que son. Las madres de las chicas también se entretienen en sus charlas y de vez en cuando comparten la misma anécdota para reírse. Como, por ejemplo, cuando Jay y Emma metieron a Cora en el horno por decirles que a Ciara y Jenna que copiaban su tarea, cuando Carrie y Emma se escapaban de las clases de francés para ir a centro comercial con Jay esperándolas allí, cuando Michelle se perdió con Cora a las afueras de Londres, cuando Cora se escapó del jardín y todas las siguieron —y allí está el mito de que la mala influencia es Coraline sin lugar a dudas.

Anécdota tras anécdota que luego remonta a su juventud. Las mujeres se conocen desde la adolescencia. Claudia, Ciara y Jenna se conocieron en la secundaria mientras que con Rosé y Lisa en la preparatoria. Claudia era la bravucona del grupo, solía hacer boxeo y artes marciales y siempre andaba metida en peleas, Jenna era refinada pero con carácter fuerte, Ciara dulce y un temperamento de temer cuando se le cruzaban los cables, Rosé tranquila y paciente, nunca se metía en problemas, salvo porque sus amigas la llevaban a ellos, Lisa era más o menos igual, tranquila y centrada, pero con carácter. Las veo y me doy cuenta que sus hijas han sacado un rasgo de ellas, y por como hablan de Ciara, supongo que Jay también ha sacado algo, aunque creo que su carácter va más por su padre que por su madre—suposición solo porque conozco a Arnold.

Nos deleitamos con los postres que Lisa y Rosé. Lisa sus manzanas al horno y Rosé su volcán de chocolate, por suerte hay uno de los dos para cada uno y nos mantenemos lo suficientemente entretenidos con ello. Ya no han puesto los ojos en nosotros, lo cual es bueno. No sé si es por la presencia de sus mujeres o porque hace tiempo no se reunían y quieren ponerse al corriente.

—Chicos —Claudia nos habla, sentada en la cabecera. La mesa es lo bastante ancha para que quepan los dos, es más, pueden caber tres porque del otro extremo están Lucas, Xander y Louise—Supe que sacaran un disco nuevo. ¿Eso es cierto?

—¿Enserio? —pregunta Jenna emocionada.

Connor gruñe al igual que Sebastián. Nosotros solo asentimos con cierta timidez.

—¿Y cómo se llamara? ¿Ya grabaron canciones? —ahora es Coraline la que hace el interrogatorio, levantándose levemente.

Carrie y Michelle tiran de ella para que se siente de nuevo. Como si volviera a la realidad, mira hacia otro lado y se rasca la cabeza.

—Digo, no es como si me importara…

—Todavía no sacamos el nombre del disco, pero estamos seguros que a nuestras fans les gustara —dice Niall sin dejar de mirarla, pero Cora no le devuelve la mirada.

—Uy, sus fans —rechista con ironía Andrew—Los escuche un par de veces, para mi desgracia.

—Andrew—advierte Rosé.

—¿Qué? Es cierto. Con sus horribles “nananana”.

—Incluso asesinaron al canción de “One way or another” —señala Connor—La peor versión de la historia.

—¡Connor” —chilla su mujer.

—Simón Cowell nunca fue bueno para echar un ojo a los talentos —comenta Christopher con el celular en la mano.

—¿Conoce a Simón? —inquiere Louis sorprendido.

—Él es un verdadero caza talentos —lo elogia Arnold con una palmada en el rostro—Un real con talentos reales.

Claudia golpea la mesa con ambos puños, callándonos a todos. Les sonríe a sus amigos y ex marido.

—¿Quieren lavar los platos?

—Nosotros pusimos la mesa—replica Iron Man con el ceño fruncido.

—Además, siempre lavamos los platos.

—Porque nosotras cocinamos, Arnold.

—Yo opino que deberían lavarlos ellos —dice Emma señalándonos.

—Pero son invitados, hija, ¿Cómo vas a hacerlos lavar?

La mirada intimidada hacia nosotros hace que los cinco nos paremos al mismo tiempo.

—Tranquilo, hombre, tu quédate —me palmea Zayn la espalda—Y tú también Louis.

Antes de darme tiempo a negarme, Zayn, Niall y Liam empiezan a recoger los platos y se van dentro de la casa para lavarlos. Vuelvo a sentarme pensando que son más inteligentes de lo que creo, pues yo también quería ir adentro para evitar más momento incomodos ahora que hemos vuelto a la mira.

—Harry, cariño, ¿por qué no cantas una canción?—me pide Claudia con una sonrisa.

—Eh... no quisiera molestar.

—¡Claro que no molestas! —se para de inmediato y rodea la mesa, pasando por detrás de los hombres y propinándoles un zapes a cada uno de advertencia.

Al fondo, detrás de Lucas, Xander y Louise está un pequeño escenario improvisado con un parlante y varios micrófonos amontonados en una mesa, dos taburetes y dos pies de micrófonos, también hay una batería y dos guitarras. Me pasa uno enseguida, y como estoy en la punta de la mesa, no tengo escapatoria.

—Es una tradición familiar hacer espectáculos —comenta sonriendo —Lo hacíamos para las niñas.

—¿Y si es familiar, porque tiene que ir él?—replica Christopher, siendo ignorado por Claudia.

—Se supone que solo nuestras princesas van allá delante —Steve intenta intervenir, pero Lisa le manda una mirada de advertencia, haciéndolo suspirar de frustración.

No me atrevo a negarme porque nadie termina bien cuando se niega a la voluntad de Claudia Bouvier. Me levanto y voy hacia el taburete, acomodando el pie del micrófono y tomando una de las guitarras. No sé bien que tocar hasta que los ojos de Carrie me encuentran, divertidos, no con malicia, sino verdaderamente está esperando a ver con que saldré.

Aclaro mi garganta y pruebo el micrófono.

—Es una canción propia, así que...

—Blasfemias —rechista Arnold por debajo.

—Eh... espero que les guste.

—Muérete —dice Christopher indiferente con la vista en el celular.

Claudia se estira y se lo arrebata, sorprendiéndolo.

—¡Ey!

—Te lo devolveré al finalizar la noche. Ahora presta atención, maleducado.

Me arrepiento de no haber sido más rápido en levantar la mesa e ir a lavar los platos. Apenas toco los acordes de la guitarra, la canción que escribí hace poco tiempo. La hice poco después de que Carrie y yo nos distanciáramos, una canción que solo la toque una vez porque tenía miedo de volver a llorar y sentirme un imbécil por dejarla ir. La observo a los ojos con su mirada divertida. Ella sabe cómo ser malvada, pero también como ser un ángel.
song
Sweet creature
Had another talk about where it's going wrong
we're still young
We don't know where we're going
But we know where we belong
La mirada de Carrie cambia al instante, observándome con atención. No sé exactamente qué puede pasar por su cabeza, pero es obvio que esta canción es exclusivamente para ella. Nadie más podría hacerme escribir esto.

And oh we started
Two hearts in one home
It's hard when we argue
We're both stubborn
I know, but oh

En un breve momento, todo parece desaparecer para nosotros y le estoy abriendo mi corazón, esperando a que las palabras lleguen hasta ella.

Sweet creature, sweet creature
Wherever I go, you bring me home
Sweet creature, sweet creature
When I run out of road, you bring me home

Quiero que entienda que cualquier lugar a donde iría, mi hogar era solamente con ella.

I know when we started
Just two hearts in one home
It gets harder when we argue
We're both stubborn
I know, but oh

Los ojos de Carrie no me pierden ni por un segundo. La observo pestañar rápidamente mientras las lágrimas luchan por salir de sus ojos. Mi garganta se ve estrangulada y empiezo el último estribillo con intensidad, demostrándole de la mejor manera en que me expreso lo que la extraño y lo que la amo.

La canción finaliza con una ronda de aplausos por parte de las mujeres. Carrie solo seca dos lagrimas que caen hacia su mejilla rápidamente, pero sin dejar de mirarme. Sus ojos brillan, mas su sonrisa no aparece. De todas formas, esa es suficiente señal para hacerme sentir esperanzas. Sintió algo, lo sé. Es difícil hacer llorar a Carrie, hacerla emocionar. Solo Naruto puede hacer eso.

La castaña se levanta de golpe de su asiento y viene hacia a mí, quitándome la guitarra de las manos. La miro entre sorprendido y asustado, yo la creo capas de golpearme con la guitarra incluso delante de su madre.

—Salte, ahora nos toca a nosotras.

Me levanto del taburete, Carrie lo corre hacia atrás junto al instrumento. Vuelvo a mi asiento, extrañado por su comportamiento. Emma y Jay se levantan también de su asiento y van hacia Carrie, tomando los micrófonos que ella les pasa.

—Bueno, ahora es cuando empieza el verdadero espectáculo —dice la rubia por el micrófono—Las tres preparamos una canción y coreo para hoy.

—¡Oigan, eso es traición! —chilla Cora molesta al igual que Mich.

—Culpen a sus dos pies izquierdos, bobas—Jay las mira con una sonrisa socarrona.

—Espero que les guste.

—¡Esa es mi palomita! —exclama Sebastián con euforia.

—¡Vamos, princesa! —Connor le sigue las porras y pronto algunos no tardan en sumarse.

Sheila pone un pendrive a pedido de su hermana y le da play. La música empieza a sonar y la reconozco de inmediato. Louis y yo nos echamos una mirada de “¿será para nosotros?”.
song
Jay
You know the bed feels warmer
Sleeping here alone
You know I dream in color
And do the things I want
Jay empieza a cantar con su poderosa voz, captando la atención de todos. No hay dudas que en el canto no hay ninguna como ella. Pero, aunque en principio creo que la canción va para nosotros, pronto me doy cuenta que Jay no ha mirado una sola vez hacia Louis.

Xander se agacha y trata de no meterse en su camino para ir y prender las luces de colores.

Emma
You think you got the best of me
Think you had the last laugh
Bet you think that everything good is gone
Think you left me broken down
Think that I'd come running back
Baby you don't know me, 'cause you're dead wrong

Emma comienza a cantar, dándome cuenta que es la primera vez que la escucho cantar y no lo hace para nada mal. Las chicas tienen una coreografía echa en la que coordinan muy bien. Emma parece liderarlas hasta el momento.
Los chillidos y silbidos por parte de la familia no se hacen esperar, mucho menos por los Woodhouse.

Carrie
What doesn't kill you makes you stronger
Stand a little taller
Doesn't mean I'm lonely when I'm alone
What doesn't kill you makes a fighter
Footsteps even lighter
Doesn't mean I'm over 'cause you're gone

Carrie encabeza el estribillo, y en ningún momento voltea a mirarme. Busco con la mirada hacia donde se dirigen sus ojos. Van hacia Christopher y se ha dado cuenta, muchos se han dado cuenta que no es un golpe para nosotros, ellas ya lo tenían preparado y querían darle el mensaje a otra persona. Carrie a Christopher y Jay a Arnold. Emma solo está ahí para acompañarlas, pero es obvio que es algo de ellas dos contra sus progenitores, quienes aprietan la mandíbula.

What doesn't kill you makes you stronger, stronger
Just me, myself and I
What doesn't kill you makes you stronger
Stand a little taller
Doesn't mean I'm lonely when I'm alone

Las tres se unen para cantar el estribillo con fuerza mientras la coreografía no falla en ningún momento. La voz de Carrie sobresale de las tres porque es su parte.

Al final del estribillo, Emma, quien encabezaba la danza, da un giro con su pelo bailando en el viento para dejarles el lugar a Jay y Carrie.

Jay
Thanks to you I got a new thing started
Carrie
Thanks to you I'm not the broken-hearted
Jay
Thanks to you I'm finally thinking 'bout me
Carrie&Jay
You know in the end the day to left was just my beginning
Jay
In the end

Christopher pide permiso en la parte de Carrie y directamente se va hacia dentro, molesto. Arnold no se mueve, solo se queda cruzado de brazos con el cuerpo tenso y Connor susurrándole en el oído, seguramente para que tenga paciencia y no explote.

Yo me uno a los aplausos y chillidos que animan a las chicas en el último estribillo. Se lo merecen. Fueron unos cabrones con ellas. Así como nosotros pagamos el ser unos imbéciles, ellos deben merecerlo peor, son sus padres y le fallaron. No sé bien el tema de Jay y Arnold, pero Christopher fue un cerdo con Carrie, de eso es seguro.

Las chicas terminan la canción con sonrisas en el rostro y la respiración agitadas. Las rondas de aplausos no se hacen esperar, todos menos, Arnold que se levanta y se aleja para fumar un cigarrillo. Jay lo mira pero enseguida centra su atención en Connor, quien se acerca a darle un beso a las tres junto con Sebastián, orgullosos de verlas cantar y bailar tan bien.


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Después de los espectáculos, en el que participaron la mayoría, excepto Arnold y Christopher por obvios motivos, jugar al uno se volvió privilegio para los de la segunda mesa. Esta vez jugamos solo Carrie, Lucas, Zayn, Louise, Xander, Sheila y yo. Los demás se entretienen jugando a los dados, ya siendo que nosotros jugamos a este y ellos al uno. Los adultos se entretienen con póker y las apuestas y otros con charlas amenas.

Le tiro un +2 a Lucas a mi lado, este tira otro +2 y Xander saca cartas de la baraja de mala gana. Louise cambia de color justo a verde, Sheila tira una y Carrie tira dos iguales. Le sigue Zayn y me bloquea.

—¿Qué te pasa? Soy tu amigo

—Era la única que tenía.

—Siempre la misma excusa —rechisto y tiro un +4.

—¡Ey! —exclama Lucas—Me quedaban dos.

—Era la única que tenía —me encojo de hombros.

Siento una patada debajo de la mesa y fulmino con la mirada a todos, pero siguen más concentrados en sus cartas. Fue Carrie o Louise, pero las muy listillas solo me ignoran.

Volteo a mirar hacia mi costado ya pasado mi turno. Emma, Jay, Mich y Cora juegan con Liam, Louis y Niall a los dados, siendo Niall el perdedor porque todavía no puedo entrar al juego. Verlos así burlarse de ellos y ellos tratando de seguirles el ritmo me hace acordar a los seis meses atrás. No fueron color de rosa, pero era genial cuando la pasábamos juntos, incluso si estábamos peleando. Tal vez no fue tan mala idea venir.

—¡Ya casi son las doce! —exclama Claudia saltando sobre su silla.

Candy chilla asustada, Christopher la pone contra su pecho y le da palmaditas en la espalda.

—Oh, perdón cielo.

—Está bien, Candy. Mamá solo es un poco loca. Y no grites que asustas a la niña.

Claudia cerro la boca y suspiro, le dice algo a Sebastián y este asiente con una sonrisa antes de entrar dentro de la casa. Lo extraño fue que Candy este tan embobada con Christopher y él lo mismo con ella, incluso logra calmarla con facilidad y pronto la pequeña está sonriendo aun en sus brazos. Sebastián no se ve para nada molesto, sino más bien parece gustarle que se lleve tan bien con su hija.

Sheila recoge las cartas de la mesa y las guarda en el paquete, arrebatándome bruscamente las mías de mis manos.

—No entiendo, ¿Qué tiene que ver que sean las doce? —pregunta Zayn a mi lado.

Yo solo me encojo de hombros y volteo a mirar hacia Carrie. El mal presentimiento me viene cuando me queda mirando con una expresión dolida, baja los ojos y se levanta rápidamente hasta ir a la punta de la mesa. ¿Qué pasa?

—¿Acaso me perdí de algo? —mascullo más para mí mismo.

Lucas me mira intensamente antes de estirarse y decirme por debajo.

—Ya son las doce, por ende, el cumpleaños de Carrie.

La expresión de caer de inmediato con la garganta pesándome al igual que cada extremidad del cuerpo. Volteo hacia Carrie mientras Claudia trae en sus manos una torta negra con el símbolo de la aldea de la hoja en grande, plasmado en el centro. La boca de la castaña se abre de la impresión y le envía una mirada llena de amor hacia su madre. La abraza con fuerza una vez que deja la torta en la mesa, fundiéndose en un fuerte abrazo las dos.

El feliz cumpleaños empieza a sonar cuando las bengalas y las velas se encienden con el número 19. Pese a que aplaudo, no puedo cantarle el feliz cumpleaños. Se siente como si no lo mereciera. ¿Cómo mierda fui a olvidarme el cumpleaños de Carrie? ¡Me lo venía repitiendo desde el mes pasado! ¡Incluso le prometí comprarle el traje de Goku!

—Pide un deseo, cielo —le dice Sebastián dándole un beso en la frente.

Carrie cierra fuerte los ojos y sonríe, sopla la vela y todos volvemos a aplaudir.

—Tranquilo—Zayn pone una mano sobre mi hombro. Solo le asiento, aunque lo cierto es que solo quiero irme. Me da vergüenza estar aquí.

Observo a las chicas murmurarse entre ellas hasta que Emma y Jay me observan con malicia.

—¿No recordaste el cumpleaños de Carrie? —pregunta Jay fingiendo inocencia.

Esto llama la atención de todos. La mirada decepcionada de Claudia me rompe el corazón mientras que ella solo intenta ignorar el sabor amargo. Sebastián aprieta fuerte la mandíbula mientras Christopher solo revolea los ojos.

—Viniste sin saberlo. Que descarado —suelta Emma con indignación.

—Ahora entiendo porque Carrie termino contigo. No es lo raro —opina Sheila desde la punta de la mesa, meneando con la cabeza.

—Oigan—las llama Lucas—Basta, no es el momento.

—Chicas…—murmura Mich

—Enserio, Styles, que vergüenza —repite Connor cruzándose de brazos—Muy, muy feo.

—Connor…

—¿Qué? Él se olvidó el cumpleaños de una de nuestras princesas—salta Steve a su defensa. Ambos hombres se sonríen con complicidad.

—¿Y a estos que les pasa? ¿Cuándo se llevaron tan bien?

—Vamos, Lisa, siempre nos llevamos bien. Solo que no lo sabíamos hasta hoy.

—Ya, basta de tantas vueltas —Carrie aplaude dos veces para llamar la atención y sonríe con su sonrisa fingida, está actuando —¿Pueden darme mis regalos?

—Cierto —Claudia le echa una sonrisa antes de acariciarle el cabello.

El primer regalo que recibe es el de Arnold, un vestido rojo al cuerpo con dos cajas de chocolate, que a Carrie le encanta porque enseguida le da un sonoro beso en la mejilla. El regalo de Connor y Jenna es un pasaje a Japón libre, puede ir cuando ella quiere y volverse el día que quiera, Carrie salta aún más de felicidad por ello. Luego viene el regalo de Steve y Lisa, quienes, como si supieran de su obsesión, le regalan una caja que contiene todos los números de Naruto Shippuden. Carrie prácticamente llora por el regalo sin detenerse y los abraza con mucho amor. Rosé y Andrew le regalan unos borceguís, una chaqueta de cuerpo y un cupón en sushi gratis por un mes. Sebastián y Claudia le dan una maleta rosada con un pasaje en mano y unas llaves en la mano de Carrie.

—¿Cuántos viajes le regalaron? —bromea Andrew.

—Solo uno —comenta Sebastián sonriendo—Y un auto, por supuesto.

La boca de Carrie cae al suelo.

—¡¿Un auto?!

—Claro, amor—la mole la abraza con fuerza, soltando algunas lágrimas.

Frunzo el ceño. ¿Por qué Sebastián llora?

—En verdad, tenemos algo que contarles a todos —Claudia sonríe y lágrimas comienzan a formarse en sus ojos—Carrie obtuvo un papel importante en una película y se ira a Los Ángeles a vivir.

Los aplausos y chillidos de emoción y felicitaciones no se dejan esperar por parte de la familia. Sin embargo, yo solo puedo volver a sentir mi mundo derrumbarse y quebrarse. ¿Irse? ¿Carrie se va a ir?
Christopher aclara su garganta y se para, acercándose a Carrie. Saca de su bolsillo unas llaves y las deja frente a ella.

—¿Otro auto? —se burla Connor.

—No. Son las llaves de tu nuevo departamento.

—¿Qué?

Aclara su garganta y asiente.

—Compre un departamento para ti en Los Ángeles, lo suficientemente grande para ti y para Jay, así que disfrútalo.

Christopher simplemente se va. Al pasar al lado de Claudia, esta le toma de la mano, deteniéndolo. Menea la cabeza y suavemente quita el agarre para seguir caminando hasta la salida. Todos se quedan en silencio hasta que Arnold lo rompe.

—¿Te iras a Los Ángeles? —pregunta en dirección hacia su hija, apretando fuertemente la mandíbula. Jay mira hacia otro lado, no contestando.

—Nosotros pagaremos los gastos de Jaymie hasta que se establezca y tenga trabajo —dice Jenna con cuidado observando a Arnold.

Wolverine los mira a todos con intensidad hasta que su mirada recae fuertemente en su hija, pero esta no hace más que ignorarlo. Tira la servilleta con brusquedad en el plato y se levanta, quitando bruscamente la mano que Steve pone sobre su hombro. Va hacia Carrie y le da un beso en la mejilla.

—Feliz cumpleaños, cariño.

Se retira sin más con pasos resonando y el cuerpo tenso.

—¡Espera, Arnold!—Connor lo sigue por detrás con velocidad.

Al final se escucha la puerta cerrarse de un portazo y luego más leve. Supongo que han ido afuera a hablar. Y lo entiendo porque realmente quiero hacerlo mismo, solo que mis cuerpo está paralizado, como si esto fuera el maldito juego del miedo y está mi muerte. Carrie se va a ir a Estados unidos.
La observo a lo lejos viéndola sonreír ante las felicitaciones. Al chocarse nuestras miradas, el brillo se pierde y solo da paso a la tristeza. Soy yo quien tiene que bajar la vista y ya no lo aguanto. Si sigo aquí solo voy a gritar.

—Zayn —le digo por debajo sin llamar la atención.

—¿Qué sucede?

—Llama a Josh. Nos vamos.

El ámbar de mi amigo me observa con fijes hasta que finalmente asiente. Debe imaginarse lo mierda que debo sentirme, pero lo cierto es que no debe estar ni un poquito cerca.
Jaeger.
Jaeger.


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Trouble, love&shows {NC. 3er tema - Página 29 Empty Re: Trouble, love&shows {NC. 3er tema

Mensaje por Jaeger. Vie 27 Abr 2018, 5:27 am


3era parte

Harry Styles


El cumpleaños de Carrie. ¿Cómo puede llegar a olvidar el bendito día? Lo peor es que la lastime, le dolió que no lo recordara. Hasta hace un mes me dijo que estaba emocionada porque pronto seria su cumpleaños y Carrie es como una niña, ella ama sus cumpleaños. Su mirada triste que poso sobre mi hizo que me diera cuenta que no la merecía. Me sentí un maldito cretino por no recordarlo, me hacía sentir como si le demostrara que no la amo, y si lo hago y mucho.

Ahora debe estar disfrutando de su día mientras yo estoy tirado en el sillón, viendo Naruto en la laptop sobre la mesa ratona solo porque la extraño, bebiendo toda la cerveza que tengo en la heladera y con parches para el dolor en todo el cuerpo después de la mierda de ayer.

Louis pasa por detrás del sillón con pasos débiles y cuidadosos.

—¿Otra vez estás viendo anime? —pregunta incrédulo, deteniéndose—¿Esa es mi cerveza?

—Tu tomaste la mía la semana pasada —le recuerdo sin apartar la vista de la pelea final entre Naruto y Sasuke.

—Qué más da. Iré a la casa de Niall a tomar unos tragos. ¿Quieres sumarte?

—Ya estoy tomando. Gracias.

Lo escucho suspirar, pero asiente y se va. Él ya tuvo sus días de borracheras por su corazón roto, este es el mío y realmente necesito estar solo. El capítulo termina y tomo el mouse para clickear en el siguiente, pero el maldito capitulo semanal no salió y suelto una maldición.

—De seguro, Carrie debe estar furiosa —pienso en voz alta.

Casi la veo teniendo una de sus rabietas y sonrió desganado. Bebo más cerveza cuando siento los ojos llenarse de lágrimas. La extraño.

Busco en favoritos para ver alguna de sus animes que recuerde que haya visto con ella. Le preste la laptop una vez y se la quedo como dos semanas hasta que la suya la arreglaran. Fue suficiente tiempo para llenarme el historial y favoritos con sus páginas. Encuentro uno que me llama la atención, recordando el primer día que lo vimos juntos.

Carrie estaba enojada porque el capítulo semanal de Naruto fue suspendido. Lo bueno era que no tendría que ver sus raros dibujitos, lo malo era que su humor es realmente jodido cuando no suben uno nuevo. La vi sentada en el sillón con la laptop arriba de sus rodillas tecleando una y otra vez en actualización, pero no había caso, no sacaron otro hasta la próxima semana.

—Maldita mierda—mascullo por debajo con mala gana, cerro bruscamente mi laptop. Su mirada rabiosa reparo en mí y me aleje lo más que puedo de ella —Todo está es tú culpa.

—¿Y eso por qué? —replique fingiendo estar molesto mientras me cruzó de brazos. Es divertido verla enojada por algo así aunque se las tomara conmigo.

—Siempre me da mala suerte cuando estoy contigo —acuso con los ojos entrecerrados y soltó un rugido de frustración, alcanzo la mano hacia la mesa ratona para tomar el tazón de palomitas y las comió con rabia. No evite reírme por ello, es tan gruñona —¿Y ahora de que te ríes, idiota?!

—¿Quieres helado? —pregunte inocente. Carrie sonrió en grande, ella ama el helado y siempre la pone de buen humor.

Salto del sillón y voy hacia la cocina, agarre dos cucharas del cajón y el pote del freezer que había traído antes de venir y lo que fue mi pase para entrar, eso y la laptop porque la suya se rompió. Carrie detestaba que vaya y siempre era muy rancia cuando abría la puerta, pero el helado era la solución para absolutamente todo, lo descubrí cuando una vez la vi tragarse un pote entero. Pese a que ella odiaba que este aquí, era donde casi siempre estaba cuando no estaban sus amigas, la vería mirar animes o ensayando sus diálogos, incluso tonteando aunque ella me golpeaba cuando le robaba alguno que otro beso. Estoy seguro por una parte que a ella le gustaba eso.

Volví al sillón y la observe con la laptop abierta y puesta en la mesa ratona, le pase su cuchara y abrí el pote. Antes de darme cuenta, Carrie ya está sacando un gigantesco pedazo.

—¿Qué vamos a mirar? —me estiro sobre el sillón colocando mis piernas sobre las suyas.

—¡Quita!

—No quiero —sonreí socarrón y entramos en una lucha para ver quién se quedaba en el sillón. No sé cómo, pero Carrie termino arriba mío y la abrace con fuerza para que no se aparte.

—¡Harry suéltame! No sé para qué vienes sí lo único que haces es molestar!—chillo tratando de salirse de mi agarré, pero no la deje.

—Vamos, te encanta que te tenga así —dije aun sonriendo, su aliento chocaba con el mío, sabía que si tenía suerte podría pasar de unos besos a algo más íntimo. Pero no la tuve.

—Te voy a patear las bolas sino me sueltas —murmuro en tono, me apresure a soltarla sabiendo que cumpliría su promesa.

Carrie me empujo al suelo y caí sobre mis manos, levante la vista para mandarle una mirada fulminante e iba a replicar, pero parecía estar más concentrada en sus palomitas, helado y en lo que sea que haya puesto. Me senté en el sillón al lado de ella, al ver la pantalla mis ojos se abrieron con incredulidad.

—¿Qué demonios es esto, Benwik? ¡Son chinos! ¿Pusiste una película de chinos?

—Son coreanos, idiota —dijo con desprecio mandándome una mala mirada —y no es una novela, es un dorama.

—¿Un dorama? ¿Y qué carajos es eso?

—Eso, dah—señalo a la pantalla. Un chico coreano aparece y Carrie soltó un chillido tan fuerte que creí que rompió mi temprano derecho.

—¿Y ahora qué te pasa?

—Es Rain —contesto mordiéndose el labio inferior y con los ojos brillantes, puso la misma expresión cuando ve a su estúpido Capitán América y presentí que también odiaría a ese tipo—Es un cantante coreano muy sexy. ¡No sabía que era el prota! Michelle lo va a amar.

—¿Tú y Michelle miras estas cosas? —justo cuando creía que el anime era lo peor.

—Calla, Styles, no me dejas escuchar —la mirada fulminante que me mando me dijo claramente que va a echarme a patadas sino me callaba. Sin más, le hice caso y me abstuve se ver esa porquería.

La novela (dorama, replicaría Carrie) se llama 'Full House' y la trama se trata sobre una muchacha que es engañada por sus amigos, la mandan a otro país y en su ausencia venden la casa que construyó su padre, un antiguo arquitecto. Allí en viaje conoce al tipo que interpreta el nuevo amor platónico de Carrie; este tipo es un actor famoso en Corea y un imbécil con la fama subida a la cabeza. Entre una cosa y la otra y más, el termina comprando la casa de ella, y entre otra y otra, deciden hacer un contrato de matrimonio donde deberán estar casados por seis meses. Terminado ese contrato, él le devolverá la casa, ella solo tiene que fingir ser su esposa ese tiempo. Obviamente, pensé trama era una estupidez y no entendía como a Carrie se le ocurría ver esas cosas. No era como sí en la vida real realmente pasara. Ósea, ¿a quién se le ocurre en estos días hacer contratos de ese tipo?

—Tengo un contrato contigo de estar seis meses de novia—replico al instante en que expuse lo que pensaba, rogando que cambiara y volviéramos a los animes, los prefería mil veces—¿Enserio crees que es estúpido?

Me quede callado y termine de ver el capítulo en silencio. Si así era, entonces la trama había cobrado sentido para mí.

Lo puse a reproducir de nuevo, decidiendo que pasaría su cumpleaños aferrándome a su dorama preferido y yo a mis licores y los de Louis.

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Con mis piernas enredándose y tropezándome, logro llegar hasta la puerta del departamento de Carrie. La música alta, los gritos femeninos y las palabrotas no se hicieron esperar. Sonreí casi extrañando ser parte de sus fiestas. Fueron pocas ocasiones, pero mierda que la pasamos genial. Ahora festejan el cumpleaños de Carrie y yo no puedo estar ahí, ni siquiera sabía que era su cumpleaños si no lo hubiese escuchado de Lucas en la barbacoa.

Le doy un sorbo más a mi botella de ron, vaciándola. La dejo caer en el suelo sin romperse y de inmediato golpeo con fuerza la puerta, acallando los gritos de adentro.

—Yo voy—la escucho decir, culminando mis ansias.

Carrie abre la puerta con el rostro serio y sus cuatro amigas por detrás con los brazos cruzados, fulminándome con la mirada. Tiene un vestido rojo descotado y abierto por debajo, mostrando sus piernas sexys. El rubio le sienta de maravilla, la hace ver más madura, más fuerte, más inalcanzable.

—¿Qué haces aquí, Harold?

Tengo que recordarme a mí mismo para que viniera y trato de hablar sin que la lengua se me trabe, una tarea difícil.

—Vengo aquí a desearte un feliz cumpleaños —digo arrastrando las palabras —¡Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz que los cumplas, Carrie, que los cumplas feliz! ¡Yuju!

—Este ya se le zafo el tornillo —comenta Jay y le palmea la espalda a Carrie. —Ya te lo saco.

—No, no, no —levanto el dedo en alto y lo muevo de un lado a otro negando—No me van a sacar aquí ni loco, ni aunque me cortaran las piernas.

—¿Quieres probar? —Emma levanta las cejas. Cora le alcanza un cuchillo de cocina sin serrucho. —Es de mantequilla, pero servirá con tus piernas.

—Solo quiero hablar con Carrie—digo aun balbuceando, tratando de mantenerme en pie. La vista se me da vuelta y creo que en cualquier momento voy a caerme.

Las chicas murmuran entre ellas palabras que me cuestan entender, en cambio, Carrie me mira con ojos tristes. Tal vez soy un imbécil por querer causarle pena, pero al menos eso me dará una oportunidad con ella a solas, solo una.

—Yo me hare cargo de esto, chicas —les dice a las demás.

—¿Estas segura? —pregunta Ellie y me echa una mirada antes de volver a ella—Esta borrachísimo.

—Solo un poquito —me rio como idiota, pero me ignoran.

—Está bien, nena, es tu cumpleaños —Emma le echa una sonrisa comprensiva —Vamos todas adentro. Y tú—me señala con una mirada asesina —Si llego a escuchar un solo grito de su parte, te tiro por las escaleras.

—No será difícil hacerlo pasar por un accidente —añade Jay, siendo la primera en voltearse hacia dentro del departamento.

Carrie cierra la puerta detrás de ella sin antes verificar que las demás hayan pasado del vestíbulo. Me toma del brazo y camina, me dejo llevar con torpeza. Me voy hacia adelante y logra sujetarme, poniendo un brazo alrededor de mi cintura.

—Por dios, Harry, ¿Cuánto tomaste?

—Todo lo que tenía.

—¿Todo? —sus ojos se abren de golpe y menea con la cabeza—Eres un idiota.

No se lo niego, no hay por donde negarlo. Vamos directo hacia el ascensor vacío y aprieta para bajar el botón hacia mi piso.

—No quiero ir a casa, quiero hablar contigo —replico tratando de soltarme de su agarre, pero no me deja.

—¡Deja de moverte o vas a caerte! —exclama frunciendo el ceño. Así de molesta se ve linda y sexy. —Solo voy a dejarte en casa, te hare un café y podremos hablar. ¿Te gusta esa idea?

Niego con la cabeza repetidas veces. El ascensor suena al abrir las puertas y salimos, me lleva a rastras hasta la puerta de mi casa y me deja sobre la pared, tratando de mantenerme en ella. Aún estoy muy borracho y nada deja de dar vueltas, mis parpados pesan y no creo llegar hasta el café. Me fuerzo a mí mismo a mantener los ojos abiertos y no caer. Carrie me saca las llaves del bolsillo trasero del pantalón y aprovecho para abrazarla, estrechándola con fuerza hacia a mí.

—Harry, maldición, suéltame —espeta de inmediato, trata de separarse pero no la dejo, la aferro más hacia a mí. Inspiro profundamente su aroma y suspiro.

—Te extraño—confieso con anhelo. La siento tensarse en mis brazos—Te extraño tanto, Carrie.

—Harry, estamos en medio del pasillo —golpea mis costillas, con todo el alcohol no puedo ni sentir el dolor.

—Te extraño. Quédate conmigo.

—Primero entremos en el departamento, vamos.

Nuevamente, no le permito soltarla. Carrie lucha una vez más, pero finalmente suspira y se deja sin devolver el abrazo. Nos quedamos por minutos enteros así, minutos que se sienten eternidad. Nunca comprendí el concepto de querer que el tiempo pare en un solo momento, ahora lo comprendo. Quiero tenerla en mis brazos por mucho tiempo, mucho. No quiero que esta mierda nos separe, no está mierda. No cuando tengo todo esto dentro de mí y puedo apostarlo a todo. Necesito estar con Carrie, necesito que ella este conmigo. Ya no me importa el dinero o la fama, ya me da malditamente igual.

Se separa de mí una vez que tengo las defensas bajas, me da una mala mirada que disfrazan sus ojos aguados, pero lo dejo pasar. Si sigo insistiendo, podría escapar. Abre la puerta y me ayuda a llegar al sillón, cerrando de una patada. Me dejo caer con el cuerpo pesado y largando un enorme suspiro. Carrie se separa, pero termino por entrucharla hacia a mí, abrazándola por la cintura.

—Harry, por dios, suelta —intenta empujarme, solo hace que me aferre aún más.

—Por favor—le ruego con desesperación—Solo quedémonos así un minuto. Solo un minuto.

Deja de resistirse, pero tampoco me abraza. Yo solo aprovecho el momento para inspirar profundamente su aroma vainilla, sentir la calidez de su cuerpo contra el mío y lo hermoso que se siente estar solos. Después de unos minutos, los dedos de Carrie acarician mi cabello, arrebatándome un suspiro. No sé por cuando tiempo nos quedamos así, solo que mis parpados empiezan a pesarme y poco a poco voy perdiendo la consciencia.
Lo último que siento a Carrie dejándome a lo largo del sillón y una frazada sobre mí. Sus dedos vuelven a rascar con dulzura mi cabeza, llevándome directo al sueño profundo.

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Aun no sé si fue un sueño o no, si realmente paso. El solo hecho de despertarme en el sillón con la frazada sobre mí me lo confirma, pero a veces no sé si es mi mente engañándome. Louis llego mucho después de que yo despertara, casi al acabar del atardecer, tenía una resaca de mierda y yo también, así que prácticamente no hablamos y fuimos a dormir temprano. Le cuento lo que hice sentados en el sillón mientras bebemos café, que subí un piso demás y que ella me trajo de regreso.

—¿Fuiste allí con todas las locas adentro? —repite incrédulo—Vaya, hombre, cada vez te admiro más. Yo todavía tengo dolor en los huevos por los pelotazos. Tengo miedo incluso de encontrarme a Carrie en el ascensor.

—¿Por eso siempre tomas las escaleras? —me rio en su cara cuando asiente—No es lo de menos, amigo. Que no quepa duda que fuiste el más valiente ahí.

—No lo sé, Hazza. Todos estábamos cagados hasta la mierda —se ríe recordando la barbacoa hace cinco días—Fue genial, aunque doloroso.

—Sí, son una gran familia.

Y lo son. Pese a que fuimos el saco de arena de todos, cuando estábamos sentados junto a ellos se sentía un ambiente genial. Me dieron ganas de ser parte de ellos, de reírme y compartir con las madres de las chicas y los Avengers. No son malos tipos, están cuidando a sus hijas y los entiendo. Son especiales y tuvieron la desdicha de cruzarse a cretinos como nosotros, o al menos como yo.

—¿No te hablo? —pregunta volviendo al tema anterior.

—No.

—¿Ni un mensajito?

Meneo con la cabeza y suelto un gran suspiro.

—Ten paciencia, amigo. Quizá aún sigue festejando su cumpleaños.

—Eso es seguro. Carrie dijo que suele festejarlo más de un día.

—No te queda más que esperar—dice tras un suspiro y su mirada se pierde por un momento—Todavía no puedo creer que se vayan.

El corazón me duele de solo pensarlo. Tal vez debí dejar que Claudia me diga en su spa que Carrie se iría junto a Jay a América para perseguir sus sueños, que estarían allí al menos tres años. Fue un golpe duro, aún más con las miradas maliciosas sobre mí. Puede que me hayan golpeado e insultado, pero eso también fue doloroso. Era como si estuviesen felices por lo mal que estaba sintiéndome.

—Arnold no dejara que se vaya —dice Louis completamente seguro, más para sí mismo que para mí.

—Louis…

—Sé que Jay ya es mayorcita y decide por si misma —me arrebata las palabras de la boca con una expresión fría y ojos desesperados—Pero él es su papa, no importa si Connor o Jenna intervienen o todos los padres de las chicas, no pueden hacerle la contra.

—No quiero hacerte sentir mal, pero…

—No —se levanta del sillón de golpe, con el ceño fruncido, pensando—Tengo que irme, debo hacer algo.

Rodea el sillón y en el camino toma su chaqueta.

—Espera, Louis…

El castaño solo cierra con un portazo, ignorándome. Suspiro nuevamente, es difícil para él, no debería hacérselo peor. Solo espero que no actuara precipitadamente, nunca se sabe qué hará cuando esta así.

Al cabo de unos segundos, el timbre suena. Debe ser Louis, quien debe haber olvidado algo, además de sus llaves. Los golpes se vuelven incesantes, irritándome. Sí, es Louis.

—Ya voy, hombre, tranquilo.

Alcanzo sus llaves en uno de los estantes de la biblioteca donde siempre las deja y voy hacia la puerta. La abro de un tirón y estiro la mano para darle las llaves, pero el cuerpo se me paraliza a la vez que mi corazón empieza a latir con ansiedad. No puedo creer en lo que ven mis ojos.  Me maravillo por completo  al ver a Carrie intentando mantenerse de pie con el olor a alcohol desprendiendo de ella, las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes. La he extrañado tanto que incluso parecieran que pasaron años desde la última vez que la tuve así, frente a frente y sin nadie que se interponga entre nosotros.

En un instante, volteo a mirar la hora del reloj colgado en la pared. Son solo las tres de la tarde, ¿Qué hace así?

—Carrie...

—Tu —me señala abalanzándose, estoy por sostenerla pero se aparta,  intentando mantener el equilibrio—Tu...— me empuja con su dedo índice sobre mi hombro, no logra hacerme retroceder un solo paso. No lo haría nunca porque yo no la dejaría —Tú me hiciste esto.

—Cariño…

—¡No me digas así! —gimotea, lagrimas caen sobre su mejilla. Mi corazón se rompe al solo verla así—Por tu culpa estoy ebria, olorosa y siendo una idiota.

—No eres una idiota…

—¡Claro que lo soy! —se lleva las manos a los ojos, tratando de quitar sus lágrimas, pero estas siguen cayendo—Iba a ignorarte y no volver a hablarte, pero…

No termina la oración porque su voz se quiebra. No dudo un segundo más en abrazarla con fuerza, ella no se resiste, por lo que me permite mantenerla junto a mí. La llevo dentro del departamento, consciente de que debería dejarla en el suyo para no causar más problemas entre nosotros. Pero no soy tan bueno, siempre fui egoísta y esto no deja de ser un acto de egoísmo. Ahora, después de tenerla lejos, no me importa. Si tengo una sola oportunidad, tengo que aprovecharla.

Soy un maldito cretino.

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Tan pronto recosté a Carrie en el sillón, se quedó profundamente dormida. Yo me quede a su lado, acariciando su cabello y rezando que no esté furiosa cuando se despierte. No sé cuál puede ser su reacción, espero la menos mala posible y la más favorable a mi favor. Todavía me repito que debí dejarla en su departamento.

Louis no ha vuelto, no sé si eso es bueno o malo; bueno porque estaremos solo Carrie y yo, y malo porque tal vez esté haciendo alguna estupidez, y conociéndolo, tal vez acierto. Aun así, si realmente lo hiciera, tengo que abandonarlo esta vez: Carrie está conmigo y no pienso dejarla.

A eso de las siete de la noche, la castaña despierta. Me preparo mentalmente para lo que venga, tomando una breve distancia de ella, solo para darle su espacio.

—¿Qué hora es? —pregunta desorientada.

—Las siete.

—Santa mierda—hace una mueca de dolor al intentar levantarse del sillón y lleva una mano sobre su cabeza.

—Toma, bebe esto.

Le paso una pastilla y agua para la resaca, Carrie los toma de inmediato antes de volver a recostarse en el sillón con los ojos cerrados y los labios fruncidos por la molestia.

—¿Estas bien? —pregunto tontamente. Prefiero que haya gritos que silencios.

—Estoy echa una gran mierda, ¿Cómo voy a estar bien? —replica de inmediato, pero no levanta la voz—No volveré a beber en mi vida.

Sonrió de inmediato. La he extrañado tanto.

—Eso lo dices siempre.

—Esta vez es enserio. Nunca más.

—No te creo.

Gruñe por debajo y no dice nada más. Nos quedamos en silencio un largo rato, ella recostada y yo sentado en la otra punta del sillón, observándola, pensando que tal vez sea la última vez que la vea así.

—Oye, Harry —me llama sin mirarme o abrir los ojos.

—¿Si?

—¿Qué te parece un fin de semana en la playa?

La veo con incredibilidad.

—¿Qué? ¿A la playa?

—Si —se encoge de hombro e intenta sentarse de nuevo, esta vez más despacio—Todavía tengo las llaves de la cabaña. Christopher rara vez la usa.

—¿Nosotros dos solos?

Carrie revolea los ojos y suspira—Si no quieres…

—¡Espera, si quiero! —exclamo emocionado, recién cayendo en el hecho de que está invitándome.

Se asoma una pequeña sonrisa en su rostro mientras que en el mío se extiende por completo.

—Bien, entonces empaca hoy y mañana temprano nos vamos.

Se levanta del sillón con duras penas y sujetando la cabeza entre las manos. Yo solo puedo mirarla sin creerme que realmente vamos a pasar un fin de semana. ¿Entonces hice bien en ir ebrio a su casa? ¿O fue la golpiza del sábado pasado lo que la hizo cambiar de opinión? Sea lo que sea, todo fue recompensado.

—Por cierto, ¿me prestas tu laptop? —se da media vuelta y señala arriba de la mesa ratona—Es que la mía se averió de nuevo y estoy viendo un nuevo anime.

—Es la de Louis.

—Me la llevo igual —se encoge de hombros y la toma en brazos junto al cargador—¿Y tienes helado?

Una sonrisa se extiende en mi rostro y asiento. Esa es la Carrie que amo; anime y helado aunque haya resaca.

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No le creí del todo cuando lo dijo. Pensé que Carrie aún estaba con los efectos del alcohol como para una invitación sin más a la casa de la playa. Pero cuando apareció la mañana siguiente en mi departamento con la maleta lista, agradecí tener la mía lista. Si tenía planes con la banda y el estudio de grabación, solo que en ese momento lo olvide por completo, y cuando hacia la maleta más tarde, ni siquiera dude en enviarle un mensaje a Niall y Louis de que me cubrieran porque estaría afuera el fin de semana, no dije a donde, no era necesario que lo supieran.

Después de unas horas en la carretera conmigo al volante, llegamos a la cabaña. Carrie había dormido todo el resto del viaje, asegurando que tuvo que limpiar su departamento, hacer la maleta y dar una perfecta excusa para el escape. Ninguno lo comento, pero no era necesario que nadie supiera de este fin de semana más que nosotros.

Al abrir la puerta de la cabaña y ver la lámpara de araña arriba en el vestíbulo, una sonrisa se formó en mi rostro, recordando el escándalo que hicimos la última vez que estuvimos aquí.

—Tuve que mandar a arreglarlo después de que quedara flojo—comenta Carrie sonriendo, seguramente recordando también.

—Esa fue Sheila.

—Sí, pero fue por culpa de ustedes.

—Yo no hice nada, estaba afuera contigo...

—Carga las responsabilidades de tu grupo como yo del mío —sentencio antes de ir hacia la cocina—¿Puedes ir al mercado? Está a dos cuadras.

—Pensé que habías traído todo lo necesario—la sigo por la casa toda echa de madera, desde el suelo, las paredes y los muebles. Carrie está en la cocina, abriendo la heladera.

—Sí, pero solo para el almuerzo. Necesitamos para la cena.

—Bien, pero si me reconocen, diré que volvimos.

Carrie solo revolea los ojos y desenrolla la bufanda que está en su cuello para lanzármela. La tomo en el aire con el ceño fruncido.

—Es rosada.

—¿Y?

—¡Es de niña!

—Harry, por Dios, usas remeras rosadas y tus zapatillas ahora son rosas —señala mi calzado.

—Aun así, no.

Encarna una ceja con los brazos sobre la cintura, desafiándome a retarlo de nuevo. No tiento a la suerte y me voy a comprar sin rechistar. Iré y comprare para todo el fin de semana, eso es seguro.

—Ey, pero antes de que te vayas —me señala con la mano que vaya hasta ella. Lo hago sin más, no me atrevería a contradecirla.

Carrie me toma de las solapas del saco y tira con fuerza, agachándome. Sus labios chocan fuertes con los míos y los mueve con lentitud, como si esperara. La rodeo enseguida con mis brazos y camino, haciéndola retroceder. La estampo contra el refrigerador mientras nuestras lenguas se van enredando y el beso se va haciendo más intenso. Casi había olvidado su sabor, la textura de sus labios y lo bien que se siente tenerla en mis brazos.

Nos separamos de golpe y me echa una sonrisa traviesa antes de empujarme y darme dos palmadas en el hombro.

—Ahora ve y más te vale que también traigas helado.

La veo con una sonrisa enorme en el rostro marcharse hacia el sillón y tirarse sobre él para encender el Smart. Olvido toda advertencia y voy hacia donde está, sujetando sus mejillas entre mis manos y besándola una vez más. Carrie no se resiste para nada y eso me encanta. Mierda, solo quiero que el fin de semana pase lo más lento posible.

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Carrie cocina pollo con papas a la crema y nos comemos completo entre ambos, nos deja el estómago pesado y casi al instante nos dormimos en el sillón después de poner Las Chicas del Cable por Netflix. Por la tarde, después de despertarnos, nos vamos a la playa caminando sobre la orilla con las manos entrelazadas. Pese al frio, a ninguno nos molesta ser los idiotas que se mojan los pies con el frio que hace. Estoy dándome una idea de porque quería que viniésemos aquí, como no es época turística, no hay nadie en los alrededores más que unos pescadores de avanzada edad, tipos que no podrían reconocernos.

La charla es amena, tranquila. Yo le cuento la experiencia en The X Factor y mi amistad con los chicos mientras ella habla sobre la suya con las chicas.

—Siendo sinceros, ¿quién es tu mejor amiga?

—¿De las cinco?—asiento y ella piensa un breve momento—No lo sé. Siempre me sentí como la del medio.

—¿La del medio?

—Claro. Es que Emma y Jay son mejores amigas, Cora y Michelle también. Ellas tienen su Watson o su Sherlock. Las cuatro son mis mejores amigas, no podría elegir a una.

—¿No crees que a ellas les pasa lo mismo? A lo que me refiero es que no eres insignificante de ninguna manera.

Su sonrisa se extiende en su rostro, palpitándome el corazón.

—Ya lo sé, Harry, pero gracias de todos modos. No quiero presumir, pero sin mí, ellas no serían nada —se encoge de hombros en plan de "para nada modesta". Suelto una carcajada.

—¿Cómo se conocieron tus padres? —la pregunta hace que Carrie se detenga, extrañada—Es que es extraño. Tu madre es la mujer perfecta, lo digo enserio. Y Christopher…

—Es un idiota.

—Tú lo dijiste.

—Pero tú lo sugeriste. Y no te preocupes, él sabe que es un imbécil —dice sin culpa alguna y seguimos caminando.

—Estas muy enojada con él por lo de aquella vez en el restaurante, ¿cierto?

—En verdad, es por todo —admite honesta—Verás, mis padres se conocieron en el primer año de la la universidad y comenzaron a salir. Al principio se amaban un montón. Pero después no sé qué paso y no tuvieron una relación sana, según Christopher. Iban y venían muchas veces y discutían siempre. Iban a separarse, se quedaron juntos porque Claudia estaba embarazada de mí y decidieron que ya debían dejarse de joder un poco.

—Pero…

—Pero Christopher nunca le gustaron los compromisos. Se siente asfixiado y lo entiendo, yo soy igual —se encoge de hombros.

—Eso no es cierto…

—Harry, mi relación sentimental más larga ha sido de dos meses —replico con las cejas alzadas—Como a Kevin, lastime a otras personas y me sentí muy mal por ello, pero aun así es más fuerte que yo. No puedo quedarme en un lugar mucho tiempo.

La intercepto, enfrentando su mirada con la mía.

—¿Y si es conmigo?

Carrie suspira y estira su mano para acariciar mi cabello.

—Hablaremos de nosotros después.

Quiero replicar, pero termino aceptando. Aun no es tiempo. Sigo caminando, tirando levemente de su mano.

—¿Cuándo se separaron?

—Cuando yo tenía cuatro años. Creo que es de mis primeros recuerdos—me quedo callado, esperando a que ella continúe—Christopher hizo dos maletas cuando Claudia estaba durmiendo en la habitación con Sheila. Me dijo que no despertara a mama y se fue sin siquiera decir adiós o una mirada. Nada. No lo volví a ver después de tres años.

—¿Estás diciendo que él te abandono?

Ella solo asiente con la cabeza, enviándome una sonrisa corta.

—Está bien, lo he superado. Antes pensaba que fue mi culpa porque no lo detuve y mamá sufrió mucho cuando se marchó, pero supongo que fue inevitable. Después conoció a Sebastián y es el gran amor de su vida, nació Candy y con Sheila tuvimos un verdadero padre. Si hubiese impedido que Christopher se fuera aquel día, tal vez se hubiese ido en otro momento o si se quedaba seguirían siendo infelices. Fue lo mejor.

Paso un brazo por sus hombros, estrechándola hacia a mí. Carrie rodea con sus brazos mi cuerpo, dejando su cabeza en mi hombro mientras caminamos.

—Lo siento, amor.

—Gracias por escuchar—me da un beso en la mejilla antes de sonreír a todo dar.

—¿Y sobre tu sueño de ser actriz? ¿Cómo empezó?

El cambio de tema le gusta más. Cuando Christopher decidió aparecer de una buena vez, llevaba a Carrie con sus artistas promocionados y conoció a muchos famosos siendo niña. Incluso una vez Meryl Streep le dio un abrazo y un beso en la frente, haciéndole prometer que cuando cumpliera su sueño, vendría a ella y tomarían un té juntas. Carrie se enamoró de la actuación por completo y empezó a asistir a clases de teatro, impulsada por sus padres y su padrastro. Con pequeños trabajos de propagandas y de series, fue abriéndose paso. Hasta ahora no había tenido un papel realmente importante, salvo el de su última película, el de ya hace un año cuando quedo nominada en los Oscar como mejor actriz de reparto, pero no gano. En cambio, ganaron como mejor reparto.

—Aun así, fue genial. Jamás pensé que me nominarían a un Oscar e iría a Estados Unidos. Vi a Brad Pitt y, mierda, es sexy.

Me rio por ello.

—¿Y puedes contarme de que trata el guion que te dieron?

Parece insegura de contarlo, así que insto a que lo haga.

—Vamos, prometo que no diré a nadie.

—No le dije ni a las chicas —admite con cierta vergüenza—Así que si dices algo, te mato antes de que ellas me maten a mí.

—Te lo juro.

—Harán una nueva saga de X-Men, de la primera generación —mi boca se abre en grande sorprendido.

—¡¿Enserio?! —chillo emocionado y la separo de mi para mirarla a los ojos—Amo las películas de X-men.

—Pues me veras en una de esas —me guiña el ojo.

—¡Vas a conocer a Stan Lee!

—¡Yo también pensé eso! —exclama con los ojos brillándole de emoción.

—¿Quién serás?

—Adivina.

Doy todos los nombres de heroínas que recuerdo, pero no acierto a ninguna.

—No es exactamente una heroína.

—¿Una villana? —Inquiero confundido hasta que me llega el nombre a la cabeza—¡Mistyc! ¿Serás Mistyc?

—Sip, cuando no era malvada.

—Maldición, Carrie. ¿De qué va la película?

Pero Carrie no dice absolutamente nada y se niega a hablar. Luego me cuenta que hará una audición para el papel protagónico de una saga de libros y que está leyéndolos para preparar su personaje. La observo mientras habla con euforia sobre los proyectos futuros y la vida en Los Ángeles. La observo y sonrió, dándome cuenta que no puedo retenerla aquí por mucho más tiempo. Ella quiere extender sus alas y volar, quiere cumplir el sueño americano y demostrarles a todos que tipo de actriz se están perdiendo. Yo solo puedo seguir escuchándola con una sonrisa en el rostro aunque sienta mi corazón triste porque no la veré por mucho tiempo, quizás nunca. Pero si ella es feliz, ya no tengo cuentas que cobrar.

Tengo que dejarla ir por más que duela.

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En la noche nos acurrucamos el uno con el otro en la cama mientras miramos Insidius, ambos asustados. No sé porque diablos estamos mirando una película de terror cuando los dos somos miedosos. Carrie chilla y yo también cuando se ve al demonio detrás del protagonista.

—¡Cámbiale, cámbiale!

Saco la película rápidamente ante la orden y prendo la lámpara del costado. Al instante se reproduce Gravity Falls, sacándonos un suspiro de alivio.

—No más películas de terror.

—Nunca más —le prometo.

—¿Sabes? Creo que ya salió el capítulo nuevo de Naruto —comenta echándole un vistazo a su celular. Sus ojos brillan—¡Ya salió!

—¿Y qué esperamos?

Carrie levanta las cejas, divertida.
—Creí que el gran Harry Styles no miraba tales cosas como anime.

—Eso fue hasta que el gran Harry Styles se topó con la gran Carrie Benwik —le doy un beso en la mejilla, haciéndola reír. —¿Quieres ponerlo? Hare las palomitas.

—No te preocupes, yo iré. —Tira de la sabana y sale de la cama con su piyama puesto—¿Con caramelo?

—Por favor.

Se estira en la cama para darme un corto beso en los labios, uno que vuelvo un poco más largo sujetándole desde la nuca. Carrie termina por golpear mi hombro soltando una risita y se va hacia abajo. Me siento en la cama y con el control programo para entrar a la página de los capítulos de Naruto Shippuden y pongo a reproducir el último, el final de los finales.

Carrie vuelve al cabo de diez minutos con los pochoclos hechos en dos recipientes, uno para cada uno. Reproducimos el capítulo y ninguno de los dos se traga las lágrimas ante el final. Contenemos la respiración cuando Sasuke le da el pique en la frente a Sakura.

—¡Van a terminar juntos! —chilla como loca tapándose la cara con las sabanas.

—Y yo que creía que era gay y estaba enamorado de Naruto.

—Oye, no digas eso, tus fans creen que tu mejor amigo es tu novio.

—Sí, pero que lo crean de Louis es porque el idiota me toca el trasero.

—Tú también se lo tocas.

—¡Eso es blasfemia!

Carrie se echa a reír, pero de inmediato callamos nuestra pequeña pelea y nos centramos de nuevo en el capítulo. Una vez que termina, Carrie suelta un par de lágrimas mientras que yo siento la garganta estrangulada. Nos quedamos en silencio sin decir nada más.

—Seis meses viendo este anime y ya vi su final—comente pensativo.

—¿Seis meses? Yo lo veo desde los nueve, no me jodas, Styles —refuta y tengo que darle la razón, lleva la delantera —Diez años para el final de Naruto. No me la puedo creer.

—¿Y ahora qué sigue? ¿El final de One Piece?

—Nah, ya me rendí con esa —aletea la mano con indiferencia—Tendrá mas de mil capítulos, te lo aseguro. Tengo que prepararme mentalmente para ello.

—Nos quedamos en el doscientos treinta, deberíamos seguirlo.

Carrie suspira y me envía una mirada de “por favor, no”.

—¿Entonces qué quieres hacer?

Se acurruca hacia a mí, rodeando mi cuello sus brazos y esparciendo pequeños besos en él. Sonrió sin evitarlo, captando el mensaje. Voy hacia sus labios, besándolos lentamente. Carrie me corresponde y tira de mí, me posiciono arriba de ella y el beso se vuelve más fuerte sobre todo cuando mis manos van debajo de su camiseta, acariciando su espalda.

—¿Estas segura? —le susurro entre besos.

—Por favor —suplica con la respiración entrecortada.

La exquisita pasión no tarda en apoderarse de nosotros, las ropas empiezan a caer y de pronto estamos haciendo el amor con intensidad, entregándonos como nunca antes lo habíamos hecho. Gemimos, jadeamos y gritamos el uno del otro mientras sudamos y nos aferramos con fuerza. Ni siquiera me detengo a pensar que esto algún día podría acabar, solo quiero que se mantenga para siempre.

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El domingo en la noche vamos a hacer una fogata en la playa. Mañana temprano tenemos que volver a nuestras vidas, pero no puedo arrepentirme de nada. El fin de semana fue el mejor que tuve en toda la vida. Ayer despertamos haciendo el amor de nuevo, desayunamos en la cama, luego fuimos a correr por toda la playa, Carrie aprendió por internet a cocinar mariscos y comimos mirando uno de sus doramas que terminamos hoy por la tarde. En la noche jugamos al guitar hero y volvimos a mirar otra película de terror,  pero esta vez la soportamos porque todas las luces estaban prendidas.

Hoy por la mañana y la tarde, lo único que hicimos fue estar tirados el uno con el otro mirando la tele y hablando de cualquier cosa que se nos viniera a la mente. Justo como ahora, solo que asamos malvaviscos.

—¿Cuál es el famoso más grande que has conocido?

Lo pienso un momento antes de contestarle.

—Mick Jagger.

—No me jodas. Conociste a Paul McCartney.

—No —digo desanimado—Estaba muy apurado y yo llegue tarde. Los chicos si lo conocieron.

—Es injusto. Ellos jamás podrían apreciar su música.

—¡Eso es lo que yo digo!

Le paso mi rama con el malvavisco ya cocinado y ella me da el suyo. Comemos el malvavisco del otro antes de poner otro en la punta. El silencio tranquilo y para nada incomodo es acompañado por las olas rompiéndose en la orilla. Las estrellas y la luna brillan más fuertes que nunca y el frio no es tan pesado como las noches pasadas. Observo de reojo a Carrie y pienso que podría estar toda la vida aquí a su lado.

Pese a que el corazón duela y cierta parte de mí no quiera, la resignación ha estado allí a cada momento. No es tiempo, no es el adecuado. Nos conocimos demasiado jóvenes y en una situación para nada buena. Ahora estamos pagando las consecuencias de nuestros actos, Carrie está persiguiendo sus sueños y quizá es tiempo de que yo persiga el mío. Crecemos, exploramos y queremos seguir haciéndolo, es solo que nuestros caminos no pueden cruzarse, ahora tienen que separarse. Esta es nuestra despedida.

—¿Cómo te ves en diez años?

Otra ronda de preguntas, sonríe.

—Actuando. Siempre—asiento completamente de acuerdo con ella—Lo demás no lo sé, solo quiero que eso este en mi vida. ¿Y tú?

—Pues, viviendo con Louis, de seguro que no.

—Suficiente el Larry Stylinson, ¿eh?

—Si después de One Direction seguimos viviendo juntos, solo hará falta una sortija en mi mano —bromeo, sacándole una risita.

—Espera, ¿después de One Direction? ¿Eso qué significa?

Dudo un momento antes de hablarlo, pero debería confiarle esto, ella confió en mí.

—One Direction terminara su contrato dentro de poco tiempo —contesto, Carrie enseguida asiente, pidiéndome que siga—Cuando termine, quiero ser solista, escribir mis propias canciones e ir por mi propio estilo.

—Vaya, eso es genial, Harry —sonríe mostrando los dientes, no evita contagiarme el gesto—Escribes lindas canciones, me gustan.

—¿Te gusto la de la barbacoa? —le guiño el ojo y me gano un puñetazo de su parte—¡Auch!

—Eso fue incómodo.

—Pero lloraste.

Sus ojos me observan intensamente antes de darme un corto beso en los labios.

—Fue linda.

—Tú eres linda.

—No, soy hermosa.

—También —rio para acercarme a darle otro beso que dura un poco más. —Perdón por no recordarlo, estas últimas semanas…

—Fueron difíciles, lo sé. No te preocupes por ello.

—Aun así me siento mal. No te regale nada…

—Tranquilo, los regalos no son lo más importante.

Levanto las cejas en su dirección.

—Eso no decías allí cuando recibiste todos los regalos.

—Los regalos de los tíos siempre son los mejores —se encoge de hombros aun sonriendo.

Le sonrió y nos quedamos otra vez en silencio, pasándonos los malvaviscos entre nosotros. El momento se acerca, no quiero extenderlo hasta mañana en la mañana, tenemos que hablarlo ahora. Con amargura, decido terminar el precioso momento para darle paso a la realidad.

—Carrie, necesito que hablemos.

Un suspiro sale de sus labios, pero voltea a mirarme, enfrentándome. No va a esconderse ni retractarse, lo cual no sé si es bueno o malo. Aquí se termina de decidir todo.

—No voy a volver contigo, Harry —sus palabras me golpean fuerte, aun así asiento—No estoy preparada para una relación. Yo…

—Entiendo, Carrie —le sujeto la mano, apretándola suavemente. Sus ojos tristes me observan, de todas formas me las arreglo para hacer una mueca más parecida a una sonrisa—Esta bien. Tienes que perseguir tus sueños. Es una gran oportunidad.

—Además, lo del contrato…

—Tranquila, eso lo solucionare—beso su mano y la dejo en mi mejilla. Nuestras miradas chocan con tanto amor y tristeza, pero aun así sonreímos tristes—Voy a extrañarte como loco.

—Harry…

—Te amo, Carrie—confieso, sorprendiéndola—Ya no me importa nada más que tú. Ni siquiera la banda o la fama. Pero también entiendo que es importante para ti.

—No es el momento…

—No, no lo es—la acerco hacia a mí, rodeándola con mi manta y abrazándola debajo de ella—No te digo que me esperes ni te pido que me dejes esperarte. Te mentiría si te dijera que me gustaría que estés con otra persona, lo cierto es lo odiaría como loco.

—No serias el único —me da un corto beso en los labios que enseguida devuelvo.

—Eso es seguro —apoyo mi frente con la suya, suspirando. Nos quedamos por unos segundos largos así—Solo quiero que sigas tu vida, que algún día cuando el contrato ya no nos sujete a nada, me des una oportunidad, incluso si ya no estas enamorada de mí. Quiero que me dejes conquistarte.

Acaricia lentamente mi mejilla mientras en su rostro hay una sonrisa triste. Asiente y me da un beso largo en el que acepto y me pierdo por su sabor, por el dolor y los sentimientos de amor y de no querer dejarla ir.

—No quiero irme de aquí—confiesa apoyando su cabeza en mi hombro.

—Pero tienes qué. Tenemos que hacerlo.

—¿Y si solo nos escapamos?

—Volverías a los dos días. No puedes vivir sin tu mama y las chicas.

—Eso es cierto —suspira preocupada—No sé cómo le hare en L.A. Temo volver a casa a la semana.

—No lo harás, Claudia te asesinaría.

La siento sonreír aunque no pueda verla. Está bien que así sea, que nos separemos. Tarde mucho tiempo en darme cuenta que era lo mejor para nosotros. Mi mama lo sabía y Claudia también, ella solo nos quiso dar la última ayuda, y vaya que ayudo.

—Ah, cierto —Carrie se separa de mí y voltea hacia atrás, alcanzando la guitarra en su estuche—Tengo una sorpresa para ti.

La observo con las dejas hacia arriba, divertido y curioso por su sorpresa. Carrie no toca muy bien la guitarra, pero, según me dijo ayer, estuvo practicando bastante.

—Solo no te rías o te ahogo —amenaza y hago una promesa de boyscout para que confié.

Apenas los acordes comienzan a deslizarse entre sus dedos, la melodía cada vez se hace más conocida hasta que empieza a cantar la primera estrofa.

song
Going out tonight
Changes into something red
Her mother doesn't like that kind of dress
Everything she never had she's showing off

Le sonrió entre contento y extrañado, todas las chicas menos Cora odiaban nuestras canciones. Jamás creí en la vida que Carrie me cantaría una de las canciones de la banda.

Driving too fast
Moon is breaking through her hair
She said it was something that she won't forget
Having no regrets is all that she really wants
La dulce voz de Carrie junto a la letra va removiendo mi corazón, mi deseo de no dejarla ir. Se hace insoportable verla delante de mí con la idea de que estos últimos días tal vez no vuelvan, solo tengo la esperanza de que en un futuro nuestros caminos se crucen.

We're only getting older baby
And I've been thinking about it lately
Does it ever drive you crazy
Just how fast the night changes?
Everything that you've ever dreamed of
Disappearing when you wake up
But there's nothing to be afraid of
Even when the night changes
It will never change me and you
Los ojos de Carrie brillan junto con los míos mientras canta el estribillo que yo suelo cantar. Mis ojos pican con fuerza y ni siquiera me molesta estar llorando delante de ella. Pronto empieza a pestañar rápido, intentando quitar las lágrimas que van nublando su vista. Sin embargo, pese a que estamos en nuestro final, nuestras sonrisas no dejan de ser grandes y verdaderas.

Going out tonight
Changes into something red
Her mother doesn't like that kind of dress
Reminds her of a missing piece of innocence she lost

Su voz se vuelve más poderosa y profunda, hondando en el fondo. Sino fuese porque es actriz, debería ser cantante.

El momento mágico está por terminar, pero creo que de toda la relación, este es el final triste más hermoso que he visto. Las lágrimas del rostro de Carrie terminan por caer, aun así su sonrisa no decae y sus ojos no dejan de brillar.

We're only getting older baby
And I've been thinking about it lately
Does it ever drive you crazy
Just how fast the night changes?
Everything that you've ever dreamed of
Disappearing when you wake up

Su voz se rompe mientras sus ojos se llenan aún más de agua salada y su expresión se vuelve triste. La observo de la misma manera, rompiendo toda excusa para hacerme sentir bien y que esto es lo correcto. No hay nada feliz en un final, por más hermoso que sea, sigue siendo desgarrador y lleno de tristeza.

But there's nothing to be afraid of
Even when the night changes
It will never change, baby
It will never change, baby
It will never change me and you

Deja la guitarra a un lado para tirarse en mis brazos y comienza a llorar escondiendo su cara en mi hombro. La sujeto con fuerza, abrazándola con el deseo de no apartarla lejos de mí. Ella lo sabe y yo lo sé, y por ello canto esa canción para nosotros. Pueden cambiar muchas cosas, pasar los años, pero nada va a cambiar entre nosotros.

—Te amo, Harry —la escucho decir con la voz ahogada por primera vez. La aprieto aún más contra mí.

—Yo también te amo, Carrie. Te amo.

Se separa de golpe de mí, quedando de rodillas sobre la arena. Sus ojos rojos llenos de lágrimas y sus mejillas empapadas me hacen verla como si fuese una niña. Trato de sonreír y secarle las lágrimas por más que están siguen saliendo sin parar. Lleva las manos detrás de la nuca y saca su cadena con el dije de seis corazones en distintas figuras. Lo deja en mi mano, sorprendiéndome.

—Me lo regalo Claudia cuando era niña, dijo que fue el primer regalo que papa le dio cuanto decidieron estar juntos—levanta los ojos para mirarme y me echa una breve sonrisa—No tenemos que terminar como ellos, solo quiero dártelo porque es lo más valioso que tengo.

—Carrie…

—Tienes que asegurarte devolvérmelo algún día, ¿de acuerdo?

Asiento con la garganta estrangulada y dejando caer lagrimas a mi rostro. Carrie las limpia como yo lo hice con ella antes de volver a abrazarme con fuerza. La abrazo de la misma manera, deseando que llegue pronto el día en que la tenga devuelta.

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Simón me mira con una ceja encarnada, incrédulo, y señala los tres portafolios apilados en su escritorio

—¿Qué es esto, Harry?

Lo observo sin sentimiento alguno más que odio. Fue él quien nos metió en este asunto y nos hizo sentir como la mierda, como si fuese nuestra culpa. No puedo decir que no siento afecto por él porque me ha ayudado a estar donde estoy, pero definitivamente no puedo perdonarle que me apartara de Carrie.

—600.000 euros.

—Me imagine que era dinero, pero ¿por qué?

—El contrato —su mirada cambia a una más dura cuando lo digo—La parte del contrato de Carrie y de mi queda anulada. Ahí está la indemnización que pedias.

—Son 3 billones.

—Sé que mentiste y son 3 millones. Si quieres puedo traer a mi abogado para que hablemos de este asunto más a fondo.

—Harry…

—No hay nada más que decir, Simón. Mi contrato con One Direction expira dentro de pocos años.

—¿Qué quieres decir con eso? —se pone en alerta, molestándose—¿No seguirán?

—Puede que no. No después de lo que hiciste.

Cowell suspira exasperado y vuelve a explicar la misma mierda de siempre: publicidad, fama, los números subiendo a montones y ahora más que nunca que terminamos y volvemos a ser solteros codiciados. Sin embargo, me doy media vuelta en mitad de su discurso, no me importan sus razones, no está bien jugar con fuego y menos con los sentimientos de las personas, sobre todo de chicas inocentes que no entendían que tan podrido podía estar este mundo.

—¡Espera, Harry! ¿A dónde vas?

—Ya te pague, así que quita a Carrie de todo este asunto.

—Escucha, aunque esto solucione una parte del problema, Carrie y tú…

—No decidas nada por nosotros —replico con brusquedad, dándome vuelta apenas toco la manija—Lo que suceda entre ella y yo en el futuro será decisión nuestra.

—No es tan sencillo…

—No importa que sea no sencillo, no tiene que serlo. Solo no metas tu nariz de nuevo en mis asuntos.

Simón me deja ir sin decir nada más. Yo voy hasta el ascensor y me adentro, una vez que cierra las puertas, suelto un suspiro profundo y desesperado. Todo termino con Carrie, ella dejo bien en claro que no quiere volver a tener nada conmigo ahora, que quiere centrarse en su carrera y en ella misma. Y la entiendo, realmente la entiendo. Está empezando a despegar y sería injusto que yo le corte las alas. Pero todavía no puedo rendirme, solo me queda la agonizante espera de que pasen unos años antes que ella me llame y me diga que quiere volver a estar conmigo. Yo correría hasta donde ella estuviese sin importar nada.

Aprieto con fuerza el dije. Algún día podre regresársela y que no haya ninguna distancia entre nosotros.

Voy a esperarte, Carrie. Te lo juro.


Jaeger.
Jaeger.


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Mensaje por hange. Vie 27 Abr 2018, 11:16 pm

kandeee:
hange.
hange.


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