wn; "Nota: No te enamores." {NicholasJonas}

Todos saben que los chicos malos y las niñas buenas no deben mezclarse, pero algunas cosas son inevitables...

América es una mujer normal, de dieciocho años de edad, estudiante de la universidad central. Nunca ha sido una niña atrevida y sexy como su mejor amiga, Asher. Por el contrario, se trata de una chica bien: notas altas, cero retrasos. Vida sencilla.

Nicholas parece ser todo lo que América debe evitar: problemas seguros, pantalones ajustados, fiestas y carreras ilegales. Pero nadie dijo que lo mejor es lo que conviene.

Cuando Asher y el hermano del chico malo, Joseph, comienzan a salir públicamente después de dos meses de un noviazgo escondido, las vidas de América y Nicholas parecen encontrarse como imanes en plena atracción. Nadie puede evitar lo que está por suceder.

América parece enamorarse cada día más de Nick...de su vida a doscientos por hora, de las locuras que la llevan a sonreír y disfrutar como nunca lo ha hecho, pero decide recordarse cada día hacer exactamente lo contrario.

¿Qué sucede cuando un chico puede llevarte al espacio sideral, sólo con una sonrisa?
¿Qué sucede cuando "el chico malo" resulta ser un novato en el amor?
¿¡Qué haces cuando llenas tu departamento con notas de "no te enamores"!?

América está a punto de vivir la vida en más de un sentido. Nicholas está por enamorarse de una niña bien...cosa que prometió jamás hacer.

Sólo una cosa es segura...

Enamorarse nunca ha sido tan difícil.

Tomé la soda entre mis manos, mientras la veía entrar en la cafetería. Estaba hermosa. Como siempre.
-Hombre, al menos puedes fingir que me prestas atención-Joseph dio un golpe seco en la mesa, y lo miré con el ceño fruncido.
-No hagas eso-reclamé, y volví a desviar los ojos...directo hacia América Bloom. Una niña bien.
-América Bloom-canturreó mi hermano, arqueando las cejas, soltando un silbido por lo bajo.
Gruñí.
-Eres un total imbécil. No sé como Asher te soporta-blanqueé los ojos y abrí la soda...que resultó estar batida.
La alejé y dejé que el líquido negro, con gas, se esparciera por el suelo.
-Acerca de eso...sucede que hoy, por fin, Asher hablará con América sobre nosotros. Aunque Ash lo niegue, creo que su amiga ya sospecha algo-lo miré y solté una risita.
Si alguien me hubiese dicho hace dos años, que Joseph se enamoraría...me habría reído en la cara de todos.
-Me parece estupendo. No tienes por qué estar nervioso. Ella te ama-dije, tratando de calmarlo, con la pura verdad.
Asher se había enamorado de Joseph desde su primer día aquí, dos años atrás. Lo había perseguido por meses, e incluso soportó la actitud casanova de Joe, hasta que lo impensable sucedió. Joseph se enamoró...y las jugó todas por ella.
Poco importaba que fuese un año y medio mayor que Ash.
-Lo sé...pero América no se fía de mi. Es de ella de quien me preocupo-Joe hizo una mueca y suspiré.
América Bloom...ella era otra historia.
La primera ves que la vi, fue el tercer día de clases de hace dos años. Pateó mi motocicleta cuando estuve a punto de pisarla. Recuerdo el silencio sepulcral cuando ella lo hizo, y mi boca abierta de impresión.
Fue amor a primera vista.
La perseguí durante meses, pero nunca aceptó salir conmigo. Unos meses después, ella y Devon -el chico popular, apuesto e inteligente, todo en uno- comenzaron a salir.
No duró mucho...pero decidí guardar distancias. Sólo Joseph y Asher sabían lo profundo de mis sentimientos por ella, pero ninguno de los dos cuestionaba mi decisión de alejarme.
No habían habido chicas para mi desde entonces.
Nada.
Cero.
Ella me notaría algún día.
-Asher sabrá manejarla. Es su mejor amiga-le recordé, y después de meditarlo unos minutos, suspiró y asintió.
-Sólo...estoy cansado de esconderme. Amo a Ash, y quiero tenerla todos los días conmigo-murmuró, y fue su turno de voltear a ver en su dirección.
Ambas comían, mientras reían y hacían gestos con las manos.
América era una chica de belleza sobrenatural. Su cabello era castaño, con pequeños reflejos rubios. Tez pálida, ojos verdes, observadores. Menuda, con grandes curvas.
Ella atraía las miradas...sin intención de hacerlo.
-Todo saldrá perfecto, ya lo verás-respondí, y el timbre que indicaba el fin del almuerzo, interrumpió la conversación.
Ambos nos levantamos, pero no nos movimos.
Nos acercamos sigilosamente a las chicas, y espantamos a su pequeño club de admiradores. Luego, esperamos que abandonaran la cafetería, e hicimos lo mismo detrás de ellas, a una distancia prudencial.
-¡Oh, por Dios! ¡Mi falda!-chilló alguien, y los cuatro giramos a ver.
Samantha Bynes, la fácil y popular de la universidad, había caído gracias a mi soda desperdiciada.
Pensé en disculparme, pero América soltó una risita, y me sentí contento de hacerla sonreír, aunque fuese de este modo.
-Hombre, te pasaste-me acusó Joseph, pero él también se reía. Pude ver sus intenciones de ayudarla, pero Asher le envió una mirada que lo dejó quieto, riéndose y encogiéndose de hombros.
Logró ponerse en pie, gracias a Devon, su novio de turno y Caroline, su mejor amiga.
-Joey, Nicki, ¡no me ayudaron!-se quejó cuando pasó junto a nosotros.
Devon y Caroline la sujetaban para que no resbalara.
-Jamás-dijo Joe.
-Ni pensarlo-agregué yo, y me sentí orgulloso de nosotros, porque nunca habíamos caído en sus redes.
América rió más fuerte, y la miré fijamente, sin disimularlo.
Por primera ves en dos años, me devolvió la mirada. Sonreí aún más.
-Sé lo que hiciste-moduló con los labios, y luego se marchó, con Asher junto a ella.
Shock.
Total shock.
Ella sabía que yo había derramado la soda.
-¿Viste eso?-Joseph dijo a mi lado.
Él también lo había notado.
-Hombre, este año no pudo haber empezado de una manera mejor-asentí, y seguimos nuestro camino.
Ya nada importaba...
Porque la dulce y buena América Bloom me había sonreído...y hablado.

Miré a Asher...intentando mostrarme molesta, aunque ya sabía que algún día pasaría esto.
-Sales con Joseph, desde hace dos meses, y no te molestaste en informar a tu mejor amiga de eso-traduje, pues Ash parecía estar al borde del colapso.
Sus ojos brillaron con la mención del nombre.
-Am, sabes que te amo. Eres la mejor amiga del mundo entero, pero...tú nunca estuviste de acuerdo con mi actitud hacia Joseph-hizo una mueca y arqueé las cejas.
¿Podría ser yo, la peor mejor amiga de todas?
-Escucha Ash...yo no tengo nada contra Joseph. Mi mejor amiga estaba enamorada de él desde que entró al campus, y el chico solo se burlaba de ella y salía con más chicas de las que alguien podría contar. ¿Sabes lo que es eso? Una amiga preocupada, no una amiga egoísta-pronunciar las palabras hacía que mi molestia fluyera, que me sintiera idiota e inútil.
-¡América!-chilló Ash, al borde de las lágrimas.
Sacudí la cabeza para aclararme, y tomé mis cosas del mueble en el centro del departamento.
-Yo lo sabía-murmuré, y Asher me miró, incrédula-. Los vi un día...en la cafetería. Se veían, enamorados. Sólo esperaba que mi mejor amiga confiara lo suficiente en mi para decírmelo, pero esperaba demasiado ¿no?-se supone que no debía estar molesta, se supone que debía estar feliz por mi mejor amiga. Sí, claro-. No sabía que soy la peor amiga del mundo. Sólo...si tú estás feliz, también yo-me encogí de hombros y abrí la puerta principal.
Nicholas y Joseph Jonas me observaban desde el pasillo, ambos con las bocas abiertas.
Genial...todos piensan que América Bloom es una maldita egoísta sin sentimientos.
-¡América!-gritó Ash, saliendo al pasillo, y soltándose de las manos de Joseph, cuando este intento sujetarla.
Me giré, irritada.
-¿¡Qué!?-grité de vuelta, y algunas puertas al fondo del pasillo comenzaron a abrirse.
-Chicas, tal vez quieran continuar su discusión en su departamento-sugirió Nick, y lo miré, molesta.
-¡Tú no te metas!-dio un brinquito, asustado. Lo golpeé con mi dedo índice-. ¡Eres un idiota! ¡Todos lo son! ¡Creen que porque no voy a fiestas, o ando enseñando las piernas y mi escote, soy una chiflada que no apoyaría a su mejor amiga en una relación!
-América-susurró Joseph, y comenzó a mirar alrededor, nervioso.
-¡Oh, gran Joseph! ¿¡Apenado!? Pensé que un chico malo podría con todo. Incluso con una niña bien-me burlé, y vi a Asher enrojecer de ira.
-¡Estas siendo una total imbécil! ¿¡Quieres pelear!? Pelea conmigo-gruñó, y la miré, boquiabierta.
-Ash, cielo...
-¿¡Crees que porque soy una niña bien, no soy capaz de liarme a golpes contigo, Asher!?-interrumpí a Joseph, sintiendo ganas de golpear a alguien...y llorar.
-Te reto-murmuró, con una sonrisa socarrona.
Gruñí.
-¡Ya basta!-gritó Joseph, y comenzaron a sonar portazos al fondo. Curiosos escondiéndose de la furia de uno de los dos chicos malos-. Son amigas desde la primaria, no deben discutir por una estupidez así...mucho menos por un chico. América-se dirigió sólo a mi-, amo a Ash. Sé que fui un cretino por mucho tiempo, pero ella me hizo cambiar...me hizo enamorarme. No renunciaré a eso, se moleste quien se moleste-sentenció, y suspiré.
-No estoy molesta. Estoy dolida...pero apoyo a Asher, siempre lo haré-Ash me miró, y en sus ojos volví a ver las lágrimas que morían por salir.
-¡Lo siento! Pensé que no entenderías nada...que no permitirías que saliera con Joe, tenía mucho miedo, Ame-sollozó, y la abracé tan fuerte como pude.
-No soy tu madre Ash...podré aconsejarte, pero jamás mandarte-susurré en su oído, y continuó llorando como una pequeña.
-Asher-susurró Joe, y Ash se alejó, secando sus lágrimas en el camino.
Abrazó a Joseph muy fuerte, y comenzaron a susurrar cosas que no alcancé a entender.
Di media vuelta, y comencé a bajar las escaleras, ignorando por completo a Nicholas.
-¡Hey!-gritó, y me alcanzó, tomando mi codo.
Giré a verlo.
-¿Qué?-cuestioné, arqueando las cejas.
-No eres una niña bien. Las niñas bien no coquetean en la cafetería con un chico malo-sonrió y me sonrojé-. Pero si realmente quieres demostrarlo...
-No necesito demostrar nada-lo corté, soltando mi codo de su agarre.
-Yo podría ayudarte-sugirió, ignorándome totalmente.
Suspiré, recordándome que jamás debía volver a coquetear con un chico como Nick Jonas.
-¿Ah, sí? ¿Cómo?-cuestioné, y me golpeé mentalmente, porque había coqueteado sin querer.
Tonta.
-Un mes. Pasa un mes conmigo, y tu reputación de chica buena se va de paseo. Lo garantizo-sonrió, sin llegar a mostrar los dientes.
Una sonrisa más bien...pícara.
-No lo creo. Me ganaría el odio de la población femenina-dije, y sonreí ante su ceño fruncido.
-Como quieras-se encogió de hombros-. Ésta noche, Ash cenará en nuestro departamento. ¿Paso por ti a las ocho?
Lo miré, sorprendida.
-No-dije-. Creí haber demostrado que no pienso relacionarme contigo, hace dos años-le recordé, para picarlo...pero pareció complacido.
-Hace dos años decidí hacerme a un lado, pero ahora que Asher está con Joseph...las cosas cambiarán. Toda la universidad sabe que eres mía, América. Lo supieron justo después de que decidieras dejar a Devon-abrí la boca y él guiño el ojo-. A las ocho-me recordó, y bajó las escaleras...dejándome aturdida, y sorprendida.
¿Una cena? Bien...alguien quedaría muy decepcionado ésa noche.

El timbre del departamento sonó, al mismo tiempo que unos puños chocaban con la puerta. Miré a Asher, colocándose brillo labial, pero se encogió de hombros. Suspiré y fui a abrir.
-¡Chica, tienes que venir conmigo!-chilló Santana, nuestra vecina.
Asher bufó, y Santana blanqueó los ojos. Por alguna razón, ninguna de las dos se soportaba.
Asher era mi mejor amiga, con la que vivía e iba de vacaciones. Santana...era la típica fiestera, con corazón de oro. La había conocido el año pasado, en una clase, y nos habíamos vuelto amigas rápidamente. Santana era sexy y extrovertida, igual que Asher.
-América...los chicos llegan en media hora-me recordó Ash, mirando a Santana con malos ojos.
Gruñí.
-Ésa es tú cita, no la mía Ash-contesté, irritada con el mundo.
Estaba bien con la idea de Asher saliendo con Joseph, pero no quería involucrarme con Nicholas...para nada. Él era un chico del que resultaría sencillo enamorarse. Yo no podía darme un lujo como aquel. Nunca.
-Estás siendo una tonta-me recriminó, pero siguió con su maquillaje.
Por suerte...Asher sabía cuando retirarse.
-¿Qué sucede?-pregunté a Santana, sonriendo.
-¡Hay una fiesta en el otro lado del campus! ¡Debemos ir!-Santana no era la típica perra que arrastraba a los demás a su espalda, y su invitación no era cosa nueva.
Ella siempre insistía en que debía dejar de ser tan buena, y relajarme un poco. Además...Santana siempre pensaba en mi, porque vivía sola, y no era amiga de todo el mundo. Por lo que sabía, siempre contaba con su mejor amigo, Harry, y conmigo...por supuesto.
-¡Ella tiene un compromiso!-se quejó Asher, llegando hasta nosotras.
-Pues parece que ella, no tiene muchos deseos de ir-contraatacó Santa, molesta.
Asher siempre la provocaba, por los celos. Y Santana siempre respondía, por hacerla molestar.
-Iré contigo-dije, firme.
Santana chilló de la emoción, y Asher me miro, sorprendida.
-¿En serio?-gritaron ambas.
-¡Sí! ¿Qué debo usar?-pregunté, y Santana me arrastró hasta su departamento.
Asher gruñó, y salió al pasillo.
-¡Por todos los santos, al menos cuida de ella, Santana! ¡Promételo!-gritó, justo cuando Santana me arrastraba dentro.
-¡Lo prometo amargada!-canturreó, y cerró de un portazo.
Ir a ésa fiesta sería divertido, demostraría que América Bloom no era tonta...y me alejaría de Nick Jonas. Bingo.
Media hora después, me miré en el espejo y no creí lo que veía. Santana había alisado mi cabello completamente, me había puesto una falda corta, y una camiseta blanca, por dentro de ésta. Todo ajustado, y con gran escote. Los tacones eran de aguja, negros, y cerrados. Hermosos. El maquillaje era sencillo, excepto por mis ojos, rodeados con sombra oscura. Mis uñas eran de un rojo sangre.
-¡Oh, por Dios!-chillé, y me vi detenidamente.
Estaba hermosa...y sexy.
-Cielos-susurró Santana, mirando la pantalla de su celular-. Asher acaba de escribir. Nos recomienda que salgamos de inmediato, porque a ciertas personas no les hará gracia que no estés en tu departamento ahora-pegué un salto, imaginando la expresión de los chicos cuando descubrieran mi paradero.
La de Nick cuando supiera que lo planté.
-No estoy muy seguro ahora-gemí, presa del pánico.
-¡Te divertirás, Ame! Además...¡estás preciosa! Seguro tendrás más de un número en tu bolsillo cuando la noche termine-me guiñó un ojo y tomó nuestros bolsos del sofá.
Tomó mi mano y me dejé llevar, desorientada. En el lobby, nos ocultamos tras unos arbustos falsos, cuando vimos a Nick y Joe entrando. Cuando comenzaron a subir las escaleras, corrimos fuera, a un auto negro que esperaba con el motor encendido.
-¡Hola América!-saludó Harry, desde el volante.
Devolví el saludo y subí, justo detrás de Santana.
-¡Esto será súper divertido!-chilló Santi, y recé para que así fuera.
-Estoy nerviosa-admití, cuando Harry aparcó el auto.
La música se escuchaba desde aquí.
-Descuida chica, nos divertiremos, y ni Styles ni yo te dejaremos en ningún momento-prometió Santana, y suspiré.
Ambas caminamos, tomadas del brazo de Harry. Ambos saludaron a algunos chicos en la puerta, pero yo supe ocultarme entre las espaldas de los dos, queriendo pasar desapercibida.
-Vamos por unas bebidas-gritó Harry, por sobre la música.
Santana y yo afirmamos, y anduvimos hasta la barra. Nerviosa como estaba, acepté el vaso que me ofrecía Santana, mientras escuchaba que decía algo sobre beber despacio, sin prisas. Hice todo lo contrario, y Harry me vio angustiado, cuando coloqué el vaso vacío sobre la barra.
-¡Dos más!-grité, contenta.
-¡No tan rápido, América!-me amonestó Santana, pero no le preste nada de atención.
-¿¡Ésa es América!?
-¿América Bloom?
-¿¡En serio es ella!?
Tomé cinco tragos más, ignorando la sorpresa en las voces de mis compañeros, y comencé a sentirme cómoda y feliz.
-Deberías parar Ame-aconsejó Santana. Volví a ignorarla.
-Baja el ritmo, Am-agregó Harry.
-Estaré bien-los tranquilicé, y fui a bailar con un chico de la clase de Nick. Creo que se llamaba David.
Ésta noche, les demostraría a todos que no era ninguna niña bien.
¡Yo era América Bloom!

-¿¡Tú dejaste que ella se marchara a una fiesta universitaria!?-grité, a todo pulmón, cuando Asher terminó su relato.
-¡Resulta que América no es ninguna niña, ella sabe cuidarse! ¡Díselo Joseph!-protestó Ash, mirando a Joe con ojos de cachorrito.
Joe silbó por lo bajo.
-Oooh no, cariño. No me meteré en ninguna pelea que tenga que ver contigo y Nick-alzó las manos, declarándose inocente.
Gruñí.
-Iremos por ella. Andando-ordené. Ash y Joe dieron un salto, pero me siguieron sin rechistar.
Si América quería soltarse un poco, que al menos fuese conmigo, y no con un montón de idiotas que sólo buscaban pasar un buen rato.
-¡No estoy de acuerdo con esto!-dijo Ash, desde el asiento trasero. Como si hiciera falta que lo dijera.
-Llevas repitiendo lo mismo un buen rato, cielo-suspiró Joe, despeinando su pelo.
-¡Y lo seguiré haciendo hasta que alguno de los dos me preste atención!-gritó.
-¿Escuchas algo?-pregunté, burlón, mirando a Joseph.
-Más bien...es como una pequeña molestia en mi oído. ¿Un mosquito?-me siguió el juego, sonriendo.
Ambos escuchamos como Asher pataleaba y se quejaba, soltando juramentos.
Llegamos a la dichosa fiesta, y nos llevó un buen rato conseguir un lugar donde aparcar. Cuando lo logramos, saltamos fuera del auto, y Joe tuvo que sujetar a Asher, pues pretendía entrar primero, y buscar a América para salvarla de lo que le venía.
-¡Hey, Nick! ¡Joe!-devolvimos el saludo a Mike, el dueño de la fiesta, y entramos al punto de concentración de miles de universitarios.
La música estaba a todo volumen, "I love rock and roll" sonaba hasta aturdir los sentidos y hacer vibrar el suelo.
-¡Ahí está Santana!-gritó Ash, sobre la música, y anduvimos detrás de ella, esquivando vasos y personas bailando.
-¿¡Dónde está América!?-grité a Ash, y ella repitió lo mismo a Santana, como si fuera una traductora.
-¡Menos mal que llegas, hombre!-gritaron a mi lado, y giré a ver a Harry, un compañero de clases.
-¿Qué sucede?-pregunté, angustiado, pero sin demostrarlo.
-¡América está bailando ahí!-chilló Ash, y la boca de Harry se cerró. No hacían falta explicaciones.
Todos giramos nuestras cabezas al mismo tiempo, y ninguno podía creer lo que veía. América bailaba de manera sensual, sobre una mesa cerca de la barra. Sus tacones de diez centímetros estaban en las manos de una chica, mientras gritaba al ritmo de la canción. Ame parecía estar en su prado feliz, mientras movía las caderas y cantaba a la perfección.
-¡I saw him dancin' there by the record machine, I knew he must a been about seventeen, the beat was goin' strong!-cantó, pasándose de la mesa hasta la barra, con una botella de cerveza en la mano, a modo de micrófono-. ¡Playin' my favorite song, an' I could tell it wouldn't be long, till he was with me, yeah me and i could it, wouldn't be long untill he was with me...yeah me singin'!-ella señaló a su gran público con la cerveza.
Todos saltaban y cantaban con ella.
-¡I love rock n' roll, so put another dime in the jukebox, baby! ¡I love rock n' roll, so come an' take your time an' dance with me!-cantaron el coro, mientras sacudía su cabello y mandaba besos a sus admiradores en la primera fila.
Miré detrás de mi, furioso, y...quise matarlos a todos.
Santana, Harry, Joe y Asher estaban sobre unas sillas, animándola y cantando con ella. ¿¡Yo era el único cuerdo aquí!?
-¡He smiled so I got up and' asked for his name, that don't matter, he said, 'cause it's all the same! ¡Said can I take you home where we can be alone... an' next we were movin' on! He was with me, ¡yeah me!, next we were movin' on... he was with me, ¡yeah me!, singin'-volvió a señalar al público con la cerveza...derramó un poco a la chica con sus zapatos, pero no pareció importarle mucho.
¿Había estado soñando y estaba en mi cama, viendo High School Musical?
-¡I love rock n' roll, so put another dime in the jukebox, baby! ¡I love rock n' roll, so come an' take your time an' dance with me!-corearon todos, con los puños al aire.
-¡Said can I take you home where we can be alone!
Y los demás la siguieron...
-¡I love rock n' roll, so put another dime in the jukebox, baby! ¡I love rock n' roll, so come an' take your time an' dance with me! ¡I love rock n' roll, so put another dime in the jukebox, baby! ¡I love rock n' roll, so come an' take your time an' dance with me!
-¡Suficiente, nos vamos!-grité a los demás, y todos dejaron de bailar.
Parecían casi apenados, mientras bajaban de las sillas. Casi.
-¡Hey chica, puedo encargarme de eso!-gritó Santana, a la chica con los zapatos de Ame.
Los tomó, murmurando un 'gracias' y seguimos caminando a la barra. Joseph comenzó a quitar a la gente del camino, mientras Ash murmuraba disculpas a todos. Adelanté a Joe y tomé a América en brazos, sin esfuerzo alguno.
-¡Hey, me estaba divirtiendo!-se quejó, entre hipidos y sonrisitas tontas.
Todos comenzaron a abuchear. Harry nos alcanzó y anduvimos hasta la salida.
-¡Hey, América, conseguimos Satisfaction en el karaoke!-gritó una pelirroja, con una sonrisa en los labios.
-¡Eres increíble, chica!-gritó de vuelta, y gracias al cielo, no intentó liberarse.
-¡No, tú lo eres!-contestó la pelirroja, aplaudiendo.
Después, todos comenzaron a hacer lo mismo.
-¡Son lo mejor, los aaaaaaaaaamo!-se rió, y salimos de la fiesta.
Santana y Harry subieron a su auto, y esperaron que hiciéramos lo mismo. Cuando América tocó el asiento trasero, cayó rendida.
Hicimos señas a Santi y Harry, y nos pusimos en marcha.
-¡Ése fue el mejor espectáculo de todos!-gritó Ash, contenta.
-¡Ya lo creo que sí!-estuvo de acuerdo Joe.
Después de saber que América estaba sana y salva...con nosotros, me sentí libre de soltar una sonora carcajada. Nadie volvería a decir que América era una niña bien.
Esos días se habían terminado.