wn; "Nota: No te enamores." {NicholasJonas}

Odiaba las matemáticas, casi tanto como la carne...de cualquier tipo.
Miré la pizarra, pero nada lograba entrar en mi cabeza. Como siempre; tendría que pedir la ayuda de Santana, que me lanzaría su sermón de debes-prestar-atención, pero luego me explicaría hasta las tantas de la noche, sin dejarme dormir hasta que hubiera entendido todo.
-¿Estás en este mundo?-preguntó Chris, un chico de mi clase.
Giré a verlo, y le resté importancia al asunto, encogiéndome de hombros.
-Las matemáticas apestan, amigo-susurré, y él soltó una risita, que fue amortiguada por una tos falsa.
Los siguientes diez minutos fueron eternos, y cuando la campana sonó finalmente, solté un suspiro de alivio.
Odiaba los números, porque, al final del semestre, eran los culpables de que no lograra promedio perfecto. Masajeé mis sienes todo el camino a la cafetería. Ni siquiera había pasado por mi casillero para dejar el bolso y algunos libros.
Conclusión: toda yo, era idiota.
-¡América!-gritaron, y cuando me giré a ver, vi a Asher, con los chicos, sentados en una mesa cercana.
Le envié un saludo con la mano y comencé a hacer la fila para comprar mi almuerzo.
Un brazo rodeó mis hombros y pegué un brinco.
-¡Oye, que no soy tan fea!-bromeó Santana, y las dos reímos.
Mientras la fila avanzaba, Harry se nos unió, y cargó con mis libros, mientras ambos se burlaban por no haberlos dejado en mi locker.
-No podrás comprar tu almuerzo con mis libros ahí-comenté, señalando sus brazos. Me sentía culpable.
-Puedes compartir tu bandeja, así me devuelves el favor-sugirió, con una sonrisa dulce.
¡Wow!
¿Harry Styles, dulce?
Seguramente el alcohol seguía corriendo por mis venas.
Enamorarme de Harry sería algo malo. Él y Nick estudiaban juntos. Salían juntos. Pero...
Millones de señales de Stop llegaron a mi cabeza, y traté de sacarlo de mi sistema.
-Será un placer, Styles.
-¡Muevan el trasero, estoy famélica!-nos reprendió Santana, y ambas tomamos las bandejas.
Harry iba detrás mío, y me hablaba por sobre mi hombro cuando quería algo. Así, llegamos al final de la fila, y se apresuró a pagar, dejándome sin opción.
-Yo podría haber pagado-reclamé, mientras él sacaba otro billete para pagar lo de Santana, sosteniendo los libros con una sola mano.
-¡Hey!-se quejó Santana, y Harry besó su mejilla.
-No sería un caballero si no lo hiciera-se defendió, y comenzamos a buscar una mesa vacía.
Cuando pasé junto a Ash, tomó la trabilla de mis jeans, con delicadeza.
-Pueden sentarse aquí, Ame-murmuró, sonriendo cálida como siempre.
Joseph hizo señas, de los lugares vacíos...pero Nicholas parecía una bomba a punto de explotar.
-Estaremos bien, Ash. Gracias-besé su mejilla y Santana gritó cuando encontró otra mesa disponible.
Justo al frente del imbécil Jonas.
Nos sentamos, de modo que Santana, Joseph y Asher quedaban espalda con espalda, y Harry y yo, cara a cara con Nicholas.
Rayos.
-Comamos-ordenó Santana, y comenzó a devorar su pizza.
Harry me dio un codazo cariñoso e hizo lo mismo.
-Amo el receso-casi ronroneé, mientras abría mi ensalada y comenzaba a comerla.
-Y comer-apuntó Santana, sonriente.
Harry abrió la boca, sorprendido.
-A veces olvido que Santana es un poquito brusca-soltó un suspiro teatral, y Santana lo pinchó con su tenedor plástico.
-¡Eres un tonto, Styles!-se burló ella, mientras Harry veía su mano, impactado.
No pude evitar soltar una carcajada.
Asher se giró y lanzó un beso, sonriendo también.
-No siempre puedes rodearte de mujeres, Harry-lo aconsejó Joseph, y ésta ves, fue Asher la que pinchó a su novio con el tenedor.
-¡Asher!-la regañó, tomando su mano afectada con la sana.
Todos reímos, menos Nick, que no dejaba de mirarme como si quisiera arrancarme los brazos.
-Pobre Hazza-dije, e hice un pequeño puchero, burlándome.
Nick pareció irritarse aún más. ¿Qué estaba mal con él?
Justo cuando pensaba que la mañana no podía ir mejor, sentí algo líquido y frío bajando por mi cabeza, hasta mi cuello y la parte delantera de mi camisa, que resultaba ser blanca.
Cerré los ojos, contando hasta diez, diez veces. ¡Zorra!
-Lo siento, Bloom, fue un accidente-se burló Samantha, y con Caroline comenzaron a reír como burras.
Asher, que seguía girada junto con Joseph, se levantó de un salto y llegó hasta mi espalda, donde estaba Samantha.
El chillido de la plástica me hizo girarme y levantarme. Todos parecían como en shock.
-¡Serás imbécil!-gritó Asher, y derrumbó a Samantha, sin soltar su cabello.
Caroline reaccionó, e intentó quitar a Ash de encima de Samantha, pero la tomé del brazo y la estampé contra la bandeja de comida. Zorra.
-¡No te acerques a mi mejor amiga!-grité, cuando se levantó y limpió su rostro, lleno de ensalada y pizza.
-¡Me las pagarás, Bloom!-chilló, y se lanzó contra mí.
-¡No tan rápido, plástica!-gritó Santana, y saltó la mesa entera para cojer a Caroline.
La tumbó al suelo y la batió contra él, repitiéndole lo zorra y perrito faldero que era.
Asher se levantó y Samantha la siguió rápidamente. Estaba despeinada y había dejado algunas extensiones en el suelo.
-¡Zorras!-nos gritó a ambas, y trató de cachetear a Ash. Detuve su mano a medio camino.
-¡Déjala en paz, joder!-grité, enfurecida, y la pateé hasta que cayó al suelo, de nuevo.
Ella jaló mi pierna e hizo que golpeara mi cabeza con la mesa, antes de caer junto a ella. Se subió encima mío, y comenzó a arañarme y golpearme, como poseída.
-¡Quítate de encima, Samantha!-grité, deteniendo sus manos en el aire.
Ahora sí estaba molesta.
-¡Quítate!-gritó Asher, y se guindó de Samantha hasta que me soltó.
Las tres rodamos, gritando y lanzando golpes a diestro y siniestro. No quería ni imaginar la imagen que estábamos dando, justo ahora.
De lejos escuché a los chicos gritando, mientras intentaban separar a Caroline y Santana.
-¡Es una zorra!-gritaba Caroline, mientras Mike, un amigo de los chicos, la arrastraba fuera.
-¡América, Asher!-gritó Santana, y los chicos vinieron a por nosotras.
-No pienso tocar a la imbécil de Samantha-escuché que decía Harry, y de no haber sido porque estaba enfurecida, me habría reído.
-¡Styles!-gritó Nicholas, y Harry suspiró.
-¡No te metas con América, zorra, regalada, poca neurona!-gritaba Asher, mientras seguía golpeando y jalando el cabello de Samantha.
Miré el suelo, y me sorprendí de todo el cabello rubio que estaba ahí. ¿Cuántas extensiones tenía la zorra, puestas?
-¡Imbécil!-chilló Samantha, y como pudo, sacó una mano y me arrastró por el tobillo, haciendo que me golpeara con varias sillas en el camino.
Cuando estaba a punto de soltar un puñetazo, de pronto, no la tenía al frente.
Harry cargó a Samantha y la sacó, mientras ésta gritaba y gritaba sin parar.
-¡Tú y tus amigas son sólo unas fáciles!-logré escuchar, y salí corriendo, como llevada por el diablo.
-¡Asher!-escuché que gritaba Joseph, y supuse que ella me seguía.
Llegué hasta ella y cuando lancé el puño, logró agacharse un poco, haciendo que golpeara a Harry, que gritó, adolorido.
-¡Lo siento!-dije, espantada.
-¡No me diste, tonta!-se burló Samantha, al mismo tiempo...y luego todo sucedió muy rápido.
Alguien llegó desde atrás y me cargó, pero sin dejar de dar la espalda a Samantha y Harry.
Joseph corrió por Asher, y tomó su brazo derecho.
-¡El izquierdo!-grité, pues sabía lo que venía.
Samantha seguía riendo como idiota, mientras Harry trataba de arrastrarla, y Asher tomó impulso con su brazo izquierdo, golpeándola justo en el ojo, dejándola inerte...desmayada.
-¡Idiota!-gritó por último, y luego Joseph la cargó.
Se hizo un silencio sepulcral de repente...y todo volvió a tener sentido.
Tres mesas destrozadas...sillas tiradas y puestas en cualquier posición. Dos bandejas de comida en el suelo. Santana, con la boca abierta, y nosotras, en medio de un mar de rostros sorprendidos.
Mierda.
-Oh, Mierda-susurró Asher, y la miré. Ella me miró.
Estábamos en problemas.
-Muchos problemas-susurró la voz de Nicholas en mi oído. Me enfurecí de nuevo y lancé mi pierna hacia atrás. Apuntando sus partes-. ¡Ooooof!-me soltó y se retorció en el suelo.
-Ahora sí, ¿dónde están las esposas?
Asher y Santana chocaron los cinco, y Joseph rió.