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Mensaje por Julieta♥ Jue 08 Dic 2011, 10:19 am

nueva lectora!!!!!

y muy fiel jejejje

me encanta pobrecito joe......y la rayis si tuvo una aventura??? q malllll

siguela pronto plissss no puedo esperar
Julieta♥
Julieta♥


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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

Mensaje por Julieta♥ Jue 08 Dic 2011, 10:20 am

yupi pase de pagina eso merece cap jejejejje
Julieta♥
Julieta♥


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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 12:08 pm

Mandá capítulo trolaa, jaja. Te amoooo.
Cande Luque
Cande Luque


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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

Mensaje por JaamDemczuk Jue 08 Dic 2011, 12:10 pm

julieta_black escribió:yupi pase de pagina eso merece cap jejejejje

Y por pasar de pagina, dejo 2 cap :) Dedicado a la nueva lectora :D ♥️
JaamDemczuk
JaamDemczuk


http://www.twitter.com/JaamDemczuk

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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

Mensaje por JaamDemczuk Jue 08 Dic 2011, 12:11 pm

Capítulo 4

Bajando las escaleras a toda prisa, Joseph se detuvo en el tercer escalón al ver a __________ sacando un ligero abrigo blanco del armario del vestíbulo.
Cuando ella alzó la vista, él la estaba mirando.
—No recuerdo ese vestido —dijo, con voz grave.
—Se supone que ese es mi problema —replicó __________, sonriendo con intención de empezar la tarde con buen pie.
—Date la vuelta —ordenó él mientras bajaba los dos últimos peldaños.
Colocando el abrigo sobre un brazo, __________ giró. El corpiño del vestido era cerrado, pero la parte trasera revelaba un círculo de piel bajo los omóplatos.
—Nunca habías llevado un vestido como ese —dijo Joseph, deslizando un dedo por la espalda de __________.
Un intoxicante estremecimiento de excitación la recorrió al sentir su contacto, como si su cuerpo supiera lo que pasaría a continuación, a pesar de que ella no lo supiera.
—Tal vez fue un capricho.
—O puede que lo compraras con un propósito definido —la voz de Joseph sonó repentinamente fría, pero antes de que __________ pudiera preguntarle por qué, añadió—: Vamos, o llegaremos tarde.
Un momento le parecía que se sentía atraído por ella y al siguiente era como si no quisiera tocarla. ¿Por qué le producía aquella reacción que llevara un vestido nuevo?
Los padres de Joseph vivían a sólo unos kilómetros de distancia. Durante el trayecto apenas hablaron, y __________ no pudo evitar pensar con cierta ironía en su intento por empezar la tarde con buen pie.
Aunque fue una doncella quien abrió la puerta, Denise Jonas salió a recibirlos al vestíbulo.
—No sabes cuánto me alegra que hayas venido —dijo, tomando una mano de __________ entre las suyas—. ¿Cómo te encuentras? Tienes un aspecto maravilloso. Me gusta mucho cómo te queda el pelo así.
__________ sintió que la amabilidad de la madre de Joseph era muy sincera.
—Me encuentro bien. Y te agradezco que nos hayas invitado. Pero tendrás que presentarme a todo el mundo.
—Los demás invitados saben lo de tu accidente. Les he dicho a todos que te traten como si acabaran de conocerte. Ven a que te los presente.
Joseph permaneció junto a __________ mientras su madre llevaba a ésta al salón. Kevin fue el primero en acercarse. __________ se alegró de ver un rostro familiar. Pero cuando Kevin se fijó en su nuevo corte de pelo y en su vestido, arqueó las cejas, mirando a Joseph como para decir algo que sólo ellos podían entender. Por algún motivo, __________ no estaba segura de si Kevin era un amigo o no. Sin embargo, se mostró muy amistoso cuando la presentó a sus padres. Su madre era hermana de Denise. Los Jonas fueron tan cariñosos con ella como los padres de Joseph, y __________ se relajó enseguida cuando comprobó que la trataban más como a una recién conocida que como a una especie de extraño fenómeno.
Durante la cena estuvo sentada entre Joseph y Denise.
—Puede que sea demasiado pronto, __________ —dijo la madre de Joseph en determinado momento—, pero necesito saber qué piensas hacer sobre el último proyecto en que estabas trabajando.
—Aún no he tenido oportunidad de revisar los archivos en los que tengo todo anotado.
—Este proyecto implica bastante compromiso. Aceptaste ocuparte de organizar una subasta cuyos beneficios irán a parar al hospital para cubrir los gastos médicos de niños que carecen de seguro. Necesito saber si aún quieres hacerlo.
—¿Qué tendré que hacer?
—Tú organizaste casi todo y elegiste el comité. Ya están llegando las donaciones para la subasta y las estamos almacenando en uno de nuestros garajes. También ibas a actuar como maestra de ceremonias durante la subasta, porque nadie quería hacerlo.
—Necesito ocuparme en algo. Pero necesitaré que me pongas al tanto de todos los detalles.
Denise sonrió.
—Por supuesto, querida. ¿Por qué no quedamos para la semana que viene? Aún quedan unas semanas hasta que llegue la noche de la subasta. Si prefieres pensártelo…
—No. Es exactamente lo que necesito.
Joseph se inclinó hacia ella. Cuando habló, su aliento acarició la mejilla de __________.
—¿Sabes en lo que te estás metiendo?
Cuando __________ se volvió, sus labios quedaron a escasos centímetros de los de él.
—Quiero hacer esto, Joseph. Tengo tiempo. No puedo pasarme el día en casa esperando recordar cómo era mi vida.
__________ creyó percibir un destello de admiración en los ojos de Joseph, pero éste apartó enseguida la mirada.
Después de cenar, __________ se excusó para ir al servicio a retocar su maquillaje. Estaba a punto de salir cuando oyó que alguien mencionaba su nombre tras la puerta.
—Es muy raro que estuviera en Binghamton, y nadie sabe qué hacía allí. O si lo saben, al menos no lo dicen.
—Denise no habla para nada del tema. ¿Crees que es posible que __________ estuviera bebida cuando se salió de la carretera y por eso están siendo tan discretos?
__________ se quedó helada. ¿Bebida?
Sabía que durante sus años en la universidad nunca bebió más que un ocasional vino con sus compañeros, pero…
¿Sería aquel el motivo de la actitud de Joseph? ¿Habría desarrollado una dependencia del alcohol durante su matrimonio? ¿Era ese el problema que había entre ellos?
Tenía que averiguarlo.
Abrió enérgicamente la puerta para que las dos mujeres que esperaban fuera supieran que iba a salir.
Tras dedicarles una forzada sonrisa fue en busca de su marido.
Lo encontró charlando con otros dos hombres en la biblioteca.
—Siento interrumpiros —dijo, dirigiéndose a Joseph—, pero necesito hablar contigo un momento.
Él permaneció en silencio unos instantes, y una vocecita en el interior de la cabeza de __________ susurró, «va a decirte que está ocupado». El pensamiento fue una impresión. ¿O fue un eco de algo sucedido anteriormente? Antes de que pudiera decidir de qué se trataba, Joseph se excusó con los hombres con los que estaba hablando. Luego tomó a __________ por el codo y la llevó a una habitación que había junto al vestíbulo. Tras seguirla al interior, preguntó:
—¿Cuál es el problema?
__________ no había dicho que hubiera ningún problema, pero Joseph parecía leer en su expresión con facilidad.
—¿Tuve el accidente porque iba bebida?
—¡__________!
—¿Es así, o no es así?
—No. Por supuesto que no. ¿Por qué se te ha ocurrido eso?
—Porque he escuchado a dos de las amigas de tu madre hablando sobre mí y han sugerido que ese podía ser el motivo por el que ninguno de vosotros menciona el accidente.
—Son meras cotillas, __________, aunque sean amigas de mi madre. Creen que tienen que saberlo todo sobre todo el mundo. Mis padres tienen más delicadeza.
—Pero tiene sentido. El hecho de que yo me aficionara al alcohol durante nuestro matrimonio podría ser la causa de que te muestres tan distante conmigo, de que no me cuentes nada sobre cómo era nuestra relación…
Joseph la sujetó por los hombros.
—Olvida eso. No tienes ningún problema con el alcohol. Si no me crees, puedes comprobar tus informes médicos. Después de un accidente como el tuyo siempre se analiza el nivel de alcohol en sangre. No habías bebido.
__________ sintió tal alivio al saber aquello que los ojos se le llenaron de lágrimas.
—Y en cuanto a nuestro matrimonio —continuó Joseph—, estoy siguiendo las indicaciones de la doctora Coswell. Ella piensa que debes recordar por tu cuenta.
__________ deseó sentir las firmes manos de Joseph sobre su piel desnuda.
—¿Y la distancia? —su pregunta fue apenas un susurro.
Joseph la soltó y se apartó.
—Estamos en una situación muy extraña. Es lógico que haya cierto distanciamiento entre nosotros.
—Pero yo siento que estás enfadado conmigo por algún motivo. Y si no me dices cuál…
—¿No es suficiente que nuestras vidas se hayan vuelto del revés debido al accidente? ¿Que antes del accidente tuviera una esposa y ahora no?
—Sigo siendo tu esposa —dijo __________ con suavidad.
—Has borrado todos tus recuerdos sobre nuestro matrimonio, ¡y yo estoy durmiendo en una de las habitaciones para invitados!
—Te he pedido un poco de tiempo…
Joseph movió la mano en el aire con gesto de impotencia.
—De acuerdo, tómate el tiempo que necesites. Pero entonces no me preguntes por qué hay ese distanciamiento entre nosotros.
Sin más, se volvió y salió de la habitación.
Sintiendo que las rodillas le temblaban, __________ se sentó en un sofá, luchando por contener las lágrimas. Tenía que recuperar la compostura antes de volver a la fiesta. Y también debía averiguar qué era lo más conveniente para su relación con Joseph y hacerlo.
Oyó pisadas acercándose y supuso que sería él…
Pero al alzar la vista vio que el que entraba era Kevin. Este la miró con gesto serio.
—Joseph parece dispuesto a pelearse con el primer oso gris que se cruce en su camino —dijo—. ¿Te encuentras bien?
__________ respiró profundamente antes de hablar.
—No sé, Kevin. ¿Puedes contarme algo sobre nuestro matrimonio? ¿Me dirás si algo iba mal?
Kevin se sentó junto a ella.
—No puedo decirte nada, __________. Esto es entre Joseph y tú.
—A veces resultan confuso… No estoy segura de qué hacer, qué decir o cómo actuar.
Kevin la miró con expresión cariñosa.
—Sigue tus instintos. Y tu corazón.
La mirada de sus ojos verdes parecía tan amable, su voz sonaba tan compasiva… Una imagen destelló frente a __________ con tal claridad que tuvo que cerrar los ojos. Era Kevin. No con un traje, como iba vestido en ese momento, sino con un polo rojo y vaqueros. Estaba sentado en ese mismo sofá con ella, entregándole un regalo, una cajita. La cajita contenía un broche, un círculo de oro con perlas alrededor. Y oyó su voz.
«Quería hacerte un regalo de cumpleaños tan elegante como tú misma».
—¿__________? ¿Qué sucede, __________? —preguntó Kevin, en el presente—. Te has puesto muy pálida…
—¡Acabo de recordar algo! Tú y yo… sentados aquí. ¡Aquí me regalaste un broche por mi cumpleaños!
Kevin se puso en pie de un salto.
—¡Voy a buscar a Joseph!
__________ lo sujeto por una mano.
—No. No es mucho…
—Pero es un comienzo. No te muevas de aquí.
__________ volvió a cerrar los ojos, esperando que las imágenes volvieran, esperando recordar más. Pero no recordó nada más, y cuando Joseph entró en la habitación con Kevin, lo miró y dijo:
—Sólo ha sido un destello.
—Cuéntamelo —la apremió Joseph, sentándose junto a ella, pero sin tocarla.
__________ le contó lo que había recordado, describiendo el broche, la ropa que llevaba Kevin y lo que le dijo.
—¿No recuerdas que hubiera nadie más?
—No había nadie más. Al menos, yo sólo he visto a Kevin. ¿Fue así?
—No lo sé. Recuerdo que surgió un compromiso de última hora y tuve que volar a los Angeles.
—Te di el regalo antes de comer —dijo Kevin—, porque te había disgustado que Joseph tuviera que irse. Tía Denise y tío Paul te dieron su regalo después.
__________ recordaba su alegría por el regalo de Kevin, no su decepción por la ausencia de Joseph. Sin embargo, se sentía decepcionada, pero esa era una emoción del presente, no del pasado. Al parecer, Joseph se había perdido su cumpleaños.
—¿No recuerdas el día siguiente? —preguntó su marido—. Noté que habías llorado y te compré rosas y un perfume.
__________ negó con la cabeza.
El dolor que reveló la expresión de Joseph le hizo daño, y supo por qué. Recordaba a Kevin, pero no recordaba a su marido.
—Debo haberlo recordado porque Kevin se ha sentado en el mismo sitio que aquella tarde.
—No tienes por qué darme explicaciones. La situación se está aclarando. Por el motivo que sea, tu mente me ha borrado.
—Joseph…
Él se levantó y fue hacia la puerta.
—¿Por qué no hablas un poco más con Kevin? Puede que así recuerdes algo más.
Mirando a su primo, Kevin dijo:
—No seas a… —pero los pasos de Joseph ya se alejaban por el pasillo.
Kevin se volvió hacia __________ con el ceño fruncido.
—No sé si ir tras él o quedarme contigo.
—Vete. Comprendo que se sienta frustrado. Necesita hablar con alguien de su confianza, y confía en ti. No se por qué, pero en mí no confía. No te preocupes por mí. Estoy bien.
—¿Estás segura?
__________ logró sonreír.
—Estoy segura.
Cuando Kevin se fue, cerró los ojos y trató de discernir los sentimientos que había en su interior. Se sentía apegada a Joseph de un modo profundo. Pensó en su primera noche en casa, cuando Joseph había entrado en el baño mientras ella estaba en la bañera. No podía asegurar que el pánico que sintió fuera un recuerdo. Sin embargo, hacía unos momentos había visto a Kevin con tanta claridad…
¿Por qué no podía recordar a Joseph de la misma manera?
Mirándose las manos que apoyaba en el regazo se dio cuenta de que no llevaba anillos. Sin duda, antes del accidente tenía un anillo de casada y, probablemente, otro de compromiso. ¿Los llevaba puestos cuando el coche se salió de la carretera? ¿O se los había quitado antes de ir a Binghamton?
Otra pregunta que tenía que hacer a su marido.


El resto de la velada pasó lentamente. Joseph habló con sus padres y amigos, actuando como si todo fuera normal.
Después de lo sucedido, empezaba a tener una imagen de su matrimonio que no le gustaba. Antes del accidente de __________, nunca se había dado cuenta de cuánto tiempo la había dejado sola. Nunca pensó que le importara. __________ nunca se había quejado. Siempre lo apoyó en todo, asistiendo sin la más mínima queja a las fiestas y cenas a las que él acudía cuando no estaba trabajando de noche.
El éxito siempre había sido importante para él. Había elegido a __________ para que estuviera a su lado. Pero ahora no sabía si era allí donde ella quería estar.
Y si alguna ver recuperaba la memoria…
Era posible que el obtuviera sus respuestas, pero también correría el riesgo de perder su matrimonio.
Buscó a __________ con la mirada y la vio sentada junto a su madre. El bonito color rosado de sus mejillas había desaparecido y se notaba que estaba cansada.
Se acercó a ella y preguntó:
—¿Estás lista para que nos vayamos?
—Oh, Joseph, tenéis que… —empezó Denise, pero entonces miró a __________—. Tienes un aspecto tan encantador, querida, que a veces olvido que aún te estás recuperando.
__________ se puso en pie y tomó la mano de Denise.
—Lo he pasado muy bien. Gracias por invitarnos.
Paul se acercó a ellos.
—Tú quédate con nuestros invitados, Marge. Yo los acompaño a la puerta.
—Nos vemos el miércoles a la hora del almuerzo —dijo Denise a __________—. Avísame si quieres que mandemos a nuestro chofer a recogerte.
Tras despedirse de los demás invitados, __________ y Joseph fueron al vestíbulo acompañados por Paul. Mientras éste ayudaba a su nuera ponerse el abrigo, preguntó:
—¿Vas a hacer ese viaje a Londres ahora que __________ ha vuelto a casa?
—Aún no lo he decidido —respondió Joseph, tratando de indicar a su padre con un gesto que no quería hablar de ello.
—¿Tenías planeado hacer un viaje antes de mi accidente? —preguntó __________.
Cuando Joseph le habló del viaje, ella le pidió que lo pospusiera hasta el verano. Él no estaba muy dispuesto a cambiar el plan, pero el accidente de __________ no le dejó otra opción.
—Sí, iba a viajar a Londres para abrir allí una sucursal de Jonas Financial.
—Establecer la sucursal podría llevarte seis semanas, o algo más —dijo Paul—. Pero ahora que __________ se está recuperando…
—He decidido meditarlo mejor —dijo Joseph.
—Pero insististe en que debías aprovechar la oportunidad mientras las condiciones económicas…
—Papá, este no es el momento de hablar de ello. __________ lleva menos de una semana en casa.
—Con mi pérdida de memoria, tenemos que volver a adaptarnos el uno al otro.
—¡Pues llévala contigo y disfrutad de una segunda luna de miel!
Joseph respetaba a su padre, pero en ese momento le habría gustado hacer que desapareciera.
Con una sonrisa, __________ dijo:
—Señor Jonas, si Joseph y yo decidiéramos pasar una segunda luna de miel, no creo que me apeteciera demasiado que se dedicara a trabajar.
Paul sonrió.
—En eso tienes razón. De acuerdo, me callo. Pero __________, si no puedes llamarme «papá», ¿qué tal si me llamas Paul?
—Me gustaría llamarte papá. Hace mucho que no tengo un padre —dijo __________, y, a continuación, abrazó a su suegro.
Joseph nunca había visto a su padre tan encantado.
Durante el trayecto de regreso, Joseph miró a __________ en varias ocasiones. Ella había cerrado los ojos y apoyaba la cabeza contra el respaldo del asiento. Tenían que hablar, pero quería esperar a poder mirarla a la cara.
__________ salió del coche en cuanto Joseph lo detuvo en el garaje. Este parecía casi vacío sin un segundo coche, y Joseph pensó que ella necesitaría uno en cuanto pudiera conducir.
—Si quieres, mañana podemos ir a elegir un coche para ti —dijo.
—Supongo que podré volver a conducir después de mi siguiente cita con la doctora Coswell. ¿No trabajas los sábados?
Joseph sintió que se ruborizaba y agradeció la tenue luz que iluminaba el garaje. Normalmente trabajaba los sábados por la mañana, y a veces también por las tardes.
—He pensado que podíamos pasar mañana el día juntos. Es tarde para sacar tus fotos esta noche…
Una vez en el vestíbulo, mientras __________ se quitaba el abrigo y lo colgaba en el armario, Joseph supo que, o decía en ese momento lo que debía decir, o __________ subiría a su dormitorio y cerraría la puerta.
—No debería haberte dejado como lo he hecho hoy en casa de mis padres —dijo, finalmente—. No ha estado bien.
__________ se volvió hacia él.
—Te ha disgustado que recordara a Kevin y a ti no. Lo comprendo.
Aquel aspecto de la personalidad de __________ seguía siendo el mismo. Siempre había sido muy comprensiva, y Joseph empezaba a preguntarse si él se habría aprovechado de ello, si habría dado demasiadas cosas por sentadas.
—Si me hubiera quedado contigo si hubiéramos hablado de ello, tal vez habrías recordado algo más.
—Tal vez sí. O tal vez no. Tengo la sensación de que tratar de recordar deliberadamente no funcionaría. Los recuerdos llegarán por sorpresa, como esta noche.
—¿Y me lo dirás cuando suceda? ¿Sin importar qué recuerdos sean?
—Por supuesto que lo haré, Joseph. ¿Por qué no iba a hacerlo?
Porque tal vez fueran demasiado íntimos. Porque podían romper su matrimonio.
—Por cómo he reaccionado hoy —dijo Joseph guardándose sus temores—. Prométeme que me contarás todo lo que recuerdes.
—Lo prometo.
Los ojos azules de __________ eran tan transparentes… sin sombras… sin secretos. Joseph deseó acariciar sus brazos desnudos, quitarle aquel vestido, más sexy que ninguno de los que se había puesto nunca. Juraría que casi podía ver sus pezones a través de la tela. Cuando esa tarde la había visto con él, había sospechado que lo compró para que otro hombre disfrutara quitándoselo.
Sin embargo, esa noche había elegido ponérselo para él.
Arriesgándose, deslizó un dedo por el borde del escote del vestido.
—¿Llevas sujetador debajo? —murmuró.
Los ojos de __________ parecieron dilatarse.
—Sí. Estaba colgando junto con el vestido. Es… muy pequeño.
El pensamiento del pequeño sujetador, la idea de quitárselo, llevó las manos de Joseph a los brazos desnudos de __________. Los acarició suavemente, sin apartar la mirada de sus ojos.
—Joseph… —susurró ella—… ¿dónde está mi anillo de casada?
Los pensamientos de una posible noche de pasión viraron repentinamente en otra dirección.
—Tu anillo de casada y el de compromiso están en la caja fuerte. La enfermera te los quitó cuando te ingresaron en el hospital. ¿Quieres ponértelos? —preguntó Joseph, esperanzado.
—No se si debiera. Aún no. No me siento casada.
—Eso podemos remediarlo fácilmente —dijo él, y, tomándola entre sus brazos, la besó en los labios.
Oyó que __________ tomaba aire rápidamente y aprovechó el momento para deslizar la lengua en su boca. Su dulce y erótico sabor lo excitó tanto que no fue capaz de pensar más allá del presente. Cuando ella deslizó las manos por su pecho hasta sus hombros, él deseó caricias más íntimas. No hacían el amor desde varias semanas antes del accidente. La tensión los había mantenido separados.
Para Joseph, besar a __________ siempre había sido un placer, no un deber. Y ahora, aquel beso tenía algo nuevo, excitante, intoxicante, algo que los iba llevando a donde querían ir.
Siguiendo su propio impulso, las manos de Joseph se deslizaron hacia la espalda de __________. Mientras se presionaba contra ella, le acarició la cintura, el trasero, abarcando sus glúteos con las manos y apretándola contra sí para hacerle sentir la intensidad de su deseo.
Por unos explosivos segundos, ella se acurrucó contra él y frotó con sus senos su pecho. Pero cuando Joseph empezó a desabrocharle el vestido, se apartó.
—Estar… estar casados significa más que acostarse —la voz de __________ tembló debido a la pasión que se había agitado en su interior.
Dándose cuenta de que le estaba diciendo que no, Joseph la soltó.
—Podría ser un comienzo —sugirió, tenso.
__________ parecía triste, esperanzada e insegura, todo a la vez.
—No creo que se pueda empezar con sexo. Eso no es suficiente.
—Tenemos algo más que el sexo, __________. Tenemos una vida en común.
—Una vida que no recuerdo. Te he pedido que me des tiempo, Joseph. Aún lo necesito. Ahora que he recordado algo, puede que llegue a recordarlo todo. Quiero ser justa contigo. Quiero serlo con nosotros.
Examinando sus propios motivos, Joseph comprendió de repente que la sensación de urgencia que tenía se debía a que quería crear un lazo de unión entre ellos antes de que __________ recordara. ¿Habría utilizado siempre el sexo para asegurar su relación? Si lograba seducir a __________ y ella no estaba preparada, haría más daño que bien.
La besó con delicadeza.
—Sacaré los anillos de la caja fuerte para que puedas guardarlos en tu joyero. Si te los pones de vez en cuando, es posible que recuerdes las promesas que nos hicimos. Puede que te des cuenta de que la pasión puede ser un poderoso lazo.
Mientras iba a su despacho a por los anillos, Joseph recordó sus propias promesas. Probablemente, no lo había hecho muy bien.


El sueño llegó como una sombra, pero alcanzó a __________ con la fuerza de un golpe. De nuevo era su madre, y un túnel, y la figura de un hombre.
Cuando abrió los ojos, estaba sentada en la cama y temblando tanto que tuvo que respirar profundamente varias veces para calmarse.
¿Qué era aquel sueño? ¿Qué la llenaba de tal ansiedad y temor?
¿Debía decírselo a Joseph? ¿Debía ir a su cuarto? Recordando el beso con que había concluido la velada, pensó que no sería muy buena idea. Sus caricias, su voz y, sobre todo, sus besos, empezaban a volverse irresistibles. Pero algo le hacía comportarse con gran cautela, casi con temor.
Sin embargo, estaba segura de no temer a Joseph. Tenía miedo de algo tan intangible como el hombre del sueño.
Salió de la cama, fue al tocador y abrió su joyero. Dentro estaban sus dos anillos. Sabía que, cuando Joseph se los había dado, ambos esperaban algún indicio de reconocimiento. Pero cuando se los puso, sólo vio dos bonitos anillos, nada más.
Con un suspiro, cerró la tapa del joyero, sabiendo que ya no iba a poder dormir más esa noche. Pero sabía con exactitud lo que quería hacer. Revelar sus fotos. El día anterior por la tarde había montado el laboratorio. Pero antes de empezar a revelar tendría que vestirse.
Acababa de sacar unos vaqueros del armario cuando oyó el timbre de la puerta. Era extraño que alguien se presentara tan temprano. Al salir del dormitorio tras ponerse la bata oyó con claridad que alguien golpeaba la puerta.
Encendió las luces de vestíbulo y echó un vistazo por la mirilla. ¡Era un vaquero! Al menos, lo parecía. El hombre llevaba un Stetson negro, camisa a cuadros, vaqueros y botas. La mandíbula, ligeramente cuadrada, resultaba familiar…
La foto de su cartera. Aquel debía ser Nick, el primo de Joseph. Sin pensárselos dos veces, abrió la puerta.
—¡Hola, __________! ¿Tienes una cama vacía para un vaquero agotado?
Nick era casi tan alto como Joseph y tenía los hombros igual de anchos.
—Tu debes ser Nick —dijo __________, sonriendo—. Adelante. Joseph está dormido…
Nick maldijo entre dientes mientras se quitaba el sombrero.
—Había olvidado que no me recordarías.
Al parecer, Joseph había puesto al tanto de lo sucedido a su primo.
—Tengo una foto en la que salís Kevin, Joseph y tú —explicó __________—. Creo que Joseph no te esperaba tan pronto.
—Lo sé, pero, para variar, todo ha ido bien y he podido escaparme antes de lo que espejaba Fred me ha ayudado a descargar a Best Chance.
—¿Best Chance?
—El nuevo caballo de Joseph. He dejado el trailer tras los establos. Será mejor que no te acerques mucho a mí. Apenas he parado unos minutos durante todo el viaje, así que necesito una ducha y cambiarme antes de acercarme a una dama. Si me enseñas el dormitorio en que voy a alojarme…
—¿Qué necesitas más? ¿Dormir o comer? —preguntó __________, sonriendo. Algo le decía que un hombre como Nick podía comerse varias hamburguesas seguidas, y probablemente había conducido el último tramo de un tirón para llegar cuanto antes.
Nick pasó una mano por sus oscuros cabellos.
—Nunca rechazo la comida. Pero no quiero que hagas venir a Pauline por mí…
—No tengo intención de hacerlo. Soy perfectamente capaz de batir unos huevos y meter unos panes en la tostadora.
Nick se disculpó, avergonzado.
—Yo… er… lo siento si te he ofendido, pero nunca te he visto cocinar.
__________ rió.
—No debo haberlo hecho en los últimos cuatro años. Pero si averiguo cómo encender el fuego, no creo que vaya a tener ningún problema. Vamos.
Nick la siguió a la cocina. Mientras __________ abría la nevera para buscar los huevos, él preguntó:
—¿De verdad no recuerdas nada posterior al día que te graduaste en la universidad?
Abriendo un armarito tras otro hasta encontrar un recipiente adecuado, __________ movió la cabeza.
—Anoche tuve un breve destello de memoria y recordé algo sobre Kevin, pero nada más.
—Kevin siempre ha tenido éxito con las mujeres —dijo Nick con expresión irónica—. Todas piensan que es memorable.
—No fue por eso. Creo que tuvo más que ver con su compasivo tono de voz, o algo parecido…
—Eso pretendía ser una broma —dijo—, pero tu amnesia no es nada sobre lo que se pueda bromear. Achácalo a la falta de sueño y al hecho de haber estado en compañía de caballos y vacas durante horas, días, y años.
__________ supo que Nick tenía buen corazón.
—No te preocupes por eso. Soy bastante más dura de lo que parezco.
Nick dio un paso atrás y sus ojos parecieron ver a través de ella.
—Eres diferente.
—Eso está empezando a parecer un viejo dicho. ¿Qué prefieres en tu tortilla? ¿Cebolla, champiñones, pimientos?
—Todo.
—Voy a ver lo que encuentro.
Mientras el café salía y la tortilla se hacía, __________ preguntó a Nick sobre el Star For. Nick era menos parlanchín que Joseph, también menos sociable, pero __________ intuyó desde el principio que se llevaban bien.
Joseph apareció en el umbral de la puerta de la cocina. Su primera expresión fue de sorpresa, pero luego ésta se transformó en cautela al ver la bata de seda de __________, la comida sobre la mesa y el sombrero negro de Nick en la encimera.
—He olido café, pero no esperaba encontrarme un desayuno para dos.
—No he querido despertarte. Estas últimas noches te has acostado muy tarde… —__________ se quedó callada.
—No necesito dormir mucho, __________.
Ella tampoco recordaba eso.
—Si te apetece, queda un trozo de tortilla. Estaré en el laboratorio si me necesitas para algo —mientras pasaba junto a su marido, murmuró—: Puede que quieras reconsiderar cuánto necesitas dormir. Si dedicaras un rato más al sueño, tal vez no te levantarías tan quisquilloso por las mañanas.
Salió de la cocina antes de que alguno de los hombres pudiera reaccionar.

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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

Mensaje por JaamDemczuk Jue 08 Dic 2011, 12:16 pm

Capítulo 5

—¿A qué diablos ha venido eso? —preguntó Nick, dedicando a su primo una severa mirada.
—No sé a qué te refieres —murmuró Joseph, tratando aún de poner la mañana en perspectiva. Había despertado planeando dar un beso de buenos días a __________ y luego salir a correr un rato. Pero, al ir a su habitación, había vuelto a encontrarla vacía. Bajó rápidamente, temiendo una vez más que su memoria hubiera vuelto y que se hubiera ido a pasar su vida con otro. Al verla con Nick, en bata, hablando y riendo…
—¡Por supuesto que sabes a qué me refiero! —gruñó Nick—. No sé a quién tratabas de insultar, si a tu esposa o a mí, pero ella te ha puesto en tu lugar con mucha más dulzura de la que yo habría utilizado, desde luego.
—Es distinta a como era.
—Ella tiene amnesia. ¿Cuál es tu excusa?
Joseph siempre había admirado la capacidad de Nick de ir directo al grano. Pero esa mañana, aquella capacidad le irritaba.
—No estás al tanto de todo.
Nick se apoyó contra el respaldo de la silla y se cruzó de brazos.
—Pues ponme al tanto. Una hora más despierto no supondrá ninguna diferencia.
Joseph sabía que Nick, Kevin y él nunca habían mantenido secretos. Cuando llamó a Nick para informarle de lo sucedido, no habló con él sobre las sospechas que tenía. Tras servirse una taza de café, decidió que ya era hora de ponerle al tanto.
—Creo que __________ estaba teniendo una aventura antes del accidente.
La respuesta de Nick fue inmediata.
—¡Imposible!
—Hubo llamadas sin respuesta. Ella estaba suspicaz… distante. Cuando yo mencionaba la posibilidad de que tuviéramos un hijo, ella cortaba la conversación. Ya conoces a __________. Decía que teníamos tiempo de sobra… Pero cada vez se volvía más silenciosa…
—Se había vuelto más silenciosa con el paso de los años.
—¿Y eso qué significa?
Nick se encogió de hombros.
—No estoy seguro.
—Dime lo que viste, Nick. Yo siempre he trabajado mucho. Ahora empiezo a darme cuenta de la poca atención que he prestado a __________.
—Creo que ella renunció.
—¿A qué renunció? —preguntó Joseph, sin entender.
—A conseguir tu atención —contestó Nick—. Todo lo que siempre quiso __________ fue hacerte feliz. Eso era evidente. Eras siete años mayor que ella, tenías éxito en tu trabajo y necesitabas una mujer socialmente aceptable a tu lado. Y ella lo era. Venía de una buena familia, tenía una educación, era preciosa y se esforzaba por ser exactamente cómo tú querías que fuera.
Las palabras de Nick conmocionaron a Joseph. Su orgullo le hizo ponerse a la defensiva.
—Le di todo lo que podía querer. Nunca se quejó. Nunca dijo que no fuera feliz.
—Creo que era feliz siendo la esposa que creía que tú necesitabas. Sólo te estoy diciendo lo que yo veía. Pero incluso aunque no se hubiera sentido feliz, no puedo imaginarla teniendo una aventura. No __________. No es esa clase de mujer.
La actitud de Nick sorprendió a Joseph. Normalmente, la visión que tenía su primo de las mujeres era bastante cínica, no optimista.
—Entonces, ¿a qué podía deberse su actitud? —preguntó.
—¿No recuerda nada?
Joseph hizo una mueca, pensando en la noche anterior.
—Sólo a Kevin.
—Sí, me lo ha dicho. Y eso te duele.
A veces, Nick podía ser demasiado. Pero lo cierto era que él podía ser objetivo en esos momentos. No tenía una esposa que perder.
—¿Qué más te ha dicho? Estos días nunca sé qué va a salir de su boca.
—No mucho. Pero tengo que decirte algo, amigo. Me gusta como es ahora. Es como la vieja __________, pero mejor —Nick dio un sorbo a su café antes de continuar—. ¿Qué piensas hacer respecto a todo esto? Si ella no recuerda nada de lo que podría haber hecho…
Si al menos las cosas fueran tan sencillas, pensó Joseph. Si él también pudiera olvidar…
—Hace unos días hubo otra llamada sin respuesta. Si __________ estaba viendo a algún hombre, éste se pondrá en contacto con ella. Apostaría mi vida a que así será.
—¿Tu vida o tu matrimonio? —preguntó Nick, alzando una ceja.
Joseph se pasó una mano por el pelo.
—La quiero, Nick. Pero no sé si voy a poder vivir con estas dudas. Y si __________ recuerda…
—Todos tus problemas se resolverían. Averiguarías que estabas equivocado.
Joseph esperaba que su primo tuviera razón. Pero tenía la sensación de que si __________ recordaba, sus problemas no harían más que empezar.
Cuando Nick se acostó, Joseph fue a ducharse. Tras vestirse con unos vaqueros y una camiseta, llamó a Kevin y luego fue a buscar a su esposa. Mientras bajaba al despacho de ésta, __________ salió del cuarto oscuro. Al verlo, se detuvo.
—Iba a asegurarme de que Nick tenía todo lo que necesitaba.
—Ya se ha acostado. Ha puesto el despertador a las once. Piensa que si duerme hasta más tarde le costará conciliar el sueño por la noche.
—¿Cuánto tiempo va a quedarse?
—Hasta el lunes por la mañana. Teme que, si tarda demasiado en volver al rancho, tío Thatcher tome alguna decisión sin él. Esos dos podrían pasarse discutiendo de la mañana a la noche si encontraran un motivo para ello.
—Pero viven juntos, ¿no? —preguntó __________.
—Sí, aunque tratan de no cruzarse demasiado. Ya que Nick está durmiendo, ¿qué te parece si vamos a ver unos coches?
—¿No preferirías salir a cabalgar con tu nuevo caballo?
Joseph pensó que por supuesto que lo preferiría. Pero había hecho una promesa y pensaba mantenerla.
—Te dije que hoy iríamos a elegir un nuevo coche para ti.
—Eso fue antes de que supieras que Nick iba a venir. ¿Sabe Kevin que Nick está aquí?
—Lo he llamado hace un rato. Si viene antes de que tú y yo hayamos vuelto, puede hacer compañía a Nick.
—No necesito ir a ver los coches hoy, Joseph. Ve al establo hasta que Nick se despierte o llegue Kevin —al ver que Joseph dudaba, __________ añadió—: En serio. No me importa. El lunes voy a salir. Entonces iré a ver algún coche.
—¿Tú sola?
—¿Acaso crees que una mujer no puede comprar un coche por su cuenta? —había cierto desafío en el tono de __________, pero también diversión.
—Preferiría no apostar nada al respecto —dijo Joseph, sonriendo—. ¿A dónde vas el lunes?
—Necesito algunos marcos para las fotos que estoy revelando.
De pronto, Joseph recordó algo más que había dicho que harían.
—Vamos a ver tus fotos. A esta hora no hará mucho calor en el ático.
—¿No despertaremos a Nick?
—Podría dormir en medio de un bombardeo. Además, estaremos en el otro lado de la casa.
—¿Y Best Chance?
—Best Chance puede esperar a que veamos tus fotos —impulsivamente, Joseph tomó la mano de __________—. Vamos.
Ella miró su mano y luego le dedicó una sonrisa tan genuina que Joseph casi sintió dolor.
—De acuerdo —dijo __________—. Vamos a ver si encontramos algo para decorar mis paredes.
Mientras subían, pensó que tanto Joseph como ella esperaban que aquella excursión a la tercera planta sirviera para algo más que para elegir unas fotos. Quería recordar su vida con él, las emociones que debió sentir.
Joseph se detuvo ante la puerta del ático y la tomó con suavidad entre sus brazos. Había un torbellino en sus ojos marrones. Algo que quería decir. Pero en lugar de hablar inclinó la cabeza y besó a __________. Fue un beso muy distinto al de la noche anterior, lleno de dulzura, deseo y anhelo. Cuando alzó la cabeza, soltó la mano de __________ y abrió la puerta.
Cinco escalones llevaban a un rellano del que partían otros cinco hasta el ático. El sol entraba a raudales en éste por dos claraboyas. Joseph señaló varias cajas de cartón que había en un extremo.
Cerca había un pequeño sofá cubierto con una sábana. Joseph retiró ésta e hizo una seña para que __________ se sentara. Luego empezó a sacar fotos enmarcadas de las cajas de cartón y las fue poniendo a los pies de __________.
Observándolas, ella reconoció de inmediato algunas que tomó en la universidad. Trató de recordar un momento y un lugar para las otras. Mientras se concentraba en una en la que aparecían tres niños que hacían cabriolas en los aparatos de un gimnasio, sus ojos empezaron a empañarse.
—Relájate, __________ —dijo Joseph con suavidad—. No te esfuerces.
Mientras él seguía dejando fotos ante ella, ya sin enmarcar, __________ se preguntó si alguna significaría algo para él. Casi todas las fotos eran de niños, animales o paisajes bucólicos. Pero entonces Joseph sacó una de un cielo tormentoso, y otras cuantas de una ciudad, con vendedores callejeros, vagabundos y fachadas de un teatro y algunos edificios que habían visto mejores días.
—¿Nueva York? —preguntó.
Joseph asintió.
__________ se sintió decepcionada al no reconocer nada.
—¿Y las fotos en las que salimos nosotros… de nuestra luna de miel, de las vacaciones?
—Nuestros álbumes están abajo.
—Vamos a mirarlos. Deja esto como está y yo elegiré más tarde las que quiero.
—De acuerdo. Voy a por los álbumes, que están en lo alto del armario de mi dormitorio.
Mientras Joseph bajaba, __________ pensó en lo que podría pasar si miraran las fotos de los álbumes en el dormitorio, a escasa distancia de la cama. Imaginó a Joseph besándola, casi pudo sentir cómo la acariciaba…
¿Era un recuerdo o un deseo?
Joseph volvió enseguida con tres álbumes de fotos. __________ tomó uno de ellos, lo abrió y miró las fotos de su boda. No dejó de buscar algún indicio. Cualquier cosa. Pero sus sonrisas y las de Joseph parecían pertenecer a otra pareja. Cuando vio una foto en la que aparecía junto a su madre, su corazón empezó a latir más deprisa y su respiración se aceleró.
—¿Qué sucede, __________?
—Yo… no sé. Supongo que es porque la echo mucho de menos… —de pronto tuvo una visión de sí misma en aquel ático. Estaba sentada en el suelo, con varias cajas y papeles alrededor. Cerró los ojos y se vio sacando una carta de un sobre. Luego nada. Nada.
Tomándola con suavidad por la barbilla, Joseph le hizo volver el rostro.
—¿__________?
Su corazón aún latía aceleradamente y sentía una ansiedad parecida a la que se apoderó del ella el primer día, cuando Joseph entró en el baño sin llamar, y cuando creyó que iba a besarla. Se apartó de él de nuevo… confundida. Y, de inmediato, vio la preocupación en su rostro.
—Recuerdo haber estado aquí arriba, revisando unas cajas llenas de cartas y papeles…
—Tras la muerte de tu madre nos ocupamos de inmediato de sus papeles. Lo tenía todo muy ordenado en un motón de cajas y subimos varias aquí. El año pasado empezaste a revisarlas. Terminaste con esa caja de ahí.
__________ se sintió conmocionada sin saber por qué. Respiró profundamente y cerró el álbum.
—¿Te importa si seguimos con esto más tarde? Vamos a ver a Best Chance.
Joseph no la tocó, pero parecía querer hacerlo.
—Háblame, __________. No te cierres a mí.
Los ojos de __________ se llenaron de lágrimas.
—No me estoy cerrando a ti. Es como recordar algo y, sin embargo, no recordarlo. Es tan difícil de entender.
Joseph pasó un brazo por los hombros de __________ y la estrechó contra sí.
—¿Quieres que llamemos a la doctora Coswell?
En esa ocasión, __________ no trató de apartarse. Joseph era la fuerza, el cariño, la estabilidad, y, a pesar de lo que hubiera sentido antes, ahora sus sentimientos hacia él se volvían cada vez más profundos.
—No, no hace falta que la llamemos. Creo que lo que está pasando es precisamente lo que ella dijo. Sólo tengo que dejar que los recuerdos vengan y esperar que acaben uniéndose hasta que adquieran coherencia.
Joseph apoyó la barbilla en lo alto de su cabeza y permaneció en silencio. __________ sabía que él también esperaba que recordara pronto.


La música surgía de los altavoces del escenario mientras un cuarteto interpretaba canciones populares el sábado por la tarde.
Nick estaba sentado frente a __________ y Joseph, con el ceño fruncido.
—No sé por qué dejo que me traigáis a sitios como este cada vez que vengo a veros.
—Tenías que comer —dijo Joseph, sonriendo.
—Había comida de sobra en la casa. Pauline mantiene la nevera bien llena —gruñó Nick.
—Hace años que Kevin y yo decidimos aprovechar cualquier oportunidad para ponerte en un entorno civilizado, alejado de vacas y caballos. Mira a tu alrededor, vaquero, y amplía tus horizontes.
Nick entrecerró los ojos mientras comía su última patata frita.
—Kevin y tú me habéis traído aquí para algo más que para comer. Si no me cayeras bien, bailaría el resto con la tarde con tu esposa y dejaría que tú te las apañaras con el tipo de educadas señoritas que Kevin quiere presentarme. No veo por aquí ninguna con aspecto de estar dispuesta a limpiar un establo o a dormir al aire libre, bajo las estrellas.
—No sé —dijo __________—. Esa morena con la que está hablando Kevin ahora mismo podría dar el tipo.
Nick movió admonitoriamente el dedo hacia ella.
—No me digas que te has aliado con estos dos. Creía que estabas de mi parte.
—Y lo estoy. Pero Kevin me ha dicho que trabajas demasiado y que necesitas un poco de diversión.
—Creo que eso también podría aplicarse a alguien que conozco —replicó Nick, mirando fijamente a Joseph.
Pero Joseph no picó el anzuelo. Estaba en el ruedo, luchando con sus propios diablos. Por eso había insistido en que __________ los acompañara esa noche. Quería que se divirtiera un poco. Que ambos se divirtieran juntos.
En ese momento, Kevin volvió a la mesa con una esbelta rubia que lo había tomado por el brazo. La morena en que __________ se había fijado los acompañaba.
—Esta es Sharon, una vieja amiga —dijo Kevin, deslizando un brazo en torno a la cintura de la rubia. Luego, señalando a Nick, dijo—: Y esta es Tamara, primo. Asegura que conoce el típico pase de baile tejano, y si podemos convencer a la banda para que toque un tema adecuado, tú serás su pareja.
Nick miró a la morena y se encogió de hombros.
—Puedo bailar bailes tejanos y temas lentos.
Casualmente, la banda empezó a tocar una balada.
Kevin miró a su primo con las cejas alzadas y Nick se puso en pie.
—¿Quieres bailar? —preguntó a Tamara.
Kevin se inclinó hacia Joseph y __________.
—Nos vemos luego.
Joseph rió.
—Kevin siempre ha conseguido que Nick haga cosas que yo nunca consigo que haga.
__________ se acercó a él para hacerse oír por encima de la música.
—Gracias por incluirme en el grupo esta noche. He disfrutado escuchando vuestras aventuras veraniegas en el Star Four.
Su pelo prácticamente rozó la mejilla de Joseph, su perfume lo rodeó y su risa le sonó a música.
—Temía que te aburrieras.
__________ sonrió.
—En absoluto.
Aquella sonrisa… Joseph sintió la imperiosa necesidad de tenerla en sus brazos.
—¿Te gustaría bailar?
Cuando __________ asintió, él se levantó rápidamente y la condujo hasta la pista de baile. Allí la tomó entre sus brazos y la atrajo hacia sí. __________ era el sol y la risa y toda una mujer… lo que él siempre había querido de una esposa. Tal vez no lo había apreciado hasta ahora. Había dado demasiadas cosas por sentadas. No sólo su plena dedicación al matrimonio, sino también su presencia al final de cada día, su habilidad para hacerle sentir que él era lo prioritario en su vida. Al menos hasta hacía seis meses.
¿Le había dicho la verdad en el ático hoy? ¿O había recordado más de lo que había reconocido?
Joseph se aclaró la garganta y dijo:
—Siempre te llevaste bien con Kevin, pero parece que Nick y tú también tenéis mucho de qué hablar.
Aquella tarde, después de preparar a Best Chance, Kevin y él habían salido a cabalgar. Cuando volvieron, Nick y __________ mantenían una apasionada conversación sobre la cría de caballos.
__________ movió una mano sobre el hombro de Joseph, alertando cada nervio de su cuerpo. Tenía los dedos muy cerca de su cuello, y la idea de que lo tocara hizo subir varios grados la temperatura en la pista de baile.
Ladeando la cabeza, __________ lo miró a los ojos.
—Me gusta Kevin, pero… me mira como tú lo haces a veces. Como si conociera algún secreto sobre mí. Sin embargo, Nick me acepta tal y como soy.
Tan directa… tan abierta respecto a sus pensamientos. ¿Era la soledad la causa de que se hubiera vuelto tan reservada? ¿Llegó a creer que él no quería escuchar lo que pensaba?
Nick creía en la lealtad de __________. Joseph deseaba que creer fuera tan fácil como tomar una decisión.
—No quiero secretos entre nosotros, __________.
—Pero los habrá hasta que recuerde, ¿no?
No era una pregunta fácil y Joseph no tenía un modo sencillo de responderla. Sin decir nada, atrajo a __________ hacia sí, necesitando sentirse conectado a ella, esperando encontrar el lazo de unión que una vez compartieron. En lugar de ello encontró ardiente deseo. No podía estar tan cerca de ella sin desear llevársela a la cama.
No había forma de ocultar su excitación.
—Te deseo —murmuró junto a su oído. Sintió el temblor que la recorrió, esperando que por su mente pasaran pensamientos tan eróticos como los suyos. Cuando la besó en la mejilla, ella le rodeó el cuello con los brazos.
—Tal vez deberíamos volver a la mesa —susurró __________.
—¿No te gusta bailar conmigo así?
—Sí me gusta… pero no quiero que creas que esto nos va a llevar a…
Cuando la voz de __________ se apagó, Joseph acabó la frase por ella.
—A la cama —sintió que ella se apartaba ligeramente y se preguntó si la sinceridad podría llegar a ser un obstáculo entre ellos.
Entonces, con una ternura totalmente inesperada, __________ le acarició la mandíbula.
—Espero recordar todo pronto. Yo tampoco quiero que haya ningún secreto entre nosotros.
¿Y si realmente llegaba a recordarlo todo?
Joseph la besó entonces, en medio de la pista, diciéndose que tenerla entre sus brazos, tan cerca, por excitante y frustrante que fuera saber que no podía llevar su deseo más allá, era mejor que dejar que se marchara.
Cuando Kevin y su pareja pasaron junto a ellos, rozándolos, Joseph apenas se dio cuenta. Estaba demasiado ocupado saboreando el momento y castigándose por no haberlo hecho más en el pasado.


El lunes por la mañana temprano, Joseph y Kevin acompañaron a Nick a su vehículo. Kevin había ido a desayunar con ellos y __________ ya se había despedido de Nick en casa.
—Es una pena que tengas que irte tan pronto —dijo Kevin—. Podríamos jugar otros partidos de tenis. O mejor aún, yo podría presentarte a otra de las amigas de Sharon.
Nick frunció el ceño.
—Si no vuelvo, papá podría excederse trabajando. Se supone que Mack tiene que mantenerlo controlado, pero eso es muy difícil. Y en cuanto a volver a buscarme una pareja… no conoces mi tipo.
—¿Cuál es tu tipo? —preguntó Joseph, sinceramente interesado.
Hubo un largo momento de silencio.
—Que me aspen si lo sé —dijo Nick, quitándose el sombrero y golpeándolo contra su pierna—. O puede que lo sepa. Hice algo estúpido.
—¿Qué clase de «algo»? —preguntó Kevin.
Nick miró a Joseph.
—¿Recuerdas la noche que me llamaste para decirme que mi padre había sufrido un ataque al corazón?
—¿A aquel rancho en Montana? —a Joseph le costaría olvidar aquella noche. Recibió una frenética llamada de la asistenta de Thatcher, que estaba buscando a Nick. Él llamó a Montana, pues sabía que su primo estaba allí.
—Sí. El tipo que contestó… cuando se presentó casi me encontró… nos encontró —Nick maldijo entre dientes—. Me acosté con una virgen de veintiún años. Sin protección.
Los tres primos habían hecho un pacto varios años atrás para tener cuidado en aquellos casos, tanto por ellos mismos como por las mujeres. Si Nick no había tenido cuidado, Joseph estaba seguro de que había un buen motivo… incluso aunque su primo aún no lo supiera.
—¿Así acabó todo? —preguntó.
—Me fui esa noche. Ella ni siquiera sabe cuál es mi apellido. Ya sabes que entonces me hacía llamar J.T., y me fui sin volver a hablar con ella.
—¿Y qué vas a hacer? —Joseph estaba preocupado por Nick. Desde el ataque sufrido por su padre había asumido cargas y responsabilidades que en realidad no quería tener.
—Suelo pensar en llamarla, en escribirla… Pero es diez años más joven que yo —movió la cabeza—. Aunque tal vez será mejor que no lo haga —encogiéndose de hombros, añadió—: Además, no es vuestro problema. Tengo que resolverlo yo —volvió a ponerse el sombrero y palmeó sucesivamente la espalda de sus primos—. Venid a visitarme. Así mi padre se distraerá un poco y me dejará en paz.
Con el destello de una sonrisa que muy raramente asomaba a sus labios, Nick subió al trailer y lo puso en marcha.
—Fuera quien fuera esa chica, le llegó al corazón —dijo Kevin, mientras el vehículo se alejaba.
Joseph permaneció en silencio, pero estaba totalmente de acuerdo.


El lunes por la mañana, a última hora, __________ pagó al taxista y bajó frente a la galería Seneft, pensando en el fin de semana. Joseph había estado irresistible.
Y Sexy, y en su corazón anidaban sentimientos que no podían haber surgido en una mera semana. Su corazón y su alma lo sabían, aunque no lo recordara. Habían pasado un fin de semana muy agradable.
El día anterior, los padres de Joseph habían invitado a todos a comer, y antes, Nick, Kevin, Joseph y su padre jugaron al tenis. La tarde estuvo llena de sol y risas. Nick no se parecía en nada a un vaquero con los pantalones cortos y la camiseta que le había dejado Joseph y con la raqueta que le había dejado Kevin. De hecho, __________ sentía que Nick se escondía tras su fuerte, silenciosa y dura fachada para protegerse. Pero no había descubierto por qué.
Esperaba que volviera a visitarlos pronto. O tal vez podían ir ellos a su rancho… __________ comprendió de repente que quería un futuro con Joseph, pero para eso él tenía que contarle lo que le preocupaba, lo que se interponía entre ellos. Porque estaba segura de que había algo.
La galería Seneft Siempre fue uno de sus lugares favoritos durante sus vacaciones. Solía ir a visitarla siempre que podía. Cuando entró, comprobó que el lugar había cambiado bastante respecto a como lo recordaba.
No reconoció al hombre que había tras el mostrador. Era atractivo, de unos treinta y cinco años, con un bigote castaño que se movió cuando sonrió.
—¿Puedo ayudarla?
Tras dejar el bolso en el mostrador, __________ sacó de un sobre grande las fotos que había seleccionado.
—Me gustaría enmarcar estas fotos. Tengo entendido que ahora también se hacen estos trabajos en la galería. Cuando venía, sólo estaba dedicada a las exposiciones.
El hombre alargó una mano hacia ella.
—Dave Hedgewick. Le compré la galería a George hace un año. La sección de enmarcar es un indicio de los tiempos que corren. La galería llevaba varios años perdiendo dinero, pero con esa pequeña ampliación del negocio puedo mantenerla abierta.
__________ estrechó la mano del hombre y luego colocó las fotos sobre le mostrador.
—Quiero elegir colores complementarios para los marcos. Estoy pensando en dos grupos distintos.
Mientras estudiaba las fotos, Dave tomó los muestrarios de los marcos. Luego miró a __________ especulativamente.
—¿Es aficionada o profesional?
—Nunca he vendido ninguna —al menos, __________ no recordaba haberlo hecho—. Pero me gustaría abrir mi propio estudio.
—¿Tiene más fotos?
__________ rió.
—Varias cajas llenas y dos carretes que revelé ayer.
—¿Ha visto el cartel que hay a la entrada?
Ella negó con la cabeza.
—He organizado una exposición de nuevos artistas para el fin de semana del dieciocho de mayo. Habrá una recepción el sábado por la noche y la galería estará abierta el domingo. ¿Le gustaría participar? De momento van a exponer dos acuarelistas y una ceramista. Sus fotografías podrían añadir una nueva dimensión a la exposición.
—¿Quiere mostrar mi trabajo?
Él hombre sonrió.
—Sí, si podemos tenerlo enmarcado a tiempo. ¿Podría volver mañana con más fotos?
—Por supuesto. ¡Es estupendo!
—Será incluso más estupendo si se venden. Y creo que se venderán. Tiene talento, señorita… —Dave esperó a que __________ le diera su nombre.
—__________… __________ Jonas.
—La esposa de Joseph Jonas. Recuerdo haber leído sobre su accidente. Su foto salió en el periódico junto con noticia. Parecía algo serio. Me alegra ver que se ha recuperado.
—Gracias —__________ no vio motivo para entrar en el tema de su amnesia.
—Deje que le enseñe la galería mientras hablamos de mi comisión y sus beneficios.
__________ siguió a Dave Hedgewick a la sala de exposiciones. ¡No podía esperar a decírselo a Joseph! Se iba a sentir muy orgulloso de ella.


__________ estaba sentada en el suelo del ático, tratando de decidir qué fotos llevar a la galería al día siguiente. También estaba pensando en el vehículo que había visto que mejor se adaptaba a sus necesidades, cuando oyó las pisadas de Joseph en la escalera. Alzó la mirada y sonrió al verlo entrar.
Había llegado a casa antes de la comida. Con la corbata aflojada y la camisa arremangada parecía más relajado que la semana anterior. El fin de semana le había servido para descansar.
—¿Qué tal te ha ido el día? —preguntó, acercándose a __________.
Ella quiso levantarse, acariciarle el rostro y besarlo. Sin saber si el impulso provenía del presente o el pasado, y no sintiéndose suficientemente libre como para seguirlo, permaneció sentada.
—Me ha ido muy bien.
Joseph se sentó junto a ella y tomó una foto de dos cisnes en un lago. El perfil de sus elegantes cuellos formaba un corazón.
—¿Has elegido coche?
—He encontrado uno que me gusta mucho. Aún no lo he conducido. El vendedor me ha llevado en él. Pero es justo lo que necesito. Solo que… no es del concesionario al que me enviaste. No es un coche de lujo. Es un todo terreno con tracción a las cuatro ruedas.
Joseph dejó caer la foto.
—¿Qué?
—Oh, Joseph, es estupendo. Los asientos traseros se doblan y dejan sitio suficiente para que pueda meter todo mi equipo fotográfico. Puede ir a cualquier lugar. Si quiero entrar por un camino embarrado para hacer una foto, podré hacerlo. Es justo lo que necesito.
Joseph volvió a ponerse en pie, dominando el espacio con su altura.
—Estás viva porque conducías un coche sólido y bien construido. No quiero que arriesgues tu seguridad comprando algo peor.
—No sabía que necesitaba tu aprobación para elegir el coche. Y por supuesto que no quiero arriesgar mi seguridad. Puede que no recuerde el accidente, pero sé que ha cambiado mi vida. He traído información sobre el coche, incluyendo los informes de una revista del consumidor. Dime algo, Joseph; ¿me has tratado siempre como a una niña? ¿Y yo lo aguantaba?
La frente de Joseph se arrugó y sus ojos brillaron de enfado.
—Sólo porque me preocupe tu seguridad…
Sintiéndose en desventaja, __________ se levantó del suelo.
—No. Lo que quieres es tomar decisiones por mí. ¿Te dejaba hacerlo porque tú ganabas dinero y yo no?
—¡Esto no tiene nada que ver con el dinero! —explotó Joseph—. Nunca discutimos por el dinero.
__________ no se arredró.
—Recuerdo que dijiste que nunca discutíamos. ¿No me sentía con derecho a expresar mi opinión? ¿Hacía siempre lo que tú querías?
Joseph maldijo y se volvió.
—Haces que parezca que te trataba como un dictador…
__________ lo tomó por el brazo antes de que pudiera alejarse.
—¿Lo hacías?
—¡No! —Joseph la sujetó por los hombros—. No, no lo hacía. Y tú no eras así. Nunca cuestionabas mis motivos. Confiabas en mi criterio.
—¿Confiabas tú en el mío?
—__________…
—¿Confiabas? ¿Tomaba yo alguna vez una decisión importante?
—Tomabas toda clase de decisiones para las obras de caridad…
—Me refiero a decisiones relacionadas con nuestras vidas, con nuestro matrimonio.
Joseph dejó caer las manos y se apartó.
—No querías tomar decisiones sobre coches y decoraciones. Dejabas que yo lo hiciera.
—¿Me casé contigo y perdí mi personalidad?
—¿Por qué no puedes dejarlo de una vez?
—Porque necesito saber por qué me convertí en otra persona. Por qué dejé que dirigieras mi vida. Por que no fui tras mis sueños.
—Puede que tus sueños cambiaran —dijo Joseph en voz baja, cargada de frustración.
—¿Te convertí en mi mundo hasta que nada más me importó? —preguntó __________, luchando por encontrar su identidad.
Cuando Joseph la miró, ella vio en sus ojos un destello de repentina comprensión.
—Tal vez sí.
__________ entendía que si había amado a su marido con todo su corazón, los deseos de éste se hubieran convertido en todo para ella. ¿Pero y los suyos? ¿La había amado él con tanta intensidad?
—Supongo que simplemente sucedió. No hay por qué culpar a nadie —dijo, para tranquilizar a Joseph tanto como a sí misma.
—No, supongo que no hay por qué culpar a nadie —la expresión de Joseph había cambiado, se había vuelto más cerrada.
—Pasara lo que pasara en el pasado, Joseph, ahora necesito más independencia.
—Eligiendo tu propio coche.
—Esa es una forma. Pero hay más.
—Me asusta preguntar —dijo él, con expresión preocupada.
El accidente de __________ no sólo había cambiado la vida de ésta; también había cambiado la de Joseph.
Cada día suponía un nuevo ajuste para ambos.
—Te he dicho que he pasado un día estupendo. No sólo he elegido el coche —el silencio que había en lo alto de la casa magnificaba las vibraciones que había entre ellos, urgiendo a __________ a redescubrir lo que tuvieron o a encontrar algo aún mejor—. Cuando he ido a la galería con las fotos, Dave me ha dicho que le gustaban. Quiere incluir mi trabajo en una exposición que va a organizar para dentro de tres semanas. Puede que logre venderlas y empezar a tener una reputación.
—¿Dave? —preguntó Joseph.
__________ y el dueño de la galería habían acabado tuteándose con toda naturalidad.
—Sí. Dave Hedgewick. Me ha dicho que le compró la galería a George Seneft hace un año.
—¿Lo recordabas?
Sin comprender la severidad del tono de su marido, __________ repitió:
—No. Cuando le dije mi nombre, él me reconoció a mí. Dijo que había visto mi foto en el periódico.
—¿Por qué quiere exponer tus fotos?
Joseph parecía cauteloso y suspicaz.
—Porque cree que tengo talento. ¿Acaso te parece imposible?
—¿Estás segura de que no quiere tus fotografías porque tienes un apellido conocido y eso puede atraer a clientes ricos? ¿O por que…?
En esa ocasión fue __________ la que se volvió y se encaminó hacia las escaleras. Antes de empezar a bajar se detuvo.
—A veces quiero lanzarme entre tus brazos y otras desearía golpearte en la cabeza. Puedes ser tan… tan machista a veces. Voy al cuarto oscuro. Si decides que esto puede emocionarte tanto como a mí, podemos hablar al respecto. Si no, preferiría que te guardaras tu opinión.
Mientras bajaba, creyó oír maldecir a Joseph. Creyó oír que la llamaba.
Pero necesitaba la paz del cuarto oscuro, y esperaba recordar pronto por qué había renunciado a su pasión por la fotografía.
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Mensaje por jonas_dayi_avril Jue 08 Dic 2011, 5:05 pm

NUEVA LECTORAAAAAAAA
siguelaaaaaaaaaaa me encanta
quiero saber que escondia la rayis antes de perder la memoria
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
jonas_dayi_avril
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 5:37 pm

Ayy, ya quiero saber que pasa. Cada vez me quedo con más intriga. El matrimonio se volvió un quilombo total, jajaj. Seguila jamsita.
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 5:38 pm

Quiero pasar a la página 3, mierdaaaaaa! JAJAJA.
Cande Luque
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 5:38 pm

Pone un cápitulo para tus lectoras lindas ;P
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Mensaje por JaamDemczuk Jue 08 Dic 2011, 5:43 pm

Capítulo 6
__________ solia ser azúcar. Ahora era una frustrante mezcla de azúcar con especias, pero Joseph debía admitir que esa mezcla le gustaba. El problema era que si no aprendía a tratar con ella, podría abandonarlo… y esa vez para siempre.
Mirando las fotos dispersas por el suelo del ático, se dio cuenta de la personalidad que tenían; eran unas imágenes simples y a la vez complejas. __________ no se limitaba a sacar fotos. Analizaba el encuadre y la luz en busca del mejor efecto.
Atraído por su trabajo como nunca hasta entonces, se sentó donde ella había estado y contempló las fotos una a una, tratando de encontrar en ellas a __________. ¿Había llegado a conocer realmente a la mujer con que se había casado?
Debía acudir a ella para convencerla de que se arrojara entre sus brazos en lugar de golpearlo en la cabeza. Casi sonrió hasta que recordó por qué se había enfadado __________ con él. Tenía toda la razón…
Excepto…
¿Sería cierto que acababa de conocer a David Hedgewick? Aparentemente, __________ había acudido a la galería con un propósito totalmente inocente. ¿Y si se había sentido impulsada a ir porque conocía a aquel hombre de antes?
¿Y si era Hedgewick quien había llamado y colgado?
La idea no era tan descabellada. __________ y aquel hombre podían tener intereses comunes. Aunque ella no fuera consciente de una relación pasada, el dueño de la galería podía manipularla para que pasara más tiempo con él. La próxima exposición era una excusa perfecta.
Joseph sospechaba que las personas tenían patrones de comportamiento, incluso las personas con amnesia. Pero antes de empezar a divagar debía obtener información y cerciorarse de lo que sucedía.
Media hora y unas cuantas llamadas telefónicas después no había podido alejar sus sospechas. Hedgewick había comprado la galería hacía un año. En lugar de ser un hombre mayor y casado, como Joseph esperaba, estaba divorciado y tenía treinta y seis años. Además, tenía un hermano en Elmira, un lugar que no se encontraba muy lejos de Binghamton.
¿Estaba siendo paranoico? ¿Podía ser todo una coincidencia?
Sabía que no podía impedir que __________ tomara parte en aquella exposición conjunta. Además, no quería hacerlo si era lo que ella deseaba. Pero sí podía entretenerla. Debía convencerla de que el matrimonio podía ser más ardiente y excitante que cualquier otra aventura.
Decidiendo que no había mejor momento que el presente, se encaminó hacia el laboratorio.
Al ver la luz roja del cuarto oscuro encendida y oír la música que sonaba en el interior, llamó con los nudillos.
—Un momento —dijo __________ que, tras bajar la música, abrió la puerta.
Una hilera de fotos aún húmedas colgaban con pinzas de una cuerda.
—¿Puedo echar un vistazo? —preguntó Joseph.
__________ se apartó de la puerta con evidente cautela. Él pensó que no podía culparla.
Tras mirar las fotos, dijo:
—Son buenas, __________.
—Algunas lo son. Otras podían ser mejores.
—Tienes talento. Si te he insultado antes, no pretendía hacerlo.
—¿Sí? —repitió __________.
—Nunca he sido muy bueno disculpándome.
—Si nunca discutíamos, supongo que tampoco necesitábamos disculparnos.
Joseph no pudo discernir si __________ estaba siendo sincera o sarcástica. Aquella mujer le rompía los esquemas. Alargando las manos hacia ella, dijo:
—Ven aquí.
Tras dudar brevemente, __________ se acercó.
—Quiero que seas feliz. Quiero que estés a salvo.
—Y no quieres que altere tu mundo.
Joseph estuvo a punto de enfadarse de nuevo, pero enseguida comprendió que __________ tenía razón. Su nota había puesto patas arriba su mundo, y todavía no había vuelto a asentarse.
—Lo que yo quiera no parece importar. Entre tú y el destino…
—Sí me importa que tú quieras —dijo __________ con suavidad—. Pero también importa lo que yo quiera. Tu respeto es tan importante como cualquier cosa que suceda entre nosotros.
—Siempre te he respetado __________.
—Sabes que cuentas con ventaja en esto, ¿verdad? Tengo que confiar en lo que tú me digas para averiguar cosas sobre mí misma… sobre nosotros. Eso me da miedo.
Joseph sintió la imperiosa necesidad de tocarla. Estaban tan cerca… la deseaba tanto… Tomó el rostro de __________ entre sus manos, inclinó la cabeza y buscó su boca con un ansia que debería haberlo asustado. Pero no fue así. Simplemente alentó su deseo, urgiéndolo a ladear la cabeza para saborearla mejor, para despertar en ella el mismo fuego que ardía en él.
La música sonaba en el fondo con suavidad. __________ besó a Joseph como si fuera su marido, no como a un hombre que creía no conocer. Sentir sus manos en el rostro, en el pelo, le produjo tal sensación de pertenencia que los ojos se le llenaron de lágrimas. ¿Cómo no iba a responder a su pasión?
El beso cambió de fiero deseo a pura seducción Joseph acarició con su lengua la de __________, tentándola, retirándose, volviendo a tentarla. Un momento después estaba desabrochándole la blusa.
De pronto, __________ se dio cuenta de que aquello era una seducción, tal vez deliberada, y no podía permitir que siguiera adelante. Con el corazón latiéndole con más fuerza de la que creía posible, se echó hacia atrás y cubrió las manos de Joseph con las suyas.
—Deja que suceda —susurró él.
Ella vio la necesidad que había en sus ojos y casi cedió. Pero supo que si lo hacía no habría marcha atrás. Aún no confiaba en él tanto como para eso. Ni en sí misma.
—¿Es este el motivo por el que has bajado? ¿Para que «sucediera»?
En lugar de enfadarse, como __________ imaginaba que sucedería, Joseph respiró profundamente y dijo:
—Sí, supongo que sí. Te deseo, __________. Y tú me deseas a mí. ¿Por qué no tomar lo que deseamos?
—Porque no estaría bien, Joseph. Aún tengo tantas preguntas… tantas piezas que no encajan en la imagen. En lo referente a nosotros, lo único que tengo son sentimientos y algunas vagas sensaciones. Antes de que llamaras estaba escuchando un CD que he encontrado en mi despacho. Es de un musical de Broadway. La música me emociona, me hace llorar. ¿Por qué? ¿Porque es muy bella? ¿O por que significa algo especial para mí? ¿O para nosotros?
Tras una pausa, Joseph dijo:
—Viste esa obra en Nueva York, en otoño.
__________ trató de leer su expresión, pero no pudo.
—¿Podemos volver a verla? Si acudo al teatro, si me siento allí de nuevo a verla, puede que surja algún recuerdo.
Joseph asintió.
—De acuerdo. ¿Cuándo quieres ir?
—Sé que para ti puede ser complicado dejar tus ocupaciones…
—¿Quieres que vayamos en cuanto consiga las entradas?
—Sí, me gustaría.
Joseph alzó una mano y acarició la mejilla de __________.
—Yo me ocupo de conseguir las entradas. Cuando estemos en Nueva York podemos crear nuevos recuerdos en lugar de limitarnos a tratar de revivir los antiguos —dejó caer la mano y se acercó a la puerta—. Pauline tendrá lista la comida enseguida.
—Subo en unos minutos. Quiero dejar el laboratorio recogido.
Joseph asintió.
—¿Crees que lo de Nueva York es buena idea? —preguntó __________.
—Creo que si es algo que necesitas hacer, debes hacerlo. Te espero arriba.
__________ sólo podía fiarse de sus sentimientos. Y en esos momentos volvía a sentir que Joseph le ocultaba algo. ¿Averiguaría qué era en Nueva York?


Al día siguiente, en su despacho, Joseph sostuvo el auricular mientras esperaba a que su madre se pusiera al teléfono. No sabía cómo reaccionaría a su petición, pero la noche pasada había decidido cuál sería el mejor camino a tomar.
La noche pasada.
Mientras comían, __________ y él habían hablado sobre cosas sin importancia. Luego fueron a dar un paseo y después jugaron al Scrabble. En conjunto, fue una tarde muy agradable, y cuando se besaron para darse las buenas noches, Joseph pensó n Nueva York y en el peligro que estaba a punto de correr.
Era necesario.
—Buenos días, hijo. ¿Sucede algo malo? —preguntó su madre.
Normalmente, Joseph no llamaba nunca a sus padres durante el día.
—No, no sucede nada malo. Quería pedirte un favor.
—Lo que quieras. Ya lo sabes.
Recordando que su solicitud para vivir en casa en lugar de en el internado fue repetidamente denegada, que cuando pidió a sus padres repetidas veces que fueran a visitarlo en verano a Star Four su padre siempre estaba ocupado, no sentía especial confianza en la predisposición de su madre a ayudarlo.
—__________ y tú vais a comer juntas mañana. Probablemente mencionará el viaje que vamos a hacer a Nueva York.
—¡Eso es maravilloso! Le sentará muy bien. Le encantó el musical que vimos juntas en otoño. Fue una pena que tú tuvieras que cancelar a última hora el viaje y que yo fuera con ella en tu lugar.
—Ese es el favor que quería pedirte. No le digas que fuiste con ella.
—¿Por qué no?
—Es complicado madre. Pero su doctora piensa que es mejor que recuerde por su cuenta. Después de que vayamos a ver la obra, y si hacerlo le trae algún recuerdo, le diré que no fui yo quien la acompañó la primera vez.
—¿Es esa la única razón?
—No sé a qué te refieres.
—Joseph, ya sabes cuánto quiero a tu padre, pero él antepone los negocios a nuestra vida personal. Tú siempre has hecho lo mismo. Me pregunto si el accidente de __________ te ha enseñado que ella es más importante que cualquier reunión de negocios que puedas tener. No me parece un buen comienzo que le ocultes algo.
Joseph apoyó un codo en el escritorio, mirando su agenda del día. Siempre había vivido siguiendo su agenda, en parte porque siempre había visto a su padre hacerlo.
—Mi situación con __________ no es fácil. Y sólo pienso ocultarle esta información hasta después de ver el musical. Entonces, si no lo recuerda por sí misma, se lo diré.
—Espero que sepas lo que haces. Hace tiempo que decidí aceptar mi vida con tu padre tal como es. Pero __________ es una mujer de otra generación, y ahora expresa sus opiniones con más fuerza que antes del accidente. No la subestimes.
Joseph permaneció un momento en silencio.
—¿Te contó __________ algo sobre nuestra relación antes del accidente? —preguntó, finalmente—. ¿Te dijo que era infeliz?
Su madre no dudó al contestar.
—Creo que se sentía sola. Te aseguro que conozco los síntomas. Y creo que durante los últimos meses le preocupaba algo. Pero yo no quería inmiscuirme y ella no me hizo ninguna confidencia.
—El destino me ha dado la oportunidad de hacer algunos cambios. Pero si ella recuerda…
—__________ lo recordará todo, Joseph. Incluyendo todo lo que hagas de ahora en adelante.
—Eso espero.
—Buena suerte, hijo. Rezaré por ti.
Joseph sintió un nudo en la garganta al oír las palabras de su madre y se preguntó hasta qué punto conocía a las dos mujeres más importantes de su vida.


Joseph dio una propina al botones y luego cerró la puerta.
—¿Estás segura de que así está bien?
__________ no podía creer que hubiera pedido ir a Nueva York hacía menos de dos semanas y que Joseph ya hubiera conseguido las entradas para el musical. Miró el precioso cuarto con sus dos camas, las elegantes cortinas y alfombras, la vista de Times Square. Al llegar al hotel habían descubierto que la secretaria de Joseph sólo había reservado una habitación, no dos, y el hotel estaba abarrotado debido a una conferencia profesional.
—Puedes confiar en mí —dijo Joseph, mirando seriamente a __________.
Y ella lo había hecho. Pero, para bochorno de Joseph se aseguró de que les pusieran dos camas… en lugar de la única gran cama de matrimonio que había en el dormitorio.
Pero lo cierto era que __________ no estaba tan preocupada por el deseo de Joseph como por el suyo. Creía que él mantendría su palabra y se quedaría en su cama. Pero se sentía muy susceptible a los destellos de deseo en su mirada, y más aún a los besos y caricias.
Respondiendo a su pregunta, dijo:
—Así está perfectamente. No tenemos tiempo para buscar otro hotel con dos habitaciones vacías si queremos llegar a tiempo al espectáculo.
—Puedes confiar en mí, __________ —repitió Joseph, como si sintiera que ella necesitara que se lo reafirmara.
—Ya lo sé. Pero el hecho de compartir una habitación es algo tan… íntimo.
—También lo es ser marido y mujer.
—Eso es exactamente a lo que me refiero, Joseph. Tú nos ves de esa manera. Yo no. Todavía no —al ver que Joseph se acercaba a ella, __________ sintió el impulso de apartarse, pero supo que debía mantenerse firme, en su terreno.
—Te diré qué —dijo él con suavidad—. Si te despiertas por la mañana queriendo un cuarto sólo para ti, buscaremos uno para mañana por la noche. Aquí o donde haga falta.
Los sentimientos de ternura que __________ no podía negar la impulsaron a preguntar:
—¿Has sido siempre tan bueno conmigo?
Hubo un cambio en la mirada de Joseph, y __________ no supo interpretar la emoción que lo provocó. Pero entonces sonrió y dijo:
—Vamos a centrarnos en el presente. Ya que no tenemos tiempo para comer, pediré algo para picar al servicio de habitaciones. Podemos ir a un restaurante después de la obra.
Una noche en la ciudad con Joseph, pensó __________, mientras iba a cambiarse. Durante la última semana habían pasado muchos días juntos. Joseph volvió a llevarla a ver a la doctora ésta le había dicho que ya podía conducir y montar. También habían comprado el todo terreno que tanto le había gustado a __________ para que pudiera moverse por su cuenta, ocupándose de los detalles para la subasta que tendría lugar dos semanas más tarde. También habían paseado y hablado mucho, y Joseph parecía haber disfrutado tanto como ella. Y la sensual tensión que surgía entre ellos cada vez que estaban cerca no había dejado de crecer.


Las bocinas sonaban, los coches circulaban con dificultad y la brisa agitaba el chal blanco de __________. Otros espectadores pasaban junto a ellos, algunos vestidos in formalmente, otros con más elegancia. Joseph lo veía todo como a través de una bruma, porque estaba preocupado fijándose en su esposa, preguntándose si el musical le traería recuerdos y cuáles serían éstos.
Una vez en sus butacas, __________ miró a su alrededor. Joseph la observó atentamente. Finalmente, con un leve encogimiento de hombros, ella apoyó una mano sobre la de su marido en el brazo de la butaca.
Contento al ver que __________ se sentía cómoda tocándolo, y deseando que se sintiera más que cómoda, Joseph permaneció muy quieto, esperando que __________ mantuviera la mano allí, sin importar lo que pasara o dejara de pasar durante el espectáculo.
Durante el primer acto, __________ apenas se movió. En el segundo cambió varias veces de postura en su asiento. Su mano se enfrió sobre la de Joseph. Cuando sonó la última canción antes del intermedio, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Te encuentras bien? —preguntó Joseph, inclinándose hacia ella cuando las luces se encendieron.
—¿Podemos salir al vestíbulo? Necesito un poco de aire.
Preocupado, Joseph la tomó por el brazo mientras caminaban sobre la alfombra roja hacia la salida.
—La música es preciosa —dijo __________—. Pero hace que me sienta tan triste… Es una tristeza que va más allá de lo que sucede en el escenario, que llega directamente a mi corazón. No lo entiendo.
Joseph le acarició la mejilla.
—Puede que se trate simplemente de una reacción a todo lo que te ha sucedido durante las últimas semanas.
—No sé. A veces me siento tan… rara.
—Procura no preocuparte demasiado —dijo Joseph con suavidad—. ¿Quieres que te traiga algo de beber?
—Un refresco de limón estaría bien.
—Enseguida vengo.
Durante la segunda parte de la obra __________ no apoyó su mano en la de Joseph. De hecho, pareció alejarse de él en cuerpo y espíritu. Cuando en la culminación de la obra sonó una canción especialmente sentimental, sus hombros se estremecieron y Joseph supo que estaba llorando. Pasó un brazo por encima de ellos y la atrajo hacia sí. Mientras los actores salían a saludar por tercera vez, __________ se apartó y se sonó la nariz.
Como estaban en el centro de la fila, nadie tuvo que pasar por delante de ellos para salir.
—Conozco un sitio bastante agradable donde podemos tomar café y algo de comer —dijo Joseph—. Podemos ir caminando, si no te molesta hacerlo con esos tacones.
__________ guardó el pañuelo en su bolso.
—Uso tacones altos desde los doce años. Puedo caminar perfectamente con ellos.
Desde el accidente, Joseph había aprendido más sobre la fuerza de su esposa que durante los cinco años anteriores.
Tomados del brazo, caminaron algunos bloques, hasta que Joseph se detuvo ante una puerta de cristal.
Una vez sentados a una mesa, Joseph tomó las manos de __________ entre las suyas.
—¿Te ha venido algún recuerdo durante la obra?
Ella negó con la cabeza.
—El teatro me ha resultado familiar, como si ya hubiera estado en él. Pero no he tenido ningún recuerdo concreto. ¿Lloré la última vez que fuimos a ver la obra?
Joseph sintió que se le encogía el estómago.
—¿Por qué lo preguntas?
__________ se encogió de hombros.
—Sólo trato de entender.
—No sé si lloraste la primera vez que viste la obra —dijo Joseph, con cautela—. Yo no estaba contigo.
__________ lo miró con gesto confundido.
—No entiendo. Cuando te pregunté si podíamos volver a verla me dejaste creer que habíamos venido juntos. ¿Por qué no me lo dijiste?
—Te lo estoy diciendo ahora.
—¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? ¿Qué pasa, Joseph? —preguntó __________, evidentemente enfadada.
—Pensé que sería mejor que recordaras por tu cuenta.
—Parece que hice muchas más cosas por mi cuenta de las que creía —__________ apartó sus manos de las de Joseph y se sentó erguida en la silla.
—No viniste a Nueva York sola. Viniste con mi madre.
—¿Con tu madre? ¿Y por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me lo dijo ella? Le mencioné que íbamos a venir a ver la obra… ¿Le pediste que me mintiera?
Joseph se apoyó contra el respaldo del asiento, tranquilo.
—Ella no te mintió.
__________ hizo un sonido de protesta.
—Simplemente, no me dijo la verdad. Como tú. Podría haberle pedido que viniera conmigo, que hiciéramos lo mismo que hicimos la primera vez, para ayudarme a recordar. No me diste esa oportunidad. ¿Qué más me estás ocultando?
—Íbamos a venir juntos, pero en el último momento tuve que verme con uno de mis socios de Boston y no pude acompañarte.
—Entonces yo me sentí muy decepcionada y tú le pediste a tu madre que me acompañara.
—¿Lo recuerdas?
—No. Pero apostaría cualquier cosa a que no fue la primera vez que pasaba.
El tono de __________ puso a Joseph a la defensiva.
—Estuvimos aquí juntos un año después de que nos casáramos, y pasamos un estupendo fin de semana juntos.
__________ se levantó y tomó su bolso.
—Estoy segura de que fue un fin de semana mucho mejor que el que vamos a pasar. He perdido el apetito. Me voy al hotel.
Joseph se levantó de inmediato y la tomó por el brazo.
—Ni hablar. No voy a dejar que camines sola por las calles de Nueva York.
—No tengo intención de ir caminando. Voy a tomar un taxi.
—A los taxistas de aquí no les gusta hacer viajes tan cortos.
—Le daré una buena propina —__________ dio un leve tirón para librarse de la mano de Joseph y se encaminó hacia la puerta.
Él se quedó mirándola unos segundos y luego la siguió, alcanzándola cuando estaba a punto de salir. Apoyó la mano en la puerta para impedir que lo hiciera.
—Vamos a volver juntos.
__________ lo miró con gesto desafiante, pero no dijo nada.
Joseph había oído hablar sobre el castigo del silencio, pero nunca lo había experimentado. __________ había sido silenciosa en el pasado, pero nunca se había negado a hablar con él. No trató de tocarla ni de hablar con ella mientras caminaban de regreso al hotel, sabiendo que lo rechazaría.
Rechazo.
¿Sería eso lo que sentía __________ cuando él no llegaba a la casa hasta después de que ella se hubiera dormido, cuando anteponía citas de negocios y jugar al golf a sus planes comunes?
Empezaba a ver por qué se había distanciado de él, pero no estaba seguro de cómo recuperarla. Y si __________ llegaba a recordar al hombre que le había prestado la atención que necesitaba…
Cuando entraron en la habitación, __________ evitó mirarlo y fue hasta las ventanas para correr las cortinas.
—¿Quieres prepararte para ir a la cama primero o lo hago yo? —preguntó.
—Ve tú —dijo Joseph—. Yo voy a ver las noticias de última hora.
Diez minutos después, __________ reapareció en el dormitorio descalza y con un camisón y una bata de color crema. Joseph se había quitado la chaqueta y la camisa y sostenía en la mano su pantalón de pijama. Cuando __________ vio su pecho desnudo, se detuvo. Cuando deslizó la mirada desde sus hombros hasta sus pezones, casi ocultos por el vello, y luego a su cintura, Joseph sintió que su sangre corría con más ardor por sus venas.
__________ se mordió el labio inferior. Él quiso besarlo, y el superior y su cuello…
Recordándose que le había asegurado que podía fiarse de él, comprendiendo que después de esa noche era posible que __________ no lo creyera, hizo un gran es fuerzo para darse la vuelta y pensar en que lo que tenía que hacer era cepillarse los dientes. La transición fue prácticamente imposible.
Cuando salió del baño, __________ ya estaba en la cama, cubierta con las mantas hasta la barbilla.
Joseph apagó la televisión y la luz de la mesilla de noche, esperando que la oscuridad suavizara la tensión. Pero no fue así.
—Buenas noches, __________.
—Buenas noches —replicó ella, con una suavidad que Joseph no esperaba.
Los minutos parecieron horas mientras se movía de un lado a otro, comprobando cada poco rato su reloj tratando de escuchar indicios de que __________ también estaba inquieta, pero sin oír nada.
Cuando un repentino sonido lo despertó, lo único que recordaba era que había visto en el reloj que ya eran las dos y media.
—¡Joseph!
Alerta al instante, Joseph encendió la luz. __________ estaba sentada en la cama, con el pelo revuelto y los ojos brillantes.
—He recordado algo —dijo, casi sin aliento.
Joseph se quedó helado, y una sola pregunta surgió en su mente. ¿Habría acabado su matrimonio antes de haber tenido la oportunidad de revivirlo?




BIENVENIDAS A LAS NUEVAS LECTORAS :)
Les comento que la nove se esta por terminar.... :O
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 6:31 pm

Shii, amé el capítulo. DIOOOS, ¿CÓMO LA PODÉS DEJAR AHÍ? TE ODIO POR DEJARME CON ESTA INTRIGA JAMSITA. Ya la seguís, jaja.
Cande Luque
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Mensaje por JaamDemczuk Jue 08 Dic 2011, 6:48 pm

Si pasan de hoja, subo 3 cap mas :B
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 6:53 pm

Opaaa, se puso las pilas la jam, JAJAJJAAJA.
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Mensaje por Cande Luque Jue 08 Dic 2011, 7:06 pm

Seguilaaaaaaa, no seas rata. No nos dejes con la intriga diooooos.
Cande Luque
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¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA - Página 2 Empty Re: ¿Aceptas a este extraño? Joe & Tu - TERMINADA

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