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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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summer girl joe y tu TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: summer girl joe y tu TERMINADA
Oh por dios , amo tu novela !
la adoro !
me encanta !
me fascina !
Y ME PONE HISTÉRICA !
SÍGUELA!
la adoro !
me encanta !
me fascina !
Y ME PONE HISTÉRICA !
SÍGUELA!
fernanda
Re: summer girl joe y tu TERMINADA
OLA chicas gracias x comentar n spacial a nani ..y bienvenida a la nueva lectora
Capítulo 16
El día anterior no había tenido nada de interesante que hacer. Su madre la había obligado a ir a la playa con su novio, al que no notaba con un buen humor. Estuvieron lo bastante lejos del bar Jonas, por lo que no lo vio en todo el día, solo una sonrisa se asomó al final del día cuando un mensaje de texto de parte del chico llego en su bandeja de entrada.
Se levantó con la intención de salir y disfrutar del día, aunque fuese sola. Pero se llevo una sorpresa, su prima estaba apunto de golpear la puerta de su habitación cuando ella la abrió.
-Hola, _____-saludó amigablemente
-Jane, pasa -invitó tomándola de la muñeca y luego soltándola para devolverse a cerrar la puerta.
La blonda se sentó sobre una especie de sillón que se encontraba en el cuarto de su amiga, mientras la castaña tomaba asiento en el piso y debajo de ella ponía uno de sus almohadones.
-Disculpa -dijeron ambas al unísono. Pronto rieron al mismo tiempo.
Si hubiesen tenido la oportunidad de detener el tiempo, tal vez lo hubiesen hecho. Les parecía perfecto el hecho de disculparse y seguir el rumbo que llevaba su amistad desde que tenían uso de razón y siempre se lo había prometido: juntas por siempre.
-¿Cómo va todo con Joe?
-Perfecto, no podría pedir a alguien más perfecto que él. Salimos el domingo y ya es martes, apenas un día sin verlo y lo extraño. Pero me ha enviado unos cuantos mensajes de texto -mordió su labio inferior y jugo con el borde del almohadón -. Lo quiero.
No pudo evitar que una sonrisa saliese de entre sus labios y su amiga se levanto para abrazarla. Le encantaba la idea de que por fin su prima tuviese algo de suerte en el amor, a pesar de que no estuviese haciendo las cosas del todo correctas, pero eso era algo que podría arreglarse cuando ____ quisiese.
-Pero, no hablemos de mí. ¿Cómo va todo contigo y tus chicos?
-No son mis chicos -chilló en modo de protesta.
-Pero admite que ambos te gustas. Ambos son guapos y ambos mueren por ti. Jane, ¡¡admítelo!!
-Ehm, lo admito. Pero ahora va lo importante -tomó aire -. Me he acostado con Kevin, el domingo. Luego de nuestra pelea el vino. Terminamos teniendo relaciones y créeme que no me arrepiento es...es un Dios en la cama.
La quijada de ___ ya no daba más de lo tan abierta que estaba. La sorpresa no se había ocultado para nada. No podía creer que en menos de lo que cantase un gallo, su prima ya se hubiese acostado con Kevin Jonas, el incansable Kevin.
Por un momento quiso dudar de su prima, pero el hecho de que estuviese avergonzada por el tema y que nunca en su vida le hubiese mentido, hicieron que dudara de esa posibilidad.
-Tuviste sexo con Kevin. No me lo creo -chilló para poder creerse el hecho.
- ¡¡Si!! Ahora baja la voz -rió y jalo de la muñeca de su prima.
Insistía en no querer perder nada en el verano. Tenía miedo de que tanta felicidad fuese un pecado. Tenía miedo que en cualquier momento toda esa felicidad se le fuese arrebatada y ella se quedase en una esquina llorando y con el peor castigo de todos por haber gozado de la felicidad de la vida. Solo esperaba que esos miedos solo fuesen parte de su imaginación.
***
Era el segundo día que Seth no aparecía por el trabajo y hasta lo había llamado más de veinte veces para saber que sucedía con su amigo, pero no le había contestado. Lanzó lejos el celular. Se había cansado de preocuparse tanto del chico que ni siquiera se daba un poco de tiempo para contestarle a su amigo. No podía creer que una chica lo tuviese en ese estado.
La sonrisa de su hermano le llamó la atención e hizo que olvidase sus problemas respecto a Seth. No pudo evitar preguntarle el motivo de su sonrisa tan radiante.
-Jane y yo pues -hizo un gesto obsceno con el que indico que habían tenido relaciones -. Ha sido el más placentero de toda mi vida. Lo juro.
Saltó como si nada la barra del bar y se quedo al lado de su hermano para abrazarlo. No podía creer que una simple chica, a la que había visto como una mojigata en la fiesta que se había realizado en casa de Paulina, había terminado siendo una chica con la que había tenido casi el mejor sexo de lo que llevaba de vida.
-Eso es mentira, no te creo -protestó, el pelinegro.
-Lo juro. Ahora creo que iré a su casa -tomó un trago de whisky -. Haber si terminamos haciéndolo una y otra vez. Tengo que aprovechar antes de que se vaya.
Kevin tuvo la intención de irse, pero su hermano lo detuvo tomándolo por el hombro.
-Respóndeme una pregunta -asintió y dejo el vaso de whisky en la mesa -.
-¿Qué sucede, hermanito? No me digas que te cansaste de _____-cambio su mirada relajada a una de enojado -. Te lo advierto, Jane es mías, ¿oíste?
Nunca le había parecido tan extraña una amenaza de su hermano, de hecho nunca había oído una amenaza de su hermano a causa de una chica. Ahora si que no entendía qué diablos le hacía Jane a los chicos; primero perdía a Seth y ahora su hermano pensaba que le iba a quitar a la chica.
Negó ante la ocurrencia.
Kevin relajó su mirada.
-¿Qué intenciones tienes con ella? Mira que a ____ le preocupa bastante cómo salga Jane de toda esta historia. Suficiente tiene con Seth y contigo -expresó el pelinegro.
Kevin se pensó la respuesta por más de de algunos segundos. Tenía que ser sincero con su hermano y de hecho entendía que la prima estuviese preocupada, nuevamente caía en el hecho de su reputación. En ese momento la odiaba tanto, pero no podía no admitir que le encantaba tener esa reputación que había conseguido a través de los veranos en Long Beach.
-Ehm, no lo sé. Pero ten por seguro que nada de esto es un juego-vio el reloj que estaba en la parte más alta de la pared de enfrente de él -. Es tarde. Debo de irme.
Se quedo observando como su hermano seguía el paso a través de la arena. Pronto alejó su vista para depositarla en su bolsillo, el que vibraba y en el que había dejado el celular, lo saco con la esperanza de que fuese algo bueno, pero el nombre de Seth se podía diferir en la pantalla. Tomó aire de contestar.
-¿Seth?
-Joe, necesito tu ayuda. Yo, paso algo horrible -Joe pudo notar la voz de su amigo a un paso de quebrarse. Solo esperaba que eso horrible no fuese a causa de Jane.
-Entonces, voy...voy para tu casa -titubeo.
-¡¡No!! -exclamó el castaño -. Y-Yo voy a tu casa, ¿nos vemos allá?
-Bueno, si tu quieres.
Seth no contestó. Había colgado y dejado el típico tono del teléfono reemplazándolo.
Joe se preocupo lo bastante como para saltar la puerta del bar, tomar de su camisa y sacarse la camiseta de trabajo y luego salir corriendo en dirección a su casa. No supo como fue que corrió tan rápido a través de la arena, pero se detuvo justo enfrente de su casa y con un Seth sentado en los escaloncillos que llevaban a la puerta principal. Se acercó a él y sintió que debía de abrazarlo. Nada de lo que estaba sucediendo le parecía lo más normal del mundo y partiendo por el hecho que Seth nunca había sido así con él. Jamás en la vida lo había evitado de esa manera.
Tosió para aclarar su voz.
-¿Qué sucedió? ¿Qué te hicieron? -bombardeó de preguntas.
-Pau, eso fue lo que sucedió.
La cara de Joe empalideció y recordó los pensamientos de hace unas casi dos semanas atrás. No podía y tampoco quería creer que su amigo hubiese pronunciado la palabra Pau.
- ¿Estás seguro? –asintió-. Pues, entonces dime ¿qué sucedió?
-Pues creer que está embarazada. Le he dicho que mañana iremos al hospital para ver si era verdad. Que me tenía harto con sus invenciones y que no me podía venir cada semana con el cuento que iba a ser padre -bufó-. Luego se puso a llorar y me dijo que cómo me atrevía a no creerle -se volteó a ver a Joe -. Te juro que es mujer, o sino la hubiese golpeado ahí mismo.
-Pues entonces te queda a esperar a que sea mañana. ¿Qué sucede si es verdad? -curioseó.
-Le he dicho que si es verdad, pues que estaré con ella. Pero solo para apoyarla con el bebé -se encogió de hombros -. Y si no lo es, pues le he dicho que deje de buscarme, que lo de la vez pasada solo había sido culpa del alcohol y que jamás volvería a suceder, porque ella a mi no me gustaba. Créeme que estaba hecha una Magdalena en los brazos de mi madre.
-Pues, entonces ¿qué harás con Jane?
-Parece que ella ya ha elegido al chico con el que quiere estar, ¿no es así, Joe? -miró a Joe. Su mirada fija puesta sobre la silueta de su mejor amigo, exigiéndole una respuesta y, sin conocer el motivo, con las ganas de golpearlo.
Muy a su pesar, Joe contestó.
-S-Si -farfulló.
Sabía que la última vez se habían golpeado, pero ahora sabía que no eran solo golpes. Ahora entendía la preocupación de _____ por su prima. Si tenía suerte, Jane solo lloraría por causa de uno. Pero, si no la tenía, podría terminar en un cuadro depresivo.
Capítulo 17
Los parpados de sus ojos se levantaron, dejando que la chica viese el techo de su cuarto con sus típicos puntitos entremedio de la pintura blanca. Volteó su rostro y vio al chico durmiendo y con su cara en dirección a la de ella. Era la tercera vez que lo hacían desde que habían empezado con su relación informal y cada vez Kevin se ponía más y más meloso. Le asustaba el enamorarse de él y que después... No terminó de pensar en su foro interno. Agitó su rostro.
Se enderezó en la cama y giró hasta quedar sentada en el borde de su cama. Tomó de la camiseta larga que tenía de uso diario como su pijama y se la calzó. Luego siguió caminando por entremedio de las prendas de vestir y encontró la parte inferior de su ropa interior, al igual que como había hecho con su pijama, se la calzó.
Frotó sus ojos al mismo tiempo que bostezaba. Se fue en dirección hacia su espejo y se observo; su cabello enmarañado y un leve color pálido en su rostro, no le causaban gracia. Se arregló como pudo- Tomó unas cuantas horquillas para su cabello y se fue en dirección al baño, donde se lavo la cara y volvió en menos de lo que cantase un gallo a su cuarto; aún se hallaba en su cama.
Se acercó a el y acarició su cabello ondulado con cierta ternura, lo supo cuando una sonrisa se pudo diferir de entre sus labios. Le pareció un gesto tan dulce que beso sus labios, pero no contó con que el chico se despertó y la obligó a cambiarse de puesto. Kevin quedo encima de ella y Jane observando, nuevamente, el techo de su cuarto.
-¿Cómo has amanecido? -inquirió el pelinegro con preocupación.
-No me quejo. Haber amanecido contigo ha sido…estupendo -balbuceó al final de la oración. No era su culpa que el chico fuese tan encantador e hiciese que cada vello de su cuerpo, se erizase.
Jane, como pudo, se levanto. Dejó de lado la silueta de Kevin y sin pudor algunos se cambio hay mismo el traje de baño. Luego se volteó para regalarle una sonrisa al chico.
-Seguiré tu ejemplo -informó.
Jane se ruborizó. Apenas llevaban tres veces y ya no existía ni mínima gota de pudor.
Kevin se levantó de la cama y nada cubría su virilidad. Jane se sonrojó, pero hizo que el chico soltase una sonrisa y se acercase a sí como a si a su pareja informal. La beso.
-Ke-Kevin, po-por favor, viste-te -balbuceó de lo apenada que se sentía.
Se separó y se fue en busca de sus calzoncillos, los que se calzó mientras mantenía su mirada fija sobre la blonda.
No había nada interesante para hacer en el día, pero sabía que Kevin le haría vivir cualquier aventura. Sabía que con el nunca se aburría y esperaba que aquel día no fuese la excepción.
Kevin se sentó en la cama y vio a Jane desaparecer por la puerta. Estaba aburrido en el cuarto de la chica, por lo que empezó a mirarlo con cierto nivel detallista. Quería conocer a Jane y la primera vez que había entrado al cuarto había visto en su mayoría a Jane. Ella era muy diferente a todas las chicas con las que alguna vez había estado. Se levantó y observo una de las murallas en la que se podía encontrar un collage y al lado de ella había una cámara polaroid, al tomo y se saco una foto instantánea. Iba a sacarse otra, pero Jane entro en el cuarto con una bandeja con comida.
-Ven -la llamó. Ella se encaminó para quedar al lado del chico.
Sus ojos fueron encandilados por el flash de la cámara y pronto salió por el largo orificio que había en la parte inferior. Una foto de ambos. Jane la tomó y la sacudió en el aire para que secase, luego tomo uno de los chinches de su escritorio y la puso ahí.
-Pensé que era la primera vez acá en Long Beach -dijo luego de haber tomado un trago de jugo de naranja embotellado que había traído la chica desde su cocina.
Sonrió la blonda.
-Luego de mucho tiempo -se detuvo y observo la muralla con fotografías-. Pero esa muralla llena de fotos, las fotos no están directamente a la muralla. Sobre la muralla hay una especie de cuadro de corcho, es bastante extraño, pero es perfecto ya que siempre ando con las fotos de un lado a otro. Cuando me vaya de Long Beach, obvio que me las llevaré a mi casa.
-Ósea que si vengo a tu casa luego de que te vayas, no tendré nada para recordar nuestros momentos juntos -expresó con tristeza.
Antes de que un ambiente lleno de tristeza y melancolía se instalase entre ambos, Jane se abalanzó sobre el chico y lo beso.
-¿Sabes? No pensemos en nada de eso y ahora nos iremos a duchar y luego nos iremos a disfrutar del día. Está estupendo como para irnos a cualquier lado y desaparecer del mundo por unas cuantas horas, ¿te parece?
-Me parece y me encanta -indicó y terminó con un beso.
Capítulo 16
El día anterior no había tenido nada de interesante que hacer. Su madre la había obligado a ir a la playa con su novio, al que no notaba con un buen humor. Estuvieron lo bastante lejos del bar Jonas, por lo que no lo vio en todo el día, solo una sonrisa se asomó al final del día cuando un mensaje de texto de parte del chico llego en su bandeja de entrada.
Se levantó con la intención de salir y disfrutar del día, aunque fuese sola. Pero se llevo una sorpresa, su prima estaba apunto de golpear la puerta de su habitación cuando ella la abrió.
-Hola, _____-saludó amigablemente
-Jane, pasa -invitó tomándola de la muñeca y luego soltándola para devolverse a cerrar la puerta.
La blonda se sentó sobre una especie de sillón que se encontraba en el cuarto de su amiga, mientras la castaña tomaba asiento en el piso y debajo de ella ponía uno de sus almohadones.
-Disculpa -dijeron ambas al unísono. Pronto rieron al mismo tiempo.
Si hubiesen tenido la oportunidad de detener el tiempo, tal vez lo hubiesen hecho. Les parecía perfecto el hecho de disculparse y seguir el rumbo que llevaba su amistad desde que tenían uso de razón y siempre se lo había prometido: juntas por siempre.
-¿Cómo va todo con Joe?
-Perfecto, no podría pedir a alguien más perfecto que él. Salimos el domingo y ya es martes, apenas un día sin verlo y lo extraño. Pero me ha enviado unos cuantos mensajes de texto -mordió su labio inferior y jugo con el borde del almohadón -. Lo quiero.
No pudo evitar que una sonrisa saliese de entre sus labios y su amiga se levanto para abrazarla. Le encantaba la idea de que por fin su prima tuviese algo de suerte en el amor, a pesar de que no estuviese haciendo las cosas del todo correctas, pero eso era algo que podría arreglarse cuando ____ quisiese.
-Pero, no hablemos de mí. ¿Cómo va todo contigo y tus chicos?
-No son mis chicos -chilló en modo de protesta.
-Pero admite que ambos te gustas. Ambos son guapos y ambos mueren por ti. Jane, ¡¡admítelo!!
-Ehm, lo admito. Pero ahora va lo importante -tomó aire -. Me he acostado con Kevin, el domingo. Luego de nuestra pelea el vino. Terminamos teniendo relaciones y créeme que no me arrepiento es...es un Dios en la cama.
La quijada de ___ ya no daba más de lo tan abierta que estaba. La sorpresa no se había ocultado para nada. No podía creer que en menos de lo que cantase un gallo, su prima ya se hubiese acostado con Kevin Jonas, el incansable Kevin.
Por un momento quiso dudar de su prima, pero el hecho de que estuviese avergonzada por el tema y que nunca en su vida le hubiese mentido, hicieron que dudara de esa posibilidad.
-Tuviste sexo con Kevin. No me lo creo -chilló para poder creerse el hecho.
- ¡¡Si!! Ahora baja la voz -rió y jalo de la muñeca de su prima.
Insistía en no querer perder nada en el verano. Tenía miedo de que tanta felicidad fuese un pecado. Tenía miedo que en cualquier momento toda esa felicidad se le fuese arrebatada y ella se quedase en una esquina llorando y con el peor castigo de todos por haber gozado de la felicidad de la vida. Solo esperaba que esos miedos solo fuesen parte de su imaginación.
***
Era el segundo día que Seth no aparecía por el trabajo y hasta lo había llamado más de veinte veces para saber que sucedía con su amigo, pero no le había contestado. Lanzó lejos el celular. Se había cansado de preocuparse tanto del chico que ni siquiera se daba un poco de tiempo para contestarle a su amigo. No podía creer que una chica lo tuviese en ese estado.
La sonrisa de su hermano le llamó la atención e hizo que olvidase sus problemas respecto a Seth. No pudo evitar preguntarle el motivo de su sonrisa tan radiante.
-Jane y yo pues -hizo un gesto obsceno con el que indico que habían tenido relaciones -. Ha sido el más placentero de toda mi vida. Lo juro.
Saltó como si nada la barra del bar y se quedo al lado de su hermano para abrazarlo. No podía creer que una simple chica, a la que había visto como una mojigata en la fiesta que se había realizado en casa de Paulina, había terminado siendo una chica con la que había tenido casi el mejor sexo de lo que llevaba de vida.
-Eso es mentira, no te creo -protestó, el pelinegro.
-Lo juro. Ahora creo que iré a su casa -tomó un trago de whisky -. Haber si terminamos haciéndolo una y otra vez. Tengo que aprovechar antes de que se vaya.
Kevin tuvo la intención de irse, pero su hermano lo detuvo tomándolo por el hombro.
-Respóndeme una pregunta -asintió y dejo el vaso de whisky en la mesa -.
-¿Qué sucede, hermanito? No me digas que te cansaste de _____-cambio su mirada relajada a una de enojado -. Te lo advierto, Jane es mías, ¿oíste?
Nunca le había parecido tan extraña una amenaza de su hermano, de hecho nunca había oído una amenaza de su hermano a causa de una chica. Ahora si que no entendía qué diablos le hacía Jane a los chicos; primero perdía a Seth y ahora su hermano pensaba que le iba a quitar a la chica.
Negó ante la ocurrencia.
Kevin relajó su mirada.
-¿Qué intenciones tienes con ella? Mira que a ____ le preocupa bastante cómo salga Jane de toda esta historia. Suficiente tiene con Seth y contigo -expresó el pelinegro.
Kevin se pensó la respuesta por más de de algunos segundos. Tenía que ser sincero con su hermano y de hecho entendía que la prima estuviese preocupada, nuevamente caía en el hecho de su reputación. En ese momento la odiaba tanto, pero no podía no admitir que le encantaba tener esa reputación que había conseguido a través de los veranos en Long Beach.
-Ehm, no lo sé. Pero ten por seguro que nada de esto es un juego-vio el reloj que estaba en la parte más alta de la pared de enfrente de él -. Es tarde. Debo de irme.
Se quedo observando como su hermano seguía el paso a través de la arena. Pronto alejó su vista para depositarla en su bolsillo, el que vibraba y en el que había dejado el celular, lo saco con la esperanza de que fuese algo bueno, pero el nombre de Seth se podía diferir en la pantalla. Tomó aire de contestar.
-¿Seth?
-Joe, necesito tu ayuda. Yo, paso algo horrible -Joe pudo notar la voz de su amigo a un paso de quebrarse. Solo esperaba que eso horrible no fuese a causa de Jane.
-Entonces, voy...voy para tu casa -titubeo.
-¡¡No!! -exclamó el castaño -. Y-Yo voy a tu casa, ¿nos vemos allá?
-Bueno, si tu quieres.
Seth no contestó. Había colgado y dejado el típico tono del teléfono reemplazándolo.
Joe se preocupo lo bastante como para saltar la puerta del bar, tomar de su camisa y sacarse la camiseta de trabajo y luego salir corriendo en dirección a su casa. No supo como fue que corrió tan rápido a través de la arena, pero se detuvo justo enfrente de su casa y con un Seth sentado en los escaloncillos que llevaban a la puerta principal. Se acercó a él y sintió que debía de abrazarlo. Nada de lo que estaba sucediendo le parecía lo más normal del mundo y partiendo por el hecho que Seth nunca había sido así con él. Jamás en la vida lo había evitado de esa manera.
Tosió para aclarar su voz.
-¿Qué sucedió? ¿Qué te hicieron? -bombardeó de preguntas.
-Pau, eso fue lo que sucedió.
La cara de Joe empalideció y recordó los pensamientos de hace unas casi dos semanas atrás. No podía y tampoco quería creer que su amigo hubiese pronunciado la palabra Pau.
- ¿Estás seguro? –asintió-. Pues, entonces dime ¿qué sucedió?
-Pues creer que está embarazada. Le he dicho que mañana iremos al hospital para ver si era verdad. Que me tenía harto con sus invenciones y que no me podía venir cada semana con el cuento que iba a ser padre -bufó-. Luego se puso a llorar y me dijo que cómo me atrevía a no creerle -se volteó a ver a Joe -. Te juro que es mujer, o sino la hubiese golpeado ahí mismo.
-Pues entonces te queda a esperar a que sea mañana. ¿Qué sucede si es verdad? -curioseó.
-Le he dicho que si es verdad, pues que estaré con ella. Pero solo para apoyarla con el bebé -se encogió de hombros -. Y si no lo es, pues le he dicho que deje de buscarme, que lo de la vez pasada solo había sido culpa del alcohol y que jamás volvería a suceder, porque ella a mi no me gustaba. Créeme que estaba hecha una Magdalena en los brazos de mi madre.
-Pues, entonces ¿qué harás con Jane?
-Parece que ella ya ha elegido al chico con el que quiere estar, ¿no es así, Joe? -miró a Joe. Su mirada fija puesta sobre la silueta de su mejor amigo, exigiéndole una respuesta y, sin conocer el motivo, con las ganas de golpearlo.
Muy a su pesar, Joe contestó.
-S-Si -farfulló.
Sabía que la última vez se habían golpeado, pero ahora sabía que no eran solo golpes. Ahora entendía la preocupación de _____ por su prima. Si tenía suerte, Jane solo lloraría por causa de uno. Pero, si no la tenía, podría terminar en un cuadro depresivo.
Capítulo 17
Los parpados de sus ojos se levantaron, dejando que la chica viese el techo de su cuarto con sus típicos puntitos entremedio de la pintura blanca. Volteó su rostro y vio al chico durmiendo y con su cara en dirección a la de ella. Era la tercera vez que lo hacían desde que habían empezado con su relación informal y cada vez Kevin se ponía más y más meloso. Le asustaba el enamorarse de él y que después... No terminó de pensar en su foro interno. Agitó su rostro.
Se enderezó en la cama y giró hasta quedar sentada en el borde de su cama. Tomó de la camiseta larga que tenía de uso diario como su pijama y se la calzó. Luego siguió caminando por entremedio de las prendas de vestir y encontró la parte inferior de su ropa interior, al igual que como había hecho con su pijama, se la calzó.
Frotó sus ojos al mismo tiempo que bostezaba. Se fue en dirección hacia su espejo y se observo; su cabello enmarañado y un leve color pálido en su rostro, no le causaban gracia. Se arregló como pudo- Tomó unas cuantas horquillas para su cabello y se fue en dirección al baño, donde se lavo la cara y volvió en menos de lo que cantase un gallo a su cuarto; aún se hallaba en su cama.
Se acercó a el y acarició su cabello ondulado con cierta ternura, lo supo cuando una sonrisa se pudo diferir de entre sus labios. Le pareció un gesto tan dulce que beso sus labios, pero no contó con que el chico se despertó y la obligó a cambiarse de puesto. Kevin quedo encima de ella y Jane observando, nuevamente, el techo de su cuarto.
-¿Cómo has amanecido? -inquirió el pelinegro con preocupación.
-No me quejo. Haber amanecido contigo ha sido…estupendo -balbuceó al final de la oración. No era su culpa que el chico fuese tan encantador e hiciese que cada vello de su cuerpo, se erizase.
Jane, como pudo, se levanto. Dejó de lado la silueta de Kevin y sin pudor algunos se cambio hay mismo el traje de baño. Luego se volteó para regalarle una sonrisa al chico.
-Seguiré tu ejemplo -informó.
Jane se ruborizó. Apenas llevaban tres veces y ya no existía ni mínima gota de pudor.
Kevin se levantó de la cama y nada cubría su virilidad. Jane se sonrojó, pero hizo que el chico soltase una sonrisa y se acercase a sí como a si a su pareja informal. La beso.
-Ke-Kevin, po-por favor, viste-te -balbuceó de lo apenada que se sentía.
Se separó y se fue en busca de sus calzoncillos, los que se calzó mientras mantenía su mirada fija sobre la blonda.
No había nada interesante para hacer en el día, pero sabía que Kevin le haría vivir cualquier aventura. Sabía que con el nunca se aburría y esperaba que aquel día no fuese la excepción.
Kevin se sentó en la cama y vio a Jane desaparecer por la puerta. Estaba aburrido en el cuarto de la chica, por lo que empezó a mirarlo con cierto nivel detallista. Quería conocer a Jane y la primera vez que había entrado al cuarto había visto en su mayoría a Jane. Ella era muy diferente a todas las chicas con las que alguna vez había estado. Se levantó y observo una de las murallas en la que se podía encontrar un collage y al lado de ella había una cámara polaroid, al tomo y se saco una foto instantánea. Iba a sacarse otra, pero Jane entro en el cuarto con una bandeja con comida.
-Ven -la llamó. Ella se encaminó para quedar al lado del chico.
Sus ojos fueron encandilados por el flash de la cámara y pronto salió por el largo orificio que había en la parte inferior. Una foto de ambos. Jane la tomó y la sacudió en el aire para que secase, luego tomo uno de los chinches de su escritorio y la puso ahí.
-Pensé que era la primera vez acá en Long Beach -dijo luego de haber tomado un trago de jugo de naranja embotellado que había traído la chica desde su cocina.
Sonrió la blonda.
-Luego de mucho tiempo -se detuvo y observo la muralla con fotografías-. Pero esa muralla llena de fotos, las fotos no están directamente a la muralla. Sobre la muralla hay una especie de cuadro de corcho, es bastante extraño, pero es perfecto ya que siempre ando con las fotos de un lado a otro. Cuando me vaya de Long Beach, obvio que me las llevaré a mi casa.
-Ósea que si vengo a tu casa luego de que te vayas, no tendré nada para recordar nuestros momentos juntos -expresó con tristeza.
Antes de que un ambiente lleno de tristeza y melancolía se instalase entre ambos, Jane se abalanzó sobre el chico y lo beso.
-¿Sabes? No pensemos en nada de eso y ahora nos iremos a duchar y luego nos iremos a disfrutar del día. Está estupendo como para irnos a cualquier lado y desaparecer del mundo por unas cuantas horas, ¿te parece?
-Me parece y me encanta -indicó y terminó con un beso.
jamileth
Re: summer girl joe y tu TERMINADA
***
Ya eran pasadas de las seis de la tarde y ellos se hallaban en la parte más desolada de la playa. Ambos con sus trajes de baño y casi flotando en el mar. La marea no estaba para nada alta y aparte estaban en la parte más alta.
-¿Qué te pasó con Seth al final?
-Pues ya fueron al doctor y confirmó el embarazo. Tiene cerca de dos semanas de embarazo -Joe se enderezó en el agua y agitó su cabeza para librarse del exceso de agua. Millones de gotas saltaron por todas partes, algunas cayeron sobre el rostro de _____, pero a ella ni le molestaron. Se acercó a la chica y posó sus brazos por debajo de la espalda de ella.
-Que mala suerte la de él -expresó con pesar.
-Todo por culpa del alcohol -indicó.
- ¿No deberías de volver al trabajo? Luego tu madre pensará que soy un objeto de distracción para uno de sus trabajadores -bromeó al momento que se enderezaba para enredar sus brazos alrededor del cuello del chico.
-Pues no. Le he pedido la tarde libre, siendo que he cumplido bastante con el trabajo. Me lo dio y pues también debería de culpar a tu prima -se empezó a reír -. Ella si que absorbe mucho más a mi hermano que tú a mí.
-Es porque nosotros aún no nos hemos tomado tan serio esto -indicó con una cara picarona.
Joe tomó de ______; una de sus manos paso por debajo de sus piernas y la otra por debajo de su espalda. La levantó y se la llevo hasta la orilla del mar donde la apoyo delicadamente y el se quedo sobre ella. Saco un mechón que se había pegado sobre la mejilla de ella.
-Y...tú, ¿quieres que esto se torne más serio? -inquirió y beso pasionalmente los labios de ella. Se separó cuando ella insistió en separarse para contestarle.
-S-Si -rodeó, nuevamente, el cuello de él y lo atrajo más hacia ella.
Joe lisonjeaba los muslos descubiertos de ella, hasta que sintió con una pequeña tela estorbaba. Era la parte inferior del traje de baño. Abrió sus ojos, pidiendo aprobación. Ella asintió. Pero en vez de despojarla del calzón, soltó las amarras de la parte superior del traje de baño. Los pechos de la chica estaban a su merced y sin pudo empezó a proporcionarle leves caricias con sus labios. Unos gemidos salieron de la boca de ella, los que luego se detuvieron cuando un sonido ajeno al de los dos se hizo presente en el ambiente.
-Pero, ¿qué diablos ahora? -Joe se levantó, mientras _____ maldecía a todo lo que podía.
La chica tomó de la prenda y se la calzó lo más rápido que pudo. Luego se fue en busca de su celular y maldijo mucho más al ver el nombre de su novio reluciendo entremedio de los números.
-¿Qué sucede? -interrogó de la manera más educada ante su rabia.
Se demoró en contestar. El pie izquierdo de _____ se movía con impaciencia.
-Ehm, ¿____? -soltó un sonido, afirmando que estaba al otro lado del celular-. Podrías venir a casa. Ha pasado algo realmente grave y tu mamá te necesita.
Dicho todo, colgó.
- ¡¡Diablos!! ?maldijó.
- ¿Qué paso, amor?
Besó el hombro de ella.
-Debo de irme a casa. Mañana nos encontramos en tu casa, ¿te parece? -lanzó un beso al aire y se fue corriendo, mientras se terminaba de calzar su vestido floreados.
Ahí quedaba Joe, observando como las caderas de la chica se movían de un lado a otro y como lo conquistaban. Hubiese querido retroceder lejos y no haber dejado que la chica contestase el teléfono celular, pero todo indicaba que no era el momento. Tal vez debía ser un momento que jamás pudiesen olvidar y que nadie los interrumpiese.
Se fue caminando hacia el bar. Cargó su camisa a uno de sus hombros y se marchó. A mitad de camino saco su celular y le mando un mensaje de texto a la chica. “Mañana en mi casa a las cuatro de la tarde. Buenas noches”, escribió y envió. Cerró el celular y siguió caminando con la vista puesta sobre el camino. No tenía nada que hacer, desde que ella había llegado ni con Seth podía contar. Sus días estaban hechos por el bar y por la chica, _____.
***
Apenas había llegado a la casa busco a su madre con desesperación. Por el tono de voz, sabía que su novio no mentía, pero no podía dejar de admitir que había odiado que interrumpiese un momento tan importante para ella. Bufó al no encontrarla por ningún lado. De pronto todo circuito de luz desapareció y la casa quedo algo oscuro, el atardecer comenzaba a convertirse en anochecer.
-Aló, ¿hay alguien en casa? -preguntó con el tono elevado, mas nadie le contesto. Soltó otro bufido, esta vez más largo.
Siguió caminando hasta llegar a su cuarto. Apenas entro se tiro en la cama y se quedo observando el techo, pero un sonido que indicaba que le había puesto seguro a la cerradura, hizo que se enderezara. Vio al chico de pelo rizado frente a ella y con una sonrisa encantadora.
-Me asustaste -admitió con su mano aferrada al pecho.
El chico solo soltó una leve sonrisa y se abalanzó sobre ____. Empezó a besarla frenéticamente y sin dejarse de rogar, la chica correspondió a los encantadores besos de su novio. Sus manos rodearon el diminuto cinto de ella para luego bajar hasta el borde del vestido y despojarla de la prenda, una vez que la parte superior del bikini se halló a su merced, lo saco en cosa de segundos.
Ella no se quedó atrás y le saco la musculosa que dejaba a la vista sus torneados brazos. Sus labios fueron atraídos hacia el torso del chico y comenzó a proporcionarle leves besos y dulces caricias en la espalda con sus manos. El pantalón del chico bajo gracias a que las manos que antes habían estado en su espalda bajaron hacia donde estaba la correa y la soltaron, al igual que liberaron el botón del jeans de su ojal.
-¿Qué estamos haciendo, Nick? -preguntó antes de que el chico se dispusiese a bajar la última prenda que quedaba en el cuerpo de su novia.
Soltó una leve sonrisa y sus labios se apoyaron en el cuello de ella. Mientras sus manos se divertían en sus pechos.
-Nada que no hubiésemos hecho antes -aseguró, travieso.
Se devolvió a los labios de ella y bajo sus bóxers y la prenda de su novia. La tiró con algo de fiereza sobre la cama y sin dejar que la chica se preparase para una fuerte embestida, entró en ella.
Un largo gemido salió de entre la boca de ella y se aferró a los hombros de Nick. Pensó que el dolor iría pasando a medida que el tiempo fuese transcurriendo, pero en ese momento se sentía una primeriza. Las embestidas de Nick eran tan fuertes y sin delicadeza alguna. Aún así , Nick, se detuvo antes de que diez minutos hubiesen transcurrido y se dejo rodar a un costado de la cama.
-¿Cómo...ha...e-estado eso? -pronunció con la respiración entre cortada.
“Pésimo. Parecías un animal enjaulado sin una gota de encantado.” Contestó en su foro interno. Luego arregló las palabras en su cabeza que saldrían por su boca.
Sonrió y se volteó a ver a Nick.
-Maravilloso, amor -aseguró con una voz tierna y delicada.
-Mi padre no me ha depositado en la cuenta, por lo que este ha sido tu regalo de aniversario. Amor, hoy día cumplimos siete meses de noviazgo -se levantó un poco para besar con romanticismo los labios de _____.
No podía creer que había sido tan mala novia y no se había acordado de su aniversario de noviazgo. Sin contar que había estado apunto de hacerlo con Joe durante la tarde.
Respondió el beso de Nick con culpabilidad. El juego con Joe comenzaba a salírsele de las manos y no podía evitar sentirse una gran pecadora. Estaba decidida a ir a la Iglesia, esperando a que eso aminorase su culpabilidad ante la infidelidad que estaba llevando a cabo.
Ya eran pasadas de las seis de la tarde y ellos se hallaban en la parte más desolada de la playa. Ambos con sus trajes de baño y casi flotando en el mar. La marea no estaba para nada alta y aparte estaban en la parte más alta.
-¿Qué te pasó con Seth al final?
-Pues ya fueron al doctor y confirmó el embarazo. Tiene cerca de dos semanas de embarazo -Joe se enderezó en el agua y agitó su cabeza para librarse del exceso de agua. Millones de gotas saltaron por todas partes, algunas cayeron sobre el rostro de _____, pero a ella ni le molestaron. Se acercó a la chica y posó sus brazos por debajo de la espalda de ella.
-Que mala suerte la de él -expresó con pesar.
-Todo por culpa del alcohol -indicó.
- ¿No deberías de volver al trabajo? Luego tu madre pensará que soy un objeto de distracción para uno de sus trabajadores -bromeó al momento que se enderezaba para enredar sus brazos alrededor del cuello del chico.
-Pues no. Le he pedido la tarde libre, siendo que he cumplido bastante con el trabajo. Me lo dio y pues también debería de culpar a tu prima -se empezó a reír -. Ella si que absorbe mucho más a mi hermano que tú a mí.
-Es porque nosotros aún no nos hemos tomado tan serio esto -indicó con una cara picarona.
Joe tomó de ______; una de sus manos paso por debajo de sus piernas y la otra por debajo de su espalda. La levantó y se la llevo hasta la orilla del mar donde la apoyo delicadamente y el se quedo sobre ella. Saco un mechón que se había pegado sobre la mejilla de ella.
-Y...tú, ¿quieres que esto se torne más serio? -inquirió y beso pasionalmente los labios de ella. Se separó cuando ella insistió en separarse para contestarle.
-S-Si -rodeó, nuevamente, el cuello de él y lo atrajo más hacia ella.
Joe lisonjeaba los muslos descubiertos de ella, hasta que sintió con una pequeña tela estorbaba. Era la parte inferior del traje de baño. Abrió sus ojos, pidiendo aprobación. Ella asintió. Pero en vez de despojarla del calzón, soltó las amarras de la parte superior del traje de baño. Los pechos de la chica estaban a su merced y sin pudo empezó a proporcionarle leves caricias con sus labios. Unos gemidos salieron de la boca de ella, los que luego se detuvieron cuando un sonido ajeno al de los dos se hizo presente en el ambiente.
-Pero, ¿qué diablos ahora? -Joe se levantó, mientras _____ maldecía a todo lo que podía.
La chica tomó de la prenda y se la calzó lo más rápido que pudo. Luego se fue en busca de su celular y maldijo mucho más al ver el nombre de su novio reluciendo entremedio de los números.
-¿Qué sucede? -interrogó de la manera más educada ante su rabia.
Se demoró en contestar. El pie izquierdo de _____ se movía con impaciencia.
-Ehm, ¿____? -soltó un sonido, afirmando que estaba al otro lado del celular-. Podrías venir a casa. Ha pasado algo realmente grave y tu mamá te necesita.
Dicho todo, colgó.
- ¡¡Diablos!! ?maldijó.
- ¿Qué paso, amor?
Besó el hombro de ella.
-Debo de irme a casa. Mañana nos encontramos en tu casa, ¿te parece? -lanzó un beso al aire y se fue corriendo, mientras se terminaba de calzar su vestido floreados.
Ahí quedaba Joe, observando como las caderas de la chica se movían de un lado a otro y como lo conquistaban. Hubiese querido retroceder lejos y no haber dejado que la chica contestase el teléfono celular, pero todo indicaba que no era el momento. Tal vez debía ser un momento que jamás pudiesen olvidar y que nadie los interrumpiese.
Se fue caminando hacia el bar. Cargó su camisa a uno de sus hombros y se marchó. A mitad de camino saco su celular y le mando un mensaje de texto a la chica. “Mañana en mi casa a las cuatro de la tarde. Buenas noches”, escribió y envió. Cerró el celular y siguió caminando con la vista puesta sobre el camino. No tenía nada que hacer, desde que ella había llegado ni con Seth podía contar. Sus días estaban hechos por el bar y por la chica, _____.
***
Apenas había llegado a la casa busco a su madre con desesperación. Por el tono de voz, sabía que su novio no mentía, pero no podía dejar de admitir que había odiado que interrumpiese un momento tan importante para ella. Bufó al no encontrarla por ningún lado. De pronto todo circuito de luz desapareció y la casa quedo algo oscuro, el atardecer comenzaba a convertirse en anochecer.
-Aló, ¿hay alguien en casa? -preguntó con el tono elevado, mas nadie le contesto. Soltó otro bufido, esta vez más largo.
Siguió caminando hasta llegar a su cuarto. Apenas entro se tiro en la cama y se quedo observando el techo, pero un sonido que indicaba que le había puesto seguro a la cerradura, hizo que se enderezara. Vio al chico de pelo rizado frente a ella y con una sonrisa encantadora.
-Me asustaste -admitió con su mano aferrada al pecho.
El chico solo soltó una leve sonrisa y se abalanzó sobre ____. Empezó a besarla frenéticamente y sin dejarse de rogar, la chica correspondió a los encantadores besos de su novio. Sus manos rodearon el diminuto cinto de ella para luego bajar hasta el borde del vestido y despojarla de la prenda, una vez que la parte superior del bikini se halló a su merced, lo saco en cosa de segundos.
Ella no se quedó atrás y le saco la musculosa que dejaba a la vista sus torneados brazos. Sus labios fueron atraídos hacia el torso del chico y comenzó a proporcionarle leves besos y dulces caricias en la espalda con sus manos. El pantalón del chico bajo gracias a que las manos que antes habían estado en su espalda bajaron hacia donde estaba la correa y la soltaron, al igual que liberaron el botón del jeans de su ojal.
-¿Qué estamos haciendo, Nick? -preguntó antes de que el chico se dispusiese a bajar la última prenda que quedaba en el cuerpo de su novia.
Soltó una leve sonrisa y sus labios se apoyaron en el cuello de ella. Mientras sus manos se divertían en sus pechos.
-Nada que no hubiésemos hecho antes -aseguró, travieso.
Se devolvió a los labios de ella y bajo sus bóxers y la prenda de su novia. La tiró con algo de fiereza sobre la cama y sin dejar que la chica se preparase para una fuerte embestida, entró en ella.
Un largo gemido salió de entre la boca de ella y se aferró a los hombros de Nick. Pensó que el dolor iría pasando a medida que el tiempo fuese transcurriendo, pero en ese momento se sentía una primeriza. Las embestidas de Nick eran tan fuertes y sin delicadeza alguna. Aún así , Nick, se detuvo antes de que diez minutos hubiesen transcurrido y se dejo rodar a un costado de la cama.
-¿Cómo...ha...e-estado eso? -pronunció con la respiración entre cortada.
“Pésimo. Parecías un animal enjaulado sin una gota de encantado.” Contestó en su foro interno. Luego arregló las palabras en su cabeza que saldrían por su boca.
Sonrió y se volteó a ver a Nick.
-Maravilloso, amor -aseguró con una voz tierna y delicada.
-Mi padre no me ha depositado en la cuenta, por lo que este ha sido tu regalo de aniversario. Amor, hoy día cumplimos siete meses de noviazgo -se levantó un poco para besar con romanticismo los labios de _____.
No podía creer que había sido tan mala novia y no se había acordado de su aniversario de noviazgo. Sin contar que había estado apunto de hacerlo con Joe durante la tarde.
Respondió el beso de Nick con culpabilidad. El juego con Joe comenzaba a salírsele de las manos y no podía evitar sentirse una gran pecadora. Estaba decidida a ir a la Iglesia, esperando a que eso aminorase su culpabilidad ante la infidelidad que estaba llevando a cabo.
jamileth
Re: summer girl joe y tu TERMINADA
Capítulo 18
Se había levantando con la intención de ir a la iglesia, pero antes había decidido pasar al cuarto de su prima. La vio durmiendo. Ni siquiera había sentido la noche anterior a que hora había llegado la blonda. Soltó un bufido y se fue en dirección al baño.
Tomó las llaves que habían sobre una de las mesas apoyadas en la pared y se las metió en su bolsito de correa larga que le hacía juego con la vestimenta; unas sandalias cafés claras con un vestido en tonos amarillentos que llegaban hasta el café y algunas flores que destacaban por ser variados de rojo. Había recogido su flequillo gracias a su cintillo y salió de la casa, dejando solo a Nicholas en su cuarto y sin nada que explicase el vacío al costado del chico.
Los días habían mejorado en la playa al igual que lo había hecho su relación con Joe y a diferencia de como iba su relación con su novio Nick, el que solo la quería mantener a su lado y que quería quedarse en casa todo el día. No entendía en que momento de su vida se le había ocurrida darle una respuesta afirmativa al chico de rulos. Negó ante sus pensamientos.
Cruzó la calle, la que tomaría para llegar justamente a la iglesia. No entendía qué diablos la había llevado a tal punto de llegar a una iglesia durante las vacaciones, pero nuevamente llegó el bichito de la culpa a su cerebro, carcomiéndolo.
“Diablos”. Maldijo en su foro interno y aferro ambas manos al bolsito.
En menos de lo que se pudo haber imaginado estaba enfrente del gran edificio blanco con una cruz resaltando en uno de los sub-edificios más grandes del recinto. Antes de entrar respiró con la intención de tomar la fuerza necesaria para entrar a tal lugar tan puro y divino.
Apenas entró se arrodilló y recordó lo que le había enseñado su madre de pequeña. Su índice unido al dedo corazón; primero iban a la frente, luego al pecho, más tarde te lo llevabas al extremo al lado del corazón y luego se regresaba al otro extremo, a tu derecha. Hecha la señal de la cruz se levantó y divisó uno de los lugares que se ocupaban para confesarse, abrió la puerta y comenzó a hablar.
-Buenos días, padre -pausó. Esperando a recibir una señal de que alguien estuviese al otro lado de la pared de madera.
-Buenos días, hija. ¿Qué es lo que te trae por aquí en este bello día?
Antes de poder contestar la pregunta, sé la pensó por breves minutos. Lo bueno de todo es que no tenía que ver a nadie a los ojos y podía estar en una especia de, hablar con tu conciencia. Solo esa voz te respondía frente a los pecados que había cometido y luego saldría del confesa torio con la intención de rezar diez aves maría y un padre nuestro y todo estaría solucionado, o eso creía ella.
-Me trae el hecho de que la culpa, de que la culpa me carcome la conciencia -admitió con pésame-. Pero no es mi culpa. Digo, si lo es, pero todo tiene una explicación.
-Pues dámela, porque o sino yo no entiendo nada de lo que me estás diciendo -dijo de manera sincera la vocecita, a la que comenzaba a acostumbrarse la chica.
Jugó con sus dedos y mordió su labio inferior en un acto de nerviosismo puro saliendo por los poros de su piel. Suponía que era un excelente momento para escapar y salir corriendo de la iglesia, y luego prometerse que nunca más regresaría a una iglesia, excepto para cuando se fuese a casar y a bautizar a sus hijos. Pero toda esa maravilla se desvaneció cuando unas cuantas palabras salieron involuntariamente por su boca.
-He estado engañando a mi novio de ya siete meses, desde hace unas dos o casi tres semanas. Es cierto que quiero estar con el otro chico, pero mi novio es un chico que me aburre, pero no tengo el valor para terminar con él. A veces resulta ser adorable, sin contar que me ama y eso ya me tiene con bastante culpa -expresó sin pudor. Solo rogaba para que la vocecita le diese un buen consejo y así salir de la iglesia con una ancha y fresca sonrisa.
-Debes de elegir entre uno de los dos -sentenció.
“Genial”, manifestó en su foro interno. “Se suponía que me daría un consejo, no una sentencia que me pondría entre la espada y la pared. Nunca debía haber venido a este lugar”.
-No puedo -chilló-. Digo, lo mío con el otro chico, no es nada concreto.
-Pues si tú no eliges alguien saldrá dañado.
-Esto…muchas gracias por su con-consideración, pero créame que nadie saldrá herido en este extraño triangulo amoroso. Ahora si me disculpa -balbuceó en un principio y luego fue tomando un semblante serio y directo.
Abrió la puerta de la cabina de madera y al salir le dio un portazo. Salió corriendo y olvido todo tipo de modales que le había enseñado su madre en su infancia.
Mientras iba de camino a la casa de Joe se había preguntado varias veces si lo que le había dicho aquella voz tenía al menos un simple por ciento de estar en lo correcto y todo le indicaba que sí. Podía ser que Joe fuese el que menos sufriese, pero Nick mientras no se enterase no sufriría. Al darse cuenta que había llegado al hogar del pelinegro se quedo observando o mejor dicho, ideando un futuro con él. Lo cierto es que no podía imaginarse nada concreto con él, lo sentía tan irreal y perfecto, que a veces un escalofrío recorría su médula espinal de tan solo pensar en una hebra del cabello de Joe.
Pronto lo vio salir por la puerta principal con unos shorts playeros y una camiseta blanca de tele muy fina. Se acercó a ella y le dio un leve beso sobre los labios.
-Hola, amor -expresó, simple.
-Hola, Joe -ni siquiera a Nick le decía amor. Solo cuando quería darle en el gusto lo hacía, pero con un alto nivel de cinismo - ¿Qué haremos hoy día?
-Pensaba en que fuésemos al bosque, luego volvemos a la casa y almorzamos. En la tarde podríamos ir a la playa y luego te voy a dejar a tu casa, ¿te parece o quiere hacer algún cambio?
Negó y rodó el cuello del chico con sus brazos. Se elevó sobre la puntilla de sus pies para así alcanzar y capturar los labios del chico.
-Pues entonces vamos. No hay tiempo que perder -tomó la mano del chico y se fueron corriendo hacia cualquier dirección, pero con la intención de alcanzar su objetivo; el bosque.
Estaban sentados en el pasto seco que caracterizaba al lugar y rodeados de grandes árboles que cumplían un rol muy eficaz; tapar el sol que tenía la intención de llegar hasta el lugar donde estaba la pareja.
_____ tenía su nuca apoyada sobre una de las piernas del chico. Mientras éste se encargaba de acariciar la cabellera castaña de ella y de vez en cuando bajar su cuerpo y así poder alcanzar la frente de ____ con sus labios.
-Ayer era mi aniversario con Nick. Cumplimos siete meses y yo casi lo terminó haciendo contigo -chasqueó con su lengua y tiro su cabeza más hacía atrás, lo suficiente como para que su vista encontrase los ojos del pelinegro -. Me he ganado el título a mejor novia del año.
-_______, no sé de que te preocupas. Hace mucho tiempo que lo engañas. Digo primero estuviste con mi hermano -expresó sin mayor importancia.
A la chica, en cambio, si que le importo y se enderezó tan rápido que se mareó y la vista se le nubló por unos cuantos segundos. Cuando se recuperó se giró y miró a Joe algo molesta.
-¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? -inquirió, avergonzado.
-No te atrevas a comparar mi desliz con tu hermano al tuyo. Lo mío con tu hermano fue un simple beso, pero nada de que fuésemos a parar a una cama y luego nunca te he visto -admitió - Pero contigo es distinto. A ti...A ti, yo de verdad te quiero -aseguró, en tanto sus mejillas se tornaban color carmín.
-¿Acaso me dices que de verdad vale la pena todo este desliz?
Afirmó con su cabeza, moviéndose de arriba hacia abajo con una sonrisa. Sin ninguna palabra se abalanzó sobre el chico y ni siquiera había abrazado el cuello de él, cuando sus labios ya se habían acoplado a los de su compañero y bailaban un perfecto tango sin música.
Pero solo fueron besos los que se vivieron en ese bosque. Cuando iban de vuelta a la casa de Joe, no hicieron nada más que hablar y reír de las estupideces que hacía el chico en la calle y las cuales la chica imitaba sin pudor alguno.
En un tipo de observar las cosas que hacía Joe y mantenerse al margen de lo sucedió, se dio cuenta del por qué valía la pena aquel desliz de verano. Joe la hacía vivir como nunca nadie lo había hecho, como lo había hecho en un principio Nick, pero que luego lo había dejado de lado para convertirse en el príncipe azul que ella jamás había pedido y que jamás pediría en la vida.
-¿Qué tanto me ves? ¿Acaso me he quedado sin un ojo? -interrogó simpáticamente. Estaba introduciendo la llave en la cerradura, pero se había equivocado. Siempre culpaba a que tanto la llave de la puerta que daba al patio como la de la puerta principal parecían tener la forma parecida.
-¿Cómo se te ocurre decir eso? Aparte si hubiese sido eso estaríamos en el hospital, sin contar que hubiese gritado horrorizada por el hecho -admitió con sus labios bastante fruncidos que llegaban a lucir blancos- Eres lindo.
-Y tú muy bella -finalmente abrió la puerta y la hizo pasar a la casa.
Había un exquisito olor a comida, el que despertó en cosa de segundos el apetito tanto del chico como el de ella. Joe no se preocupo de la presencia de ______ y se fue corriendo en dirección a la cocina, en ella estaba su mamá y pudo observar que el olor provenía de una exquisita lasaña con un aspecto maravilloso.
-Joe, dile a _____ que se pase a sentar y tú igual. El almuerzo está listo.
bueno aqui les subi 3 caps..disculpenm x no haberles subido antes pero stoi ocupada...
pueden votar??'
http://www.mtv.com/content/news/2012/boybandbattle/
es x los jonas
Se había levantando con la intención de ir a la iglesia, pero antes había decidido pasar al cuarto de su prima. La vio durmiendo. Ni siquiera había sentido la noche anterior a que hora había llegado la blonda. Soltó un bufido y se fue en dirección al baño.
Tomó las llaves que habían sobre una de las mesas apoyadas en la pared y se las metió en su bolsito de correa larga que le hacía juego con la vestimenta; unas sandalias cafés claras con un vestido en tonos amarillentos que llegaban hasta el café y algunas flores que destacaban por ser variados de rojo. Había recogido su flequillo gracias a su cintillo y salió de la casa, dejando solo a Nicholas en su cuarto y sin nada que explicase el vacío al costado del chico.
Los días habían mejorado en la playa al igual que lo había hecho su relación con Joe y a diferencia de como iba su relación con su novio Nick, el que solo la quería mantener a su lado y que quería quedarse en casa todo el día. No entendía en que momento de su vida se le había ocurrida darle una respuesta afirmativa al chico de rulos. Negó ante sus pensamientos.
Cruzó la calle, la que tomaría para llegar justamente a la iglesia. No entendía qué diablos la había llevado a tal punto de llegar a una iglesia durante las vacaciones, pero nuevamente llegó el bichito de la culpa a su cerebro, carcomiéndolo.
“Diablos”. Maldijo en su foro interno y aferro ambas manos al bolsito.
En menos de lo que se pudo haber imaginado estaba enfrente del gran edificio blanco con una cruz resaltando en uno de los sub-edificios más grandes del recinto. Antes de entrar respiró con la intención de tomar la fuerza necesaria para entrar a tal lugar tan puro y divino.
Apenas entró se arrodilló y recordó lo que le había enseñado su madre de pequeña. Su índice unido al dedo corazón; primero iban a la frente, luego al pecho, más tarde te lo llevabas al extremo al lado del corazón y luego se regresaba al otro extremo, a tu derecha. Hecha la señal de la cruz se levantó y divisó uno de los lugares que se ocupaban para confesarse, abrió la puerta y comenzó a hablar.
-Buenos días, padre -pausó. Esperando a recibir una señal de que alguien estuviese al otro lado de la pared de madera.
-Buenos días, hija. ¿Qué es lo que te trae por aquí en este bello día?
Antes de poder contestar la pregunta, sé la pensó por breves minutos. Lo bueno de todo es que no tenía que ver a nadie a los ojos y podía estar en una especia de, hablar con tu conciencia. Solo esa voz te respondía frente a los pecados que había cometido y luego saldría del confesa torio con la intención de rezar diez aves maría y un padre nuestro y todo estaría solucionado, o eso creía ella.
-Me trae el hecho de que la culpa, de que la culpa me carcome la conciencia -admitió con pésame-. Pero no es mi culpa. Digo, si lo es, pero todo tiene una explicación.
-Pues dámela, porque o sino yo no entiendo nada de lo que me estás diciendo -dijo de manera sincera la vocecita, a la que comenzaba a acostumbrarse la chica.
Jugó con sus dedos y mordió su labio inferior en un acto de nerviosismo puro saliendo por los poros de su piel. Suponía que era un excelente momento para escapar y salir corriendo de la iglesia, y luego prometerse que nunca más regresaría a una iglesia, excepto para cuando se fuese a casar y a bautizar a sus hijos. Pero toda esa maravilla se desvaneció cuando unas cuantas palabras salieron involuntariamente por su boca.
-He estado engañando a mi novio de ya siete meses, desde hace unas dos o casi tres semanas. Es cierto que quiero estar con el otro chico, pero mi novio es un chico que me aburre, pero no tengo el valor para terminar con él. A veces resulta ser adorable, sin contar que me ama y eso ya me tiene con bastante culpa -expresó sin pudor. Solo rogaba para que la vocecita le diese un buen consejo y así salir de la iglesia con una ancha y fresca sonrisa.
-Debes de elegir entre uno de los dos -sentenció.
“Genial”, manifestó en su foro interno. “Se suponía que me daría un consejo, no una sentencia que me pondría entre la espada y la pared. Nunca debía haber venido a este lugar”.
-No puedo -chilló-. Digo, lo mío con el otro chico, no es nada concreto.
-Pues si tú no eliges alguien saldrá dañado.
-Esto…muchas gracias por su con-consideración, pero créame que nadie saldrá herido en este extraño triangulo amoroso. Ahora si me disculpa -balbuceó en un principio y luego fue tomando un semblante serio y directo.
Abrió la puerta de la cabina de madera y al salir le dio un portazo. Salió corriendo y olvido todo tipo de modales que le había enseñado su madre en su infancia.
Mientras iba de camino a la casa de Joe se había preguntado varias veces si lo que le había dicho aquella voz tenía al menos un simple por ciento de estar en lo correcto y todo le indicaba que sí. Podía ser que Joe fuese el que menos sufriese, pero Nick mientras no se enterase no sufriría. Al darse cuenta que había llegado al hogar del pelinegro se quedo observando o mejor dicho, ideando un futuro con él. Lo cierto es que no podía imaginarse nada concreto con él, lo sentía tan irreal y perfecto, que a veces un escalofrío recorría su médula espinal de tan solo pensar en una hebra del cabello de Joe.
Pronto lo vio salir por la puerta principal con unos shorts playeros y una camiseta blanca de tele muy fina. Se acercó a ella y le dio un leve beso sobre los labios.
-Hola, amor -expresó, simple.
-Hola, Joe -ni siquiera a Nick le decía amor. Solo cuando quería darle en el gusto lo hacía, pero con un alto nivel de cinismo - ¿Qué haremos hoy día?
-Pensaba en que fuésemos al bosque, luego volvemos a la casa y almorzamos. En la tarde podríamos ir a la playa y luego te voy a dejar a tu casa, ¿te parece o quiere hacer algún cambio?
Negó y rodó el cuello del chico con sus brazos. Se elevó sobre la puntilla de sus pies para así alcanzar y capturar los labios del chico.
-Pues entonces vamos. No hay tiempo que perder -tomó la mano del chico y se fueron corriendo hacia cualquier dirección, pero con la intención de alcanzar su objetivo; el bosque.
Estaban sentados en el pasto seco que caracterizaba al lugar y rodeados de grandes árboles que cumplían un rol muy eficaz; tapar el sol que tenía la intención de llegar hasta el lugar donde estaba la pareja.
_____ tenía su nuca apoyada sobre una de las piernas del chico. Mientras éste se encargaba de acariciar la cabellera castaña de ella y de vez en cuando bajar su cuerpo y así poder alcanzar la frente de ____ con sus labios.
-Ayer era mi aniversario con Nick. Cumplimos siete meses y yo casi lo terminó haciendo contigo -chasqueó con su lengua y tiro su cabeza más hacía atrás, lo suficiente como para que su vista encontrase los ojos del pelinegro -. Me he ganado el título a mejor novia del año.
-_______, no sé de que te preocupas. Hace mucho tiempo que lo engañas. Digo primero estuviste con mi hermano -expresó sin mayor importancia.
A la chica, en cambio, si que le importo y se enderezó tan rápido que se mareó y la vista se le nubló por unos cuantos segundos. Cuando se recuperó se giró y miró a Joe algo molesta.
-¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? -inquirió, avergonzado.
-No te atrevas a comparar mi desliz con tu hermano al tuyo. Lo mío con tu hermano fue un simple beso, pero nada de que fuésemos a parar a una cama y luego nunca te he visto -admitió - Pero contigo es distinto. A ti...A ti, yo de verdad te quiero -aseguró, en tanto sus mejillas se tornaban color carmín.
-¿Acaso me dices que de verdad vale la pena todo este desliz?
Afirmó con su cabeza, moviéndose de arriba hacia abajo con una sonrisa. Sin ninguna palabra se abalanzó sobre el chico y ni siquiera había abrazado el cuello de él, cuando sus labios ya se habían acoplado a los de su compañero y bailaban un perfecto tango sin música.
Pero solo fueron besos los que se vivieron en ese bosque. Cuando iban de vuelta a la casa de Joe, no hicieron nada más que hablar y reír de las estupideces que hacía el chico en la calle y las cuales la chica imitaba sin pudor alguno.
En un tipo de observar las cosas que hacía Joe y mantenerse al margen de lo sucedió, se dio cuenta del por qué valía la pena aquel desliz de verano. Joe la hacía vivir como nunca nadie lo había hecho, como lo había hecho en un principio Nick, pero que luego lo había dejado de lado para convertirse en el príncipe azul que ella jamás había pedido y que jamás pediría en la vida.
-¿Qué tanto me ves? ¿Acaso me he quedado sin un ojo? -interrogó simpáticamente. Estaba introduciendo la llave en la cerradura, pero se había equivocado. Siempre culpaba a que tanto la llave de la puerta que daba al patio como la de la puerta principal parecían tener la forma parecida.
-¿Cómo se te ocurre decir eso? Aparte si hubiese sido eso estaríamos en el hospital, sin contar que hubiese gritado horrorizada por el hecho -admitió con sus labios bastante fruncidos que llegaban a lucir blancos- Eres lindo.
-Y tú muy bella -finalmente abrió la puerta y la hizo pasar a la casa.
Había un exquisito olor a comida, el que despertó en cosa de segundos el apetito tanto del chico como el de ella. Joe no se preocupo de la presencia de ______ y se fue corriendo en dirección a la cocina, en ella estaba su mamá y pudo observar que el olor provenía de una exquisita lasaña con un aspecto maravilloso.
-Joe, dile a _____ que se pase a sentar y tú igual. El almuerzo está listo.
bueno aqui les subi 3 caps..disculpenm x no haberles subido antes pero stoi ocupada...
pueden votar??'
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es x los jonas
jamileth
Re: summer girl joe y tu TERMINADA
ai muchas gracias por el maraton mell
me encanta esta nove siguela plis
y claro ahora mismo voy a votar
me encanta esta nove siguela plis
y claro ahora mismo voy a votar
Nani Jonas
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