transcendence | novela colectiva.

Capitulo 004

Él estaba perdido.

Quería salir de su casa, buscar a sus amigos y huir. Sus padres se habían vuelto paranoicos, desde que todo comenzó. Habían tirado cualquier cosa electrónica y compraron provisiones para quizás un año. Odiaba todo eso. Estaba claro que hoy saldría, sin importarle que, extrañaba a su mejor amigo, Nathaniel, habían perdido el contacto justo cuando su madre entro a su habitación y habia tirado su celular. Ahora tenía una mochila llena de provisiones y estaba frente a la puerta; saldría luego de meses. Con cuidado abrió la puerta y sin hacer ruido salió, cerrándola tras de ella.

Todo a su alrededor parecía abandonado, ni una sola alma parecía pasar por la que meses atrás era una calle muy transitada, con cuidado siguió su camino sin mirar atrás, siempre atenta de cualquier movimiento que pudiera producirse en el lugar. Algo se movió en algún lugar pero estaba segura que era el gato de su vecina, tenía que buscar algún refugio de eso no habia duda pero por el momento solo quería buscar a su mejor amigo.

Fue allí cuando entendió que la seguían.

Quien la siguiera se esforzaba mucho, trataba que sus pasos fueras iguales a los de ella e iba despacio para que no lo descubrieran. Pero Sophie lo había descubierto.

—Sé que estas allí —dijo mientras se volteaba y veía a una figura salir de un callejón.

Se sorprendió cuando vio a su hermano salir de allí, no podía creer que le habia seguido, Nicolás no era de las personas que se escaparan pero el hecho que el estuviera frente a ella le afectó muchísimo. No sabía que decir, se había quedado sin habla.

—Sophie, yo...

—No hables —le soltó —, solo camina.

El camino para buscar un refugio fue silencio, Sophie estaba molesta con su hermano, ¿por qué la había seguido?, no quiso preguntarle, sabía que su hermano le contestaría con cualquier estupidez y no tenía tiempo para eso. Pronto se haría de noche y tenían que buscar donde pasar la noche, recordó el edificio abandonado cercano a su antigua escuela, eso serviría.

Cuando por fin llegaron dejaron, la chica dejó caer la mochila con provisiones mientras se sentaba en el suelo de una de las tantas habitaciones de ese lugar, que alguna vez habia llegado a ser un hotel que no había funcionado para luego quedar a su abandono.

―¿Por qué has venido?

―No podías dejarme con ellos ―Soph entiende lo que él quiere decir, sus padres lentamente habían perdido la cabeza.

―Debiste haberme avisado ―lo regaño ―, ¿Qué hubiera pasado si te hubieran atrapado?

―Parecemos esas cosas, no hubiera pasado mucho.

Ella sabe que él tiene razón, ambos tienen los ojos azules del tono suficiente para lograr pasar el desapercibidos el tiempo justo para huir de esas cosas.

―Eso no viene al caso ―dijo apartando esos pensamientos de su mente ―, ¡Debiste haberme avisado!

―¡Ya! ―su hermano grito ―, pelear nos llevara a mucho

—Saldré a buscar más personas —le dijo a su hermano, luego de unos largos minutos de silencio, la idea de tener que pasar los últimos días con él era extraña.

Habían conseguido una habitación en el tercer piso así que podía ver mejor los alrededores del edificio, escuchó voces en la entrada y cuando miro por la ventana se encontró con un grupo de chicos, no podía verles la cara pero uno se le hacía muy conocido; y eso era porque ese chico era Nathaniel.

La chica corrió lo más que pudo para bajar lo más rápido posible y cuando estuvo a unos pasos de salir alguien la detuvo empujándola hacia un lado.

—¿Qué crees que hacer? —el chico que la había detenido le preguntó.

—Es mi mejor amigo.

—¿Mejor amigo? Él está perdido.

Sophie vio por una ventana cercana y entendió lo que el chico le quería decir; lo ojos de Nathaniel estaban azules.