Run | One-Shot | Suspenso.

Hace mucho tiempo que corría y las piernas le comenzaban a doler demasiado. No podía parar el vendría por ella y la mataría, tal como había hecho con sus amigas y su familia. Todo comenzó hace tres días, su padre había invitado a las familias de sus dos mejores amigas a un campamento, este sucedería en unas  pequeñas cabañas lejos de toda sociedad, eso le encanto. El primer día todo transcurrió de una manera normal, sus amigas y ella habían explorado el complejo el cual se encontraban y descubrieron que eran las únicas personas en ese lugar no temieron cuando se enteraron, al fin y al cabo todo seria para ellos ¿No?

El segundo día fue otra historia, una tormenta cayó sobre ellos y apenas pudieron llegar al edificio principal para reunirse con el grupo y disfrutar de una cálida cena. El tercer día fue diferente… La lluvia había parado pero su padre no estaba, al principio pensaron que pudo haber ido a correr pero cuando este no volvió para la tarde notaron que algo raro pasaba. Los padres de sus amigas salieron a buscarlo dejándolas solas a las tres, ellas creyeron en que cualquier momento ellos regresarían… Que equivocadas estaban.

La noche cayó demasiado rápido y antes que se pudieran dar cuenta la medianoche se acercaba rápidamente. Preocupadas decidieron salir a buscarlos, tan solo vistiendo sus pijamas y con una linterna cada una se lanzó a la fría oscuridad del bosque. Aun principio no encontraron nada pero luego cuando estaban bastante alejadas del campamento encontraron la linterna de sus padres, la reconocieron al ser igual a las suyas pero la pregunta surgió antes que pudieran formularla ¿Dónde estaban los dueños?

Fue allí cuando empezó el terror, la mayor de las chicas sugirió separarse y así tener más alcance de búsqueda las tres chicas estuvieron de acuerdo y comenzaron su camino. Nuestra protagonista camino por largo rato sin encontrar algo producente hasta que vio una pequeña cabaña en el bosque, primer gran error. Cuando estuvo lo bastante cerca sintió un ligero olor a descompuesto pero sin importarle mucho decidió entrar para ver si consiguió algo con que protegerse. El silencio que hacía en ese momento era lo que más le perturbaba.

Los ojos casi se le salen de sus orbitas cuando al abrir la puerta, encontró la imagen de su padre degollado en una mesa, su estómago estaba abierto dando una no tan bonita vista, aguantando las ganas de vomitar y de llorar paso de largo tratando de encontrar algo más producente. Distrayéndose con algo, choco contra la pared pero desde que tenía uso de razón sabía que las paredes no se movían; no pudo aguantar el grito cuando se volvió y se encontró con la imagen de su madre colgada tal res en el techo, la mujer se encontraba desnuda con el estómago abierto pero este, al contrario de su padre, se encontraba vacío. Traumatizada, la chica salió de la casa tan rápido pudo entre temblores y llantos cuando se encontró afuera corrió lo más rápido que pudo tratando de encontrar a sus dos amigas.

La primera no había tenido tanta suerte, la había encontrado colgada con una soga al estilo suicida en un árbol a su amiga le faltaban los ojos y de los agujeros negros que ahora tenía en su cara, la sangre salía de a montones. Nuestra chica corrió más rápido tratando de buscar a la más pequeña del grupo, cuando la encontró esta se encontraba de espaldas y no había notado su presencia, la menor se encontraba quieta sin mover un solo musculo y cuando estuvo a punto de gritarle un destello plateado le atravesó del cuello, solo unos segundos bastaron para que la cabeza cayera al piso y el cuerpo la acompañara.

Esta vez no pudo contener los gritos de terror y el asesino de todo lo que amaba la miro. Quizás solo fueron unos segundo pero para ella fueron horas, cuando reacciono comenzó a correr tan rápido pudo. Y es donde hemos empezados, nuestra protagonista corriendo por los caminos del bosque buscando un lugar donde refugiarse, primero pensó en el campamento pero sabía que ese no era un lugar seguro luego pensó en el auto de sus padres pero ella apenas sabia manejar, su destino era morir. Pero como si la esperanza quisiera jugar un rato más, encontró una carretera donde pasaban coches cada minuto, cegada por la esperanza de vivir corrió hasta ella, sin fijarse que un auto pasaba en ese momento atropellándola en el acto.

El sonido del hombre afilando su hacha perturbo al maravilloso silencio del bosque, aunque a este poco le importaba, su cabaña ahora se encontraba limpia sin ningún rastro de sangre o de cuerpos, todo había sido limpiado minuciosamente. Un sonido le llamo la atención en el exterior, tras acercarse a la ventana y correr un poco la cortina se encontró con dos autos  que se dirigían al campamento de las cabañas. Sonrió para sus adentros, al parecer jugaría un poco más.