Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Tras mis pasos {Harry Styles, Zayn Malik y _____}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Tras mis pasos {Harry Styles, Zayn Malik y _____}
Capítulo uno.
Estaba soñolienta y desorientada … algo me acababa de despertar. Mientras buscaba a tientas con la mano mi móvil para mirar la hora me di cuenta de que un número desconocido me llamaba.
Con dudas acepté la llamada y me llevé el móvil a la oreja.
—¿Diga?
No se oía nada. Finalmente un suspiro despidió aquella absurda situación y salieron unos pitidos intermitentes para señalizar que habían cortado la línea. Tiré el móvil a un lado resoplando irritada por haber interrumpido mis lindos sueños con una tontería.
Miré el reloj y vi que eran las seis de la mañana … maldije por dentro a quién me había llamado, sabiendo que no podría volver a dormir. Al menos era viernes.
Sentí la boca seca y pastosa y me levanté en busca de un vaso de agua. No me quedaba más remedio que empezar ha preparar las cosas … obviamente terminé muy temprano y tuve tiempo de sobra para entretenerme con mi ordenador mientras desayunaba.
A las ocho menos cuarto me puse mi chaqueta sobre la camiseta de manga corta. Las mañanas de Delaware eran frescas pero después hacía calor.
Con la mochila sobre un hombro salí de mi casa para ir al instituto. Lo odiaba. No había nada más aborrecible que aquellas horas encerrada fingiendo prestar atención a los profesores.
A mis diecisiete años estaba harta de estudiar y en cuanto terminase el bachillerato me buscaría la vida, la única razón por la que seguía estudiando era por mis padres.
Cuando finalizaron las clases salí lo más rápido posible del gentío que se apelotonaba en los pasillos del colegio. Una llamada me interrumpió cuando bajaba las escaleras que daban a la calle. Otra vez un número privado. Respondí malhumorada recordando mi falta de sueño.
—¿Quién es?
—Hola, _____.
Di un respingo al escuchar mi nombre en un tono de voz burlón y distorsionado. Quién fuera que fuese el que me
estuviera gastando esa broma me estaba cabreando.
—No estoy para idioteces, si te aburres ¡cómprate una vida!
Una risita se filtró por el teléfono y me puso el vello de punta antes de que el desconocido colgara. Un minuto después salí del edificio y vi a Harry apoyado en su brillante coche negro manejando su móvil. Me acerqué a paso ligero y poniéndome frente a él y le pregunté:
—¿Me has llamado tú?
Alzó sus ojos verdes para mirarme con una nota de broma.
—Hola a ti también, cielo –sonrió. Me crucé de brazos en protesta y pasó su brazo por mi cintura para acercarme sin borrar su alegría – te veo estresada.
—Eso pasa porque alguien me llamó de madrugada y me despertó – cambié el peso de cadera.
—Yo no fui – alzó las manos –no me gusta verte de mal humor.
—Eso tiene fácil solución – le sonreí. Sus manos se apretaron en mis caderas. Se aproximó rápido para presionar sus labios con los míos y rozó su lengua con ellos rogando la entrada a mi boca. Aprisioné su labio superior y nos dejamos llevar por el calor del momento. Nos separamos por el simple hecho de necesitar aire.
—Esto siempre funciona – dijo Harry victorioso.
—Sí – me burlé – aunque yo me refería a que me invitases a comer.
—Amhm– ambos reímos – está bien, yo también tengo hambre.
Los dos subimos al coche y Harry condujo hacia el Hot Stuff, nuestro restaurante favorito para pedir unas hamburguesas. Me encantaba verlo conducir. Desde el asiento de copiloto lo veía concentrado, con un rostro sereno y cauto. Nunca lo veía más controlado que conduciendo. Por lo general, Harry era un chico impulsivo, a veces prepotente y en otras ocasiones era más razonable. Lo que no cambiaba nunca era su amor por un bonito coche, era especialmente delicado con el suyo.
Mientras seguía observándole el móvil vibró en mi bolsillo.
Número desconocido.
< Esa escenita con tu novio me ha puesto muy celoso ;) >
Me quedé releyendo varias veces el mensaje de texto, al cabo de unos segundo me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración.
—¿Estás bien? - Harry me sacó del ensimismamiento.
Sacudí la cabeza tratando de regresar a la realidad. ¿Quién me estaba haciendo aquello? ¿Era una broma o me vigilaban? En todo caso, ¿cómo había conseguido mi teléfono?
Conduciendo con su mano izquierda, Harry puso la otra en mi muslo recordándome que seguía allí. Puse mi mano
sobre la suya entrelazando nuestros dedos y asentí. No quería comerme la cabeza con una estupidez como esa.
—No pasa nada – le tranquilicé tirando de mis labios.
En el restaurante pedimos nuestro menú habitual de hamburguesas y patatas fritas para llevar y fuimos a comer en uno de los parques cercanos. Sentados en el césped me llevé mi primera patata frita a la boca y empecé
una conversación.
—¿Y qué tal fue tu día?
—Ya sabes, aburrido – se encogió de hombros –estuve un rato con Justin. Me dijo de pasarnos a una fiesta esta noche.
—Genial …
—Eso no ha sonado muy entusiasta – dijo dando un pellizco en mi barbilla.
—No, si me apetece.
—No me mientas – me acusó con la mirada.
—Harry, cada vez que vamos a una fiesta la gente se olvida de que tú y yo estamos juntos – le reproché.
—¿Lo dices por lo qué paso la última vez?
Asentí llevando mi mente a ese momento en el que un tío moreno me pilló desprevenida y se puso a coquetear conmigo más cerca de lo que debía. Sin darme tiempo a reaccionar Harry se acercó y lo apartó de un empujón, matándolo con la mirada. Le advirtió de no querer volver a verlo nunca más o se metería en problemas. El chico se fue burlándose y por supuesto Harry se irritó tanto que la pagó conmigo. Los celos le poseían
continuamente.
— No me iré de tu lado – me prometió.
—Si esta noche nos enfadamos no volvemos a salir a una fiesta de este tipo, ¿queda claro?
—Trato hecho.
Su sonrisa apareció mientras tiraba de mí para tumbarnos juntos en el suelo. Había miles de formas de divertirse juntos, si las fiestas nos fastidiaban, tendríamos que buscar otra manera de pasar el tiempo.
Terminamos de comer y Harry me llevó a su apartamento. Él vivía allí solo. Se podía permitir alquilarlo con el dinero de todas sus apuestas.
Él aseguraba hacer juego limpio, pero yo tenía mis dudas sobre si hacía trampas, claro que nunca lo iba a cuestionar. Cartas, máquinas tragaperras, billar, todo lo que en un casino se podía encontrar, todo era capaz de ganar Harry y ganarse una buena cantidad de dinero.
Yo había llegado a ser su acompañante en varias ocasiones, según él, llevarme le daba suerte. Yo no protestaba, aunque los centros a los que solíamos ir no eran muy limpios y elegantes. Tampoco es que nos rodeáramos de gente especialmente tranquila, todos sin excepción iban armados, incluido Harry.
En cuanto pasamos por la puerta de su casa, Harry dejó su pistola en la mesilla del recibidor y yo pasé directamente a descalzarme como si estuviera en mi casa. Harry fue hacia el sofá deshaciéndose de la camiseta. Fui a sentarme a su lado, pero justo cuando pasaba frente a él me agarró de las caderas para colocarme sobre sus rodillas, de espaldas a él. Me sentía a gusto entre sus fuertes y seguros brazos ajustados en mi cintura.
— ¿Qué planes tenemos este fin de semana? - susurró en mi oído.
—Me da igual, ¿tú tienes alguna idea? - dije apoyando toda mi espalda en su pecho y reclinando la cabeza en
su hombro.
—Quédate conmigo – sus labios rozaron mi cuello y poco después empezó a besarlo – tengo en mi cabeza la ecuación: ____ + Harry = Cama – reí ligeramente y sentí que él también sonreía – ¿no me dirás que no te gusta?
—A mí me encanta, pero existe un problema llamado “padres”.
—Invéntate algo – se encogió de hombros – ¡fiesta de pijamas con chicas! ¡Yuhú! –fingió entusiasmo con un tono afeminado.
—Ya veré que historia me monto – negué con la cabeza.
—Entonces tú y yo tenemos un caliente fin de semana por delante.
Su tono sensual me advirtió de sus intenciones. Noté como Harry se deshacía del botón de mis jeans e
introducía la mano en el interior.
—¿Qué crees que haces? - le pregunté en una indignación sobreactuada.
—Oh, vamos nena, un poco de diversión – mordisqueó el lóbulo de mi oreja y un hormigueo me recorrió de arriba a abajo.
Harry masajeó mi clítoris con un dedo y empecé a agitarme. Otro dedo discurrió hacia mi interior haciéndome escapar un gemido. Su boca estaba a la altura de mi cuello, el cuál mordisqueaba y besaba sin cesar. Trazó movimientos circulares entre los labios de mi feminidad y siguió penetrando y sacando sus dedos. En mi interior sentía que estaba ardiendo.
De repente el móvil empezó a vibrar y sonar en mi bolsillo. Solté un bufido en protesta. Aquello me desconectó por completo. ¿Quién podía ser tan oportuno? En ese momento recordé lo irritante que había llegado a ser el tipo que me llamaba y mandaba mensajes de incógnito.
Me aparté de Harry levantándome y respondí al teléfono. Harry puso una cara en protesta.
—¿Qué?
—____, ¿dónde estás?
—Mamá – dije sorprendida mirando mi reloj de pulsera –estoy … con mis amigos en la cancha de baloncesto –improvisé de forma natural. Harry puso cara de burla.
—Me tienes que avisar ____, ¿no entiendes que me preocupo?
—Lo siento, mamá.
—Está bien. ¿A qué hora regresas?
—En un rato. Pero mamá, esta noche hay una fiesta a la que quiero ir con unas amigas, y después, Blake ha decidido hacer reunión de chicas todo el fin de semana.
—¿Me estás pidiendo salir el fin de semana entero? -preguntó incrédula.
—Emhm … sí.
—¡Já!
—¡Mamá! Hace mucho que no salgo, y será muy divertido. Blake lo tiene todo planeado, ¿pretendes que sea la única sin ir?
—Una condición – solté un suspiro que significaba “lo que sea” – el lunes te quiero aquí puntual y estudiarás de todo.
—Hecho – repuse.
—No te metas en líos – me advirtió.
—Tranquila. Te quiero.
—Y yo a ti.
La línea se cortó y regresé mi vista a los ojos de Harry. Con una sonrisa irónica empezó a dar palmadas lentamente en honor a mi actuación. Teatralmente me incliné agradeciendo su aplauso.
—Nena, mereces un Óscar –dijo agarrando el borde de mis vaqueros para acercarme al sofá – ¿dónde estábamos antes de la interrupción? - alcé una ceja - ¡Ah, sí! Por aquí …
Harry alzó mi camiseta por encima del ombligo para besar mi piel. Puse una mano en su hombro y lo empujé hacia atrás. Me puse a horcajadas sobre él y pasé mis manos por su suave y alocado pelo.
—Lo siento Haz, pero se me ha bajado el calentón.
—Te puedo encender en menos de lo que crees – sonrió seguro de sí mismo.
—Creído – le mordí la oreja. Sus manos apretaron mi culo provocando que gimiera – Harry, le dije a mi madre que estaría en casa en poco tiempo.
—Está bien, está bien – alzó las manos en respuesta. Me levanté y le di la mano para que también se levantara del sofá – pero sólo porque tenemos el resto del fin de semana para nosotros solos.
Estaba soñolienta y desorientada … algo me acababa de despertar. Mientras buscaba a tientas con la mano mi móvil para mirar la hora me di cuenta de que un número desconocido me llamaba.
Con dudas acepté la llamada y me llevé el móvil a la oreja.
—¿Diga?
No se oía nada. Finalmente un suspiro despidió aquella absurda situación y salieron unos pitidos intermitentes para señalizar que habían cortado la línea. Tiré el móvil a un lado resoplando irritada por haber interrumpido mis lindos sueños con una tontería.
Miré el reloj y vi que eran las seis de la mañana … maldije por dentro a quién me había llamado, sabiendo que no podría volver a dormir. Al menos era viernes.
Sentí la boca seca y pastosa y me levanté en busca de un vaso de agua. No me quedaba más remedio que empezar ha preparar las cosas … obviamente terminé muy temprano y tuve tiempo de sobra para entretenerme con mi ordenador mientras desayunaba.
A las ocho menos cuarto me puse mi chaqueta sobre la camiseta de manga corta. Las mañanas de Delaware eran frescas pero después hacía calor.
Con la mochila sobre un hombro salí de mi casa para ir al instituto. Lo odiaba. No había nada más aborrecible que aquellas horas encerrada fingiendo prestar atención a los profesores.
A mis diecisiete años estaba harta de estudiar y en cuanto terminase el bachillerato me buscaría la vida, la única razón por la que seguía estudiando era por mis padres.
Cuando finalizaron las clases salí lo más rápido posible del gentío que se apelotonaba en los pasillos del colegio. Una llamada me interrumpió cuando bajaba las escaleras que daban a la calle. Otra vez un número privado. Respondí malhumorada recordando mi falta de sueño.
—¿Quién es?
—Hola, _____.
Di un respingo al escuchar mi nombre en un tono de voz burlón y distorsionado. Quién fuera que fuese el que me
estuviera gastando esa broma me estaba cabreando.
—No estoy para idioteces, si te aburres ¡cómprate una vida!
Una risita se filtró por el teléfono y me puso el vello de punta antes de que el desconocido colgara. Un minuto después salí del edificio y vi a Harry apoyado en su brillante coche negro manejando su móvil. Me acerqué a paso ligero y poniéndome frente a él y le pregunté:
—¿Me has llamado tú?
Alzó sus ojos verdes para mirarme con una nota de broma.
—Hola a ti también, cielo –sonrió. Me crucé de brazos en protesta y pasó su brazo por mi cintura para acercarme sin borrar su alegría – te veo estresada.
—Eso pasa porque alguien me llamó de madrugada y me despertó – cambié el peso de cadera.
—Yo no fui – alzó las manos –no me gusta verte de mal humor.
—Eso tiene fácil solución – le sonreí. Sus manos se apretaron en mis caderas. Se aproximó rápido para presionar sus labios con los míos y rozó su lengua con ellos rogando la entrada a mi boca. Aprisioné su labio superior y nos dejamos llevar por el calor del momento. Nos separamos por el simple hecho de necesitar aire.
—Esto siempre funciona – dijo Harry victorioso.
—Sí – me burlé – aunque yo me refería a que me invitases a comer.
—Amhm– ambos reímos – está bien, yo también tengo hambre.
Los dos subimos al coche y Harry condujo hacia el Hot Stuff, nuestro restaurante favorito para pedir unas hamburguesas. Me encantaba verlo conducir. Desde el asiento de copiloto lo veía concentrado, con un rostro sereno y cauto. Nunca lo veía más controlado que conduciendo. Por lo general, Harry era un chico impulsivo, a veces prepotente y en otras ocasiones era más razonable. Lo que no cambiaba nunca era su amor por un bonito coche, era especialmente delicado con el suyo.
Mientras seguía observándole el móvil vibró en mi bolsillo.
Número desconocido.
< Esa escenita con tu novio me ha puesto muy celoso ;) >
Me quedé releyendo varias veces el mensaje de texto, al cabo de unos segundo me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración.
—¿Estás bien? - Harry me sacó del ensimismamiento.
Sacudí la cabeza tratando de regresar a la realidad. ¿Quién me estaba haciendo aquello? ¿Era una broma o me vigilaban? En todo caso, ¿cómo había conseguido mi teléfono?
Conduciendo con su mano izquierda, Harry puso la otra en mi muslo recordándome que seguía allí. Puse mi mano
sobre la suya entrelazando nuestros dedos y asentí. No quería comerme la cabeza con una estupidez como esa.
—No pasa nada – le tranquilicé tirando de mis labios.
En el restaurante pedimos nuestro menú habitual de hamburguesas y patatas fritas para llevar y fuimos a comer en uno de los parques cercanos. Sentados en el césped me llevé mi primera patata frita a la boca y empecé
una conversación.
—¿Y qué tal fue tu día?
—Ya sabes, aburrido – se encogió de hombros –estuve un rato con Justin. Me dijo de pasarnos a una fiesta esta noche.
—Genial …
—Eso no ha sonado muy entusiasta – dijo dando un pellizco en mi barbilla.
—No, si me apetece.
—No me mientas – me acusó con la mirada.
—Harry, cada vez que vamos a una fiesta la gente se olvida de que tú y yo estamos juntos – le reproché.
—¿Lo dices por lo qué paso la última vez?
Asentí llevando mi mente a ese momento en el que un tío moreno me pilló desprevenida y se puso a coquetear conmigo más cerca de lo que debía. Sin darme tiempo a reaccionar Harry se acercó y lo apartó de un empujón, matándolo con la mirada. Le advirtió de no querer volver a verlo nunca más o se metería en problemas. El chico se fue burlándose y por supuesto Harry se irritó tanto que la pagó conmigo. Los celos le poseían
continuamente.
— No me iré de tu lado – me prometió.
—Si esta noche nos enfadamos no volvemos a salir a una fiesta de este tipo, ¿queda claro?
—Trato hecho.
Su sonrisa apareció mientras tiraba de mí para tumbarnos juntos en el suelo. Había miles de formas de divertirse juntos, si las fiestas nos fastidiaban, tendríamos que buscar otra manera de pasar el tiempo.
Terminamos de comer y Harry me llevó a su apartamento. Él vivía allí solo. Se podía permitir alquilarlo con el dinero de todas sus apuestas.
Él aseguraba hacer juego limpio, pero yo tenía mis dudas sobre si hacía trampas, claro que nunca lo iba a cuestionar. Cartas, máquinas tragaperras, billar, todo lo que en un casino se podía encontrar, todo era capaz de ganar Harry y ganarse una buena cantidad de dinero.
Yo había llegado a ser su acompañante en varias ocasiones, según él, llevarme le daba suerte. Yo no protestaba, aunque los centros a los que solíamos ir no eran muy limpios y elegantes. Tampoco es que nos rodeáramos de gente especialmente tranquila, todos sin excepción iban armados, incluido Harry.
En cuanto pasamos por la puerta de su casa, Harry dejó su pistola en la mesilla del recibidor y yo pasé directamente a descalzarme como si estuviera en mi casa. Harry fue hacia el sofá deshaciéndose de la camiseta. Fui a sentarme a su lado, pero justo cuando pasaba frente a él me agarró de las caderas para colocarme sobre sus rodillas, de espaldas a él. Me sentía a gusto entre sus fuertes y seguros brazos ajustados en mi cintura.
— ¿Qué planes tenemos este fin de semana? - susurró en mi oído.
—Me da igual, ¿tú tienes alguna idea? - dije apoyando toda mi espalda en su pecho y reclinando la cabeza en
su hombro.
—Quédate conmigo – sus labios rozaron mi cuello y poco después empezó a besarlo – tengo en mi cabeza la ecuación: ____ + Harry = Cama – reí ligeramente y sentí que él también sonreía – ¿no me dirás que no te gusta?
—A mí me encanta, pero existe un problema llamado “padres”.
—Invéntate algo – se encogió de hombros – ¡fiesta de pijamas con chicas! ¡Yuhú! –fingió entusiasmo con un tono afeminado.
—Ya veré que historia me monto – negué con la cabeza.
—Entonces tú y yo tenemos un caliente fin de semana por delante.
Su tono sensual me advirtió de sus intenciones. Noté como Harry se deshacía del botón de mis jeans e
introducía la mano en el interior.
—¿Qué crees que haces? - le pregunté en una indignación sobreactuada.
—Oh, vamos nena, un poco de diversión – mordisqueó el lóbulo de mi oreja y un hormigueo me recorrió de arriba a abajo.
Harry masajeó mi clítoris con un dedo y empecé a agitarme. Otro dedo discurrió hacia mi interior haciéndome escapar un gemido. Su boca estaba a la altura de mi cuello, el cuál mordisqueaba y besaba sin cesar. Trazó movimientos circulares entre los labios de mi feminidad y siguió penetrando y sacando sus dedos. En mi interior sentía que estaba ardiendo.
De repente el móvil empezó a vibrar y sonar en mi bolsillo. Solté un bufido en protesta. Aquello me desconectó por completo. ¿Quién podía ser tan oportuno? En ese momento recordé lo irritante que había llegado a ser el tipo que me llamaba y mandaba mensajes de incógnito.
Me aparté de Harry levantándome y respondí al teléfono. Harry puso una cara en protesta.
—¿Qué?
—____, ¿dónde estás?
—Mamá – dije sorprendida mirando mi reloj de pulsera –estoy … con mis amigos en la cancha de baloncesto –improvisé de forma natural. Harry puso cara de burla.
—Me tienes que avisar ____, ¿no entiendes que me preocupo?
—Lo siento, mamá.
—Está bien. ¿A qué hora regresas?
—En un rato. Pero mamá, esta noche hay una fiesta a la que quiero ir con unas amigas, y después, Blake ha decidido hacer reunión de chicas todo el fin de semana.
—¿Me estás pidiendo salir el fin de semana entero? -preguntó incrédula.
—Emhm … sí.
—¡Já!
—¡Mamá! Hace mucho que no salgo, y será muy divertido. Blake lo tiene todo planeado, ¿pretendes que sea la única sin ir?
—Una condición – solté un suspiro que significaba “lo que sea” – el lunes te quiero aquí puntual y estudiarás de todo.
—Hecho – repuse.
—No te metas en líos – me advirtió.
—Tranquila. Te quiero.
—Y yo a ti.
La línea se cortó y regresé mi vista a los ojos de Harry. Con una sonrisa irónica empezó a dar palmadas lentamente en honor a mi actuación. Teatralmente me incliné agradeciendo su aplauso.
—Nena, mereces un Óscar –dijo agarrando el borde de mis vaqueros para acercarme al sofá – ¿dónde estábamos antes de la interrupción? - alcé una ceja - ¡Ah, sí! Por aquí …
Harry alzó mi camiseta por encima del ombligo para besar mi piel. Puse una mano en su hombro y lo empujé hacia atrás. Me puse a horcajadas sobre él y pasé mis manos por su suave y alocado pelo.
—Lo siento Haz, pero se me ha bajado el calentón.
—Te puedo encender en menos de lo que crees – sonrió seguro de sí mismo.
—Creído – le mordí la oreja. Sus manos apretaron mi culo provocando que gimiera – Harry, le dije a mi madre que estaría en casa en poco tiempo.
—Está bien, está bien – alzó las manos en respuesta. Me levanté y le di la mano para que también se levantara del sofá – pero sólo porque tenemos el resto del fin de semana para nosotros solos.
canadianhotboy
Re: Tras mis pasos {Harry Styles, Zayn Malik y _____}
CAPÍTULO 2.
Harry y yo bajamos por las escaleras del bloque de pisos hasta el garaje para entrar en su coche. Justo cuando me abroché el cinturón y me puse cómoda en el asiento, la señal de un sms recibido me alertó. Abrí el mensaje con pesadez y leí el texto.
< Mamá te cortó el royo? >
—¿De qué coño va todo esto? – me pregunté a mí misma.
—¿El qué? – se extraño Harry mientras arrancaba el coche y salíamos de allí.
—Te dije que hay un cabrón haciéndome llamadas anónimas – él asintió –antes de comer me mandó un mensaje
y ahora otro …
—¿Qué dicen?
—Que se puso celoso cuando me vio contigo en la puerta del insti … y ahora sabe que mi madre nos ha interrumpido.
Harry apretó el manilla del coche marcando sus nudillos.
—¿Te está vigilando?
—Eso parece – respondí en un susurro. Tras un minuto en tenso silencio Harry siguió.
—¿A quién mierda le diste tu número? - explotó y me sobresalté.
—¡A nadie que no conozca!
—¿Sí? Pues ese tío lo tiene _____. Y mira, tú no lo recuerdas – el sarcasmo se notaba en cada palabra.
—¿Qué insinúas?
—¡Yo no insinúo nada, ____! Ambos sabemos que tienes una cola de tíos detrás de ti y que antes que yo
ligaste con otros.
—¿Me estás haciendo otra escena de celos sin motivo? - alcé la voz.
—¡No me grites!
—Para el coche – dije intentando regular mi respiración.
—¿Qué?
—¡Qué pares el puto coche!
Harry frenó junto a la acera, yo abrí la puerta y salí de allí. Mi casa estaba a pocas calles de allí, podía llegar perfectamente en quince minutos a pie.
No podía seguir estando en un espacio tan cerrado a su lado cuando tenía ganas de abofetearle, y eso no era conveniente. Me cabreaba. Yo ya me estaba preocupando por el psicópata que me vigilaba y él lo único que podía decir era que yo tenía una larga lista de nombres masculinos con mi número de teléfono.
Antes de conocerlo a él no había quién se me resistiera y cada chico era un juego. Si alguno me interesaba, le daba mi número para que me llamara después de la fiesta. ¿Y? Ni que él hubiera sido un santo antes conocerme. Joder, era un mujeriego, el típico que hacía apuestas con sus amigos para ver quien ligaba más en una noche. No lo sabía por haber sido una de las que cayó en sus juegos de seducción, simplemente, esa era su gran reputación en todos los locales.
No era justo que me acusara de aquello. Ambos habíamos cambiado en los meses que llevábamos juntos y buscábamos una relación formal entre los dos.
Seguí caminando anonadada, hundida en mis pensamientos hasta que llegué a mi zona residencial. Era un sitio tranquilo de pocos vecinos. El coche negro y reluciente de Harry estaba estacionado a pocos metros de mí. Harry estaba apoyado en él, serio, mirando la punta de sus zapatos. Pocos segundos después, como si sintiera mi presencia alzó la cabeza para verme a lo lejos. Sus ojos se veían caídos.
Me acerqué a él al mismo paso con el que había estado caminando desde que salí del coche, muy despacio. Me puse frente a él y lo primero que hizo fue coger mi mano sin poder mirarme a la cara.
—Lo siento – murmuró. Su pulgar realizaba circunferencias en el dorso de mi mano – no tengo derecho a ponerme así por tu pasado, menos sabiendo como es el mío – asentí ligeramente sabiendo que estaba arrepentido – es sólo que … me vuelve loco la idea de que … – suspiró tratando de escoger sus palabras – por egoísta que suene, eres mía ____, y no me gusta que otros piensen en ti como yo.
—¿Soy tuya? - alcé mis cejas. Nunca había visto a Harry tan posesivo.
—No te ofendas – por primera vez en toda la charla clavó sus pupilas en las mías – no es que seas de mi propiedad, es solo que … te quiero _____.
Sentí un pinchazo en el pecho y mis ojos desorbitarse. Harry no era de los que dejaba ver sus sentimientos y mucho menos hablaba de ellos. Desde que nos conocimos, entre él y yo todo había sido pura atracción y deseo. Yo no me atreví nunca a decirle cuanto me importaba por temor a que se alejara o se sintiera presionado. No, me lo callaba todo y me dejaba llevar por todo lo que sentía por dentro intentando, por así decirlo, que se diera cuenta por sí mismo. ¿Acaso él había hecho lo mismo? En el fondo, antes de que confesara quererme, sabía que teníamos algo especial.
—Joder ___ - Harry me trajo a la realidad – acabo de decirte que te quiero y, ¿no dices nada?
Torcí los labios aguantando una pequeña risa. La frustración estaba reflejada en todo su rostro. Pasé mi mano derecha por su mejilla y sus músculos se relajaron al contacto.
-Nunca pensé que me dirías algo así …
—Yo tampoco para ser sinceros – disimuló la vergüenza con una leve risa, negando con la cabeza y volviendo la vista al suelo.
—Oh Dios mío, ¿te estás sonrojando? - reí un poco.
—No te burles – me miró mal.
Aquella situación le debía estar costando lo suyo. A pesar de su figura de nuevo firme, autoritaria y tan sexy, me sentí enternecida. Me colgué de su cuello y lo abracé apoyando mi mejilla en su pecho. Harry no se esperaba aquella reacción. Se quedó quieto unos segundos hasta que rodeo sus brazos por mi cintura. Alcé mi rostro al poco tiempo sin distanciarme de su cuerpo para besar sus labios y susurrar en ellos:
—Yo también te quiero.
Una sonrisa no pudo evitar aparecer en su boca mientras me apretaba contra él. La profundidad del beso me hizo sentir en otro mundo.
Nos apartamos jadeantes, nuestros pechos subían y bajaban constantemente. Miré alrededor pensando que podría vernos cualquiera.
—¿Te preocupan los vecinos?
—Más bien, mi madre.
—Entonces será mejor que entres en casa – besó mi frente y asentí – te recogeré a las ocho.
—No, ven antes – le rogué.
—¿Por qué? – frunció el ceño.
—Hay un tipo que me observa, ¿recuerdas? – Harry asintió formando una línea con su boca y apretando aún
más su agarre en mi cintura de forma protectora – Contigo me siento segura.
—Como pille a ese hijo de perra me encargaré de que no pueda teclear un móvil en la vida, así aprenderá con quién no debe meterse.
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal al imaginar como le partiría cada dedo a aquel desgraciado. Me separé de él cogiendo sus manos.
—No me gusta que te pongas así …
—Nadie se mete conmigo, y menos con mi chica, ¿entiendes? - asentí varias veces mirando nuestras manos unidas – Dame un toque cuando quieras que te recoja – llevó una de mis manos a su boca y besó el dorso.
Puse distancia entre nosotros y se metió en el coche. Me despedí con la mano por la ventana y me giré para ir a mi casa con mariposas aún revoloteando en mi estómago.
Abrí la puerta de mi casa y me asomé al salón. Allí vi a mi madre leyendo una revista.
—Hola mamá, ya llegué.
—Hola cariño. ¿Qué tal te fue?
—Todo bien. Voy a ducharme y a prepararme para la fiesta.
—¿Quién va?
—Todos, mamá – respondí con pesadez – Blake, Rebecca, Justin, Marcy, Harry, Liam … y un sin fin de nombres
que no reconoces – le sonreí encogiéndome de hombros.
—Eso es porque no los invitas a casa …
—Mamá, no tengo ocho años –repliqué.
—Ya, ya … ¿qué habéis planeado con Blake para el fin de semana?
—Mmhm, mañana vamos a ver películas, comer, dormir, hablar de chicos, comentar la fiesta de hoy … ¿lo que hacen las adolescentes? – inquirí molesta porque me controlara.
—Vale, pero te llamaré de vez en cuando para asegurarme de qué estás bien.
Asentí y le di un beso en la mejilla para salir corriendo hacia las escaleras que daban a mi cuarto.
Blake había sido mi compañera en todas las fiestas que había ido, éramos inseparables desde pequeñas y por eso mi madre le tenía confianza. Tendría que explicarle a Blake mi cuartada por si sucedía algún imprevisto. Mi madre era capaz de llamarla para asegurarse de que no mentía. Le mandé un mensaje de texto para que me cubriera.
< Mi madre piensa que pasaré el finde entero contigo, cúbreme ;) >
Blake tardaba siempre muy poco en responder, vivía pendiente de su móvil.
< Hecho, me debes una. Dónde estarás? >
< En verdad así me pagas, yo te cubrí hace un mes. Con Harry. >
< Ok. Te veo en la disco. Te quiero. >
Continuamente nos cubríamos las espaldas la una a la otra para que nuestras madres no nos pillaran fuera de nuestras camas a altas horas de la noche o en la madrugada.
Me quité la ropa y entré en el baño. Mientras dejaba salir el agua caliente encendí la radio.
En la ducha empecé a cantar deshaciéndome de todo lo que tenía contenido por dentro. Tardé media hora en salir y ponerme a trabajar con mi pelo.
Media hora después me quedó seco y liso. Salí del cuarto de baño con una toalla enrollada en el cuerpo moviéndome al ritmo de la música que sonaba en la radio. Con las luces apagadas fui hasta la cómoda para sacar mi ropa interior y un mini-short ajustado. Regresé al baño tarareando la siguiente canción. Me vestí quedándome con el pantalón y un sujetador negro de encaje y empecé a maquillarme.
Tras un rato salí medio arreglada del baño y vi una sombra sentada en mi cama. Di un ligero grito y fui disparada a la puerta opuesta para salir de la habitación. Una mano me tapó la boca y un brazo me agarró fuertemente de la cintura tirando de mí hacia atrás.
—Shh – me giró arrinconándome con la pared. Mis ojos estaban desorbitados hasta que reconocí el rostro – soy yo –dijo quitando la mano de mi boca.
—¡Joder, Harry! – le empujé del hombro – ¿qué haces aquí? ¡Me has asustado!
—Perdona, nena – cogió mi mano – entré por la ventana. No quería asustarte – se acercó para besar mi frente –lo siento – dijo para tranquilizarme – ¿estás bien?
—Sí … ¿por qué has venido ya? - me extrañé.
—Tardo menos que tú en arreglarme, y bueno, tú pediste que viniera pronto –dijo mirando mi cuerpo medio descubierto – me alegro de hacerte caso –soltó una risita colocando su mano en la zona baja de mi espalda – ¿podríamos empezar la fiesta ahora?
—No creo – le empujé del pecho riéndome y Harry cayó en la cama apoyando las manos en el colchón –dime la verdad, ¿por qué viniste tan pronto?
—Ya te lo dije.
—Voy a empezar a pensar que no puedes vivir sin mí – me burlé dándole la espalda y dirigiéndome al tocador.
—Me preocupaba el tipo ese … mientras estabas en el baño ojeé tu móvil – le lancé una mirada asesina, él la esquivó – te envió más mensajes. “Me faltó poco para potar cuando estuviste en la puerta de tu casa con tu novio”, “Cantas en la ducha, eso me pone”, “Que toalla tan corta nena” – Harry fue leyendo cada mensaje con más rabia.
Me senté en el borde del colchón a su lado, apoyando los codos en las rodillas y ocultando mi rostro en las palmas de mi mano. Harry pasó su brazo por mis hombros. Poco a poco me recliné hasta tumbarme con la cabeza sobre sus piernas. Harry retiró el cabello que me tapaba la cara y lo acarició de la raíz a las puntas.
—Todo irá bien – me prometió – no dejaré que nada te pase – negué con la cabeza.
—Ese tipo me está acosando, Harry. Sabe todo lo que hago. Me persigue. Ahora mismo puede estar viéndonos – me callé tomando conciencia de mis palabras – quizás incluso nos escuche – susurré insegura.
—Estoy aquí.
—Sí, tú estás aquí. ¿Pero y si hubiera sido él quien hubiese entrado por la ventana? ¿Y sí ahora que lo has hecho tú se le ha cruzado alguna idea?
—Lo arreglaremos, te lo prometo, _____. Ese tío va a pagar sea como sea. Pero tranquilízate ahora, ¿vale? Vamos a pasar todo el fin de semana juntos y te voy a cuidar como nunca.
Giré el cuello para ver su cara y me regaló una hermosa sonrisa, lo único que podía darme fuerzas. Me incorporé y le di un suave beso en los labios.
—Gracias. Tienes razón – dije levantándome de la cama y poniéndome un top rojo ajustado – vamos a pasarlo bien. Además, ese imbécil no se atreve a dar la cara.
—Si lo hiciera, se la partiría enseguida – bufó.
Seguí mi camino a la cómoda y empecé a sacar ropa para pasar el fin de semana en casa de Harry. La metí en un buen bolso y lo dejé en el suelo. Después me puse los zapatos y me planté frente a mi chico que seguía sentado en la cama.
—¿Qué tal estoy?
—Muy hot – se mordió el labio inferior y tiró del borde mi short para acercarme a él –demasiado quizás.
—Tú tampoco estás mal – reí sentándome a horcajadas sobre él para besarle. Nuestras lenguas se enredaron y sentimos el calor alrededor de nosotros.
—No me prendas, ____. Sino, hoy la fiesta solo estará en tu dormitorio – me advirtió con ojos lujuriosos.
—Cierto – reí poniéndome en pie – será mejor que te vayas por la ventana chico malo.
—¿Tu madre sabe que vengo a recogerte?
—¿Qué? No. Siempre que me voy de fiesta es con Blake. Mi madre sabe que también hay chicos … pero no
quiero que sepa que tengo novio.
—Quizás si se lo contases entendería porque pasas tanto tiempo fuera de casa –rió.
—Si supiera que tengo novio, no podría pasar el fin de semana contigo porque no se fiaría de mí.
—Y con razón – se levantó y presionó sus labios con los míos – Dejaré el coche frente a tu puerta, yo estaré dentro para que tu madre no me vea.
—De acuerdo. Diré que Blake viene en el coche de otro amigo – Harry se acercó al marco de la ventana y se sentó en él – ten cuidado.
Antes de apoyarse sobre la rama de un árbol bajo, me sonrió seguro de sí mismo y saltó cayendo sobre sus pies y apoyando las manos en el suelo.
La alerta de un mensaje sonó desde mi móvil.
< Tu novio es un poco agobiante, ¿no? No se despega de ti ... >
“Cierra el pico” pensé.
Harry y yo bajamos por las escaleras del bloque de pisos hasta el garaje para entrar en su coche. Justo cuando me abroché el cinturón y me puse cómoda en el asiento, la señal de un sms recibido me alertó. Abrí el mensaje con pesadez y leí el texto.
< Mamá te cortó el royo? >
—¿De qué coño va todo esto? – me pregunté a mí misma.
—¿El qué? – se extraño Harry mientras arrancaba el coche y salíamos de allí.
—Te dije que hay un cabrón haciéndome llamadas anónimas – él asintió –antes de comer me mandó un mensaje
y ahora otro …
—¿Qué dicen?
—Que se puso celoso cuando me vio contigo en la puerta del insti … y ahora sabe que mi madre nos ha interrumpido.
Harry apretó el manilla del coche marcando sus nudillos.
—¿Te está vigilando?
—Eso parece – respondí en un susurro. Tras un minuto en tenso silencio Harry siguió.
—¿A quién mierda le diste tu número? - explotó y me sobresalté.
—¡A nadie que no conozca!
—¿Sí? Pues ese tío lo tiene _____. Y mira, tú no lo recuerdas – el sarcasmo se notaba en cada palabra.
—¿Qué insinúas?
—¡Yo no insinúo nada, ____! Ambos sabemos que tienes una cola de tíos detrás de ti y que antes que yo
ligaste con otros.
—¿Me estás haciendo otra escena de celos sin motivo? - alcé la voz.
—¡No me grites!
—Para el coche – dije intentando regular mi respiración.
—¿Qué?
—¡Qué pares el puto coche!
Harry frenó junto a la acera, yo abrí la puerta y salí de allí. Mi casa estaba a pocas calles de allí, podía llegar perfectamente en quince minutos a pie.
No podía seguir estando en un espacio tan cerrado a su lado cuando tenía ganas de abofetearle, y eso no era conveniente. Me cabreaba. Yo ya me estaba preocupando por el psicópata que me vigilaba y él lo único que podía decir era que yo tenía una larga lista de nombres masculinos con mi número de teléfono.
Antes de conocerlo a él no había quién se me resistiera y cada chico era un juego. Si alguno me interesaba, le daba mi número para que me llamara después de la fiesta. ¿Y? Ni que él hubiera sido un santo antes conocerme. Joder, era un mujeriego, el típico que hacía apuestas con sus amigos para ver quien ligaba más en una noche. No lo sabía por haber sido una de las que cayó en sus juegos de seducción, simplemente, esa era su gran reputación en todos los locales.
No era justo que me acusara de aquello. Ambos habíamos cambiado en los meses que llevábamos juntos y buscábamos una relación formal entre los dos.
Seguí caminando anonadada, hundida en mis pensamientos hasta que llegué a mi zona residencial. Era un sitio tranquilo de pocos vecinos. El coche negro y reluciente de Harry estaba estacionado a pocos metros de mí. Harry estaba apoyado en él, serio, mirando la punta de sus zapatos. Pocos segundos después, como si sintiera mi presencia alzó la cabeza para verme a lo lejos. Sus ojos se veían caídos.
Me acerqué a él al mismo paso con el que había estado caminando desde que salí del coche, muy despacio. Me puse frente a él y lo primero que hizo fue coger mi mano sin poder mirarme a la cara.
—Lo siento – murmuró. Su pulgar realizaba circunferencias en el dorso de mi mano – no tengo derecho a ponerme así por tu pasado, menos sabiendo como es el mío – asentí ligeramente sabiendo que estaba arrepentido – es sólo que … me vuelve loco la idea de que … – suspiró tratando de escoger sus palabras – por egoísta que suene, eres mía ____, y no me gusta que otros piensen en ti como yo.
—¿Soy tuya? - alcé mis cejas. Nunca había visto a Harry tan posesivo.
—No te ofendas – por primera vez en toda la charla clavó sus pupilas en las mías – no es que seas de mi propiedad, es solo que … te quiero _____.
Sentí un pinchazo en el pecho y mis ojos desorbitarse. Harry no era de los que dejaba ver sus sentimientos y mucho menos hablaba de ellos. Desde que nos conocimos, entre él y yo todo había sido pura atracción y deseo. Yo no me atreví nunca a decirle cuanto me importaba por temor a que se alejara o se sintiera presionado. No, me lo callaba todo y me dejaba llevar por todo lo que sentía por dentro intentando, por así decirlo, que se diera cuenta por sí mismo. ¿Acaso él había hecho lo mismo? En el fondo, antes de que confesara quererme, sabía que teníamos algo especial.
—Joder ___ - Harry me trajo a la realidad – acabo de decirte que te quiero y, ¿no dices nada?
Torcí los labios aguantando una pequeña risa. La frustración estaba reflejada en todo su rostro. Pasé mi mano derecha por su mejilla y sus músculos se relajaron al contacto.
-Nunca pensé que me dirías algo así …
—Yo tampoco para ser sinceros – disimuló la vergüenza con una leve risa, negando con la cabeza y volviendo la vista al suelo.
—Oh Dios mío, ¿te estás sonrojando? - reí un poco.
—No te burles – me miró mal.
Aquella situación le debía estar costando lo suyo. A pesar de su figura de nuevo firme, autoritaria y tan sexy, me sentí enternecida. Me colgué de su cuello y lo abracé apoyando mi mejilla en su pecho. Harry no se esperaba aquella reacción. Se quedó quieto unos segundos hasta que rodeo sus brazos por mi cintura. Alcé mi rostro al poco tiempo sin distanciarme de su cuerpo para besar sus labios y susurrar en ellos:
—Yo también te quiero.
Una sonrisa no pudo evitar aparecer en su boca mientras me apretaba contra él. La profundidad del beso me hizo sentir en otro mundo.
Nos apartamos jadeantes, nuestros pechos subían y bajaban constantemente. Miré alrededor pensando que podría vernos cualquiera.
—¿Te preocupan los vecinos?
—Más bien, mi madre.
—Entonces será mejor que entres en casa – besó mi frente y asentí – te recogeré a las ocho.
—No, ven antes – le rogué.
—¿Por qué? – frunció el ceño.
—Hay un tipo que me observa, ¿recuerdas? – Harry asintió formando una línea con su boca y apretando aún
más su agarre en mi cintura de forma protectora – Contigo me siento segura.
—Como pille a ese hijo de perra me encargaré de que no pueda teclear un móvil en la vida, así aprenderá con quién no debe meterse.
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal al imaginar como le partiría cada dedo a aquel desgraciado. Me separé de él cogiendo sus manos.
—No me gusta que te pongas así …
—Nadie se mete conmigo, y menos con mi chica, ¿entiendes? - asentí varias veces mirando nuestras manos unidas – Dame un toque cuando quieras que te recoja – llevó una de mis manos a su boca y besó el dorso.
Puse distancia entre nosotros y se metió en el coche. Me despedí con la mano por la ventana y me giré para ir a mi casa con mariposas aún revoloteando en mi estómago.
Abrí la puerta de mi casa y me asomé al salón. Allí vi a mi madre leyendo una revista.
—Hola mamá, ya llegué.
—Hola cariño. ¿Qué tal te fue?
—Todo bien. Voy a ducharme y a prepararme para la fiesta.
—¿Quién va?
—Todos, mamá – respondí con pesadez – Blake, Rebecca, Justin, Marcy, Harry, Liam … y un sin fin de nombres
que no reconoces – le sonreí encogiéndome de hombros.
—Eso es porque no los invitas a casa …
—Mamá, no tengo ocho años –repliqué.
—Ya, ya … ¿qué habéis planeado con Blake para el fin de semana?
—Mmhm, mañana vamos a ver películas, comer, dormir, hablar de chicos, comentar la fiesta de hoy … ¿lo que hacen las adolescentes? – inquirí molesta porque me controlara.
—Vale, pero te llamaré de vez en cuando para asegurarme de qué estás bien.
Asentí y le di un beso en la mejilla para salir corriendo hacia las escaleras que daban a mi cuarto.
Blake había sido mi compañera en todas las fiestas que había ido, éramos inseparables desde pequeñas y por eso mi madre le tenía confianza. Tendría que explicarle a Blake mi cuartada por si sucedía algún imprevisto. Mi madre era capaz de llamarla para asegurarse de que no mentía. Le mandé un mensaje de texto para que me cubriera.
< Mi madre piensa que pasaré el finde entero contigo, cúbreme ;) >
Blake tardaba siempre muy poco en responder, vivía pendiente de su móvil.
< Hecho, me debes una. Dónde estarás? >
< En verdad así me pagas, yo te cubrí hace un mes. Con Harry. >
< Ok. Te veo en la disco. Te quiero. >
Continuamente nos cubríamos las espaldas la una a la otra para que nuestras madres no nos pillaran fuera de nuestras camas a altas horas de la noche o en la madrugada.
Me quité la ropa y entré en el baño. Mientras dejaba salir el agua caliente encendí la radio.
En la ducha empecé a cantar deshaciéndome de todo lo que tenía contenido por dentro. Tardé media hora en salir y ponerme a trabajar con mi pelo.
Media hora después me quedó seco y liso. Salí del cuarto de baño con una toalla enrollada en el cuerpo moviéndome al ritmo de la música que sonaba en la radio. Con las luces apagadas fui hasta la cómoda para sacar mi ropa interior y un mini-short ajustado. Regresé al baño tarareando la siguiente canción. Me vestí quedándome con el pantalón y un sujetador negro de encaje y empecé a maquillarme.
Tras un rato salí medio arreglada del baño y vi una sombra sentada en mi cama. Di un ligero grito y fui disparada a la puerta opuesta para salir de la habitación. Una mano me tapó la boca y un brazo me agarró fuertemente de la cintura tirando de mí hacia atrás.
—Shh – me giró arrinconándome con la pared. Mis ojos estaban desorbitados hasta que reconocí el rostro – soy yo –dijo quitando la mano de mi boca.
—¡Joder, Harry! – le empujé del hombro – ¿qué haces aquí? ¡Me has asustado!
—Perdona, nena – cogió mi mano – entré por la ventana. No quería asustarte – se acercó para besar mi frente –lo siento – dijo para tranquilizarme – ¿estás bien?
—Sí … ¿por qué has venido ya? - me extrañé.
—Tardo menos que tú en arreglarme, y bueno, tú pediste que viniera pronto –dijo mirando mi cuerpo medio descubierto – me alegro de hacerte caso –soltó una risita colocando su mano en la zona baja de mi espalda – ¿podríamos empezar la fiesta ahora?
—No creo – le empujé del pecho riéndome y Harry cayó en la cama apoyando las manos en el colchón –dime la verdad, ¿por qué viniste tan pronto?
—Ya te lo dije.
—Voy a empezar a pensar que no puedes vivir sin mí – me burlé dándole la espalda y dirigiéndome al tocador.
—Me preocupaba el tipo ese … mientras estabas en el baño ojeé tu móvil – le lancé una mirada asesina, él la esquivó – te envió más mensajes. “Me faltó poco para potar cuando estuviste en la puerta de tu casa con tu novio”, “Cantas en la ducha, eso me pone”, “Que toalla tan corta nena” – Harry fue leyendo cada mensaje con más rabia.
Me senté en el borde del colchón a su lado, apoyando los codos en las rodillas y ocultando mi rostro en las palmas de mi mano. Harry pasó su brazo por mis hombros. Poco a poco me recliné hasta tumbarme con la cabeza sobre sus piernas. Harry retiró el cabello que me tapaba la cara y lo acarició de la raíz a las puntas.
—Todo irá bien – me prometió – no dejaré que nada te pase – negué con la cabeza.
—Ese tipo me está acosando, Harry. Sabe todo lo que hago. Me persigue. Ahora mismo puede estar viéndonos – me callé tomando conciencia de mis palabras – quizás incluso nos escuche – susurré insegura.
—Estoy aquí.
—Sí, tú estás aquí. ¿Pero y si hubiera sido él quien hubiese entrado por la ventana? ¿Y sí ahora que lo has hecho tú se le ha cruzado alguna idea?
—Lo arreglaremos, te lo prometo, _____. Ese tío va a pagar sea como sea. Pero tranquilízate ahora, ¿vale? Vamos a pasar todo el fin de semana juntos y te voy a cuidar como nunca.
Giré el cuello para ver su cara y me regaló una hermosa sonrisa, lo único que podía darme fuerzas. Me incorporé y le di un suave beso en los labios.
—Gracias. Tienes razón – dije levantándome de la cama y poniéndome un top rojo ajustado – vamos a pasarlo bien. Además, ese imbécil no se atreve a dar la cara.
—Si lo hiciera, se la partiría enseguida – bufó.
Seguí mi camino a la cómoda y empecé a sacar ropa para pasar el fin de semana en casa de Harry. La metí en un buen bolso y lo dejé en el suelo. Después me puse los zapatos y me planté frente a mi chico que seguía sentado en la cama.
—¿Qué tal estoy?
—Muy hot – se mordió el labio inferior y tiró del borde mi short para acercarme a él –demasiado quizás.
—Tú tampoco estás mal – reí sentándome a horcajadas sobre él para besarle. Nuestras lenguas se enredaron y sentimos el calor alrededor de nosotros.
—No me prendas, ____. Sino, hoy la fiesta solo estará en tu dormitorio – me advirtió con ojos lujuriosos.
—Cierto – reí poniéndome en pie – será mejor que te vayas por la ventana chico malo.
—¿Tu madre sabe que vengo a recogerte?
—¿Qué? No. Siempre que me voy de fiesta es con Blake. Mi madre sabe que también hay chicos … pero no
quiero que sepa que tengo novio.
—Quizás si se lo contases entendería porque pasas tanto tiempo fuera de casa –rió.
—Si supiera que tengo novio, no podría pasar el fin de semana contigo porque no se fiaría de mí.
—Y con razón – se levantó y presionó sus labios con los míos – Dejaré el coche frente a tu puerta, yo estaré dentro para que tu madre no me vea.
—De acuerdo. Diré que Blake viene en el coche de otro amigo – Harry se acercó al marco de la ventana y se sentó en él – ten cuidado.
Antes de apoyarse sobre la rama de un árbol bajo, me sonrió seguro de sí mismo y saltó cayendo sobre sus pies y apoyando las manos en el suelo.
La alerta de un mensaje sonó desde mi móvil.
< Tu novio es un poco agobiante, ¿no? No se despega de ti ... >
“Cierra el pico” pensé.
canadianhotboy
Re: Tras mis pasos {Harry Styles, Zayn Malik y _____}
Capítulo tres.
Cogí el gran bolso con ropa y bajé por las escaleras. Me despedí de mis padres, que estaban viendo la televisión tranquilamente y les aseguré que “me portaría bien”.
Tal y como Harry dijo, me esperaba en la puerta de mi casa.
Abrí el maletero y metí el bolso. Después me senté en el asiento de copiloto y Harry puso su mano sobre mi muslo mientras conducía. Coloqué mi mano sobre la suya acariciándola mientras miraba por la ventanilla, viendo el montón de luces de los locales, farolas y resto de edificios.
Pasé mi atención al atuendo de Harry. Llevaba un pantalón de tela negra y, bajo una chaqueta de cuero marrón, una camiseta de manga corta también negra con el cuello en pico que marcaba sus músculos. Me encantaba la postura tan casual que adoptaba para conducir, además, en esos momentos era cuando más podía concentrarme en olor cítrico que emanaba de su piel.
-¿En qué piensas? - me interrumpió.
-Que esa camisa en pico me vuelve loca, ¿por?
-Me pones nervioso – rió – me miras como si fuera lo único que estudiar de arriba a abajo.
-Bueno, eres lo que más alegra mi vista – me encogí de hombros.
-Y tú la mía – torció sus labios en una sonrisa traviesa.
Aparcó cinco minutos más tarde cerca de la discoteca a la que íbamos. Harry me abrió la puerta y la cerró tras de mi cuando salí del coche, a la vez que me agarraba de la cintura. Caminamos juntos hacia el local. Harry saludó al portero que ya nos conocía de sobra y pagó mi entrada. En una de las mesas nos esperaba Blake con Justin y Marcy; nos acercamos a ellos.
-¿Ya estáis bebiendo? - les pregunté atónita.
-Llevamos un rato aquí – contestó Justin.
-Yo también iré a por algo de tomar – dijo Harry – ¿quieres algo? – me ofreció.
-No, gracias – miré a las chicas – prefiero bailar equilibrada.
-Yo estoy lista – respondió Blake levantándose.
Marcy se unió a ella y fuimos juntas a pista de baile. Nos mezclamos entre la gente y empezamos a bailar, saltando, moviendo nuestros pies, nuestros brazos y nuestras caderas de un lado a otro. No miraba a nadie a mi alrededor, tan solo me reía de vez en cuando por algún movimiento o algún gesto de mis amigas. Al cabo de media hora fui a la mesa donde estaban los chicos. A Harry y a Justin se habían añadido dos chicos más. Me acerqué de forma casual comprobando si era o no inoportuna. Harry me indicó que me sentara en sus piernas y supuse que no molestaba. Estaban bebiendo distintas bebidas, la de Harry era un Blue Lagoon, nuestro cocktail favorito. Cogí la copa y me la llevé a los labios saboreando el sabor.
-¿Quieres uno para ti? - susurró en mi oído por la música.
Yo asentí y abandoné su regazo. Harry me cogió de la mano para que le siguiera hasta la barra. Allí Harry pidió al camarero un cocktail y un whisky para él. Brindamos con cuidado y bebimos. Empezamos con aquellas bebidas, después seguimos con un par de cubatas y yo ya empezaba a notar el efecto del alcohol.
Cogí a Harry del cuello de su camisa y lo llevé hacia donde estaba la gente bailando.
Él sabía realmente como moverse e iba a mi compás. Movía la cintura y la cadera pegada a su cuerpo. Nuestras piernas se cruzaron y enrosqué mis brazos en su cuello. Harry pasó la punta de su lengua por el filo de mis labios. Me remojé los labios antes de lanzarme sin permiso al interior de su boca. Me puse de espaldas a él mientras me sujetaba de la cadera y nos movíamos al ritmo de la música. Su aliento en mi oreja me estremeció.
-Te estás portando muy mal – me giré y lo rodee colocando mis manos en su lumbar.
-Ni que no te encantase – dije bajando las manos a su trasero.
-Vamos al apartamento.
Negué con la cabeza enredando un mechón de pelo en un dedo de manera inocente. Su cadera se pegó a mi cuerpo y me demostró cuanto necesitaba que nos quedáramos a solas.
-Eso parece una urgencia – me burlé – ¿aguantarás hasta el apartamento?
-Coche o baño – rodó los ojos.
-Mil veces tu coche – reí.
Harry me cogió de la mano y se dirigió a la salida. Antes de salir del montón de gente bailoteando, una chica detuvo a Harry poniéndose frente a él bailando.
-¡Cuánto tiempo, Harry! - los dedos de la chica caminaron por los brazos de mi chico hasta su pecho.
Solté la mano de Harry desde atrás y me interpuse entre él y aquella imbécil.
-Sí, quizás más de lo que lleva saliendo conmigo.
-Oh, ¿me remplazaste por esto?
Los ojos de la rubia pasaron por encima de mí preguntándole a Harry. Aquello me sacó de quicio. No solo me había ignorado, se refirió a mí como si no fuera una persona. Le di una bofetada con todas mis fuerzas. Al principio la chica se llevo la mano a la cara. Unas cuantas personas del medio captaron lo que sucedía. Sin previo aviso, la chica me cruzó la cara.Ambas acabamos cogiéndonos del pelo, le arañé la cara y el brazo, ella a cambio rompió mi top y clavó su tacón de aguja en mi pie. Todo pasó en menos de un minuto, Harry terminó por alzarme del suelo agarrándome de la cintura mientras pataleaba en el aire, gritaba e insultaba a la entrometida.
En la calle me soltó y me puso frente a él poniendo sus manos sobre mis hombros.
-¿Estás loca? - no le respondí. Si lo hacía le gritaría y no quería discutir con él. Se quitó la chaqueta y me la
pasó por los brazos cubriéndome. La costura izquierda estaba abierta por completo, mi top solo colgaba del único tirante que tenía originalmente – Estoy impresionado – cerró la cremallera para que no tuviera frío – ¿desde cuándo peleas así? – se burló – Le has dejado un bonito recuerdo de tus uñas. ¿Tú estás bien?
-Sí, solo supo dejarme medio desnuda – bufé.
-Tendrías que haberla ignorado e irnos.
-No, Harry. Que quede bien claro que estás conmigo y que no voy a dejar a ninguna otra zorra que se acerque a ti.
-Mi chica tenías que ser – dijo orgulloso – Seguro que nadie más se meterá en tu territorio – rió cogiendo mi mano y guiándome al coche – has tenido una clara victoria.
-Vamos al departamento, estoy harta.
Harry condujo hasta su departamento mientras escuchábamos algo de música en la radio para relajarnos. Le mandé un mensaje a Blake para decirle que nos íbamos y que no se preocupase. Recordé al acosador y se me hizo raro que no me comentara nada sobre la pelea, ¿se había ido a dormir y me dejaría la noche tranquila? ¿O se había cansado del juego? Realmente lo dudaba, pero me alegraba de que me dejase en paz aunque fuese por unas horas.Llegamos al departamento sobre media noche. Me quité la chaqueta de Harry y la dejé sobre el respaldo del sofá. Harry se acercó por detrás rodeando mi cintura y empezó a besarme el cuello.
-Tú y yo teníamos un asunto pendiente.
-Ah, ¿sí? - me hice la despistada.
-Espero que no hayas bebido tanto como para olvidarte de la noche que vamos a pasar.
-Créeme, recordaré cada detalle – me giré entre sus brazos y le guiñe un ojo – Llevas queriendo hacer esto
todo el día. No te contengas.
-No es mi estilo, nena – respondió mordiéndose el labio.
Su mano derecha terminó por arrancarme el resto del top en un solo tirón. Me agarré a su cuello y Harry se agachó para cogerme del culo y levantarme del suelo. Enrosqué mis piernas en su cintura mientras nos besábamos. La lengua del uno exploraba en la boca del otro en ansias de estar cada vez más cerca el uno del otro. Era difícil cerrar más la distancia, pero por mucho que lo tuviera entre mis brazos sentía que necesitaba cada vez más y más de él.
Sus dedos apretaron mis nalgas provocando que diera un pequeño salto a la vez que emitía un sonido desde mi garganta. Harry nos llevó hasta la espaciosa cama de su cuarto.
Se sentó conmigo sobre él. Tiré de su camisa hacia arriba y Harry alzó los brazos para sacarla. Paseé mis manos por sus abdominales hasta sus pectorales desde dónde le empujé hacia atrás para que quedara por completo bajo mi dominio. Besé sus labios y bajé por su barbilla hasta su cuello. Harry puso sus manos en mi cintura y las llevó hasta el botón de mi pequeño pantalón. Después pasó las yemas de sus dedos por mi columna hasta llegar al broche de mi sujetador.
Tiré de la piel de su cuello haciéndole emitir un gemido. Se deshizo de mi sujetador y me giró para quedar él sobre mí. Toda la ropa que nos quedaba era un estorbo. Se sentía realmente incómodo con aquel calor.
Mientras Harry me marcaba ambos lados del cuello bajé el mini-short y sacudí mis piernas ligeramente para bajarlo. Sus manos cogieron las mías colocándolas por encima de nuestras cabezas, quedando codo con codo, mientras su lengua se deslizaba junto a la mía. Volví a enroscar mis piernas en su cintura y alzando la cadera rocé su erección. Un jadeo brotó de ambos. Su boca fue a uno de mis pechos para succionar, mordisquear y chupar mi pezón mientras masajeaba el otro con la mano. Me agarré a las sábanas mientras el seguía su camino de besos por mi vientre hasta mi ombligo. Bajó su pantalón junto a los boxers y retiró mi tanga. Harry iba a coger un preservativo de la mesilla de noche cuando le detuve.
-Empecé a tomar anticonceptivos – Harry alzó sus cejas – nada de barreras.
-Eres jodidamente perfecta – besó mis labios mientras se colocaba sobre mí – tan sexy – rió para sí – tan hermosa – susurró al tiempo que encajaba nuestras caderas.
Arqueé mi espalda hacia su cuerpo al tiempo que lo sentía cada vez más dentro de mí. Sus dedos se enredaron en el cabello de mi nuca, tirando de él. Harry salió y volvió a entrar despacio mientras dejaba salir todo el aire de mis pulmones. Llevé mis brazos por detrás de sus hombros, agarrándome con todas mis fuerzas a él. Inqué mis uñas en su fornida espalda. Pasamos más de media hora dando vueltas en la cama, clamando cada uno el nombre del otro, acariciando cada rincón de nuestro cuerpo hasta que culminamos la cima con sus aceleradas penetraciones.
Se separó de mí y ambos quedamos boca arriba en la cama con nuestros pechos balanceándose a un gran ritmo por la agitada respiración. Sus dedos buscaron los míos a tientas por el colchón.
-¿Qué tal?
-Agotada – carcajeé suavemente.
-Todavía queda mucha noche por delante – se apoyó sobre su codo sonriente y delineó el contorno de mis labios con la punta de sus dedos.
-Te quiero – musité involuntariamente al fundirme en sus ojos.
Harry se sorprendió por como habían escapado mis palabras. Inmediatamente giré la cara contra el colchón dejando que mechones de mi pelo cayeran tapándome el rostro. Él los retiró con suavidad poniéndolos detrás de mi oreja. Sentí su cálido aliento chocar contra mi cara antes de que me susurrara en el oído.
-Nena, sabes que yo también te quiero. No te escondas.
Alzando los párpados vi su rostro con el esbozo de una sonrisa. Encajé mis labios con los suyos de forma efusiva. Él me respondió de buena gana sin poder evitar sonreír sobre mi boca, regalándome un nuevo lote de caricias. Nos dejamos llevar y nos enredamos entre las sábanas durante horas de placer hasta poco antes de que saliera el sol.
Cogí el gran bolso con ropa y bajé por las escaleras. Me despedí de mis padres, que estaban viendo la televisión tranquilamente y les aseguré que “me portaría bien”.
Tal y como Harry dijo, me esperaba en la puerta de mi casa.
Abrí el maletero y metí el bolso. Después me senté en el asiento de copiloto y Harry puso su mano sobre mi muslo mientras conducía. Coloqué mi mano sobre la suya acariciándola mientras miraba por la ventanilla, viendo el montón de luces de los locales, farolas y resto de edificios.
Pasé mi atención al atuendo de Harry. Llevaba un pantalón de tela negra y, bajo una chaqueta de cuero marrón, una camiseta de manga corta también negra con el cuello en pico que marcaba sus músculos. Me encantaba la postura tan casual que adoptaba para conducir, además, en esos momentos era cuando más podía concentrarme en olor cítrico que emanaba de su piel.
-¿En qué piensas? - me interrumpió.
-Que esa camisa en pico me vuelve loca, ¿por?
-Me pones nervioso – rió – me miras como si fuera lo único que estudiar de arriba a abajo.
-Bueno, eres lo que más alegra mi vista – me encogí de hombros.
-Y tú la mía – torció sus labios en una sonrisa traviesa.
Aparcó cinco minutos más tarde cerca de la discoteca a la que íbamos. Harry me abrió la puerta y la cerró tras de mi cuando salí del coche, a la vez que me agarraba de la cintura. Caminamos juntos hacia el local. Harry saludó al portero que ya nos conocía de sobra y pagó mi entrada. En una de las mesas nos esperaba Blake con Justin y Marcy; nos acercamos a ellos.
-¿Ya estáis bebiendo? - les pregunté atónita.
-Llevamos un rato aquí – contestó Justin.
-Yo también iré a por algo de tomar – dijo Harry – ¿quieres algo? – me ofreció.
-No, gracias – miré a las chicas – prefiero bailar equilibrada.
-Yo estoy lista – respondió Blake levantándose.
Marcy se unió a ella y fuimos juntas a pista de baile. Nos mezclamos entre la gente y empezamos a bailar, saltando, moviendo nuestros pies, nuestros brazos y nuestras caderas de un lado a otro. No miraba a nadie a mi alrededor, tan solo me reía de vez en cuando por algún movimiento o algún gesto de mis amigas. Al cabo de media hora fui a la mesa donde estaban los chicos. A Harry y a Justin se habían añadido dos chicos más. Me acerqué de forma casual comprobando si era o no inoportuna. Harry me indicó que me sentara en sus piernas y supuse que no molestaba. Estaban bebiendo distintas bebidas, la de Harry era un Blue Lagoon, nuestro cocktail favorito. Cogí la copa y me la llevé a los labios saboreando el sabor.
-¿Quieres uno para ti? - susurró en mi oído por la música.
Yo asentí y abandoné su regazo. Harry me cogió de la mano para que le siguiera hasta la barra. Allí Harry pidió al camarero un cocktail y un whisky para él. Brindamos con cuidado y bebimos. Empezamos con aquellas bebidas, después seguimos con un par de cubatas y yo ya empezaba a notar el efecto del alcohol.
Cogí a Harry del cuello de su camisa y lo llevé hacia donde estaba la gente bailando.
Él sabía realmente como moverse e iba a mi compás. Movía la cintura y la cadera pegada a su cuerpo. Nuestras piernas se cruzaron y enrosqué mis brazos en su cuello. Harry pasó la punta de su lengua por el filo de mis labios. Me remojé los labios antes de lanzarme sin permiso al interior de su boca. Me puse de espaldas a él mientras me sujetaba de la cadera y nos movíamos al ritmo de la música. Su aliento en mi oreja me estremeció.
-Te estás portando muy mal – me giré y lo rodee colocando mis manos en su lumbar.
-Ni que no te encantase – dije bajando las manos a su trasero.
-Vamos al apartamento.
Negué con la cabeza enredando un mechón de pelo en un dedo de manera inocente. Su cadera se pegó a mi cuerpo y me demostró cuanto necesitaba que nos quedáramos a solas.
-Eso parece una urgencia – me burlé – ¿aguantarás hasta el apartamento?
-Coche o baño – rodó los ojos.
-Mil veces tu coche – reí.
Harry me cogió de la mano y se dirigió a la salida. Antes de salir del montón de gente bailoteando, una chica detuvo a Harry poniéndose frente a él bailando.
-¡Cuánto tiempo, Harry! - los dedos de la chica caminaron por los brazos de mi chico hasta su pecho.
Solté la mano de Harry desde atrás y me interpuse entre él y aquella imbécil.
-Sí, quizás más de lo que lleva saliendo conmigo.
-Oh, ¿me remplazaste por esto?
Los ojos de la rubia pasaron por encima de mí preguntándole a Harry. Aquello me sacó de quicio. No solo me había ignorado, se refirió a mí como si no fuera una persona. Le di una bofetada con todas mis fuerzas. Al principio la chica se llevo la mano a la cara. Unas cuantas personas del medio captaron lo que sucedía. Sin previo aviso, la chica me cruzó la cara.Ambas acabamos cogiéndonos del pelo, le arañé la cara y el brazo, ella a cambio rompió mi top y clavó su tacón de aguja en mi pie. Todo pasó en menos de un minuto, Harry terminó por alzarme del suelo agarrándome de la cintura mientras pataleaba en el aire, gritaba e insultaba a la entrometida.
En la calle me soltó y me puso frente a él poniendo sus manos sobre mis hombros.
-¿Estás loca? - no le respondí. Si lo hacía le gritaría y no quería discutir con él. Se quitó la chaqueta y me la
pasó por los brazos cubriéndome. La costura izquierda estaba abierta por completo, mi top solo colgaba del único tirante que tenía originalmente – Estoy impresionado – cerró la cremallera para que no tuviera frío – ¿desde cuándo peleas así? – se burló – Le has dejado un bonito recuerdo de tus uñas. ¿Tú estás bien?
-Sí, solo supo dejarme medio desnuda – bufé.
-Tendrías que haberla ignorado e irnos.
-No, Harry. Que quede bien claro que estás conmigo y que no voy a dejar a ninguna otra zorra que se acerque a ti.
-Mi chica tenías que ser – dijo orgulloso – Seguro que nadie más se meterá en tu territorio – rió cogiendo mi mano y guiándome al coche – has tenido una clara victoria.
-Vamos al departamento, estoy harta.
Harry condujo hasta su departamento mientras escuchábamos algo de música en la radio para relajarnos. Le mandé un mensaje a Blake para decirle que nos íbamos y que no se preocupase. Recordé al acosador y se me hizo raro que no me comentara nada sobre la pelea, ¿se había ido a dormir y me dejaría la noche tranquila? ¿O se había cansado del juego? Realmente lo dudaba, pero me alegraba de que me dejase en paz aunque fuese por unas horas.Llegamos al departamento sobre media noche. Me quité la chaqueta de Harry y la dejé sobre el respaldo del sofá. Harry se acercó por detrás rodeando mi cintura y empezó a besarme el cuello.
-Tú y yo teníamos un asunto pendiente.
-Ah, ¿sí? - me hice la despistada.
-Espero que no hayas bebido tanto como para olvidarte de la noche que vamos a pasar.
-Créeme, recordaré cada detalle – me giré entre sus brazos y le guiñe un ojo – Llevas queriendo hacer esto
todo el día. No te contengas.
-No es mi estilo, nena – respondió mordiéndose el labio.
Su mano derecha terminó por arrancarme el resto del top en un solo tirón. Me agarré a su cuello y Harry se agachó para cogerme del culo y levantarme del suelo. Enrosqué mis piernas en su cintura mientras nos besábamos. La lengua del uno exploraba en la boca del otro en ansias de estar cada vez más cerca el uno del otro. Era difícil cerrar más la distancia, pero por mucho que lo tuviera entre mis brazos sentía que necesitaba cada vez más y más de él.
Sus dedos apretaron mis nalgas provocando que diera un pequeño salto a la vez que emitía un sonido desde mi garganta. Harry nos llevó hasta la espaciosa cama de su cuarto.
Se sentó conmigo sobre él. Tiré de su camisa hacia arriba y Harry alzó los brazos para sacarla. Paseé mis manos por sus abdominales hasta sus pectorales desde dónde le empujé hacia atrás para que quedara por completo bajo mi dominio. Besé sus labios y bajé por su barbilla hasta su cuello. Harry puso sus manos en mi cintura y las llevó hasta el botón de mi pequeño pantalón. Después pasó las yemas de sus dedos por mi columna hasta llegar al broche de mi sujetador.
Tiré de la piel de su cuello haciéndole emitir un gemido. Se deshizo de mi sujetador y me giró para quedar él sobre mí. Toda la ropa que nos quedaba era un estorbo. Se sentía realmente incómodo con aquel calor.
Mientras Harry me marcaba ambos lados del cuello bajé el mini-short y sacudí mis piernas ligeramente para bajarlo. Sus manos cogieron las mías colocándolas por encima de nuestras cabezas, quedando codo con codo, mientras su lengua se deslizaba junto a la mía. Volví a enroscar mis piernas en su cintura y alzando la cadera rocé su erección. Un jadeo brotó de ambos. Su boca fue a uno de mis pechos para succionar, mordisquear y chupar mi pezón mientras masajeaba el otro con la mano. Me agarré a las sábanas mientras el seguía su camino de besos por mi vientre hasta mi ombligo. Bajó su pantalón junto a los boxers y retiró mi tanga. Harry iba a coger un preservativo de la mesilla de noche cuando le detuve.
-Empecé a tomar anticonceptivos – Harry alzó sus cejas – nada de barreras.
-Eres jodidamente perfecta – besó mis labios mientras se colocaba sobre mí – tan sexy – rió para sí – tan hermosa – susurró al tiempo que encajaba nuestras caderas.
Arqueé mi espalda hacia su cuerpo al tiempo que lo sentía cada vez más dentro de mí. Sus dedos se enredaron en el cabello de mi nuca, tirando de él. Harry salió y volvió a entrar despacio mientras dejaba salir todo el aire de mis pulmones. Llevé mis brazos por detrás de sus hombros, agarrándome con todas mis fuerzas a él. Inqué mis uñas en su fornida espalda. Pasamos más de media hora dando vueltas en la cama, clamando cada uno el nombre del otro, acariciando cada rincón de nuestro cuerpo hasta que culminamos la cima con sus aceleradas penetraciones.
Se separó de mí y ambos quedamos boca arriba en la cama con nuestros pechos balanceándose a un gran ritmo por la agitada respiración. Sus dedos buscaron los míos a tientas por el colchón.
-¿Qué tal?
-Agotada – carcajeé suavemente.
-Todavía queda mucha noche por delante – se apoyó sobre su codo sonriente y delineó el contorno de mis labios con la punta de sus dedos.
-Te quiero – musité involuntariamente al fundirme en sus ojos.
Harry se sorprendió por como habían escapado mis palabras. Inmediatamente giré la cara contra el colchón dejando que mechones de mi pelo cayeran tapándome el rostro. Él los retiró con suavidad poniéndolos detrás de mi oreja. Sentí su cálido aliento chocar contra mi cara antes de que me susurrara en el oído.
-Nena, sabes que yo también te quiero. No te escondas.
Alzando los párpados vi su rostro con el esbozo de una sonrisa. Encajé mis labios con los suyos de forma efusiva. Él me respondió de buena gana sin poder evitar sonreír sobre mi boca, regalándome un nuevo lote de caricias. Nos dejamos llevar y nos enredamos entre las sábanas durante horas de placer hasta poco antes de que saliera el sol.
canadianhotboy
Temas similares
» LA HERMANA PERDIDA DE ZAYN MALIK (HARRY STYLES Y ____ MALIK)
» LA HERMANA PERDIDA DE ZAYN MALIK (HARRY STYLES Y ____ MALIK)
» [Resuelto]GEMELA DE ZAYN MALIK ? (harry styles & ___(TN) Malik
» Adiccion Laboral (Harry Styles Zayn Malik y Tu)Hot-Ya aparecio Zayn
» Twins Styles :Monster hunters {___ ,Harry Styles y Zayn Malik}
» LA HERMANA PERDIDA DE ZAYN MALIK (HARRY STYLES Y ____ MALIK)
» [Resuelto]GEMELA DE ZAYN MALIK ? (harry styles & ___(TN) Malik
» Adiccion Laboral (Harry Styles Zayn Malik y Tu)Hot-Ya aparecio Zayn
» Twins Styles :Monster hunters {___ ,Harry Styles y Zayn Malik}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.