Pesadilla en la calle Elm.

Capítulo 025

Una semana había transcurrido desde la muerte Nancy y Jesse. Rita había pasado cada segundo repitiendo en su mente la imagen de su prima y su novio, aquella breve charla que había llegado a oír y que no tenía significado alguno para ella sino hasta entonces. Ellos ya no estaban en el mundo de los vivos y Rita había caído en la cuenta de que debía averiguar qué había sucedido, que sucedía en aquel maldito pueblo donde los jóvenes morían asesinados y temía ser la siguiente.
 
Caminaba dentro del secundario, aquel lugar lleno de hipócritas que murmuraban al verla pasar. No solo era la chica nueva y poco sociable, ahora se le agregaba que su prima estaba muerta y hasta habían llegado a sus oídos estúpidas palabras como que desde que ella había pisado Springwood la desgracia yacía en el lugar.
 
—Oye, Rita ¿Cierto? —la muchacha volteó encontrándose con un rostro varonil de mirada azul y profunda con aspecto lamentable, unas grandes ojeras en la parte inferior de sus ojos y un poco de barba cubría aquel rostro que se veía tan hermoso bajo todo ese cansancio.
—Tú eras amigo de Nancy, te vi en su entierro —afirmó la chica recordando el llanto del muchacho que había estrujado su corazón.
—También hermano de Jesse —dijo e inmediatamente, sus ojos se inundaron en lágrimas las cuales quiso disimular pasando las manos rápidamente soltando un bufido—. Lo siento, todo ha sido muy reciente —soltó apenado—, aun no controlo mis emociones.
—Descuida —habló la rubia con amabilidad— ¿Cómo te llamas?
—Oh lo siento, soy Louis —estiró su mano en forma de saludo y ella la tomó en respuesta.
—Bien Louis, siento de veras lo que sucedió. No tenía una genial relación con mi prima, supongo que tú la conocías mejor que yo pero... De verdad lamento lo que ha sucedido, lo mismo con Jesse.
—Gracias —respondió soltando un suspiro—. Necesito un favor —agregó luego con suma seriedad, la chica lo miró asintiendo para que prosiguiera—, necesito entrar a la casa de Nancy ¿Tú podrías ayudarme con eso?
 
La chica tragó saliva bajando la mirada, desde aquella noche ni siquiera había vuelto a aquel lugar en busca de sus pertenencias, la habían acogido en casa Lzzy y no sabía si estaba lista para volver.
 
—Yo... Yo no sé si pueda volver a pisar esa casa Louis —dijo aun sin verle.
—Por favor Rita, de verdad necesito entrar —pidió con desesperación—. Hay algo con lo que tengo pesadillas cada noche y necesito comprobar que no estoy enloqueciendo.
—No lo sé —soltó un pequeño bufido mientras las imágenes de aquella noche inundaban sus recuerdos
—Rita —levantó el rostro de la chica obligándole a que le mire—, eres mi única esperanza en este momento, no te lo pediría si no fuese necesario, créeme.
 
Su mirada llena de tristeza conmovió a la muchacha quien finalmente aceptó acompañarle y darle el permiso de entrar a su viejo hogar aquella misma tarde.
 
Louis llamó a su amigo Harry durante el resto del día pero este no contestó ninguna de sus llamadas por lo cual se aventuró a dirigirse a su hogar, tenía un mal presentimiento de aquello. Aunque su amigo lo creía loco y afirmaba que todo el asunto de sus pesadillas era producto de su imaginación, sabía que era cuestión de tiempo para que Harry tuviese que vivir en carne propia lo que tanto atormentaba a Louis, incluso cuando este hubiese deseado que eso nunca sucediera. Prefería ser tratado de loco por su mejor amigo y no que tuviese que vivir lo mismo que él cada vez que conciliaba el sueño.
Al llegar a la casa del rizado, nadie se dignó en atender la puerta, Louis estaba nervioso, una angustia invadía su pecho y esperaba lo peor. El siguiente lugar a donde fue, fue el hospital.
Una vez más se encontraba recorriendo los pasillos de aquel frío lugar, automáticamente sus ojos se inundaron en lágrimas recordando que él había estado allí, cuidando de Nancy junto con Jesse y que ellos ahora ya no estaban, si no tenía a Harry, realmente no tenía a nadie en quien confiar.
Caminó hacia la recepción del lugar.
 
—Hola muchacho ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó una enfermera con suma amabilidad.
—Estoy buscando a Harry Styles —dijo soltando un suspiro luego.
— ¿Louis? —una voz tras él le obligó a voltear encontrándose con el moreno de ojos color miel— ¿Cómo te enteraste Louis?
—Yo —tragó saliva mientras las lágrimas caían por sus pálidas mejillas—... Solo lo supe —dijo bajo, casi inaudible— ¿Qué sucedió?
—Está en coma Louis, lo encontraron tirado en la calle —habló Zayn con tristeza entonces Louis lo supo; Harry estaba allí y Freddy era el responsable.
—Debo irme —dijo sin más y salió con prisa del hospital.
 
No tenía nada que hacer allí, si quería que su amigo saliera de esa debía encontrar la manera de acabar con el sombrío sujeto de sus pesadillas que parecía estar atormentado a todos los jóvenes de Springwood y él necesitaba descifrar el porqué y el cómo acabar con él.
Llegó a casa de Nancy y sentada en el escalón de la entrada se encontraba Rita, con las llaves en su mano y un cigarrillo a medias en la otra.
 
—Disculpa la tardanza —dijo acercándose a ella.
 
La chica temblaba, apenas, pero podía notarse en la mano que sostenía su cigarrillo como esta se movía inconscientemente. Rita miraba a un punto fijo en el suelo, y las lágrimas descendían por sus mejillas.
 
—Oye, no tienes porqué entrar si no quieres —aseguró Louis hincándose a la altura de la muchacha y esta al fin levantó la mirada para verle.
—No puedo hacerlo, yo solo… Esperaré aquí —dijo dándole otra calada nerviosa a su cigarro y extendiéndole las llaves al chico.
 
Louis las tomó en sus manos y se aproximó a la entrada, puso la correcta en la cerradura luego de dos intento y la puerta se abrió.
El muchacho tomó coraje y una gran bocanada de aire mientras entraba a la casa.
Un mar de recuerdos inundó hasta el hueco más profundo de su ser, saber que su hermano y su mejor amiga ya no estaba con él dolía, dolía la manera en que habían sido asesinados, dolía saber que él no había podido hacer nada.
Lloraba en silencio a cada paso que daba saboreando sus lágrimas saladas las cuales no tenía intención alguna de detener, llorar se había convertido en un hábito diario, algo que ya no le avergonzaba, siquiera le importaba lo que pudiesen pensar de él.
Los muebles estaban cubiertos en nylon transparente, todo estaba limpio pero la policía había estado allí por ser la escena de un crimen, un crimen que nunca se resolvería, porque jamás creerían si Louis les dijese que el asesino había sido Freddy, un hombre espeluznante que se metía en sus sueños para volverlos pesadillas.
 
—Louis —el chico dio un pequeño salto y volteó rápidamente encontrándose Rita a sus espaldas.
—Casi me matas del susto —exclamó llevando la mano a su pecho sintiendo su acelerado corazón.
—Lo siento ¿Puedo hacerte compañía? Creo que me siento peor allí fuera sola —dijo cabizbaja intimidada por la situación.
—Claro, sígueme —pidió él quien comenzó a subir las escaleras seguido por la chica.
 
Una vez arriba se adentraron en el cuarto de Nancy. Rita, a pesar de vivir allí y ser su prima, era la primera vez que entraba a dicho dormitorio, pero recordaba claramente haber escuchado algún que otro grito que daba su prima desde allí dentro tras despertarse de alguna de sus perturbadoras pesadillas.
En cambio Louis, conocía de memoria aquel lugar, desde que jugaban de pequeños, o hacían tareas, o simplemente hablaban y compartían tiempo juntos, cosas que no volvería a vivir nunca porque ella ya no estaba. Recorrió cada recoveco con la mirada y cerró los ojos un instante imaginándose alguna de las tantas veces que había estado allí, con ella, con Jesse, el llanto no demoró en llegar.
Casi de inmediato sintió una mano sobre su hombro y abrió los ojos encontrándose con la mirada verde de la chica que lo acompañaba, él le dedicó una media sonrisa algo forzada y secó sus lágrimas con los puños de su sweater.
 
— ¿Qué vienes a buscar aquí?
—Tú no sabes quién mató a Nancy ¿Cierto? —preguntó é viéndola y la chica abrió los ojos con sorpresa, desconcertada ante tal pregunta.
—Yo solo sé que Jesse era el único en la sala cuando ella murió, él estaba cubierto por su sangre y yo lo vi huir —la chica tragó saliva mientras Louis negaba rotundamente.
—Jesse fue asesinado por la misma persona que mató a Nancy, si es que se le puede llamar persona —dijo esto último como un pensamiento en voz alta y se dirigió a los cajones de su amiga.
— ¿Qué es lo que sabes? Deberías hablar con la policía —agregó ella siguiéndole de cerca.
—La policía no puede hacer nada, nadie podrá hacer nada —revolvía desesperado sacando papeles y recortes de diarios y revistas de adentro de los cajones del escritorio hasta que se detuvo al encontrar una portada que llamó su atención; “Nuevo caso de asesinato en la calle Elm” tras ese, otro; “Se descubre al asesino de los niños de Elm street ” “Fredderick Krueger encarcelado por múltiples asesinatos”.
Louis tragó saliva sin salir de su asombro, los titulares eran del periódico de la ciudad e indicaban aquellos sucesos en el año ‘64.
 
— ¿Por qué Nancy tenía esos recortes? —preguntó la rubia tras él.
—Él es quien la mató Rita, Freddy Krueger —volteó a verla. Su mirada estaba perdida.
—Pero… Ahí dice que fue encarcelado.
—Hace cuarenta años atrás —Louis guardó dichos recortes en el bolsillo trasero de su pantalón luego de haberlos doblado, pasó las manos por su rostro con fuerza— ¡Demonios! —exclamó con frustración mientras hacía un gran esfuerzo por abrir sus ojos.
— ¿Qué sucede?
—Tengo demasiado sueño, no sé si pueda soportar mucho más —caminó hacia la salida seguido por ella.
— ¿Hace cuanto no duermes bien? Deberías hacerlo, se te ve cansado —dijo ella intentando seguir su paso apurado sin saber el porqué ni a donde se dirigía.
—Me quedaré con estas llaves ¿Está bien? Gracias por todo.
—Oye, no, espera —tomó su brazo con fuerza y lo hizo voltear— ¿Qué es lo que te sucede? Dime qué pasa, quien es ese tipo y que sabes ti de él porque no logro entender nada.
—No me creerás de todas formas  —aseguró encogiéndose de hombros.
—Inténtalo —retrucó la chica que no se iría sin una respuesta convincente.
—Bueno —soltó un sonoro bufido—, este sujeto está muerto, él mató a Ashton primero, y luego siguieron Nancy y Jesse y ahora mi mejor amigo está en coma y estoy seguro que fue por su culpa, él se ha metido también en mis sueños —pese al frío se levantó la sopa mostrándole parte de las cicatrices en su pecho que había dejado las cuchillas de Freddy en una de sus pesadillas—. Yo sé que es difícil de creer, pero esto me sucedió mientras dormía, yo soñé que él me lo hacía y cuando desperté las heridas eran reales, la sangre, el dolor, todo era real ¿Entiendes? Él asesinó a Nancy y a Jesse mientras dormían, yo puedo ser el siguiente pero necesito hacer lo posible por salvar a mi mejor amigo, al menos intentar acabar con esto.
 
La chica lo observaba totalmente estupefacta, sorprendida ante tantas palabras que parecían no tener sentido, de hecho, no había podido creer una palabra de todo eso.
 
—De veras, necesitas descansar —le arrebató las llaves de la mano antes de darse la media vuelta e irse.
—Deberías cuidarte mientras duermes, ojalá no tengas que pasar por esto pero si sucede, verás que no estoy tan loco como crees —soltó el chico quien se dirigió una vez más al hospital, necesitaba saber cómo seguía su amigo y beber un café bien cargado antes de seguir averiguando acerca de Freddy.