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Pesadilla en la calle Elm.
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Re: Pesadilla en la calle Elm.
oh my gosh :deos:
Comenzaré comentando el capítulo de Grimes. Daniel es todo un rebele y he de decir que Liam me cayó genial <3 Es responsable, se le ve dulce y... Hace que odie a Daniel -.- No sé por qué pero su actitud me resulta infantil. Llamenme loca, lo estoy xd.
El capítulo de Linn fue absolutamente perfecto. Me metí en la piel del chico malo que es Zayn. Por un momento me dió pena su hermana, ya que él lo que creyó y pensó que se lastimó adrede pero el karma (amado karma, como te echaba de menos (?) hizo de las suyas y le mostró que su hermana no es una pinche mentirosa esquizofremica como él pensaba (quizá me pase... o no...) Luego, hermosos capítulos chicas. Cada vez esta n.c se pone másinteresante y disculpen por no haber comentado antes pero es que ando un tanto perdida en mi mundo de color y luz y fantasía y purpurina. Yo me entiendo xd
Black Widow.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Capítulo 015
Hacía ya dos días Nancy se encontraba de alta en su casa, en ese corto tiempo, las pesadillas con aquel sujeto de las cuchillas no habían vuelto a repetirse aunque el miedo de que sucedieran seguía latente. Esa noche, en casa de los Fowles hubo una cena familiar, la cual incluyó además de a su prima Rita, con quien comenzaba a llevarse mejor, a su novio Jesse. Cenaron un delicioso pavo preparado por la señora Fowles y luego de una café de sobre mesa, el matrimonio se despidió antes de irse a su habitación.
Los tres jóvenes quedaron solos en el living hasta que Rita decidió que era hora de irse. Puso como excusa el sueño aunque lo cierto era que por más que Nancy fuese agradable con ella, no dejaba de sentirse como un estorbo, más cuando Jesse estaba ahí. Se despidió y antes de irse a su habitación pasó por la cocina en busca de un vaso de agua, el cual dejaría sobre su mesa de luz como acostumbraba cada noche.
Estaba por subir las escaleras cuando sintió un sollozo que venía del living, por lo cual con total discreción se acercó a la puerta de éste asegurándose de no ser vista.
—Todo estará bien bebé, no te dejaré sola ni esta noche ni ninguna otra —decía Jesse consolando a su novia mientras esta lo abrazaba con fuerza.
—Tengo tanto miedo —confesó entre sollozos —, siento que si me duermo, jamás volveré a despertar —aunque quiso evitarlo, ya no pudo contener su llanto.
—Eso no sucederá, ese maldito no te hará daño —aseguró él —Nancy, es solo una estúpida pesadilla.
Ella se separó para mirarlo con atención —Sabes de quien hablo ¿No es así? —Cuestionó con certeza —el sujeto de sweater a rayas y las largas cuchillas —tomó un leve respiro —Lo has visto ¿Verdad? —los ojos de la chica estaban enrojeciéndose y volviéndose más pequeños, entre el cansancio y el llanto luchaba internamente por mantenerlos abiertos, lo que le daba cierto aspecto paranoico, y sí, lo estaba.
—Sí, soñé con el estúpido Freddy ¿Eso querías saber? —confesó con pesadez. La mirada de Nancy parecía perdida, como si estuviese durmiendo con los ojos semi abiertos. —Hey ¿Qué sucede? —Preguntó con preocupación al ver que su novia se había quedado callada, mirando hacia la entrada de la casa.
—Él es real —dijo ladeando levemente la cabeza mientras las lagrima caían por su rostro sin ningún tipo de esfuerzo —, Freddy es real y está aquí. —Sintió que sus pulmones se vaciaban por lo cual tomó una gran bocanada de aire —Acabará con todos los jóvenes de Springwood, él me lo dijo —afirmó con certeza aun con su mirada perdida y sintiéndose cada vez más débil a causa del cansancio, dejaba casi todo el peso de su cuerpo en los brazos de Jesse, quien sentía gran temor y preocupación, él sabía que Nancy no estaba loca, pero no podía permitirse creer que era posible que un sujeto volviera realidad las más horribles pesadillas.
Rita, después de aquellas palabras, se fue a su habitación con la idea de que su prima había enloquecido.
—Vamos a tu habitación —sugirió él tomándola por el brazo —, necesitas descansar —éstas últimas palabras enfurecieron a Nancy, quien se soltó del agarre de su novio.
— ¡No entiendes nada! —gritó furiosa como si de repente toda la energía perdida hubiese vuelto a su cuerpo aunque realmente por dentro se sentía débil, completamente. — ¡No me trates como si estuviera loca maldita sea! —posó las manos sobre sus sienes en un acto de desesperación, cerrando los ojos con fuerza y cuando lo hizo, vio aquel rostro calcinado al que tanto le temía. Fue solo un instante ya que los abrió de inmediato tan grandes como pudo y se dejó caer de rodillas al piso casi ahogándose en su propio llanto.
Jesse, totalmente asustado y desconcertado se arrodilló junto a ella abrazándola con fuerza.
—Lo vi —dijo entre el llanto —no quiero que mis ojos se vuelvan a cerrar —el cuerpo de Nancy se desvaneció por completo en brazos de Jesse. Los padres de la joven se habían despertado con los gritos de su hija y se asustaron mucho con aquella escena.
— ¿Qué está sucediendo? —preguntó el padre de ella adentrándose en el living. El muchacho lo miró pero no salió palabra alguna de su boca.
— ¡Hija estás sangrando! —gritó aquella madre desesperada alejando bruscamente a Jesse de su pequeña y fue cuando éste notó sangre en la blusa de Nancy, quien cayó al suelo bruscamente. Jesse estaba tan desconcertado que se levantó del suelo y se quedó inmóvil, al ver que cuando la señora Fowles levantó la blusa de su hija, encontró que en su abdomen había cuatro profundas heridas causadas aparentemente por filosas cuchillas.
— ¡Voy a matarte! —gritó el padre de Nancy quien se abalanzó sobre Jesse para golpearlo sin piedad.
— ¡Yo no hice nada! —se defendió intentando quitarse al hombre de encima.
Rita corrió escaleras abajo al sentir tanto escándalo.
— ¡Llama a los paramédicos! —pidió la madre al ver a su sobrina quien no tenía idea de lo que sucedía pero solo obedeció al pedido de su tía.
La lucha entre Jesse y el señor Fowles terminó cuando el joven logró apartarlo empujándolo al suelo luego de algunos golpes los cuales se vio obligado a dar por defenderse. Fue entonces, cuando se dio cuenta de que tanto su camisa blanca como sus manos se encontraban teñidas por el color rojo de la sangre de su novia quien yacía en el suelo en brazos de su madre.
—No… yo… —Jesse quería hablar enredándose entre sus propias palabras, lleno de dolor e impotencia por ver a su novia sangrar en el suelo, por no haber podido defenderla, porque él se la había arrebatado en sus propios brazos. —Juro que no hice nada —fueron las únicas palabras que salieron de su boca antes de salir corriendo de allí sin estar seguro del porqué.
El padre de Nancy se levantó como pudo y quiso correr a Jesse pero éste fue más rápido y desapareció entre las casas de la calle Elm.
+++
El calor era tan intenso que logró despertar a Nancy de tan profundo sueño. La joven se encontraba mareada, por lo cual cuando abrió sus ojos le costó darse cuenta de donde en realidad estaba. Un fuerte y desagradable olor a hierro oxidado invadió sus fosas nasales, revolviendo su estómago por completo. Se levantó del suelo donde estaba sentada mientras el pánico se adueñaba de ella. Un fuerte dolor en su abdomen la hizo retorcerse, y al apretar aquella zona descubrió que había sangre, mucha sangre. No podía dejar de llorar, estaba aterrada, cansada, y la herida parecía doler cada vez más y más.
—Al fin nos volvemos a ver mi querida Nancy —La voz macabra hizo que la joven mirara en todas las direcciones para ver de dónde provenía.
—Por favor… —Quiso pedir que no le hiciera más daño pero las palabras no terminaron de salir de su boca. De un segundo a otro, Freddy estaba justo frente a ella, enterrando brutalmente sus filosas cuchillas sobre la herida.
Nancy no tuvo tiempo siquiera de cerrar sus ojos, lo último que vio antes de dar su último respiro fue el rostro del mismísimo demonio, quien disfrutaba haber terminado con la vida de la joven.
Última edición por Vic Stylinson. el Dom 14 Dic 2014, 10:35 am, editado 2 veces
Invitado
Invitado
Re: Pesadilla en la calle Elm.
maldito freddy. pobre jesse, él me caía bien al igual que nancy, nadie merece morir sólo freddy
amé el capítulo vic, siempre me dejás con ganas de leer más.
Espero el siguiente capítulo
amé el capítulo vic, siempre me dejás con ganas de leer más.
Espero el siguiente capítulo
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: Pesadilla en la calle Elm.
ESTO ES PARA QUE USTEDES SE DEN CUENTA LO QUE HACE ESTE TRUCO VAMOS A PROBAR NO SE SI ES VERDAD PERO LA PERSONA QUE ME LO ENVIO ESTA TODAVIA ASOMBRADA DE LO OCURRIDO, YA QUE ELLA DICE QUE LO HIZO POR HACERLO Y QUE PIDIO ALGO QUE CREIA CASI IMPOSIBLE DE LOGRAR PROBEMOS. Para ti mismo di el nombre de la unica persona del sexo opuesto con quien quieras estar (tres veces...)... * Piensa en algo que quieras lograr dentro de la proxima semana y repitelo para ti mismo(a) (seis veces)... * Piensa en algo que quieras que pase entre tu y la persona especial (que dijiste en el no. 1) y dilo a ti mismo/a (doce veces)... * Ahora haz un ultimo y final deseo acerca del deseo que escogiste. * Despues de leer esto tienes 1 hora para mandarlo a 15 temas y lo que pediste se te hara realidad en 1 semana. A la mayor cantidad de gente a quien lo mandes mas fuerte se hara tu deseo. Si tu escoges ignorar esta carta lo contrario del deseo te sucedera, o esto no sucedera jamas.............. Que tus días estén llenos de logros y tus noches de sueños copia y pega es en 15 o + temas más
Melu Rusher
Re: Pesadilla en la calle Elm.
gracias bella, me alegra que te haya gustado en cierta forma xd porque a mi me gustó pero no me gustó no fue fácil...Grimes. escribió:maldito freddy. pobre jesse, él me caía bien al igual que nancy, nadie merece morir sólo freddy
amé el capítulo vic, siempre me dejás con ganas de leer más.
Espero el siguiente capítulo
Pd: Girls, pasense por el muro here.
Invitado
Invitado
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Omg. Omg. Mató a otro más.... Ay no. Lloro. Encima me caía bien Jesse. Él no merece eso. Freddy andate despacito a la mierda que nadie te quiere acá.
Me encantó el capítulo. Sabes que amo la manera en la que redactas y probablemente nunca me canse de decirtelo. Es que Vic, me pasa lo mismo que Ally. Me dejas con las ganas de leer mas y mas cada vez.
Bueni ya lo dije antes, pero volví y no pienso irme salvo que me echen.
Otra cosa. Niall dará la fiesta igual por lo que pudieron apreciar así que si quieren ir no hay drama.
Me encantó el capítulo. Sabes que amo la manera en la que redactas y probablemente nunca me canse de decirtelo. Es que Vic, me pasa lo mismo que Ally. Me dejas con las ganas de leer mas y mas cada vez.
Bueni ya lo dije antes, pero volví y no pienso irme salvo que me echen.
Otra cosa. Niall dará la fiesta igual por lo que pudieron apreciar así que si quieren ir no hay drama.
wang.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
El capítulo me ha dejado directamente sin palabras. Estoy absolutamente impacta por el capítulo. Se llevo a otra persona más. OMG. Se me pusieron los pelos d gallina y todo. Intentaré subir esta noche mi cap :D
Black Widow.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Vic, cómo siempre; tu capítulo fue simplemente perfecto. Quedé como en un shock, dios mío, maldito Freddy :c Pobre Nancy :'c Ya sabes que amo como escribes y la manera en qué redactas:3 Me ha fascinado el capítulo:D ¿Empezamos la tercera ronda? I'm so confused :s Espero el capítulo siguiente pronto, que seguro me dejará igual de emocionada y encantada con él. Saludos xx.
jungkook.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Gracias a todas por sus lindos coments, me halagan mucho:)
Si Lin, tercer ronda en proceso..
Si Lin, tercer ronda en proceso..
Invitado
Invitado
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Capítulo 016
Simplemente cerró los ojos, absorto en el ruido de la lluvia que caía en el exterior y deleitándose del frío que se adentraba poco a poco por las rendillas de la ventana. Era una tarde normal de noviembre, de esas en las que el tiempo no esta jamás de tu parte y prefieres quedarte en casa sin hacer nada. El cielo pintado de nubes grises daba la bienvenida al mal tiempo y a las precipitaciones y llevaba consigo un aire tan helado y seco que levantaba las hojas secas caidas de los árboles, arrastrándolas despiadadamente.
El joven que se encontraba tras el mostrador paso aburrido una página mas, sin estar demasiado atento a la lectura. Sus pensamientos vagaban sin rumbo, entremezclandose unos con otros y levantándole dolor de cabeza al rubio y es que, el pobre Abel Pettyfer, no dormía bien últimamente. Las pesadillas que, una vez al año tenía, habían decidido visitarle más a menudo en los últimos meses, despertandole a altas horas de la madrugada e impidiéndole volver a reconciliar el sueño a pesar de ingerir pastillas para el insonmio o infusiones que su abuela le había recomendado. Nada servía.
La pesadilla era siempre la misma. Él veía como una cabellera rubia se agitaba en la oscuridad. Era una figura alta y delgada, claramente femenina que huía de algo o alguien. Se podía percibir la densa atmósfera que lo rodeaba todo, como la neblina cándida que flotaba sobre el pavimiento; la respiración agitada de la muchacha se clavaba grotescamente en los oídos del rubio, impidiéndole oír nada mas que aquello y; el temor que ella sentía era palpable. Lo peor de todo aquello, recordó el joven apoyando los codo sobre el mostrador, era la risa maléfica que se escuchaba de eco y el tenso sonido de algo metálico arrastrarse o arañar algo.
La cara de la chica permanecía en el anonimato de la penumbra, al igual que la razón por la que huía. Pero lo más extraño de todo aquello, descontando que soñaba con aquello desde que tenía diez años, era que al despertar tenía la sensación de que estaba incompleto, que no había visto todo. Eso era lo que más le inquietaba y la razón por la que le daba demasiado vueltas al asunto.
Un bostezó se escapó de entre sus labios y dirigió una felina mirada al frente, sintiéndose momentaneamente vigilado por algo invisible. Arrugo el ceño. A veces le pasaba cosas de estas: se sentía vigilado o escuchaba voces e incluso veía cosas que desaparecían. Y es que, Abel no era un chico normal y corriente, como el resto de los adolescentes de su edad.
El sonido de las campanillas de la entrada captó su absoluta atención. Entraba una chica con cabellos largos y pelirrojos, con una amplia sonrisa que curvaba sus comisuras hacía arriba, a pesar de que se encontraba empapada de los pies a la cabeza. Abel no tuvo que pensar mucho para darse cuenta de que era su novia: Maddy. Ella se acercó a él, con sus ojos castaños brillando de alegría.
—He venido a darte una sorpresa —dijo, dándole un beso en la mejilla.
El tacto de sus helados labios contra la mejilla caliente envió un escalofrío por todo su cuerpo. El fingió una sonrisa agradable, en el fondo no muy contento de la visita. Abel sabía desde hace un par de horas que ella iba a venir, algo se lo había dicho. Maddy era de esas novias alegres, generosas y dulces que enamoraban al instante y el rubio no estaría tan desganado por advertir su presencia si no fuera por el hecho de que la pelirroja era una novia-chicle. Siempre acamelada, siguiéndole a todas partes y dejándole sin espacio vital. Él acababa algo fastidiado.
—¿Qué haces, cielo? —preguntó curiosa, arrimandose a su brazo y inclinándose al libro que estaba abierto.
Abel lo cerró rápidamente, en un golpe tan seco y repentino que obligó a Maddy a dar un brinco de sorpresa.
—Nada interesante —contestó, agarrando el libro y poniéndolo lejos del alcance de ella.
Ella sonrío un poco más y permaneció quieta ahí por unos minutos, sin hacer nada. El rubio le dirigió una mirada asustada, temiendo que aquel rato en pareja se prolongará más.
—¿No habías quedado con Clare para ir al centro comercial? —inquirió titubeante, visiblemente incómodo.
Maddy se apretó un poco más y frunció el ceño y los labios, en una pose cómica que una vez al muchacho le resulto adorable pero que ahora no aguantaba. Maddy era algo cortita a la hora de pensar, y eso era una de las muchas cosas que irritaban a Abel.
Él sabía que tenía que romper con ella, pero solamente no encontraba jamás el momento indicado o la situación adecuada. Era como si las estrellas se hubieran alienado con la tentación de no romper esa relación de las millones que había por lo que Abel no había hecho nada. Tan solo esperar.
—Sí pero se puso a llover —contestó la chica, al cabo de un rato—. Y las dos estamos sin coche por lo que preferí decirle que lo dejaramos para otro día y venirme aquí contigo a hacerte compañía para que no te sintieras aburrido en tu guardia en la tienda de tu abuela.
Claro, pensó sarcasticamente.
Con delicadeza apartó el cuerpo de la joven y se levantó, caminando a zancadas anchas a una estanteria, fingiendo colocar los libros perfectamente alienados.
—Yo estoy apunto de marcharme, Mad —mintió él—. Mi abuela me acaba de mandar un mensaje diciendo que vendrá en cosa de minutos y yo tengo que volver a casa para estudiar, ya sabes.
Pudo escuchar por unos instantes una voz que le indicada que ella se autoinvitaria a su casa, como solía hacer con frecuencia.
Maddy suspiró, visiblemente triste y susurró, algo apenada algo parecido a: ya me voy, entonces. Nos vemos mañana, Ab. Luego la puerta se cerró. El joven se sintió culpable.
La pesadilla volvía una vez más. Ella corría por callejuelas estrechas, con la respiración agitada y el corazón latiendo rápidamente en su pecho conmocionado por la persecución. La fina capa de niebla no la dejaba ver, y eso la ponía nerviosa.
—Uno, dos, Freddy viene a por ti. —cantaba una voz desde la lejanía, infantil.
La rubia huía sin rumbo fijo. Abel sentía sus pensamientos alborotados, sin coherencia.
—Tres, cuatro, cierra bien la puerta.
Ella aceleraba el paso. Conocía el final de todo aquello.
—Cinco, seis, coge un crucifico. —la voz se comenzaba a distorsionar, sonando cada vez más grave.
La desesperación salía de sus poros, junto al sudor que perlaba su blanca tez.
—Siete, ocho, mantente despierta.
Se encontró en un callejón sus salida. Frenó en seco, con las piernas tambalenates y los ojos aguosos, al borde del llante. Buscaba una salida. Tenía que haber otra forma...
—Nueve, diez, nunca más dormirás —la voz había cambiado completamente.
Ella se giró, al escuchar las cuchillas arañar las paredes de ladrillo del edificio. Veía su silueta, difuminada por las tinieblas. Los lágrimones caían por su rostro, mientras Freddy se acercaba con un semblante alegre y macabro, dispuesto a terminar con una vida más. Hacía frío, lo percibía bien.
Freddy se colocó frente a ella, paseando una de sus cuchillas por la mejilla. Su boca se movía, pero el sonido no llegaba a ser alcanzado por el sentido auditivo de Abel. Un grito fuerte se oyó.
No sabría decir cuanto tiempo pasó pero finalmente él clavó sus cuchillas en el cuello de la rubia. Abel vió su rostro por primera vez, cuando la vida se le escurría de entre los dedos. Al cabo de unos minutos su cuerpo cayó, inerte. Freddy rió y chupó una de sus cuchillas, saboreando el dulce sabor de la sangre de ella... A su lado, se veía un cartel verde que decía: Bienvenidos a la calle Elm.
—ELIZABETH —gruñió Abel, nada más despertarse.
Las manchas negras ensuciaban su vista y el sudor le hacía sentirse pegajoso y sucio. Había vuelto a tener ese sueño... No, sueño no, visión. Sabía que era una visión. Algo iba a matarla... Se encontraba mareado. Quería vómitar. La confusión reconcomía su cabeza.
Torpemente extendió sus brazos cogiendo una hoja y un lapiz y pintarrajeo, con mala letra el nombre de la calle de sus sueños. No sabía por qué, ni cuándo sucedería su predicción pero una cosa tenía claro: La salvaría de su destino.
El joven que se encontraba tras el mostrador paso aburrido una página mas, sin estar demasiado atento a la lectura. Sus pensamientos vagaban sin rumbo, entremezclandose unos con otros y levantándole dolor de cabeza al rubio y es que, el pobre Abel Pettyfer, no dormía bien últimamente. Las pesadillas que, una vez al año tenía, habían decidido visitarle más a menudo en los últimos meses, despertandole a altas horas de la madrugada e impidiéndole volver a reconciliar el sueño a pesar de ingerir pastillas para el insonmio o infusiones que su abuela le había recomendado. Nada servía.
La pesadilla era siempre la misma. Él veía como una cabellera rubia se agitaba en la oscuridad. Era una figura alta y delgada, claramente femenina que huía de algo o alguien. Se podía percibir la densa atmósfera que lo rodeaba todo, como la neblina cándida que flotaba sobre el pavimiento; la respiración agitada de la muchacha se clavaba grotescamente en los oídos del rubio, impidiéndole oír nada mas que aquello y; el temor que ella sentía era palpable. Lo peor de todo aquello, recordó el joven apoyando los codo sobre el mostrador, era la risa maléfica que se escuchaba de eco y el tenso sonido de algo metálico arrastrarse o arañar algo.
La cara de la chica permanecía en el anonimato de la penumbra, al igual que la razón por la que huía. Pero lo más extraño de todo aquello, descontando que soñaba con aquello desde que tenía diez años, era que al despertar tenía la sensación de que estaba incompleto, que no había visto todo. Eso era lo que más le inquietaba y la razón por la que le daba demasiado vueltas al asunto.
Un bostezó se escapó de entre sus labios y dirigió una felina mirada al frente, sintiéndose momentaneamente vigilado por algo invisible. Arrugo el ceño. A veces le pasaba cosas de estas: se sentía vigilado o escuchaba voces e incluso veía cosas que desaparecían. Y es que, Abel no era un chico normal y corriente, como el resto de los adolescentes de su edad.
El sonido de las campanillas de la entrada captó su absoluta atención. Entraba una chica con cabellos largos y pelirrojos, con una amplia sonrisa que curvaba sus comisuras hacía arriba, a pesar de que se encontraba empapada de los pies a la cabeza. Abel no tuvo que pensar mucho para darse cuenta de que era su novia: Maddy. Ella se acercó a él, con sus ojos castaños brillando de alegría.
—He venido a darte una sorpresa —dijo, dándole un beso en la mejilla.
El tacto de sus helados labios contra la mejilla caliente envió un escalofrío por todo su cuerpo. El fingió una sonrisa agradable, en el fondo no muy contento de la visita. Abel sabía desde hace un par de horas que ella iba a venir, algo se lo había dicho. Maddy era de esas novias alegres, generosas y dulces que enamoraban al instante y el rubio no estaría tan desganado por advertir su presencia si no fuera por el hecho de que la pelirroja era una novia-chicle. Siempre acamelada, siguiéndole a todas partes y dejándole sin espacio vital. Él acababa algo fastidiado.
—¿Qué haces, cielo? —preguntó curiosa, arrimandose a su brazo y inclinándose al libro que estaba abierto.
Abel lo cerró rápidamente, en un golpe tan seco y repentino que obligó a Maddy a dar un brinco de sorpresa.
—Nada interesante —contestó, agarrando el libro y poniéndolo lejos del alcance de ella.
Ella sonrío un poco más y permaneció quieta ahí por unos minutos, sin hacer nada. El rubio le dirigió una mirada asustada, temiendo que aquel rato en pareja se prolongará más.
—¿No habías quedado con Clare para ir al centro comercial? —inquirió titubeante, visiblemente incómodo.
Maddy se apretó un poco más y frunció el ceño y los labios, en una pose cómica que una vez al muchacho le resulto adorable pero que ahora no aguantaba. Maddy era algo cortita a la hora de pensar, y eso era una de las muchas cosas que irritaban a Abel.
Él sabía que tenía que romper con ella, pero solamente no encontraba jamás el momento indicado o la situación adecuada. Era como si las estrellas se hubieran alienado con la tentación de no romper esa relación de las millones que había por lo que Abel no había hecho nada. Tan solo esperar.
—Sí pero se puso a llover —contestó la chica, al cabo de un rato—. Y las dos estamos sin coche por lo que preferí decirle que lo dejaramos para otro día y venirme aquí contigo a hacerte compañía para que no te sintieras aburrido en tu guardia en la tienda de tu abuela.
Claro, pensó sarcasticamente.
Con delicadeza apartó el cuerpo de la joven y se levantó, caminando a zancadas anchas a una estanteria, fingiendo colocar los libros perfectamente alienados.
—Yo estoy apunto de marcharme, Mad —mintió él—. Mi abuela me acaba de mandar un mensaje diciendo que vendrá en cosa de minutos y yo tengo que volver a casa para estudiar, ya sabes.
Pudo escuchar por unos instantes una voz que le indicada que ella se autoinvitaria a su casa, como solía hacer con frecuencia.
Maddy suspiró, visiblemente triste y susurró, algo apenada algo parecido a: ya me voy, entonces. Nos vemos mañana, Ab. Luego la puerta se cerró. El joven se sintió culpable.
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La pesadilla volvía una vez más. Ella corría por callejuelas estrechas, con la respiración agitada y el corazón latiendo rápidamente en su pecho conmocionado por la persecución. La fina capa de niebla no la dejaba ver, y eso la ponía nerviosa.
—Uno, dos, Freddy viene a por ti. —cantaba una voz desde la lejanía, infantil.
La rubia huía sin rumbo fijo. Abel sentía sus pensamientos alborotados, sin coherencia.
—Tres, cuatro, cierra bien la puerta.
Ella aceleraba el paso. Conocía el final de todo aquello.
—Cinco, seis, coge un crucifico. —la voz se comenzaba a distorsionar, sonando cada vez más grave.
La desesperación salía de sus poros, junto al sudor que perlaba su blanca tez.
—Siete, ocho, mantente despierta.
Se encontró en un callejón sus salida. Frenó en seco, con las piernas tambalenates y los ojos aguosos, al borde del llante. Buscaba una salida. Tenía que haber otra forma...
—Nueve, diez, nunca más dormirás —la voz había cambiado completamente.
Ella se giró, al escuchar las cuchillas arañar las paredes de ladrillo del edificio. Veía su silueta, difuminada por las tinieblas. Los lágrimones caían por su rostro, mientras Freddy se acercaba con un semblante alegre y macabro, dispuesto a terminar con una vida más. Hacía frío, lo percibía bien.
Freddy se colocó frente a ella, paseando una de sus cuchillas por la mejilla. Su boca se movía, pero el sonido no llegaba a ser alcanzado por el sentido auditivo de Abel. Un grito fuerte se oyó.
No sabría decir cuanto tiempo pasó pero finalmente él clavó sus cuchillas en el cuello de la rubia. Abel vió su rostro por primera vez, cuando la vida se le escurría de entre los dedos. Al cabo de unos minutos su cuerpo cayó, inerte. Freddy rió y chupó una de sus cuchillas, saboreando el dulce sabor de la sangre de ella... A su lado, se veía un cartel verde que decía: Bienvenidos a la calle Elm.
—ELIZABETH —gruñió Abel, nada más despertarse.
Las manchas negras ensuciaban su vista y el sudor le hacía sentirse pegajoso y sucio. Había vuelto a tener ese sueño... No, sueño no, visión. Sabía que era una visión. Algo iba a matarla... Se encontraba mareado. Quería vómitar. La confusión reconcomía su cabeza.
Torpemente extendió sus brazos cogiendo una hoja y un lapiz y pintarrajeo, con mala letra el nombre de la calle de sus sueños. No sabía por qué, ni cuándo sucedería su predicción pero una cosa tenía claro: La salvaría de su destino.
- Spoiler:
Perdonen que el capítulo haya sido tan corto y tan caca. Últimamente no tengo inspiración y lo escribí a toda prisa, para que la novela no se extancará TmT
Black Widow.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
Me gusto el capítulo. No fue una caca. Pettyfer ♡ okno. Eso no viene al caso. Abel es tan tierno. Idk me dan ganas de abrazarlo. Me encanta la forma en la que narras y definitivamente me dejaste con ganas de más. Maddy seguro que se dio cuenta que su novio no estaba tan interesado en ella. Pobre, me dio lastima. Abel tiene que ponerse media pila y terminar con ella para no lastimarla. Ya quiero saber que va a pasar en el siguiente capítulo.
wang.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
ahh está hermoso!! había escrito un comentario más largo, pero se me borró en serio escribís hermoso win!
ya comienzo a escribir mi cap
ya comienzo a escribir mi cap
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: Pesadilla en la calle Elm.
Win tu capítulo me ha encantado:3 ¡Es perfecto! Me dio algo de pena Maddy bc él no está muy 'prendido' por ella. Pobrecita :c Me dejaste con ganas de leer más:) Abel termina con ella ahora antes de que ella pueda sufrir todavía más por la ruptura:| Juró que literalmente, lo amé. Oh dios, pobre Elizabeth! Abel, please salvala:c Mi segundo nombre es Elizabeth y no se porqué lo dije but wherevah :s Ojalá la salvé:) Yo creo que sí lo hará pero idk, sólo queda esperar a leer:3 Amé infinitamente el cap, espero el de Ally;D
jungkook.
Re: Pesadilla en la calle Elm.
God tu cap!! Aii dios que torpe como no me pase antes?! No te atrevas a decir qu es caca! Pobre Abel! Ya lo amo, estoy cmo ajskdhd Quede de cara al leer quien era la chica de sus sueños! Please que la salve! Se pone demasiado bueno ya muero por leer mas!
Invitado
Invitado
Re: Pesadilla en la calle Elm.
MUCHAS GRACÍAS POR SUS COMNTARIOS, chicas :D Me alegro de que a vosotras nos haya parecido una shit como a mí. La siguiente es Ally, ¿no?
Black Widow.
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