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cuento de invierno. | nc.
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pixie.
Re: cuento de invierno. | nc.
zoe decidió pasar de pág(?)
✦ ausente.✦
pixie.
Re: cuento de invierno. | nc.
si quieren lo subo, bc les aviso de que es muy corto y mierdoso muy mierdoso
michael.
Re: cuento de invierno. | nc.
súbelo mismo bc me muero y como no sea mierdoso cojo un tren para ir a tu casa y reñirte
✦ ausente.✦
pixie.
Re: cuento de invierno. | nc.
capítulo uno
ruby fox.
Y así pasan los días, incordiando como una mancha en un expediente vacío. La soledad invade tu cuerpo y contemplas —con absoluta tristeza— todo tu alrededor. Llegas a preguntarte si alguna vez existió, y te das cuenta de que era cierto, pero que parece mentira. A veces pienso que es mejor estar sola que rodeada de aquello que con el tiempo te hubiera destruido. Otras veces creo que eso no debe ser real; porque, de otro modo, quizá ahora él estuviera de vuelta. Bastante curioso el amor que te destruye y te hace fuerte al mismo tiempo; aunque eso me recuerde a un viejo cuento que la abuela contaba por navidad.
A veces uno no siente los golpes que la vida le brinda, a veces esos arañazos tardan en llegar, pero cuando lo hacen, cuando llegan, caes de rodillas ante aquello que habías intentado olvidar. Cierras los ojos un segundo y te das cuenta: ese dolor es el vacío que sientes cuando te acuerdas de que esa persona ya no está. Porque lo peor de tener el corazón roto es no ser capaz de recordar como te sentías antes. Porque el problema de apegarse a alguien es que cuando se va, te sientes perdido.
Todo el mundo dice que la vida no termina cuando haya acabado una relación. Y quizá tengan razón, pero yo ya no soy la misma chica que, cinco años atrás, podía reír durante horas.
Construyes con arena un gran castillo que te mantenga a salvo, contratas guardias que cuiden de ti; pero llega el momento en el que la arena se quiebra y los guardias se van. Te quedas a solas, hundida en lo que podríamos llamar tristeza; aunque eso sea lo único que recuerdes.
Todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros; esperando unirnos como piezas de un rompecabezas hechas para pertenecerse. Aunque lo cierto es que apenas nos conocemos, encontrando dudas en nosotros de si aquella persona es realmente con quién quisieras estar el resto de tu vida. Es entonces cuando aparecen los problemas; tras las preguntas, están las peores respuestas. Y aunque a veces una respuesta puede hacerte feliz, otras veces puede dañarte como la más afilada navaja. En aquellas ocasiones, la herida mayormente sana, pero uno ya no es el mismo.
Mi vida se resume en cuatro palabras después de su nombre; y no hay nada más luego de él.
La gente que solía conocer murmura y cuchichea a mis espaldas, suponiendo que acabaré por volverme loca o algo peor; y quizá tengan razón.
Se acabaron las fiestas y las noches con amigas. No hay más clases ni salidas. Las revistas parecen ser el mismisímo diablo y las redes sociales no dejan de atormentarme, recordándome una y otra vez que nunca volveré a verle.
Sacudí mis cabellos frente a mi rostro, ocultando quizá el malestar de mis latidos. La gente delante de mí murmuraba cualquier frase estúpida que el profesor se dignase a utilizar, aunque algunos no tan divertidos se giraban para verme llorar.
— Oye, es una clase obtativa. — Susurró Nova en mi dirección. — Podemos irnos si quieres e ir a comer helado, como hacíamos antes. — Sonrió.
— No llevo dinero. — le dije, incómoda de usarlo como excusa.
Nova me dió un codazo, riéndose. — ¡Eso no importa! Vamos. — Dijo ella, agarrándome del brazo con fuerza.
Salimos del aula con alguna que otra mirada curiosa a nuestras espaldas; y agarrando mi mochila de estampado floral, me dirigí a la puerta andando lo más rápido que podía.
— Creo que deberías engordar. — Se dispuso a decir Greg mientras comía su helado. Reí ante su consejo, tapándome la boca con la mano derecha mientras le miraba divertida.
— Eres idiota. — Dijo Nova, dirigiéndose a él con mordaz ferocidad. — El plan es hacerla feliz, no incharla a bollos.
— ¿Y qué diferencia hay? — Contraatacó Greg, limpiándose las comisuras de la boca con una servilleta.
— ¿Lo dices enserio? — Le preguntó Nova, su cara de póker en la línea de meta.
— Mira, — empezó a decir él, girándose para verme mejor. — Si engordas, tendrás complejo de ballena y te olvidarás de él. Lo único que deberás hacer luego es adelgazar.
— ¡Claro! — escupió Nova con notable sarcásmo. — ¡Cómo adelgazar es tan fácil!
— Oh, pero admítelo. — Bufó Greg divertido. — Lo único que haces ahora es querer encontrarle alguna pega a mi plan porqué a ti no se te ocurre nada mejor.
Nova se llevó las manos a la cabeza, ocultándose tras las palmas de éstas.
— Ni sé porqué te invitamos. — Murmuró.
— Me invitaron porqué soy jodidamente caliente y necesitan compañía masculina para sentirse realizadas.
— No, estoy segura de que no fue por eso. — Le dijo, riéndose levemente. — De todos módos, ¿qué haréis ésta noche? Hay un concierto benéfico en Dublín y no quiero ir sola.
— Pues no vayas. — Me encogí de hombros, llevándome mi helado a la boca.
— Tengo que hacerlo, Zac quiere ver ésa banda rock que tanto le gusta y mamá quiere que yo le lleve. — Murmuró, mirándome tímidamente.
— Yo no puedo. — Se excusó Greg, llevándose las manos a la nuca mientras sonreía. — Cita con Kendall.
— Cuando creía que no podías ser más pedante, vas y te lías con una animadora. Patético.
— ¿Celosa, Morrison?
Nova le miró alzando las cejas, sin responder.
— ¿Y qué hay de ti? Hace mucho tiempo que no tenemos una de nuestras salidas de chicas. Además, ¡un concierto de rock! Siempre quisimos ir a uno.
— Error. — Reí. — Siempre quisiste ir a uno. — Remarqué.
— Por favor. — Suplicó.
— No lo sé, Nov.
— Por favor. — Dijo ella haciendo pucheros.
— Es que...
— ¡Por favor, por favor!
— ¡De acuerdo! — Exclamé riendo y ella se detuvo, mirándome con la boca abierta.
— ¿Vendrás?
— Sí. — Suspiré, aunque eso fue lo último que dije antes de que Nova se lanzara por encima de la mesa y me abrazase lo suficientemente fuerte como para tirarme al suelo.
A veces uno no siente los golpes que la vida le brinda, a veces esos arañazos tardan en llegar, pero cuando lo hacen, cuando llegan, caes de rodillas ante aquello que habías intentado olvidar. Cierras los ojos un segundo y te das cuenta: ese dolor es el vacío que sientes cuando te acuerdas de que esa persona ya no está. Porque lo peor de tener el corazón roto es no ser capaz de recordar como te sentías antes. Porque el problema de apegarse a alguien es que cuando se va, te sientes perdido.
Todo el mundo dice que la vida no termina cuando haya acabado una relación. Y quizá tengan razón, pero yo ya no soy la misma chica que, cinco años atrás, podía reír durante horas.
Construyes con arena un gran castillo que te mantenga a salvo, contratas guardias que cuiden de ti; pero llega el momento en el que la arena se quiebra y los guardias se van. Te quedas a solas, hundida en lo que podríamos llamar tristeza; aunque eso sea lo único que recuerdes.
Todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros; esperando unirnos como piezas de un rompecabezas hechas para pertenecerse. Aunque lo cierto es que apenas nos conocemos, encontrando dudas en nosotros de si aquella persona es realmente con quién quisieras estar el resto de tu vida. Es entonces cuando aparecen los problemas; tras las preguntas, están las peores respuestas. Y aunque a veces una respuesta puede hacerte feliz, otras veces puede dañarte como la más afilada navaja. En aquellas ocasiones, la herida mayormente sana, pero uno ya no es el mismo.
Mi vida se resume en cuatro palabras después de su nombre; y no hay nada más luego de él.
La gente que solía conocer murmura y cuchichea a mis espaldas, suponiendo que acabaré por volverme loca o algo peor; y quizá tengan razón.
Se acabaron las fiestas y las noches con amigas. No hay más clases ni salidas. Las revistas parecen ser el mismisímo diablo y las redes sociales no dejan de atormentarme, recordándome una y otra vez que nunca volveré a verle.
Sacudí mis cabellos frente a mi rostro, ocultando quizá el malestar de mis latidos. La gente delante de mí murmuraba cualquier frase estúpida que el profesor se dignase a utilizar, aunque algunos no tan divertidos se giraban para verme llorar.
— Oye, es una clase obtativa. — Susurró Nova en mi dirección. — Podemos irnos si quieres e ir a comer helado, como hacíamos antes. — Sonrió.
— No llevo dinero. — le dije, incómoda de usarlo como excusa.
Nova me dió un codazo, riéndose. — ¡Eso no importa! Vamos. — Dijo ella, agarrándome del brazo con fuerza.
Salimos del aula con alguna que otra mirada curiosa a nuestras espaldas; y agarrando mi mochila de estampado floral, me dirigí a la puerta andando lo más rápido que podía.
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— Creo que deberías engordar. — Se dispuso a decir Greg mientras comía su helado. Reí ante su consejo, tapándome la boca con la mano derecha mientras le miraba divertida.
— Eres idiota. — Dijo Nova, dirigiéndose a él con mordaz ferocidad. — El plan es hacerla feliz, no incharla a bollos.
— ¿Y qué diferencia hay? — Contraatacó Greg, limpiándose las comisuras de la boca con una servilleta.
— ¿Lo dices enserio? — Le preguntó Nova, su cara de póker en la línea de meta.
— Mira, — empezó a decir él, girándose para verme mejor. — Si engordas, tendrás complejo de ballena y te olvidarás de él. Lo único que deberás hacer luego es adelgazar.
— ¡Claro! — escupió Nova con notable sarcásmo. — ¡Cómo adelgazar es tan fácil!
— Oh, pero admítelo. — Bufó Greg divertido. — Lo único que haces ahora es querer encontrarle alguna pega a mi plan porqué a ti no se te ocurre nada mejor.
Nova se llevó las manos a la cabeza, ocultándose tras las palmas de éstas.
— Ni sé porqué te invitamos. — Murmuró.
— Me invitaron porqué soy jodidamente caliente y necesitan compañía masculina para sentirse realizadas.
— No, estoy segura de que no fue por eso. — Le dijo, riéndose levemente. — De todos módos, ¿qué haréis ésta noche? Hay un concierto benéfico en Dublín y no quiero ir sola.
— Pues no vayas. — Me encogí de hombros, llevándome mi helado a la boca.
— Tengo que hacerlo, Zac quiere ver ésa banda rock que tanto le gusta y mamá quiere que yo le lleve. — Murmuró, mirándome tímidamente.
— Yo no puedo. — Se excusó Greg, llevándose las manos a la nuca mientras sonreía. — Cita con Kendall.
— Cuando creía que no podías ser más pedante, vas y te lías con una animadora. Patético.
— ¿Celosa, Morrison?
Nova le miró alzando las cejas, sin responder.
— ¿Y qué hay de ti? Hace mucho tiempo que no tenemos una de nuestras salidas de chicas. Además, ¡un concierto de rock! Siempre quisimos ir a uno.
— Error. — Reí. — Siempre quisiste ir a uno. — Remarqué.
— Por favor. — Suplicó.
— No lo sé, Nov.
— Por favor. — Dijo ella haciendo pucheros.
— Es que...
— ¡Por favor, por favor!
— ¡De acuerdo! — Exclamé riendo y ella se detuvo, mirándome con la boca abierta.
— ¿Vendrás?
— Sí. — Suspiré, aunque eso fue lo último que dije antes de que Nova se lanzara por encima de la mesa y me abrazase lo suficientemente fuerte como para tirarme al suelo.
michael.
Re: cuento de invierno. | nc.
OMG YEI CAPÍTULO ando en en celular, lo leo ahora y te lo comento(((:
Invitado
Invitado
Re: cuento de invierno. | nc.
¡estas borinota! Me ha parecido precioso, me he imaginado a la pobre ruby tristona y contando su historia. me ha encantado, me da tanta pena lo que debe haber sufrido y es cierto que las redes sociales y de más no ayudan para nada. ¡pero ahora conocerá al dulce rubio irlandés y empezará algo emotivo!
Y enserio, el escrito no es para nada es más bien bonito.
en fin espero a la siguiente y a que me toque aun que lol, soy de las últimas así que tendré tiempo para planearlo. ily
✦ ausente.✦
pixie.
Re: cuento de invierno. | nc.
escribís precioso, y de por sí el capítulo lo está omg, pobre chica:(( lo que siente después de su ex relación es... ouw, no lo sé, me dio mucha lástima:((( me alegro que tenga una amiga como nova(((: quién la invita a tomar helado y luego a un concierto todo por animarla, ay. ese greg, idk, presiento que gusta de nova(?) aynosé ambos tienen esos jueguitos, se tratan molestándose but, siempre uno cae aaay terminará juntos, i know. perdón que mi comentario sea re caca peto como dije ando desde el cel and well... igual, estuvo hermoso. espero a marie aka mi hazza
Invitado
Invitado
Re: cuento de invierno. | nc.
¿Por qué escribes tan perfecto, Izzy? fue un desfrute total el leer el capítulo. Amé todo lo que pensaba Ruby —cosa que es cierta— y me gustó eso de que decidiera salir con Nov. Greg hincha un poco las pelotas pero es genial, me gusta. Sé que sigo yo, veré qué puedo hacer para postear el siguiente capítulo pronto. Me encantó, de nuevo, juro solemnemente tener listo el segundo lo más pronto posible. Te amo mucho<3.
wanweird
Re: cuento de invierno. | nc.
Izzy, me has dejado con ganas de más, sinceramente ;-; no conocía tu escritura hasta hoy y me has dejado impactada me gustó mucho el pensamiento de Ruby, es tan hermoso. La amistad que tiene con Nova me pareció muy graciosa y muy linda y Greg parece un buen chico, enserio que me gustaría leer más de ellos me has dejado con más ganas de leer y me has dado inspiración, no puedo esperar a mi turno.
Sin más, el capítulo me gustó bastante
Sin más, el capítulo me gustó bastante
peralta.
---------
Re: cuento de invierno. | nc.
omgg, apenas tuve oportunidad de leer el capitulo pero izzy, me encanto <3 pobre ruby :c me encanta como narra todo lo que le paso pero ruby merece ser feliz:ccc ana quiere que ruby sea feliz con el irlandés y JAJAJA XD yo quiero un amigo como greg, que me haga reír y toda la cosa :c aunque tmb quiero una amiga como nova bc los dos hacen a los amigos perfectos que te comprarían hasta una casa cuando estés triste (?) bueno no pero nova la llevara a un concierto ¿que pasara allí? ana quiere saber y me encanta como escribes, escribes super hermosamente hermoso <333 las amo babys, y que la siga quien la siga <333 besitos y paz mundial xx.
tenshittae
Re: cuento de invierno. | nc.
capítulo 02
olive mckinley
Hoy era uno de esos días en los que quería hundirme en mi miseria. Revolcarme en mi autocompasión, comiendo helado de vainilla con chispas de chocolate mientras vuelvo a llorar con The Notebook. Pero, no sé si para bien o para mal, tengo un par de amigas que han tratado contra viento y marea de subirme el ánimo. Me han arrastrado al cine, a fiestas, a sesiones de yoga, al gimnasio y a cientos más de lugares en los que termino sollozando. Sip. Vaya perdedora, ¿a qué si?
—Liv, ¿por qué tienes ropa tan linda? ¿Por qué no me queda? —vuelvo a Tierra firme y le sonrío de medio lado a Claire, quien hace pucheros desde mi armario. Ella es hermosa. Tiene largo cabello de color como el chocolate, piel blanca cremosa y algunos que otros kilos extras que ella odia. Siempre tiene algún plan de dieta o alguna rutina de ejercicios y termina olvidándolos a la media hora. Pero la amo.
—No es tan linda, ya ni si quiera la utilizo —suelto una risilla entre dientes y ambas me observan con ojos esperanzadores.
—Odio verte en pijama todo el día, Liv —hago una fina línea con mis labios y suspiro. Abrazando a mi oso de peluche. He tratado de tirarlo a la basura, pero termino rescatándolo. Y Sean me aconseja quemarlo y olvidarme de Ty, pero aún no puedo disidir de él y su recuerdo que me persigue día y noche, en sueños y desvelos. Mi corazón sigue latiendo a la espera de su regreso. No entiende que, por más que quiera volver a esos días en los que era la chica más dichosa del planeta Tierra (si no es que de la galaxia misma), él ya no está dispuesto a regresar y volverme a la vida. De devolverme a la chica que fui antes de él y de sus palabras lindas, sus besos, sus abrazos y cada momento que compartió conmigo.
Sigo llorando en silencio. En la penumbra de mi alcoba, en los baños del instituto, en la ducha, cuando saco a pasear a mis mascotas. Lágrimas silenciosas escurren por mis mejillas cuando me monto al colectivo escolar o cuando leo un buen libro. Cuando música canta en mis oídos por medio de los auriculares. No hay día en que no le piense y en el que no le extrañe. Tyler Sheffer era, es y siempre será parte de mí aunque no lo quiera. Al primer amor jamás se le olvida, y olvidarme de él sería como traicionar las promesas y los momentos que pasamos juntos.
Me he enterado por medio de varias fuentes que siempre buscamos a alguien que se le asemeje a la primer persona a la que amamos de verdad. A la primer persona de la que sentimos verdaderos pterodáctilos rascando las superficies de nuestro estómago, mandando corrientes eléctricas a través de nuestra espina dorsal; erizando nuestros vellos capilares. Acelerando nuestro corazón, calentando y enrojeciendo nuestras mejillas con fulgor. Provocando ligeros escalofríos placenteros, convirtiéndonos en alguien casi dependiente de él. Tanto que, los nervios arraigan a la hora de que llaman, o a la hora a la que nos responden un mensaje de texto o un correo electrónico. Y ni se diga cuándo bajas las escaleras de tu hogar y lo primero que ves es a él esperando por ti. Nervios. Simples sentimientos, emociones y sensaciones únicas que te hacen ser y actuar como verdadero estúpido frente a dicho sujeto y quedando como idiota frente a los demás. Celos, el sentido posesivo, el querer ser lo mejor por él o por ella. Abrazos, besos, muestras de afecto tan empalagosas como la miel.
Y el problema conmigo es que no quiero a alguien igual a él. O a alguien parecido. Ya sea físicamente o emocionalmente —porque la verdad es que, nadie se le igualará a Ty, nunca—. Yo lo quiero a él y sólo a él. Necesito de su voz susurrándome palabras al oído. Necesito de su risa. De su mano alrededor de la mía. De sus brazos envolviendo mi cuerpo cuan frazada caliente, cuan manto lleno de protección y cariño sincero. Necesito de su sonrisa resplandeciente, de sus ojos brillando a la par de los míos. De sus dedos acariciando mi piel. Del aroma de su cuerpo, de su colonia. De la sedosidad de su cabello. De los rasgos finos de su rostro perfecto. Tan bello y tan atractivo. Lo necesito a él. Desesperadamente. Tanto como el sol necesita brillar o como el mar necesita de la sal. Con él era yo, era todo lo que siempre quise ser y me descubrí y redescubrí. Con él conocí mi capacidad de amar, de perdonar, de reír y sonreír. De ser feliz.
Y ahora no me queda nada. No me quedan más que las memorias.
—Olive, no llores —siento cuatro brazos abrazándome y la voz de Jamie Lee casi rogando porque sea fuerte— Quiero de vuelta a nuestra mejor amiga llena de alegría, Liv. Te extrañamos. Por más que tratamos de que te olvides un poco de Tyler no podemos.
—Somos unas fracasadas —dice Claire en tono despectivo y suspira, acariciando mi espalda de arriba abajo.
—Perdónenme chicas, créanme que yo también quiero de vuelta a esa chica —forzo una sonrisa y tiro de mi camiseta para limpiar mis mejillas— Pero lo extraño —siento las lágrimas quemando detrás de mis párpados— Lo extraño como no se imaginan. No se puede olvidar a la persona que amaste por más de dos años así de fácil.
Comienzo a juguetear con mis uñas y ambas se ven, escapando de mi vista.
—No puedo —susurro— Recuerdo cuán feliz éramos siendo amigos y, cuando se convirtió en mi novio… —niego con la cabeza, lágrimas trazando un sendero interminable por mis mejillas y perdiéndose entre mi ropa— Hasta imaginábamos nuestras vidas en el futuro. Construíamos la vida perfecta. Juntos. Con hijos y todo —río tristemente y paso el dorso de mi mano por un ojo— Quiero odiarlo. Olvidarlo y volverlo a odiar. Pero no puedo… lo siento —coloco mi mano en mi pecho, señalando el corazón— Lo siento aquí todavía. No sé si para bien o para mal… pero lo siento allí. No puedo olvidarlo.
—No quieres olvidarlo —susurran ambas a la vez, y nos sonreímos con tristeza. Jamie con lágrimas contenidas en sus globos oculares.
—Nunca me voy a enamorar —sentencia Claire en un murmuro, suspirando— Eso de sufrir no es para mí.
—Para nadie —le digo, medio riendo y medio llorando— ¿Por qué no vamos a comer? A pesar de todo soy un ser humano con necesidades.
—El restaurante de mis padres está abierto aún —informa Jamie, observando la hora en su reloj.
—Comida china —murmuro, acariciando mi estómago— Suena bien, ¿me cambio o continúo con mis pijamas?
—Chica, ya casi es media noche, ¿qué más da que vean tu culo envuelto en pantalones azules con nubes?
—Por algo son mis amigas…
—Liv, ¿por qué tienes ropa tan linda? ¿Por qué no me queda? —vuelvo a Tierra firme y le sonrío de medio lado a Claire, quien hace pucheros desde mi armario. Ella es hermosa. Tiene largo cabello de color como el chocolate, piel blanca cremosa y algunos que otros kilos extras que ella odia. Siempre tiene algún plan de dieta o alguna rutina de ejercicios y termina olvidándolos a la media hora. Pero la amo.
—No es tan linda, ya ni si quiera la utilizo —suelto una risilla entre dientes y ambas me observan con ojos esperanzadores.
—Odio verte en pijama todo el día, Liv —hago una fina línea con mis labios y suspiro. Abrazando a mi oso de peluche. He tratado de tirarlo a la basura, pero termino rescatándolo. Y Sean me aconseja quemarlo y olvidarme de Ty, pero aún no puedo disidir de él y su recuerdo que me persigue día y noche, en sueños y desvelos. Mi corazón sigue latiendo a la espera de su regreso. No entiende que, por más que quiera volver a esos días en los que era la chica más dichosa del planeta Tierra (si no es que de la galaxia misma), él ya no está dispuesto a regresar y volverme a la vida. De devolverme a la chica que fui antes de él y de sus palabras lindas, sus besos, sus abrazos y cada momento que compartió conmigo.
Sigo llorando en silencio. En la penumbra de mi alcoba, en los baños del instituto, en la ducha, cuando saco a pasear a mis mascotas. Lágrimas silenciosas escurren por mis mejillas cuando me monto al colectivo escolar o cuando leo un buen libro. Cuando música canta en mis oídos por medio de los auriculares. No hay día en que no le piense y en el que no le extrañe. Tyler Sheffer era, es y siempre será parte de mí aunque no lo quiera. Al primer amor jamás se le olvida, y olvidarme de él sería como traicionar las promesas y los momentos que pasamos juntos.
Me he enterado por medio de varias fuentes que siempre buscamos a alguien que se le asemeje a la primer persona a la que amamos de verdad. A la primer persona de la que sentimos verdaderos pterodáctilos rascando las superficies de nuestro estómago, mandando corrientes eléctricas a través de nuestra espina dorsal; erizando nuestros vellos capilares. Acelerando nuestro corazón, calentando y enrojeciendo nuestras mejillas con fulgor. Provocando ligeros escalofríos placenteros, convirtiéndonos en alguien casi dependiente de él. Tanto que, los nervios arraigan a la hora de que llaman, o a la hora a la que nos responden un mensaje de texto o un correo electrónico. Y ni se diga cuándo bajas las escaleras de tu hogar y lo primero que ves es a él esperando por ti. Nervios. Simples sentimientos, emociones y sensaciones únicas que te hacen ser y actuar como verdadero estúpido frente a dicho sujeto y quedando como idiota frente a los demás. Celos, el sentido posesivo, el querer ser lo mejor por él o por ella. Abrazos, besos, muestras de afecto tan empalagosas como la miel.
Y el problema conmigo es que no quiero a alguien igual a él. O a alguien parecido. Ya sea físicamente o emocionalmente —porque la verdad es que, nadie se le igualará a Ty, nunca—. Yo lo quiero a él y sólo a él. Necesito de su voz susurrándome palabras al oído. Necesito de su risa. De su mano alrededor de la mía. De sus brazos envolviendo mi cuerpo cuan frazada caliente, cuan manto lleno de protección y cariño sincero. Necesito de su sonrisa resplandeciente, de sus ojos brillando a la par de los míos. De sus dedos acariciando mi piel. Del aroma de su cuerpo, de su colonia. De la sedosidad de su cabello. De los rasgos finos de su rostro perfecto. Tan bello y tan atractivo. Lo necesito a él. Desesperadamente. Tanto como el sol necesita brillar o como el mar necesita de la sal. Con él era yo, era todo lo que siempre quise ser y me descubrí y redescubrí. Con él conocí mi capacidad de amar, de perdonar, de reír y sonreír. De ser feliz.
Y ahora no me queda nada. No me quedan más que las memorias.
—Olive, no llores —siento cuatro brazos abrazándome y la voz de Jamie Lee casi rogando porque sea fuerte— Quiero de vuelta a nuestra mejor amiga llena de alegría, Liv. Te extrañamos. Por más que tratamos de que te olvides un poco de Tyler no podemos.
—Somos unas fracasadas —dice Claire en tono despectivo y suspira, acariciando mi espalda de arriba abajo.
—Perdónenme chicas, créanme que yo también quiero de vuelta a esa chica —forzo una sonrisa y tiro de mi camiseta para limpiar mis mejillas— Pero lo extraño —siento las lágrimas quemando detrás de mis párpados— Lo extraño como no se imaginan. No se puede olvidar a la persona que amaste por más de dos años así de fácil.
Comienzo a juguetear con mis uñas y ambas se ven, escapando de mi vista.
—No puedo —susurro— Recuerdo cuán feliz éramos siendo amigos y, cuando se convirtió en mi novio… —niego con la cabeza, lágrimas trazando un sendero interminable por mis mejillas y perdiéndose entre mi ropa— Hasta imaginábamos nuestras vidas en el futuro. Construíamos la vida perfecta. Juntos. Con hijos y todo —río tristemente y paso el dorso de mi mano por un ojo— Quiero odiarlo. Olvidarlo y volverlo a odiar. Pero no puedo… lo siento —coloco mi mano en mi pecho, señalando el corazón— Lo siento aquí todavía. No sé si para bien o para mal… pero lo siento allí. No puedo olvidarlo.
—No quieres olvidarlo —susurran ambas a la vez, y nos sonreímos con tristeza. Jamie con lágrimas contenidas en sus globos oculares.
—Nunca me voy a enamorar —sentencia Claire en un murmuro, suspirando— Eso de sufrir no es para mí.
—Para nadie —le digo, medio riendo y medio llorando— ¿Por qué no vamos a comer? A pesar de todo soy un ser humano con necesidades.
—El restaurante de mis padres está abierto aún —informa Jamie, observando la hora en su reloj.
—Comida china —murmuro, acariciando mi estómago— Suena bien, ¿me cambio o continúo con mis pijamas?
—Chica, ya casi es media noche, ¿qué más da que vean tu culo envuelto en pantalones azules con nubes?
—Por algo son mis amigas…
- bleh:
- No es el mejor pero no quería atrasar esta hermosa colectiva. Espero les guste. Sigue Pinilla.
wanweird
Re: cuento de invierno. | nc.
Los dos capítuos estuvieron perfectos.
Pero en el sentido literal de la palabra y no es justo, saben. NO SE PUEDE ESCRIBIR ASÍ, SABEN. ahq.
Ambas, Ruby y Olive, están tan depresivas que hasta yo me pongo así. :c Eso tampoco es justo.
Me encanta como escriben las dos. Su manera de narrar y expresar los sentimientos de las chicas es increíble y me enamoré por completo de su escritura. Tanto de la de connor como la de lemon.
Extrañaba esta colectiva. Me dio tanta pena que terminé las fichas (peores no me podrían haber salido) en un ratito sólo para que se me quitara el sabor feo de que una novela tan linda se haya estancado. Pero bueno, aquí vamos de nuevo<3
Síganla pronto.
Pero en el sentido literal de la palabra y no es justo, saben. NO SE PUEDE ESCRIBIR ASÍ, SABEN. ahq.
Ambas, Ruby y Olive, están tan depresivas que hasta yo me pongo así. :c Eso tampoco es justo.
Me encanta como escriben las dos. Su manera de narrar y expresar los sentimientos de las chicas es increíble y me enamoré por completo de su escritura. Tanto de la de connor como la de lemon.
Extrañaba esta colectiva. Me dio tanta pena que terminé las fichas (peores no me podrían haber salido) en un ratito sólo para que se me quitara el sabor feo de que una novela tan linda se haya estancado. Pero bueno, aquí vamos de nuevo<3
Síganla pronto.
PARACETAMOL
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