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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
keremos la maratoooooon!!!
por favor regresaaaa!!!!!
por favor regresaaaa!!!!!
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
POR FAVOOOR REGRESAAA UQE TODAS QUEREMOS LEER CAPS!!!
YA EXTRAÑAMOS MUXO TU NOVE NO NOS DEJES ASI!!! :(
YA EXTRAÑAMOS MUXO TU NOVE NO NOS DEJES ASI!!! :(
yamii_jjonatikacrazy!!
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
esperando un caaapiiiisss
porfaa regresaaaaa
porfaa regresaaaaa
chelis
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
Hola Chias!Esta Noche si o si maraton!
No les estuve subiendo por que se me rompio la culpa!
Les voy a dejar diez capis y despues voy a subir diariamnete
Tengo planeadas otras noves pero solo las voy a subir cuando termine estas dos
Gracias por seguir pasando y por ser fieles lectoras!
Las amo y se pueden comunicar conmigo a travez de twitter:SmalLalu(Las Sigo de vuelta)
No les estuve subiendo por que se me rompio la culpa!
Les voy a dejar diez capis y despues voy a subir diariamnete
Tengo planeadas otras noves pero solo las voy a subir cuando termine estas dos
Gracias por seguir pasando y por ser fieles lectoras!
Las amo y se pueden comunicar conmigo a travez de twitter:SmalLalu(Las Sigo de vuelta)
Sunny
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
Capitulo 9 (1/10)
________ Rydstrom no estaba. Y él siempre estaba donde se suponía que tenía que estar. Habían dejado el coche en el aparcamiento de la gasolinera hacía ya veinte minutos. Nick volvió a llamar a su hermano al móvil, pero estaba fuera de cobertura.—Tal vez haya encontrado caravana —dijo ________.
—Imposible. —Nick se pasó la palma de la mano por uno de los cuernos, y luego salió del coche para pasear frente al letrero de la estación de servicio. Pasaron diez minutos más. «Algo va muy mal», pensó.
Esa misma noche, Rydstrom le había dicho que Omort enviaría a todo el que estuviera disponible a interceptarlos. ¿Habría caído en manos de ese vil bastardo?
Nick no podía seguir con la misión sin su hermano, ni siquiera sabía dónde estaban las bases en las que tenía que reportar, y nunca había hablado con Groot en persona. «Necesito a Rydstrom para que me diga qué tengo que hacer. Lo necesito para que me recuerde cuáles son mis prioridades.»
Había pasado ya media hora más cuando un Bentley rojo se detuvo detrás de ellos, derrapando en la curva con las ruedas chirriando.
—Vaya, es la jodida loca de Nix —murmuró Nick para sí mismo mientras ésta aparcaba el maltratado coche.
Nunca había visto un Bentley tan hecho polvo como el de la valquiria. Tenía la chapa llena de golpes, las ruedas cubiertas de barro y el capó echaba humo por lo que parecían dos agujeros de bala. En la ventana trasera había pegado un Garfield.
Seguro que Rydstrom la había mandado allí para decirle que había cambiado de planes. Pero había un problema. Nick no podía correr el riesgo de que Nix se acercara a ________ y pusiera en evidencia que le había mentido sobre lo de dar marcha atrás al proceso de transformación.
Corrió hacia el coche justo cuando la adivina estaba apagando el motor y la estridente música.
—¿Dónde diablos está mi hermano? —le preguntó tan pronto como ella abrió la puerta. Un montón de arena cayó de dentro.
Nix salió con mucha elegancia y se colocó bien la espada que llevaba colgada a la espalda. Vestía una camiseta que decía «Guarda las distancias».
—Rydstrom anda algo liado.
—¿Qué mierda significa eso? —exclamó, mirando los exóticos ojos de la valquiria en busca de algún signo de lucidez. Los había visto confusos demasiadas veces como para fiarse de ella. —Nix, ¿te ha pedido él que vinieras a buscarme?
—No. Pensé que podría venir a verte y así saludar a mi sobrina. —Pasó por su lado hacia donde estaba ________ y se detuvo delante de la joven.
—Para Rydstrom no hay nada más importante en el mundo que esta misión. Si sabes dónde está, tienes que decírmelo.
—Sabine, la Reina de los Espejismos le ha tendido una trampa y lo ha capturado —explicó como si no tuviera importancia.
A Nick se le hizo un nudo en el estómago.
—Es la hermanastra de Omort y Groot. —Y se decía que era mil veces más cruel que ellos. —¿Y para qué quiere a Rydstrom?
—Mi teoría es que quiere que la deje embarazada —contestó alegremente y Nick se quedó boquiabierto. —Hasta los más rebeldes de vuestro reino se sentirían obligados a reconocer al heredero de tu hermano como su rey... pase lo que pase.
—Pero Rydstrom no puede dejarla embarazada. A no ser que Sabine sea su compañera.
—Estoy convencida de que a ella ya se le ocurrirá algo.
—¿Está aliada con Omort? ¿Rydstrom está preso en Tornin? —«Nadie escapa de las mazmorras de Tornin.»
—No sé si Sabine está aliada con Omort o si tiene sus propios objetivos. Y no puedo ver exactamente dónde está encarcelado Rydstrom. Lo único que sé es que se trata de una celda oscura.
—Ahora más que nunca necesito esa espada —dijo Nick, y se pasó los dedos por el pelo. —No sé cómo contactar con Groot, ni siquiera sé dónde se halla el primer punto de encuentro.
—Yo sí, pero no sé nada más.
—¿Qué? ¡Eso es lo único que necesito! Dímelo.
—Das por hecho que voy a permitir que entregues a mi sobrina a un brujo malvado.
—¡Fue idea tuya! —soltó él.
—Pero entonces no sabía que la Vestal iba a ser una de las mías.
—Tú sabes lo que está en juego.
—Sé lo que para ti está en juego —replicó ella. —________ es una de las nuestras.
—Entonces, ¿por qué estamos discutiendo?
—Porque soy así de mala —contestó guiñándole el ojo.
Nix se dirigió hacia ________, y como el único modo posible de detenerla sería recurriendo a la violencia, el demonio la dejó pasar. Quizá Nick fuera un mercenario, pero nunca le haría daño a una mujer.
Al instante, recordó a la novia vampírica a la que había asesinado. De acuerdo, digamos que Cade nunca haría daño a una mujer a propósito. «Deja de pensar en eso...»
—Sal un momento, cariño —dijo Nix al llegar al coche.
________ abrió la puerta, y al salir, se envolvió bien en la cazadora de Nick. Miró a Nix a los ojos. La muchacha era igual de alta que la adivina valquiria.
—Bienvenida a la familia. —Nix le dio un sonoro beso en cada mejilla, ajena a la expresión casi horrorizada de ________. —Soy tu tía Nix, la Adivina. Y también soy una proto-valquiria y entendida sin igual.
—¿Eres una valquiria? —preguntó la joven, desviando la vista hacia las orejas, que Nix llevaba al descubierto.
—Una de las más antiguas y más poderosas —respondió ella.
—Es una poderosa adivina —explicó Nick.
Nix tenía los ojos plateados de emoción.
—Eres la viva imagen de tu madre. Tienes el mismo pelo rubio rojizo y los mismos ojos color violeta.
—¿Tú y mi madre erais parientes?
—Greta era mi hermanastra.
—Greta —repitió ________ despacio, como perpleja al descubrir por fin el nombre de su madre.
—Era una guerrera muy famosa. Murió hace dos décadas, tuvo el privilegio de hacerlo en una gloriosa batalla.
—¿Guerrera? ¿Batalla? Creía que las valquirias eran muy pacíficas.
Nix se rió.
—¿Eso es lo que te ha dicho el demonio? —Chasqueó la lengua. —¡Nicholas Woede! Debería darte vergüenza.
—Sólo le estaba gastando una broma.
—¿Cómo era Greta? —preguntó ________.
—Era mitad furia...
Nick hizo un ruido de sorpresa que trató de disimular con un ataque de tos. —¿Qué?Se trataba de la raza de guerreras más fieras de la Tradición. Las valquirias eran violentas. Las furias eran... incontrolables.
Si Nick entregaba a ________ a Groot, tal vez la joven acabase matando al brujo con sus propias manos.
—Fíjate en los ojos violeta de ________, en el círculo negro que le rodea el iris: ojos de furia.
—¿Por qué me abandonó? —Preguntó la chica. —Estoy convencida de que tuvo que tener un buen motivo para hacerlo.
Y eso era lo que la hacía tan segura de sí misma. No sentía resentimiento ni amargura por el hecho de que la hubieran abandonado al nacer.
—Te he preparado un paquete de bienvenida con una carta en la que te lo cuento todo. Pero ahora tenéis que iros. Corres peligro quedándote aquí.
—¿Ah, sí? ¿Y adónde se supone que voy a ir? —quiso saber ________.
Nix negó con la cabeza.
—Ah, verás, no te lo estaba sugiriendo, ________.
—Bien dicho —intervino Nick.
—Creía que teníamos que reunimos aquí con el hermano del demonio.
—Y así era —contestó Nix. —Pero Rydstrom no está por aquí.
—De acuerdo —suspiró la joven, impaciente. —Pero al menos dime cómo he llegado a convertirme en esto.
—Lo dices como si fuera una tragedia.
—Yo... no, no quería decir eso. Lo único que deseo es recuperar mi vida normal. Estoy muy cerca de doctorarme, y tengo que impartir un montón de clases...
—Sí, bueno, si yo tuviera unos alumnos tan cachas como tus guapísimos jugadores de fútbol americano, también estaría impaciente por volver. Hay que ver qué...
Nick le dio un codazo.
—Céntrate, Nix. A ver, ¿cómo ha llegado ________ a convertirse en esto?
La valquiria los miró confusa, como si no terminara de entender la pregunta, pero al final respondió:
—La semilla siempre estuvo ahí, pero hasta que no le cayó encima ese rayo no tuvo ni el agua ni el sol necesarios para florecer. —Se volvió hacia ________. —Y ahora te convertirás en la valquiria que siempre estuviste destinada a ser.
—Nick me ha dicho que el proceso es reversible —explicó la joven con un tono marcadamente incrédulo.
—¿En serio?
El se frotó el puente de la nariz dispuesta a aguantar el chaparrón.
—Así es —prosiguió Nix, dejando atónito al demonio al continuar con su mentira. —Y sólo hay un hombre que puede hacerlo; lo llaman Groot el Herrero. Es un hechicero muy poderoso. Si consigues llegar hasta él antes de convertirte en inmortal, podrá hacer que vuelvas a ser humana —explicó sin pestañear, a pesar de que Nick era consciente de que la adivina sabía que tal cosa era imposible.
Sin decir nada más, la valquiria se encaminó a su coche, con lo que a ellos no les quedó más remedio que seguirla.
—Veamos —dijo, —me he tomado la libertad de ir a tu edificio, que, por cierto, estaba infestado de vampiros, y hacerte el equipaje. Supongo que tendrás ganas de cambiarte de ropa.
Nix abrió el maletero, donde llevaba una maleta, que asimismo estaba encima de un montón de arena. Levantó el pesado equipaje con un solo dedo y lo depositó en el suelo.
—Oh, y aquí tienes tus gafas de repuesto. —Se las sacó del bolsillo de la chaqueta y se las pasó a ________. —Me encanta su nombre: «Gatita seductora».
—¿Gatita seductora? —Nick pronunció despacio cada sílaba al repetir la marca.
Mirándolo algo incómoda, ________ se las puso.
Nix continuó con la explicación:
—Está claro que dentro de poco no te harán falta, pues a cada día que pase tu vista irá mejorando. Y aquí tienes el collar de perlas.
Le entregó un collar idéntico al que ________ solía llevar. Nick pensó que era típico de la chica tener uno de repuesto. —Estas cosas son tus talismanes —prosiguió Nix.
—¿Mis talismanes?
—¿Te sientes más fuerte cuando las llevas puestas?
________ se mordió el labio inferior y asintió.
—Entonces sí, son tus talismanes. Veamos, he hechizado las perlas. Mientras las lleves puestas, te protegerán de miradas oscuras.
________ miró a Nick en busca de traducción.
—Significa que no puedes quitártelas. —Le cogió el collar de las manos y, sujetándola por un hombro, le hizo dar media vuelta. —Levántate el pelo.
Cuando ella apartó aquellos rizos rojizos, Nick tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para no agacharse y darle un beso en la nuca.
Sacudió la cabeza y le abrochó la joya.
—Tienes que abrigarte un poco más —dijo Nix. —Todavía eres una pequeña mortal vulnerable a las enfermedades. Huy, me olvidaba de que quieres seguir siéndolo. —Se llevó un par de dedos a la mejilla, fingiendo que reflexionaba y que la idea le parecía adorable.
Una aturdida ________ aceptó la bolsa y se dirigió hacia el baño de la gasolinera.
—¿Qué crees que estás haciendo? —le preguntó Nick furioso. Casi le arrancó la bolsa de las manos, cogió el primer par de zapatos que encontró para calzarla y luego, con la bolsa en los brazos, la escoltó hasta el baño de señoras.
________ gimió, mortificada, cuando él se metió también dentro para asegurarse de que el lugar estaba vacío. Antes de irse, le cogió la barbilla con los dedos.
—Cariño, si alguien se mete contigo aquí dentro, dale un poco de lo que les diste a los demonios. ¿Está claro?
Siempre que alguien le preguntaba a ________ qué había hecho la noche anterior, ella respondía:
—Estudiar, ir a la biblioteca y nadar un rato.
La única variación era que, de vez en cuando, las dos primeras actividades las llevaba a cabo con Tim.
¿Y qué respondería si le preguntaban qué había hecho ese día?
—He descuartizado a unos cuantos demonios a sangre fría, me han disparado unos vampiros con metralletas, me han perseguido en coche por el pantano. He descubierto quién, y qué, era mi madre biológica. He averiguado que existe un mundo secreto dentro del nuestro...
«Son demasiadas cosas al mismo tiempo.» ________ no se adaptaba bien a los cambios ni siquiera en las mejores circunstancias. Y en ese momento, bueno, estaba en estado de shock, limitándose a aguantar todo lo que iba sucediendo.
Al menos eso era lo que le gustaba creer. Si no estuviera estupefacta, significaría que los asesinatos que había cometido esa noche no la habrían afectado lo más mínimo.
Sí, aquellos demonios eran unos monstruos, y, sí, ________ estaba convencida de que se merecían lo que les había sucedido, pero ¿no debería sentirse culpable por lo que había hecho? ¿No debería sentir asco? ¿Miedo?
Se paró frente al espejo y se quedó mirando el reflejo de sus ojos. Los círculos que siempre habían rodeado sus iris destacaban más que antes. «Porque, por si no lo sabías, soy en parte furia.»
Fuera lo que fuese eso.
Nix también tenía unos ojos especiales. Pero el color dorado de los de la valquiria quitaba el aliento, mientras que el violeta de ________ era simplemente raro.
Se recogió el pelo y le fue imposible seguir fingiendo que no veía que sus orejas eran ahora puntiagudas. Las de la valquiria parecían exóticas e interesantes; las de ella, fuera de lugar.
Uno de los síntomas más comunes del trastorno obsesivo-compulsivo era el miedo a dejar de ser uno mismo. Pero en el caso de ________ ese miedo tenía base. Estaba dejando de ser ella misma poco a poco. «Si tuviera mis...»
Abrió los ojos. Si Nix le había hecho el equipaje, seguro que habría visto los botes de pastillas que ________ tenía alineados en el baño.
Se inclinó sobre la maleta y abrió la cremallera sin perder un segundo. Dentro encontró todo lo que llevaba en el bolso que había perdido cuando la secuestraron: el portátil, la carpeta, el teléfono móvil, incluso las toallitas desinfectantes.Pero ni rastro de las pastillas...
La valquiria había encontrado el bolso y se había deshecho adrede de los dos botes de pastillas. «¿Por qué, Nix?» Se apoyó contra la pared, tentada de escapar, de salir huyendo de todo aquello.
Pero Nicholas y Nix eran los únicos que podían ayudarla a regresar a su estado normal, por lo que no le quedaba más remedio que seguir con los planes que ellos hubieran trazado.Planes que implicaban abandonar la ciudad.
________ no había salido del distrito de Nueva Orleáns en quince años. De hecho, apenas se alejaba de su piso y de la facultad.
La universidad era todo su mundo, un microcosmos ordenado y perfectamente compartimentado, donde cada cosa tenía sentido. Los días se dividían en horas de clase, las semanas en días escolares, y los años en dos semestres.
Y ahora se sentía como si estuviera temporalmente exiliada.
Negó con la cabeza y cogió el móvil para llamar a su amiga Mei. Cuando ésta no respondió, le dejó un mensaje:
—Hola, Mei, soy ________. Me preguntaba si podrías hacerte cargo de mis clases durante unos días. Sólo unos pocos. Eh, he tenido una urgencia familiar, y supongo que estaré fuera... —¿cuánto tiempo iba a estar fuera? —... una semana.
Tenía la sensación de estar hablando desde fuera de su propio cuerpo, sorprendida de sonar tan normal en vez de al borde de un ataque de nervios.
—Llámame al móvil si sucede algo. Te debo una.
Después de colgar, suspiró nerviosa. «Tengo que cambiarme y salir de aquí.»
De rodillas junto a la maleta, inspeccionó el compartimiento de la ropa interior, y al ver lo que contenía, se quedó atónita. Estaba lleno de medias de ligas, tangas, sujetadores escotados... y todos tenían aún las etiquetas colgando. Todos eran de su talla, y todos eran provocativos.
¿Por qué demonios había cambiado Nix las comodísimas braguitas de ________ y sus sujetadores reductores por aquello?
Como no tenía alternativa, ________ se puso las medias y, por primera vez en su vida, un tanga.
Vestida, con el collar de perlas y las gafas, se peinó furiosa los rizos rebeldes hasta dominarlos, y se aseguró de que le tapaban aquellas orejas tan raras.
Tras colocarse la última horquilla se observó en el espejo. ¿Cómo era posible que tuviera el aspecto de siempre cuando su mundo se había puesto patas arriba? Los ojos se le llenaron de lágrimas, y se aferró al lavabo para no caerse.
Después de todo lo que le había sucedido esa noche, sólo tenía claras dos cosas: «Tengo que hacer retroceder el proceso de transformación. Y no puedo estar cerca de Nicholas Woede».
La loza del lavabo se desmenuzó bajo sus dedos.
Última edición por Luciana. el Lun 16 Abr 2012, 11:53 am, editado 4 veces
Sunny
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
Capitulo 10(2/10)
—Nick, te veo mal —le dijo Nix, sentándose de un salto en el capó del Veyron.—¿Y eso es nuevo?
—Supongo que sabes que _______ no confía en ti.
—¡No debe hacerlo! Y en ti tampoco. Así que no me dejes en ascuas, ¿por qué le has mentido?
—Quería ver hasta dónde estabas dispuesto a llegar.
—Voy a seguir adelante con el plan.
Le dio al botón del maletero y abrió su bolsa. Buscó la petaca y la cogió para dar un buen trago de cerveza demoníaca. Por desgracia, tardaría en hacerle efecto, pero seguro que tarde o temprano se sentiría algo atontado.
—¿De verdad crees que serás capaz de entregar a ________ a un malvado hechicero en vez de hacerla tuya? Has esperado nueve siglos para encontrarla.
—Tengo que hacerlo, aunque no quiero. Dios, no quiero. Pero ahora, esa bruja de Sabine tiene a mi hermano, y le debo tanto a Rydstrom... Éste es el único modo de compensarlo por todo lo que le he hecho. El reino y toda su gente dependen ahora de mí, y sólo de mí.
La verdad de esa frase le alcanzó de lleno en mitad del pecho, como un puñetazo en el plexo solar. «Maldición.» El destino de todos los rothkalianos estaba en manos de la oveja negra de la familia, en el bueno para nada.
«Hablando del asunto...»
—Le dijiste a Rydstrom que la mortal Néomi había muerto. ¿Estás segura?
—Pues claro.
Nick no se dio cuenta hasta entonces de las esperanzas que había depositado en que no fuera así. «No pienses en eso...» Nix se quedó mirándolo.
—He decidido seguirte el juego con ________ porque estoy convencida de que no serás capaz de entregársela a Groot. Y, no, no he visto el futuro. Es sólo un presentimiento. Y también porque creo firmemente en lo de «educar con mano dura». Necesita que la espabilen, lisa y llanamente, y no se me ocurre nadie mejor para eso que tú.
—¿Qué quieres decir con que «la espabilen»? ________ es la mujer más lista que conozco.
—Quiero que aprenda a vivir la vida. Quiero que le saques la venda que se ha empeñado en llevar ante los ojos y de la que tanto depende. Creo que eres el tipo de persona adecuado para mostrarle todo lo que no sabe y no quiere saber. Mi sobrina es muy inocente, y llega un momento en la vida de una mujer en que la inocencia equivale a ignorancia.
—¿Cuan ignorante puede ser en los tiempos que corren?
—Ha estado evitando todo lo que pudiera desencadenar sus tendencias valquíricas, todo lo que la excitaba o la ponía nerviosa. En su ordenador tiene un sistema de vigilancia de las páginas de Internet, y en su casa no tiene satélite. Hasta ahora, su vida ha sido apta para menores. En su intento por controlar dichas tendencias, ha llegado incluso a ponerse enferma.
—¿De eso va ese rollo de controlarlo todo?
Nix asintió.
—Y cuando no lo logra, toma pastillas.
—Lleva horas pidiéndolas.
—Bueno, como tía suya digo que no vamos a dárselas. Seguro que otras valquirias habrán detectado esa energía emergente. Pronto empezarán a buscarla.
—Tienes que distraerlas.
—Lo haré —contestó Nix tras un largo silencio. —Si tú me juras no hacer ninguna parte del viaje en avión.
—Me lo pides porque sabes que así estaré más tiempo con ella y que me enamoraré todavía más; y sabes que al final terminaré por acostarme con _______ y decidiré quedármela para mí.
—Sí.
—Maldita sea, tardaremos muchísimo en llegar, quizá semanas. El campamento de Groot podría estar en Alaska. —Nick dio otro trago. —Y Rydstrom me dijo que la fecha límite para la entrega es la próxima luna llena. ¿Qué pasará si no llegamos a tiempo?
—Esa es mi condición.
—Así correrá más peligro. Piénsalo... Cuanto antes lleguemos a donde esté Groot, antes estará segura.
—O lo tomas o lo dejas. Pero sin mi ayuda no pasarás de la primera base.
—Está bien —farfulló Nick. —Acepto la condición. —Más tiempo con ________. Más tiempo para encariñarse con ella.
En ese preciso instante la muchacha salió del baño. Llevaba el pelo recogido en un moño perfecto, todos sus «talismanes», un jersey de lo más normal, y una de aquellas faldas tubo que se le pegaban a las nalgas y que hacían que todos los hombres que la veían desearan ser el elegido para destapar la pasión que se escondía en aquella mujer de apariencia tan recatada.
Tenía los hombros echados hacia atrás y la barbilla erguida. Había recuperado la seguridad en sí misma. Esa seguridad propia de una mujer atractiva y que a él le resultaba tan sexy. Nick quería besarla hasta hacer que se le doblasen las rodillas.
—¿Hacia dónde tenemos que ir? —le preguntó a Nix sin prestar demasiada atención. Lo de pasar más tiempo con ________ cada vez le parecía mejor idea.
—Mississippi —respondió la valquiria. —Kilómetro setecientos setenta y cinco. Tienes que ir al norte de Memphis y buscar a una demonio llamada Imatra. Encontrarás más información en el pack de bienvenida que he metido en la maleta de ________.
—Aja. —Se tropezó al coger la maleta de la chica, y se juró a sí mismo que se quedaría callado hasta recuperar la compostura, o hasta que le hiciera efecto todo lo que había bebido.
—Quiero hablar con mi tía a solas.
_______ estaba convencida de que Nick se lo discutiría, pero en vez de eso, el demonio se puso un viejo sombrero de piel, farfulló algo sobre que iba a comprar comida para el viaje y que tenía que poner al día a Rók, y entró en la gasolinera.
—Míralo, con ese sombrero —comentó Nix. —Debería estar prohibido ser tan sexy. —Se quedó mirándolo hasta que desapareció de su vista. Ronroneó y, con movimientos bruscos, se ajustó la espada que llevaba colgada a la espalda.
Sí, quizá Nicholas fuera atractivo, pero seguía siendo un demonio... con cuernos incluidos.
—Los de ahora no son como los de antes —suspiró Nix, mirando a su sobrina.
________ se sorprendió de nuevo al ver lo guapa y peculiar que era su nueva tía.
—Quería darte las gracias por traerme mis cosas, pero ¿a qué viene lo de la ropa interior nueva?
—Toda la que tenías era práctica y de diario. —Puso cara de asco. —Y a las valquirias nos gustan las cosas sexys y bonitas; tu ropa interior práctica no reunía ninguno de esos dos requisitos. Así que he decidido regalarte un pastón en cosas nuevas.
_______ necesitaba esa ropa interior tan poco sexy precisamente para eso: para sentirse poco sexy.
—¿Cogiste por casualidad alguno de los botes de pastillas que había en mi casa?
—Ah, ¿te refieres a esos que estaban perfectamente alineados y en grupos de tres? En tu apartamento todo está en línea recta. O en grupos de tres. O en ángulos de noventa grados —comentó la valquiria con sus ojos dorados mirando, primero hacia el interior de ________ en busca de su alma, y quedándose después vacíos. —Lo he pasado muy bien desordenándolos y alterando todos tus patrones de clasificación.
A ________ le dio un vuelco el corazón. La imagen de su perfecto e inmaculado piso, tal como ella lo había dejado antes de irse, la había ayudado a superar aquella noche. Estaba convencida de que, cuando todo aquello acabara, podría regresar allí y retomar su vida como si no hubiera pasado nada.
—¿Desordenándolos?
Justo cuando creía que iba a vomitar, un rayo iluminó el cielo a su espalda.
Nix sonrió al verlo, satisfecha consigo misma.
—Ya no necesitas esas pastillas. Las utilizabas para acallar tus instintos de valquiria, porque no los entendías. Pero ahora ya no tienes que hacerlo.
—No, yo quiero anular todo este proceso. Necesito hacerlo. Odio los cambios... no los puedo soportar —dijo, llevándose las manos a la cabeza. —¿Cuánto tardaremos en llegar hasta donde está ese hechicero?
—Entre una semana y un mes.
—¿De cuánto tiempo dispongo para dar marcha atrás a la transformación?
—Más o menos del mismo. Después, serás una valquiria en toda regla.
—Si las píldoras conseguían acallar mis instintos de valquiria, ¿no podrían retrasar la transformación? ¿No me darían más margen de tiempo para encontrar al hechicero?
—Es posible. —Nix se encogió de hombros y se echó hacia atrás la melena negra más sedosa que ________ había visto jamás. —Pero no estoy segura. No tengo ninguna visión, y se me escapan los conceptos farmacéuticos de los humanos.
—Nix, por favor, tal vez no lo parezca, pero ahora mismo estoy a punto de tener un ataque de nervios.
—Lo sé —asintió severa. —En el baño has tenido ganas de gritar y de tirarte de los pelos. Y, querida, ya han mandado a alguien a limpiar todo el estropicio que has hecho.
«¿Cómo lo sabe?»
—Soy adivina, yo lo sé todo.
—Entonces, dime, ¿ese rollo de la Vestal es cierto? —preguntó ________.
—Sí, por desgracia lo es. Y será mejor que escojas al padre de tu pequeño con cuidado.
—¿Por qué yo?
—Mala suerte, supongo —contestó Nix.
El rostro de ________ se deformó en una mueca. La mala suerte era algo aleatorio que nunca iba a favor de nadie.
—¿Y si consigo retroceder el proceso de transformación, seguiré siendo la Vestal?
—No creo que eso sea posible. La Vestal tiene que pertenecer a la Tradición.
—Así que si consigo volver a ser como antes, la gente dejará de tratar de matarme. —Había encontrado el modo de anular aquello. Podía hacer algo para luchar contra el azar.
—En teoría sí.
«El razonamiento es el siguiente: dar marcha atrás a lo de convertirme en valquiria equivale a perder la categoría de Vestal. Es decir, dejar de tener a asesinos inmortales pisándome los talones y a vampiros atacándome. Eliminar la dicotomía de morir o tener un bebé. Volver a mi vida anterior y doctorarme. A la larga, tener un bebé normal. Nada de seres malignos.»
—Pero creo que, cuando llegue el momento, te gustará más la persona en la que te habrás convertido —añadió Nix. —Al menos serás alguien.
—¿Qué quieres decir con eso?
La valquiria le soltó un mechón de pelo del tirante moño para hacerla rabiar.
—¿Quién eres, sobrinita? No tienes ni idea, pero pronto lo sabrás. —Nix le sonrió como si supiera algo que la joven no sabía. —Bueno, me tengo que ir. Lo de ser una proto-valquiria y adivina sin igual es un trabajo agotador, pero alguien tiene que hacerlo.
—¡Espera! —________ la siguió hasta el destartalado Bentley. —Tengo aún muchas preguntas. ¿Mi madre murió joven? ¿Y quién era mi padre? ¿Cómo puedo ponerme en contacto contigo? ¿Hay más gente como nosotros por ahí? ¿Cómo puedo reconocerlos?
—Todas tus preguntas serán contestadas a su debido tiempo.
Eso en sí ya era una respuesta.
—¡Por favor, llévame contigo! Has dicho que era de la familia. —Y, además, tenía el presentimiento de que si pasaba más horas con Nicholas acabaría por perder el control.
—Si quieres ser una valquiria para siempre, ya puedes meterte en el coche. Nos espera una noche movidita —la invitó Nix, señalándole el asiento del acompañante.
________ miró el interior del coche y se quedó horrorizada. Estaba lleno de vasos vacíos, globos deshinchados, paquetes de cacahuetes y cajas en las que ponía «¡Peligroso! Goma C-4».
Dio un paso atrás sin darse cuenta.
Nix siguió hablando sin inmutarse:
—Pero si estás decidida a retroceder la transformación, yo no puedo llevarte hasta donde está Groot. Su campamento permanece oculto, y hay que alcanzar una serie de bases, donde recibir la información necesaria para llegar hasta él. Como mínimo, tardaríamos una semana y, dado que estoy en medio de una Ascensión, ahora no puedo permitirme tomarme tantos días libres. Piénsalo, ________. —La rodeó por el hombro, y con el otro brazo dibujó un círculo frente a ella. —Una Ascensión, un Apocalipsis; el caos total.
Ella se estremeció.
—¿De verdad quieres que por tu culpa no pueda evitar que eso suceda? —le preguntó Nix soltándola.
—Bueno, por supuesto que no, pero...
—Si tan decidida estás a rechazar este regalo, me aseguraré de que Nick te lleve sana y salva hasta el hechicero a cambio de su espada. ¿Es eso lo que quieres?
—¡Sí! Pero no quiero estar a solas con él. ¿No podrías encontrar a alguien que fuera menos...?
—¿Atractivo? ¿Sexy? ¿Con unos cuernos que no dieran tantas ganas de besar, o con un acento menos demoledor? —Negó con la cabeza y cerró la puerta del coche. —No. nick puede mantenerte a salvo. Es fuerte y despiadado.
________ se quedó boquiabierta. «¿Cuernos que daban ganas de besar?»
—Oh, casi se me olvida. —Nix cogió un enorme petate del asiento del acompañante. —Aquí tienes tu pack de bienvenida. Me tengo que ir. ¡Chao!
—Una última pregunta —dijo ________ mientras la valquiria ponía el coche en marcha.
—De acuerdo, querida.
—¿Puedo confiar en Nicholas?
Nix esbozó una radiante sonrisa que no alcanzó sus ojos dorados.
—Sólo cuando duerma.
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Sunny
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
Capitulo 11(3/10)
—Veo que no nos queda más remedio que seguir con este coche tan discreto —comentó ________ cuando Nick se metió en la autopista en dirección norte.—De momento, sí. Tenemos que salir de la ciudad a toda velocidad y, por suerte, este coche lleva un cohete pegado en el culo.
—¿Hacia dónde vamos?
—Memphis. Nix me ha dicho que había dejado las instrucciones en tu bolsa.
________ se volvió hacia los asientos traseros en busca del petate que le había dado su tía. Dentro encontró su pasaporte, una carta escrita a mano, un mapa con una «X» justo encima de Memphis, y dos libros enormes. Uno llevaba por título El libro de la Tradición, y el otro El libro de los Guerreros.
Cogió la carta y preguntó.
—¿Por qué Nix parece a veces tan ausente?
Nick dio un sorbo a su Red Bull sin mirarla.
—Porque está tan ocupada viendo el futuro que a veces el presente se le escapa. Te acabas acostumbrando. Además, tiene más de tres mil años.
Eso era alucinante. Aparentaba tener la misma edad que ________.
—¿Y tú cuántos años tienes?
—Casi un milenio. —Nick no aparentaba más de treinta y cuatro o treinta y cinco.
—No era broma eso de que provenías de la Edad Media. ¿Por qué no se te nota en el acento?
—Las especies de la Tradición nos adaptamos a los nuevos lenguajes y acentos. Es algo innato.
Cuando ________ rompió el lacre negro que sellaba la carta, Nick se inclinó hacia ella para poder ver el contenido, pero la joven dobló el extremo del papel hasta que él se dio por vencido y, encogiéndose de hombros, volvió a mirar hacia adelante.
Sólo entonces, ________ empezó a leer la elaborada caligrafía... sólo que con las gafas parecía costarle más que sin ellas.
Querida sobrina:
¡Bienvenida por fin a la familia!
Esta carta te explicará todo lo quejo no he tenido tiempo de contarte. Dentro del pack de bienvenida encontrarás dos libros. Uno cuenta la historia de nuestros orígenes, y habla de las mejores guerreras valquirias de la historia. Tu madre está entre ellas.
Tu padre era un ingeniero humano, y fue el gran amor de Greta. Lo asesinaron unos vampiros para vengarse de uno de nuestros ataques, antes de que ella supiera que estaba embarazada.
¿Vampiros? ¿Ataques?
—¿Las especies de la Tradición son más violentas que los humanos? —le preguntó a Nick. Él respondió sin mirarla:
—Mucho más. Siempre tenemos guerras en marcha.
—Guerras en marcha —repitió ella. ¿Por qué alguien como ________ iba a querer entrar a formar parte de ese mundo tan tumultuoso?
A Greta se le rompió el corazón al abandonarte, pero es lo que hacen las valquirias con los bebés humanos. Y todas estábamos convencidas de que eras humana. Lo hizo porque te quería. De eso puedes estar segura.
Y lo estaba. ________ sabía que no era casualidad que la hubiera dejado en casa de los maravillosos Ashwin.
En el otro libro, encontrarás algunas explicaciones sobre este nuevo mundo en el que has aterrizado.
Lee ambos volúmenes. Luego te haré un examen.
Y ahora, sigamos, sé que tienes muchas dudas sobre lo de ser una valquiria...
¿Cómo podía saber eso? A no ser... —Es una adivina de verdad —murmuró ________. —Oh, sí —dijo Nick, que al parecer estaba un poquito más relajado.
Lo único que te pido es que le des al valquirismo una oportunidad. Sin trampas. Todas las demás lo han hecho. Y lo único que tienes que hacer es acoger con los brazos abiertos todo lo que has temido durante los últimos veinte años. ¡No es tan difícil!
Besa los cuernos de Nick por mí, y, sí, puedes tratarlo como a un mandado si quieres, porque eso es lo que es...y es a lo que está acostumbrado.
¿Que le bese los cuernos? ________ trataba de fingir que no los veía, así que ni loca iba a besárselos.
Dos consejos: si quieres estar segura de que tu milenario guardaespaldas te dice la verdad, haz que lo jure por la Tradición. Y si no quieres quedarte embarazada, no comas, las valquirias no somos fértiles si no comemos los frutos de la tierra. Besos.
Nix, protovalquiria, adivina sin igual.
Semidiosa, tu querida tía.
________ dobló la carta y se quedó sentada pensando. «Demasiadas cosas a la vez.» Demasiada información, y sólo era la carta de bienvenida. Descubrir la profesión de su padre ya había sido algo increíble para ella.
Con un suspiro, cogió El libro de los Guerreros y lo abrió por el capítulo que llevaba por título «El origen de las valquirias», y al instante se quedó fascinada por el relato.
Se decía que en la Tradición, miles de años atrás, los dioses Wóden y Freya se despertaron, tras una década dormidos, al oír el grito de una guerrera que moría en el campo de batalla. Freya se quedó maravillada ante el valor de la muchacha, y quiso conservarlo, así que ella y Wóden lanzaron un rayo a la humana.
La doncella se despertó en la mansión de los dioses, curada y sin heridas, pero mortal, y embarazada de su primera hija; una valquiria inmortal.
A lo largo de los siglos, los dioses lanzaron varios rayos sobre guerreras moribundas pertenecientes a distintos clanes de la Tradición; desde furias a mutantes y licántropos.
Freya y Wóden dieron a todas las hijas de aquellas mujeres el aspecto físico de la diosa y la astucia del dios, y combinaron esas cualidades con el valor de la madre en cuestión y las características individuales de sus antepasados. Las nacidas eran todas medio hermanas entre ellas, pero todas eran únicas; aunque, según la Tradición, siempre se podía reconocer a una valquiria porque sus ojos se volvían plateados cuando experimentaban emociones fuertes.
Holly levantó la vista.
—¿Esta noche he tenido los ojos plateados? Nicholas asintió y por fin la miró.
—Así es como he sabido que te habías transformado en valquiria. O que empezabas a transformarte. —Se pasó las palmas de las manos por los muslos y sujetó el volante con las rodillas. —A todas las criaturas de la Tradición los ojos nos cambian de color. —A Nicholas se le ponían negros.
Pasándose las perlas por los labios, _______ se quedó meditando esa información. Si se creía todo eso, también tendría que asumir que era descendiente de unos dioses nórdicos.
Una cosa era que una persona que había sido adoptada descubriera que sus padres biológicos eran ricos o famosos, pero lo suyo rozaba el ridículo.
Y, a pesar de todo, tenía sentido, y explicaba muchas de las cosas que le habían ido sucediendo. Cosas que ella no entendía, y que un psiquiatra pomposo había empezado a medicar sin más.
¿Su obsesión por las joyas? Una característica propia de las valquirias, heredada directamente de Freya.
¿Su fascinación con los relámpagos y las ganas incontrolables que tenía siempre que había tormenta de meterse debajo? Las valquirias se alimentaban de la electricidad, absorbían la energía de la Tierra. La especie se había creado con rayos, y así era como ________ había empezado a transformarse.
Se preguntó si sus «abuelos» le habían mandado ese rayo, o si lo había causado ella con su miedo.
¿La fuerza sobrenatural que tenía y que se esforzaba tanto en esconder? Las valquirias eran extraordinariamente fuertes, fieras, unas guerreras.
Y también muy... apasionadas.
Pensó en la última vez que se había metido en una cama con un hombre, un compañero de clase llamado Bobby Thibodeaux. Tenían dieciséis años, y los inexpertos besos de Bobby la volvieron loca. Saltó encima de él y lo sujetó con fuerza.
________ estaba tan absorta que no se dio cuenta de lo asustado que se hallaba el muchacho. Terminó por ver que él no le devolvía los besos... y que ella le había clavado las uñas en los brazos para sujetarlo e impedir que se escapara.
Bobby se quedó mirándola aterrorizado y ________ le devolvió la mirada, atónita. Como si estuviera poseída, susurró:
—Supongo que no volveremos a vernos, ¿no?
Tan pronto como lo soltó, él salió huyendo.
Bobby no tardó en contar a toda la escuela lo que había sucedido, y pronto ningún chico volvió a pedirle para salir, así que ________ se encerró todavía más en sus estudios.
De hecho, hasta el primer año de universidad no volvió a intentar quedarse a solas con un hombre. Lo único distinto de ese encuentro fue que ella tenía aún más fuerza y era más agresiva.
Horrorizada ante esos recuerdos, buscó la historia de Greta en El libro de los Guerreros. Greta la Atrevida había sido una gran estratega y había mandado tropas de valquirias, brujas y furias en la Gran Batalla de los Campos de la Perdición.
Si las fechas de la batalla eran correctas, Greta había ido a la guerra embarazada de ________. Seis años más tarde, perdió la vida luchando en primera línea en el famoso Asedio de las Dieciocho Noches.
________ llegó a la conclusión de que si en verdad existía otro mundo, entonces tenía mucha historia que aprender.
Sintiéndose de repente exhausta, cogió el Libro de la Tradición y se lo puso encima del regazo sin ganas. Al pasar páginas, encontró una lista de todas las especies conocidas de inmortales. Tras una breve introducción, había una historia más detallada. Leyendo por encima, se hizo una leve idea sobre los espectros, las sirenas, los mendigos y las de monarquías...
—¿Te apetece comer o beber algo? —preguntó Nicholas.
Por el momento no tenía hambre.
—¿Tienes algo de beber que no sea Red Bull?
El sacó una botella de agua de la parte de atrás de su asiento y se la ofreció.
«Es de mi marca preferida», pensó ella.
—Gracias.
Giró el tapón con cuidado de no tocar... ¡Mierda! Había tocado el borde de la botella. Con un suspiro, volvió a colocar bien el tapón y dejó la botella a sus pies.
—¿Le pasa algo al agua?
________ dudó si responderle, pero llegó a la conclusión de que tarde o temprano se enteraría de sus manías, de los problemas que tenía para comer, de la fobia que sentía hacia los gérmenes, de su incesante ansia por ordenarlo todo.
—He tocado el borde. —Levantó la barbilla. —Ha habido una transferencia y ahora ya no me la puedo beber.
En vez de reírse de ella, Nicholas alargó la mano detrás del asiento y cogió otra botella. La abrió sin tocar el borde y se la pasó.
—Estos tapones tan pequeños son un coñazo —le dijo.
________ se quedó boquiabierta. Ella le había dicho exactamente lo mismo a Mei la semana anterior.
—¿Todavía estás tan aturdida? —preguntó Nick.
—Un poco.
Bebió. Seguía sintiéndose como si estuviera en medio de un relato de ciencia ficción, como si todo aquello fuera demasiado fantástico para ser verdad.
Incluso cuando tenía a un demonio de mil años sentado a escasos centímetros de ella.
—Lee en voz alta y yo te contaré lo que falta o te explicaré lo que quieras saber.
—¿Cómo quieres que confíe en ti? Me dijiste que las valquirias eran dóciles. En El libro de los Guerreros he leído sobre Kaderin la Despiadada, una asesina que con los colmillos de los vampiros que ha decapitado se hace collares. Y luego está Emmaline la Remisa, que mató a su propio padre. Lo cortó en tres pedazos. Tres. —«La verdad es que Emmaline me cae bien». —Es obvio que no son lo que se diría dóciles.
—Ya te lo dije, sólo era una broma. Como decir que una sirena no sabe cantar.
________ ladeó la cabeza.
—Así, ¿si te pregunto algo, me dirás la verdad?
—Sí, si a cambio tú me respondes a algunas preguntas sobre ti.
No le vio ningún problema.
—De acuerdo. Empiezo yo. ¿Cuántas de monarquías hay? ¿Dónde se encuentran?
—Cientos. Casi todas las razas de demonios, desde los demonios de humo, como Rók, hasta los demonios phatos tienen un reino de alguna clase. Normalmente, se encuentran en un universo paralelo.
—¿Un universo paralelo? ¿De verdad existen?
—Hay más dimensiones de las que se pueden trazar en un mapa.
—¿Cómo se llama tu reino?
—Rothkalina. —Al decirlo se le marcó más el acento, como si al mencionar su hogar sintiera algo muy profundo.
—¿Cómo se llega hasta allí?
—El portal más accesible está en el sur de África. Eso explicaba el acento.
—¿Y qué aspecto tiene ese universo alternativo? ¿El cielo es violeta y el sol verde?
—No, qué va. Rothkalina se parece mucho a la costa oeste de Norteamérica.
—Oh —dijo ella sintiéndose como una tonta, pero en seguida frunció el cejo. —Si Omort es un hechicero, ¿por qué iba a querer quedarse con un reino demoníaco?
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Sunny
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Capitulo 12 (4/10)
«Chica lista», pensó Nick. Muy poca gente le hacía esa pregunta, aunque para él siempre había sido la más obvia.—La tierra es muy rica —respondió. —Y el reino está situado en un lugar estratégico.
Pero en realidad, Omort no quería el reino para nada, y sólo se lo había quedado para demostrar que podía hacerlo. «Quien controle Tornin, controlará el reino.»
Omort quería lo que había tras los muros del castillo.
Antes de la historia escrita, Tornin había sido levantado alrededor del Pozo de las Almas, para proteger esa fuente de energía mística de hechiceros como Omort. Y los demonios de la ira fueron designados para defender el castillo.
A pesar de que nunca nadie les había contado qué era exactamente lo que hacía el Pozo de las Almas.
—¿De dónde viene el nombre de los demonios de la ira?
—Porque cuando nos ponemos demoníacos... perdemos el control. Nos ponemos furiosos, llenos de ira, y esas cosas.
—¿Demoníacos? ¿Como cuando antes has luchado contra los vampiros?
—Sí, bueno, eso ha sido sólo un inicio.
Si se transformaba completamente en demonio, a Nicholas se le oscurecía la piel, que adquiría un tono rojizo, y su cuerpo se volvía más grande y más fuerte. Los colmillos le crecían, y los cuernos se erguían y afilaban al máximo. En ese estado, supuraban una toxina por las puntas que podía paralizar incluso a un inmortal.
—¿Y te pones furioso muy a menudo? —preguntó ella tragando saliva.
—Es extremadamente raro que nos transformemos del todo. Sólo sucede cuando la vida de un demonio está en peligro, o si sentimos que amenazan a nuestra familia. —«O cuando poseemos a nuestra mujer por primera vez.»
—¿Por qué todos los seres de la Tradición se ocultan de los humanos?
—Históricamente, cada vez que una facción se ha mostrado a éstos ha terminado exterminada.
—¿Como por ejemplo?
—Durante miles de años, las brujas se manifestaron como tales, hasta que decidieron empezar a quemarlas en la hoguera. ¿Y sabes toda esa gente a la que en el pasado mataban diciendo que estaban poseídos por el demonio? Pues eran demonios.
—Pero ¿cómo conseguís manteneros alejados de los humanos?
—Es más fácil de lo que crees. Solemos vivir en ciudades alocadas o famosas por sus fiestas. La mayoría de los humanos asumen que somos unos excéntricos, o que formamos parte de una broma que les está gastando la MTV. —Se puso serio. —Pero todos los mitos son un ejemplo de la existencia de las criaturas de la Tradición.
—¿Qué harías si ahora nos parara la policía? ¿Qué pasaría si uno de ellos te pidiera que te quitaras el sombrero?
—En esas circunstancias, supongo que la mayoría de los demonios optaríamos por huir, recibir algún balazo, y luego rastrearnos a otro lugar.
—¿Rastrearos? He leído sobre eso, significa tele-transportarse, ¿no?
Nick asintió.
—Pero no todas las razas de demonios pueden hacerlo, y las que poseen el potencial tienen que esforzarse mucho para llegar a dominar la técnica.
—Deduzco que tú no puedes, ya que preferiste atravesar el pantano en vez de rastrearnos a otra parte.
—Antes podía hacerlo. Durante siglos, disfruté de ese poder. Pero Omort anuló mi capacidad de rastreo, así como la de mi hermano.
—¿Puedes recuperarla?
La miró a los ojos.
—Tan pronto como le corte la cabeza, los dos volveremos a ser libres.
La expresión de Nicholas se tornó siniestra, como si se estuviera imaginando acabando con Omort en aquel preciso instante. Pero entonces la miró a ella y negó con la cabeza.
—Veamos, ahora me toca a mí preguntar.
—¿Qué quieres saber?
—¿Cómo descubriste que eras adoptada?
—Nunca fue un secreto. Mi madre solía contarme la historia de cómo un día me encontró en el portal. Siempre me llamaba su tesoro. —______ sonrió con dulzura. —Habían estado intentando tener un hijo durante años, y, al no conseguirlo, iniciaron los trámites de adopción, pero les dijeron que mi padre era demasiado mayor. Al final, vivió más él que ella.
Aunque no demasiado. Su padre había estado tan enamorado de la que había sido su esposa durante cuarenta y cinco años, que cuando ésta falleció a causa de un cáncer, él la siguió al más allá. Se tenían un amor extraordinario, uno de esos sobre los que sólo se lee y raras veces se ve en la realidad.
¿Habrían sentido lo mismo sus padres biológicos?
—Me apuesto lo que quieras a que nunca te imaginaste que tu madre biológica pudiera ser una guerrera valquiria —dijo Nick, dando un trago a su Red Bull.
—No, siempre dimos por hecho que se trataba de una adolescente. —Un olor extraño captó su atención y husmeó el aire. —¿Estás... bebiendo? ¿Le has puesto alcohol a tu refresco?
—Quizá.
—¡Estás bebiendo mientras conduces!
—Aunque estuviera borracho, mis reflejos serían mil veces más fiables que los de un humano.
—Hablas como un camionero, eres un machista, y ahora me entero de que bebes sin parar. —Miró hacia el cuentakilómetros. —Y además vas muy de prisa.
—Cierto, cierto, cierto. Y tú no sabes lo que es vivir, ni relajarte, ni tampoco sabes pasártelo bien.
—¡Sí sé pasármelo bien!
—No sabrías lo que es eso ni aunque te mordiera en el culo.
—Crees que soy una estirada —replicó ella levantando la barbilla, —una recatada.
—Iba a decir que parece que te hubieras tragado un palo, pero lo de recatada me vale. En especial después de lo que me ha contado Nix esta noche.
—¿Qué te ha contado? —quiso saber ______.
—Me ha dicho que eres muy inocente, y no sólo físicamente. Yo ya había deducido que eras virgen, pero...
—¿Cómo? —lo interrumpió ella. ______ no mantenía en secreto su virginidad, pero tampoco creía que fuera tan obvia.
—Lo llevas escrito en la cara. Es como un imán para los hombres como yo.
—Por favor, dime, ¿qué es lo que tengo escrito en la cara?
—«Me muero de ganas.»
Ella puso los ojos en blanco e hizo acopio de paciencia, porque, que Dios la ayudara, tal vez Nicholas tuviera razón.
—Como te decía, ya sabía que eras inocente, físicamente hablando, pero que además lo seas mentalmente me ha dejado transpuesto. ¿Cómo es posible?
—¿Y por qué no? —preguntó ella.
—Con los medios de comunicación de hoy en día es casi imposible. El sexo está por todas partes.
Lo estaba, pero ______ era toda una experta en esquivarlo. De algún modo, conseguía evitar cualquier cosa que pudiera hacerle perder el control... todo aquello que pudiera ser erótico, apasionado, emocionante, emotivo.
¿Una pareja se daba besos en medio del campus? Ella los esquivaba. ¿Una escena erótica en la televisión? Se daba la vuelta.
—¿Entiendes que un alcohólico decida evitar las licorerías? ¿O que una persona que está a régimen no vaya a la pastelería?
—Una persona que está a régimen también tiene que comprar comida.
—A no ser que el hombre consiga que le lleven la compra a casa —respondió ella.
—¿El hombre?
—¿Por qué tiene que ser una mujer la que esté a régimen?
—Casi se me había olvidado que eres una feminista —respondió Nick con una sonrisa en los labios.
—Me imagino que cualquiera lo es, comparado con un machista como tú.
—Volvamos a lo importante. ¿Me estás diciendo que nunca has visto a una pareja mantener relaciones sexuales en una película?
—Por desgracia, mi videoteca no es tan extensa como la tuya.
—No voy a disculparme por eso —contestó él encogiéndose de hombros. —Hace tiempo que no tengo pareja, y las películas me ayudan a... pasar el rato.
Por mucho que a ______ le costara creer que estaba hablando sobre películas porno con un inmortal, dentro de un coche que valía más de un millón de dólares, eso era exactamente lo que estaba haciendo.
—Responde a la pregunta —insistió Nick.
—No, sólo lo he visto de pasada.
—Antes de que termine este viaje, conseguiré que veas una peli entera.
—Jamás. No me interesa ver esas cosas. —Se moría de ganas de ver esas cosas.
—Mentirosa.
Ahora fue ella la que se encogió de hombros.
—¿Tienes al menos una idea de cómo se hace? —preguntó el demonio.
—Por supuesto. Fui al instituto.
—¿Y qué piensa de todo esto tu novio?
—Tim y yo hemos decidido esperar hasta que estemos casados.
—¿Y a él le parece bien? —Nicholas la miró a los ojos. —Si fueras mía, trataría de que nos acostáramos al menos cinco veces al día.
Por eso mismo ______ evitaba hablar y leer sobre temas como el sexo. Ahora en lo único que podría pensar sería en eso.
¿Alguien tan atractivo como aquel demonio le haría el amor a todas horas? Un escalofrío le recorrió la espalda.
Él le regaló una de aquellas sonrisas que hacían que se le parase el corazón.
—Te lo estás imaginando, ¿a que sí?
—Me estoy imaginando cómo sería acostarme con Tim cinco veces al día —mintió ella.
Nicholas se aferró el volante hasta que los nudillos se le quedaron blancos. Como si estuviera celoso. Pero ¿por qué? Tal vez los demonios se sintieran posesivos respecto a las mujeres que estaban bajo su cuidado.
—Háblame de Tim —farfulló.
—Llevamos dos años saliendo, y cada día me sorprende más ver lo perfecto que es para mí. Es cariñoso y divertido, y será un marido y padre maravilloso. Mis padres lo conocieron antes de morir, y a ellos también les gustaba.
—¿Tienes intenciones de casarte con ese tipo?
—Nos comprometeremos tan pronto como terminemos el doctorado.
—¿No eres demasiado joven para atarte? —preguntó furioso.
—Tal vez, pero cuando encuentras a la persona adecuada...
—¿Y él lo es?
—Sí —suspiró ______. —Es brillante. Uno entre un millón. —Nick hizo una mueca y ella añadió: —No muchos hombres pueden mantener una discusión sobre combinatoria compleja o sobre el uso de la distancia de Mahalanobis en el análisis de Clústers. ¿Cuántos hombres saben lo que es un permutohedro o un gráfico bipartito?
—¿Combinatoria compleja? —Levantó una ceja. —Podemos hablar de eso cuando quieras.
—Es un extremo de... oh, déjalo. No lo entenderías. Tim y yo nos comprendemos a otro nivel.
—Tan listo no puede ser si lleva dos años saliendo contigo y no ha conseguido que os acostéis. Yo habría solucionado eso haría mucho.
A ______ no se le ocurrió ninguna respuesta. Aquel demonio no podía ser más insoportable.
—¿Cómo vais a saber tú y Tim si sois compatibles en la cama si no os acostáis hasta después de la boda? —insistió él. —Vamos, princesa, un coche hay que probarlo antes de comprarlo.
—Esa es una idea... —«Válida»—... ridícula. El sexo se puede aprender, igual que cualquier otra actividad física. Si alguno de los dos tiene alguna necesidad concreta, seguro que encontraremos el modo de solucionarla.
—La intensidad no puede aprenderse. Y quién sabe, tal vez tú misma descubras que te gustan un par de cosas salvajes que el bueno de Tim no esté dispuesto a hacer.
«Ya lo sé.»
—Tim hará todo lo que sea necesario para hacerme feliz —insistió ______. Aunque era plenamente consciente de que una relación sexual entre ella y Tim sólo sería posible si recuperaba la normalidad. De lo contrario, ¿cómo podría él sobrevivir a la fuerza que ahora tenía? ¿Y cómo podría Tim satisfacer sus extrañas necesidades físicas?
______ tenía necesidad de dominar y de ser dominada al mismo tiempo.
—¿Qué hacéis cuando las cosas se desmadran un poco entre tú y Tim? ¿Cómo os las arregláis para no terminar en la cama?
Tim tomaba tantas hierbas y extractos medicinales, que ______ estaba convencida de que su novio tenía la libido completamente dormida.
—Nuestra relación es estrictamente platónica. —Incluso sin sus complementos vitamínicos, su novio no era un hombre muy sexual, lo que era perfecto para ella. —Tenemos una relación mental, más que física.
—Tu cerebro no puede tener un orgasmo.
—Nosotros no creemos que la vida tenga que estar llena de orgasmos para tener sentido.
Nick casi se atragantó con el Red Bull que estaba bebiendo, y al terminar el ataque de tos la miró como si hubiera dicho una blasfemia.
—Me estás matando, princesa.
—No quiero seguir hablando de este tema. No es apropiado.
—Es una lástima, pues es mi tema preferido. —Al ver que ella estaba decidida, Nick se resignó. —De acuerdo, pregúntame más cosas sobre la Tradición.
—Está bien. ¿Os casáis? ¿Formáis familias?
—Algunos, en especial las especies que están más humanizadas.
—¿Y la tuya?
—Muchos lo hacen. Más ahora que en el pasado. Pero no es lo habitual.
—Oh —dijo ella, como si la respuesta le molestara.
—Pero aunque no nos casemos —se apresuró a añadir Nick, —nuestra unión es mucho más duradera y especial. Un demonio varón está destinado a estar sólo con una hembra, sólo una puede hacerlo feliz por encima de las demás. Se pasa toda la vida buscándola. Un demonio tendría que estar loco para ser infiel, pues lo único que queremos es cuidar y amar a nuestra compañera. El matrimonio sería algo redundante.
—¿Has encontrado tú a la tuya? —preguntó, fascinada con la idea.
—Yo... no, todavía no.
—¿Cómo la reconocerás?
—Sencillamente, lo sabes. Es un sentimiento. Experimentan una conexión instantánea. Pero los de mi especie no podemos estar seguros hasta que no hacemos el amor con ella. Hay un dicho que dice: «Lo sabrás con la pasión».
—Qué práctico.
—Es la verdad. Cuando haces el amor con ella, pasan una serie de cosas. Cosas necesarias para poder reclamarla como tuya. —Se rompe la presa por primera vez, se abre el camino.
—¿Como cuáles? —Preguntó ______, y en seguida se arrepintió. —Un momento, ¿vas a utilizar términos sexuales para responderme?
¿Cómo si no iba a explicarle que un demonio de la ira podía tener orgasmos pero que nunca eyaculaba hasta después de hacer el amor con su compañera por primera vez?
—Probablemente.
—Entonces no me respondas.
______ desvió la vista hacia la ventana y se quedó observando la noche, buscando desesperada el modo de hacer desaparecer a Nick.
—Creo que cerraré los ojos un rato.
Minutos más tarde, ya se había quedado dormida. Él no podía dejar de mirarla, ni de preguntarse qué debía de estar soñando que la hacía arrugar la frente.
Con la vista fija en la carretera, decidió dos cosas. La primera, si iban a seguir viajando durante lo que podían ser semanas, empezaría a entrenarla para que supiera defenderse.
«Si llego a entregarla a Groot, tal vez así tenga una oportunidad.»
Y la segunda, haría algo sexual con ella. Nick sabía que jamás podría llegar a poseerla por completo; la transformación a inmortal no estaba lo suficientemente avanzada como para que pudiera sobrevivir a la tentativa. Y si sobreviviera, sería incapaz de dejarla ir después de haber estado una sola vez con ella.
No, no podía hacerla suya, pero antes de entregarla a otro le daría placer. Nick estaba convencido de que podía seducirla; había visto cómo a ______ los ojos le brillaban con interés. Ella no era indiferente. Lo que significaba que tenía que convencerla de que confiara en él. Y eso quería decir portarse bien.
Aunque tenía que reconocer que le gustaba provocarla. Le gustaba ver cómo se sonrojaba, que se ponía nerviosa...
Y Nix le había dicho que quería que su sobrina aprendiera algo de la vida.
Nick se preguntó qué pensaría su estricto hermano de los planes que tenía para la chica. Seguramente no le parecerían bien. Rydstrom era un tipo muy severo, con muy pocas debilidades.
Ah, pero éstas eran enormes.
Se quedó paralizado durante unos segundos. ¿Qué pasaría si la Reina de los Espejismos descubría la debilidad secreta de Rydstrom? ¿Qué le haría entonces a su cautivo?
También se preguntó si su hermano creería que, ahora que todo el peso de la misión recaía en él, estaban perdidos.
Nick se dijo que no valía la pena torturarse con eso. Estaba haciendo lo correcto, iba a conseguir su objetivo.
Mientras ______ era una de esas personas que daba muchas vueltas a las cosas, él tenía mucha práctica en dejar de lado cualquier pensamiento que pudiera preocuparlo demasiado.
Por eso, a cada hora que pasaba se enamoraba más de ella... aunque cada segundo lo acercase más al momento en que se vería obligado a traicionarla.
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Sunny
Re: ●[Adapтada]● ~Deseos al Aиocнecer~(nick y tu)[TERMINADA]
Capitulo 13 (5/10)
Estaba en un baile, de pie en una terraza, con Nick observándola desde las sombras. Le pedía que fuera a reunirse con él, pero ella tenía miedo de adentrarse en la oscuridad.Seguía mirándolo de reojo, incapaz de abandonar todo aquello que le resultaba conocido.
Pero los ojos verdes de Nicholas brillaban entre las sombras, y él le tendía la mano, prometiéndole placeres que nunca había imaginado...
—Buenos días, princesa.
______ se despertó sobresaltada y vio que Nicholas la llevaba en brazos, al interior de una habitación a oscuras. La miraba... con ojos brillantes.
—Suéltame. —Se movió para ponerse en pie. No quería que le volviera a hablar con aquella voz tan profunda y sensual, no cuando acababa de soñar con él. Su subconsciente era tan sutil como un martillazo en mitad de la cabeza. —¿Dónde estamos? ¿Por qué me llevas en brazos?
Él la dejó sobre la cama, encima de un mullido edredón.
—Estamos en un hotel, a un día del norte de Mississippi, y te llevaba en brazos para ver si podía acostarte sin que te despertaras.
—¿Acostarme? —Se frotó los ojos y miró la habitación. Parecía ser un hotel de categoría. No era que ella hubiera estado en muchos, ni de categoría ni de ninguna otra clase, en la última década. Tal vez el sitio estuviera bien, pero a ______ le bastaron aquellos pocos segundos para detectar un montón de cosas que podían estar más ordenadas. Para empezar, las sillas que había alrededor de la mesa...
—Sí, acostarte —contestó él, quitándole las gafas para dejarlas encima de la mesilla de noche. Luego se agachó para desabrocharle las botas.
—Estoy segura de que podré apañármelas sola —dijo, incómoda al ver su amabilidad. —Ya puedo hacerlo yo —insistió, pero Nick la ignoró.
Se quedó mirándole los pies y esbozó una tierna sonrisa.
—Tienes los pies muy pequeños, princesa. —Una vez libre de las botas, dijo: —Y ahora el jersey.
Antes de que ella pudiera detenerlo, él cogió el extremo de la prenda y tiró hacia arriba.
—¿Te has vuelto loco? —exclamó ______, dándole golpes en las manos para que se apartara, y agachándose al mismo tiempo para irse al otro lado de la habitación.
—No veré nada que no haya visto antes.
—Avísame treinta minutos antes de la hora en que quieras salir y estaré lista —dijo ella con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Yo dormiré aquí contigo.
______ se puso tensa. ¿Compartir habitación con el mismo demonio de voz sensual que había protagonizado sus sueños durante el trayecto? No iba a salir bien.
—¿Y cómo quieres que se lo explique a mi novio?
—¿Qué vas a contarle sobre todo esto? —contraatacó él.
—No voy a contarle nada. Si consigo dar marcha atrás al proceso de transformación, nunca tendrá que saberlo.
—Buena respuesta. Va en contra de las leyes de la Tradición contarles a los humanos cosas sobre nuestro mundo.
—¿Por qué tenemos que compartir habitación?
—Porque todavía estamos demasiado cerca del último lugar donde te atacaron. Los vampiros podrían habernos seguido.
—Sé cuidarme sola.
—Eso es verdad —contestó él con naturalidad. A ______ le gustaba, y al mismo tiempo le disgustaba, que él confiara tanto en su capacidad. —Pero no podrás defenderte si estás dormida, y ahí es donde entro yo.
El estómago de ______ eligió ese instante para rugir de un modo nada elegante.
El sonrió.
—Si te ves capaz de permanecer veinte minutos más despierta, podría ir a por comida. Es demasiado temprano para llamar al servicio de habitaciones, pero hay una cafetería aquí cerca.
______ asintió.
—¿Podrías traerme una botella de zumo de naranja? No me gusta la comida que preparan por ahí. —«Ni la que cocino yo.»
—Lo intentaré. Date una ducha, si te apetece. —Junto a la puerta, añadió: —Y, ______, no te quites las perlas. O estaremos de mierda hasta el cuello.
______ todavía estaba en la ducha cuando Nick regresó, lo que significaba que tenía que ir acabando. El demonio aferró el pomo de la puerta del baño y lo giró un poco hasta romper el pestillo; entonces abrió de par en par.
—El macho ha vuelto de cazar —gritó, sonriendo al ver que ella se asustaba.
—¡Sal de aquí! ¡Cierra la puerta!
Ya que debido a la mampara translúcida de la ducha sólo podía ver su silueta, Nick obedeció sus deseos y salió.
Se encaminó hacia la sala y dejó una bolsa de comida encima de la mesa. Encontrar algo que ______ pudiera comer se había convertido en una cacería en sí misma; ella tenía unos criterios muy estrictos. La había estado observando el tiempo suficiente como para conocer sus hábitos alimentarios.
Se preguntó por qué ______ no había corrido a meterse bajo la ducha tan pronto como él salió de la habitación, pero tras echar un vistazo a su alrededor descubrió el motivo; no había sido capaz de dejar las cosas como estaban, y había tenido que ordenar todo lo que no estaba clavado en el suelo.
Tres de las cuatro sillas estaban metidas completamente bajo la mesa. La cuarta la había colocado de espaldas, apoyada sólo en las patas traseras. Había vuelto a hacer la cama y había recolocado los cojines que había en el sofá, que había empujado unos centímetros hacia otro lado.
El reloj que había en la mesilla de noche lo había pegado a la pared, para que no se vieran los cables, y el mando a distancia del televisor formaba un ángulo recto con el reloj en cuestión. La papelera estaba justo en el otro extremo del vestidor, la maleta en la pared opuesta. El portátil y el móvil descansaban encima del escritorio, con los extremos completamente en paralelo con el borde de la mesa.
Nick tenía que revisar su e-mail, mirar los resultados de unos partidos y consultar los mapas de la ruta que iban a seguir al día siguiente, así que conectó el ordenador de ______ e inició la sesión como usuario invitado. Después de navegar por la web, buscó un par de cosas en Google, y no le sorprendió ver que ella tenía un filtro de seguridad para los contenidos de Internet.
Se apoyó en la silla y trató de imaginarse una vida vacía de todo lo relacionado con el sexo.
«Una vida que no valdría la pena vivir.»
Maldición, y eso que él no era nadie para dar lecciones sobre el tema. No se había acostado con ninguna hembra desde el día en que conoció a ______, el período más largo de abstinencia desde su despertar sexual. Unos meses atrás, cuando se convenció de que nunca podría estar con ______, trató de iniciar una desganada relación con una bruja, pero ella escogió a otro.
Y ahora se alegraba de ello.
Dejó el portátil y desvió la vista hacia la maleta. Se moría de ganas de echar un vistazo a la carta de Nix. Llegó a la conclusión de que aquél era un buen momento para espiar, así que se agachó junto a la maleta y la apartó de la pared para poder abrirla.
Después de inspeccionar faldas y jerséis abrió un compartimiento lateral y enarcó las cejas al ver su contenido.
—Vaya, ropa interior provocativa —murmuró.
Nick se consideraba a sí mismo un hombre de gustos sencillos. Desde luego, no necesitaba ropa interior provocativa para excitarse. Pero sólo de imaginarse a la recatada ______ con aquellos retales de seda, su entrepierna tembló de emoción...
Entonces apareció ella, tapada de la cabeza a los pies con un albornoz.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó enfadada.
—Buscando la carta de Nix.
—¡No puedes revolver mis cosas como si nada!
—Nunca me habría imaginado a la recatada señorita Ashwin con esto. —Sujetó un tanga con un dedo y se lo enseñó.
—¡Dame eso! —______ le arrebató la prenda. —¡Es cosa de Nix! Se deshizo de mi ropa interior y de mis medias, y compró esta nueva.
Nick se lo creyó al instante, pero no pudo evitar seguir provocándola.
—Sí, ya. ¿Y por qué iba a hacer tal cosa?
Cuando ______ terminó de ordenar la maleta, se puso en pie, en busca de más cosas que arreglar. Si al descubrir a Nick con su ropa interior en las manos se había puesto histérica, ver el ordenador abierto y fuera de su sitio casi hizo que se desmayara.
—No... tú... ¿mi portátil?
______ lo miró del mismo modo que él miraría a un perro que se hubiera comido sus entradas para asistir a la Super Bowl. Cogió el ordenador y lo miró del derecho y del revés para asegurarse de que estaba bien.
—¡Tenías las manos pegajosas! ¡Oh, Dios!
Bueno, se había comido uno o dos donuts mientras esperaba a que le preparasen lo que había pedido.
______ cogió una de sus toallitas antibacterianas y se sentó en la cama, de espaldas a él, para limpiar el portátil.
Nick no podía dejar de mirar fascinado lo que ______ estaba haciendo, el subir y bajar de su espalda con cada bocanada de aire que tomaba para tratar de calmarse.
Tras ver que el demonio no había estropeado nada, volvió a dejar el ordenador en el escritorio, en línea recta con el móvil, y luego eliminó las arrugas del edredón en el lugar donde se había sentado.
—Mira, Nicholas —dijo ella, desviando de nuevo la vista hacia el ordenador. Corrió hacia allí para moverlo un milímetro hacia la derecha y volvió a empezar. —Mira, Nicholas, ayer por la noche estaba demasiado atónita como para reaccionar entre la mitad de cosas que hiciste. Ahora ya no. No podrás seguir tratándome como hasta ahora.
—Ah. ¿Te refieres a lo de salvarte la vida y conducir toda la noche mientras tú dormías?
—Me refiero a lo de tocar mi ordenador. Eso no... no ha estado bien. No estoy diciendo que no puedas usarlo, no me importa dejártelo, pero tengo que darte de alta como usuario, y asegurarme de que sabes utilizarlo como es debido.
—No me he descargado webs porno ni nada por el estilo. —«Ni se me ha pasado por la cabeza». —Sólo he buscado en Google un par de cosas y he revisado la ruta siguiente.
—Bueno, lo del portátil no es lo único que quería comentarte. No puedes seguir desvistiéndome mientras duermo, ni tampoco puedes entrar en la ducha cuando yo estoy en ella. Ni llamarme con todos esos nombres machistas.
—¿Te refieres a mis motes cariñosos? ¿Qué tienen de malo?
—Son insultantes.
El negó con la cabeza con convicción.
—Ah no, eso sí que no. Es sólo una costumbre. Así es como los machos de mi especie hablan a las hembras. Les ponemos motes específicos.
—¿Como cuáles?
—Como princesa o cariño. Yo sólo llamo así a las hembras que me gustan. —A la hembra que le gustaba de verdad, a la que consideraba suya. En otras palabras, nunca antes había utilizado esas palabras. —Si una no me interesa, no la llamo de ningún modo.
—¿Y eso hace que esté bien? ¿Se supone que tengo que sentirme honrada de que me llames «princesa»?
—Yo confiaba en que te sintieras halagada, pero ya veo que eres dura de roer, princesa.
—Me sentiría mucho más halagada si respetaras mi intimidad.
—Vamos a pasarnos juntos al menos dos semanas. Lo de respetar la intimidad requeriría demasiado esfuerzo para ambos, y terminaría por ser absurdo.
Ella se mordió el labio inferior al ver que no podía discutir tal afirmación.
—Está bien, ¿y qué me dices de los tacos? ¿Es necesario que seas tan mal hablado?
—Llevo utilizando esas palabras desde antes de que los humanos decidierais que eran «tacos». —Empezó a sacar la comida de la bolsa.
—Son expresiones que resultan muy ofensivas para los que hemos aprendido a no utilizarlas... —Se quedó a medias. —¿Eso son galletas de avena?
—Sí.
—¿Con miel?
—Por supuesto.
Nick sabía que a ______ se le estaba haciendo la boca agua. —¿No tenían zumo de naranja?
—Sí tenían.
El demonio cogió otra bolsa y sacó un paquete de cereales, una cucharilla embolsada, un tetrabrik de leche y uno de zumo de naranja.
—Todo empaquetado —dijo ella frunciendo el cejo. —¿Durante cuánto tiempo me has estado observando exactamente, Nicholas?
—Durante el suficiente como para saber qué es lo que te gusta comer, y lo que vas a comer ahora...
Última edición por Luciana. el Lun 16 Abr 2012, 12:25 pm, editado 2 veces
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