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"El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
aaaquiii aiii gato encerradooooooo...
porfaaa nick no desconfies de tu esposaaaaaa...
siguelaaaa necesto otro capiiiisss
porfaaa nick no desconfies de tu esposaaaaaa...
siguelaaaa necesto otro capiiiisss
chelis
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
capi
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Florjudith96
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
olaaaa niñas siento subir cap tan tarde :oops: pero esq he estado leyendo un libro super interesante y ahhhh!!! se me fue el tiempo volando!! :P
chicas lei sus comentarios y dejenme decirles q no estan tan ekivocadas eeeee :¬w¬: van por muy buen camino... pero yo no les dire nada! si no ya no tendria chiste :yonofui: lo siento pero tendran q esperar!! son libres de expresar lo q kieran porq los cap q vienen..... ya mejor subo cap no kiero hablar de mas!! ;) q lo disfruten!!! las kiero :hug:
—Esos artículos se pueden comprar en cualquier parte. No creo que tengan ningún valor testimonial. —Galen tragó saliva, visiblemente angustiado. —Señor Carrey, mis abogados examinaron de forma exhaustiva los documentos que recibí del capitán Carrington y verificaron rigurosamente su autenticidad. Si el señor Strait desea comunicarme algún error, lo escucharé encantado. —No le pasó por alto el parpadeo de los ojos de Carrey al oír nombrar al señor Strait. —Hasta entonces, cualquier cosa que me traiga, incluidas sus baratijas, no serán para mi más que un lamentable intento de estafarme. Le agradecería que saliese de mi casa inmediatamente —añadió con serenidad.
—Nicholas, creo que esto es cosa de mi padre, no de Galen —dijo ____ con un hilo de voz.
Nicholas no podía creer lo que estaba oyendo: ____ defendía a aquel bastardo. Se le empezó a helar la sangre; le costaba contener el deseo de estrangular a Carrey. Y a ____, ¡cielo santo! los últimos meses no habían sido una mentira, de eso estaba convencido, ¿o no? ¿Podía haberlo engañado tanto? Se le encogió el pecho de pensarlo, luego la miro con frialdad.
—Ahora hablaré contigo —le replicó muy seco, luego se volvió hacia Galen. —Márchese inmediatamente.
Éste se aparto del sofá.
—Es evidente que necesita tiempo para asimilar las desafortunadas noticias que traigo. Como es lógico, querrá recibir los documentos —dijo mientras se encaminaba a la puerta. Se detuvo y sonrió tranquilizador a ____. —Le daré mi dirección al mayordomo. En cualquier caso, vendré a verte en unos días, pequeña.
Las palabras afectuosas de Galen a su esposa lo recorrieron como una bala; apretó los puños junto a los costados. Entonces se colocó delante de ____ para que éste no pudiera verla.
—No visitará a mi esposa bajo ninguna circunstancia, señor Carrey. ¡Márchese ya!
Mirando por última vez a ____, el joven salió por la puerta.
El silencio que siguió a la salida de Galen era casi ensordecedor. ____ le tocó la manga a Nicholas, pero él se apartó de ella. Su leve sollozo no lo hizo recular. Su gesto frío e inmutable ocultaba un torbellino de turbias emociones.
—Me mentiste. Te pregunté quién era. Me dijiste que era un grumete del Dancing Maiden, no tu primo besucón.
____ sintió miedo y remordimiento, la mirada gélida de Nicholas exploraba con descaro su rostro.
—No te mentí, no te conté...
— ¿Toda la verdad?
____ hizo una mueca, consciente de lo horrible que parecía todo.
—No podía contártela entonces —espetó. —Le avergonzaba... —Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera darse cuenta de que estaba cavando su propia fosa. Necesitaba pensar, ordenar sus ideas y recobrar la calma para poder explicárselo todo de forma coherente.
— ¿Qué decías, pequeña? —le soltó él. — ¿Que le avergonzaba presentarse a mí? ¿Por qué? ¿Porque habría sido de muy mal gusto hacerlo antes de estafarme?
—No, no—respondió ____ con voz áspera. —N-no... No tenía trabajo —señaló sin convicción, aturdida.
Terriblemente alterada por la última traición de su padre y la indignación de Nicholas, se sentía completamente incapaz de explicarse. Era evidente que sus respuestas no estaban contribuyendo a tranquilizarlo en absoluto. Si era posible que el rostro de un hombre se endureciese aún más, el de Nicholas lo hizo
—Supongo que sus cartas te ilustrarían mucho en ese aspecto —dijo él con voz grave. Antes de que ____ pudiese responder, dio media vuelta y se aparró de ella. —Creo que deberías retirarte a tu cuarto.
Aterrada, ____ buscó un modo de explicarse. ¡Cielos, estaba confundida! Podía estropearlo todo, empeorarlo aún más. Pero no podía dejar las cosas así. En contra de toda lógica, dio un paso adelante.
—Nicholas, ¡escúchame, por favor! Galen no me habló del otro testamento. Sólo me dijo que esperaba noticias importantes, un puesto en un buque mercante. No quería presentarse porque no se sentía... competente —espetó. —Yo respeté sus deseos... ¡por el amor de Dios, es mi primo!
—Eso es lo que tendrías que haberme dicho cuando te pregunté —le contestó Nicholas con frialdad.
Se acercó al aparador y se sirvió un whisky, de espaldas a ____. No le creía. ¡Cielo santo!, no le creía. Cerró los ojos y, con todo el dolor de su corazón, decidió en aquel mismo instante que, mientras no lograra tranquilizarse y ordenar sus ideas, estaba haciendo más mal que bien.
—Estás disgustado, y yo también. Es una noticia difícil de digerir, para los dos —se oyó decir. Su marido la miró por encima del hombro con un desdén que la hizo sonrojarse. —Prefiero esperar a que podamos hablarlo racionalmente —añadió con la voz rota, luego dio media vuelta y se dirigió a la puerta con paso vacilante. Se detuvo en el umbral para echar un vistazo a la espalda rígida de Nicholas antes de subir corriendo a refugiarse en su cuarto.
Este miró por la ventana, cogiendo el vaso de whisky con todas sus fuerzas, presa de un conflicto interno de emociones. En ningún momento se le había pasado por la cabeza que Galen Carrey pudiese estar diciendo la verdad; sencillamente, resultaba demasiado descabellado. Lo único que se le ocurría era que los ojos de ____ no mentían. ¡Ella no mentía, maldita sea!
Pero le había mentido en la cara.
Y le había ocultado que se escribía con Galen. ¿Cómo podía haberle hecho eso? ¿Habría sido capaz de confabularse con su primo para desplumarlo? ¿Podría haber mantenido una mentira así durante los últimos meses? De pie en el centro de la estancia, sopesó aquel pensamiento. Recordó todas sus conversaciones, las noches que habían pasado en su inmensa cama, los paseos por Blessing Park, las comidas... En ningún momento, jamás, le había demostrado otra cosa que no fuesen una estima y un cariño genuinos. Ella nunca había cambiado de actitud.
No, sencillamente no podía ser verdad.
Se acercó aprisa a una silla y se dejó caer pesadamente en ella, mirando el líquido ámbar que agitaba en el vaso. Podría ser verdad.
¿Podría haberse equivocado tanto con ella? ¿Tanto podría haberlo engañado? ¿Habría malinterpretado sus reacciones en la cama o las miradas de sus ojos violeta cada vez que se encontraban con los suyos? ¡Maldita sea, le había dicho que lo amaba! Y él se lo había tragado como el rio se traga las piedras arrojadas a él. Por todos los santos, jamás, en sus treinta y un años de vida, había sido víctima de los encantos de una mujer. ¡Ni una sola vez! ¿Cómo podría haber sido tan incauto de pronto? Sin duda era posible.
Recordó con amargura la noche en que ella se percató de que Carrington le había mentido. No podría haberse fingido tan destrozada. ¿O acaso era tan buena actriz como las de Drury Lane? Nicholas dejó de mirar el vaso y posó la vista en la mesa donde se encontraban el testamento y los gemelos. Se irguió y. alargando el brazo, cogió uno de ellos y lo examinó detenidamente. Cuando volvió a dejarlo en su sitio, reparó en la muñeca tirada de cualquier manera en una silla, junto a la ventana. Aquel juguete le trajo un vago recuerdo. La miró fijamente, pestañeando, hasta que cayó en la cuenta. De dos zancadas, se plantó al lado de la silla.
En cuanto la cogió, supo con toda seguridad que Galen Carrey era un fraude, la muñeca era una réplica de una que ____ había llevado consigo durante más de diez años. ¿Cómo iba a olvidar el vestidito de cuadros que él mismo había roto? Le levantó la falda a la muñeca de pelo rizado. Llevaba braguitas, como las que él había destrozado para hacerle unos pantalones cortos.
Una sensación desagradable le recorrió el cuerpo entero mientras miraba el juguete que tenía en la mano. «Me acuerdo de un chico mayor que me mortificaba y que, por cierto, decapitó a la única muñeca que tuve durante toda mi infancia.» ____ se lo había dicho así el día que había llegado a Blessing Park. Soltó la muñeca y fue corriendo a tocar la campana del servicio.
Jones apareció casi instantáneamente.
—Hay un baúl de piel en el ático —dijo Nicholas con brusquedad. Que lo lleven a mi habitación inmediatamente. Ve a buscar a Sebastián y que envíe un mensajero a Blessing Park. Quiero ver a Withers aquí a primera hora de la mañana. —Dicho esto, pasó por delante del perplejo mayordomo y se dirigió a su cuarto.
Cuando le subieron el baúl, Nicholas levantó de golpe la tapa y miro dentro. Estaba repleto de objetos de su juventud. Los ignoró y hurgó a fondo en busca de aquel artículo ya olvidado. Tras apartar un cuchillo oxidado, un par de pesadas botas ya cuarteadas y un ajado sombrero, encontró lo que buscaba. Allí, al fondo del baúl, enterrada bajo algunas ropas viejas, estaba la muñequita que él mismo había vestido de pirata. Era la misma que él había manipulado después de arrancarle la cabeza en un arrebato, la misma que había querido devolverle a la niña afligida al verla peinar las cubiertas en busca de su juguete roto. Pero Carrington la había mandado a Roma antes de que pudiese devolvérsela. Ignoraba por qué la había guardado tantos años.
Se sentó al borde de la cama y contempló la muñeca que tenía en las manos. Todo empezaba a tener sentido, o al menos eso era lo que quería creer.
Galen Carrey, o quien hubiese detrás de él, intentaba destruirlo. De pronto sintió la necesidad de hablar con Joe. Se levantó de golpe, dejó la muñeca pirata tirada en la cama, se enfundó a toda prisa una chaqueta de caza, bajó corriendo la escalera y pidió que le prepararan su caballo.
Encontró a Joe en White's y le hizo interrumpir su partida de cartas. Éste protestó mucho (iba ganando, por una vez), pero Nicholas ignoró sus objeciones y se lo llevó a una sala privada de la parte trasera. Su amigo se sentó, furioso, pero, en cuanto él empezó a contarte la increíble historia, vio que se le ponían los ojos como platos y luego se le fruncían de recelo. Según fue asimilando las palabras de Nicholas, Joe empezó a negar despacio con la cabeza.
— ¿Qué crees tú, Darfield? —le preguntó en voz baja.
Éste suspiró y se pasó la mano por los rizos oscuros mientras miraba pensativo a Hunt.
—No sé. El testamento es una falsificación, me apostaría la vida. Ese supuesto primo suyo estaba un poco nervioso, y me pregunto si habrá alguien más detrás de esto, alguien como Routier.
Joe suspiró desalentado. Nicholas vio a su amigo meditar los hechos. Su lealtad para con él era una de sus cualidades más admirables, algo en lo que había confiado en numerosas ocasiones. Sin embargo, hasta aquel preciso ínstame, no se había dado cuenta de lo importante que era para él.
— ¿Y ____? —preguntó Joe con cautela.
Nicholas se encogió de hombros y miró la copa de coñac que le habían servido.
—Me cuesta creer que haya podido maquinar una argucia semejante. Esa mujer es incapaz de ocultar una sola emoción, menos aún un engaño tal que se viera obligada a fingir...
Nicholas se interrumpió antes de decir que habría tenido que fingir en la cama, en sus brazos, a su mesa... Pero no hizo falta, porque Joe supo en seguida lo que estaba pensando, y asintió despacio con la cabeza.
—Sí, pero no puedo evitar pensar...
— ¿Qué? —lo instó Nicholas.
Joe volvió a suspirar y lo miró a los ojos.
—Piénsalo bien, Nicholas. Obviamente lo conoce hace muchos años y, a pesar de haberse escrito con él, te mintió sobre su identidad. Supón solamente que entre ese tal Carrey y ella hubiese algo y quisieran estar juntos, eso explicarla su mentira y el abrazo que presenciaste. —El marqués notó que se encendía. —Nicholas —prosiguió Joe, muy tenso, —tú eres mi mejor amigo. Créeme, a mí me desagrada la idea tanto como a ti, pero ten en cuenta que apenas hace tres meses que la conoces. No sería la primera vez que te conviertes en blanco de una vil maquinación.
Nicholas entendió el rumbo que tomaban los pensamientos de su amigo, y el corazón, incrédulo, empezó a golpearle con fuerza el pecho.
— ¿Y qué me dices del disparo? —protestó Nicholas.
Joe se encogió de hombros.
—A lo mejor no tiene nada que ver con esto y fue sólo un accidente. Claro que quizá alguien quería verte muerto, alguien como Carrey. Para ellos sería mucho más fácil hacerse con una fortuna si te quitaban de en medio —señaló.
Nicholas aparto la mirada, recordando aquel día. Se había sentido orgulloso de ____ por no asustarse y ponerse histérica. ¿Sería porque estaba sobre aviso? ¿Esperaba que lo mataran de un tiro? La sola idea le resultaba destiladora; ¡por favor, no podía haberlo engañado tanto!
—Yo creo que Routier tiene algo que ver con todo esto. No hace falta que te recuerde que ha jurado arruinarme en público más de una vez —insistió.
—Puede —coincidió Joe sin convencimiento.
—Vamos, hombre —resolló Nicholas. —Aparte de matarme, ¿qué podría haber creído ella que iba a ganar?
—No lo sé —respondió su amigo meditabundo. —Sólo sé que ella era consciente de que perdía la herencia si no se casaba contigo. Si lo hacía, al menos si lo hacía, mejoraban las posibilidades de conseguir algo. Y, a pesar de lo mucho que te empeñaste en convencerla de lo contrario, ella no quiso echarse atrás cuando le concediste la oportunidad. Nicholas, si ella y Carrey querían estar juntos, el único modo de conseguirlo era un contrato malintencionado. Quizá lo planearon juntos. A lo mejor él quería quitarte de en medio. Puede que tuviesen previsto desplumarte. Pero no negarás que todo parece indicar que es muy posible que ella esté implicada.
El argumento de Joe se hacía eco de los peores temores de Nicholas, pero aun así no acababa de creérselo. Tenía que haber otra explicación, pensó, negando enérgicamente con la cabeza.
—Es cosa de Routier, estoy convencido. Puede que ____ me haya mentido sobre su primo, pero sé que ella no fue cómplice del intento de asesinato, Joe. Quizá sea la amante de un imbécil, pero no es una asesina. No, esto es cosa de Routier.
Lord Hunt asintió pensativo.
—No voy a negar que Routier haría cualquier cosa por verte arruinado, pero piensa en esto: él no podía saber cómo era la muñeca; ____ sí.
Nicholas inspiró hondo; eso no se le había ocurrido. Pero Carrey podía saber el aspecto que tenía la condenada muñeca, igual que otra media docena de marineros. Pintaba mal, muy mal, pero se negaba a creer que ella lo hubiese traicionado así. No quería creerlo, y mucho menos sin pruebas.
— ¿Qué piensas hacer? —preguntó Joe sereno
—Localizar a Strait —respondió Nicholas con amargura.
Hasta que no hablase con el abogado, no sabía qué creer. Apuró el coñac para deshacer el nudo que se le había hecho en el estómago.
chicas lei sus comentarios y dejenme decirles q no estan tan ekivocadas eeeee :¬w¬: van por muy buen camino... pero yo no les dire nada! si no ya no tendria chiste :yonofui: lo siento pero tendran q esperar!! son libres de expresar lo q kieran porq los cap q vienen..... ya mejor subo cap no kiero hablar de mas!! ;) q lo disfruten!!! las kiero :hug:
—Esos artículos se pueden comprar en cualquier parte. No creo que tengan ningún valor testimonial. —Galen tragó saliva, visiblemente angustiado. —Señor Carrey, mis abogados examinaron de forma exhaustiva los documentos que recibí del capitán Carrington y verificaron rigurosamente su autenticidad. Si el señor Strait desea comunicarme algún error, lo escucharé encantado. —No le pasó por alto el parpadeo de los ojos de Carrey al oír nombrar al señor Strait. —Hasta entonces, cualquier cosa que me traiga, incluidas sus baratijas, no serán para mi más que un lamentable intento de estafarme. Le agradecería que saliese de mi casa inmediatamente —añadió con serenidad.
—Nicholas, creo que esto es cosa de mi padre, no de Galen —dijo ____ con un hilo de voz.
Nicholas no podía creer lo que estaba oyendo: ____ defendía a aquel bastardo. Se le empezó a helar la sangre; le costaba contener el deseo de estrangular a Carrey. Y a ____, ¡cielo santo! los últimos meses no habían sido una mentira, de eso estaba convencido, ¿o no? ¿Podía haberlo engañado tanto? Se le encogió el pecho de pensarlo, luego la miro con frialdad.
—Ahora hablaré contigo —le replicó muy seco, luego se volvió hacia Galen. —Márchese inmediatamente.
Éste se aparto del sofá.
—Es evidente que necesita tiempo para asimilar las desafortunadas noticias que traigo. Como es lógico, querrá recibir los documentos —dijo mientras se encaminaba a la puerta. Se detuvo y sonrió tranquilizador a ____. —Le daré mi dirección al mayordomo. En cualquier caso, vendré a verte en unos días, pequeña.
Las palabras afectuosas de Galen a su esposa lo recorrieron como una bala; apretó los puños junto a los costados. Entonces se colocó delante de ____ para que éste no pudiera verla.
—No visitará a mi esposa bajo ninguna circunstancia, señor Carrey. ¡Márchese ya!
Mirando por última vez a ____, el joven salió por la puerta.
El silencio que siguió a la salida de Galen era casi ensordecedor. ____ le tocó la manga a Nicholas, pero él se apartó de ella. Su leve sollozo no lo hizo recular. Su gesto frío e inmutable ocultaba un torbellino de turbias emociones.
—Me mentiste. Te pregunté quién era. Me dijiste que era un grumete del Dancing Maiden, no tu primo besucón.
____ sintió miedo y remordimiento, la mirada gélida de Nicholas exploraba con descaro su rostro.
—No te mentí, no te conté...
— ¿Toda la verdad?
____ hizo una mueca, consciente de lo horrible que parecía todo.
—No podía contártela entonces —espetó. —Le avergonzaba... —Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera darse cuenta de que estaba cavando su propia fosa. Necesitaba pensar, ordenar sus ideas y recobrar la calma para poder explicárselo todo de forma coherente.
— ¿Qué decías, pequeña? —le soltó él. — ¿Que le avergonzaba presentarse a mí? ¿Por qué? ¿Porque habría sido de muy mal gusto hacerlo antes de estafarme?
—No, no—respondió ____ con voz áspera. —N-no... No tenía trabajo —señaló sin convicción, aturdida.
Terriblemente alterada por la última traición de su padre y la indignación de Nicholas, se sentía completamente incapaz de explicarse. Era evidente que sus respuestas no estaban contribuyendo a tranquilizarlo en absoluto. Si era posible que el rostro de un hombre se endureciese aún más, el de Nicholas lo hizo
—Supongo que sus cartas te ilustrarían mucho en ese aspecto —dijo él con voz grave. Antes de que ____ pudiese responder, dio media vuelta y se aparró de ella. —Creo que deberías retirarte a tu cuarto.
Aterrada, ____ buscó un modo de explicarse. ¡Cielos, estaba confundida! Podía estropearlo todo, empeorarlo aún más. Pero no podía dejar las cosas así. En contra de toda lógica, dio un paso adelante.
—Nicholas, ¡escúchame, por favor! Galen no me habló del otro testamento. Sólo me dijo que esperaba noticias importantes, un puesto en un buque mercante. No quería presentarse porque no se sentía... competente —espetó. —Yo respeté sus deseos... ¡por el amor de Dios, es mi primo!
—Eso es lo que tendrías que haberme dicho cuando te pregunté —le contestó Nicholas con frialdad.
Se acercó al aparador y se sirvió un whisky, de espaldas a ____. No le creía. ¡Cielo santo!, no le creía. Cerró los ojos y, con todo el dolor de su corazón, decidió en aquel mismo instante que, mientras no lograra tranquilizarse y ordenar sus ideas, estaba haciendo más mal que bien.
—Estás disgustado, y yo también. Es una noticia difícil de digerir, para los dos —se oyó decir. Su marido la miró por encima del hombro con un desdén que la hizo sonrojarse. —Prefiero esperar a que podamos hablarlo racionalmente —añadió con la voz rota, luego dio media vuelta y se dirigió a la puerta con paso vacilante. Se detuvo en el umbral para echar un vistazo a la espalda rígida de Nicholas antes de subir corriendo a refugiarse en su cuarto.
Este miró por la ventana, cogiendo el vaso de whisky con todas sus fuerzas, presa de un conflicto interno de emociones. En ningún momento se le había pasado por la cabeza que Galen Carrey pudiese estar diciendo la verdad; sencillamente, resultaba demasiado descabellado. Lo único que se le ocurría era que los ojos de ____ no mentían. ¡Ella no mentía, maldita sea!
Pero le había mentido en la cara.
Y le había ocultado que se escribía con Galen. ¿Cómo podía haberle hecho eso? ¿Habría sido capaz de confabularse con su primo para desplumarlo? ¿Podría haber mantenido una mentira así durante los últimos meses? De pie en el centro de la estancia, sopesó aquel pensamiento. Recordó todas sus conversaciones, las noches que habían pasado en su inmensa cama, los paseos por Blessing Park, las comidas... En ningún momento, jamás, le había demostrado otra cosa que no fuesen una estima y un cariño genuinos. Ella nunca había cambiado de actitud.
No, sencillamente no podía ser verdad.
Se acercó aprisa a una silla y se dejó caer pesadamente en ella, mirando el líquido ámbar que agitaba en el vaso. Podría ser verdad.
¿Podría haberse equivocado tanto con ella? ¿Tanto podría haberlo engañado? ¿Habría malinterpretado sus reacciones en la cama o las miradas de sus ojos violeta cada vez que se encontraban con los suyos? ¡Maldita sea, le había dicho que lo amaba! Y él se lo había tragado como el rio se traga las piedras arrojadas a él. Por todos los santos, jamás, en sus treinta y un años de vida, había sido víctima de los encantos de una mujer. ¡Ni una sola vez! ¿Cómo podría haber sido tan incauto de pronto? Sin duda era posible.
Recordó con amargura la noche en que ella se percató de que Carrington le había mentido. No podría haberse fingido tan destrozada. ¿O acaso era tan buena actriz como las de Drury Lane? Nicholas dejó de mirar el vaso y posó la vista en la mesa donde se encontraban el testamento y los gemelos. Se irguió y. alargando el brazo, cogió uno de ellos y lo examinó detenidamente. Cuando volvió a dejarlo en su sitio, reparó en la muñeca tirada de cualquier manera en una silla, junto a la ventana. Aquel juguete le trajo un vago recuerdo. La miró fijamente, pestañeando, hasta que cayó en la cuenta. De dos zancadas, se plantó al lado de la silla.
En cuanto la cogió, supo con toda seguridad que Galen Carrey era un fraude, la muñeca era una réplica de una que ____ había llevado consigo durante más de diez años. ¿Cómo iba a olvidar el vestidito de cuadros que él mismo había roto? Le levantó la falda a la muñeca de pelo rizado. Llevaba braguitas, como las que él había destrozado para hacerle unos pantalones cortos.
Una sensación desagradable le recorrió el cuerpo entero mientras miraba el juguete que tenía en la mano. «Me acuerdo de un chico mayor que me mortificaba y que, por cierto, decapitó a la única muñeca que tuve durante toda mi infancia.» ____ se lo había dicho así el día que había llegado a Blessing Park. Soltó la muñeca y fue corriendo a tocar la campana del servicio.
Jones apareció casi instantáneamente.
—Hay un baúl de piel en el ático —dijo Nicholas con brusquedad. Que lo lleven a mi habitación inmediatamente. Ve a buscar a Sebastián y que envíe un mensajero a Blessing Park. Quiero ver a Withers aquí a primera hora de la mañana. —Dicho esto, pasó por delante del perplejo mayordomo y se dirigió a su cuarto.
Cuando le subieron el baúl, Nicholas levantó de golpe la tapa y miro dentro. Estaba repleto de objetos de su juventud. Los ignoró y hurgó a fondo en busca de aquel artículo ya olvidado. Tras apartar un cuchillo oxidado, un par de pesadas botas ya cuarteadas y un ajado sombrero, encontró lo que buscaba. Allí, al fondo del baúl, enterrada bajo algunas ropas viejas, estaba la muñequita que él mismo había vestido de pirata. Era la misma que él había manipulado después de arrancarle la cabeza en un arrebato, la misma que había querido devolverle a la niña afligida al verla peinar las cubiertas en busca de su juguete roto. Pero Carrington la había mandado a Roma antes de que pudiese devolvérsela. Ignoraba por qué la había guardado tantos años.
Se sentó al borde de la cama y contempló la muñeca que tenía en las manos. Todo empezaba a tener sentido, o al menos eso era lo que quería creer.
Galen Carrey, o quien hubiese detrás de él, intentaba destruirlo. De pronto sintió la necesidad de hablar con Joe. Se levantó de golpe, dejó la muñeca pirata tirada en la cama, se enfundó a toda prisa una chaqueta de caza, bajó corriendo la escalera y pidió que le prepararan su caballo.
Encontró a Joe en White's y le hizo interrumpir su partida de cartas. Éste protestó mucho (iba ganando, por una vez), pero Nicholas ignoró sus objeciones y se lo llevó a una sala privada de la parte trasera. Su amigo se sentó, furioso, pero, en cuanto él empezó a contarte la increíble historia, vio que se le ponían los ojos como platos y luego se le fruncían de recelo. Según fue asimilando las palabras de Nicholas, Joe empezó a negar despacio con la cabeza.
— ¿Qué crees tú, Darfield? —le preguntó en voz baja.
Éste suspiró y se pasó la mano por los rizos oscuros mientras miraba pensativo a Hunt.
—No sé. El testamento es una falsificación, me apostaría la vida. Ese supuesto primo suyo estaba un poco nervioso, y me pregunto si habrá alguien más detrás de esto, alguien como Routier.
Joe suspiró desalentado. Nicholas vio a su amigo meditar los hechos. Su lealtad para con él era una de sus cualidades más admirables, algo en lo que había confiado en numerosas ocasiones. Sin embargo, hasta aquel preciso ínstame, no se había dado cuenta de lo importante que era para él.
— ¿Y ____? —preguntó Joe con cautela.
Nicholas se encogió de hombros y miró la copa de coñac que le habían servido.
—Me cuesta creer que haya podido maquinar una argucia semejante. Esa mujer es incapaz de ocultar una sola emoción, menos aún un engaño tal que se viera obligada a fingir...
Nicholas se interrumpió antes de decir que habría tenido que fingir en la cama, en sus brazos, a su mesa... Pero no hizo falta, porque Joe supo en seguida lo que estaba pensando, y asintió despacio con la cabeza.
—Sí, pero no puedo evitar pensar...
— ¿Qué? —lo instó Nicholas.
Joe volvió a suspirar y lo miró a los ojos.
—Piénsalo bien, Nicholas. Obviamente lo conoce hace muchos años y, a pesar de haberse escrito con él, te mintió sobre su identidad. Supón solamente que entre ese tal Carrey y ella hubiese algo y quisieran estar juntos, eso explicarla su mentira y el abrazo que presenciaste. —El marqués notó que se encendía. —Nicholas —prosiguió Joe, muy tenso, —tú eres mi mejor amigo. Créeme, a mí me desagrada la idea tanto como a ti, pero ten en cuenta que apenas hace tres meses que la conoces. No sería la primera vez que te conviertes en blanco de una vil maquinación.
Nicholas entendió el rumbo que tomaban los pensamientos de su amigo, y el corazón, incrédulo, empezó a golpearle con fuerza el pecho.
— ¿Y qué me dices del disparo? —protestó Nicholas.
Joe se encogió de hombros.
—A lo mejor no tiene nada que ver con esto y fue sólo un accidente. Claro que quizá alguien quería verte muerto, alguien como Carrey. Para ellos sería mucho más fácil hacerse con una fortuna si te quitaban de en medio —señaló.
Nicholas aparto la mirada, recordando aquel día. Se había sentido orgulloso de ____ por no asustarse y ponerse histérica. ¿Sería porque estaba sobre aviso? ¿Esperaba que lo mataran de un tiro? La sola idea le resultaba destiladora; ¡por favor, no podía haberlo engañado tanto!
—Yo creo que Routier tiene algo que ver con todo esto. No hace falta que te recuerde que ha jurado arruinarme en público más de una vez —insistió.
—Puede —coincidió Joe sin convencimiento.
—Vamos, hombre —resolló Nicholas. —Aparte de matarme, ¿qué podría haber creído ella que iba a ganar?
—No lo sé —respondió su amigo meditabundo. —Sólo sé que ella era consciente de que perdía la herencia si no se casaba contigo. Si lo hacía, al menos si lo hacía, mejoraban las posibilidades de conseguir algo. Y, a pesar de lo mucho que te empeñaste en convencerla de lo contrario, ella no quiso echarse atrás cuando le concediste la oportunidad. Nicholas, si ella y Carrey querían estar juntos, el único modo de conseguirlo era un contrato malintencionado. Quizá lo planearon juntos. A lo mejor él quería quitarte de en medio. Puede que tuviesen previsto desplumarte. Pero no negarás que todo parece indicar que es muy posible que ella esté implicada.
El argumento de Joe se hacía eco de los peores temores de Nicholas, pero aun así no acababa de creérselo. Tenía que haber otra explicación, pensó, negando enérgicamente con la cabeza.
—Es cosa de Routier, estoy convencido. Puede que ____ me haya mentido sobre su primo, pero sé que ella no fue cómplice del intento de asesinato, Joe. Quizá sea la amante de un imbécil, pero no es una asesina. No, esto es cosa de Routier.
Lord Hunt asintió pensativo.
—No voy a negar que Routier haría cualquier cosa por verte arruinado, pero piensa en esto: él no podía saber cómo era la muñeca; ____ sí.
Nicholas inspiró hondo; eso no se le había ocurrido. Pero Carrey podía saber el aspecto que tenía la condenada muñeca, igual que otra media docena de marineros. Pintaba mal, muy mal, pero se negaba a creer que ella lo hubiese traicionado así. No quería creerlo, y mucho menos sin pruebas.
— ¿Qué piensas hacer? —preguntó Joe sereno
—Localizar a Strait —respondió Nicholas con amargura.
Hasta que no hablase con el abogado, no sabía qué creer. Apuró el coñac para deshacer el nudo que se le había hecho en el estómago.
Andrea P. Jonas:)
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
u.u se armo la goda!! :S jajajaja - Ojala que Nick no dudce de la rayis :(
Siguela prontooooooo!! :D
Siguela prontooooooo!! :D
Florjudith96
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
LO SABIA!!!! SABIA QUE NICHOLAS TENIA LA MUÑECA!
PERO AHORA Q SALE GALEN...
NO,NO PUEDE DESCONFIAR ASI DE LA RAYIS,NO,NO...
ESTA SUPERHIPERMEGAWOW! EL CAP!!!
SIGUELA!!!!
PERO AHORA Q SALE GALEN...
NO,NO PUEDE DESCONFIAR ASI DE LA RAYIS,NO,NO...
ESTA SUPERHIPERMEGAWOW! EL CAP!!!
SIGUELA!!!!
Just Me! Melissa! :)
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
Bueno este capitulo explica mi pregunta de la muñeca jaja, dios estoy indignada como pueden sospechar de ______ es un pan de dios la chica -.- hombres, no pueden ver una mujer inocente que ya le buscan la vuelta afff, que ganas de pegarle unos cachetasos a Nick y Joe .
Flor
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
chicas pasen por esta nove :
https://onlywn.activoforo.com/t7407-ensename-a-olvidar-nick
SUBEE CAPIII!!
https://onlywn.activoforo.com/t7407-ensename-a-olvidar-nick
SUBEE CAPIII!!
Florjudith96
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
creeeeeelllleeee a elllaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!
porfaaaaaaaa y joe por que piensa asi de ellllaaaa????
aaaaiiii porfaaaa pon otro capis
porfaaaaaaaa y joe por que piensa asi de ellllaaaa????
aaaaiiii porfaaaa pon otro capis
chelis
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
Lo se, lo se.. me desaparecí muchísimo :(
perdón!!!!
cuando te fijes en mi respuesta (la de mi novela) sabrás.. perdón pero es que me da flojera escribir lo mismo una y otra vez xD
¿Sabes? Nunca me cayo bien ese primo de la rayis... se esconde algo ¬¬
lo sospecho con mi sexto sentido de lectora 8) :P
Nick es un idiota -.- ¡¡¿COMO NO VA A CREER EN LA RAYIS?!!!! :caliente2:
OJALA QUE LA RAYIS SE PONGA FIRME Y LO HAGA SUFRIR POR SU DESCONFIANZA ¬¬
idiota tenias que ser Nicholas -.-
me sobrepase un poquito :S pero ojala la rayis me haga caso ¬¬
por cierto. COMO ES ESO DE QUE FALTA POCO PARA QUE TERMINE LA NOVE!!!! :pale: :affraid: :pale: :crybaby:
NO LA TERMINES!!! :( O SI PERO NO.. ok, esto es confuso :/
CAP, CAP, CAP!!! :D
besiitos!!
te quiero herma-amiga! :)
perdón!!!!
cuando te fijes en mi respuesta (la de mi novela) sabrás.. perdón pero es que me da flojera escribir lo mismo una y otra vez xD
¿Sabes? Nunca me cayo bien ese primo de la rayis... se esconde algo ¬¬
lo sospecho con mi sexto sentido de lectora 8) :P
Nick es un idiota -.- ¡¡¿COMO NO VA A CREER EN LA RAYIS?!!!! :caliente2:
OJALA QUE LA RAYIS SE PONGA FIRME Y LO HAGA SUFRIR POR SU DESCONFIANZA ¬¬
idiota tenias que ser Nicholas -.-
me sobrepase un poquito :S pero ojala la rayis me haga caso ¬¬
por cierto. COMO ES ESO DE QUE FALTA POCO PARA QUE TERMINE LA NOVE!!!! :pale: :affraid: :pale: :crybaby:
NO LA TERMINES!!! :( O SI PERO NO.. ok, esto es confuso :/
CAP, CAP, CAP!!! :D
besiitos!!
te quiero herma-amiga! :)
valenlizzie
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
esperamos capi please sube prontooo!! :D
Florjudith96
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
pasen por mi nove girls please... soy nueva en esto por fiss
https://onlywn.activoforo.com/t9079-en-busca-de-la-razon-1-temporada-terminada#676627
https://onlywn.activoforo.com/t9079-en-busca-de-la-razon-1-temporada-terminada#676627
Nixa
Re: "El diablo enamorado"(Nick Jonas y Tu) Terminada
CAPITULO 15
OLAA!! mis niñas!!! aki vengo con cap!!!! creo q van a odiar a nick... por si no lo hacian ya :P jejeje bueno espero q les guste!! creo q en el siguiente cap despejaran un poko sus dudas esperenlo!!! las kiero niñas!!! :hug:
____ miró a Jones sin verlo.
— ¿Nicholas quiere hablar conmigo? —preguntó por segunda vez.
—Sí, señora —contestó el mayordomo apenado. ____ se levantó insegura de la silla en la que había estado sentada desde que había huido del salón. Debía de llevar horas allí, mirando obnubilada un retrato de la pared. Sus pensamientos eran caóticos. Tan pronto temía por Galen y lo creía victima de otra de las mentiras del capitán Carrington como se preguntaba si su padre podía haber cambiado de idea tan de repente cuando era evidente que hacía años que lo tenía todo previsto. Sufría por Nicholas, la verdadera víctima de los tejemanejes del capitán, pero también temía que él la creyera artífice de aquello. Entonces la enfurecía pensar que él pudiera juzgarla tan alegremente. Si los últimos meses habían significado algo para él, sabría que ella no tenía nada que ver. Claro que tampoco tenía por qué. Los Carrington no habían sido precisamente modelo de sinceridad hasta el momento.
¿Y si no la creía? No podría enfrentarse a esa posibilidad.
— ¿Te ha dicho algo? —inquirió ella, con la voz temblona de la tensión.
Jones negó con la cabeza.
____ asintió en silencio.
—Gracias, Jones —murmuró y se dirigió despacio a la puerta.
Le pesaban las piernas, casi no podía moverse. Pero no podía ni quería evitar a su marido, por mucho que lo temiera en aquel momento. Al llegar a la planta baja, se detuvo delante de la puerta de roble cerrada de su despacho y se quedó mirándola mientras reunía el valor necesario. Varios minutos y varias bocanadas de aire después, cogió con fuerza el pomo de bronce y la abrió.
Al ver a Nicholas rígido, de espaldas a ella, mirando por la ventana, creyó que iba a desmoronarse. Por la pose, supo que no la creía. Tenía las manos firmemente entrelazadas tras su estrecha cintura y sus piernas musculosas bien separadas. Le vino a la cabeza una imagen fugaz de los dibujos que sus primas y ella hacían del audaz capitán al timón de su barco. Nicholas no se volvió.
— ¿Por qué no me dijiste nada de tu primo? —le preguntó, yendo directamente al grano en un tono frío como el hielo.
Nerviosa, ____ se llevó la mano a la frente, pero en seguida recobró el ánimo y la bajó.
—Él no quería presentarse hasta que cambiase su situación. Creyó que pensarías mal de nosotros.
— ¿De nosotros?
—Creyó que pensarías mal de él por no tener un trabajo decente, y de mí...; creyó que pensarías mal de mí por su culpa.
—Entonces, ¿te pidió que no me hablaras de él?
—Por un tiempo —murmuró ____.
Nicholas tensó los hombros.
— ¿Y tú no hacías más que complacerlo? —Aunque su tono de voz era impersonal, casi desenfadad aún no se había vuelto a mirarla.
—N-no... No me pareció nada malo.
— ¿No te pareció mal mentirme?
A ella le dio un vuelco el corazón.
—Yo no te he mentido. Simplemente no te lo he contado todo.
Nicholas no dijo nada. El silencio creó un abismo enorme entre ellos, y ____ sintió de pronto la necesidad imperiosa de salvarlo.
—Pensé... pensé que vendría a Blessing Park pronto, con un puesto, un puesto respetable. Le daba mucha vergüenza, no sólo por él, sino también por mí. Temía que pensaras que intentaba aprovecharse.
— ¿No se te ocurrió que podría pensar que intentaba aprovecharse por rondar la casa a mis espaldas?
La joven titubeó. Él le hablaba en tono frío y seco, y tan distante que era incapaz de decidir si estaba furioso o sólo contrariado.
—Pensé... supongo que pensé... —Se interrumpió. Cielo santo, ¿qué había pensado?
Nicholas se volvió despacio. Su semblante no albergaba expresión alguna, salvo sus ojos, encendidos de rabia. Aterrada, ella tragó saliva.
— ¿Qué pensaste, ____? ¿Que me sentaría mejor lo que tú primo iba a contarme si tenía un buen puesto de trabajo? ¿Que olvidaría que me habías mentido? ¿Que aceptaría sin más su explicación sobre la repentina y prodigiosa aparición de un segundo testamento?
Ella cerró los ojos sin darse cuenta. Su peor miedo, el que su esposo la creyera cómplice del engaño de su padre, se apoderó de todo su ser.
—Te juro por mi honor que no sabía nada del testamento. Me dijo que esperaba una noticia importante, pero yo no sabía lo que era. Igual que tú, yo pensaba que el testamento definitivo de mi padre era el que se me había entregado en América.
— ¿Me estás diciendo la verdad ahora o descubriré más adelante algún detalle que a ti y a ese primo tuyo les daba vergüenza comentarme?
— ¿Tanto te cuesta creer que yo no supiese nada de ese segundo testamento? —se oyó decir. Al abrir despacio los ojos, lo vio esbozar una sonrisa socarrona.
—No, claro. Parece que te persiguen los testamentos raros. Si tan inocente eres, ¿por qué no me dijiste nada de las cartas ni de su visita?
El tono acusador de Nicholas la encendió por dentro. ¿De verdad creía que lo había traicionado de aquella manera? ¿Creía que mentía cuando hacían el amor? ¿Le parecía una farsa el día que habían pasado en la cala? ¿Se lo parecían todos los días de los últimos tres meses?
—No te conté lo de la primera carta porque te habías ido a Brighton —espetó ella—y, como me dejaste bien claro que querías que viviéramos separados, no me pareció necesario aburrirte con la llegada de la segunda. En cuanto a su visita, yo no tenía ni idea de que estaba en Pemberheath y me lo encontré por casualidad. Podía habértelo contado entonces, pero ¡te habías ausentado por segunda vez sin decirme una palabra! Nicholas entrecerró los ojos peligrosamente. — ¿En Pemberheath? ¿Te lo encontraste en Pemberheath? —preguntó, visiblemente asustado, pero no le permitió contestar. —Dejando a un lado el hecho de que te había prohibido que fueses a Pemberheath sin mi consentimiento expreso, debías haberme comentado tu encuentro inmediatamente. Me cuesta creer que puedas ser tan ingenua, ____. Un primo lejano no se planta, sin previo aviso, a la puerta del domicilio de una heredera joven y rica sin motivo. O quizá no seas tan ingenua. No pareciste sorprenderte cuando nos disparó.
— ¿Cuando nos disparó? —exclamó ____ escandalizada. — ¿Cómo te atreves a dudar de él? —protestó furiosa. — ¡Galen jamás le haría daño a nadie! Dado que no lo conoces, ¡no entiendo cómo puedes juzgarlo tan alegremente!
La risa socarrona de Nicholas rebotó en las paredes y le acertó de pleno en la cara.
— ¡Oh, qué insensatez por mi parle! ¡Qué bobo soy de pensar mal de tu queridísimo primo porque, nada más conocerlo, me presente un documento falso y me reclame medio millón de libras!
____ se volvió de pronto para que Nicholas no pudiera ver su dolorosa confusión. Tenía razón; todo aquello era muy raro. Pero ¡Galen no lo había estafado! ¡Quizá fuera un irresponsable, pero no era un ladrón!
— ¡No sé qué pensar! —gimió ella. —Me siento tan... tan...
— ¿Asustada... de ver que te han cazado?
— ¡No! —gritó ella, volviéndose hacia él. — ¡Perpleja! ¡Confundida!
—Perpleja y confundida. Eso no alcanza a describir cómo me siento yo con todo esto, querida —se mofó él, rebosando sarcasmo.
____ sintió náuseas.
—Nicholas. ¡Tenía cosas que eran de mi padre y, como papá ya me había mentido una vez, pensé que Galen también era una víctima suya! —le dijo en tono suplicante. ¿Acaso no sabía cuánto lo quería? ¿No sabía que prefería morir a hacerle daño? —Nicholas, por favor... —le rogó sin ganas, avergonzada de sonar tan culpable. —No sé cómo explicártelo. Sólo sé que el señor Strait me envió los documentos que yo esperaba, pero, cuando Galen me enseñó los suyos, ¡no me pareció del todo imposible que mi padre me hubiese traicionado por segunda vez! Galen no me mentiría sobre algo así. ¡Esperaba que el capitán le dejara un barco, no mi dote! ¡Estaba tan sorprendido como yo!
Nicholas apretó la mandíbula y le lanzó una mirada cáustica.
—Me pregunto cómo pensabas asegurarte la dote una vez casada —dijo en tono grave y recriminatorio.
Desesperada, trató de encontrar algo que probara su inocencia,
—Te dije una vez que volvería a América si eso era lo que querías, que podías quedarte con el dinero. ¡Estaba decidida a marcharme para que pudieses librarte de mí! ¡Eso demuestra que yo no tuve nada que ver! ¡De no haber sido por aquella estúpida apuesta, me habría ido! ¡Si todo esto fuera un montaje, no me habría ido!
—No te fuiste —le recordó sereno.
____ respiró hondo. ¡Dios!, de verdad la creía culpable. Desolada por lo que estaba sucediendo, se acercó a él. Nicholas se agarrotó. Miró alrededor, furiosa, en busca de algo, lo que fuera, que demostrase que no mentía. ¿Cómo podía hacerle entender que lo amaba con todo su corazón y que jamás le haría daño? Se dirigió a él y alargó la mano para tocarlo, pero Nicholas se apartó.
Aquella reacción la destrozó.
—Yo te amo, Nicholas. Te amo más que a mí misma —se oyó susurrar. El tensó los músculos de la mandíbula. —Jamás te haría daño, ¿lo sabes? ¿De verdad crees que todo lo que hemos pasado juntos ha sido una mentira? ¿Que te he engañado en tu propia casa... en tu cama? —le susurró.
El apretó la mandíbula. Por un momento, a ____ le pareció que su mirada se suavizaba, pero entonces lo oyó murmurar entre dientes:
—Ya no sé qué creer.
A ____ se le escapó un grito involuntario de angustia y, a trompicones, buscó una silla, rezando para no caerse de rodillas. Empezaron a brotarle lágrimas de los ojos, y se apoderó de ella una vergüenza irracional.
— ¡Nicholas! —insistió histérica. — ¡Por favor, debes creerme! El sólo creía que ella era culpable, y ella estaba desmoronándose delante de él como la enclenque que era. Se obligó a alzar la cabeza y a mirarlo entre las pestañas húmedas. Los distanciaba un gélido abismo; envolvía el rostro de Nicholas un aire espectral que ella tomó por rabia. No había nada que hacer.
Con el poco orgullo que fue capaz de reunir, ____ se irguió.
—No voy a suplicarte, Nicholas. Nunca te he fallado, ni una sola vez, y te juro por mi difunto padre que no voy a empezar ahora. Si crees que todo lo que tenemos es una mentira, adelante —dijo sin inmutarse. —Pero yo te amo. Siempre te he querido y, que Dios me ayude, siempre lo haré.
Él no dijo nada. No apartó su fría mirada de ella; después de unos tensos instantes, ____ bajó la cabeza. Se acabó. Aquel hombre no sentía nada, y ella ya no podía soportarlo ni un segundo más. Abatida, se alejó de él y se encaminó con paso vacilante a la puerta.
—____. —La voz ronca lo delató. Renació la esperanza en su interior y se volvió expectante hacia él. —Ni se te ocurra, bajo ningún concepto, volver a verlo.
Así, con tan pocas palabras, le partió el corazón. ____ dio media vuelta y salió corriendo a su cuarto. Una vez en él, se tiró boca abajo en la cama y se echó a llorar desconsoladamente.
OLAA!! mis niñas!!! aki vengo con cap!!!! creo q van a odiar a nick... por si no lo hacian ya :P jejeje bueno espero q les guste!! creo q en el siguiente cap despejaran un poko sus dudas esperenlo!!! las kiero niñas!!! :hug:
____ miró a Jones sin verlo.
— ¿Nicholas quiere hablar conmigo? —preguntó por segunda vez.
—Sí, señora —contestó el mayordomo apenado. ____ se levantó insegura de la silla en la que había estado sentada desde que había huido del salón. Debía de llevar horas allí, mirando obnubilada un retrato de la pared. Sus pensamientos eran caóticos. Tan pronto temía por Galen y lo creía victima de otra de las mentiras del capitán Carrington como se preguntaba si su padre podía haber cambiado de idea tan de repente cuando era evidente que hacía años que lo tenía todo previsto. Sufría por Nicholas, la verdadera víctima de los tejemanejes del capitán, pero también temía que él la creyera artífice de aquello. Entonces la enfurecía pensar que él pudiera juzgarla tan alegremente. Si los últimos meses habían significado algo para él, sabría que ella no tenía nada que ver. Claro que tampoco tenía por qué. Los Carrington no habían sido precisamente modelo de sinceridad hasta el momento.
¿Y si no la creía? No podría enfrentarse a esa posibilidad.
— ¿Te ha dicho algo? —inquirió ella, con la voz temblona de la tensión.
Jones negó con la cabeza.
____ asintió en silencio.
—Gracias, Jones —murmuró y se dirigió despacio a la puerta.
Le pesaban las piernas, casi no podía moverse. Pero no podía ni quería evitar a su marido, por mucho que lo temiera en aquel momento. Al llegar a la planta baja, se detuvo delante de la puerta de roble cerrada de su despacho y se quedó mirándola mientras reunía el valor necesario. Varios minutos y varias bocanadas de aire después, cogió con fuerza el pomo de bronce y la abrió.
Al ver a Nicholas rígido, de espaldas a ella, mirando por la ventana, creyó que iba a desmoronarse. Por la pose, supo que no la creía. Tenía las manos firmemente entrelazadas tras su estrecha cintura y sus piernas musculosas bien separadas. Le vino a la cabeza una imagen fugaz de los dibujos que sus primas y ella hacían del audaz capitán al timón de su barco. Nicholas no se volvió.
— ¿Por qué no me dijiste nada de tu primo? —le preguntó, yendo directamente al grano en un tono frío como el hielo.
Nerviosa, ____ se llevó la mano a la frente, pero en seguida recobró el ánimo y la bajó.
—Él no quería presentarse hasta que cambiase su situación. Creyó que pensarías mal de nosotros.
— ¿De nosotros?
—Creyó que pensarías mal de él por no tener un trabajo decente, y de mí...; creyó que pensarías mal de mí por su culpa.
—Entonces, ¿te pidió que no me hablaras de él?
—Por un tiempo —murmuró ____.
Nicholas tensó los hombros.
— ¿Y tú no hacías más que complacerlo? —Aunque su tono de voz era impersonal, casi desenfadad aún no se había vuelto a mirarla.
—N-no... No me pareció nada malo.
— ¿No te pareció mal mentirme?
A ella le dio un vuelco el corazón.
—Yo no te he mentido. Simplemente no te lo he contado todo.
Nicholas no dijo nada. El silencio creó un abismo enorme entre ellos, y ____ sintió de pronto la necesidad imperiosa de salvarlo.
—Pensé... pensé que vendría a Blessing Park pronto, con un puesto, un puesto respetable. Le daba mucha vergüenza, no sólo por él, sino también por mí. Temía que pensaras que intentaba aprovecharse.
— ¿No se te ocurrió que podría pensar que intentaba aprovecharse por rondar la casa a mis espaldas?
La joven titubeó. Él le hablaba en tono frío y seco, y tan distante que era incapaz de decidir si estaba furioso o sólo contrariado.
—Pensé... supongo que pensé... —Se interrumpió. Cielo santo, ¿qué había pensado?
Nicholas se volvió despacio. Su semblante no albergaba expresión alguna, salvo sus ojos, encendidos de rabia. Aterrada, ella tragó saliva.
— ¿Qué pensaste, ____? ¿Que me sentaría mejor lo que tú primo iba a contarme si tenía un buen puesto de trabajo? ¿Que olvidaría que me habías mentido? ¿Que aceptaría sin más su explicación sobre la repentina y prodigiosa aparición de un segundo testamento?
Ella cerró los ojos sin darse cuenta. Su peor miedo, el que su esposo la creyera cómplice del engaño de su padre, se apoderó de todo su ser.
—Te juro por mi honor que no sabía nada del testamento. Me dijo que esperaba una noticia importante, pero yo no sabía lo que era. Igual que tú, yo pensaba que el testamento definitivo de mi padre era el que se me había entregado en América.
— ¿Me estás diciendo la verdad ahora o descubriré más adelante algún detalle que a ti y a ese primo tuyo les daba vergüenza comentarme?
— ¿Tanto te cuesta creer que yo no supiese nada de ese segundo testamento? —se oyó decir. Al abrir despacio los ojos, lo vio esbozar una sonrisa socarrona.
—No, claro. Parece que te persiguen los testamentos raros. Si tan inocente eres, ¿por qué no me dijiste nada de las cartas ni de su visita?
El tono acusador de Nicholas la encendió por dentro. ¿De verdad creía que lo había traicionado de aquella manera? ¿Creía que mentía cuando hacían el amor? ¿Le parecía una farsa el día que habían pasado en la cala? ¿Se lo parecían todos los días de los últimos tres meses?
—No te conté lo de la primera carta porque te habías ido a Brighton —espetó ella—y, como me dejaste bien claro que querías que viviéramos separados, no me pareció necesario aburrirte con la llegada de la segunda. En cuanto a su visita, yo no tenía ni idea de que estaba en Pemberheath y me lo encontré por casualidad. Podía habértelo contado entonces, pero ¡te habías ausentado por segunda vez sin decirme una palabra! Nicholas entrecerró los ojos peligrosamente. — ¿En Pemberheath? ¿Te lo encontraste en Pemberheath? —preguntó, visiblemente asustado, pero no le permitió contestar. —Dejando a un lado el hecho de que te había prohibido que fueses a Pemberheath sin mi consentimiento expreso, debías haberme comentado tu encuentro inmediatamente. Me cuesta creer que puedas ser tan ingenua, ____. Un primo lejano no se planta, sin previo aviso, a la puerta del domicilio de una heredera joven y rica sin motivo. O quizá no seas tan ingenua. No pareciste sorprenderte cuando nos disparó.
— ¿Cuando nos disparó? —exclamó ____ escandalizada. — ¿Cómo te atreves a dudar de él? —protestó furiosa. — ¡Galen jamás le haría daño a nadie! Dado que no lo conoces, ¡no entiendo cómo puedes juzgarlo tan alegremente!
La risa socarrona de Nicholas rebotó en las paredes y le acertó de pleno en la cara.
— ¡Oh, qué insensatez por mi parle! ¡Qué bobo soy de pensar mal de tu queridísimo primo porque, nada más conocerlo, me presente un documento falso y me reclame medio millón de libras!
____ se volvió de pronto para que Nicholas no pudiera ver su dolorosa confusión. Tenía razón; todo aquello era muy raro. Pero ¡Galen no lo había estafado! ¡Quizá fuera un irresponsable, pero no era un ladrón!
— ¡No sé qué pensar! —gimió ella. —Me siento tan... tan...
— ¿Asustada... de ver que te han cazado?
— ¡No! —gritó ella, volviéndose hacia él. — ¡Perpleja! ¡Confundida!
—Perpleja y confundida. Eso no alcanza a describir cómo me siento yo con todo esto, querida —se mofó él, rebosando sarcasmo.
____ sintió náuseas.
—Nicholas. ¡Tenía cosas que eran de mi padre y, como papá ya me había mentido una vez, pensé que Galen también era una víctima suya! —le dijo en tono suplicante. ¿Acaso no sabía cuánto lo quería? ¿No sabía que prefería morir a hacerle daño? —Nicholas, por favor... —le rogó sin ganas, avergonzada de sonar tan culpable. —No sé cómo explicártelo. Sólo sé que el señor Strait me envió los documentos que yo esperaba, pero, cuando Galen me enseñó los suyos, ¡no me pareció del todo imposible que mi padre me hubiese traicionado por segunda vez! Galen no me mentiría sobre algo así. ¡Esperaba que el capitán le dejara un barco, no mi dote! ¡Estaba tan sorprendido como yo!
Nicholas apretó la mandíbula y le lanzó una mirada cáustica.
—Me pregunto cómo pensabas asegurarte la dote una vez casada —dijo en tono grave y recriminatorio.
Desesperada, trató de encontrar algo que probara su inocencia,
—Te dije una vez que volvería a América si eso era lo que querías, que podías quedarte con el dinero. ¡Estaba decidida a marcharme para que pudieses librarte de mí! ¡Eso demuestra que yo no tuve nada que ver! ¡De no haber sido por aquella estúpida apuesta, me habría ido! ¡Si todo esto fuera un montaje, no me habría ido!
—No te fuiste —le recordó sereno.
____ respiró hondo. ¡Dios!, de verdad la creía culpable. Desolada por lo que estaba sucediendo, se acercó a él. Nicholas se agarrotó. Miró alrededor, furiosa, en busca de algo, lo que fuera, que demostrase que no mentía. ¿Cómo podía hacerle entender que lo amaba con todo su corazón y que jamás le haría daño? Se dirigió a él y alargó la mano para tocarlo, pero Nicholas se apartó.
Aquella reacción la destrozó.
—Yo te amo, Nicholas. Te amo más que a mí misma —se oyó susurrar. El tensó los músculos de la mandíbula. —Jamás te haría daño, ¿lo sabes? ¿De verdad crees que todo lo que hemos pasado juntos ha sido una mentira? ¿Que te he engañado en tu propia casa... en tu cama? —le susurró.
El apretó la mandíbula. Por un momento, a ____ le pareció que su mirada se suavizaba, pero entonces lo oyó murmurar entre dientes:
—Ya no sé qué creer.
A ____ se le escapó un grito involuntario de angustia y, a trompicones, buscó una silla, rezando para no caerse de rodillas. Empezaron a brotarle lágrimas de los ojos, y se apoderó de ella una vergüenza irracional.
— ¡Nicholas! —insistió histérica. — ¡Por favor, debes creerme! El sólo creía que ella era culpable, y ella estaba desmoronándose delante de él como la enclenque que era. Se obligó a alzar la cabeza y a mirarlo entre las pestañas húmedas. Los distanciaba un gélido abismo; envolvía el rostro de Nicholas un aire espectral que ella tomó por rabia. No había nada que hacer.
Con el poco orgullo que fue capaz de reunir, ____ se irguió.
—No voy a suplicarte, Nicholas. Nunca te he fallado, ni una sola vez, y te juro por mi difunto padre que no voy a empezar ahora. Si crees que todo lo que tenemos es una mentira, adelante —dijo sin inmutarse. —Pero yo te amo. Siempre te he querido y, que Dios me ayude, siempre lo haré.
Él no dijo nada. No apartó su fría mirada de ella; después de unos tensos instantes, ____ bajó la cabeza. Se acabó. Aquel hombre no sentía nada, y ella ya no podía soportarlo ni un segundo más. Abatida, se alejó de él y se encaminó con paso vacilante a la puerta.
—____. —La voz ronca lo delató. Renació la esperanza en su interior y se volvió expectante hacia él. —Ni se te ocurra, bajo ningún concepto, volver a verlo.
Así, con tan pocas palabras, le partió el corazón. ____ dio media vuelta y salió corriendo a su cuarto. Una vez en él, se tiró boca abajo en la cama y se echó a llorar desconsoladamente.
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