HeartBreak Girl - N.C - 5sos

 
La vista comenzaba a tornarse borrosa debido a las lágrimas que se acumulaban en mis ojos, el vacío en mi pecho aumentaba y mis piernas se movían rápidamente tratando de llegar lo antes posible a mi hogar. De seguro allí se encontraba mi hermana y mi madre, las cuáles al verme en tal estado empezarían con las preguntas, y si no eran ellas, eran mis hermanos. No tenía ánimos para contarles el motivo de mi tristeza ni para recordarlo nuevamente, por lo que decidí cambiar de rumbo. Cerca de donde yo me encontraba había un parque muy poco conocido, rara vez había gente en él y más aún en días cómo hoy, nublados y lluviosos. Si bien todavía no estaba cayendo agua del cielo, pronto lo haría. 
Después de recorrer dos cuadras más, choqué con el, no tan conocido, parque. Estaba desierto cómo todas las veces que había venido, busqué un gran árbol y lo encontré a unos pocos metros. Fui hasta allí y me senté en la hierba apoyando mi espalda en el tronco.
Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos nuevamente, junté mis piernas y escondí mi cabeza entre ellas. No quería que nadie me viera llorar, por más que en aquel parque no hubiera ni un alma en pena, nunca falta el que está escondido en algún lugar observando todo. En un momento el sonido de las gotas chocar contra el suelo hizo que levantara mi cabeza, estaba lloviendo fuertemente. Bonita suerte tienes, Scarlett. La gran copa del árbol me ofrecía un refugio de la lluvia, por lo que no me moví, me iría cuándo la lluvia cesara un poco. 
Estuve en silencio unos cuántos minutos hasta que en vista aparece una sombra a los lejos, aquella persona llevaba un paraguas y al pasar por la vereda del parque paró su caminata. Su mirada se concentró en el árbol donde me encontraba, un pequeño nerviosismo nació en mí. ¿Y si era un ladrón, asesino o violador? Miró a ambos lados y sus pasos se dirigieron en mi dirección, con miedo escondí otra vez mi cabeza entre mis piernas. Las pisadas se oían cada vez más cerca hasta que pude sentir su presencia al lado mío.
 
—¿Scarlett? —Escuché una dulce voz pronunciar mi nombre, se me hizo familiar de algún lugar, por lo que levanté un poco mi mirada. Me sorprendí al ver quién era el dueño de esa voz. Era Calum, trabaja en la misma tienda de vídeos que yo. Se sacó su buzo y lo colocó sobre mis hombros— ¿Qué? ¿Por qué estás aquí con semejante lluvia?
—Estoy bien, gracias —Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca, pues el nudo en mi garganta me impedía hablar con claridad. Su ceño se frunció levemente y se sentó en la hierba, justo a mi derecha.
—¿Bien? Ese “bien” es más falso que decir que soy rubio y de ojos celeste. Por favor, dime, ¿qué pasó? ¿Peleaste nuevamente con Christian? —Varias veces yo había llegado al trabajo con el maquillaje corrido y todas esas veces, le conté a Calum el motivo. Solíamos hablar de vez en cuando. En respuesta a su pregunta, asentí— Pero… ¿Esta vez que pasó? ¿Te gritó o qué? ¿Terminaron? ¿Qué pasó?
—Lo encontré con otra —Dije para luego romper en llanto, sus brazos me estrujaron contra él. Enrollé mis brazos por su cintura en una forma de abrazo.
 
Estuvimos así por un largo rato, yo llorando y él abrazándome mientras me acariciaba el cabello. Se sentía reconfortarte abrazarlo y oírlo decir cosas tiernas. Si bien no lo conocía mucho ya que entró a trabajar conmigo hace unos pocos meses, él conocía muy bien mi relación con Christian. Pues, cómo dije antes, varias veces llegué con el maquillaje corrido a la tienda y él me preguntaba el motivo.
Cuándo finalmente pude calmarme, me separé de él y limpié mis ojos. Su suéter estaba húmedo debido a mis lágrimas, supongo que le debía un suéter nuevo.
 
—Lamento lo de tu suéter —Susurré haciendo una mueca, él miró la zona en la que me encontraba antes y se encogió de hombros.
—No importa, ¿estás mejor? —Asentí siendo honesta, una pequeña sonrisa de pinto en su rostro—. Te acompaño a casa.
—Gracias pero ya hiciste mucho por mí.
—No era una pregunta, ni loco te dejo ir en estos ánimos por la calle y aún más lloviendo —Se puso de pie y me extendió su mano, si algo me había dado cuenta en estos meses que lo conocía, era que cuándo algo se le mete en la cabeza no hay fuerza milagrosa que logre hacerlo cambiar de opinión. Resignada, tomé su mano y me levanté—. ¿Dónde vives?
—Por la calle Springwood —Abrió su paraguas y lo colocó sobre nosotros, una vez hecho eso, salimos de nuestro “refugio” para comenzar a esquivar charcos.
 
 
La lluvia ya había cesado un poco pero aún así seguían cayendo gotas del cielo. Faltaban unos pocos metros para que llegáramos a dónde vivía, durante el camino habíamos estado hablando de cualquier cosa sin sentido. En varias ocasiones, Calum hacía una que otra tontera para hacerme reír, y lo más gracioso de todo es que terminaba cumpliendo su objetivo. En ese momento me olvidaba de Christian y del dolor que estaba pasando por su engaño. El moreno no había tocado el tema luego desde lo ocurrido bajo el árbol, y lo agradecía bastante.
La escena de yo explicándoles a mi hermana y a mi madre porque tenía los ojos rojos inundó mi mente, no era lo que quería pero supongo que tendría que afrontarlo.
 
—¿Es aquí? —Preguntó señalando el lugar donde vivía, asentí para luego comenzar a sacarme su buzo—. Oh no, quédatelo.
—¿Seguro? Hace frío y…
—Seguro, te lo regalo. Te queda mejor que a mí —Largué una pequeña risa a la que él se unió—. Me alegra al menos hacerte reír.
—Gracias, en serio.
—No hay de qué, si necesitas algo, me llamas. ¿Si?
—Cuenta con eso, nos vemos mañana a la noche entonces —Me acerqué para besar su mejilla y lo abracé, al principio él dudó un poco pero luego me correspondió el gesto—. Nos vemos y nuevamente, gracias.
—Hasta mañana, Scar.
—Hasta mañana, Cal.
 
Abrí el portón de mi casa, entré y caminé un par de pasos para luego girarme a verlo, sacudí mi mano de un lado al otro y le dediqué una sonrisa, recibí lo mismo cómo respuesta suya. Finalmente puse un pie en la alfombra del living y cerré la puerta detrás de mí. Al parecer no había nadie en casa, pues estaban las luces apagadas. Aprovechando eso, subí rápidamente a mi habitación, me deshice de mis botas y me eché a la cama. Sentía tristeza todavía, obviamente, pero era menos gracias al lindo rato que pasé con Calum.
Una fragancia masculina entró a mis fosas nasales, entonces me di cuenta de que llevaba puesto su buzo. Era bastante holgado, tal cómo a mí gustaban y era bastante cálido. ¿Quién diría que ese buzo se convertiría en mi prenda favorita y él en mi mejor amigo?

hello there:

tengo un par de dudas -estoy haciendo mi capitulo-

oh mierda despues de Darkness voy yo estoy nerviosa  so, piba Aby podrías cambiar la foto de Harry a esta